IIVSTBliCTIVO Y PERPETUO CALCULADO poe vs NUEVO METODO, QUE CON MAS EXACTITUD ASTRONOMICA T COX MAS FACILIDAD DA LOS MISMOS RESULTADOS CALENDARIO ROMANO, l ti SUKtf06 AIRBS, IMr«»NTA D* "BU ORDEN," P1KDAD N • 7ff.3 r No hay quien no cuente en su vida alguno de aquellos di;is «le placer ó de pesar, cuyos recuerdos le son tan profundos que no qui- siera olvidar ni aun las circunstancias mas insignificantes, conque vinieron acompañados. Talos son por ejemplo el de su nacimien- to, el de su casamiento, el de la muerte de un hijo, ó de sus pa- dres, el de una batalla, ó de algún otro suceso altamente próspe- pero. ó adverso para la Patria, y otros muchos de esta ela.se. El aflo, el mes, el día de la semana, y si es posible hasta la hora en que sucedió, todo le interesa; y si el suceso fue de noche todavía, desearia saber si había luna ó no. Es verdad (pie todas estas BOn • ■.vigencias do pura fantasía, pero sin embargo muchas veces suele haber un vivo y positivo deseo de satisfacerlas, aunque no sea sino con el designio de dar mas ámbito á la meditación de aquellos mis- mos objetos, que en otro tiempo le fueron tan interesantes. Fuera de estos objetos de pura fantasía hay otros de verda- dera utilidad en la averiguación de aquellas circunstancias al pa- recer insignificantes ; y esto no solo con respecto al tiempo que está por venir, sino también con respecto á los años anteriores, y siglos que ya pasaron. Un pastor, un labrador, un general, un viagero tienen que calcular no solo las estaciones del año, sino también las diferentes faces de la luna para con este conocimiento anticipado disponer convenientemente todos sus preparativos para el viage, para las sementeras, para las cosechas, para el pastoreo, para una emboscada, ó para una marcha militar. Cuando se trata de la certidumbre de un acto judicial, que se dice haber tenido lugar en años anteriores, es de la mayor impor- tancia averiguar ei el dia do su fecha fue fasto ó nefasto, por que si resultaba en dia fasto, y sin la competente habilitación, esto solo bastaría para sospecharlo falso. Cuando se trata de un hecho histórico, y se sabe por otra parte el dia de la semana en que su- cedió, este dato e3 muy útil para compararlo con el año, mes y día a que se refieren los historiadores y ver si están ó no de acuerdo to- das estas circunstancias. L03 críticos mas severos no suelen emi-tír este género de averiguación, cuando quieren rectificar algún hecho antiguo de los que refiere la historia. En las causas criminales sobre los hechos, que han tenido lu- gar en la noche, el juez, el acusador, y el defensor del reo deben lener muy presente en muchos casos el estado de la luna en aque- lla fecha, no solo para ciertas circunstancias, que pudieran aumen- tar ó disminuir la intensidad del crimen, sino también para pesur la razón del dicho de los testigos relativamente á aquellos hechos sobre los cuales deponen de propia vista. Generalmente se des- precian estas circunstancias en las causas civiles y criminales, no por la poca influencia que pueden tener en ellas, sino por la difi- cultad de averiguarlas ; porque no todos tienen la proligidad de conservar los almanaques de' los afíos anteriores en previsión de .i** casos futuros en que pudieran necesitarse. Los eclesiásticos necesitan todos los años una tabla diferente para rezar el Oficio Divino, para determinar las dominicas, las témporas, y demás fiestas movibles, que deben anteceder, ó subse- guirse á la Pascua de Resurrección. Verdad es que en el mismo breviario tienen tablas y reglas generales para formar el almana- que de cada año; pero ellas son tan complicadas que no es dad» á todos entenderlas, y manejarlas con facilidad. Aun los mas versados pueden por una equivocación tomar la epacta XXV en números romanos en lugar de la 25 en números arábigos, por cuyo motivo dice el Padre Tosca que en algunos breviarios del siglo pasado se señaló la Pascua del affo 17iS4 para el dia 18 de Abril cuando debió ser el 25 del mismo. En el año de 1851 estando en Montevideo desterrado por liosas desde el afío 30, y reducido á la mas triste ociosidad, como lo estábamos todos los abogados, á consecuencia del estrecho bííío en que estaba la Plaza, me dediqué entonces por via de entrete- nimiento al estudio de la cronólgia, estudio propio de gente deso- cupada, y me propuse con tal motivo organizar este Almanaque Perpetuo comprensivo de siglos pasados y futuros, en el que por la ¡«imple inspección y debida, comparación de las tablas adjuntas, se hallarán fácilmente todos los datos necesarios para los objetos ar- riba indicados. Por ejemplo. La simple inspección de la tabla 1 f señala las letras domi- nicales de cualquier año según las esplicaciones que lleva consigo para su debida inteligencia. La tabla 2 f muestra por sí misma el áureo número de cualquier año que se pida. Comparando la tabla 1 !* con la 4 f9 según las reglas esplicativasde ésta, se halla- rá el dia de la semana á que corresponde el dia de cualquier mes y afío que se diere. Comparando la 2 f tabla con la 5 * según las esplicaciones de ésta se hallará el dia en que hace la luna de cual- quier mes y año que se pida. Ultimamente, comparando la 1 ? y la 2 ? con la 3 f , y con solo las esplicaciones de ésta, ee deducir i fácilmente el dia de Pascua de Resurrección de cualquier a>"o quo se busque, y en hallando la Pascua yii pueden sin mas auxilio qui- los dedos calcularse las dominicas, las témporas, y todas las do- rnas fiestas movibles que anterior ó posteriormente dependen de !;i Pascua según las reglas bien sencillas establecidas en el capit. 4 P Lleva también este Almanaque reglas ciertas, y seguras, con- firmadas con varios ejemplos, para que el que quiera por vía do diversión ejercitarse en ellas pueda encontrar infaliblemente todos, y cualesquiera de los datos á que se refieren dichas tablas, sin ne- cesidad de recurrir á estas, sino es cuando en caso de duda su quieran comparar, y rectificar los cálculos, que se hayan hecho con el solo auxilio de las reglas. "V A mas de la exactitud, claridad, y sencffies de este método, fui principalmente movido á emprender este trabajo por el deseo de rebatir esa ficción tan sin objeto, y tan sin necesidad, conque los autores del Kalendario Romano suponen los novilunios, y ple- nilunios dos dias después de haber sucedido en el cielo según se vé por la tabla 5 • calculada por astrónomos de la mejor nota. Parece que esta ficción, aun después de la sapientísima correc- ción Gregoriana fué inventada como el único recurso, y arbitrio conque podría satisfacerse á una supuesta, y falsa exigencia, que, se le atribuyó entonces al Concilio Niceno celebrado el año 325 de que entre las diferentes condiciones y requisitos que allí se es- tablecieron para la celebración de la Pascua una de ellas debía ser que la luna pascual tuviese su plenilunio ó catorceno dia precisa- mente en el equinoccio ó con posterioridad á él, para que asi la Pascua que debía ser en el domingo inmediatamente posterior se celebrase después del plenilunio, después del equinoccio y sin coincidir jamas con la Pascua de los Judíos, que con arreglo al Exodo, y Levitico acostumbraban celebrar el dia catorceno de la luna en cualquier dia de la semana que recayese. Lo cierto y positivo es que la Iglesia Católica en el presente año de 1856, en el de 1818, y en otros muchos innumerables, luí señalado la Pascua en lunaciones cuyo catorceno ha sido antes del equinoccio. Y si esta es una verdad matemática, ¿qué razón hay para fin jir lo contrario en el almanaque ? ¿ Se ha pretendido con esto engallar al Concilio Niceno? ¿O se puede racionalmente presumir que el Concilio Niceno hubiese querido engañar al pue- blo cristiano con semejante simulación? Lo peor es que esta si- mulación tiene por objeto el que nosotros los cristianos con arre»6 — glo á las verdaderas intenciones del Niceno no celebrásemos la Pas- cua do Resurrección en el mismo dia en que los judios celebran la suya en memoria de su salida de Egipto, y en mucbos afíos por causa de esa misma simulación viene á resultar aquella simultanei- dad reprobada por el Concilio Niceno. Por ejemplo en el a fío de 1818 el catorceno dia de la luna fué, según ei almanaque romano, el silbado santo 21 de Marzo, y la Pascua el 22, por consiguiente los judios que empiezan el dia al ponerse el sol y lo acaban en el ocaso del siguiente, empezarían la festividad de su Pascua el sá- bado santo á la tarde y la acabarían al otro dia domingo 22, que es el mismo que el almanaque se.iala para la Pascua de Resurrec- ción. Si esto no ba sucedido asi, ni sucederá jamas, es porque fe- lizmente los judios no se gobiernan por las tablas del breviario, sino por lo que efectivamente sucede en el cielo relativamente ú lunaciones; y asi en el año citado de 1818 empegarían su Pascua el jueves santo, catorceno dia de la luna, y la acabarían al dia si- guiente viernes, mientras que nosotros los cristianos la celebramos ;1 domingo 22. tres dias después que los judios, como debia sev según las verdaderas intenciones del Niceno. Pero hay mas, y es que en este mismo Concilio Niceno en que.tauto Be discutió el asunto do. la Pascua do Resurrección, en que se condenó la doctrinado los c J> 1 E 4 i 32 60 88 TI T' F. t< A. VT 0. B D. C o 33 61 89 l> | 17 jj 6 | 81 62 90 c £ J± 7 35 68 91 F q. 8 36 64 92 A. U- i? n F. E 1 | 37 65 93 P A r* \_< 10 38 66 94 E | ri wr ii L> 11 89 67 95 D ■ A A ¡¡ 12 | 40 68 96 J C. B ri u1 u. # A. G 13 4j 69 97 A ! c E F l* I 42 70 »8 Q | B D E 16 | 48 71 99 F | A C D 16 | 44 72 E. D | G. F B. A 1 C.B 17 | 45 78 C £ O A 1S 46 74 B 1 P 1 G 1» 47 75 A. C E F áó 48 7« a. f B. A D. C i E. D •¿i 49 77 E 6 B C S2 60 78 D F A 1 B lJ» 51 79 0 E 1 o I A £4 52 80 B. A D. C F K | G.F 25 58 81 O B ~r» | E "6 64 82 F A B » (27 65 88 E G b' re ss i 5« 84 Ü.C f '' ; Bt Á $. 1 ? Si el afio que se die- re fuere menor que 100, bús- quese en alguna de las columnas que están á la izquierda de las letras dominicales. La primera letra, que se encontrare enfren- te de dicho número, esa será la letra dominical, que se busca. Por ejemplo, se pide la letra do- minical del afio 51 ; en la se- gunda de las columnas de la ma- no izquierda encuentro este nú- mero 51, y en frente de este nú- mero, girando la vista á la de- recha, la primer letra que en- cuentro es una C, y digo por consecuencia, que esta es la letra dominical de aquel afio, y que por la misma razón será tam- bién la de los años 23 y 79, que están en la misma columna. $. 2 ? Si el afio que se diere fuese centena ó millar, completo, sin fracción ninguna, se buscará en las columnas, que están á la cabeza de la tabla, y la primera letra que se encuentre, decen- diendo con la vista por la colum- na en que estuviere el afio dado, esa será la letra dominical de aquel a^o, y de todos los demás que estuvieren en la misma co- lumna. Por ejemplo, si se pide la letra dominical del ailo 1800, veo que este número está en la 2 a de las columnas de la cabeza de la tabla, y que descendiendo) por ella, la primera letra que se encuentra es una E. ydigo por consiguiente que esta es la letra dominical de aquel año, y todos los demás que se encuentren en la misma columna. $. 3 • Si el año que se diese se compone de centenas ó milla- res completos, y alguna fracción de las que hay á mano izquierda, búsquese con la vista el punto en que la columna de la cabeza, don- de está el número completo, se cruza con la de la izquierda donde está la fracción, y en el punto en que estas columnas se cruzan, se hallará la letra dominical que se busca. Por ejemplo, si se pide la letra dominical del afio 1851, tomaré el 1800 que está en una de las columnas de la cabeza de la tabla, y el 51 lo tomaré en una d« las columnas de la izquierda, y en el punto en que estas dos colum- nas se cruzan hallaré una E, y diré por consiguiente qne esta es la letra dominical de aquel año; y de todos los demás que de ambas columnas concurren simultáneamente en aquel punto. $. 4 • Cuando en el concurso de ambas columnas hubiere dos letras dominicales, aquel año será bisiesto, y entonces la letra que está á la izquierda regirá desde el 1 de Enero hasta el 29 de Febrero inclusive; y la de la mano derecha rejirá desde el 1 • de Marzo hasta la conclusión del año. $. 5 • Todos los años que son divisibles por 4 sin dejar res- ta ninguna son bisiestos, á escepcion de los centenares; pero son bi- siestos el 400 y todos sus múltiplos hasta 4000, como se ve en la cuarta columna de la tabla, pues todos los af.os que ella contiene eon bisiestos, y todo3 tienen las letras dominicales B. A. CAPITULO PRIMERO. j Sobre el modo de hallar la letra dominical de cualquier año que *e diere, y á cualquier siglo que pertenezca sin dependen- cia de la, tabla precedente. $. 1 ? Súmese con el año dado el quociente que resulte de dividirlo por 4: súmese igualmente el queeiente que resultare de di- vidir por 4 el número completo de centenas que tuviere el afio dado, despreciando en estas divisiones los residuos eue quedaren: A es- tas tres partidas, agréguese 1 con el fin de sa'>er á que dia de la semana corresponde el Io. de Enero del a1 o dido. De la suma de estas cuatro partidas réstese el número de centenas que conten- ga el afio dado, y el remanente u>;c quedare después de hecha aquella resta, se dividirá por 7, que son los diaJ de la semana em-— 10 — pezando por Domingo. Si el residuo de esta última división fuero 1, el 1 ? de Enero será Domingo, y la letra dominical de todo aquel año será A: si el residuo fuere 2, el dia 1 ? de Enero será Lunes y la letra dominical será G: si el residuo fuere 3 el 1 9 do Enero será Mártes y la letra dominical F: si el residuo fuese 4 el 1 ? de Enero será Miércoles, y la letra dominical será E: si el residuo fuere O el 1 ? de Enero será Jueves, y la letra domini- cal D: si el residuo fuero tí el 1 ? de Enero será Viernes, y la letra dominical C: y si el residuo fuere 0 el 1 ? de Enero será Sábado, y la letra dominical será B. * 2 9 Si el año dado fuere bisiesto, por precisión tendrá dos letras dominicales: la una que es la que resulte de este cálculo estará á la derecha para que rija, (como se dijo en la esplicacion de la tabla precedente al § 4) desde el 1 ? de Marzo hasta el fin del año: y la otra debe estar á la izquierda para rejir desde el 1 9 de Enero hasta el 29 de Febrero, y debe ser la que en el orden natu- ral del alfabeto se siga después de la que se haya encontrado por medio del cálculo; porque las letras dominicales se suceden en orden inverso del alfabeto, como puedo haberse notado ya en la tabla precedente. EJEMPLO TRIMERO. o 9 Pidese la letra dominical del año de Dividiendo este número por 4, y despreciando la reata, me dará por quocientc el número de afios bi- siestos que ha habido desde el 1 9 de la Era Cristia- na., (suponiendo que aun los centenares son bisiestos según el Calendario de Julio Cesar,) y será este qüo- ciente .................................... Los centenares completos que tiene este año son í 18, que divididos por 4 y despreciando la resta dan > 4 por qüociente..............................J Añado 1 para el 1 ? de Enero................ . 1851 . 4(32 4 1 Suman estas cuatro partidas................. De esta suma rebajo las 18 centenas porque no "j todos son bisiestos sino solamente las notadas en la ter- cera partida, y que por esto no se rebajan.......... r 2318 18 La resta que ha quedado es......................2800 Divido esta cantidad por 7, y despreciando el qüociente, veo que ea un 4 el residuo que me ha quedado, y que por consi- — 11 — guientc ($. 1) será Miércoles el dia 19 de Enero, y la letra do- minical que debe rejir en todo el afiode 1851 debe ser la E. EJEMPLO SEUUNDO. §. 4 ? Pidensc las letras dominicales del afiode. . . . 1852 Divido este número por 4 y por lo mismo que 1 es bisiesto no dejará resta ninguna, y su qüociente > ... 4<3í» exacto será.................................J Las centenas completas de este año son 18. las í cuáles divididas por 4, y despreciando la resta darán > . . . 4 por qüociente................................J Por ser el aHo bisiesto no hay necesidad do aña- ¡ dir el 1 que se añade, (^. 1) en los que no lo son, y | - Be toman solamente las tres partidas, y la suma total [.,■'.. 2819 será..........ií............................J Resto do esta suma las 18 centenas............... 18 La resta que queda es.......................... 2801 Divido esta resta por 7, y despreciando el qüociente hallo que la resta es un 5, y de aquí deduzco (pie el dia 1 9 de Enero es Jueves: eme la. letra dominical hallada es la D: que esta letra debe estar á la izquierda, y que á la derecha debe haber una C: que la D debo rejir desde el 1? de Enero hasta el 29 de Febrero, y la <' desde el 1 ? de Marzo hasta el fin del aña Véase el $ 4 sobre la esplicacion de la tabla primera. $. 5 ? Cuando el año dado fuere menor que una centena, y se pidiese su letra dominical, se añadirán 100 á la fracción dada, y sobre la suma de estas dos cantidades practíquense las operacio- nes prevenidas en el § 1 de este mismo capitulo, pero entonces no habrá necesidad ni de añadir 1 para el 1 ? de Enero, ni de quitar 1 para la centena completa, pues aquella adición y esta substrac- ción, se destruyen reciprocamente. Por ejemplo, si se me pide la letra dominical del año 45, haré de cuenta que se me ha pedido la del año 145..................................... 145 El qüociente de dividir este número por 4 y des- £ g^. preciando su resta será........................) La suma de estas dos partidas es.................. 181 Divido esta cantidad por 7, y me queda un tí de resta; de don- de infiero que el dia 1. ? de Enero del año 45 fué Viernes, y su letra dominical la C: Véase §. 1 9 §. G 9 Si el a o menor que una centena fuere bisiesto, se hará la operación lo mism o que en el ejemplo precedente, y como ha de tener dos letras dominicales, deberá observarse con ellas lo prevenido en el $ 2 de este mismo capitulo.— 12 — TABLA 2. « Para hallar el Aureo Número de cualquier año. Astronomía de Fergusou, to.n. 1, p¿g. 328 0 1 1 | t 8 4 | 5 | 6 | 7 | 8 ! 9 j 10 | 11 | 12 18 j 14 | 15 | 16 17 1 18 19 | 20 ! 21 22 | 28 ! 24 ! 25 | 26 I 27 | 28 | 29 | 80 | 81 | 82 | 88 | 84 | 85 36 1 87 38 { 89 | 40 41 | 42 | 43 | 44 | 45 | 46 | 47 | 48 | 49 | 50 | 51 | 52 ¡ 53 | 54 55 | 56 57 | 58 | 59 60 | 61 | 62 | 63 | 64 ! 65 | 66 Í 67 | 68 ¡ 69 j 70 | 71 | 72 ! 73 74 j 75 76 | 77 | 78 79 ! 80 1 81 1 82 ! 83 | 84 | 85 | 86 | 87 | 88 ! 89 | 90 | 91 ! 92 93 ] 94 95 | 96 | 97 98 | 99 | íí I Tilín 1 | 2 j 3 4 1 5 ¡ 6 ¡ 7 ! 8 1 9 1 10 ! 11 [ 12 ! 13 1 14 [ 15 [ 16 I i7 18 ¡ 19 1AA 1 90A0 1 Uv 1 ívvv 6 \ 7 | 8 9 1 10 ¡ 11 ! 12 ¡ 13 | 14 ¡ 15 ! 16 [ 17 1 18 1 19 | 1 | ■ | 8 4l_5_ <>(»(> 1 91 00 ¿W 1 ^ 1 w ii 1 i o 1 i a 14 1 15 1 16 ! 17 ! lá ! 19 I l[ 2| 3¡ 4¡ 5¡ 6l TÍ 8 9 [ 10 *Um 1 991 tO 1 ti ! 1 T 1 1 d 19 ! l! 2! 3¡ 4¡ 5[ 6| 7¡ 8¡ 9 1 10 1 11 ! 12 1 13 14 ! 15 400 | 2800 2 ¡ 8 ! 4 6| 6l 7| 8l 9 ! 10 ¡ 11 ! 12 I 13 [ 14 1 15 [ 16 | 17 ! 18 19 ! 1 500j 2400 7 ! 8 ! 9 10 1 11 ! 12 ¡ 13 ¡ 14 ¡ 15 [ 16 1 17 ! 18 | 19 i ^\ 2¡ 8¡ 4 5 ¡6 600 j 2500 700 j 2600 12 ! 13 j 14 15 | 16 1 17 ! 18 ! 19 ¡ 1 ! 2 ! 3 ! 4 I 5 | 6 1 7 | 8 | 9 10! 11 17 ! 18 ! 19 1 ! 2 1 8 ! 4 ! 5 | 6 ! 7 1 8 ¡ 9 ! 10 | 11 119 1 1» 1 U 15 ¡ 16 800 ¡ 270Ó 8 ! 4 ¡ 5 6 \ 7l 8| 9 ! 10 ¡ 11 | 12 ¡ 13 ! 14 ! 15 ¡ 16 ¡ 17 | 18 I 19 l|2 900 J 2800 8 ! 9 ! 10 11 | 12 1 13 ¡ 14 | 15 I 16 ! 17 ! 18 \ 19 | l\ 2¡ 3¡ 4¡ 5 6 | 7 1000 | 2900 13 ¡ 14 j 15 16 1 17 ! 18 ! 19 ! 1 1 2 ¡ 8 ! 4 1 5 I 6 | 7 ¡ 8 | 9 ¡ 10 11 1 12 1100 | 8000 18 j 19 | 1 2 1 8 1 4 ¡ r, | 6 ¡ 7 ! S ! 9 | 10 I 11 J 12 ! 13 ! 14 I 15 16 ! 17 1200 | 3100 4 J 5 1 6 7 ! 8 1 9 ! lü ! 11 ¡ 12 1 13 ! 14 | 15 | 16 1 17 ¡ 18 | 19 ! 1 2 ¡8 1300 1 3200 9 | 10.1 11 12 1 13 1 14 | 15 j 16 ! 17 ! 18 ¡ 19 ! 1¡ 2¡ «| 4| *| 6 7 ! 8 1400 | 8300 14 | 15 { 16 17 1 18 1 19 ! 1 ! 2 ! 8 ! 4 ! 5 j 6 ¡ 7 | 8 1 9 ! 10 \ 11 12 ! 18 1500 1 8400 19 1 1 j 2 Si 4| 5 ! 6 ¡ 7 ! 8l 9 ! 10 i 11 ! 12 ! 18 ¡ 14 ! 15 [ 16 17 ! 18 1600 | 3500 5| 6i 7 8l 9 1 10 1 11 1 12 ! 18 ! 14 ! • » | 16 ¡ 17 | 18 ! 19 ¡ \\ 2 8 ¡4 1700 ¡ 8600 10 | 11 ! 12 l*j 14.1 15 ¡ 16 ! 17 ! 16 ! 19 ! l! 2| s| 4l 6¡ 6| 7 8 ¡ 9 1800 | 8700 15 | 16 | 17.1 18 119 ! 1 ! 2 ¡ 3 1 4 ! • j « ! 7 ! 8 ! 9 ! 10 ! 11 ! 12 1S 1 14 ESPLICACIOXES DE ESTA TABLA. $. 1 • El cuadrado del centro, como se vé, se compone de 19 co- lumnas verticales, y otras tantas horizontales que se cruzan reciprocamente las unas con las otras en ángulos rectos, y en ellas están distribuidos por orden los 19 áureos números correspondientes á otros tantos años civiles de que consta el siclo lunar. Si observamos que los áureos números contenidos dentro del cuadrado ocupan el mismo lugar que las letras do- — 13 — minicalcs de la tabla primera, observaremos igualmente que el modo de buscar las letras dominicales por aquella tabla, es el mis- mo con que hallaremos en esta el áureo número de qualquier año dado. lío hay mas diferencia sino que en aquella tabla los cen- tenares, y millares completos se encuentran en las columnas de 1» cabeza, y las fracciones que no llegan á 100 se encuentran á mano izquierda de la misma tabla, mientras que en esta por el contra- rio, los centenares y millares completos se encuentran á mano iz- quierda, y las fracciones que no llegan á 100 se encuentran en la cVbeza de esta tabla. $. 2 ? Cuando el alTo cuyo áureo número se busca no llega- re á 100, lo buscaré en alguna de las columnas de la cabeza, y des- cendiendo por la misma columna en que estubiere hasta internarme en el cuadrado; y el primer número que encontrare dentro del cua- drado, y en la misma columna, ese será el áureo número que se bus- ca. Por ejemplo si se me pide el áureo número del año 28, hallaré este número en una de las columnas de la cabeza, y descendiendo con la vista por la misma columna, al internarme en el cuadrado, el primer número que encuentro es un 10, y digo por consiguiente que este es el áureo número del año 28, y de todos los demás que estén en la misma columna vertical como son el 9, el 47, el 66 y el 86. $. 3 ? Cuando el áureo número que se pide fuere corres- pondiente á alguna centena ó millar completo de años, entonces el número dado se tomará en las columnas de la mano izquierda, y siguiendo hácia la derecha hasta internarme en el cuadrado el pri- mer número que encontrare, este será el áureo número que se pi- de. Por ejemplo se me pide el áureo número del año 3000, como este es un número de millares completo, lo tomaré en las columnas de la izquierda, y siguiendo con la vista hácia la derecha el primer número que hallaré al internarme en el cuadrado, será un 18 y por consiguiente diré que este es el áureo número del año 3000, y t¿imbien del año 1100, que está en la misma columna horizontal. $. 4 P Cuando el año, cuyo áureo número se desea cono- cer, fuere compuesto de centenas ó millares completos, ó de algu- na fracción menor que 100, tomaré el número de centenas y milla- res < ompletos en las columnas de la mano izquierda, y la fracción en las columnas de la cabeza, y donde estas dos columnas se crucen dentro del cuadrado, allí estará el áureo número que se busca. Por ejemplo, si se me pide el áureo número correspondiente al ano de 1734, tomaré el 1700, que tiene centenares completos, en las < ulumnas de la izquierda, y el 34 que es la fracción lo tomaré en las columnas de la cabeza, y como en el lugar en q' estas dos colum-— 14 — ñas recíprocamente se cortan dentro del cuadrado hay un G, diga que este es el áureo número del afio 1734. y por la misma razón corresponde también á todos los demás años contenidos en ambas columnas, que concurren simultáneamente en dicho punto como son oí 1753, el 1772, el 1791, el 1715, el 3615, el 3653. el 3034. el 3672, y el 3691. por que todos estos números vienen de una y otra columna á parar en un mismo punto que es el 6. CAPITULO II. •Sobre el modo de Imitar el Aureo Número de qualquier año i/tre M diere sin necesidad de buscarlo en la tabla. 1 ? Añúdase 1 al año dado, y divídase por 19: la resta que resulte será el áureo número que se busca: y si no hubiere resta ninguna el áureo número será 19. Por ejemplo, pídese el áu- reo número de 1851, añadiendo 1 son 1852: partiendo esta canti- dad por 19 quedará unarc-ta de 9. y por consiguiente digo (pie es- te es el áurc.» número de 1851. Si se pide el áureo número de 1861 añádase 1 y son 1862: pártase esta cantidad por 19, y no quedará resta ninguna, y por consiguiente diré que 19 e3 el áureo número de 1861. Uno y otro ejemplo están comprobado? por la misma tabla. — 15 — TABLA 3* Para cal r la Pascua de cualquier año. Astronomía de Ferguson. Tom. I, png. 88S. AUREO NUMERO % T 7 1 1 8 7 i - ff i J1 * ¡.i i 111 is 10 ¡ 17 lv . i» \- *—* DA 1 lili 1 i LA XI M X XVII XVI 53! s _§!" A I 20 ti 5 M M 19 I 12 ! 20 i! 26 12 ( 5 I 20 1 12 | 38 19 j 12 27 13 t JL7J M 84 20 | 18 1 27 20 B ! 27 1 ! 1 ti I, 20 13 ! 34 20 !« i M 14 7 21 ! h! 1 f 1 si ! 7 ! k 1 ~7 ! 28 14 ! 7 .1 21 14 • 24 21 ¡ 7 —1 D ! 15 I t\ 22 1 is ! 29! 22 I 8 | 29 ( 15 | . t ¿9* «J 1 JjgJ 18 I M 22 I 8 V. !¡3" ! u« n *Tj 16 ! 80 j ■ 1 I i 17j i ! 2:j 1C I. 2 (23 9 ¡ 30 28 I 9 i 24 ! 17 ! ».i lol 3! ¡ 24 | 10 I, 31 | 10 | U 17 ( 8 ¡ 24 10 ¡ 31 írjiól Ü fsj 4 í » | nj i í>- lllj ''- ! 1-. 1 i \ i;. 18 | 4 ! M ! 11 ! M j IMPLICACION DE LA TABLA 3 f1 <§>. 1? Hállense por m tabla prinieta ta letra dominical, y por la secunda el áureo número dél año dado, cuya Pascua se solicita. Oon la letra y número bailados éntrese en esta tabla, y en el punto en que la columna horizontal de la letra so cruzare con la vertical del áureo número, se encontrará un número que añadido al 21 de Marzo determinará la Pascua del ano dado, (pie será de Uno ñ no pasado 31, ó de Abril en aquel di-i que exediere al 31. Por ejemplo, pídese la Pasera del afio 1850: la letra dominica] de este año es F, y el áureo número es 8; y como veo que en esta tabla el áureo número 8, y la letra F se erutad en el número 10. añado estos 10 al 21 de Marzo: resultan 81, y por consiguiente digo que el 31 de Marzo fue la Pascua del ano 1850. Si se pídela Pascua del año 1851, obsérvese que la letra dominical es E, y que el áureo número es 9. Observaré igualmente que en esta tabla la letra dominical E y el áureo número 9, se cruzan en un punto donde hay un número 30. que añadidos á loa 21 de Marzo hacen 51, de los cuáles quitando los 31 de Marzo, quedan 20, y digo por consiguiente que el 20 de Abril será la Pascua del año 1851. §.2 9 Si el año dado fuere bisiesto, como la Pascua nunca ha de ser antes del 2J de Marzo, tomaré siempre la letra dominical de la derecha, que C3 b que ha de rejir desde el 1 ? de Marzo hasta el— 16 — Cu del afio. Cuando se dice á la derecha ó a la isquierda, so en- tiende relativamente al orden en que están colocadas las letras dominicales del año bisiesto en la tabla primera, que siempre es al inverso .leí natural en que están colocadas en esta tabla, leyéndo- la* de arriba paru abajo. — 17 — TABLA 4* Para hallar el dia de la semana á que corresponde el de cual- quier año que se diere. Astroncmia de Ferguson, tom. 1, pág. 342. Enero 31. Octubre 31. a|b|c|d|e!f|o 1|2|8|4|5|6|7 tí | y | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 Tñ | 16 | 17 | 18 | 19 1 20 | 21 22 | 23 | 24 | 25 | 26 | ü7 \ 23 29 | 80 | 81II 1 1 2 | 3 | 4 , 1*1,. _____ í)Q ,T OO febrero zo y ¿A). Marzo 31. Noviembre 30. 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 18 | 10 | 17 | ls 18 I 90 191 I 99 I 99 | 24 | 25 26 | 27 | 2S | 29 | 81 ! 31 [I , Abril 30. Julio 31. 2 | 3" | 4 | 6 i 1 | 7 | 8 9 | 10 ! 11 | 12 i 13 | 14 | 15 | Í8~Í~Í7 | 18 | 19 | 20 | 21 | 22 STTM 1 25 | 26 | 27 | 2* | 29 M> t»lj i 1 % \ % \ 4 | 8 | Agosto 31. TTTTJE]'101111181 I* 1 14 | 18 | 18 | 17" | 18 | 19 | á 9 Por la misma r;\zon aunque el afio sea bisiesto, si el dia que se diere fuese posterior al 1 ° de Marzo, no se debe bajar aquel 1 de que se ha hablado en el parágrafo anterior. De aquí Resigne qne cuando se trate de averiguar el dia de la semana en que haeatdo el plenilunio ó catorceno dia de la luna pasqual no habrá ijiic hacerse la dicha rebaja, aunque el año sea bisiesto, porque es- te* plenilunio nunca puede suceder sino después de lebrero. >§>. 4 9 Ejemplo 1 ? Si se me pregunta en que dia de la semana caerá el 23 de Febrero de 1851 obrare del modo siguiente: Por el año dado.............................. 1851 Por el quociente que resulta de dividirlo por 4 ) ^,t) y sin hacer caso ninguno «le la resta.........) ' ' Por el quociente de dividir las 18 centenas por 4..... 4 Tor los dias que han corrido desde el 1 ? de ) ,. , Enero hasta el 29 de Febrero inclusive......S * ' *' Suman estas quatro partidas..................... 2371 De esta suma délo rebajar las líS centenas.......... 18 Queda pues una resta de........................ 2353 Dividiendo esta última cantidad por 7 me dará por residuo 1, y diré por consiguiente (capítulo I § 1 ? ) que el <'.ia 23 de Febre- ro de 1851 fué Domingo. Véase la tabla 4 y se hallará lo mismo. Este af o no ha sido bisiesto, y por eso es que no se ha hecho la re- buja de (pie hablad $2? ^. 5 9 Ejemplo 2 9 Si se me pregunta en que dia de la semana caerá el 2-3 de Febrero de 1852. al hacer la división por 4. observando que no queda resta ninguna debo inferir (pie este año es bisiesto, y por otra parte debe también tenerse presente que el dia que se hadado, está comprendido entre los que hay desde 1 9 de Enero hasta el último de Febrero, y que por estas dos circuns- tancias debo hacer la rebaja del 1 indicado en el § 2 ? de este mis- mo capitulo, y por todas estas consideraciones haré la operación del modo siguiente: — 21 — Por el año dado.............................. 1852 Por ol qoucientc de dividirlo por 4................ 463 Por el quociente de las 18 centenas................ 4 Por los 54 dias que han corrido desde el 1 ? de ) Enero hasta el 2o de Febrero inclusive......S ■■■ ^4 Suman estas cuatro partidas..................... 2373 Por cuanto este año ha sido bisiesto, y el dia que se me ha dado está comprendido entre los que hay desde 1 9 de Enere has- ta el último de Febrero, deberé hacer la rebaja del 1 prevenida en el <> 2 de este mismo capítulo, y entonces aquella suma quedará reducida á....................................... 2372 De esta cantidad resto las 18 centenas.............. 1H Y quedan líquidos............................. 2354 Dividiendo esta última cantidad por 7 me quedará por residuo un 2, y esto me da á entender (capítulo I § 1? ) que el dia 23 de Febrero de 1852 debe ser Lúnes corno electivamente lo- fué. El misino resultado se obtendrá por inspección, comparando la prime- ra y cuarta tabla por m?dio de las reglas que ya quedan estableci- das para este objeto.oo__ TABLA 5.=* Pdtra ¿acar en que dia, hace la luna e?i cualquier año y mes que se diere del presente siglo 19. (A) Astronomiu de Ferguson, totfi. 1, púg. 320 i a Enero. Febrero. d N Abril. o _2 s ¡Julio. | O L j Setiembre.! ó .o "o o Noviembre ¡Diciembre.! i ! 1) 1 V 1 í 17 « 11 19 « 1 1 1 6 | 14 14 11 19 | •i 1 17 1 17 ¿» 3 19 8 8 * 1 6 14 14 8 1 19 8 1 1° 5 1 14 11 11 19 8 16 | • I -- 14 3 14 3 19 16 5 5 7 3 11 H 19 | g 16 13 s 11 19 | 8 | 8 Te- i r 13 9 11 I!l ] ] 19 13 o 10 1 19 8 16 ! 16 ñ 13 o lo U 1 19 8 5 13 o 2 10 !l' 1 8 16 8 16 16 5 10 1S w 1 5 e 13 1 13 2 10 18 7 u 1 16 ñ 16 2 10 18 18 7 15 5 5 13 13 | 2 7 "16 16 i 1 l» o 10 | 10 18 1 7 15 17 ¡ 1 13 1 l* i 2 i 1 18 7 15 4 4 18 1 1 o ! 2 10 | 10 | 18 15 12 19 1 1 lo 18 1 7 1 7 15 4 4 12 20 1 110 1 ]» 1 1° | 1S 1 1 15 1 12 1 ¡T 21 ! | 18 18 7 | 16 4 12 9 22" ! 1 1 1 15 1 4 1 4 12 1 | 1 9 23 ! I 7 1 15 1 7 I 15 1 1 12 1 9 1 17 17 24 1 1 15 ! 4 1 4 | 12 1 1 1 9 6 25 1 1 •* 1 4 1 12 1 1 1 9 | 17 1 17 6 26 | I 4 1 4 1 12 1 1 1 6 Tí 27 i 1 l"2 ¡ 1 | 1 | 8| 9 17 1 8 14 28 I 1 12 | 1 1 12 1 • |17 6 1 I* 1 14 I 8 3 99 1 1 1 | 1 1 9 1 17 | I 3 11 30 1 1 17 1 6 1 6 14 1 3 1 11 81 1 9 1 9 1 |14 3 1 11 11» — 23 — ESPLIl.'ACTN DE LA TABLA 5 * $. 1 ? Esta tabla, como se ve. tiene doce columnas verti< a- Ics encabezadas con los doce meses del año; y tiene también á la izquierda otra columna igualmente vertical, en la que hay esaritcs SI dias, que son los mas que puede tener un mes. Dado el ufío, y el mes cuyo novilunio se solicita, se sacará por inspección do la tabla segunda, ó por Lis reglas del capítulo 2, el áureo número del año dado. Búsquese este número en la colum- na del mes dado, y desde ese punto en que se encuentre gírese ho- rizontalmente la vista h icia la izquierda hasta encontrar la colum- na vertical de los dias del mes, y el número que se encontrare dentro do ella enfrente del áureo número hallado, ese será el dia del novilunio que se busca. *§>. 2 9 Por ejemplo, si se me pregunta ¡en qué dia hará la luna nueva del mes do Marzo de 1856? Busco el áureo número de este año que por la tabla segunda hallo ser 14. Busco ahora este número 14 en esta tabla quinta en la columna encabezada por el mes de Marzo, y desde este punto corriendo la vista á la izquier- da encontraré un G en la columna vertical de los dias del mes, el cuál está en frente al áureo número 14, y por consiguiente diré que en Marzo de 1856 la luna nueva hará el dia 6. El Brebiario la dará el 8 de Marzo, no porque esto sea verdad, sino pr.ra apa- rentar que el catorceno de esta luna ha caido cuando menos en el mismo equinoccio que es el 21, porque si se supone que ha caido an- tes, ya esta luna no podría ser pascual, porque se ha. creido equivo- cadamente que asi lo habia dispuesto el Concilio Niceno. $. 3 ? Este Almanaque mostrará mas adelante que sin fal- tar á la exactitud astronómica, y de perfecta conformidad con las verdaderas intenciones del Niceno, se puede determinar la Pascua y las demás fiestas movibles en los mismos dias que señala el Bre- biario, sin necesidad de recurrir á aquella arbitraria y falsa suposi- ción, con que este ha organizado sus tablas, y que en algunos casos produce un efecto contrario al que precisamente se quiso evitar por medio de aquella suposición; es decir, que los cristianos no ce- lebrasen la Pascua de Resurrección en el mismo dia que los judíos celebran la suya: y á mas de eso faltándose con mucha frecuencia por causa de tal suposición, á los deseos del Concilio Niceno de que la Pascua de Resurrección no se celebrase jamás dentro del triduo en que con respecto á la edad de la luna pasqual tubieron lugar los misterios de la pasión y muerte de Nuestro Sefior Jesu- cristo, cosas que nunca sucederán por el método de este Al- manaque.— 24 — CAPITULO IV. Sobre el modo de/tallar la Epacta dequalquier año que se diere: y de calador por medio de ella sin necesidad dé la tabla pr*~ rédente, los ?iovilunios y plenilunios. 1 ? Del áureo número correspondiente ¡il año dado, que se sacará ó por inspección de la tabla 2, ó por la regla del ca- pitulo II, réstese 1, y lo cpie queda multipliqúese por 11: este pro- ducto pártase por 30, y el residuo será la epacta que se busca. .Sino resultare algún residuo la epacta será cero. Esto sucederá siempre que el áureo número sea 1; porque si se quita este núme- ro quedará cero; y este cero multiplicado por 11, y partido por 80 no dará mas que cero en una y otra operación. Si destituido el áureo número de una unidad, y multiplicado el residuo por 11. el produelo no alcanzase á 30, entonces el mismo producto será la opacta de aquel año, y eso sucederá siempre que el áureo número sea 2. ó 3. §. 2 ? Ejemplo 1 ? Si se me pide la epacta del af.o 1850 observaré que su áureo número es 8, bien se busque en la rubia segunda ó bien se calcule por la regla del capitulo II. Qui- tando 1 quedan 7. Estos 7 multiplicados por 11 dan 77. Divi- diendo estos 77 por 30 darán de residuo 17, y por consiguiente digo que esta es la epacta del año 1850. 8? Ejemplo 2? Si se me pide la epacta del año 1862 observaré que su áureo número es 1. Restándolo de si mis- mo quedará cero, multiplicado por 11 y partido por 30 no dará mas que cero, y su resta también será cero. De todo esto conclui- ré que la epacta del año 18G2 es cero: es decir ninguna. $. 4 ? Si se pide la epacta del año 1864 observaré que el áureo número es 3. Quitando 1 quedan 2, multiplicando este 2 por 11 el producto será 22, y como no llega á 30 diré q»e la opacta del afio 1864 es 22. 5 ? Conocida la epacta correspondiente al afio dado, por el método prevenido en los parágrafos anteriores, se añadirá á ella un dia llamado de conjunción, y se le añadirán también tantos dia* cuantos meses hayan corrido desde Marzo inclusive hasta aquel mes, también inclusive, cuya lunación se solicita. Hecha la suma de estas tres partidas, si ella no alcanza á 30 contaré los dias qu« faltan para completar esta cantidad, y añadiéndole 1 mas, ese será ol dia del novilumo. Por ejemplo: si se me pregunta ¿en que dia fué la luna nueva del mes de Julio de 1850? á los 17 dias de epacta, que según las reglas antecedentes le corresponde á est« — 25 — año, le añadiré 1 de conjunción, y 5 mas por otro? tantos meses que han corrido desde Marzo hasta Julio. Encuentro que todas estas partidas suman 23 y observo que faltan 7 para completar 30. Añadiendo 1 á este 7 diré que el novilunio de Julio de 1850 fué el dia 8. Desde este 8 inclusive contaré adelante 14 dias, y donde terminare esta cuenta ese será el dia del plenilunio, que en este caso será el 21 de Julio. §. 6 ? Cuando do la suma de las tres partidas referidas en el parágrafo anterior, resultare algún exceso sobre 30, esto quiere de- cir que en el dia 1 ? del mes dado, la luna, que en tal caso habrá hecho en el mes anterior, tendrá ya de edad tantos dias cuantos fueren los del exceso sobre 80. Por ejemplo, sise me pregunta en (jue dia será el novihnnio del ines de Julio de 1851, observaré que siendo 28 la epacta de este afio; añadiéndole uno de conjunción y cinco de meses, ha de haber por consiguiente un exe&o do 4 sobre 30, y diré entonces que el dia 1 ? do Julio, la luna (que habia hecho en el mes anterior) tendrá cuatro dias de edad. En este ca- so buscaré la lunación de Agosto, y deduciré la de Julio, asi como buscando directamente la de este, he encontrado la de Junio. $. 7 ? Aunque los novilunios calculados por este método, y los designados en la tabla 5, siempre son iguales relativamente á los meses de Marzo y Abril, que son los únicos precisos para las pascuas: sin embargo, relativamente á los demás meses del afio no siempre son iguales. Esto proviene de que los novilunios calcula- dos | or medio de la epacta, no se refieren á un momento determi- nado; sino á la totalidad del dia en que aquellos se verifican, mien- tras que el cálculo astronómico con que se ha organizado con la po- ( sible exactitud en la tabla 5, habrá tomado por punto de partida al- gún momento determinado en el mes de Marzo) por ejemplo, para distribuir el medio término de la lunación de los demás meses del año. 8. Pero sea cual fuere el motivo de esta diferencia, (que aquí no es la oportunidad de esplicarlo) el hecho es que ella no tiene lugar en los meses de Marzo y de Abril, cuyas lunaciones son las únicas que interesan para la determinación de la Pascua. Por otra parte, cualquiera que sea esta diferencia (cuando la hay) en los otros meses del año, ella nunca escede de un dia completo, e» decir de 24 horas; y si esta diferencia se reparte, como debe repar- tirse en las cuatro faces de la luna, entonces esta diferencia viene á ser insignificante para los objetos y necesidades de la vida con que generalmente se calculan los novilunios. Otra cosa seria si m tratara de determinar alguna marejada periódica sobre alguna eos tu determinada de la tierra, ó algún eclipse de sol ó de luna, porq-u*— 26 — en el primer caso, una hora de diferiencia importaría mucho, y en el segundo es preciso calcular el signo celeste, la distancia, y el tiempo sin despreciar grados, minutos ni segundos. CAPITULO V. Sabré el modo de calcular la Patata de Resurrección, y las do- rnas fiestas movible» que dependen de ella en cualquier ario que se diere, y sin dependencia de las tablas anteriores. §. 1 ? Para proceder con mas seguridad y con mejor método en este calculo conviene apuntar por orden los siguientes datos. Primero: Se sacará la letra dominical ó por inspección de la tabla 1. rt ó por las reglas del capitulo I. y se apuntará la letra hallada denotándola con una L por ejemplo, ó con otro signo cualquiera, (pie se colocará en clave separada á la izquierda de la letra dominical para no confundirlo con ella. Segundo: Se sacará el áureo número, ó por inspección de la tabla 2. * ó por la regla del capítulo II, y también se apuntará designándolo con la letra A, ó con otro signo cualquiera, y con la precaución que ya se ha dado para la letra dominical. Tercero: Se sacará la epacta por el método prevenido en el capitulo anterior y se apuntará designándola con la letra E, y con las mismas precauciones arriba indicadas. Cuarto: Se sacará el dia del novilunio, c bien tomándolo en la tabla 5, ó bien calculándolo por las reglas dadas en el capitulo anterior y se apuntará con expresión á la derecha del mes de Marzo ó Abril en que cayere la luna pascual y designándolo á la izquierda con la letra N, que se pondrá en la clave misma de los demás signos. Quinto: Se sacará el dia del plenilunio contando catorce desde el novilunio para delante, y se apuntará designándolo á la izquierda con la letra P, puesta en la clave de los otros signos, y expresando á la derecha el mes do Marzo ó de Abril á que cor- responda. Sexto. Se sacará también el dia de la semana á que corres- ponda el plenilunio buscándolo, en la tabla 4. rt ó calculándolo por las reglas del capitulo 8, y se escribirá en abreviatura bajo los demás datos, y se designará á la izquierda con la letra D, puesta en la misma clave de los demás signos. — 27 — $ 2 ? Se recomienda mucho á los principiantes, que hasta que no estén muy versados en este cálculo, no dejen de apuntar los datos del modo prevenido en el párrafo anterior para no andar repitiendo á cada rato las mismas operaciones con que se encontra- ron una vez. Apuntados que sean todos estos datos para tenerlos todos á la vista se proseguirá el calculo teniendo en consideración las reglas siguientes. Primera: La Pascua se ha de celebrar en domingo, y este domingo ha de ser posterior al equinocio vernal es decir el 21 de Marzo. Segunda: No ha de ser en el mismo dia del plenilunio de la luna pascual en que los judíos celebran la suya en memoria de su salida de Egipto, porque la nuestra tiene objelos muy diferen- tes y asi debe trasladarse al domingo siguiente. Tercera: Tampoco se ha de celebrar en I03 dos dias inmedia- tamente posteriores al del plenilunio: de modo que si el domingo ca- yere en alguno de ellos, aunque sea después del cquinocio, la Pas- cua se trasladará al Domingo siguiente, porque no es regular ce- lebrar la Resurrección de Jesu-Cristo en los mismos días en que con respecto á la edad de la luna tuvieron lugar los sagrados misterios de su pasión y muerte. Cuarta: No toda luna que haga en Marzo será Pascual, ni toda luna Pascual hará en Marzo; muchas harán en Abril. Esto proviene de la intercalación que de cuando en cuando, y en las de- bidas oportunidades debe hacerse de los meses lanares, para igua- larlos con los del sol relativamente al año civil, según las reglas es- tablecidas para ello en la sapientísima corrección Gregoriana. Quinta: Cuando la luna nueva de Marzo hiciere antea del 6 del mismo mes será señal de que ella no es Pascual, y deseen indo- la por este solo motivo, podrá pasarse desde luego á la lunación si- guiente, para determinar en ella la Pasqua al tenor de estas mis- mas reglas. Sexta: La Pascua mas baja que puede haber será la que cai- ga en 22 de Marzo, y la mas alta será la que caiga en 2ó de Abril. En el primer caso Jueves Santo y San José, caerán en un'mismo dia que será el 19 de Marzo: y en el segundo Corpus y San Juan, caerán en un mismo dia que será en 24 de Junio. Sextima: Para que la Pascua caiga en 22 de Marzo, han de concurrir precisamente dos circunstancias á saber, que la letra do- minical sea D. y el áureo número sea 14; y para que la Pascua cai- ga en 25 de Abril también han de concurrir precisamente dos cir- cunstancias a saber, que la letra dominical sea G, y el áureo nu- mero 6.^- 28 — Varicra ejemplos para comprobación ó mejor inteligencia de la» reglas precedentes. EJEMPLO 1 ? AÑO DE 1G66. RIANOS DATOS. La letra dominical de este año será...... L..... G. Aureo número..................... A..... 14 Epacta............................ M..... 23 Luna Nueva de Marzo................ N..... G .Plenilunio de la misma................ P..... 19 Dia de la semana correspondiente al pleni- lunio............................ D..... Viernes. §. 8 ? Después de todos estos preparativos, que por nues- tro método se hacen con toda facilidad ú falla, de tablas, y que con un poco de contracción hasta se pueden retener en la memoria sin necesidad de apuntarse, pasaré después ¡i la aplicación de las reglas precedentes, y en primer lugar observaré que esta luna de Marzo os y debe ser Pascual por no estar comprendida en la prohibición de la regla quinta. Observaré también que el dia del plenilunio ha sido Viernes, (véase la tabla 4 * ) y que el Domingo inmediato que es el 21 de Marzo no puede ser la Pascua del año 1GGG por- que lo prohiben las reglas primera y tercera, y por consiguiente según se prescribe en ellas mismas la trasladaré al Domingo si- guiente que es el 28, y es el mismo que se deduce por el examen de la tabla 3 * $í. 4 ? No comprendo por que razón el Padre Tosca tomo 9 libro 4 capítulo 12 en que trata del Calendario Romano, nos ase- gura que la Pascua de este afío de 16G6 debió caer en 25 de Abril, siendo asi que en ese año aunque la letra dominical fué C el áu- reo número no fué 6 sino 14, y por consiguiente faltó el concurso indispensable de estas dos circunstancias que de acuerdo con el mismo Padre Tosca, requiere la regla séptima para que la Pascua haya de ser el 25 de Abril. Si hacemos el cálculo por nuestro método hallaremos que la Pascua de 1666 debió caer en 28 de Marzo, y veremos también que este cálculo está conforme con las de Ferguson. ¡$. 5 ? Tampoco puedo comprender por que razón el Pa- dre Tosca no reputa por Pascual la luna de Marzo de los dos anos citados. ¿Será porque la luna nueva de Marzo hizo en esos años antes del dia 8, que es el menor que admite el Brebiario Romano? Pero el Padre Tosca debía advertir que en estos casos, el Brebiario — 29 — Romano, para evadir otras dificultades que él mismo so ha creado, suj»oneque la luna ha hecho el dia 8, aunque verdaderamente haya hecho el G como sucede en los años 1818, y 185G. ¿Ser i porque en la suposición de que la luna nueva de aquello* años hubiere he- cho el 8 de Marzo, entonces el plenilunio, el equinoccio, y el Do- mingo habrían concurrido en un mismo dia? Sea en hora buena: pero todo esto estaba remediado con trasladar la Pascua al Domin- go siguiente que es el 23, que es el dia que precisamente resulta según las tablas de Ferguson y según nuestras reglas, sin faltar á la verdad astronómica, y sobre todo sin faltar á las genuinas in- tenciones del Concibo Niccno. EJEMPLO 2 ? AÑO DE 1818. La luna dominical de este año fué...... El áureo número fué................. La epacta fué..................... Bl novilunio que según el Brebiario fué / el 8, por nuestro método debió ser el 6. ) El plenilunio (pie según el Brebiario fué ¿ el 21, por nuestro método debió ser el ' 19...........................\ Este dia 19 dia de San José, fué Jueves / Santo.........................^ §. G ? Hechos estos preparativos veo que el Domingo in- mediatamente posterior ;;l plenilunio, y al equinoccio será el 22 de Marzo. Observo también que en este ario se verificó la simu t i- nea concurrencia de las dos circunstancias que requiere la regla séptima en su primera parte. Por estas observaciones debo infe- rir que la Pascua de 1818 fué el 22 de Marzo como lo fué efecti- vamente. Aquí no hubo necesidad de hacer traslación al Do- mingo siguiente, porque habiendo sido el plenilunio en Jueves corrieron desde este Jueves hasta el Sábado inclusive, que fué el del equinoccio (pero no el del plenilunio como lo supone el Brebia- rio,) los tres dias Jueves, Viernes y Sábado, en que con respecto á la edad de la luna tuvieron lugar los misterios de la pasión y muerte de desu-Cristo, y por consiguiente ya no había inconve- niente ninguno para que según nuestro método arreglado á la ver- dad astronómica, se celebrase la Pascua el dia 22 de Marzo; mien- tras que suponiendo el plenilunio acaecido el Sábado Santo, como li> supone el Brebiario, vienen á concurrir en un mismo dia, á la L..... D. A..... 14 E..... 23 N..... G Marzo. P..... 19 Id. D..... J ueves.— 30 — menos en apariencia, la Pascua de los Judios, y la de los Cristiano*, que era loque mas aborrecía el Concilio Niceno. $. 7 ? Desde la corrección Gregoriana que ta '• el afío de 1582 y aun mucho tiempo antes, yo no encuentro ejemplo ninguno «le que la Pascua haya caido el 22 de Marzo hasta el ajo de 1761. y después el de 1S18, deque acabamos ile hablar. Sin embargo, el Padre Tosca en el lugar citado nos dice que en el ano 1698 la Pas- cua debiacaer <;1 22 «le Marzo. Por las tablas de Fcrguson debió ser el 29, y lo mismo resulta haciendo el calculo por nuestro méto- do. Para sospechar la equivocación del Padre Tosca, basta obser- var que en ese año de 1693 no se ha verificado el concurso de las dos circunstancias que requiere la regla séptima en su primera par- te admitida por el mismo Padre Tosca. Este y otros varios moti- vos me persuaden que la distribución en que est in colocadas las apastasen el Breviario Romano, á mas de su inexactitud con res- pecto á los novilunios, es muy propensa á hacer equivocar al cal- culador. Me parece que nuestro método es meno3 cspue3to á este inconveniente. EJFMPLO 3 ? AÑO DK 1734. La letra dominical de este año fué...... L. líl áureo número fué................. A. La epacta fué...................... E. El novilunio que por el Breviario de- ) bió ser el 6, por nuestro método de- V N. bió ser el 4.....................) El plenilunio «juc por el Breviario debió ) ser el 19. por nuestro método debió > P. ser el 17.......................) El dia de la Semana correspondiente á r este plenilunio.................. ^ . C. . 6 N..... 8 Abril. el 3 de Abril...................\ El plenilunio que según el Brebiario de- i bió ser el 18, por nuestro método se- > P.....10 Id. ria el 16......................) Dia de la semana correspondiente al I -r. ,r. Plenilunio.....................\ DVierncs- Por estos nuevos datos debo inferir que la Pascua no puede ser el Domingo inmediato que es el 18. porque siendo el plenilu- nio el Viernes 16, esto Domingo 18 queda incluido en el triduo de la pasión y muerte, y por consiguiente debe trasladarse al Do- mingo siguiente que es el 25 de Abril. En este mismo dia la die- ron los Brebiarios del siglo pasado, no por consideración al triduo, sino porque suponiendo que el plenilunio había sido el 18, y que en ese dia debían celebrar su Pascua los judíos, era necesario tras- ladarla al Domingo siguiente como lo dispone la regla 2 " . Al- gunos Brebiarios de aquel tiempo equivocadamente señalaron esta Pascua en el dia 18, y el Padre Tosca atribuye esta equivocación á la confusión de las epactas. Nosotros cuando ocurre el áureo número 6, y por consiguiente la epacta 25, la tomamos sin averi- guar si ha de ser en números Romanos ó Arábigos, y por consi- guiente nunca tendremos motivo para incurrir en aquella equivo- cación de que habla el Padre Tosca. "§>. 9. Tengase presente «pie cuando al principio de este ca- pítulo hemos encargado que so saque y apunte la letra dominical (operación que sin duda es mas molesta que la de los otros datos) no ha sido porque esta letra tenga alguna influencia en el cálculo; no lo tiene, y por lo mismo puede omitirse aquella operación, por- que los demás datos son suficientes para determinar la Pascua. Bajo de dos aspectos puede ser sin embargo conveniente em- pezar por la letra dominical: 1 ? para rectificar el cálculo conipa- rando sus resultados con las tablas: pan cuya comparación se nece- sita la letra dominical: 2 ? para conocer desde el principio «i hay ó no la simultánea concurrencia de las circunstancias designadas en la regla 7 f por que desde que en lis primeras dos partidas pueda descubrirse la concurrencia de aquellas dos circunstancias, ya la Pascua queda determinada sin necesidad de otros cálculos. Por— 32 — ejemplo, si al empezar la operación encuentro que la letra domini- cal es D, y que el áureo número es 14, ya tengo en estos dos datos lo suficiente para dedneir de un modo infalible que la Pascua será el 22 de Marzo; así como si la letra dominical fuese C, y el áureo número6, diré que la Pascua ha de ser el 25 de Abril. La prue- ba de esto está en los dos ejemplos anteriores de 1818, y 1734. "§>. 10 En cuanto á las fiestas movibles debe advertirse que aquí no se trata de enseñar á los Eclesiásticos lo que las bulas de Pió V, y Urbano VIII, y otras varias decisiones de la Sagrada Congregación de Hitos, han estab'ecido sobre la formación del Brc- viario, y celebración de todas las fiestas eclesiásticas del año. En cada Breviario se encontrarán todos los datos necesarios para ad- quirir la instrucción competente en este ramo, que los eclesiásticos deberían cultivar siquiera por adorno de su profesión. Aquí se trata solamente de establecer un método sencillo y al alcance de todos, por medio del cuál pueda determinarse el día de la Pascua de cualquier año, con mas exactitud astronómica, y con mas facili- dad que por el Breviario; y respetando en todo caso las verdaderas y relijiosas intenciones de la Iglesia, manifestadas en el Concilio ííiceno. Una vez hallado el día de la Pascua, las demás fiestas movibles que dependen de ella pueden encontrarse hasta con el sim- ple auxilio de los dedos. §. 11 Estas fiestas movibles que dependen de la Pascua, unas son anteriores y otras posteriores á ella. Por lo que respecta á las anteriores, la primera que hay que considerar es la dominica septuagésima. Para encontrar esta se cuentan todos los dias que han corrido desde el 1 ? de Enero hasta el dia de la Pascua inclu- sive. De esta cantidad se restarán 63 dias, y el último de los que quedan, ese será la dominica septuagésima. Por ejemplo el año de 1850 la Pascua será el 23 de Marzo. Desde el 1 ? de Enero hasta el 23 de Marzo inclusive van 83 dias. Si de esta cantidad se restan 68 quedarán 2u: luego el 20 de Enero será la dominica septuagésima, la siguiente será sexagésima, la otra quincuagésima (o de carnaval.) la otra será 1 ? de cuaresma, luego 2 *, 3 f8 , 4 f3 , después la dominica de pasión dentro de la que está el Vier- nes de Dolores: en seguida la dominica de Ramos, y últimamente la dominica de Pascua. También puede determinarse la dominica quincuagésima, sin dependencia de las anteriores, con solo restar 49 de los dias que hayan corrido desde el 1 ? de Enero hasta la Pascua inclusive. Por ejemplo, si de los 83 dias arriba indicados se restan 49, quedará una resta de 34. De estos 34 dias 31 per- tenecen al mes de Enero, y los otros tres al mes de Febrero. Lue- go el 3 de Febrero será la dominica quincuagésima ó Domingo d« — 33 — Carnaval del año de 185G; y el Domingo siguiente será el dia de Ceniza. 12. Por lo que respecta á las fiestas movibles posteriores ú la Pascua, y que dependen de ella la primera que viene á la memoria es la dominica in alvis ó domingo de cuasimodo, que es el siguiente después de la Pascua. Siguen después las demás domi- nicas de Pascua por su orden hasta llegar :í la de pentecostes, advirtiendo que en la dominica siguiente á la de cuasimodo es el patrocinio de San José. Antes de esta dominica está la Asen- sion del Señor, que debe caer siempre en jueves, y á los cua- renta dias contados desde la Pascua. Asi en el año 185(5 la Asension será el jueves, 1.a. de Mayo por que desde el 23 de Marzo, que será la Pascua hasta el 1. °. de Mayo van 40 dias. La dominica de pentecostes será á los 50 dias contados también desde la Pascua y por consiguiente en el año de 1850 será el 11 de Mayo. La dominica siguiente será de la Santísima Trinidad, es decir el 18 de Mayo y el 22 del mismo será el Corpus cuya festividad siempre caerá en jueves y á los 01 dias contados desde e! dia de la Pascua, y seguirán después las dominicas de pentecos- tes por su orden hasta la dominica de adviento, que no dependi- do la Pascua, sino que debe ser el Domingo mas inmediato al dia do San Andrés antes ó después. 13. En cuanto á las témporas que dependen de la Pas- oua las primeras son el miércoles, viernes y sábado después de la dominica 1. do cuaresma: las otras son el miércoles, viernes y sábado después de la dominica de pentecostes; las otras dos témpo- ras que no dependen de la Pascua son el miércoles viernes, y sa- ludo inmediatamente posteriores al 14 de Setiembre dia do la exaltación de la Santa Cruz: y las otras son el miércoles viernes, y sábado inmediatamente posteriores á la tercera dominica do ad- viento. También hay algunas fiestas movibles que no dependen do la Pascua sino de las dominicas del año. La festividad de San Joa- qiiin por ejemplo, (pie debe ser la dominica inmediatamente poste- rior al 15 de Agosto: El dulce nombre de Maria que debe ser la tercera dominica de Setiembre: la festividad del Rosario que debe ser la primera dominica del mes de Octubre &a. Concluiré aquí este capitulo repitiendo lo que indiqué al principio, es decir, qu<- por ahora no se trata de analizar el Breviario Romano, porque -este género de instrucción es do la especialidad de los Eclesiásti- cos, y este almanaque no es para ello-; solamente. o— 34 — CAPITULO VI. ¡Sobre la Corrección Gregoriana, causas que la motivaron, tr medidas que se adoptaron para la permanente equacion del tiempo relativamente á los equinoccios. "f. 1 ? Con motivo del embolismo de los afíos, y de la inter- calíicion de los meses, y diasque requiere la equacion del tiempo, y de los diferentes siclos que giran en él. y con el fin de que este ar- reglo viniese siempre bien con la verdadera posición de los equinoc- cios en el cielo, y con la celebración de la Pascua dentro de aquellos limites, v condiciones que estableció el Concilio Niccno en el alto •">25 de la Era Cristiana, fué preciso reformar el Calendario de .1 ulio Cesar que regia en tiempo de aquel Concilio, y que rigió mu- chos siglos después. lia mayor necesidad de esta reforma venia de i,ue con el transcurso del tiempo se habían atrasado en el Cielo los equinoccios, con respecto á la designación que de aquellos debía ha- cerse en el Calendario de Julio Cesar; de donde igualmente resal- laba que la Pascua se celebraba a mucha distancia del tiempo, y de las condiciones requeridas por el Concilio Niceno. §. 2 ? De esta discordancia entre el Cielo y el Calendario, resultaba que los Pueblos Cristianos, aunque conformes con las miras del Ñiccno, no dejaban de ser ajitados por varias Cuestione a que se ofrecían á cerca de la determinación del día, que en cada aDo sería mas adecuado para llenar aquellas mismas intenciones. \bí es que en el Cuerpo del Derecho Canónico se registran Conci- lios, y cañones, que en aquellos tiempos de anbigüedad, en que los unos miraban al Cielo, y los otros al Calendario, establecieron las autoridades competentes, que en sus respectivos distritos debían de- cidir aquellas controversias, y publicar con la debida anticipación el día en que cada afio se había de celebrar la Pascua para que iodos los fieles estuviesen uniformes en este punto de dieiplina. ¡í. 8 ? Esta gran reforma de que vamos hablando se hizo á fines del siglo 16 en tiempo del papa Gregorio 18, de donde tu- rnó el nombre de corrección Gregoriana, con el auxilio de los me- jores matemáticos, y astrónomos de su tiempo. Empató á regir en el año de 1582, en el que el papa y algunos principes cristia- nos de Europa determinaron que el O de Octubre so fechase l.r> un virtud de los diez dias que se intercalaron después del 4 de ()ctubre por otros tantos que se habían atrasado hasta aquella fe- cha los equinoccios con respecto á la designación del Calendario. Con esta medida los equinoccios volvieron á su lugar es decir que- daron conformes con la designación del Calendario. $>. 4 ? Pero no fué este el principal mérito de esta gran obra, sino que habiendo advertido que aquellas seis horas (que á mas de los 305 dias tenia cada año, y de las cuales Julio Cesar ha- bia compuesto el año bisiesto, intercalando un dia después del 24 de Febrero cada cuatro años.) no eran completas porque les falta- ban algunos minutos, se determinó que para evitar en lo sucesivo estos retrocesos en los equinoccios, al completarse cada centena de años (aunque todas son exactamente divisibles por 4) no hubiese bisiesto. Con esta medida no solo se recuperaba el atraao de los equinoccios, que hubiesen tenido en el transcurso de cien años por falta de aquellos minutos, sino que también se les adelantaba algo mas de lo necesario. Marchando otra vez los años de á í!05 dias cada uno, y añadiendo cada 4 años un dia completo, que efectiva- mente no lo era, y omitiendo el bisiesto cada cien años, natural- mente debía suceder que andando el tiempo los equinoccios no solo reparasen aquel adelanto, sino que volviesen otra vez á atrasarse, aunque no en la misma razón que antes; y para remediar este mal se determinó que de cuatro en cuatro siglos hubiese un año bi- siesto ámas de los que debía haber de cuatro en cuatro años según el Calendario de Julio Cesar. 'Tales fueron las medidas que se adoptaron en la Corrección Gregoriana con el fin de mantener siempre el equinoccio vernal en la mayor proximidad a la designa- ción del Calendario que lo daba el 21 de MoriZO, dato preciso, y fundamental para el cálenlo déla Pascua. 5? En cuanto al áureo número la Corrección Gregoria- na no tuvo otra cosa que hacer sino seguir el Orden que ya venia establecido en el Calendario antiguo, porque el áureo número no sirve para otra cosa que para indicar el año del siclo en que se ha- lla 11 luna, y como este siclo consta de lí) afíos, no hay mas que áureos números: de modo (pie acabado el siclo de los 19 años, vuelve á empezar otra vez el áureo número desde 1 hasta 19. 6? Por lo que respecta á las letras dominicales, las que regían desde el año 10U déla Era Cristiana hasta el año de 1852, oran, y naturalmente debían ser distintas en su orden y coloca- oiou de lo (pie se manifiestan en la Tabla 1 calculada por les principios de la Corrección Gregoriana, lista diferencia pro venia de (pie por el estilo antiguo no se omitía el año bisiesto á la conclu- sión del siglo, mientras que por el estilo nuevo do la Corrección Gregoriana no hay bisiesto al fin de cada siglo, sino uno solo para cada cuatro siglos. Por consiguiente al tiempo de la Corrección Gregoriana se encontraron muchos bisiestos indebidos, y fueron los (pie causaron el atraao de los diez dias que se mandaron inter- calar después del 4 de Octubre.— 36 — §. 7 ? Tara calcular las letras dominicales del estilo anti- cuo, correspondientes á esa época intermedia entre el aílo 100 de la Era Cristiana, y el afio 1582 de la Corrección Gregoriana, se Usará el método siguiente: Con el año dado súmese el quociente (pie resultare de dividirlo por 4: De la suma de estas dos parti- das quítese 1. y lo que queda pártase por 7. La resta que baya quedado de esta última división será la que determinará la letra dominical del estilo antiguo, correspondiente al año dado; del mis- mo modo que esta resta sirve para determ inar la letra dominical 'leí estilo nuevo, según se La esplicado ya en el capítulo I. Por ejemplo, pídese la letra dominical del año 325. A esta cantidad añádanse 81 que es el quociente de la división por 4. Estas dos partidas hacen 400. Quitando 1 quedan 405. Esta cantidad di- vid'da por 7 da(J de resta, y por consiguiente diré que la letra do- minical del año 325 debió ser la G. Si el año dado fuere bisiesto deberá tener, como todos I03 domas de su clase, dos letras domini- cales, y estas deberán colocarse y manejarse del mismo modo, que con respecto al nuevo estilo ya se lia esplicado en el capitulo I. 8 ? Cuando se quiera saber el dia de la semana á que corresponde el de cualquier mes, y año que se diere, dentro de la época de que vamos hablando, esto se puede averiguar de dos mo- los, ó por simple inspección de la tabla 4^,6 por un cálculo inde- pendiente de ella. Para hacerlo del primer modo se calcula pri- meramente la letra dominical del año dado, según lo prevenido en el parágrafo anterior, y con ella se viene á la tabla 4 ? . y practi- cando lo que ya se ha dicho en la csidicacion de esta tabla, allí mismo se hall.irá el dia de la semana que se busca. Por ejemplo, pídese el dia de la.semana á apa según el estilo antiguo correspon- dió el 31 do Marzo del año 325. 1 Tal tiendo descubierto ya por los preceptos de! $. 7 que la letra dominical de aquel alto es la G, en- tro con ella en la tabla 4 , y descendiendo con la vista por la co- . lnmna encabezada por la G basta internarme en el departamento de Marzo, observo que el 28 de Marzo debe ser Domingo pop estar en la misma columna, y por consiguiente corriendo la vista á la derecha, y contando por su urden los dias de la semana al llegar al 31 ten- dré que llamarlo Miércoles, como efectivamente lo fué en aquel alio, según el estilo antiguo, aunque según el nuevo debió ser Mar- tes, y la letra dominical D. í'. 0 ? Cuando se quiera averiguar esto mismo por un sim- ple cálculo, y sin dependencia de la tabla 4 *r con el aílo dado se sumará el cuociente que resulte de dividirlo pos 4: á estas dos partidas se añadirán los dias que hayan corrido desde el 1 ? de Enero hasta el dia dado inclusive. De la suma de estas tres par- — 37 — tidas se bajarán 2: lo que queda se divido por 7 y la rosta de esta última división determinará el dia de la semana que se busca. Por cxemplo en el caso de que habla el parágrafo precedente su- maré estas tres partidas 325 por el año dado: 81 (pie C3 el cuo- ciente de dividirlo por 4 (sin hacer caso para nada de la rejza). y 00 que son los dias que han corrido desde el 1. ? do Enero hasta el 31 de Marzo inclusive. Estas tras partidas suman 4í>0. De esta suma rebajo 2, y quedan 494. Esto lo divido por 7. y me queda una resta de 4. número que corresponde al miércoles empegando á contar desde el domingo. De modo que por este simple cálculo he venido á o'>tcncr el mismo resultado (pie ya ob- tuve por la inspección de la Tabla 4 * ^. 10. Si el año dado fuere bisiesto, y el dia que se busca estubiere entro el 1. ? de Enero y 2"> de Febrero, ea que anti- guamente se hacia la intercaluion del bisiesto, entonces de las tres partidas anteriormente referidas, después de sumadas, se qui- tará un 3, y sobre lo que queda se practicarán las domas opera- ciones para deducir por el mismo camino (pie antes el dia de la semana (pie se busca. Por esta misma razón en el año bisiesto la letra dominical de la izquierda no debe regir, cuando se compare con la tabla 4. ? sino desde el 1. ? de Enero hasta el 25 de Fe- brero y la de la derecha hasta la conclusión del año. §. 11. Habiéndose arreglado en la Corrección Gregoriana con aquella exactitud que proporcionan las matemáticas aplicadas á la astronomía todo cuanto era concerniente á la ecuación del tiem- po no solo con respecto á los r.isdos anteriores .uno también con re- lación á millares de siglos futuros, circunscribiendo los equinoc- cios dentro de ciertos y determinados límites que no podrían traspa- sar: se trató en seguida de la organización del Breviario, aprove- chando los datos que la ciencia habia establecido para acomodarlos con la conformidad posible, á todas las condiciones relijiosas exiji- das por el Concilio Niceno relativamente á la determinación de la Pascua, y distribuir convenientemente todas las demás fiestas del año. $. 12. En lugar del áureo número con que antiguamente se designaba la edad de la luna en sus respectivos siclos, se sostitu- yeron las epactas calculadas del modo que ya se ha dicho en el capi- tulo 4 ? . Estas epactas, que se hicieron llegar hasta 29, y hasta 30 con el astérico *, se distribuyeron con admirable ingeniosidad en todos los dias de cada uno de los meses del año, duplicando en todos, pero no de un mismo modo, la epacta 25, y se combinaron tam- bién todas estas epactas con las letras dominicales. Esta combina- ción es demasiado complicada en cuanto á su inteligencia y mane-— 38 — jo, tanto mas cuanto que ella no es general y uniforme para toda-; los siglos, sino que en determinados periodos por la difidencia do l:ora y media en cada siclo lunar, produce diferentes resul- tados, yes preciso servirse de todas las letras del alfabeto, con distinción de mayúsculas y minúsculas, para Baber el uso que se lia de hacer de las epactas y letras dominicales en cada ano de aque- llos periodos. Para tomar Bolamente la epacta que conviene cuan- do se encuentran dos en un misino dia, es preciso convinar muchos dalo-, y un pequeño descuido puede producir un gran error en cuanto á la determinación de la Pascua, corno sucedió en algunos Breviarios del siglo pasado. En sama, es preciso un estudio muy escrupuloso de los autores que han escrito largos tratados sobre esta materia, para poder comprender el mecanismo ingenioso pero complicado de las tablas del Breviario. $. 13. Nuestro método sin embargo de ser tan sencillo bien sea con respecto á la simple inspección y comparación de las ta- blas, ó bien con respecto á los cálculos con que se puede suplir su falta, al fin viene á producir los mismos resultados (pie el Brevia- rio Romano, pero con las ventajas .siguientes: 1 ? Que por nues- tro método se señalan con mas exactitud y verdad los novilunios. - ? Que quedan plenamente satisfechas las intenciones manifes- tadas por los Padres del Concilio Nieeno, sobre que la Pascua no se celebrase dentro del triduo (á contarse desde el plenilunio) en que tuvieron lugar los misterios de la pasión y muerte de Nuestro Se- ñor Jesu-Cristo: y 3 * que nunca llegará el caso de aparecer si- quiera que la Pascua de los cristianos se ha celebrado juntamente con lado los judíos, como sucede en algunos años, álo menos apa- rentemente estando á los plenilunios designados en el Breviario. •j>. 14 A mi me parece (pie los que fueron encargados de la organización del Breviario después de la Corrección Gregoriana, supusieron equivocadamente que el Concilio Nieeno no admitia por luna Pascual aquella cuyo plenilunio hubiese caido antes del equi- noccio vernal, y que hallando incompatible esta suposición con la verdad del cálculo astronómico, formaron aquella complicadísima combinación de las epactas, por la cual resultan los novilunios dos días después de lo que suceden en el Ciclo según el cálculo as- tronómico, de manera que á mérito de esta postergación apareciese siempre que el plenilunio de la luna pascual se habia verificada cuando menos en el mismo dia del equinoccio para dar la Pascua en el domingo próximamente posterior al equinoccio, ó trasladarla al domingo siguiente si el plenilunio hubiese caido en domingo. $. 15. Yo creo por el contrario (valga lo que valiere mi hu- milde opinión) que el Concilio Nieeno no ha exigido otras condicio- — 39 — nos, (pie las comprendidas en las reglas del capítulo precedent" relativas á la determinación de la Pascua. Me fundo no solamen- te en las razones (pie ya manifesté en la introducción de esto Al- manaque sino también por que la intención de aquel Concilio fué ajlistar las condiciones de la Pascua en cuanto fuese posible á las circunstancias que tuvieron lugar en la pasión de Nuestro Salva- dor. Luego si entonces el plenilunio sucedió antes del equinoccio, falta todo pretexto para fundar aquella suposición que se le atri- buye al Concilio Nieeno. Con este motivo he creído conveniente aventurar aqui una conjetura á cerca del año en que murió Nues- tro Señor Jesucristo, y esta será la materia del siguiente: CAPITULO VIL f 'onjetttra á cerca del año cu. que murió Nuestro Señor Jesu~ Crttta. §. 1? Entre todas las conjeturas que se han hecho relati- vas al año, en que murió Nuestro Señor Jc-su-Cristo, me paree i que ninguna reuniría tantos datos escogidos do la Sagrada Escri- tura, de la historia antigua, y de la astronomía verosímilmente encadenados entre sí, y conspirando todos al mismo fin, como la que estableciese este suceso en el año 32 de la Era Cristiana, cual- quiera que sea el año en que se suponga haber nacido antes de di- cha Era. Este año 32 fué bisiesto, y sus letras dominicales suguu el estilo antiguo (que todavía en ese año no se diferenciaban de las del nuevo señaladas en la Tabla 1 * (véase el G ? del Capitulo anterior) fueron F E, véase la Tabla 1 f3 y el Capítulo I. El áureo número fué 14; véase la Tabla 2 f y el Capítulo II. Su epacta fué 23, véase el Capítulo IV. El novilunio de Marzo debió ser el 6, y el plenilunio el 19 del mismo Marzo. Véase la Tabla 5 f , y el Capitulo V. El dia de la semana á que corres- ponde el 19 de Marzo de aquel afío es Miércoles : véase la Tabla 4 f y el Capítulo III; y por consecuencia el equinoccio ó 21 de Marzo debió ser Viernes, Sábado 22 y Domingo 23. 2 ? Asentados todos estos datos astronómicos ( no res- pondo de su exactitud, por que no soy astrónomo, ni tengo otra confianza en ellos que la que me inspiran los antecedentes á que me he referido) debe tenerse presente en primer lugar, (princi- palmente para la inteligencia de las horas ó partes del dia á que aluden los Evangelistas al referir las circunstancias antecedentes,— 40 — concomitantes y subsiguientes á la pasión de Nuestro ScHor Jusa- ( i isto) que los judíos contaban sus (lias desde que se ponia el sol basta el ocaso del dia siguiente. De manera que el dia de la Pas- cua para los judio-* ílebió empezar el Miércoles al ponerse el sol. y acabar al dia siguiente, es decir el Jueves ¡i la misma bora. La costumbre de ellos era comer el cordero pascual en las segundas vísperas del dia de la Pascua; por consiguiente esta función debie- ron hacerla el Jueves post prandium, después de haberse preparado para ella con la comida de los ázimos. Todo esto viene bien con la costumbre de los judios, y con los preceptos dA Exodo y del L?vítico. §. 3 ? Los Santo3 Evangelistas uniformemente nos refie- ren ]a entrada triunfante de Jesucristo en Jerusalen á que alo.de nuestra Madre la Iglesia en esta festividad (pie llamamos domingo de Ramos. Yo no tendria mucha dificultad en suponer que esta entrada fué el 10 de Mano, pero si fué antes esto no puede per- iudicnr á mi cálculo. En ninguno de los Evangelistas se puede "leer la historia de lo que Jesucristo hizo y predicó en Jerusalen en los dias inmediatamente posteriores á su entrada sin apercivir- M de esa precipitación conque á semejanza del desenlace de una tragedia se iban aglomerando los sucesos que debían poner termi- niino al celestial y sagrado drama de nuestra redención. En ese periodo se ven agrupadas unas en pos de otras las parábolas mas instructivas, los cxemplos mas edificantes de su vida, sus milagros comprobantes de su divinidad; y las máximas mas elocuentes de la sana moral que vino á enseñar á los hombres. Se nota muy par- ticularmente ese ardoroso zelo con que reprendía cara á cara fren- te á frente la depravación, y la hipocresía con que los Escribas, y Fariseos habían extraviado al pueblo de Israel de la verdadera ley que Dios le había dado por medio de sus Profetas; y última- mente se ve esa firmo resolución con que vino en esa vez á Jerusa- len al objeto especial de sellar con su sangre, con su pasión y muerte las verdades del Evangelio, y los fundamentos de nuestra santa religión. 4 ? Concluidos estos sermones, para los cuales Jesu- cristo no necesitaba muchos dias, ya no faltaban mas que dos pa- ra la celebración de la Pascua, cuando Jesu-Oisto, Math. cap. 20 V. 2, recordó esta circunstancia á presencia de sus discípulos, anunciándoles igualmente que entonces seria entregado á sus enemigos para que le crucificasen; y señaló á Pedro y á Juan, para que fuesen á buscar la casa, cuyas señas él mismo les dió, donde él pensaba celebrar esta Pascua con sus dicipulos, y que le dijesen al dueño de ella que esta era la voluntad de su Se- — 41 — fior para que preparase lo necesario. Igual concepto se encuentra en los dem is Evangelistas, expresado con mas ó menos individua- lidad. Este recuerdo de Jesu-Cristo, relativo á la proximidad de la Pascua, pudo muy bien haberse verificado el 17 ó 18 do Mar- go; es decir el Lunes ó el Martes de esa misma semana. 5 ? Mientras Jesu-Cristo se ocupaba de la Pascua, v de lo que después de ella le iba á suceder, los Escribas que estaban tan irritados contra él por su doctrina, formaban sus conciliábulos para matarlo, aunque fuese valiéndose de una traición, si acaso ella era necesaria. Judas iscariote, resentido y envidioso del un- güento con (pie la Magdalena liabia unjido á Jesús, concibió desde entonces el proyecto de venderle, y entregarle traidoramente á sus enemigos, y se fué inmediatamente y convino con ellos acerca de este negocio. Marci. cap. 14 V. 10. Una do las cosas en que mas especialmente se fijaron los Escribas y los Fariseos, fué en que la prisión de Jesu-Cristo nodebiaser en el dia de Pascua, por temor de algún tumulto que podría suscitarse en el Pueblo, Math. cap. 20 Y. .5; y asi es que aun después del convenio con Iscariote, to- davia reservaron la ejecución para mejor oportunidad, Luc. cap. $. 0. Judas el traidor, que ya tenia la maldad en su cora- zón, queriendo disimularla, se volvió á incorporar con los dicipulos de Jesús, y todos juntos concurrieron á la casa designada para ta celebración de la Pascua, con cuyo motivo Jesu-Cristo les dijo: desideño deshlcraui hor Pascha vobiscum manducare. Que es- ta comida Pascual tuvo lugar el Jueves, resulta no solo do lo que ya se ha dicho, § 2, sino también porque ella fué en el dia ante- rior al de la crucificacion de Jesu-Cristo, que todos los Evangelis- tas igualmente que Josefo de Antiq. Judeorom, la dan en Viernes, á la hora 6 ? ; y que murió dicen á la 9 f , ó cerca de ella, Math. cap. 27 Vcrs. 45 et 40. En esa misma mesa, Jesu-Cristo, des- pués de haber cumplido religiosamente con esa ley del antiguo tes- tamento, relativa á la celebración de la Pascua, instituyó el Santí- simo Sacramento de la Eucaristía, predijo su prisión que iba á tener lugar en esa misma noche, y que Pedro le había de negar en ella antes que el gallo cantase. $. 7 ? Después de todas estas ceremonias, predicciones, y otros varios ejemplos importantes de su humildad, como fué el labatorio de los pies de sus dicipulos; y siendo ya de noebe, se retiró á orar al monte de las Olivas acompañado de sus dicipulos, entre quienes ya no iba Judas, que se separó de ellos para ir á dal- la noticia ¡i los Escribas y Fariseos, de la bella oportunidad que se ofrecía para sorprender á Jesús en aquella misma noche, y en aquellugar solitario en que debía estar totalmente entregado ú la ora- ción. Los Escribas no pudieron dejar de aprovechar tan buena ocasión, principalmente cuando habiendo pando ya la celebridad de la Pascua, no había el peligro de un tumulto popular que era el que hasta entonces les había arredrado para no poner en ejecu- ción su proyecto. 8. En esa misma noche del Jueves al Viernes, ó del 20 al 21 de Marzo, se verificó la prisión de Josu-Cristo, bajo la mas alevosa traición de Judas, y al siguiente dia Viernes 21, (pie fué precisamente el equinoccio, sucedió, como dice Josefo de conformi- dad con los Evanjelistaa, la erneificacion y muerte do Nuestro Salvador; desde la hora sexta, hasta la nona en cuyo tiempo el sol se obscureció, no en virtud de algún eclipse como algunos han creí- do, pues en el plenilunio ó próximamente á él no puede haber eclipse de sol, sino tal vez por alguno de 0809 torbellinos de tierra, . 1? Cualquiera que fije su atención en las circunstancias referidas en el Cap. 7 ? relativas al año 82, en que se supone la muerte de Jesu-Cristo, con tedo lo demás concerniente á la edad de la luna en la semana de su pasión; y compare todo esto con los accidentes astronómicos que han de tener lugar en la semana San- ta del presente año do 1850, no dejara do advertir la completísima igualdad de estas dos semanas en todos bus accidentes, y deducir de aquí que este afio de 1850 es un adecuado, y perfecto aniversa- rio de la pasión, muerto y resurrección de Nuestro Señor Jesu- Cristo. ^ Éste aniversario ha de tener lugar siempre que el año sea bisiesto, que sus letras dominicales sean la F. E. y el áureo número 14, como fueron los af.os 1552 y 17l'4, y como'lo será el presente de 1850, el de 2- 08 &a. 2 ? En el año 18 del presente siglo tuvo lugar esc acon- tecimiento raro de que la Pascua de Resurrección cayese lu mas bajo posible, es decir el 22 de Marzo. Este fenómeno ha de tener lugar siempre que la letra dominical sea D, y el áureo número sea 14, como sucede en los af.os 1701, y 1818, y como sucederá también el año de 1970 &a.— 4G $. 3? En el año 86, también del presente siglo, lia de tener lugar otro acontecimiento igualmente raro, cuál es que la Pascua caerá lo mas alto posible, es decir el 25 de Abril. Esto fenómeno tendrá lugar siempre que la letra dominical sea C, y el áureo número 0, como sucedió en el afiode la corrección Gregoria- na que fué el de 1582; como fué el de 1784, y como será el de 1880, el de 2038 &a. §. 4 ? La reunión en un mismo siglo de las tres circunstan- cias referidas en los tres parágrafos anteriores, cada una de ellas rara de por si. á saber, aniversario perfecto, Pascua mas baja, y Pascua mas alta, lia sido una coincidencia peculiar del presente si- glo 19, y que no habrá otro igual si no tiene un año bisiesto con las letras dominicales E. E. y el áureo número 14. otro año con la letra dominical 1) y el áureo número 14. y otro con la letra domi- nical C, y el áureo número G. §. 5 ? El que quiera certificarse de todos, ó cualesquiera de esos acertos, puede hacerlo ó por la simple inspección y compara- ción de las tablas, según el método establecido para su intelijencia y manejo, ó calculando con independencia de ellos los datos reque- ridos para cada año en particular, y verá que procediendo del uno ó del otro modo, siempre (pie no baya error en el detal de los cál- culos, ó equivocación en el manejo de las tablas, los resultados han de ser idénticos en uno y otro caso, que es el mejor medio de comprobación, y la prueba mas segura de la exactitud en que ye fundan las reglas y el método de este Almanaque. NOTA SOBRE LA TABLA 5. * (A) A unque esta tabla lia sido calculada hasta el año de 1 íiOOj ella puede servir /tosía el año 2200 con tal que /tara los años posteriores cd do 1000 se tomen las precauciones siguien- tes. Con el áureo número /tallado en la Tabla 2. c (menos cuando es el C> y el 17) éntrese en esta Tabla 5. 53 y bajándolo en ésta una casilla, en frente á esta casilla se /tallará á la it- t/tíierda el dia del mes correspondiente al novilunio que se bus- ca, y con este dato se proseguirán las demás o/ieracíones reía- tilias á la determinación de la ]Jascua, y saldrá igual con la del Breviario Romano, aunque cu muchos de estos años el plenilunio haya caula antes del equinoccio, y siempre quedando incólume el triduo de la pasión de Jesucristo, y sin esa necesi- dad de que el plenilunio de la lima Pascual /taya de ser en el equinoccio ó después de él. — 47 — Verdad es que por el arreglo que hizo el Concilio Niceno de las Epactas, el plenilunio siempre cae en el equinoccio ó des- pués pero esto no es porque esa fuese prc ¡saínenle la intención del Concilio, sino porque hubiíndosc este arreglado al Calen- dario de Julio Cesar, y admitido mis bisiestos que los necesa- rios, no consideró cd equinoccio, en su verdadera ó mas aproxi- mada posición como lo hizo la Corrección Gregoriana, ni es de presumirse que el Concilio Niccno á sabiendas y de proposito hubiese querido falsear los movimientos del cielo. El manejo de la Tabla 2 comparada con la 5. 0 pura ha- llar los novilunios, y el de la 1. B y 2. c con la 3. 13 para de- terminar la Pascua, no solo pueden servir hasta el año 2200 se- gún las esp/icaciones dadas anteriormente sino que también puede prolongarse su servicio hasta muchos millares de siglas con determinación no solo del dia en que ha de hacer la luna amo también de ¿a hora, minutos, y segundos, como puede cu - se en varios autores que han tratado científicamente esta ?nu- teria, calculando hasta la deficiencia de hora y inedia en cada caio lunar, circunstancia que yo he despreciado en mis cálculos, pero las inexactitudes que de aquí pudieran resultar en algunos de ellos pueden los inteligentes escrupulosos corregirlas en i lla de las tablas permanentes que han organizado aquellos autores, y entre ellos el sabio astrónomo Juerga son. Esta obrita no es á proposito para entrar en tales deta- lles, ni yo tengo capacidad bastante para hacerlo. Todo el 'tute- les y deseo que me lia animado para publicarla no / a sido otro sino el de que los conocimientos generales de cronología, que son los únicos á (pie ella se dirije, se propaguen desde la educación primaria de la juventud, lo primero porque sus ventajas, como ya lo dije en el exordio, son comunes á todas las claves y condicio- nes de la sociedad, y lo segundo porque no habrá maestro de es- cuela que no pueda fácilmente comprenderlos para trasmitirlos á sus discípulos con igual facilidad, como me los habría enseñado mi padre, no lo dudo, si el los hubiera estudiado y comprendido, cuando me enseñó á escribir y contar DE LO QLE COXTIEXE ESTE ALJJAXAQIE, Pag Introduce-ion á este Calendario............................. Tabla 1 f5 que demuestra la letra dominical de cada año..... 8 implicaciones de esta tabla 1 I*........................... ib. Capítulo I. Modo de calcular la letra dominical de cualquier ario sin dependencia de la tabla 1 f......................... • Tabla 2 que demuestra el áureo número de cualquier año. ... 12 Ksplicaeion de esta tabla 2?.............................. ib. C Ai-i ti- lo íí. Modo de calcular el áureo número de cualquier año con independencia de la tabla 2 ?.................... 14 Tabla ;¡. " para deducir la Pascua de cualquier año.......... 15 Ksplicacion de esta tabla y modo de compararla con la 1. " y 2. * ib. Tabla 4. rt que enseña á determinar el dia de la semana á que corresponde el de cualquier mes y año que se diese...... 17 Ksplicacion do esta tabla y modo de compararla con la 1." ... . 13 Capítulo III. Modo de calcular sin dependencia de la tabla 4. ■ el dia do la semana á que corresponde el de cualquier mes y año que se diese.................................. 19 Tabla 5. * que demuestra el dia qua hace la luna de cualquier mes y año quo so diere.............................. 22 Esplicacioa do esta tabla y modo de usaría comparándola con la 2. f........................................... 23 Capítulo IV. Sobrólas epactas, como so encuentran, y como por medio do ellas se calculan las limaciones sin dependencia do la tablao. «.................................... 2-4 Capítulo V. Keglaa generales para determinar la Pascua do cualquier afio y las tiestas mobiiblea dependientes de ella, y un método sencillo do practicar las operaciones necesarias. . 25 CAPÍTULO VI. Idea genera! sobre la Corrección Gregoriana y mo- do de hallar la letra dominical, según el estilo antiguo, y de compararla con la tabla 4. * para deducir el dia de la sema- na también del estilo antiguo......................... 84 Capítulo VII. Conjetura sobre el año en que murió Nuestro Se- ñor Jesu-Cristo.................................... 3!) Apéndice sobre el mérito de esta obra..................... 44 Posdata. Eipecialidadea del año 1850, y del presento siglo XIX 4i» Nota sobre la tabla 5. e................................. 40