EDUCACION COMUN. MEMORIA Presentada al Consejo Universitario de Chile, SOBRE ESTAS CUESTIONES: "1. ° Influencia de la instrucción primaria en las costumbres, en la moral pública, en la industria y en el desarrollo general de la prosperidad nacional." "2. ° Organización que convenga darla, atendidas las circunstancias del pais." "3. ° Sistema que convenga adoptar para procurarla rentas con que costearla." rOR J>. T. SARMIENTO. BUENOS AIRES. Impventa del .XJ1CIOJVJIL, calle de Santa Rosa JV*? í)7.EDUCACION POPULAR. Premisas para fijar las cuestiones relativas á la Instrucción Primaria. Citándose pide la solución de un problema, de- ben darse todos los términos que entran directa o' in- directamente en la proposición. La instrucción prima- ria, en su humilde forma, afecta todos los intereses so- ciales, puesto que se nos pide decir,cuál'es su influencia en la moralidad, en la industria y en la prosperidad ge- neral de las naciones. ¿De cuál otra institución pública podrían esperarse resultados tan diversos y de tanta trascendencia ? La Instrucción Primaria^, para darle su verdade- ro significado, será considerada en este trabajo, como la Instrucción nacional, ó el grado de educación que tiene d recibe un pueblo culto, para prepararse debidamente al desempeño de las múltiples funciones de la vida civilizada. Mirada la. Instrucción Primaria bajo este aspecto desaparece la aparente antítesis, entre la oscuridad y pequenez del ájente, y la omnímoda estension que se señala á su influencia. Acaso ha contribuido aque- lla clasificación, que parece solo un grado ínfimo de una jerarquía mas alta, á estraviar el patriotismo de ciudadanos, bajo otros respectos celosos de la gloria y engrandecimiento de su pais; acaso la indiferencia de las clases acomodadas sobre asunto que remueve hoy los corazones en todos los paises cultos, y es el centro á donde converjen todas las instituciones po- líticas ha provenido de creerla estraña á sus familias,á sus intereses, á su atención, si rro es como una limos- na arrojada á desvalidos sin nombre, y á quienes no nos ligan ni relaciones, ni necesidades, ni contacto in- dispensable. Los hechos que han tenido lugar en diez- años, dejan sospechar que hay un vial entendido en el espíritu público, un error de concepto en Ja opinión, que la hace fria espectadora de los esfuerzos inicia- dos, por desenvolver la instrucción primaria. Es Chile el afortunado pais de la América del Sudr que saliendo de la pesadilla agitada, no que sueño, que ha adormecido largo tiempo á muchos otros, ha vuelto sus miradas solícitas sobre la educación prima- ria. En Chile se ha fundado la primera Escuela Nor- mal, en época, que en los mas adelantados de los Es- tados Unidos, no se pensaba aun en esta institución que es la base de todo desarrollo. Desde Chile par- tid una misión cerca de los pueblos que habían ini- ciado la marcha que muy luego debia seguir toda la cristiandad, en busca de datos, práctica, leyes, é ins- trucción de que careciainos, cerno la Grecia antigua mandaba á sus jóvenes á hacerse sabios, escuchando las lecciones de los sacerdotes ejipcios, y contemplan- do los monumentos de su civilización. En Chile se han fundado publicaciones especiales para dilucidar las cuestiones relativas á la instrucción primaria, y hábiles y celosos visitadores han penetrado en los án- gulos mas recónditos del Estado, llevando la luz á aquellas oscuridades, y revelando hechos ilustrati- vos. Quince años ha sido edificada la opinión sobre cuestión, que, según los términos del decreto guber- nativo, interesa bajo tantos aspectos, y sin embar- go!....... Hace diez años que la Universidad propuso, como materia de su primer premio, la dilucidación de estas cuestiones, y sus preguntas quedaron sin respuesta. Seis años há, que creyendo madura ya la conciencia pública, un hombre de Estado propuso á las Cáma- ras legislativas un proyecto de ley para la educación primaria, y los legisladores hallaron razones para diferir su sanción, no obstante que las luces acumula- das de la Europa no suplieron proyecto distinto ni mejor al lord Procurador de Escocia para organizar la educación diez años después en su pais. No hace tres años á que el Senado, compuesto de los hombres mas graves, y estraño á toda pasión po- lítica, volvió á rechazar la misma ley como estempo- ránea. El público, de ordinario solícito de estar al cor- riente de todas las cuestiones, ha cerrado sus ojos, apartándolos de las publicaciones especiales sobre ins- trucción primaria, y entre los datos que hemos reco- jido, no es sin duda el menos curioso, el que com- prueba, que el Monitor de las Escuelas primarias no cuenta suscritor alguno en Chile, ni lector entre las clases acaudaladas, ó letradas, de donde salen de or- dinario los ministros, los presidentes, los jueces, los diputados, los senadores, á cuyas manos se confía la dirección de la nave del Estado. En fin, para comple- mento de indicios que reflejan su luz siniestra sobre esta cuestión, el premio ofrecido por el gobierno ú la dilucidación de las que nos proponemos hoy resolver no ha sido parte en dos años, que ha estado poster- gándose su término, á tentar á cultivadas intelijencias que abundan, ni al patriotismo exaltado de los litera- tos, sino por el provecho, por el lado de la gloria al menos. Y no se diga que no hay en Chile mejores es- tímulos que una suma de dinero ó una gloria de baja ley para despertar la ambición lejítima. Un presidente se ha elevado en nombre de la educación popular, y en honra suya debemos decir que no ha quedado por él llenar su promesa, y la cartera de ministro de la instrucción pública estará siempre al alcance de quien muestre irrecusable superioridad de luces en la ma- teria. Fenómenos tan contradictorios, ó tan fuera de las reglas comunes, nos han impulsado á buscar en fuen- tes indirectas la causa de estas desviaciones, como el célebre artrónomo de nuestra época que se lanzó en los espacios no esplorados aun del firmamento á per- seguir la fuerza perturbadora que desviaba un astro del curso que le asignaban las causas conocidas. Para poder responder á las cuestiones propuestas sobre instrucción primaria, hemos compulsado la Es-tadística comercial, el Catastro, el censo, la matrícula de patentes, las memorias de los ministros, el movimiento de la población en los puertos fya. fya.; y de estas y otras fuentes, comparando con resultados del mismo género en otros países, hemos sacado elementos de raciocinio y de criterio para que el entendido deduzca conse- cuencias, d haga aplicaciones. Pregúntase ¿cuál seria la influencia de la instrucción primaria sobre las cos- tumbres, la moral pública, la industria y la prosperi- dad general del pais? Pero, convendría saber antes el estado de la cosa influida, á saber ¿cuáles son las cos- tumbres, la moralidad pública, la industria? Desgra- ciadamente nuestros documentos públicos no arrojan luz suficiente sobre materias tan árduas. La Estadís- tica criminal ha empezado en estos días á hacer feli- ces aunque limitados ensayos. No se conoce á punto cierto cuáles sean las producciones agrícolas del pais, aunque de los minerales tengamos datos suficientes, ni de las industrias ejercidas por la población podemos darnos cuenta, ni aun era sabido hasta ahora poco, cuánta era la población del pais, de que ya empieza á subministrar esclarecimientos la oficina de Esta- dística, y de los cuales hemos aprovechado nosotros- mismos en grande manera. Con los datos que hemos reunido, cuán incompletos son, como el industrioso artífice destituido de instru- mentos adecuados, hemos intentado trazar los rasgos preliminares, y como el cimiento de la obra provisoria que se nos encarga construir. Válganos para propi- ciarnos la induljencia de las superiores luces del Con- sejo Universitario, la intención que nos guia, y es mostrar como, en el interés de todas las clases de la sociedad está el desarrollo de la educación nacio- nal, que es la que se llama primaria, y como el por- venir del pais, como su tranquilidad, su libertad y ri- queza dependen lodos de esta única cuestión dar la mayor suma de instrucción posible al mayor número de habitantes de Chile, en el menor tiempo que sea dado á la a xión combinada del Estado y de los ciudadanos. —-y \f¡ d o t-t cu o 1-1 mío o oo O O l?5 líí H í£> C*< "^ QO O SO r-l M ! ! 1 3 8 o- O sliüJJl Ht- © Jp Oí 3 o I 5 i H a « o nEl cuadro general que precede, y en el que con no poca labor nos hemos propuesto presentar, para ilus- tración de la cuestión, el Censo de la lectura en Chile, tal como sé halla distribuida su adquisición en los dos sexos, y entre los niños educables y las personas adul- tas, requiere algunas esplicaciones para su completa inteligencia. Toda la infatigable actividad de la Oficina de Es- tadística no ha bastado aun á terminar el laboriosísi- mo trabajo de concretar los datos parciales del censo levantado en 1854. Conócese sin embargo, la cifra to- tal de habitantes que resulta ser de un millón cuatro- cientos treinta y cinco mil quinientos veinte y un habi- tantes, aunque aun no haya pasado por una verifica- ción definitiva. Están empero, terminados los censos parciales de las provincias de AraUco, Chilqe, Valdivia, Concep- ción, Talca, Nuble y Maule, y sobre sus resultados he- mos presupuesto los del resto de la República. Poco hay de aventurado en esta clase de suputaciones, por medio del cálculo. Las edades, los sexos, la educación misma obedecen de ordinario á leyes generales, y aun- que se temiese que Valparaíso y Santiago pudieran In- troducir modificación en ventaja de la educación sobre el resto de la República, tenemos razones fundadas pa- ra creer que sean de poca consecuencia; pues si bien está «as generalizada en aquellas dos ciudades entre sus vecinos, también es cierto que en su recinto se acumula la población trabajadora y no educada, lo que equilibra aquellas ventajas, sino las sobrepuja. Favorecen esta suposición los resultados parciales de algunos puntos, en las provincias del sud, en don- de la instrucción primaria está distribuida con lau- dable abundancia. En la ciudad de Concepción, por ejemplo, hay 242 personas que saben leer por cada mil varones, y 206 por cada mil habitantes: en Ancud 208 por cada mil hombres, y 138 por el total de la población. Descuella sobre todas la provincia entera de Valdivia, donde hay 215 hombres que hayan recibido instrucción primaria por cada mil varones y 174 por mil habitantes. — 9 — Tan seguras son las reglas á que la población está sujeta, que á ciencia,cierta hemos desechado en nues- tros cálculos ciertas cifras que dá el censo de las siete provincias del sud, sostituyéndoles las que deben ser. Dá el censo concretado de aquellas, por ejemplo, por 287,811 varones, 126*,414niños hasta la edad de quin- ce años; y por 293,281 mujeres, 130,570 niñas, has- ta aquella edad. Semejante resultado dejaría estable- cida en Chile, mortalidad ordinaria de adultos mayor que la que el colera morbus podría causar. Inexacti- tud tan notable en el punto mismo que necesitábamos precisar, que es el número de niños en estado de re- cibir educación, nos habría conducido á resultados risibles. Afortunadamente nada está á este respecto abandonado al error. Sobre un número de habitantes dado, la ciencia estadística fija con inerrable exacti- tud el número que hay entre ellos de cada edad in- fantil. Sábese además, para esplícar la causa de la inexac- titud de esas cifras parciales del censo, la laxitud que se dá al cálculo de las edades, ignorando ordinaria- mente el común de los padres las de sus hijos, y los comisionados del censo, computándolas á la simple apariencia. No podiendo haber equivocación ni engaño en la apreciación de los sexos, la diferencia en mas, con respecto á niñas hasta la edad de quince años, a una cifra exorbitante, nos ha hecho tomar igualmente de las leyes generales de la población la verdadera pro- porción en que se encuentran los sexos en aquella edad. El movimiento de la población, y los censos de todos los países han comprobado el hecho de que la raza humana se multiplica, 17 varones por cada 16 mujeres que nacen; d 100 por cada 94, asi corno la mortalidad es de 70 varones por 69 mujeres, influ- yendo en el progreso de la población, los primeros por una 369 ava parte; mientras que las segundas no entran sino por una 498. Desgraciadamente el mecanismo seguido por la oficina de estadística para la clasificación de las eda- des no cuadra perfectamente con las necesidades de 2— 10 — la educación. Asi la edad de párvulos contados hasta 7 años deja en esta clasificación los de cinco y seis años que se reputan en estado de recibir educación; y no habiendo entre quince y veinte y cinco años división alguna, los adolescentes de diez y seis y veinte que- dan incluidos en los adultos. Sin embargo, como son rarísimos en Chile los niños que asisten á las escuelas de menos de 7 años, y de mas de quince, las diferen- cias no pueden ser sensibles. Con estas modificaciones y las cifras generales de los censos parciales de siete provincias, que contienen ya mas de un tercio de la población total, y los datos subministrados por los documentos y Estados que el Ministro de Instrucción Pública presenta al Congre- so hemos formado el cuadro adjunto, sobre cuya exac- titud no abrigamos duda alguna. No se podria juzgar de la importancia y significado de los resultados obtenidos sin establecer comparacio- nes, para dar una base de criterio. Resulta del censo que hay en Chile 151,932 personas que saben leer por lo menos; de los cuales, 76,612 hombres adultos, y 26,580 niños que se educan actualmente; y 39,755 mu- jeres adultas,y 8,985 niñas que se están educando, por Jo que 1 ? Saben leer casi 106 personas por cada mil ha- bitantes. Si tomamos la población adulta, para ver la propor- ción en que están los que en ella saben leer, resultan: 2 P 113 personas por cada mil. Se están educando en proporción de la población 3 P 24 niños de ambos sexos por cada mil habitantes, 18 varones y 6 mugeres. De los niños varones de 7 á 15 años, asisten á Jas escuelas 4 P 246 por cada mil. De las niñas mugeres de 7 á 15 años asisten á las escuelas 5 p 88^?or cada mil. Sumado el número de individuos por millón que de toda edad basta la de 15 viven, según las tablas de mortalidad do Deparcieux que hacen autoridad, y dan- — 11 — do a este el numero de personas que están educando se actualmente en Chile, y buscando en seguida la proporción do educación que corresponde al número de individuos que de todas edades arriba de 15 años viven al mismo tiempo, resulta que la generación adulta actual, excede en educación á la generación que so está educando en 3,583 individuos. Sin las escuelas fundadas el año pasado, la diferencia habria sido de ocho mil. Con lo que queda confirmada la con- jetura del Sr. D. Andrés Bello, Rector de la Univer- sidad que sospechaba, que la educación que reciben los niños numéricamente hablando, es menos que an- tes Hay retroceso. La inspección de las anteriores cifras y el senti- miento íntimo de cada uno, bastan para formar juicio sobre el estado de la cultura de Chile. Los 86 depar- tamentos de Francia están puestos en una escala de graduación de manera que es el primero aquel en que la instrucción primaria está mas difundida y el último el mas atrasado, con lo que se forma una escala divi- dida en 86 grados, para apreciar las diferencias de cultura de la población. El número de niños en estado de ir á las escuelas, se avalúa al quinto de la población. Asi sobre diez mil habitantes, deben asistir á ellas 2,000 niños de ámbos sexos. En 32 departamentos, concurren á las escuelas des- de 1,786 niños, bajando sucesivamente, hasta 1,011, loque hace la mitad. En cuarenta mas, asisten desde 999, hasta 500, que es el cuarto de los que pueden asistir. Por fin, en los catorce restantes y que son los mas atrasados, asisten desde 495 hasta 338 niños poi- cada diez mil habitantes. Chile, tendría necesidad de crear nuevos grados de depresión de la edijcaci"n, pues, como se ha visto, por cada 10,000 habitani i, reciben educación 240, (24 sobrel,000) Finisterre, i Francia, cuenta 338, por cada 10,000; Allier 358; dre 370, etc.; esto es 33 por mil, 35, y 38. Pero aun necesitamos términos de comparación mas tanjiblcs, poique creemos, que es un deber ha- cer resaltar esjas verdades, á fin de disipar las ihi-— ta — sioncs que tienen aletargado el patriotismo entre no- sotros. Háse visto, como para abultar la cifra de educación primaria, hemos incluido en ella los colejios fiscales y particulares por no reputar esa educación mas alta que la instrucción primaria superior que se dá en Prusia d Francia, y en las escuelas altas ó de Gramática de Filadelfia, Boston d Nueva-York. Para completar pues el cuadro de la educación total que se distribuye á la población en masa, no tenemos mas que 139 estudiantes de ciencias profesionales que asis- ten al Instituto, y las Escuelas Normales y militar cu- yos alumnos no ascienden á 300. Los Regentes de la Universidad y el Secretario de Estado de, Nueva-York publican anualmente el es- tado de la educación en todos sus grados, y como aquel Estado tiene el doble de población que Chile, á la vista pueden compararse las diferencias, dando hipo- téticamente á Chile la mitad de las cifras. — 13 M Ph a o S J s CP CP CP cp CP se cp oo 8 U EH O i— OS í ■ ; -o . ■ « ■ a i 53 co c m« J 4*^ S ^ P o" CD M s 6 *4 HH I—I ÉH EH so 3-> 0 C3 «P es CP -2 S SS3 ■ ?! S 1* (CHA »Í3 OÍ CO p-H O 0560 J £ : £ [ i 411 j ! 81 m m ■ '3 Es S() — de la población nacional. De su calidad como pobla" dores, añade: "De los habitantes del país se ve (por el censo) que casi la mitad están entre aquellas eda- des sujetas á las mas fatales enfermedades, mientras que'los de nacimiento estrangero, mucho menos de la mitad vienen de esas edades; y aunque la proporción de las mujeres inmigrantes á los varones es solo de 41 á 48, sin embargo la capacidad de estas mujeres para producir aumento de población es, cuando se le compara con un número ignal de mujeres norte ame- ricanas tomadas sin distinción, como 98, 29 á 41, 71. Su superioridad á este respecto es, estadísticamente hablando, de un 16, 58 pDr ciento. Este hecho ase- gura una rapidez mayor de aumento natural en aque- lla proporción. Si estimamos que la influencia de la mas limitada proporción de niños y personas de edad entre los inmigrantes es igual á una ventaja de un 3. 42 por ciento, en la ley de su aumento, lo cual es muy moderado, tendremos, que bajo las reglas ordi- narias de procreación y de mortalidad, nuestra pobla- ción europea multiplicaría 20 por ciento mas rápida- mente que nuestra población nativa." Este valioso elemento de prosperidad se desenvuel- ve en esta parte de América con demasiada lentitud, sin que sepamos de pais donde haya tomado algún desarrollo, sino es en Buenos Aires que por computos del anotador de Sir Woodwine Parish se hace subir á cien mil los estranjeros establecidos en aquel Estado. Las nacionalidades del censo de Valparaíso revelan la existencia en aquel puerto en la época del censo, de solo 2911 europeos varones, y de 655 mujeres, lo que daria una accesión de población emigrada de cien individuos por año, en cuarenta de independencia. Si se atiende á que Chile es el pais de esta América que ha gozado de mas larga é imperturbable tranquilidad, y que mas seguridades ofrece al individuo, en su vida y fortuna, como asi mismo que Valparaíso es el centro del comercio del Pacífico, y la escala forzosa de los buques que entran en estos mares, no dejará de llamar la atención este poco atractivo para el establecimien- to de cstraños, que parece provenir de otras causa» que la paz y la seguridad, pues vemos que países hon- damente perturbados por la guerra civil y la fluctua- ción de las transacciones, adquieren accesión de pobla- ción en un solo año, mayor que la que Chile ha obte- nido desde que sus puertos están abiertos á todas las naciones del mundo. Como un dato que no debe descuidarse, indicaremos que el descubrimiento del oro en California ejerció en Chile, como en los otras países una pederosa fuerza de emigración, y aunque no nos sea posible distinguir las salidas de chilenos, de entre las que tuvieron lugar desde 1848 hasta 1853 del puerto de Valparaíso, dare- mos para memoria los resultados qne hemos obtenido, compulsando la publicación que hacían los diarios de las salidas de buques para California, y de las arriba- das de vuelta del mismo destino. Salieron para California— Años. Buques Pasageros. En 1849 12 con 562 En 1849 226 2064 En 1850 413 814 En 1851 167 1736 En 1852 145 3284 En 1853 121 1239 Total 1084 9399 Los anuncios de regresos dan por los mismos años 2788 pasageros, con lo que han quedado nacionales ó estrangeros salidos de Valparaíso, 6611 individuos en California. Como muchos buques partieron directa- mente de Concepción llevando emigrantes, su cifra resarciría en parte la que en esta enumeración , for- men los que solo han llegado de arribada á Valparaí- so y vuelto á salir, que no hemos podido distinguir por la oscuridad á este respecto, de los anuncios de los diarios. Si suponemos empero, que con los de Con- cepción, los chilenos emigrados de Valparaíso sean en número igual á los emigrados que rejistra el censo, podemos decir que Chile no ha adquirido un solo ha- bitante por la accesión de personas de origen estran- gero; pues se compensan las altas y las bajas, salvo— gfl — lo que haya en Copiapó de emigración- argentina, de que no podemos hacer mérito por falta de datos. No et sin motivo especial que hemos entrado en este exámen. Las condiciones de ecsistencia entran por mucho en la difusión de la instrucción primaria; y el interés que por su propagación pueden esperi- mentar las diversas clases de la sociedad, depende en gran manera de estas circunstancias. País esen- cialmente agricultor Chile, es favorable á una feliz medianía, que requiere por toda educación la necesa- ria para no embrutecerse en el aislamiento de las campañas. Cuadra con nuestro objeto, y con la situa- ción de Chile, la descripción de las campañas de una parte de Alemania que tomamos de un viajero, y que servirá para ilustrar nuestras ideas. "De todas las circunstancias ya naturales, ya arti- ficiales, que influyen en el carácter de las poblaciones, debe concederse la mayor parte á la educación, y la segunda al gobierno ó á la religión; pero eljénero de vida, las ocupaciones, y aun entretenimientos tie- nen una gran parte. En las campañas de Baviera, Badén y Wurtemberg, el suelo y el clima influyen poco en la condición del pueblo; pero la educación en cierta medida es universal; las prácticas relijiosas son mas sencillas que en país alguno; y el gobierno es co- mo en el resto de la Europa. Eljénero de vida es prin- cipalmente agrícola; el cual, aunque no sea favorable al lujo y al refinamiento, parece fuera de duda, es el mas feliz modo de ecsistencia, para la masa de la po- blación. En las tres comarcas nombradas, la gran mayoría de la población ocupa, como dueños d arren- datarios perpetuos, una gran porción del territorio; y si este sistema no conduce á crear fortunas, es al- tamente favorable á la salud y á la tranquilidad de ánimo. Ya es mucho para un hombre pobre tener al- go que pueda llamar suyo; algo en que trabajar y por tanto goces asegurados. Asi es que en parte alguna de Europa hemos visto clases trabajadoras de aspecto mas culto, aunque sin lujo, ni mas civiles y atentos. "Pocas personas habia en las cárceles, y los mendi- gos no ecsisten sino como escepcion rara. — 23 — 'La primera y principal causa de estos resultados es la ley con respecto á las escuelas, que aunque de antigua ecsistencia, ha sido mejorada en estos últi- mos- treinta años. Por esta ley los padres son com- pelidos á enviar sus hijos á la escuela, desde la edad de seis hasta la de catorce años, donde deben apren- der á leer, escribir, contar, y la adicional instrucción que sus padres escojan, según las vocaciones á que los dedican. A muchas escuelas de Baviera hay afec- to un jardin en que se enseña á los niños, darante las horas de recreo, las principales operaciones de agri- cultura y jardinería? y en todas las escuelas de los tres estados, á las niñas, á mas de instrucción igual á la que reciben los niños, se les enseña á tejer media, bordar y coser. Es del-deber de la policía y del cura ver que la ley sea debidamente ejecutada, los niños enviados á la escuela con regularidad é instruidos en ella diaria- mente. Si los padres son parcial ó totalmente incapa- ces de pagar la educación de sus hijos la común cubre el déficit. El cura tiene superintendencia sobre el maestro, ecsijiéndole el gobierno que vigile el cum- plimiento de su deber; y el cura cuida así mismo de que los niños de su rebaño asistan regularmente á las escuelas. Después de haber asistido mochos años á la escuela, el niño recibe del maestro y del cura un certi- ficado, sin -el cual no puede obtener acomodo; porqne se castiga como por acto ilegal con una multa fija al patrón que emplee un niño, que no tenga dicho certi- ficado, y estas multas jamás son dispensadas, lo que hace cierto el castigo. El maestro es pagado como en Escocia con nn salario, una casa, un jardin, á veces un campo; y por la retribución que pagan los niños. "Hay otras causas secundarias: pero estas leyes y la posesión de la tierra por los labradores, y artesa- nos, son las dos primeros. Entre las causas menores entra la simplicidad de sus formas relijiosas y univer- sal tolerancia; pues aun la fé católica en Wurttemberg, está desnuda del aparato y pompa con que se ostenta en varias partes de Alemania y en Francia."Influencia de la Instrucción Primaria en las cos- tumbres y en la moral pública. No saldremos, en cuanto nos sea permitido, del exa- men de los hechos prácticos, que hasta ahora hemos tratado de tomar por guia en nuestras esploraciones. La memoria del Ministro de Hacienda del pasado año revela un hecho interesante. La Caja de ahorros no ha surtido, según él, los efectos que de su institu- ción se esperaban. £n diez años nadie ó poquísimos han puesto un centavo en sus arcas, d tan limitado ha sido su movimiento que sus administradores han creído inútil darlo á luz. Las cajas de ahorro son sin embargo, el termóme- tro de la moral de las clases trabajadoras; porque ellas revelan hábitos de frugalidad, y sobre todo el pensa- miento del dia mañana; acaso la aspiración nobilísima de llegar con tiempo y economía á poseer un peculio, «ducar á sus hijos, y dejarles medios de vivir. Lord John Russell propuso, el año pasado en el Parlamen- to inglés, dar el derecho de elejir á todo el que hu- biese depositado 50 libras esterlinas en las Cajas de Ahorro, seguro de que ese hombre abrigaba los senti- mientos y las virtudes que constituyen al ciudadano. Para medir los progresos que el pueblo inglés ha hecho en moralidad (gracias á la educación que se le distri- buye) se han compulsado los registros de las Cajas de Ahorro. En 1839 la poblaciou del Reino Unido era «de 26.516,000 habitantes, y se depositaron en las ca- jas de ahorros ciento doce millones ciento diez y nue- ve mil ochocientos doce pesos. Tomando solo la cifra — 25 — de los millones redondos, por los añus subsiguientes, hasta 1846, se depositaron 123,128,143,156,162,163 millones, hasta que en 1846 los caudales puestos á interés subieron á pesos 167.973,210. En 1839 to- caba la proporción de los depósitos, con la población total, ricos y pobres á mas de 4$ por habitante, mien- tras que en 1846, habiendo aumentado la población, de almas á 28.487,000 tocaba á cada una á 5$ un real. Chile tiene millón y medio de habitantes, y por tan- to, en condiciones iguales debiera su población traba- jadora tener depositado en las cajas de ahorros siete millones de pesos. ¿No nos regocijaríamos siquiera, de que se hubie- sen depositado ocho mil pesos en nuestra caja? ¿Como esplicar este feno'meno? ¿No sabe el trabajador que hay una caja de ahorros? ¿Cuánta riqueza entonces crearía el dar instrucción primaria al pueblo, para nada mas que ponerlo en aptitud de saber que tal ins- titución existe? A la Inglaterra le vale 168 millones de pesos en capital acumulado para acrescentar la ri- queza nacional, fomentando además la industria, con suma tan enorme, dada á bajo interés. En Santiago, Valparaíso yCopiapo se ganan suel- dos abundantes. Los talladores de madera, los alba- ñiles, sastres, impresores, zapateros, mineros, marine- ros de ribera, cargadores, ganan por semana sueldos superiores á sus necesidades. Pero hay en Chile, contra las cajas de ahorro, orga- nizada una orjía nacional que principia el sábado y no concluye el lunes, en que salario, salud y deudas contraidas no dan á basto á las necesidades ardientes de esos días. La población de Chile no ha aumentado sino en una cifra limitada desde 1840; pero los plan- tíos de viñas han decuplicado en el mismo tiempo, y diez y seis fábricas de cerveza en Santiago, sin contar las de Valparaíso y las numerosas destilaciones de chancaca han concurrido á proveer á esta demanda. Es seguro, incontrovertible hecho que las clases tra- bajadoras de Chile se han desmoralizado en estos últimos años, mas de lo que antes lo estaban, y esto se concibe fácilmente. Lo limitado de los salarios po- 4— 26 — ma coto antes á los deseos, mientras que los oficios nuevos y bien retribuidos, como la mayor estension que ha adquirido la esfera del trabajo han puesto al alcance de millares, sumas de que no saben que hacer- se. La ley de patentes, deseosa de proteger todas las industrias útiles y productivas de riqueza, dice: "son libres del derecho de patentes las fábricas de licores." No obstante esta solicitud de la ley, la estadística co- mercial por el primer semestre de J853, cuenta es- portadas de Chile para el comercio esterior, seis arro- bas de aguardiente, mientras que se importaron 6513 galones, y 1228 docenas de vasijas de aguardiente. La ley que protegía el cultivo de la viña, ha sido burlada por el espíritu de vino introducido, y las melazas y chancacas que han venido á satisfacer la demanda de licores. El tosigo que despoja á la pobla- ción trabajadora de una nación del fruto del trabajo de la semana, es un veneno peor, por cuanto no solo afecta la salud, sino qne destruye la riqueza, y su pre- paración no debe ser fomentada. Las viñas deben pro- ducir vino; pues el alcohol se obtiene de madera, de trigo, de caña de azúcar, y de cuanta sustancia con- tiene partes sacarinas. Sabemos que en Buenos Aires pagan los despachos, confiterías, esquinas, patente por separado para vender licores. El producto de tantas materias sometidas á destila- ción, no basta como se vé, al consumo del pais, que con el clima mas adecuado no ha podido en veinte años de protección dar una botella de vino potable á la es- portacion. Hoy hay para los vinos una California como la hubo antes para los trigos. La enfermedad de la vid en Francia ha hecho subir este artículo á precios esce- sivos. Chile hubiera podidido atenuar el déficit que esperimenta el consumo del mundo, si al clima pudie- ra añadir la educación industrial que le falta. Él Ca- bo de Buena Esperanza, quién lo creyera! el Africa aspira á rivalizar con la Francia, en la producción de los vinos. El desarrollo del consumo de licores espirituosos en Chile, coincide pues en progresión ascendente con el desarrollo de las Cajas de ahorros en Inglaterra, y — 27 — con la generalización de la ley del Maine en los Esta- dos de la Union Americana, prohibiendo la venta de licores, á que las sociedades de temperancia habían ya arrebatado millones de consumidores. Pero para suprimir la embriaguez como solaz del trabajo, es preciso antes de todo saber elevar el espí- ritu, y ennoblecer al hombre. En los países donde se ha emprendido curar este virus que trae la especie humana casi desde la cuna, fué necesario sostituirle compensaciones. La embriaguez es la poesia del alma encorbada bajo el peso del trabajo y de ta destitución de ideas; la pasión del juego es una tentativa supre- ma, mil veces repetida, para adquirir. Nadie juega para perder; Asi pues, el único preservativo contra estas incursiones en lo ideal y la disipación, es dar ideas. La instrucción llena estos objetos, sin rebajar el alma, sin degradar el cuerpo y sin derrochar los sa- larios. Una novela, si se buscan disipaciones, em- briaga por mas tiempo que una botella de vino, y la caja de ahorros promete infaliblemente fortuna mas segura que los azares del dado, aunque pida mas tiempo. Errores de una moral que tiene siempre la desgra- cia de estraviarse en sus aplicaciones, han hecho en algunos países abolir la lotería pública. Las masas tra- bajadoras derrochan infaliblemente cuanto llega á sus manos, cuando no tienen una aspiración. Esta es una verdad pasada á axioma. La lotería pública satisface la mas alta de las necesidades del espíritu, la espe- ranza aunque remotísima de ser feliz, esperanza que sin ella abandona para siempre el que solo gana un salario. La lotería pública es una suscripción volunta- ria de un pueblo entero de á dos reales cada uno, para crear una fortuna que no existia, y que una vez acumulada rara vez se disipa. Cuidad de los peniques, dice el adagio inglés, que las guineas se cuidarán ellas mismas. La lotería en fin, sin la violencia febril de los juegos de azar, mantiene el espíritu alerta meses enteros, aguardando un resultado, é introduce por la primera vez en el pensamiento la idea de Contar con el porvenir. El vulgo mida espera, esta es su des-— 28 —i gracia. Yo no trepido en aconsejar el restablecimietf-' to inmediato de la loteria pública, para destinar sus provechos á fomentar le instrucción primaria. Si hay quien repute inmoral el mas meto'dico, menos apasio- nado, y mas pausado juego, la llamaríamos contribu- ción impuesta á la pasión del juego, para e tirparla por la educación. Para muchedumbres ignorantes la loteria es una caja de ahorros. En la Habana y el Brasil los esclavos, primero se privan del sueño que de guardar una peseta para la loteria. Libertarse es el pensamiento de toda la vida. En los Estados Uni- dos, en Buenos Aires, d Montevideo, Lima &a. todos los blancos pagan esta contribución mensual al Acaso, como pagan los propietarios el seguro de sus casas, para estar á cubierto de un mal posible. Tan inmoral es lo uno como lo otro; lo primero se hace por la es- peranza de adquirir, lo segundo por el temor de per- der. Las probabilidades de incendio y de sacarse una lotería son perfectamente iguales. Como en Chile solo casos raros pudieran presen- tarse de los efectos de la instrucción primaria sobre la moral pública, pues no habiendo instrucción pri- maria nadie ha podido ver sus efectos, mendigaremos egemplos entre los estraños. Fuéronlos tanjibles en 1847 en Francia, cuando la carestía de trigos puso á prueba la moralidad de las poblaciones, bajo el aguijón del hambre. Ved aquí como refiere el Anua- rio de la Economía Política este hecho: "Al publicar los mercuriales del" trigo, durante el pasado mes de enero, un diario político hacia notar que el precio me- dio del hectolitro se habia elevado á 35 francos en los departamentos del Alto ó Bajo Rin, mientras que no habia pasado de 26 en los del litoral, que se estienden desde la Mancha hasta el Morbihan. Sin embargo, añadía, no ha habido que reprimir desorden alguno en la Alsacia, que tanjo ha sufrido con esta alza de precio, mientras que los mercados de la Bretaña han sido atropellados y saqueados varias veces. La dife- rencia de educación popular en aquellas partes de la Francia, entre las cuales se establece la compa- ración, basta para esplicar este doble hecho. — 29 — "Los departamentos del Este que tanto sufren con la carestía son precisamente aquellos en que la edu- cación popular está mas difundida. Ved aquí el lugar que ocupan bajo este punto de vista, y el número de jóvenes de la edad de veinte años que sobre mil, han frecuentado las escuelas, y saben por lo menos leer: En el Bajo Rin, de cada mil saben leer 985-—Mens 934—Voges 918—Doubs 919—Jura 906—Alto Rin 896—Meurthe 893—Mosella 830—Alta Saona 869. "En todos estos departamentos que soportan con tanta calma y resignación las privaciones y loa sufri- mientos que impone la carestía, la instrucción pri- maria, de cuyo beneficio participa la casi totalidad de la población, ha desenvuelto desde temprano la intelijencia de los habitantes. Ella les ha enseñado á respetar la propiedad agena, aun bajo el aguijón del hambre. Los habitantes comprenden fácilmente que el mejor medio de asegurar la provisión de los mercados es inspirar seguridad á los tenedores de los artículos de consumo; y que el menor desorden pro- duciría un efecto diametralmente opuesto al que quer- rían obtener. "Ahora si examinamos cuales son los departamen- tos donde han ocurrido los desordenes, veremos que estos departamentos, situados al oeste y centro de la Francia, son precisamente aquellos en que se encuen- tran menos habitantes que hayan frecuentado las es- cuelas primarias. Ved aquí el lugar que ocupan bajo este respecto, y el número de jóvenes de veinte años, que sobre mil, han frecuentado las escuelas y saben por lo menos leer: en Maine y Loira 422 por cada mil.— La Vendee 418.—Mayennc 383.—Ule et Villane 377— Vienne 357.—Morbihan 341.—Indre y Loira 340.— Costas del Norte 317.—Finisterra 295.—Nievrc 276.— Cher 241.—Indre 218—Haute Vienne 216." "Cuando se compara la situación respectiva de es- tos departamentos, y los del Este de la Francia, nos creemos autorizados á decir que los graves desórde- nes que han aflijido á los primeros no hubiesen tenido lugar si la instrucción primaria hubiese desenvuelto la intelijencia de las poblaciones "el respeto del orden— 30 — y de las leyes, como lo ha hecho en los otros." Pero la mayor parte de los habitantes ha permanecido sin instrucción, por lo que, no obedeciendo sino á sus ins- tintos brutales, no han encontrado otro medio que la violencia y el pillaje para hacer cesar los temores que les inspiraba una lijera aumentación en el precio de los comestibles, justificando asi la calificación de sal- vajes que les daba un grave majistrado en una cir- cunstancia reciente. Un hecho que merece ser notado es el de que los dos departamentos en que-los desor- denes han sido mas graves son Indre y Vienne, preci- samente los que están mas abajo en la escala, en cuan- to á la diferencia de educación. "No sería posible formarse una idea de la situación verdaderamente aflijente en que se encuentra la ins- trucción de las mujeres, en esos departamentos. Baste decir que el número de las que no saben leer por cada mil, anda entre 895, y 784 en seis de ellos. "Las comparaciones que acabamos de establecer contribuirán sin duda á demostrar el error de los que pretenden que la difusión de la instrucción hace au- mentar el número de los crímenes y de los delitos, sin embargo de que el exámen atento* de los docu- mentos que publica anualmente el ministro de la justicia y de la guerra, hecho con imparcialidad, y sin intención fija, prueba hasta la evidencia que la difu- sión de la instrucción primaria ha mejorado conside- rablemente las disposiciones morales de las poblacio- nes. Vése en erecto, que mientras el número de- jó- venes de edad de veinte años que han recibido instruc- ción, desde 1828, ha aumentado un 45 por ciento, el de los acusados de la misma clase de edad, de veinte á cuarenta años no ha crecido sino de 15 por ciento. Este resultado notable muestra que de año en año, hay menos crímenes entre las personas que han fre- cuentado las escuelas, que entre los que no han reci- bido ninguna clase de educación." Un estado semejante de cosas, hacia decir á J. B. Say, en un manuscrito inédito hasta 1848: "Cuando se compara la civilización de los pue- blos con lo que podia ser, dá ganas de esclamar — 31 — -l¡Oh naciones cultas, cuan bárbaras sois todavía /" Pero no solo la instrucción primaria como una ad- quisición contribuye á mejorar las costumbres, elevan- do el alma por el desarrollo de las facultades inte- lectuales, sino que las escuelas son la única ocasión que la generalidad de los habitantes de Chile tiene de adquirir hábitos morales. Las costumbres son la moral práctica, y las oostumbres no las dáel artesano v el gañan que no Jas tiene sino depravadas por lo general, ni la muger vulgar que carece de tiempo, de medios y de moralidad para establecerlas. Las buenas costumbres en las clases acomodadas las da la casa en que viven, el aseo á que se habitúan, el sentimiento de la dignidad propia, el freno de la crí- tica, el bien parecer, y las ideas de moral y decencia, que son comunes á todas Jas sociedades cristianas. ¿Qué entendemos por moral? Lo que proviene de mori, les mceurs, las costumbres, y ¿qué son las costum- bres sino los hábitos? luego dando buenos hábitos se arribará á la moral que es el precepto teórico. Los hábitos, las costumbres se fundan sobre hechos, y requieren un modo de ser particular. No se habituará al aseo, esta moral del cuerpo, quien no tenga camisa que mudarse. La formación de las costumbres depen- de pues de hechos materiales y de la desaparición d atenuación de dificultades que embarazan el repetir ciertos actos saludables, hasta adquirir el hábito de obrar bien siempre, es decir, en conformidad al pre- cepto moral. De esta verdad dan testimonio todos los siglos, y la esterilidad de los «esfuerzos para morijerar las cos- tumbres de las masas, mientras cierta suma de bien «star, y cierto grado de desarrollo intelectual no vi- nieron en auxilio de los preceptos, á hacer menos enérjica la tentación á que cede sin resistencia el me- nesteroso azuzado por la necesidad, el ignorante im- previsor por irreflexión, y brutal por no tener ejerci- tadas las facultades del alma. Al hablar de la moral pública debemos señalar otro costado por donde flaquea esta entre nosotros. Lo que las costumbres son á las leyes,esel espíritu público para— 32 — el gobierno de la sociedad. La ley reprime y castiga los delitos; pero las costumbres se anticipan á la ley, previniéndolos y evitando que nazcan. Las costumbres buenas o' malas, son pues la policía de la ley. Sucede lo mismo con el espíritu público; él hace lo que la ley no puede hacer, porque es la acción de los sentimien- tos comunes á una sociedad, manifestándose por actos independientes de la acción gubernativa, y el signo mas caracteristico de nuestra época, y la glorificación de las ideas cristianas son esa multitud de asociacio- nes, de donaciones, de suscripciones, con objeto de pro- mover la mejora intelectual y moral de las clases in- feriores, que es lo que distinguen á los pueblos mas avanzados. Hay sociedades en Inglaterra, Estados- Unidos, Francia, Alemania para dar educación á los desvalidos, para difundir la Biblia, para enviar misio- nes á paises salvajes. Las hay en Inglaterra para fun- dar escuelas para los andrajosos (Ragged School), para la difusión de los conocimientos útiles por publica- ciones periódicas, para escuelas dominicales en que enseñan personalmente los socios, para escuelas noc- turnas &a. Una sociedad, la de Escuelas públicas, ha educado á la ciudad de Nueva York, fundado la edu- cación común, y hay además sociedades para fomen- tar la educación de las gentes de color, y en todos los Estados que forman la Union Americana, los vecinos contribuyen al sostén de las escuelas públicas en pro- porción de sus haberes, como que la instrucción y edu- cación dada a todos es la mejor garantía de la conser- vación de la propiedand y el germen de todo progreso. Todos estos esfuerzos del espíritu público, no son mas que la caridad cristiana ilustrada, obrando en es- cala mas dilatada que la limosna que envilece sin ata- car el origen de la indijencia. El hospital cura la enfermedad que ha provenido de los desordenes y abusos de apetitos indisciplinados: la escuela elevando el carácter moral, previene la incontinencia y los ma- los hábitos. Un vestido viejo cubre la desnudez del andrajoso; pero roto ese vestido, reaparece la desnu- dez, mientras que la educación de los andrajosos, aun- que mas lenta en sus efectos, acaba por proporcionar — 38 — al paciente los medios de vestirse, y romper el hilo de la tradición de miseria de la familia cu que ha nu- cido. Es, pues, la educación uncapitul puesto á inte- rés para las generaciones presentes futuras. ,,Tres años hace, decia un visitador en Inglaterra, que un pequeño número de personas intento un su- premo esfuerzo para hacer algo en beneficio de la apiñada población, cuyos niños infestaban ios alrede- dores de Lesvin Mead en Bristol, y fundaron una es- cuela de andrajosos, de que por allí no se habia oido hablar hasta entonces. Ellos no tenían sino una vaga idea de lo que podían ser las dichas escuelas, pero co- rno veían grupos de á diez y de á veinte niños revol- cándose en la calle, creyeron que convendría mejor para ellos fundarles una escuela. Para formarse idea de las dificultades que habia que vencer, baste dedi- que el barrio aquel solo puede ser comparado en de- gradación á los mas oscuros y abominables de Londres. La población se compone de la mas vil chusma irlan- desa, y como debía esperarse, la embriaguez prevale- ce allí, en un grado que sobrepasa toda concepción. Los niños andaban punto menos que desnudos, porque sus padres les empeñaban los vestidos para beber, y los niños venían muriendo de hambre á la escuela poi- que las madres habían sido llevadas á la cárcel. "Nues- tra pequeña escuela, decia uno de sus fundadores, compuesta de 20 á 40 niños continuo hasta la pascua, y en este corto tiempo sus efectos fueron sensibles. Los vecinos notaron que las calles estaban mas tran- quilas, y con no poca sorpresa veian á aquella especie de animales feroces marchar de á dos en dos por las calles. Al principio, cuando seguían á su maestro á la sala de Temperancia, fueron espulsados, pues tal era su asquerosa apariencia que se temió que viniesen á exitar un tumulto; pero poco después sus andrajos y pies desnudos dejaron de ser obstáculos para admitir- los, viendo su ordenada conducta. Un testimonio mas cumplido de los efectos de la escuela, lo dio' la policía, estrañando que su presencia habia dejado de ser ne- cesaria casi en aquel barrio." Citamos este hecho entre mil, para mostrar lo que 5— u — pudieron hacer una docena de vecinos, para cambiar Ja suerte del pueblo. Las escuelas de andrajosos se propagaron en todos los barrios de Bristol, y aquella chusma degradada desapareció'. Los andrajos cedie- ron su lugar á vestidos mas aseados, y á la embria- guez hereditaria, la Caja de Ahorros. Preguntamos, ahora nosotros, ¿hay en Chile dos ve- cinos que se hayan reunido para trabajar con su in- fluencia y su dinero en producir algún bien que refluya en beneficio de la educación? ¡Examinad, cristianos vuestras conciencias! Sabemos que hay directores de hospitales y de dispensarías. Sabemos que se da li- mosna en las puertas de las casas, y se socorren en secreto dolencias vergonzosas". Sabemos que hay per- sonas caritativas, que derraman tesoros entre los nece- sitados. Pero no es eso. ¿Hay una sociedad de tem- perancia para combatir la embriaguez. Una sociedad para derramar libros religiosos en el pueblo? Una so- ciedad para educar pobres, rolos, hijos de desvalidos? Una sociedad para fomentar las cajas de ahorro, y enseñar el camino de ellas á los que le ignoran? Una sociedad pam dar lecciones en escuelas dominicales? Una sociedad para fundar escuelas nocturnas? No existe el espíritu público en Chile? La caridad está muerta en los corazones? El egoísmo predomina á tal grado, que no haya quien pueda jactarse de ha- ber distraído de las necesidades puramente materia- les de la vida, comer, vestir, lucir, una suma de cin- cuenta pesos, para socorrer al prójimo, mejorando su situación de una manera efectiva y duradera? No: el aspecto de Santiago está revelando á los ojos que hay en la población en jeneral, un sentimiento pú- blico, un espíritu público que está obrando prodijios, que invierte un millón de pesos anuales en satisfacer una aspiración que nada tiene de terrena. Levantad la vista hácia el cielo, y veréis elevarse torres altísi- mas á un tiempo, por todos los puntos del horizonte; en la Compañía, en San Agustin, en San Francisco: poderosos cabrestantes, apenas sostienen las enormes masas de granito que se elevan para completar el jrontis de la Catedral. La Merced, la Recoleta Do- — 35 — Mímica, la Francisca, lu Compañía, han renovado sus altares mayores; y las bellas artes, la estatuaria y la pintura han sido puestas á requisición para honrar una alta idea. Arquitectos romanos han venido á traer su ofrenda de mármoles para embellecer los templos, V la Italia se trasplanta á Vungai, en claustros é igle- sias, como las Basílicas de la capital cristiana tendrán luego su rival en el suntuoso monumento para cuya construcción se han presupuestado medio millón de pe- sos en la Recoleta dominica. Una poderosa fundición de campanas se ha establecido, y el artífice apenas busta para la demanda. Estatuas ejecutadas por dis- cípulos de David decorarán luego el frontis de la Com- pañía; palacios episcopales completan las decoraciones de la Plaza de la Independencia, y hasta un bozetto se ha presentado al Gobierno de una estátua de la In- dependencia misma, que en lugar de ostentar las fie- ras actitudes de la Libertad rompiendo sus cadenas, ofrecerá, para mejor conformarse el artista al gusto reinante, en un himno de mármol, devotamente ul Creador la espada de las batallas, y los laureles del triunfo. Los pocos siglos de existencia cou que cuenta Chile, no vieron espansiou mayor de un sentimiento público, ni manifestación mas grande de su fuerza de acción. Hay mas todavía, la población femenil en masa consume sin distinción de clases en merinos, sargas ó groses negros, que cuestan de diez reales la varu para arriba, la misma cantidad que de géneros blan- cos toca al consumo general. Hay sociedades del Carmen, de San Francisco, de Cucuruchos, de todos los nombres, contribuciones en la Rula restablecida, y donaciones de miles de pesos intervivos, y legados cuantiosos en los testamentos para el fomento de obras pías. En fin, de un modo o de otro, el público de San- tiago invierte, á juzgar por el total de las obras piado- sas en construcción, un millón de pesos anuales en satisfacer una necesidad de su espíritu. No hay que decir que la acumulación de todos estos hechos á un tiempo y casi en un año es un acaso for- tuito. No, coincide con otros actos de un orden pu- — ;íg — ramentc moral. El Senado que se negaba á dictar una ley para desenvolver la instrucción primaria, se auna- ba espontáneamente para restablecer la Compañía de Jesús. Cuando se trata de restablecer la Compañía de Jesus, se trata simplemente de una cuestión de edu- cación. Hay en todos estos hecbos lecciones útiles que de- bemos sacar para nuestro objeto y esclarecimiento de nuestras dudas. Como se vé, ni falta espíritu público en Chile, ni cuerdas que vibren en los corazones por ideas y sentimientos de un orden elevado. Pero no tanto los sentimientos cristianos se han despertado cuanto han ganado las prácticas religiosas. No es en Chile, ni entre nuestro clero que ha prin- cipiado de muchos años atrás el movimiento de ideas que aquí se resuelve en torres, . altares, y estátuas. Ha principiado en puntos mas avanzados, en los hom- bres que dirijen la política de los gobiernos. Han que- rido, por justo temor á los desbordamientos de la mu- chedumbre, d á las audacias de las ideas cuyo desor- den perturba á las viejas sociedades, sintiéndose dis- puestas á rejenerarse, pero igncrando como, levantar un baluarte, imponer un freno saludable, y establecer un medio de influencia moral. El gobierno de Chile mas que ninguno en América entró en esta vía, y lo que hoy sucede, sino es precisamente todo lo que se deseaba, es consecuencia de una impulsión dada. Desgraciadamente la exaltación de los sentimientos relijiosos nos encontraba con las mismas ideas econó- micas que nos habia dejado la España de tiempos atrás, y no hemos aun acertado ádar á este saludable movimiento otras formas que las que antiguamente revistió, con riesgo de volver á aquel pasado, por los mismos medios que él empleo', medios que ni la mo- ral ni la historia abonan. El espíritu del cristianismo es todo caridad, todo amor al prójimo. Amar á Dios y al prójimo he ahí la ley y los Profetas; pero este segundo amor, prueba visible y consecuencia del primero, se ha ejercitado siempre según las necesidades de la época. La mas alta espresion de la caridad cristiana es i — 37 — aquella en que, no contentándose con alijerar los ma- les presentes escudriña su origen y va directamente á su fuente. ¿Puede concebirse nada mas sublime que la Penitenciaria para la rehabilitación moral, penosa pero cierta del que, malas inclinaciones, peor educa- ción, y pasiones desenfrenadas llevaron hasta el cri- men, y aun hasta el hábito del crimen ? ¿ Concíbese caridad igual á la que ha fundado las Casas de Re- forma para niños que preludian en la carrera del de- sorden moral, dándoles en ellas la instrucción de que carecían, y habituándolos á la práctica del bien? Tales son las creaciones maravillosas del sentimien- to rclijioso ilustrado. Si las máximas del evangelio han tenido su ejecución en la tierra, no es sin duda en tiempos pasados, ni en las formas que en ellos se ma- nifestó que debemos buscar ejemplos; y es por lo me- nos estraño que ningún síntoma se muestre hoy en el espíritu público de que hayamos mejorado á este res- pecto. No queremos sino citar un hecho. El geólogo ingles Lyell, hace en sus viajes esta declaración, del espíritu de caridad que reina en la Nueva Inglaterra: "Una de las facciones de la historia moderna de estos países la forman las munificientes donaciones y lega- dos para objetos públicos ya sea de caridad d de edu- cación. No solo es común en los ricos capitalistas, de- jar por testamento una porción de su fortuna para dotar instituciones públicas, sino que los individuos durante su vida hacen donaciones de dinero para los mismos objetos. Yo he visto una lista de legados y donaciones hechas en estos últimos treinta años en solo el Estado de Massachusets que montaba á nada me- nos de seis millones de pesos." ¿Podríamos oponer á esta cifra una proporcional destinada á los mismos fines? Sabemos es verdad, de testamentos en que se nombra á el alma de heredera dejándole treinta mil pesos, para propiciarle las puer- tas del paraíso, lo que parece realizar tristemente el adajio, la caridad primero por casa. No nos parece aventurado avanzar que el aban- dono de la instrucción primaria ó nacional, y que esa indeferencia absoluta que las personas mas llenas de— ;ís — sentimientos de hermandad y caridad, proviene ew gran manera de la dirección que se dá al deseo de agradar á Dios, y a las manifestaciones monumenta- les del espíritu religioso. Creemos también que el sa- cerdocio malogra, con daño de la civilización, elemen- tos de difusión de sus doctrinas, y de lejítimo poder é influencia, descuidando esta parte de su ministerio docente; pues si bien manifiestan muchos alarmados de toda injerencia suya en la educación, es precisa- mente porque lo ven no hacerla entrar en parte, como uno de los medios de servir á Dios y al prójimo. Las instituciones de la Iglesia que tienen por objeto la mo- ralización de las masas por el consejo y la instrucción catequista, tienen en la difusión de la instrucción pri- maria vehículo mas poderoso que la palabra, cuya ac- ción se circunscribe á una esfera limitada. ¿Puede concebirse, como en una sociedad que ocupa quinien- tas leguas de territorio, diseminada en campañas, ab- sorvida por la necesidad de proveer á sus necesidades, entorpecida por la ignorancia, no se cuente con otros medios de morijerar que la confesión auricular, y las pláticas doctrinales V Pero para que la confesión por si sola fuese un medio disciplinario, necesitaría mas frecuencia que la «pie es compatible con las necesida- des de la vidu, y el sacerdocio debiera contar, sobre un millón de adultos que cuenta el país, para saber si aplica con fruto este correctivo. Si la barbarie se perpetua, si la inmoralidad crece, culpa es de la limitación de los medios de acción pues- tos en ejercicio pura combatirla, y muy grande debe- ser el fondo moral que existe en el hombre, cuando resiste á este abandono. Mucho hace la predicación sin duda para detener el torrente de la desmoralización; pero las masas po- pulares ocurren irregularmente á recibir el pan de lu palabra, y aun la palabra hablada no obra sino un instante, y no alcanza á una cuadra, mientras (pie la palabra escrita es el pensamiento relijioso y moral es- tereotipado, que vive á todas horas, y se difunde por todo el pais y permanece años dando su tributo de consejos en el seno de la familia, en el taller, en las — M — mismas horas que su ausencia deja á merced del fas" tidio o vaciedad de espíritu á desordenadas pasiones* El confesonario como medio de moralización corrije el deso'rden moral una vez producido; pero su auxilio llega casi siempre tarde, cuando el hábito dañoso está formado por la educación y por el ejemplo; cuando el árbol está endurecido, y los instintos animales y las pasiones han tomado todo su imperio. Los Ejercicios espirituales conmueven profundamente el corazón, des- piertan los sentimientos morales adormecidos, y avi- van por la imaginación exaltada las imájenes fúnebres de una condenación eterna. Cierto; pero los Ejerci- cios espirituales no desarrollan la intelijencia embrute- cida ya y sin elasticidad, ni cambian la destitución del hogar doméstico, causa de la depravación de las costumbres, ni enseñan una profesión que dé lo sufi- ciente para vivir, ni acallan el hambre de los hijos de esos matrimonios imprudentes del proletario, este fa- bricante de prole, como la palabra lo dice. La erec- ción de templos, de pináculos, y de estátuas eleva el alma de quien contempla las maravillas de las bellas artes, puestas al servicio de una grande idea; pero estas construcciones en que se sepultan millones «le capitales, fruto del trabajo de jeneraciones, hacen desaparecer para siempre un instrumento de riqueza que habría continuado, reproduciéndose en millones y millones, fecundado por el trabajo, para alivio de mu- chas dolencias y miserias futuras. Este es un punto gravísimo que debiera por si mismo recomendarse á la atención de los que dan impulso á los sentimientos públicos. Los progresos de la economia política han detenido el estravío de las edades pasadas, desaconsejando el abuso en esas cons- trucciones que petrifican el fruto del trabajo de jene- raciones enteras, y detienen á una nación en su car- rera. La edad media fué el apogeo de esta tradición humana que principia en las Pirámides de Egipto y acaba en las grandes basílicas modernas; quedando por verse si los caudales que en ellas se sepultaron, no habrían contribuido, conservándolos, á salvar á los pueblos, cuya riqueza vino á sepultarse en esas estu-— 40 — pendas creaciones, dejándolos por siglos imposibilita- dos de mejorar de condición, sin que jamás se haya notado que tales prodigalidades hayan contribuido á hacer ni mas morales ni mas relijiosas á los pueblos. Es al sacerdocio ilustrado, á quien toca guiar la con- ciencia pública por camino mas productivo de bienes para el mayor número, y su cooperación á la grande obra de mejorar la inteligencia nacional la haria avan- zar rápidamente. Por lo mismo que la relijion es toda ospiritual no ha de dejarse embotado su órgano propio, sino se quiere dejenerarla en superstición. En todo caso, si los sentimientos del público no favorecen la mejora intelectual ni la difusión de las luces, razón habrá de preguntar á los que lo fomentan y dirijen, si no es obra suya intencional d por error, tal indife- rencia. Las ideas cristianas de nuestra época han tomado formas menos suntuosas, pero han penetrado mas hondamente en el fondo de la sociedad. En lugar de afeitar los deslices todos los sábados, seguros de que han de renacer como la barba, porque como ella son una vegetación natural de ciertas condiciones de la vida, todos los cristianos se han consagrado á estir- par las causas del vicio, educando á las poblaciones. La limosna que socorre la necesidad del momento, sin curar la incapacidad de trabajar, se ha convertido en ese vasto sistema de escuelas, que cubre hoy los estados cristianos, y organixádose en contribuciones para su sosten. La prueba es que donde las escuelas abundan escasean los mendigos, porque se ha acudido á la fuente de la miseria. Pero ni aun la limosna dada al necesitado exonera del deber de patriota de ayu- dar á la mejora moral, intelectual,ó industrial de sus conciudadanos, como la parte de la humanidad sobre la cual debe eslender su acción. De los hechos que hemos examinado resulta, á nues- tro juicio, que la caridad cristiana y el espíritu público de las clases educadas de Chile solo necesita ensan- char la esfera de su acción y estenderse á curar el mal en su raiz, la ignorancia, en lugar de detenerse á oponerle formas esteriores y medios de influencia mo- — 41 — ral por esencia limitados, porque no son directos. La educación en Inglaterra es eminentemente religio- sa, tan religiosa que el Estado no ha podido organizar- la por estorbarlo el cK:ro anglicano, contentándose sa- lo el gobierno con inspeccionarla. "Lo mismo que la national Socyety es la iglesia an- glicana, .dice el consejero Mr. Renda, en su informe sobre la educación de Londres, asi la catholiqiic co- miUe es la iglesia católica eu acción. Para la segun- da como para la primera, la instrucción es un instru- mento de propaganda; y este principio es toda la fuer- za de la comisión." "Cuando se compara dice el infor- me de un visitador, el estado de la religión en los lu- gares en que la educación ha sido con perseverancia difundida, con la situación que tiene donde no se hace de una evidencia incontestable, que el mejor, sino el único medio de echar las bases de una regeneración durable, es la construcción de casas de escueta, y la for- mación de buenos maestros. Asi cuando un obispo in- glés conjura á los habitantes de Londres, en nombre de los intereses eternos, como en nombre de la salva- ción social, á que abran, en provecho de las masas desvalidas, los tesoros de la educación cristiana, se hace solo el eco de esta voz poderosa que doce siglos no han alcanzado á sofocar:" Sacerdotes! construid escuelas en las villas y en las aldeas: los niños que se presenten, sean quienes sean recibidlos; al instruirlos no les exijáis nada: porque, acordaos que está escrito: Los que hubiesen instruido á sus hermanos, brillarán como estrellas en la eternidad." El mismo pensamiento que se reprodujo mas tarde, porque era cristiano: "Yo afirmo que la autoridad tiene el deber de forzar á los que le están semetidos, á enriar los niños á la escuela. Que! si se puede en tiempo de guerra obligar á los ciu- dadanos á llevar el arcabuz, y la pica, con cuánta mas razón no debe obligárseles á instruir á sus hijos, cuando tienen que sostener la guerra con el espíritu malo que anda rondando en torno nuestro, para des- poblar el estado de almas virtuosas?" El mismo que se formulo en ley, tres siglos mas tarde diciendo: "Se- rá creada y organizada una instrucción pública común 6• — 42 — ú todos los ciudadanos, gratuita con respecto á aque- llas partes de la enseñanza indispensables para todos los hombres, y cuyos establecimientos serán distribui- do? gradualmente, en una relación combinada con la división del reino." El mismo que hoy rechaza el Congreso, y descuida la iglesia, y no acojen sino con tibieza los que creen comprender como cristianos su importancia. No es nuestro ánimo insinuar la idea de que la igle- sia católica se ponga como la protestante al frente de la educación. Su misión solo es dirijir el espíritu pú- blico, y encaminar los sentimientos morales del pue- blo, al cielo, por medio de la frugalidad y de la econo- mía en la tierra, y los sentimientos de caridad de las clases acomodadas que hoy disipan sus erogaciones en monumentos de arquitectura, dirijirlos á la cons- trucción de esos otros monumentos mas aceptables para la Suprema inteligencia, puesto que tienen por objeto rescatar almas degradadas que no se muestran hechas á su imagen y semejanza. En Inglaterra es la sociedad en masa, son los po- derosos los que la educación fomentan con inmensas erogaciones, organizados en sociedades para la edu- cación de la mayoría. "Las instituciones, dice el Con- sejero Rendu, de las casas de educación en Inglater- ra, llevan el sello de grandeza de que la sociedad in- glesa dá tan visibles señales. Las fundaciones que allí se encuentran, dan testimonio de la inteligencia con que las altas clases sirven á sus propios intereses. Estas fundaciones de enseñanza y de beneficencia, son á la vez, para la aristocracia nobiliaria y financiera, la señal y la causa de su fuerza. La señal, porque aparece cual una toma de posesión permanente y re- gular del suelo. La causa, porque hacen con respecto á la sociedad en que están echadas el efecto de las ca- denas y de los sustentáculos de los edificios que sos- tienen." Influencia de la Instrucción Primaria en la in- dustria y en el desarrollo general de la prosperidad nacional. Entendemos por industria, en el caso presente, Jos diversos medios que los habitantes de un pais ponen en ejercicio para proveer á su subsistencia, y crear capitales que á su vez suplan al trabajo individual y ayuden á emprender grandes y lucrativos trabajos, üe las formas diversas que el trabajo asume, dos fac- ciones principales presenta la industria en Chile, la minería y la agricultura. De ambas nos ocuparemos separadamente, por cuanto ellas dan ocupación á la gran mayoría de los habitantes. La minería es la industria sobre la cual menos influencia ha ejercido la ed ucacion. Juan Godoy, á quien Copiapó ha elevado una estátua, no sabia ni necesito saber leer para des- cubrir las masas de plata nativa que se ofrecieron á su vista en Chañarcillo. A primera vista esta observación parecerá trivial, y sinembargo es de una importancia inmensa. La simplicidad de las combinaciones metálicas que presen- ta la plata en Copiapo' y en la generalidad de los mi- nerales de Chile, hace innecesaria toda instrucción de parte del descubridor de minas, del cateador, del ma- yordomo, del dueño mismo de la mina, del barretero y del apir. Hablo de lo que existe; é interrogando los hombres y los hechos se encontrará confirmada esta verdad. Ningún hombre de ciencia ha descubier- to minas, y para los minerales que no muestran plata cornea á la vista d plata nativa o metalizada, el auxi- lio del ensayador ni el de la metalurgia le serán de poco auxilio.— 11 — El pueblo minero ha creado su tecnolojia metalúrjica especial. En Chile hay, según ella, cinco clases de metales de plata, plomos, barra, soroches, metales frios y calientes; todos los que no se ajustan á estas categorías son antimonias que el minero práctico debe abandonar como inútiles. Desdoro de su ciencia seria prestarles siquiera atención. Hé aquí una de las mas grandes y mas tentadoras industrias sustraída á la acción de la inteligencia, co- mo aptitud para adquirir. Un químico, un ensayador, un metalurjista pueden morirse de hambre en los mi- nerales de Chile. El cobre está sujeto á las mismas reglas. Hallada d adquirida la mina, la utilidad es obra del acaso de un alcance, y su laboreo fruto del capital que pueda emplearse. Obtenida la riqueza que las minas prometen el poseedor cambia de situa- ción, se vuelve capitalista, funda una nueva familia, y no muere afortunadamente, antes de haber visto á sus hijos figurar entre la juventud mas ilustrada del pais. Todavía las minas de Chile ejercen una influencia adversa contra el desarrollo de la inteligencia. Toda industria paga el trabajo, devuelve el capital, y recom- pensa el injenio que el artífice pone para mejorarla. Cuanto mas capital se emplea mayores son los pro- ductos; y cuanto mas injenio menores los gastos, mas baratos aquellos, y mas buscados por su belleza y perfección. Estas leyes generales á la industria, y cu- ya práctica produce hoy las maravillas, que no sabe- mos admirar bastante en baratura y belleza de los artefactos, están violados en la industria minera. El trabajo empleado no está siempre representado an los productos; el capital que absorve no es seguro que sal- ga de las labores, y la perfeceion de los medios mecá- nicos de producir es cuestión accesoria, pues ante to- do es preciso que haya producto. Asi pues, esta in- dustria está abandonada al acaso de las combinacio- nes de la naturaleza, que como Dios da y quita sin que la humildad de la razón humana, en lo que no es del dominio del cálculo, acierte á comprender las le- yes que rijen aquellos actos. La industria minera, en — 45 — las condiciones actuales, debe estimarse sumando el producto anual de las minas productivas, y deducién- dole el capital que han consumido las mismas, y las otras que no lian devuelto el capital invertido en su esplotacion; la diferencia daria el verdadero provecho que el pais obtiene de esta industria. Pero la minería, como todo trabajo, y como todo acrecentamiento de riqueza, influye indirecta pero eficazmente en la cultura del pais. El minero feliz funda una fortuna y establece una familia, y los efec- tos naturales del bien estar obrando,la mas cumplida educación de los hijos viene á completar la elevación y dignidad de los padres. Mas directos efectos ofrece en el adelanto moral y material, desenvolviendo el espíritu de empresa, de asociación y de progreso. Todo ha cambiado en la provincia de Atacuma de veinte años á esta parte, ecepto las escuelas, que marchan al paso de las del resto de la República. Sábese el efecto que los placeres de oro de Califor- nia han producido sobre el hombre que los esplota. Al revez de la mina de plata que es esencialmente aris- tócrata, el lavadero es democrático hasta la exajera- cion. Enriquece á la muchedumbre, después á la aso- ciación, no de capitales sino de brazos é inteligencia. Los placeres de oro desarrollan estraordinariamente la capacidad del hombre, como las aspiraciones de la masa, como el espíritu de independencia, y solo á eso debe atribuirse toda la fuerza de espansion que la agricultura, la industria y las artes han tomado en cuatro arios en California, no obstante lo? incendios, no obstante los trastornos obrados en el comercio por la acumulación exesiva de tnercaderias, atraídas irre- flexivamente por la fama del oro, como si la mayor d menor cantidad de oro, debiese hacer consumir cien quintales de harina á cada individuo en el año. El cabador de los placeres de oro, y son en este momento 110,000 hombres los que ejercen esta pro- fesión, vá en busca de una cantidad de oro que cuen- ta recolectar, para retirarse en seguida, comprar tier- ras baratas, establecerse, d regresar rico á su pais na- tivo, d montar una fábrica, d armar un buque.— 46 — Esta esperanza no anima en Chile sino á los tres- cientos o mil dueños de minas; y aun la naturaleza de la mina exije que permanezcan mineros, aun después de enriquecidos, esplotando, o' buscando nueva rique- za. No asi la masa de apires y barreteros, que á na- da aspiran sino á tener dinero el Sábado para disi- par el Domingo, contando con que cada siete días, durante su vida, vendrá siempre un Domingo después de un Sábado, y que siempre se han de necesitar bar- reteros y ápires. De seis años á esta parte, un gran progreso se ha obrado sin embargo, en la condición material y aun en los gustos de los trabajadores. Abandonando el traje pintoresco que caracteriza al minero chileno, visten hoy los mas el traje europeo, levita y sus acce- sorios, siendo enorme el consumo que de champagne, burdeos y otros licores refinados hacen en las placillas. La disipación del fruto del trabajo es la misma, aun- que menos grosero el empleo; pero este progreso, poi- que siempre lo habrá en que los trajes, el desaseo y los gustos semibárbaros desaparezcan, no alcanza á la parte moral del individuo, y en cuanto á la educa- ción respecta, ella no influye en manera alguna en esta industria ni en los que la esplotan. Ejercería influencia de educación para mejorar la industria minera? Si se atiende áque las montañas de Chile encierran toda variedad de nietáles, de semi- metales, tierras y piedras útiles; si se tiene presente que el mas vasto campo de las ciencias de aplicación á la industria es precisamente el qne á la química y á la metalurjia ofrece la materia ino'rganica, se com- prenderá fácilmente, que la instrucción en estos ra- mos, podría desenvolver riqueza, crear nuevas indus- trias, improvisar nuevos medios de vivir. Acaso el mal éxito de la mayor parte de los laboreos de plata, lo dispendioso de ellos y la comparación entre lo que gas- tan al año todos los que aveuturan capitales en su espjotacion y los pierden, con lo que sacan los que alcanzan, haga que se consagren á otras esplotaciones de productos metálicos, mas subalternos pero mas se- guros; menos tentadores, pero mas sujetos á la inte- — 47 — ligencin. Pero miemtras tanto no sucede esto, la in- dustria minera no es susceptible de ser influida por la educación, ni á su vez puede prestarla apoyo, sino en cuanto produce riqueza, y la riqueza en jeneral es fa- vorable al progreso. La estátua de Juan Godoy seré por mucho tiempo el digno emblema de la industria minera. Los griegos habrían levantado un templo al Destino ciego. Agricultura—Quédanos la industria agrícola, que absorve los tres cuartos de la población, y tan poco la encontramos favorable al desarrollo de la educación. La propiedad territorial, base de esta industria, está di- vidida en grandes masas. El catastro solo dá en todo el territorio de Chile 11,310 poseedores de fondos rús- ticos; y como la familia se compone en término me- dio de cuatro individuos, resulta que de millón y me- dio de habitantes que pueblan á Chile, solo 11,000 fa- milias de todas condiciones esplotan sus ventajas, en proporciones que puedan producir un pasar. La cir- cunstancia de ser tan pocos los poseedores de tierra hace que la agricultura pueda ser mas favorable á la edneacion superior que á la primaria. Pero es ménos favorable al desarollo de la educación el sistema de labranza y los implementos que para ella se emplean. Consisten estos en un arado, compuesto de un palo buscado en los bosques con cierta forma particular, una reja informe de hierro, y algunas correas de cuero crudo, una azada, una pala, una podadera, una hicho- na, una hacha y algún otro instrumento mas, de for- mas tan groseras y tan rudas, á veces tan contrarias por su forma á las leyes dinámicas, que los fabricantes ingleses que hoy proveen al comercio de estos artícu- los, han necesitado hacer llevar de Chile los padrones de estos bárbaros instrumentos, para imitarlos, y ha- cer palas, podaderas, azadas, dichonas para Chile, pues que los verdaderos instrumentos que llevan estos nombres, no serian aceptados por el trabajador Chi- leno. Concíbese lo poco que tiene que hacer la inte- ligencia en labores rudas, hechas en beneficio de gran- des propietarios. La teoría de la labranza es igual- mente una tradición informe y hostil á todo resultado— 48 — de la observación inteligente, y de los progresos de las ciencias naturales. Compare el agricultor chileno el inventario que acabamos de hacer de sus implementos de labranza, con el que hace una de las fábricas de los Estados Unidos de los que demanda la agricultura de aquel pais. Se usan y consumen:—35 especies distintas de arados,caracterizados cada uno por alguna circunstan- cia particular, con rejas de hierro batido o colado, para uno d dos caballos enjaezados con arneces; con rueda y cuchillo, ó cuchillo unido; con cuchillo simple; con do- ble cama lectura en lodos, por 61 testo*. Matemáticas, física y sus aplicaciones—Al' jrin ii en lodos, por 18 testos—Astronomía en 143, por 15 testo*—Cálenlo integral en 7, por 3 testos— Dife- — 85 — felicidl en 7, por 3 testos—-¡Secciones cónicas en 12, por 5 testos-:—Electricidad en 32, por 9 testos—Geo- metría plana en 147, por 7 testos— Geometría analíti- ca en 19, por 4 testos—Descriptiva en 6, por 2 tes- tos—Hidrostática en 27, por 8 testo?—Nivelación en 26 por 3—Logaritmos en 27, por 8 testos—Magnetis- mo en 28, por 7 testos-—Mecánica en 26, por 8 tes- tos—Mensuracion en 43, por 7 testos—Física en 151, por 14 testos—Navegación en 17, por 3 testos—Op- tica en 25, por 9 testos—Perspectiva en 7, por 5 tes- tos—Delincación en 117, por 5 testos—Tecnología en 8, por 3 testos. Lenguas antiguas—Idioma griego en 140, por 12 gramáticas—Antigüedades griegas en 7> por 5 tes- tos—Hebreo en 4, por 2 gramáticas—Idioma latino en 153, por 11 gramáticas—Antigüedades romanas en 16, por 11 autores—Mitología en 9, por 6 tratados. Lenguas modernas—Alemán en 134 por 12 gra- máticas—Francés 25, por 12—Español en II, por 2 gramáticas-^—Italiano en 11, por 5 gramáticas. Ciencias naturales—Botánica en 108, por 2 tes- tos—Química en 141, por 9 autores y con el auxilio de aparatos—Química agrícola en 7, por 2 autores— Jeokrjía en 59, por 11 autores—Hijiene en 3, por 1 autor—-Mcteorojía en 2, por 2 autores—Metalurgia en 19, por 5 autores—Historia natural en 41, por 10 testos—Fisi'olojía en 102, por 12 testos. Ciencias morales, inteleectuales y políti- cas—Elementos de criterio en 36, por 3 autores—Evi- dencia del cristianismo en 20, por 8—Historia general en 107, por 18 (Guizot)—^Historia de fos Estados Uni- dos en 80, por 11—Ley Constitucional y Gobierno en 18, por 7 (T^cqueville)^—Lójica en 37, por 3—Teo- l'í/ía natural en 23, por 3—-Filosofía intelectual en 94, por 9—Filosofía moral en 81, por 9—Economía polí- tica en 13, por 3 (Say)—Sicolojía en 1, por 2 (Cou- Sl")—Retórica en 95, por 7 (Blair)—Principios de pe- dagojia en 11, por 4—-Fonografía en 4. por 1—Fre- noUrjía en 2, por 1—Construcicon de mapas en 3—Di- bujo en 20—Pintura en 7—Bordado en 7—Música rn 5—Danza en 10.— 86 — Si de esta nomenclatura tomamos los ramos que son enseñados en mas de cuarenta academias, como medida de la instrucción jeneral, encontraremos que son, aritmética y teneduría de libros—composición, delamacion y gramática, jeografia, escritura y lectu- ra; Física, Mensuracion, delincación, Trigonometría, griego, latín y alemán; anatomía, ltotanica, jeolojia; e historia natural, risiolojia, Historia general y de los Estados Unidos; Filosofía moni, 6 intelectual y re- tórica. Si tomamos aquellos ramos de que hay mas de cien colejios para su enseñanza como indicación- de la clase de instrucción que la opinión común reputa in- dispensable encontraremos, aritmética y teneduría de libros—Composición, declamación, gramática, jeogra- fía, pronunciación del ingles, lectura (perfeccionada) escritura [ídem] y ortografía—Aljebra, astronomía— jeomeíria plana—Física—Mensuracion—griego, latín, alemán—Botánica—química—Historia jeneral— sin contar Reto'rica que enseñan 95, y Filosofía intelec- tual 94. Nadie pues que haya recibido una tolerable educa- ción ignora las matemáticas, el griego, la botánica y la química, lo mas alto en las lenguas muertas, lo mas indispensable un las ciencias de aplicación á los usos de la vida, á las artes y á la industria, que como he- mos visto, preludian ya en la que necesariamente de- ben enseñar las escuelas primarias en Francia, Pru- sia, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos. El Instituto Nacional que se ha encargado de intro- ducir en nuestra enseñanza los ramos de ciencias de aplicación que han de rejenerar el país, debe presen- tarnos obra mas completa que la que desempeñan po- bres academias subalternas. El Estado de la enseñan- za en 1853, nos ofrece el inventario. Gramática— aritmética, jeografía—Historia jeneral—aljebra—Jeo- metria plana—y analítica—secciones cónicas—latín, francés, é inglés—partida doble—dibujo lineal—dibu- jo natural y de perspectiva—catecismo—fundamentos de la fé—Historia Sagrada—Historia eclesiástica. La Química orgánica, metalurjia é manipulacio- — 87 — nes—jeodesia y míneralojia—mecánica aplicada á las artes están comprendidas en la parte Universitaria. El Instituto está pues juzgado por sus obras. Un as- trónomo, un físico, un químico, un jeólogo, un botáni- co, no ha salido jamás de sus aulas; y por tanto un ca- pitán de buque, un agricultor, un fabricante, un mi- nero jedlogo, un helems.a, son cosas que no entran en nuestras predilecciones. En cambio han salido de sus aulas en veinte años esos que fueron sus mejores alumnos y que hoy son diputados, ministros, sena- dores, jueces, y publicistas, y que tuercen los labios llenos de desden al oír hablar de escuelas primarias, cosa buena cuando mas para la muchedumbre, para las clases abyectas. ¡ Educación primaria ! No está ahí el Instituto para derramar la ciencia entre las clases pudientes, gobernantes, lejisladoras? No salen de su seno los Ministros, los Presidentes, los Diputa- dos, los Jueces ? Necesítase astronomía, ni botánica, ni geolojía, ni física para ser abogado, agrimensor, d médico, únicas formas en que la ciencia de la edad inedia encuentra aplicación entre nosotros? Creemos hallar el oríjen de la limitación de la en- señanza en el sistema económico en que está montada. El Instituto no puede encargarse de abrazar todos sus detalles, por que tal tarea lo abrumaría. Las es- cuelas deben enviar el sujeto ya preparado, los Co- legios ó Liceos adelantar la obra, y solo en escala mas alta continuarla la acción pública, desde donde no alcance la acción particular. El sistema de Nueva-York llena todas las condicio- nes económicas que hemos apuntado. Multiplicación ilimitada de los focos de difusión de los conocimien- tos por todo el pais y al mismo tiempo protección del Estado á todos los que ensanchen su esfera con bue- nos libros; concurrencia para mantener el celo, ins- pección común, graduación para todas las fortunas &a. Añadiremos solo como complemento que todos estos establecimientos poseen numerosas bibliotecas, de cuyo contenido y ensanche dán cuenta anual á los Regentes de la Universidad. La publicidad trae lo de- más, pues ella contribuye á hacer bajar el precio de— 88 — enseñanza y hacer conocer el mérito de los profeso- res en todo el pais. La cuestión que nos ocupa ha llamado reciente- mente la atención en aquel Estado en que florecen las ciencias y se difunde la instrucción á manos lle- nas, para cosecharla después en esas portentosas crea- ciones de la industria que harán decir al Ser Supre- mo, como al hacer cada una de las suyas: Et vidil quod esset bonum. "Los fondos destinados por el Estado, decia en 1853 el Secretario de Estado de Nueva-York, para ob- jetos de educación, se dividen principalmente en tres clases de instituciones, a saber: escuelas comunes, li- ceos y colegios.___Cada una de estas partes ejerce una importante y directa influencia sobre las otras. Las mas altas educan instructores para las mas ba- jas, y las mas bajas preparan alumnos para las mas altas. Con frecuencia se ha dicho que sus intereses eran antagonistas, y en la práctica lo han sido en efecto, bajo cierto punto de vista, por las tentativas que se han hecho en la Legislatura con la mira de au- mentar los fondos destinados para unas á espensas de las otras. "Nada puede mirarse como mas obviamente exac- to, que el que cada peno consagrado por el Estado á objetos de educación, haya de invertirse de manera, que sus beneficios se estiendan en la mayor escala practicable, igualmente para todos. Por ahora las es- cuelas comunes son los únicos establecimientos que realizan esta verdad. En ellas, la instrucción es ba- rata para todos, y absolutamente gratuita para los indigentes. Las academias y colegios, con la escepcion de ciertas vecas benefíciarias, y con otras de que ha- blaremos luego, exijen pago de enseñanza y compra de libros, con lo que cierran la puerta á la mayoría de nuestra población. Los fondos públicos que reciben no aseguran el beneficio de todos, sino el de los que de ellas hacen uso, el de los ricos, y en punto á fortuna el de las clases medias. "Hay dos caminos de destruir esta deigualdad: el uno es privar á colegies v academias de toda partici- pación de los fondos públicos. ¿Cuál seria el resultado? La riqueza continuaría sosteniendo estas instituciones, pero necesariamente disminuirían en número, como «juo el costo de enseñanza en ellas, debia aumentarse para contravalancear la ayuda que el estado retiraba; escluyendo no solo la pobreza, sino aquella moderada competencia, que ayudada de la enerjía proporciona ahora beneficios. La alta educación se haria asi un lujo, y el poder adicional de la riqueza, si los hijos del pobre y del medianamente acomodado fuesen esclui- dos de las profesiones científicas, y de todas las ocu- paciones que exijen un alto grado de saber; aunque alcanzasen á la teoría y la práctica de aquellas profe- siones, nunca se hallarían en igual pie con los hijos educados del rico, debiendo exhibir doble talento y mayor industria para asegurar iguales resultados. ¿Seria tolerable esta idea en un gobierno que posee lo suficiente para satisfacer las necesidades razonables de todos? ¿Está el público dispuesto á ceder en bene- ficio de una pequeña parte de nuestra población, los tesoros que de medio siglo á esta parte se han estado prodigando á colegios y academias? Será el monopo- lio, y por consecuencia el doble poder del saber, pro- piedad de una aristocrácia de riqueza? "Hay un método, á juicio del infrascrito, por el cual el Estado puede hacer que los fondos que se destinan á la alta educación, sean igualmente útiles para todos— poned á disposición del pobre aquellos beneficios, sin cercenar nada de lo que ya goza otra clase—y al hacor esto, ni disminuyáis el uúmero, ni comprometáis los intereses de los altos institutos de saber existentes.— Este método consistiría en distribuir tanto dinero co- mo se les distribuye—y mas si fuese necesario—pero requiriendo de ellos—que paguen y repaguen cada peso recibido de este modo—educando gratuita- mente LOS ESTUDIANTES QUE EE ESTADO DESIGNARE. "Este plan podría llevarse á cabo, reuniendo los distritos de escuelas en tantos distritos de academias o liceos, como los que hay actualmente. Exíjaseles á estos recibir anualmente de las escuelas comunes, y educar gratuitamente, un alumno por cada $____ 12— 00 — que reciban del Estado; debiendo loa colegios (insti- tutos) recibir alumnos del departamento gratuito de las academias, bajo é*l mismo pié. La elección ha de hacerse evidentemente sobre la base de las aptitudes educacionales, y el mérito general. "Hay varios métodos de realizar esto, que debo omitir aquí. Que el objeto es de fácil y pronta ejecu- ción lo ha mostrado la academia gratuita de la ciudad de Nueva York y otras instituciones análogas." "La academia de Nueva York presenta, en efecto, un ejemplo práctico, en una sola localidad, del plan propuesto para todo el Estado. Recibe de las escuelas comunes sus pupilos, bajo la base arriba indicada, y los educa gratuitamente. "El infrascripto ha visitado personalmente la insti- tución, examinado sus registros, investigado sus planes en detalle, y presenciado sus operaciones. Decir que ha sobrepasado en la práctica á los objetos que se tuvie- ron en mira al crearla, seria solo hacer un elogio débi- lísimo de los hombres á cuya filantropía debemos aque- lla institución, y cuya enerjia afianzo sus bases, ó del hábil cuerpo de profesores que presiden á sus estu- dios. Dentro de sus murallas—las marcas de castas y las distinciones de riqueza han desaparecido. Estas distinciones tan prevalentes en otras partes—preva- lentes en la mansión de los vivos y aun en los mauso- leos de los muertos—son allí de hoy mas, ignoradas. Los hijos del rico y del pobre, ni los unos ni los otros degradados beneficiarios,—pero si honorables cadetes de un gobierno paternal, se encuentran en un terreno en que ninguno tiene ventajas. Sentándose en los mismos bancos, prosiguiendo los mismos ramos de las altas ciencias, bebiendo de las mismas ricas fuentes de la literatura clásica, cultivando los mismos gustos elegantes, y adquisiciones personales, el infrascripto ha visto, con emociones que no intentará describir, á los representantes de casi todos los estremos, y de todo punto intermediario en condición social y pecuniaria—á los hijos de los comerciantes cuyos navios visitan todos los océanos, y á los de los empleados de sus almacenes, y de sus muelles—álos de padres cuyos nombres son his- — 01 — to'ricos en profesiones, en literatura, en artes, en ar- mas, y de la masa oscura y trabajadora, cuyos nervios soportan esta estructura social sobre ellos." No es ya la Academia gratuita da Nueva York el único colegio de ciencias altas puesto á disposición de los alumnos de las Escuelas. El colegio de Ginebra en el mismo Estado, ba sido convertido, por donaciones particulares, en colegio gratuito. Otro se ha abierto en Utica, y otro en Lockport. Este destino puede darse al Instituto Nacional, des- de que deje de ser pensionado de estudiantes de se- cundo o'rden, haciendo de él, el blanco y la aspiración tínal de los alumnos de las escuelas públicas. Sabe- mos que en la República Argentina se estableció', en la época de Rivadavia, un colegio de ciencias mora- les, al cual debían asistir de las provincias seis alum- nos distinguidos de las escuelas, y hemos visto por decretos recientes, que se ha tratado de renovar aquella institución embrionaria, pero que encierra el jérmen de la institución moderna. Como es la realización práctica lo que ñaquea entre nosotros, donde las buenas inspiraciones no faltan, se nos permitirá añadir algunos detalles que darán cabal idea del juego de estas instituciones. Como Nueva York, Filadelfía la segunda ciudad de la Union, acaba de erijir una Escuela Central, para complemento de las escuelas públicas del solo distrito de escuelas que forman la ciudad y sus alre- dedores. Es preciso añadir que aquella ciudad,para 440,000 habitantes, mantiene 286 escuelas públicas, de las cuales son 152 primarias, 35 secundarias, 55 escuelas de gramática, 142 no clasificadas, y una Normal para proveerlas á todas de maestros y de maestras, con asistencia de cincuenta mil alumnos, á las primeras. Las escuelas secundarias están dotadas como si- gue—Un principal $300, un primer asistente 200, un segundo 175, un tercero 150. Estas escuelas con cua- tro maestros y 775$ de dotación enseñan ramos mas altos que los que enseña alguna escuela de Chile que no conocemos. Las escuelas primarias tienen la si-guíente dotación. Un principal 250, un primer asis- tente 200, un segundo 175, un tercero 150, total cua- tro maestros y 775$ de renta. El número de alum- nos de todos estos grandes talleres de educación que van elaborando el educando hasta donde sus pa- dres le permiten educarse, es en término medio de 260 á 300 alumnos. Educación tan completa y tan al- ta es gratuita, bien entendido que la ciudad de Fila- delfia se impone por año la contribución de 411,303$ para sostenerla, lo que hace que la educación com- pleta de un nifio cueste cosa de 60 centavos por mes. Pero para que nada quedase por hacer con un edi- ficio suntuoso que ha costado algunos miles, y una su- ma de treinta mil pesos anuidos, ha fundado una Alta Escuela Central, para complemento universitario de las escuelas. La manera de admisión, y los ramos de estudios que en ella se cursan, no figurarán mal en escrito que tiene por objeto allanar las dificulta- des aquí, aun las quiméricas, para que se haga un grande acto de justicia, y desaparezca el error eco- nómico, que trae de veinte años postrada la educa- ción superior, secundaria y primaria. Un exámen previo se necesita para admitir un alumno en dicha Escuela, y como InsVentajas y exe- Icncia de su enseñanza son de todos codiciadas, se han tomado las mas esquisitas precauciones para evi- tar el favor d la admisión de sugetos que no hayan terminado su educación en las escuelas comunes. Pa- ra ello, un dia del año, el Principal de dicho estableci- miento pasa á los Principales de las Escuelas de gra- mática una circular, en la que anunciándoles que van á admitirse candidatos, establece las condiciones, para ser admitidos en la Alta Escuela, según las que, debe tener el aspirante doce años de edad, debe haber pasado al menos un año en alguna de las escuelas de Filadelfia y debe rendir exámen que muestre que es capaz de leer, escribir, pronunciar correctamente, y tiene un competente conocimiento en gramática, geografía, Historia de Estados Unidos, aritmética, algebra y niensuracion. Para asegurar la uniformi- dad en la prueba ofrecida respecto á la edad de h* — 93 — candidatos, y la duración del tiempo que han pasa- do en las Escuelas públicas, la Comisión de Ja Alta Escuela pide á los Principales de las de gramática, den á los candidatos un certificado firmado por el Maestro y la Comisión de escuelas que acredite aque- llas dos circunstancias. El modelo anuncia que el alumno ha estado no solo en la escuela de gramática 6¡no en la primaria y secundaria. Dase á cada solici- tante una targeta con un número de o'rden, y al re- verso las prevenciones siguientes. ul. ° Durante el exámen Vd. solo será conocido por el número que está escrito en su targeta. 2. c No escriba V. su nom- bre sobre ninguno de sus ejercicios, de lo contrario será desechado. 3. ° Escriba sus números en lo alto de cada ejercicio de una manera visible. 4. 9 Escri- ba también en lo alto de cada pajina el asunto del exámen. 5. ° Numere cada respuesta de manera que corresponda con el número de las preguntas. 6'.° Cuando se haya concluido un ejercicio, páselo Vd. al Profesor, y retírese al patio. 7. ° Evite Vd. toda conversación y comunicación con los otros can- didatos. 8. ° No traiga Vd. ningún libro, de ninguna clase de exámen. 9. ° Tenga Vd. cuidado de no perder esta targeta, la cual será reclamada al fin del exámen." Llegado el dia del examen, todos los candidatos se reúnen en las bancas de la Alta Escuela con lápiz, pizarra y papel por delante para dar por escrito sus respuestas. Los programas de preguntas son fijados todos los años, y tenidos en secreto hasta principiar el acto. Un profesor hace leer á cada candidato se- paradamente un trozo de prosa y otro de verso. El profesor de pronunciación dicta una serie de pala- bras, y antes que ninguno pueda correjir lo que ha escrito se recogen las pizarras numeradas, para ver « como han escrito las palabras. Debo prevenir que no habría en Chile sino diez niños de doce años, cuán sencilla es nuestra pronunciación y ortografía que re- sistan á esta parte del exámen, á causa de la imper- fección de la enseñanza en este ramo, y como en se- guida son examinados los alumnos en el sentido de— 94 — • ras palabras, me permito añadir que nuestros alum- nos de colejio no pasarían de aquí tampoco. El programa de cuestiones sobre geografía á que tuvieron que responder en 1850 fué el siguiente : "1 P Describid el Estado de Luisiana, dadle sus lí- mites y el nombre de su capital—2?- Dibujad un mapa de los Estados Unidos indicando el curso de los siguientes rios: Mississipi, Hudson, Delaware— 3 P Esplicad el sentido que en geografía tienen las siguientes palabras: ártico, antártico, trópico, latitud, lonjitud y zonas—i P Dónde están' las. siguientes ciudades: Barcelena, Aviñon, Bruges y Lubeck— 5P El nombre de los Estados de Sud América, que están á la orilla del Océano Pacífico—6 P Haced un viaje imajinario por tierra desde Filadelfia á San Francisco en California, nombrad los Estados, ciuda- des principales de loa paises que debéis atravesar— 7 P Como está dividida la Italia ? Nombrad sus principales ciudades y rios—8? Describid el Africa Oriental; nombrad los diferentes paises que incluye y decid lo que de ellos se sabe—9 P Donde esián los siguientes rios en Asia: Lena, Cambodia, Don, Cash- gar, y donde desembocan—10 P Donde están los si- guientes lagos en Europa: Onega, Wener, Ginebra: Qué tamaño tiene cada uno de estos lagos." El exámen de historia tuvo el siguiente interroga- torio : "1P Dad un pequeño conocimiento de Pedro Ptweyssant—2? Mencionad dos circunstancias que tengan relación con la fundación de Georgia—3 ? Al principio de la antigua guerra francesa (1754) cuál era la situación de las posesiones francesas en Norte América, y cuáles fueron los designios de los france- ses?—4 P Qué intento' hacer Sir Henry Clinton para detener la marcha de Washington al Sud en 1771?— 5 P Dadme una relación de las medidas financieras de Alejandro Hamilton, como secretario de Hacienda bajo Washington—6 P Mencionad tres importantes medidas del mayor de los Adams—7 P Porqué arre- glo con Napoleón adquirid Jeffersson la Luisiana?— 8 P Haced una pequeña relación del crucero del Ca- — 95 — pitan Porter en la fragata Essex—9P Cuáles fue- ron el carácter y objetos de la convención de Hartford, y cuando fué celebrada?—10 P Haced una relación breve de la guerra que sostuvo Jackson en Creek en 1813 y 14." Sobre la Constitución de los Estados Unidos res- pondieron al siguiente interrogatorio : "1 P Dadme alguna noticia de los pasos que con- dujeron á la adopción de la presente constitución de los Estados Unidos?—2P Repetid el preámbulo de la Constitución—3 P Cuáles son las calificaciones que debe tener un Representante?—4? Cuál es la actual porporcion de Representantes, con respecto á la po- blación?—Cuántos Representantes deben tener los si- guientes Estados: Virjinia, Ohio, Pensilvania, Mas- sachusets, y Mississipi? 5p Cuales son las califica- ciones para un Senador? 6. ° En qué respecto difieren las calificaciones de un Senador con las de un Repre- sentante ? 7. ° Que poderes niega á los Estados la Constitución? Cuales son las calificaciones del Pre- sidente de los Estados Unidos ? Que es traición con- tra los Estados Unidos? Describid los pasos necesa- rios para enmendar la Constitución de los Estados Unidos ? Para el exámen de gramática estaban destinadas las siguientes preguntas : "1 * Que regla de pronunciación violaría uno si si- tabáse la palabra submitted, con una sola /, de este modo submited. 2. p Dad cinco ejemplos de los plura- les de los nombres propios adoptados sin cambio, en el ingles, de lenguas estrangeras—3.50 Cuál es la regla general para la formación de los casos posesivos? Cuáles son las escepciones de ésta regla ? 4. ° Dad los pretérito pasados y los participios de cada uno de los siguientes verbos, fiy, lade, lie, and bear (so- portar.) 5. ° Cuáles de los verbos auxiliares son tam- bién usados como verbos principales? 6. ° Conjugad el verbo to wear en la voz pasiva, modo indicativo, y segundo pretérito. 7. • Cuando un pronombre es usado para representar una parte de una sentencia, en que persona, número y jénero debe estar ? 8. 0— 96 — Qué debe cuidarse para hacer uso del pretérito pasa- do y del participio perfecto? Dad algunos ejemplos de los errores comunes que nacen de inatención á este punto. 9. ° Si la siguiente sentencia es incor- recta corregidla, y dad las razones de la alteración que hacéis: / wrote to and cautioned the captain against it. 10. Dad tres reglas de puntuación apli- cables á la coma." A esto se añade un trozo para analizar, y las faltas cometidas en la escritura y re- dacción de todas las respuestas sirven para comple- tar la idea de la suficiencia del candidato. La aritmética se divide en dos secciones. "¿ Qué se entiende por la mayor medida común de varios nú- meros, y como puede encontrarse? 2. ° Dad las dos reglas para reducir fracciones á un común denomina- dor. ¿No se alteran sus valores? Si el mismo núme- ro fuese sustraído de numerador y denominador de una fracción, como se afecta el valor de la fracción? Porqué? 4. ° Dad la regla para dividir decimales, y dad la razón para poner la coma «n el cociente, se- gún la regla. 5. ° Cómo debéis reducir un décimo á fracción común? 6.° Dad la regla de división com- puesta: 7, ° Dad la regla para plantear y resolver cuestiones en proporciones. 8. ° Dad la regla para computar intereses al 6 por ciento, cuando el tiempo está espresado en meses, y también cuando el tiem- po está espresado en dias. 9. ° Definid involución y evolución. ¿ Que se entiende por la raiz cúbica de un número ? 10. Que e? progresión geométrica? Dad la regla para encontar la suma de los términos." Las cuestiones prácticas de aritmética fueron las siguientes : 1? Multiplicad 4 de 1 f de 12 i por 2J- de ¿ 2? Simplificad \\ X 4—H X f i( y 1_i3 s¿ i ji « 1 T4 r\ 3 3. 9 Reducid dos cuadras 97 varas, 2 pies, 4 pul- gadas, á fracción de una milla. 4. ° Hallad el valor de 0,7 do 2 libras esterlinas, y espresadlas como decimal de una libra. 5. ° Si 48 hombres pueden hacer una obra en 1C — 97 — dias de 9 horas cada uno en cuantos dias de á 12 ho- ras podrán hacer la misma obra 64 hombres ? 6. ° Hallad el interés de $9999,99 por 19 meses 29 dias al seis por ciento. 7. ° Sacad la raiz cuadrada de 0,0789, en tres lugares decimales. 8. ° Estraed la raiz cúbica de 7759 á tres lug. decim. 9. ° El primer término en la progresión jeomé- trica es 1, el último término es 21, y el número de términos 11, se pide la suma de la série. 10. Los estremos de una progresión jeométrica son 1 y 65536, y la razón 4. ¿Cuál es la suma de la série? Cuestiones de Aljebra. |. ° Sumad 3 x + 5 y—6 z -+- 1—2 x—9 x—8 y +, 20 x 2 y—32, 2—x -f y—4, y 7—x + z. 2. ° Dados 21 x -f 15—5 x—1=27—5 x + 11 x— 3 + 10, hallar x. 3. 9 -Un hacendado recibió' $54 por 100 bushels de grano, consistiendo de centeno de 72 cent, y avena de 15 cent, bushels. ¿Cuantos bushels eran de cada clase? 4. ° Cuando una ecuación contiene fracciones, co- mo pueden ser destruidas? 5. 9 Encontrad un número cuya cuarta parte exeda su quinta parto por 17¿ ? 6? Sustraod-y*—3 y+4-f 7 x—y de 4 x—|. 5 4 7. ° Un hombre tiene ahora 30 años de edad y su hermano 20. En cuantos años tendrán ellos como 5 á 4? 8. ° Dad la primera regla de esterminar una can- tidad incógnita ? 1.° Dados 2 x X 3 y=7, y 8 x—10 y=6: hallar x é y por cada regla. 10. Dados x—y—z=5, 3x + 4+ y 5 z 52, y 5 x— * Y—3 z=32; hallar el valor de x, y, z. Mensuracion : 1 ? Qué es línea recta ? 2? Cuándo se dice que una línea es perpendicular a otra? 3? Cuáles son líneas paralelas? Cuál es un círculo? 4? Cuál es la cuerda de un arco ? Cuál es la 13— 98 — área de un cuadrado cuyo tamaño es de 4 pies y 2 pulgadas? "5 P Cuál es la área de un triángulo, cuya base es 67 yardas, y su altura 14.5 yarda. 6 ? La base de un triángulo de ángulo recto, es 38 cadenas, y la perpendicular 41 cadenas, se pide la hipotenusa? y, pídese la área de un trapecio, cuya dia- gonal es 44 yardas, y las perpendiculares 21, 28 yar- das. 10. Cuál es la circunferencia de un círculo, cuyo diámetro son 7 pies." Para la escritura no se pide otra prueba que la que han dado al escribir sus respuestas, que de ordinario ocupan doce d quince pájinas en folio. Cuando el exa- men está terminado, y las marcas puestas al lado de cada candidato sumadas, y tomado el término medio, se determina admitir los que han alcanzado á cierto punto de buenas marcas. Por ejemplo si las vacantes que van á llenarse son 105, y por la lista de la pro- porción inedia se encuentra que hay 105 candidatos que alcanzan á 5.2 en una escala cuyo máximum es 10, entonces se admiten todos los candidatos que ten- gan de 5,2 para arriba, desechando é los que tienen menos de 5,2. Reunidos los candidatos en un salón, se les llama por sus números, y respondiendo por la tarjeta que cada uno tiene, se les pregunta por la pri- mera vez su nombre y el de la escuela de donde vie- nen, lo cual se comprueba por los certificados recibi- dos, con lo que puedan admitidos y se retiran. De este modo en 1850, de 205 candidatos que se pre- sentaron, 110 fueron desechados, y 95 admitidos, cu- yo término medio de asistencia á las escuelas inferio- res había sido de 5 años, 6 meses, 7 días. La Alta Escuela cuenta en 1853 con 515 alumnos, y el edifi- cio nuevo, construido para su uso, se estrenó en 1854. La Comisión, para dar una idea de los resultados obtenidos, publica todos los años las ocupaciones de los padres de estos alumnos, y la nomina que hemos dado de Nueva-York, puede servir para juzgar de los efectos admirables que produce, prodigando los tesoros del saber á hijos de porteros, banqueros, mé- dicos, carniceros, &a. indistintamente. — Oí) — No linbria terminado la tarea que me he impuesto, gino diese cuenta de los ramos que se enseñan en este Instituto de las escuelas públicas de una ciudad culta. Cuando los alumnos han rendido satisfactoriamen- te su exámen, se pasa á los padres una circular con- cebida en estos términos:— "Señor: Los Contralores de las escuelas públicas, deseosos de dar á los compatriotas confiados á su cuidado en la Alta Escuela Central, un curso de ins- trucción tan completa como sea posible, en el tiempo que los padres puedan consagrar á aquel objeto, y adaptar el carácter de la instrucción á la carrera á que destinan á sus hijos en adelante, ha hecho los si- guientes arreglos de los estudios de la Escuela. "1.° El principal curso.—Principia á la entra- da del niño en la escuela, y dura cuatro años, inclu- yendo todos los estudios seguidos nm esta escuela, ecepto latín y griego. El principal curso se recomien- da á los padres, que destinan sus hijos á carreras que tengan relación con el comercio, las manufactu- ras, y las artes mecánicas. "2. ° El curso clascico—Este principia también á la entrada del niño en la Escuela, y dura cuatro años, incluyendo todos los estudios seguidos eu la Es- cuela, ecepto francés y español. Este curso se destina á- aquellas personas que se proponen dedicar á sus hijos al profesorado, d para alguna profesión ó negocio en que el estudio de las lenguas muertas sea útil. '•3. ° El curso ingles.—Este principia á la en- trada del niño á la Escuela y dura solo dos años. In- cluye todos los estudios de los otros cansos durante l°s primeros dos años, ecepto idiomas. Las horas des- tinadas al estudio de las lenguas son ocupadas, pol- los que toman el curso ingles, con algunos de los mas avanzados estudios del tercero y cuarto año, como Física, Química, y Economía Política. Estos estudios sc recomiendan á aquellos estudiantes, cuyos padres ''abrán de reclamar sus servicios á la vuelta de dos años. "De esta csplanucion queda de manifiesto (pie el •— 100 — único punto do diferencia de los tres cuísos está en el modo de emplear las horas destinadas al estudio de las lenguas. Estas horas son empleadas por los estudiantes del primer curso en el francés y el espa- ñol; por los del segundo en el latin y el griego; por los estudiantes del curso ingles, en el estudio de al- gunos ramos de ciencias á que asisten los estudiantes de los otros cursos en el tercero y cuarto año, y que se consideran de mas importancia práctica que un parcial conocimiento del latin d del francés." "Rogamos á Vd. respetuosamente se sirva escojer para su hijo uno de los cursos. Los estudiantes de los diversos cursos que son admitidos al mismo tiempo, asisten a una sala común, y dan lección juntos durante todas las horas, escepto aquellas que se consagran á las lenguas. Su hijo, por tanto, tendrá las mismas ventajas de general disciplina, cultura moral, com- pañías, cualquiera que sea el curso que elija." No siéndonos posible entrar en todas las subdivi- siones, mecanismo, y estension de los ramos enseña- dos, nos limitaremos á enumerar los cursos. I. Departamento de francés y español—En 8 térmi- nos. El último consta de tres lecciones por semana, lecturas sobre historia de la literatura francesa, exá- men 100 pájinas de las narraciones cientüicas de Pi- cot, en francés, y 30 de Don Quijote, en español. II. Departamento de latin y griego—En 8 términos. Exámen final 600 líneas de las sátiras de Horacio, con ilustraciones sobre Prosodia y de las Antigüeda- des: en griego, 30 pájinas de la Cyropedia. III. Extra inglés—Para el tercer curso. Economía política, física, y química. IV. Departamento de inglés, Historia general, lo- cal, trigonometría, delincación, navegación, tenedu- ría de libros, fonografía y elocución, anglo-sajon y primitiva historia del inglés, como derivado del sajón, del latin y del francés: lecturas de autores antiguos &a. V. Bellas letras—Composición escrita, retorica, W jica, Historia de la Civilización por Guizot para en- señar á razonar la historia, elocución. VI. Historia—Historia de las Escuelas Públicas de — 101 — Fdadeltia, una lectura, y una recitación oral por se- mana, á mas de un ensayo escrito de discurso, de no menos de diez pájinas, acompañado de dibujos de varias escuelas, en coneccion con la historia de su erección. Historia de otras instituciones públicas de Filadclfia, por otro profesor. Entre estas institucio- nes se enumeran, el Hospital de Pensilvania, el de Locos, los varios colegios de Medicina, la Universidad de Pensilvania, el Colejio Giran!, las Bibliotecas &a. El segundo término abraza la historia de la casa de Refujio, de la Penitenciara, de la Institución para los sordos mudos, las obras hidráulicas, las obras del gas, y las demás obras públicas. Historia de Grecia por otro profesor. Tercer término—Historia de Pensilvania—Histo- ria de Roma: de Inglaterra—Historia general. Vil. Departamento de Ciencias Morales, mentales y políticas. Estudio de las constituciones federal y de la del Estado—Economía política—ética práctica— ciencia moral. VIII. Matemáticas y astronomía. Aljebra, con ecua- ciones cuadráticas, logaritmos y sus aplicaciones— Uranografía—uso de globos terrestres y planetarios— Uso de los instrumentos astronómicos en el observa- torio—Jeometria analítica—Astronomía—Métodos de determinar la longitud, latitud, tiempo &a. en tierra y en mar—uso práctico de los instrumentos del ob- servatorio. IX. Matemáticas practicas. Trigonometría es- férica—trigonometría plana y mensuracion. Delinca- ción—modos de dividir tierras—variaciones de la aguja magnética—uso del teodolito, planos, topogra- fía. Navegación—Astronomía náutica—Descripción de los instrumentos náuticos—construcción y solución instrumental de los triángulos esféricos—hallar la declinación del sol—la latitud por observaciones—por la altura meridiana de la luna—por la de un plane- ta, por una doble altitud—hallar en el mar el tiempo por la altura del sol, &a. &a. &a. Manejo de las velas. X. Departamento gráfico. Dibujo, caligrafía, teneduría de libros y fonografía. Dibujo mecánico.— 102 — XI. Departamento de anatomía, fisiología é historia natural—Cirujia y medicina doméstica. XII. Física y Química—fenómenos del calor y de la luz—construcción de los termómetros y su uso—ca- lor radiante específico y latente. Licuefacción, evapo- ración, vapor como poder—descripción de la máquina de vapor—instrumentos ópticos—Microscopio, Teles- copio—linterna mágica, Cámara oscura y daguerreoti- po—Teoria del círculo voltaico simple y compuesto con todas sus aplicaciones &a. Otro tanto en la Química. Facilitan los cursos aparatos completos de física y de química, y una biblioteca de autores. Al concluir los cursos, se rinde un examen para recibir Jos diplomas, cuyos programas se preparan todos los años por los profesores, y de que por brevedad omitimos mues- tras curiosas é instructivas. El entendido lector ha hecho yn sus observaciones, sobre los efectos de estas instituciones en los progre- sos de la riqueza, de la moral, de la dignidad y altura de un pueblo. Nosotros llamaremos la atención sobre un punto que cuadra con el plan de este trabajo. Se ha visto ya como cada alumno, bajo la dirección de un hábil profesor, tiene que estudiar la historia de las escuelas primarias de su patria, su origen, su desar- rollo, sus objetos, su mecanismo y escribir sobre ellas. Otro tanto sobre la Penitenciaria de Pensilvania que es una escuela que mandan todos los gobiernos de Europa visitar por medio de agentes especiales, á fin de imitar sus combinaciones de severidad y filan- tropía para curar la enfermedad contagiosa del cri- men, que se apodera del hombre. Otro tanto con los hospitales, los caminos, los monumentos, las institu- ciones filantrópicas. ¿Ño es este un curso de patrio- tismo con láminas y objetos de bulto? ¿No descubrís aquí el arte de enseñar la caridad á los hombres por principios, apasionarlos por todo lo que es bueno, li- garlos por decirlo así á todos los filántropos que les han precedido y legado tantas obras de piedad, de amor al prójimo, de ornato, y utilidad, para que si- gan sus ejemplos, se reputen sus continuadores? Pe- did á nuestra educación universitaria noticias de los — 103 — que ligaron al Hospital de Hombres las cuantiosas sumas que hoy alivian tantas dolencias, quienes eran, como vivieron y cuando? Preguntadles quienes han hecho en nuestra época nuevos legados, y quien ha fundado escuelas, o la Penitenciaria, d algo que in- terese al cultivo de virtudes sociales. Examinad si han leído en diez años una palabra sobre escuelas, y meditado lo que esa que llaman instrucción primaria, cual si dijeran trapos, hablando de géneros, importa para la dicha de los pueblos, para la riqueza de las naciones, para la dignidad del género humano; mi- rad sus fisonomías impasibles, su desden apenas di- simulado, y entonces conoceréis el fruto de efas añe- jas instituciones, de ese Instituto amasado de insu- ficiencia práctica, y de esclusiones y de favoritismo de clases, y lamentareis con nosotros que la república, la libertad, la igualdad, la caridad, la riqueza nacio- nal sean nombres vanos, plantas aplastadas bajo es- combros de un modo de ser heredado, y de ideas, preocupaciones y hábitos que se perpecuan. De todo lo espuesto concluyo que la clasificación de instrucción primaria debe ser abolida, haciendo de toda la instrucción dada en Chile un solo sistema, es- labonándose de tal manera, que quien haya de recibir educación superior ó profesional pase forzosamente por las escuelas primarias, de estas á las secundarias, y de estas á los liceos, dejando solo las profesiones científicas del médico, del sacerdote, del abogudo, y del injeniero en línea separada. Solo asi pueden vol- ver los padres de familia los ojos hacia las escuelas primarias, y reputarlas ligadas á su afección y cuida- do. Solo asi se puede dar armonía y unidad á esos fragmentos dispersos hoy. El ejemplo reciente de pueblos muy duchos en el arte tan nuevo aun de derramar fructíferamente la instrucción ha respondido ya por nosotros, á la cues- tión propuesta á este respecto. La esperiencia ha ha- blado ya. ¿Qué nos queda á nosotros que decir? Es á la administración que incumbe escojer los medios adecuados de ejecución.Sistema que convenga adoptar para procurarse rentas con que costear la Instrucción primaria. Todavía nos es necesario tocar puntos que perte- necen á la cuestión anterior, pero que ligándose in- timamente con la renta, hemos debido reservar para este lugar. Las Escuelas actuales están costeadas y sosteni- das esclusivamente por el Estado, inspeccionadas por él, rejenteadas por maestros que él nombra d educa, y provistos sus alumnos de todos los libros y testos necesarios para la enseñanza por la munificencia del Estado. Los padres de familia envian sus hijos á aprovechar de la instrucción dada gratuitamente, sin curarse de cosa que tenga relación con esa educa- ción que nada les cuesta, que está confiada á buenas manos, atendida por el mas celoso de los padres, el gobierno, y sostenida por el mas munificente de los propietarios, el tesoro público. Ningún apremio compulsa al padre indolente á participar de este banquete puesto á la disposición de todos, y muy culpables serian los que no aprovecha- sen de sus viandas. Esta es la teoría. Veamos la práctica. Ya se ha visto como no se educan en las escuelas de la Repú- blica de entre 179 mil niños de 7 á 15 años de edad mas que 37,565. Hay pues la diferencia entre estas dos cifras en niños que no han aceptado el don gra- tuito. Los que lo aceptan, como asisten voluntaria- mente, dejan la escuela cuando sus padres lo desean, siendo raros los niños que asistan mas de dos d tres años, con lo que la instrucción se limita de ordinario á la lectura, escritura y cuatro primaras reglas de arit- mética. Este hecho lo revelan, sino estuvieran ahí los maestros para proclamarlo, la desproporción de las cifras de los Estados del Ministerio. Como la asis- tencia es voluntaria, y la escuela estará ahi siempre abierta, y nada se pierde, las fallas á la escuela son tales que solo en las ciudades, y los niños de ciertas — tas — clases, concurren la mitad del año, con lo que los di- neros invertidos por el Estado no producen resultado alguno, cual si depositara un liquido en un vaso aguje- reado. Como los locales de escuelas son estrechos y siendo voluntaria la asistencia, asisten los hijos de aquellos padres que mas noluntad sienten de educar á sus hijos, v son los que por posición social, fortuna d educación, estiman las ventajas de la instrucción, si se cuentan en el catastro los propietarios de fon- dos rurales, y se les añaden los que los poseen urba- nos en las ciudades, los comerciantes,, mineros, los ge- fes de taller y otros industriales que poseen medios de vivir, resultará número igual ó mayor de familias aco- modadas que niños asisten á las escuelas; saliendo por ultimo resultado que el tesoro público, PAGA EN TODA LA REPUBLICA LA EDUCACION SOLO DE LOS QUE TIENEN MEDIOS DE EDUCAR, y lo harían si otro no se encargase de hacerlo por elle s; quedando toda la masa de habitantes del pais que no posee un terreno para pagar el catastro, ú edificios en las ciudades, o una tienda d taller destituida de educación. Este no es el juego. "El Estado, decia Mr. Guizot, da la educación y la instrucción á aquellos que sin su ayuda no podrían recibirla, y se encarga de procurar- la á los que quieran recibirla de sus manos." "La en- señanza en las Escuelas comunes, decia el año pasado el Secretario de Estado Randall en Nueva York, es barata para todos, y absolutamente gratuita para los que no poseen recursos." En Chile hemos aplicado de otro modo el gran principio de la educación gratuita que tiene por base y objeto educar á los que no lo ha- rian sin la concurrencia del Estado, con los fondos que emplean en educar á los suyos los padres pudientes d acomodados, d en fin que educarán de todos modos a sus hijos por que un general, un comerciante, un propietario, un minero, un ministro, no dejarán de llenar este deber por escasez. No citaremos las leyes de los países que como Prli- sia, Holanda, Bélgica, Massachusets y Pensilvania, establecen una contribución directa especial para esto 14— 100 — objeto, ni las de Francia para tomar de las contribu- ciones directas que paga cada localidad los fondos que han de proveer á esta necesidad local. Ni nos apoyaremos en las palabras del ministro de Estado ya citado que decia en el mismo mensage: "La pre- sente contribución de ochocientos mil pesos, impuesta sobre la propiedad, no constituye enteramente gratui- tas nuestras escuelas, como su titulo parece indicarlo, en el sentido de quedar esceptos los vecinos de pagar honorarios por la enseñanza. Prorrateos para pagar alguna parte del salario del Maestro han sido colec- tados en muchos^ sino en todos los distritos del Es- tado. Pero para los pobres, las escuelas son ahora co- mo bajo las leyes anteriores á 1849 (fecha de la ley que impone la contribución de 800,000 pesos) entera- mente gratuitas." Y en efecto, en la cuenta de inver- sión de los fondos de escuelas de aquel año encon- tramos, no obstante los 800,000 pesos de contribu- ción directa, no obstante los 260,000 ps. del fondo permanente de escuelas, las siguientes partidas : Colectado por contribución de distrito. 429,971 Colectado por prorrateo............. 224,010 Idem para comprar sitios de escuelas. 20,750 Idem para edificar.................. 209,255 Idem para reparar....... .......... 73,745 Idem para alquilar.___............. 8,882 Idem para asegurar idcm....... ...... 3,846 Idem para leña.................... 76,989 Idem para estantes, libros y aparatos. 14,141 Idem por otros objetos.............. 73,354" Como se vé esas enormes sumas son de utilidad local, y por tanto la localidad las paga, pues no seria justo que la contribución de escuelas de 800,000$ pa- gada proporcionalmente por la propiedad de cada uno en todo el Estado fuese á emplearse en edificar escue- las á un lugar que no las tiene. Qué ! Un estado como Chile, pobrísimo de rentas públicas, desprovisto todavia de caminos, puentes, calzadas, y obras de común interés, se encargará vo- luntariamente de cumplir él con sus rentas, los de- beres que Dios, la naturaleza, la patria, la civiliza- — 107 — cion y el propio interés imponen al padre de familia pudiente de dar el mas alto grado de educación á sus hijos? Si las escuelas públicas gratuitas no die- sen educación al hijo del comerciante, del hacendado, del noble, del banquero dejaría este de darla? Si el local de la escuela es pequeño, no será el hijo del pa- dre mas solícito, el que ocupe sus bancas? Como es- pera el gobierno que los padres se impongan una con- tribución, d levanten edificios de escuelas, d se acer- quen á ellas á inspeccionar la enseñanza, si antes los ha habituado á destinar á sus propios goces el dinero que habrían empleado, sin la oficiosidad del Estado, en educar bien a sus hijos? Cree el gobierno que la indiferencia del público educado, en materia de ins- trucción primaria, y las resistencias de los cuerpos lejislativos son hechos raros y singulares, que no tie- nen su orijen en la naturaleza de las cosas ? Oiga lo que á este respecto escribía Mr. Mann en 1847: "Donde el gobierno no ha establecido un sistema de educación, queda esta abandonada naturalmente al cuidado de los particulares—Los que comprenden las ventajas, y es siempre una pequeña minoría, sos- tienen escuelas apropiadas á sus necesidades, con lo que la mayoría queda sin medios adecuados de ins- trucción, y la masa crece en la ignorancia. De aqui resulta andando el tiempo, que aparecen las mases- tremas desigualdades, la clase de los que se-educan y la clase de los que no se educan. Establecida una vez la desigualdad, su tendencia es crecer y redo- blar de jeneracíon en jeneracion, y es/o es solo una parte del mal. Suponed que después de haber exis- tido, aunque sea por poco tiempo, un orden de cosas semejante, algunos mas filantrópicos, á mas hombres de estado tratan de sostituír un sistema universal al parcial. Sus sabios y benevolentes designios, en- cuentran inmediatamente la oposición? "Vuestro plan dic«n no ha sido aun probado y te- nemos derecho de dudar de su bondad. Nuestros hi- jos tienen maneras y educación (son decentes) y no debemos de consentir en que vayan á confundirse con •os otros. De este modo las clases mejor educadas de— 108 — la sociedad, que debían ser los promotores de los co- nocimientos y mejora de sus inferiores, oponen una barrera insuperable á la educación." Esto sucede y debe suceder necesariamente donde no hay sistema general de instrucción. ¡Que sucederá en país como Chile, donde el Estado, lejos de haber dejado á las clases eduoables el cuidado de proveer á la educación de sus propios hijos, les hace la caridad de instruirlos con las rentas del tesoro nacional, for- mado principalmente de los derechos cobrados sobre el tocuyo que viste el pobre, sobre el tabaco que fuma, sobre la azúcar que consume ? ¿No es cierto que po- bres y acaudalados pagan la educación gratuita que se dá en el Instituto, nominalmente para todos, pero en realidad para los niños que la aprovechan que son los mas acomodados y por tanlo los que mejor saben apreciar sus ventajas? ¿Estraña ahora el go- bierno que la en una época Cámara de Diputados, compuesta de alumnos del Instituto, y en otra el Senado compuesto de ricos propietarios se hayan opuesto tenazmente á la fundación de un sistema ge- neral de instrucción primaria? ¿Pueden asi violarse las prescripciones del mas vul- gar buen sentido, sin obtener las consecuencias de ta- les desaciertos? Es la naturaleza humana en Chile de otra pasta que en el resto del mundo ? ¿No se ven los mismos efectos ruinosos obrados por el sistema protector, que hemos denunciado en el Ins- tituto, traídos por la mano misma del que mas se afana por difundir la educación, como la madre indis- creta que por preservar la salud de su hijo lo man- tiene á la sombra, lo envuelve en ropas abrigadas, y le impide los juegos que vigorizarían sus fuerzas, darian energía á sus pulmones, y curtirían sus cutis para resistir mas tarde á la acción de la atmósfera? Quiérese todavía otro ejemplo deplorable del siste- ma de protección? Vamos á citarlo, por que es pre- ciso corregir este error económico que mata todo cuanto toca, y mata precisamente al objeto de su pre- dilección. Por decreto de Diciembre de 1853, el Esta- do descoso de impulsar la difusión de la cnseñan/ar — lüí) — se encargo de la venta de los libros que la servían de testos, poniéndolos él en los lugares donde sn consumo era requerido á precios de fabrica, sin utili- dad de comercio, y sin reembolso de fletes, ni comi- sión que debían imputarse al capital. Los pobres debían recibirlos gratis, medíante un boleto, y los pu- dientes obtenerlos á precios ínfimos. Como se vé, la medida no puede ser tachada de otra cosa que un exeso de celo; pero las consecuencias económicas no se hicieron aguardar. Como los libros que así ven- día á precios de fábrica, quedaban por el hecho de- clarados de utilidad pública, la fábrica que los pro- ducía y que había sido montada con grandes capitales, máquinas y material adecuado, precisamente para hacer bajar los libros á esos precios ínfimos á que los compraba el Estado, se quedo sin compradores de sus productos, sustraídos ya á la especulación del comercio, y desde entonces hubo una fábrica en Chi- le y un comprador único, y comprador privilejiado que no necesita productos sino cada dos años, ni tiene obligación de tomarlos de quien le subministro los primeros. Hubo, pues, una fábrica arruinada y una necesidad mal servida, sin otra utilidad que el que los que pueden comprar libros, gasten diez d treinta centavos menos en adquirirlos á precios de comer- cio. Y sobre quien eréis que vino á dar de rechazo la medida protectora? Sobre el hombre que había in- molado quince años de tiempo á la disfusion de la instrucción primaria, sobre el que la habia provisto de libros indispensables, y no contento con respicar y an- dar en la procesión, hizo venir de Francia un tipo'gra- fo librero, á fin de montar la industria que educa para abaratar los libros al infinito, persuadido de que, el medio de difundir la instrucción era hacerla barata en sus costos. Aun no habia logrado reponerse de quebrantos causados por la guerra civil, cuando la mano protectora del Estado vino á hacerse sentir so- bre sus débiles hombros. Es preciso poner término á este deplorable siste- ma, que ya ha producido todo el bien que podía, y en adelante vá á hacer solo fuente inagotable de— 110 — males. Pídese un sistema conveniente, según las cir- cunstancias del pai?, para proveer de rentas á las escuelas, y nosotros nos atrevemos á indicar el único que la naturaleza, la justicia, y el buen sentido recla- man, á bien que para aplicarlo, por ser de un orden puramente reglamentario, no requiere el concurso de los cuerpos colegisladores que basta hoy se han nega- do á poner mano en la regeneración de nuestro mo- do de ser. Llénense escrupulosa, inapeable, rígida- mente los objetos de la intervención del Estado en la instrucción primaria que están circunscritos "á dar educaciou á los que sin su auxilio no la obtendrían." Haga la educación barata para todos, y absolutamente gratuita para los que no puedan procurársela;" pero en todo caso, que cese la inmoralidad, la corrupción de sostituirse el Estado é los padres de femilia en los deberes que ellos deben desempeñar. El Estado cuida de dar educación á los que sin su ausitio, no la recibirían, porque la constitución niega los derechos de ciudadano chileno, al que nacido en su territorio, no supiere leer desde 1840 adelante, y en el pais donde se tributa un culto rígido á la letra de la constitución, no han trepidado las clases educa- das en violar el testo literal de la constitución, proro- gando esos términos indefinidamente á trueque de no organizar la instrucción primaria. El Estado cuida de dar educación á los que sin su ausílio no la recibí- rian, porque es en esa clase donde las cárceles, los presidios, la penitenciaria, las galeras, las casas de corrección de mugeres, los hospitales, los hospicios, las casas de espo'sitos recluían el contingente de sus moradores, imponiendo al pais enormes gravámenes en los gastos que las prisiones y asilos demandan. El Estado cuida de dar educación, á los que sin su ausilio no la recibirían, por que esas masas ignorantes de mugeres y de hombres que aumentan las cifras del censo son inútiles para la producción, no acresciendo la riqueza nacional, fuente de la renta y base única del poder del Estado, tanto tienes tanto puedes, sino en cuanto ganan un salario, por la fuerza bruta de sus brazos, mas débil que la de un caballo; y cuyo salario derrochan el domingo en orjías degradantes, con cu- yos abusos la moral se deprava, las familias quedan en la destitución, y la salud deteriorándose, la morta- lidad se aumenta, al paso que la riqueza se detiene en su desarrollo. Educar pobres, es pues aumentar el número de los que pueden ser ricos, es decir acrecer riqueza al total de riqueza del Estado. De hoy mas, y por un simple decreto, todas las es- cuelas públicas, y por un acuerdo las municipalida- des no aceptarán alumnos sin un boleto de declaración de pobreza, cobrando á los que no lo obtengan, pré suficiente y equitativo por la enseñanza que reciben sus hijos. Esta medida dará de un golpe doscientos á trescientos mil pesos para fomento de la instrucción pri- maria. El Estado no impone una contribución, sino que cobra un valor suyo, dá educación, y recibe el valor de ese precioso don. Qué sucedería? ¿Habrían padres que se negasen á pagar lo que deben, preten- diendo ser un derecho suyo, ahorrarse los gastos de educación de sus hijos'? Retirarían á sus hijos de las escuelas públicas, en lo que también están en su dere- cho; pero como han de darles forzosamente educación, fomentarían escuelas particulares pagándolas á mas subido precio, con lo que la instrucción ganaría do- blemente; con las nuevas escuelas, y con el hueco que sus hijos dejarían en la escuela pública d municipal, que ocuparía inmediatamente uno menos exijente ó menos acaudalado, y podrían educarse treinta mil niños mas de aquella masa quedemos denunciado como imposibilitada de recibir instrucción ninguna. En los liceos de provincia, se hará otro tanto, exijien- do exámen previo de loé'alumnos recipiendarios que muestre traen de escuelas públicas d particulares, el grado de instrucción que el gobierno repute necesa- r¡a. O aceptan las condiciones" del Estado, d fomen- tan la fundación de Liceos particulares, con gran pro- vecho del gremio de profesores hoy disperso y anula- do. El Instituto debe esperimentar la misma trans- formación dejando inmediatamente de ser posada. Ignoramos cual es la letra y la mente de la dispo- sición del filántropo D. Martin Concha, de agradecida— 112 — memoria, que legó 20,000 pesos para la fundación del Instituto; pero si no fué ahorrar á los pudientes dinero para que eduquen á sus hijos, este estableci- miento en lo que se refiere á la instrucción prepara- toria, debe ser destinado á hacer juego con el sistema de escuelas primarias, llenando un objeto que hoy no llena. La educación que dá hoy el Instituto deben darla los Liceos públicos ó particulares, reservándose la Universidad su inspección, y el exámen de los alumnos cuando hayan de solicitar grados, y en su lugar consagrarlo á la instrucción científica aplicable a las artes, á la mecáuica, á la navegación y á los usos de la vida. En sus cursos gratuitos será obli- gatorio el estudio de la química, de la mecánica, de la astronomía, de la geología, de la física, de la nave- gación, raices griegas, ¿8 y 20, so dictaron varios reglamentos para la 'nodación de un sistema de inspeccicu ÚB las escuelas, |>or medios de juntas inspectoras, á las que se ordenó «rear escuelas donde no las hubiere, y (pie "en las aldea*, bunios y casorios que no pudiesen mantener— 132 — win, se rfltiftbWrirmri um» central, de manera que pan: ochenta vecinos hubiese una escuela." Debían man- tenerlas "con las fundaciones, obras pías, legados y cualesquiera otras fundaciones destinadas á este obje- to, pudiéndose aumertar cuando y como conv iniere, con aquellos patronatos d fundaciones piadosas, cuyo* objetos no son tan preferentes corno la primera ense- ñanza [real decreto de 1829]. "Donde no hubieren estos fondos, deben suplirse por medio de las retríbo ciones que según acordaren las juntas de capitales ó de pueblos respectivamente, pagarán los padres de los niños, á quienes deben amonestar por cuantos me- dios le sujiera su prudencia para que los envíen á la escuela; pndiendo los juntas inspectoras en uso de las fceultades que les están concedidas, y por medio de repartimientos vecinales, proporcionar la cantidad suficiente á la dotación de las escuelas, con tal que su necesidad sea reconocida y aprobada pov la junta de la capital, y que á su propuesta preceda el permiso de la inspección á íin de que tenga lugar el repar- te." [1829]. Poco puede decirse del efecto práctico de estas le- yes; pero un educacionista ingles para mostrar los es- tragos que habia hecho la falta de instrucción prima- ria en España,y de la inmoralidad que este estado de cosas producía, hace la siguiente revelación : "Te- nemos, dice Mr. liill en 1836, á la vista un estado de la criminalidad en 1826, y si no citamos fecha mas cercana, es por que no sabemos que exista otro posterior, tal es la irregularidad de la administración en aquel pais. El número de convictos en Inglaterra y Walles por crimen de asesinato en 1826* fue de 14, y el de heridas &a. con intento de matar de 13. España en el solo año de 1826, ascendieron los con- victos de asesinato á la espantosa suma do mil dos- cientos treinta y tres!, en adición á los cuales hubo mil setecientos setenta y tres convictos, por heridas con intención de matar, y 1,620 personas por robo, ba- jo circunstancias agravantes." Mr. ínglis, que viajo en España en 1830, presenta una confirmación de este hecho, hablando de Sevilla- — 133 — "Apenas pasa una noche, dice en el mismo Sevilla, sin «pie ocurra un asesinato; pero estos crímenes no son cometidos á sangre fría d por adquirir algo. El andaluz es menos sobrio que el castellano, y ademas dado á la pasión del juego. "Quiere Vd. gustar con- migo ? dice el andaluz á un asociado, ofreciéndole el vaso—No, gracias, contesta el otro. Entonces el pri- mero echa un trago y pasa de nuevo su vaso, dicién- dole "Vd. no quiere beber conmigo? y si el otro re- husa, le pierde en las entrañas el cuchillo que siem- pre lleva consigo el andaluz, dejándolo en el sitio, y diciendo cuando mas al apurar el vaso: Cómo es eso! de no querer beber conmigo! Hay un hospital en Se- villa destinado esclusivamente á recibir heridos; tuve la curiosidad de visitarlo y asegurarme de que en los catorce dias anteriores habían entrado veinte y un heridos de puñaladas. Nadie supo decirme cuantos mas habian muerto." El número de crímenes capitales revelados por el documento oficial citado por Mr. Ilill, se presta á es- tos cálculos estadísticos: los muertos, ios heridos, los homicidas y los ladrones con agravación, debiendo ir estos á presidio d ser ajusticiados, suman entre todos, siete mil seiscientos treinta y dos hombres perdidos anualmente para la sociedad, independiente de otras tantas familias puestas en conflicto. Esta horrible tradición nacional va desapareciendo felizmente en Chile. En las Provincias Argentinas se conserva con los mismos caractéres. El no aceptar el vaso, es re- putado casas belli, y acarrea necesariamente puñala- das. En la política sábese el papel horrible que ha he- eho el puñal. En cuanto á la pobreza de lugares en teros y de las clases inferiores, tomaremos algunos detalles del capitán E. E. Coock en sus Bosquejos de España. "La pobreza, que esa la vez la causa y el efecto del crimen, existe en España en una deplora- ble estension: todo parece haber conspirado á para- lizar la industria, y hacer inútil la natural fertilidad «el suelo. Los estragos de la guerra (la de carlistas y cnstinos) el pillage de poderosas y organizadas ban- das de ladrones, la ignorancia del pueblo en lo que— 184 — hace á los mejores métodos de ogriculforit, y sobre todo, la falta de capital, todas estas causas se com- binan para producir la escuálida pobreza en pais ¡pie debiera nadar en riquezas. Algunas veces, á cansa de la estrema fertilidad del suelo, en despecho de todos los obstáculos, suele encontrarse gran copiado comes- tibles en ciertos distritos; pero por falta de cami- nos y de protección contra los ladrones, la abundancia enjm punto del pais es de poco auxilio para la esca- sez en que se hallan otros. En el horrible invierno de 1830, dice el capitán Cook, gran número de gentes perecieron de hambre y de frió. El pais (pie media entre León y Valladolid es uno de los mas inhospita- larios de toda la España; vastas llanuras abiertas, con aldeas do edificios de barro, forman una monoto- nía que ningún objeto ngriduhlo interrumpe. La tier- ra es buena en su mayor parte, y prodnee grano de todas clases y exolente vino. Todo el pais en torno do estas aldeas, son campos, ahora desnudos, que mantendrían bosques «; este tronco nos hemos despreiitlido nosotros, y nuestra tarea, so pena de sucumbir, y sucumbiremos, si no achicamos la bomba, es dolar al español de libros de ciencia, de aplicación á la industria, á la — 135 — agricultura y á las artes de que carec«í, y que la Es- paña está mas distante que nosotros do producir. Quien lea los títulos de los libros que publica la líi- blioteca popular do Mellado, la de autores españoles de Rivadcneira, la «pie en Paris empieza á publicar Rosa, la que ha propuesto para América un escri- tor americano, y recorra para mayor abundamiento los catálogos de los libros ya existentes, se convence- rá de esta necesidad. En materia de ciencias naturales y do artes que les sirven de aplicación, sin escluir la agricultura y la ganadería, y hasta la historia, son raros los libros en todos los idiomas, que deban ser ofrecidos á la generación presente, como la última espresion del saber humano en nuestro siglc. Tan rápidos son sus progresos, tan frescos los descubrimientos y estudios i¡ue han dado un vuelco completo á las ciencias, que ni aun Tiuffon, ni Cuvier, ni Laplace, ni tantos otros luminares pueden ser estudiados sin adiciones, sosti- tuciones y comento. Todos los libros españoles escri- tos hasta ahora poquísimo, y los pocos útiles traduci- dos hasta ahora diez años son del todo inútiles, á mas do que son novelas y cosas de historia d política ya anticuada. El efecto de esta carencia de libros se hace sentir entre nosotros mas que en ninguna parte, pues hasta ahora 20 años, ni aun los estrangeros mas célebres sobre literat ura, política, historia, eran conocidos. La instrucción que se daba en el Instituto de Chile, y así continúa hoy en escuelas y liceos, se reducía al testo pelado del ramo que se proponia profesor el alumno. Recibido el grado, el egercicio de la profesión le ab- solvía todo su tiempo, dándole cuando mas sus o'cios, lugar á leer á Espronceda, Larra, Zorrilla y los día- nos. De aquí ha procedido que durante mucho tiem- po se ha dejado sentir, aun de parte de personas de talento reconocido, cierta esterilidad para los escritos ''e la prensa periódica; y aun hoy es preocupación vulgar en Chile que no sobresalen talentos del pais, <•'« este al parecer lijero ramo de literatura, rib ha- lJiei'.Holo ensuyado con éxitc sino contadas personas.— 130 — La verdad ns, sí nuestro humilde juicio, que el talento sobra, pero escasean entre los jóvenes literatos, per- sonas de variada lectura, que hayan atesorado datos sobre todas las cosas, y tengan esa especie de senti- do práctico que dá, mas bien que los estudios clásicos, de ordinarios inaplicables á las ocurrencias diarias de la vida, el estar familiarizado con el estudio de los hechos, con las causas generales que los producen y las doctrinas que los esplican. Entonces lo leido sir- ve para comprender lo que se vé, y lo que se vé llevar necesariamente a referirlo á antecedentes ya ateso- rados; pues la prensa diaria tiene eso de particular que no dtí tiempo ni deseo de estudiar, y que el que escribe, debe saber de antemano, donde está lo que puede ilustrar el caso, si hubiese de apoyarse en lo ya ocurrido y esplicado. Este mal que ha esterilizado tantas instituciones pJantcadas, y dado lugar á errores ú omisiones que se traducen siempre por pérdidas de dineros públi- cos y en retroceso y desencantos, proviene de la falta de libros al alcance de los jóvenes, independientemente de sus estudios. Pero de la falta general de antecedentes, combinada con la idea de suficiencia propia que no dejan de pro- ducir jamas estudios incompletos, han resultado para la América del Sud, esos vergonzosos ensayos de sistemas inauditos, de leyes sin ejemplo, de institucio- nes que llevan directamente á donde no se quiere ir. Papel moneda, constituciones ilusorias, tiranías sal- vages, leyes suntuarias, medidas protectoras, todas son hijas de este ayuntamiento de falta de antece- dentes y demasiada confianza en nosotros mismos; y la América paga con muchos millones, mayores retar- dos y no poca sangre, nuestros cotidianos tanteos y nuestro desacordado empeño de hacer producir peras al olmo. Otra de las causas del atraso de estos paises es el predominio de la literatura francesa, aventurosa, es- peculativa, sin el contrapeso del sentido práctico v moderado del ingles. Publicistas, diputados, la mayor parte de entre ellos no han recibido esta parte de la — 137 — instrucción primaria, de donde resulta que el libera- lismo se convierte en socialismo, rojismo y todas las necias imitaciones de los espeiimentos de pueblo tan novel en materia política corno la Erancia, que ha pa- sado dos veces en 60 años por el baño ruso de repú- blica, imperio, monarquía, y el moderantismo no sabe donde detenerse, desde que los moderados de Fran- cia se estravian por senderos que conducen á la ver- güenza y al poder absoluto. La Inglaterra, sin tantas pretensiones, mejor conocida de nosotros por su len- gua, nos habría enseñado á reformar osadamente, con la mano del gobierno que es creado para eso, y los Estados Unidos nos habrían descubierto en tiem- po el secreto de sus prosperidades. ¿No hemos visto a un jo'ven chileno, apenas llegado á Nueva York, mostrar su desdeñoso desprecio, por aquella educa- ción tan somera, tan superficial, de ciento cincuenta colegios que enseñan griego, astronomía, física, mecá- nica, ina espesa benda en los ojos de los pueblos que necesita suprimir, y tiene destinados los nuestros á desaparecer del haz de la tierra. Tal es la con- vicción profunda que campea en las páginas que pre- ceden, en que hemos querido mostrar á la vez como la instrucción primaria es la base de la religión, de la libertad y de la prosperidad nacional, y como de su difusión depende la suerte próxima de este pais. El programa mismo contenía ya todas las solu- ciones que hemos dado. Se nos pide un remedio, y hemos tomado primero el pulso al enfermo. Se nos exige que demos un tratamiento, y hemos aconsejado «n cambio completo en el que con tan poco éxito se !.a seguido hasta hoy; se nos reclama en fin un piar. .— 148 — de operaciones, y hemos señalado todos los puntos donde el enemigo se oculta. Si hubiéramos consultado el éxito material de nuestro trabajo, habríamos quizá dicho en frases aca- démicas cuanto hubiésemos juzgado propio para se- ducir el animo de nuestros jueces. liemos intentado hacer algo mas útil, dando á la verdad formas seve- ras, y atrayendo por alguu costado al exámen de la cuestión todos los intereses sociales, los que son obs- táculo á la difusión de la instrucción primaria y los que ganarían con ella. Sin esto, el objeto de tales discusiones no sale de una disertación, como las mu- chas, mas elocuente" y eruditas que contienen los Anales de la Universidad. Varias memorias leídas, una premiada, hé ahi el detall sucinto de lo que en tales lances ocurre. Ni he sacrificado, pues, mi ma- nera especial de mirar los hechos, á tímidos mira- mientos, ni rehuido el cuerpo á señalar con fijeza los errores, aunque vengan de muy alto. Estamos en la gloriosa época de los Roberto Pcel para volver sobre sus pasos y tomar el buen camino, ya que no faltan Cobdens, grandes y pequeños que sepan mostrarlo. Por lo demás, lo que proponemos no sale de los tér- minos de lo practicable y hacedero. El hábito de dejarse llevar por la corriente de los sucesos, hace á pueblos y gobiernos perezosos para sacudir la rutina, contentándose con calumniarse reciprocamente, á fin de cohonestar su falta de patriotismo. Los que go- biernan hallan siempre que los pueblos no son capa- ces de nada bueno sino mediante ellos; los goberna- dos que el gobierno es la causa primera del mal, que su indolencia propia hace nacer. Tienen sobradísi- ma razón unos y otros; y cuarenta años de indepen- dencia han transcurrido para demostrarlo. No he- mos hecho nada. Melbourne. colonia inglesa impro- visada en seis años, en medio del Pacífico, ha invertido en 1854, 775,000 | ftes. en la educación de los pocos niños cpie aun existen, mientras que Chile con tres siglos de existencia se envanece de haber invertido cien mil pesos en el mismo año, con poquísimo fruto. — 149 — Afortunadamente, en materia de instrucción prima- ria, no sabemos que jamas se haya hecho el menor esfuerzo, sin que los resultados hayan sobrepasado á todas las esperanzas. En Chile sin ley de instrucción primaria, sin las revelaciones del censo, pasando por entre la indiferencia pública, cayendo y levantando, por el solo esfuerzo de un año de trabajo de 561 escue- las que había en 1853 subieron á 660 en 1854, y 3616 niños mas fueron sacados de la masa que continua perteneciendo al dominio de la ignorancia. Hay una preocupación funesta en América que causa los ma- yores males, trayendo el desaliento. Acostumbrados á decir el viejo mundo, se persuaden las gentes que todos sus progresos son viejos, y llamándose pueblos nuevos, piensan que es de pueblos nuevos ser muy atrasados. No es este el lugar de discutir este pun- to; pero en materia de instrucción primaria, si no es en Prusia donde cuentan un siglo las leyes que la reglamentan, los edificios erigidos para escuelas, las Escuelas Normales, la generalización misma de la enseñanza no tiene arriba de veinte años. La ley de Francia es de 1831. En 1817 la Francia no con- taba en sus escuelas primarias mas de 856,712 alum- nos, es decir menos que los que hoy cuenta Nueva Vork, con el séptimo de habitantes. Hízose un es- fuerzo en favor de la educación primaria entonces, y en 1820, las escuelas contaban 1.116,777. La política se puso en hostilidad con las buenas ideas, y la edu- cación fué descuidada á tal punto que en 1831, no obstante el aumento de la población, las escuelas no contaban mas que 1,933,624 niños. Hízose con la ley de 1831 otro esfuerzo, y en 1843, asistían á las escuelas 3,046,683 alumnos. En 1818 había en toda la Inglaterra propia ciento diez mil sesenta y dos niños solo que recibiesen instrucción gratuita, por no tener sus padres como dárselas. La opinión pública se alarmo al conocer estas rea- lidades tan vergonzosas, y la caridad cristiana se pu- so en campaña para "enseñar al que no sabe," como nos lo mandan las obras de misericordia. Por todas Partes se establecieron Escuelas dominicales, y tres-— 150— denlas dos mil personas piadosas, ricos comerciantes, propietarios, jueces, &a., consagraban en 1851, el dia del Sábado, á enseñar en persona á dos millones, cuatrocientos mil, cuatrocientos nueve adultos que no habian recibido instrucción, alguna en su infancia; conteniendo Jas escuelas de pobres en la misma épo- ca un millón y doscientos sesenta y tres mil alumnos, recibiendo educación dos millones y medio en todas las escuelas, pues los artesanos y jente trabajadora paga ella sola, sin esperar auxilio, cerca de tres millo- nes de pesos en escuelas particulares, según lo hizo constar Lord John Russell en el Parlamento en 1854. Cuando la opinión pública empezó en Inglaterra á pedir informes sobre el estado de la instrucción pri- maria en algunos puntos del territorio, ved lo que contestaron varios párrocos en 1846. Uno: "Aquí no hay mas que una escuela para los pobres, que educa 100 niños de 12,000 habitantes que contiene la parroquia." Otro: "La población de la villa de que soy cura tiene mas de 20,000 habitantes. No hay escuela gra- tuita de ninguna clase." Otro: "Soy vicario de una parroquiu que contiene 10,000 habitantes. No hay sino una pobre escuela." Otro: "La parroquia contiene 1,500 habitantes. No hay nada que merezca el nombre de escuela. La desmoralización y estrema ignorancia que prevalece entre esta masa de seres humanos es espantosa. Me faltan palabras para describirla." Otro: "lia población del municipio es de 15,000 habitantes. No tenemos escuela; dos piezas que se alquilan devoran todas las suscripciones." Otro: "El distrito perteneciente á mi iglesia con- tiene una población de 5,000 almas, y siento decir que los niños se crian en tal ingorancia y oscuridad que no acierto á describirla." Otro: "Esta parroquia no tiene edificio de ninguna clase para reunir é los niños, ni el domingo,en escuela semanal." Otro: "Yo soy cura de una pobre parroquia ée '3,000 habitantes; no hay escuela de ninguna clase Otro: "Este distrito tiene 8,000 habitantes. La nica instrucción que se dá es el domingo á 100 ni- ños, durante una hora 6 dos." Un informe de la Sociedad de Escuelas inglesa y estrangera, decia: "En la casa de corrección de Lewes, de 846 presos, 48 solamente saben leer y escribir bien; 252 leen y escriben un poco: solo 8 te- nían idea clara de la doctrina cristiana: 294 no sa- bían nada de Nuestro Salvador: 490 sabían poro masque el nombre: 54 conocían algo de su historia." En Chile la población adulta hasta ahora pocos años no conocía una palabra de la historia de Nuestro Se- ñor Jesucristo, sino son alusiones y retazos que hu- biese pescado, y recordase de algún sermón de cua- resma. Gracias á la instrucción 'primaria, la Vida de 'esucristo es la primera historia puesta hoy en manos e los niños. En 1839 decia un documento público en Massachu- ets: "Mas escuelas se han erigido el año pasado que n los diez años anteriores á 1838, con ser las nue- as de una capacidad y valor incomparables con las ntiguas. Solo Plimouth ha erigido seis espléndidas n estos últimos seis meses." Las Escuelas de Fila- elfia han costado millón y doscientos mil pesos, y na sociedad sola debe dos millones de empréstito ara las de Nueva York. En paises donde hace diez ños se tomaba alquilada para la escuela la primer asa que se presentaba, hoy se erigen palacios y onumentos, que los siglos pasados no vieron. De lo ue eran las antiguas, puede inferirse algo de las iguientes comparaciones. "Podemos citar varios edi- cios para cria de cerdos que hemos visto en varios untos del Estado, que pertenecen á la arquitectura ótica del mejor estilo; pero los modelos de las anti- pas escuelas son del todo originales—no copiadas j Grecia y Roma sino de los indios pequods y 'arrangasetos. No solo pueden servir nuestras es- Helas de ilustración en jeografía, pues basta dar un aso en ellas para pasar de la zona tórrida á la friji- a> sino que la astronomía habría de estudiarse en Has con ventaja, pues por medio de las aberturas— 152 — del techo pudieran verse pasar los astros por el ze- nit." Es lástima que en las de Chile no se enseñe to- davía astronomía. Por falta de observatorios de esta clase la cosa no ha de quedar. Casi todas las Escuela? Normales fueron creadas en esta época. Las de In- glaterra datan de 1840 adelante. Hoy las hay nu- merosas, en edificios suntuosos, y que dan una educa- ción mas completa que nuestro Instituto Nacional. En 1837 se creo en Massachusets el Consejo de Educación, cuyo secretario ha hecho todo cuanto aquel pais, el mas civilizado de los Estados Unidos, ha establecido en este ramo. En 1838 la Legislatura ordeno una visita por todo el pais, para dirigir alocuciones sobre educación pri- maria á los vecinos reunidos de cada población. En 1839 se creo el Diario de las Escuelas Comunes. En 1839 ordeno la Legislatura de Nueva York la creación de Bibliotecas populares, y en 1839 des- tino 55,009 pesos por cinco años a este fin. Massachu- sets, adopto' el sistema en 1837. El primero de Estos Estados tiene hoy cerca de tres millones de libros distribuidos en once mil bibliotecas. El desarrollo de la libreria ha sido la consecuencia de esta medida. La primera Escuela Normal creada en los Esta- dos Unidos data de 1839: hoy las tienen admirables en todos los Estados. Un vecino de Massachusets dono 10,000 duros para este objeto, a condición de que la Legislatura pusiese otro tanto con lo que se fundó la de Lexington. Mas tarde se fundo la de West-Newton para mujeres. En 1851 se impuso en Nuevn York la primera contribución general sobre la propiedad, hasta el monto de 800,000 pesos para instrucción primaria. En 1850 se fundo la Academia gratuita de la ciudad de aquel nombre, para dar educación superior á los niños de las escuelas. En 1850 fué imitada por Fila- delfia. En 1852 se fundó otra nueva en Génova por suscripción, otra en Locport en 1853, y la institu- ción va cundiendo, de manera de cubrir todo el pais luego de estas verdaderas escuelas politécnicas al uso de quien quiera entrar en ellas, con tal que — 153 — haya sido alumno de las escuelas públicas primarias. Qué vá á ser Dios nuestro del mundo, con una na- ción que puede contar en época que los jóvenes de hoy alcanzarán, con cien millones de habitantes, to- dos, mugeres y hombres, con educación científica su- perior, pues á eso van encaminando las institucio- nes públicas y la opinión, si los otros pueblos no se apresuran á hacer lo mismo y dar aptitudes de tra- bajo inteligente á sus masas ! En 1849 Massachusets codificó por primera vez sus numerosas leyes de instrucción común. Imitólo Nueva York en 1850, Maine en 1851, Filadelfia en 1852. El primer bilí de instrucción primaria pre- sentado al parlamento ingles es el de Escosia en 1854. El primer Estado italiano que ha legislado sobre educación primaria es la Cerdeña, y solo en 1854. En 1853 empezaron á fundarse en Manchester es- cuelas de dibujo para el pueblo, á consecuencia de haberse notado en la Esposicion la inmensa superio- ridad de los artefactos franceses, en lo que respecta á las formas artísticas, que solo la educación del obre- ro permite dar. Por estos detalles y otros que omito por millares, rése que la instrucción primaria es en todas partes de ayer, y que solo ha necesitado un buen sistema gene- ral diez años para cambiar completamente la fisono- mía del pais. Podemos educar todos nuestros niños en cinco años mas, si los propietarios, las municipa- lidades, el sacerdocio, el gobierno, los publicistas j la opinión pública en general toman á pechos la obra. Todo está ya creado, todo examinado y preparado. £1 cuerpo existe; falta el soplo de vida que le dé animación y lo haga marchar. El gobierno no hará nada, sin la cooperación activa, entusiástica del pú- blico, y á fin de obtenerla no hay sacrificio que no deba imponerse, aun el de las formas y espíritu de 'a administración. La introducción del sistema de ins- truccioa primaria, común, universal, importa una re- volución pacífica encabezada por el gobierno. Diez aúog han mostrado que en este punto no se puede— 154 — mandar, ni basta la acción administrativa seca. Es preciso cambiar de rumbo y asociarse al público. £s preciso apelar á todos los sentimientos, exitar todas las esperanzas, abandonar toda tradición gu- bernativa y rehabilitar cuanta tendencia útil y sincera está abatida. El peligro es inmenso, permanente, y crecerá de dia en dia, porque crecen con espantosa rapidez las fuerzas indusdriales que se desenvuelven en torno de nosotros, y afectan nuestros medios de Vivir y de prosperar. Reconcentremos todas nuestras fuerzas sobre nosotros mismos, y sin descuidar la po- lítica esterior de conciliación y de unión pacífica entre los míembrns dispersos de la infeliz, de la resagada, de la impotente estirpe española, amacijo triste de todos los errores de cuatro siglos acumulados sobre nuestras cabezas, levantémonos por un supremo es- fuerzo, y en lugar de intentar construir una Torre de Babel para salvarnos de la creciente que nos invade, ú ofrecer á la adoración de los pueblos un ídolo do- rado, parado sobre arena, vamos á construir la base de granito, para hoy y sobre todo para mañana, que es cuando se hará sentir su necesidad, poniéndonos asi, naturalmente, al nivel del edificio que se levanta á nuestro lado. El perito ingeniero que sitia una ciudad no se obstina locamente en tomar por asalto sus murallas, sino que levanta una paralela, y la eleva mas alta si puede, hasta dominar la contra- ria con sus fuegos. ¿ Se levanta el nivel de civiliza- ción, de industria, de instrucción, de libertad en el Pacífico? Levantemos nosotros nuestro suelo, á igual altura, sin pretender abordarlo simplemente con di- ques delesnables. Al mar físico, todavia puede la industria humana decirle como Dios: "de aquí no pa- sarás;" pero al océano del progreso combinado de to- da la tierra, no hay dique que lo contenga. Es pre- ciso subir con él, d perecer sepultado bajo sus ondas. Tal es la influencia de la instrucción primaria, so- bre las costumbres y la moral pública, sobre la indus- tria y la prosperidad general de las naciones. Tal es la revelación que el exámen de nuestra con- dición social, nos hizo veinte años há, á que estamos —- 155 — consagrando nuestra existencia á estudiarlo, segurqs de que llegaría una época, en que los poderosos de la América, los hombres de estado que la dirigen con tan poco éxito, los publicistas que la estravian, las preocupaciones que la ciegan, los intereses egoís- tas que la embarazan el camino, la ignorancia y la pereza condecoradas con títulos de suficiencia, todas nuestras ideas recibidas y nuestros intereses creados vendrían á pedir remedio á males para ellos desco- nocidos, á dolencias inveteradas, á parálisis guberna- tiva, industrial é inteligente. El remedio está ahí, «INSTRUCCION PRIMARIA A TODOS, DADA POR TODOS." Que el pais se organice en socie- dades de escuelas dominicales, nocturnas, primarias de rotos, raggcd schools, como en Inglaterra, de Tempe- rancia corno en los Estados Unidos; que nuestro cle- ro abandone el pulpito y tome el silabario; que las rentas públicas se inviertan en educar y no en repri- mir; que la prensa edifique y no destruya; y que pueblo y gobierno, pelucones y liberales se den un abrazo, á la puerta de las escuelas fundadas bajo el sistema de Educación pública común, dejando esa clasificación de instrucción primaria, relegada al des- precio de nuestras tradiciones de reservarnos para unos cuantos la plenitud del desarrollo moral é inte- lectual del hombre, dando con mano avara y des- deñosa un hueso á roer, á la gran mayoría de chi- lenos, que es la que ha de constituir la riqueza y la fuerza de Chile. CHILE ! CHILE ! CHILENOS !!! El vapor de la quincena os trae esta noticia : "Panamá: El 28 de Enero á las tres y inedia de la tarde llegó el primer tren del camino de hierro del itsmo á esta ciudad !!! Hace trescientos cincuenta y siete años que entro en las lagunas de Venecia un buque diciendo : "El portugués Vasco de Gama ha doblado el cabo de Buena Esperanza." Venecia sucumbió' por no atraverse á abandonar *> viejas rutas del itsmo de Suez, y seguir los con- ejos del pobre Colon, que le mostraba otro caminomas recto á la India. Un cabo y un istmo cambia- dos, un mundo de por medio, la idea, el caso y hasta los accidentes son los mismos. Santiago, Febrero 24 de 1855. D. F. Sarmiento. LE GENERAL DON JOSÉ DE SAN MARTIN.