I I D. BERNARDINO IM\ ADAVÍA. T'*in¡ti" íikj nii* <-rt*c¡t if -tort-'a». Tac. fc'tjtirjftmir la mrtmtritt tle loe tfHTt>'r< K r^otumtitiblf* *•* *«f- <•«!• íttMtit'ia ii /tu ttn'-rito y ttttituvt'ir A A v /./,./. r iniittn *w 'jtmjtlo. (T( IV APATIA.) Lm pnotlloa. como l,i justicia eterna, son tardíos pero infalibles para ejeiMT su ven;;' m- s.* y para do raviar las virtudes. l'odoro- sos rivales de la naturaleza, derraman su» tor- vei.tes do lava cu las épocas revolucionarias, cubriendo con lodo y con cenizas los nombres ilustres, y las reputaciones intachables. Ni la monarquía ni la d< DMM racin lian podido im- pedir á la historia que consagre en sus ana- les estos hechos dolorosos, porque la huutaui- dad los comete obedeciendo ú leyes mas rtmWt—ittf que la v oluntud d< las sociedades. Jiajo nuestra forma de gobierno, cuyo caiác- tor distintivo es la frecuento renovación de, la influencia gubernativa, son mas profundos los vaivenes de la fortu ta para los hombres públicos. Levantados hoy en el escudo po- irwlfir. niafiana serán afortunados si conquis- tan por premio de sus afanes «1 permiso de asilarse tranquilos en el hojxar de su fami- lia. CuAntO man se IMMIIM por la abne- gación y el desprendimiento al anticuo mo- delo de Aristidcs. [íersonifieacion de la virtud civil, mas próximos se hallarán del umbral que pisan las victimas del ostracismo. l' eliz el pueblo que, vuelto en si del ex- travio á que le llovó o! error de un momen- to, se apresura ú reparar la ofensa que. con mas ó menos parte de su consentimiento In- firió ó alguno de sus ciudadanos turnóme ritos! lineóos Aires presenta hoy uno de esos espectáculos que sirven de aliento á los fuer- tes corazón, s para dc.\ ciarse por su dicha; que le dignifica ante rí mismo, y que conven- ce de que el moble donde la naturaleza va- cia los bombes modi los. no bn sido roto para /•I por la mano extenuada del tiempo. 1 .n jeiieracion nWM otros días se agolpa- ba al paso del vencedor en I 'hacnhuco, ó crt ■ minaba en entusiasta mmrrin hasta el frente de bis casas consistoriales, á saludar las ban- dera» cautivas en Tin iiinan y Salta, podrá desde su tuinha contemplar con gozo á sna descendientes, movidos por otro sentimiento no menos noble, formando hoy dos hilera» respetu osas para custodiar el paso de la car- roza fúnebre «pie lleva i su perpetua morada los restos de un gran ciudadano.—Sus con- temporáneos son reducidos en número, pero no por eso dejará de ser rearada la carrera de. su ultimo triunfo con las lagrimas del hom- bre maduro por la edad, de la juventud en hi aurora do ¡a existencia, y con la» del bello sexo, consoladoras siempre de todas la« gran- de» desgracias. Los unos traen á la memo- ria al activo obrero de aquella época inolvi dable cu que, cOm> la luz del seno del caos, salieron armadas y vivaces la» institucione» fundaméntale.-, del réjimen democrático do C'ntr* las tinieblas civ iles del tifio veinte. Los Oteos, al sentirse cultos ¿ instruidos y ni ver abieitas ante si las puertas di- las ambicione» tfjírimojtj se reconocen obligados á quien «o desveló por la educación de la niñez, levnntój á un alto nivel la < iisofi.nn.-i universitaria y trajo la semilla de muchas ciencias útile» d< s.le climas remotos, al nuestro en donde toda Miníente se centuplica. La mujer llama- da por el estudio á responder mejor ú sus santos y ledos destinos; habilitada para sa- ciar su sed Instintiva de beneficencia; "levan- tada desde el polvo en que estaba hundida a destinos de gloria inmortal", según la espro- ston de uno de nuestros antiguos vates, se siento justamente or^ullosa, y su gratitud so agranda á proporción de la perfección moral MH ha conquistado su ser y de la altura de su posición en la sociedad. La gratitud de todo un pueblo derrama sus bendiciones como flores imperecederas del alma, sobre la memoria y las cenizas de 1>. HlMI.N iIMNO iti v a l>.\ vi v. Kn eompaiación de tan valioso tributo ¡que son los padecimientos de una larga os- patriaciou y los doloics tle un espíritu que an- siaba por el azul y los aiies del l'Iata, sin los cuales es una muerte la existoncia para quien tuvo la fortuna de nnroi- á sos márgenes! Y sin embargo, tas torturas del ánimo del Sr. Itivadavia tienen un carácter especial: fueron mas aeerhns de lo que generalmente, puede imajinarse. < >lvid«rlae en asta ocasión-— 2 «crin dejar un vacío en la historia, y perder Ib oportunidad do. nna lección tnnto mus ofi- cáz cnanto Tiins dócil M encuentra el corazun conmovido para recibirla. Kl hombro común llalla Ja patria en donde lo pasa mcjnai su» noccsidniles, «on materiales v stn apetitos ptaeden eoatonfcrar pábulo en el t.nUícin agradable do Ihh aotsiedadea cstrnnjc- raU. l'oro oi^mlo «'sa patria a» la República Argentina] necesitada de inteligencias direc- tivas, y catatado el espntriado «lo su neno os uno de Stia hijos aqe lleva en si, como testigo y actor de la revolución de Mayo, el germen de In idi ■ que esta representa, sintiendo en su f altea ti claroa y precisos I» j ciernen toa del desarrollo y mñjara> de ese mismo j.'rmcn pro- < ¡oso: cuando la obcnbienhechora comenzada y continuada por largos años de labor, con tanto acierto, se desmorona por la ignorancia ti imitante; cuando lo bueno es perseguido, cuando ln razón huye nntc el capricho, y mando por ultimo, la tiranía viene á soiitar- *c en donde estuvieron las leve *; entonces el espectáculo de la patria retrocediendo á la edad del tHaillllatlltlllllH. es atligouto «'• insopor- tabie para el «pie. le contempla ;. la distancia con los ojos de lujo inte líjente interesado ct> mi dicha. ltivAlt.wiA «pie había entrado á los salones del Ministerio de llelocioms In- teriores de la I rían Brotaría, para presentar y firmar el canje do. lata latificaciones del da- tad") ala amiatad, comercio y navegación en tro las Provincias IJnidas d '.1 Kio de, lal'lata y aquella aran potencia , recibiendo con tal motivo las felicitaciones del Ilustre Oanning j>or el rumbo acertado que tomaba <'s¡ i na- ción rocíen entínala on an carrera Indepen- diente^ Htv.MiAviA qiiohnbia bregado tantos aÜM para edificar sobro las ruinas de la ru- tina, «le loe abtaatoa y dolos errores el edificio del buen gobierno, que según sus propias p i- l.'ibras. "'reviatiétadoeo del tasjM rroaci < ha- bía de fCtlCef al Sn las Buonic jalapa de la opi- nión ostra viada, por meato *h- /'« imai'ruecion, ¡rt> ss? m f¿*tivn cV- iitn fiir'trvs vil v".v tlcvitraviu*. l'oro aquella alma tuerto y privilegiada se templaba como los metales en el yunque a los goljyes de la adversidad. Catatado mas motivo tenia para quejarse do la Ingratitud de la patria, mas se identificaba con ella con- pngi .índole sus desvelos, ííada podía baeer en su servicio el estadista ri.qiudiado, pero sí el estudioso liternto. ' lOntónci-s eti (pie em- prende, para afiii/i, «u «tmjrifm, la Iratdwc- t ion on lengua española do los viaje» «le 1». Kclix de Azara, loa Otantes por una serio do causas especiales, fui ron dado- á luz en idio- ma francos muchos años mitos que on id idioma patrio de aquel insigue jeógrafo y M gaoísiino obsei \ ador. Don Bkrn akoiNo IIivauav;a, lujo do un abogado distinguido , nació en I'uciios Aire* el dia JO (la Mayo do 17^0. Kra diez años menor que 1). Manuel líclgrano, y d >s menor que í*au Martin, cmeatrOS naaa carac- terizados JaanaraieSde la independencia: me- nor tres años que el Dr, I*. Xnrinno aíotrsno, esc meteoro brillante de pocas hotaaq' aeiia- ló en el cielo de. Mayo nuestro cami..o á la de- mocracia. Llawábala cata tro años en e.l.ul á su Klaastroj colaborador 1>. lCannn] .losi'- Gtaur- ein, y fue eouiüsi ipulo, en la nunoaa escuela de latinidad dei>. l'edro Kernamlcz. di mu- cbos porteños distinguidos, todos vencidos hoy por «'1 tiempo, poro cuyos nombres so, salvaran del olriafo on las pajinas de la histo- ria ni ¡entina. I >. Matias l'iitron. I). Viénta- te l.opez. IV .Ti.lian S. do Agüero, D. ,Ium; María Iiojas. I>. Kstevan latea. I*. Ma nuel 'I*, do Annfaotnnn *\:a., conociaeoe ú RHmaln- vin en la intimidad de Ion bancos dtd nula, sin BUS pechar entóneos que el aspecto gravo y la seriedad adulta qaa mnstraba aquel íiifn. lo doce años, aun en los momentos do las ro- eré uimus permitidas, eran otros tamos ca- radores tic su predestinación para oicar pen- sando y para representar la Aut<*ridnd najo el augusto aspecto que debe revestir on las Bn- piíldicas. r.n la « poca do las invasiones inglesas ha- llábase ltiVAiiwiA on esta capital. Cono tros machos desús compatriotas, el hombro dat letras y el futuro estadista y magistrado presentó entonce ; el pocho á las Ijalas «leí iguerrido em-mig « eu mas do un encuentro sangriento. La completa y gloriosa victoria m4s — 3 — nnai Bobre la agresión británica y otros aeonteci- niicntoa que la siguie on de cerca, pueden consi \ vi a que «ñi aquellas lamosas fiestas hubo do enarbolar en sus ma- llos, por elección de Linlera, el estandarte do In conquista en calidad de Atieres Beni, era sin embargo uno do SqueUoa patriotas, que poseían ya suficiente tacto político para co- bo.ilrar en medio do la naabe deusa del in- cienso qaantnado cu hosuta «le Knrnanán. el crepiisculo del ataña o día que iba á nacer para la América, la cual reclamaba parpa«slla v ana demeboa fm pronanan de Bdeltdad qtra la OStirpaba un monarca lejano, incapaz do protejorla y itin voluntad para ilustrarla. Kiv SDAVTA permaneció elgun tiempo per- plejo y «ind.iao acerca de la carrera qne debe- ría alanzar. I.lan.ábnlo s i vocación á la vi- da pul.lien; pcrob.ijoel ivjimen colonial BO podía tornease participación en la ¡ostión do los intereses jenoralos, sino á titulo do em- picado y dentro «le una ¿rbita inflexible y reducida. Los colonos no teniau libertad si- no para obedee.-i, y una rahnaa coronada, « ayos b.azos eran elVireyy loa funcionarios 'le su aduiinistiacion, era la úniea que poseía el derecho de pensar en nombre y rentosou tneion de todos. Decir misa ó defender pleitos, oran los únicos rciuruna quei li.'ji- men «le la educación do outonccH, dejaba á ios lujos de Dueños Aires, ya paanaaen á l '.ir- dnbn á pervertí! el sentido común vía lojica naUnrnl coa los b tu bar os nmaOos inteleetual«ia inventad.)» en tiempos tenebrosos parainda- g.n la verdad, ó ya fibosea á Obiaqnisaca á «Jesluslrnr con la lectura forzosa ,1«- la jerga «lo los glosadores civilistas el buen guata que hablan adquirido en la escuela del presbítero I-ernandez. en la cu.d se comentaban y tra- dacian, en paro ar cuito eantothano, las odas «lo lluacio y los tuano. «livinoíi libros del hCan- Adtnira, 6 pesar de earto, la atxana de adn- l.mt.id.ts y , s. ch utes ideas con que se pre- sentaron antaadoa al fronte do la revolución aqtioiloa mismos que. aallao do tan defoetuo- vijíir'¡"i J:i espíritu innovador del siglo ANUI, habla llevado sus banderas audaces hasta el seno «lo loa claostroa universitarios de América que Kivaoaviji habia freenents- do. El sentia dentro de sí loa impulsos do aquel espíritu, sin pie entarsclc bien .'laro el objeto á que habia de aplicar esos impulsos, l-.nsayósc cu el ejercicio de comerciante y tuvo ¡i su cargo considerables negneios en que no obturo buenos insultad na. Abrió es- tndio «!«• abogado con éxito igaanlaaotanta poco liuaojuro. t^ro tanto en el foro sonó cu ei comercio no dió mas que los priin<;ros pasos, "afoftnansio atar grande y sabio en tonas las carreras," seprun la espresiou do uno de su* ilustres contemporáneos, soltada cu una do esas ocasiones on que la defensa do los inte- reses ofusca la imparcialidad > precio el trono de la igualdad, único ante el cual hubiera, doblado la r. dilla. Por respeto á In arerdnda y jiara tener oca- sión «le desvanecer has sombras «pío aun pue- de;) afear en el concepto común la memoria, do. nuestros viejos pr.ícenos, d.dicmos decir tutee] 2'j de Mayo de lfilO, ó Jioco después, á i "iis«icui'neia del aspecto «juo tetnú ha aetra lucioii, aparecieron dos haona que sin obstar ni la una ni la otra á los iines do la emancipa- ción, no concordaban, sin embargo, antasen del moldo, en que, vistos les antecedentes, h.J.itos y recursos «le nuestra aoclodad :e\ olu- cionada, había de vaciarse y dar-o forma á la Mtoridnd gal.ei nativa. Bata «liveijeiicia mas era latente «pie ma- nifiesta. 1.a trascendencia de «día en los den tinos generabas, daba circunspi «■«■ion suficien- te á. nuestros mayores para no traer su dis- ensión á la plaza pública, y para eneoirail.a en las con fu ¡encías privadas, y mas tarde en las reservas diplomáticas. 'l'nl proceder, digno por cierto de verda- deros hombres de Kstado y de patriotas bien intencionados, agravó el paendu las acusacio- nes qne por espíritu de. partido so fulminaron detada principios de JS.'.'O, contra pretendidos ti.•.¡ loros a in revolución, cuy a gloría querían poner ú los pies de un monarca estrangoro. In proneoo intentado contra los miembros del congreso, alcanzó ú herir también ú los representantes del Kstado en el OStcrior. Con una misma fecha se dirijió ú los Srcs. 1 >. Va- lentín (iomez, 1>. Manuel Joan*. Csrcia y 1). Bernardina Bivadavia. una nota de idéntico tenor, anunciándoles, eon cdvidn estndladjo «le. todo miramiento y di- t ..la forma diplouiáti-en, que quedaban sin vn'or sus poderes, y previniéndoles quo regresasen sin demora á esta ciudad. Kl 8r. Rivndavia recibió esta nota el dia 2 de julio de 1 898. Kl silencio de la palabra y la elocuencia ilo los hechos, han sido hasta la muerto, los Úni- co* medios do defensa empleados por aque- llos beneméritos porteños para contestar á sus detractores. ¡Sobro las ruinas y es- combros que las malas pasiones acumula- ron en el camino de- la revolución, np;n ocie- ron ellos en pié. como obreros infatigables para crear el órden y para fundar y ens« Bar el mecanismo ¡cimillo del sistema representa- tivo, destlc el gabinete de los Ministros «» des- de latribima do los RaoMMatmlM del pueblo. Será bien srnsíl le fuenOBpinMI albinia vez á luz la página diplouiatraS que en nues- tra hi-toria dejaron escrita aquellos hombre.» tan superiored ú su época. B uernn < líos tres centinelas avanzadas «p'c protejian con sus nlcrtas la cuna de nuestra inde pendencia que á cada momento podía comprometerse por las simpatías que la España y aun el Pot*tUga] gnzabr.n naturalmente ante los gabinetes cu copeos de primera cl.-e.e. Por lo ijue. respeetn al Sr« líivadnvin, él lio descansó un BXM - n t o. IYebeJaba, BStU diaha, se preparaba en el vasto teatro de la Kuropa, paro. pooV r alguna voz tributar el t«-soro de su sañeriencia á esa Nación Araren tina, en cuyos grandes destino:! él esperanzó mas ijiu ii "»die con una té inostinguible. El suscitó en Kuropa la simpatía o J'radt relativos ú América son haapiini lli'ill ilel iliploniátíco porte lio, eoaao lo son también probablemente loa plaucr. de organización constitucionnl. trazados por la fecunda) é ta jeniosn pluma de su amigo .í< íeuiias Ben- tham. Kl Su. Kivumvh pe rodé., de todita las influencias que podian :.er\ ir á su prinei- 1 ni 1 objeto,— la independencia del pnis de lo da «lomiiiai'inn OatlanfQI'll espeeialmento par l' irli de la K-pañn-Kl sal la me el e*xito oíd una negociación, depende cu giwn parte del crcilito del negociador, >' «pie la persona c da dos mundos \ el Pljwrantoda) Huimos Aires, anunciados en esa misma fecha por un iiiomoi nialum ftrtna- do por el asíanse l.a)"nv«'Mo. se. presentaron al ministro de l.uis XVlll y «liscntioron los medios de asegurar la independencia de, la América meridional con la cooperación pe- dí tosa que |aj l'i-nucia habla proalado en otro tiempo. con mayores p«-ligr«»s, a la paite si teuti :onul riel mismo continente. . Servicios de tanta importancia y que tanto propendieron al lustre, y crédito exterior del reciente gobierno del Kio de la Plata, fueron desconocidos y borrados do un solo mago por la pasión de un paitido. Tomemos lección de la historia para no reincidir en adelanta en tan negras injusti- cias, puesto que una ¡lustre victima de los odios personales convertidos en medidas do gobierno, nos observa desde, la tumba tardía en que está escrito el nombre de ItlVAUWIA vindicado hov de la calumnia v de la en- vidia Nos hemos adelantado á los i.ueesos:—vol- vamos a los días de la revolución. l'no de los prímeroa episodios do la que. bol se llama cuestión nacional, obligó al l)r. 1). Mariano Moreno ú renunciar su puesto de so cretario de la primera ¡unta fi mediados de diciembre de 1810. Aquel hombre, de jé- nio, ú .-piien sus contemporáneos llamaron el Mnrcelo Arjcntino. »1 mas afluente y mas | < pillar de los icajUtiados. dejó mi vacio difí- cil de llenar. (.¿nién hubiera de suceder!. , debía poseer forzosamente parte de las cali- dades que han granjeado ú Moreno en pocos dias de vida pública una fama que aera eterna. Kl sccrctaiio de la primera junta habia impreso carácter y dado fisonomía ú la rero- luciou, echando al pueblo en la vía del en- tusiasmo v de la fe, sin los i nales liabria sido reprimido el primer viud > drl patriotismo por las resistencias mudas que oponían al pensamiento de Majo los viejos hábitos, la flojedad délos medrosos y el egoísmo di" las clases altas. Kl puesto quo dejaba clJ)r. Moreno tenia que ser ocupado por un hombro, de su temple. v do su mismo nriliinionto, y ó maa. adornad I! V capaz para comenzar la le- forina soc ial y administrativa oxijídn por los nuevo-; fines á que. tenia que respomlei e 1 gobierno. I). BwtADUro 111 v a n.\ vi a , tué el ajlejldo para acometer tina emp: esa rao ardua y ape- nas iniciada. Ka junta ejecutiva creada el 83 os ejércitos imjirov'sados en poco. a>aaai obraban anal l'eru y en la llanda < Oriental, y era necesario proveer á la dirección y á las inmensas necesidades de uno jr otro. 1-os re- vese* y las victorias de nuestras armas :-e BU- cedían .■ihcrnativ.ainoiitc sin alcanzar un Iiinii- fo definitivo. LaM jefes misinos no tenían por lo jcneral otra < acucia que la tic su pro- pia rspeiieiicia Kl euronrl lU-lgraoo qeui reenq lazaba al ieueral l'iieyreilou.dt jab i por daicirlfi asi Ja tnajistratura Judicial para empn- fiar la espada, y el gobierno que le colocaba en puesto tan elevado cargaba con una respon- sabilidad q* solo el patriotismo de aquel vir- tuoso eiádadano pudo desvanecer cumplida- mente con su feliz jornada de 24 de setiembre 1 .as negociaciones con Vigodct y con el enviado del Principa Kejeute de Portugal exilian una contrnecion de todos los instantes y el empleo de una sagacidad diplomática que salvara con honra bis peligres presentes s,in comprometer los planes de independencia ansa tenia trazados la autoridad q* gobernaba apa- rentemente en nombre dad Rey de. Kspaña. N uestras costas atarfl aaai frecuencia el teatro de rápidas é impensada-, rnrniainnaa do los marinos españoles,señores de las foitalezas de Montevideo y de las aguas de. los tíos. Kl gobierno patrio no Contaba todav ía entonces con el valunite granadero que habia de esi ar- mentarbis on San lorenzo. A par do estos conflictos que pueden lla- marse esteri.ues, asaltaban ¡i la autoridad otros mas inmediatos no menos premiosos y uHijeiites. Las ci nspiracioiies solapadas pal- pitaban en las entrañas de la Sociedad, y en las tilas mismas de los patriotas decididos existían parcialida des tanto mas enconadas cuanto que sus banderas eran nombres propi- os, y nspiracioiies personales sus f>tX0ti|Baa. Ksta lamentable situación del espíritu públi- co, dió su fruto el 7 de 1 ticicuibro de J *s 1 l. Kn aquel día, "cediendo ú las intrigas y ú las seducciones de los enemigos de la patria," segon el lenguaje oficia! de entonces, una por cien de sol lados, del regimiento uum 1. ° do la guarnición desobedecieron al gobierno y colocaron al pais á las puerta , de la anarquía. A sangre y fuego volvieron los rebeldes ú la antigua subordinación. Paro antas de llegar á los estreñios de las armas,agotaron los ta ten- broa de la Junta todos los medios paeifteos y y todo el boroistno de que es snseepsible el |icc!:o humano sin mas armadura que la persuacii>n y el patriotismo. No fué este el mayor pelig- o á ijue !!!■!■ III espuesta y á que hizo fíente lieroi.•amenté aquella administración. l '.l plan de un le. viiuteiiiientii jenoral de loa antiguos don.ma- dores del pa¡.>, abortado on los prisnetroa días «leí mes di- .lidio de 1^12. tenía por pun- to de partiila y por prenda de buen éxito el exterminio de los patriotas que conducían con mano segura el timón de los negocios del F« atado. Ksta fué la escuela en anteas formó desdo la juventud y desde la aurora de nuestras nuevos destinos,el espirita del Sv. Klv Ali WI A. OasjtMio doce iiáios mas tarde, como goberna- dor delegado de la Provincia de Bañaos Aires permanecía en su puesto, con admiración de tulos, en medio do la vocei i.-nle una asonada promovida en las tinieblas «le la noche por nna turba «¡e "osecillos y forasteros;" cuando exponía su «'xisteinda pura salvar el nr-peto qU«Bmoreda una autoridad K-jitiuia y profi'c- to-a da la salud publica, no solo estaba alcas» talla por "milunidad «le su conciencia,*' couio i 1 mismo lo deeia á la madrugada sigui- ente, sino por la aspericacia adquirida en ca- sos ansiagoa en los cuales habia aprendido .le sus compañeros de respons.abiliJad y do mando á santiricarso por el deber y á contar con el triunfo cierto «leí valor civil emplead*» con oportunidad.—Kl 1 fi de Marzo de 1823 no velaba por la primera vez las armas esto verdadero cabalhuo de la h-y y de los prin- CÍpioSi ni «-ra aquel su primer bautismo en los tram-es difíciles 4 «jue espone el ejercicio del poder. Kra ya un aguerrido «mi la lucha entre éj princijiio del bien y e! de la falsa polt tica, con la anal no capital.Vjamas. Ailviérteso en la jeiicr.alitlail de las dispo- sii iom's dictadas por la -Junta Kjecutiva las mismas propensiones < ix ilizadoras que, diatoa lustic ú I-i adsaluiatiaillnil del .Jcneral 1>. Martin líodrigucz, cuya política recibió en graujiaite la inspiración del señor Kívaoa vin. Ka misma mente presido ú uno y otro gobierno. Las ideas de 1821 ú .2 1 traen su filiación visible dasde JS12 y son com«» i r- radai-ioncs de la luz de una misma cabeza. 101 gobierno de la «Tunta se ocupó del presente propalando el poi venir. I iu-prne tico y ejecutivo sin materializarse, 3' no sacrifico los intereses llllolnillUalw I ¡i la urjen- cia «le las realidades del momento. eje SCO- vú tanto eii las tíierz.is morales de la opinión eotno en la iuetz.-i efectiva d«í los ejércitos. Supo fAindir caiioiies :i ta Qomecr para ases- tarías nías tarda sobra autrallaa «pie derriba- ron los lii.:«'s: pero lambien fué- liabíl jiara exitar hasta el patriotismo del bello s«-xo. Que contribny»'» con una tlHHllds siibscripcrioii para cubrir el valor «le un brillante iirinameiito que la buena fortuna di- la causa revolucio- naria habia traillo ó nuestro puerto en BBO< inatatoS de penuria para el erario. I. is reu- niones y fiestas públicas comenzaron desda aquel tiempo con las armoiiias «le los him- nos p.atri«'»ticos escuchados por la concurron- c¡a puastu en pié y las sabanas descubiertas. Kl anix aaasrrio dal M ■!<; >lay<«, el noo ib!2. finí una especio da palenque nofablemiMiTo paM ntOO) abierto al astilIto y á las virtudes premiailas ante la muchedumbre;. Kns su- mas do dinero que 8*1 los años nnt«irio- res se h;ibiau consngr.-nlo ú vulgares y dis- pendiosas se la población. So honraron las letras «lando á un afamado li- terata la i'nmi-i ui de r«*dactar nuestros ana- les, y se pidieron á Koropa sábios y prof«>.s»>- res para derramar i'ii «d pais los conocimieu- tos útiles. f ss trabas del comercio so alíje- ran; la enseñanza ««• generaliza y protege. Un vasto BSlabbll.ijailtatO "en d«>mfe debía f«)rm.arso el atrdinieo, «d naturalista, el jc«>mo- tra ,Vc ," baja la dirección de prefesenvs afa- mados del viejo inundo, « s cono bido por la • Junta,v se abr"n ripcioues r-n la capital y l is provincias «1(1 antiguo y esteuso virreina to. p.-u i llevar á « abo una idea tan fecunda. "Nada Importarla, darla con cate motivo Uli— a aviso oficial, que nuestro fértil suelo cncorrn- Bo tesoros inapreciables o ti los tres reinos sporiinontumos a necosi'iad de tlar á nuestros estudios un oa- carácícr mas exacto y tmis aplicable ni apro- nwiffl1*'"" de la natural.IH «Id suelo nr- gentino, eu el si-ntido de l.a industria. La marcha tío la revolución ftrientina habla sido brillante» y ana pasos señalados con vic- torias lamosas. Nueaftroa ejércitos liabian atravesado monlafjas escalpadas p.ira h> lit- en el HIMOn al poder di: los españolo?, « n CLile y el l'oiú. Kis ideas arilionteniont': (MjiivMidiLs tí.- 11 i i-n.iil y (l' iiini-i ácia,brotaban bajo la huella de nuestros guerreros-, \ á imi- tación de Huimos .Vires se creaban los go- biernos y se planteaban las instituciones nue- vas cu I..* paites do A o. t ica mas cercanos ú nuestra influencia. Sin imbuido, la ujitactan misma de los he- chos de aranas y i-l maMM producido por un entusiasmo ton simpático y embriagador, 110 nos penuitia bailar una sobo-ion conveniente al petan pto*4eo»a de las repúblicas, qne <• in- sisto en armonizar la liio-itad con el orden, 1.1 subortliiiai ion á la «.utoridad con el gOM do los derecbos indi vidtia les.—1 rabiarnos sabido vencer el poder del eneniiiro cstr.-ttijoro: poro tío habíamos sido liaalBIllill piilllllOBUB para do- mar nuestras ¡Matonea proales. Dando el espectáculo de muchas y viriles virtnib s.pre- sentábamos al Daisaso tiempo el cuadro di; un puelilo dividido basta los esees..* cié la anar- quía. Kl pais entese so envolvió en le. oscu- ridad de osa edad-medi.-t de unos cuantos me- ses, piro quo ha dejado metaua difti i!. de horrar, que aeeosjMHMI en na natía historia eon la dsiWllllISclon de «lie rtinte. I.a B''presentación Xucional < alafia rtlseol ta desdoiusamc:it«', y cada una de las pro v i n- cias de la unión se habla asilado 011 una empo- ce do indcpindeiicia- oscura y estéril. J.u autoridad mudada en la ley "no existia en punto alguno del t«:r¡torio. Kas calles v pla- ZiU fle la anticua capital. <-ran el teatro ole ana dnagi aliada gasa 1 a civil «pie levantaron á la suporticio social esa-» influencias Je baja ra- treneiouquo cobran nlbedrío pernicioso cuan- do las riendas d.-I frobioino pasan á cada ins- tante, de una mano á otra mano, por falta do alguna bien intencionada quo las rija con » aerjáa y tino. J >e en medio de este caos ora Cr/oso ha- cer brotar la h;z: evocar el orden del seno de esa anarquía, v edifiaSsrel B,ubÍSSIIII y la ad- ministración sobre los BStCJOBI bros de las au- toridades derribadas por la demagogia.—ate- ta AmI la obra difícil «jurel pueblo de Hítenos Aires, en uri momento feliz de reposo, enco- mendó á la persona de 11:1 guerrero de la in- dependencia. Todos los amigos del orden so asilaron ni redador.de la silla del gl»b»B llalli» 1 >. Martin liodriguez. Lsj •aaanaJM reducida ú uua frontera estrecha y mal «lefoudidn, trajo tam- bién su cor.tinjente de apoyo al nuevo magis- trado en quien confiaba para dar mas ámbito á su industria especial, y para garantir las propiedades rurales contra la rapacidad de los bárbaros. Ka esperanza se pintnba en todos los semblantes. Jm masa «leí pueblo dotada de esa adivinación Ue lo futuro que e tí i angada al indiciases*, preveía que comen- zaba una nueva <;poca y que las promesas de la revelación iban á tener inas realidad que en las columnas de las gacetas. Kstn'.iaii loa ciudadanos fatigados de glorias militares y de. venganzas dolió: -t ¡cas: ansiaban por el reposo do la paz y por la dulco satisf n rfi o de potlcr amarse eo'.no hermanos. ■Bajo tales dlt'pwaiciones. nada rccouiienda tanto el carácter del Hr. ItivvOAVIA, como el laiatlbibiiiIwbIii que, invocando el '-voto publico de na a nsnrlsfdadanan *' biso an el el gobernador Bodrigeti z pnru dcscmpoí.ar < I ministerio de gobierno. "i.a i uprirtanoia do s:is servicios y la esteiision de sus lucos", eran las otras calidades, «pe- segim el mismo uobolUador, le señalaban para ser llamado B aquel destino. Kos antiguos, ha dicho el mas afamado do 1. s políticos prácticos do la V rancia iuv<'titaron el rio del olvido,al contacto de cuya Corriente so desvanecían cu las (ilnms los recuerdos SSJ la vi la: pero el verdadero Latee, después do tmn r votación, es todo aquella qne puedo abrir al hombro las s. idas do la esperanza. Ksto Injentoeo pensamiento, bajo formas mas graves sin duda, dominaba el ánimo del nuevo ministro. Ksplicátidcse con alta filo- sofía los errores de todos, como consecuencia de la Uiaiwaa tunanteas déla oonqniatade la independencia, se propuso curar osos errores '•cen ando para siempre el periodo ile la re- v.lux ion, 110 aeerdandose mas sí fuese posible ni do las debilidades, ni délas ingratitudes." E¡1 momento ict.> ileeo á la ciudad de los Honos. ¡i la r. aiati ate cajiit.d del E*erÚ>, asiento dol peder 1» 1.instilar en aquel rico ó inmenso pitis. Sogun la os- prea» s del gebleiao estáñate eaanpildoB con aquel acontecimiento I03 nobles deseos con- cebidos «>n -Jó de Bfajre do 1810. J, is pue- hlos del continente go:-abiin \ a «le la iiule- |>en lencia: que fiiosi-n libros y dudio- .s, < i.i la única ambición «pie. « abia para en adelan- to á la provincia tic Ibu -ios Air«:s. Tan grat.i tuieva y tan hermosos votos, fbsjssjja llevados á la sala tic Itliipi«StSBlBalBS al dia tlaujmrta,ew la mayor Solomnidau. p« r i.,s teas aeeretariaa d«- Kstndo, piasentando el proyecto de lev seria preciso trazar un cuadro detenido «le la situación «le las rosas de entonces, «leí estado de la cuitar.'; pública y «lo las propon • rioaea generales de la opinión. A pesar da la dótril voluntad que se sentía en la pobla- ción para obedecer un buen gobierno, existia una tuerza secreta que dcsvjabn y detenia la acción de e.-te; fjBOfaa formada principálmente por las aspiraciones persoiialcs apoyadas . :i los hábitos rancios y 011 bi 1 jireocnpai-ioiies, que una prensa sin doctrina social 110 bnbia sabido eerrejir. Kl señor 1!iv\l»avi \ comprendii. que en situación seiin-jante el gobi«'rno deboi admi- nistrar y enseñar, y que la aittoridail. á la COal levanta siempre lee ojos el pueblo, debia presentarae éoano modelo «1«í los ojio le obe- nerian — Oosaprendia también a/ en una repú- blieB loas «pie bajo cualrpiiera otra forma de gobierno, «'s indispensable «pie so. revista la Autoridad «le la fuerza moral qiti" nace do las virtud».-» cívicas y «le la «-oncicnc a de sus de- beres, y que a«l«juiora ri-speto y prestigio, 110 por la popularidad quo se compra a precio «le comisiones y debilidades que acaban por suprimir á la aut iridnd misma, sino pol- la bondad de sus medidas, por la razón y el acierto de ellas, y por la constancia para sos- feeaajrftaa á peaaa*a u vsjeee, «I«- la opinión pú- blica, «-muido esta, como ai-oiitooo ; ínemido, se há pejAci-tido o estraviado. Kl ministro del jcncial Kodriguez 110 con- tiii en si solo: mas qu«- en id y en sus bátalos compañeros, confió en la verdad «lid .-istonia jepresenfativo ipie francamente balda ncep- tano y ijiuí aoabnba «1«í estudiar en las insti- tuciones ilo la Essriaterra. Kxiji'', , toda la impari ia- lidady t«-«lo «»l aaber que oonstituyen sos prin- ci palea 1 ¡omentos, elovani'o á la uiagisti-atura las integridades y las capí ' ¡«lados inas cono- cidas. V como el sistema deaaoei ático os una bui la cu.-indo los r«-prosoiitaiites del pue- blo no son mas qae la significación «le un partido ó de las veleidades del aura popular de una mañana de elecciones, ejerció su influen- cia para que en los bancos de la lejislatura so sontasen los mas dignos, los Boas Intel i- jentes y los mas respetados entre los vecinos do la Provincia. Sus hermosas reformas ha- brían hech«> fracasar al gobierno k¡ sus pro- yectos no se bebiesen oonvertide en ley por el v«i(o «lo los ciudadanos a «pilones toda la soci«*da«l aoataba. IO11 una palabra, el Sr. lliv.unvu «pie BOteaaia ni envidiaba la su- perioridad de nadie y nsje estaba en s«i puesto por el testimonio leí parcial de su conciencia, trató de qesj los poderes públicos se eoloca- j-an ó la altura de sus miras, y NM personas que los componían al nivel «le su ilustra- ción y de su altísima moralidad. Kl Sr. iC I v A u A VIA, usando dos voces de su predilección, ora ■•eminentemente guberna- mental." V añailircnios, ol mas demócrata de loaarjentinea tomando «>sta palabra en su bermoso y genuino significado, Kl brazo de. este hombre de Estado no manejó sino los verdaderos resortes de Jos ar> bienios libres. I.os bilos Secretos «■ ¡lijémo- sos con que so ti aman las redes políticas son demasiado teum-s para que 110 «o rompie- sen en sus manos de Hercules. I.a libertad, la publicidad, el respeto á la dignidad «le las personas, la consistencia de hYa rebicionos sociales por medio «lo la instrucción y de. In mejilla muí al iln los individuos, y como «liji- mos antes, la confianza cu el ;'/»//•/■/•/>> alai hien, talos eran tupidlos resortes. No somos no- sotros lo» quo asi lo aseguramos á titulo do pannjiiiataa.sinn qim lo deducimos de sus pro- pioanetos administrativos. Kl Su. lti v.mia- vi \ lia dejado un precioso cuerpo de doctri- na gubernativa- en los considerandos de los decretos que firmó. Quería ser obedecido mus que por la fuerza del mandato, por la del convencimiento obrado por el raciocinio «pie precedía á sus disposiciones. Traiga- mos á la memoria algunas de sus máximas: - •I.a publicidad,lia «licbo.es la mejor garan- tía de la buena fé de los actos, may ormente en aquellos cuya decisión está sujeta ti. una arbitrariedad necesaria." - -No hay instituciones que contribuyan tanto á la civilización de, un pueblo, como las que inducen entro los individuos un ros- peto rocípi-o'/>//< itlaid •liosos, lian incido basta en las ne- jaras lloras* del BO' NTM bárbaro (ftM por tantos unos ui.uit ivo dcte.nido el carro de nuestro progreso. Aperas ocupo el puesto de Afitdstro erijiú la l ni\ersidad Alayor de 1'aicnos Aires con fuero y jurisdicción Mch'mica, como estaba abordado por reales cédtdas desile el año I77S. Kué este su primer paso en la tarea incesante de fundar est iblecimicatos do cn- aallaajta alta y prim arla, bajo un sistema ge- neral, oporta no pai a desarrollar la educación pública al abrigo del sosiego, do la tranqui- lidad y del lluevo orden 'pie sucedía ú la anarquía. Inmediatamente desnuca) fundó escuelas gratuitas bajo el sistema rápido y económico da Knncnatcr. no solo aa jos barril - da esta ciudad sino hasta en los pueblos apartados do la campaña, confiando la inspección jene- ral de todas ella- ú BU sacerdote recomen- dable por su ilustración y conocido por M jenerosa fibnitr» nía. Bl premio dndo j»cr Iíivadavia ni dilundidor del boi'.ético Braw .'- vativo da .'cuner, fin' encargaste de dirijir el espíritu de aquellos mistaos niños cuya salud corporal había salvado. ''ero -u pensamiento orijinal y mas fecun- do á aata rcspoi to, fue el de apoderarse f feVOS del Moa público, de las horiiip.-»ns cali- I dudes del corazón femenino. Sabia ct Sr. ItlVAnAVIA--son palabras suyas- que ln naturaleza al dnr ú ln mujer distintos destinos y medios de hacer servicios. . . .dió tninbien á su corazón y á su espíritu calidades que no poseo el hombro, quien, por mas que se esfuerce en perfeccionar las suyas, se alejará de la civilización >-í no aaocla á sus ideas y sentimicntos los do la mitad preciosa de su especie. 1.a Sociedad de HeaeaVtenela >c ha defendido por su propia importancia y bn podido educar il"S generaciones de madres morales <: Inetrutdn- ¡tic lian dado entro caii- cins, los primeros consejes y las primeras lec- ciones á cent, nares da ciudadanos. J.a So- eladad de lltlWOllotimlil es una escuela nor- mal donde se forman interesantes y dignes matronas qee Be sucederán p. icücnudo el bien y ejerciendo la uinjistratura ie la mejora de su sexo mientras exista esta ciudad que las respeta y nnin. [ai anciana moribunda las dirijo sus limetas bendiciones desde al lecho de la misericordia, y la niña tierna y 11» t a de vida, desde el banco do sus labores dirijo también las silvas á esas segundas ■■adres que les dió la l'atria por la mano venerable de B i v ai» a v i a. No podemos entrar cu ios pormenores do la vasta reforma emprendida por la adminis- I ración de l'odrigucz. Klla a bread desde la economía iuicrior tío la.s oficinas basta los ac- tos ejercidos por el pueblo en razón de su soberanía] deeue las prácticas fbreooee hasta los háb.tos pa.'lamentarlos; y desde ln policía de! imartel del Soldado basta la clasificación de las recompensas á que eran noteodoro- los geMa del ejercito. Como esta reforma, tu\ ló- sela intención intlcxible de desni raigar abu- sos é introducir Beonomiasen la aplicación «li- las rentas, no pudo ponerse en práctica sin herir intereses, personas y corporaciones que se sublevaron contra sus tendencias. Por for- tuna loa legisladores de ente ees tentara en el Kje« ativo olí brazo Aserto para hacer SBSflS* cor la ley, y uiin voluntad que no se arredraba en presencia do las dificultades. 101 Mensa je, del año ü'.i, bablnndo de la reforma, se espre- sa en estos términos: "Ksta ardua obra lia sido ordenado con valentía por las dos legis- laturas procedentes, y el gobierno pala eje- cutarla ha debido vencer grandes resisten- cias y chocar con sentimientos pe simales y preocupaciones comunes." Batata palabras demuestran las resistencias bailad.' I para obrar el bien y acelerar la marcha de la ci viliaacioa. Dejan trassaelr al miamo tiem- po cuales llobonMUI ser las luchas diarias so-iteniuns por los liomh»-es colocados :il liento del movimiento reformador.----llu- b' -ra sillo disculpable que se manifestasen engreídos por el triunfo, o agriados por las oii nsns recibidas en retribución dabotaallcios tan impo-taiiti h.—Pese Mala ib*, eso. I na severa templanza falsean en todo aquel docu- mento, ■tosíalo de filosofía política. En el si- osplican y se aben olí Ou los errores y cuén- tase basta con ¡as paaionesexaltadas para lle- nes al tin social que se proponía el gobierno. nui que esas pasiones ent rasen en elcance que la ley acababa de señalarlas. Kl niensngo continúa así: MBstablecldoa ahora los fim- dnmentos del sistema representati^ O, es ft»r- zoso que la conducta del gobierno sea con- servadora. Kl tiempo dobe consolidar lenta mente lo que acaba de construirse con tantas fatigas y peligros: id tranquilisará los ánimos ajitados de las eatandna eontfendaai las pasio- nes sublevadas sé amanearán gradualmente, y servirán también bajo el imperio de Insti- tuciones saludables.*' 1.a ley de lefoilúa eclesiástica dictada en !¿1 de diciembre de I Sáá, fué pretexto paia que los nsalavenldos con las innovaciones, I •- aspirantes y los perturbadores de oficio formasen lina coalisíoii en nombre de la Creen- cia de nuestros mayores, haciendo encender al viii'e.i que se atacaban sus dogmas vene- randoay el lustre d< su culto. —Los principios religiones «b-1 primer ministro fueron puestos en duda y ln calumnia declaró ateo ni que había Contribuido paro que id -eminnrio con- ciliar, mal organizado v pobre i i rentas, fuese levantado ú la categoría de- colegio nacional de estudios eclesiástii os: id que se proponía dignificar el sacerdocio para aff fuese capan de de. cuipeñ ir la alta misión q"el (Gobierno se disponía á confiarle.---Kl 8r. Hlvadavia qui- so dar al clero de Ituenos Aires en aquella época, una proi ogativa que el clero ftaneds no ha podido conquistar del todo npeanrdesa ciencia y de sa acreditada mor didad,—la de participar libremente i n ln educación y en ia civilización del pueblo.- -Batas intenciones fueron manifestadas con palabras terminan- tes y con hechos notorios. 1 .o miSWIT qno acaba de ordenar el prelado de nuestra Otó- cesis. lo ordenaba entonces el gobierno por id órgano del ministro. Kstablocia confe- rencias semanales para todos los individuos d< i enero sobra materias de ciencias eclesiásti- cas. Kl decreto do .1 de Abril do lsj¿3. so funda en estas bellas consideraciones: "Xo basta que el clero de i'.ucnos Aires obtenga por si inneidad una reputación ibstingnidaa ni q' sus Servicios eu la causa de la indepen- dencia le designen un buen lugar entre las claser q' lian Ooiltlibuido i establecerlas. Ks menester Jilgo mas: es menester que su cié- dito sa eleve por su civil¡zacioti. y que lle- gue por este medio á ponerse en > stado de cargar con la reaponsabilidad de difundii la." Bata es la verdadera tendencia de la re forma eclesiástica tan desfiV«n el apellido y Indivisa de llosas. Bl restablecimiento de la unión de los pueblos urgí ntinnSa tan deseada por el Sr. SlVADAVIA, se preparó pos él con habilidad y diaeret ion. "Bsa anión, decía, es necesario que m obre pi r el convencimiento de que sus ventajas son superiores, respecto ú cada una de laí. partes concurrentes, á cualquier poijnielo re d <> de mera opinión que á alguna de ellas pueda < ctirri.-." lisas ventajas fueron esnileadas }>or una comisión que recorrió Jos pueblos á este ob- jeto, llevo antes se habla tenido ln previsión d<: hacerlas tocar con hechos prácticos. Seis jóvenes de cada uno de lo» territorios que estaban entom 1 ajo e^biornos independien- tes, fuetea mantenidos y achacados en los co- lejloS de lítienos Aiies, estableciéndose «6Í vínculos ftatetnslrs entre aquella juventud que alguna U2 había de tener influe ncia en sus i. quila :s provincias. Ka ley de 27 de. febrero de l.s-,>.; fncultai-do al ejecuti> o pnia rennii la representación nacional, rúa1 scgu;da ib- varias medidrs nne facilitaron il ejiinM.'"'' ib mu funcione- il Congreso de Jt-2C y al presiden te qnc m.ció de .-u .-ero. I.a« reía- cienes y el crédito adquiridos por el ge hierro I provincial peiarftieroa á este la loamacien •>— 10 — de compañías europeas, con fuertes capitales para la esplotacion do las minas do metales f>rcciosos, para facilitar el comercio interior, a navegación en buques de vapor, y para es tablccer un banco nacional que sustentase risas mismas empresas proveyendo ú las pro- vincias «leí numerario que necesitaban para animar sus respectiva» industrias. Kl ri- mon vez puede decirse, los ricos veneros do preciosos metale» que encierran las cordi- lleras del centro y délos estreñios de nuestro vasto territorio y las ventajas que reportaría una numerosa emigración agrícola estable- ddndose en los llanos fértiles y estonsos que riegan nuestros caudalosos rio». Kas garan- tías que en favor de la civilización del pais acababan de alcanzar los subditos británicas por loa tratados mencionados, que son rl pun- to de partida del jeueroso derecbo público que nos lije, fueron el natural apoyo de la confianza conque se arriesgaron fuertes capi- tales europeos á trasladaisc á reliónos leja- 0 lia S. pero que tanto prometían á la industria v al tiab.ajo intefijente bajo el imperio de leyes sabias. Val ciedito, elemento mora] de los gobiernos, obró su preciosa consecuencia convirtiéndose en valores positivos, Si los fru- tos posteriores uo correspondieron á las espe- ranzas concebidas eti vista del movimiento fa- vorable «le la opinión estertor bácia nosotros, no fué culpa de quienesexituron ese movimien- to con tanto acierto como con tan lojitiluos medios. Culpa fué de la uinla estrella que guio por tantos años nuestros destinos. Siempre qne busquemos con verdad el ca- mino de nuestro cngraudecimi> uto lo liemos de bailar por el rumbo trazado por la escuela económica y administrativa de que es fun- dador el Sr. Kiv adavia. El orden y Ja MI iuteiior serán par.a en .adelante, como b» fue- ron desde 83 l basta IA8C, bu pmrlamas mas recuentos para llamar pobladores al seno de nuestros desiertos v par.a .atraer capitales u la masa de nuestra circulación mouctni ia. Kslns verdade- vulgarizada* en nuestro días oran una novedad tan estrena ctiando se anunciaban do palabra y se las traia ú. la aplicación en las disposiciones gubernativas, que acarrearon el cargo de titopista al que las derramaba como semilla que alguna ves habla de fructificar. Ka fábula, sin em- bargo se biso verdad. Lias garantías acorda- das al extranjero lian salvado nuestra ci- vilización naciente y nuestra dignidad. Ka introducción de razas nuevas de animales, mirada ahora treinta años como un absurdo, como una calamidad, es bov la fuente de BJM rlnuexafuera de toda cálenlo; y las recientes exploraciones de algunas de las corrientes lluviales del interior do la República, han demostrado que los epítetos «le burla pueden Convertirse en títulos gloriosos par.a los mar Urea de la ignorancia perososa de sus con- temporáneos. Kl dia S de febrero de l-e?o, en el salón principal do nuestra vieja fortaleza cmro un crecido número de ciudadanos y en presencia délo*Jefes del ejército y de los departamen- tos todos de la lista civil, tuvo lugar un acto importante \ trascendental para la suerte del pais. Ke ese dia y en oquel lugar, el gober- nador de. la provincia de Buenos Aiics pro- clamó ú K>. lír.ux \riiimi Kivauavia presi dente de les Provincias Unidas del Rio de la Plata. Kl congreso, haciendo justicia ó. los méritos contraidos por aquel ciudadano, le babia escojido para ensecarla en un puesto tan elevado i.....io espinoso. Kl presidente al toniur las insignias del mando y el jeneral lleras al entregárselas pronunciaron pala bras ana bonrnn á uno y otro. Los méritos do la administración une se retiraba fueron reconocidos y aplaudidos por el presidente, el cual ú su vez fué alentado con 1.a halague- ña perspect¡vade una marcha gloriosa. Tan nobles deseos fueron completamente frustrados. .121 gobierno de la presidencia bailó un terreno conmovido que no le permi- tió asentarse. 1.a guerra estranjera y bu* divisiones intestinas no permitieron la dura- ción dedos años siquiera á un urden de co- sas que de tan atias si- babia preparado. Kl congieso que declaró la independencia, terminó su cal rora procesado por traidor o la patria. Kl primer presidente y sus setos fueron llamados al tribunal de la opinión pú- blica por majistiados «pie no acertaron ú di- simular -ai parcialidad El mensaje, pasado á la lejislntura por el gobierno que restituyó :i Huellos Aires su antigua forma provincial* es un documento cuya lectura desconsuela al mismo tiempo que esplic.a la intensidad de los odios que fermentaban! prontos á estallar, bajo la silla del presidente y de la tribuna del congreso. Kl pensamiento nacional era caliíiontlo en aquel mensaje como "un Ínstame desgrac iado de delirio. ' Suplantósele un pensninb i te ajeno que aceptado por regla del gobierno de la provincia principal, dejaba á las demás en una situación (pie no podía Conducirlas sitio á la anarquía ó á las niam.s de jefes ii responsables y vitalicios. "La concentra ! — íi eiou y la desunión se ban, hecho igualmente i uipract ¡caldea:" tal era la doctrina falaz de aquel pensamiento Kl tiempo so encargó de completarle añadiendo: "pero no se lian hecho imposibles el aislamiento y el atraso." Asi terminó la vida pública del Sr. Riva- daviv. Se eclipsó cuando culminaba en el meridiano. A su luz sucedió la oscuridad; á su tolerancia la persecución; ú su justicia la perversión creciente de todas las formas que escudan los derechos individuales. Aparfado de la vida púbiiCa, la privada lio- para di una serie de sinsabores y una por- pi'tu.-t expatriación, Peregrino entristecido por Kuropa. por id Estado I h°ientát, por el Brasil hasta que rindió luaspirit'n en la du- dad de O adía el dia 1? de setiembre de 18*5. 1.1 Br, liiv.vnwi \ es sin disputa un ar- gentino dignísimo de preferente lugar en el panteón ib*, nuestros rea 11 1 boinbres.' Su razón fué elevada; su carácter recto y fir- me ; su voluntad constante, sus intenciones intachables. Xa lie bu becbo mas que. él á favor do la civilización y de la legalidad cu «?sr.oa paises ; nadie ba amado con mas des interés, mas sin lisonja, mas de veras al pueblo; nadie lia respetado rías que él la, dignidad do sus compatriotas. Tuvo la conciencia de nuestras necesidades, y se desveló por satisfacerlas. Trajo á su rede- dor todas las inteligencias, diólas impulso y las abrió un teatro útil y brillante de ac- ción, buscando on el exfrangero las especia les tle QtlJ carecíamos. Compensó lo..; servi- cios y las virtudes, protejió las artes, aca- tó las ciencia.: y confió mas en el poder de la razón que en el de la fuerza material. Su monto es tan positivo como su gloria s.-'-l eterna.— "I-a opin] m pública de Améri- ca y Kuropa, según la exacta expresión de uno de nuestros publicistas, no cesa do atro- jar Hores sobre su tumba venerable." Sean bien venidas sus cenizas!'-Ku ma- no del agradecimiento las devuelve -a la pa- tria c iño un tesoro rescatado. Del fondo del sepulcro que las custodia saldrá cons- tantemente una voz que resonará en adelan- to, como un aplauso ó eotno una censura roedora, en la condénela de nuestros futu ros mandatarios. tado por ta Sra. JJa. Ufarla S. Seáoras S ocias : T.a urna cineraria que rodeamos en este momento no pttede despertar en nuestros co- razones los sentimientos tle conmiseración que inspira la presencia de la tumba. No liemos VCoidor, señora-, á llenar solamente el piadoso deber de sepultar a un muerto. Ka Sociedad de Meneficencia está Anuí reunida en presen- cia del cielo y do las olas, para itaccr el apo- teosis de su ilustre fundador, del eminente argentino D. Bernardino üivadavia. Victima de las revoluciones que lian ajita- tado nuestra l'atria, mártir del despotismo que derribo los altares tle la ley que é! SS esforzaba en levantar, s] Sr. 11 :\ adavia desde su leebo de agonía babia negado ú su l'atria el honor de conservar para siempre sus cenizas. Ente decreto de ultratumba hubiera sido cumplido, si vuestros enraxoneede lujas y 'le madres, no se bubieraii conmovido ante I.-i ideu de la separación (tenia, á que nos condo- naba la última voluntad de lliv.adavia, inspirada por las amarguras de on dilatado su- frimicnto. Vuestra ternura, señeras, ba sabido vencer toda clase tle obstáculos: y á vuestros « sfuor- zas deberá la Patríala posesión tle estos re. - os Venerables, cuya presencia st;r\ irá de ctti- eultc lu virtud, -al mulo á los que rinden patriotismo y al saber. Al Indinarme yo ñute ellos, y hablando en nombre de la Sociedad de Beneficencia), cúmpleme, señoras, espllcnr á las qoo nos observan el móvil y la parte que tomamos o:l eSta ocasión solemne. ■ 1 >e totlas las g!. t¡n que inmortalizan la memoria de Rivadavin, ninguna es mas pura y mas merecida, qoe la que le pertenece como fundador do la Sociedad tle Beneficencia. El fed «*1 primero que comprendió en nuestro p.ais, que la que acompaña al hombre en to- dos sus trabajos tle lu vid.a intima, potlia y dobla compartir Con él muchos (le los cuidados de la vida pública. ¡ Qoe casa mas natural que confiar ú la Vigilancia, á la previsión, al .amor inagotable de la ssuger el cuidado del enfermo, el ali- mento del expósito, el socorro del pobre, y la educación de los niños ! Su mirada pene- trante supo doscubriilo; y reservando al hom- bre el labor que no dá espora ni descanso, puso en nuestras manos la infancia desvalida, y el ánfora de bálsamo que Vierto la caridad sobre todos los dolores. A i líivadavia resolvió el problema de sal- var á !» magerde la degradación por la ele- vación de su inteligencia, y de la miseria por la enseñanza gratuita, cava dirección confió- 12 — ú vuestro» desvelo». Trató do formar bue- nos ciudadano!), formando untes buenas ma-. dres do familia; v para conseguir tan pran- des resultados elevó & la «lignidad de una iustitueion pública la asociación á que. perte- necemos, y en cuyo nombro tongo el honor do bablar. Los resultados han probado la bondad de esta iustitueion, original y fecunda, como todo lo «pie lleva el sello del genio. I.a tira- nía que abatió las fren tos maa erguidas, liu Bido impotente contra i Ha. como si su fuerza residiese en la misma debilidad do la* Mtar- tr idas do conservarla. I.n Sociedad de. Beneficencia quo sapo resistir ú los embates de la desgracia. Ha vuelto á renacer prospera bajo la influencia de la libertad reconquistada;- -;)' lioy paga este justo tributo ñ su ilustre fundador, tra- vendo sus restos á buscar el último descanso en el seno de esta tierra que bendice su san, brs a] recibirlos. liemos venido, pues, aquí á presentas un público homenaje . Hernar- dino Kivadavia. Señoras aaejiast Vuestros votos están cum- plidos: vuestra noble nación está terminada! Toca añora al i lobierno del Estado raafbir estos despojos venerados, para rendirles los honores que maii>rcin los nombres que J< - cnellan entre los demás por mis servicios y por sus virtudes. Dado este grande ejemplo de justicia na- cional, descansen so pos los resto» de Biva- davia en la tierra que el regó con el sudor de su frente para que se alzara frondoso el árbol de la libertad! I ) I ^< 2'ronunciituo por el Sr. 1>. JosA ^ Serióles : He o» el tributo de do!,o- que paga el co- rasen humano á la ineiuoria do los seres que amó, lo que. anuí nos reúne en sato instante, l-'sla posteridad ngiailecida quien nos con tro- ca delante del pasado, á depone! sobre la orna que guarda unas conizas veneradas, la coro- na do su admiración y sn respeto. Ks la posteridad de Mayo que se congrega para decir al osando que no se bea rote aun ios eslabones dinmant nos que la encadenan n stis vii jas glorias; y q tu; hay patria nrjenti- na todnvia cuando ana mano de la libertad mece la cuna do lo* niños, mientra» la otra recojo, y vuelve ú la madre común, los aneaos de sus grandes hijos proscriptos por el «alio de los tiranos. Ln tierra mauchaiia por la planta de la barbarie, no era digna do hospedar en su se- no la» cenizas del guerrero del pensamiento. Vero purificada por el aliento de la libe? U)d se abre orgnllosa pata recibirlas, como el afana del pueblo se abre y se expando p::rn Bspirar el espíritu que las animara! esparcido en los santos principios tío la rovolucion. Si: loe, tiranos al proscribir el hombro, y la naturaleza al reclamar SU tributo de polvo, no pudieron extender su imperio basta al es- píritu ib- Kivadavia, potarte era id espíritu ile una revolución «pie llevaba en sí misma el sello de la dignificación y del progreso huma- no. ^ con el espirito que animo esas ceni- zas, con el corazón eu !>¡os. y la esperanza en el porvonir. bis potables arjentinos lian re- sistido el embate ib- la barbarie; y adelanto! adelante! signen, incansables o>: la proseen, con de su grande obra. I Iíí^O Al saludar esta urna veneranda, si las olas del Plata no» ven en este instaato en torno do ella, es que. la l'bertud ha dado un poso Illas WlltIS nos»)IOS, poique sido los pueblos que sientan en el alma los estímulos de la virtual, y la ambición viril de grande- I. olios, tributan homenajes como este á la me moria de sos grandes hombres. . ,i esta es, señores, la apoteosis mas digna coa que podemos honrar estas cenizas: el re- cil.'u las bajo el solio «le la libertad, con i l himno sagrado do. la Bell) ion de Mayo en nuestros lúbio.-; la razón en toilo su resplan- dor soberano, la autoridad amparada por el sentimiento de. los pueblos y los pueblos amparados por ellos mismos. V tras el cata- clismo rio la borboriea entre el estrepito aun de la victoria, presentarnos dolante de esta urna, sin saugio de venganza en nuestras caaos os, dejando á las edades reñidoras que venguen con su tallo las desgracias de des jen oraciones. Si en l,i tumba los huesos se animaran, las lágrimas de respeto á su memoria, la pala- bra liamana brotando de las fuentes purísi- mOs del alma, y el eco «le esas salvas fnno- í trios no conuio vei inn tanto tsto» despojos carao la oh onda que hace la patria á su hijo presentándole el cuadro vivo y palpitante de aquello que diseñó su tóente en su grande ululación p,,r su lelii idud y por su gloria. Ante la majestad de este, mo nolito, res- pondiendo :i! pasado d«* Is herencia que ds> jó cu nuestras manos, y trente á /Vento con la posteridad que nos observa, la historia y el porvenir baldan mas alto que el rumor de circunstancias, transitorias, que aj tiempo y ! — 13 — la razón dominarán mas larde; y la historia y el porvonir también saludan y nos mues- tran esta urna, como el símbolo imperecedero do la sabiduría y la honradez en el gobierno, «le la libertad y el ór«len en «d pueblo, y «le la unidad perpetua de la patria...... Y de lioy mas los pueblos arjentinos tienen id QS- ber de trabajar incansables por esta trinidad política q«ic compendia la vida del hombre cuyas cenizas vienen hoy donde existe el testamento de sus principios. £1 acompañó la República cu los prime IJr'tiiimriit'fi) jxt r! [>. Señores: i.a Municipalidad de la ciudad de Hitónos Aires me encarga ••.qu-csar los sen! ¡miento» «le la población que viene á recibir soj BUS brasas esos despojos que llegan á las playas de su patria, con,,, llega.i á veces á tierra las tablas desanidas do la nave «pío destrozaron las iempostiuWi -. I'or la elección «le su intei píete. !.« Munici- palidad no viene á redamar Bonso bien y glo- 1- i esclu.-iva do la porción de pueblo quo re- presenta, el bien y la gloria que esa nina en cierra. Al rededor del pallada de polvo quo sirvió «lo ropaje mortal al espíritu de I'. Bernardina Kivadavia nadie es primeto ni último, nadie puede decir ú mí me interesa ajas que \ on-.», ú mi me. toca BAOS de coica que ú los do- mas. Ksas ceni/.ns se agitarían dentro de la ur- na que la» contieno, si otros sentimientos y otras ideas las acogiesen á su viudt.i. diferen- tes de aquellosqoe sintiera su corazón cuan- do eran corazón, y enconó Bes cráneo cuan- do con tenia un cerebro humano l'or eso están bien al rededor «lo coi l urna cineraria, cuno están bien en fd so:to «le Buenos Airas, los que nacieron argenti- n is á la orilla osmeeta d«" OStS rio, y honran con nosotros la memoria del animoso va.f ii que empujó id cañón, na«-¡uiial ontmtces, bas- ta Itwatngff pana asegurarles su iudopenden- t:ia. I.a ciudad «le Buenos Aires mostraba ayer la misma solicitud «le Rii para unir mas de cereta por las vias fluviales á los pueblos que la «h¡atada ssteasfon do pais tan grande separa. l'.l es píritu do Kivadavia ha hinchado las velas do los nuevos esploradores, y su sombra protec- tora eooducidolos á feliz término. Porque la ciudad quo rió nacerá 1>. Bernardina) Kiva- davia oía para di solo al centro «pío d«d>i» irradiar sus beneficies sobre los estremos, ol corazón quo siente y simpatiza, y la cabeza ■pie piensa y determina los netos de la volun- tad; y para quo no so crea quo ln alojad «lo liucuos Aires «lo hoy, no es la «dudad rio Huenos Airo- que Hivndavia hizo, la ciudad avtrentina por su espíritu y su solicitud, ob- soiv ii c* que hoy como en otro tiempo el eohi- ilo «le Ciencias Morales, reúne en el seminario conciliar igual número de representantes 'lo soda una ilo las secciones en «pío so «lívido la Kopública. Asi pues, todos estamos bien reunidos aqui y con justo titulo, en esta «:»- eonn de familia", pero do la gran familia Or> lentina» para la rceiqiciou «!«' ¡os restos do un liij«, muerto en tierras estiaña». Qasj si como va no son sino restos orgánico» b" «pío *OUÍ ven, so presentase E>. liernardino Binsaja» la cu vida v salud, ast i n üouuo la-, escalas «leí mnclle con sa [uno grave y mesurmlo. el I ) ! ;-s< JTTUSO Z?0tni»tgo / *. iSsji ajssmr'e, cu u— 14 — pueblo Je Buenos Aires acudiría como hoy ni tropel ú darle la bienvenida, y honrar sus virtudes, y admirar sus talentos y su iré «no. [Oaántaa rnm sucedidas «ti el largo lapso de su ausencia, y cuáu horri otea, le con- tarían los ancianos! ¡Y tío cuánto esfuerzo jít'noroso y de cuantos propósitos y hechos heroicos ate Jactarían los jóvenes que no lo OOnOcion sino por el espíritu de las institu- ciones que les lepo! Instituciones que auu- i|tie holladas por la t i ratita, les fueron trans- mitidas por las- madres en el *rc reto del lio- gai-doméstico, donde la libertad, la civiliza cion y el «mor í'i l;i patria tenían :dt;ii-esf como cu las catacumbas romanaba el cristianismo, l itando lea Cesaros arrojaban los mártires á las fieras y dtoat*s de bario y de Iniquidad reeibiau inciensa y adoración pública en los templos. Isa esta fieata de familia que supongo, señores, la Municipalidad ns libertades perdidas, ú. fin • le realizar el pensamiento profundo de! crea* dos ilc la Sociedad de Beneficencia* "para '•ipie acordase una seria atención á la educa- "cion de las mujeres, h l.i mejora de nos eos - "tuttibies, y ú los medios di- proveer ú sus ••necesidades para poder llegar al o .tableci- •'miento de leyes que lijen sus derechos y de- • ocres y leja aasgáien la parte de felicidad • que les corresponde." Y entilo á la Muni- cipalidad le está hoy confiado el cuidado de desarrollar la educación de loa varones, no- sotros le daríamos cuenta «lo nuestros co- mienzos, diciéndole,— Bellori la !\fuuleipeli- rtad de Hílenos Aires ha tomado ii pochos f- cumiar por la difusión do la enseñanza el pensamiento vuestro que atribuye á las es- cuelas el secreto de bi prosperidad v rii^ran- de cimiento de los pueblos nacientes. Jísos .•iliuuuos que vienen á. cump iinentaros con ni.sotros, son solo planteles que comienzan á organizarse, para dar cima a la rejeneraclon »lc nuestras costumbres por la educación. Vuestro basta está colorado, le diríamos, ei¡ cada una de l is Ksouelas púbiicaa, á !in de (pie su presencia inspire desde la mas tier- na Infancia á los niños respeto á las virtudes severas del republicano, veneración por los que se inmolan por !a l'atiia, constancia para soportar la injusticia de los pueblos, amor á la gloria duradera, v noble aspiración ¡i todo lo que <•<■ grande y digno do ser Imitado. Listantes ón comnntcaeion con loa agentes i cítisos dula educación en las principales ciu- dades do. los Estados-Unidos, donde ya reci- ben en riqueza, tranquilidad, progresos usoiu- brosos y engrandecimiento de que los siglas no vieron ejemplo, el fruto de l.i educación pública, difundida por escuelas; y nos llegan consejos del sabed direcciones de la esperien- c'as. modelos do palacios en lugar de escue- las, é instrumentos, útiles y métodos para su organización, «pie ha inventado una larga y I rué 11 fe ra p r á c t i ca. Ensayamos yn. con nuestras débiles] fuer- zas, Vencer los obstáculos materiales que á la realización de idea tan salvadora se opo- ne-i: y ¡oh decretos insondables de la Provi- dencia que llena de. arena la boca del malva- do, ^ 'la lecciones eterna:- de moral ¡i los pueblos! la inorada sangrienta del tirano que alzó la barbarie y al crimen al rango de ins- tituciones de esta ciudad, se ha eneontiai.li>, sin pensamiento preconcebido, al din «¡guíen- le de juzgado como Ileo de lesa l'atiia, y condenado per la [¿ejislatura que croasteis, su inorada decíamos, se ba encontrado, trans- formada ' ' fu primeft c-sruetti pública (pío tendrá la ciudad (le Buen»! -Vires, poseída por la Municipalidad, y dotada por ella de los mejores v mas completos útiles de onso- Haiiza que producen las fábricas nuite-ameri- canas. Bao le diríamos los miembros de la Muni- cipalidad de l • ciudad ■!,_• Buenos Aires, si I> I'.ernardino Rlvadnvia pudiese escucharnos, seguros Je que al poner de nuevo loa pies en las liberas de su patria, bis penas infinitas do su vida se apartarían de su memoria para regocijarse de tener entre sus compatriotas intérpretes é imitadores. Es i decimos en presánela de sus cenizas, como el mejor aunque el mas modesto tributo ana podemos ofrecer á su gloria. t.^ue en cuanto al que habla, el ultimo do sus discípulos, el primero entre sus admirado- res si le fliese permitido insinuar una palabra que. no sea la espresion do sentimientos co- lectivos, como argentino, como municipal do esta ciudad, cuno soldado, y como senador del Kstado de Buenos Aires, pudiera decir á esas augustas ceniz .s: entrad sin zozobra y sin rubor en la ciudad, cuna de vuestro na- cimiento. No seréis escandalizadas yn ni perturbadas cu el asilo de la tumba! Rara, que impuesta tranquilas en ol seno maternal de esta patria, hemos lucbado veinte anea cen- tra la barbarie, aterrádola á bis puertas de esta ciudad, y aspulsado al monstruo de su seno y de la América. l'ara ipie este puñado de polvo entraso dignamente ú Buenos Aires, hemos lavado la ciudad de todas las máculas morales que afeaban so fisonomía. D. Bernardina! Esta es la misma patria que dejasteis baeo treinta años! J^as mis- mas instituciones la rijon: el míame espíritu la animal Kstais con los t uesttosl Entrad en ella y reposad en medio do las bendicio- nes de la posteridad. — 15 — T^THCTTTíSO Proinntfindo ¡ or >■/ rSr. /*. &art«Hom¿ Mitre, cu nótnbre del RjérHto. I'íjt qué buscáis entre los masrtss «l eás vive? [ Kv UtJSBSS. 1 SEñoItK.s: ITénos aquí ng; upados en torno de los line- aos de un pobre peregrino, á quien la muer- te sorprendió distanto do sus bogaros. aquí, señores, un puñado de cenizas procrip- tas, que vuelven triunfantes del destierro; he. aquí los despojos mortales de I*. Hei-nar- dimv Kivndaviu. ana vienen á. recibir el apo- teosis que el pueblo les consagra. Al salu- darlos en nomine del ejercite del Kstado, yo me inclino con relijioso respeto ante la urna ipu1 los onciei ra. porque esas banderas que flamean ú su paso, esas armas que les tribu- tan honores cual si su sombra recorriese las tilas empuñando el bastón del mando, estas espíalas que rendimos ante osos átomos de polvo, simbolizan no solo la fueras que so humilla entela idea, sinó también el boatena je debido al ultimo representante do nues- tra grandeza militar, en la ultima do nuestras guerras nacionales. 1> Bernardina Rivadavia os el último ie- prese&tante do nuestra grandeza militar, porque él fué ol último espitan jeuoral de los ejércitos do la nación argentina. Despose de él, la sanana que Baleares desenvaino cu Suipacha, la que Belarano llevó hasta el alto I'i rú, la que San Martin hizo resplan- decer en la cima de los Andes, la qoe Ban- deen esgrimió en lo alto del < orrito, laque Aivenr y Bronu empuñaron en Itusainao y en el .Juncal, no ha salido do la vaina para ponerá raya á los enemigos esteriores. billa esta colgada, como las armas de Rolando, ni lado de bis banderas enemigas con que Riva- davia engalanó nuestros templos en la época memorable de so gobierno. lío fué el quien manejo eaa espada, pero ¿quien sinó él la templó en id tUSSO sagrado do los princi- pios, al depositarla en bis robustas manos de los campeones de la lucha con el Brasil! fQuien sinó él inoculó su espirita varonil en. las lejiones del ejército republicano? iQuieu sinó él empujó ú nuestros soldados en el anclio camino de la gloría? ¿quién sinó él botó al agúalas naves de la Kepúbliea, co- ronadas de cañones y adornadas do flámulas arJentlnaSj que nos dieron el dominio Ue los rios? ¿'^uién sinó el preparo nuestros esplén- didos triunfos en la tierra y en los nutres? pQuiéo sino -.'1. por fin, laureó las aunas ven- cedoras en Ytuzaingó con la paz gloriosa, á cuya gloria solo faltó su firma? N'adié sinó él, señores; y después de él, desaparece el grande ejercite nacional q' habia reorganiza- do en presencia de las hordas vandálicas del caudillage; desaparece el antiguo espi- ritt militar; desaparece la vieja disciplina y ol jenio da la victoria deserta de nuestras ban- deras en presencia de los enemigas eetrsoos. ¿Será porque después de ltivadavia haya- mos sido menos valientes, porque nuestras lanzas hayan estado menos afiladas! N'o, es porque después del gran l're-idente de la Be- pública Argentina liemos dejado de seS na- ción: porque el soplo de las malas pasiones ba apagado aquella luminosa antorcha dolos principios, que él levantó en mi mano: por- que la tempestad Boa ba dispersado, desmo- ralizándonos, y porque el servio de la virtud militar no reside en la pujanza do los brazos, ni en el temple do la-- armas, -iuó en el espirita sublime de (pie se penetra el guerrero cuando marclia al iSCrlficto en honor de su credo pe- litio.....lando los deberes austeros del sol- dado si? a.-ni mizaii con la dignidad huí-nana y los mas preciosos derechos del ciuda- dano. Hivndovia encomendó al ejercito la de- fensa dol honor nacional. le const it uyó en (d guardián armado do las instituciones de un pueblo libre, le Infundid una creencia y le envió á la muerto y .'i ht gloría, en el ínteres y en el nombre da lo ni • sagrado (pie hay para el hombro sobre la tierra. i'oi eso fué grande el Ejercito Republi- cano, formado bajo la inspiración de Rivada- via en el espacio de sesenta litas. pee eso después del ejército repul lícano no Be ven sinó hordas feroce-- de jenízaros que degüe- llan, ó bandas populares que pelean y mue- re i heroicamente por la libertad, poro no ejércitos democráticos regnlariaados Estos solo se. fi rman bajo los auspicios de un go- bierno liberal y enérjieo como el de Biva- davia, que imprima á las masas disciplinadas su poderos t voluntad. Inoculándoles su eapi- rita entusiasta y metódico al mismo tiem- po, l'or eso, señores, paru loatsMocor la antigua disciplina relajad . por la tiranía; para levantar el espíritu militar, amortiguado pol- los infortunios de la guerra civil,tenemos que venir á pedir inspiraciones a las tumbes, tene- mos que templar nuestros corazones en el nenia ejemplo do ese ilustre muerto, que no mando ejércitos ni gano batallas, pero que poseyó el secreto de hacer invencibles las In- trépidas falanjcs de l.i Ui pública Aijentina. Perdonadme ^ osotros ios que no profe- sáis ol culto de la gloria militar, si me be de- tenido en colocar sobre la fronte pacifica de Blvadavia el lauro bélico que conquistaron nuestras tropas en la guerra del Brasil. lio querido, al derramar un luz nueva sobre esta gran figura bistórica. demostrar con la íilo- solia de los hechoa, que no es un incienso grosero, producto de bt falsificación de la historia, el que á nombre de mis compañeros de armas he quemado sobre su altar fúnebre. Abora debo deciros, señores, (pie no es aquel ejército con o! que Hivadavia ha ven- cido a sus enemigos: no es con él con ol pe ban triunfado sus grandes principi >s, ni so lian salvado sus inmortales instituciones |nei El ejército con que Blvadavia lia vencido— ir, — para honor y gloria or ln fuerza brutal, son aquellos niños tierno* ¡i quienes puso la cartilla cu la innnoonins escuelas pi-imanan que, fmuli'i; son esas MrtrMMi nceñiotlMU d<: la honcfi.en- ría, á. quienes sentó ú la cabecera del enfermo, ene. .men.lamlnles la educación «lela mujer; son esos huérfanos desvalidos, á quines sir- vió de padre ; son aquellos emigrados iner- mes, á quienes t*l (lii* unn sc^iuiíla jiátiia: son esas madres aijontinas. emulas «le la madre de los < 5 ráeos, quo han mutwido OH el .litar de la familia el fuego sagrado de sus vhtudos cívicas; son aquellas ideas, que él derramó romo semillns fecundas en esta tioria elasies de J.-i libertad americana, y que hov lnotan en taMM de su urna cineraria, como un boa que de sagiados laureles, C fjliaagrado á la inmortalidad. II i! aln el poderoso ejército que alzn en sus e.'-eudos la urna de. K i vada \ ¡a, y del que su sombra majestuosa es la intrépido cala xa de columna, que avanza, Mná las palabras ile ta aTisrri*...... rojn\ cure-idas por un gran orador | Lord t'liatamj. jUmjMMb cecidnie, cenciudailanos. si al elevar vues- tra mente á las regiones serenas de las ideas del grai.de- liomltre, ileeidnie, si aj ver o.-la- bonmso mistóte saínente la c.nlon.-. de m-o d. los destinos de Kivadavia con los «lest ¡nos «lcl pueblo que le vió nacer, no sentís despren- MHI d*- esas frias Bordaos una rliisjia do in- luortalidad. que ilumina las profundidades de vuestra alma con súbito resplandor.' Decid- me si el alma de Kivadavia no agita su-al.i invisibles sobro vuestras cabezas* Kecid- me. decidme, si no vivisde la vida de ese muerto' (si, D. IScrnai-diuo Kivada\ía vive en no- so; res, de la vida inmortal «le los espíritus, que se transmite de generación en generación inoculándose como un pcifumc en el aliña lie los pueblos. El que fué carne de OUOOtTS carne, huesos de. nuestros huesos, es hoy al- ma de nuesi ra alma. l'or MU gobierna boy nías BM cuando era gobernante; por eso oht MtaM hoy su- h-yes, mas que. cuando fvH legislador; por eso derramamos todavía con afán la semilla en el surco que abrió ú lo largo del camino de su vida. 10» que sus mandatos están en nuestra coii.ioncia: es que sus idc.'.s íiirniaii hoy cUmiuIo con un del buen sentido del pueblo, romo las ideas de l'rutikliii vulgarizadas por el tiempo; es que su ser moral identificado con el nuestro, como lo» nervios á la enrne, forma parte de nuestra propia esencia, es un elemento que obra 'Mi nosotros mismos con el poder irresistible do las inspiraciones intimas. Asi se forma, se mejora y se perpetúa. Bo- ííoroíi, el alma rio los pueblos, por la ngrega- cion do las virtudes y de las ideas de los grandes hombres. Kilos dotan á la humani- dad de nuevos sentidos morales, de nuevos órganos do apreciación, ele. nuevas fuerza» hitulfirtnnina, que reaccionan poderosamente sobre las generacionesquo se succeden, hasta que llega un dia en que la humanidad com- prendo que su vida es la vida postuma de los muertos. Así lo comprendereis vosotros también, si borráis por un momento el nombre de llíva- da\ la del libro do nuestra historia; si apagáis por un momento la antorcha que él encendió para alumbrarnos el camino, y si reh i", para apartaila de vuestra vista, aquella noble Hgrj- ra del varón justo, que se alza majestuosa, en el linde de dos campos ensangrentados. Kntoiiees sentiréis morir en vosotros una parta de Vuestra ser moral; veréis oscurecerse una parte de vuestra alma, y hallareis vacio de la hatajan simbólica do vuestras creencias el altar de nuestra rolijion política Sin Jlivadavia, sin los materiales de reconstruc- ción que elaboró su vasto jénio con la clara visión del porvenir, la lo-urrcccion do la Ilepi'ibHca Arjentina habata sido Imposible, después de l< s veinte, años de t'rnnia devas- tadora. Todo se. babia destruido, menos sus instituciones grabadas en granito, monos sus monumentos fundidos en bronce. En ellos volvimos á encontrar las tablas perdidas do unestros derechos, y nos levantamos del polvo como nuevOS Lázaros, con los pies y luí nm- nos atadas, pero llenos del espíritu vital de los pueblos lil res. Asi es eorno los pueblos se salvan baja los auspicios de sus iiúiiicnes tutelare»; asi es co- mo Kivadavia nos ha Barrada y nos gobierna por la fuerza do la idea que sobrevive á los trastornos violentos y á la materia perece dera. V asi es como colmados de sus benefi- cios, rodeados de sus creaciones inmortales, obedeciendo 6 1a impulsión que nos dió. ha cerca de medio siglo, el proscripto dormía aun el sueño de la eternidad on la tierra del OO- trangero! No culpemos á la ingratitud do los pueblos! Kilos no pueden tener la revelación de sus grandes homhres* sino después de cosechar sus beneficios. Kos hombres predestinados a. recibir el culto «lela posteridad, son superiores á esos mezquinos cálculos de los que trafican con la gratitud contemporánea, dispensando be- neficios cea la obttgaulon de que as les reco- nozca ln deuda. Kivadavia lo era. Esto dignitha su carácter y nos presenta su gran figura histórica rodeóla con esa au- reola del estoicismo político, que es el signo de los verdaderos hombres de gobierno, se- gún el evangelio de los pueblos libres. Rivadovis hizo el bien obedeciendo á las inspiraciones de su genio previsor y á los impulsos generosos de su naturaleza espan siva. y como nji, lejislador de la antigüe- dad que hizo jurar á sus conciudadanos guar- dar sus leyes hasta que reuniesen todos los miembros de su cuerpo, y se hizo dividir en pedazos para hacerlas eternas. Kívad.iviu nos ha dejado un pe dazo de su corazón en — ir — rada una de sus instituciones, á fin de inmor- talizaren ellas su amor á Uuenos Aires. Su corazón ha -sido siempre nuestro. Si en las melancólicas horas de la proscrip- ción lindo creer q no sus instituciones hablan sucumbido; sí dudó por un momento de los altos destinos quo esperaban á su patria; si pudo suponerpor un instante que susdiscípu- los habían rimogado su eseelsa doctrina, al verlo perseguido como al Divino Maestro, ¡bendigamos al cielo! porque .i pesar da todo vuelven al seno amoroso de la patria esas reliquias-cuya talla hubiéramos llorado por los siglos I<11, BES Olt «I VA B>A VIA. liucnnn s\i/es, ,ií.'i>.\fo 20 tic 1857. Ayer empezaron la- solemnes exequias iTo 1>. Beraardlno Kivadavia en el pintan esta- blecido por el ceremonial. A las !> de la mañana, la Comisión encar- gada de; la conducción de los restos mortales, se trasladó á bardo de] \apor del Kstudo "General Pinto," donde se ni so la traslación • lo los huesos de l.-i caja que los contenía á la urna, que la (.'omisión quo llevo' ron eso objeto. Ksta fue conducida a tierra en una falúa agilitada,bajo na soasarla de terciopelo, adornado con coronas do laurel. La urna es de Jacaranda, de bellísima for- ma, y sobre ella se lee, en letras do plata en relieve: K I V A I >A V I A. Al trasladar los huesos, so levantó acta por el Escribano de Gobierno. .Seguían á la falúa, como cuarenta ó mas lanchas, en convoy, entro ellas, algunas del Wmapy el f>j>//, vapores de S. M. H., y seis de lacorbeta brasilera Jlt > •-a/'ce; todas coíl bande- ra ¡i inedia esta. En O* recibida la urna por la Sociedad do Beneficencia, y rodeándola las «ocias, la Bra. Presidenta OOIOCO sobro ella una hermosa corona de siemprevivas'y pensamientos, ata- da con una cinta en que se leía, en letras de oro, esta inscripción: I,fl fínrimlad ,/e Iiene— Jtemtdm <í ra ümitrejimdmdor />. liminrclima Itivmiia ti ¡ti. En seguida la misma señora, leyó el discurso que va en otro lugar. Concluida esta !• etitra leyó el suyo el Sr. Mármol. Kn seguida el cortejo se puso en marcha, caíganlo la muí los tres hijos y- el albaeea del Sr. Jtivnduvia, y llevando" los cordones la Presidenta J,-. la Sociedad, y las tres Socias fundador i.-,. A mitad del muelle se detuvo el acompa- ñamiento, y leyó su discurso el Sr. .Sar- miento. Siguió hasta el cstrí-mo interior del muelle, donde la urna fué recibida por la Comisión do Generales, y alh leyó su discurso el coro- nel Mitre. Tai minado este, se organizó el convoy fúnebre en el Ardea siguiente : Kas niñas de las escuelas del K atad o. ves- tí Jas de blanco con velos negros en el ála de- recha;—y los niños á la izquierda. Ambas filas ocupaban un trecho romo do cuatrocien- tas varas—Kos hijos, den los, el albaeea Sr. Cobos y D. Domingo Acháv.il. en represen taeion de los otros dos albaeeas—Kos onc.u g.id..s del ceremonial—Kas tres señoras- -ocias fundadoras—I>íez y siete sóeias, con la péñora Pinsidllllla á la cabeza._ f-n urna—La comisión nvlítar.— F,a comisión de las cámaras lejislati vas — l,os miem- bros del anterior gobierno — Xjm municipa- Ii lad—I a comisión de la Holsa — I .a comi- sión encargada de! desembarque líelos restos. Coa marinos rio la falúa con el cajón en don- de, vinieron los restos do-de Cádiz.—Un ba- tallón de infantería, con música y bandera. La concurrencia del pueblo era inmensa Kas casias del tránsito estaban embanderadas, distinguiéndose entre todas la del Sr. l.lnva- llol y el Teatro de Colon. lio muchos halco- nes arrojaban flores sobro la urna al tiempo