— 76 — fluencia, el Dr. Irigoyen no se dejó arrastrar por esos movimien- tos insubsistentes. Cuando oí Presidente Avellaneda tomó rumbos i|ue no le fueron propicios en la cuestión de Corr ientes, el Dr. Irigoyen dejo su car- tora de Ministro, cuando no pudo hacer prevalecer sus opiniones en el gabinete. No se le ha visto figurando en conciliábulos iniciados de diversos modo? á los fines de la política, pero fuera de sus sinceras con- vicciones. De SU rectitud en la Administración nadie ha dudado jamás; y se le ha reprochado mas de una vez que no hubiese acordado jamás predilecciones fuera de la justicia. Asi se entiende la firmeza á nuestro juicio; y por eso es que, cuando un hombre de larga vida publicase retira con tanto lustre, nadie puede hacerle un reproche de flaqueza. El respecto público lo acompaña siempre; y nosotros le ofrece- mos el nuestro con el conocimiento de sus grandes condiciones, que no ha economizado jamás en el servicio constante de su país. La TrUnma Nacional, Estos'son los antecedentes y principales servicios del ciudadano cuya candidatura para la futura Presidencia de la República, ha levantado el partido autonomista nacional. Su nombre se en- cuentra sostenido por la gran mayoría de ese partido; por un número considerable de ciudadanos honorables que, como hemos dicho, no estuvieron activamente enrolados en los anteriores mo- vimientos políticos y poruña gran parte do la juventud intelijente y noble, en la Capital y en las provincias del Interior. Si imperan las instituciones que el país ha conquistado; si la libertad es efectiva en la República; si realmente Km pueblos votan en Febrero y Abril, el triunfo de la candidatura Irigoyen, esta fuera de discusión. La opinión pública lo acompaña y el país vé en aquel nombre, una prenda de Orden constitucional, y del progreso general de la Nación. fe ...... '¿aa 1 .11 ,,, . t" .. *ta-. ,'íiwMau, m •I ENEIDA DE P. VIRGILIO MARONDe P. VIRGILIO MARON , ^-k Libro Tercero fot a. j Catedrático de la Universidad y Profesor de Literatura Griega y Latina, Miembro del Ins- tituto Histórico del Hio de la Plata, socio de la Real Academia de Anticuarios de Copenhague, Profesor en Medicina, Director del Colegio «Liceo del Plata», A;i. Aa. BüEHQS-AYSES PABLO MORTA, EDITOR, BOLIVAR, te Imprenta» de Pablo E. Ca»nl Calle de Cangallo, t','. (cerca de la Iglesia de la Merced.) 1863■•¿NEIS. Ulier Tcrtlias*. Poslquam csl viswm Saperia everlere íes Asiae (a) et gentem Priami immeritani el snporbuin Ilium ce< idit, et omnia Troja Nep- tunia (b) fumaí humo, agtttirii*attg¿fiis Divina qoaerene «versa exilia (c) et térras desertas, et moliinur rlasscm sub ipsa Antandro et inoniibiis Ida; Phrygim (i>) iiicerli (p.) qvé lata Irruid, ubi detui átate- re et routrahimus viros (i-M. Vix prima ¡estas inceperat, el paler An- cliises jubebat darc vela latís, qmim lacrvmans relinqao littora et portea patria1, et campos ubi Truja fuil. Exsul feror in altnm ctim sociis, el nato, el magnis día tanteabas ((;). Procul cóBter tena Mavortia (h) vastis cansía; Thraeea aranl, regaste quondam acri Lycurgo, (i) liospitium anliquum Trojas et l'e- (a) Vena "i tía AtUf.—Se treta de toa países, como canudo M dice Des Romana, mAMÉt. Immeriiam. qpe no lo merecía; pon ¿He es lo que dijo ron {anta energía Homero: 1'errtiau los puubloi porque el Airifla Agamemnonno honro al sacerdote Crises. (b) 3 Xeptunia:—Algunos traducen Troya obra de. Xepluno ; pero Virgilio nunca ilude al conrhavo de Apolo y Neptuno un tiempo de l.aomedoii. Troya era en cuanto á marina r'va' de los Fenicios. (r.) i Diversa exilia:—Literalmente refugio* extraviados. llivertere, esto es, á fia defieelere. Saint Hemy interpreta asi. «Los oráculos dos hicieron resolvernos á dester- rarnos lejos de nuestra patria » v el [ adre lineo trae la glosa de exilia remota Lo r-an cial < ia desoricn lar al enemigo tomando un rumbo no frecuentado. (») 6 Idee Friijia1.-Sf dice asi por distinguirlo del Ida de Creta. (E) 7 Incrrti:—Lil sombra de Creaba 1" había d'rho rlarmnenle qtte icia a Italia; pero romo los augurios eran ambiguos, como Anquise- nada sabia ilela predin ion da Creu- m, bobi. Eneas de atenHI á1o qne ornrrie-e. V yo no ?ny del parecer de) I', lim o tic que Virgilio quizá hubiera suprimido este pasage, pues todo él interés aipii consiste preci- samente rula ansiedad de espíritu de un gefe resuelta á obrar, pero al mismo tiempo lleno ilc escrúpulos nacidos de la oscuridad de los presagios, _y Eneas no erró, como lo quiere Hi....., en M habiT dado cuenta á II padre de la predicción de CreuM, porque la política exigía ia mas completa reserva. A<¡ ■nato Mi j.anejó Cristóbal Colon y no de. otro modo ENEIDA DE ■Libro Tercero. Delátale* cnatibusettiia¡ittls¡)¡s:—Yo no distingo los Penates de los grwtdet Diuses, porque Eneas no sacó de Troya mas que á ellos solos, e.nmd lo dice el verso: Tu, genitor, cape sacia manu patiiusquc" Penates (I. t. v. 716); porque los Penales y ninguno mas aparecen viajando en la escuadra, v porque el epileji se aplica á los Dioses locales- Jussi ilumina magna loci Vesenunnr ÍL 3 v. ti*J8.) Una coma nial puesta, aunque sea por Hueo, no debe prevalecer sobróla concordancia unánime de textos. (h) 13 La Traria se llama lifna de Marte porque allí nació este. Dios. Procul, es- to es, en frente El P. PuViro traduce. Había una regios 4 la distancia » El P. Rueo:— Terra Martin tjtaliosis a¿ris lomje hubilatur. Nisard, que por ser mas moderno debería ser mas exarto, dice: flien Inin de Trote s'éte.nd une vaste eotttrée. Pero Morin dice: ¡'res de. ¡a Troade, y Saint Hemy. vts-a-vis de. la ¡rotule, y estos dicen la verdad. (i) II A<-ri l.ijcvtqo: -A Licurjo se le llama « áspero» porque persiguió á los que cultivaban la viña. m— G — nales sorii (j) duin fortuna fuit. Frror huc (k) ct loco prima mornia curvo littore, ingressus fatis miquis, rt fingo ./Encadas, nomen de meo nomine. Ferebam sacra matri Dionea1, et Divis auspicibus operum ccepto- rum, ct maclabam in littore uitentem taurum supero regi Ccelicolüm. Forte ñiit juxtá tumulus (l) quo sumino erant virguíta cornea et myrtus (m) hórrida densis hastilibus. Accessi, et conatus conveliere ab humo viridem silvam ut legerem aras ramis frondentibus, video monstrum horrendum et mirabile dictu. Nam prima arbor qua; vellitur solo ruptis radicibus, huic liquuntur gutbe atro sauguine, et macu- lant terram tabo. Frigidus horror quatit mibi mnnbra et sanguis coit gelidus formidine. Et rursús insequor conveliere lentum vimen alterius et tentare penitús causas latentes, et ater sanguis sequitur de cortice alterius. Moveos multa animo, venerabar Nymplias agrestes et patrem Gradivum qui pnosidot arvis Geticis, ut scniiidareni rilé visus et levarent ornen. Sed pnstqnam aggredior tertia hastilia ma- jore nisu et obluctor genibus arena? adversa:', eloquar an sileam? gemitus lacrymabilis auditor imo túmulo ct vox reddita fertur ad aiires: «./Enea, quid laceras misermu? parce jam sepulto, parce sce- lerare pias manus; Troja non tulit me externum tilii, aul hic crúor manat de stipite. Heu! iuge térras crudel^s, l'uge littus avarum, nam ego sum í'olydorus. Seges telorum férrea texit me confixum hic et increvit acutis jaculis.» Tum vero pressus mentem ancipili foraiidine, obstupui et coma? steterunt et vox haesit faucibus. lnfelix Priaums mandárat quondam regi Threicio- hunc Polydorum furtim alendiun cum magno pondere auri, cúm jam difiiderct armis Dardania? ct vidoret urbem r.ingi obsidione. lile, ut opes Teucriim sunt fracue et fortuna recessit, secutus res Agamemnonias et arma victricia, abrumpit omne fas, obtruncat IV lydonim et potitur auro vi. Quid non cogis peclora mortalia, sacra fames auri? I'ostquam pavor reliquit ossa, refero monsíra deüm ad delectos proceres populi et primum parenlem (n) et poseo qua? sit sententia. Omnibus fuit ídem anirnus excederé térra scelerata, lin- (j) 15 {'cuates sociii—HtVuba, la esposa de l'ríamo cía hija de Cisco rey de Trá- ria, y su yerno era otra rey de Trá< ¡a, es á saner, IV.imnestor casado con llione y et mismo que rnató'á l'olidoro. (k) 16 Ferorhuc et luco prima inania: -El itinerario di' Eneas tiene por primera es- tación laTráiúi donde. Amula ciudad de (Enos, sen un l'om^nnio líela, en Ui península de l'.dlene. De ahí aporta á la isla de Délos para consultar el oráculo de Apolo quien,Befan la errónea interpretación de Anquises, le dirijo á Creta. Una peste le arroja de ;dli y en- tonces hace rumhn .i Italia, aera es desviado bfteia las felas Kstrófadas. Despees cic-tcan- do las riberas del Kpiro y habiéndose parado en tocio, lega á Betreto, ciudad del Epiro — 7 — ribera, habiendo entrado con destinos adversos, y fundo á los Encadas, nombre de mi nombre. Ofrecía mis sacrificios á mi madre Dionea y 4 los Dioses protectores de Jas comenzadas obras, y sacrificaba en la ribera un pingüe toro al alto rey de los Celestiales. Casualmente hubo afli junto un túmulo, y encimn unas malas de cornejo, y un mirto áspero ton las tupidas va- ras. Me acerqué, y procurando arrancar de tierra sn verde selva para cubrir las aras con sus gajos frondosos, veo un prodigio horrendo y ad- mirable de decirse; pues el primer árbol que se arranca del suelo, rompréndose las raices, á este le fluyen unas gotas de negra sangre, y salpican el piso con su ponzoña. Un frió temblor me agita los miembros y mi sangre se cuaja helada de espanto. Y de nuevo prosigo en des gajar el fino mimbre del otro y sondear á fondo las causas ocultas, y corre negra sangre de la corteza del otro. Revolviendo muchas cosas en mi ánimo, veneraba á las Ninfas agrestes y al l'adre Gradivo que domina los campos Góticos, para que repitiesen debidamente las visio- nes y aliviasen el agüero ; pero después que me arrimo con mayor ahinco á las terceras varas, y me afirmo de rodillas contra la arena en- durecida, hablaré ó callaré? un gemido lastimero se oye del fondo del túmulo, y llega 4 mis oídos una voz que contesta: « Eneas, ¿á qué di- « laceras á un infeliz? perdona al ya sepultado; evita el profanar tus « manos piadosas; Troya me produjo, no cstraño para ü, y esta sangro « no gotea de la planta. Ahí huye estas tierras crueles, huye eslu r playa avarienta, pues yo soy Polidoro. Todo un campo de espigas « de fierro me cubrió traspasándome aqui y ha retoñado en agudos « dardos.» Entonces, por cierto, azorada mi mente con ansioso miedo, me sorprendí, y erizáronse mis cabellos y anudóse la voz en la garganta. El infeliz I'riamo hahia confiado en otro tiempo al rey de Tracia á este Polidoro furtivamente, para que fuese alimentado con qna gran suma de oro, cuando ya desconfiaba de las armas de la Dardania y veía que la ciudad era estrechada por el asedio. Aquel, asi que fueron destro- zadas las fuerzas de los Teucros y soles retiró la Fortuna, siguiendo el frente, á l.i isla deCorcira. donde Heleno y Andrómaea leausilian de varios modos, lie Bu- troto llegah la felá de los lo<»-.. y deaM á Drépano que es et punto de donde salió para ser arrojado sobre las costas de Libia. Asi se ve- pues que la espresion de séptima ¡estas significa mas bien siete estaciones que no siete veranos. (l) 24 Tu muías '—Kneo ea su glosa se limita á repetir la palabra tumulus sin darle sinónimo, porque los túmulos eran montones de tierra lotee los sepulcros. (m) 23 Sfi/rtus:—-Siendo el mirto el arbusto rnnsagrndo i Venus, Eneas, tan escru- puloso en materia de ritos, no podía menos de ir á Iium arlo peta adornar tas aras en un sacrilieio hecho á la misma Venus. El cornejo tiene esa propiedad de destilar un liqui- do rojizo corno lo dice su nombre de Comas sanguiaea. (Ni 58 Prhnumque pureutr.m:—fttie.o, Morin, Saint-fteiuy, Nisaid quieren que Eneas hablase al senado y primeramente á su padre. Eso puede ser, pero es claro que este senado tenia presidente \ era et mismo,. Anqutses. primer nadie del pueblo, princeps se- iiatus. Cumulo Eneas le llevó al monte, Anquiscs se llamaba simplemente su compañero. Vrr recuso iré, comes tihi, y luego estando lístala escuadra, él es quien da la señal de marcha, es claro porque Anquises obtuvo el mando deliberativo y Eneas el ejecutivo, con- ferido uno v otro por los clryidos proceres del pueblo. Virgilio alhaga el sentimiento ac- tual dominante, mostrando que desde entonces exfelia como en germen el sistema político de Augusto.— 8 — quere hospitium pollutum et daré Austros dassibus. Ergo instau- ranius í'unus Polydoro et ingens tellus aggeritur túmulo; Staut Manibus ara? nwsüe vittis baraten et atra cupresso, ct circíim Uiades soluta} crinera de more. Inferimus cymbia spumanüa tepido lacte et pateras sanguinis sacri, et eondimus animam sepulcro, et ciemus supremum magna voce. Inde, ubi est prima fides pelago, et venti dant maria placata, et lcnis Auster crepitans vocat in altum, socii deducunt naves et eont- plent liltora; provehimur portu, et ten» et urbes recedunt. Colitur medio mari tellus gratissima, (o) sacra matri Nercidum et Neptuno AZgtoo, quam errantem circúm oras ct Httora, pius Arciteneus (p) revinxit celsa Gyaro et Micono, ct dedit coli immotara et contem- ncre ventos. Feror huc; ha* placidissima aecipit fessos tuto portu. Egressi vencramur urbem Apollinis. Rcx Anius, idem rex liomi- num et sacerdos Phoebi, redimitus témpora vittis et sacra lauro, ocurrit, agnoscit Anchisen veterem amicum. Jungimusdcxiras hospkio et subimus tecta. Venerabar templa dei stracta saxo vetusto: «Tbym- bnec, da propriam domum, da mumia fessis, etgenus et urbem mansu- ram. Serva altera Pergama Troja}, relliquias Danaúm atque iunnitis Achillei. Quem sequimur? vel quó jubes iré ubi? poneré sedes? Da, Pater, augurium, atque illabere nostris animis.» Yix cram í'a- tus ca, et repente sunt visa tremeré omnia limina et lauras dei, et totus mons circum moveri, et cortina mugiré reclusis adytis. Submissi petimus terram et vox fertur ad aures: *Duri Dardanida', tena qua} prima 'tulit vos a stirpe parentum, eadem aecipiet vos reduces ubere befó. Exquirite antiquam matrera. Hic domus y£ncea¡ dominabi- tur cunctis oris, et nati natorum et qui nascentur ab illis.» Phoebus emú Ihaec; et est exorta ingens laHitia incesto tumultu, et cuncti qrtse- rant quee sint ea momia, quó Pliaíbus vocet errantes et jubeat re verti. Tura, genitor volvens monumenta veterura virorura: Audi te ó proceres, ait, 61 discite vestras spes: Creta, Ínsula magni.íovis, jacet medio ponto, ubi sunt mons ldams et cunabula nostrra gentis. Haüi- tant ceutum magnas urbes, regna ubérrima, unde maximus pater Teucrus, si recontar lité audita, est primúm advectus ad oras Rlne- teas, et optavit locum regno. Nondum llium et arces Pórgame» (o) 73 GrátMma teiha mediéHmri. Ittwc UáttpttU intuí*'; pare «sta rs dev hacerla ptrtfrasis y tátmu hrtroducfcrim nttwwho; j/uAK ieekr; fegt— e* medio dei ■n tv es definir la Isla. So traía de la isla de Dolos. (l>) 75 Pius- Como Apolo nació n Dolos H atribuyo á su piedad filial el que esta isla quedase MfeMe; pero los mitólogos dicen V[>i>fs subrlttclii - Lasde aquel tiempo no navegaba* durante el invier- no ; las naves se traían en lo seco v se apuntalaban para guarecer ias quillas de la buiue- — 41 — « fué por primera vez traído á las cosías del Roteo y eligió lucrar par: t su reino. No se habían alzado todavía Ilion y los baluartes de Pér- « gnmo; habitaban en los hondos valles. De ahí la madre cultivadora « Cibeles y los bronces de los Coríbantes, y el bosque del Ida; de ahí « los fieles silencios en los sacrificios, y los leones uncidos arrastraron «. el carro de su ama. Ka, pues, daos prisa, y sigamos por donde nos a guian las órdenes de los Dioses. Aplaquemos los vientos y busquemos « los reinos de Cnosa, y no distan largo trecho ; cor/ tal que nos asista « Júpiter, la tercera aurora pondrá nuestra escuadra en las costas Cre- cí tenses. » Asi hablando, sacrificó en las aras las merecidas víctimas, un toro á Neptuno, un toro á tí, bello Apolo, una oveja negra á la tor- menta, una blanca á los Céfiros propicios. . Corre el rumor que el gefe Tdomeneo arrojado se había retirado de los reinos paternos, y que las costas de Creta estaban abandonadas ; que las casas se encontraban limpias de enemigos, y que las colonias quedaban desamparadas. Dejamos los puertos de Ort'igir. y volamos so- bre el piélago, y costeamos á Naxos con sus viñas en las colinas, y la verde Donisa, Olearos, y la blanca Paros, y las Cicladas esparcidas por el mar, y los estrechos sembrados de numerosas tierras. Levántase la gritería de los marinos con la diversa maniobra; los compañeros exhor- tan á que busquemos Creta y á nuestros abuelos; el viento alzán- dose de popa nos acompaña en la marcha, y por fin abordarnos ála» antiguas riberas de los Cúreles. Por consiguiente, ansioso construyólos muros de la ciudad deseada, y la llamo Pergámea, y exhortó al pueblo gozoso de osle nombre, á amar sus hogares y alzar una fortaleza mas arriba de los techos. Y ya generalmente las popas habían sido traídas sóbrela seca ribera, y ha- bía empezado la mozada á ocuparse de sus matrimonios y campos nue- vos, yo les daba leyes y casas, cuando súbitamente infestándose esa parle de la atmósfera, una contagiosa y lastimera peste sobrevino á los miembros, y á los árboles, y á los sembrados, y una estación mortífera. Fxhnlabau la dulce vida, ó arrastraban sus cuerpos desfallecidos; tam- bién el Sirio empezó á quemar los estériles campos, secábanse las yer- bas y la agostada mies negaba el sustento. El padre nos exhorta á ir de nuevo al oráculo de Febo en Ortigia repasando, el mar, é implorar su perdón; qué fin dará á nuestros cansados afanes, de donde manda ensayar el auxilio de estos trabajos, hacia donde variar los rumbos. Era la noche, y el sueño poseia á todos los vivientes sobre la tierra. Las sagradas efigies de los Dioses y Portales Frigios que habia sacado conmigo de Troya y de en medio de los fuegos de la ciudad, parecieron pararse ante mis ojos yaciendo yo en sueños, patentes con mucha luz dad; y con la* mas grandes usaban tornos [para bajarlas á la playa. Por eso dice Hora- cio:— «El crudo invierno se disipa con la grata sucesión de la primavera y del Ka\ meo, y las, máquinas arrastran las enjutas quillas.»—A esto lamliicn alude la'ev presión de Dido; «pues yaelsi'plimo verano te conduce errante.» (u) 141 Sirius:—El aslm Sino ó sea la constelación de la Canícula que irinudu- lanle los calores mas ligorosos. (v) 114 Kewattn:—B perdón de la desacertada interpretación de su oráculo.— 1-2 — Tum caeperunl affari ik ct demere (tiras bis dictis: Quod Apollo cst dictaras libi delato Ottygiam canil hic, ct en, nitro mittit nos ad lúa limina. Nos, inccnsá Dardaniá, sumus séétiti to ot tua arma; nos sumus pcrmensi sub te tumidum sequor classibus. Idem tóllemus in astra nepotes venturos et dabimus imperium urbi. Tu para m;en;i momia magnis, et ne linque longum laboivm fugav,— sedes sutil mutanda'; I)elius Apollo non suasit Ubi lince littoi a, aut jussit consi- dere Creta). Est locus, (Iraii dicunt eum Hesperiam eognomine, Ierra antiqua, potáis arinis atque ubere gleba); viri ¿fmotri coluero rain; ruine, est fama minores dixisso gentem !l:tliam de ■omine thicis; ha> sedes sunt proprae nobis; bine est orlus Oardanus, ct pater lasius a quo principe nostnim grnus. Age, surge, et Lsfetus re- ier longajvo parenli haec dicta baud dubitanda. Requirc Corythum et Ierras Ausouias; Júpiter negat til» arva Diclaa > (x)—Áttonítus ta- libus visis ac voce deorum (nec Htad crat sopor; sed videbar agnos- ccre vultus corám et comas volatas et ora pnrscntia; tum gfetidus su- dor manabat loto corpore,) corripio eorpus é stratis, et tendo manus supinas ad caelum cum voce, et libo focis muñera intemerata. Pcr- feclo bonore, hetus fació Ancbiscm cortum et pando rem ordine. Ag- novit proteo ambigtiam et gemines párenles, et se csse decepliim novo erróre veterum locorum. Tum memorat:> Nate, exercite falis lliacis: Sola Cassaudra eancbat mibi tales casus; mine repeto eaiu portendere h»;e es.se. debita noslro generi, el samé vocare Hesperiam, sa?pé regna Itala. Sed quis orederet Teneros esse venturos ad IHtora Hesperia? aut quem tum vates Cassaudra moveret? Cedamus Pho> bo, el ínouiti sequamur inelioia. > Sie ait, ct eunrti ovantes pare- mus diclo. Oeserimus quoque harte sedem, et relictis paucis, damus vela, et currimus vastum aquor cava trabe. Poslquam rales temiere altum, nec jam ainpliús apparenl ni!;c tri- ne, undique cn?lum et undique pontus, tum imber caeruleus adslitit milii supra capul, ferens noclem et livemem, ct unda inhoiruit teue- brís. Continuó venti volvunt marc et magna u-quora surgunt; disper- si jaclamui- \ asi i gurgite; nimbi involvere diem et nox húmida ahs- lulit endum, ignes ingeminant abruptis nubibus. Kuitliinitr cursi!, el erramus in ciecis undis. Ipso Palinunis negat discernere ca?lo diem et noclem, nec memiiiisse via? in media un.lá,'adeó erramus pelago . tres soles incertos c;cca calígine, totidem noeles sine sidere. Priniúm (x) 171 llirhpn Dicte es ima de las rima? del lila de Creta, do donde M dieron los sa> erdoteM Ihctily Umi, con la sola mudanza ilc la vocal, pues la vo* griega DaelW i:>s, el dedo, nada tiene '|ue ver aijui. — \2 — por donde la IdM llena se esparcía por las ventanas abiertas. Enton- ces empwwr+n á hablarme asi, y á disipar mis afanes coa estos dichos: « Eso que Apolo te lia de decir a ti llegado á Ortigia, le lo vaticina aquí, « y, mira! él de por si nos envía á tus umbrales. Nosotros, incendiada ,< la Dardanín, tenemos seguido A ti yá tus armas; nosotros bajo tu «guia hemos traspuesto el hinchado mar.—Nosotros mismns subli- i iftarona á los a-tros á tus nietos venideros, y daremos el imperio á « su ciudad; tú prepara grandes muros para ellos que serán grandes « y no abandone» el largo trabajo de tu tuga. Hay que mudar las cn- if ionías°. Apolo Délio no te aconsejó estas ritieras, ni te mandó residir en Creta. Hay un lugar, los f.riegos lo dicen con el nombre de Hes- « noria, tierra anticua, poderosa en armas y por la fertilidad del suelo. « La cultivaron los varones de Enotro; ahora es fama que los descen- « dientes dijeron á esa nación Italia del nombre de su ¡;efe; esas mo- •i radas son propias nuestras -, qé allí provino Oárdano y el podre Yásin • del «mal antecesor procede ntiestio liháge. Ea; pues, levántate, y ale « gre reliere á lu anciano padre estas nuevas en que no cabe duda. « Bliaoa á t'órilo y las tierras Auaenias, Júpiter le niega los campos de «Dicte. » Atónito con tales visiones y con la voz de los Dioses; (ni aquello era modorra, sino que me parecía reconocer sus rostros de- bute de mi y sus cabellos vetados y sus facciones patentes, y también tin sudor helado manaba de todo mi cuerpo) sacudo mi cuerpo del le- cho y alzo con ruego mis manos tendidas hacia v\ cielo, y libo en los hogares ofrendas sin mancilla. Cumplido el obsequio, alegre lo hago sabedor á Auquises, y le manilicslo el asunto por su órdeti. El reco- noció la estirpe en sus dos ramas y á entrambos progenitores, y que se habla equivocado en su nueva peregrinación de los lugares antiguos. Entonces rttaüerda: •' O hijo, atribulado por los hados de Ilion, C.asandrn sola me vatici- " ualia sucesos tales; ahora recuerdo qne ella significaba que es-is re- • gionea eran debidas á nuestro linage, y que muchas veces nombraba « la Hesperia, muchas veces los reinos Italos. Tero ¿quien creería quo « los Teneros habían de venir á las riberas de Hesperia? ó ¿á quien ''persuadiría entonces la vate Casandra?—Cedamos á Febo, j amo- « nestados si^anios lo mejor, o Asi dice, y todos aplaudiendo obede- cemos á su palabra. Abandonamos también esta colonia, y dejando unos pocos, damos velas y corremos el vasto mar sobre la hueca viga. después que los esquifes ganaron lo alto, ni ya mas aparecen tierras ningunas, de lodos lados cielo y de todos lados mar, entonces un tur- bión negruzco se meció sobre mi cabeza, trayendo lobreguez y tormenta, j la onda se encrespó con las tinieblas. Inmediatamente los vientos re- \uelven el mar y se entumecen sus grandes llanuras. Dispersos somos mecidos sobre el vasto abismo; los nubarrones entoldaron el día y una noche húmeda nos arrebató el cíelo; redoblan los fuegos en las rasgada'8 nubes. Somos desviados del rumbo y erramos en las ciegas "'idas. El mismo Palmero dice que no discierne en el cielo el dia de la noche, y tpje no se acuerda del sendero en medio de la onda, á punto que erramos sobre el mar tres soles dudosos por la ciega lobreguez»— H — qnarlo fie lona cst visa attollere so tándem, montes aperire se pro- cu) ot volvoro fumuiii. Vola oadoot, insurgimus reirá; haud cst mo- ra, nauüe adnixi torquent spumas ot vemint ccenila. l'rimúm lítlora Strophadum accipiunt me scrvatum ex undis. In- sula dicho Strophades (z) nomino Graio stant in magno Ionio, quas colunt dirá Cebono ot alia; Harpyia;, (aa) poslquam domus I'hineia est clausa, ot liquorc mctu priores mensas. Haud cst monslruin Uistitis illis, nec ulla poslis ot ira deúni s&vior oxtulit sesc untlis stygiis; vultus voíucrum sunt vuginei, proluvics ventris fíedissinia, et manus unca.' et ora semper pallida fame. Ubi delati huc, intravimus portus, ecce videmus laeta armenta boúm passim carnpis et pecus caprigenurn per licrbam nidio custode. Irruimus ferro (bu,) et vocamus divos el ipsuin Jovem in partcm el pnedam, et tura cxstruimus toros curvo lit- torc et epulamur opimis dapibus. At subiUo Harpyia: adsunt de mon- Ubus lapsu horrífico, et quatiunt alas maguis clangoribus, et diripiunt Japes, ot fiedant omnia eontactu immundo; tura dirá vox amirgit Ínter tetrum odorem (no.) Rursúm in secessu longo, sub cavota rupe, ciroumclausi arboribus atque horrentibus umbris, instruinius mensas (do) et reponimus ignora aris. Rursum ex diverso Iractu cali et cae- cis latobris, sonans turba rireumvolat pnedam uucis pcdibus.et po- lluit dapes ore. Tune odico sociis ut capessant arma, et esse gerendum bellurn curn dirá gente. Faciunl liaud aliler ac sunt jussi, et dispo- uunt per herbara cnses tectos ct condunt scula latcntia. Ergo ubi de- lapsa; dederc sonitum per curva littora, MÍ3enus dat signum cavo ajre ab alta spceulá. Socii invadunt ot lenlant nova pnelia laedare ferro obscenas volucres pelagi; sed ñeque accipiunt ullam vim plumis nec vulnera tergo; et lapsa; celeri fuga sub sidera, relinquunt pnedam semesam et vestigia fa;da. Una Celarao consedit in rupe pnecelsá, (v) 207 Vela cndutit: — Kl Sr. Arrui: traduco; Amainase el velamen de los palos. El P. Píñeiro : Keci'ijensc las velas; pero el P. Kueo interpreta muy bien, vela detu- niescunt. I.as velas caen porque ya el viento no las bincha demasiado, pues ¿cómo se lia de rrner que las tuviesen tendidas durante la tormenta '.' y sin embargo esta es una con- secuencia directa si eadunt significa que se recogen. U) 210 Islas Kstrófadas :■ - Suena tanto como decir las islas de la vuelta, por- que Calais y Zetes encargados de perseguir á las Harpías se volvieron de alii cesando de molestarlas. (xa) 212 llarptjia?.:—Fineo era rey de Tracia y cometió ciertos crímenes por le- cuales fui? castigado con la ceguera y ron la invasión de las Harpías, cuyo nombre viene de. harpóo, rapiñar, l'na se llamaba Oeypele ó voladora, otra Celeno ó nube oscura, y otra Aello ó tormenta l.os Mitólogos interpretan «pie eran las hijas mismas de Fineo, se- gún Palefato, d las Furias, según Servio, ó un enjambre de langostas, según Mr. Le CJerr, ó unos corsarios, según Banier. Esta última suposición parece la mas plausible (un) 222 Irruimus ferro:—Es do notar i|ue en tiempo de Eneas el fierro era muy escaso y mucho mas caro ipic d bronce, pero Virgilio no se para en estas menuden- -4- otras tantas noches sin ¡istro. Por primor:» vez, al cuarto dia pareció la tierra asomar por fin, los montos despejarse á lo lejos y despedir el liumo. Suéllanse las vehs, nos encorvamos sobro los remos ; no hay demora; los marinos esforzándose azotan las espumas y barren los azulados mares. Desde lin>go me recogen salvado de las ondas las riberas do las Ks- trófadas. Las islas dichas con nombro griego Kstrófadas están en id gran Jónio, las rúales habitan la atroz Celeno y detnas Harrias, después que los liu'' cerrada la casa de Fineo y dejaron de miedo sus primeros li stines. Ningún monstruo hay mas triste que ellas, ninguna peste ó ira divina mas cruel surgió de las ondas de Rstigia. Los semblantes de estas aves son de doncella, su escurrimiento de vientre feísimo, su» manos corvas y sus picos siempre pálidos de hambre.—Luego que abordando acá entramos en los puertos, lié ahí que vemos alegres re- baños de vacas por do quiera en los campos, y ganado de cabras por la yerba sin guardia ninguna. Acometemos con el fierro, y convida- mos á los Dioses val mismo Júpiter á partir de la presa. Luego alza- mos unos lechos sobre la curva ribera v nos regalamos con ricos fes- tines. Pero las Harpías repentinas lujan de los montes con uu vuelo que asusta, y baten sus alas con grande estrépito, y destr >wn las car- nes y las afean con su contacto impuro; también se oye un chirrido atroz en medio del olor pútrido. De imevo, en un retiro apartajto, bajo lo hueco de una roca, encerrados en torno con árboles y. tupidas som- bras, preparamos otros manjares, y repouemos el fuego en las aras. Otra vez, de div.-rsa región del cielo y de sus guaridas invisibles, la ruidosa turba vuela en torno de la presa con sus curvos pies, y con su pico vuelve inmundos los manjares. Entonces les intimo á los compa- ñeros que lomen las -armas, y que hay que hacer la guerra con esta raza cruel. Hacen no de otro modo que lo que son maullados, y dispo- nen por la yerba las espadas cubiertas y guardan los escudos tapados. Por tanto, asi que, habiendo bajado, metieron ruido por las curvas ri- beras, Miseno da la señal con su hueco bronce desde la alta atalaya. Los comj ta ñeros Invaden y ensayan nuevos combates jpfflra hei# con el lierro á las obscenas aves del mar; pero ni reciben violencia algu- na en sus plumas ni heridas en el lomo; y huyendo con ligera fuga < ¡as, y en general no es escrupuloso en lo tocanlc al estad» real de la industria en la época de Eneas. Sin embargo el poeta debe cuidar el colorido local en este punto como en lo demás. (CU 228 Tetrum odorem,•■— Ll Sr. Arrue traduce.— hedor fétido j el P. Piñei- ro: fetor insoportable; pero «tos ion pleonasmos; olor feísimo es perífrasis de he- dor; aunque la traducción del Sr. Piñeiro es menos desviada, puesto que un hedor pue- de ser mas soportable que otro. (od) 231 Instruimos mensas;■<— Alli no hubo mesas de ninguna clase. Morin lo dice claro: Novs preparan* un nouveau festín ¡ como no las hobo tampoco donde dice: Poslquam exempta fatues epulis mensirque remotw ; tampoco se trata di; me- sas on la predicción de Celeno, api sar de llueo que quiere ver alli mesas, pues se trata de tortas cocidas al rescoldo—Mensa viene de. mettor, y es la porción que á cad:i enalto Mea, y por ostensión tiene ios otros sentidos en que.-* usa. Algunos han cri- ticado á Virgilio de haber jugado con la palabra menta, pero privarle de ese recurso seria pedirle que no hiciese intervenir los oráculos, que casi nunca hablaban sino por retruécanos.—. 1G — infelix vates, et rumpil pertore hanr vocem; « Laomedontiadae, ne paratis infcrre bflluni? bellum etiam pro Ctbde boúin el juvencis stra- lis? et pellere insontes Harpyias regno patrio? Accipite crgo atque íigile animis lisec mea dicta. Quajl'aler omnipotens prudixit Pho-bo, n l'liuebus Apollo raihi, ego máxima Furiarum pando vobis. Petáis Ualiam cmsu, ct voeatis ventis ibilis Italiam rt licebit mirare porttis; sed non cingelis muTiibus urbem datauif ante quám dirá (ames et in- juria ca¡dis nostraj subigat vos absumere maüs mensas ambesas.» l)ixit, et ablata pennis reíugit in silvam. At snnguis diriguit sociis gélidas súbita íormidine; anmn cocidé- rc, nec jam ampliús jubent exposcere pacem armis sed votis et prc- cibus, sive sint dea; seu volucres dirá ct obscena?. Et pater Anchi- ses, palmis passis de liltore, vocat magna numina ct indicil méritos bonores. «Di. probibete minas! Di, avertite talcm casum! et placi- di sérvate pios.»— Tum jubet deripere fauna littore ct laxare ru- dentes excussos. Noli tendunt vela; fugimus spumanübus undis quá ventus et gubernalor vocabant cursum. Jam apparet medio fluctu Zacynthos nemorosa, et Dulicliium, et Same, ct Neritos ardua saxis. EtTugimus scopulos Ithacai, regua Laertia, et execramur terram allricem sa?vi Ulyssei; et rnox aperiun- tur nimbosa cacumina montis Leucata: et Apollo (ee) formidatns ñau lis. Fcssi pelimus hunc et succedimus parva1 urbi; anchora jacitur de prora, puppes stant littore. Ergo sumns pakii tandera telluro ins- jieratá, ct lustramur Jovi et inoendimus aras votis, et celebrarnus lit- tora Aclia ludis Iliacis. Sorii nudati labente oleo exereent pakestrns patrias; juvat evasisse tot urbes Argólicas ct tenuisse fugam per me- dios hostes. Interea sol circumvolvitur magnum annum, et glat ialis hyems asperat undas A—Equidem vivo, et duco vitam per omnia extrema. Ne dubita, nam vides vera. Heu! ¿Quis casus exci- pitte, dejectam tanto conjuge? ¿aut quic fortuna satis digna revisit? Andromache Hectoris, ne servas connubia Pyrrhi?»—Dejecit vultum, et est locuta voce demissa:»— O una felix ante alias virgo Priameia, ♦(hh) jussa mori ad tumulum hostilem sub altis moenibus Troja?, qua) non pcrtulit ullos sortitus, nec captiva tetigit cubile herí victoris! Nos, vectíe per diversa (ll) sequora, incensá patriá, enixae servitio, tuli- mus fastus stirpis Achillea; et superbum juvenem, qui secutus deinde (mm) Hermionem Ledseam et hymenaeos Lacedaemonios, transmisit me habendam Heleno, famulam fámulo. Ast Orestes, inílammatus magno amore conjugis ereptae (nn), et agitatus furiis sceleram, excipit illum incautum et obtruncat ad aras (gg) 297 Conjugio et seeptris Pyrrhi:—Se entiende en calidad de tutor de Mnloso, hijo de Pirro y Andrómaca. (hh) 296 Marito patrio .—Heleno era no solamente de la patria de Andrómaca sino que era su cuñado, hermano de Héctor. (ll) 301 Solennes dapes:—solennis deriva de solus anno ; se trata pues del sacri- ficio de cabo de año y que debia celebrarse una sola ve% al año ; porque en lo demás este sacrificio fué sin aparato. («) 303 Libabat cineri. —Se trata de la ceniza que quedaba en el ara después del sacrificio; en esa ceniza hacia ella las libaciones con leche y sanare, según el rito usual, como se vé en las exéquias hechas á Polidoro. El P. Rueo y el Sr. Arrue creen que qui- zi se trate de las cenizas de Hedor que Andrómaca hubiese traido allí; pero en tal caso su sepulcro no se llamaría tumulum tnanem, traducción literal del griego kenotaphitm, cenotafio, sepulcro vacio y puramente honorario. , , • - 19 - cumbres de los Feaeios y costeamos las riberas del Kpiro, y entramos en el puerto Caónio y subimos á la empinada ciudad de Butroto. Aqui un increíble rumor de sucesos previene mis oidos: que Hele- no hijo de Príamo reina por las ciudades griegas, posesionado del matrimonio y cetros de Pirro, nieto de Eaco, y que Andrómaca ha to- cado de nuevo á un marido de su patria. Me sorprendí, y mi pecho ar- dió en indecible anhelo de interpelar al héroe y conocer tamaños suce- sos. Me adelanto del puerto, dejando las escuadras y riberas. A la sa- zón casualmente ofrecía Andrómaca sus festines solemnes y sus tristes dones á la ceniza, en un bosque delante de la ciudad junto á la onda del falso Símois, y llamaba á los manes al túmulo de Héctor, que ella habia consagrado vacío con verde césped, y las dos aras, ocasión de lágrimas. Asi que me miró venir, y azorada vió en su derredor las ar- mas Troyanas, aterrada de esos grandes prodigios, quedó yerta en me- dio de la visión; el calor abandonó sus huesos, desmáyase y apenas por final cabo de largo rato, dice:—Acaso, hijo de Diosa, te presen- te tas á mi, verdadera sombra, fiel mensagero? Acaso vives? ó si la « luz vital te se ha ido ¿á dónde está Héctor?»—Dijo, y derramó lá- grimas y llenó de su clamor todo el espacio. Apenas respondo algunas palabras á la despavorida, y turbado balbuceo con entrecortadas vo- ces :—« Yo por cierto vivo y arrastro la vida por todos los estremos; no « dudes, pues ves la realidad.—Ah ! ¿qué desgracia te sobrecoge á tí, « huérfana de tan noble esposo? ¿ ó qué fortuna bastante digna te fa- « vorece de nuevo? Tú, la Andrómaca de Héctor, guardas acaso el « enlace de Pirro?» Ella bajó el rostro y habló con voz abatida : « Ó «c única feliz sobre las otras, la doncella hija de Príamo, mandada mo- « rirjunto al túmulo enemigo, bajo los altos muros de Troya, que no « sufrió ningunos sorteos, ni cautiva tocó el lecho de su amo'vencedor! « Nosotras, conducidas por cstraños mares, después de incendiada la « patria, hechas madres en el cautiverio, sufrimos las altiveces del « vastago de Aquiles, y á ese joven soberbio que, siguiendo después á « Hermione nieta de Leda y las nupcias Lacedemonias, me dió en pose- « sion á Heleno, yo cautiva á él cautivo. Mas Orestes inflamado del « grande amor de su esposa que le arrebataron, y agitado de las furias (kr) 321 Virgo PriameiaSe trata de Pulixeua. Durante una tregua, se enamoró Aquiles de ella, la pidió y la obtuvo, pero al ir á casarse fué asesinado por Páris junto A las aras de Apolo Timhreo. La sombra de Aquiles exigió de su liijo Pirro vencedor, que Polixena fuese sacrificada á sus Manes y asi se ejecutó. (ll) 325 Diversa ce.quora:—Ya hicimos notar el valor de esta espresion. El F.piro quedaba en efecto fuera de la patria, y no liizo parte de Grecia sino mas tarde. Andrómaca se queja de que Pirro la haya tniido á una costa estrangera hasta para sus vencedores. (mm) 327 Deinde secutus .—Esto no quiere decir que el compromiso de Pirro con Hermione fuese posterior á su casamiento con Andrómaca, sino que no la recibió hasta después que Menelao estuvo de regreso en Esparta. (nn) 330 Erepta- ennjugis :—Hermione no era casada con Orestes sino que le habia sido prometida por Tíndaro. abuelo de esta joven, hija de Menelao. Este por su parte se la habia prometido á Pirro y se la entregó efectivamente. Orestes se consideró despoja- do, y asesinó á Pirro ante las aras de Apolo en Delfos, lo mismo que su padre habia sido muerto por Páris ante las aras de Apolo Timhreo, y por eso dice que Orestes le mata nd uras patrias, esto es, ante hs aras mismas que vieron morir á su padre Aquiles. Los si- tios fueron diversos y las aras del mismo Dios.— 20 patrias. Pars regnorum reddita (oo) morle Neoptolemi cessit Heleno qui dixit campos cognomine Chaonios et omnem Chaoniam a Trojano Chaone (pp,) et addidit Pergama (qq) et hanc arcem Iliacam jugis. Sed tibi, qui vcnti, quao fata dedere cursum? aut quisnam deus appu- litteignarum nostrisoris? quid pucr Ascanius? ne superat et vcsci- tur aura? quem jam Troja tibi. Tamen ecqua cura est puero amissae parentis? Ecquid et pater ./Eneas et avunculus Héctor excitat illum in antiquam virtutem et ánimos viriles?» Talia íundebat lacrymans et ciebat incassum longos fletus, quum heros Helenus Priamides affert sese a momibus multis comitantibus, et agnoscit suos et laetus ducit ad limina, et multúm fundit lacrymas inter singula verba. Procedo, et agnosco parvam Trojam et Perga- ma simulata magnis et rivum arentem cognomine Xantbi, et amplec- tor limina porte Scsese (rm). Necnon et Teucri fruuntur simul urbe sociá; rex accipiebat illos in amplis porticibus, et libabant pocula Bac- chi in medio aulai, et impositis dapibus auro, tenebant pateras (ss). Et jam dies et alter dies processit, et aurae vocant vela, et carba- sus inflatur túmido Austro. Aggredior vatem bis dictis, ac quaeso ta- ba^—Trojugena, intcrpres Divúm qui sentís numina Phoebi, qui trípodas, lauros Clarii, qui sidera, et linguas volucrum, el omina pen- nae prapetis, age, fare (namque relligio prospera dixit mibi omnem cursum, et cuncti divi suaserunt numinc pelero Italiam et tentare tér- ras repostas; sola Harpyia Ceteno canit prodigium novum et nefas dictu, et denuntiat tristes iras et famem obscenam; quae prima pénen- la vito? vel quid sequens possim superare tantos labores?» Hic Helenus, esesis primúm juvencis de more, exorat pacem diviim et resolvit vittas sacrati capitis, et ipse, Phoebe, ducit manu ad tua li- mina me suspensum multo numine, atque deinde sacerdos canit haec ex ore divino:— «Nate Deá, (nam manifesta est íides te iré per al- tum auspiciis majoribus; sic rex Ueüm sortitur fata et volvit vices; is ordo vertitur). Expediam tibi dictis pauca é multis, quó tutior lustres (oo) 333 lieddila morle:—Literalmente, la parte de esos reinos devuelta á la heren- cia de su hijo Moloso le tocó á Heleno. (pp) 335 Chaone :—Oaon era hermano de Heleno. Este tuvo la desgracia de matar- le sin querer, en una partida de caza, y por eso trató de honrar su memoria dando su nom- hre á este pais recientemente colonizado. (qq) 336 Addidit Pergama:—Pergama viene de pijrgos, la torre, y es nombre co- lectivo para significar el conjunto de las fortificaciones. El P. Rueo dice que Pergama lliaraque fuit arx ¡Haca. Es todo al revés— son XosPérqama muros esteriores, ba- luartes y demás, y Arx es la ciudadela en el centro de la población. Después hubo ciuda- des que se llamaron simplemente Pérgama, esto es, los Baluartes, lo cual no es sino la traducción de la voz pelásgica Larissa, que significa lo mismo. La 1" mavúscula que apa- rece siempre en esta palabra debería desaparecer. — 21 — « de sus crímenes, sorprende á ese incauto y le degüella ante las aras « pátrias. La parte de reinos que quedó por muerte de Neoptolemo « tocó á Heleno, quien llamó esos campos con el nombre de Caónios y « toda la Caónia del Troya no Caon, y añadió baluartes y esta ciuda- « del« Iliaca sobre las cumbres. Pero á tí ¿qué vientos, qué destinos « te han dado rumbo? ¿ó qué Dios, sin que supieras, te ha traído á « nuestras playas? ¿qué es del niño Ascanío? Vive acaso y se sus- « lenta en la brisa? él á quien ya Troya te____¿Y qué cuidado tiene el « niño de su perdida madre? ¿Y qué tal su padre Eneas y su tio Héctor « le estimulan al antiguo valor y á los brios varoniles?* Tales cosas decia con lágrimas y prolongaba en vano el largo llanto, cuando se presenta de los muros el héroe Heleno Priámides con muchos que le acompañaban, y reconoce á los suyos, y alegre nos conduce á sus umbrales, y largo tiempo derrama lágrimas entre cada palabra. Paso adelante y reconozco una pequeña Troya y baluartes que reme- dan á los grandes, y un arroyo casi seco con el nombre de Janto, y abrazo los umbrales de la puerta Scea» Y también los Teucros disfru- tan á la par de esta ciudad aliada. El rey los recibía en espaciosas galerías, y libaban copas de Baco en medio deljpatio, y puestos los man- jares en el oro, tenían las copas. Y ya un día y otro dia pasó, y las brisas invitan á las velas, y se es- pande su lienzo con el hinchado Austro. Interrogo al adivino con es- tas palabras y le pregunto tales cosas: « O Troyano, intérprete délos « Dioses, que sientes las inspiraciones de Febo, sus trípodas y laure- « les de Claros, que sientes los astros y los cantos de las aves y los « agüeros de su ala veloz, ea di; pues una divinacíon favorable ha pre- « sagiado todo mi rumbo, y todos los Dioses con su inspiración me han « persuadido á buscar la Italia y á penetrar en paises remotos; la sola « Harpía Celeno me vaticina un prodigio nuevo y que no es lícito de- « cirio, y me denuncia tristes iras y una hambre obscena. ¿Qué peli- « gros evito primero? ¿De qué modo puedo evitar tamaños trabajos?» Aqui Heleno, sacrificando primero unos terneros como de costum- bre, implora la paz de los Dioses y suelta las vendas de sus sagradas sienes, y él mismo, ó Febo, con su mano me conduce A tus umbrales estando yo absorto con tu gran divinidad, y en seguida el sacerdote vaticina estas cosas con su boca profética: « Hijo de Diosa, (pues es « manifiesta la certeza de que surcas el mar bajo los auspicios mayó- le res; asi sortea los hados el rey de los Dioses, y combina los lances, « y tal orden es el que gira) te esplicaré con mis palabras algunas cosas « de entre muchas, para que mas confiado recorras los mares hospi- (kr| 351 Portee Serene:—Skeue significa bagage, armamento, muebles, tráfago, y viene ¡i designar la puerta que daba salida á todo esto. No se debe traducir; la puerta de Scea como si fuese nombre de persona ó de lugar. [ss] 355 Dapibus auro:—Las carnes servidas en vagilla de oro, procedente del sa- queo de Troya; pues como Pirro fué el gefe principal, su parte debió ser considerable. ICt tenebant pateras:—Virgilio comete aqui un pleonasmo inútilmente y ademas su idea de que sirviesen los manjares en platos de oro es contraria á la situación. Jamas en un dia de duelo se hizo tal cosa ni en el palacio de Príamo, al menos para toda una comi- tiva. Estas clases de negligencias son las que los literatos encuentran en nuestro poeta. *aquora hospita et possis considere portu Ausónio; nam Parca' pro- liibent te scire cantera (tt) et Saturnia Juno vetat Helenum tari. Principio, Ionga via invia dividit procul longis terris Italiam quam tu, ignare, jam rere propinquain et portus vicinos quos paras invaderc. Et remus est lentandus in undá Trinacriá, et aquor salis Ausonii est lustrandum navibus, et lacus inferni et Ínsula Circes y£aa, (uu) antequám possiscomponereurbemterrá tutá. Dicam tibi signa; tu teñó- lo condita mente. Quum ingens sus, inventa sub ilicibus littoreis tibi sollicito ad undam fluminis secreti, jacebit enixa triginta fetus capituni, alba, recubans solo, albi nati circum ubcra, is erit íocus urbis; ea certa reqüies laborum. Nec tu horresce morsus mensarum futuros. Fata invenient viam et Apollo vocatus aderit. Autem effuge has tér- ras et hanc oram littoris Itali, qua- próxima perfunditur a;stu nostri aquoris: cuneta moenia habitantur malis Graiis; et liic Locri Nary- cii posuerunt mounia. Et Lyctius Idomeneus (vv) obsedit milite cam- pos Salentinos; lile est illa parva Pelilia Filocteta ducis Melibai sub- nixa muro. — Quin, ubi classes trammissa steterint trans aquora, et jam solves vota aris positis in liltore, velare comas adopertus amictu purpureo, nc qua facies hostilis ocurrat inter sanctos ignes in honore Deorum et turbet omina. Socii teneant hunc morem sacronun, ipse teneto liunc; casli nepotes mancant in bac relligione.—Ast, ubi ven- tus admoverit ora) Sicula le digressum, et claustra angusti Pelori ra- rescent, petanlur tibi lava tellus et lava aquora longo arepita; fuge littus dextrum et midas. Ferunt hax lóca dissiluisse, convulsa quon- dam vi et vasta ruina, (tantúm valet mutare longinqua vetustas avi,) (juum protenús ulraquc tellus foret una; pontus venit medio vi, el abs- cidit undis latus Hesperium Siculo, el interluit astu arva et urbes di- ductas augusto liltore. Scylla obsidet latus dextrum, implacala Charybdis lavum, atque ter sorbet in abruptum vastos fluctus imo gurgite barathri, et rursús erigit alternos sub auras et verberatsidera undá. At spelunca cohibet cacis lalebris Scyllam exscrtantem ora et trahentem naves in saxa. Prima facies est hominis et virgo pulchro ■pectoií1 tenus pube; postrema est pristis imiuani corpore, coinmissa caudas delphinum útero luporum. Prastat te, cessantem, lustrare metas Pachyni Trinacrii, et circumílcclere longos cursus, quám vi- tal 397 Parece prahihe.nl:—El rey de los Dioses es el Fatum, cuyos decretos po- día Júpiter saber pero no alterarlos. La coma debe ir después de Scire. y no después de Helena, puesto que es ridículo vedarle á uno decir lo que no sabe, siendo la ignorancia misma muy sulicienle para ello. El verdadero sentido es que Heleno dice ipie sabe mo- chas cosas', pero que se limita á presagiar solamente aquellas para las cuales no ha reci- bido de Joño orden de callarlas. — 23 — « tutanos y puedas reposar en un puerto Ausónio; pues las Parcas im- « piden que sepas lo demás, y Juno Saturnia prohibe á Heleno decirlo. « Desde luego, una larga via intransitada separa en frente con largas « tierras esa Italia que tú, ó ignorante, ya la crees cercana, y sus puertos « vecinos en que te preparas á entrar. Es menester estirar el remo en « la onda Trinacriá, y hay que recorrer con las naves la planicie del « mar Ausónio y los lagos del Infierno y la isla de la oriental Circe, * antes que puedas asentar tu ciudad en una tierra segura. Yo te diré * los signos; tú teñios guardados en la mente. Guando una ingenie « cerda, encontrada bajo las encinas de la costa, estando tú solícito « junto á la onda de un rio solitario, estará tendida,' habiendo parido » treinta lechoncillos, blanca, recostada en el suelo, sus blancos hijos « en torno á las ubres, este será el lugar de la ciudad, este el descanso « cierto de los trabajos. J\i tú le tengas horror á eso de roerlas mesas. « Los destinos abrirán camino y Apolo invocado te asistirá. Pero evi- « ta las tierras y la orilla de la costa italiana que próxima es bañada « por el rellujo de nuestro mar; todas las murallas están habitadas « por griegos enemigos. Aqui han puesto sus muros los Lócrios Na- « ricios, y el Líctio Idomeneo asedió con su tropa los campos de Sa- « lento; aqui está esa pequeña Petilia de Filoctetes, guerrero de Me- « libea, protegida por un muro. Y aun después que tus escuadras en- « viadas allá se hubieren detenido al otro lado de esos mares, y ya cum- ie pías tus votos en lasaras alzadas sóbrela costa, vela tus cabellos cu- «í tuerto con un manto de púrpura, no sea que algún rostro enemi- « go ocurra en medio de los santos fuegos en honor de los Dioses y « turbe los agüeros. Tus compañeros observen este rito de los sacri- « licios, obsérvalo tú mismo y permanezcan en esta observancia los « piadosos descendientes. Pero, asi que, puesto ya en marcha, el vien- « to te acercare á la ribera siciliana, y ya se vayan estrechando los pa- « sos del angosto Peloro, busca la tierra izquierda y los mares izquier- « dos con largo rodeo, huye la costa derecha y sus ondas. Dicen que « estos lugares reventaron desgarrados en un tiempo con violencia y « con vasta ruina (tanto puede cambiar la remota antigüedad de la « época), cuando hasta entonces una y otra región había sido una sola ; « vino el mar por medio con violencia, y corló con sus ondas el lado « Hespério del Siciliano, y bañó con su avenida los campos y ciudades « separadas por una angosta ribera. Escila asedia el lado derecho, « la implacable Caribdís el izquierdo, y tres veces absorbe precipí- « tadamente las vastas olas en el hondo despeñadero del abismo, y de «c nuevo las lanza á los aires unas tras otras, y azota los astros con su « onda. Pero la caverna retiene en sus lóbregos escondites á Escila « que abre sus bocas y atrae las naves á las peñas. Su aspecto ade- • íl.,liL.386 Circes sEcerr .-—Circe nativa de /Ka, isla y ciudad en las bocas del Fasis, no de Colquida, era luja de Aetes rey de Coicos v padre de Medea. Circe había buscado un refugio en un punto del litoral italiano. Los poetas la hacen hija del sol. ¡o que equivale á decir que vino de Oriente. [vv] 401 LfrtitU!—Es decir, de Licte, ciudad de. la isla de Creta. Los Lomos Na- ncios eran distintos délos Locrios Ozólios, y de los Epizeunos, y*dc los Opuncios.— u — disse semc! informem Scyllam sub vasto antro et saxa resonanüa canibus caeruleis (xx). Praeterea, si cst qua prudcntia Heleno, si est qua fides vati, si Apollo implet animum veris (yy), praedicam tibi illud unum, nate Dea, et unum prae ómnibus, et repetcns monebo iterúm et iterúm. Primúm adora prece numen magme Junonis; libens cañe vo- ta Junoni, et supera potentem dominam donis supplicibus (zz); sic denique victor mittére de relicta Trinacriá ad fines Italos. Ubi dela- tus húc accesseris urbem CumaDam et lacus divinos (aaa) et Averna sonantia silvis, aspicies vatem insanam quae canit lata sub ima rupc, et mandat foliis notas et nomina. Quaecumque carmina virgo descrip- sit in foliis digerit in numerum, (bbb) atque relinquit seclusa antro. Illa manent immota locis ñeque cedunt ab ordine; verüm quum tenuis ventus impulit eadem verso cardine, et janua turbavit teñeras frondes, deinde nunquam curat prendere volitantia cavo saxo, nec re- vocare situs aut jungere carmina. Inconsulti abeunt et odére sedem Sibyllac. Hic, quamvis socii increpitent, et cursus vocet vi vela in al- tum, et possis implere sinus secundos (ecc), ne qua dispendia morao fueriñt tibi tanti quin adeas vatem et poseas oracula precibus. Ipsa canat, et volens resolvat vocem atque ora. Illa expediet tibi populos Italia) et bella ventura, et quo modo fugias et feras quemque laborem, et venerata dabit cursus secundos. Haec sunt quae liceat te moneri nos- tra voce; vade, age, et fer ad aethera Trojam ingentem factis (ddd).— Quae postquam vates cst effatus sic ore amico, debinc imperat ferri ad naves dona gravia auro et secto elephanto, et stipat carinis ingens argentum et lebetas Dodonaeos, loricam trilicem consertam hamis et auro (eee) et conum insignis galeae et cristas comantes, arma Neop- tolemi. Et sunt sua dona parenti, addit equos et addit duces (fff), simul instruit socios armis. [xx] 432 Cieruleis ranibus:—Metonimia de causa por efecto. Con los perros mari- nos, esto es, con su ladrido. [vy] 434 Implet animum veris:—Esto es, veris vaticiniis, por el tropo metalepsis. ]zz| 439 Donis supplicibus:—-Metonimia; quiere decir: dones que han de atestiguar la intención de suplicar, ó resolviendo el tropo: con dones y súplicas. [aaa] 442 Lacus divinos et Averna:—Este lago existe todavía l>;ijo el nombre de Lago de Tripérgola. A una corta distancia se ven las ruinas de un templo de Apolo y la gruta de la Sibila. El emperador Augusto unió el lago Averno con el Lucrino, por una canal, de modo que ambos desaguaban en el mar. El terremoto de 1538 lia cambiado com- pletamente todo aquel silio. El lago tenia manantiales de agua hirviendo, lúgubres cavida- des, erguidos y negruzcos peñones, y en medio unas alturas en que descollaban unos bos- % ques consagrados á llecate. |win| 44(5. IHqerit in numerum:—Las Sibilas en medio de convulsiones y desmayos, proferían palabras incoherentes que, recogidas por los sacerdotes, eran puestas en verso ; pero aqui es la misma Sibila quien versifica. Numerus importa la forma de verso y car- mina significa una inscripción ó una redacción. Lex eral horrendi carminis, es "decir, el tenor de la ley era tomate. — 25 — « lunle es humano y es una doncella de lindo pedio liasla la cintura; • « por (tetras es una ballena de enorme cuerpo quo reúne colas de « delfines á un vientre de lobos. Vale mas, aunque tardes, recorrer « las puntas del Paquino de Sicilia, y costear en torno sus largos rum- « bos que haber visto una sola vez á la difonne Kscila bajo su « vasto antro y sus peñascos que resuenan con los perros marinos. « Ademas, si tiene Heleno alguna ciencia, si hay confianza para el vate, « si Apolo llena de verdades su mente, te prevendré aquello solo, ó « hijo de Diosa, y aquello con preferencia á todo, y volviendo sobre ello « te amonestaré una y otra vez. Ante todo adora con ruego el mimen « de la gran Juno; gozoso brinda tus ofrendas ;'i Juno y venco á Ja « poderosa reina con tus dones suplicantes. Asi, por fin, al salir de « Sicilia, serás dirigido vencedor a los confines de Italia. Luego que « conducido allí le acercares á la ciudad de Cumas y á sus lagos mis- il leñosos, y á los Avernos bullendo entre las selvas, verás á la vate « furiosa que vaticina los hados bajo una roca profunda y confia á las « hojas signos y nombres. Cualesquiera oráculos que la doncella tra- ce zó en las hojas, los pone en verso y los deja apartados en el antro; « pero cuando girando el quicio las empuja un ligero viento, y la puer- « ta desacomodó las tiernas hojas, nunca cuida ella en seguida de re- ce coger las que voletean en la hueca peña, ni de restablecer su situa- « tuacion ó juntar sus versos. Se v.1n los que no tienen contestación « y odian la gruta de la Sibila. Aqui, por mas que te riñan los com- ee pañeros, y el rumbo llame con urgencia las velas hacia lo alto, y «r puedas henchir sus prósperos pliegues, ningún perjuicio de la de- « mora sea para tí de tanta importancia, que por eso no veas á la Si- « hila y le pidas con ruego sus oráculos. Que ella misma vaticine y de « buena gana suelte su voz y sus palabras; ella te esplicará los pueblos « de Italia y las guerras venideras, y de qué modo huyas y sufras cual- « quier trabajo, y venerada te dará rumbos favorables. Estas son las « cosas sobre que es lícito que seas amonestado por nuestra voz; anda « pues, y haz surgir al cielo una Troya inmensa por sus hazañas.» Las cuales cosas después que asi las dijo et vate con tono amistoso, manda en seguida traer á las naves unos regalos de oro y labrado mar- ica:] 455 Si*** secundos:—Metonimia que se resuelve en sinus vento secundo. [uno] iC>2 Ingentem fuctis Trojam:—La Troya que Eneas deja está en cenizas; la que quiere fundar está en germen. Al decir Heleno Troja inmensa, alude á liorna que es la nueva Troya que Eneas va á dar á luz. El traductor de Nisard, medio acertó el pen- samiento virgiliano, diciendo: « Vé, corre, y con tus hazaña* lleva al cielo los grandes destinos do Troya.» Yo no me opongo á que ¡únanos se refiera á Eneas y no á liorna, pero digo que lo de inmensa no conviene mas que á esta última. En este sentido se tra- duciría : Y eleva hasta el cielo d Troya que se hará inmensa por tus haiañas. J'm] 4I>7 Hamis et auro:—Metonimia ,que se resuelve por hamis aureis ; lite- mente con aiiíiielillos de oro, pues los anillos se ensartan mútuamentc. [ffk] 470 Addit equos, additgue duces:—Este es un ripio manifiesto, y tanto mas singular que hace suponer el trasporte de caballos en las naves cu aquel tie'npo. sobre lo cual guarda la historia un profundo silencio. Pues si esto se hacia en la ('•pura de Au- gusto, no por oso debía suponerse en la de Eneas. Pero debemos agradecer que la Marf- ílea nombrada por Augusto, haya resperlado basta eso mismo, porque asi comprendemos hasta cierto punto los escrúpulos de Virgilio.Interea Anchises jubebat aplare classem velis (ügg), ne fieret qua mora vento ferenli. Quem interpres Phcebi compellat inulto honore: « Anclase, dígnate superbo conjugio Veneris, cura Deüm,* erepte bis ruinis Pergameis, ecce Ubi tellus Ausónia;; arripe hanc velis. Et ta- men est necesse ut praterlabárc hanc pelago; procul est illa pars Ausónia; quain Apollo pandit. Vade, ó felix pietate nati! ait, quid pro- vehor ultra, ct fando demoror Austros surgentes? » Nec minús Andromache, mu'sta supremo digressu, fert Ascanio ves- tes picturatas subtemine auri et clilamydcm Plirygiamr nec cedit ho- nori, et onerat eum donis textilibus, ac fatur talia :—Accipe et ha;c quae sint tibi monumenta mearum manuum, puer, et testentur longum amorem Andromacha; conjugis Hcetorea;. Cape, extrema dona tuo- rum, ó sola imago mei Astyanactis superstes mihi! Sic ille ferebat oculos, sic manus, sic ora, et nunc pubesceret tecum aequali ano.» Ego digrediens atiabar hos lacrymis obortis: >—Vivite felices vos qui- bus jam sua fortuna est perada; nos vocamur ex aliis in alia fata; vobis est parta quies; nullum rcquor maris est arandum ñeque qua> renda arva Ausouite semper cedentia relió; videtis effigiem Xanthi et Trojam quam vestne manus fecere melioribus auspiciis, opto, et qua; fuerit minus obvia Graiis. Si quando intráro Tybrim et arva vici- na Tybridis, ct cernam mcenia data mea; genti, faciemus urbes cog- natas olim et populos propinquos Epiro et Hesperiá (iihh) quibus est idem auctor Dardanus atque idem casus, utramque Trojam unam ani- mis. Ea cura maneat nostros nepotes.» Proveliimur pelago joxtá vicina Ceraunia, unde iter Italiam et cursus est brevissimus undis. Interea sol ruit et opaci montes um- brantur; Sternimur gremio optahe telluris ad undam sortili remos, et passim curamus corpora (ni) in sicco littore, sopor irrigat fessos artus. Necdum Nox acta Horis subibat orbem médium; Palinurus haud segnis surgit strato, et cxplorat ornues ventos et captat aera auribus; notat cuneta sidera labenlia tácito ca;lo, Arcturum ct pluvias Hyadas el geminos Triones, el circunspicit Oriona armatum auro. [»;gg] 472 Aptare classem velis:—Hipálage por aplare vela clqssi. [ mi ni ] 503 Propinquos Epiro el Hesperia:—Quiere decir que los subditos de He- leno en el Epiro y los de Kneas en la Hesperia que reconocen un mismo fundador, corren los mismos peligros, y fundan rada uno una nueva Troya, se han de unir en una sola en la persona do los descendientes, como se verificó, pero no de buen grado sino por la conquista. No se lia de traducir: próximos al Epiro y á la Hesperia, porque es caso ablativo, pues en realidad, Heleno no está próximo al Epiro, sino dentro de ese país. Pro- jñnquos se refiere á la relación de parentesco y no ála cercanía. |m] 511 l.uramus corpora :—Curare, corpora era es-presión usada en lo militar, y significa eslar franco para hacer cada uno lo que guslc, pero sin salir del campamento. (¡1, y amontona en las quillas muchísima plata, y lebrillos de Dodona, y una cota de triple malla, cntretegida con anillos de oro, y la grana- dilla do un liúdo casco y sus ondeantes crines, armas de Neoptolemo. Y hay también sus regalos para mi padre; agrega caballos y agrega pilotos, suple los remos, ni mismo tiempo avía de armas á los compa- ñeros. Entretanto, mandaba Anquises adaptar la escuadra á las velas, de modo que no se hiciese demora alguna al viento favorable.. A quien el intérprete de Febo le interpela con mucho agasajo: « O Anquises, « honrado con el soberbio enlace de Venus, cuidado de los Dioses y « salvado por dos veces de las ruinas de Pérgamo, ahí tienes la tierra « de Ausónia, búscala con tus velas. Y sin embargo, es menester que « te corras al otro lado de esta; lejos está aquella parte de Ausónia « que Apolo te vaticina. Vete, ó feliz por la piedad de tu hijo, dice. « ¿A que me avanzo mas y hablando demoro á los Austros que se le- « vanlan?» Y no menos Andrómaca, triste con la última separación, trae para Ascanio unos trajes recamados con estambre de oro, y una clámide fri- gia, y no cede en el agasajo, y le carga con regalos de obras tegidas, y le dice tales espresiones:—«Recibe también estas cosas que sean para « tí recuerdos de mis manos, ó niño, y atestigüen el largo amor de « Andrómaca esposa de Héctor. Recibe estos últimos dones de los tu- te yos, ójúnico trasunto de mi Astianax que queda para mí! Asi nío- « via él los ojos, asi las manos y la boca, y ahora estaría creciendo « contigo de una misma edad.»—Al despedirme les decía yo con lá- « grimas que asomaban-—«Vivid felices vosotros para quienes se fijó « ya la suerte; nosotros somos llamados de unos destinos á otros; « para vosotros está el reposo adquirido; no tenéis que surcar ninguna « llanura de mar, ni tc.ieis que buscar esos campos de Ausónia que « siempre retroceden; veis un remedo del Jauto, y una Troya que han « formado vuestras manos bajo mejores auspicios, lo deseo, y que sea « menos espuesta á los Griegos. Si entrare yo alguna vez en el Tibre « y en los campos vecinos del Tibre, y viere íos muros otorgados á mi « nación, haremos esas ciudades hermanas entonces y esos pueblos « cercanos en Epiro y en Hesperia, cuyo fundador Dárdano es uno mis- « iiio y su suerte también, ambas Troyas una sola en la concordia. « Este afán quede para nuestros nietos.» Nos avanzamos por mar junto á los vecinos Ceraunios, de donde el viage á Italia y la carrera por las ondas es cortísima. Se despeña el sol entretanto y las negras montañas se cubren de sombra. Nos recos- tamos en el seno de la deseada tierra junto ála onda, sorteando los remos, y por do quiera en la seca ribera cuidamos de nuestros cuerpos ; el sueño se derrama por los cansados miembros. La Noche guiada por las Horas no llegaba aun al medio de su carrera; Palinuro nada pere- zoso se levanta de su lecho, y esplora todos los vientos y pone el oido á la brisa. Observa todos los astros que se deslizan en el cielo silen- cioso, el Arcturo y las lluviosas Riadas y los dos Triones, y mira en torno al Orion armado de oro. Después que vé que todo está en orden— 28 — Postquain videt cunda constare cáelo sereno, dat claruni signum é puppi; nos movcmus castra, et tentamus viam, et pandimus alas velorum. Et jam Aurora rubesccbat fugatis stellis, quum videmus procul obscuros collcs et humilem Italiam. Achates prinms conclamat: Ita- liam! socü salutant Italiam líeto clamore. Tum pater Anchises induit corona magnimi crátera, et implevit mero, et vocavit Divos, stans in celsá puppi:—< Di, potentes maris, et terne, et tempestatuni, fertc viam facilem vento et spirate secundi. » Opiata? aura crebres- cunt, et portus patescit jam propior (jjj) et apparet in arce templum Minerva;. Socü legunt vela et torquent proras ad littora. Portus est curvatus in arcum á fineta Eoo; cautes objccUe spumant salsa asper- one; ipse latet; scopuli turriti dcmittunt brachia gemino muro, et templum refugit ab littorc. Ilic vidi primiím ornen, quatnor equos nivali candóte, tondenles late campum in graminc. Et pater Anclases: € O térra hospita, por- tas bellum; equi armantur bello ; liase armenta minantur bellum ; sed tamen idem cuadrúpedes sueti olim siiccederc curru et ferré frana concordia jugo, sunt spes et pacis,» ait. Tum precamur sancta ilu- mina Palladis armisona, qiue prima accepit ovantes, et velamur capita amictu phrvgio ante aras, et praceptis Heleni qua dederat máxi- ma adolemus rite (kkk) jussos honores Junoni Argiva;. Haud est mora: continuó votis perfectis ordine, obvertimus cornua antenna- rum vclalarum, et linquimus domos Grajugenum et arva suspecta. Hinc cernitur sinus Tarcnti, Herculei, si lama est vera; contra atol- lit se Diva Lacinia et arces Caulonis et Scylaceum navil'ragum. Tum procul cernitur é íluctu Etna Trinacria, ct audimus longé ingentcm genitum pelagi, et saxa pulsata, et voces fractas ad littora, et vada exsultant et arena) misecntur astu. Et pater Anchises: < Nimirüm! hac est illa Charybdis; Hele- nus canebat ¡ios scopulos, hac saxa horrenda. Eripite, ó socü, et pariter insurgite remis. » Eaciunt haud minüs ac jussi, et Palinu- rus primus contorsit proram rudenlcm ad lindas lavas; cuneta cohors petivit lavain remis et ventis. Tollimur in calum curvato gurgite, et idem, subduelá undá, desidimus ad irnos Manes. Ter scopuli dedere clamorem inter cava saxa; ter vidimus spumam elisam ct astra ro- rantia. 531 Porlua el templum Minerva:—Es el llamado Pucrlo de Venus sobre el l'romontoiio Yapigio. [kkk| r>!7 Adolmius rilé:—lililí■illWlll Zahumamos según eI rilo en honor de — 20 — en el cielo sereno, da desde la popa una clara señal. Nosotros alza- mos el campamento, y seguimos viage, y abrimos las alas de las velas. Y ya enrojecía la Aurora ahuyentando á las estrellas, cuando vemos á lo lejos los obscuros collados y la Italia muy baja. Italia! esclama Acates el primero; los compañeros saludan á Italia con alegre vocerío. Entonces el padre Anquises adornó con una corona su grande copa y la llenó de vino, é invocó á los Dioses, estando de pié sobre la alta popa :-—«O Dioses, soberanos del mar, y de la tierra, y de las tempes- ir. tades, dadnos con el viento un viage fácil y soplad favorables.»— Las deseadas brisas se hacen mas frecuentes, y el puerto se despeja ya mas cercano, y aparece en una cumbre el templo de Minerva. Los compañeros recojen velas y tuercen las proas hacia la costa. El puer- to se cimbra como un arco por la ola del oriente; unas breñas avan- zadas espumean con el salado rocío ; él mismo está oculto; unos pe- ñascos como torres prolongan sus brazos con doble muro y el templo queda atrás de la ribera. Aqui vi primeramente un agüero, cuatro caballos de nivea blancura paciendo á lo lejos el campo en la gramilla. Y mi padre Anquises: € Guerra nos anuncias, ó tierra hospitalaria! los caballos se arman « para la guerra, estas tropillas amenazan guerra ; pero sin embargo, « estos mismos cuadrúpedos adiestrados en un tiempo á caminar bajo « el carro, y atraer los frenos acordes con el yugo, son también una « esperanza de paz», dice. Entonces suplicamos la santa divinidad de la armisonante Palas, que la primera nos recibió alegres; y nos velamos la cabeza ante las aras con el velo Frigio, y según los precep- tos de Heleno que nos había dado gravísimos, zahumamos según el rito las prescríptas víctimas en honor de Juno Argiva. No hay demora: al instante, cumplidos debidamente los sacrificios, izamos los cabos de las entenas cargadas de velas, y abandonarnos las casas y sospechosos campos de los Griegos. De aqui se divisa el golfo de Tarento, fundado por Hércules si es cierta la tradición. En frente se alza la Diosa La- cinia y las breñas del Caulon y el naufragoso Sciláceo. También allá lejos asoma del agua el Etna Siciliano, y oimos de lejos el ingente rui- do del piélago, y los batidos peñascos, y los écos que se quiebran en las riberas; y los pasos bullen y se enturbian las arenas con la mare- jada. Y el padre Anquises: «Pues! esta es aquella Garibdis. Heleno « anunciaba estos escollos, estas horrendas toscas. Desviad, ó com- « pañeros, y todos á una haced fuerza de remos. » Hacen no menos que lo que son mandados, y Palinuro el primero retrocedió á las iz- quierdas ondas la proa rechinante; toda la escuadra con remos y vientos torció ála izquierda. Nos alzamos al cíelo sobre el curvo abis- mo, y los mismos, retirándose la onda, bajamos á los profundos Ma- nes. Tres veces los escollos dieron un crugido éntrelas huecas peñas y tres veces vimos la espuma desquebrajada y los astros destilando. Juno los preseriptos sacrificios, como lo dice con mucha elegancia Nisard • . Oiiemamn* en honor de Juno Argiva el incienso de los sacrificios. >, ' u"cmamns— 30 — Inlerea ventus cum Solé r'eliquit fessos, ct ignari vi* allabimur oris Cyclopum. Portus est immotus ab accessu ventorum, et ¡pse est ingens; sed juxtá tonat Etna ruiriis horrificis, ct interdum prorumpit ad aothera nubem atram, fumantem turbine piceo et favilla candente, et attollit globos ílammarum ct lambit sidera; interdum erigit eruc- tans scopulos et avulsa viscera monlis, et glomerat cum gemitu li- quefacta saxa sub auras, et exaestuat imo fundo. Est fama corpus Enceladi, semiustum fulmine, urgeri bac mole, et ingentem .¿4Ltnam insuper impositam exspirare Hammam ruplis caminis; et quoties mutat latus fessum, omnem Trinacriam intremeré murmure et sub- texere cajlum fumo. Tecti silvis perferimus híec monstra immania per illam noctem, nec videmus qux causa det sonitum; nam, ñeque erant ignes astrorum nec polus lucidus sethrá siderca, sed nubila obscuro ccelo, et nox intempesta tencbat lunam in nimbo. Et jam póstera dies surgebat primo Eoo, ct Aurora dimoverat polo bumentem umbram, quum súbito procedit é silvis nova forma viri ignoti, et miseranda cultu, et supplex tendit manus ad littora. Respicimus: erat dirá illuvics et barba immissa, tegmen consertum spinis, at quoad cantera Graius, et missus ad Trojam quondam in ar- mis patriis. Atque is, ubi vidit habitus Dardanios et arma Troía pro- cul, conterritus aspectu haesit paulúm et continuit gradum; mox praeceps tulit sese ad littora enm fletu et precibus:»—Teslor vos per sidera, per Superes et per hoc spirabile lumen cooli, tollite me, Teu- cri! abducite in quascumque térras; hoc erit sat. Scio me esse unum é classibus Uanais, ct fateor petiisse bello Penates Iliacos; pro quo, si tanta est injuria nostri sccleris, spargite me in fluctus et immergite vasto ponto. Si pereo, juvabit periisse manibus hominum.» Dixerat; et amplexus genua, et volutans genibus, haerebat. Horta- mur fari qui sit, quo sanguino cretus, fateri deinde quae fortuna agi- teteum. Ipse pater Anchiscs, haud moratus multa, dat dextram ju- veni ct firmat animum pignore praesenti. Ule, depositá tándem formidine, fatur luce:—« Sum ex patria Ithacá, comes infclicis Ulyssei, nomen Achemenides; sum profeclus Trojam cum paupere genitore Adamasto (et utinam fortuna mansis- set!). Hic, dum socii trepidi linquunt crudelia limina, immemores deseruere me in vasto antro Cyclopis. Ingens domus est opaca in- tús sanie et dapibus cruentis. Ipse est arduus et pulsat alta sidera. (Di, avertite terris talem pestem!) nec facilis visu, nec affabilis dictu B&L Vcscitur visceribus et atro sanguino miserorum. Egomet vidi quum, resupinus in medio antro, frangeret ad saxum dúo corpora de — 31 — Entretanto, el viento al mismo tiempo que el sol nos abandonó can- sados, y desviados del rumbo, abordamos á las playas de los Cíclopes. El puerto es inaccesible al soplo de los vientos, y el mismo es vastísi- mo, pero alli junto truena el Etna con erupciones terribles, y de vez en cuando desprende al éter una nube negra humeante con pez y pa- veza candente, y levanta globos de llamas y lame los astros; de vez en cuando lanza vomitando los peñascos y las desgarradas entrañas del monte, y aglomera estremecido las liquidas lavas bajos los aires y bulle en lo mas profundo. Es fama que el cuerpo de Encelado, semi-que- mado por el rayo, es oprimido por esta mole, y que el inmenso Etna puesto encima exbala fuego de sus rotas hornadas, y que cuantas ve- ces vuelve el costado cansado, se estremece con ruido toda la Trina- cria y entolda el cielo con humo. Ocultos en las selvas sufrimos estos prodigios horribles durante aquella noche, y no vemos que causa pro- duce el ruido, pues ni habian fuegos de los astros ni el polo estaba lú- cido en el éter sidéreo, pero había nieblas bajo el oscuro cielo y la no- che tormentosa tenia la luna en un nubarrón. Y ya el siguiente día surgia con el primer Oriente, y la aurora había removido del polo la húmeda sombra, cuando repentinamente sale de las selvas una nueva figura de hombre desconocido y consumido de la última flacura, y que daba lástima por su abandono, y suplicante es- tiende las manos á las riberas. Miramos atrás. Era un desaseo terri- ble y la barba desgreñada, la ropa pasada de abrojos, pero en lo demás Griego y enviado á Troya en un tiempo en los ejércitos de su patria. Y éste asi que vió los trajes Dardánios y las armas Troyanas de lejos, aterrado con ese aspecto, vaciló un tanto y detuvo el paso; luego apre- surado se dirigió á las riberas con llanto y ruegos :—« Yo os suplico n por los astros, por los Dioses, y por esta lumbre respirable del cielo, « alzadme, ó Teucros! llevadme á cualesquiera tierras; eso será lo « bastante. Sé que soy uno de las flotas de los Dáñaos, y confieso ha- « ber atacado en guerra á los Penates Iliacos; por lo cual, si tanta es « la enormidad de nuestro crimen, arrojadme álas olas y sumergidme « en el vasto mar. Si perezco, me aliviará el perecer ámanos de hom- « bres » Habia dicho ; y abrazando mis rodillas, y arrastrándose con las suyas, no me soltaba. Exhortárnosle á decir quien es, de qué san- gre ha nacido, y confiese en seguida que fortuna le acosa. El mismo padre Anquises sin demorarse mucho, da su diestra al jóven y tran- quiliza su ánimo con esta prenda efectiva. El, deponiendo por fin su miedo, dice esto: « Soy de mi pátria Ita- « ca, compañero del infeliz Ulises, es mi nombre Aquemenides ; he «< marchado á Troya con mi pobre padre Adamasto (y ojalá hubiese « permanecido la fortuna)—Aqui, mientras mis compañeros aturdidos « dejan estos crueles umbrales, olvidados me abandonaron en el vas- « to antro del Cíclope. La inmensa casa está obscura por dentro con « la putridez y con las carnes sangrientas. El mismo es gigantesco y « toca á los elevados astros—(0 Dioses! apartad de las tierras seme- « jante peste !)—Y ni es fácil de verse ni es posible para nadie ha- « blarle. Se mantiene con las entrañas y con la negra sangre de los « infelices. Yo mismo le vi cuando, tendido boca arriba en medio del— 3á — nostro numero prensa magna manu, et limina nalarenl exspersá sa- nie; vidi quum manderet membra íluentia atro tabo, ct trepiili ar- tus tremerent sub dentibus. Haud impune quidem, nec Ithacus Ulys- ses est passus talia nec est oblitus sui tanto discrimine. Nam simul, cxpletus dapibus et sepultus vino, posuit ccrvicem inílexam ct jacuit immensus per antrum, eructans saniem ac frusta commixta cruenlo mero per somnum, nos precati magna Nomina et soriiti vices, cir- cumfundimur uná undique, et terebramus acuto telo lumen ingens quod latebat solum sub torva fronte, instar clypei Argolici aut lam- padis Pha^beas (lll), et laoti ulciscimur tándem umbras sociorum. Sed fugite, ó miseri, fugite, atque rumpite funem ab littore. Nam qualis et quantus Polyphemus in cavo antro claudit lanígeras pecudes atque pressat ubera, alii ccntum infandi Cyclopes habitant vulgo ad nec curva littora et crrant altis montibus. Jam tertia cornua luna? implent se lumine quum traho vitam in silvis inter deserta lustra et domos fcrarum, et prospicio ab rupe vastos Cyclopas et tremisco sonitnm pedum ac vocem. Rami dant infelicem victum, baccas et lapidosa corna, et herba; pascunt me vulsis radicibus. Collustrans omnia, conspcxi primúm lianc classem venicntem ad littora. Addixi me buic, quaícumque fuisset. Est satis cffugisse gentcm nefandam; vos potiús absumitc hanc animam quocumque letho.» Vix erat fatus ea, quum videmus summo monte ipsum pastorem Polyphemum vasta mole moventem se inter pecudes, et pctentem nota littora, monstrum horrendum, informe, ingens, cui est ademptum lumen. Trunca pinus regit manum et firmat vestigia; comitantur oves lanigene; ea est sola voluptas etsolamenmali. Postquam tetigit al- tos fluctus, et venit ad aequora, inde lavit íluidum cruorem luminis effossi, infrendens dentibus gemitu: et jam graditur per médium aoquor, necdum lluctus tinxit ardua latera.—Inde nos trepidi cmpimus celerare fugam procul, recepto supplice sic meritó, et taciti inciderc funem, et proni vcrrimus aequora remis certantibus. Sensit, et torsit vestigia ad sonitum vocis; verúm, ubi nulla datur potestas affcctare dextram, nec est potis aequare fluctus Ionios sequendo, tollit clamo- rem immensum, quo pontus et omnes unda3 intremuere, et tellus Italiac est exterrita penitús, ct ./Etna immugiit curvis cavcrnis. At ge- nus Gyclopum excitum ruit é silvis et altis montibus ad portus, ct complent littora. Cernimus fralres .íEtn^os adstantcs nequidquam [ux] 637 Lampadi» Frrbev :—La lámpara ó mas bien antorcha de Febe, esto es, de la Luna. Casi todos los traductores, incluso Nisard, cometen la exageración de com- parar el ojo del Cirlupe al sol. — 33 — » antro, estrellaba contra la piedra á. dos individuos de nuestro nú- « mero, agarrados ron su grande mano, y los umbrales nadaban en lu « rebosada putridez. Vi cuando mascaba los miembro? destilando ne- « gra podre, y los libios huesos crugian bajo sus dientes. No fué im- « punemento por cierto, ni el Itaco UÍises sufrid tales cosas ni se olvidó • de si mismo en tamaño lance. Pues asi que, saciado de carnes y • sepultado en el vino, recostó el lánguido cuello y se tendió inmenso « al través del antro, regoldando la sanguaza y los bocados mezclados • con sangriento vino durante el sueño, nosotros invocando las grait- « des divinidades y sorteando los empleos, acudimos á la vez de todos « lados en torno de él, y taladramos con agudo dardo el ojo inmenso « que se ocultaba solo bajo su tona frente, parecido a un escudo Ar- « gólico ó a la antorcha de Febe, y alegres vengamos por lin las som- « bras de nuestros compañeros. Pero huid, ó infelices, huid, yarran- « cad el cable de la orilla. Porque cual y cuan grande i'olil'emo en su « hueco antro encierra las lanudas ovejas y exprime las ubres, otros « cien espantables Cíclopes habitan en comün por estas curvas ri- « beras y vagan pór los altos montes—Ya los terceros cuernos de la « luna se llenan de luz desde que arrastro la v ida en las selvas, entre « las desiertas guaridas y mansiones de las fieras, y desde mi roca con- « templo á los (.'normes Ciclopes, v les tiemblo al ruido de sus pasos y < á su voz. Me drin los ramos un infeliz sustento, bayas y pedregosas « frutas de cornejo, y me alimentan las yerbas con sus raices arran- « cadas. Mirando á todas partes vi lo primero Bata Mola que venia « hacia la costa. A ella me entregué, cualquiera que fuese. Bástame t haber escapado á estaraza horrible; vosotros mas bien quitadme « este aliento con cualquier género de muerte. » Apenas había dicho esto, cuando vemos en la cima del monte al mismo pastor Polifemo con su vasta mole, moviéndose entre las ove- jas y buscando Jas conocidas riberas, monstruo horrendo, informe, in- gente, á quien se le quitó el ojo. Un tronco de pino rige su mano y afirma sus pasos; acompáñanle las ovejas lanígeras, este es su soló deleite y alivio de su mal. Después que tocó las profundas olas y vino á los mares, al instante lavó la iluida sangre del ojo excavado, cru- f;icndo los dientes con gemido; y ya camina en medio mar y la ola no e bañó todavía sus altos costados. Al instante nosotros azorados em- pezamos á apresurar la fuga lejos, recibiendo al suplicante asi con ra- zón, y á cortar Ja soga en silencio, y agacJiados barremos los mares con los remos á porfía. Sintiólo él y torció sus pasos al sonido de la voz: mas donde no se le da poder alguno de alargar la diestra ni lo- gra igualar las olas Jónias siguiéndonos, levanta un clamor inmenso con el cual el mar y todas sus ondas se estremecieron, y el suelo de Italia se conmovió adentro, y retumbó el Etna en sus curvas cavernas. Pero Ja raza de los Ciclópea alborotada se precipita de las selvas y al- tos montes á los puertos v llenan las ribera-', Vemos á los hermanos del Etna junados en vano con la mirada torva, llevando bajo el cielo sus altas cabezas, horrenda asamblea, cual encinas altísimas o cual cipreses eotttferós, cuando han crecido con empinada copa, profunda selva de Júpiter ó bosque de Piona.— 31 — ltumne torvo, forSflÉM ráelo alia rápita, concilium horrendum, quales quercus acria? aut cyparissi conifenc, quum constitemnt eelso ver- tice, alta silva lovis vcl lucus Diana*. Acer metus ágil nos precipites exculere rudentcs quócuinque et mtendore vela ventis secundis; contra, jussa Hcleni moncnt ni (MMM) tencattt cursus intcr Styllam atque Cliai ybdim, utramque viam paño discrimine lctlii; ost certum daré lintea relió. Ecce tótem Bóreas adest rnissus ab angustá sede Pelori. Pnetervehor ostia Pantagia: vivo saxo, et sinus Megaros el Thapsuui jacentem. Arhememdes co- mes infelicis Ulys^ei relegens monslraba talia errata retrorsurn. Insula jaeet pnetenta simi Sicanio contra undosum Plemmyriuni ¡ Priores dixere nomen Ortygiam. Est lama Alpheum, amneni "Elidís, eguse vias liúc subter mare, qui-nunc, Arethusa, confunditur undis Siculis tuo ore. Jussi veneramur magna Numina loci, et inde exsu- pero propingue solum stagnantis Helori; bine radimus altas cautos et proyecta saxa Pachyni, et procul apparet Camarina coucessa latís uunquam move'ri, et campi Geloi, et imrnanis Gela, dicta eognomim- fluvii. Inde ostentat longé máxima mainia arduus Acragas, generator quondanumagnanimum MuroR; et, datis ventis, limpio te, palmosa Selinus, et lego vada Lilybeía dura ca?cis saxis. Hinc acripit me por- tas et ora illíetabilis Drcpani. Hic, actus tot tempestatibus peiagi, heu! amitto genitorem Anchisen, levamen omnis cura» et casús. Hic, paler oplime, deseris me fessum, beu! erepte neqnidquam tantis pe- nclis! Nec vates Helenus, quum moneret multa horrenda pra?dixit mihi hos tactos, non dirá Celyeno. Hic fuit extremas labor, híec fuit meta longaram viarum. Deus appulit vestris oris me digressum hinc Sic nitor ^Eueas, unas, intentis ómnibus, renarrabat lata Divúm. et docebat cursus. Tándem conticuit, et tacto fine Me, quievit. «o» ¡Mmi| 686 A'i teneant cunus:—„V» es anvusmu por non ó ue, y se usa en el com- puesto quidni ! por que no?—Cuando ni es contracción de núi no liáy arcaísmo, coma en H primer libro : Qt4tppe ni faciat, marta ac térra» rapidi ferant secúm — 35 — El fuerte miedo nos urge apresurados á estirar tus cables hacia cual- quier parte y k dar vidas á los vinillos propkios; pero al contrario, las órdenes de Heleno prescriben que no siga* los rumbos entre Scila y Caribdis, una y otra via acorta distancia de la muerte. Lo seguro es dar velas atrás. V ved ahí que acude el Bóreas enviado de la estrecha pun- ta del Peí oro. Dejo atrás la embocadura de viva piedra del rio Panta- gia, y el golfo de Alegara, y la aplanada Tapsos. Tales riberas nos mos- traba, navegadas hácia atrás, Aquemeirides compañero del infeliz Cli- ses. Estendida en el golfo de Sicilia yace una isla frente al undoso Pie- mirio ; los antiguos dijeron su nombre Ortigia. Es fama que el Alfeo. rio de Elide, w abrió por debajo del mar ocultos caminos hácia allá, el cual, ó Aretusa, se confunde ahora por tu fuente con las ondas si- cilianas. Mandados veneramos las grandes divinidades del lugar, y de allí paso el fértilísimo suelo dt; la estancada Helero; de aqui raspa- mos las altas breñas y los avanzados peñascos del Paquino, y á lo le- jos aparece Camarina permitida por los destinos no moverse nunca, y los campos de Gela, y la inmensa Gela, llamada del nombre de tu rio. De ahí ostenta á lo lejos sus murallas enormes la alta Agrigenio, donde es un tiempo se criaban magnánimos caballos, y. dados los vien- tos, te abandono, palmosa Selinunte, y costeo los pasos del Lüibeo, trabajosos por sus peñascos invisibles. De ahi me recibe el puerto y la costa poco amena de Drépano. Aqui, agitado de tantas tormentas del mar, ay! pierdo á mi padre Anquisus, alivio de todo mi afán y de loda mi desgracia. Aqui, ó el mejor de los padres ! me abandonas á mi cansado, ahí salvado en vano de tantos peligros. Ni el vate He- leno, anunciándome muchas cosas horrendas, me predijo estos llantos ni la cruel Celeno. Este fué el último trabajo; este fué el fin de los largos viages. Saliendo yo de allí, un Dios me ha hecho arribar á vuestras playas. Asi el padre Eneas, él solo, estando todos atentos, volvia á contar los destinos de los Dioses y referia sus viages. Calló por fin, y hacien- do punto aqui, descansó.