do eaquioa, siendo de material el pilar que laa divide, ae considerarán como doa. No se cobrará por las puertas ta- piadas por dentro ccn material, ni por las casas desocupadas; mas por toda casa que es tu vicho desocupada al tiem • po de recaudarse el impuesto, deberá abonarse el mes íntegro, aunque esté re- cién habitada. DOCUMENTOS RELATIVOS AL ASLWTO DE LA l'fíOV ÍSIOiV 1)E AGUAS CORRIENTES P%RA I,A CII'DA1> DE BUENOS AIRES. f¿w. j^é OTENOS AIRES. WPRKNTA DEL ORDKN,—SAN MARTIN" VUH. i. Y BUEN ORDEN NUMERO 181.Relativos al asunto de la provisión de aguas corrient<* para la Ciudad de Buenos Aires. DICTAMEN «leí Asesor especial doctor I>. José Roque Pérez. Exmo. SeiIob: Honrado por V. E. con el encargo de asesorar en esta causa, voy á cumplir este deber, presentando mi juicio bajo el punto de vista mas independiente, aunque en ello pueda lesionar algunos intereses parti- culares. Entiendo que en el asunto de proveer á esta ciudad de acra a 3 corrientes, se trata de dotar á la población con un bien positivo, sin ligarlo á especulaciones personales, sino en cuanto esos intereses ten- gan que ser los vehículos por medio de los que ese bien ha de conse- guirse, armonizando la utilidad pública con el interés individual ó de la empresa. Entonces es forzoso buscar lo primero como fin, y Jo segundo como medio, sin ligar al país á obligaciones onerosas qao retarden su desarrollo y el planteamiento de obras eficaces en el ;nismo sentido, y que prestando garantías de ejecución, de buena ca- lidad y de permanencia, no vengan á ser la explotación del pueblo por la empresa, ó la especulación individual, ó la explotación del Go- bierno en su concesión, retardando sin término una mejora reclamada por las necesidades del país. Yo partiré del punto de vista de que el dotar a la ciudad de ag'ia clarificada en todos sus puntos distantes es una necesidad sentida : admitiré también que la resolución de las Honorables Cámaras de 31 de Octubre de 1856. que corre á f. 10 de la primera pieza de estos— 4 — autos, así lo declara, ó cuando ménos lo indica, cuando devuelve á V. E. las solicitudes de loa peticionarios que ocurrieron á ellas, soli- citando concesiones para el planteamiento de esta obra; que V. E. mismo pareció entenderlo así, cuando á f 3, pieza '2. * , concedió un privilejio á la Sociedad Bragge y Ca., que después quedó sin efecto: y cuando llamó á nuevas propuestas por su superior resolución de 2'¡ de Febrero de este año, f. 17 vuelta, pieza 3. a Todo esto admitiré para concretarme á dar una opinión en este asunto ya tan complicado, y en el cual se ha querido hacer al Gobierno hasta juez de contro- versias particulares. Diré entonces francamente que ninguna de las proposiciones he- chas llena su objeto, que todas, si bien tienden á obtener un privile- gio, ninguna detalla la forma y modo de ejecución, ni garantizn los efectos de la obra que pretende emprender. Diré mas, que nin- guna de ellas está basada en los prolijos estudios que obra semejante requiere, y que la misma facilidad con que alguno se presenta pres- tándose al pago de grandes sumas á favor del erario, ó de fuertes patentes, está mostrando que realmente no se intenta practicar obra tan grande, sino teuer un privilegio para enagenar, hágase ó no se haga la obra después. No lo digo esto en vano, Exmo. Sr.; I» foj.i 7 vuelta, 12 y 12 vuelta, pieza 3. * , tiene reiteradamente la revelación de este hecho. Entonces el calor con que este negocio se si^ue, por personas que no están en aptitud de llevar á cabo una empresa que demanda fuer- tes capitales, espuestos á extremas contingencias en los lucros, es ;. diciendo que se trata do otra cosa que de la real y efectiva plantea- don de las aguas corrientes para el abasto de esta ciudad, con un consumo libre para el vencin lario. Otorgar un privilegio asi sobre cosas que afectan al bien del muni- cipio, que se vinculan con su existencia, que serán el objeto de serias responsabilidades para los mismos empresarios, por cuanto se relaciouu el negocio con la higiene pública, y otorgarlo por un periodo de años larguísimo, vinculado quiz.i á dos generaciones, es cosa alta- mente seria para que se decida á hacerla un gobierno sin muy dete- nidos estudios, y sin conocer muy a fondo, de lo que se trata, y de lo que puede exijir la planteacion de tan grande obra. No me paro, Sr , en la utilidad que pueda dar el negocio á lo» que lo emprendan. Que hagan bien, y ganen mucho, muchísimo si es posible, esa es mi opinión en materia de mejoras en paises nuevos y crecientes que de todo necesitan. Pero entre esto y el otorga- miento de un privilegio en transaciones que afectarán á toda la po- blación, sin ningún estudio prévio y preparatorio del negocio, hay una distancia inmensa, como existe entre la imprevisión y la cordura, la prodigalidad y el órden económico. ¿ Y el Gobierno mismo tiene fijada su idea sobre la necesidad pre- miosa de una obra semejante? Al proseguir este espediente, ¿es guiado por un propósito fijo, meditado y preciso, ó lo es solo por la necesidad de dar curso á estas gestiones privadas? Si ese pensamiento existiese, era natural admitir que la materia habría sido seriamente considerada en sus consejos, ilustrada por los hombres del arte, y por consiguiente, que poseia de antemano los conocimientos necesarios para decidirse por la bondad de las pro- posiciones de los peticionarios; pero tengo motivos justificados para dudar que tal sea el caso. Entonces lejos de proseguir con ía mar- cha de estos espedientes, que no son ya sinó la polémica de intereses privados que se creen con derechos adquiridos cuando ninguno tjenen, debería consagrar su atención á esos preliminares, antes de decidir cosa alguna sobre el particular. Ei Gobierno, según entiendo, espera injenieros competentes que ha mandado contratar a Kuropa: hombres de consejo y ciencia que están al cabo de las dificultades, trabajos, costos, importancia y demás de este jénero de ol-ras, ¿porqué no se esperaría á tener el auxilio de estos ajentes naturales suyos, de estos fieles consejeros, ajenos á la especulación privada, para decidir negocios que afectan á la jenerali- dad de la población, y vincularán quizá por mucho tiempo el desar- rollo de esa misma mejora, de un modo mas útil para el pueblo, y d«- mejores condiciones para el embellecimiento municipal? La cuestión propuesta es de mucha importancia para que se pueda escojitar á priori la bondad absoluta ó relativa de proposiciones sin base. El demasiado grave para que así se ligue una sociedad entera á los resultados de un proyecto privado en que es natural que toda la ventaja se busque á favor del proponente, y que no queda al aceptante ni el triste consuelo de saber lo que concede. £1 país tiene lecciones muy interesantes en las empresas anteriores— 6 — para las que hizo concesiones el Gobierno. Presididas por el patrio- tismo, dirijidas por lo mejor de nuestra sociedad, pero ignorante ella misma de lo que se trataba, todos han sido explotados en sus cálculos y en sus deseos. Todas jeneralmente han sido obras malas, porque no se ha podido precaver la realización de lo mejor. Y eso que el ierro-carril y el gas eran obras necesarias é indispensables, haciendo iu primera desaparecer el desierto y la barbarie. Ante estos ejemplos, hay que pararse un poco y considerar y me- ditar las cosas. Y si fuese permitido abrir una opinión y sobre ella hacer el ensayo, yo no trepidaria en encargar el estudio de esa obra por medios adecuados y su realización en el pais á las personas que figuran en la nota dirigida al gobierno en el mes de Mayo anterior, por una reunión de ciudadanos y residentes extrangeros que repre- sentan el capital, la responsabilidad y el mejor anhelo por el bien público que todas las demás propuestas anteriores. El patriotismo, el capital y la representación social van por mucho en este género de negocios. Cuando menos, aseguran la ejecución, á la vez que la solidez y perfección de las obras que, en este caso, serian de necesi- dad y de ornato. Ese núcleo de ciudadanos espectables, son ya bases inconmovibles para la realización de una sociedad que diese cima á la obra, mientras 4ue los otros son solo proyectos para realización de la empresa, ó cuando menos una remora ó un recargo á su ejecución. Lo que ellos indican y proponen es lo único admisible; y ni eso deberia hacerse sin la concurrencia de la Municipalidad, como que se trata de cosas esencialmente municipales. Ella debe ser oida sobre este negocio para conocer si la obra es de urgencia y necesidad inmediata, y si deben ó no aceptarse proposiciones vagas, como las de los pro- ponentes, ó aceptarse las que vienen formuladas por una porción acaudalada del pais é interesada mas que otra alguna en las conve- niencias particulares, á las que pueden hacer muchos sacrificios. Por lo espuesto, ya advertirá V. E. que mi dictamen es que no se dé mas ulterjoridad á este asunt), hasta tanto que, el gobierno no tenga los medios de ilustrarse prácticamente sobre las ventajas <> inconvenientes que presentan las propuestas hechas. Que se proceda inmediatamente á preparar lo necesario para la realización de los estu- lios que la plantcacion de esta obra demanda, y para decidir el pro- blema de si conviene mas que sea hecha por cuenta del Estado ó de empresas particulares, bajo condiciones dadas por el Gobierno mismo, y fijadas de antemano para el concurso, y con las garantías necesarias. Que sobre la necesidad y urgencia de la realización de la obra, se oiga previamente á la Municipalidad, á la que, para ese efeoto, se pasará este expediente. Tal es mi juicio, Exmo. Señor, formado con la lectura inmediata y reflexiva de este negocio. V. E., sin embargo, resolverá en su ilus- trada justicia lo que juzgue mas arreglado. Buenos Aires, Noviembre 13 de 1857. José Roque Peri-z. INFORME Del ingeniero «leí Gobierno. A Su Excelencia el Sr. Ministro de Hacienda del Estada d? Buenos Aires. Exmo. SeFior: El 7 del corriente tuve el honor de recibir los diversos documentos referentes á la proyectada provisión de agua para esta ciudad, que me fueron entregados por V. E. con instrucciones- para investigar el mérito relativo de las propuestas hechas, y el mejor método que deba adoptarse para la realización de la obra, asi como las ventajas ó desventajas que resultarían de dicha obra, ya se ejecute por empresa particular ó por cuenta del Estado. Las diversas propuestas hechas han sido elevadas tan frecuente- mente ante la consideración del Gobierno, de !a Municipalidad y del público, que es innecesario recnpitularlas en detalle. Todas ellas proponen suplir á la ciudad de agua, tomada del rio, sobre el lado norte de aquella, y filtrada, según el sistema conocido, para la provi- sión constante, es decir, conservando los cafios llenos de agua, á cual ■ quiera hora. Ellas fijan una extensión de tiempo mas ó menos pro- longada, para el principio, adelantamiento gradual y complementoI -- 8 — y en SÍ Kstado un ingeniero distingui- do, cuya especialidad oí el conocimiento de las indicaciones hidráu- licas. Hav ademas entre los miembros del Consejo de Obras Públi- cas, y del Departamento Topográfico, ingenieros hábiles cuyos sfT vicios podrían aprovecharse, contando aquel las dos oficinas con J éelementos, teóricos y prácticos de qno carecen en su mayor parte los proponentes participares. La Comisión ha hablado antes, del establecimiento de impuestos para la ejecución del proyecto benéfico que nos ocupa. 151 Parla monto do Inglaterra los ha votado con el mismo objeto; y la Lejisla- fura de Buenos Aires en presencia de las necesidades y recursos lócalos, y de la extensión de los trabajos, fijarla las cuotas come nientes. La Comisión prescinde de otros dotalies que deben ser materia de estudios especiales, y reasumirá su pensamiento en las proposiciones siguientes : 1. c -- Que la Municipalidad pida ti Gobierno s<¡ sirva acordar que AP X>E BUIJ«TOS AIBEJ3, [ARA RECIBIR EL GRADO DE DOCTOR ®f oíá 20