ff? Esta ohrilla se hallaba terminada á me- diados de 1348; y una dilatada emfermedad de su redactor ha diferido hasta hoy su publicación: lo que servirá de gobierno á los lectores, para la intelijencia de algunas cosas que en ella se di- cen, relativas á épocas y tiempos. ESTADISTICO De Por CHUQUISACA. 1851POCOS habrá que no conozcan los grandes obstáculos que ofrece la formación de la Estadística de un pais, principalmente cuando en él no se tie- nen, por lo jeneral, ideas claras y distintas de la naturaleza é importancia de la obra. La dificultad procede de la desconfianza de las pueblos, los cua- les temiendo que las noticias que se les piden, pue- dan servir después, para exijirles sacrificios, reu* san comunicarlas, ó las comunican incompletas, y llenas Je anomalías: error que si es disimulable quizá en las personas privadas, no lo es ciertamen- te en los funcionarios püblicos, quienes por la po^ sicion social que ocupan, deben saber que l»s da- tos estadísticos, (1) son los únicos moderadores de jos actos del Gobierno, y que los mejores y mas [1] La voz Estadística tiene el doble valor de nom- bre y de adjetivo: decimos la Estadística, como se dicela Política; y documentos Estadísticos cerno se dice considera- ciones políticas.ir luminosos principios de administración fracasan si se traía de aplicarlos a las naciones, sin presen- cia de aquellos. Así, ya sea que se intente regu- larizar los impuestos que los pueblos pagan; ya sea que se pretenda imponer trabas, ó conceder ensanchez al comercio, á la industria, ó á la agricultura; ya sea que desee fomentar las artes, los oficios, las profesio- nes y empresas, no podrá realizarse nada de esto á punto fijo, y con seguridad de buen éxito, si no se sa- be la situación numérica de la población, su distri- bución y movimiento, la naturaleza de las propieda- des, cantidad de sus productos, la balanza de las importaciones y esportaciones, y en fin si no cons" ta cuantos y cuales son los protejibles, donde están y que han menester. Es pues de absoluta nece>» sidad que el Gobierno posea un cuadro, en el que se contengan nociones claras de la población, del capital nacional, de las exijencias públicas y de los medios que podrían ponerse en juego, para sa* lisfacerlas sin violencia; este cuadro comparado es la Estadística. EMPERO no todos están de acuerdo sobre !a forma que conviene darle, ni sobre los objetos que debe comprender: quieren unos que la Estadista ca no sea un libro, sino un papel, ó folleto pe» riódico, en que se consignen solamente los hechos variables, de que puedan deducirse algunas con- secuencias útiles, escluyendo los hechos físicos, los acontecimientos históricos, las descripciones de las costumbres y las doctrinas. Por el contrario pre<» m tenden otros, que debe ser un libro en que con claridad se manifieste el lugar epue la nación ocu- pa en nuestro globo, su estencion, el sistema de su gobierno, la división de sir territorio, su pobla- ción, la valuación de sus productos agrícolas, fabri- les y comerciales, la comparación de sus impor- taciones y esportaciones, su fuerza, su: gastos or- dinario-, y la renta de que pueda disponer para cumplir y desempeñar sus obligaciones de lodo jé- nero. Considerando yo que el objeto de la Esta- dística es dar á conocer la Xacion; esto es sus fuer- zas y recursos, como resultados de su gobierno, territorio, población ó industria, (1) he adoptado sin hesitación la segunda forma; pero opino al mis- mo tiempo que importa dar á luz en folletos pu- blicados ¡mente, el movimiento de aquellos he- chos que varían notablemente en cortos periodos, como el número de los muertos, nacidos etc. para que trascurrido algún tiempo, se noten las diferen- cias. Por este medio se advertirá fácilmente si la República progresa, retrograda ó se conserva cs-- tacionaria, y cuales son las causas que producen tales fenómenos. [2J LOS documentos que en parle han servido para la composición de la presente Estadística, han sido remitidos por las Juntas que con solo este [1] Sampayo. Elern. de la -¡cu cstadist. pag, lü. [2] Por lo espuesto basta aqu:, se vé que atribuyo á la Estadística un fin no solamente político, sino también cconómko.IV objeto estableció el Gobierno, en cada uno de los cantones de la República; y aunque esta circnns» tancia debió hacer esperar que los hechos numé- ricos enviados por ellas, serian matemáticamente exactos, no ha sucedido así. Vano fué el medio de mandarles series impresas de preguntas sueltas y tablas claras, en que no había mas de llenar los números: la ignorancia de algunos comisiona- dos y la apalia de otros, han ocasionado que las devuelvan muí tarde y coa muchos defectos, por cuya causa me ha sido forzoso recurrir á diversos medios de comparación con otros documentos, y no- ticias qne me he proporcionado á fuerza de ince- sante trabajo. Algo mas he ejecutado por llegar á mi fin con acierto: habiéndome asegurado de al- gunas bases ciertas, sobre que fundar mis cóm- putos, me he servido de la aritmética política, para comprobar si los números trasmitidos por las Juntas se conformaban ó nó, con los resultados de mis cálculos; y solo después de hallarilos acordes ó aproximados los he adoptado. Para proceder á estas operaciones, he examinado preüminarmente los pocos estractos que de las noticias impartidas por las Juntas, se habían hecho en la suprimida oficina de Estadística, los he cotejado con las pie- sas orijinales y depurádolos de las muchas equivoca- ciones y errores que contenían, resumiendo por mi no con poco trabajo y fatiga lo que quedaba; que cier- tamente era lo mas. Sin embargo de haberme conducido con toda esta escrupulosidad y un te» y son que dejeneraba ya en manía, no por eso ten- go la presunción de creer que los números que figuran en mis cuadros, sean rigorosamente exac*. los, sino solo mui aproximados. Por fortuna para el objeto y fines de la Estadística basta esto, por que las particularidades individuales y variables de- saparecen ante la observación, cuando los hechos morales se consideran en masa, y se procede en las deducciones y comparaciones por números me- dios: verdad demostrada por el cálculo de las pro_ habilidades, y en que me he apoyado constante- mente al redactar estos Cuadros. EN la sección Topográfica me he detenido mas de lo que pedia la naturaleza de la obra, por que como hasta ahora no se ha hecho una publicación, en que Bolivia so halle descrita tal cual es me pareció conveniente darla á conocer aquí, con algu- na amplitud: así es que se encontrarán aserciones estrañas, y aun contrarias á lo que de nuestro pais afirman jenoralmeute los geógrafos, copiándose unos á otros; pero parece que persona que ha nacido y vivido en la gran alli-planicie de Onu- ro, ó Tipet de América, mirando al naciente la cor- dillera real, y al poniente la costera y que las ha recorrido en diferentes direcciones merecerá algu- na mas fe, cuando describe los Andes Bolivianos, que los que solo de paso, y rápidamente han re- corrido el pais. La demarcación de nuestros lindes con res- pecto al Brasil va conforme en todo á los trata-Vi dos de limiten celebrados enlre España y Porlu>» gal en 4750 y 1777; y aunque en virtud de ellos se nos háfl desmembrado grandes regiones que nos pertenecían por el antiguo meridiano (1) es forzoso ya aquietarnos en ellos, para poseer puntos fijos de partida, y ahorrarnos de altercados. Por lo fT] El antiguo meridiano que rn América separa- ba de los dominios españoles, las posiciones portuguesa?, está d los 330.° de lonjitud, medida del meridiano déla Isla de Hierro, corta la rejion desde Belén capital del Ta- ri hasta el cabo de San Vicente. Compárece esta linea de demarcación con laque se estipulo en bs Iratados de 1750 Y 1777, y severa lo que digo, eito es, les inmensos es- pacios que abandonó y cedió 4 la corona portuguesa el im- bésil gurrumino Fernando G. 9. inducido por las arterías- de su múger Da. Barbara de Portugal, hembra estéril y sin hijos y por la perfidia de Carbajal que bajo esta ca- lidad fué elevado al ministerio. Si el Gobierno del Bra- sil reusa cumplir los espreíados tratados, será forzoso proceder á otros nuevos, sirviendo de punto de partida el mencionado meridiano antiguo, y concurriendo á los arre- glos las repúblicas del Plata, quiero decir, la Arjentina, la Boliviana, Uruguay y Paraguay, ademas las repúblicas del Perci y Ecuador como interesadas todas en U integridad del territorio de los antiguos distritos de Charcas, Lima, y Quito. Tal es la naturaleza de los contratos sinalagmáti- cos, que faltando uno de los contrayentes á la parte de obligación que le toca, se disuelven, y las cosas vuelven y se restituyen al estado que tuvieron antes del contra- to. Poro dirán ¿Y la posesión? la posesión en estos ca- sos sigue la naturaleza del contrato de que se deriva. Sin la existencia de la hipótesis, ó condición sobreentendida, es una mera detentación; y si continua, no obstante los VII que toca ú los Estados hispano-americanos limí- trofes, he consullodo nuestras leyes antiguas é his- toria, y con arreglo á ellas, he señalado nuestros aledaños (4). Para esclarecer estos puntos y otros semejantes, pongo algunas notas, en las cuales se copian los documentos justificativos de mis ace- veraciones, ó se dan raciosinios que las comprue- ban. Naturalmente está dividida la obrilla en dos partes: en la 1.a después dt manifestar la situa- ción y estencicn de la República, y sus diferen'» tes divisiones territoriales, presento la relación nu- mérica de la población, su clasificación y compa- raciones bajo de muchos respectos. La 2.a com» prende la Estadística de las cosas, esto es, de nues- tros productos, consumos y cambios; su valuación y balanza: las rentas de la nación, su orijen y proporción con la población y riqueza nacional: los gastos públicos y finalmente la fuerza armada. BIEN conosco las muchas faltas que hormi- guean en este ensayo; pero espero que los Boli- vianos me las dispensarán, considerando, que esta es la primera Estadística que se publica de núes* tro pais; y que todas las que de otras naciones se han dado á luz hasta ahora no están exentas de imperfecciones, á pesar de haberse formado por reclamos de la contraparte, dejenera en una positiva y ver- dadera usurpación. Esto es sabido hasta por los lejistas aprendices del Derecho. [1] Si se quiere saber que autores he consultado, veásc el apéndice númeio segundo.VIH talentos de primer orden y con auxiliares mucho mas idóneos qae los que he tenido yo por corto tiempo. He tratado pues de cumplir con esmero en cuanto me há sido posible el encargo con que me honró el Gobierno. ¡Ojalá este esfuerzo de mi cor- ta capacidad produzca algún fruto, y convenza á nues> tros conciudadanos, particularmente á los que re^ siden en la campaña, que los datos Estadísticos no se solicitan para qne sirvan de resortes de espolia- cion, sino por que son las únicas antorchas que pueden guiar al Gobierno, en el difícil y escabroso empeño de crear, fomentar y protejer la riqueza pública. rw w w ü£ &y¿ KjMLiMff QUE iMiMJfiMWMtem Ixz. situación, estencion y limites. DE B 0 LIVI A. LA REPÚBLICA BOLIVIANA [1] está situada^ onfre los 6.° 4ü' de lonjitud oriental y f>.° 16' de [1J Antiguamente Charcas: nombre comunicado á todo el distrito por la república de Charcas, que preexis- tió al Imperio de los Incas, y cuya forma de gobierna en nada cedia, según el juicio del Dr. Monteemos histo- riador del Gran Colla, á la de la antigua Tliscala. Hoy Charcas, Capital de la tal República no es mas de una mi" 1lonjitud occidental al meridiano de Cliuquisaca (2) y en latitud austral, entre los 7. ° 30' y 26. ° 54' en la parte oriental; y en la occidental, entre los 7. ° 30' y 25. ° 39'. Tiene de superficie cincuenta y tres mil doscientas diez y ocho (53.218) leguas cuadradas de 17 y $ al grado: abraza por consiguiente dos veces la estension territorial de Francia y tres veces la de España: es tres veces mayor que la Italia, ó la Prusia; cerca de cinco ve- ces mas que la gran Bretaña, ó la Alemania pro- piamente tal; y trece veces mas que los Países ba- jos. De esta superficie tan vasta las tres cuartas partes á lo menos y sin disputa, las mejores y mas fértiles, están despobladas é incultas. gerable alrlea, un pequeño anejo de la Parroquia de Cha- vante. La denominación da Alto Perú aplicada esclusiva- mente é Bolivia, es nueva y muy impropia. Alto Perú son las Sierras que se estienden desdo 0(>¡apó hasta Qui- to, las cuales corresponden en parte, al Perú y en parta á Boli\ia. Humbolt, al considerar nuestro territorio re- pugnándole llamarlo Alto Perú, decia que debiera deno- minarse mas bien Pe rú in. enw. Lo cierto es que ni en las leyes españolas, ni en su» historiad' res, se dá á lo que hoy es Bolivia, otro nombre que el de Charcas: cir- cunstancia notable que debe tenerse muy presente, para no desconocer nuestras pertenencias y límites lrgales en los arreglos que sobre ellos se quiera hacer por tratadoi. [2] Cliuquisaca, la Plata ó Sucre está á los C6 pra- dos 46' 30'' de longitud occidental al meridiano de Paria: lo que servirá de gobierno. Yo haré uso constantemente del meridiano de nuestra capital; saho alguna vez en que per circunstancias particulares me sea forzoso citar otro. BOLIVIA linda por el S. O. con la Repú- blica Chilena, por el Sur con la Arjcnlina; por el S. E. con el Paraguay, por el E, y N. con el imperio del Biasil; par el N, con el Peni, y por el O. con el mismo Perú y el mar pacífico. LA linea divisoria entre Bolivia y Chile (3) comienza en el rio Salado, que por junto al Pa- poso, desemboca en el Pacífico a loj 25. ° 39', y dirijiéndose luego al E. S. E. remonta la Cordille- ra por Baquiüas y llega á Portezuelo que sirve de límite á la provincia arjcnlina de Calamarca y nuestro Cantón de Antüfagasla. Ee aquí vuelve al N. O. por los deciertos nevados del Chacoalto, bo- jeando por la abra de Carachapampa, Serró Galán y Puerta de burros, los curatos arjentinos de Belén, Santa María, Cachi, Rinconada y Santa Catalina y separándolos de los cantones bolivianos de Antofagas* ta, San Antonio de Lipez, Esmoraca y Talína hasta Laquiaca. Aquí varia la linea al E. por las que- bradas de Tojo, y quebrada honda, abras de Rota, Rejara y del Pucará, altura del Serró negro, ábras de Ramadas, del Porongal, Candados y altos del Cerro [3J Esta línea se ballal á mas al Sur; pero los de Copiapó se nos han avanzado mucho. Véase el antiguo Cedulario impreso de indias, tomo 2. ° desde la pájina 25. El Cronista Herrera en ta Descripción de las In- dias, capítulo 21 de conformidad á las cédulas citadas, enuncíalos límites de Charcas, comenzando por el Norte, del modo siguiente: Charcas está en £0 y | de altura aus- « tral, por el rio de nombre de Dios (Sama) y principio de(le lasAntas hasta la junta de los rios Ilau y Tanja (i) los cuales uniéndose con otros que bajan del S. O. de- senfocan con el nombré de Bermejo, en el Pa^- ruguay á los 2ü. ° 54'. Besde donde el espresa- do rio Paraguay (5) forma la linea divisoria de Sur á Norte, entre Bolivia el Paraguay, y el Brasil (6) hasta la confluencia del Jaurii, en que se halla el marco divisorio, que es una hermosa pilastra de marmol europeo, oíicialmente colocada á con- secuencia de los tratados de 1 750, por los prime> ros comisarios de Femando VI de Castilla y Juan « la laguna del coll do: tendrá de largo 300 leguas has « ta el Vallij de Copiapó, principio de la Provincia de « Chile, en 2S de altura; aunque de viaje se cuentin « 400 leguas; y de E, á O. lo que hay entre la Costa del « ir.ar ád Sur y la del Norte.» Para la mejor inte- lijencia léase el capitulo 24 de la misma descripción. (á] Véase la Cait;;-Puebla de Oran, última fronfe- ra, despachada en Cédula -de 4 de Diciembre de 1 "96 por Silbestre Collar; en ella se reñala por limite del Oran» a| N. el rio Bermejo; y ademas léase la nota puesta en el cuadro 3.= § 1.° N 3. (5) Los límites del Gobierno y Obispado del Para, guay fueron señalados por real cédula de 1620 en esta forma. Al O. su rio, y de S. á N. hasta el Paraná, cu- ya demarcación y Territorio conserva hasta hoy, dice e| P. Guebara en su historia del Paraguay. Lib. 1. ° par-: te 2. **' pnragr. 17. (ó) Los limites de Charcas, no son otros al E. di- ce Jorje Juan, que el rélehre meriliano de demarcación." En esta inmensa rejion se erijió el Virreinato de Buenos' Ayres. Después se separaron dé la Presidencia y Audien- y. de Portugal. De esta confluencia hasta la unión del Sararé con el Itenes, no hay mas lindero que una línea recta, imajinaria tirada de confluencia á confluencia. (7) Continua luego la demarcación el Itenes hasta los 7. ° 30' de latitud sur, [8] en que el rio há tomado sucesivamente los nombres de Mamoré y Madera. DKSDE este punto por otra línea recta ima- jinaria de E. á O. se encuéntra la rivera Orien- tal del rio Iabari (íty que desemboca en el Ama- zonas á los 4. ° 42' dé latitud y 4. ° 1 V de lon- cia de Charcas los Obispados del Paraguay Buenos Ayres y Córdova, para fundar en ellos los Gobiernos del Para- guay y Montevideo, la Superintendencia de Buenos Ayres é intendencias de Córdova, Tucunian &a. Q íedaron por consiguiente i¡n:dos y íuj tos siempre a la Pi esideuciay Acuer- do de Lh-.ircas todos Ijs t¿i rilarías 4 . bera izquierda del rio de Suchez, sigue la línea el curso del rio 7 leguas, hasta la estancia de Ta- rucani, y dirijéndose luego al S. S. O, por las al - turas de Pallallani, pasa al E. délas estancias de Guaranca, Ucumarini, Llipichicarca, Lapacatu, Taa- gachi, y hacienda de Patacaille, que dividida en dos partes, pertenece la una al distrito de Molió del Perú, y la otra á nuestro cantón Guaicho. Desde dicha hacienda continua la linea divisoria [10J Jorg. Juan Toni. 3. • pág. 179. (II) Los siete acápites que siguen deben srr molestos para la mayor parte de los lectores; pueden pues omitirse sin que liagin falta á la integridad de este cuadro. 7 con el rumbo anterior, y en Orurillo de Guaicho loca en el lago de Titicaca, al que lo divide por una línea recta imaginaria lirada al S. S. O. hasta las inmediaciones de Yunguyo, territorio Perua- no: EN seguida corre la linea al S. deslindan- dando nuestro Cantón de Copacabana con Yun- guyo, y pasa por las haciendas Bolivianas de Co>» saní y Mohocachi, y de esta ultima continua al N. hasta la de Guacuyo: de aquí toma segunda vez al naciente por dos y media leguas y atra- vieza al S. de Parquipujio entre esta hacienda y el Lago. Desde el confín de dicha hacienda si- gue al N. N. E. hasta Chijipata, territorio Perua- no, por una y media leguas, bajando después al S. á dividir las haciendas de Calata y Cariguaya: la primera perteneciente al Perú y la segunda áBolivia, situadas con poca diferencia, dos leguas al poniente del estrecho de Tiquina. La parte de la línea com- prendida entre Yunguyo y el estrecho de Tiqui- na, está en la Península de Copacabana, y tan irre- gularmente demarcada, que es casi imposible for- mar una idea cabal de ella, mucho mas teniendo en consideración la multitud de pequeñas porcio- nes de terreno peruano, que alrabiezan al N. del camino que conduce de Tiquina á Copacabana, que con poca variación' lleva el rumbo de naciente á poniente. DESDE la mencionada hacienda de Calata, vuelve á pasar la linea por el lago con direc- ción al S. E. \ al S. y separando las dosIslas de Uspique é Icachi correspondientes al Pe- rú, de la de Anapía de Bolivia, toma al S. S. O. ha=la el desagüe del Lago. Le aquí el rio Des saguadero demarca el lindero por dos leguas al S. E. hasta la confluencia del rio Yaro, desde don- de sube la linca hasta el crijen de este rio por dos leguas al S ; y dejando el rio en nuestra parte, continua al poniente otras dos leguas por el cen- tro de la hacienda de Tapara, cuyas mitades que- dan la una en el distrito de Guacullani. y la otra en nuestro Canten de San Andrés de Machaca. AL S. S. O. de la mencionada hacienda cor- re una serranía poco elevada, demarcando con su cumhre la línea de límites entre el territorio Pe- ruano de Pisacoma y nuestros cantones Santiago y Berenguela de la Provincia de Ingavi. Erta lí- nea corre por las estancias de Ocata, Yilacota, Pa- luinani, Taguaco ñuño, Paacata, Catacora, Tolaco_ lio, Chipa y Guañamauri pertenecientes á Bolívia y situadas en las vertientes del E. de la espre* sada serranía, mientras que al lado del O. y en territorio Peruano quedan las de Pampa buyo, Arabi, Carpani, y Catavicollo: todo este espacio es de 22 leguas. DESDE la estancia de Guañamauri que está situada á 12 leguas al O. \ al S. O. de Be- renguela, prosigue la linea por 36 leguas hasta los 17.° 15' de latitud austral. En este espacio é in- mediatas á la línea están las estancias Bolivianas de Alaro, Visvire, Caracol lo, Chinocavi, Achaula, Copnpiüo, y Alpaquerí, siendo esta última cerres- p mdiéntfi al cantón Ulloma, y situada á 20 leguas al .->. | S. O. de él, y las demás en los Cantone» Boicnguela y Calaeulo. DI«>DE Alpaquerí que está d los 17.° ño de latitud, continua la linea al S. S. O. demarcando la provincia de Carangas de Oruro y la de Tara- pacá del Perú; pasa en seguida al poniente de los nevados de Sajama, por el centro de la La- guna de Chungará qtie dista 7 leguas de estos nevados hacia el O. S. ó., y 27 del cantón Curaguara de Carangas. Desde allí toma al S. S. ó. V corre al poniente de las estancias de Tambo- quemado, Paquiza, Surirí, Lliscaya, Parajaya, Cha- cón', Piraga, y Anocaruta, situadas todas á las rai- ces de alturas mas ó menos grandes, y al O. de las serranías nevadas de Talasabaya y Carangas, igualmente que de las que toma sus fuentes pri- mitivas el rio Lauca. Esta parte del lindero cor*, responde á los cantones de Curaguara, Turco y Cuachacalla, bastar los 19.° 50' de latitud S; desde oV>ñdé iimitein'lo al cantón Llica de Potosí, corve ^orf!>non ftrgo'd'espotíanp entre Lipez y Pica hasta el rio Loa, que formando la linea divisoria desemboca en el Pacíüco á Ijs 21.° 30'. Aquí principia nuestro Litoral, y concluye en el rio Salado dtí que antes hice mención. He señalado estos linderos con la prolijidad que se advierte, porque jamás se han publicado, y para que pue- dan servir también de gobierno á las aúloiidades »;=,,- T*J6 c ^ .«s* < * -— 10— limítrofes. SON pues nuestras fronteras de tierra muy dilatadas; y aunque la configuración del territorio es irregular, (12) los límites son naturales,: y jeneralmenle hablando, bastante seguros, á escep- eion de los que existen entre la Paz, Puno, y la costa de Arica. LA parte litoral de Bolivia abraza unas~ 84 leguas, dentro de las cuales se encuentran los puertor, de Cobija y Tocopila, y las bahías de Mejillones, Algodonales,, de la Herradura y de (12) Esta irregularidad nace principalmente üc Ja imprudencia con que en tiempo del gobierno Español se separ,') de la Audiencia y Presideiifciá de Charcas, como también, del Arzobispado de ia Plata, la costa* de Arica y Tarapacá, que era parte de la Provincia do Carangas, asi por la primitiva demarcación, como por su' misma posición geográfica. 1 a desmembración1 desde luego no fué abso- luta, porque como atesta el Cosmógrafo' Bueno .en su Des- cripción se reservo por cédula, a le audiencia de Char- cas, el conocimiento de ciertas causas; y yo agrego que el subdelegado de" Carangas continuó recaudando los tri- butos basta que tido esto se confundió con la guerra; J á tal estremo que hoy no se permite aun Charquino pasar por Arica al mar, sin' pagar derechos de tránsito. Los archibos de' Carangas contienen' esta' demarcación que la trae también Herrera, como pronto se verá; y es muy verosímil que con' el tiempo, el mismo curso natural de las cosas la restablezca. No queremos arrebatar lo a geno, pero deseamos recobrar por medios legítimos, lo que fué «le Charcas. — 11 — Nuestra Señora, y algunas otras Caletas. (13) El terreno en toda la costa es sumamente seco— Solo se hulla agua en Cobija, y en la bahía de Nuestra Señora; |«ro escasa, y no de buena ca- lidad. Si la mano del hombre pudiera proporcio- narla en Mejillones, sorja esle puerto el mejor del Pacífico, y muchísimo mas ¡uleresanle que el do Cobija, tanto por estar enlci ámenlo abrigado, cuan- to por sus hernioso? foudeadi'ios, y prodigiosa es - (13; Descripción de los Virreinatos del IVrü y Bue- nos A)res, en !as Cfemir-ucs de Lima por ii Cosmógrafo di-l Reino: provincia de Atai-ama; y Herrera cuya letra dice asi:—«En la custa de esta Audiencia .Charca.*; que comien- za en 17A° en el lio de N unbrc de Dios, ó Tambe-pailn, hay el puaiio de lio junto a un rio en l8i°; y mas al S. el Mi.,o !« los Diablos, y puerto de Arica en t9'8*; y el de Tataina en Sl'j y la punta de Tarapacá, al 9* y mas adelalite lio de pica, y rl de la Oja, y el de Món- telo; puerto de Mejillones; y mas al S. Punta de les Fa- rallones ó Murro Moreno, antes de la bahía y rio de Santa Claia; y mas al S. la quebrada y l'onta, Blanca, y Quebrada Honda, y el rio de Sania Claro, cow,o ; 0 le- guas del rio de Copiapb, á donde comienza, la testa de Chile, y se acaba la de los Charcas» Al principio del ca- pitulo había dicho el autor—«El Distrito de ia Audiencia de Cliarca3 que parte términos con la de Beyes, está en 20^ de altura austral por el rio de Nombre rie Dios y principio de la Laguna del Collao: tendrá de largo 300 le- guas hasta el valle de Capiapfr principio de la provincia de Chile, en 28.° de altura, aunque de visge se cuentan 400 leguas; y de S. á O. E., lo que hay entre la costa del mar del Sur hasta la del N irte ó medio día.» Des- cripción de las Indias occidentales, Cap. 21.— I» tención. SUCRE (14; Capital de la República fun- dada á los 19.° li' 50" 15 de latitud austral, ocupa casi el centro, se.eun se dejará ver de lo que diré después. Sus distancias á las lineas di visorias de las Repúblicas limítrofes, como también a las Ciudades principales, y las de éstas entre sí, se espresan por los números siguientes. DISTARIAS 1SV ; sufoqué l'cnt'.an asegura <¡tie festti lo.itml es solo de 19-3. (;6/ Estas distancias están espresadas por la legua •nligua, le¿--.! de Castilla, que solo consta de 50C0 varas. —13— cuentado en otros tiempos.......... 2/3 Leeuas. Ala Arjenlina por Chichas............104 id. A la del Paraguay por Pomabamba (17) 2~>0 id. A la del Brasil por Chiquitos..........240 id. A id. por el Beni al Norte.......... 30'3 id. £l las Ciudades principáis. De Sucre a Potosí..................... 21 Lecuas. A Tanja............................ 96 id. A Cobija...........................s87 -id. A Oruro..........................• • 7 i id. A 1a Paz...........................!2 3 id. A Cochabamba.................... 65 id. A Santa Cruz........................ 127 id. A la Trinidad capital del Beni por Cochabamba. .......2C5 id. (57; De Chuquisaca á Pomabamba.........CO Leguas. Al Pirai..........................20 Id. A Ciza..........................Id. A la Asumpcion..............140 Id. 2W. Noticia oficial conservada en los archivos del antiguo "n : innato de Buíuos Aires—De Angelis. (18; Esta distancia no es sino de ICO leguas por la cendi que descubrió Tíldela. Véase el diario de su viig« en 3 de Setiembre di? 1SV3 registrad*» eu el Tomo 5.° N.° í'9 del «Restaurador.»—.1 4 — Distancias de las Capitales entre si. De Potosí á Tanja.................... 80 Leguas. A Cobija............................ 158 id. A Orino..................... 63 W! A h Paz..........,.................MI id. A Cocliabamba....................... 80 id. A Santa Cruz...................... 156 id. A la Trinidad............... 280 id. De Tarija á Cobija. ............. .. 150 id. A Orino............................. 43 id. A la Paz......................... 192 jd. A Cocliabamba.....................1.60 id. A Santa Cruz por entre pu.Cx blos. (19)!.'.................... 2J0 id.. A la, Trinidad...................... 300 id. De Cobija á Oruro.................... 183 id. A !a Paz..........................232 id. A Cocliabamba...................... 2'9 id. A Santa Cruz por Potosí y Co- cliabamba......................345 id. A la Trinidad por Potosí, Cocba- bamba y Sania Cruz............ 535 id. De Oruro á la Paz....................49 id. A Cocliabamba....................... 36 id. A Santa Cruz.........................U3 id. A la Trinidad..........................236 id. (19,1 E^a distancia es mucho menos, ñor los llanos que ocupan los barbaros. r)c id Paz á Cocliabamba..............80 Leguas. A Santá Cruz......................187 id. A la Trinidad por Apolobamba....... 250 id. A id. por Yungas.................. 220 id. De fochabamba á Santa Cruz.... ____107 id. A la Trinidad....................... 200 id. Dé Santá Cruz á la Ti inidad............190 id. L\S disíancias que median entra tai rapitales de Departamento y bus respectivas Pidviócias, como también las que hay entre las de estas, y sus Cantones se manifiestan con individualidad, en la! descripción política de la República.a b«b .ti OUÍ rifufao ')j^4jninBin" ~3¡r~iMola8J FORMA DEL GOBIERNO DE L.4 REPUBLICA. ÉL GOBIERNO DE BOLIVIA ES (I) republi- cano, representativo, central—Relijion del Estado, la Católica, apostólica, romana, cnn reclusión de todo otro culto público—El Ejecutivo übEgfldb á protejerla y hacerla respetar, reconociendo el (i) Constitución política del año de 18.' 9 procla- mada y restaurada recientemente por los Pueblos de la República. principio de que no hay poder humano sobre las conciencias. LA Soberanía emana del pue'lo y su ejer- cicio est¡i delegado á los tres altos poderes, lejis- lamo ejecutivo y judicial. EL poder lejislalivo se espide por un Congre» so compuesto de dos Cámaras, una de Represen- tantes y otra de Senadores, que se reúnen cada año en la Capital de la República, el seis de .Agos- to. Sus sesiones ordinarias duran sesenta dias. l a base pura formar lu Cámara de representan- tes, es la poblacou. I or cada cuarenta mil al- mas y por las fracciones que no bajen de vein- te Bul i se nombra un representante. El Sena- do se compone de lies Senpdoruf uombia ¡os poi- cada uno de los L'cpailamentos e ceplo el Litoral, Tanja y el Beni, que da cada uno un solo Se- nador, í.a C;'ií.ara de Representantes, se r* nue- va por mitad ca la do-¡ años; la primera mit.jd s;i le por suerte. Ll Senado se renueva p"i• terce- ras partes cada dos años: el primero y «secnr do tercio siilcn también por sueite. I nos \ oi;i¡- , i pútridos pueden ser reolejidos; mas * n c ¡»te r (¡o tienen el derecho de renuncia. EL poder ejecutivo reside en el l'n s<\.i Estado y en los Ministros del Ec-pac ho. P¿u;i>ii Presidente se necesita bíber nacido en el tein torio de la República: su elección se hace dirccla- mante per los su fra j ios de los ciududa >os, sien- do necesaria la mayoría absoluta de los vo-—48— los de los sufragantes: si nadie obtiene esta mayoría absoluta (Je sufrajios, el Congreso á quien roñes pondo hacer la regulación, escojo los Ires candidatos que hayan reunido mayor número fie votos y de ellos elijo, por" escrutinio al Presidente de la re- pública en sesión permanente. El Presidente du- ra en sus funciones cuatro años contados desde el día en que toma posesión, y no puede ser re- elejidn hasta que haya pasado un periodo ronsti tucional. El e* el Jeito do la administración: sus veces en casos de enfctníedad, ó inabi¡i huí tempo- ral, las hace el Presidente del Penado, y en de- fecto de este, el de la Cámara do Representan- tes. LO> Ministros del despacho son cuatro, á sa- ber del Interior, de Hacienda, de Guerra y de Iris truccian pública* Lis relaciones esteriores se en- comiendan por el Presidente á cualquiera de e!ms. Ninguna orden del I residente de la República, ó de los Ministros de Estado, se cumplo, sino está ru bricada por el Presidente y firmada por el Minis- tro respectivo. El Presidente y los Ministros son responsables personalmente de lodos los actos de la administración en sus ramos, y no pueden sa- lir del territorio de la hepública hasta que las primeras Cámaras Constitucionales, en que pudiera tener lugar el juicio de acusación, hayan serrado sus sesiones. EN las capitales de departamento y provincia, hay concejos municipales que cuidan de la policía de salubridad, comodilad, y ornato de la instruc-» cion primaria, y ademas do los caminos, puentes y calzadas de su territorio: la policía de seguridad y tranquilidad está á cargo de los í refectos y Gober- nadores. Los munícipes se elijen por la votación directa de los ciudadanos, duran dos anos en sus destinos, renovándose por mitad cada año. Para el desempeña de es!:is m isiones exi-ten on las cabezeras de los cuitónos Juntas municipales, cuyos miembro; na¡o> son el Correjid >r do! cantón, el Páiroco y un juez lo paz. Las juntas ejercen sus caraos bajo la dep :n loneia y vijilanciu de los con- sejos municipal s. Es forzoso confesar que la Ley «le las municip dida les es de eciuucí*ima; niega á lus uianícipe» muchas do las atribuciones que exije la naturaleza del Poder municipal, entre tanto que les concede otras completamente heterogénea». Pa- rece que el Congreso traía de reformarla radical' menle. Quiera el rielo que lo haga con «'¡cierto, pues sin municipalidades amplias y bien arregladas es imposible que exista la libertad, de lo cual, ce- nemos sobrada esperioncin. I as municipalidades son Ja* únicas guardias de la Democracia, y digan los tiranos, por desacreditarlas, lo que quieran. El nial desempeño de algunos munícipes sin honor, ó. el abuso que una ú otra municipalidad ha\a hecho de sus facultades, nada prueba contra su utilidad, ni contra las ventajas que á los pueblos lleva esta institución, por que en este miserable mundo ¿do que cosa no se abusa, ó no se puede abusar? y—20— por esto ¿deberemos estirparlas y aniquilarlas todas? LA primera majislratura judicial de la Rppú Wica resille en la Corte Sup-rma <> Justicia. A ella, y sí los demás trilnina les y juzgados peí teñe- ee esclusivameule la potestad do juzgar y «p'iejr las Leyes. i os Majislrados y jueces no pueden ser depuestos de sus destinos sean temporalea ó per- petuos, sino por sentencia ejecutoriada; ni suspen- sos, sino por auto en que se declaro haber lugar á formación de causa. Todos son personalmente responsables por las faltas que cometan en el ejer cicio de sus funciones. No se conocen en los jui- cios mas que tres instancias; y ni el Go1 ¡orno ni los Tribunales, ni los Jueces pueden en ningún ea so alterar, ni dispensar los tramites y fórmulas que prescriben las leyes, No puede asarse jamás del To.menlo, ni exijirse confesión por apremio. Ts- tá abolida toda confiscación dé bienes, y toJa pena cruel y de infamia transcendental. La pena do muerte solo se aplica en los casos de traición á la Patria, rebelión, parricidio y asesinato. CA*5 garántfaS de que gozan respectivamente los individuo' que babilan en la República, á mas de las que própycíoSa el sistema representativo, se contienen en las regía." siguientes.— LV Constitución garage la libertad civil, ia seguridad individual, la propiedad, y'a igualdad an- te la Ley. NADIE ha nacido esclavo en Bolivúf desde él 6 ds Agosto de 1*25, y está prohribiJa lar ¿Q***- —24 — décéion de esclavos en su territorio. N'NG'JN habitante de la República puede ser juzgada sino por el Tribunal designado con an- terioridad por la ley. LA casa de todo Boliviano es inviolable: su alla- namiento solo pued". veritiuarse en los casos y de la manera que la ley determina. 'JOD ).S tienen derech » de |)ublicar por la pren- sa sus opiniones bajo las responsabilidades que las leyes señalan. NINGUN jéncro do trabajo é industrh puede ser prohibí lo, á no ser que se oponga á las bue- nas costumbres públicas, á la seguridad, ó á la salubridad. TODO inventor tiene la propiedad esclusivo de sus descubrimientos: la ley le asegura un privilejio esclusivo temporal, ó el resarcimiento de la pér- dida que tenga en caso de publicarlos. L> inviolable el secreto de las cartas, y esT tan prohibidas las requisiciones ai biliarias y el apoderam.enl > injusto de papeles. LA > acciones privadas que de ningún modp ofenden el orden público establecido por las leyes, ni perjudican ú un tercero, están reservadas solo a Dios y exentas de toda autoridad. LAS leyes de Bolivia invitan á lodos los hom- bres á venir á su territorio, donde su libertad ci- vil tiene todas las garantías de los Bolivianos. B TODO estranjero al declarar con datos positivos, que su objeto es avecindarse en la República que*-—22— da. exento ds pagir otras cargas y pensiones que aquellas á que e.itán sujetos los nj tura les del PillS LOS eslranjnros q'ie on B »!iv-¡;i icsten á favor d« oíros estiiinjeros do l iónos quo poseen fuera del territorio de la nación, ó de bienes muebles que tienen consigo, pueden conform ¡rse con las le- yes de su nación, poro si tostaron de bienes ¡u - muebles, situados on la república, deben hacerlo conforme á las leve» bolivianas. EL Gobierno está autorizado por las leyes, pa- ra dar a los estranjcio.-: que quisieren residir en iiolivia ejerciendo ia indualnu ngiícula ó pastoril, desde dos á doce mil varas en cuadro de Ierre- no y un capital en ganados, semillas y útiles de labranza, designando el mismo Gobierno el lu- gar en que baya de bacerse la adjudicación. SE concode también una gratificación de diez á veinte mil pesos para dar al primero que en buque de vapor atravioze desdé el Océano Atlán- tico por alguno de los iíos de la Kopii'lica qua corren de Sur á Norte; y de cinco á diez mil al primero que en buque de la misma clase nave- gue desde el indicado mar ha*la algún pueblo de la República, por lo* nos que corren de Norte á Sur. Para obtener estas gratificaciones, los que se consideren acreedores deben exibir ánle el Go- bierno los documentos justificativos de su nave- gación y la respectiva hidrografía de los ríos que hayan corrido 23— LAS leyes consernientes á la administración del Estado, se hallan compiladas según el orden aU fabético de la» materias, y bajo el titulo de Co/ec- aon Oficial, en 5 Tomos, de los cuales el último, contiene el índice cronolójico para liuscar las leyes cuando se citan por sus fechas. Hay otra colee» ciun oficial por Orden cronolójico con Índices co- piosos mucho mejor que la primera por el órden y tino, con «pie toda ella está ejecutada; aunque no alcanza sino basta 16 de Julio del año de 1835. PARA la administración de justicia hay tres Códigos: Civil, Penal y de Knjuieiamientos. El ci- vil está fundado en los principios de la lejisla- cion romana, depurados de las sutilezas que en ellos introdujeron algunos juriscon ultos. So conforma bastante :on las luces ckl tim él Penal; y seria mucho mejor, si á ios prectdios y obra.» públicas se sus- tituyesen la» Peu.lenciai ias del sistema celular com- pleto, con ira! ajo voluntario, y para ciertos reos su lraslac:on á colonias de frontera; y en el de Enjuicia miento so han simplificado cuanto es posi- ble las formas de proceder; de suerte que la di- rección de los procesos no constituye ya hoy, co- mo en otros tiempos el patrimonio de algunos prac- ticantes. JUZGO que estas pocas noticias basten á nrani* festar el espíritu protector que en nuestro sistema de Gobieno predomina; y que en él tiene la industria individual, cuanto apoyo ha menester, para desem- volver los jérmeoes de riqueza que intactos y ca-si ocultos existen en el seno de Ya República!. , Lo que «ñas consuela en este pmlUular es, que las doctrinas que cnun io van penetrando yá en las ma- sas, embebiéndose en sus hábitos, y arraigándose de tal modo c|ue prnnte formarán »us habituales creen- cias. Por esta causa, ni los trastornos político.*, ni las reformas de las Constituciones, ni sus alteracio- nes han hacho desviar ú los pueblos de sus principios Jenerales. Con tales garantías solo f.dta, que de- jándonos nosotros de nuestras rencillas y de sus mezquinas ambiciones, los Gobernantes espío- temos todos los intereses materiales de nue^tia pdtrid paia ser tan ricos y venturosos, como los que mas. $«>*G^«^«tt..«!S,«W.«>3i K», JKW «» Gh>.H« «t*,»W. «WXX CUADRO III. DE LA DIVISION TERRITORIAL. B 0 L I V I A. LA variedad de objetos a que atiende el Co- bierno, ha hecho necesarias diferentes divisiones del territorio, en las cuales no han podido abra- zarse siempre las mejores: hablaré de ellas en—20— párrafos distinto?, comenzando por las que presenta la naturaleza del terreno. PARBAFO F, O JDi visión i^ísicfz ele ¡Solivia. LA CorJi/lera de los Andes, qne desde Ta? tierra del Fuego, se dirije de S. a N., penetra en el territorio Boliviano, por la parte litoral, á los 25." 39' y por el interior á los 27.° 38' de latitud austral. (1) Entre los 21 y 22.° se parle en dos sistemas considerables, y muy bien pro- nunciados, de los cuales el occidental continúa orillando las costas del océano pacífico, mientras que el oriental declina un poco hacia el E. y luego, dividiendo la República á lo largo, en dos porciones, una alta y olta baja, vá á unirse con e! occidental al If. O. de Pelechuco, en el paralelo 14. Desde este punto, conocido por Nudo de Apolobamba, corren los Andes al If. O.; haciendo una grande inflexión; y como en aquellas regio- nes Bolivia se prolonga al N. solo ya por los lla- nos orientales, dejando allí la cordillera, trataré de ellos, al describir el Beni. AL principio de su división los dos sistemas no presentan sino terrenos montañosos, y no muy al- tos; por cuyo motivo son transitables sin grandes dificultades. Las cimas elevadas y de nieves per- (l) Recuérdese el paralelo á que corresponde nues- tro cauton de Antofagasta; y también su longitud. —2Í— péluas en el occidental, comienzan entre los y 19.° de latitud Sur, en la provincia de Caran- gas, donde descuellan el Talasabay-t, el Tuca/:a, y el Sa/ama, cuya altura alcanza á 23,088 pies castellanos. Desde esta montaña hasta el Desa- guadero no hay camino transitable en el sistema occidental, sino el de Tacora, por donde atiabe - zando la cordillera con bastante molestia, se baja á Arica. En dicho punto de Tacora so reúnen les caminos que salen de la Paz, Oruro, y Potosí— Al S. de Sajama existen tres pasos sobre la cos- ta: el de Sajama que es enteramente despoblado, vá á Lluta: el de Colpa á Camina, y el de Haba al mismo Camiña, y á Tarapacá: sin embargo dando un rodeo, se puede ir también á Arica por estas rutas. El conocimiento del sistema oriental nos me- rece mayor consideración, por estar casi entera- mente colocado en nuestro terrilorio. Este siste- ma, llamado vulgarmente Cordilla a Real, al prin- cipio de su separación se compone de cinco ca- denas paralelas, de las que la primera, o mas occidental, es la cordillera de los Frailes, que jun- tándose á los Azanaques de Condo, pasa por An- cacato asaz baja y ramificada. La 2. p es la cor- dillera de Porlugalete, donde el famoso Choro/yue se eleva á la altura de 19,000 pies. Esta cor- dillera después de formar el nudo de Polosi y Porco, se ramifica en cuatro pequeños ramales. La 3. a es la cordillera de Caipa y Liqui. La 4. Mse compone de las cordilleras do Taxara, Tara- ehaca, Sombreros, y Yacamhe; y la 5. 05 y úl- tima es la cordillera de Caiza. Las tres cadenas primeras se deprimen liácia Cochabamba, y hacen lugar á los hermosísimos valles de aquel Departa- mento: las otras dos del E. siguen guardando una altura media. En Tarija reciben los Andes un contrafuerte, que dirijiéndose de Levante á Poniente, apoya la cadena de Caiza. El ensanche que con él toma esta cadena, continúa hasta Guarapelcndí, donde el Pilcomayo se abre paso á los llanos de Manzo, Allí comienzan las serranías de Pomabamba y Sau- ses, en que habitan los Chiriguanos, las cuales es* tan formadas en cordones paralelos que dejan en- tre sí largas y anchas vegas, cubiertas de her- mosas selvas y abundante pasto. Los cordones pa- ralelos que allí llaman cañones, son interceptados por el Parapetí, y el Rio-grande, ó Guapai, que es su propio nombre; y á la margen septentrional de csie, desaparecen, presentándose casi maciza la Cordillera. Al N. de Ctchabamba se consolidan las cinco cadenas anteriores y forman el magnífico promon- torio, nombrado Nudo de Cochabamba, y Santa Cruz, el que después de ensancharse al E. con las serranías de los Mozelenes, sigue encadenán- dose á las montañas de Palca grande, de las Tres Cruzes, la Paz, y Ancuma hasta Pelechuco, don- de se reúnen los dos sistemas, como dije arriba, y componen el nudo de Apolobamba. Desde el Promontorio de Cochabamba se elevan los Andes á la región de las nieves perpetuas, y proporcio- nan al observador mi espectáculo sublime, único y verdaderamente digno de admiración, por la an • churosa banda blanca que sin interrupción en- vuelve las cumbres colosales de montes jiganlez- cos, en una larga estén sion, á cuyos términos no alcanza la vista. En este espacio es pues donde los Andes se presentan rúas imponentes y mages- tuosos, y en que existen las montañas mas alias que se han medido en América. Al E. S. E. de la Paz, y en los 10° 37' de latitud, y 3.° b\' de longitud occidental al meridiano de Chuquisaca, se yé el Illimuni, que sobre una basa granítica de 40 leguas en contorno, yergue su sobervia frente á la altura de 26,271 pies castellanos. Junto á Sorata y á los 15.° 37' y h.° \o el I/ímnpu de la misma naturaleza y no de menor volumen se le- banta 27,030 pies sobre el nivel del mar; y mas al E. de esta Villa hai aún otros nevados de igual ó mayor elevación. LOS dos sistemas que he mensionado, en- cierran la gran alti-p.'a/iicie de Oruro, que se es- tiende desde los confines boreales de la provincia de Lipez, hasta la raya de Santa Rosa, que en, otros tiempos sirvió de límite al antiguo Virreinato de Buenos Ayres. Estos llanos tienen de largo mas de 180 leguas; 30 á 35 de ancho, y como 13,000 pies de altura sobre el nivel del mar. En-30- ellos existen algunos cordones y grupos de cerros esparódicos, que aunque bien distantes unos de otros, afectan cierta regularidad de orden y pa- ralelismo, con las cordilleras. También se encuen- tra en esta alli-llanura, el famoso lago alpino de Titicaca, que formándose por el aflujo de mu- chos ríos notables, desagua solo por un punto: su superficie es de 220 leguas cuadradas. (2) El rio que de él sale, se nombra Desaguadero, el cual uniéndose con el Mauro, y otros arroyos que bajan del sistema occidental de la cordillera, baña las provincias de Pacaje?, Sicasica, el Cercado de Ornro, y Poopó hasta meterse en el pequeño lago de Pampa-Aullagas despuos de un curso tortuoso de mas de 83 leguar,. El lago de Pampa-Aulla- gas comienza frente á Poopó, y termina en Pam- pa-Aullagas. Tiene de largo como 18 leguas; de ancho 9 cuando mas; su profundidad es vária, y h;ícia su medio está situada la Isla de Panza de exelente paslo para ganado lanar. Sin embargo pues de que este lago misterioso recibe la grande copia de aguas que le subministran el Desagua- dero, y los rios de Sorasora, Poopó, Urmiri, Ta- cagua, Condo, y el del Marqués, no aumenta su caudal, ni presenta punto alguno de desagüe en la superficie. Creían muchos que tenia un sumi- dero, por donde se comunicaba con .el mar del Sur, en el cual, junto á la costa de Iquique, se dice, que á principios del s¡¿»lo pasado se hallaron al- (2; Penlland. — '¿i — gunos fragmentos de las balzas de enea que se emplean para navegar el lago. Pero en estos úl- timos tiempos se ha visto que se comunica con las lagunas de Coipaza,' y Chipaya de Carangas, entre las cuales y el lago existía un canal, ó cauce, que solo se llenaba en los años muy llubíosos.— El fondo de este canal ó cauce se ha undido junto al lago, como por espacio de dos leguas, y también cerca de las lagunas, donde ha nacido un rio, (Eaca-ahuira,) que no puede alrabezarse por su profundidad, sino en balsas, quedando en el in- termedio una especie de puente natural que retum- ba al paso de las caballerías; de manera que el misterio se halla hoy en las espresadas lagunas que no son muy grandes, ni tienen en la superficie nin- gún desagüe. PASANDO al O. el eje de la cordillera, entre los 21.° 30' y 25.° 3!)', se desciende á una llanura, ó mesa, que se esliende 84 leguas á lo largo, y de 20 á 25 á lo ancho sobre la altura de 8000 pies; la cual conforme uno se aproxima al mar, vá disminuyendo insenciblernente hasta 4000. De aquí sigue una bajada rápida hasta la playa; pero antes de ella, se presenta un cordón longitudinal de co- llados, que son conocidos per el nombrede Lomas, las cuales ofiecen un aspecto encantador, porque se vis- ten de abundante yerva, é infinita variedad de flores, á beneficio de la gar%\a que cae en los meses de Julio, Agosto, y Setiembre; es decir, cuando lodo el interior se halla enteramente agostado,—32— marchito y triste. FUERA de esta faja singular, el terreno de la mesa hasta las laidas de la cordillera, es arenoso y calizo, completamente penetrado de carbonato de' sosa, y escasísimo de agua; y como tampoco llue- ve en él, no es nada á propósito para la vejeta- cion. Sin embargo, hay algunos trechos ú Oasis que se cultivan y producen frutos en virtud del riego que proporciona el rio Miño, y algún otro riachuelo. En los cantones de Calama y Chiuchiu bañados por dicho Miño, se han esiablecido mu« chas' cementéras, y aumentado pastales, con motivo de la creación del puerto de Cobija. Los campos calizos de estai mesa son del mismo carácter que los de Tarapacá, donde mediante escavaciones no muy profundas, se obtiene el salitre, y la lígnila, ó leña fósil; combustible que en nuestra costa se- ria muy útil, para la fundición de los abundantes minerables de cobre que tenemos casi al labio del mar. AL E. del sistema oriental de la cordillera' se encuentran los Llanos de Alanzo, Santa Cruz, y el Beni. Los de Manzo que de E. a O. miden mas de 100 leguas de ancho, están naturalmente divididos al S. E. por el Tarija, ó Bermejo, y al E. por el rio Paraguai. En ellos hay algunas serranías esparódicas que los hacen muy aprecia- bles, porque impiden que los desbordamientos de los caudalosos rios que bañan aquellos campos, los inunden ó* inutilizan. —33 LAS serranías primeras son las de Cenia, que dirijiéndose de E. á O. aumentan el contrafuerte de Tarija, y parten las aguas entre el Tarija, y Pilcomayo. (3) La serranía de las Salinas que está como 20 leguas al E. de Caiza, y donde tie- ne su orijen el Yabebirí, ó rio Verde: la de los Poloreros cerca de la cual existió el pueblo de S. Ignacio de los Somucos perteneciente á la provin- cia de Chiquitos, y cuyos habitantes por librarse de las vejaciones de los Portugueses, se retiraron, á Santo Corazón, donde viven hoy sus descendien- tes. (4) La de Yoivida junto á la cual se fundó también el pueblo de Caiza, destruido igualmente por las correrías de los mismos Portugueses: las ruinas de este pueblo han sido encontradas en es- tos últimos tiempos no muy lejos del embarcade- ro Magariños. Corresponden también al mismo sis- tema las serranías de Chiquitos, en que se en- cuentran muchos minerales de oro, hierro, y piedras preciosas. Todos estos grupos están entrecortados (3) En la confluencia del rio Genta, y el Grande de Tarija, estuvo fundada la Giudad de Guadalcazár, la cual, aunque establecida por el Gobernador de Salta, fué declarada perteneciente al Correjimiento de Chichas y Ar- zobispado de la Plata for estar .siVtio.'.'rt á exla parte fiel Bermejo; y de ella, á nombre del Arzobispo de la Plata tomó posesión el Licenciado Vega, cura de Gotagaita.— Véase la historia de su viaje, y á Lozano, historia del Chaco. (\) Informe del Sr. Oliden al Supremo Gobierno de la República: Kl «Restaurador) Tomo (>.• • • h~-vf¡< l e .j .-oovtr'r.o *z\v3*% o! vi] »»*P *e» *9—31— por valles mas ó menos anchos, en los cuales ser- pentean arroyos que los refrescan y fecundizan de un modo asombroso. LOS llanos de Manzo (5) se prolongan por el N". Basta nuestros límites boreales; no son por con- siguiente las llanuras de Chiquitos, Santa Cruz, Mo- jos y Apolobamba, mas que la continuación de las dé Manzo; y aunque el promontorio de Cocbabam- ba se dilata en aquellos parajes un poco hácia el E. no por eso disminuye la anchura de los llanos, á lo menos, senciblemenle, porque es allí donde los Andes comienzan á encorvarse y nordóbestear. La parte poblada de Mojos y Santa- Cruz carece de sierras, y solo se ven algunos Oteros ó Colla- dos, junto á los cuales están situadas las poblacio- nes: esta es la causa porque anualmente se inun- da Mojos, y algunas veces hasta el estrémo de reunirse en un pequeño Collado, el hombre, con el ganado y las Ceras. EXISTE una diferencia notable en los llanos de que he hablado. Los de Manzo están cubiertos do Gramineas y sotos que por lo regular son de Palmeras, que se presentan cerno grandes Islotes en medio de un mar verde. Los de Mojos y Santa (6) Este es el Chaco central poblado por el Capitán Andrés Manzo, mediante una capitulación que hizo con los Cabildos de la antigua Santa Cruz y Chuquisaca, después de grandes disputa?. El Chaco austral pertenece á la Re- pública Arjentina, y con el boreal formaban los tres jun- tos la región antiguamente llamada Gua'amlá 6Gran,Cha- eo: cosa que por lo regular, equivocan los Jeógrafos. —33— Craz forman inmensos bosques espesos en que es- casean las Gramíneas. Apolobamba Guarayos, y Chiquitos aunque bien distantes, se asemejan entre sí, pues abundan en ellos las praderas, selvas, bos- ques, y aun los producios de la puna, como lo diré en su lugar. MUCHOS rios cortan y riegan el territorio Boliviano. En la descripción de los departamentos particularizaré los que fluyen en la parle alta; consideremos ahora solo los que corren por los llanos orientales; indicando si sus fuentes, afín de que se conozca, la larga estension de su curso, y las ventajas que de ella pueden derivarse á favor de la navegación fluvial, ó á lo menos, déla flota- ción. Comencemos por el Sudeste. SON varios los rios caudalosos que bañan los llanos de Manzo, entre los cuales el Pilconiayo es el principal; pero antes de describirlos, diré algo del rio Paraguai, en que vierten aquellos sus aguas. Sabido es que este rio viene de la Capitanía jene- ral de Matogroso, de hácia los 13° de latitud, y que á los 16.° 25' donde se halla nuestro marco divisorio, se une con el Jaurú que procede de los mismos lugares. Mas abajo de esta confluencia, dirijiéndose de N. á S. se divide á los 18.e 30' de latitud, en dos brazos caudalosos: el mayor cor- re con su canal estrecha, y muy profunda por medio de los Jarayes; y el otro vá algunas leguas por la parte occidental de los mismos Jarayes.— Estos pantanos célebres conocidos antiguamentepor el nombre de la laguna de los Jarayes, co- mienzan á los 16.° 48' en que se ven los cerros de la Molguera por la parte occidental del rio, y por la oriental la sierra de S. José. Hácia los 19." |' se reúnen ambos brazos; y el rio continúa su curso tranquila y magesluosamenle hasta incor- porarse con el Paraná á los 28.° de latiud. Allí pierde el Paraguai su nombre, y toma el de aquel, el cual lo conserva solamente hasta la confluencia del Uruguay; perqué desde esla corre al Atlántico, con la denominación de rio de la Plata» l-a nave- gación de este y la del Paraná son muy conoci- das; debiera serlo igualmente la del Paraguai hasta el marco del Jaurú, porque los primeros po- bladores la frecuentaron; y la comunicación entre la capital del Paraguai y Cbuquisaca por el rio y Chiquitos fué en aquel tiempo tan continua, como hoy es trillado el camino de la Paz á Sucre. Cau- sas cuya historia no pertenece á este lugar, sus- pendieron las relaciones y aun han hecho olvidar el camino terrestre que del puerto de Reyes se di- rijía á esta Capital. El primero que subió y re- conoció el rio fué Ayolas fundador de la Asunción que el año de 1537 llegó á la laguna de Manioré, Domingo de Irala navegó del mismo modo el rjo hasta los Jarayes, tres veces; conduciendo en la última, mucha gente de desembarco, porque había concebido la idea de pasar al Amazonas, en busca del Dorado. Cuando salló á tierra, dejó en de- pósito y guarda sus embarcaciones y equipo á los —37 Jarcyes que se los devolvieron lealmente á su vuelta que fué un año y medio depues de su par- tida. El adelantado Alvaro Nuñez cabeza de Ba- ca navegó igualmente. Embarcóse el 13 de Di- ciembre de 4543, y subió el rio hasta el Jaurú, con 4 bergantines, 6 barcas, 20 jabeques, 200 ca- noas, 4 000 españoles y 4 200 indios. En 1557 Nuflo de Chaves vino desde la Asunción á poblar Jos Jarayes, con 220 soldados y 4 500 indios, en 12 barcas y muchísimas canoas y balsas; visitó y reconoció los Jarayes, su isla, á que llamaban el paraíso y las lagunas, Oberaba y Gaiva y fundó, en esta, el bien conocido puerto de Reyes. Los primeros Comisarios de límites presididos por el Sr. D- Antonio Flores y aquienes en calidad de Cape- llán acompañaba el P. Quiroga subieron el rio el año de 4752, pusieron el marco divisorio en la con- fluencia del Jaurú; examinaron las lagunas Oberaba y Gaiva, vieron que se comunicaban por medio de un canal', tomaron las alturas, en todos los puntos notables, desde el marco á la Asunción; informáron, por fio, al Marqués de Valdelirios sobre estos y otros muchos objetos, dignos en verdad, de ser estudiados por los bolivianos. Todas estas noticias y otras que por no fastidiar omito, se encuentran en las historias que diversos autores contemporá- neos han escrito sobre las provincias del Paraguai y Chiquitos; y yo las repito aquí, para desengaño de los que hubiesen dado crédito á las sandeces y patrañas del conde de Castelnau que en una38— nota dirijida de Lima al Ministro de Instrucción Pública del Brasil fecha 16 de Febrero de 184a, dice entre otras cosas— «Que la laguna liberaba sé comunica con la Gaiva por un rio, al que le puso el nombre de Don Pcr/,o.« «Que el juzga ser el primer europeo que esploró este lago como la re- gión de los Jarayes; «Que el Paraguai no recibe ningún rio por el O. desde el Jaurú hasta el fuer- te Borbon; y que los esfuerzos que el Gobierno de. Bonvia hace para establecer una navegación por este lado, serán por consiguiente sin fruto. Risum teneatis amici. Perdóneseme esta digresión no muy ajena de mi objelo. LAS márjenes inmediatas á la confluencia del Jaurú son hermosos llanos que por esta causa me- recieron el renombre de Campos alegres, los cua- les son interceptados por la sierra de San Fernan- do perteneciente á Chiquitos, que comenzando á los 17» 39' vá orillando al rio, hasta los 19.# 30' donde termina por unas lomas pequeñas y uni- das sin otros rebajos que las cañadas de sus ver- tientes. La sierra es áspera y escabrosa, su cum- bre toda de puntas y picos de piedras que la ha- cen árida, escarpada, y de difícil ascenso por el Jado del rio, pero en sus bases y parte de la fal- da hay bosque delgado. A los 17. ° 38' en que la espresada sierra de San Fernando se aproxima al jrio, se estrecha este tanto que queda un ca- nal solo de cien varas; pero con 30 pies de pro- fundidad. De allí descendiendo por el rio, se ha- 30. Ha el estrecho llamado San Francisco Javier en- tre unos cerros de los cuales cuatro ó cinco es- tán en la banda occidental á los 19. ° 48' y los otros en la oriental. (7) Mas abajo se en- cuentran los cerros llamados los Tres hermanos, á cuya continuación y en la altura de 21 ■ ° 17' se vé otro estrecho notable. (8) De este punto htts- ta la boca dei Tanja ó Bermejo toda la orilla es baja y el rio anega en tiempo de lluvias, las tier- ras ribereñas hasta unas diez leguas de distancia; y aun mucho mas en los parajes por donde des- carga el Pilcomayo, cuyas dos bocas se unen con la del Bermejo, formando una laguna de treinta leguas. AUNQUE he dicho que el rio paraguai vá faldeando la sierra de San Fernando desde los 17. ° 38' hasta los 19.° 30' no se ha de entender que siempre van unidos, por que hai sitios en que se aparta de ella, dejando espacios n o muy grandes (7) Estos son los terrenos que nos usurpan los Por- tugués*», y en que fundaron después del año 1777 á Curumba y los fuertes d3 A'lburquerque, Miranda y Co- irabra. (8J En este punto se halla el fuerte JBorbon cons- truido por los Virreyes para detener las usurpaciones siempre crecientes de los Portugueses. Debimos ya re- cobrarle, índemirizíndS á los Paraguayos por los gastos de su conservación; pues está situado xn el territorio de Chiquitos que alcanza al Trapico: Patricio Fernandez no- ticias ttistor. de Chiquitos.do ule se forman a'gunas lagunas chicas, y cinco grandes llamadas la 1.a Oberaba: la 2.* Gaiba : la 3.a Caracará: la 4.* Manioré: y la 5.* de los Guatos ó de Ayolas. Estas lagunas están cercadas por la sierra con bocas pequeñas al rio. La Obera- ba tiene su bocas á los 17.° 30'; la Gaiba á los M.° 48* la Caracará á ios 17.° 55 - la Manioré á los 18.° 12' y la laguna de los Guales á po- co mas de los 19. ° (10) EL Pilcomayo que nace al N. O. de Po- tosí, del ciénego redondo que existe enlre Vilea- pujio y Tola palca, corre al S. E. basta locar en Salinas de Yocalla, de donde vuelve al N. E. en- riquecido yá con las aguas de muchas fuentes y arroyos; de modo que al interceptar el camino que de Potosí vá á Oruro, es invadeable en tiem- po de lluvias, por cuyo motivo se fabricó allí un hermoso puente de piedra. Después variando su curso al S. E. recibe por el N. al Cachimayo va- rios ríos, de que daré cuenta en la descripción de Chuquisaca y los arroyos de Ingri y Manza- nos y por el 'S. los de Mataca, Turucbipa, Paspaya y el grande Pilaya. i LOS dos rios, esto es el Pilcomayo, y el Pi» laya, se juntan á los 20. ° 50' de latitud aus- (9) Eu esta laguna estuvo el antiguo puerto de los Reyes, fundado por Chaves. [10] Informe del Sr. D. Manuel Antonio Flores al Marqués de Valdelirios dado á 14 de Agosto de 1756. Iral y 0. ° 16' 30" de lonjilud oriental ai me- ridiano de Chuquisaca; y sin embargo de tener mucha mas agua el Pilaya. pierde su nombre y prevalece el de Pilcomayo. Al salir de la sierra y cerca de Guara petendí, da este un sallo como de 21 pies para echarse en los llanos, por don- de corre haciendo muchas inflexiones, pero diri- jiéndose siempre al S. E. hasta desembocar en el Paraguai. En su largo curso por los llanos, so- lo se aumenta con las aguas del rio Salado v los arroyos de Santa Rosa, Tobas, Yoyvida, y otros dos ó tres, cuyos nombres no se han újado. A una y otra ribera forma muchos esteros y la- gunas en que abunda la pesca. Como 70 le- guas antes de descargar, se divide en dos bra- zos caudalosos: el setenlrional entra en el Para» guai diez leguas mas abajo de la Asunción y el austral á las quince. Un canal no muy distan- te de la sierra de Pomabamba fué medido y son- deado en Agosto de 1845: tenia 270 pies de an- cho y 8 de profundidad. Esla disminuye en diez ó doce parajes del rio, por el demaciado ensan- chamiento que toma, corriendo al travez de ve- tas de arcilla fina que las aguas por su débil fuer- za y poca-velocidad no pueden romper. (11) DESAGUAN también por el O. en el predi- cho rio Paraguai después de regar muchos cam^ pos, el Pirai á los 25.° t\ el Meboyca-é a los fllf P. Patino en el diaiio de su navegación por osle rio. tí—42 — 2V.° 56', el Verde ó Yabébirí á tos 23.b 5f Jf poco mas arriba á corta distancia el de los Fogo- nes y el Tinahamas, cuyos origines y curso no eslán aun bien esplorados. Descarga en él mis- mo el Célebre Oluqnis á los 19° 30' 4 \ leguas a1 N-. del fuerre de Coimbra: en lá confluencia dé este rio han construido los Portugueses poco dés- pues del año de 1802 lá fortaleza que lleva por nombre, el apellido del Jeneral Miranda (?2) El Goavis que corre de los pueblos de Chiquitos bar- cia el oriente entra de igual modo en el Pa ragua i á los 4 7.% au:ique no se sabe á punto fijo, si sé junta con el brazo occidental, ó entra en un re- codo de la laguna Caracará que se comunica cort el rio en la parte inferior de los Jarayes [4 3] El rio San Juan ó de las Onzas, descarga eh la la- guna Oberaba, de cuya comunicación éon el Pa- raguaí, be hablarlo arriba. DIV'DEN y riegan los campos de Sarita-Cruz y el Beni el Mamoré, el Itenes, el Dent, el Ma- [12] El S. Alvares Sotomayor Comisario de límite» de la 3. " partida en informe dado al Suprimo Gobier- no á 23 de Nubieml.re de 1831. En este informe se se- ñala el curso del Otuquis y los motivos que tuvieron los Portugueses para construir el fuerte Miranda; y es es- treno que hallándose este documento incerto en el núme- ro 35 tom. 5.* del Restaurador no hubiese consultado á su autor, para llevar adelante su empresa, el S. Oliden. [13J Descripción del rio Pargauai desde la boca del Jaurú basta la confluencia del Paraná, por el P. Quiroga Capellán de los Demarcadores, publicada en Roma en 1758. i, — 43— no y el Inanbari rios de primer orden. El Ma- moré que corta á lo largo el terreno dilatado de Mojos en dos partes considerables, se forma por ]a confluencia del Guapai y el Chaparé. El Gua - pai nace al sur de la cordillera de Cochabamba junio á Colomi; y reuniendo por su derecha las aguas de Morochata, Tapacarí, Arque y todas las que caen al N. de la línea de los vertientes en las provincias de thayanla y Yamparaez, y por el otro lado, las que forman el rio de Mizque, cor- re al E. con el nombre de Kio Grande hasta A- bapó incorporándosele al salir de la cordillera el gran rio Azero; y de A bapó tuerce al N. El Cha- paré reunido en un cuerpo con los rios Paraj- li, San Mateo, Coní, ( himoré, Saeta y Matani ba- ja de la cordillera y sierras en que está la pro- vincia de Yuracarts y se mezcla cerca de los 4 6.° con el Guapai en que desaguan el Pirai y demás rios de la serranía inmediata á Santa Cruz: estos dos grandes rios toman desde su confluen- cia el nombre de Mamoré. EL Guaporé que viene de la Capitania jene- ral de Malogróse y que sé engrosa con nuestros rios Barbados, Blanco y Magdalena, recibo en núes - tro territorio el nombre de llenes y se incorpora al Mamoré, á los 4 1.° 54' 4G'' . Aquí termi- na la parle oriental de Mojos; pero continua la occidental, bajando por las aguas del llenes y Mamoré ya unidos con el nombre de Madera has- ta el paraje situado en igual distancia lomada des-— 44 — de la boca de los enunciados Mamare é (tenes, unidos hasta la desembocadura del Madera, en el Marañon ó Amazonas. EL Beni dirigiéndose de 6, á N. separa las provincias de Mojos y Apolobamba, y está forma- do de un sin número de ríos muí conciderables, los que como se reúnen en poca distancia, componen en breve un cuerpo crecido. L03 mas distantes por su orden son los rios de Cotacajes, Cañami- ña. Suri, el de la Paz, Solacama y Tamampaya, á los que se agregan los de Coroico, Caca, Cha - llana, Mapiri, Aten, Tuiche, Tequeje y el Ma- sisi ó Cabinas. Mas al N. y hácia H. ° de la- titud comienza á inclinarse al N. E. y recibien- do las aguas del Piraibá, por la izquierda y las del Edén, que desemboca con 130 varas de an- cho y mucha profundidad, por la derecha, las del Julio (14) que le entra por el lado opuesto, y de otros varios, se junta al Maraoré por dos vo- cas, una de 800 varas de ancho y la otra y de 450. (15, á los 10.° 22' 30" de latitud, mas abajo de la Cachuela llamada Lajas. Esta es la boca del Mamoré, ep que perdiendo su nom- bre toma el de Madera; y desde donde debe me- dirse el curso de dicho Madera, para conocer la parte que nos corresponde según el tratado de [HJ Véase en c! Restaurador tom. 6* el diario de la navegación por el Beni de D.*luc. [15J Véase en la Epoca año 4.° el diario de la na- vegación del ciudadano Manuel Palacios por el Maraoré y Midcra. límites. Fs falso que el Beni se divida en dos brazos como supone el P, Narcizo Girbal: el Inam» pari ó como escriben los españoles Inamban que sucesivamente toma los nombres de Beniparu, y A- poparu, corriendo al N. dió motivo á la equivocación. LA orilla occidental del Beni está formada por el declivio de un terreno montuoso, ancho pero bajo, que corre desde las sierras orientales de los Mosetenes hasta cerca de los 9. ° de la- titud. La oriental se halla adornada de una ca- dena de Oteros y Collados que se prolongan lam^ bien hasta los 9. ° de latitud, donde desaparecen; siendo este el motivo por que no se inunda Apo- lobamba ó bajo Caupolican. EL rio Mano se forma entre las cañadas de los declivios orientales y sctentrionales del nudo de Apolobamba. A corto espacio de su curso se hace ya muy caudaloso; su dirección de S. O. á N. E. es paralela, en aquella rejion, á la del Beni, del cual solo dista 50 leguas. El Mano no está es- plorado; y se juzga fundadamente ser el Cuchi-» vara, que con el nombre de Punís y en clase de rio de primer orden, se pierde en el Amazonas, á los 4.° 10* de latitud y 4.° 15'_de lonjilud oriental á Chuquisaca. EN la banda boreal de Pelecbuco se hallan los primitivos manantiales del Inambari que pasa por entre el distrito Peruano de San Juan del oro y nuestro cantón Mojos recojiendo las aguas que caen al E. y O, de aquellas quebradas y demar-cando. Ioí límites de proba? Repúblicas; luego car - re al N. y mui enriquecido desciende á los lla- nos, donde se une al rio grande de los Pacava- ras; de allí vuelve su rumbo al Ñ. O. y se in- corpora con el Apuparo que lleva las aguas que van del Perú, á las cuales, no obstante su gran- de volumen las hace variar du cuno. La confluencia se verifica a los 1 I. ° 15' de lati- tud y 4. ° 5' de lonjitud occidental. Algunos geó- grafos miran al Inambari, que cerca de su boca se llama Beni-paro, miran, digo, como el tronco prin- cipal del Amazonas, tanto por la distancia de sus primitivas fuentes, y consiguiente curso dilatado, cuanto por la enorme masa de sus aguas. Muchos geógrafos deriban del lago Rogo aguado tres ó cua- tro rios de 2. ° órden, que los bacen ir al N. en derechura al Amazonas; pero esto es imponible, corriendo por el promedio, como llevo espresado, el Mano y el Beni, con dirección de S. O. á N. E. Las aguas que «alen ílel mensionado lago no van sino al Mamoré, según se verá llegando á la descripción del Departamento del Beni. Los rios de segundo órdan que descargan ei el Amazo- nas entre el Yabari y Purus, proceden no del Ro- goaguado, sino de una serranía baja que se encuen- tra en nuestros confines boreales, hacia los 9. de latitud, de donde parece también nacer el Ya- bari que haciendo una grande circumvalacion por el O. se mésela al Amazonas á los 4. ° 48' de latitud y 4. ° 14' de lonjitud occidental. YA puedo ahora dar a conocer la gran lí- nea de los vértientes (dívo'rlia aquarum) que se foima en nuestra rejion, entre los 15." y 20.° de latitud, austral y que distril oye las aguas á los grandes estuarios del Amazonas y el Plata. LAS aguas que caen en las faldas occiden- tales de la cordillera de los Frailes y Azanaques hasta su deprecien junto á Cochabamba, corren hacia la á 1 ti planicie de Oruro, y se depositan en c1 lago de Pampa A«llaga%. Las que caen en las faldas orientales, y en las cuatro cadenas si- guientes, fluyen al E. dirijiéndose unas por el S. E, á la hoya del ríala y las otras por el N. E. á la del Amazonas. La línea que reparte las aguas, comienza en él cantón Culta; sigue al E. por Janina y Chuquisaca, y luego al S. E. por Pomabamba. De aquí por él N. E. baja á los llanos y los ntravieza oblicuamente hasta Mato- groso corlando la línea divisoria de límites. En ios llanos resalta dicha línea de los vertientes no de cerros ó colinas cuyos declives puedan derra- mar las aguas hacia una y ótra parte, sino de la interseción de dos planos casi imperceptiblemente inclinados. POR lo espuesto se vé, que las aguas que caeri al S. de Cochabamba y N. de Chuquisaca van á unirse con el üuapay, que interceptando la cordillera, baja por el E. á Abapó, y volviendo desde allí al N. corre con el nombre de Mamoré, por Santa Cruz y Mojos, al Amazonas. Este mis- mo rumbo aunque inclinándose mas al E. lleva— 48— el rio Parapití formado de las aguas del N. de Pomabamba. Las que caen al S. de Chuquisaca fluyen al Pilcomayo, de cuyo curso be hablado ya. De igual modo las que se reúnen en Tarija bajando de la cordillera de Tacsara, asi de la parte del S. como del N.r componen el rio Ta- rija que va á mezclarse con el Paraguai. OTRO tanto sucede al Oriente: el rio Barba- dos que tiene su orijen junto.al pueblo de S. Ra- fael, y el Alegre, corren al Amazonas por el Itenes- El Aguaclara, el Guabis, y el Otuquis que nacen en Chiquitos van al Plata por medio del Paraguai. En estos lugares se hallan el Itenes, y el Para- guai tan inmediato?, que no seria muy difícil po- nerlos en comunicación por medio de un canal adi- cional, alimentado con las aguas del Alegre, y del Agua clara engrosado por el de la Pesca. Parece que los Brasileros pensaron abrir este canal, que según sus geómetras, soto debía tener de largo 40,644 varas, (16) y sin duda la conciencia de que (i6) Eschwege, cálculo de un viaje del Brasil par 5.a parag. 7.adice: que el Almapel se acerca tanto al Alegre, que en el Ministerio del Conde de Barca se trató de abrir un canal, que los comunicara, porque la distancia solo era de 53*22 brazas. Equivoca aquí Eschwege como estudio- samente lo hacen en sus mapas los portugueses, al Agua- péi con el rio de Agua clara que enriquece al Paraguai h los 16 ° 13* de latitud; y es el que está junto al Alegre. En una nota manuscrita sacada de los archivos de Cujabá se halla la siguiente noticia.—«Istmo de 2400 brazas entre «6 rio da Prata 6 as Amazonas onde ó gobernador Luis — Í9— aquellos terrenos no eran suyos, los liaría desistir. EL sitio que en la vasta eslension de la Re- pública ocupan respectivamente los departamentos provincias y cantones, lo manifestaré en el párrafo 3. ° donde se indicarán las diferen tes montañas no- tables de los Andes Bolivianos, y los manantiales, arroyos, y rios que tributan sus aguas al Amazonas y al Pinta por medio de sus grandes afluentes el Paraguai, y el Madera. FARBAFO II. ES imposible por ahora señalar de un modo positivo é individual, el número de aranzadas de tierras cultivadas, bosques y baldíos que hay en la República, y clasificarlos con la precisión y exac- titud que fueran de desear, porque nos faltan da- tos y observaciones que solo con el decurso del tiempo podrán conseguirse. Entre tanto para lle- nar de algún modo este vacío, demos una ojeada sobre nuestro territorio, con relación á la agricultura y ganadería. . REFLEXIONANDO con alguna detención sobre el conjunto del territorio de Bolivia, se vé que des- «Pinto de Sonsa, no auno de 1772 mando pasar huma «embareazao de carga, (te sois remos por banda, comoní- •cando ó mar equinoccial con ó paralelo de .'16 praos de «latitud austral por un canal de muitas lr-goas formado peí «á naturaleza.» 7—50- ciende insenciblemente desde las mayores alturas del Continente, hasta las parles mas bajas, y que á esta singular situación debe su prodigiosa fer- tilidad, como efecto de la diferencia de climas fí- sicos, y temperaturas, de que es susceptible tal posición. Tenemos todas las modificaciones de cli- ma que hay sobre el globo; pudiendo agregar que la vida alcanza en nuestra Patria hasta una allu ra, en que no se vé yá indicio alguno de ella en* el Continente antiguo. (!) La Ya/eta en las al- turas, y el suabe Ananás en los bajos forman los dos esli enios de la vida vejetal, asi como la ino- cente Vicuña, y el feroz Yáhuar los de la vida animal. ESTA variedad gradual de climas y tempera- turas me ha de obligar á usar de voces provincia- les, pues las castellanas no alcanzan á significar- las; y será muy oportuno esplicarlas aquí, para la buena itilelijencia de las noticias ulteriores. Lla- mamos l'unn brava, las alturas inriiediatas al li- mite de las nieves perpetuas, que en Bolivia co- mienzan ú los 17,220 pies castellanos: en esta re- jion viven la Yarela, muchas especies de Valeria- na, Jenciana, y Achicorias; y habitan la Vicuña, [1] «En los Alpes marítimos y en Provenza desa- parecen, dice el Barón de Hnmboit, los campos de tiigo y Centeno á los 900 y 1100 de .altura, mientras que á la misma, en Méjico son abundantísimas las cosechas de las cereales» La situación de Bolivia es idéntica á la de Mé- jico, según se vé de lo que llevo dicho. eí Guanaco, la Llama, la Alpaca, la Viscacha, la Chinchilla y el Cóndor. Llamamos Puna, á las rejiones que por no ser tan fiias, producen dife- rentes especies de Papas, Ocas, Quinua, Cañagua, Sebada, y diversas gramíneas para el ganado lanar. Esta rejion se halla entre once y trece mil pies de altura. Cabezera de Y alie decimos, la que está entre los nueve y ence mil, donde viene el Trigo, Maiz aunque menguado, y las otlalizas do Europa. Medio Yungrt, ó V«lle por antonomasia, es la zona situada entre los seis y nueve mil pies, y que rinde con lozanía, el Maiz. el Trigo y todas las frutas Europeas. En fin, decimos Ytm- ga al pais que comenzando desde el nivel del mar hasta los seis mil pies de altura dá la Coca, el Café, el Cacao, la Caña, el Plátano, y el Ananás, ó Piña. SUPUESTAS estas nociones podemos para ma- yor claridad considerar nuestro suelo dividido en 5 fajas ó bandas longitudinales, dirijidas de S. á N., de las cuales la 1.a es la que está al O. de nues- tros Andes, conocida con el nombre de Alaca.na la baja, ó desierto de Atacama. La 2.° compren- de eí macizo de los Andes; y desde su bifurca- ción, las faldas y vertientes orientales de la cor"» dillera Costera. La 3.a los altillanos de Oruro. La 4.» el sistema oriental, de que he hablado an- tes, y la 5.» que es la mayor y mas féitil, los Llanos de Manzo. Santa-Cruz y Beni. EN otro lugar he hablado yá de la estension,naturaleza, y calidades de la 1.a faja, en la cual' jamas llueve, y solamente cae lo que llamamos Garúa: su temperatura media es representada per 19.° del termómetro centígrado. En la 2.a y 3.a habitadas por una gran parte de nuestra población, no se encuentran sino Punas, y Punas bravas; y solo en algunos punios abrigados, ó por alguna circunstancia local, hay parajes que puedan mere- cer el nombre de cabezeras de Valle: en esta re- jion se esperimenlan violentas tempestades de agua, nieve, granizo y rayos. Si estas dos bandas se ven privadas de vejetacion vigorosa, por cuya causa presentan un aspecto melancólico, y basta hórrido, si se quiere, en recompensa tienen en el centro de sus cerros un inmenso conjunto de me- tales de todo jénero; en sus faldas y llanuras grande copia de producciones minerales, ya salinas, ya terreas, aplicables ú las artes, y en sus lagos, manantiales inagotables de sal común; ademas fru- tos abundantes de Puna, para alimentar á sus fia> hitantes, mucho ganado lanar, y no poco vacuno. En la 4.a faja están comprendidas jas cinco cla- ses de climas que he definido; siendo este el mo- tivo porque es susceptible de todas las producciones minerales, vegetales y animales que hay en lodo el globo. En fin, en la 5.a se encuentran las dos clases últimas; y como en ella son copiosas las lluvias, y suma la humedad de la tierra, se goza de' una eterna primavera. Asi es que á pesar de haüarse execivamenle despoblada, abunda de un — 53— modo asombroso, el ganado vacnno; y seria mu- cho mayor su número, como también el del caba- llar, lanar, cabrío y de cerda, si se aumentasen sus habitantes. SE compula que la 3.a parle de nuestro ter- ritorio está ocupado por sierras, rios, lagos y pan- tanos; y aun siendo asi, nos queda siempre una superficie de 35,479 leguas cuadradas, para la- branzas y pastos, como lo iré declarando adelan- te, donde se verá con dolor, que por falla de bra- zos, son muy pequeños los espacios cultivados en esta inmensa superficie; y que multitud de frutos nacidos csponLáueameule, perecen sin ser de pro- vecho al hombre, para quien pródiga la naturaleza los produce. EMPERO no nos contentemos solo con indicar en jeneral la estensjon agrária de la República: determinemos también el grado de la feracidad de su suelo, puesto que hay medios de verificarlo. De este modo llegaremos á conocer fácilmente el nú- mero de habitantes que puedo alimentar Rolivia, con los productos de su agricultura. Y á fin de que los resultados que dieré, sean exactos en lo posible, desechemos de la estension total, por inútil y como oeupada por los rios, lagos, pantanos, y sierras desprovistas de tierras de labor, no solo una 3.* parte, según decia poco há, sino la mitad; y ademas 1245 leguas cuadradas, por el espacio Li- toral ó sea desierto de Atacama; y verificadas es- tas deducciones, quedará reducida toda la área útilde Bolivia á 25,36 \ leguas cuadradas, ó sean 176,102,25*2 aranzadas. EL poder productivo y nutritivo del suelo de- pende simultáneamente del calor y de la humedad. Estas dos causas se hallan en razón inversa de la distancia del Ecuador; es decir, que el calor y la humedad aumentan conforme vamos acercándonos al Ecuador; y disminuyen, según nos alejamos de él: este es un hecho notorio. LAS rejiones cálidas de nuestro planeta produ- cen en mayor abundancia las plantas que le son comunes con las templadas: asi el Maiz en Francia dá de 40 á 50 por uno, mientras que en nuestra zona produce hasta 800: asi también la produc- ción del Trigo exede de 5 á 6 al producto medio de Francia, según Laboisier, y Nekcr. TIENEN ademas las rejiones cálidas plantas propias que subministran grande copia de subs tancias alimenticias, en cortos espacios. Se ha cal- culado que una ara azuda sembrada de trigo puede alimentar á dos hombres, mientras que un Platanal de igual eslension mantiene cincuenta, porque el producto del Plátano es al del Trigo, como 133, á 1. DE eálos y otros muchos hechos colijen los Agrónomos, que la virtud productiva del suelo se indica con suficiente exactitud, por la convinacion de las razones ó proporciones del calor y la hu- medad, espresando la primera en valores de la escala centígrada. A la latitud 60.°, corresponden 7 grados de —55— calor medio, y 16 pulgadas de lluvia anual, cuyo producto 112 representa el poder productivo de la tierra en aquella latitud. A la de 45.°, corresponden l\ * de calor y 23 pulgadas de lluvia que dan por poder pro- ductivo 40o. EN la línea equinoccial el calor medio se ele- va á 38 grados y las lluvias á 36 pulgadas, que dan 26S8 de poder productivo. REDUCIENDO los guarismos que representan el poder productivo á su menor espresion, figura- rán así— LATITUD. RAZ0SE3, 60-°.................. 4. 45.°.......... .......15. 00..................100. DE que resu'ta que la misma estension de terreno que en la latitud 60.° alimenta á 4 personas, en la de í5.° alimentará á 15, y á 100 en la lí- nea; pero como hay causas accidentales y varia- bles que modifican la distribución del calor y hu- medad, como el alimento preferido no es siempre el que produce el suelo con mayor abundancia; v en fia como en nuestra zona no puede el hombre trabajar cómodamente al aire libre, mas de 7 ho- ras, es mejor, bajo de estas bases, y para evitar exajeracicnes, considerar la capacidad del suelo para alimentar á sus habitantes, como proporcionalal cubo del coseno de la latitud, lo que dará lar progresión siguiente, que es abrazada sin escrúpulo pbr los Agrónomos. (2) MjvATmtui*' n-4z&y jes. 15.°.....................Í'O. 30.°....... .........••• 05. 45.°.................... 35. 50.°....................26. 60.°.....................12. i ESCOJAMOS ahora, para que nos sirva de es- tremo de comparación, un pais que no esté so- brecargado de habitantes. La población media de Francia según Mr. Hassel, es de 1 778 almas por le- gua cuadrada de 20 al grado; pero como esta legua es dos vigésimos y medio menor que la nuestra, debemos agregarle por el exeso, 222 al- mas; y asi la población de Francia será de 2000 por legua cuadrada de las nuestras. Consta pues por estos datos que el número de habitantes que pue- de alimentar una legua cuadrada es de 2000, en- tre los 42."' y 51. ° en que se halla la Francia, cuyo poder productivo es representado por el nú- mero 26. Ahora bien: el indicador déla fecun- didad de la tierra al N. del paralelo 30% en que se encuentra Bolivia, es 65. Si por regla de proporción comparamos los dos indicadores, re- (2) Enciclopedia Británica: artic. Agricultarr. I ftfl saltará 'qne én la latitud, en que e ropeos heclia3 en sus climas y temperamentos, re- sulta que urta aranzada de tierra, sembrada de trigo basta para sustenta» a dos personas: mas quie^ ro yo, á fin de quo mi cá'culo anterior no parez-- ca exagorado, añadir dos; una para apacentar gana- dos, y otra en que se construyan habitaciones trojps, pesebres y establos; serán pues necesarias tres aranzadas, para alimentar cómoda mente á las dos personas; y como hay en la República 176.102.252 aranzadas útiles, es claro que por esta cuenta pue- den vivir en ella desaogadamenlc 1l7.tOI.50l olmas. Se ve pues cuanto se aproxima este nú- mero al anterior (pie deduje de la fórmula de los Agrónomos; y que aun esta diferencia, no muy no- table, desaparecería, si no hubiera señalado tan gran- de área á los colonos, y si trajera á cuenta la ma- yor virtud | roductiva y nutritiva de nuestrasue- |0, con relación al europeo. Nuestro alimento co- ihuii' ademas de lo- WH-ríé,. e£ el- trigDy etapas*,* mv¿t,—58— quinua, cañagua, arroz y plátanos: el producto óe nuestro trigo e? respecto del producto medio de Francia como 6 á 5; el del maiz como 47 á 4} el del arroz como 10 á I. El producto de las papas es al del trigo como 44 á 1 y el del plátano como 133 á U La fecundidad de la quinua es in- calculable, lo mismo que la de la cañagua; Re- párese pues cuanta ventaja llevamos á los euro- peos en esta parte. PARA que las aserciones que he ennneiado que- den mas completamente confirmadas, recordaré aquí hechos que se manifiestan á la vista de todos. Los barrios de la Consepcioo y Manazos de Pitosí es- tán li.580 pies mas altos que el nivel del mar, y el pueblo de Calamarea 1 í.490. De los luga- res habitados estos dos sun los mas altos que se conocen en la tierra, aun incluyendo el cortijo de Antisana que solo está 14.2-jO. Es verdad que en Potosí solo se ven la Ynretn y la* Jeneianas: pero en el p »eblo de Calamarca se produce se bada, co- mo lambicn papa», quinua y cañagua, con que se ali- mentan sus habitantes. La alti planicie de Oruro se halla 13.272 pies mas alta que el mar, y la ciu- dad de la Paz 12.999; están por consiguiente en imyor altura, qu3 los picos mas elevados de los Piri- neos, donde no se encuentra ya rastro alguno de vc- jetacion, mientras que en dicha alti planicie de Oruro v la Paz se cultiva muchísima cebada, habas, papas, quinua, cañagua y algunas ortalizas, como la col, lp.chuga chollas y ajos: vienen ademas en eHa — 59— espontáneamente la sosa, y la barrilla, y diferentes especies de gramíneas, con que se alimenta grande número de ganado ovino que da carnes esquisi- tas y lanas linas, é inmensa multitud de llamas, alpacas, guanacos y vicuñas, con ia circunstan- cia de que los rededores de la ciudad de la Paz, rinden al año, (los cosecha^ diferentes, se man - tienen constantemente verdes, y crecen en ellos el maiz, aunque pequeño, el trigo, la guinda y la manzana. Chu piisaca está 9.9G3 pies, y pro- duce trigo y maiz en abundancia, con todas las bulas y orlulizas europeas. Cochabamba se halla á los 8.89j p¡es j para conocer su prodijiosa fe- cundidad, baste saber que jenerabnenle se llama granero de Bolivia y aun del Sur del Perú. Si de estas alturas descendemos un poco, notaremos lu vejelacion tan enérgica, que admira: no lejos de estas ciudades se ven campos de maiz, en que cada caña, elevándose á la altura de mas de 12 pies, da do cuatro á cinco mazorcas rollizas que tienen de lar- go como un pie francés. ¡(jué no diría de nues- tras vegas orientales y los llanos, si quisiera ha- blar de sus esquisilas produccioues y fet«ciclad ca- si increíble! POIl el influjo que los fenómenos adraosféri- cos ejercen en el suelo, fuera útil representar aquí el estado habitual de la admósfera de Bolivtá, sus variaciones periódicas, sus alteraciones notables, la cantidad máxima, media y mínima de las lluvias; 103 estreñios y medies de la intensidad y dura-— 60— tion del calor y de! frío, con los demás fenóme- nos eléctrico-, y magnéticos que acaecen en nuestro ciek; pero esto desgraciadamente es hoy imprac- ticable, por falta de observaciones meteoroló- gicas. (3) Enunciaré pues, solamente aieunos Le- chos jenerak-s, pura que puedan servir de ba¿e á los que quieran juzgar de nuestro suelo, ESTANCO colocado el territorio de la Repú- blica en la Zona tórrida, escepto un pequeño espacio de su parte meridional, el curso ordinario de las estaciones no siuue el mismo orden que se obser- va en los puntos que están fuera de los trópi- cos; por lo que creo no deber aplicar á nuestros tiempos los nombre? de Primavera, Eslió, Otoño, é Invierno, como en Europa. EN Rolivia las lluvias comienzan regularmen* te por noviembre, y acaban á principios de Marzo; es decir, que caen en los tiempos en que el Sol pasa por nuestro Zenit. Algunos años se adelan- tan, y en otros se atra/an, continuando hasta fin de Marzo. Cuando las lluvias son tempranas, escasean ordinariamente por febrero. En .Varzo y Abril so esperimcnla un. calor suave, templado por la bu- Í3] En nuestras punn? el termómetro Farenhrü baja por las noches muchos grados bajo cero; y «le día Urca e' calor á 90.*. En las cal>ezcras do vaue y vall'-s no muí profundos, el calor por termino midió no (tasa tic C5. ° ni el frió llega a* 40. ° y en los profundos y los que Jlamantas Yungas, jamas baj¿ de 70. ° y pasa de 86. ° —&l—• medad de la adm^sfera y hasíanfe pora qee las mieses sazonen. Mayo, Junio y Julio es el tiem- po de frios, el cual, como el de lluvias, suele an- ticiparse ó retardarse. Desde Agoslo á Noviembre hacen los grandes calores aun en las punas. Los vientos regulares que sijitan nuestra admósfera y la purifican, vienen por Julio y Agosto, y en mu- chos años conlinuan hasta mediados de eiiembie. l as nevadas no son periódicas en Bolivia: caen indislintamenle entre los meses de Mayo, Jumo y Julio, y hay años en que solo so ven en lugar de uieves aguaceros paiciale?. f slo mismo suc e- de con el granizo, el cual suele desprenderse al principio ó término de las glandes lluvias, hl Departamento de Chuquisaca y muy partiiu'ar- menle su* ico y hermoso valle de Cinti, es espues- to á esta plaga, que ocasiona dañ s muy sencibles á los viñedos. CUANTO he dicho arriba, debe enlenderse de la parte alta de Hi.livia, por que S Jia cabido_pqes. un. territorio que_ajm OHP f$rek\s ríos. Sumos en una palabra, dueños del j o • .iisim.» centro de Su l Amé'ica, en que la na- turaleza convida á mjno Ib na, cuanto hay de útil, grande y precioso en las zonas Tórrida, y Templada, (i) Islas circunstancias nos indican claramer.te que nuestro bien estar debemos bus cario en la ají icu fura, indusna fabril, y comer- cio intfiior. Con frutos y primeras materias de tod > jénero, solo nos falla para ser opulentos y fol.ces, que nos apliquemos al trabajo, procuran- do con eíicacia adelantar nuestros conocimientos prácticos hasta aproximarnos, ó nivelarlos á los de las naciones aventajadas de Europa. PABBAFO III. IPivisian Política. BOLIVIA antes de haberse constituido en na- ción estuvo dividida en cuatro grandes provincias, ó Intendencia?, dependientes del Virey del rio de la Plata, á saler, 1.a la provincia de .'anta Cruz, que se componía de lodos los pueblos de su obis- pado, esto es, Mojos, Chiquitos, el cercado de San- ta-Cruz, Vallegrande, Misque y ademas la juris- dicción especial de la ciudad de Cochahamba, á donde Viedma paso después la capital por real orden. 2.a La du la Paz, que contenía también lo- - [k] tetrone refÚndido edid. Paria 181* pag. 12». —63— da la Diócesis de su Obispado. 3.a La de Potosí que comprendía los partidos do Tanja, Chichas, Lfpez. Atacnma, Por co y Chayarla. 4.a La fio la Plata que abrazaba los partidos restantes del Arzobispado. (I) Hoy se halla compartida en Departamentos, los cuales se suhdniden en pro- vincias; estas en cantones y cada canten consta de un pueblo capital y algunos lugares, aldeas y alquerías. Los Departamentos ?oñ tejidos por Pre- fectos que dependen inmediatamente del Supremo Gobierno; las Provincias por Gobernadores, subal- ternos de los Prefecto.*; y los cantones por Cor- regidores y Alcaldes de campo, sujetos á los Go- bernadores. Los Departamentos son los nueve si- guientes. El Litoral de A lucarna, situado al S. O.: Potosí al Ski Turija al S. E.: Santa Cruz al E. el Beni al N. E: la Paz al N.: Oiuro al 0.: y Co- chahamba, y Chuquisaca en lo int rior. Esta di- visión es sumamente desigual é inperfecta, por cu- yo motivo nuestras constituciones han ordenado constantemente que las lejislatuias foimc n olía itas análoga al buen réjimen de los pueblos. Si pu diera practicarse una división peí Tecla del tciii- lorio de la República en diez De pu i lamentos, rom puesto cada uno de cuatro, provincias, y cada Pío vincia de d.ez cantones, corietpondciiun con coila diferencia. . [I") Ordenanza de intendentes del Vireinato de Bue- nos A y rea, publicada arto de 1"82 arttcu'e 1. °TLY15 lr*guds cuadradas con 200.000 habmtnn- tcs n cada Deparla mentó. 1.300 lesnas cuadradas con o0.000 habitan- tes á cada provincia. 130 leguas cuadradas con SOCO habitantes á cada cantón. MAS este será el resultado de los adelanta- miento» naturales, y progresivos del País, EL número de provincias y cantones, sus distancias itinerarias y el sitio que respecti va men- te ocupan en la vasta estonsion de la Itepúbli- ca, k> daré á conocer en las secciones siguien- tes, donde particularizare la área de cada depars lamento, las diferentes montañas notables, situadas en dios y que componen los Andes Bolivianos; la naturaleza de s»ns producciones; y por último lis fuentes, manantiales y rios r;ue vierten su* aguas Í¡H el Amizin w y el Plata. Y á fin de no con- fundir con lo qne voi á manifestar en el pre- sente párrafo, las ideas que al hablar en jeneral, de la estpnsion y división territorial física de la República" he emitido, observare' con poca diferen cia, e! mismo órdert que allí regid, comenzando desde luego p*»r Atacama, y pasando después de títiüÚtmM r cttfttitfattté: IU3 u ¿: t'j->uoi|4j; tvj ttfjuolim > íj.i/ ¡jb. «ioniy •lo. W —65— 4 DEPARTAMENTO LITORAL ATACAMA fué partido perteneciente al De - parlamento de Potosí: el Libertador en decreto de 1.° de Julio do 1829 la erigió en distrito indepen- diente, con motivo del puerto libre de Cobija, ha- bilitado bajo el nombre de Lámar. Posteriormente la Ley del Congreso jeneral de 1839 la elevó al rango de Departamento; y como tal constituye uno de los meridionales de la República. Se esliende entre 3.° 38' y G.° 28'' de lonjitud occidental al meridiano de Sucre; y entre los 19.° 25' y 27.° 38' de latitud Sur. (2) CO & FUTES— Por el N. con el Perú y la provincia de Lipez. Por el E. con la de Lipez, y la República Arjentina. Por el S. con la misma República Arjentina y Chile. Y por el O. con el mar pacífico. (2) Aunque en el cuadro i. ° he dicho hablando rn jeneral, de toda la República, que solo se cstiende hasta los 25." 39', esto debe entenderse por la costa y desem- bocadura del rio Salado; pues el ángulo entrante de An- tofagasta de la provincia de Atacama alcanza hasta muy cerca de los 27.° 38'.—66— SU estension de E. á G. es de 76 lenguas, y de S. á N. 100. Comprende pues una área de "2672 leguas cuadradas, descontando la legua de tierra, que por la costa, se le interna de la parte del Perú. ESTA vasta estension se halla cortada en dos porciones, conocidas desde el descubrimiento de la América del Sur, por los nombres de Atacama la Alta, y Atacama la Baja, ó desierto de Atacama; cuya denominación comprende el territorio occiden- tal del Departamento, que ocupa todo el espacio Li- toral. EL puerto Lámar se halla situado á los 22.* 23' de latitud austral, (ty Al S. de este se en- cuentran las grandes bahías de Mejillones, de la Herradura, y de nuestra Señora, y al N. las Ca- letas de Punta Grande, la de Tres Cerros, la de Copaca, la de Alala, la hermosa bahia de Algo- donales, puerto de Tocopila (4) y las Caletas de Mamiña yPaquica. MONTANAS. EL territorio de este Departamento no ofre- ce particularidades notables respecto de sus mon- (3j Observaciones practicadas por el Harón de Makao, Comandante entonces de la fragata Clorinda: su lonjitud según las mismas observaciones es 72.° 26' al occidente de Paris. {A) En Tocopila que está a los 22.° 22' hay un es- tablecimiento regular de minas de cobre. lañas. Todas las que en ella se encuentran, son las que forman la cordillera de los Andes en sus diversas cadenas; por consiguiente tiene muchos cerros de elevación. Sin embargo, puede asegu- rarse que en la parle de Santa Bárbara y al N. de Copiapó, se deprime notablemente como para dar paso á nuestro Litoral; de modo que el trán- sito de esta cordillera en ninguna estación es pe- ligrosa, porque las nevadas uo son copiosas, ni continuas. ENTRE las varias cadenas que forma la cor- dillera desde el paso de San Pedro de Atacama, hay muchas praderas vulgarmente llamadas Po/re- ros, en que se cria algún ganado mayor y me- nor, y muchas chinchillas y vicuñas de superior calidad por su tamaño, y por su vellón que es mas largo que el que dan las conocidas en otros lu- gares. Como el enumerar los postreros seria de- masiado fastidioso, espresaré solo los principales, y los que sirven de primera escala á Jos Arjenti- nos, para invernar sus tropas de muías, y condu- cirlas al interior de la República, al Per ¡i, y aun á Copiapó: asi quedarán desvanecidas, en grande parte, las idéas incompletas y poco favorables que se tienen de Alacama. Los potreros son los si- guientes.——es— Carochapampa. Peñón. Peñas Chicas. Jote. Colorados. Quebrada de las Postas. Cortaderas. Oyre. Quebrada del Diablo. Quinuas. Breas. Potrero Grande. Botijuelas. Tilopoco. Mojones. Quebrada Honda. Calagli. Sarras. Anlofaya. RioFrio. Cave. Baquillas. Chagchas. Pasto Grande. Cori. Juincon. lamenta. jOlacaca. Pular, jCbaurcbarí. A ruar. Pasto Chico. Ingahuasí. ¡Toro. Sacoinpas.1 Ama. I CERA de esto?, a 30 leguas de distancia del mismo punto de San Pedro hácia el N., existe el hermoso ciénego de Quetena, capaz de sustentar hasta cuatro mil animales de toda clase, en las buenas estaciones del año. ESTOS potreros son exolentes para el gana- do mayor y menor: casi lodos ellos tienen ver- tientes de agua de muy buena calidad, y en mu- chos pasan las aguas por encima de vetas de sal; cuya circunstancia hace que en menos de sesenta dias engoide asombrosamente el ganado. Cuando el puerto en razón del comercio, torne la impor- tancia que debe, podrá criarse el ganado lanar en escala mayor, sin que obsten las nieves que caen en invierno, porque constituyéndose como en Eu- ropa, establos para preservarlo, quedarán guareci- dos de la intemperie, y se les mantendrá en aque- lla estación con el héno que en buenas ocaciones puede guadañarse. LOS terrenos del Departamento Litoral no son por lo jeneral propios para labranzas; sin embargo en las tierras que forman el pequeño valle de San Pedro de Atacama capital de la provincia alta y en algunos recintos de su comprensión, se cultivan el trigo, el maiz, y algunos árboles frutales. En Calama pueblo de mas importancia al presente por sus buenos edificios y por el tráfico mercantil, como punto colocado entre el puerto y las plazas del in- terior de la República, se empléa hoy una media- na estension de tierras en el cultivo. La planicie en que se encuentra situado, y el rio Miño que le alravieza, engrosado con el Caspana, ofrecen campo bastante para estender mas la industria agrícola. La alfalfa es lo que se cultiva allí; pero se ha visto por esperiencia, que sus terrenos son capaces de producir maiz, papas, liigo, y hortali- zas. Poco menos se puede decir de Chiuchiu; mas no asi de Toconao, pequeño valle situado á la falda de unos peñascos, y en una quebrada que tendrá un cuarto de legua, en donde es asom- brosa la feracidad de sus terrenos, bañados por un riachuelo que se consume allí mismo. En di- cho recinto á mas de producirse ti maiz, trigo, y alfalfa, se encuentran muchas clases de frutas es- quisitas, de que se provee la provincia ajta ile Atacama. EMPERO sino es á propósito para la agri- cultura el terreno de Atacama, hay sobrados mo- tivos para afirmar que en el reino mineral son abundantes sus cerros. El aspecto físico que pre-sen tan las montañas desde su mayor altura hasta locar en sus bases, y los trabajos y reconocimien- tos practicados en los cerros que hacen frente al mar, demuestran claramente, que tanto en la costa, como en lo interior ó Atacama alta, están por des- cubrirse inmensas masas metálicas de todo jéneio. EN la serranía que está al O. de San Pe- dro, á distancia de 11 leguas, se encuentran mu- chas vetas de cobre, particularmente en los puntos de Sarapana, y Tuinar, que tienen la ventaja de poseer en abundancia, liga fundente, combustibles y agua. A poco mas de 40 leguas de esta serranía se halla una gran rebcnlazon de hierro nativo, en barra y trozos de diferentes tamaños, de un color blanqucsino, semejante al de la plata. Aseguran los inteligentes que es de mejor calidad que el de Vizcaya; y es un dolor nue habiendo agua y leña en este punto, no se establezca la esplotacion do \jn artículo tan útil y necesario para la minería, agricultura, y demás arles. EN" las inmediaciones del Rosario existen ve- neros y velas de oro que se trabajaron antigua- mente; y cu un lugar llamado Olaros se han en- contrado en tiempos airas, pepitas que pesaban 18, 22, y hasta 37 onzas, siendo las comunes de 2, 3 y 4 de peso. EL mineral de Conchi es conocido. Produce cobre superior que surte á los ingenios de Portu- galete: se han trabajado también algunas de sus —71 vetas de oro. PUEDEN asegurar sin exageración, que esle Departamento es capaz de aumentar muchísimo su línea mineral, casi virjen, pues los ¡numerables cerros que lo ocupan, contienen oro, plata, co- bre, hierro, alumbre, alcaparroza, azufre de supe, rior calidad puro y sin mezcla', y ne pocas piedras preciosas y mármoles. PRINCIPIANDO por la cstremidad sud de la costa Boliviana, las primeras Iluaneras que se en- cuentran á la latitud de 23.° son las conocidas con los nombres de Isla de Cobre, Lagartos, Nam- pa, Santa María, y Oreja del mar: en la línea Tropical la de Aligarnos; y por último en la pun- ta de San Francisco latitud 21.° 54.° se hallan las llamadas Mamiña y Paquica, en que están los tra- bajos de los contratistas con el Estado; y de aquí hasta el confín boreal hai varias Huaneras, aunque poco interesantes. HIDROGRAFIA. YA he dicho en otro lugar que el territorio de Atacama es seco en su mayor parte; no hay por consiguiente en él mas rios considerables que los que (orman sus límites meridional y boreal: el del norte denominado \!iño tiene sus fueutes primita—72— vas en la cordillera de los Andes, fíenle al punto del Cevollar, y corriendo por entre ella misma de N. á S. se incorpora poco antes de Santa Bárbara con eí Caspana que viene con sus aguas volcáni- cas del S. E. de Chiuchiu, del lado occidental de la misma cordillera. Desde mas abajo de dicho Chinchín variando su curso bácia el poniente baña los campos de Calama; y luego se divide en dos brazos llevando el uno el nombre de San Salva- dor, y el otro el de Guacatí, para reunirse otra vez en Chacanee. De aqui teniendo ambos un solo álveo, corren por Quillagua hasta echarse al mar, en el puerto de Loa, de donde toma su último nombre. EL que nos divide de la República Chilena nace do la parte occidental de la cordillera de los Andes; y como su curso es por la parte mas in- cógnita del desierto de Atacama, solo se sabe que es formado de los dos riachos que corren de nor- te á sur, en el Chaco alto, y que reunidos cons- tituyen el Salado, cuyo rumbo es de E. á O. HAI ademas algunos pequeños rios, cañadas centrales y en la parle oriental de la cordillera: tales como el Collaguima en el cantón del Rosario» que entra en la República Arjentina por la Rinco- nada, y el Charrillo en el cantón de Antofagasta, que desagua en la laguna que lleva el nombre de este pHcblo. —73— DEPARTAMENTO DE POTOSÍ. ESTE Departamento se'halla situado entreO» 30' de lonjitud oriental y 3.° occidental, y entre 17." 48*. y 23.° de latitud: tiene de S. á N. 126 le- guas, y de E. á O. 75 solamente: y su área de- ducidos los ángulos entrantes de los otros depar^ tamentos, es de 1262 leguas cuadradas. CONFUTA— Por el S. con la República Arjentina. Por el S, E. con Tarija. Por el E. con la provincia de Yampará de Chu- quisaca y con la de Mizque de Cochabamba. Por el N. con la provincia de Arque del mismo Co- chabamba. Por el N. O. con el Perú, y Oruro. Y por el O. con el Departamento Litoral de Ata- cama. LA Ciudad de Potosí Capital del Departa» mentó, está á los 19.° 35' (I) de latitud Sur, y 0-50' de lonjitud occidental al meridiano de Su- cre: Su fundación debida al descubrimiento de su cerro rico que se eleva á 15,200 pies de altura so- bre el nivel del mar; su población que alcanzó á ciento sesenta mil almas, (2) sus memorables bañ- il,) Observaciones astronómicas de Mr. Pentland. (2) Censo levantado el año de 1611, por órden del Licenciado Bejarano Presidente del Distrito de Charcas. 10dos y parcialidades entre Bascongados y Andaluces, y las inmensas riquezas minerales con que colman* do el mundo todo, emancipó el estado medio de la Europa, é hirió de muerte e! antiguo feudalis- mo, son demasiado- conocidos, para que aquí los repita. (3) Bajo- este eoncepto principiaré solo por enumerar las provincias de que se compone, que son, Lipez, Cinchas, Porco, Chayanta, y la del Cer- cado de la Capital. LIPEZ, conGna por el N. con las provincias de Poopó y Carangas: por el S. con Atacama: por el E. con Salta de la República Arjentina; y por el O. con Tarapacá provincia del Perú y con parte de Atacama. Se estiende de Oriente á Po- nienln 70 leguas, y de S. á N. 65. Su tem- peramento es frió; por cuya causa solo produce pa- pas, cebada, y quitina de exelente calidad: care- ce de buenos pastos; pero abunda de paja brava que al parecer, es el alimento mas á propósito para las especies llamares; porque en efecto, en ninguna otra parte de la República se crian lla- mas. Alpacas, Vicuñas, y Guanacos tan altos y corpulentos,, ni tan lanosos, como en LipeSr y Ata- (3; Ha producido 1,651,721,578 duros hasta e| año de 1846; por esto dice un contemporáneo: «Que • Potos! hizo del heredero de un simple rei de Castilla, «el arbitro dé Europa y el mas poderoso monarca del «universo»: En efecto monarquía igual á la de Carlos 5.* y Felipe 2 • su hijo no ha habido en el mundo: véase á Mr. Moreau de Jones Kst. de España. cama su vecina. Si la población de esta provin- cia fuera mayor, y mas inclinada á la agricultura, podrían aumentarse mucho sus producciones agra- rias; porque en las faldas y pié de la serranía, y los llanos abrigados por los cerros, vienen muy bien los frutos de puna; y mudando el pueblo de San Cristoval á Montesclaros, como está mandado por una ley, esas llanuras á semejansa de las de Orino, darían para proveer las postas de Ce-* bija, abundante cebada y avena, en el espacio de mas de diez leguas, á beneficio de la irrigación que podría proporcionarse fácilmente del rio gran- de de Santa Catalina que sin ningún provecho se insume en la laguna salada de Llica. No ha ha- bido en toda la América meridional rejion mas rica que Lipez en metales, particularmente de pía* ta. San Antonio, Jaquegua, Moroco, Santa Isabel, Buena vista y San Cristoval, son asientos minera- les que cada uno ha competido con el cerro rico de Potosí: hoy se hallan abandonados, no por ex- austion de sus velas, sino por haberse opilado; aun nos aguarda pues á los Bolivianos en esta Provin- cia, un dia de opulenta grandeza, que se efectúa» rá luego que nuestros conocimientos prácticos y mé- todos se perfeccionen; y el ahorro nos propor- cione medios de conseguir, ó construir las bombas grandes de vapor. Hay también en Lipez velas abundantes de cobre rojo y blanco, tocadas por consiguiente en oro y plata. Existe en esta pro- vincia, fuera de otras pequeñas, una laguna de—76— sal que hoja Í80 leguas; y entre 5an Cristóbal y LÜca una llanura que tiene íO leguas de largo y 16 de ancho, cubierta de sal que oculta por debajo lagu- nas sumamente profundas. No pasaré en silencio que en San Antonio de Esmoraca se encuentran vetas de pedernales redondos ó geodas del diámetro de balas de á 2'*, que suelen rebeniar con estrépito, presentando en su parte cóncava puntas que brillan como el diamante: se han ^encontrado igualmente en Lipez y en Atacama, topacios, esmeraldas, ópa- los y otras piedras preciosas: también hay jaspes y mármoles de difei entes colores y matices y el lapislázuli. CHICHAS: Es pais mineral rico muy poco menos que Lipez; poro tiene la ventaja de poseer terrenos medianamente fértiles que cultivan con bastante intelijencia sus honrados y laboriosos ha- bitantes: linda por fel N. con la provincia de Porco: por el S. con los curatos arjentinosde Santa Ca- talina y Yavi: por el' E. con Cinti y Ta rija; y por el O. con Lipez: corre de S. á N. 52 leguas y solo 65 de E. á O. después que se le desmem- bró Tarija; su clima jeneralmente es frió; pero en las quebradas anchas que entrecortan la cor- dillera, hay valles que rinden muy bien maíz, trigo, papas, hortaliza y frutas: tiene bastantes pastos y buenos prados artificiales que dan alfalfa en abun- dancia; pues Chicha:, es la provincia en que se usa mas y se conoce mejor el riego. Se cuen- tan en la comprensión de esta provincia mas de 80 cerros minerales de oro y plata: los metales de plata acudían con 2 y 3 mil marcos por cajón; (4) y aun hoy no se trabajan sino los que pasan de 20. La gran Chocaya por su plata y Chilco por su oro, son minerales famosos en nuestra histo- ria natural y civil. PORCO; esta provincia tomó su nombre de la villa de Porco, célebre en otros tiempos por su ri- quísimo y antiguo mineral de plata, (5) y por que en ella reunieron y amontonaron sus inmensas ri- quezas los Pizarros, de cuyos palacios aun se conservan los vestijios, asi como los de la casa de Santa Rosa; pero hoy solo es un pequeño lu- gar habitado por unos pocos mineros pobres. La capital se ha establecido en la villa de Talabera de la puna. Confina la provincia por el N. coa Ja de Chayanta y Yampará: por el S. con Cinti y Chichas: por el E. con la de Tomina; y por O. con Lipez. Tiene de S. á N. 40 leguas y de oriente á poniente 60. Se esperimentan en esta provincia todas las variedades de temperamento; y por lo mismo produce toda especie de frutos: son bastante buenos los vinos de Turuchipa, Mataca y Churumatas; y en las vegas del Pilcomayo vendrían (4) Un cajón tiene 50 quintales de peso. (o) El cerro mas rico qne conocieron los incas fue el de Porco, de donde sacaron la mayor paite de la plata que había en el templo del Sol de Curianclii: Herrera des- cripción de las indias occidentales.bien la caña de azúcar, el café etc. Tiene pas- tos á propósito para la cria del ganado lanar, ca- brío y bacuño. En el punto de Chijchi donde el Pilcomayo corta la cordillera de Tirina, hay un es- trecho en que habitan ¡numerables nutrias que de boran el pezcado: podría sacarse de sus pieles y del pezcado utilidades no pequeñas, si los vecinos de Tacobamba á que pertenece el estrecho, se contrajesen á la pezca. También se encuentran en esta provincia muchísimas minas de plata, aun que están en su mayor parte aguadas. Fuera de los acientos do Porco y Siporo existen los de Uvi- na, Guanchaca, Máctuyo, Cerrillos y el aciento en Tomabe; Colabi en Tacobamba; Ambacaba en Cai- za; Cosuña y Pulayo en Tolapalca; Turque, Guay- na-Polosí, Quilcata y Malmisa en Tinguipaya; San- ta Juana y Carguaycollo en Coroma; y otros muchos de menos fama. POTOSÍ y su cercado están sitos en esta pro- vincia, lindando por el N. O. con la de Poopó y por los demás puntos con la de Porco. Se es- tiende de N. á S. unas 40 leguas y de oriente á poniente 12: el temperamento de esta comar- ca es sumamente frió, y el terreno cascajoso y lleno de riscos y cañadas angostas; por cuyo mo- tivo produce con escacés aun los frutos de Puna. A mas del cerro rico existen en la comprensión los asientos minerales llamados Guariguari y Ma- chacamarca, y en el cantón de Yocalla intermi- nables vetas de sal, que desde la conquista has- —79— ta hoy, la han suministrado, para los inmensos consumos de los ingenios de Potosí y sus rede- dores. LA provincia de Chayanta, ó mejor Charcas, cuya capital es la villa de Chayanta, confina por el N. con las provincias de Arque y Clisa; por el S. con la de Porco; por el E. con la de Yani- pará; y por el O. con el cercado de Oruro y Poo- pó. Se estiende de N. á S, 54 leguas, y de E. á O. 45: goza de todas las variedades de tempe- ramento; y su terreno, aun en las alturas, escepto el pequeño cantón de Aullagas, produce con abun- dancia los frutos de puna: provee de papas y chuño- á los departamentos de Potosí y Chuquisaca y casi á todos los de la República, de granos y harina?:se co jen en su territorio todas las diversidades de frutos y ortalizas: sus chirimoyas y granadillas son tenidas por las mejores de Bolivia. Abunda en pastos y en maderas de construcción: en los huecos de sus árboles se encuentra en grande copia la miel lla- mada de Charcas fabricada por las abejas silves- tres: tiene muchas vetas de oro, plata y estaño: han sido muy nombrados los minerales de oro de Capasis- ca y Amaya pampa; y los veneros de Chuita, Taco- noni y Choqueuta: en Toracarí Maragua Ocurí y San Pedro hay mnchas vetas de plata y de estaño en en Uncía; en fin para la fama de Chayanta, basta Aullagas, cuyos cerros todos son de plata y que después de haber estado abandonados sobre 60 años, han vuelto á revivir en estos últimos tiempos y rendido en pocos anos mas de tres millones de—NO— pesos; y siguen produciendo. LA localidad física de las cinco provincias que hasta ahora aquí he descrito, es la siguiente: Li- pez ocupa una pequeña porción del grueso de la cordillera de los Andes; otra de la primera cade» na del sistema oriental llamada cordillera de los Frailes; y otra de la parte meridional" de los al- tillanos de Oruro. Chichas y Porco están en las cadenas de Portugalete, Caipa y Lliqne. Chayan- ta en la continuación de las tres cadenas ante- riores hasta su depresión junto al departamento de Cochambamba; y el cercado en la provincia de Por- co, escepto el cantón de Salinas de Yocalla, que se estiende al N. O. de Potosí hasta tocar en la cordillera de los Asanaques lindando con la pro- vincia de Poopó. ¿Podré señalar la área cultivada y cultivable de este departamento?. No: caresco de datos, por una parte, y por otra son tantos y lan peque- ños los campos que se labran, que es imposible por ahora reducirlos á una medida exacta, y espre- sarlós en leguas cuadradas: esta misma dificultad se presenta con respecto á los terrenos pastales; he determinado pues omitir estas indicaciones á fin de no dar conjeturas falibles por hechos verda- deros; y dicho sea esto para todos los deparmen- tos. MOMTAIAS. EN el territorio del departamento de Potosí, hay .muchos .montes altos; pero los prominente* $qh en Lipez, San Antonio, Moroco y el Bonete que tienen sus picos perpetuamente nevados; el Cho- rolque en Chichas; el Potosí, y el Mulmisa en Por- to; y el Aullagas en Chayanta. HIDROGRAFÍA TEN las provincias de Lipez, Chichas, Porco y un estremo de Poopó, se encuentran todas las fuentes que forman el Pücomayo; y en Chayanta una gran parte de las del rio grande ó Guapay. En el párrafo primero de la división territorial de Bolivia, he designado el manantial primitivo de donde nace el Alto Pilcomayo [6] manifestando su curso y los aíluentes que por S. y N. lo enrique- cen con süs aguas hasta su confluencia con el Pilaya. Los otros rios que bañan el departamen- to de Potosí son el Tumusla, el Cotagaita ó San- tiago y el Suipáclia, cuya comarca hidrográfica'■ es* tá entre los paralelos 20 y 22 latitud Sur. L'aá fuentes del rio Tumusla se hallan en la cordille- ra rea', es decir, al S. de Chaqui, al N. de Por- co, al N: O. de Yura, y al O. de Tolaparapa: las aguas que corren de Chaqui pasan por los can- tones de Puna, Vilacaya, Calcha y Vitiche, Jíe- ' ■ < [6]' Le llamo Alto-Pilcomajo, mientras corre pór entre Jw sierras, y antes de su confluencia con el Pl\ayé( p«i£ distinguirlo del q>ie resúlta de esta confluencia y qué fluye por nuestras llanos orientales. 11—82— vando o! nombre de cada uno de estos pueblos y forman un pequeño rio que corre de N. á S. y va á unirse al Toropalca en ef punto llamado Palca de Yavi. Las de Poico fluyendo del W. O. al S. O. cruzan el cantón Caiza; y recibiendo en su largo curso varios arroyes, confluyen al mismo To- ropalca que resulta de la reunión de las agua» de Yura y Tola palca y que un poco mas abajo- de Ta Falca de Yavi cambia su nombre por el de Tumusla. LOS raudales que bajan de la cordillera de los Andes antes de su bifurcación, por los mon- tes de Uvina, Chocaya y los intermedios, forman el rio de Santiago ó Cota gaita que llevando la dirección de poniente á naciente, pasa por la es- tremidad S. de la provincia de Chicbas. LOS manantiales que vienen de la parle del S. de Cbocaya y fluyen por entre el Chorolque y el pueblo de Tatasi, engrosados con las aguas que en estos puntos caen, forman el rio de Tupiza, al cual poco mas abajo del pueblo de este nom- bre, se le incorpora por la derecha el Su ¡pacha, compuesto de los arroyos de Piedra grande, Pe- ña colorada, Mojinete y rio de San Juan, proce- dentes de la cordillera de los Andes. El Suipaeha llevando el rombo de occidente á naciente, varia so nombre por el de Livilivi; y aumentado con las aguas que vienen del S. de la República, atra- viesa, los territorios de Mojo, Yavi, Sacocha y To- jo; y vuelve su corriente ál'N. para tomar el —83— nombre de rio de San Juan, y un poco masaba- jo el de Piliya como diré adelante. BAÑAN también este departamento el rio de Mataca y el rio grande de Santa Catalina: el según tengo dicho, entra al Pilcomayo: sus manan- tiales primitivos existen en los cantones de Barto- lo y Vilacaya. Las fuentes del 2. ° están en Vis- cachilla, Marcocueva, Quelena, Aloc-cueba, Todos Santos, San Antonio de Lipez, Relabe y San Pa- blo de Ruena-Vista que constituyen pequeños ríos que llegan á reunirse en Carhuasi, distante 2 leguas de Abilcha, desde donde llevando el nombre de Rio-Grande de Santa Catalina, corre por las faldas del cerro de Correjidores, para desembocaren la gran laguna salada de Llica; á la cual tributan tam- bién sus aguas el rio de Cerda, el de Lequepata y Chaca la. FUERA de los arroyos y ríos que be espre- sado, se encuentran en el departamento de Potosí, 1876 fuentes de agua potable; 68 de aguas ter- males; 1348 prados perfectamente regados por ma- nantiales que nacen de entre ellos mismos, y que vulgarmente se dicen ciénegos ó abrebaderos. SI se considera atentamente la localidad del departamento de Potosí, y la calidad de su . terri- torio, se conocerá fácilmente que está llamado á producir todavía mayores riquezas que las qne bas- ta hoy ha dado, tanto en el reino mineral, como en el vejelal y el animal; por esto no debe ad- mirar que aun después de la decadencia casi total .—84 — de'su cerro, hubiese estado tributando al real E- rario hasta bien entrado el siglo 19, la enorme can- tidad de un millón doscientos sesenta mil pesos anuales, (7) MRTM1T0 M MUI f) KA parte poblada de este Departamento, sin "tfontar el país ocupado por los 'bárbaros, se halla 'sita entre los 20." 40* y 2?.° 20' de latitud;* y entre 1.° y 3.° 20' de lohjilud oriental: corre de í'< oto moa lo ob . -.¡ . .*• i «bíi ~. i ~ ! íj i • (7; Loase el informe^ del Sr. Manrique del Pino Iniedentc> de Potosí, ;il Virey. (i; "K1 Señor n n í'^ilro de Ancelis en el prólogo 'cjna pusrt ii la Desbripi i.Mi de Tarijá d i Señor 1-ntendenre D.rtr Juan del Pino, y (pe imprimió en su interesante Co- lección do obras y documentos relativos á las Provincias del antiguo Mreinato de Dueños Aires, dice: uDuraite el ¿óí/í/fto co'ori'ál, este ds'.i.'o, (Ta ijaj qie depet.dia del • / áthidb "-4t Chebos, /asi á 'Jt.co-f.or» fse al de Ch.tt; cu\ a ¿ajila! ¡ráTtl«ular, entre los Señores Ministros UrcuHu, y DWt Velez\ no se presentaron ótros docwmentc*, i(nh 1*9 "cióhados) esto es, la real órden té Callos %"l'f el ebed*-86— provincias que son \ú del Cercado, Concepción y Salinas. Como una parte^Jde este departamento se encuentra situado en las dos últimas cadenas de la cordillera, es decir, en Taesara, y Caiza, la rejion occidental está llena de cuestas, riscos y preci- picios; pero entre-cortada por anchas y largas ve- gas: la oriental es un llano abierto hácia todos lados. Las tres provincias que he mencionado, y que solo están diseñadas, difieren mui poco en» tre si; por cuyo motivo las comprenderé en una sola descripción. cimiento del Arzobispo y el reclamo del Cabildo de Tari- ja. Y aun cuando se hubiese espedido realmente el de- creto que se d're ¿cómo podrían prevalerse de él, pueblos que no reconocieron jamas las autoridades de las Cortes» ni rejencia? Un poder ilegal y usurpador según la aser- ción constante de los Arjentinos, ¿rimo debería tener efecto en países que perpetuamente habian objetado la ilejitimidad del poder? Finalmente, repito, que aun dado cas*, que hubiese existido el decreto que te aire del Se- ñar Arenales, Fernando 7.* el afio de 1811 á su vuelta de Francia, casi, retocó y anal-i por sj célebre decreto de Valencia, cuantas Leyes y Decretos se habian dictado por las Cortes y Rejencia, y repuso las cotas al estado y forma que tenían á principios de 1S08; de suerte, que el de- creto que se dice habría quedado anulado y revocado por al predicho, si hubiese existido alguna vez. Es bien sabido que el Señor Bolívar nada afecto era i la independencia de Bolivia; y Un lejos estubo de querer dar mayor estencion al territorio Boliviano, que precisamente fué él, quien mandó inconsideradamente entregar Tanja al Señor Díaz Veles, ain que é*>.» hubiese pndide privar, en l«* cuiifereneias clta- TODO el territorio de Tanja es feracísimo; su temple benigno y su Cielo sereno. Produce Cuanto se quiere, y con increíble abundancia. Qui- zá por Boliviano, puedo ser notado de exajera- dor: para evitarlo pues, quiero copiar aquí lo que de Tarija han escrito los Editores del antiguo Mer, das, el derecho que alegaba á favor de su Bepública Los que reusaron la desmembración fueron los Tarijcños; fué el Congreso Boliviano que negó su ralificacion al tra- tado, en cuja virtud se hizo la indebida entrega; y la negó con moderación por no ofender al Libertador. En este tiempo pudo haberse hrcho figurar á Tarija como parte de la Confederación Arjentina, porque Potosí escopto ese inter- valo, que fué bien corto, ha estado en pacifica posesión de Tarija como de partido suyo, desde que a costa de sus \rm cínos y caudales_sc descubrió, pacificó y pobló aquella re- jion. En órden á la autoridad Eclesiástica digo, que el Gobierno Boliviano pudo y puede hacer en su ten ¡torio lo que" el 'Arjcntino ha 'hecho en el suyo; si este pues ha privado por propia "autoridad al Arzobispo de la Plata, de au jurisdicción metropolitana sobre sus sufragáneos de la República Arjentina, otro tanto y con fundamentos mas legales y canónicos ha practicado aquel. respecto de los Párrocos de Tarija, ¡ reintegrando al Arzobispado en el territorio que se ie había desmembrado ¡legalmente, rila es, sin el debido conocimiento del Papa, como es de de- recho ordinario. Omito otras razones que e«tán espuestas victoriosamente en el Tomo del Restaurador número donde podrán verse, si se quirre; no hay pues en nuestra posesión de Tarija visos de usurpación, -too lejitimidad,-r pura -justicia. • •/>•:curio Peruano: Í2j .«Solo diremos que en lodo lo «que hemos visto, dicen dichos autores, eido y «leido de ambas Américas, no hai otra Provincia «comparable á este país, (Tanja) y solo el fértil «reino de Granada tiene con él alguna semejanza. , «Allí se dan el trigo, el maiz y los demás frutos «precisos para el alimento del hombre, el árbol • que produce ta yerva del Paraguaí, la coca, eí «vino, el lino que siembran en e! paraje llamado «la Recoleta, solo para sacar la semilla; y si no es «en aquella abundancia que debiera, consiste en «la poca aplicación de los habitantes, ó en la es- «casa salida que consideran á sas frutos, por la «pobreza de los partidos de Lipez y Chichas que «le. son colindantes. Esta misma retribución tan .«pingüe se repula esterilidad, en comparación de «las tierras (3) que ocupan los. chiriguanos y de- «mas tribus de indios libres. Los que las han «visto hacen de ellas una pintura semejante á la «que hicieron á Moisés los primeros espiradores de «la tierra de Promisión. Lomas notable es que «la especie humana se propaga en aquellos cam- «pos de tal modo, que no pudiendo contenerse, ó (2) Mercurio Peruano Tomo 2.° del día 15 de Ma* li>,4« pájina 36 hácia el fin. {fty E-,las tierras son las vegas ó cañones del Pal- mar de Cinti; las de los rebajos orientales de Pomabamba, y Sauce 6 Azero correspondientes al Departamento de Chu- quisaca y ocupadas ya, en su mayor parte, por ganaderos BjlÍY¡anos. i 89— «no contentándose en los límites de la tierra con- «quistada, vá por una continua emigración á po- «blar las Provincias de Tucuman.» Hasta aqui lo» prediehos Editores. Abundan mucho Jos pastos en Tarija; y son tan substanciosos y nutritivos que los ganaderos se ven precisados, en ciertas estacio- nes del año, á botar el ganado á las Sierras, pa- ra evitar que las reces engordando sobrado, se mueran, como regularmente acaece, sin esta pre- caución. ES también célebre el terreno de Tarija por los enormes huesos íóciles que se encuentran en diferentes puntos de su distrito. Se han visto ca- nillas de vara y media y dos de largo; dientes gruesos como el puño, muelas con el peso de 5 y 6 libras; un inmenso esqueleto, cuya mandíbula inferior estaba armada de un colmillo de cinco pies de largo; una caravera semejante á la del hombre, que media de la frente al colodrillo algo mas de dos pies y otras piesas semejantes. El vulgo juz- ga que estos son huesos de jigantes; y otro» po- co superiores á él, piensan que por virtud del terreno crecen los huesos humanos. ¿Crecerían por intuscepcion? Pero ¿qué órganos tienen los hue- sos sueltos ó esqueletos, para chupar los jugos de la tiena, dijerirlos, filtrarlos, y asimilarlos á su propia sustancia? ¿Sería por supra posición como se asegura de algunos seres inorgánicos? Mas ea- tonces ¿cómo se han conservado tan perfectamen- te el lustre, el desgaste, las líneas, manchas y ea- 1*4—90— ríes de las muelas que inüudablcineDle se forma- ron, estando vivo el animal? Los sabios de Euro- ropa afirman que estas bosamentas pertenecen á la especie de Mastodonte, que por algún cataclis- mo del globo, se ha perdido. Yo he visto mu- chos de esos huesos fóciles; y como presentan di- versas configuraciones pienso que corresponden á diferentes especies de animales que han desapa- recido: el esqueleto que llevó á Lima Don Maltas Vaulen era un Mastodonte; pero el que descubrió el Jeneral Oconor parece según la estencion de su colmillo, un Manmout. Esta circunstancia me fia inducido á creer, que si en Tarija se practi- casen escávaciones melódicas por personas inteli- jentcs se hallaría quizá marfil en abundancia, como eu la Siberia, con otros objetos curiosos per- tenecientes á la historia natural; pero ¡que- lejos están nuestros hombres .de' ocuparse en tales ma- terias! flb «fiot oals nilnooloo re 9Jnc«f' al> 6il>*>ni enp NO se han trabajado en Tarija minerales de .plata, ni. de oro, ni aun de cobre á pesar de haber en el cercado una veta' de cobre nativo en barra. El Jesuila Lozano por noticias que sus coni. oaperos,; le,.^partieron, asegura haberlos de plata; y la analojia me inclina á juzgar qu es así, por que la cadena de Tacsara en que está situada Tarija' se baila ligada á las sierras ricas de Lipez y Chi- chas, y parece una misma su estructura geológi- ca, . como sus formaciones y terrenos. Es igual - mente fama que se encueutra oro en el cerro de Vi —91 — la Polla, y plata en uno de sus inmediatos: pero que no ha podido esplotarse, por que todavía re- siden allí los chiriguanos; Se dice también que los" Jesuítas tuvieron en ellos varias labores que bos- ques espesos las ocultan hoy. HAY en Tarija varios mineros1 de asfalto ó pez mineral que á tos principios del siglo 17 des- cubrió nuestro Barba y que ha vuelto á hallar- los un brasilero avecindado en aquellos valles. Hoy se mira con indiferencia este objeto, pero llega- rá á conocerse su importancia, cuando los bolivia- nos mas instruidos sobre nuestros verdaderos in- tereses, cubramos con nuestras barquillas las aguas del Tarija, Pilcomayo y Paraguai, á Gn de salir por ellas al Atlántico, exportando nuestras rique- zas, para tornar después importando las cstranjeras que necesitamos: este tiempo llegará y entonces Tarija se encaramará al puesto que la naturaleza le tiene destinado. MONTAÑAS. AUNQUE he dicho que la rejion occidental de Tarija es de sien as ásperas y llenas de riscos y precipicios, no existen en ellas picos tan eleva- dos como los qne llevo espresados. Sin em- bargo, vistos desde el lado oriental presentan has_ tante altara el Chismuri, el Cóndor, el Gamone. ra, Quirusilla, Taucoma, Encerradero y el Cam- panario en la provincia del cercado: Orcotica, Zer-pa, Soria, Camacho, Cerro-bravo, Cerro'de piafa y Ruyero en la Concepción; y el Guerrero, Gua- caya, Capas, Nogal, Burro muerto y San Francis- co pn I» cíe Salinas, HIDROGRAFIA. EL rio de San Juan ó Pilaya baña los lím i les occidentales y setentrionales de Ta rija; y des- pués de su confluencia con el Pilcomayo, también los orientales. El Guadalquivir, ó San Lorenzo cor- ta lonjitudinalmente el departamento hasta su unión con el llau; y desde allí le sirve de lindero me- ridional: fórmase este rio en la cordillera al N. de Tarija.de los riachuelos de Carachimayo y Ca* lama: no distante de la ciudad recibe los arroyos de Merques, Tomata y Camiata; y sigue su curso al S. S. E. hasta la Concepción entrándole por el S. el rio Chaguay resultante de las aguas de Tolomosa y Tolomosita; el Tomayapu que lleva las del Paicho, Carrizal y Chaguara; elBermejo com- puesto de los rios del Marquesado y Camacho; y en fin por el N. las aguas de San Diego y San- ta Ana que se juntan al Guadalquivir en el An- cón y el Chara ya. Desde la Concepción se le da al Guadalquivir el nombre de rio grande de Tari- ja el que continua su curso hasta el rio Paraguai, pero antes de descargar, resume el nombre de Ber- mejo propio de uno de los afluentes que he men- cionado. Fertilizan la provincia de Salinas ei Rio- —93— Grande del Pezcado y otros varios arroyos: El Rio-Grande procede de la sierra de Narvaez: pa • sa por San Diego, San Luis y Salinas, aumentan- do su caudal con los riachuelos del Guerrero, Tam- boi y el de la Sal. Mas al E. fluye otro rióme- oor llamado de Itau y ambos desembocan en el Tarija, El arroyo de Chiquiaca entra también en el mismo rio. El de Cara parí se insume en los arenales, al dirijirse al Pilcomayo, en el cuat de- saguan juntos el Serere y el Salado que descien- den de Serere y la Cueva, y el de Santa Rosa, que trae su orijen de la Cuesta Blanca y Ama- reta. Hay en Tarija otras muchas fuentes de agua potable y de que debieran usar sus habitantes dejando la de sus rios que por su mala calidad producen bosios y paperas que tanto afean las fi- guras y hermosísimos rostros de muchas Tar¡je- ñas. DEPARTAMENTO DE CHUQIJ.SACA« ESTE departamento está comprendido entre los 49.° 4 0' y 21.* 45' de latitud y en- tre 0.° 26' de lonjilud occidental y 4.° 35'de lonjiiud oriental al meridiano de Sucre; y su área deducidas sus llanuras orientales y los ángulos que le enlrao de los otros departamentos, es de 4 397 leguas cuadradas. LINDA por el N. con los departamentos de Cochabamba, y Santa-Cruz; por el S. con los dePotosí y Tanja; por el E. otra vez con Santa- Cruz; y por el O. con Potosí. Su capital es Su" ere, fundada con el nombre de ciudad de la Pla- ta, de orden del Marques de ios Charcas D. Fran- cisco Pizarro, poi Pedio de Anzures en Chuqui-cha- ea (Puente de oro) que fué el sitio que Gonza- lo Pizarro ehjíó después de lá reñida y peligrosa batalla que en él tuvo con los naturales del pais: E* ciudad célebre en nuestra historia antigua y moderna: en la antigua por haber sidio desde su fundación capital de la inmensa provincia antigua de los Char- cas; (i) [por haber ilustrado las majistraturas de su Audiencia y la Mitra y Cabildo de su Catedral los hombres mas eminentes de la Península, en aquella época, á saber Maticnzo, Soíorzano, Abren, Alfaro, Manrique del Pino, Poilier, Calvez, Boeto, fillava, Morcillo, Villaroel, San Alberto, Mojó etc. etc. por sus colejios y universidades, en que se insti- tuían é ilustraban los jóvenes nacidos en las di- latadas provincias comprendidas entre Arequipa y Buenos Aires y por su academia forense que en- tre otros grandes jurisconsultos produjo á D. Ale- jandro Pinto, D. Francisco Javier de Orihuela y D. Jorje Delgadíllo, de quien aseguraba Villava, que en toda la monarquía no habia letrado que _______ [1] Abrazaba rsta provincia hasta mediados del siglo pasado la costa de Arica, Tarapacá y Atacaros, el Collao ó sea Puno y los territorios de las actuales Re- públicas Arjentina, Boliviana, Uruguai y Paraguai. 9Í>— exederle pudiera. Fn la historia moderna, por que en ella se hizo la piimera reseña para la in- dependencia de la A mélica española; por que en ella se educó un gran número de los que han figurado en la guerra de la independencia, en esta parte déla América del Sud; por que en ella se criaron y formaron, escepto siete, todos los diputados que reprerentando sus provincias, firmaron la acta de nuestra independencia y no pocos de los que fir- maron la de la República Arjentina; en fin por que estos mismos compusieron después el gran Congreso constituyente del año de 4 836, á q«¡en tanto debe la Patria. YAMPARA, Cinti, Tomina y Azero son las provincias dé que consta el departamento de Chu- quisaca. Deberá recordarse aquí que en el cua- dro de la división física de Bolivia dije que la £•» cadena del sistema oriental de los Andes, des^ pues del nudo de Porco y Potosí, se dividía eu cüalro ramales: agrego ahora que entre los do6 ramales del E. y la cordillera de Caipa y Liqui; está situada la provincia de Yampará; la de Cinti en la misma de Caipa y Liqui: Tomina en la pro* Tongacion de lá de Tacsara; y en la de esta, y la dé Caiza la provincia de Azero. YAMPARA cuya capital es la villa de Yola- la, confina por el"N. con Misque; por el S. con Porco; y por él E. con Tomina; y por el O. con Chayanta. Corre de S. a BL 32 leguas y 24 de oriente á poDieulc. En el centro do esta pío-—90— vincia se halla uvicada la ciudad Sucre. Su tem- peramento por lo jeneral es templado: su atmós- fera tranquila y hermoso so cielo, especialmente de noche: tiene muchos valle» y algunos de Yun- ga en Mojoloro y Vegas del Guapa i y Prleoiuayoc produce bastantes papas, cebada, trigo, maiz, hor- taliza, vino, caña dulce y frutas con particulari- dad de hueso: no es mui abundosa de pastos, pe- ro posee los necesarios para mantener el ganado que se cria y destina al consumo. Abunda la ma- dera de construcción, principalmente la de cedro que por bigarreada, fragante, é incorruptible exe- de á la caoba de tanta fama. EN esta provincia solo se han trabajado cinco minas de plata en el cantón de Huaillas. Barba avisa que media legua distante de Sucre en una hacienda suya, labrando una loma, levantó el ga- ñan con el arado, Soroche (sulfuro de plomo ar» gentrfero) de cuarenta marcos eajon, pero parece qne ni esta veta, ni ninguna de las cinco ante- dichas ha sido de mucha consideración: se encuen- tran mas bien ricas vetas de cobre; y en las loma» inmediatas á la ciudad, estaño alubional: hay igual- mente tradición de haberse hallado en Tejahuasi, seis leguas distante de Sucre, carbón de piedra ú Hornaguera de exelente calidad. LA provincia de Cinti está corlada por mu- chos cerros y riscos qne dejan entre sí cinco va- lles grandes y algunos otros pequeños, todos de grande fertilidad. El primero y mas meridional se esliende, por fas orillas seícnlrionales del rio de —97— San Juan, desde Livilivi hasta Camataquí, midien- do el espacio de 25 leguas: ' En esle valle aun- que prospera la vid, su principal producción es el trigo, con que se abastecen de rica harina los pue- blos circunvecinos. El 2.° valle, contiguo al ante- rior, es el de Cinli, que todo es de viñedos que ocupan sin interrupción, en ambos lados de los dos rios grande y chico de Cinli, las diez leguas de su estension. Los vinos que dá, son de buena calidad; y si se conservasen algún tiempo mas, podrían competir con los mejores. Las aguas del cantón de San Lucas que bajando desde la cordillera de Li- quí por el N., llegan al cantón de Turuchipa, for- man el tercer valle; en el que, aunque existen al- gunas viñas, son de poca importancia; siendo su producto principal el maiz que se cultiva y cosecha con abundancia. El 4.° valle comienza del punto, en que confluyen con el Pilcomayo las aguas que descienden de la sierra, por la población de la Tor- re, y continua prolongándose por la orilla meri- dional de dicho Pilcomayo, hasta el Palmar. En esta vasta estension se van plantando diariamente cañas dulces, para fabricar azúcar y ron. El 5." valle lo forma el curso del Pilaya de O. á E. des - de la Catarata hasta su reunión con el Pilcomayo, que se efectúa cerca del Palmar: También en es- te espacio, que abraza mas de 25 leguas, vá pro- gresando la caña, y cun este motivo la población. Si estos valles rinden los valiosos productos de fa caña y vino, sus alturas suministran en copia los frutos 13de' Puna. ANTES de pasar adelante haré tnencion aqui de cuatro monumentos de la antigüedad, que se re- gistran en el valle meridional de Camataquí. (2) El 1.° consiste en unas calzadas ó diques, con que es- trechando por uno y otro costado de la quebrada el caudaloso rio que la riega, formaron casi todos los terrenos labrantíos que hai en aquel valle; y los libraron de las inundaciones: las calzadas tienen una brazada de ancho, y corren sin discontinui- dad el espacio de 4 2 leguas que hai desde Tojo hasta Escapana. Están construidas de sillares mui planos de bastante magnitud, cortados en cuadros y unidos entre sí, al parecer, sin argaraaza ni otro mortero. La obra es tortísima, como que ha re- sistido las mayores crecientes del rio por muchos siglos. Cuando las aguas sobrepujan la altura de las calzadas, en vez de ser perjudiciales, son úti- lísimas, porque con el limo y légamo que llevan, abonan las tierras. En la misma rejion y sitio de la Reinecilla, 5 leguas al N. de Livilivi, se encuen- tra un palacio, que considerando el tiempo en que se edificó, puede llamarse magnífico: Consta de dos espaciosos pátios, el 4.° con cuatro puertas, una en medio de cada cortina, y 8 habitaciones, de las que cada dos ocupan un lado; y el 2.° rodeado de (2; Estas noticias me han sido comunicada» por el benemérito Cura de Tacobamba Dr. Don Antonio Villa- vicencio que ha residido muchos años en aquellos lugares. —99— piezas menores. En el centro del 1.° hai una pie- dra cilindrica toscamente labrada, de 2£ varas de alto y otro tanto de circunferencia. (3) Para igua- lar el sitio del edificio hai dos terraplenes, uno sobre otro, de bastante altura, que nivelan el de- clive de la ladera, en que está el edificio. A po- ca distancia del palacio se vé una fortaleza, fa- bricada para defensa: se compone de un salón mui grande rodeado por tres costados, de otras habita- ciones angostas, con muchas troneras, destinadas sin duda, para el uso de armas arrojadizas: Am- bos edificios están á la misma orilla del rio. Há- cia la parle oriental corre la Cordillera de Tacsara, dividida en tres ramales, de los cuales el mas in- mediato dista 5 leguas; y desde allí condujeron el agua dulce por un acueducto de piedra tan curio- samente escogida como labrada, el que se conser- va íntegro hasta ahora; y es de advertir, que lau- to las calzadas como el palacio están construidos de un género de piedra aue solo se encuentra en Tacsara, á 8 leguas de distancia. ¿Quiénes cons- truyeron estas grandes obras? ¿Quién habitaba en el palacio? ¿Hubo en esta comarca alguna ciudad? ¿Es obra de los Incas? ¿De los collas? ú otros do- minadores mas antiguos? Pero la resolución de estas cuestiones no me tocan: anudemos el hilo de nuestra relación. HAI en Cinti muchas dehesas, particularmen- (3) ¿S.tí quizá un altar para sacrificios?—100— te hacia el Palmar, donde podria criarse inmenso numero de ganado mayor, si no fuese el temor de los bárbaros que a mediados del siglo pasado, destruyeron la villa de Paspaya que había junto al I'ilcomayo, y la de Pilaya que era capital de la provincia, y que con méngua nuestra no se han re- parado hasta ahora. Este parece ser el tiempo mas á propósito para reedificarlas, supuesto que aquella región vá poblándose con motivo del cultivo de la caña. EXISTEN en la provincia muchas vetas ri- cas de p'onao pobre, de facilísima fundición, y no pocas de cobre; pero lo que merece la considera- ción son los lavaderos de oro, que se encuentran desde sus primeros manantiales en el rio de San Juan que se llama también del oro. Las personas inteligentes juzgan que si en él se empleasen, co- mo en Tipuani, algunos caudales, para labrar los venero?, y las vetas, se sacaría tanto ó mas oro, que allí. Limla la provincia por el N. con la de Tomina; por el S. con la de Chichas y parte de la de Tanja; por el E. con el territorio de la de Azero y Tomina; y por el O. con la de Porco y algo de Chichas. Se estiende de N. á S. 35 le- guas, y cerca de 7J, contando desde el Palmar, de oriente á poniente. Es f ierra verdaderamente rica. LA provincia de Tomina está menos erizada de sierras escabrosas, que la de Cinti; y aunque que hai algunas, son de mucho menor aspereza: Su capi'al es la ciudad de Padilla, rica y floreciente — 401 — por su comercio en otros tiempos y hoi mui de caída. Confina por el N. con la provincia de Va- lle Grande, por el S. con la de Cinti; por el E. con la de Azero; y por el O. con la de Yampará: Se estiende de S. á N. 36 leguas, y de oriente á poniente 76: Su temperamento por lo jeneral, es cálido y hasta ardiente en algunos parajes; pero hai en ella punas y valles templados; produce en sobrada copia, arroz, garvanzos y todos los gra- nos, legumbres, hortalizas, raíces, y frutas que son conformes á esta diversidad de temperatura. Tiene muchos bosques, en que se vé inmensa va- riedad de árboles de muy buena madera; posee muchos terrenos de pastos que alimentan algún ga- nado; pero no el que corresponde á tan dilatados ■espacios, vestidos de altas y hermosas gramíneas. NO existe en la provincia de Tomina ningún asiento formal de minas; pero Barba asegura ha- ber labrado él algunas de mediana riqueza en su -curato de Tarabuco. En la serranía de Mandinga ■se ven también algunos escombros que manifiestan haberse trabajado allí minas de piala; hay empe- ro muchas vetas ricas de cobre nativo; y en estes tiempos últimos se ha descubierto en Pomabamba, junto al Pilcomayo, un inmenso aluvión que se di- rije al rio, y en que se encuentran muchas par- tículas de oro, que indican haber veneros abajo. En Tarabuco se ha encontrado igualmente carbón de piedra, y betún mineral. AZERO es una provincia cuya localidad =c a?e«— 1 02— meja á Tarija: la parte occidental es de serranía, y llana la oriental, que se prolonga por los cam- pos de Caiza, entre las márjenes boreales del bajo Pilcomayo, y los confines meridionales de Gutiér- rez ó cordillera y Cliiquilos hasta el rio Paraguai; por consiguiente conlina por el N. con las predi- chas provincias de Gutiérrez y Chiquitos; por el S. con la de Salinas de Tarija; por el E. con el Pa- raguai, y por el O. con Tomina: corre de S. á N. algo mas de 36 leguas y 130 de oriente a po- diente; es su capital el pueblo de Sauses. De sus llanos he hablado yá, cuando trataba de la división física de la República, y quizá volveré á tocarlos, al describir el departamento de Santa Cruz: Aqui daré sucintamente una idea de la parte montaño- sa: Esta rejion se halla dividida en 4 valles ó cañones, por otros tantos ramales, en que se par- te la última cadena del sistema oriental de ¡os An- des, quedando dichos valles entre ramal, y ramal, y un cordón de colinas, que formando el último rebajo de los Andes, abre la entrada á nuestras grandes llanuras. La lonjitud de los valles es de 3G leguas, y la anchura de cada uno de ellos des- de 3 hasta 5 leguas: Las sierras son altas pero transitables y no mui gruesas. El temperamento de la provincia es cálido y húmedo; su terreno feracísimo; y asi es como toda ella está llena de espesas selvas y bosques de árboles que con sus frondosas copas parece que locan las nubes; su sue- lo es un oontinuado prado de yervas que se le- hantan mas de 4 pies, y cuyo verdor inmarchita- ble perpetúa la primavera; el pasto es mui agra- dable para los animales, substancioso y nutritivo; por cuyo motivo las terneras son madres á los dos años, y es mui raro que en las tres primeras pa- riciones no produzcan gemelos, esto es, dos bezer- ros por vez; cria caballos altos, bien hechos y vigorosos; los frutos y frutas que produce, son asombrosamente mayores que los de la misma es- pecie y tiene algunos indígenos de sabrosísimo gus- to; sus maderas son importantes por la solidez y dimenciones unas; otras por su. utilidad para los tintes; y muchas para la Ebanistería por sus her- mosos colores jaspeados. Estas son las tierras de que, los que las han visto, hacen en concepto de los Editores del antiguo Mercurio Peruano citado, una pintura semejante á la de los esploradores de la tierra de promisien. Desde la ciudad de Padilla se sube pnr un terreno de acceso suave hasta la cum- bre déla sierra que llaman la Ceja: Observada des- de allí la provincia de Azero, presenta á juicio de todos los que la han visto, el objeto mas hermoso y sorprendente de la naturaleza: Al ver esta tier- ra, decia un curioso viajero, no parece, sino que uno está mirando el paraíso terrenal, ó la isla de Calipso, inventada por la florida imajinacion de Fenelon y realizada aqui por la naturaleza. EL robusto brazo del minero aun no ha em- puñado el pesado martillo para romper el seno de sus cerros: hai signos que hacen ver, que si la—104— superficie está esmaltada por la vegetación, en- lo interior se ocultan los metales preciosos. En algu- nos de ellos bojan vetas de cobre fino en barra másiza; y en el chórete existe» grandes capas de hornaguera, ó carbón de piedra, embueltas en un mineral de hierro semejante al que en Inglaterra se beneficia con increíble utilidad. Unos pocos cen^ tenares de ganaderos bolivianos ocupan esta ven- turosa región, pero espuestos á tas correrías tter los bárbaros que en repetidas ocasiones han des- truido el ganado, y con él la fortuna de ios estan- cieros. Causa dolor considerar que esté así des- poblada y malográndose en ella y sus- inmediacio- nes, tantos dones naturales y tanta riqueza, mien- tras nuestros hermanos en algunos- paiees de Euro- pa, van pereciendo de hambre. MONTAÑAS. AUNQUE el departamento de Chuqnisaca está colocado en la cordillera, no por eso hai en é\r picos y montes mui elevados: Liqui en Cinü es- el punto culminante: en invierno se cubre de nie- ve que se desata en verano. Otro tanto sucede con Palomani, Puna-horco y Satarí, en Ya provin- cia de Yampará: son bastante elevados el Carvario del Dorado, el Picacho, el Sombrero, Jumahorco, el Coscotoro, el Huaca, el Condorcaca, el Sombre- rillo, el Fraile y el Catari en Tomina. El Caza_ dero, y el Ingaguasi en Azero. —105— IIIDR06BAFU, EL departamento de Chuquisaca está circuns- crito al N. por el Guapai ó Rio-Grande que des- agua en el Amazonas; y al S. por el Pilcoma- yo que vá al Plata; escepto la provincia de Cin- ti, que por variar allí su dirección el rio, se ha- lla al otro lado. La gran línea de los vertientes (divorlia acuarum^ divide este departamento á lo largo, según dije en otro lugar, cortando por me- dio la ciudad de Fuere: !a seguiré pues en la nar- ración de O. á E. dejando para mas adelante las aguas de Cinti, que también se unen después al sistema del Pilcomayo. DE la parte meridional del cantón de Moromo- ro baja un arroyo, reuniendo las fuentes de aque- lla comarca; y en forma ya de rio, fluye por Yu- rubamba, encaminándose al S. E. Del de Quila- quila desciende otro que se une al primero, me- dia legua arriba de Charcoma; y juntos componen el Cachimayo, que después de un curso sinuoso de 16 leguas, se incorpora al Pilcomayo en Tasapam- pa. El Cachimayo pasa dos leguas distante de Sucre y constituye las delicias de sus habitantes que en ambas márjenes tienen muchas hacien- das y casas de campo: en el verano abandonan- do casi todos la ciudad, van á templar los calo- res de Octubre y Noviembre en sus frescas aguas y foTman con este motivo alegres y bulliciosas di- II--lOG- versiones, en que toma paite aun la ¡ente pobre y miserable. SUCRE está fundada al pie de dos cerros uní- dos por su base y nombrados Sicasica el del S. y Churuquella el del N. Las aguas que caen en el Sicasica fluyen al S. por la quebrada del Te- jar y algunas de las del Churuquella, atravesan- do el arrabal de la ciudad, van alli mismo, don-» de reuniéndose con los arroyos de Quirpinchaca, Habitero y otros compone el riachuelo de Yolala, el cual reunido con el que baja de Totacoa des- agua en el Cacbimayo, en la hacienda de Ñujcho. Las que caen al N. del Churuquella corren á Gua- ta, donde juntándose con el rio de Catalla, bajan á Guanipaya y aumentadas con las de Pocpo, Cucurí, Milluni, Mojotoro y Chaco entran en el Gua- pai hacia la Palca de Colavilque: en el mismo Guapai y hacienda de Guainapata descargan el Poroma, Yanani y el Socabamba. Las aguas de Tarabuco forman dos rios el uno llamado Atun- mayo que con Chilca, Coachile, Urilu, Yanacolpa é lela se une al Pilcóme yo; y el otro de Seri- pona que lleva las aguas de Quiscoli y Cororo con el Umahualso, al Chaco de Mojotoro y de allí al Guapai según he dicho ya. EL rio grande de Sopachui se compone de los riachuelos de Horco, Frutamayo, Mátela y Ta- cos; y da principio al Dorado del Villar. Corren por Sopachui otros tres rios: el Cullumayo que se mete en el caudaloso Azero, y el Nogales que —107— uniéndose al Camocho so incorpora al Dorado. En Chapimayo enrriquecen á este el San Blas, Yo- lala, Ñeques, Carachimayo y Mojotorillo unidos al Segura pierden su nombre y toman el de Segura. Todas estas aguas abundan en pezcado rico. EN Tarbita se parten las aguas por la serra- nía de Sombreros: Bajan al S. el Durasnos, Y¡- sanchas y San José y se incorporan al Pilcoma- yo casi frente al Fuerte; y al N. va el Mo- lleni, llevando las aguas del Otoronco, Pucamayo y Cruz-mayo, para tributarlas al Segura. DHL Sauci-mayo y Tablas resulta el Tomi- na que dirijiéndose al N. por el cantón de Mojoco- ya, se une al de Tacopaya y ambos se entran en el Guapai. A este mismo dan sus aguas el ColU pa, Hornillos, Chile, Turcotorco y el Rodeo re- sultantes de los manantiales que brotan en dicho Mojocoya. POR el cantón del Pescado corre el Cocha- bombillo y el de la Haciendita que desaguan en el Guapai: el del pueblo, unido al Puna mayo que procede de Tomina, confluye al Azoro, á donde va también el Pilipili procedente del cantón de la Laguna. EN Pomabamba tienen su onjen los rios Guan- carama, San Antonio y Las-casas que enrriquecen al Segura y ademas el Üliuli, Caraballo, Vallécito, el Armado y Piraimini: estos dos últimos se reú- nen en San Juan y los tres primeros en el Ro« deo y Bado-bondo y componen el Parapeti, llamado— IOS — por los antiguos Condorillo. EN Ta provincia do Azoro hay dos rios muy notables: el caudaloso Azero y el Parapeti: el Azero es el mismo Seguía, aumentado con las aguas del San Juan, Bohorques, Bartolo, Higuerillas, Tayarenda, Co- mandanli, Chiquiehi y el de los Pozos, que se forman de las fuenles^de la misma provincia. Este rio des- carga en el Guapai, en la hacienda de San Isi- dro. Del orijen del Parapeti hablé arriba: en la provincia de Azero aumenta su caudal con los rios Pampas, Zapallar, el de las Abras, Pifaicito y el Ar- rayan. El Parapeü se insume en las arenas del Chaco boreal, ocho leguas distante de la sierra; y vuelve á aparecer en los campos de Ysosog en grandes lagunas, dichas de Ubay, Obaig, ó Gua- nacos, üe estas lagunas se orijina el Rio-gran- de de San Miguel de Chiquitos. En la misma provincia tienen su nacimiento los arroyos de Na- comori, íngri, Aguatiri y Guacaya que tributan sus aguas al Pilcomayo. Pasemos ahora á Cinti. LOS dos rios de la provincia de Chichas nom- brados Toropalca y Cotagaita unidos en la Pal- ca de Higueras atraviesan la provincia de Cinti, con el nombre de Rio-grande, que aumentándose con el Chico, que lleva las aguas de Quebrada-hon- da, Chicha-mayo y Sarcarca procedentes de la cordillera de Liqui, se une con el de San Juan en Camblaya: el cual mudando desde ese punto su nombre por el de Pilaya, y su rumbo al E. topa con el enorme cuerpo de la cordillera do > ..ini;H • • • ' .' — 109— Tacsara y la corla por un canal tan estrecho que hay puntos, en que se pasa de una banda á la otra, por un puente grosero de palos. Fórmase pues aquí una célebre cascada que por su altura y por la grande masa de aguas que se desploman, po- dría atraer la atención de los curiosos, si pudiera observarse; pero desgraciadamente no puede ver- se sino de muy lejos por la aspereza y elevación do las rocas que la avecinan, cortadas todas á tajo: asi es que no se divisa allí otra cosa, que la niebla que se levanta de la espantosa profun- didad del precipicio. Pasada la catarata corre el rio al E. y E. S. E; y se incorpora al 5. de Cinti y N. de Tarija, con el Pilcomayo en el Pal- mar; y la cordillera de Tacsara toma el nombre de Tarachaca desde la mencionada catarata. DESDE la capilla de Chinimayo anejo de San Lucas sigue una meseta sobre la cordillera y en la mitad de ella está una linca divisoria de aguas, que estendiéndose desde Liqui hasta Tarachata por Firaoyo, comparte las aguas del S. al Tilaya, por el Rio-Grande; y las del N. por el cantón de San Lucas, al Pilcomayo, donde desaguan frente de San José y el rio que baja de Tarbita según di- je- EN el fuerte confluye con el Pilcomayo el Paspaya de bastante caudal y procedente de las elevadas sierras en que están colocados á la par- te oriental de Tarachaca, los cantones de Acchilla y Santa Helena; y mas abajo de la confluencia—1 10— del Paspaya, tributa sus aguas el Pacay que trae su orijen de la misma parle oriental de Tara cha- ca y algunos otros riachuelos de poca con sidera- ción. AL que fije su atención en el dilatado espa- cio que comprende el departamento de Chuquisa- ca; al que contemple su exuberante fecundidad pa- ra todo jénero de producciones agrarias y retlxio- ne sobre los jigantc'scos caudales que ha habido en la antigua ciudad de la Plata, (5) no podrá (5,' E;ccpto Méjico y Lima, quizá no ha habido en ambas América* ciudad en que hubiesen entrado fortunas mas co- losales que las que se lian traído á Chuquisaca. Los mi- neros ritos de ISpcz, Chichas, Ch yanta, Porco y Potosí se retirabin ápasiren ella el último tercio de su vida y esta época a mi juicio volverá á repetirse con el tiempo por lo que llevo dicho y diré adelante. Pero esos hombres adinerados empleaban su caudal solo en locas pretensiones, dirijidas á la corte de Midrid, con el fin de conseguir váratela;; en os- tentosos regalos obsequiados principalmente á los mag- nates y las damas y en bureos y festines insensatos. Don José Quiropa, con quien solo puede compararse e} conde de la Valenciana, autor por linea recta y lejítima de la familia de los Yauez de Chuquisaca y del menesteroso re- dactor de estos cuadros dejó á su muerte cien millones de pesos fuertes y ademas sus injenios y minas que se hallaban toda- vía en bonanzas. Ilabia pagado al Rey 27 millones por derechos metálicos; y dado 40 millones para la rediíicacioi» de Potosí y sus injenioH, cuando las aguas de las lagu- nas, rompiendo los diques que las contenían, los arra - zarou. En estos últimos tiempos los Tardíos saroron^de sus minas de Uvina libres mas de tres millones de fuertes; ho dejar de sorprender ¡como nuestros abuelos es- tando tan bien situada su provincia y ellos con sobrados medios, no fundaron en su territorio tan pingue, grandes haciendas de coca, caña, olivos y viña, para proveer con sus valiosos productos á una gran parte de nuestros pueblos! ¡Como no establecieron inmensas estancias de ganado, para surtir a todas las provincias y aun al esterior, de sabrosa carne fresca y salada, de peletería, de bue- yes para la labranza y de caballos, ínulas y burros, entre tanto que estos artículos se traían al distrito, de las enormes distancias del Tucuman, Santa Fé y aun Montevideo! Se admirará como no practicaron nada de esto, siquiera por obedecer á las exijencias de su sig'o que pedia marquesados, condados y otras grandes vinculaciones de este jaez! Nuestros nie- tos aunque con diverso objeto, lo harán; por que al fin pasará el vértigo revolucionario; y los Su- criotas volviendo la vista sobre el pais, verán que su departamento ha de ser mas ó menos tarde el canal y su ciudad la escala del comercio, entre visto algi nos de los limones de oro y los figurines del mismo metal, en que estaban armados los ramos de flo- res que se obsequiaron al público, cuando su hijo Don Jo- sé Antonio se recibió de Alguacil mayor de Corte, lie aquí uno de los modos conque dicípaban su caudal nues- tros abuelos. Cito estos ejemplos por que respecto del pri- mero estoi en posesión de los documentos públicos que lo comprueban; y cu órden al segundo aun viven algunos de los testigos oculares de aquella fatua vanidad.— 112— las provincias alias y bajas, por que la cordille- ra no es en su territorio elevada, ni áspera, ni en otro sentido brava, como lo es desde la banda boreal del Guapai, hasta los confines setentrionales de la República; y por que al fin lia de navegarse con el vapor dicho Guapai y el Pilccmayo, y quizá acor- tando el Largo curso de este rio, llevándolo al üluquis, Latiriquiqui ó Timabanas, por medio de un cauce artificial que no podrá ser muy largo; obra que no será ni difícil, ni mui costosa, por que siendo aquellos terrenos blandos y sin cerros ni rocas, no habrá mas que escombrar la tierra con el arado y la lampa. D2PA?,.TAUE\T0 DE COCHABAMBA EL feraz y hermoso departamento de Cocha- bamba está situado entre los t7.° 18' y 19.° 20' de latitud; y entre los 0-36' de lonjitud oriental y 3.° 14' de lonjilud occidental al meridiano de Su- cre: Tiene de E. á O. 70 leguas y 45 de N. á S. con 12IG leguas cuadradas de superficie. Co- linda por el N. con el deparlamento del Beni; por el S. con los de Potosí, y Chuq'uisaca; por el E. con el de Santa-Cruz; y por el O. con los de la Paz y Oruro. Consta de 6 provincias que son la del Cercado, Ayopaya; Tapacarí, Arque, Clisa, y Mizque: Su clima es por lo jeneral suavemente cálido; aunque por estar en la sierra, tiene tam- bién punas. Produce cuanto el hombre puede me- nester para vivir regaladamente. Cuando hablo de — 113- tas riquezas naturales de Bolivia, por evitar sos- pechas gusto de copiar lo que de ella aseguran los eslranjeros mas bien que espresarlas con mis pro- pias palabras: el autor de las Efemérides de Lima año de 1770 dice: «Puede llamarse esta provincia (Cochabamba) el granero del Perú; pues produce con abundancia todo jénero de semillas y frutos, por* su temperamento que es muy benigno y saludable.» Su capital es la ciudad de Oropesa, mandada fun- dar por el Virey Uon Francisco de Toledo, en un estremo del valle de Cochabamba: es hermosa, y diariamente van mejorándose sus antiguos edi- ficios; LA provincia del Cercado comprende el valle propiamente dicho de Cochabamba; el de Sacaba, las grandes vegas que se dilatan en el monte de Tablas y muchos terrenos de serranías despobla- das. Al N. hay bosques espesos de madera pro- pia para construir embarcaciones, y al S. árboles, arbustos y muchas yervas medicinales. En los altos de la cordillera abundan los pastos, pero en los valles escasean, y se suplen con prados arti- ficiales que regados por el rio de Sacaba, y las aguas que se traen por asequias desde la cordi- llera, dan muchísima alfalfa. Al N. de la provin- cia se han hallado algunas vetas de oro y de plata; mas de ley tan escasa, que no pagan los gastos que demanda su laboreo. Confina esta pro- vincia por el N. con la de Yuracaré, por el S. con la de Arque, por el E. con la de Clisa, y porHi- él O. con las de Tapacarí y Ayopaya. EN las fragosidades mas elevadas de este departamento y donde se enroscan mas las cade- nas y ramiGcaciones de la cordillera real, se en- cuentra colocada la provincia de Ayopaya, confi- nando por el N. con la de Yoracaré, por el S, con la de Tapacarí, por el E. con esta y el Cer- cado de Cochabamba, y por el O. cou las de In- quisivi y Yuncas de la Paz. Los terrenos son* muy fértiles, y producen mucho trigo, cebada, papas y ocas en los altos y laderas de los collados; y maíz, yucas, aji, camotes, algodón blanco y moya- do y todo jénero de fruta y orlaliza en las que- bradas y los bajos. Los campos están cubiertos de pastos de mucho nutrimento y engorde para er ganado con especialidad vacuno; el cual abundaba mas que los otros por las utilidades que traia su comercio con los Yungas de la paz. Se crian vi- gorosos caballos, y no poco ganado lanar y cabrío. Como en esta provincia se mantuvieron nuestros guerrilleros desde el principio hasta el fin de la guerra de la independencia, casi se agoló el ganado, y aun la población; pero empieza yá á restablecer- se, aunque con sobrada lentitud. Si sus morado- res lubíesen capitales, seria esta por la feracidad de su suelo, y su situación entre la Paz, Oruro, y Cochabamba, una- de las provincias mas pobladas y ricas de la República. Hay en Ayopaya algunos minerales de plata y de oro: se han labrado varias aunque de poca consideración en Mauca estancia — 115— Minascaca, Jaljalur, Chumabi y Minasuta. En Cho- qnecaaiata ha habido dos veneros de oro, que han dado como 40 millones de pesos y fomentado el progreso de Cochabamba. En el cerro de Coca- pata, ó Santa Catalina, distante 3 leguas del pue- blo de Choquecamata, se han encontrado vetas del mismo metal; pero se suspendió el trabajo por no ser tan ricas, cuales se quisieran. LA provincia de Tapacarí ó Quillacollo linda por el N. con Ayopaya y el Cercado de Cocha-» bamba; por el 5. con las de Arque y Oruro; por el E. con Cochabamba, Arque y Cli^a; y por el O. con las mencionadas de Ayopaya y Oruro. Com- prende esta provincia casi todo el valle de Cocha- bamba, siendo lo demás de su territorio serranías elevadas partidas en quebradas profundas, por don- de corren algunos iíos y arroyos. Al S. se halla un ramal de la cordillera, llamado Sayarí que te- niendo su orijen en los altos de Tapacarí, sigue hasta la provincia de Arque. Otro ramal de la misma le sirve de límites al N. y O. y la separa del Cercado de Cochabamba. En uno y otro ra>- mal se ven signos que revelan la existencia de vetas de plata, y oro: en Sayarí hay algunas bo- caminas que no se labran por falta de medios, y de inteligencia. El terreno en toda la provincia es féitil; sus valles por la mayor parle irrigados, pro- ducen mucho maíz, y todas las cereales y frutas europeas; y en los altos papas, ocas, quinua y abundante trigo que se muele en los muchos mo-— 116— linos que hay en su quebrada. Los campos están poblados de muchos arbustos, y árboles de que fabrican carbón y sacan madera. Los pastos esca- sean; pero los que hay, son de mucho nutrimen- to para el ganarlo lanar y cabrío que se cria en grande copia: Tampoco falta en los altos algún ganado vacuno, y las llamas abundan. ARQUE: los lindes de esta provincia son: al N. Tapacarí, y el Cercado de Cochabamba, al S. Chayanta; al E. Clisa, y al O. Oruro: comprende esta provincia el valle de Caraza, que de los de Co- chabamba es el menor: lo demás de su territorio solo presenta un tejido de sierras entrecortadas por algunas cañadas, lomas y laderas. El tempera- mento es cálido, y aun ardiente en el cantón de Capinota, por cuya causa hay muchas tercianas en el. rio Ocuchi que lo baña; produce los mismos frutos que Tapacari; bien que no en tanta abun- dancia; ni los árboles y arbustos que pueblan sus laderas y quebradas son tan vigorosos y elevados como los de aquella: Fon escasos los pastos; mas no por eso deja de haber algún ganado lanar, y mu- cho cabrío. Arque ha sido también célebre por las minas de plata que posee en el cantón de Col- cha: Berenguela, Guaccha cuiií, Negro Pabellón y Guayllacochi son cerros que han dado mucha plata; y se espera que aun la den, cuando mejoren nues- tros conocimientos y métodos. Pero no callaré aqui qne en Guaccbacuirí se ha observado que sus metáles son ricos en las cercanías de la superficie y los conmedios, y muy pobres en la profundi- dad, porque ce convierten en chumbes (Blenda). En Colcha, que dista de Arque una legua, hay muchas fuentes termales, y es cosa que agrada ver el agua hirviendo en ambas orillas del rio que la lleva enteramente fría. LA provincia de Clisa confina por el N. con el Cercado de Cochabamba; por el S. con Cboyan- ta; por el E. con Mizque; y por el 0. con Ar- que y Cochabamba: Abraza el valle de su nom- bre que tiene de. largo 9 leguas sobre 3 de ancho; siendo lo demás del terreno elevado, particular- mente al E. N. E. y S.; y montuoso y quebrado á las inmediaciones del Hio-Grande; es muy fértil; y las cosechas de grano serian mucho mayores, si se regara todo el valle con las aguas de la cor- dillera que se desperdician precipitándose por den- tro de ella al lado opuesto; solo pues una parte del valle goza del beneficio de la irrigación •que proporciona el rio de Punata. En los altos produce trigo, papas y ocas; y en el valle y alguna.'; quebradas trigo, cebada, maiz con mu- cha abundancia, y cuanto se quiera sembrar. Los pastos son exelentes, por sus muchos salitrales, que mantienen bastante ganado lanar, y algún caba- llar y vacuno. Produce las plantas salicores con las que fabrican sus habitantes vidrios aunque tos- cos. No se han trabajado en esta provincia mi- nas, pero se ven sobrados indicios que anuncian su existencia en los cerros de la cordillera. Esta— 116— linos que hny en su quebrada. Los campos eslán poblados de muchos arbustos, y árboles de que fabrican carbón y sacan madera. Los pastos esca- sean; pero los que hay, son de mucho nutrimen- to para el ganado lanar y cabrío que se cria en grande copia: Tampoco falta en los altos algún ganado vacuno, y las llamas abundan. ARQUE: los lindes de esta provincia son: al N. Tapacarí, y el Cercado de Cochabamba, al S. Chayanta; al E. Clisa, y al O. Oruro: comprende esta provincia el valle de Caraza, que de los de Co- chabamba es el menor: lo demás de su territorio solo presenta un tejido de sierras entrecortadas por algunas cañadas, lomas y laderas. El tempera- mento es cálido, y aun ardiente en el cantón de Capinota, por cuya causa hay muchas tercianas en el. rio Ocuchi que lo baña; produce los mismos frutos que Tapacarí; bien que no en tanta abun- dancia; ni los árboles y arbustos que pueblan sus laderas y quebradas son tan vigorosos y elevados como los de aquella: Son escasos los pastos; mas no por eso deja de haber algim ganado lanar, y mu- cho cabrío. Arque ha sido también célebre por las minas de plata que posee en el cantón de Col- cha: Berenguela, Guaccha cuirí, Negro Pabellón y Guayllacochi son cerros que han dado mucha plata; y se espera que aun la den, cuando mejoren nues- tros conocimientos y métodos. Pero no callaré aqui qne en Guacuhacuirí se ha observado que sus metáles son ricos en las cercanías de la superficie —117— y los conmedios, y muy pobres en la profundi- dad, porque ce convierten en chumbes (Blenda). En Colcha, que dista de Arque una legua, hay muchas fuentes termales, y es cosa que agrada ver el agua hirviendo en ambas orillas del rio que la lleva enteramente fria. LA provincia de Clisa confina por el N. con el Cercado de Cochabamba; por el S. con Chayan- ta; por el E. con Mizque; y por el O. con Ar- que y Cochabamba: Abraza el valle de su nom- bre que tiene de. largo 9 leguas sobre 3 de ancho; siendo lo demás del terreno elevado, particular- mente al E. N. E. y S.; y montuoso y quebrado á las inmediaciones del Hio-Grande; es muy fértil; y las cosechas de grano serian mucho mayores, si se regara todo el valle con las aguas de la cor- dillera que se desperdician precipitándose por den- tro de ella al lado opuesto; solo pues una parte del valle goza del beneficio de la irrigación .que proporciona el rio de Punata. En los altos produce trigo, papas y ocas; y en el valle y alguna", quebradas trigo, cebada, maiz con mu- cha abundancia, y cuanto se quiera sembrar. Los pastos son exelentes, por sus muchos salitrales, que mantienen bastante ganado lanar, y algún caba- llar y vacuno. Produce las plantas salicores con •las que fabrican sus habitantes vidrios aunque tos- cos. No se han trabajado en esta provincia mi- nas, pero se ven sobrados indicios que anuncian su existencia en los cerros de la cordillera. Esta— llS- es la provincia mas poblada de la República según, se verá en su lugar. MIZQUE: el territorio de esta provincia es quebrado, y está entre cortado por muchos cerros que forman hacia el centro algunos valles y caña- das anchas y lo demás son terrenos altos de pu- na: los principales valles son Mizque, Tinlin, Challuani, Pasorapa, el vallrcito de Pocona, y so- bre lodos el ameno, delicioso y pintoresco Aiqwi- le que á la feracidad y belleza del de Mizque, añade la salubridad: Mirado por la parte del S. puede servir de modelo al mas peregrino y her- moso paisage. Los campo» de la provincia están poblados de árboles y de las Cereales europeas é indíjenas. Hay muchos pastos, por cuya causa abundaba en otros tiempos el ganado vacuno y se criaban les mejores caballos de raza andaluza, co- nocidos comunmente por el nombre de caballos cochabambinos. En las sierras hay vetas de pla- ta, y mucho sulfuro de plomo Sorochi, ó Galena) que sirve de liga para fundir aquellas. En Quio- ma existen ricas minas de plata; pero la ardentía del temperamento, sus tercianas y tabardillos im- piden que se laboreen y beneficien. Finalmente Mizque presenta las mejores proporciones, para ser una provincia rica, por su fertilidad en trigos, pa- pas, maiz, vino &,.; por la abundancia de pastos, para el ganado,- y por su localidad entre Cocha- bamba, Sucre, y Potosí, para el espendio de sbs 'rutoa. Se sabe por nuestra hisloria, (pie Mizque floreció, cuando sus habitantes se aplicaron á la agí ¡cultura; siendo el comprobante de esta verdad, las ruinas de sus haciendas, cuyos vestigios van denotando su opulencia. La sola hacienda de Pe- reta producía al año de 12 á 13 mil botijas de vino, y hoy apenas se sabe que haya vino de Mizque. Se asegura que un correjidor mandó que- mar las viñas á pretesto de haberse plantado sin licencia del Rey, pero en los 24 años que van corridos de nuestra independencia ¿no han podido replantarse? Linda esta provincia que tiene por ca- pital la antigua ciudad de Mizque, por el N. con la sierra do los Yuraearees; por el S. con Vampara y Tomina, por el E. con la de Valle Grande; y por el 0, con la de Clisa. AL hablar de la división física del territorio de la Repúhlica, dije que desde el promontorio de Santa Cruz y Cochabamba, se elevaban las montañas del sistema oriental de los Andes á la rejion de las nieves perpetuas; será pues escusado repetirlo aqui; pero sí agregaré que en el depar- tamento de Cochabamba se deja conocer ya la gran intleccion de la cordillera, que dejando el rumbo que antes seguía de S. á N., lo inclina al N. O.: por lo cual se vé que mientras cortaba los meri- dianos 65 y 66, occidental de Paris (1) en las la- |1] Víase a que grados corresponde segnn nucstia meridiano.— 120—- titudés 20, 19 y 18 hacia el medio de la latitud 17, arrimándose al O. intercepta ya hasta el 6* y sigue norvesteando en nuestro territorio hasta eí 72, como adelante se verá. HíDfiGGRMl LAS aguas que caen en el departamento de Cochabamba, fluyen todas al Amazonas por el Ma- dera, mediante tres canales notables que siguen direcciones distintas, es decir, el Guapai ó Rio grande, el Chaparé, y el Colacages: hablaré con separación de las fuentes de cada uno, insistiendo en el orden con que los he antanciado. LA ciudad de Cochabamba está situada me- dia legua al S. de la cordillera, y junto á ella por el N. y O. pasa el rio Focha que es el mismo que el Sacnba, formado de los arroyos Arocagua, Chimboco, Molino blanco, Tutí, Labalaba, Coribuma, y Loromayo que bajan de los altos de la cordi- llera. El rio de Punata al que se le une el que baja de Toco, llamado de Clisa, y las quebradas de Torata, componen el rio de Tamborada que se junta al Rocha en el punto de Esquilan hacia el S.: parece que aqui comienza el rio á llamarse ya Pulina. El Sipesipe ó Amiruya resultante de los arroyos Wiloma, Pan Corunba, Calería y Chulpas» al pasar por Coto apachi, toma el nombre de esta aldea; y enriquecido con los rios de Anocaraire, y Tocata que llevan las aguas de Illataco, Quirpin- éhaca, Aznacocha y Patata, corre por Vinto, donde sé engrosa mas con el Tiquipaya, Taquina, Japote, Chic» llaguiri, y el Chocaya, ó rio de Paso, y se incor- pora al Putina. El rio de Tapacarí se compone de los arroyuelos de Chobama, Semanamayo, Cuá- lecac, y Achocchi; y al pasar por el cantón de Cá« íliri, aumenta su caudal, con los arroyos de Cal- quírí, Tres cruces, Choquechuru, Toncohuma, Hori- rioni, Guaycásupara, y Ayoma; y se üne al Putina en I ta paya-, tomandb desdé este püntb el nombre de Ocuchi. El rio de Arque qtíe está formado de los de Colcha, Churrocachí, Tacopaya, Sayari y Sicá- ya, se une én las inmediaciones de Capinota, al Ocuchi, habiéndosele incorporado á este mas arri- ba de Poquera, el de Caraza que contiene las aguas de Cdridormáyo, Calahüani, y Otros riachos. De !a unión del Ocuchi y el Arque resulta él Caine, que con este nombre, y el dé Calaula baña la provincia basta tocar en la de Chayanta, donde junto á Guancaraní recibe al Jerereca qüe es la ren- hion de los rios de Moscarí, y San Pedro, y luego lí leguas mas abajo del pueblo de Uricarazl se incorpora, bajo el nombre de Calauta, al Rio-Grande de Chayanta, de que he dado ya cuenta. Se ha- brá advertido que ta mayor parte del agua del Calauta le ha entrado del S. ó mas bien del S. O.; empero desde su confluencia con el Rio-Grande de Chayanta las recibe en bastante copia también del N. E., por cuyo lado descarga el Rio-Grande de Mizque resultante de las aguas del Tintín, Guecon-— 122 — to y Lllocchama, Ituchi, Challuani, Chilon, que pro- cede del Oloi y Pulqiiina, Macoleta, Maibato, Yun- guillas, y otros pequeños, como el Pizuerga que cor* re por las inmediaciones de la ciudad de Mizque. Desaguan igualmente en él, el Chingurí y el Mo- linero con algunos otros de poca consideración. En los remansos de este rio, desde Patina hay pes- cados bastante sabrosos, como sábalos, dorados, su- rubís y otros diferentes. Aqui acaba el departa - mentó de Cochabamba; y cuando trate de los de Santa-Cruz y Beni, continuaré el curso del Guapai hasta su entrada en el Amazonas. Pasemos ahora á hablar con alguna brevedad de los otros dos rios principales de Cochabamba. DE las sierras de Colomí y lado del N. O. bajan los arroyos Contó, Colomimayo, Quicoía, y Chullpani, los que recibiendo en su curso, otras muchas fuentes, forman los rios considerables nom- brados Canco, Toncoli, Chochomoco y Cucuñamayo de que resulta el Colamí que es uno de los afluen- tes principales del Chaparé, ó rio de San Maleo. De las mismas sierras, pero mas al N. resultan de un sin numero de arroyos los rios Tabla, PisIIe, Goacani, Halca y Marca, que juntando sus aguas hácia las montañas de Paracti, dan existencia al río qne lleva este nombre, que es otro de los gran- des afluentes del Chaparé. En llegando al depar- tamento del Beni, seguiré la descripción del Cha-' paré. DE la reunión del Ayopaya y el Santa Rosa —12H— nace el Cotacages: los arroyos Guallipaya, Coto- mayo, Vilacota, Calasaya, Molino-mayo, Cuipaya. Latranca, Agua del diablo, Mizque-mayo, Agua de Castilla y Uchupaya, que bajan del alto de la cor- dillera, y corren eu la mayor parte por el cantón de Machaca, dan origen á los rios Cocapayani, Sanipaya, Cutí, Aguaco, Caimali, y Pallada, los cuales incorporándose sucesivamente, forman el rio de Ayopaya de que toma su nombre la pro- vincia. El Santa Rosa se compone" del Piusilla, Morocbata, Charapaya, Calchani y Palca grande que traen igualmente su origen de la cordillera: en la confluencia ó juntas los dos rios toman el nombre de Lanibaya, en cuyas playas desaguan luego los rios de Leque, y Taracachí. El Lana- baya pasando por la pequeña y casi abandonada aldea de Cotacages, (4) en el cantón de Choque- camala, cambia su denominación por la de aque- lla; y dirijiéndose hácia el N. O. y enriquecido con las aguas de los rápidos y caudalosos rios nombra- dos Duraznuni que procede de la famosa quebrada de Choquecamala, Incaracay, Tocorani, que nace en la quebrada de Lizaguarata, el Tambo de los Zorros, Altamachi que procede del rio Totorani, y contiene las aguas de las quebradas de Peñas, Viscachas, y Franca-mayó se denominarlo de Mose- tenes, y luego se incorpora al Beni casi á los 14.a [1| Parece que mas abajo y al llegar á los llanos toma el nombre de rio de los Mosetenes.—1-24 — de latitud, y cerca de 3 de lonjityd occidental Sucre. El Colacages es navegable desde las jim- ias; y Don Tadéo IJalieuke juzgaba que por él po- día transitarse á Mojos, y que de esta navegación resultarían grandes ventajas á favor de los habi- tantes de Mojos y Ayopaya, y en beneficio de la civilización de los salvajes que vagan en el inter- medio. EL departamento de Cochabamba ha progre- sado mucho; pero se llenarán sus deslinos, cuan- do se cultiven y pueblen los valles de. Mizque, Ayopaya y Vegas de las grandes selvas de Tablas. DEPARTAMENTO DE SANTA-CHUZ- ESTE departamento que se estiende de N. a, S. 200 leguas, y 4 68 de Oriente á Poniente, pre- sentando una superficie do 9065 leguas cuadradas so halla situadp entre los 16, y 29.9 20' de lati- tud, y 0-36' y 6.° 16' de lonjitud oriental á Su- cre. Colinda por el N. con el departamento del Beni, por el S. con el de Chuquisaea; por el E. con el Imperio del Biasil. y por el O., con los de Cochabamba y Chuquisaea otra vez. Su ca« pital es la ciudad de Santa-Cruz, que el año de 155*7 fué fundada en las tierras de Guelgongola á lo» 20.• de latitud y 40 leguas distante de las márjenes occidentales del rio Paraguai á la falda de la sierra de San José de Chiquitos; luego por érden del Virey Marques de Cañete librada á su —125— gobernador Suarez de Figueroa, la mudó el capí Un Holguin al sitio que hoy ocupa, en los llanos de Grigoló. al O. del Guapai. El nombre que entonces se le dió fué noble ciudad oc San Lo- renzo de la Frontera; pero el antiguo ha prevale- cido. El departamento está dividido en las pro^ vincias del Cercado, Valle Grande, Gutiérrez ó Cor- dillera, Chiquitos y Guarayos. Estas provincias, escepto la de Valle Grande, están situadas en los llanos. Su temperamento es cálido y húmedo, por cuya causa presenta una perpétua primavera. Es fértilísimo; mas en esta materia hable por mí un sabio extranjero gran conocedor de las provincias que constituían el antiguo Vireinato de Buenos Ai- res. El sábio citado (1) dice: «Esta tierra de «promisión (Santa-Cruz) carece de estímulos, para «elevarse al grado de prosperidad que le ha desti- «oado la Providencia: Los frutos mas esquisitos »y los renglones mas privilegiados figuran en el «cuadro asombroso de sus producciones: El arroz, «el algodón, la miel, el añil, la cochinilla &. se «cosechan junto con el azúcar, el café y el cacao, «en el suelo que abriga vetas riquísimas de me- ntales preciosos.»—Sigue después, «La provincia <«de Santa-Cruz de la Sierra reúne todas las ven- «lajas de un pais colonial: lo que no tiene, san me- «dios de comunicación; no porque le fallen, sino < -> ____————-1 --- [1] Don Pedro de Angelis: discurso preliminar á la descripción deSanta-Cruz del Señor Viedma.—126— «porque en su estado actual, no le es posible ac- «tivarlos. Estos medios son los rios que fluyen «de sus serranías, y que con el tiempo se con- vertirán en otros tantos vehículos, para su co- «mercio. El llenes, el Mamoré, el Beni por un «lado, el Pilcomayo por otro, son las abortas que «deben dar circulación y vitalidad á este grao «cuerpo; y un docto naturalista (2) alemán que «navegó la mayor parte de estos rios, demostró la «posibilidad de poner las provincias mas retiradas «del alto Perú, en comunicación con el Atlántico.» Agrego insistiendo en las mismas ideas del autor, y aun valiéndome de sus propias frases, que esta época llegará, luego que salgamos de la crisis á que hemos sido conducidos por la brusca transfor- mación de nuestras instituciones: «entonces los raer- «cados europeos se enriquecerán de muchos ren- «glones, cuyos mismos nombres les son descono* «cidos.»—El café de Meca, el tabaco y vainilla de la Habana, el azúcar del Brasil, el algodón de la India é Islas, el arroz de Véngala, la cochi* nilla de Oajaca, el añil de Goatemala, el cacao de Guayaquil y Caracas &. tendrán que entrar en competencia con el café de Yungas y Totora, con el tabaco y vainilla de San Rafael, Exaltación, y Guarayos, con el azúcar y algodón de Mojos, con el arroz de Chiquitos, con la cochinilla y añil del [2] Hahenke memoria sobre los rios navegables que fluyen al Marañon. — 127— Guapa!; y con el cacao de Apolobamba, Yuracare y Guarayos: «Todos ellos eequisitos, y de una ca- lidad superior á los mas afamados.» LA provincia de Valle Grande linda por el N. con el Cercado de Santa-Cruz, y los Yuraca- rees; por el S. con Tomiaa; por el E. con el mis- mo Santa-Cruz, y por el O. con la provincia de Mizque. El terreno, como en las demás provine cias serranas, está eortado por sierras que forman algunos valles y quebradas muy espaciosas: Un ramal llamado San Pedrillo, se separa del grueso de la cordillera, y sigue casi por medio de esta provincia hasta terminar junto á la confluencia del rio de Mizque con el Guapai; otro menos elevado pasa por la banda del O. é inmediación de J>a ciudadad del Valle Grande, ca'pital de esta pro- vincia, siguiendo por Cucará hasta el mismo rio. El temperamento es ardiente, cuando reina el N. principalmente en los valles y quebradas; sin em- bargo en los meses de Junio y Julio suelen espe- rimentarse muchas heladas. La provincia es fértil ea las quebradas y valles, donde produce maíz, mucho ají, y tabaco, maní, y caña dulce: En al- gunos parajes de los altos se da trigo aunque en corta cantidad, por la poca aplicación de sus ha- bitantes, no obstante que este producto les seria «til, para proveer con sus harinas á Santa-Cruz. Los campos están poblados de bosques, especial- mente hácia el N. y al E. Los diferentes vesti- gios y ruinas que se hallan en esta provincia de-1 —128—> notan la población de gentiles que debió hatber ¿ti la antigüedad: Se dice que por evitar la domi- nación de íos Incas se retiraron sus habitantes'á la serranía de Yoracaré. ¡No se han trabajado mi- nas en esta provincia; en años pasados se traje- ron de un cerro inmediato á Samatpata muestras de cinabrio: los inte!¡gentes lo clasificaron de ver- dadero metal de azogue, y nuestras escomunales revueltas- han turbado la esploracion de este cerro. PROVINCIA de Santa-Cruz, Linda por el N. con Mojos; por el S. con Valle Grande y Gutiér- rez; por el E. eon Chiquitos y Guarayos; y por el O., con los' Yuracarees. Los campos de Santal- Cruz son dilatadas llanura*, que en algunos parajes están cortadas por barrancas ó bajíos y á trecho», pobladas de bosques: todo lo que ciñe la sierra, son lomas muy bajas, con grandes y espesas sel- vas de que está circundada la provincia y en que abundan árboles hermosos y útiles y todas las va- riedades conocidas de quina. En los campos hay aunque no en mucha abundancia, exelentes pastos, con buenas aguadas para el ganado vacuno, ca- ballar, lanar, cabrío, y de cerda. No se cultivan las cereales de Europa ni sus frutas, si se escep- túan las naranjas y limones, aunque hay parajes, donde pudieran plantarse todas aquellas: En su lugar presentaré el catálogo de las preciosas produc- ciones de este departamento. LA provincia de Cordillera, cuya capital es Gutiérrez, confina por el N. con el Cercado de Santa — 120— Cruz; por el S. con la de Azero; por el E. con la de Chiquitos y por el O. con la de Tomina y Azero, Su terreno ó pesar del nombre, si se escep- tuan algunas lomas y colinas, es llano, poblado de muchas y altas gramíneas, en que se cria mu- cho ganado vacuno; abundan los bosques de her- mosa madera y de quinas de diferentes especies. CHIQUITOS confi na por el N. con Ja provincia de Guarayos; por el S. con el estremo oriental de la de Azero; por el E. con el Imperio del Era- sil; y por O. con FanU-Cniz, Cordillera y Xzero. Su eslension de S. ;í N. os do mas de 150 le- guas y del E. á O. como 80; y su área en fu totalidad es de diez mil leguas cuadra- das; el terreno de la provincia os muy variado porque la siena de San Fernando que loca al rio Paraguai en Aiburquerquo y de que hablé en la di- visión física de la República y la de San Paníaleon que lo besa en Coimhra, cort;m de N. O. á S. E. ca> si toda la provincia: y ademas existen en ella otras varias serranías transversales que diversifican su aspecto y su clima: estas circunstancias notantes harán que de Chiquitos y Guarayos dé una des- cripción algo mas estensa, que las dos anteriores, fundándome niempre en el testimonio fidedigno de estranjeros que como el Sr. D'Orbiñi, las han vi-, sitado y aun residido en ella, tiempo considerable. Dicho Sr. en carta que dírije desde Santo Cora - zon á una persona respetable (3) dice: «que Chiqui- (3j Al Jcticral Santa Cru¿: du Santu Coraion á i .• de Octubre de 1831. 17—lau- tos por sus terrenos es la mejor parte de la Re- pública para fa agricultura. No es como los de- partamentos de la Paz, Cochabamba y Chuquisa- ca que son serranías en su mayor parle.... Aquí, todo el terreno es á propósito para ser labrado y en ninguna parle hay sitios que ofrezcan mas co- modidad para establecer en grande una cria de ca- ballos.... Chiquitos que ha merecido poco apre- cio hasta ahora (4) es una cuarta parte de Boli- via y tiene mas de diez mil leguas cuadradas (5) de superficie de terrenos sumamente buenos».... Ademas de los frutos de puna que se dan en las alturas de Santiago y Corazón viejo como trigo, cebada, papas, frutas, ortalizas europeas, y copio- sa yerva para todo jénero de ganado se encuen- tran en Chiquitos bosques de las maderas mas fi~ ñas que se conocen y otras superiores que aun [4] Esto es cierto: no lia habido desde el día en que nos declaramos independientes, un solo ministerio que haya pensado en racar de Chiquitos y demás provincia»' orientales, las inmensas ventajas que ofrecen: Todos han sido del mismo mojo de pensar que el coronel español Ramírez, que viendo á una Sra. muy contenía, perqué su mina comenzaba á darle metales ricos, le preguntó, Se- ñora ¿Hará su mina de ü. mucha plata? Si Señor, con- testó la Sra. vohió á preguntar el ccronel ¿y esa plata saldrá sellada? Como Señor respondió sin detenerse- Bien, dijo el coronel.—Entonces todo eso no vale nada: he aquí lo mismo que dicen y hacen nuestros Ministros. (f) Comprende D Orbmi, en esta arca, á Guarayos. — 131 — sus nombres mismos los ignoramos: hav ocho va« nedades de caova, cuatro de cedros de diferen- tes colores y cnlre ellos uno de color de oro, el tajivo. palo morado, el amarillo, el jacarandá, el guayabo mayor; abunda la quina, el tamarindo, el maiia y los aceites, gotfhas y reciñas de copaibo, tolú, elástica menjuí, copal y otras. Se crian diez variedades de abejas que fabrican mucha miel y cera, siendo la mas estimada la que se hace por la abeja, dicha Stñoiila. El tabaco de San Rafael en el mejor quizá que se conoce en el mundo. EL arroz de Santo Corazón escede con mucho al de Vén- gala, y da mil por uno. EN muchos parajes de Chiquitos se han hallado avenladeros de oro y al E. de la sierra de Sanio To- mas junto al Corazón hai una vela que ocupa veinte leguas. D'Orbiñi asegura haber visto cerca del pueblo de S. José, una veta de cinabrio, (azogue) aun que de poca consideración. El can- tón de Santa Ana es un inmenso depósito de hierro, en que se halla el metal en forma de óxidos, per- óxidos y carbónatos. Lo mismo sucede en Sunas diez leguas antes de llegar á Santo Corazón. En algu- nos de sus cerros se han encontrado piedras preciosas, como el jacinto y ópalos; y de ametistas cristaliza- das hay un cerro en el cantón de Santa Ana, á dos leguas del pueblo: Todo el rededor del lago Oberaba está cubierto de arenas brillantes: circunstancia á que el lago debe su nombre; y podrían recojerse las grandes para aplicarlas al misixo uso que da-— 132— vaos á las piedras Mamadas francesas, con la ventaja de que aquellas son mas vistosas y du- ras y que por lo mismo se empañan mas di- fícilmente. En -Santa Ana y los pueblos del N. abunda el cuarzo hialino, como igualmente la sosa y las demás salicores; y qjpndo tanto el conbus- tible que allí existe, la fabricación del cristal sal- dría mui barata y no necesitaría, sino un perito que enseñara y dirijiera á los Cbiquitanos. La provincia de Guarayos linda por el S. E. con Chiquitos; por el E. con el Imperio del Brasil, del que la separa el rio llenes; por el N. E. con Mojos y por el O. con el cercado de Santa-Cruz; su es- tension de oriente á poniente es de ochenta le- guas en su mayor ¡onjitnd y de cincuenta de Sur á Norte. Sus terreno* son mucho mas fecundos, variados y hermosos que los de Chiquitos y Mo- jos, lo mismo que su temperamento. El suelo es llano pero entre-cortado por varias serranías y rios que le proporcionan esa feracidad casi increíble pa- ra los que no conocen bien las tierras centrales de Sud América. Las sierras principales son dos: primera la de San Carlos que prolongándose de S. á N. presenta su primer pico en Caparrus, don- de se ve un grupo, con velas de oro fino; si- gue á este grupo un cordón lonjitudinal que da principio en el cerro Pelado y con dirección de S. O. á N. E. continua por Mojos hasta el mineral de San Simón casi bordeando al llenes. En este cor- don se turma y corre el Rio-Verde que rom- —133— piéndolo se echa en aquel. Algunos dan el nombre de sierra de San Carlos solo á la ser- ranía que queda al N. del Verde, en Mojos, sin- embargo de ser toda ella desde Caparrus un solo sistema. La otra serranía principal es la de los Tapacures que comienza en el Rosario y las estan- cias de San Borja y Quinsire pertenecientes á los cantones de San Javier y Concepción de Chiqué tos y se dilata al N. hasta ser interceptada, en Mojos, por el llenes, cerca de los 12.° de lati- tud. Esta sierra es mas compuesta y doble que la anterior: recibe dos contra fuertes uno del E. y otro del N. O. y envia al O. un ramal que acaba junto al rio San Miguel en la Tapera de San Pablo. Uno y otro sistema de sierras se halla entrecortado por vegas mas ó menos anchas y cañadas que dan curso á muchísimos arroyos cristalinos. El terreno intermedio es llano, lo mis- mo que la parte occidental de la provincia y am- bas porciones están regadas por rios considerables que penen la provincia en comunicación con Mo- jos y Chiquitos; pero por desgracia sus habitan- tes han manifestado hasta hoy muy pocas tenden- cias á la navegación, no obstante de estar a su vista los de Mojos que no tienen casi otro modo de viajar de un pueblo á otro que por sus rios. YA indiqué al principio que el terreno de la provincia de Guarayos era feracísimo: en efecto la tierra ofrece allí, por donde quiera, una vejetacion imponente y asombrosa; cuanto se ve es grande y134 — maravilloso: sus espaciosas llanuras están cubier- tas de altas gramíneas que suministran al gana- do alimentos saborosos y eminentemente nutriti- vos y de bosques que contienen árboles gigan- tescos por su mayor parle desconocidos para nos- otros: sus serranías se encuentran pobladas de sel- vas frondosas, en que •habitan animales de todo jénero, particularmente monos retosones y aves cantoras de mil colores y especies. Sus produc- ciones llevan consigo siempre impresos los ca- racteres, de esta suma feracidad; sus frutos son los miamos que los de Chiquitos y Mojos; pero, de calidad esquisila y superior. La pepita det cacao, de que na i bosques enteros, si no es- superior á la de Cabinas, es á lo menos igual. Hay cuatro especies diferentes de vainilla oloro- sa, á cual mas fragante; produce la nuez mos- cada y otras especias odoríferas, de cuyos nom- bres ni noticia tenemos: crecen diferentes sub^ especies de caña dulce muy jugosa y por lo mis- mo mas á propósito para la fabiicacion del azú- car; su tabaco es exelente; y si en el cultivo se em- please el conocimiento y esmero de que es dig- no, pasaría por el mejor de América, aunque se trajese á cuenta el rico de la Habana. Abundan las refinas y gomas particularmente la elástica, arábiga, la de limón, copal, sangre de drago y los aceites, como el de motacú, copaibo. maria, el de cuse: de éste se dice que hace nacer el pelo ; otros muchos, de que podrían sacar las artes —135— y aun la medicina no pocas ventajas; su algodón es de muy buena calidad; y en los hosques se cria el Mapa jo que es una sustancia lanosa, sua- ve al tacto, lustrosa como la seda joyante y que hasta hoy no se le ha empleado sino en henchir las almoadas; recibe muy bien el tinte y se cria en cocas, ó bellotas de tres pulgadas de diámetro á lo largo, y de dos poco mas ó menos á lo an- cho 6 grueso. ¡Que lienzos finos no se tejerían de él si fuésemos nosotros mas inteligentes y apli- cados! Para el arte linlorio ofrece Guarayos el añil fino, el nopal de la cochinilla, el achiote, el cha- p¡: mimbre que suministra el color de la escarlata, y que aun no es conocido según juzgo, por los tintoreros europeos, palo del Brasil, campeche, y mil otros incógnitos. Produce todas las espe^ cies de las frutas que posemos, y ademas una in- finidad de frutas silvestres propias solo de aquellas- regiones. El maní, el café, la almendra grande,, muchas variedades de cocos y nuezes negras sirven de pasto solo á los monos. DEL inmenso número de sus bosques y selvas puede deducirse fácilmente la grande variedad de maderas que habrá para emplearlas en obras de construcción y Ebanistería: espresaré aqui solo- aquellas que la casualidad ha dado á conocer: se encuentran muchas especies de pino, laurel, ce- dro, soto, cuchi, tajivo, el moradillo, el amarillo y otros. Para Ebanistería, la mará, el copaibo, la caoba, el jacarandá, el cocobolo, el curupao ne-— 136— gro (especio liermosa de Ebano) el rejo, color de escarlata, el guayavo grande con muchos oíros, cuyos nombres ignoramos. POR la parte occidental de la región corren el San Miguel y Magdalena, ó Itonama; por el centro» el Blanco conocido mas comunmente por rio de Baures, y el Paragua á quien se une el Serré; y al E. el Verde: todos rius navegables que mueren en el llenen. Ademas de estos ríos existen entre grandes y chicas doce lagunas en los come- dios de la provincia fuera de las que hay al Orien- te y muchísimos manantiales de agua rica y per- manente. Todas estas circunstancias señalan á Guarayos un lugar preferente entre Mojos y Chi- quitos, pues ni padece las inundaciones de la pri- mera, ni se ven las heladas que alguna vez es- perimenta la segunda. Por lodo lo relacionado se conoce la mucha justicia con que algunos patriotas se quejan del abandono, con que por los Señores Minis- tros es mirada Guarayos, cuya existencia se debe es- elusivamente al celo del Reverendo Padre Cueva á quien han sucedido los reüjiosos Cors y su corapañe» ro. Sus habitantes son dóciles, robustos, de muy bue- na presencia, de color oscuro y con barba; sus tierras como he dicho, feraces, mezcladasde llanuras y sierras, cubiertas de pasto; los pocos caballos que poseen, son altos, de tanto vigor y brio como los mejores árabes. ¿No podría establecerse allí una cria de ellos asi ó raejor que en Chiquitos? pero nosotros todo lo descui- damos. Hasta hoy no han hallado en Guarayos mi- -r-m— ■a» metálicas; mas no puede dudarse que habrá bastante ore, ¡porque »n, Caparus* que es el un esrtrenoo de su sierra, y en el famoso San Simón que constituye el otro estremo se ha encontrado coa abundancia; es pues natural que los cerros, que existen en los medios, y que no 4ian sido todavía visitados, lo c6nlén^risett maV TS 'menos copia, y esta es la opinión de todos los que conocen aquella parte de 1, República. . . - ■í-ntiíi'A-jK .7 «jl» <íw->ijjv «7:] asi abivib . 4 \ Mfk\¡Tl\t S 2*1 yff^l ílilíl.VJ.I , EN el Departamento de Santa Cruz solamente ía! provincia del Valle-Grande está situada en la sierra; y en ella son notables los cerros siguiente?. En Chilon el Coronilla y Buena Vista, en Comorapa la estancia Vieja, el Cómárapa, el Jara, el Gua- riconga, Huerta, el Picacho, el Salto Grande, el Sombrero y el Malpaso; en Pucará el Agua del Oro, Estacas, CieneguiUas y San Bartolomé; en Pampa- grande, el Mairana, Ágúa Verde,* San Pedro, Ca- llabas, el Pulpito, el Real de Yunga y el Pabe- llón^ en Valle-Grande, el Trigoloma, Ramos-casa, Sao "Lorenzo, Cantellon y la Cebada; y en Samai- pata el Mesan, el Fuerte, (6) el Laganillas, San -«isqsX iy 7& liüiulii so .3? ,.a nl»\t\ »$6j> En la cime de e*U cerno se xe un momwien- to antiguo parecido al de Tiaguanaeo, que .pe*, tas imá- genes y arquería que se representan tu» escultura* d« medio relieve y aun relieve entero rmpifiesta claramcute I»— 136— gro (especie hermosa de Ébano) el rejo, color de escarlata, el guayavo grande con muchos otros, cuyos nombres ignoramos. POR la parte occidental de la región corren el San Miguel y Magdalena, ó Itonama; por el centro» el Blanco conocido mas comunmente por rio de Baures, y el l'aragua á quien se une el Serré; y al E. el Verde: todos rios navegables que mueren en el llenen. Ademas de estos rios existen entre grandes y chicas doce lagunas en los come- dios de la provincia fuera de las que hay al Orien- te y muchísimos manantiales de agua rica y per- manente. Todas estas circunstancias señalan á Guarayos un lugar preferente entre Mojos y Chi- quitos, pues ni padece las inundaciones de la pri- mera, ni se ven las heladas que alguna vez es- perimenta la segunda. Por todo lo relacionado se conoce la mucha justicia con que algunos patriotas se quejan del abandono, con que por los Señores Minis- tros es mirada Guarayos, cuya existencia se debe es- clusivamente al celo del Reverendo Padre Cueva á quien han sucedido los reüjiosos Cors y su compañe^ ro. Sus habitantes son dóciles, robustos, de muy bue- na presencia, de color oscuro y con barba; sus tierras comohedicho, feraces, mezcladasde llanuras y sierras, cubiertas de pasto; los pucos caballos que poseen, son altos, de tanto vigor y brio como los mejores árabes. ¿No podría establecerse allí una cria de ellos asi ó mejor que en Chiquitos? pero nosotros todo lo descui- damos. Hasta hoy no han hallado en Guarayos mi- > — ♦37— ■as metálicas; mas no puede dudarse que habrá bastante oro, porque en Caparus, que es el un eíiremo de su sierra, y en el famoso San Simón que constituye el otro estremo se ha encontrado con abundancia; es pues natural que los cerros, que existen en los medios, y que no «han sido todavía visitados, lo contengan en mas ó 'menos copia, y esta es la opinión de todos los que conocen aquella parte de la República. . . - 2m •• • ' • '/ itb «tbé'i '7» ■ ••' • . ' i Míívr i xi i s iUV7>l 1 i i I í"iíí'í_ y uiiuX k'(*juuf.oV til"!**'*''*! b '-j si ÍA • lmL EN el Departamento de Santa Cruz solamente la provincia del Valle-Grande está situada en la sierra; y en ella son notables los cerros siguiente?. En Chilon el Coronilla y Buena Vista, en Comorapa la estancia Vieja, el Comarapa, el Jara, el Gua- riconga, Huerta, el Picacho, el Salto Grande, el Sombrero y el Malpaso; en Pucará el Agua del Oro, Estacas, Cieneguíllas y San Bartolomé; en Pampa- grande, el Mairana, Agua Verde," San Pedro, Ca- llanas, el Pulpito, el Real de Yunga y el Pabe- llón,; en Valle-Grande, el trigoloma, Ramos-casa, San Lorenzo, Cantellon y la Cebada; y en Samai- pata el Meso,n, el Fuerte, (6) el Lagunillas, San HFOSqSA I.T^ .O VOill&l 90 .Oí tfifl vj^fajl)3 X''la [6] En la cima de este cerro se ve un monumen- to antiguo parecido al de Tiaguanaeo, que por las imá- genes y arquería que se representan tus esculturas da media relieve v aun relieve entero mapifiesta claramenteSilvestre y Qoirosiltas. Los que en Chiquitos y Guarayos se llaman cerros allos, «penes llegan é medir le «Hura de 300 á 400 pies, por cuyo motive omito nombrarlos. eup .«01193 »ol p»p loiojija aouq o inhaBbauái hidrografía. EL Guapa y después de dejar et Departamen- to de Cochabamba, y siguiendo su dirección de Ó. á E. divide las provincia» de Va lie- Grande y Te~ mina. De ios ríos de esta que pertenece £ Chu- quisa ca, be tratado ya. Del Valle-Grande recibe Jas aguas del Pescado, Mosquera, Tuilo y Purai- pani, que son rios regulares: Llegando- á Abapo, en la provincia de Gutiérrez & Cordillera, tuerce el rumbo al N. trazando un arco y pasa diez leguas al E. de Santa Cruz, donde suele llamársele Sara por un pequeño rio de este nombre: engrosase luego con las aguas del Pirai y el Za paca ni: el primero se compone de! rio de Pampa grande que lleva las aguas del de la Ramada, Quáruciilas, Santiago, el Potrero y lo» Negritos; y del de Achira, resuttivo de los derrames de los altos de Samaipata, que- bradas del Fuerte, el Coloradillo, el de la Coca, no Bermejo y Piojeras: la confluencia se verifica muy cerca de los 46." de latitud S. El Zapacá- 1 mí ver, que no es obra de loa. Incas» A las faldas del Cerro se ven vestigios de nna gran ciudad que por entre 4a vigorosa vegetación' que las viste descubre sus '«alies mtiy -bien a'fitcadas. —139— n¡ tiene su orijen - en las sierras de los Yoraca- rees, y reuniéndose con los ríos Don Jorje, Guan- dá. Palometas. Suritú, Perdiz, Palacios y Azubi, desagua un poco mas abajo que el primero, es decir; a* 46|. De la margen derecha solo recibe el Guapái al Sara que le comunica su nombre por un breve trecho. EN la provincia de Chiquitos se levantan dos sistemas de rios, porque como dije en el cuadro 3." parag. 2.* atravieza por allí la gran linea de los vertientes. De la banda boreal de Chiquitos van al llenes cinco ríos, todos navegables: el Bar- bados, el Verde, el Paragua, el Blanco ó Baures y San Miguel: el primero se forma de las aguas que caen en los terrenos ó estancias de San Joa- quín, San Miguel y Ramadas; y mezclándose, bajo el nombre de Purtibi, al rio Alegre que proviene de la sierra de San Lorenzo, se une al Guaporé. con la denominación Barbados, á poco mas de los 15.° y constituye el Itenes desde su confluencia con el Guaporé. 2.- El Verde se compone de los der- rames de la sierra de Caparus y cerro Pelado; en- riquécese con el Gunipara é Itacoatira que llevan las aguas del lado meridional de la sierra de. San Carlos, y descarga en el Itenes á los 13.* 45' de latitud 3.°: el Paragua d Serré toma *u origen de la laguna ó curiehi del mismo nombre; fluye por . el cantón de Santa Ana á la estancia de San Mateo; pasa por la .provincia de Guarayos, recojiendo por su Uquierda las aguas del lado oriental de la ser-— 140— racía de Tapacuras, y por la derecha las que lle- va el rio Serré; se interna á Mojos por junto al cantón del Carmen y muere en el ¡tenes, veinte y cinco leguas mas abajo que el Verde. El rio Blanco ó Baures nace ai ti. de la Concepción de Chiquitos,' se 'encamina al N.' O. por Guarayos acaudalando sus aguas, penetra á Mojos por junto al Cármeñ feSrre y desagua en el Itenes cas¡ frente al Fuerte del Príncipe de Beira. De la la- guna de la Concépcion, resultante del rio Quimome y Sosigis que proceden de la serranía de San Lo- renzo, y ademas de'los rebalces de las de Isosog y Guanacos nace el gran río de San Miguel; pasa por San Jabler, auméntase con las aguas de Sopocós, Santa María, San Borja', Quicere", Fanto Rosario y Natividad, en Chiquito?; cruza á Guarayos, donde recibe las aguas del arroyo de Limones, Taririouza, río Negro y Mámenos y de diez ó doce lagunas ' que hay en los bosques occidentales; y luego se em- poza y forma la laguna, ó mas bien, lago del Carmen, llamado por algunos tibaig en Mojos. To- dos estos ríos ven, como se vé, al Mamoré y Ma- dera pór el Tienes. Pasemos al segundo sistema de aguas que corre al Plata, por ei Paraguai. Del lado austral de la sierra de £an Lorenzo baja' el río de Agua' clara que vá por un estrecho largo " cásf j&Wíéla^áT^AtftgPev^ f & distancia solo de 40.000 verás; y reunido á las aguas del de la Pezca que vienen de la parte orienta) se junta al Paragojri, á los- 16.° 40' de latitud. Este es el —til- punto en que el Paraguai puede comunicarse con el Itenes por medio de un canal alimentado con Jas aguas del Alegre y el Agua clara según dije en «tro lugar. De la estancia de Santo Corazón fluye al N. el río de Sao José; y luego, volviendo «1 £. confluye coa el Turquea que vá de la misma estancia con rumbo al E. y juntos descargan eu el Paraguai cerca de los 47.° ¿No será este acaso el Guabis del Padre Quiroga? La formación del eélebre Otaquis está mas bien reconocida; aunque «e ha querido, y aun se quiere ocultar su boca, . que según al Señor Soto-Mayor- que la examinó, en calidad de comisario de límites, encargado de la linea del Jaurú. se halla 44 leguas al-N. del estrecho de San Jabier, ó Coimbra de. los Portu- gueses. Com peínese este gran rio de tres brazos: el TaCubaca, el San Rafael, ó rio Caliente y el Latiriquiqui. Del N. O. baja el rio de San Juan, resultante de las aguas del Chuchial y San Lo- renza; que decienden del cerro de Chochius, y uniéndose al Tampicanus proveniente de los der- rames de la .misma.serranía dg San Lorenzo, toma el nombre de Tacubaca. De las. sierras de San ..¿typ»,^», un sin núme^6ge.^ro¿jp «u¿'«u*. . i^udqse á0 un soLo^. cuej-pt), ujws ^fnues de^ aV$s' que,, repine, las aguas de la laguna^ jermad de la FJprida. Tapera de Santiago, „ se ^nomina, rio L'aüenU, y descarga en el Tacubaca á los 19.° ;30>;. en Corazón Viejo: desde aquí se le ¿á ía de-—141— nominación de Oluquis. De tas sierras de los l"ga- ra nos y Zaiineos fluye el Latiriquiqu¡, rio aun be bien examinado é incorporándose con otro que pesa por los bosque» de los Ninaquiguilas. se mezcla al Otuquis, á los 49.° 43' de latitud y 6.a 15" de longitud oriental, para desembocar en el punto que ya he mensionado. Otro río nace en la ser- ranía de las Salinas, distante veinte leguas al S. O., del cantón de Santiago; y pasando por jun- to al pueblo destruido de San Ignacio de lo» Za- mucos, va á unirse al Paraguai á los 24.* 15' de latitud, con el nombre de Timabanas. Las aguas que se reúnen en Chiquitos mas al Sur de los 21$ grados, son pocas; y no son conocidas, sido cuando en forma de ríos, desaguan en el Para- guai, y de ellas he dado cuenta al principio, aun que solo en jeneral, cerno debia ser por la causa predicha. DEPARTAMENTO DEL BEE ESTÉ dilatado y fértilísimo departamento se estiende entre los 7> 30' y 45.- 40' de latitud S.; y desde los 5.* 30' de longitud occidental bástalos 3.* 45* de longitud oriental al meridiano de Sucre. Linda por el E- y N. con el Imperio del Brasil; por el tí. con el Perú y la Paz y por el S. 'con Cochabamba y Santa Cruz: Su área territorial, contando solamente la porción cultivada, y en que existen las estancias de ganado, mide 9358 le- —143— guaa cuadradas: Se compone de las tres provine cías siguientes: Canpolican, ó Apolobamba, Yura» earé y Mojos: su capital es la ciudad de la TrU. nidad. Antes que se hubiese despedazado esta región con los mal meditados tratados de 4750 y 1777 era inmensa: Nuestros abuelos la llamaban Gran Paititi, Gran Mojo, é Imperio de Enin. Se prolongaba de O. á E. desde les márgenes orieo* tales del Gran Paro, ó Apopará hasta la costa de Belén, en el Brasil y por el S. hasta el Orellana A Amazonas; abrazaba por consiguiente 750 leguas de O. á E. y 360 de S. á N., presentando una superficie de 225,000 leguas cuadradas; le han desmembrado pues los tratados muchísimo mas de la mitad de su antiguo territorio. La provincia de Caupelican, ó Apolobamba, linda por el N. con elBrasil y línea de demarcación; por el O. con el Perú de que la separa el Inambari; por el S. con las provincias de Larecaja y Yungas de Cbulumaní; y por el E. con el territorio de Mojos, limitado allí por el rio Beni. Está dividida la región en alta y baja. La alta se compone de las sierras y montañas de los Andes que allí vuelven á reunirse, según dije ya en otro lugar: su temperamento es por io mismo muy variado: hay punas brabas, punas, cabezeras de valles, valles y yungas; sus produc- ciones siguen la misma escala que en fas demás provincias, pero en sus yungas se dá exelente. coca, y la preciosa quina, conocida comunmente por calisaya, mejor que en paraje alguno. En la— f f 4 — baja hay muchos cordones de collados y. colinas entrecortadas por varios rios caudalosos .que la ba- ñan: ahondan (os bosques, como igualmente las pastos en que se alimenta algún ganado. Eu toda la provincia, escepto tas punas, hay infinita diver- sidad de maderas de construcción y ebanistería, é Enumerables palmera? que producen dátiles, co- cos &a. Su cacao particularmente el de Cabinas, es muy bueno; sojuzga que solo cede al de Socu- nusco; y cultivándolo, quizá lo igualaría, i pues el que se cosecha es silvestre y tomado solo de loa "bosques. En shs cerros se bailan vetas de oro4, y aventaderos que sé trabajan con lentitud y en pequeño, por algunos mineros pobres. Del mismo modo que la anterior se encuentra di- vidida la provincia de Yuracaré en dos partes: una de sierras mas ó menos altas: y la otra delTanos qofe se dilatan al S. E. En estas 3Íerras se deja no- tar ya muy sensiblemente la grande inflexión que hace el sistema oriental de los Andes, variando su dirección al N. O. La provincia es vasta, y esta sita entre los 15.» y 171» 50* de latitutf, y 2^ 3V y 3.° 15 de longitud occidenlaí. ?ns lemperaWien- tos corresponden á su situación, es decir, que les hay fríos, templados, cálidos y ardientes. Las mü- •JUDoiq sus ;«¿5»ii/y V f t;,- a>fíi»v »3j «ifii3x<)daa chas vegas qüe cruzan por entre fas serranías, son, anchas y refrescadas por árroy¿s cristalinos que corren en abundancia: hay bastante pasto sustancioso, muchas selvas y bosques que contie- nen inmensas diversidades de maderas de' coas- —■115— truccion y de las que pueden servir para embutir; sus productos son los mismos que los de la pro- vincia de Caupolican, aunque la coca que dá, es menos estimada por los que la mascan; su pepita de cacao ocupa entre nosotros el segundo lugar, después de la de Cabinas: Sus arroyos llevan oro; pero como la provincia se baila casi yerma, y ocupada solo por los barbaros, con poco vecin- dario civilizado, no ha sido todavía bastantemente esplorada: Su capital es Ghimoré. LA provincia de Mojos está separada del territorio Brasilero, al E. y N., por los rios Itcnes y Madera y la línea de demarcación, tirada desde este rio al Yavarí; de la provincia de Caupolican, al O. por el Beni, y de los Yoracares y Santa-Cruz al S. por una línea curva trazada á los 15.° 20' de latitud, desde el llenes, casi por medio de la sierra de San Car- Jos hasta la laguna Ynpaeana atravesando el rio Serré y Paraguá, y de alli por la cumbre de las sierras de Mosetenes, á las orillas orientales del Beni. Es provincia muy dilatada: su parte meri- dional y central es llana con algunas colinas ba-«- jasy oteros; pero en la parte boreal hay sierras me- dianamente altas que dirijiéndose de S. E. á N. O. son cortadas por el Marhoré, el Bcni y el Piu rus, de que resultan los diferentes arrecifes y rau- dales, llamados vulgarmente cachuelas, que hacen algo trabajosa en aquellos trechos la naVegacion de dichos rios. Reflexionando con detención sobre el aspecto físico de Mojos, se advierte fácilmente que 19—\ 46— la mayor parte de su territorio ha estado cubierta por las aguas, ó que ha sido, hablando mejor, un gran lago resultante de la represión de sus ríos, ocasionada por la» sierras que acabo de nombrar, y que solo se ha desecado, depues- que las aguas rompieron y ahondaron las cauces del Puros y Madera, lo mismo que la del Beni, hácia su con- fluencia con el Mamoró. Las capas de tierra con- tinúan rellenando la grande hoya, de modo que cada año después de las inundaciones, sube como cuatro pulgadas. El temperamento de toda la pro- vincia es cálido y muy húmedo, produce todos los frutos de yunga y valle; pero no los que requie- ren un calor solo* templado, como el trigo y fru- tas européas, escepto los naranjos, Urnas y limones; toda su superficie está poblada de bosques y abun- dante yerva; en los bosques se encuentran mu- chísimos cacaguales, nogales de moscada, varias especies de vainilla olorosa, el canelo fino y otros productos preciosos, de que daré cuenta en lugar mas oportuno. Hay en Mojos muchísimas lagunas- y no poces lagos; los principales son el Rogo-aguado, el Ca- yubabas y el del Carmen. El primero esiá situado cerca de los 4 2.° de latitud, • y 3^° 35' de lon- gitud occidental, al E. del Beni, que pasa á dis- tancia de 40 leguas: el año pasado de 1846 fué visitado por comisionados del Gobierno, pero con tal desgracia que por falta de canoas y otros útiles no lo reconocieron, contentándose única- —147— mente con saber que existia, que era muy grande y que sus orillas eran pantanosas; el segundo se halla en el cantón de la Exaltación casi junto á la confluencia del Beni y Mamoré Tampoco ha sido medido ni sondeado; el tercero existe en los confines de los cantones del Carmen, Guacaraje y San Ramón: resulta de las aguas que van de la parte superior y particularmente de las que lle- va de la provincia de Guarayos y aun de Chi- quitos el rio de San Miguel. Es tan considerable este depósito de aguas que es muy difícil su na- vegación para los Mójenos que no hacen uso de U brújula, pues entrando al lago, por el rio Mag- dalena, dan después de mucho tiempo y 'grandes dificultades, con 1a boca del San Miguel: motivo por el que no se navega con frecuencia del Car- men á Guarayos y Chiquitos. Todos los lagos y lagunas de Mojos abundan de pescado sabroso; y en la laguna de las Garzas situada sobre el ca- mino que del cantón de San Joaquin va ai de la Exaltación, se cria mucha corbina de calidad su. perior. En Mojos no se han trabajado minas de plata; pero es constante tradición que del cerro de San Salvador que se halla no muy lejos de San Pedro, sacaron los Jesuítas mucho oro: en años pasados fueron allí, por órden del Gobierno, algunas per. sonas; vieron las vetas, y recojieron de los des- montes y destierres algunas brisnas de oro; pero no penetraron en las minas. Hay junto á San Ra-—US— mon y San Joaquín mucho molal de hierro hidra- todo, cuyo laborío seria muy ventajoso en un país tan ahundanle de carbón vegetal y mineral. míám FUEHA de las que constituyen los Andes, y de que he hablado ya en otra parte, no existen en el departamento del Beni montes ó montañas que puedan llamarse altas. La sierra de los AJose- lenes que se estiende hasta cerca del cantón de Santa-Cruz de Mojos, está compuesta de cerros bajos, que sirven de contrafuerte á los Andes. Lo mismo sucede con el cordón de sierras de los Chaco vos que interceptan entre los 10.° y 9.° de latitud á los pos Beni, Majnoré y Purus; bien que vistos estos cenes en aquellas llanada?, que están casi al nivel del mar, parecen alturas con- siderables. HIDROGRAFIA. EN el deparlamento del Beni van á confluir todas lar. aguas que caen en la banda boreal de la línea de los vertientes y corren luego al Ama- zonas, asi como enriquecen al Plata las que caen en la banda austral. Para manifestar este con- curso de aguas guardaré el mismo orden que lie observado hasta aqui, siguiendo al Mamoré que es el receptáculo jeneral de todas ellas. Ya dije que el Mamoré resultaba de la continencia del Sara, Guapai ó Rio-Grande con el Chapare, y cuales eran los influyentes de aquel. Los prin- cipales del Chapare son 5, á saber, comenzando por el E. el Mamoresillo, el Coni, el Colomi do Cochabamba, el Paracti y el Santa Rosa. Las primeras fucnlos del Mamorecillo se hallan en las tierras de los bárbaros Mansiños, situadas en la parlo oriental de las sierras de Yuracaré: allí, del cer- ro de Hichu bajan dos riveras nombradas Ichilo é Icho que á corla distancia se unen. De Chu-' quioma proceden igualmente el Lasmesoro y el Rio Blanco que reunidos toman el nombre de Chi- moré que corre paralelo al Coni, y á distancia so- lo de 5 leguas. Entre el Chimoré y el lcho fluye otro rio deribado del mismo cerro y enriquecido con los rios Iricito, Sacia y Chunchuc tacho, es precisamente el que se llama ordinariamente Ma- moré. Estos tres rios juntos tienen la denomina» cion de Mamoré chico, ó Mamorecillo. El Coni que se forma en las sierras de Yuracares, corre al N. y acaudalando por su izquierda las ondas del Jota, Eñe [ó Iñe procedentes de las mismas, y por la derecha al Ilibolito y Urutuche que se unen abajo del puerto del Coni, se incorpora al Mamorecillo, á poco mas de 10." 15'. De los manantiales del Colomi que desagua en el Paracti, di-cuenta en otro lugar. El Paracti de cuyo ori, gen he hablado igualmente, se engrosa en el de-—f 50— partamenlo del Beni, con los ríos Ronco, San Ja- cinto, Minasmayo, Guairuni, Pulinliri y Límoncito que van del canlon del Espíritu Sanio y desagua en el otro brazo á los 16.° 35\ junto á la Asun- sion, después de incorporársele el rio de Lope Mendoza, ó Ibirizú. El Santa Rosa, baja de la cor- dillera por medio de selvas y bosques casi impe. netrables por cuyo motivo aun no es conocido su origen: corre de O. á E. y desemboca como 30 leguas mas abajo del Coni. Cada uno de estos cinco brazos es navegable hasta el pie de la sier- ra. Reunidos en un cuerpo á los 15.° 45' de la- titud y con la denominación de Chapare ó San Mateo mezclan sus copiosas aguas con el Guapa i: desde aqni se le dice Mamore. La confluencia se verifica a los 15.° 20' de latitud y 0.° 30' de longitud oriental. La profundidad del rio desde la confluencia no baja de 16 pies, en tiempo de seca; y progresivamente va siendo mayor y ma- yor, como lo veremos pronto. Pasemos ahora á sus afluentes laterales que igualmente son navega- bles. EL Secure que trae su origen de la sierra de Mosetenes, corre de O. á E. y aumentando su caudal con las aguas de los ríos Ilibolo, Samuse- te, Yaniuta, Suniuta y Chapiriri que bajan de las montañas de Yuracaré y se le mezclan por la margen meridional, y las del San José que le en- tran por la setentrional. descarga en el Mamore 35 leguas mas abajo del Chapare. El Sacure es — 151 conocido hacia sus primeros manantiales, con Ios nombres de Moleto, é Icho que toma de los pue- blos por donde pasa. Los de Mojos lo navegan hasta las montañas de les Yoracares, en busca de los corpulentos árboles que necesitan para sus pu raguas, hechas de una pieza; se engañó pues el Sr. D'Orbiñi, cuando aseguró ser él, quien descu- brió y navegó el primero este rio. EL Ivari es nabegable: se compone de los rios Macovi, Ivarecito, Yoiva, Arroyo de Cai- manes y el Tico; pasa dos leguas distante de la Trinidad y diez leguas mas abajo desemboca en el Mamoré por la orilla derecha. El Tijamachi, que resul- ta del Señero, Itaresore, Ichiniva, Cabilo y Caberení, desagua en el Mamoré por la izquierda no lejos del cantón de San Ignacio y á las doce leguas de la confluencia del lbari. El Apere que nace de las sierras de Mosetenes al S. O. del pueblo de San José lleva las aguas de los riachuelos de Roce- roña y unido con el Rio-Grande de Mato que ba- ja de la parte meridional de la misma sierra, se mésela al Mamoré, á distancia de 30 leguas de[ anterior. AI Apere suele llamársele también Ma- niquí, nombre que se da en San Borja á la reunión de sus primeros afluentes. Humbolt se equivoeo juzgando que confundíamos este rio con el Beni. JUNTO al cantón de Santa Ana desagua en el Mamore por la orilla izquierda el Yacuma que viene del remate y parte boreal de la sierra de Moce- tenes con rumbo de O. á E,: se reúnen para su for-—152 — maeion multitud de arroyos en una corla distancia, de snerte que desde la estancia de Santa-Cniz que solo dista de Reyes doce leguas, es ya nave- gable; recibe por el lado boreal al Bio que proce- de de una laguna y por el meridional, al Rápu- lo que lleva las aguas del Guala y otros dos ar- royos: la conlluencia del Rápalo con el Yacuma se verifica cantro leguas antes de entrar este en el Mamoré: Don Tadeo Ilahenkp que navegó varias ve - ees el Yacuraa, juzga que fácilmente puede es,tc comunicarse con el Bcni: obra que seria mui útil para ligar los pueblos de Apolobamba con el cen- tro de Mojos. EL Iruyañe nace en los bosques inmediatos al lago Rogoaguado; es navegable corre de O. á ;E. y so une al Mamoré cinco leguas distante del pueblo de la Exaltación. En este mismo Cantón se incorpora al Mamoré por la derecha y unas al Sur el Matucare que procede de dos lagunas in- mediatas al pueblo de r/an Joaquín; y por la iz>. quierda un poco mas abajo que el anterior, el ga- yata, Canarupa, Mayosa, Toro, Espejo, Mayucaya y el Yala chico que sale del Rogoaguado. En estos parajes mide ya el Mamoré de 32 á 40. pies de profundidad en tiempo de secas, eu Agosto Se- tiembre y Octnbre. Como 30 leguas diatante . del ultimo descarga el llenes en la forma y. modo que indiqué ya en otro lugar. De los ríos., que aflnuyen del territorio Beniano al Renes daré cuenta luego que concluya el curso del Mamoré. A los 10? 0' —IbJ- de latitud, entre las cascadas Palo Grande y La- jas desagua el Yata grande que baja igualmente del lago Rogoaguado; es rio considerable; mide de ancho trescientos pies sobre siete ú ocho de pro- fundidad en sus menguantes y so parece mucho al Yacuma por la bondad y claridad fie sus aguas. VEIME Y»Elá leguas al N. de la confluencia del Renes comienzan las célebres cascadas, cono- cidas vulgarmente por cachuelas, ron diez y siele: cinco eslan en el Mamuté muy inmediatas á su boca; y las doce restadles en el Madera, es decir, en el mismo Mamoré, pero después que, por su reunión con el Beni, pierde el nombre y recibe el de Rio de la Madera, ó simplemente el Madera, He aquí el orden y manera con que se presentan, según la desonpeion que de ellas nos han dado los beneméritos ciudadanos Dr. D. Ramón Eustaquio Luían, párroco de la Exaltación, y D. José Agus- lin Palacios, Gobernador de Mojos, que el año de 18i6 por mandato del Gobierno navegaron el rio; el primero con el piadoso fin de llevar á cabo la civilización de los Chacohos y Caripunas; y el 2.° por reconocer esprofesamenle las cascadas. 1. M LLAMASE esta cascada Guayaraminí, y procede de chocar el rio con una multitud gran- de de peñarcos que se presentan ya á flor de agua, ya ocultos bajo de ella, ya sobre saliendo: su os- tensión es de 250 varas, y la diferencia de nivel entre el principio y fin de ella mide dos pies. Él rio se divide en muchos raudales que corren, ó mas bien se precipitan con rapidez; pero sobre la mar- jen occidental existe un canal, por el que con algún cuidado pasan las canoas cargadas. 2. Bs. EL nombre de esta es Guaya ragua zú: hállase dos leguas distante de la anterior, y resulta de la misma causa; su ostensión es algo mayor, lo mismo que la diferencia de nivel, esto es, tiene de largo 3Q0varas, y * de declive. Hay también en 3 íiO—A— \'ó\— ella un canal sobre la misma marjen occidental, por donde transitan las canoas conducidas por prácticos. 3. 03 SIGUESE luego la Bananera que se pro- longa íj de legua, aunque de este espacio solo 380 varas son peligrosas por la velocidad de las aguas que fluyen en un declivio d© tres pies. Tiene iguala- mente esla cascada en la orilla occidental, un canal que í.1 bajar no ofrece grandes riesgos, pero si, al subir, por cuyo motivo suelen los navegantes alijar las canoas y sirgarlas. Las rocas que forman la Bananera se dilatan al N. O. y ocasionan la horrorosa catarata del Yata y la cascada Borda en el Beni. Dista de la anterior i leguas. 4. " LA cascada del Talo Grande no es mas del término y remate de la Bananera: existe en ella un canal al O. que da paso á las canoas sin difi- cultad. No lejos de esta cascada descarga el Yala grande, según dije ya. 5. 03 A las tres leguas del Palo Grande se en- cuentra la de Lajas que se prolonga 280 varas por un declive de dos pies. Tiene en la ribera occidental un canal que navegan las canoas cargadas. EL Señor Palacios juzga, y parece que con ra- zón, que los canales de estas cinco cascadas pueden mejorarse muchísimo con solo hacer saltar algunas rocas, a fuerza de pólvora, pero dirijiéndose la obra por persona que sepa y entienda lo que hace. A las dos leguas de la cascada Lajas se halla la boca del Mamoré que mide i 000 varas de ancho sobre seis y media brazas de hondo. El Beni se presenta en dos brazos: el primero con 800 varas de ancho y 15 braza.las de profundidad, y el segundo con 450 de ancho y seis y media biazas de hondura. En este punto se encuentra una isla contra la cual amon- tona el rio mucha palizada, por cuyo motivo se le denomina Isla de la Madera, de que toman los dos rios el nombre, perdiendo el que antes llevaban. 6. 09 ¿NO lejos de la mencionada isla está la •w 1 55 — cascada Madera, resultante de pasar el rio por tres gradas que abrazan como rail varas. Los navegan- tes descargan por lo regular las canoas; y por teando la carga por tierra, sirgan las embarcaciones. El trecho que llevan las cargas por tierra no exede de 100 varas. Diferencia de nivel 2 pies en 100 varas. 7. 63 MEL'LV legua mas abajo se encuentra-la cascada Misericordia, que en la inarjen occidental tiene un canal que navegan las canoas cargadas. Este canal es peligroso, cuando bajan las aguas, por los escollos que ocultan, pero en tiempo de lluvias no presenta dificultad. Diferencia de nivel 2 pies, en 300 varas. 8. 95 A la media legua de la anterior se pre- senta la cascada Riveron, formada de cinco saltos que da el rio en el espacio de 300 varas; la diferencia de nivel es de 1 pie en 80 varas: Los canoeros descar- gan los buques y los llevan á remolque, por 150 va- ras, trasportando su cargamento por tierra. 9. 01 ESTA cascada llamada por algunos Ara- ra, y por otros Higuera se encuentra á las cuatro leguas del Riveron: divídese allí el rio en muchos raudales por varios islotes y rocas sobresalientes: al O. existe un canal por donde con algún trabajo pa- san los navegantes prácticos. La estension de la cascada alcanza á unas 400 varas y la diferencia del nivel es de 2 pies en 300 varas. 10. *1 Doce leguas mas abajo se tropieza con la Pedernera, que se prolonga unas 450 varas: el declivio de esla cascada es \wco; pero los arrreci- fes ocultos y tan multiplicados hacen muy difícil el paso, por cuya cauf aes forzoso descargar las canoas' y sirgarlas vacias, trasportando por tierra la carga. 11. w PRESENTASE luego el Paredón á las tres leguas; y f>or estrecharse mucho el rio en un espacio de 100 varas corre con sobrada velocidad: lo cual obliga á los navegantes al penoso afán do des- cargar las canoas y llevarlas por tierra.—4 56— 12. a5 ENCUENTRASE á las s*?is leguas la cascada de los tres hermanos, procedente de algu- nos «.altos de poca importancia, que se dilatan mil varas; pero las canoas la pasan cargadas, princi- palmente en tiempo de lluvias. La diferencia de nivel es solo de un pie en 200 varas. 13. w SIGUE después, y á la distancia de oeho leguas, la cascad* de Giran, donde el rio se estrecha y encajona tanto, que se hace muy vio- lenta la rapidez de las aguas; pero este obstáculo es solo de unas cien varas, las mismas que se arras- tran las canoas por tierra, no con poco trabajo, si se carece de auxiliares que suelen no faltar. . 44. M PRESENTASE á la legua y media de la anterior el Calderón del ¡níierno, que se dilata algo mas de media legua. La cascarla está llena de re molinos, que los practico.'? los evitan con cuidado, y pasan sin descargar, aunque si, con bastantes traba- jos y fatigas. 15. M A las seis le cuas se tropieza con la cas- cada de los H'orrilos, que -abraza poco mas de 150 vaias con un declivio do pie: los navegantes la pasan sin mucha dificultad, pero conducidos por prácticos que tienen conocimiento de los arrecifes y escollos ocultos. 16. ° tKí'.'l7. luego la cascada de Teotonio, cuatro leguas disianie de la de los Morritos. Re- sulta esta cascada de ti es oí (lenes, ó hileras de peñascos que cortan e! rio, dejando pasar las aguas con suma velocidad por cuatro canales. Frente á este dique, en la orilla oriental se ve un conjunto de rocas, que teniendo su remate occidental cerrado, hace que las aguas se reúnan en un estrecho, entre la eslremidad de las rocas y la marjen izquierda del río. Los navegantes sacan alU las canoas á tierra y las arrastran por el espacio de 480 varas. 17. * A la legua de Teotonio se halla la cas- cada de San Antonio, formada por dos islas de pe- fiascos que dividen el rio en tres canales. Las aguas corren en ellos con grande velocidad, por lo que se ven forzados los canoeros A descargarlas y conducir el cargamento por tierra, el espacio de 140 varas. Esta cascada que es la última se eocuen- Va situada á los 8.° 48' de latitud Sur; y de ella a Tamanduá solo distan 30 leguas llanas. Desde este punto al mar no ofrese el río eml»arazo al- guno á la navegación: a si es que fragatas que ca- lan de dos, a tres brazadas de agua suben sin difi- cultad hasta Tamanduá, impelidas por el cierzo que sopla constantemente. Er>TAS cascadas escepto una, tienen canales, en la marjen occidental, pero peligrosos. Pueden en ellas hacerse si se quiere, laá mejoras propuestas por el Señor Palacios para las anteriores; y respecto de ta que carece de canal el mismo Señor dice que abriendo un foso, aun sin esclusa, al rededor del cerrillo inmediato, quedaría el defecto coirejido. i.l encuito de este cerrillo no exede de 400 varas, y por lauto la escabacion ne puede ser muy cos- tosa: Volvamos atrás. DEL territorio Beniano solo" dos rios enrique- cen al llenes; el Machupo, formado de los rios de San Juan, Cocharcas, San Nicolás, Rio Negro, el Dulce, y Guacaraje, y el Tunahama, De la boca del primero diré ya algo: el segundo descarga casi frente á la estacada brasilera de Santa Rosa. CUANDO traté de la provincia de Chiquitos, dí cuenta del origen, curso y desembocadura de— 168— los rios Barbados, Verde, Paragua (t) y Blanco ó Baures que tributan al llenes sus copiosas ondas, y del Sun Miguel que dá existencia á la laguna, ó mas bien, lago de la Concepción, Carmen, Übáí, ó Itonama, porque con todas estas denominaciones es nombrado ñor los habitantes de la región y los Geógrafos. De la mencionada laguna procede el caudaloso Magdalena que muere en el llenes, á los 12." 19' de latitud, habiendo recibido antes de des- cargar, al Machupo 2) que lleva las aguas de los cantones de San Joaquín y San Hamon y las que pasan por el l'ouieute del pueblo de Guacaraje, porque las que Huyen al Oriente de dicho pueblo, van al Baures. ¿QUE ha menester el departamento del Beni, para llt-gar a la altura y opulencia que le están destinadas por la naturaleza? Una sola cosa y na- da mas: Que se naveguen con el vapor sus rios en toda su estension. Muchos juzgarán que esto es muy difícil; pero los que saben como los nave- gan hoy sus moradores, y como abren cuando quie- ren, canales de comunicación, siendo muchos de ellos bien largos, pienzan que es bien fácil enta- blar al ti la navegación apuntada, en lugar de la que hoy se practica. No quicio demoraimemas en este asunte, poique adelante presentaré un cuadro (1) Algunos rycn'Len Pursgáu y otros Paragua; asi como Selre su afluente y otros S.írc. (2) Es cosa muy notable ver que en este rio se en- cuentren Delfines con manchas rosadas. de la navegación y flotación de nuestros rios, y alli me ocuparé con particularidad sobre esta impor- tante materia. Mas no concluiré este parágrafo sin anunciar que aunque la especie humana se multi- plica considerablemente en las provincias orienta- les, su progreso se destruye y aniquila coa las fie- bres y viruelas epidémicas que algunas veces se desembuelven por la negligencia y abandono de las autoridades locales. Esta verdad la demostraré en su lugar, porque el hecho es tal que debe llamar enerjicamente la atención del Gobierno. Los Moje- ños son personas sumamente hábiles y laboriosas; y es un doler que por nuestra apatía culpable, su número sea tan diminuto, pu liendo haber sido muy notable, con solo el cuidado de la vacuna, cons- trucción de viviendas semejantes á las de Santa Cruz é introducción de alguna ropa de lana, que los pusieran en ciertas ocasiones, al abrigo de sus sures que son muy fríos. DEPARTAMENTO DE LA PAZ, EST1ENDESE este, rico departamento entre los 17.» 20' y 14.° 30' de latitud y entre los 4.° 35' y 5.° 30' de longitud occidental á Sucre: en su mayor dimensión que es de S. á N., so prolonga 75 leguas, y 60 de Oriente á Poniente, dando por área 2237 leguas cuadradas; colinda por el N. con— 160 — el Perú y el Bcni; por el O. con el mismo Perú; por el S. con Oruro, y por el E. con Cochabamba, y vuelta el Beni. Una parte del departamento está situada en la cordillera real, y sus rebajos orientales, y otra en el estremo boreal de los alti- llanos de Oruro; goza par esta feliz situación do todos los climas de que es capaz nuestra zona, es decir, de todos los climas y temperaturas que se encuentran desde lo mas alto del continen'e Tiasta el nivel del mar. Su capital es la ciudad de la Paz sita á las 1G.» 35' de latitud y í.é 43'de lon- gitud occidental, en una quebrada irregular, quo parece abierta y ahondada por las agu; nos parajes algo abrigados se cultivan beraas y flores: posee bastantes pastos de puna y asi es que abundan ohejas, llamas, alpacas: guanacos y vi- cuñas y algunos cerdos. Al S. O. de la provincia se encuentra la laguna de Uinamaice, brazo grande de la de Titicaca y unida á ella por el estrecho de Tíquina. A la parte occidental del lago hay un istmo que une al continente la península de Co- pacahana santuario célebre que le mereció á Cah deron de la Barca un auto sacramental. A cuatro —tr>7— leguas de Copacabana y aneja á su cantón está la isla de Titicaca, la mas notable y célebre del la- go; tiene 3 leguas de largo y una de ancho, con trece quebradas regadas de esquisitas aguas en que se hallan algunas haciendas bien cultivadas; su temperamento es el mejor de la provincia por el calor que produce el reverbero de la laguna. En esta isla nacieron Manco-capac y Mamaocllo según la tradición. En ella estubieron los ricos templos del sol, la luna etc.; pero ¿qué se han hecho hasta las piedras .y demás vestigios de estos mo- numentos? No lo sé. En tiempos antiguos se ira» bajaron en Omasuyo bastantes minas de plata y aun de oro con utilidad; pero hoy existen abando- nadas; se vé también en Guarina ó nías bien Car- biza una mina de azogue, en forma de bolsón, que los antiguos habían esplolado, no dejando sino los ramillos divergente que de un centro común par- ten hacia todos los rumbos. LA provincia de Pacajes, cuya capital es la vil'a de Viacha, ocupa una parle de los altillanos de Oruro, y otra de las falda?, cañadas y quebra- das orientales de la cordillera occidental, ó coste- ra; por la altura de su terreno es fría y desa- gradable el temperamento; por esto es bastante es- téril, y sus frutos sólo son papas, de que se hace el chuño, alguna quinua, y canagui que sirve de alimento á sus habitantes; abunda el pasto, para las^reces lanares y asi hay muchas estancias de ga- nado ovino, con multitud de llamas, alpacas, gua-nacos y vicuñas. En liempos antiguos se traíur- jaron muchas minas de plata: solo en el asiento de Berenguela había 700 bocas minas ricas; mas hoy están todas abandonadas, por haberse aguado, y en lugar de las de plata se espióla en Corocoro el cobre nativo, bajo el nombre de barrilla, en tal copia que parece que todos sus cerros son de co- bre, asi como es de plata el Potosí. A una le» gua de la abandonada Berenguela hay un cerro nombrado Collpahuma, en que se halla mucho cris- tal de roca en forma de granos que parecen dia- mantes y en el de Ancora los hay verdes que se asimilan á la esmeralda. En Calacoto está la céle- bre cantera de Alabastro que llamamos berenguela; y que hoy es bastante conocida por los osos á qne recientemente se ha aplicado. Ademas de esta hermosa piedra se encuentran muchas especies de mármoles de diferentes colores y matices, de qoe basta ahora no se han hecho sino algunas Aras. Se ven en esta provincia dos monumentos que manifiestan el poder de sus antiguos señores; am- bos se hallan en las inmediaciones del pueblo de Tiaguanacu, distante trece leguas de la Paz y ocho del desagaadero; el primero consiste en un cetro muy alto, levantado á mano sobre grandes y fuer- tes cimientos de piedra, que parece haberse for- mado para qne sirviera de punto de defenza. El segundo es lo que comunmente se llaman por los historiadores, ruinas de Tiaguanacu; y aunque yo las he visitado, siguiendo mi propósito, pondré aqui - mo- la descripción que de el'as hace (1) un vinjero: «ANTES do hablar áa los tiempos históricos del Imperio de los lucas, creo dobec decir «na pala- bra de los monumentos que le son ¡interiore?, y que no mensiona ninguna UrndifeJon lrstóricn. lisos monumentos son los de Ti.iguánnco, situarlos á orillas de la laguna Titicaca, en la cima de los Andes y en medio de la neto Loe Aimará. Yo he examinado edificios inmensos que, anuncian una civilización quizas mas abairzada aue la de los In- cas, y que el jenero de su arquitectura no permite confundir con otros; y es imposible no ver en ellos un centro de civilización á lo menos tan antiguo como el del Pa'enque, sin ser tal vez inferior en la grandeza de los monumentos. Estos son sobre todo notables por las enormes dimenciones de los pedazos de piedra corlada que los componen y que deben haber sido traídos de bien lejos, supuesto que la roca no se encuentra sino á grandes dis- tancias: hecho de que no hay ejemplo sino en el antiguo Ejipto. Efectivamente, en medio de una vasta llanura, un túmulo de cerca de {00 pies de altura está sostenido por una hilera de pilastras; rodeándole varios templos de .'iüO á 500 pies en cada fachada, bien espueslos al oriente, formados de pilastras colosales, de pórticos monolitos, cu- biertos de relieves planos que representan alegorías, 11] Viaje pinlorezco en amlins Ana ricas: P. Acoita Historia natural y moral íl»> Indias; y P. Balero Frac, de la Historia anligua del Perú.—170— y de una ejecución muy regular aunque de losca traza; y se ven ademas eslátuas colosales cubiertas de esculturas alegóricas, que siempre figuran al sol y al cóndor, su mensajero»....... Liúda la pro- vincia por el N. O. con la de Chucuilo del Perú mediante la parte de la laguna que le correspon- de; por el N. E. con Omasuyos; é inclinando al E. con Sicasica y Cercado de la Paz; por el S. E. con Ornro y provincia de Poopó, por el S. con la de Carangas y por el S. O. y O. con la de Arica; tiene de largo desde el punto del Desaguadero hasta junto á Toledo 51 leguas y 40 de ancho. LA provincia de Sicasica fué en otros tiem- pos muy grande, comprendía á Yungas é Inquisr- ve, y pertenecía a? Arzobispado é Intendencia de la Phita, (2) y en parte á la Pazr Hoy solo abra- xa unas 34 leguas de S. á N., y poco mas de 30 de E. á O. su capital es Sicasica, á la que se le ha dado el nombre de villa de Aroma, en memo- ria del primer encuentro y triunfo que en la pos- ta de Atoma, tuvieron sobre las tropas reales man- dadas por el Coronel Pierola, las independientes, compuestas- de las milicias de Cocbabamba y Oruro el dia 27 de Octubre de 1810. El temperamento es frío, escepto las tierras contenidas en las her- mosas quebradas de Lurivay, Caracato y Sapaqui, que producen maíz, algún trigo y la vid, con mu- [2f Véase Ta Ordenanza de Intendente» del añe 1782 árlenlo chas frutas de gusto esquisito; en lo demás del terreno solo se siembran papas y cebada. Hay bastante pasto para el ganado lanar el cual eu tiempo de frios trashuma á los altos de Ave-pava á invernar, por cuyo motivo sin duda tiene lana muy tina. El mineral de Sicasica ha rendido mu- cha plata; y todavía sigue dando, aunque no con la abundancia antigua: hay igualmente en este asiento antimonio que llaman metal estrellado, ahe- brado sin plata ele. y hornaguera ó carbón de pie- dra. Yo he visto algunas esquirlas que me han parecido mas bien de Antracita ú hornaguera se- ca. Linda la provincia por el E. con Inquisívi; por el N. con el Cercado de la Paz, por el O. con Pacajes y por el 5. con Oruro. Se vé por lo dicho que la mayor parte de la región se encuentra en la gran altiplanicie de Oruro y una pequeña en las quebradas y declives occidentales de la cordillera oriental. LA provincia de Inquisívi está situada toda en la sierra, lindando por el E. con Hayopaya y Yu- racaré; por el N. con Yungas de Chulumani; por el O. con Sicasica y por el S. con el Cercado de Oruro: á esU situación debe la provincia tener temperamentos diversos, de puna, valle y Yunga y por consiguiente frutos análogos á ellos; «in em- bargo los habitantes cultivan muy peco sus terrenos» contentándose con el maiz, papas, alguna horta'iza y fruta qiie casi espontáneamente nace: hay mu* cha madera de construcción particularmente en__1 ra_ favari, donfle se ven iníinidad de cedros y íau- re'es altos y robustos: !os pastos son algo escasos; mas no por esto fa la ganado mayor y menor para e! consumo: tiene varios minerales de piala en Mo- hosa, Yaco, Cabaií ó íchoca; pero sus velas aun- que ricas no son regu'ares; solo forman bo'sones ó nidos que tan pronto aparecen como desaparecen: las de Corachapi son ¡as mas nombradas porque iluden cíe 5ÜÍ) á OÜJ marcos por cajón. Las mi- nas de oro en Araea han dado muchos millones, y aun seguirían dando, si bu Viera có-pilaies y a ion- io coiíio en otros t.ompos, para labraras. La ca- pital de ia provine,u es la viüa de ínquisivi. COMO esle depailamento ocupa un diatado recinto de ia rordil'era rea', en que los Andes se presentan ma? impone; !?*, hay en él picos muy o'evados aun sobre los mismos nevados: espresaré aquí los mas notables, siguiendo las localidades. En el Cercado de !a Paz y loé Yungas están el famoso IHimani de 2G.271 pies castellanos de altura, y el Mnrnrata de iStfBQO; en L:ireenja el Illampu de 2-J.G3G, y el Z >. de 2-5.1; iO p es: en Muñecas-el Cbunchud de : i\üíü y el Cavcrani casi igual; en íicasiea el Tres Cettpe* dj 22,.;Cí> pies; en Paca- jes el Llaliaiuia, el Pac >ealnia y el Guoricunca, y en Inquisivi el Amatara. Toco, Tacuraní, y Chicote. Los montes de estas dos últimas provincias' no se han medido todabia. Le! Illampu se juzga ser el ma- yor de nuestro planeta: á lo menos su hermosura no pueden disputársela, sino el magesluoso Uli- mani, ó el lindo Sacama. En Muñecas existen al- gunos cráteres de volcanes apagados y uno en ac. tividad que ai roja de cuando en cuando muchas arenas de cuarzo que argentean el anuyo que fiuve por el valle del Volcan. L.t laguna de Yinamarca unida según dije yá, al lago de Titicaca por el estrecho de Tiquina, se halla en este departamento, igualmente que una gran parte de aquel lago, en el cual se depositan las aguas de muehísinios riachuelos y diez rios gran- des; pero de estos solo pertenecen á Bolivia el Guairho que trae las aguas del rio de Escoma el cual baja desde Colólo con nombre de Suches enri- queciéndose con todas las aguas de aquella cor- dillera, fj Colorado, el Pana, Chovira, y el cigüeñ- ea, con inuiüerablcs riachuelos. Del lago solo sale por la laguna de Vinamarca, el rio Lesaguadero quo tiene allí 50 varas de ancho y 4 de profun- didad; sobre el se vé el eélpbre puente original, liecho de 24 bal/as de Enea de 3 varas de anclio cada una y olio lauto de grueso: un poco mas abajo hay olios dos puentes de la misma construc* cion, es decir, en Kasacara y Bioha\a. Desaguan en el rio por el O. luego que recibe al Yaro, el— I7Í— Maure que rccoje las aguas de la cordillera de Chuluncayani y el Verde que Irae las de Picha gas y Cajas; y por el E. los arroyos de Húmala y Hayo- bayo unidos á otras fuentes. LOS rios que de esté deparlamento se dirijen al E. son de mucha mayor consideración por su numero, localidad y las ventajas que algún dia pro* ducirá á favor de la República su navegación por el vapor, Del Nevado de Chacaltaya baja el torrente que corta la ciudad de la Paz y unido al Calacoto y á los arroyos de Irpavi, Clniqui.aguillo y á las aguas que llevan el Chicani y otros ria- chuelos meridionales, corre hasta Tahuapalca, don- de se incorpora con el rio de la cordillera de Chu> lumani: un poco mas abajo de esta confluencia de- sagua el Sapahaquí que va enriquecido con las aguas que recoje de los cantones de Caracato Luribay y parte de las de Yaco y Araca. De la provincia de Inquisivi baja el Miguilla que se com- pone de dos grandes brazo?, el Collquiri y Sacam- baya; y se mezcla al de la Paz en el punto dicho por esta causa, Las Juntas. El Collquiri va desde e1 pueblo de este nombre junto á Oruro, engro- sándose con los arroyos y riachuelos de Mohosa, Ichoca, Cabari *y Suri. El Sacambaya procede de la parte meridional y m is alta de Hayo^aya, y se jnnta al Collquiri en la playa de Sacambaya. En las mismas juntas se unen al rio de la Paz, re • saltantes de las aguas de lrupana el l.'mabamha cerca de Chapechocha, y en la playa el Chunosa- — I7.'i— mayo. No lejos de esta confluencia entran en él el Iquirongo y Ucumarini provenientes también de lrupana; y luego el Tamanpaya, habiendo descar- gado en él, poco antes, el Solacama. De mas de 20 riachue'os que bajan de Yanacachi resultan los dos rios grandes llamados Taqueri y Undavi que reuniéndose á Liquicachi, Zuzisa y otros se llama Tanampaya; engrosase después con las aguas de Chirca, Chupe y a'gunos de Coripala. De los rios Chumba, Guactata, Yasopampa y Tacsina de Chu- himani se ft rma el So'acama, y antes de unirse al Tomampaya, se aumenta con el Puri de lrupana, y el Lecma de Laa. La reunión se veriflca, cuando varia ya al N. su curso el rio y en el pais occiden- tal de Mose Donlenes, por cuyo motivo toma alli el nombre de rio de Moselenes. Alli mismo va á desaguar el Mururala, compuesto de los de Jaresa, Santa Jelrudis, Maimpaya, Como y Quiqui'o; y ade- mas el Suape y el QueÜacta. Del Chairo, Guarí- nill, E'ena y Yolosa se forma el rio Coroico, al que se le reúnen Coriguaico, Ccroicoviejo, San Jo- sé, Yalaca, Topante, Astillero, Conapuire, San Ja- cinto, Miraflores, Capellanía, Vagante, Sopayavirí. El rio Coroico que es navegable desde las inme- diaciones del pueb'o se reúne á las aguas del Fo- rata antes de desembocar en el Mosetenes, según voy á espresarlo. De la cordillera de Songo baja un rio, que al pasar por el pueblo de ChaMana, toma el nombre de este; y juntándose á otro que de la parte meridional del mismo Songo corre al— Í7C— N. se incorpora a' rio de Tipunni. DoMI'ampu, en Sorbía, procede e! S;in frisloha! que engrosado en el mismo eantnn, con 'os arroyuelos fie Cochi- pata, Ha-!ancba, Coripaya y Condorpnta y 'os ria- chuelos Oh;'!lasuyo y el Colombiano se dirijo, por entre la cordillera al E. y al pr.:-ar por el cantón de Quiabay, receje ¡as aguas de los ríos de Coa- coni y Legue con muchos otros riachos, y perdien- do su nomhre, toma el de Millignayar., que lo va- ria según los pueblos por donde corre hasta Tipua- ni: alli enriquecido mas con el Tora y algunos ar- royos suspende feq curso al N. Kste rio se llama Caca en Tu«u;íuaya.. De Cambaya proceden dos riachuelos que jiintanse en (.huma con otros cuatro que descienden do la cordillera de Ancuaia, va á confluir con el de Norata, antes de Tipuaui. Iil Mapiri que suele comunicar su nombre al rio de Sorata, se fjrma de las aguas de diclio cantón y se incorpora á dicho rio abajo del Guanai. Todos estos ríos unidos descargan en el .Voseleues junto al sallo de letanía: desde este punto loma el rio la denominación de Beni, ó Benimadera. En con*, elución puede decirse que los afluentes grandes de este rio son 1.° el de la Paz, 2.° el ¡^¡guilla, 3." el Tanapmaya, i.° el Cotacajcs, 5.° el Mapiri ó So- rata. Pero ¿cuál de ellos será considerado como el principal? Sin duda el que proceda de mayores dis- tancias; y esto ninguno puede disputarle al Migut- II, que nace en los altos de Pongo y Collqairi á los 18 y 10 de latitud, no lejos de Oruro. DEPARTAMENTO DE ORURO. ESTE departamento so halla situado entre los 17.o 15' y 19" 50' do latitud y entre los 3.° 30' v 6.° 30' de longitud occidental; tiene por con- siguiente 52 leguas de S. á N. y 50 de E. á O. pero deducidos los muchos ángulos que le entran de los otros deparlamentos, solo presenta una área de 1107 leguas cuadradas. El temperamento es frió, sin que haya en él un solo lugar que merezca la denominación de valle, según la idéa que á este nómbrese aplica vulgarmente; ocupa una-buena por- ción de la gran altiplanicie, otra de los rebajos orien- tales de la cordillera costera, y otra de la primera cadena de la cordillera oriental; linda por el N. con la Paz, por el O. con el Perú, por el S. con Po- tosí y por el E. con el mismo Potosí y Cocha- bamba. ES capital del departamento la ciudad de Oru- ro, que ha comunicado su nombro á la gran alti- planicie; está situada á los 17.° 57' de latitud, y á los 3.° 23' de longitud occidental. En otros tiem- pos fue ciudad muy poblada, opulenta y rica: El Dr. Barba que la conocía sobrado, dice: al hablar de sus minerales. «El segundo mineral del reino lo «constituye la insigne villa-de Oruro, digna com- «petidora de la grandeza de Potosí, tanto por el ilus- «lie concurso de sus habitantes, cuanto por el fun- «damento, número y riqueza de sus minas.» Yo— 178 — poseía un padrón origina!, levantado el año de 1678 del que aparecía que su población, sin contar á los aboríjenas, llegaba á 37,260 almas; y como aque- llos debían ser naturalmente á lo menos, otros tan- tos, resulta que su total población alcanzó á 75,92© almas, el año dicho, que ciertamente no fue el de sus mejores tiempos. Pero esta gran población ha desaparecido y sus casas han sido allanadas en la guerra de la independencia hasta tal estremo, que hoy es una de las ciudades pequeñas de la Repú- blica, aunque sus habitantes conservan todavía la memoria, los rcsavios y arrogancia, que su antigua opulencia les inspiraba. EL departamento se divide en tres provincias: la del Cercado, Poopó y Carangas. La primera linda por el ft. con Sicasica é Inquisivi, por el O. con Pacajes, Carangas y Poopó; por el S. con cí mismo Poopó, y por el E. con Chayanta, Arque y Tapacarí: su mayor estension de Oriente á Po- niente es de 22 leguas y su mayor anchura, de S. á N. de 18; su temperamento es frió, pero como el territorio se encuentra dividido en muchas heredades pequeñas, está bien cultivado y produce en bastante copia los frutos de puna, como papas, quinua, cebada, cañagua y algunas orlalizas; po- see bastante ganado ovino de lana fina, y algún vacuno; los pastos consisten en la grama dulce y algunos salicores que engordan al ganado, comuni- cando á su carne gusto muy sabroso, por cuyo motivo esta y sus quesos llamados comunmente quesos —179— de Paria, son estimados entre nosotros. Tiene 10 asientos ó reales de minas metálicas, á saber 1 el de jOruro, cuyas velas de plata y estaño han ocupado el segundo lugar después de las de Potosí, 2.° Irooco mineral de oro. 3.° Chuquimia que ha dado el mismo metal, 4.° Joya de plata y oro, 5.° Chuquiaguillo de oro, 6.° Conde-auquí de plata, 7.* Negro Pabellón de lo mismo, 8.° Guanuni de rico estaño, donde en la veta grande de Pisacoma, se encuentra el estaño nativo: cosa que hasta hoy no se ha visto en parte alguna, 9.° Sepulturas y Sorasora minerales de plata y oro, y 10.° Ante- quera é Ichocollo de plata y estaño. En estos mi- nerales no solo se encuentran los metales que van indicados, sino también el cobre, el hierro, el plo- mo, bismuto, antimonio etc. y ademas toda clase de sulfatos, aplicables á las artes, y arcillas de di- ferentes variedades: en San Juanillo de Oruro hay en una misma veta ó cama el kaolín, y el pe- tunste de que se fabrica en la China, la porselana y de que en años pasados hice yo algunos esperi- mentos. La provincia de Carangas, cuya capital fué la villa de este nombre, y hoy Collquemarca» linda por el N. con Pacajes; por el O. con Arica y Tarapacá del Perú, por el S. con Lipez, y por el E. con Oruro y Poopó; se estiende de 17.o 15' á 19.° 59' de latitud y desde 3.° 30' de longitud occidental, hasta 6.° 30': ocupa la parte oriental de la cordillera costera y un grande espacio de los altillanos de Oruro: el temperamento es muy frío;— 1 So- pero no tanto que no .pueda producir los frutos de puna. Sin embargo sus habitantes, cscepto los de Guaillamarca, no se contraen á la agricultura, con» tentándose eon criar llamas y cerdos, de que sa- can bastantes ventajas por medio del comercio: do las llamas que jeneralmente son mayores y mas robustas que las de las otras provincias, venden unas para acémilas y otras las matan para llevar el charque y el sebo como también la manteca de sus cerdos á la costa del Perú, para en retorno, traer aguardiente, vino, aceitunas etc. de que pro- veen á los pueblos vecinos; poseen grandes lagos que suministran rica sal, la que internan á las pro- vincias de los valles para cambiarla por granos. Otro tanto practican con la Pbasa, que es una tierra arcillosa, blanca, fofa y liviana, de que los indios gustan mucho para hacer la salsa con que comen las papas simplemente cocidas. Abundan en la provincia los pastos para el ganado menor, con muchísimas aguadas; pero sus habitantes no quie- ren criar ganado ovino, apesar de que Ies produ- ciría mayores beneficios que las llamas y cerdos. Hay también avestruces, y muchas chinchillas que la imprudente y desordenada caza va concluyendo. Se cuentan en su territorio 9 asientos de minas de plata, que en otros tiempos han dado grandes riquezas, y hoy so hallan opiladas; Choquelimpia, Turuquiri, Carangas, Charaque, Mantos, Pacocagua, Anayache, Todo Santos y Negrillos son minerales muy conocidos en nuestra historia metálica. 181 LLAMAN jeneralmenle provincia de Paria á la de Poopó, porque antes de haberse desmembrado de Oruro, eslubo en ella el pueblo dicho Paria que boy pertenece al Cercado de dicho Oruro. La pro- vincia se dilata desde 3.° 15' de longitud occi- dental hasta 4.° 20* y desde 18.° 10' de latitud hasta 1D.o 50': ocupa parte de la gran altiplanicie y una porción de la primera cadena de los An- des orientales, esto es, los Azanaques de Condo y sus ramificaciones; el clima es frió; no obstante sus habitantes se aplican á la agricultura, y cose- chan bastantes papas ricas, muy buena quinua y cañagua, alguna cebada y hortaliza. Sus pastos aunque bajos, mantienen muy bien el ganado la- nar; asi es que abundan las obejas de lana sua- ve y fina, las llamas, alpacas, vicuñas, guanacos y chinchillas. Tiene en su territorio ocho asientos minerales de plata y uno de oro: los de plata son: Poopó, Coribiri, Cobrcmayo, Venta del Medio, Hur- miri, Condo, Candelaria, y Salinas de Gareimendoza, y de Oro Toraca. En Coribiri se halla, á raíz de los cerros por donde corro un riacho, bismuto en pepitas que pesan de tres á cuatro adarmes; el ter- reno en que están ocultas estas pepitas, blanquea regularmente en la superficie. Una legua lejos del pueblo de Poopó existe una hermosísima veta de antimonio casi puro, y que para separarlo de su matriz, basta aplicarlo á la llama de cualquiera combustible- se han encontrado también en esta provincia, hácia el asiento de la Cande'aria, topa-— 182— cios cristalizados y sin cristalizar, algunas amalisla?, y en Salinas de Garcimendoza se encuentra la Tin- pánila ó piedra sonora. En toda la provincia se ven aguas termales en mucha copia, y todas de diferentes calidades: unas laban primorosamente las lanas, entre tanto que otras las ennegrecen ú ofus- can: igual efecto contrarió causan en los bañes, quie- ro decir, que unas aprovechan á ciertos enfermos, mientras otras los empeoran. LINDA la provincia por el S. con Lipez, por el E. con Porco y Chayanla, por el N. con el Cer- cado de Oruro y por el O. con Carangas. Su ca- pital es la villa de Pcopó. I0NTAM ■ EN este departamento solo los montes de Ca- ñengas son tan a'tos, que conserven nieves perpe- tuas; entre los cuales descuellan el Tatasavaya, e! Carangas y el hermoso «ajama de que hablé ya en otro lugar. En el Cercado de Oruro son bas- tante altos el cerro de ¡a Joya, el Condeanquí, San Salvador, Chuncho y el Negro Pabellón; y en Poopó, Jilarala, Azanaque, el Toro, Miquilloloma, Antacagua, Tinaqui, Milchaga, Soco, Cerro Grande, Achacollo, Porco y Condoriquiña. HIDROGRAFIA. EL rio del Desaguadero que corta el departa- mento de Oruro, de N. E. a S. E. O. recibe los rios y arroyos siguientes: de Carangas por el N. O. le entran los rios de Pichagas y Sulloma uni- dos al Choquechambi, el Crucero, Ucuruma, Vi- laaque y Ilchusjavira; del Cercado de Oruro, el de Caracollo y Paria juntos, y el Sorasora; de Poo- pó luego que el rio se ha posado y ha formado el lago, se Je mezclan el rio de Poopó, Pasña, Tacagua, el del Márquez, y Pacacha. El rio de Ca- cachaca va al grande de Chayanla por correr al N. de la línea de los vertientes. CORRE también por la provincia de Carangas el rio de Lauca que juntándose al que procede de dos grandes manantiales situados al pié del Saja- ma, va á confluir con el todo Santos que lleva las aguas de Carangas, Mantos, y Prisani junto á los Chipayas y de alli fluye á la laguna de Coipasa que provee de sal a casi toda la República: en esta laguna que por un estrecho se comunica, con la de los Chipayas bojeando ambas como 54 le- guas, entra el Laca Jaguira que sale del lago de Pampa Aullagas: esta e9 la verdadera laguna mis- teriosa que recibiendo tanta agua, carece de desagüe por el haz de la tierra. MUCHOS piensan que este departamento no puede convalecer ya, por haberse, según su juicio agotado los rainera'es ricos que antes poseía; mas yo, si el amor al país natal no me engaña, juz- go todo lo contrario: sus minas de plata cuyo número pasa de cinco mil en solo su Cercado y de184— oirás tantas en las provincias no se han agotado, es decir, no se ha acabado el metal en ellas; se han aguado, sí; y solo nuestros escasos conocimien- tos y los medios mezquinos ele que hasta aqui nos hemos valido para desopilar las minas, hace que hoy no se disfruten, romo se disfrutan fas de A'emania y las de Hornaguera en Inglaterra, apesar de ser mu- chísimo mas profundas, y contener cantidades decuplas de agua. Existen ademas en el departamento, muchí- simas vetas nuevas de oro, plata, eslaño, cobre, hier- ro y otros metales útiles para las artes que por las mismas razones no se laborean. En todo el cantos de Salinas se registra un cordón de cerros que se dilata por 20 leguas harpado de velas de plata cuyo trabajo no hace cuenta hoy, á causa de faltar alli ingenios de moler y vehícu'os baratos para el acarreo: Las máquinas de vapor mas ó menos grandes remediarán al cabo uno y otro mal: y vol- verá mas duradera a anligua opulencia de Oruro. En su humi'de grama, sa sosa y otras salicores, en sus arcillas, arenas y cuarzos y en sus su'fatos y abundante combustib'c tiene también Oruro manan- tiales inagotables de riqueza, para cuando mas ins- truidos y menos ocupados por la politice-manía, pensemos seriamente en bastarnos. El vellón de sus obejas, llamas y alpacas es muy fino; y au- mentando la cria, podrá proveer de tejidos de lana á una gran parte de la República. ¿No se hacen pra- deras de alfalfa? ¿Porque no podrá hacerse de sali- cores que espontáneamente crecen, y que el gana- n- do menor come gustosamente? Los pacovicuñas que tan bien van multiplicando en la provincia Peruana dé Cárabaya, pór el piadoso y patriótico zelo de un párroco benéfico ¿por que no progresarán en Oruro, Atacama alta y Upez sus vecinas, donde son las vicuñas y alpacas mas corpulentas, altas.y lanosas? volverá pues la riqueza de Oruró, copio fie dicho, y sus hijos sabrán sacar de ella mejores y mas só idas ventajas que sus pródigos y desper- diciados abne'os. PARRAFO ÍV. CON respecto á la administración de justicia está dividida la República en Distritos, los que se sub- dividen en partidos, y estos en juzgados de paz. En cada distrito hay un tribunal de apelaciones, compuesto de tres Ministros y un Fiscal, con dos re'atores, un secretario de cámara, cuatro procura- dores de causas, un tasador de costas, y un pon* tero. Los distritos judiciales de Tárija y Santa Cruz so!o tienen un Ministro con los demás depen- dientes. Atacama pertenece al distrito de Potosí, y el departamento del Beni al de Santa Cruz. Es- tos tribunales conocen en segunda instancia, de todas las causas civiles y criminales del fuero co- mún, y de las de comercio y minería; y en pri- mera de las criminales, suscitadas contra los funcio- narios públicos subordinados á ellas. i¿i— I8G — EN cada partido judicial hay un juez letrado de primera instancia, con escribano, alguacil y al- caide: sus facultades se reducen á los negocios contenciosos en materia civil y criminal, esceplo aquellos, que pertenecen á los juzgados de paz, y especiales. Sin embargo, si las acciones con que se demanda, son reales, enlieudeo de ellas, aun- que las causas se versen entre legos, mililares> é eclesiásticos. Los partidos judiciales sou 37; es de» cir las mismas provincias. Asi os que el distrito judicial de Cliuquisaca, se compone de todas las pro- vincias que forman su departamento etc. EN todos los pueblos por pequeños que sean, hay urt^ juez de paz; pero en los lugares donde la población es grande, se aumenta su numero, á ra- eon de uno por cada mil almas: de suerte que en toda Ja República existen 1228. Los jueces de paz oyeft y deciden verbatmente todas las demandas civiles, cuyo valor no exede de cien pesos, y las criminales, sugetas por las leyes á juicio verbal. i-i »'tuMiUw) bu nú'j 'A¡ «jyirl'riDoe no f*«m>Ji>'¿»i ADEMAS dé los jueces de paz hay en las al. deas, lugares y alquerías, alcaldes de campo, que conocen, á prevención con los jueces de paz, de las demandas que no pasan de cuatro pesos en dinero y ocho en especies, y de las desavenencias domésticas, riñas y peleas de los campesinos, en que no haya habido heridas que causen incapacidad de trabajar. EN la capital de la República reside la Exma. Corte Suprema de Justicia, computista dé siete Mi» tiislros y un Fiscal, con un relator, un secretario de cámara, cuatro procuradores de causas y un portero. Esta corte se divide en dos salas, bajo la denominación de primera y segunda. De la 1.a es presidente nato el 5.° Ministro, y el de la 2.* qne también preside la Sala plena, es nombrado por el Supremo Gobierno. Las atribuciones de esta Corle son las que corresponden á su naturaleza, y qne puedon verse individualizadas en la ley orgánica de tribunales. PAI5A el juzgamiento de los negocios de comer- cio y minería, hay juzgados especiales. En la ca- pital de cada departamento existo un Consulado que consta de un prior, dos cónsules y el asesor, con un escribano secretario, a'guacil y portero. Er.ta tribunal conoce en todas las causas mercantiles,, verdad sabida, y buena fé guardada, á esti'o de comercio con apelación á los tribuna'cs superiores de justicia. l.n los partidos judiciales entienden en est is causas los jueces comunes, pero confor- mándose en los modos de enjuiciar y sentenciar, á las ordenanzas de! ramo. LOS asuntos de minería se tratan ante los Jueces letrados de esto ramo, con apelación tam- bién á los tribunales de alzadas, debiendo los jue- ces arreglarse, por ahora, en sus procedimientos á las ordenanzas de Toledo y Méjico. ESTOS dos establecimientos no han recibido todavía su última forma, y asi es, que aun no tie- nen leyes propias; y se rigen solo por las antiguas—Í88 ordenanzas españolas. COMO en la República se conservan los fueros militar y ec'esiástico, bay autoridades especiales para conocer de sus causas. EN la capital de cada diósesi hay dos provi- sores ó vicarios jenera'es, los cuales juzgan los plei- tos eclesiásticos en primera instancia. En las pro- vincias hay vicarios foráneos que conocen de las causas que llaman menores; no siendo en subs» tancia mas de unos comisionados puestos para eva- cuar las diligencias que les encomiendan los pro- visores;' y solo en Tanja hay uu de'egado de mas ámpüa facultad. Las apelaciones de las septencias de los sufragáneos se llevan al Metropolitano de la P'ata, y las súplicas al ordinario mas inmediato. Del mismo modo de las sentencias dadas en prime- ra instancia por el Metropolitano, se apela ante el de la Paz, y se suplica ante el de Santa Cruz, conforme á un Concordato antiguo. Todo esto c- sumamente imperfecto. ¿Cuánto mejor no seria ins- taurar en cada una de las diósesis, jueses de 1 .* ' y 2.a instancia; y que solo las súp'icas y recursos estraordinarios se elevasen al respectivo obispo, poíno parece haberse practicado en Venezuela? Los pleitos eclesiásticos serian en este caso, menos du- raderos y costosos, y resplandecería mas la alta dig- didad episcopal. LOS comandantes jenerales fuera de las atribu- ciones qne la ley les dá, para atender como ausi- liarcs de los Prefectos, á la seguridad de su dis- trito, son también jueces de primera instancia, y como tales conocen asesorados por los jueces de Jetras, de los delitos comunes de los militares, y de sus causas civiles, cuando versan sobre acciones personales. De sus sentencias se apela á la Cor- te marcial que reside en Sucre. De los delitos profesionales militares entienden los Consejos de guerra, cuyas sentencias se aprueban por las res- pectivas corles; es decir por la superior marcial, si el consejo que la prenunció es ordinario; y si es consejo de oficiales jensra'es, por el Supremo tribu- nal marcial, compuesto de dos Ministros de la Cor- te suprema de justicia, un Jeneral, y el Auditor jeneral del ejército, precididos por el Ministro de la Guerra. SI la división política del territorio de la Re- pública es irregular y defectuosa, no lo es menos la división judicial. Nuestra constitución primitiva disponía que se formen partidos judiciales propor- cionados para la buena y pronta administración de justicia; y los legisladores contentándose con desig- nar un juez para eada provincia, han abandonado la discusión de este importante objeto: De aquí ha resultado el que un solo juez tenga que conocer en muchas partee de las causas y demandas, de 70 80 y aun noventa mil subditos: (4) suele decirse que en Inglaterra bastan doce jueces para despachar todos los negocios judiciales; pero Venían ha demos- fl] Chayanta, Porco, Pacaje», Omasuyos, Poopó etc.— 190— (ráelo la falsedad de este acorto y la ilusión que sobre el particular se ha padecido. Los españoles dejando la antigua demarcación de su patria, lian dividido el territorio en 49 provincias y señalado en cada una de ellas de ocho á diez y seis partidos judiciales: he aqui un estado de los de Galicia que ciertamente no es la región mas rica de la Pe- nínsula— Provincias N." de ahn. Partidos Proporción. 1 J. por 31,11» alma.-:. 1 id. por 32,479 1 id. por 29,003 1 Wl por 32,727 .....1 J. por 30,332 almas.... ya £»wp ei«oq?if» Coruña. 435,G70. 14. Lugo. •.íiriaáal no 357,272. 11. Orense. 319,038. 1 1. Pontevedra. 3tíO,002. 11. Térmiuo medio LA república como se verá adelante, tiene 1,383,890 almas y 37 partidos judicialci; corres- ponden pues á cada juez 37,402 subditos. Este- número es ya bastante alto; pero el exeso apare» cerá mas notable considerando individualmente los partidos: Porco tiene con solo un juez 81 ,G72 al- mas, Cbayanta 79,930, Tarija 63,800, Sicasiea 61,668, Ingavi 75,266, Omasuyos 90,128 etc. etc.; no es posible esperar que un solo juez abastezca con brevedad al despacho de las demandas de tan- tos individuos, particularmente si se atiende á que tos jueces letrados no solo conocen de las causas criminales y civiles, escritas, sino también de las ver- bales, ya eu 1.' instancia, ya en apelación de las re- soluciones dadas por los jueces de paz en negocios de menor cuantía; que sus medios de comunica- ción con los pueblos son escasos, y lentos, y que sus aje utos inmediatos se reducen solamente á un al- guacil y un carcelero mezquinamente dotados. Sin embargo, el año pagado de 1846 los jueces ordinarios han despachado 1512 causas, sin incluir las que se han seguido en los juzgados mercanti- les, eclesiásticos, militare* y de paz. Entre las es* presadas causas 3G7 fueron civiles, y las 1395 res- tantes, criminales. De las civiles 173 duraron me- uos de dos años, 87 menos de tres, y 56 alcan- zaron á cuatro años. Uoy presenta la administra» cion de justicia en la República apesar dé sus de- fectos, un aspecto distinto del que en tiempo de la Real Audiencia tenia, en cuyas secretarias, al su- primirlas se encontraron inconclusas mas de dos mil causas, entre las cuales se hallaron como cuarenta que habían durado cerca de treinta años: Solo de las pertenecientes á la testamentaría de los Rodrí- guez de Oruro. hubo once que contaban la referida fecha. . ( B¡| PARRAFO V. mtlsíon JEconotnlco Vlscat. 'Sbrsnoo o?. .B6n9TQ?9l afiviJo.on?.Ti *bI i: fio'jimnoa COMO las rentas del Estado proceden de las contlrrbnciones quo pagan los Boliviano?, y de los— 192— impuestos- que se cobran sobre varios efectos ex- tranjeros, y nacionales, para recaudarlas, lia sido necesario establecer diferentes métodos y oficinas; conforme á la naturaleza de las espresadas contrr-1 bociones e impuestos. LA contribución de indíjen'as se recauda por los Gobernadores de las provincias ausilidados de los correjidores de los cantones' y alcaldes de campo: por consiguiente la división del territorio de la Re- pública para este objeto, es la misma que para sa régimen político. A los Gobernadores se les paga el 3 por ciento, y á I09 corregidores el uno sobre lo qne recaudan, LOS impuestos sobre fos efectos estranjeros se cobran en Cobija, y en las aduanas fronterizas de Oruro y la Paz y los que gravan- á- los efectos del pais, en" las aduanas departamentales. Cuando tra- te de las rentas públicas señalaré el costo total que á la Nación le tiene la recaudación de todos los impuestos-. LOS derechos metálicos, esto es, los impues- tos que pagan el oró, y la plata, se recaudan en las tesorerías de los departamentos, en que se ha- llan las minas, después de reducirse a tejos y bar- ras en la Callana nacional. Las pinas y las plan- chas de plata, y el oro sin reducirse á tejos, que se encuentran de marcha fuera de las lineas que conducen á las respectivas tesorerías, se conside» ran de contrabando, y por consiguiente se deco- misan: esto mismo se hace con- las barras y tejos —193— q'ué sé sorprenden fuera dé los caminos que se di- rijeri á la moneda de Potosí. PARRAFO Ví. M VISIOJT jflMJLMTJLU. POR consultar la defensa y seguridad del Es- íado se han establecido nueve distritos militares cada uno mandado por un Comandante Jeneral, con un mayor de Plaza, y sus respectivos ayudantes. Los comandantes jenerales residen ordinariamente en' las; capitales de lá Paz, Oruro, Co'chabámba, Trinidad, Santa-Cruz, Tarija, Potosí, Cobija y Su- cre. Hay ademas uno en la banda occidental del rio Páraguai. En tiempo de guerra sé altera su número, y aun sus atribuciones según lo exijen las circunstancias. Todo esto es demasiado irregular é imperfecto: los legisladores debían arreglar ya me- jor este objeto importante. LAS guardias nacionales no están sugetas á los comandantes jenerales, sino á los jefes civiles; y su distribución en la República, es conforme á las divisiones políticas de que he hablado en el pár- rafo 3.* Sin embargo, si lá nación se vé amaga- da de algún peligro, sirven de ausiliares del ejér- cito permanente, subordinadas á los comandantes jenerales, y demás jefes militares. 23PARRAFO 1>1VHSB01¥ HCJiESIASTICA. PARA el régimen eclesiástico se halla distrr- buido el territorio en cuatro Diósesis, á saber: la de la Plata erigida en sede episcopal por bula da^ da en Roma á 17 de Junio de 1552 y elevada a Metropolitana en 1611; la de la Paz ereada por bula de Paulo 5.° datada en 1605; la de Santa- Cruz instalada en la propia fecha que la anterior; y la de Cocbabamba recientemente decretada por el Congreso en 17 de Junio de 1-843, y confirmada por bula de Pió 9.° despachada á 25 de Junio de 1847. EL Arzobispado de la Plata sin contar la par- te ocupada por Jos bárbaros, abraza una área de 5195 leguas cuadradas, en las que habitan 569,846 almas repartidas en 127 parroquias, regidas cada una por un párroco. EL obispado de la Paz comprende 2237 leguas cuadradas, subdividas en 98 parroquias, doctrinadas por etros tantos curas que tienen su jurisdicción sobre 448,518 almas. EL de Santa-Cruz contiene una población de 112,578 almas, diseminadas en 18,423 leguas cua- dradas: cuenta 54 parroquias que son servidas por igual número de párrocos. LA Diósesis de Cochabamba está comprendida dentro de los límites de su mismo departamento; tiene 1216 leguas cuadradas de área, con 279,048 feligreses. En las cuatro hay tres clases de cu- ralos: de entrada, do promoción, y de término: los de entrada están regidos regularmente por un solo sacerdote; en los de promoción, lo mismo que en los de término, ó primera clase hay de uno á tres tenientes de cura.' CADA parroquia se halla contenida por lo je- neral dentro del territorio de un cantón; pero hay algunas aunque pocas, que no siguen este orden: y seria conveniente conformarlas, para evitar las muchas anomalías que son consiguientes á la va- riedad de límites. PARA la instrucción de la juventud que se dedica á la carrera eclesiástica se han fundado en todas las Diósesis, seminarios consiliares, en los que se enseña la teología dogmática, el derecho canó- nico, y la historia sagrada y eclesiástica, á mas de los estudios preparatorios que se cursan en .los demás Colejios de la República, asi mismo exis- ten convictorios, en los que aprenden los ordenan- dos la teología moral, el canto llano, y la liturgia. TODAS las demás particularidades consernien- tes á la división eclesiástica se notarán en el es- tado siguiente.— &Í€ÍO€| bI oíí ,koiklbq¡9ñ al •ni Bsdhl gfil ?q >;i v OOÍ -'ioJ «I. k BJ»8tS^^^Í^S^*?* KS £1 fifi ** *» SS ** ^# %ÉJ W W W ^# CUADRO IV. POBLACION DE LA REPÚBLICA. r»sé el EL número de personas que habitan en Boli- v¡a, se halla figurado en los estados jenerales. Pero comp eljos solps no bastan para dar idéas comple- tas del movimiento y densidad de ja población, ni de sus relaciones ni de su instrucción y moralidad, desenyolyeré estas circunstancias en los párrafos si- guientes.— PARRAFO I o De la poblapion, su aglomeración y densidad. LA población que el año de 1847, vivia su- geta á la Constitución y leyes de la República, alcaniaba á 1,373,896 mil almas; y las tribus in- v —197— fieles á 760,000 mil: la primera cifra se ha estrai- do de los padrones que oficialmente se formaron los años de 1845 y 1846; y la segunda solo se ha computado sobre los informes de los que habi- tan en las fronteras, y de las noticias de los mi- sioneros que han atrabesado las regiones, en que vagan Jos salvajes. Sube por consiguiente la po- blación total de Solivia i 2,133,896 mil almas; y como su érea territorial es de 53,218 leguas cua- dradas, corresponden 39 habitantes á cada legua cuadrada. Los países menos poblados de Europa, contienen mucho mayor número relativo de ha- bitantes que ,el nuestro; fenómeno, que no sorpren- derá á quien considere que el origen de Jas na- ciones del antiguo continente se pierde en la obs- curidad de los tiempos, mientras que Bohvia ape- nas comienza á presentarse en el gran teatro del mundo; asi es que no podemos sacar ningún fruto de compararla con ellas, bajo este aspecto. UNA parte de la población se halla repartida en 11 ciudades, 35 villas, y 282 lugares: otra ocupa en la campaña 2855 aldeas y 7823 alque- rías. De las tribus los que viven al Sur de los llanos, son Aduares que recorren inmensas distan- cias; pero los que están en la sierra, y al Norte de la República tienen pueblos fijos, escepto los Sirienós que viven como fieras. Los estados si- guientes representan esta distribución. 9 o i- » es Id X <=> • o «* - 3 CJ O ey ^acj f",fr> O cq j — 199— HAY pues una ciudad por 5292 leguas cua- dradas, una villa por 1520, un lugar por 1920, una aldea por 1800, y una alquería por 676. Fuera de estas existen muchos cortijos y casas es- parcidas en el campo, cuyo número, por ahora, es difícil señalar. Mjos 11 Ciudades, y 35 Ti- \'.\ " •■ •Tirriri no t ■>. ¡ Has, contienen la población siguiente: ClCDADES. Habitantes. VILLAS. Sucre.............19,235 Padilla........•.....I 221 La Paz..........42,8*9 Cochabamba.......30,396 Mizque...............875 Potosí.............16,711 Oruro................5687 Santa-Cruz...........6005 Talle Grande........2139 Tarija ..: ...........5129 Trinidad............3194 VILLAS HABITANTES. Yotala...............604 Yamparaez,..........573 Camargo............1518 Tomina...............936 Aroma...............28 i 6 Achacache...........3566 fnquisivi.............529 HABITANTES Cliulumani...........2156 Lanza.............-1531 Sagárnaga...........3245 Viacha..............1090 Esquivel............2347 Chuma................578 Tapacarí............1526 Arque................960 Independencia.......931 Pocona____............720 Tarata............11,438 Chayanla.............850 Pocoata...............868 Sacaca..............1072 Puna................1426 Tupiza............2215 Poopó..............1755 Garci Mendoza.........456 Corque................3I6 Toledo...............430 Gutiérrez.............364VILLAS. HABITANTES VILLAS. HABITANTES. San Ignacio........3577. Concepción.........1146, Apolobamba....... 2775. Salinas...............992. Exaltacio»..........2Í57. S. Pedro Atacama....557. SUMAN—........ Ú8V147. POR estos números* se vé que solo ur/1 tercio' de la pobtacion lo a bit a en ciudades y villas, y er resto' en la* Campaña. Sf la mayor aglomeración de habitantes en grandes poblaciones, pudiera servir de batómetro, para conocer la riqueza de una' nación, Bolivia por lo7 visto, tendría poco de que lisonjear- se; pero felizmente es lo contrario según mr juicio; porque una nación será tanto' mas venturosa, y ten- drá tanto mas asegurado su bienestar, cuánto hu- biere' en ella mas casas,- repartidas en toda su superficie, y rodeadas de campos cultivados" por los que habitan en ellas. En una nación poblada de este modo, y especialmente, si como Bbliva, [posee diversos climas y temperaturas, y multiplicados pro- ductos, análogos á la diversidad de dichas tempe-* raturas, no habrá porque temer esas horrorosas ca- tástrofes, tan frecuentes en las grandes' aglomera- ciones de hombres, en que perecen, de pura ham- bre y necesidad centenares de personas por año: efecto que' no se esperimenta jamas en los países poblados- deF modo' que he dicho. LA población se halla distribuida en lo inte- rior de nuestras ciudades principales de la manera que sigue: 201 — CIUDADES HABVTÁN CASAS I LOCA 19,23-5 IT-.71 l 42.^49 Cochabam. .. 30.39Ü S Crnz........ 6/105 6.687 i 13G.')Í2 1086 1040 2342 1919 0821 0323 031)4 i 9000 [ 18 16 29 21 07 17 16 115 EL número de locatarios en las ciudades prin¿. Cipales alcanza á 136,012 habitantes y el de las ca- sas á 9000; corresponden pues á cada una 16 lo- catarios, por término medio. Esta proporción es regular; y aunque el número respectivo de los de la Paz, Sucre y Cochahamha exeda al termino me- dio, es tan pequeña la diferencia que se hacen in- sencibl©s los efectos mo'eslos de la demasiada agV meracion. principalmente en las dos ciudades últi- mas, cuyas casas son espaciosas y desahogadas. Nues- tros hábitos sociales nos inclinan á vivir en fami- lias separadas; y bajo este supuesto están construi- das aquellas, pero por e'lo mismo debieron multiplicarse ya, paTa seguir el progreso de la pobla- ción y á fin de que no existan entre nosotros esos apiñamientos intolerables de locatarios, que se obser- va en muchas ciudades de la Europa. Son muí desiguales las proporcione» en que. la población se halla distribuida en el territorio. Esto defecto proviene en parte de la pésima división ter- 20—202— rilorial, según lo indiqué antes, y en p.irte de la naturaleza misma de las cosas. Examinémoslo,- y á fin de que los resultados sean mas positivos y determinados, no contemos con las tribus, ni con !os terrenos á que no ha alcanzado nuestro cultivo, ó en que no hemos establecido todavía nuestras es- tanoias de ganado. DEI'AK'I A M. AREA ENI POULA. • r.na'l.fl -of ta afa Litoral...... Potosí...---- Omro... Chuquisaca. • Cochabamba- La Taz...... líen i.......... Santa-Cruz., Tanja....... eg • 2670 1262 1 107 1397 1216 2237 0358 9065 1529 4520 243.260 95^324 156,011 270 048 412,867 48 40G 78',581 63,800 Ji A m,T AJM eg. cuad- 2.00 191.00 92.46 110.37 232-00 186.50 5,07 9.00 41 06 -- TOTALES. o. 29850. 1378.896 882.82 158,000 98 ¡ÍHÜ Términos medi 3,316 ■ yy.\'A .«rfr'o^fl •'» »l v aniso»"' :r-%> ■ f •• .¡iii..) EL térra i no medio estadístico (V) de la área circunscrita como la hemos considerado aquí, es 3.310; de la población absoluta 158.000; y el de la densidad 98, despreciando las pequeñas fraccio- nes qpe resultan en las tres partidas. Comparemos ahora los departamentos con estos términos medios, ci 'vfl] Conviene no confundir los términos medioi propor- ciónalos aritmético y-geométrico, con el estadístico que e« enteramente distinto. ft..i>.7f' K."n>Oq ü> para demostrar lo que he enunciado arriba. Los Departamentos del Beni y Santa-Cruz contienen el término medio de la área casi tres veces, pues el primero está respecto de él como 2.82 á uno: el se- gundo como 2.73, Después de ellos vienen los que tienen su superficie menor que el término medio: el Litoral es menor como uno a 1.23: Potosi como uno á 2.02: Oruro como uno a 2.99: Chuquisaca como uno á 2.43: Cochabamba como uno a 2.74: Tarija cemo uno á 2.10: y le Faz como uno á 1.48. Las exesivas dimensiones de los departamentos del Beni y Santa-Cruz han subido el término me- dio estadístico á un numero mui alto; de suerte que solo la superficie del departamento de la Taz se le aproxima un poco. CON respecto al término medio de la población se presenta un orden de cosas enteramente inverso al anterior: la población del Beni, cuya área según dije, es casi tres veces mayor que el término me- dio, es menor que el término medio de la pobla- ción, como uno á 3.32: Santa Cruz cuya superfi- cie es también vastísima, presenta igualmente una población inferior como uno á 2.01: Tarija como uno á 2.51 y el Litoral es cerca de treinta veces menor que dicho término medio. El de Oruro es menor en 5í-centésimos y el de Chuquisaca es casi igual. El de la Paz exede al término medio como 2.83 Á uno: el de Cochabamba como 1.78 á uno y el do Potosi como 1.72 á uno. COMPARANDO ahora las densidades de la po-blacion de los departamentos, encontramos que se hallan en la proporción siguiente. La densidad de la de Cochabamba supera al término medio como 3.36 á uno; la de la Paz como 2,00 á uno: la de Potosí como 1.9i á uno: la de Chu- quisaca como 1.12 á uno y la de Oruro se Je aproxima muchísimo. La densidad de la población Litoral es menor que el término rnedjo como uno a 4.9: la del Beni como ujio á 19.06: la de San- ta-Cruz como uno a 10.88; y la de Tarija como uno á 2.39. LA misma desigualdad se observa en la pe- riferia y población relativa de las provincias y can- tones; y como son sumamente tediosas las listas lar- gas por una parte, y por otra puede esta desigualdad conocerse fácilmente de lo que llevo enunciado, no presento aquí la que sobre el asunto habia formado. PODEMOS ahora examinar el lugar que oeupa Bolivia en la. escala de los estados hispano-america- nos, coetáneos. POBLA TA U\ ARUAS • leg cutí Mélico.. BrHStl....í Prov, Aij Perú, - • • • Bolivia. . Veneznc» Ecuador. Cen ímé Nue Gra. Chile- • • • Uruguay Pal eguai I 5S,33¿ 301,35¡> 101,381: 62 9150 53 218 42,()r0 38,881) 37,200 17.0.10 1 2 801; 8,001 8,000,000 5.000.00C 960,001 2,400.001 2,128 $96 900.00O 760,000 2,000.00! 34.000 i i,086 001 1,400,001 180.000 300,00b HA B1TAT :poc.v it y cuati 52 1843 16 1840 0 * 1846 38 1846 39 1847 21 1841 19 1840 53 i 1836 49 I 1841 82 1844 14 1844 éi i i 1S45 JPe los guarismos que anteceden, tt de€¡vcen los rténi: dos siguientes. POBLACION, Es menor f Méjico. .. .como 1 á 3,67 que la de < Biasü. . . .co.no 1 á 2.29 ¿ Perú.....como 1 á 1,09 LA POBLA- CION Boliviana. .. (Cen Amé. Nue Cira. ) Chilu. . .. Es mayor f lJro Arj. que la üe< Vcmeztie, ¿ Ecuador. IParng- - • Urug---- DENSIDAD. Es menor ' (''hile......, que la de \ C.Vn Amé,, f Méjico..... i Nue Graua' como como tDfho .como orno .como como como 17,(J2 1.09 1,29 1,55 2,27 2,42 2.87 7,27 á l é 1 • l á I á 1 ,.,como 1 a 2 .como 1 á 1,29 como I á 1,26 'como 1 á 1,19 SU 1 Arjen DENSIDAD 5 Es mayor Urugi v que la de i Brasil \ Vtitiél Ecuador.,,,.como ArjenOna,,,c»mo Uruguay,,,,com» . . ,,C(i|HO :nezucla,,como Pa nigua y,„ como ,,,.como l?. me H'.'tr la LA AREA de Bolivia. Perú. AREA- !¡oi; * \i ■■>■ ]).. . .cr.rno Oit s Méi c. . .. .r.o-i-.tO , AlJ''íí :.i;:3,,cóu»o J Perú..„,como 5,15 4,55 2,92 2,56 í,95 1,10 1.06 a 1 a 1.90 á 1,17 Pa ragua y„como Uruguay,.como Es mayor Chile.....como que la del 1 Nue Grancomo t Cen Amé„cnmn ■ Ecuador ,.comn Vcnczuel,,,coiiH< 6.65 4 1 4,15 á 1 3,17 k 1.66 á 1,43 á I.JW á 1.20—206— LA sencilla inspección de las tablas que prece- den basta para convencerse de que Bolivia perte- nece, entre los estados nuevos, s los de primer or- den, por que su estension territorial es vastísima y mayor que la área de 7 estados y solo inferior á la de 4: asi mismo su población es superior á la de 8, é inferior a la de 3; y aun su densidad ocupa el quinto lugar entre las once naciones con que la liemos comparado. Empero Bolivia, dicen, careciendo de un buen puerto permanecerá esta- cionaria perpetuamente. Si: permanecerá estaciona, ría mientras tengamos eselusivamente absorvida to- da nuestra atención por !a costa del grande océa- no; pero cambiará de suerte y progresará rápida- mente luego que, meditando con reflexión mas de- tenida y madura, sobre los intereses bien enten- didos de la Tatiia, volvamos la vista al naciente y naveguemos nuestros ríos, superando los obstá culos, no mili grandes, que presentan y entendién- donos con el Brasil y Buenos-Aires por medio de tratados y arreglos semejantes á los que en Eu- ropa se han celebrado, no ha mucho, para la na- vegación del Bin, ele. Ciertamente la falta de un buen puerto propio es un mal, pero que no care ce de ventajas. Esta falla debió ya inspirarnos el pensamiento de crear 6 ensanchar nuestra industria fabril y agraria, para dar mayor actividad y am- plitud al comercio interior que nos vale veinte ve- ces mas que el esterior: la misma falta de puer- to nos pone á cubierto (y este no es su menor he —207— neficio) contra las insultantes amenazas y reclama- ciones injustas de algunas potencias trasmarinas, evitándonos ademas los inmensos gastos que nos ocasionaría la conservación y defensa del puerto; Dispénseseme esta ligera digresión. ti' mi; l ~Üt>Z,*)I -;M. b r.-tht'>yjl.'> *u* 09 obaifoism til .üoq otnonioiooi y!; ¿b fjim /¡rír *' aou ríif ES indudable que desde «i año de 1825 en gue se fundó la República, ha aumentado su po- blación; poro por desgracia no es fácil determinar ..„.--.»t*j njr.rv f. J omoJ Of. nsiiup ¿lo/ te importante objeto, ■ -i ¡ aSm■■{■.: ■'i,' _____i__■ ■<■'■'-, (__ [I) Do 18 áv Setiembre de 1831. noisryt/ .et>ui.i:*-u«; to.';;t -*>/no c*i81 ob on,(¡ la— 203— \ , A . . . Departa- IPOBLAO.I Id. en (Aumento i Ii>. en i Pbopoh'c. memos. | ex 1^31 | 1840. Jen 15 añ |u\ año. |»EL aumu. Cocha bamba 226,727 27»,0'i8 52,321 348211 sobre 72 Atacama. 38»i 4520 684 75II P. €0 Sucre. 1!2,590 15ó,í)41 42,450 2850| 1 f] 65 Tarija. 3fi,215 63.800 27,6*5 1819 1 P. 30 Sta. Cruz. 43,77., 75,627 31,845 2123 1 P. 36 líen i. 41,228 48,406 71'8 1218 1 P. 39 Paz. 34», 14-2 412,867 64,725 4115 1 P. 90 Oruro. 85,10» 95,324 11,220 751 1 P. 120 Potosí. 192,155 243,863 51,106 3407 1 P. 6f 1,088,898-1,378,896 - 289,104- - 19,348 - Térm . 61 EL aumento de la población de la RepbbHca lia marchado en sus diferentes departamentos, con una progresión varia que dá de incremento por término medio, un individuo sobre 62. Tarija casi ha doblado su población en los quince años de qox? tratamos; en Santa-Cruz y Beni ha sido también grande el desarrollo; !o mismo qne en las provin- cias de Cinti y Tominn de Cftuqursaca, y de Poreo y Chayanla de Potosí Oruro es donde el aumento ha sido menos consideiable; lo que no debe de sor- prendernos, porque la fecundidad humana en lo» temperamentos fríos, es mny inferior á la que se observa en ios climas cálidos y templados. No puede en verdad, parangonarse la progresión de -nuestra población, con la dé tos Estados Unidos, ni la del Uruguay; pero es superior á Fa qne se nos supone jeneralmente en el estertor, como Ib verá quien se tome el trabajo de cono pararte. • VEAMOS si volvemos á hallar las mismas ci- fras examinando el movimiento de la población en el año de 1846, cuyos datos poseemos. Nacieron —209— en dicho año 62,243 personas, y fallecieron 43,75?, dando por aumento 18,486 almas. Si á este nú- mero se agregan los esfranjeres que han inmigrado á la República, (i) resultará el número del aumento igual, ó casi igual. CONSIDERANDO los nacimientos y defuncio- nes en particular doy cl estado siguiente, al que deberá agregarse el número de inmigrados en cada uno de los departamentos, para veriBcar la correc- ción de la diferencia que pueda notarse entre este y el anterior cálculo. Departa me ii tos. N'.;.(-!,l V ... ÍPropi! ¿* (con la pr |Wa< iomjj par'tamei tai,! . rloncl e.i lííi - ■ • . P'■■'■>: ordo ¡con la po-> bl ín i ai) de jl>ar.|aíiiei> i tal.' ■ Aumen t<> 011 1847: Proporción con la población de -partaml. Rucre. Paz. Rbtosí. Cochab. Oruro. Sa.Cnjz Tarija. Beni. Atacam. £855^1 é 23.62 14.44! I á ^2 'ÁA 12,958 I á 22 62 i3,«2&kj á If) 7S 3674 1 á ¿7.78 _ 3.92 I a 23 7* 2936 I | Ü.2Q 4(62 1 á 19.11 329 I á 15.71 4«ft lo í; 5 6126 97 15 i 059 - .Híjsíí" m 2 "2288 224 I 1?9 : 5 I 6 ^0,07 I á 39 13 i á 5(5.58 I á 44.19 1 á 32.11 I í : 9 79 J n 40.72 I d 40.17 2202 426 3J 02 3Í72 7o 4: i5¡2; 1-39 III5 75 I por 55 I por 90 í por 61 I por 72 I po liO 1 por 39 I por 30 I por 39 I ñor l'ft 57- 18,4*6—1 por 62 ■ 1 ■ ■) \ I __LLs--:---.. , ■ * ' ' (1) Por las noticias comunicadas á la oficPn* de la Estadística, se sabe que en 1846 había 16,346 inmi- grados en los departamentos de la República procedentes de Europa y de los Estados del Continente. •¿7—210— ÍTÜ. número que señala, en ¡a tabla anterior, el alimento de |a población, concuerda casi exacta- mente con el cálculo que formé mas arriba; pero como la lista de nacidos que me sirve, está es- jactada de los libros parroquiales, en que se omi- ten por descuido muchas partidas, según lo com- prueban hechos diarios, podrá afirmarse sin recelo, que el incremento de la población, el año de 18*6, ha sido de 19,000 almas, sobre el 1,373,896 de la total poblaciou. EN el censo jeneral de que me sirvo, figu- ran 562,967 niños, es decir, personas que tienen menos de 14 años. Este número con respecto al total de habitantes de la República, forma cerca de un tercio; es crecido, y por. consiguiente prueva que la población boliviana es progresiva. Para comprovarlo he formado por departamentos el estado siguiente, en que se espresan sus relaciones. departamen- tos. Niftos y niñas, Niños respecto de la! respee población, j todelas ! nifi unas. Sucre: Paz. Potosí. Cochabamba Oruro. Santa-Cruz. T«rija. Beni. Ata cama. Como Como Como ; Come i Como (lomo Como Como Como Térro, medio.— á 3 15 á 2.30 á 2.52 á 2.49 á 2.45 á 2.40 á 2.39 á 2.34 á 2.54 á 2o0~ Niños respecto de la po blacion. á 1J08 ¡TTo^tíf á i.40 ¡1 á 5.13 á 1.06 ¡1 á 5.04 á 109 i á 5 03 á 112 t á 5.2 i á 1.14 1:1 á 5 14 á 1.05|l á 4.05 á 1.04 ¡1 á 4.70 á 1.02 11 á 5.02: Niñas res- pecto He ta población. l a O 07 i á 4.60 1 á 4.62 1 á 4 60 1 á 4.63 1 i 4.50 t i 4.65 i 4 «.M> 1 á 5.14- —211 ANALICEMOS ahora la población bajo las re- laciones de los sexos. Existían en la República el año de 1846, 682,149 varones, y 701.747 hem.-»i bras; exedian pues estas á aquellos con 19,598. es decir, que los varones estaban respecto de las hembras como 1 á 19.11: respecto de la pob ación como 1 á 10. i4 y las mujeres respecto de esta mis- ma como 1 á 10.73. ESTAS relaciones no son iguales en todos los departamentos según aparece del estado siguiente— JJepai lamen tos. Proporción del sexo mascul no, con el fe** menino. Sucre. Paz. Potosí. Cochabamba Oruro. Santa^Cruz. Ta rija. Keni. Atacama. Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 Como 1 á 1 á 1 á 1 á 1 á 1 á 1 á1 08 14 18 15 07 14 15 á 1.05! á 1.10 Pmpotcien dei sexo masculi- no con toda la 'población de-» partamental. IComoT á 2708 Como 1 á 2.16 ¡Como 1 á 2.60 Como 1 á 2.67 iComo 1 á 3.47 'Como 1 á 3.67 ¡Como 1 á 3.71 ¡Como 1 á 3.60 ¡Como 1 á 2.13 Proporc. del sexo femenino con toda la Pn.DI. 1 á 4.92 1 á2.94 1 á 1.92 1 á 3.19 1 á 3.24 1 á 3.20 4 * 3.2l I á3.l9 1 á Z.U SE conoce por estos guarismos que hay mas mujeres que hombres en todcs los departamentos, foera del Litoral: efete hecho escepcional se esplí- ca fácilmente reflexionando que el aumento de población en Cobija no se debe tanto á su moya-, miento, cuanto á las inmigraciones, las cuales je- neralmente solo son de varones.— ?12— DEL 1,373,896 almas que hay en la Repú- blica, eran niños 562,967 y 782,926 adultos, esto es, personas que podian casarse. Celebráronse en 18V6, 12,005 matrimonios, cuya relación con la parte nubible era como 1 a 60.19; y con la po- blación en jeneral, como 1 á 61.12. Varia esta pro- porción en los departamentos, refiriéndola al númeio total de sus habitantes. EN el Beni hay un matrimonio por 10,2.10 individuos; en Oruro, uno por 123.47; en la Paz, uno por 129.54; en Cochabamba, «no por 137.65;" en Santa-Cruz, uno por 15I.C8; en Potosí, uno por 146,23; en Ta rija, uno por 155.81; en el Litoral, upo por 147.18; y en Chuquisaca, uno por 183.34. NO dejaré de expresar aqui, qt:e el número de matrimonios efectuados en !a c;.¡:¡pañu, exede res- pectivamente á los qua se coitruen en las capi- tales de departamento: El lujo aumenta diariamen- te en las capitales; y 'os medios de sostenerlo, dis- minuyen : he aqui porque es mayor proporcional- inenle el numero de matrimonios en el campo, que en las ciudades. DIJE arriba que en 1S46 habían nacido 62,443 personas, de las cuales fueron 32,V85 varones y 30,154 hembras. El . exedenle de estas sobre aquellos, que es de 2331, dá la proporción de 1.10 á uno; la que varia un poco en los departa- mentos, como se observa en el estado que sigue—r ¿Chuquisaca. Paz. Potosí. Cochabamba Üruro. .Santa-Cruz. T» rija. Beni. Litoral. —213 — ---■ ■— - ^ Nacidas res- pecto de la población. Departamén- Nacidos res '.Nacidos res- tos, pecto de lasjpecto de la nacidas. lpoblacion. 1.02 á unafí 1.1.1 á una 1 1.12 ¡i una(1 1.05 á una 1 1.07 á una¡ uno p 1.08 uno p 1.03 uno p 1.02 uno p 1.02 por por por por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por *í.62¡1 4 8.70 1 37.72jl 1 38.40 53.67 45.60 43.21 45:16.1 31.64Í1 por 45.8» por 49.50 por 39.42 por 40.76 por 57.60 por 49.70 por 41.72 por 40.Si por 31.14 POR lo que he espuesto se advierte que en Bolivia hay mas mujeres qua hombres, este es un hecho enteramente contrario á lo que sucede en ¡Europa, cuyos estadistas (2) aseguran que nacen allí mas varones que hembras; aunque se encuen- tran en la edad adulta ó madura mas mujeres'que .varones. NO obstante que en la República hay mas hembras que varones, en los departamentos de Chuquisaca, Cochabamba y Oruro han nacido, en el año de que hablo mas varones que hembras. Este hecho será constante? He aqui una cuestión que por falla de dalos no podemos examinar al presente. PASEMOS a investigar el número y resultados de las defunciones: En 1846 fallecieron 43,957 .personas, de las que fueron niños 12,831, niñas A1,565; adultos 8265 y adultas 8234. Resulta que la proporción de los fallecidos con la población jene- ral es de 1 por 33.49, cuyo detall por departa* os u> ?? *?t'~ jeuaá »co ~<0 -eo *-~ no " " 3. ^ ,fl os o — TI OS .o lí» CH Cl - _ _ „ ^ -re -« -eo ^ro -co -co v¿g cr. ■*-© — -*-«©•-,-» c; íf> ^' eo j* (¿ © ~- ^ '"i oo r ■ * oí íl; os wi f- C-l T« —--- *3 «c - ~l -rz «40 «re 'Cd OOOSao-"Te53o©-a!í ••«6 -eo «-O *S VW *W -rt -í5 co sr; K« - ss — «* t-^ e5 éo si cá iñ ~ r: rN cn — — <© -^r-í*r«®aeos«-'Os»~- ío~»-»Sis«-i — »~. Oscioitfcíb-^cHOSQ ■» -1» -S ^ -ffl .r; .ffl .rt ^ -* ^ —1 -=-< ^ • co # •o -o n m 6 3 í 5 » A.2, . « * ~ _ ■»» •—■— , « ' e': B» ? o j¿ „ S -j LOS guarismos que preceden manifiestan que la mortalidad en Bolivia es mucho menos que la que se observaba á principios de este siglo, en la mayor parte de las naciones de Europa: en España moría 1 por 29; en Suiza \ por 28; en Po'onia 1 por 29 y sucedía casi lo mismo en los Estados pontificios; pero es mayor que la que se advierte en Francia, donde muere t por 35; en Inglaterra 1 por 3í y en los Países bajos 1 por 36. Sin duda que la mortalidad ha disminuido en los paises últimos, por el mayor arreglo de los hos- pitales, y mejora de los métodos curativos y ré- gimen. EXAMINEMOS si la mortalidad es mayor en los temperamentos frios, llamados punas, ó mas bien en los .cálidos: para el efecto presentaré una tabla de igual número de cantones de puna, valle y yunga, con la respectiva proporción de sus defun- ciones. Me ha inspirado esta cuestión el ver que algunas provincias de puna, presentan menor mor- talidad relativamente á las otras. CANTONES DE Pciu. D«f unciones. CANTONES DE Valle. Defunciones. CANTONES DE "YU^IGA. Defunciones. Chayanta 4 Chaqui 4 Sicasica I Achacachi 1 Caquiariri 4 Ulloma 1 Popoó % Corqne 4 Ayoayo . 1 é Tiaguanac1 á Térm. medio. 45 50 58 35 64.15 48.48 38.46 00.44 33. 48. 59. San Pedro 1 Poroma Yotala Cinti Camatiq. Quillacoll Ta ra ta Palca Punata Capinota iTrupana 4 Chulum 4 59.30- á 38. á 18. á 31. Coroíco 1 á 59.49! Cor i pata t á 59 40 Mojotor 4 á 59. Trinidad 1 á 45. St. Con. 1 k 15. Concepc 1 a á 46.19 S Ignac. 1 á a 48.25 Chirca 4 á ~ 48 96 - 34. 44.39 Íl 34 21' 42. 50¿ 24- 18. 2Í». 49.95 29.88—216— EL término medio de la I.* columna es ma- yor que el de Id 2.a, y este que el de la 3." No puede dudarse que la mortalidad es menor en Jas punas: este hecho que se halla comprovado por el método estadístico, fue anunciado ya por algunos observadores: la esperiencia habia demos- trado que la vida del hombre en la puna, peli- graba muchísimo, durante los tres ó cuatro años primeros de su existencia; y que lupgo quedaba asegurada quizá hasía los 70; de modo que podia apostarse que de 12 niños que naciesen, morirían 5 antes de los cuatro años de su edad; que ios 7 restantes llegarían á los 70, y uno ú lo menos to* caria á los ciento. ni 10/s-ít >:» D»b;íeíipm r,1 j». dOU5f.W..',73 DESPUES de lo espuesto puede en suma es- tablecerse el movimiento anual de la población de Bolivia de la manera siguiente— -rfutDu ¿.a», m ndh'ioqmq • ^.; a\ ,v,t¿(¡u{ r oop "»afv lo floi!-:Lu'i ••;,»•.i,-..>m kí! «ilí • esnoiá Pob'acion en 1S4G............4,373,896. Matrimonios en un año........0012,005. Nacimientos ........,..........0062,439. Defunciones....................00*3,757. Aumentoannalsin inmigraciones. .0018,082. .iC k t 6l s j» . ¡Jim 'i j,íií^> a tan estúpidos como los mineros de Cornualles y bajos bretones; siendo ademas constante que del corto número de indios que la casua idad ha con- ducido á la profecion de las letras, no pocos se han distinguido: el mas elocuente y profundo abo- gado que ha habido en Charcas, y con quien dos honramos los bolivianos, era indio (2j. No se dis- tinguen pues de la raza caucasiana estos hombres de la naturaleza, sino en pequeneces: tienen los ojos mas orviculares y por lo común menos gran- des y chico el pié con empeine alto. Por !o cual juzgo que asi como la familia Indastana es repu-*- Láda por una variedad de la raza Caucaciana, apesar de su color y cabezas angostas, rostros obe- lados, cabello oscuro y terso, cuerpos pequeños y delgados, del mismo modo nuestros indios quichuas Y ¿¡maraes son otra variedad de la misma raza. "Util TíT £¡7 ÍUiT3l«.ifO i<( ÍÍJ'-JJ .1 ¿ ( v, ( i*o UC :>T«>f apesar de su ojo orvicular y pie chico, LA familia Guaraní tiene cabeza grande, lávios túmidos, pómulos, algo elevados, nariz chica y gruesa, pero no apastada, como los Etiopes, el color casi blanco, siendo muchísimos de ellos tan rubios como los que nacen en el norte de la Eu- ropa; sus ojas son grandes, voluptuosos, vivos y llenos de fuego: son robustos, é inteligentes; apren- den fácilmente cuanto se. les enseña;, y á los seis Ineses de vivir en las ciudades, hablan muy bien el idioma nacional, y ejercen las artes á que se aplican, sin distinguirse de nuestros mestizos, sino por su nariz y ojos: llaman á los blancos parientes: -Ya contemplo que realmente lo son. . . Los Guara y os y Si riónos son claramente de- w—i-----1—mm—i---rm (2j El Señar Dr. D. Alejandro Pinto.—222— cendientes de las partidas de españoles que se en- marañaron en los bosques, desertando unos de sus jefes, y buscando otros los soñados reinos del Pa¡- titl y Gran Mojo: son trigueños algunos, b'ancos muchos de ellos, barbudos y de color rubio; pre- sentan sin embargo algunos rasgos característicos de sus ascendientes maternos. Los Guarayos son hospitalarios y bondadosos; pero feroces los Sirióoos. DEL 4,373,896 personas que existían en la República el año de 4 846 eran procedentes de la raaa blanca 659,398 y de la aborígena 701,558; estaban pues estos respecto de aquellos en la pro- porción de 1.05 á 1. Esta proporción varía mu- cho en los departamentos: en el Beni había 46,859 aborígenas y 1245 blancos, cuya proporción era de 37 á 4. En Oruro existían 86,943 aboríge- nas y 8129 blancos; la proporción era de un blan- co por 10 aborígenas. En la Paz se contaban 295, •442 aborígenas y 90,662 blancos, de que resulta que había un blanco por 4 aborígenas. En Ata- cama eran 3298 aborígenas, y los blancos 1222 que dan por un blanco 2| aborígenas. Potosí tenia 164,609 aborígenas y 83,296 blancos: proporción 1$ blancos por 4 aborígena. Abora se presenta un orden inverso: en Chuquisaca existían 147,503 blancos y 34, 287 aborígenas que dan la relación de un aborígena por 3 blancos. En Santa-Cruz los blancos eran 42,284 y los aborígenas 26,373: relación de un aboríge- na por 2 blancos. En Cochabaroba eran 231,188 blancos y 43,747 aborígenas: relación de 5 blan- —223— eos por 1 aborígena, En Tarija eran tos blancos 53,666 y los aborígenas 9108 que dan la propor» cion de un aborígena por 21 blancos. LOS que tienen conocimiento del grande nú- mero de Españoles que ha venido á nuestro tetri- torio en busca de las riquezas de Porco, Potosí, Ora- re» Lipee, Choquecamata, Típnani etc. tío dejarán de sorprenderse, al ver el poco progreso que la casta blanca ha hecho en Bolivia; pero este fenó- meno social se esplica fácilmente por el celibato de k>s clérigos y monjas, que desde los primeros días de la conquista se instalaron en nuestro sue- lo: demostrémoslo. Y para que no parescan abul- tados mis cómputos, contemos del tiempo solamen- te, los 250 años que siguieron á la paciñeacion de la conquista. ¿Cuantas personas ligadas por el vo- to solemne de castidad han existido en el territo- rio de la República durante una jeneracion? Esto no es difícil de aberiguar. Ha habido en la Re- pública en el tiempo de que hablo 358 parroquias servidas por otros tantos curas............358 Ademas un numero á lo menos cuadruplo de sacerdotes sueltos que en las parro- quias sirven por temporadas, de cuares- meros, ayudantes, cuadjutores, capaila* 1432 nes etc. etc. En la República existían antes de la suprecion, 40 convento* que dando á cada uno solo 8 relijiosos entre sacerdotes y legos profesos, suman......0320-224- En los tres coros de canónigos inrifóos sus capellanes, sacristanes y etc.............OiOO ' • • ñ !>';)ar,v» :.*«<> oJnsimioóaoo as-n&'j '-^SBCO Existían pues aun misino tiempo 2210 hombre» ligados con voto perpetuo de castidad; pero en- contrándose entre e>Lqs£ ajguoos aborígenas, ana que bien poco?, descontemos . por ellos upa.,treinte- na, y quedará, asi reducido el número á 1138 cé- Jibes, .hombree de la casta blanca. . , m Isfgoi onom *"?f¡L cálculo de las monjas tampoco ofrece ma- chas dificultades. Las Terezas tienen un número lijo de monjas, esto es, 21. En los demás monas- terios es- indefinido éste número que pocas veces bajaba de 70 en cada'uno de ellos, y machísimas veces pasaba de 100: vivían y morían ademas eir los monasterios muchas seg'aras y machísimas demandaderas da casta blanca y no pocas* beatas. Conforme á estos datos señaló la siguiente suma— esiupoYifiq *ídf o!di»rí 3! ij oh oqmsoi h a» GQtUiuq En los cuatro monasterios del Qanmeo........ 084 En las consevidas de la Paz.............^m ün Santa Clara de Cochabamba monjas ricas....100 En Santa Clara de Chuqu.vsaca..................080 En Santa Momea de id.....................09¿ En SanlaiMoéfci"de Potosí'.'.'. ...... . 0 Por beata*jUg»das con voto simple, segláras y"' demand^as de todos ios monasterios.:..':.....loo •Sf.itlí* 30¿Cqt:s l * Olo« O&U - . • | •>?■•■ C£60.....awuu $gg/ —225— NADA tenemos que rebajar de éste número, porque las indias en Bolivia jamas se han metido á monjas, á lo menos que yo sepa. Las sumas que presento, no podrán ser notas de exajerada por ninguno que las considere con imparcialidad, sino mas bien de diminutas y bajas. Supuesta esta in- tachable verdad, veamos ahora el perjuicio que ha causado á la población y casta blanca este número de célibes. Un hombre que se casa podrá tener dos hijos á lo menos. AÑUS. PROLE. Estos 2 podrán teñera los 25, % lujos, á 2 cada uno.......4 Estos 4 á los 25.......25, 8 á 2 cada uno.........8 Estos 8 á los ........25, 16 á id................16 Estos 16 á los .......25, 32 á id................32 Los 32 á los .........2¡5, 74 á id................74 Los 74 á los........25, 128 á id............128 Los 128 á los.........25, tendrá á id...........256 Los 256 á los.......25, tendrá á id............512 Los 512 á los.......25, tendrán á id.........1024 Los 1024 á los.......25, tendrán..............2048 Suman... .250 años ...... .'.hijos....4095 SE ve pues que en doscientos cincuenta años^ puede ser un individuo padre de 4095 personas. En esta computación nada hay exajerado, porque, aunque es verdad, que en algunos matrimonios no habría procreación, en otros (y esto es lo común) nacerían y vivirían mas de los dos hijos que su- pongo. Aplicando ahora el cálculo á nuestro caso,—226— resulta que los 2736 célibes que han existido en nna jeneracion, lian causado en la población blan- ca una rebaja de 2,428,128, es decir, han impe- dido que la raza blanca hubiese subido á la suma de 2,560,000 almas á lo menos, en los 250 años, y formado un número séptuplo respecto de la raza aborígena. Este fué el motiva poderoso y verda- dero que tuvo el Congreso constituyente, reunido el" año de 182G, para ordenar que no se promue- va al presbiterado, sino el número estrictamente necesario al servicio de las Iglesias, y que se cier- pen los noviciados de las casa¿> religiosas, que im- prudentemente ha mandado abrir una de las an» teriores legislaturas: parece que estamos destinados á no preveer nada, y á contentarnos solo con obe- decer á las exijencias momentáneas, por neeias y perjudiciales que ellas sean. EN la familia blanca se numeraban 318,656 varones y 340,742 hembras; y en la aborígena 349,869 varones y 342,974 hembras: estaban los varones respecto de las mujeres en Ta proporción de 1 á 1.22 en la raza blanca, y de 1 á 1.003 en la raza aborígena. Los niños blancos eran 141, 147, las niñas 140,951: los .ñiños aborígenas 136, 527 y las niñas 136,547. Estos números dan las re'aciones siguientes: En la raza blanca los va- rones están respecto délas mujeres como 1 á 1.07; y en la aborígena como 1 á 108. Estas propor- ciones manifiestan mas claramente lo que llevo di- cho, á saber, que en Solivia nacen y hay mas- —227— hembras que varones. Las niñas y niños blancos se hallan con respecto á la población blanca en la proporción de 1 á 2.007, y los niños respecto á las niñas, como 1 á 1.001 y los niños aborígenas con relación á la población aborígena, están como 4 á 3.078; y respecto á sus niñas, como 1 á 1.001. La proporción de los niños de uno y otro sexo de la raza blanca es algo mayor que la de los niños aborígenas; lo que prueba que la raza blanca se multiplica mas que la otra. HE abrazado en este párrafo, Lajo la deno- minación de aborígenas, a lodos los habitantes que encontraron los Españoles, cuando arribaron á es- tas regiones; pero es cierto que corresponden á lo menos, á seis familias principares distintamente caracterizadas, entre las cuales no dominan siempre muy buena relación. Los quichuas y aimaraes, cuya cifra es casi igual, son los mas numerosos. Siguen luego por su orden, los Guaranís, Mojos, Chiquitos y Yuracares. Entre quichuas y aimaraes no existen en verdad grandes antipatías; pero siern- re hay algunas esclusiones. Los individuos de es- tas dos razas consideran con horror á las otras cuatro; las cuales en retribución los miran con el último desprecio; por esto se molestan y aun in- dignan de que los asemejen á los indios y cuen- ten entre ellos: se juzgan corresponder á los blan- cos, á quienes llaman parientes, y algunos (los Yu- racares) tienen pretensiones de superioridad: dicen que los Yuracares son los únicos hombres, siendolos demás piojos de hombres, ó hombres-piojos. No carece de discu'pa esla orgullosa vanidad: son los Yurpcares (3) de bellas proporciones, muy bien conformados y poseen un entendimiento activo, pres- picaz y despejado. Digán'o ios misioneros, aquic- nes han dado, tratándose de la verdad de nuestra religión, contestaciones y objetado argumentos tales que no los inventan peores, ni mus sutiles nuestros impíos ilustrados. NO me detengo en presentar las relaciones de los morenos con ta población, porque su número es insignificante; c.isi sucede otro tanto con sus descendientes mezclados que llegan á 27,941, en- tre los que solo existen 1391 esclavos, que ape- nas se dejan advertir en medio de las masas; pero no dejare de advertir que la mezcla de la aborí- gena con el negro produce al sam/jo: raza valien- te, atrevida, intelectual y aptísima para la música, por la delicada sensivilidad del eido; pero jeneral- mente reputada de pérfida. La mezcla de blanco con la negra da el mu/al >, que solo se distingue de aquel por algunos accidentes de su rostro, sién- dole en lo demás, muy semejante, es decir, en el (3) Esta voz que es quichua; está mal escrita y muí pronunciada: debe decirse Yuraccari hombre blanco ¿no será esta raza, á lo menos de parto de varones, original- mente européa, arrastrada per algin accidente á las hermosas y amenas vegas que hoy habila donde se hubiese barbariza- do con el aislamiento, y que de esta circunstancia se derive la presunción de supc.ioridad? - 229— color, en la actividad y ostensión intelectual, mo- ral y física. Los hijos de blanco é india son eñ todo idénticos á su padre; sin embargo, suelen ser á veces un poco trigueños y mostrar algunos rasgos lijeros característicos de su madre, A estos debe Bolivia su independencia política. PARRAFO IV. De la diversidad de las personas, por la diferiencia de su estado civil y condiciones soc ales. SEGUN el estado civil de las personas lene, mos las diferiencias y proporciones que se mani- fiestan en el cuadro siguiente: Varones. hembras —:—-=—:--'isa Totales. Casados. 222,123 222,123 445,246. Célibes. 097,680 106,497 204,183. Viudos. 021,014 027,736 048,7a3. RESULTA de este estado que los casados cons- tituyen casi cerca de \ de la población; que los Célibes- forman 1 y los viudos como í_. El número de los hombres no casados es mayor que el de las mujeres; y al contrario el de las viudas exede al número de viudos en 6792. Este fenómeno es casi jeneral en el mundo: el año de 1803 los casados compo- nían en España solo * de la población; los celi-—230— bes .} y los viudos estaban respecto de las viudas como tú 1.840. LOS méndigos eran (489. El número de locos no es grande en Bolivia: el año de 1840 solo se con- taban 222 sujetos ¿í tutela, de ellos 1 10 eran hom- bres y 100 mujeres. Es mayor la cifra de los estro- peados, que en dicho año llegaban ya 1574; y sin la menor duda s<3 han aumentado considerablemente en estos dos años últimos, con las malditas revueltas, en que andan nuestros negocios políticos: pasemos adelante. EN el censo jeneral (pie poseo, se encuentran las noticias siguientes, sobre la clasificación social de Bciivia, sin inclusión de la clase militar, cuyo detal se dará en otro lugar. CLASES. NUMERO. Empleados con sueldo. Empleados sin sueldo Cleio secular y regu'ar Adscritos al culto. Abogados. Medie. Botic. y Bacun. Propietarios. Labradores. Mineros. Artesanos. Comerciantes. Jornaleros. Criados. 1390 1104 1517 1784 04 49 000,142 190,000 101,415 000,2 48 009,914 003,310 049,302 013,243 PROPORCION. 1 feur 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 por 1 per 1 por 0.971 0.9,;0 0.9 40 0.912 3.058 2.819 0.009 0.01 1 0.121 1.813 0.416 0.090 0.030 BASTA pasar la vista por este estado, para —231— conocer la mala organización social de nuestra pa- tria. La población agrícola, gracias á los aboríge- nas, es bastante numerosa; pero escasísima la in- dustrial, comparado con aquella: lo que debe sen- tirse porque siendo ¡a industria manufacturera la que centuplica el va'or de los frutos agrarios; y habiendo entre nosotros poquísimas personas con- sagradas á estos medios de aumentar la riqueza, viviremos condenados á solo ser cultivadores siem- pre pobres y miserables. Contraigamonos á examinar con a'guna particularidad las principales condicio- nes sociales de la República. NUESTRO clero no es numeroso; apenas cons* tituye hoy una tercera parte del que fué á media- dos del siglo 18 y una mitad del numero en que se hallaba i\ principios del presente siglo. Es siete veces menor prcporcionalmente, que el clero que España tenia en 1830- Seis veces menor que el de Italia, tres veces menor que el de Francia; y casi igual al de los Países bajos, y al del Imperio de Austria donde se cuenta uno ror 050 habitantes. También son moderadas las rentas que el clero percive en la actualidad: la gerarquía superior es" pagada con renta fija por el erario nacional; y los párrocos reciben de sus feligreses una compensa- ción tazada por la ley en su respectivo arancel. En tiempos anteriores fué muy rico nuestro clero he aquí sus rentas: en el año de 1790 según las he podido estractar de los papeles pertenecientes á las diputaciones provinciales del tiempo de las Cortes—232— Españolas de 1822. Bamos de ingresos. Pesos fuertes. Por el diezmo, deducidos los novenos reales. :2l 0,000 Por las primicias.......................... 46,000 Por los manuales de los Canónigos......... 62,000 Por los sínodos real y predial...............123,000 Por las obenciones de 60 parroquias de 1.a clase á 3000 pesos....................180,000 Por los de 80 parroquias de 2.» clase á 2500 pesos......................... 200,000 Por las de 150 parroquias de 3." clase á 1000 pesos .............................150,000 Por 230 capillas fundadas sobre censos, juros, y propiedades rústicas y urbanas a 4000 pesos de principal y renta de 240 pesos anuales.................... Por cofradía, hermandades, obras pías, no- venarios etc.............................80,000 Por los estipendios de misas, sermones, responsos etc............................150,000 ESTA renta era igual á las 3 de la que 4 recibía el rey, en las mismas provincias, como se ve de la demostración ejecutada por las referidas diputaciones. La provincia de Potosí daba..............1,220,200 La Paz....................................351,300 —233— La Plata.*. .*...........................,210,430 Cochabamba, con Mojos y Chiquitos.*.......72,600 lienta real en su totalidad................1,255,760 lienta eclesiástica.......................1,259,000 Diferencia á favor de la renta real........16,670 MAS habiendo quebrado el año 1804 los in- gresos del tesoro de Potosí en la mitad, porque faltando azogue á causa de la guerra con Inglaterra, dejaron de labrarse sus minas; las rentas eclesiásticas excedieron ya á las del Monarca con 6021,120, hasta que comenzada la guerra de la independencia, las aumentaron los jefes españoles á 3,000,000 con enor- mes impuestos que aniquilaron la fortuna de los" particulares. LAS grandes rentas eclesiásticas han bajado mucho, después que se doló al clero alto con sueldo fijo del erario nacional, y disminuyéndose los derechos parroquiales del arancel, se aplicó el producto de las obras pías al ramo de Beneficen- cia é Instrucción pública, y se entregaron al co- mercio libre los bienes vinculados de toda clase. De aquí se vé cuan mal hacen los que hoy aco- modan á nuestro clero actual las invectivas y sar- casmos escritos en otro tiempo,, contra el antiguo cleio Francés, Español &a. LA población agrícola se compone de cual ro- ciases de cultivadores: i.' los hacendados, 2.» los co- muneros: 3.a fos arrendadores, y 4.» los arrendé- So- 234 — ros ó arrendadores menores. Los hacendados ha- cén cullivar sus campos con labradores ;ijo la inmediata inspección del —243 — párroco, costeándose los gastos de ella, en la con- formidad siguiente: una mitad del dinero señalado para la fábrica de las Iglesias; una cuarta parte de los derechos episcopales por cuartas, y otra cuarta parte de los fondos del ramo de beneficencia. De este modo se proporcionarían en cada parroquia 240 ó 250 pesos que bastarían para pagar aun me- diano maestro: lo que importa mucho en esta ma- teria, es castigar con una lijera multa, como se hace en toda la Alemania, á los padres, ó amos que no envien sus hijos ó criados á las escuelas, siempre que no los enseñen é instruyan ellos, en sus respectivas casas. L.\ proporción en que se hallan los estable- cimientos de enseñanza (2) con la población y la de los dicípulos concurrentes á las escuelas, con los que no van á ellas, no es igual en los departa- mentos. La Paz con una población de 412867 almas, posee 51 establecimientos, esto es, uno sobre 8033 habitantes. Oruro con 93,324 almas, tienen 24 establecimientos, uno sobre 8 40. Cochabamba tiene 74 establecimientos para 279,048 habitantes: uno so- bre 3339. CWuquisaca posee 38 establecimientos para 153,041 almas, que se reducen á uno por 3106 almas. Potosí con 243,253 almas, tiene 52 establecimien- tos, uno para cada 4051. Tarija posee 19 estableci- mientos para 63,963 a!mas; uno sobre 3305. Santa- Cruz 91 establecimientos para 75,627 almas, uñoso- [2] Artística y literaria.—SU- bre 838. Atacaraa 4 establecimientos para 4520; uno sobre \ 635: el Deni 44 establecimientos para 48;iü0 habitantes; uno sobro 1000. LOS alumnos que frecuentan Ia9 escuelas es- tán respecto de los que no lo hacen hallándose en edad oportuna, en la proporción que representa el estado siguiente, Departamentos. i Educandos Niños educa bles. Proporción Paz. 11I 1 1 196,077 1 por 68. Oruro. 0M5 010 930 1 por 42. Cocha bamba. 2 Í.17 07 í, 136 1 por 30. ChuqHÍsaca. 1235 ' 023,í5 7 1 por 17. Potosí. | 1 Bkñ 30,052 1 por 17. Ta rija. 0370 28,762 por 75. Santa-Cruz. 1875 -22,829 por 43. Atacama. jj 0071 01396 i poi- 17. Beni. * 1768 8223 poi- 03. LA enseñanza está bajo la inspección directora de los jefes do las respectivas universidades pre- sididos por el Ministro de Instrucción Pública como superintendente de estudios y órgano del Gobier- no. El distrito universitario de Chuquisaca abraza su departamento y los de Potosí, Tarija y Atacama- el de la Paz los departamentos de Oruro y la Paz, y el de Cochabamba este departamento y los de Santa-Cruz y el Beni. En las escuelas aprenden los niños á leer, escribir, contar, el catecismo de la doctrina cristiana y los rudimentos del idioma nacional; en les Colegios de ciencias se enseñan, —245— 1as gramáticas española, latina, francesa é inglesa ó Alemana, las matemáticas, física, elementos de bis» horia natural, geografía, historia universal, litera- tura, filosofía intelectual y moral, y los fundamentos de la religión. Los cursos se concluyen en 6 años, siendo otras tantas las clases, en que están distribui- dos los estudios de estas ciencias. En las univer- sidades solo se dan lecciones de las ciencias proíe- cionales, quiero decir, de la jurisprudencia y medi- cina, porque de las matemáticas sublimes y lite- ratura profunda que igualmente deben onseñarse en ellas, aun no se han formado profesiones, asi como deberá practicarse también con la facultad de di- rijir la esplotacion de las minas, para evitar su rui- na y la de los dueños y con la de beneficiar los »etales, ósea metalurgia. SE dice vulgarmente que es exesive el nú- mero de los jóvenes que frecuentan las universi- dades: esta censura se dirija especialmente contra ios Lejislas; pues los que se dedican á la medici- na son, por cierto, poquísimos: examinémosla, para conocer si es fundada. Según el censo oficial de 4846 habia en las universidades 236 alumnos cursando la Teoría del Derecho, y 97 en las academias forenses, aprendiendo los procedimien- tos judiciales; y aunque á estos agreguemos 2i0 abo- gados sueltos que en dicho año existían en la Repú- blica, so'o resulta el número de 573 lejislas por fl.373,895 habitantes, esto es, 1 Iejista por 2384 habi- tantes: proporción cuatro ve«es menor que la que seveia en la España absoluta; cerca de seis veces menor que la de Francia, y como once veces menor ^quo la de Alemania é Inglaterra. CUANDO se fundaron nuestros Colegios de ar- tes, esperaban los amantes del pais, que en ellos se enseñarían las artes de primera necesidad; co- mo el arte de trasquilar, lavar las lanas, hilar, te- ñir, tejer, abatanar, curtir bien y adobar las pie- les etc. etc.; pero bien pronto se desengañaron; porque I03 oficios de sastre, zapatero, sombrerero, herrero, carpintero y otros que se aprenden muy regularmente en los talleres de los maestros, ocu- paron el lugar de aquellas, siendo esta la causa, porque se han desacreditado. ESPROFESAMENTE no he hablarlo hasta aho- ra de los Colegios militares que en diferentes oca- siones se han establecido en la república, y que bien presto han desaparecido, porque no podia su- ceder otra cosa: estaban montados tan diminuta- mente que los jóvenes no estudiavan en ellos, sino lo mismo que aprendían en sus cuarteles, es de- cir, táctica y ordenanza. Los de Europa abrazan una esfera mas ámp'ia; y hasta los Reyes absolu- tos de España se esmeraron en este particular: el Colegio de nobles en Madrid, y los de Cádiz, Bar- celona, Cartajena y Sevilla estaban destinados á enseñar á los jóvenes militares, matemáticas, física, geografía, historia y literatura: por esto dice Mr. Moreau, que los militares Españoles son muy ins- truidos; y en efecto: de entre ellos han salidomuchísi- — 247— mos que honran militar y filenamente la Península: Don Jorje Juan y Don Juan Antonio Ulloe que á compañaron a los académicos Franceses que vinieron a medir un grado, en el Ecuador, y de quienes habla con elogio Condamine, eran milita- res; militares eran tos Señores Alvear, Azara, Al- varez, Solomayor, y Laredo que como comisarios de límites practicaron con increíbles trabajes y buena fé operaciones delicadísimas, para demarcar las posesiones Portuguesas y Españolas en la América meridional; militares fueron antes de haberse ordenado, Lope de Vega y Calderón, y militares fueron Cervantes, Garcilazo, Hurtado de Mendoza, Ercilla, Cadalzo, Ar- riaza etc. Si á nuestros jóvenes militares se les aplicase, durante la paz, á los mismos estudios, se harían dignos de ser jefes del ejército y aun de la República; se ahorrarían del fastidio que la mo- notonía de su profesión debe causarles, y con ocu- paciones honestas y agradables se livertarian de la ociosidad y el tedio que por lo regular precipitan á los hombres en las sentinas del vicio y corrupción. Con oficiales reclutados en las escuelas de prime- ras letras; con los transfugas de Minerva y deser- tores de los noviciados de los Colegios no se espere jamas tener jenerales republicanos y patriotas, ai conservar la república tranquila y sosegada, en medio de la bulliciosa, pero bien hechor a libertad. oJaa V «*rtort> rtb é Mh*♦»•>! st toq >»&jvin ebiiffPARRAFO VI. De ía moralidad publica. Si ía refigion cristiana morigera á los hombres inspirándoles los sentimientos morales, con mucha; mayor eficacia que torios los preceptos humanos; y si la piedad religiosa se manifiesta por las obla- ciones que los pueblos dedican al esplendor def culto y a los objetos de caridad, nadie podrá ne- garle al pueblo boliviano, sin notoria injusticia, lá calidad de pueblo mdral. Los templos de la Cá- tedra', Santo Domingo, San Agustín y San Felipe en Chuquisaca; la Matriz de Potosí, el de San Fran- cisco en la Paz, el de San José en Chiquitos y Trinidad en Mojos son edificios délos mas magní- ficos que posee la américa del Süd, levantados por el ce!o cristiano; y antes que Geyeneche y Pe- zuela los hubiesen despojado de su copiosa plata labrada, fueron, si se ecepluaa las Catedrales de Méjico y Lima, Tos mas ricos de entre los que existen en nuestro continente. Cuando por provi- dencia jeneral se reunieron aX ramo de Benefi- cencia pública las obras pí«s, se halló que casi las dos terceras partes de los fundos rústicos y urbanos situados en la república estaban gravado8 por la piedad, á favor de dichas obras; y esto después que en el siglo anterior se habían enage- nad© muchos por la real junta de amortización,. —240— para convertirlos en juros reales; de suerte que e| fervor religioso los hubiese convertido hasta hoy todos en vinculaciones pías, si no es por el ilustra- do celo de Car'os 3.° que con medidas prudentes y bien acordadas, puso coto ó estas fundaciones. Es cierto que el fervor en el dia ha disminuido bastante, ya sea por efecto de las leyes citadas de Carlos 3." 6 ya por las doctrinas del siglo 4 8 que penetraron en Bolivia, desde muy temprano: ha dis- minuídose, pero no estinguido. En el ultimo de-» señio del siglo pasado se ha reconstruido por la piedad el templo de las monjas de Santa Tereza, en Chuquisaca, edificado de nuevo el de las mon- jas de Coohabamba y fundádosc en una y otra ciu- dad los colegios de huérfanas: en la- misma época se ha construido el templo y congregación del ora* torio de San Felipe en Sucre: y en el presente si- glo se ha erigido la hermosísima Matriz de Potosí y fundádose en la Faz el convento de recoletos que no había y está fabricándose su Catedral que sin disputa será la Iglesia mas majestuosa del Sur. También se han legado en este mismo sig'o á fa- vor de los huérfanos y pobres cuantiosos bienes por los Señores Viedma Loaiza y algunos otros. LOS buenos hábitos que nos han inspirado y inspira la re'igion influyen indudablemente en que los delitos que por desgracia so cometen en Boli- via, no sean muy numerosos, ni pertenezcan á esas especies de crimines horrorosos que espantan nues- tra imajínacion: los delitos en bolivia solo son—250— consecuencias de la frajilidad humana, no estragada, como vamos averio ya. NUESTRO código penal es sumamente minu- cioso: parece que ha querido prevenir hasta la intención y deseo de delinquir; esta es la cau?a porque hay muchos encausamientos, de los que una gran parte no produce otro efecto que el arresto, doloroso en verdad, pero indispensahle casi en todas ías ocasiones, para evitar la fuga de los delin- cuentes si acaso lo son. El año de 18V6 so le- vantaron 139o causas criminales por diferentes de- litos y fueron prevenidas -184 0 personas entre las que se encontrahan 187 mujeres, y 108 menores de 25 años, pero mayores de 17. Se puso en li- bertad á 3í2 por haberse cortado las causas sin elevarse á proceso, y se sentenciaron las restan- tes. De los prevenidos fueron 1022, de la raza blanca, 78o aborígenas y 3 de los de color. En las causas concluidas fueron condenados 782 á arresto, reclusión, presidio y obras públicas y 29 á muerte. Los delitos contra la propiedad se ele- varon á 575 y á 822: los que violaron la seguridad individual: en los primeros se contaban 316 blan- cos, 259 aborígenas y tres menores, y en los se . gundos 476 blancos y 3í6 aborígena?. DE los 29 reos condenados á muerte únicamente á tres se les aplicó el castigo; 7 lo eludieron por medio á la fuga emprendida an(e9 de la confirma- ción de las sentencias, y 19 fueron destinados á presidio, en virtud de habérseles conmutado la pena por el jefe de la repúb'ica. Entre los 782 condenados á otras penas, se encuentran 82 sen- tenciados á dos meses de arresto, 315 á ocho y catorce meses de reclusión, 237 á dos y tres años de presidio ú obras públicas; 102 á cuatro y cinco años y 70 á siete y ocho años. El estado siguien- te presenta las proporciones. RAZVS. DelitosjPropor contr.i I cion la pro Irou la piedad Ipoblac. Iden con Delitos P.oporcio la raza contra jcon los las per habitau- sonas. I tes. I den coa la raza. «laucos. ■ 310 14388 1 P. 2035) 476 |4 l\ 2881113íi5 Aborig nasJ '2,9 \ 1155 Jl P. 964ÍJ 3iG |1 1\ 3J70¡2027 AUNQUE la tabla anterior sea bastante para formar concepto de los delitos en jeneral, del nú- mero de los delincuentes y de su proporción con la masa y las razas, con todo no dá ideas claras y concietas de la naturaleza y calidades de nuestra po- blación criminal. Con este objeto presento la del frente que se halla mas particularizada y que ade^ mas está dividida por departamentos: circunstancias que hará conocer los lugares donde se multip'ican los delitos, cua'es preva'ecen en ellos y que causas influyen, por lo regular en su perpetración. SOBRA con pasar rápidamente la vista por el catálogo de la tabla para conocer la verdad de lo que dije, no ha mucho, á saber, que los delitos en Bolivia no exeden la raya de lo que jeneralmen- te so dice frajilidad humana. La lectura de los procesos de que he eslraido las noticias ofrecen— 252— también a'gunos datos que no los dejaré en silen- cio: 1.° Los I de delitos consistente» en pe Vas heridas, homicidios que de ellas se siguieron, fue- ron cometidos en esfado de beodez: parece que con el mal ejemp'o, vamos perdiendo aquel punti- llo castellano que heredamos de nuestros padres y que no hacia mirar la embriaguez como la nota mas fea é infamante que el hombre podía contraer: las sociedades de temp'anza que se estableciesen en- tre las fami'ias arles,mas, evitarían un grande mal ú la república: 2.° Asesinar es, propiamente hablan- do, dar ó recibir dinero pot mala/; pero nuestras leyes llaman igualmente asesinato los homicidios eje- cutados con alevosía, 6 sobre seguro. De esta clase son los 29 que se mencionan cu la tab'a y los cuales en su mayor parle se perpetraron por aborígenas que enfadados de sus consortes, se des- hicieron por este medio de ellos, para unirse á otras personas de su afición. Si el divorcio verda- dero fuera permitido en la rcpüb'ica, desaparecerían de su territorio, con la causa estes delitos tan co- munes en los aborígenas: 3.° Todos los robos se han verificado sin hacerse violencia á las personas, escepto uno solo, en que cometió un asesinato con el designio de robar: 4>° Lnlre todos los delin- cuentes y prevenidos se encontraron únicamente tres ado'ecenles de 15 y 16 años de edad y un niño de trece, que falseó la firma de un lio suyo, para estafará otro unos pocos reales. LL número de los delitos con respecto á la Í53— población, escepto una sola especie, no es grande , si se compara á las cifras de otras naciones; y aunque esta operación es muy difícil de practicar por la diversa manera con qne las leyes califican 'os cri- mines, he formado el cuadro que sigue, lomando en consideración solo aquellos que no pueden inducir- nos en equivocaciones. I PROPORCION de los delitos con la población. Homicidios. Suicidios. Estupros. Robo». Incendios. Sobre S.itire Sobre. Francia. 1 S 175,0fi0 ■ 470 000 20,000 2,500,000 Ingtat. S 115,OJO « 180,000 21,000 900,000 Prusin. 1 S (¿0,0*. n.ooi « 10'» « Au tria l á 57,Ol)U s 45,0)0 150,000 0000 47,000 Bohemia i S 5'»,0 !0 « c < 150,000 J\ bajor. l S 33,000 c 240,000 (800 c Wurtt iri 1 S 22,50!) « « 240,000 9.0 5,550,0'K) Kspafta l S 4117. s 775,000 Id. 770 , 220,000 D-aJinac. l S 700 « a « « . i 100J LOS incendios son rarísimos en Bo'ivia; y no se ■Crea que en estos de que menciono, se hayan que- mado Conventos, Iglesias, edificios públicos ó casas, sino miserables ch osas pajisas, fabricadas en el cam- po y tie ordinario por los mismos incendiarios. í.os bolivianos como buenos descendientes de los Españoles reputan por infame cobardía buscar la venganza en los bienes de un enemigo y no en sus perso- nas. Aun son mas raros los suicidios, los cuales según mi juicio, se deben á causas físicas mas bien que morales, porque se verifican rcgu'armenle en los meses de Agosto y Setiembre, eslo es, cuan- do comienza la gran fermentación de la naturaleza—254— en nuestro . clima. Tatwbicn son muy pocos los es- tupros, contra la regla jeneral que deriva este crimen del temperamento y de la vio'encia de las pasiones. Los robos se cometen 1 8 veces menos que en Francia ó Inglaterra; nueve veces menos que en Prusia, y siete veces menos que en Países bajos. El número de los homicidios es proporcionalmente casi igual al de España, pues dá un homicidio por 4579 personas. Nuestras gentes del pueblo, es menester decirlo, tiran del cuchillo con mucha facilidad para envasarlo en sus contrarios por causas sobrado livianas. Las leyes han procurado, desde la do- minación española, eslirpar este perverso hábito; y aunque lo han disminuido, uo han podido todavía desarraigarlo del todo. LAS provincias en que se han ejecutado los homicidios, de que trata el anterior estado, guar- dan la gradación siguiente. En la de Porco hu- bo 18 homicidios de todo género, en la de Cha- yanta quince homicidios, en la de Cliza 7, en la Paz 6; Oruro 3; Santa-Cruz i; Yamj guno en Tarija. m» nt imum kw. mm ss> ^r» m ira a fc>.«r? jb w v?y« SmSL^ \# %é CUADRO QUINTO DE LA IfiftMMTiM LOS productos naturales de Bolivia pueden di- vidirse en dos grandes clases: productos debidos á la cultura del hombre, y productos espontáneos de ?a tierra; pero antes de hablar de la cantidad de ellos y sus relaciones con los habitantes, daré aqui un catálogo de todos los que sean aplicables á las ar- tes y usos de la vida, espresando en jeneral los Jugares en que se encuentran ó producen. No sien- do este bosquejo la historia natural de la república, debe ser naturalmente mi catálogo muy diminuto, y aun algo vago, si se quiere; mas este conocí-e miento aunque vago, interesa al Estadista.—2:g— PARRAFO Be los frutos agrarios. ORO, p'ala. cobre, estaño y plomo; en todo* ks parajes que he mencionado, al describir los DD. de la república. En los mismos se ven caudalo- sas velas de hierro, y particularmente en algunos puntos de Mojos, Chiquitos, Atacama y Oruro; aun que en ninguna parte se benefician, sin embargo de la abundancia del combustible y utilidad de e9te meta'. Antimonio: en Poopó, Sicasica, Cerca- do de Oruro, Chichas, Porco etc. Bismuto: sola» mente lo he visto en la quebrada de Coribvri, del cantón de Poopó, nativo y en forma de almendras, con peso d« uno á tres adarmes cada pepita. Ar«» sónico blanco: en todos los minera'es de plata. En convinacion con el asufre, ó estado de oripimento y Sandáraca, en Choquelimpia de Carangas, Li- pez, y Atacama. Zino: en sulfuro ó «Chumbe» en todos los minerales de plata; en estado de calamina, en Turco de Carangas, Cercado de Oruro (cerro de Cosmi), y Sicasica. Cobalto: Sicasica Cercado de Oruro, Lipez, Atacama y Chichas. Manganeso: Cercado de Oruroi Chichas, Lipez, Carangas, Paca- jes. Azogue nativo y diseminado entre greda ro- ía, junto á Potosí; en vetillas divergentes, en Oma- 257— suyos (Guarina)j en rodados éri Chayanla. Ver- de gris ó verde de montaña, ó malaquita (carbonato de cobre) en Pacajes, Carangas, Lipez, Atacama, Por- co y Orurd. ■RALIS INFLAMABLES. ,*3¿(.JHT r.\ iljM i*TtuTU-JOi>l IHIWFTf.1 , 1 Ir?: J i - r .TITIOilOjJ AZUFRE fino: en varios puntos dé Carahgaá, Lipez; Atacama, Chayanla, Porco, Tomina etc. Hor- naguera ó carbón de piedra: junto á Chuquisaca (Tejahuasi); en el Cercado de la Paz (Taguapdleá); Ázero, (Chorrete;, en Porco (Chulchtícarii). Goma mineral: eri Tomina, (Tarabuco). Napta y asfalto en Tanja. Turba: eri cdsi todos los ciénegos que existen en lás quebradas; y la lígnila debe de ha» berla en la baja Atacama por su inmediación á Ta ra paca doride abunda y por la semejanza de su terrenó y formación. SUSTANCIAS SALINAS. SAL cornun: eri grandes lagunas eri Pacajes, Carangas, Poopó, Lipez, Chiquitos, Pórco; eri ve- tas, ó sea Satgema, en las inagotables minas de Yocalla, cerca de Potosí y en Atacama alté. A- lumbre solido (Cachina bláñea) én Inquisivi, forman- do velas anchas de ahiriibre tan puro como el me- jor de Roma: Alumbre desmenuza ble, vulgarmen- te millo: en Sicasica, Carangas, Poopó, Oruro. J|-s lumbre de pluma: en^os confínes de. Porto, Chá- ,--33-,— 258— yanta, Cercado de Oruro. Caparrosa fvilriolo ó sul- fato de hierro) en vetas poderosas en Alacama y Li- pez. Vitriolo azul (su'falo de cobre) en velas cau- dalosas en Lipez; en cristales ya grandes, ya (peque- ños en todos los acientos de minas de plata y co- bre. Vitriolo blanco (sulfato de Zinc) en Poopó (Coribi'ri), Chichas. Cercado de Oruro, Lipez, Pacajes, Porco, Cha yanta. Sal de Inglaterra (sulfato de mag- necia) en las playas y orillas del Pilcomayo, Cachima- yo, Ayoraa, Hayopaya y otros muchos lugares. Sal admirable de Glover (sulfato de soda] en los rede- dores de las lagunas de Oruro, en Chichas etc. es tal la abundancia de estas sales en Bolivia que bas- tan según la espr esion de Don Tadeo Hahenke, para abastecer al mundo entero. Las sales de Epson, Sedlis, y Seydsehylz son por lo regular, la mez- cla de la de Inglaterra y la admirable. Nitro ó sa- litre (nitrato de potasa) en Oruro, Cochabamba Orna- suyos, Cinti, Lipez. Álcali mineral (soda nativa) en Clisa; Atacama, Totniná. etc. Materias para fa- bricar el anmoniaco; en las cosinas de los indios de la puna, incrustadas en las paredes interiores y te» chos: véase á Hahenke. 97 íio ¡o'Jio I r3oJ¡ri[)irí.) .sf-'ji.I ,,,»|*.-'> í ,'-cafTi» ig.) Materiales para el cristal y loza- CUARZOS ó arenas vitriíicables, en todas las provincias metálicas, , y las sales y otras sustancias fundentes, como la soda, potasa, el nitro, el plo- mo y en algunos casos el arsénico y en otro^el manganeso,,;en los lugav«*ya indicados arriba. Ar- —259 — cillas blancas en Oruro, Cha yanta. Porco, Pacajes, Toniina y otras provincias. Arcillas de diferentes colores y ocres en Potosi, Pacajes, Oruro, Caran- gas, Chaya nía etc. Binojs ,ñlql ; !oh!ío!« «b obelioriaq !o Ua i luH .oímA / .\ui3-r) Sustancias minerales. DIVERSAS especies de papas, ocas, quinua, cañagua, habas y achacana: en las punas. Trigo, maíz de dos especies, prescindiendo del color, arroz, garbanzos, pallares, porotos, alverjas y muchas cla- ses de frisóles: en las cabezeras de valle y valles todos. Mandioca, plátanos, Racachas, Valusas y otras raices en Santa-Cruz, el Beni, Azero, Tomi- na y Yungas de Chu'umani. Orta'izas y legun- bres europeas en todas las provincias de valle. A'i mismo las frutas ademas de las indíjenas, que se- lia muy largo referir su número. Cocos, nueces, y almendras; azúcar, cera y miel de muchas especies en los departamentos de Santa Cruz, Beni y Tarija, y las provincias de Azero, Tomina, Yungas, Valle- Grande y Misque. Aseitunas en Cinti; Cacao, café» coca, yervaraate y vainilla: deparlamentos de Sati- ta-Cruz, Beni y provincias de Yungas, Misqué, "Ta- rija, Azero, Ayopaya, Larecaja y Muñecas. ?tt Sustancias medicinales para las artes. QUINA de muchas especies: Apolobaroba, La-— SCO— recaja, Muñecas, Yungas de Chulumani, Yoraca- rés, Azero, Santa-Cruz, Cliiquilos, Guarayos y Mo> / jos. Ipecacuana: Mojos, Guarayos, Apolpbaniba y Chiquitos'. La zarzaparrilla, guayaco, copaivo, maria, toln, goma elástica, chiriguana, tamarindo, aceite, castqr y jalapa, en Chiquitos, Gq irayos, Mojos, San- la-Cruz, y Azero. Nuevo árbo! penetrado de alcanfor: cañadas profundas de Hayopaya, Arque, Azero, Va- lle-Grande, Mojos ele. Goma arábiga y piras va- rias en todos los. valles y medios valles. Raiz de Hamahana (valeriana hamahana) específico contra los ataques de eplilepcia; y de catacata [valeria- na calacata) en las montañas escalpadas de los. Apdes y donde se encuentra también el tapitani (gen- ciana tanitani] remedro Febrífugo y confortante: supe á la quina. Coiiophilata. de los Andes: en, todos Iqs. declivios de la cordillera; en los luga- res húmedos y sombríos; es planta rara: suple mui, bien, los usos del clavo por su olor, sabor y vir- tudes. Arnica de los Andes: en la i;ejicn de las, njeves: destruye las obstrucciones y es exelente ro.-. medio contra la bidropecia. SIMIAS PAM TEJIDOS, Y otras manufacturas y tintes. ALGODON blanco y moyado, mapajo y cáña- mo: Santa-Cruz, Chiquitos, Beni, Guarayos, Tarija,, Azero, Hayopaya, Misque, Yamparaez y Tomina., Lino, pita y esparto: Yamparaez, Cinti, Tomina, Misque, Valle Grande, todo el Beni y Santa-Cruz. Arbol impregnado de sebo y el arbo! de Pan: Yun- cas y jtodo el Beni y Sauta-Cruz. Moreras blan- cas para la cria del gusano de la seda: Chiquitos, Guarayos, Azero, Tarija, Tomina, Yamparaez y Mis- que. Mimbres y juncos ya tenaces, ya vistosos por su lustre y colores, en todo el Beni, Santa - Cruz, Tarija, Yungas de Chulumani y Azero. En estas mismas provincias abunda la goma elástica, «1 benguí, copa', insienso, y otras muchas gomas y resinas úli'es á las artes. Cochinilla silvestre 5 Magno: en las márgenes del Guapai, en Tarija, Misque, Val!e Grande, Tomina. Chapi que da el her* rooso color de escarlata 6 grana: en Azero, Yun- gas, Misque, Tomina y Yoracarés. Tara y Moüe: en todos los valles aunque sean áridos; el molle da el color amarillo lo mismo que la tola de las punas. Piscocbaqui; amarillo de caña, ó palito y el cbirisiqui, en lodos los valles. El palo amaiillo: en Sania Cruz, Chiquitos, Azero y Mizque: ambos tintes son finos. Añil: en todo el departamento del Beni, Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija, Yungas de la Paz, en Chiquitos lo hay de dos especies llamados el del Palmito y la Hoja ambos añiles son buenos; pero mejoran mezclándolos. Achiote (Bixa orella» «a; rocon de los Franceses) en el departamento del Beni, el de Santa-Cruz, Azero, Tomina, Misque y Tarija. El airampo en todas las punas; lo mismo que la papa violasea (achira) que se halla en lo-das fas eabezeras de valle. MADERA DE CONSTRICCION í JBbanisteria. CEDROS de diferentes especies, liuaiehas, pi- nos, abetos, y mil que seria prolijo enumerar; en los valles. Cocobo'o, jacarandá, huayabo mayor, ó* de Apolo, caoba, el moradillo, el amarillo y co- paibo, taquivo, quebracho: en todo el Beni, Santa Cruz, Tarija, Tomina, Azero y Yungas de Chulu- mani. El mará, quinaquina hembra, alvarillo: en Yamparaez, Chayanta, Misque, Inquisivi, Hayo- paya y otros lugares. El maguei útil, y coatro ó seis especies de cañas ya huecas, ya masisas y duras: en Yamparaez, Tomina, Azero, Misque, Va- He Grande, Hayopaya etc. Algarrobos, sotos, ja- ras, co'os, colocedros y acebuches, ú olivos silves- tres en Cinti, Tomina, Azero, Misque, Ayopaya, Yungas de Chulumani, Inquisivi etc. .?onil no* 104*11 > í;Jog>í f'ufiH Sustancias alimenticias. REINO ANIMAL. 'ANIMALES domésticos: vaca, carnero, «erdo, cabra, llama, cochinitos, gallinas, pabos, palos y palomas, en toda la república; pero en mayor abun- dancia y baratos en las provincias de valle. Ani- males silvestres de caza: ciervos, guiños, corzos, I —203— cabras monteses, cabrillas rojas, puercos, jabalíes de dos especies, el comun y el de quijada blanca, capihuaras, viscachas, chinchillas, huanacos y vicu- ñas en el departamento de Santa-Cruz, Beni, Chu- quisaca, Tarija, Cochabamba, al Este del de la Paz; y las cuatro últimas especies en Oruro, Potosí y A laca ma. AVES de caza; como pabos, pabas, faisanes diversos, perdices de dos clases, codornices, palo- mitas y palomas de muchas especies, chochas, ehochas-perdices, pitos, chorlos, y otras infinitas én lodo el departamento del Beni, el de Santa-Cruz, Tarija, Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y aun en Oruro y la Paz — PESCADOS: dorados, corbinas, carachís, zum- bís, sábalos, bogas, ruches y otros muchos en los rios de Santa-Cruz, Beni, Chuquisaca, Potosí, Co- ehabarnba. PIELES de los animales domésticos en los pun- tos sobredichos. Pieles de vicuña, a'paca, llama, huanaco, chinchilla y viscachas en Carangas. Peo. pó, Oruro, Sioasica, Pacajes, Chayanta, Porco, Li- pez, Atacama y Chichas. De tigre ó yahuar, anta, leopardo, osocomun, oso-bandera, puerco, silves- tre, jabalíes de dos clases, eiervo, gamo, cabra mentes, monos de siete especies ya negros, en- cerados y pardos, ya amarillos, verdiones y rójo's; en Apotobamba, Yungas de Chulumani, Yoracár^s, Mojos, Gusrayos, Santa-Cruz, Chiquitos, Azero, Misque, Valle Grande, Tarija, Inquisivi y Ayopaya.—2ÍU— Háltanse igualmente en estas provincia, avestruces blancos y pardos, papagayos, loro? y otras infinitas aves de hermosísimo y vistoso plumage, como tam- bién cantoras, tanas finas de vicuña, alpaca, obeja' y chinchilla en Oruro, Sicasica,- Pacajes, Carangas, Poopó, Chichas, Lipez y Alaeama, y las ordinarias de llama y huanaco: estas dos ultimas son exelen- tes para alfombras y otros jéneres que se esponcir al continuo rocé* porque son duras eomo se observa* en núesífos antiguos «chuses» ó tendidos de Toledo. Pieles de nutria, Jobitos y conejos acuátiles; en: el Pilcomayo, írupana, Guapai y casi todos los ríos" de has llanos. Tortugas, galápagos y carey en el" Bcni, y sus afluentes, Mamoré, Pilcomayo y Mag- dalena; bien que el carey solo lo he fisto" traído de las orillas del Mapiri que muere en el Beni; pefo se epee que lo hay en los otros rios-, en los cua- les se crian también caimanes, cuyos dientes y hoeso9 son aplicables á algunos servioios. Puntas, chapas, cerdas y crines, hoy no se aprovechan para nada; pero tienen su importancia, y querien- do acopiarlas, se hallarán en todas las provincias en medianía; pero con- mucha abundancia/en Mo- jos, Santa-Cruz y Chiquitos. Caballos se crian en Mojos, Santa-Cruz, Cochabamba, Cordillera, Tanja y Azero: y muías en Santa-Cruz y Mojos con esca - sez; y burros en Chichas; pero lodos e9tos ani- males de carga y silla- no bastan para el servicio' de la república como dije ya en otra parte; y se in- troducen de la república Argentina. La causa de —265— esta escasez proviene solo de la negligencia con que hemos mirado un ramo tan importante: las provincias en que deberían criarse dichos ani- males no han merecido do nuestros ministerios la mas pequeña atención ni cuidado: abandonadas asi mismas y á jefes indolentes y sin luces, son pre- sa de los bárbaros todos los años. Asi ¿cómo po- drán progresar y prosperar? PMBJfO II. ÍME WjA.H CEREALES. LOS documentos en que me apoyo para re- dactar estos cuadros, elevan los productos anua- les de nuestra agricultura, destinados á la alimen- tación del hombre, á las cantidades que voy á espresar, advirtiendo que por evitar la confasion, que nace de la diversidad que en una misma me- dida, por ejemp'o, la fanega, se observa en las diferentes provincias de la república, las he redu- cido todas á la legal; y luego á libras. Esta ope- ración, aunque bien molesta para el que la eje- cuta, facilita los cálculos, como pronto se verá. -aobaooiq c! oh' eJ'i/'->• 'H'M • ■> ,DP >■:■>■- ••'> 34—266— ESPECIES A□ MEN-I NU~N ERü~Í>E.PRECIOS ÍMPíHITE TICIAS. | MEDIDAS. I ( MEDIO. Trigo...... Maíz....... Papas...... Chuño..... Ocas........ Arroz......, Garbanzos. Alverjas habas y frijoles On i ii na..... Canagua... Calaba, de toda especie Plátanos y Raíz. Aceituna».. Aji.......... Ortalizas... Nuezes, cocos y maní... Uba y caña dulce.. Frutas de otras especi. 495,554 fag 1,409,930 id 0 780,554 car 0,219,800 id C81,136 ¡d 0,051,5*21 ar 0,001,681 id 0,070 897 car 0,048,248 car 0,018,078 id 0,103,081 car 0 096,29Í5 car O.COO,4o4 ar. 0,119,478 ar 0,077,659 car 0,010,655 id 0,060,C0l id. 0,251,233 id '4 ps. faga 2 ps. 4 rs ¡1 ps. 2 rs ¡2 pesos. ¡1 peso. .12 reales. Idem. 8 reales. 2 |)esos. [4 reales. Idem. 8 reales. 13 pesos. 12 reales. 8 reales. Idem. 10 reales. 18 reales. 1,S82,2I0 3,524 825 0,975,195 0,4&9,6©0 0,081,13« 0,084,481 0,002,527 0,177,6C0 0,096,496 0,000,038 0,r52,040 0.006,296 0,041,480 0,179,217 0,G77,659 ft,010,655 0,075,502 0,254,832 REDUCfDAS á libras las medidas con que es ¡ rán espresadas las especies, dan 385,621,515; y rebajando de esta suma un décimo para semillas, quedan 347,059,291 de sustancias alimenticias, que distribuidas entre 1,388,896 habitantes de la re- pública, corresponden á cada uno 895 libras por año, o sea á 3 libras diarias; y como una perso- ¡M no necesita al dia, fuera de la carne, mas de dos libras dé alimento vejeta!, es patente que en todos los años comunes hay un sobrante de las cosechas que llega á 1,500,000 libras. Este so- brante es mayor que el que resulta dé la preceden- te demostración, porque el departamento de la Paz saca en parte, sus consumos, de productos estran- jeros, quiero décir, que recibe anualmente del Pe- rú mas de 1 Oí),000 cargas de papas y chuño, mu- cho ají y no pocas arrobas del arroz de Guaya-* quil. Como no hay donde, ni como esportar núes» tros frutos sobrantes, se reservan para el año si- guiente; y á esta circunstancia debe Bolivia el que no se sienta la escasez en su territorio» sino cuan- do se suceden inmediatamente tres ó cuatro años estériles. No he mensionado en el estado precedente el alfalfa ni la cebada, poique sirven únicamente para los animales. Tampoco he hablado de la co- ca y tabaco que se cultivan, porque no pcrlene- cen al alimento del hombre, ni de los productos espontáneos de nuestras selvas y bosques; pero de- bo indicar aqui para los ulteriores cálculos, los cantidades de las sustancias cultivadas, dejando las otras, para cuando haga la avaluación de todas ellas. Alfalfa 272,899 cargas dobles ó quinta'es: cebada 504,034 fanegas; tabaco 91,470 arrobas; coca 441,927 cestos. DE lodos estos hechos podemos deducir con bastante aproximación la eslension del terreno que se emplea en el cultivo, ya sea en toda la repú- blica ya sea en cada uno de sus departamentos. Según las noticias mas probables y seguras que he podido adquirir de nuestras agricultores de pro- fesión, una aranzada sembrada en terrenos medio- cres de la sierra da 60 fanegas de trigo; 40 de maiz; 45 de papas; y suponiendo que sigan con corta diferencia, esta misma proporción los demás frutos, tendremos en cultivo los espacios siguien-—268— tes. En trigo 82,590 aranzadas; en maíz 35,248; en papas 32,454; en arroz, calabazas, garbanzos y frísoles de toda clase 8614; en frutas 3846; en cebada 40,620; en alfalfa 9748; en coca 368; y en tabaco 42. Se ve qae apesar de baber dismi- nuido aquí mucho la virtud productiva de nuestro suelo, los terrenos cultivados apenas alcanzan á, 139,199 aranzadas; y contando con 'os barbechos destinados al deseanzo cuatrienal de las tierras, se- gún se acostumbra, llegan á 556,796. Un doiuN nio agrícola tan reducido deja crias 135 millones, 393 mil cincuenta y tres aranzadas de la super- ficie que, en otro lufrajft he juzgado útil y laborable* Podrá preguntar alguno ¿por que siendo el suelo boliviano tan fecundo y productivo, y bastando para el sustento de sus habitantes, el cultivo de áreas asi pequeñas no es proporcionalmente mas bajo el precio de las cereales? La respuesta es. clara y muy sencilla: l.° Nuestros agricultores no conocen bien su arte, ni los instrumentos que deben emplear en cada una de las operaciones que exije la agricultura: 2.° Nuestros caminos son malísimos; es preciso portearlo lodo á lomo de bestia, sin cargarlas de mucho peso; y los fletes de estas suben el valor de los frutos, sin que pue- da minorarlo la feracidad natural del terreno. La Gondamiae que conocía perfectamente la asperesa de nuestras sierras, decia*. que costaba mas franquear las 30 leguas de espesor que por el aire miden los Andes, que viajar 3000 leguas por agua. El estado que sigue, manifiesta la parte que cada depar- tamento tiene en la producción de las sustancias alimenticias, contenidas an el anterior. 2 B o 95 >- »— o w o< u wotoo ai — OS fc¿ a OS -r- CS O > B O O 1>S feO — o i--? o ~j j¡« o -i«— os * _ ~vt í« C CC s >J — o i>s Si *• o ce oe to » o ds t»j — — es co oo >. a ^ O ^» O c; C 55 ^ ~ » C: 00 Ot ■.rí O? W ÜT ?í OO c£> c= u: W h& bO ■ c/i1^3 o * ^'Oi'*" ^we tb - L o "*3 _ 2 , CÍO _ >• _ — o o =^ ^ ^2 -i---1 o es O O CC >- r pcii) s * a s w 5S * i CS es 00 Hl Jl A f * Jg £5 «OOOaaaa es_toj o ^ o* ^ os P oioseceoecs-ou:.- . s * te© m a te io te w > O r a OI M C a MOCnCon Cfi Oí O fflCBOOiB rn a O O O a © O © © c/i «a n«J¿9 voW »>1 y oiuíO , ücdsosJA 9b ftoJasccrBiTsq -¡tu**.''sai ecbróuboí) «.«aiaaaiA, . c!n¡uib o§¡6 •<»<$-> ¿»nr r"';4mdil 00ít,d8fl k»'*9393 ra ;>i ;úr oíoa *»ail O00,vf.íí," oriaJnoiMJe ataq nooeldoq u». «boaítaa* -cvj aol.flOi .}:•>.'!))¿9 ¡i >ifqil¿ SUp !>Ü0¡I ,af>'l'l>—270— EXAMINEMOS la relación en que se encuen- tran los productos de cada departamento con sus consumos. Nuestros pueblos de valle se alimen» tan comunmente con maiz y trigo, que comen simplemente cocido ó tostado en grano; ó en ha» riña, fabricando de ella pan, puches, sémola y farinetas. Los de Yungas se alimentan con maiz, arroz, plátanos, yucas y otras raices; y los de pu- na con -quinua, cañagua, habas, alverjas, chuño y papas; aunque estas últimas entran también en el sustento de los vallinos, asi como el maiz y tri- go en el de los de las punas. Considerando que cada individuo necesita dos libras diarias de ali- mentó vejetal, resulta que el deparlamento de Chn- quisaca, cuyos frutos, en las especies dichas se ele- van á 74,67S.8IG libras, se basta asi mismo, y que aun puede estraer algunas cantidades fuera, sin que hagan fa'ta á su sustentación. En el mismo caso se hallan los depírlameutos de Cocbabamba y Po- tosí; y en circunstancias mucho mas favorables lo* de Tariju, Santa-Cruz y Beni. donde se arroja, cada año, á las bestias arroz, lentejas, garbanzos y otros alimentos nobles, y hasta azúcar y conser- vas, para desocupar los almacenes, y evitar que pudriéndose, infesten la comarca. Empero los de- partamentos de Atacama, Oruro y la Paz están en caso algo distinto. Atacama, deducidas las semi- llas, solo rinde en cereales 686,200 libras; y ne- cesitando su población para sustentarse 3,830,000 libras, tiene que suplir á este déficit, con los pro- — 271 — ductos de Chichas y Tanja, en lo interior, y cen los de Chile, en la costa. Oruro da 17,632,700 libras solamente, y como le son de menester 29,257,600 libras, compra M,632,800, en trigo, maiz y otros frutos, de Cochabamba y Potosí. Las cosechas de la Paz en las mismas sussancias solo alcanzan á 68,912,600 libras; y consumiendo anual- mente 249,672,480 libras, está en la precisión de completar á sus consumos, con el trigo y maiz de Cochabamba y Potosí, con el arroz de Guayaquil y con papas y chuño del Perú, si no gusta de benefi- ciar sus tierras. Los departamentos de ¡a Paz y Oruro, y aun de Atacama si quieren, tienen como decuplar sus cosechas de papas y quinua; que sien- do de la que llaman «real,» es exelente alimento; pero no pueden practicar otro tanto con el trigo y rar 2. Oruro ne posee un palmo de terreno, capaz de llevar estos frutos, y los que tiene la Paz son bien escasos, porque la mayor parte de su territorio es de puna, como el de Oruro, ó de Yungas con caminos escabrosos y casi intransita- bles; han de recibir pues forzosamente de Cocha» bamba y Potosí el complemento de sus consumos, esto es, el pan que con preferencia á todo otro alimento se usa en las poblaciones especialmente capitales. INSISTIENDO en los hechos arriba indi- cados se puede fácilmente formar del terreno cul- tivado, y de los barbechos cuatrienales el estado de cada uno de los departamentos, que por no fastidiar—272— con la monotonía, omito aqui. SIN trabajo alguno resalta á la vista la es* tensión inmensa que permanece erial en la repú- blica, aun en los departamentos mas poblados; pero como en estos espacios no puede dejar de haber pastos, ya de puna, apropdsito para el ganado la- nar, ya de valle para el vacuno y caballar. ¿Se criarán en ellos, á lo menos, rebaños suficientes para el consumo y servicio de los bolivianos? pronto pasaré á averiguarlo. TODA la superfice cultivada, como también la destinada á los barbechos cuatrienales se halla distribuida en 5033 haciendas de particulares y 3102 de comunidad de aborígenas que poseen estos terrenos del Estado á título de pagar por semes- tres, la contribución tasada á tiempo de la primiti- va repartición, conforme á la estension y natura- leza de cada terreno; bien que las comuni- dades han adquirido también algunos por compra 'ó donaciones. Las tierras comunes se hallan divi- didas en grandes parcialidades y subdivididas en otras menores, llamadas aillos; y en ellas tiene, para sembrar, cada familia originaria, ó del común muchas eras, nombradas pegujares, mantas, la» blones ó sayanas. ES imposible por ahora determinar la superfi- ce de cada una de las haciendas y tierras de co- munidad, según dije ya en otra parte; pero he aqui un estado que manifiesta su numero y valor estimativo, en todos los departamentos. Clasifi. de liacien. DEPARTA. partic. luVn. de las lier. de comunidad. NUO. VALOR. NO. VALOR. ó, . í De'puna. ■ l'.7| 90,045 Cliuquisa&a. < M ¡t» valle I ¿SO 1,371.554 |p ( Valle. f" Puna. Potosí. -} M.¡o valle C Valles. | Puna. Paz. *!•<';vaI1* ( \ :i IIP. | Yunga. I Puna. Cochabamba^'-'y'3110 f \ ¡ilio. 1 Yunga. Puna. M.io valle Valle. | Puna. ( Valle. / Yunga. Atacama. | M.iovalle 3 9 TW 310 00 í roo 79 02* 302 *3 92- 0/9 0!6 001 130 (¡30 2,(,5í>,2-o0 0,58V30 2,101.673 0,004,500 1,927,38-2 0,631,880 0,470,499 4,069,200 0,327 019 4,398,381 0,3 ¡0,40!) 030,000 21.400 0,300,018' 0,290,9321 OOi 00 9 A 4 5640 330 380,085 879 731,3>9 7 19,000 716 1,601,287 ÍOti 128,390 u 5500 43 671,5„0 41 93,000 607 331,880 47 707,650 27 18,500 C79 0,391,/iCO 564 0,54-2,935 302 49 204,740 604,150 6J,000 0.8 0,0.-8,850' 008 I | 025! 0.013.000 310^ ? 000 SL'MA—5114.19,666,198.3102.4,104,509 EN el departamento del Beni hay muy poca* haciendas de particulares: lo mas pertenece al Es- tado, y á los comunes de los cantones, de que se compone. LAS tierras pertenecientes á las comunidades, en los departamentos comprendidos en el estado anterior, son mucho mas estensas que las parti- culares, en las punas; pero menores en los valles: Asi en la dilatada superficie de Atacama solo unos 3.7—274— pequeños recintos son de propiedad particular: lo demás corresponde á las comunidades de Atacaina alta y Atacama baja ó al Estado, por baldíos. En el de Oruro solo un décimo del territorio es de haciendas; en Potosí menos de la mitad; en la Paz algo mas que la mitad. Pero sucede al con- trario en Cochabamba donde son muy poca cosa las comunidades, lo mismo que en Chuquisaca, Ta„ rija y Santa-Cruz. Las tierras comunes compara- das con las particulares de igual naturaleza y ca- lidad, producen mucho menos, porque se cultivan menos. La provincia del Cercado de Oruro que consta solo de haciendas particulares y que no al- canza, á constituir el décimo de su territorio de- partamental, paga por diezmo eclesiástico de ocho á diez mil pesos, por año; entretanto que las do* provincias de PoOpó y Carangas solo dan poco* mas de- mil pesos: lo que manifiesta evidentemente que los productos agrícolas de Oruro son mucho mas abundantes que los de las dos provincias, dichas; no obstante de ser igual, en las tres, la. calidad del terreno y el temperamento. PARRAFO III. Del ganado y caballerías. ANTES de pasar adelante, será buen©,, que advierta aquí á los que no conocen nuestro país, que los animales que fie entregan á las carnice- rías, son reces vacunas, obinas y cerdos, pavos-, gallinas, palos, perdices y cochinillos ó cuis (1). Sin embargo los habitantes del campo, particular- mente los aborígenas se alimentan de ordinario coa carne de cabra, en los valles, y de llama en las punas, que aunque mas sosas que el carnero; son bastante buenas, en especial el cabrito y el cucho: esto es, la llamita añal que es mucho mas sabro- so que el cordero. LAS acémilas que portean las cargas, son ca- ballos, muías y mas comunmente burros y llamas. El uso de las carretas es conocido solo en los lla- nos de Santa-Cruz y la navegación lluvial en Mo- jos. Ahora bien: el ganado que existia en Boli- via, el año de 1846 se representa por las cifras siguientes— [1] Nunca he podido comprender la analojía que los españoles hallaron entre el conejo y el «Cuf,» para llamar á este conejo. Nuestro «cui» es del género Suino por todos sus caracteres; es antípoda del elefante, y con propiedad debe llamarse «Cochinito.»O 00 o — O O© » iO O — O O s (M c n o - oo (N t- (í( r— CQ .* 10 ^" o"'-'©* O !N (X C © O o es ■< H csot--0"»*oooo>_,0 CiM O <♦ so po o o o w _^ Ci -* o t* o o Itf 2 oc , o r-" 53 oe «í 5 o 1 . es r. o o i-- r> „ „ o E—1 — es QC ¡O -r- 00 "t— cTcO ft)3¡0*k M ' * O «- C CO I- (N _ B * c « 1^ w 00 © « e § ** O O VS co iO~ •* 00" —T ejí ~ I tS) o ;c (M M C Oí — ,C f-< ■ o1" 1-" h - O « -i (O p) O Bí o "5 t— co f ®* °© 28'á 10 9:9 a 72,178 á 60 L. 11,20¿..á 10 L. 83,774!¡á 100 L. 864,500 iá 4 Li ,'8í),840 á i) L. CARNE. 350 L, Ca. 200 L. L. L. L. L. 10 :o o 4i,o'i8,rco; 0í,207,000f 0,705,280 3,7o8,50(W 0,084,895 3,€09,U()ol| 11,205 8,377,800^1 432,2C0j 2,681,7691 1,172,800 P8,11() 3^5 264 53,2¿2 187,928 2i00 210,631 56,110 501,614 27,014 447,460 SUMA TOTAL. 72,104)253-2,998,:i86 ESTA cantidad de carne repartida entre 1,378,896 personas, las hace pattícipes de 78 li- bras por año; en las que entra por 6 décimos la vaca y la ternera; por algo mas de un décimo el car- nero, y el cordero; por un décimo la cabra, y el ca- brito; por medio décimo la llama y el oucho; per uno eJ cerdo, y el cochinillo, 6 cuis, y por medio Jas—278— aves; de modo que la agricultura, en el estado de atrazo, en que actualmente se encuentra, proporciona como h libra diaria de carne para cada boliviano; mas en Bolivia no se consume solo la carne boliviana, sino también la estranjera: De la república Arjenlina se introducen para el gasto de Potosí, Oruro y aun la Paz de dos á tres mil reces, por año; y del Perú papa esta ultima ciudad, de mil á mil quinientas» ¿De que depende este estraño fenómeno económi- co? ¿están Potosí, Oruro y la Paz mas distantes de Tarija, Pomabamba, Azero y Gutiérrez que de Salta y el Tucuman? Los Señores Ministros de Es- tado son los únicos que pueden responder á estas preguntas, con satisfacción. Lo jque, si vemos to- dos es, que los bárbaros en las incursiones casi pe- riódicas que hacen sobré Gutiérrez, Azero y Poma- bamba destruyen y roban, cada tres ó cuatro años, de 20 á 40 mil reces y aniquilan la fortuna del infeliz ganadero, entretanto que las tropas se ocu- pan en despejos y ejercicios de fuego, en las ca- pitales. ¿No pertenecen aquellas provincias á Bo- livia? ¿no constituyen su integridad? ¿los que las habitan no son bolivianos? ¿Solo hay fronteras que resguardar en el Norte? ¿Solo en el Sur? Las caballerías de silla y carga que existían en el mis- mo año, figuran del modo que sigue—Caballos 54,084; mulasá 13,311; burros47,383; hay 1 caballo para 20 bolivianos; 1 muía para 90; y 1 burro para 24. Debo notar aqui lo mismo que espuse arriba: no todas las caballerías que nos sirven, son bolivianas: de la re- pública Arjentina se internan anualmente de tres á cuatro mil caballos y muías, y como dos mil bur- ros, entre tanto que en Guarayos, .Chiquitos, Gutiérrez y Azero se crian caballos superiores por su robustez, tamaño y Ggura, y cuyo número pue- de multiplicarse como se quiera. Se tiene ya en Sucre esperienoia del caballo «camba» que es tan gallardo, brioso y fuerte, como los mejores que se conocían de antes, contando entre ellos á los chilenos de primera clase. PARRAFO Valuación de los productos agrarios PARA conocer el valor total de los productos de la'agricultura, necesito agregar á las tablas délas sus- tancias alimenticias, que presento en los párrafos-an- teriores, otra noticia que abraze los demás frutos des- tinados á distintos usos y aplicaciones: su precio será el que se tome de un término medio entre todos los que existen en la República, porque soh> asi podremos acercarnos al verdadero valor. EN cacao 120,513 pesos; en café 5199; en miel de avejas 6018; en tabaco 68,152; en coca 2,647,962 pesos; en Ajonjolí y aniz 112Q pesos; en palillo 138 pesos; en vainilla 1240 pesos; en cera dura 6262; idem blanda 1460; en cascarilla 140,000; en algodón 22,462; en magno 240; en chapí 5424; en achiote 768; en copaivo 1860;—280— en tamarindo Ii95; en inciense, brea y otras ga- mas 1240 pesos; en cebada 282,1 Ni; y en alfalfa 30,580 pesos cuya suma dá 2,303,17o pesos. REUNIDOS todos estos valores, tendremos por producto, en bruto, de la agrigultnra las cantida- des, que siguen. Ra cereales 8,012,189; en otros vejetales 2,303,470; en carnes y sus accesorios 2,998,380; en huevos y leche 9i,00O, ven pieles y lanas 104,500. Esta suma que forma el total de 13,573,131 pesos, ó sean IOS,585,Oí8 reales corresponde á razón de 100 reales de piala, por habitante. Para apreciar ahora por comparación el valor de nuestro territorio, y los sucesos de núes* tra agricultura, recordemos nqui el producto, er» bruto, de algunos pueblos agrícolas de Europa. En Francia el producto fruto'es de 800 reales vellón por habitante; en Ing'alerra de 1008; en Austria de. 520; en España de 504; en Ir'anda de 724; en Prusia de 324 y en Bolivia, de 2000 reales del mismo vellón. ES muy difícil anunciar, de un modo posi- tivo, el producto líquido territorial del pais, por que depende de elementos varios, modificados por circunstancias peculiares. No obstante á fuerza de averiguaciones individuales, y tomando siempre los términos medios, puede computarse del modo que s¡gue=Las semillas y gastos de cultura y recojo absorbe algo mas de. una cuarta parte del valor,, y otro tanto los fletes que se pagan por la conduc- ción de los frutos á los mercados, en que se con- —281 — sumen: Si á estas cantidades se agregan 'os im- puestos que se cobran y las vejaciones de muchos jéneros, que se hacern sentir al labrador, resultará (fue su utilidad neta apenas llega á un tercio del valor producido por las tierras. ÉN los productos espontáneos de nuestros bos- ques y selvas, como el cacao, calé, tamarindo, copaivo, achiote, cíiapi etc. etc. no hay gastos de siembra, ni cultura, sino solamente los de recolec- ción y porteó; pero estos últimos son tan altos por causas que indicaré en otro lugar, que unidos á los impuestos consumen alo menos la mitad del va- lor de la especie porteada y graciosamente rega> lada por la naturaleza. La crianza y cuidado del ganado son menos costosos, si se hace abstracción de las depredaciones periódicas de los bárbaros de las fronteras é intermedios. Ganaderos bien es- perimentados me lian asegurado que una oveja madre deja útil un peso por cabeza, y la vaca loa siete décimos de su va'or. Esta circunstancia de* beria haber influí Jo en centuplicar nuestros reba- ños; pero Bo'ivia está sujeta á cierta fatalidad en SU vida económica, que no sé cuando podrá librar- se de ella. Supuestos estos dalos, es ya fácil for- mar por aproximación el estado de la renta líqui- da de la Nación, derivada de la agricultura. POR productos alimenticios vejetales 4,368,780; por otros vejetales 1,530,000; por el ganado 1,599,000 pesos. Resultan 7,517,700 pefcos como ;;«—282— suma total líquida á favor de los productores: utilidad mediana, pero que no compensa, en ver- dad, los penosas afanes y privaciones que sufre en el campo, el labrador. La causa (no me can- saré de repetirlo) es la ignorancia de los conoci- mientos agronómicos, y lo pésimo de nuestros ca- minos y medios de comunicación: obstáculos que el vencerlos no está á los alcances del pobre agri» cultor. ¡jfjt mUéC M! w ta? DE LA INDUSTRIA. PARRAFO í.= De ia industria fabril- JAMAS he podido comprender la causa porque nuestros Gobiernos han favorecido tanto, y aun fo- mentado desmesuradamente el consumo de las mer- caderías estranjeras, importadas por los puertos del Pacífico, entretanto que han tenido y tienen to- davía desatendida la producción industrial, en el interior, asi como olvidados los medios de comu- nicación con el Atlántico. ¿Juzgarían que este con- sumo alentase nuestra industria? pero ¿cuál indus- tria? la minera? esta se hallaba arruinada; y para restablecerla, eran necesarios capitales ingentes que- 281— no exislian, y que no los rlá por cierto el con- sumo. ¿La agrícola? pero teniendo nuestros veci- nos los mismos frutos que nosotras, hacen y lia- rán perpetuamente que nuestras producciones agra- rias sean siempre limitadas y circunscritas única- mente á nuestros propios consumos; y los precio- sos lYutos de nuestras provincias orientales, cápn- ces'de .sostener el cortiercio) activo, no pueden ser trasladados con utilidad á las costas del Pacífico. ¿Querrían que se avisase y perfeccionase la in- dustria fabril? pero es muy mal modo de querer «adelantar, poner á luchar, brazo á brazo, un pue- blo naciente con pueblos que nutrieran por milla- res los años de su existencia y civilización, po- ner digo, en concurrencia abrumadora la industria fabril de naciones que han tocarlo ya la perfección con la de pueblos privadas completaren te de cono- cimientos artísticos y científicos, loque habría con • venido seria haberlos instruido bien en las artes y oíi • cios, antes de ponerlosá luchar. Ha sucedido pues con nosotros lo que naturalmente debía de suceder, es- to es, que se ha arruinado y perdido aquella po- ca industria fabril que alimentaba á millares de fa- milias, las cuales yacen hoy en Ja indigencia 6 en las posilgas del vicio y de la corrupción. La historia, cuyo testimonio vale, en la materia mu- cho mas que las teorías de los economistas, nos dice constantemente que la industria de un pais, deribada del adelanto progresivo de su ilustración indígena, se aniquila, siempre que se le presentan -28o- ue golpe en crecida copia los efectos de una industria antigua y muy abanzada: muy bien esperimen- taren esta verdad, los Mejicanos, Peruanos y M triscas, cuya industria murió en su suelo, luego que aparecieron tos Españoles con los frutos de la vie- ja Europa. Esta misma nos avisa por su historia no antigua sino moderna, que los Ingleses, Holande- ses y Franceses crearon y cclimalaron en sus paí- ses la industria, por medio de restricciones y pro- hibición; (l) que no derogaron estas leyes, sino paulatinamente, cuando llegaron sus negocios acier- to punto, quieto decir, cuando vieron que no po- dían encontrar puertos abiertos para su comercio, teniendo ellos los suyos cerrados: y aun asi ¿han concedido ellos hasta ahora la importación libre de todos los productos estranjeros, como nosotros,? no existen hoy mismo en «sos puertos llamados libres, prohibiciones, rc.-4riccior.es y muchas vejaciones ó trabas que ocupan el lugar de aquellas. CUANDO éramos colones, comprábamos los efec- tos de la industria europea aprecios altos, porque los recibíamos de cuarta, sexta ú ociaba mano y (1) Véanse los aranceles de Francia de 1664 y 1617; sus cédulas de 1668 y 1687 y 1713. De Inglater- ra;: discurso de la corona, de S9 de Octubre de ilil y acia Inglesa de 23 de Setiembre de 16(10; y Aranceles de Aduanas de los Taises Bajos afio do 4707 etc. etc. etc, Todos los cuales se han mitigado un poco, en estos úl- timos tiempos, por intereses propios pero no se han abroga- do, .como imprudentemente lo henu s hecho nosotros.__.— 286 — en virtud del monopolio que se ejercia en Cádiz; pero los efectos eran alómenos nobles y perfectos en sus especies. Destruido por el triunfo de nues- tra independencia el monopolio, y separadas por lo mismo tantas manos intermedias, y tantos de- rechos como causaba la célebre alcabala ¿no ha- bríamos comprado hoy en vez de jeneros bastos y ordinarios, los mismos efectos, aprecios cómodos, sino se hubiesen abolido, en masa, sin discucion ni discernimiento lodos los reglamentos antiguos? ¿No hubiese continuado la gente del pueblo consumien- do los artículos de su propia industria, pero mejo- rados por la derogación individual y meditada de ciertas prohibiciones? En aquella época Cochabam- ba daba sola al comercio interior un millón de varas de tocuyo, fuera de otros muchos tegidos. En esta Capital habia 81 maestros de tegedores con 6 ú 8 oficiales cada uno: lo mismo sucedia en Po- tosí y Oruro, y muchísimos mas existían en Mojos y Chiquitos ¿dónde están estos tegedores? ,donde esa multitud de mugeres solteras, que se alimenta- ban honestamente con el hilado? Ya lo dije arriba y no quiero repetirlo. CON vista del censo de 1840 he formado de los productos de nuestra industria fabril en bruto el estado que va á continuación, debiendo advertir míe todas las manufacturas que menciono son bas- tas escepto algunas metálicas, no por falta de pri- meras materias, ni de trabajo, ni de capacidad de los artesanos, sino por defecto de nociones; pues —287— que nunca se ha tratado de instruirlos. VALORES ÜE LOS ARTEFACTOS. En jabói almid 215,783 Kn salinas. I 409^4110 En polvo i salí 034.,5<¡4. Carbone ¡ leñe; 243,fi00 Sala de artesa i ,351 ,E00 Cigarros de ho j ja i papel. ^ 450,745 Suman. 3,958,907 En tejidos de algodón. En icfem de lana. En pieles curtidas. Obras de alfarería. Id. de loza y vidrio. Materiales de edificios. Azncar y miel. Aguardiente y vino. Mistelas. Chicha. «6,539 ps. 138 C81 81,728 138,000 43,500 93,539 69.Í23 302.792 4150 579,214 COMPONH NDOSE de nuestra población fabril de 9000 individuos, según se demostró en otro lugar, corrresponden de esta cantidad 439 pesos á cada industrial y 140 reales á cada habitante de la sociedad. Si la industria pues, ejercida tan en pe- queño, deja todavía proporcionalmente un contin- gente mediano, como se deja ver de lo que aca- bo de espresar. ¿Que seria, si ella se elevase á mayor escala, cuando no fuese sino para satisfa- cer las necesidades de las masas jenerales? MUCHAS consideraciones presenta la inspección de la tabla: Mojos y Chiquitos que en otro tiempo rendian líquidos a favor del Estado, de sesenta á setenta mil pesos en lienzos y mantelería fina, solo dan hoy 22,000; Cochabamba únicamente repre- senta ya por 240,000 varas de tegidos de al- godón, los cuales son casi nulos en los otros de- partamentos. La fabricación de la loza y el vi- drio á mas »dc ser escasa, ha desmejorado en vez—288— de progresar; el número de menestrales es irimen- s»m«nto menor hoy, que el que figuraba antes; pero retiremos los ojos de esta escena de horror que hemos creado, abrazando inconsideradamente teorías atrevidas, qne no tienen fundamento ni apoyo en la esperiencia. LAS oficinas y talleres en que se trabajan las manufacturas que he mensionadó dan lugar al es- tado que sigue; bien entendido que estos esta- blecimientos es?epto las abacerías y talleres de ofi- cios, están en actividad cuando mucho una cuar- ta parle de! año: por falta de demanda o sea del consumo' de sus productos. ESTADO. ,rhuq PAZ.jTari PotoiCoch jOru iSta.iBe 2 243 16 2 0 8 Confiterías. 47 2í) 2 22 7 8 5 0 0 Boliches. 21 1450 9 34 35 22 8 0 10 Falcas. 250 140 30 84 62 0 98 20 0 Chicherías. 1 148 950 189 978 1428 72 528 0 20 Carpinterías. Herrerías 74 84 21 G7 444 16 43 22 7 75 94 22 137 95 23 32 20 2 Platerías. 29 31 4 69 26 8 19 8 1 Zapaterías. Oja laterías. 153 204 51 1 43 270 36 32 22 6 17 H\ 1 51 11 2 1 0 0 Sombrererías 21 32 13 20. 43 7! 16 0 2 Sastrerías. 97 98 28 4 02¡ 280 43 20 20 5 Talabarterías. 20 11 13 17í 58 3 7 46 0 Barberías. 13 27 1 6! »11. u r 42 5 0 > ,*t7 0 1 ó -:):•, >1 0Ale3 On '80: l« |bJ . .019 TohnOtt ,W{¡ hfrwd ab «npasv enl vvpu^ovymün u?. ioq eebamaa .«ssnogtoodo ■álffoq olnondadhi /ibm nsoiidel »« 01 Hfq qí 9i> ?oi «i.;'.y n'í /¡¡Iijumi -v *-.fcíiadi>o soa tí»—290— CON asombro se observa en el mapa anterior la cifra prominente de las falcas y de las chiche- rías que en otros tiempos no figurarían por una cen- tésima parte; y aunque no faltaran economistas que miren tales casas solo como establecimientos industriales de producción, yo jamas dejare de con» siderarlas sino como oficinas, en que se elavora el venpno, para luego emponsoñar la sociedad física y moralmente. Tos telares parecen bastantes, pero ¿que importa si son enteramente toscos y las tres cuartas partes del año estsn en inacción? Las tenerías son muy pocas, considerado el número grande de pieles curtibles que hay en la repú- ( blica y de que se hace mucho consumo, importán- dolas del eslerior. Lo mismo sucede con las fá- bricas de cigarros de hoja, apesar de la abun- dancia de nuestro tabaco de preferente calidad. Muchos oficios han disminuido; unos por falta de materia en que trabajar, y de personas que les encomienden obras, como las platerías, otros porque sus productos son sofocados por Ta concurrencia estranjera, tales son los lozeros, vidrieros, sombre- reros, cerrajeros, peltreios y aun zapateros de Se- ñoras y talabarteros: otros oficios se han perdido enteramente como el del tintorero, esoultor, batic- jas, dorador etc. Las alfarerías no están repre- sentadas por su número, porque las vasijas de bar- ro se fabrican individualmente por los aborígenas; en sus cabañas, y constituyen para los de la pu- na, un buen renglón de comercio con los habi- — 291 — tantes de los valles, en que no hay barro de ollas- Cada vasija se permuta alli por tanto grano, sea de trigo, ó de maíz, cuanto cabe en ella hasta el arranque de su asa, cuyó sitio es fijo y deter- minado, según la clase de vaso: los cántaros tie- nen la asa en el centro, las ollas hacia su boca eta. PARRAFO II. De la industria minera. CUALQUIERA que considere con alguna aten- ción la naturaleza geológica de nuestros cerros y montañas, advertirá que som esencialmente metá- licos. Sus terrenos primitivos, intermedios ó de tra- sícion y sus rocas jeneralmente cuarzosas, feldcs- paticas, ó mico esquilosas, estratificadas en ban- cos de los mismos jéneros, ó cortadas por venas mas ó menos anchas van indicando desde la superficie las sustancias metálicas que en su interior contie» nen. En efecto si se escepluan unos pocos cerros, cuya formación es notoriamente reciente, y debida á algunos cataclismos particulares y aislados; todos los demás llevan en su seno en mayor ó menor co- pia oro y piala, ó á lómenos, cobre, plomo, ts- taño ó hierro, fuera de efas sustancias que por ca- recer de ductilidad y maleabilidad, eran llama- das por nuestros padres, semi-metales. En los mismos cerFos se encuentran diversas sales y una inmensa variedad de arcillas blancas muy finas, que—212— conservan su hermoso albor, aun después de co- cidas y endurecidas al fuego. Tampoco falta en ellos la tierra rica de abatanar paños, ni la «tierra jabón», que se parece perfectamente el que se fa- brica de grasa y álcali, ni Ion pedernales ó sílices y álcalis que dan el ser al vidrio, pi la manganesa ó jabón del vidriero, ni las hornagueras: lo que fal- ta si, es ciencia que ilustre la industria de los mineros, para que saquen de sus minerales las inmensas ventajas que les ofrecen; pues contraídos hasta ahora, únicamente á la esplotacion del oro, plata y algún cobre y estaño, han descuidado por en- tero los otros minerales, particularmente el del hierro, las lozas y p\ vidrio tan necesarios para los usos de la vida y cuyos minerales tanto abun- da en Bolivia, como igualmente el combustible que es menester para beneficiarlos, ES cierto que hoy dia se hallan nuestros asientos de oro y plata muy decaídos de su antigua opu- lencia y nombradia, de manera que no represen tan ya sino la sombra de lo que fueron; pero es- ta decadencia y atraso proceden de causas inde- pendientes de la naturaleza de las minas. Nues- tros abuelos, al labrar las vetas, no guardaron nin- guna regla, no emplearon ningún arle, no prac- ticaron ninguna obra preliminar que tendiese a pro- longar la duración d.e la lavor, ó a ahorrar los jornales en la eslraccion del mineral, ó del agua: asi es que luego que esta se preseutaba, ó aban- donaban la mina, que era lo regular; ó comenza- —$93^ van nueros trabajos costosos para labrar posos y sccabones por donde desopilarla: gasto que siendo tolerable solo en las vetas muy ricas hace que las demás se despueblen y arruinen. A esla cau- sa se han agregado otras deribíidas de la revolu- ción jeneral de los aborígenas, acaecida afines del siglo pasado; de la guerra de España con Inglater- ra, y de la do nuestra independencia. Escaseó la jen te de trabajo, faltó azogue desde el año de 1802; sobrevino la terrible seca del año 1804 y luago la hambre y la peste. La riquísima Provincia de Li- pez quedó yerma; los 90 injenios mayores de Potosí se redujeron á trece y !os de (Jruro á 8. Estos como si fuesen castillos de los insurjenles fueron quema- dos y asolados por los realistas: vinieron mas larde los empréstitos forzados, las acotaciones continuas, las contribuciones enormes, y otras persecuciones de este jénero, y concluyeron con los capitales y capitalistas. Cuines sepan cuanto caudal es preciso para establecer de nuevo el giro del mine- raje, cuando no existen injenios, operarios ni traba- jadores, no se admiraran de ver e! estado en que hoy yacen nuestras minas y mineros, después de tantas calamidades. EN la razón que sigue figura el numero de minas que existían en la república en es- plotacion actual,, advirtiendo que el lavorió en todas ellas es lenlo y mezquino, por defecto de fondos, máquinas y brazos, y hasta de operarios; pues han desaparecido los mineros y beneficia-—29 i— dores que algo sabían tradicionahnenle Je sus res- pectivos artes. Advierto igualmente que los nú- meros que espreso, están estraliidos de las listas no- minales que poseo, correspondientes á cada una de nuestras provincias. EN Potosí y su Cercado existían 26 minas de plata en actual trabajo y mas de 1800 despobla- das. En Porco 33 en trabajo y abandonadas 151»; en Chayanla 8 en trabajo y 130 abandonadas; en Chichas 22 en trabajo y G50 dejadas; en Lipez dos en trabajo y 7G0 despobladas. En Oruro y su Cercado había 11 minas de plata en trabajo y 4 215 despobladas fuera de las de oro, cuyo nú- mero no puede bajar de 200; en Poopó 15 de plata en trabajo y 318 dejadas; en Carangas 4 en trabajo y sin él 285. En Sicasíca 9 en tra- bajo y 320 sin él; en Inquisiví 5 con trabajo y dejadas 160; en Araca 4 de oro en trabajo y mih chas abandonadas; en Sorata 7 de oro con traba- jo y mas de 500 sin él. En Berenguela de Pa- cajes están todas despobladas, sin embargo de que fueron riquísimas. En Arque dos con tral>ajo y 100 despobladas; en Ayopaya hay también minas de plata abandonadas y en Choquecama ha habido un hermosísimo venero, como en Chayanta, donde existen también muchas ro'nas de oro sin labor. AUNQUE en los departamentos del Beni y de Santa-Cruz hay muchas vetas principalmente de oro no se han trabajado, porque la audiencia na- cional á cuyo régimen político y económico esta- —295— ba sujeta la mayor parte de aquellos distritos pro- hibía el laboreo de minas. Sin embargo se sabe de positivo que en Chiquitos hoy velas y lavade- ros de oio, y aun de plata, azogue, cobre y hierro, y que en Mojos laborearon por mayor los jesuítas el poderoso cerro de San Simón, según se deja ad- vertir, por la numerosa cantidad de destierres y desmontes que existen en dicho cerro. PUEDO asegurar sin temor de equivocarme en mucho, que de las 10,003 minas de plata abandonadas, las dos terceras partes lo ha sido por haberse apoderado de ellas el agua, y las restan- tes, porque sus productos no pagaban las antici- paciones. Pienso que ha sucedido lo contrario en las de oro, porque las minas de este metal, ya se abran en los cerros, ó en los veneros por bajo del lecho de los ríos ó que sean aventaderosofre- ciendo utilidad en las capas superiores ó inmedia- tas á la superficie, demandan grandes desenvolsos en los inferiores y profundas. Las minas de plomo no se labran por el poco consumo que tiene este metal, lo mismo que las de antimonio y Zinc. Acontece otro tanto con las vetas de cobre situa- das en el interior, pero las que están en la cos- ta ó muy cercanas se labran, para dar el cobre al comercio esterior, no en estado metá'ico, sino en el de mineral molido y labado; de suerte que su- friendo el minero boliviano todas las continjencias y azares del laborío, vende al especulador la vena esto es una ganancia ya segura: cosa que no se_ 296— ha querido permitir rv¡ en Alemania ni E.cpaña, (fts poniendo sus leyes que solo pueda venderse al es» terior el metal fundido. Las velas de estaño son pocas, como se vé; y únicamente se benefician en Potosí y Oruro, de donde se trasporta á Euro- pa el metal comprado á precios bien mezquinos. LOS maestros de Lstadístiea quieren que se esprese también en esta materia la ganancia q«e los mineros sacan de sus lavores; pero quieren un imposible, porque las vicisitudes y variaciones casi diai-ias de ras velas lavoreadas no dejan base algu- na fija, sobre que formar cálculos, aunque sea proce- diendo por términos medios. Muchos mineros pier- den de su capital semanalmente; y continúan el trabajo solo llevados de la esperanza lisonjera do ver mas- adelante mejorada la calidad de su mine-» ral; otros se contentan con sacar de sus minas algo con que mantener su familia mezquinamente, y son bien pocos los que reciben de su trabajo una compensación que sobrepase el 15 por ciento- Esto hace creer que si en el estado actual de las minas sé crease y avivase la industria fabril y el comercio interior, los mineros abandonarían bien presto todas las minas de oro, plata, cobre y es- taño que boy se labran en medio de ansiedades y fatigas á que no corresponde la retribución. -na oup d/iwrt oh ;obfidí¡l / obilom. Ifii»rwm sb I" «»hflb(flrlno3 eaV eubol nflsivdod oi^nim la obnoid Íbo^v Bl iobtilu oqao ffi ebtio/ ,ohW»Míb asiexB v Oí oa Üflp 0*03 :hwy>2 6 ; ;.jii«.n;a ftHU ¿1» oJe? EL año de 1846 han rendido las minas los valores representados por las cifras siguientes_ En plata presentada a la casa de moneda 1,912,914 En la que se supone haber salido por alto.....40,000 En oro presentado...................87 620 En oro que salió guiado....................... 7864 En el que salió por alto....................., . 2500 Encobre fundido......................../jg qqq En barrilla de cobre............... ........246 000 En eslañ0..................................18,000 2,343,095 ESTA suma repartida entre los habitantes de la república apenas los hace participantes de 2 ps. por individuo: y de 436 p». con respecto solo a la población minera. PARA que pueda formarse un concepto cabal y seguro de las vicisitudes á que está espuesto el gremio importante de mineros, doy el estado que sigue, levantado por quinqué», «¡os que comienzan el año de 1800, y contraído únicamente la piala que constituye el objeto pre- dilecto del minero boliviano, y también porque el oro snle fuera casi todo, sin presentarse á las casas de moneda. 3S—298— QunkQfTSfcios. VAL' R. VALOR. Al aüo 182<>.........9,089,787 De 1800 A 1806 TI,1F6,469 ps. Al de 18;¡"l (l)» 9,784,6-20 A 18H¡16,2K?S,590 ¡Al".■»;'■• ;íOírfi¡ ,od'J¿ U9 oíf»n9/ lil. i EL comercio de cada uno de los departamen- tos con el esterior, figuró el año de 1846 de la manera que sigue.— La Paz compró en precios de tarifa jéne- ros ultramarinos ........................199.470 Vendió en quina, cobre y barrilla de cobre...363,910 Diferencia que salde con moneda............135,560—310— La misma Paz compró del Perú — ;En aguardiente vino y oíros caldos..........316,000 En azúcar, alfeñiques y dulces..............108,000 En ají de diferentes especies ...............36,000 En carnes, mantequilla ele..................40,500 En papas y ChuñoU!........................$6,400 592,900 Y vendió al mismo Perú: Primero 7851 cesto»de coca....44,120 j En tabaco y cigarros...........8708 ^ En chocolate y café...............1184 S En ortaliza y frutas............... 956 | 5202 Piferenc¡a^qu(§ saldo con moneda........... 540,872 Oruro compró de ultramar.................69,782 Y vendió para ultramar, en estaños, chinchillas y lana......________..............22,000 Saldo con moneda....,.....................47,783 Compró del Perú en caldos y otro* artícu- los menores..............................68,700 Y la vendió en sebo, jabón, chasque: y manteca............................13,000 Suplió con moneda.........................-.55,700 Cochabaraba compró de ultramar, y satisfizo todo en moneda....................368»890 Compró del Perú. En caldos, pescado seco y otros artírulos......57.,500 —311 — Ylevendióenharmasdetrigoymaiz.34,200 ) En jabón y tabaco.............. 19,000 > 557,200 En varios artículos menores.......4,000 } Ganó .........................................300 Atacama compró de ultramar............. ....62,042 Le vendió en barrilla de cobre----42,000 7 .„ nf. En pieles de vicuña, y chinchilla...5000 $ •ii*'*ÜUU En huano? Saldo con moneda........................... 4 5,042 Mas de 00 mil pesos que Atacamá consume, en Víveres de Chile los papa con moneda, y unos 400 pesos en caparrosa (sulfato de hierro). Polos! compró de la república Arjentina. En 5000 muías á 20 pesos..............¿.100,000 En 800 caballos á 15 pesos.............12,000 hn 4,600 burros á 6 pesos...............Sb7,600 En 3000 vacas á 10 pesos...............30,000 En lomillos, riendas, estribos, pellones etc.;.;¿28,000 Jabón! tabaco! magno! ele...............49,000 Í46.600 Le vendió en 1200 cestos dé coca y S arrobas de chocolate..............• ....14,000 Saldo con moneda .....................¿.2Í32,600 TODO lo que Potosí consume de Ultramar, lo paga con moneda; lo misino hacen los deparla- partamentos de Chuquisaca Tanja y Santa1-Cruz;—312— que se ven embarazados por la distancia y aun nías, por los pésimos medios de comunicación, de ofrecer al mercado trasmarino sus frutos intertro- picales, cueros etc. Estos tres departamentos no tienen con los Estados vecinos comercio que me- rezca mencionarse. Chuquisaca no tiene ninguno; el comercio de Tanja con la república Arjentina no vale dos mil pesos y el de Santa-Crnz con el Brasil no llega á" la mitad. Los brasieros que por et' Madera bajan desde el Para á Matogroso, sue- len entrar á la Exaltación capital de aquella pro- vincia, donde venden hierro, y sal!!! a cambio de suelas, macanas, jipijapa etc. pero todo esto tam- poco vale mas de unos dos mil pesos, de vez en cuando. POR poco que sea el cuidado con que se lea este cuadro, se conocerá que bien pudieran rete- nerse anualmente en la república mas de ocho- cientos mil pesos en moneda que tanta falta hace á la circuición y tráfico interior. Para el efecto bastaría promover con eficacia algunos ramos co- munes de agricultura, encaminando sus productos á ciertos puntos que se proveen del esterior solo por costumbre y rutina; y protejer contra los bárbaros á los ganaderos de Tarija, Chuquisaca y Santa-' Cruz; pero no con solo decretos que jamas se cum- pla, sino con obras permanentes y providencia» eficaces meditadas sistemáticamente y perseveran- tes, nombrando para que las ejecuten y hagan ejecutar Prefectos y Gobernadores» patriotas, ¡ns- -:m- truídos y„b¡en compensados. Vergüenza debe cau- sar á los Gobiernos ver que los deparlamentos de la Paz, Potosí etc. se alimenten por la mayor parle con carnes traídas del eslerior, entretanto que los chirihuanos roban todos los años, el ga- nado de Tarija, Chuquisaca y Sania-Cruz, departa- mentos en que puede multiplicarse el ganado vacuno, y caballar al infinito. Vergüenza debe causar, repito- ver que la Paz consuma papas, chuño, quinua» chalonas etc. del esterior, entretanto que en su distrito pueden sembrarse y cosecharse aquellos frutos en la cantidad que se desee, asi como criar- se carneros para la salason de las chalonas que se llevan á Yungas: para todo esto no se necesita mas de querer; pero el querer es para nuestros ministros un trabajo insuperable. Estas anomalías son perjudiciales en suma manera á toda la Na- ción; y siendo su examen analítico algo delicado y peligroso en las presentes circunstancias, lo omito; apesar de que mi asunto lo demandaba. ,nwtj ol jup ¿anoE'iDq ?f»i oso ioq v ,io!iiiiiTftt\rtt nstnull sw.p V n&j nsiiffiino> *>% ,'difiifid LOS renglones que constituyen ef objeto del comercio interior son: 1.° los frutos de la agri- cultura propiamente tal: 2.° el ganado y sus car- nes saladas: 3.° los artefactos del pais: 4.° los jeneros eslianjeios naturalizados. Como este tráti- JO—SU- CO se practica no solo entre departamento y depar- tamentos, sino también entre las provincias de on mismo departamento, y aun* entfe los pueblos de una misma provincia y cantón, seria rnuy útil par- ticularizarlo, siguiendo esta misma marcha; pero necesitándose para el efecto un crecido número de dalos especiales de cada cantón; y siendo muy di- minutos y equívocas Tos que por ahora poseo, me contentaré' solo con manifestar en jenerai esta» reía* eiones comerciales. LAS cereales por Ib común se venden y con- sumen en el mismo departamento que Tas pfoda— ce. Salen de esta regla Cochabamba y la provin- cia de Chayanla correspondiente á Potosí, que prow veen de trigo y maiz á los departamentos de la Paz y OruTó. También Tarija remite alguna por- ción, aunque pequeña, de sú hermoso maiz- á Chichas, Átacama y aun Chuquisaca. EL ají que' se produce en la república no es de una misma naturaleza: varia mucho en sú sa- bor y color, y por eso las personas que lo usan, buscan ya la una variedad, ya la otra. Del de- par ra mentó de Cochabamba se He va ají á Chu- quisaca y de Chuquisaea á Cochabamba y Potosí. Los pobres aborígenas que bascan siempre lo' mas barato, se contentan con el que llaman misqueuch&,- entre tanto que los blancos' hacen ascos á ese ají' y elijeu el palpa, el amarillo etc. etc. LAS provincias de Tomina, Azero y Cordille- ra cuiten dé carne á los departamentos de ' —:it5—k Santa-Cruz, Chuquisaca, Cochabamba y en parte Potosí, óruro y la Paz consumen el ganado que crian, y el de la república Arjentina, y aun el del Perú, la Paz. Tarija envía alguna carne salada á Atacama. El Beni no provee á ninguna parte por falta de comunicación, sin embargo del muchísimo ^Uji.' ii/ 'JO JiJ' > ¡i).- lit C tl:i'!tl < TH~, (¡11 ' .J»¡l$*| ganado que existe en Mojos, DE los 4 41,027 cestos de coca que dan los Yun- gas de la Paz solamente salen al esteiior 8300 cestos, esto es, 7300 al Perú y 1200 á la república Arjentina: todos los demás se consumen en las provincias interiores. Este renglón aumenta mu- cho de valor con el comercio por los impuestos y el flete, y da también lugar á buenas ganancias. Santa-Cruz provee de azúcar á toda la república, escepto la Paz que consume la del Cuzco. Casi otro tanto sucede con la pepita de cacao que casi toda sale del Beni, pues es bien poca la que se cosecha en Yungas, Mapiri, Guanai, y Guarayos. Sin embargo en la Paz se compra todavía mucho cacao de Guayaquil. DE las lagunas saladas del deparlamento de Oruro se saca la sal que se gasta en la mayor parle de nuestros pueblos, asi -para los usos de las cocinas y salasones, como para el beneficio del metal de plata. También existen algunas salinas en Tarija, Chiquitos etc. que proveen á sus comarcas. EN ningún punto hay una crianza formal de caballos, muías y burros, no obstante las gran- des comodidades que ofrece el territorio de la re- pública: asi, estos animales ya se consideren como—.110. artículos del comercio interior, ó como medios de porteo son puramente del esterior. EL vino y aguardiente de uva se surte á las provincias del Sur por los valles de Malaca y Sin- t¡, y el ron ó aguardiente de caña por Chuqui- saca. El Norte consume los aguardientes y vinos del Perü. En otro tiempo la provincia de Mizque producía, según se lee en nuestra historia, abun- dantes vinos; pero hoy no existe ni una sola viña. No tenemos aceitunas de que pueda sacarse aceite, sino en Sinti, y aqui tampoco que no basta para el consumo de su capital. LAS bayetas blancas y de color y el corde- llate se tejen en los departamentos de Oruro, la Paz, y Potosí y se venden en toda la república. Eu otro tiempo constituía esta industria un buen ramo de comercio para Oruro, por sus bayetones, bayetas y cordoncillos, chuces y alfombras para el tendido de los salones, frazadas de varias ca- lidades y precios, colchas, tapetes etc. mas todo esto ha desaparecido. Los principales tejidos de algodón se fabrican en Mojos y Chiquitos, y algu« nos pocos en Cochabamba, para proveer con ellos á los pueblos de la república que no obstante la inmensa copia que se introduce del esterior, los buscan todavía, porque les duran mas tiempo; pero todos ellos no constituyen un milésimo de. Jos que antes se fabricaban. Concluyamos este lastimero cuadro, reuniendo los valores que el comercio pone en movimiento y circulación. —317 — —BfR- - PARRAFO K Valuación del comercio. AQTJI me sucede lo que he dicho en los .par- tafos anteriores, esto es, que no es posible se- ñalar la cantidad líquida que el comercio saca dé sus movimientos; nos contentaremos pues con in- dicar solo el valor en bruto, enunciando algunos datos por donde pueda rastrearse el líquido con respecto al comercio interior, porque el esterior, ejerciéndose por medio del monopolio de Valparaí- so, deja al mercader un provecho conocido que pasa del 10 por ciento. MERCADE- (Valorenvent.iValordevent.i TOTAL. hias. • ' Ultramarinas Terrestres. Gran total. 3,772,881 0,091,707 3,772,881 0,091,707 ... 7,545,702 1,383,534 .8,929,290 SE ve que el comercio esterior llega en bruto á la suma de 8,929,290 pesos; y si como supongo, deja á los negociantes un logro que no baja del 10 por ciento, este debe de alcanzar á 1,384,587 pesos líquidos anualmente. LA suma total del comercio interior ha de ser algo mayor; aunque las utilidades deben de ser—318— menores: he aquí el estado que lo représenla. JENEROS. ¡VALOR ENjj IDFM DE I TOTAL. / VEXTA. | VENTA. | Frut. de agricult.¡|14,92ViS0¡¡l 4,922,150 29,844,30° industria. 107,905;49ül07.905,496,15,840 ^.gosUyoj^'.gosUge^sisio.VjS Gran tolal...............................45,653,it92 SE ve que el comercio interior, compuesto de artículos groseros y despreciados por quienes se ti- tulan comerciantes de jé/teros nobles de Europa; apesar de ser tan poco atendido, y hasta olvidado se eleva á la suma de 45,053,21)2 pesos, es decir al scstuplo del comercio esterior. En los centros de producción el valor de los artículos de que se compone el trafico, solo era de 39,754,266; pero el comercio trasportándolos ú los mercados del con- sumo, los ha aumentado con 5,900,826 pesos. Si se descompone este aumento, se conocerá que resulla 1.° de los Heles que paga el comerciante: 2.° denlos impuestos quej se le cobran; 3.* del interés del dinero y 4.° de la utilidad que perci- be en razón y por premio de su trabajo. No po- demos saber, á cuanto se elevará esta utilidad neta por la diversidad de los elementos, de que se for* ma; y solo examinando individualmente cada ar- tículo, podríamos llegar á conseguirlo: trabajo que sobre ser innecesario, me detendría mas de lo que exije la naturaleza de esta obrilla. LOS frutos agrarios suben po^n. al wv'-ng*?** — 319— al consumidor, porque regularmente son los n.-^ naos labradores los que se ocupan en su espendio. Salen de esta regla la pepita de cacao, el ají, tabaco, coca y algún otro renglón que por pro- ducirse esclusivamtínle éh ciertos puntos, y con- sumirse en todos Ids de la república, circulan, áli* mentando su valor progresivamente hasla dupli- carlo y aun triplicarlo. SUCEDE otro tatito cóh los productos de tá industria que se Consumen en los Centros de su producción, ó mUy edrea: escepto los caldos, el azúcar, y los tejidos de lana; el a¿ucár solo ge fabrica en Santa-Cruz y se gasta en toda la re- pública fuera de la Paz; pero los caldos y tejidos aunque algo circulan, encuentran por todas partes competidores que los sofocan: caldos y tejidos es- tranjeros que ningún derecho pagan al erario pu- blico (1) por su internación, entre tanto qüe los nacionales los pagan!!! NO dejaré de notar de paso, que los pocos artículos qüe circulan con alguna amplitud, en la república, ofrecen á los negociantes medianas uti- lidades; pero siendo corto respectivamente su con- sumo, bastan para absorber su comercio pocas per- sonas; de aquí puede deducirse que sí la esfera del comercio interior se dilatara, dilatando la pro* duccion y el consumo, y mejorando nuestros me- dios de comunicación, serian muchísimos los su- | 1 j Conforme al último tratado de Arequipa.—320— •£fc»fl sol no? 6lu:.(mr,\n'ú9l ¿jup'« <7 ,lol*i I» Mojii.q i-'i! •;r,"i onp *ftt9\ami eoboq ?o? »nn .')»r,q r>h leioh oí) 6ir»¡ d» O/! al a-j .bnlilqnis 'nríupjB n i ) nnfuoln sttp sófoafyto g»ojp u*. jadioedn Bisq tuií.n.i ,omy< r.TjVvj «I ¡c |» p "•'.';! 1 afwq ¡upa ab ;*anos -oiq ai «ibrtBfrüb .Mr-lr.lib a* lohaJni oiaiamo:* lab -•)•« « oiieaiia pbnBlo¿r>m 7 ..< ¡v'qojJU. < • «onr.Mib -ti* sol W)ui;».id.'>it¡n aarw»' , »»<;i r.- iatt'¡«.<-> ab ¿Oib ,*nA :>'; .•!>.!i%> J ■ ■ • i«» ¡muí ilíio * , ■ , iggupKSÜJSÍÍS&SS S&J •Gw /K^ts*'1*.wwwjwjbt W ^í i^ ^# ' CUADRO VIII. -¿j ¿pji&ini uaJun-nq 1 ¡ i'. .«obnr.Jw ol-¿¡ De los caminos y navegación de los rios. )ÍJ)í:'K| 88 T>up •tlaoou «al 01 1 ümíüíO 1.4=5 De los caminos principales. aoiob r.bn >¿¡I-Jim «A ¿; indo ol obuilnon eii a* ¿ti abisal oí'b\)üq id «r.iboq 6«iQ¿ .ea '.a irfp ab aoiborn.sol o;ip «oteóla ¿*<->V ¿oboJ obnait»iia;K| NO se puede negar que nuestros caminos son por la mayor parta, intransitables. La na- tural aspereza de las sierras, y el notable des- cuido que en este ramo esencial de la adminis- tración pública, han manifestado los prefectos, son las causas de este mal, que por cierto es mucho mas grave que lo que jeneralmenté sé juzga. Todas las naciones ponen, y han pues* 41—322— lo desde la mas remota antigüedad, su mayor esmero en poseer buenos caminos y carreteras. Son bien conocidas las vias militares de los Ro- manos, construidas en tiempos de paz, por las triunfantes manos de sus legiones; y también lo son las carreteras, Ierro carriles y canales de las naciones modernas; pero nosotros no hemos pensado siquiera hasta boy en levantar el plan de un buen sistema de caminos públicos, para irlo ejecutando, según nos permitan nuestras fa- cultades; ignoramos el arte de construirlos, y hasta los medios de asegurar las reparaciones que se practican, y de terraplenar las nuevas vias que se abren, para evitar la formación de torrenteras que convirtiéndose después en bar- rancas, inutilizan el paso. Si alguna vez se ha querido romper una senda nueva, ó componer- la, se ha confiado la obra á la intelijencia délos correjidores. ¿Qué podia, ni puede esperarse de hombres que en so vida han visto otros cami- nos que los nuestros? ¿de hombres que no com* prendiendo lodos los efectos que los medios de comunicación producen en la forma pública, se contentan solo con mandar remober del transi- to algunas piedras? En el camino vecinal que de la Paz guia á Coroico se han invertido, se- gún se dice, roas de tOO.OOO pesos; y sin em* bargo no se ha logrado hasta ahora hacerlo la* fílmenle practicable, como se deseaba, y como .r»e habría conseguido con gasto tan injenle en- —323— cargando la dirección á un Injenioro hábil y hon- rado, y no á los Correjidores ó Gobernadores. SI al dar la descripción física de nuestro ten- ritorio, me he dejado comprender, se conocerá fácilmente el sistema de caminos que reclama nuestro tráfico interior, y que su realización no olrece obstáculos insuperables. En la región alta de la república se prolonga, de Sur á Noile, la altiplanicie de Oruro, comenzando en Alóla y terminando en el cantón de Guaicho, esto es, donde termina también por aquel lado el terri- torio de la república. En toda esta ostensión que abraza 150 leguas, no se necesitan sino II- jeras reparaciones para formar una buena car- retera. De Alota á la cosía ti terreno no es tan llano, y ademas carece de bastante población, y en algunos puntos, aun de agua potable: aqui es pues donde hay que trabajar con el dinero, con el injenio y sobre todo con el patriotismo. Mas no se crea por lo que acabo de decir, que exis- tan allí cerros que perforar, ó cuestas que alla- nar: nada de esto. Solo se encuentran algunes repechos, ó declivios cortos, que el arte sin gran- des dificultades puede superar; siendo el compro- bante de mi verdad el haberse traído de Cobi- ja á Oruro, el año pasado de 1844, cuatro ca- ñones gruesos en sus cureñas, por personas que jamas habían manejado, ni quizá visto rodados; manifiesta pues este solo hecho, que no se pre- sentan en toda aquella carrera obstáculos gran-—32Í — des que puedan embarazar su allanamiento. ESTABLECIDA la carretera principal, no se- ria muy difícil ir allanando los caminos trasver» sales que van á los pueblos del Este y Oeste; aunque no es posible aplanarlos todos, de modo que puedan rodar por ellos los carros, particu- larmente los que de bada el Norte se dirijen á los llanos: la aspereza de las cuestas, la altura escabrosa de sus cerros y las profundas quebra* das que se ven en la cordillera real del Norte pondrán siempre á este objeto una valla insupe- rable. Pero ya que la naturaleza ha cerrado con montes inaccesibles las puertas de esos hermosos paises, ella misma nos va indicando los senderos que debemos seguir para ponernos en contacto y comunicación con ellos, esto es, los grandes ríos que bajan á aquella región, y de cuya navegación ya pronto hablaré. EN la parte baja de la república son llanos los pocos caminos que existen; pero tienen tan»" bien los obstáculos é inconvenientes anexos á los grandes despoblados. Inmensas soledades, bár- baros, fiera-, ríos, pantanos, y multitud de bos- ques espesos que los interceptan, hacen bien pe-» nosa la comunicación de un pueblo con otro; y la falta de comunicación asidua obra otro efecto peor, y es que se olviden las pecas sendas directas que á fuerza de sufrimientos y trabajos se des- cubren. El Jesuíta Francisco Herbas halló un hermoso camino que de Sauces guiaba por la mar- —325 jen derecha del Parapetí al centro de la provin- cia de Chiquitos con sola la distancia de 100 le- guas; y hoy ni memoria ha quedado de este ca- mino, sino en los libros, Lo mismo ha sucedí* sol, n-.i tosí a Sucre, porque su fábrica no carece de ar- te; aunque sorprende ver que no habiendo cos- tado sino 900u pesos según las cuentas que yo be visto en poder de los constructores, se hubiesen mandado pagar 20 tantos mil pesos de los ion* dos municipales de Sucre y Potosí. Nuestros bi- sabuelos no fueron en este punto y en otros se- mejantes, tan neglijentes como nosotros: en el Pilcomayo donde hoy existe el puente de madera, tenían uno de cal y canto, con dos ojos, que fué destruido á fines del siglo pasado por descuido de sus guardianes. En Cachi mayo hubo otro de la misma fábrica. Sus piedras labradas en sillares cuadrilongos se encuentran arrojadas por la que- brada de Nuccbu, y entre ellas se ha hallado la lápida que con tenia una inscripción con las ar- mas reales. Sobre el rio de morachaca en Cha- yanta hubo uno de mimbres suspendido al aire, que igualmente ha desaparecido. Nuestra indo- lencia es tanto mas reprensible, cuanto que to- dos los años vamos viendo las muchas victimas que son arrastradas y ahogadas por los rios. No parece sino que la fatalidad nos ha condenado, en todos los objetos que conciernen ti bien pú- blico, á un indiferentismo cruel c inhumano, de que debemos avergonzarnos. Los puentes colga- dos ya sean de cadenas de hierro, ó de mora, pita, ó del tenaz é incorruptible Guembé con contrapesos para evitar el que con el viento se mezan. ¿Son infabricablcs? ó tan costosos que valgan mucho mas que la vida de 50 ó 60 boliviauos que pe- recen anualmente en los ric»? PARRAFO lí. De la navegación de los ríos.) HABITAMOS en un pais que produce con sobrada abundancia los frutos llamados coloniales. Sin . que nos cueste trabajo ni cultura poseemos bosques dilatados de cacao, café, algodón y Ma- taju (1), y podemos aumentarlos indefinidamente según nuestra voluntad. Tenemos en mil pa- rajes caña de azúcar, vainilla, tabacos esquisilos, nopal, añil, achiote, chapí, y otros innumerables palos y frutos de tinte. Ni nos falta el celebra - do canelo, ni el nogal moscado, ni el clavero (2); y sin embargo somos los bolivianos tántalos en medio de las aguas, somos, digo, mendigos en medio una prodigiosa riqueza; porque ni las producciones sobredichas ocupan nuestros mer* cados, ni las pocas que de los bosques se sa<» can, se espend«n á precios cómodos; antes si, tienen el mismo ó mayor que en Europa, adon- de las trasportan de otros paises, venciendo la (t) Es una especie de algodón que se asemeja á la seda joyante por su brillo y recibe el tinte como la lana, aunque como esta tiene algunos pelos. (2; Léase el diario del viaje por el Mamoré y Ma« dera de Palacios,—328— enorme distancia de 1500, ó 2000 hguas. ¿De que procede este singular fenómeno? ¿No parece increible que una producción valga tanto ó mas caro, en su país natal, que á lontananza? No por cierto: no es estraño nada de esto, ni debe ad- mirar aquien conozca nuestras sierras y los de* íectuosos medios de nuestras comunicaciones. Ya otra vez dije apoyado por el testimonio de Mr. La'Condamine, que era mas despendioso atrave- sar nuestra cordillera, que ir por agua, dos ó tres mil leguas. Esta terrible verdad debió ya movernos á tentar Ij navegación de nuestros ríos, que originándose en medio de la cordillera, tras- ladan sus abundantes aguas a! Atlántico por Sur y Norte, pasando por los llanos, en que se encuen- tran los frutos que he mencionado; rios qup recibiendo por ambos lados copiosos raudales da otros rios, eslán destinados por la naturaleza á lle- var nuestros productos al esterior y traer para to- dos los bolivianos, la abundancia, y ventura de que carecemos. El sabio botánico Hahenke propuso el año de 4792 la navegación del Mamoré hasta el mar, prometiendo emprenderla personal- mente; y piro patriota, no hace mucho, la del Pilcomayo. Ni una ni otra proposición ha sido es- cuchada, ni acogida como debiera. De la prime- ra se desentendió el gobierno español; y la del Pilcomayo se abandonó lijeraraente por el mal éxito que tubieron dos pequeñas tentativas, sos- pechosas, y practicadas por personas notoriamente -329- inepta?; y cuyo objeto fué, según conjeturas muy fun- dadas, diametral mente opuesto al Gn que se propo- nían ostensiblemente los emprendedores. He aquí porque me detendré, en el presente párrafo, cuan- to fuere menester para ilustrar este asunto grave é interesante; aunque sea á costa de desviarme uu poco de los límites y objetos de mi opúsculo. DOS son,' a mi entender, las navegaciones principales que debemos procurar, para salir al Atlántico, desde el corazón de la araérícadel Sur, en que vivimos; la del Pilcomayo y la del Mamo* re. Creo superfluo cansarme aqut, en demostrar las utilidades de ambas, basta conocer el curso y desembocadura de los dos ríos, para percibir in- mediatamente las grandes ventajas que una y otra producirían a favor de la república, tan luego como se realizaran. Y aunque ya manifesté con parti- cularidad, en el cuadro 3.° el orijen, curso $ boca de los dichos dos rios; no obstante los recor- daré de paso, afín de que se comprenda mejor mí intención. EL. Pilcomayo después de enriquecer con casi todas las a¿uas que caen al Este de los Azaoa. ques de Condo, corre por las cercanías de Potosí y Sucre, llevando un fondo de 20 pulgadas de agua, á lómenos, en sus mayores menguantes, y recibiendo todavía otros muchos rios y arroyos, va á confluir en el Palmar de Sinli con el tormén* Loso Pilaya, que arrastra mucho mas caudal que .el Pilcomavo, porque baja de mayores alturas y— 330— _BL¡2 'JlHTt Jr.TIl !■¿rif\'\ rjf!ílíi> OiI'jjífO tvf'li"> '/ 5/¡b'" distancias, es decir, desde los montes de Avilcha y Alota, abarcando por consiguiente una región hi- drografía mucho mas espaciosa. Reunidos ambos en enorme masa, y conservando siempre este con- junto eí nombre de Pilcomayo fluye por los llanos, 'dejando á la derecha el chaco central y á la iz- quierda el boreal. Mezcla al fin sucesivamente sus copiosas ondas con el Pa ragua i á los 26 de lati- tud; con el Paraná á los 28; con el Urugoai á los 34 y descarga á los 35, en el Atlántico, bajo el nombre poético de rio de la Plata. EL Mamoré se hace notable desde el punto en que se juntan el Calaota que viene de Cocha- bamba y el rio grande de Ghayanta. En este pa- raje que se- halla á Tos 19* de latitud, entre el pueblo de Uricaraci y Poroina, tiene como 3 pies de profundidad, en sus menguantes, la cual va progresivamente aumentando hasta 40. Unido el Mamoré al Guaporé y Beni constituye el Madera, tronco principal del Amazonas ú Orellana que en- tra al Atlántico, bajo la linea equinoxial. Fe di- rijen pues las aguas del Pilcomayo al Atlántico meridional, y las det Mamoré al Boreal y descar- gan* 33 grados distantes uno de otro. Si llegasen 4 practicarse estas dos navegaciones- abrazaría ta del Pilcomayo unas 700 leguas, y algo mas de 900 la del Mamoré, contando desde los puntos que he indicado arriba. SE presenta otro proyecto de navegación in- terior no poco iitil en el rio Desaguadero, que rie- —331 — ga fors provincias de Pacajes, Sicasica, Oruro y Poopó. A las orillas del lago de Titicaca, de que procede el espresado rio se hallan situados los pueblos de la provincia de Omasnyos, y no muy distantes los de Muñecas y Larecaja. Entre los pueblos ribereños de Omasuyos debe notarse et Aigachi que dista de la ciudad de la Paz solo unas doce leguas de camino llano y carril. El lago de Pampaullagas en que vierte sus aguas el rio, termina frente á Potosí algo mas de 20 leguas, lejos de las fuentes del Pilcomayo. En este es- pacio hay una serranía baja, curiada por muchas cañadas, mas ó menos anchas, que conducen fas aguas, en tiempo de lluvias, unas al lago y otras al Pilcomayo ó Yocalla, como alli se le llama. No seria desatino en mi concepto esperar que nuestros nietos unan el Pilcomayo con el lago por medio de un canal adicional y alguna esclusa, para prolongar la navegación, desde la Paz al Atlántico. AHORA bien: pueden estos rios ser navegados? si no pueden serlo ¿cuales son las causas que em- barazan su navegacion¿ ¿está al alcance de nues- tras facultades el superarlas? Si los rios prediclio* son navegables ¿desde que punto lo son? ¿Qué sistema, ó qüe medios pueden emplearse desdé luego para empezar la navegación? He aqui las cuestiones que deseo esplicar, contando para e efecto, mas con mi patriotismo, que no con las pocas luces que sobre tan importante asunto poseo.—33:? — VARIAS son las causas que impiden la nave* pación de los rios, ó que la hacen penosa y di- ficil; pero en jeneral pueden reducirse á 6: 1.* Al poco fondo del rio; 2.» la excsiva velocidad de las corrientes; 3.* los bancos, y arrecifes; 4.' las cascadas, cataratas, ó saltos; 5.* el pasar el rio por territorio eslranjero, 6.* la escasez de medios pecuniarios, á que podrá agregarse, si se quiere, )a falta de un jénio emprendedor, ilustrado é insis- tente, y la de algunos injenieros intelijenles .que correspondiendo á las intenciones perseverantes de un gobierno patriótico, dirijan las obras materiales. Vamos por partes; EL fondo que se necesita para la navegación, no es una cosa absoluta, sino relativa ú la espe- cie de navegación que se intenta establecer; y como nosotros debemos pensar en todos los modos de navegar, ó flotar, aunque sea con poca carga, según meesplicaré adelante, cuanto ahora diga de- berá entenderse en este sentido. Esto supuesto, continuo con la esposicion de las verdades jene- rales. El poco fondo de un rio proviene de la pe- queña cantidad de agua que le afluye; ó de di- latarse y espíayarse demasiado á causa de no po- der ahondar su cauce por falta de corriente, ó por la resistencia del suelo. Si el volumen de agua es tan menguado que no puede sustentar ni la flotación de las balzas, no hay para que pen- sar en el tal río; pero si el agua es abundante, y el poco fondo procede solo de ensancharse mucho el rio, entonces puede remediarse el defecto. He aqui las obras que por lo regular se practican para conseguirlo. Basta unas veces enangostar el cauca del río, encajonándolo en el punto, hacia el que comienza el ensanchamiento: estrechadas de niero hidráulico después de un reconocimiento pro- lijo podrá correjir y rectificar en lo sucesivo lo que yo diga ahora. EL Pilcomayo en tiempo de secas, conside- rándolo desde su puente, tiene 20 pulgadas de profundidad, á to menos, en los sitios en que se esplaya; y como hoy se construyen barcas que no calando mas de 12 pulgadas de agua, son capaces do 50 toneladas ó sean mil quintales, es claro que su fondo actual es suficiente, para llevar desem- barazadamente una carga de 500 quintales, fue* ra de la pequeña máquina de vapor que daria mo- vimiento á la barcal. Los 500 quínta'es de carga requerirían para ser trasladados por üerra 160 ínu- las con diez ó doce arrieros y mucho tiempo; en« tre tanto que fa barca á penas demandaría cuatro operarios y eí combustible que tanto abunda en las márjenc» de los rio?, y proporcionalmenle muy 'poco tiempo. La profundidad de solas 20 pulgadas —337— se encuentran en dos ó tres puntos inmediatos á' Sucre y Potosí; y según el Padre Palillo en diez 6 doce de los llanos, en que el rio llega á dilatarse' muchísuno. Como este ensanchamiento es ocasio- nado por unas vetas de arcilla, que cortan obli- cuamente el álveo del rio, y que las aguas no pueden romper por falta de velocidad, no es di- fícil correjir, si se quiere, este defecto. Las vetas solo tienen de 45 á 20 varas de ancho por las observaciones del citado Patiño, y poco mas de- profundidad: espacios que exijen gastos cortos, si se atiende á las ventajas que puede traer su me- joramiento, pues en caso de romperse dichas ve- tas, no bajaría la profundidad del rio, antes la confluencia del Pilcomayo, de tres pies, ni de diez después de ella. HAI en el alto Pilcomayo otros dos'obstáculos de alguna mas consideración. Consiste el primero en que se encuentran muchos pedrones que agi- tan fuertemente las aguas, en los. puntos donde el rio intercepta las cadenas de la cordillera. Estos puntos son tres, pero ninguno de ellos abraza un espacio largo, ni presenta dificultades estraordina- rias: algunos quintales de pólvora de minas con unos 20 barreteros bastan para desaparecer los pe- drones en tres ó cuatro meses de trabajo dirijido ppr personas intelijentes. El segundo es el salto que da el rio, junto á Guarapctendí, para echarse á los llanos. Aquí es menester, ó fundar un lugar de descarga ó abrir un canal lateral, con dos, 43338 ó tres esclusas para salvar los 2i 'pies de altura que el salto mide. Si se reflexiona á que las esclusas no son mas de estanqnes, algo mayores que los que tenemos para depositar el agua y regar nuestras qointas, tampoco deberá asustarnos el costo de su construcción. EL Maraoré desde la reunión del CauTata con eí rio grande de Chayanta hasta su confluencia con el Beni, no ofrece sino un obstáculo á saber, la catarata que según se dice, existe en Abapó. (1) Para superar este inconveniente es forzoso valerse de los mismos medios que he indicado para el salto del Pilcomayo. Después de la reunión con el Beni se hallan las célebres cascadas, que los del pais lla- man «cachuelas», de las que y del modo de evi- tarlas, di larga cuenta en el cuadro 5.° La nave- gación del Mamóte es interesante no solo para ponernos en contacto con el Atlántico, sino tam- bién para proveer de cacao barato, azúcar etc. á los de la sierra, y de sal, lana, bayetas, trigo ete. á los de Santa-Cruz y el Beni, y para reducir y civilizar las tribus que habitan en medio de las provincias dichas; que no seria poca ganancia. EN er rio Desaguadero no se encuentran pie- dras, corrientes,, arrecifes, ni saltos; y solo sus bancos móviles de arena sutil pueden hacer alga (i) SE me ha asegurado últimamente que esta catarata no está en el rio grande, sino en su afluen- te el Azero. ?Cuando se hará un reconocimiento tan fácil y poco costoso como es este? nuestras cosas! — 339— molesta la navegación, la cual, sin embargo, se realizó con sobrada facilidad, á principios de este siglo, por el Señor Don Miguel de Rivas. Esta navegación es importante, algo mas de lo que pa- rece á primera vista. El rio baña provincias muy pobladas, y compuestas de jente dada al comercio interior. ¿Y per que no se esperará á demás, que con el tiempo pueda unirse á la del Pilcomayo, por medio de un canal alimentado por las aguas del Caghuasi y otros riachuelos que corren en las in- mediaciones? EL sistema de navegación que propongo, liga los intereses comerciales de todas las provincias de la república, transformándolas casi en litorales; véa- se una lijera reseña. Las provincias de Apolobam- ba, Larecaja, Muñecas, Yungas de Chulutnani. la Paz, Hayopaya se unen al'Mamoré, mediante el Beni, en el que desaguan sus grandes rios, Etea, Maco, Mazizi, Iciamas, Tuichi, Mapiri, Coroico, Iru : pana, y Cotacajes. El Chaparé que á las 30 le- guas de Cochabamba es navegable, y brazo prin- cipal del Mamoré serviría á aquel Departamento y á la dilatada provincia de Yuracaré, la cual -á mas de este rio, tiene el Cbimoré y Seeure que son muy caudalosos. Las provincias de Mizque, Valle grande, Yamparaez, Tomina, Azero, Santa-Cruz, Gutiérrez, Mojos, y la parta boreal de Chayanta están á las márjenes del Mamoré. El rio de San Miguel y el Alegre ligarían á esta misma nave- gación la provincia de Guarayos y el Norte de Chi-—¡no- quitos. LA navegación del Pilcomayo seria de inme- diata utilidad para Potosí, Porco, Yamparaez, Sucre, Sinti, Tomina, Chichas, la región meridional de Chayanta, y todo el departamento de Tarija. Y si ella se junta á la de! Desaguadero partici- parían del beneficio las restantes provineias de la república, es decir, Poopó, Carangas, Oruro, Sica- sica, Pacajes, Omasuyos, Lipez y los pueblos occi- dentales de Porco y Chayanta, En otra parte dije que nuestros rios Alegre, y Aguaclara y Roncador es- taban á la distancia solo 40,000 varas uno de otro; y que por un canal podían unir, en territorio nuestro, el Paraguai y el Madera, manteniendo las aguas de dicbo canal con el Aguaclara que desem- boca en el Paraguai, y el Alegre que las tributa al Guaporé. ¡Que de bienes no alcanzaríamos, uniendo la navegación del Plata á la del Amazo- nas! ¡Como se aumentaría nuestro comercio inte- rior y eslerior! ¡Cuan brevemente no se pobla- rían aquellos territorios que boy de nada sirven! !Y cuanto no crecerían con esto los ingresos de nuestro apurado tesoro! SE dice comunmente que las empresas que demandan grandes desembolsos, deben abando- narse al ínteres individual. No pongo en duda la verdad de este principio, considerado en tesis; pero traído á la práctica, falta muchas veces, aun en Europa, y siempre entre nosotros. En los 25 años que van corridos desde nuestra independen» —341 — cia política ¿no se ha dejado á la industria ¡n~ di vidual lodo cuanto hay que hacer en la repú-» blíca? y no obstante ¿cual es la obra que siquie- ra ha iniciado la individualidad, ó aLuna aso- ciación, alentada por ella? En vista de este de- sengaño, juzgo que solo el Gobierno es quien pudiera y debiera ocuparse en allanar los obstá- culos que nuestros rios oírecen á la navegación, asi como también en las primeras dilijencias de navegar, hasta tanto que las ventajas, prácti- camente conocidas por los particulares, los mo* vieran á abrazarla Dos vapores pequeños, com- prados en Norte América podrían echarse al Ma- moré, para que empleándose en forma de cor» reos navegaran al principio solo desde la Exal" tacion hasta Uricarasi y quizá hasta Capinota, trasportando la correspondencia y los frutos de Mojos y Santa-Cruz y llevando de retorno, sal, trigo, lana etc. La vista de estos vapores y el conocimiento de su manejo producirían bien pronto la construcción de otros; porque es noto- rio que nuestros artesanos, especialmente los de Mojos, poseen en grado eminente el don de imi- tación. Los materiales necesarios para este jé- nero de construcción sobre abundan en los pun- tos cercanos á la linea de navegación y aunque por una iudolencia reprensible no hemos bene- ficiado basta hoy ninguna de nuestras velas de hierro, el cobre que en grande copia se baila en los mismos lugaress supliría perfectamente—342— la falla. Las planchas para forrar los buques, fabricar tubos etc. podrían estirarse en los cas- tillejos de la casa de moneda que por esrasez de plata y oro, están ociosos los dos tercios del año. MUY bien preveo las objeciones que se lia- ran al proyecto, especialmente por aquellos que habiendo contraído, en los colegios, la manía de argumentar contra las verdades mas notorias, si- guen todavía empleando en materias g¡avcs é interesantes sus ridiculos sofismas. No quiero negar con lo que digo, que la realización del f*royeclo deba de ser costosa, y aun difícil; pero aseguro que las dificultades que presenta, no son superiores á nuestras facultades. Si los miembros del Gobierno estuviesen animados por un patrio* lismo ilustrado, activo é insistente; si tratasen de llevar el proyecto á ejecución con enerjía de vo- luntad y perseverancia ¿cuál es el obstáculo que no se .p&dria allanai? ¿El tránsito de nuestros rios per pais estranjero, para llegar al mar? ¿La es«* casez de medios pecuniarios? Quizá ninguna na- ción ha sido mas celosa de su territorio que la España; y sin embargo, cuando poseía la marjen derecha del Misisipi y ambas orillas de su boca, los Norte Americanos que solo eran dueños de la izquierda, en Jas cabezeras del rio, consiguieron de ella por un trata-io la libre navegación del rio basta el mar. Otros tratados semejantes se han celebrado después por las naciones ribereñas, pa» —ata- ra navegar el Escalda, Rin, Danuvio etc.; de má* ñera que hoy se considera ya, como de derecho internacional consuetudinario el que una nación, siguiendo sus aguas, pueda pasar libremente por territorio estranjero. A vista de esto ¿nuestros Ministros no podrán negociar con el Brasil y la república Arjentina un tratado semejante? Por lo que toca á recursos pecuniarios ¿por que no podrá pedirse dinero á cuenta de las Huaneras, como en la pasada vez y para objeto mas santo, fecundo y permanente? ?ó por que no podrá negociarse un empréstito, cuyos intereses y fondo amorti- zante se paguen con el producto de las Huane- ras? esto en los primeros año¿, porque en lo su- cesivo, el aumento de los ingresos del tesoro, causado por la ampliación del comercie activo sufragaría lo bastante, para satisfacer la deuda, y comenzar otras obras de utilidad jeneral. El patriotismo ilustrado, cuando quiere, obra mucho mas de lo que comunmente se cree. En tiempo de Feüpe 2.° propuso el injeniero Anto- nini la navpgacion de todos los rios grandes y medíanos de España: el proyecto fué juzgado ven- tajosísimo; pero por los desembolsos que deman- daba, asustó á la Corte; la cual sin embargo, veía con serenidad los inmensos caudales que diaria- mente se empleaban en la estéril fábrica del Escu- rial, en el apresto de la gran armada naval que habia de conquistar la Inglaterra, y en las eter- nas y dispendiosas güeñas de Italia y Países—34 i— Bajos; no se ejecutó pues este importante peiir Sarniento en el reinado del mayor monarca que ha tenido la Europa; mas la España, privada de su nuevo mundo y agolada por dos guerras des- tructoras, una esterior y la otra civil, y aun sin acabar de ¿salir enteramente de esta, lo ha rea- lizado impelida únicamente por el espíritu de la libertad y el patriotismo^ Este es un ejemplo ca- racterístico que nos toca muy de cerca; y que debemos imitar para correjir nuestra situación mediterránea, por medio de la navegación de nues- tros rios si queremos tener comercio activo y ri- quezas de todo jénero. MEDITANDO con prolija detención sobre lo» caudales que exijen las obras qne propongo, se verá que no son tan hijeóles como parecen á primera vista y tomando la cosa solo abulto. La pólvora de minas, que será uno de los artículos de mayor consumo se fabrica en la república y por lo mismo es abundante y barata. Los jor- nales que se acostumbra pagan en el campo son muy moderados. Las cachuelas del Madera se bailan en un pais, eu que es forzoso satisfacer- los con víveres y ropa que el Estado tiene de sobra en Mojos. Las esclusas del Pilcomayo en Guarapetendí han de hacerse por nuestros alia- dos que trabajan muy bien por la retribución de algunos abalorios y unas pocas varas de jerga y bayeta del país. La compra de máquinas de limpiar puertos, y de unos dos buquesillos de — 343— vapor no puede costar mas de 30 mil pesos. V quizá este solo gasto y los sueldos que se den á los directores, sean los que merezcan conside- ración. Pero sea de un modo ó de otro, ningún desembolso, ningún sacrificio pecuniario por gran- de que se presente, debe mirarse como exorbi- tante, comparado con los efectos que ha de pro-> ducir la e.npresa realizada con tino. Las tier- ras internas de Anglo América estarían quizá sin la navegación del Misisipi y sus afluentes, tan yermas y despobladas como las nuestras; pero los Anglos conocían las ventajas de la navegación, y por eso no omitieron dilijencia, negociación, ni gasto para practicarla y jeneralizarla sobre todo su territorio. A los principios empleaban 60 dias en bajar por el rio, desde San Luis al mar; y 120 en subir hasta la misma distancia, su- friendo en el tránsito no pocos trabajos y pena» lidades, resultantes de las irregularidades del rio; y hoy solo tardan en bajar 8 dias y 15 en su- bir 60 leguas mas arriba de dicho San Luis; debiendo a esta circunstancia el que se hayan levantado en muy poco tiempo, como por encan- to, tantas provincias ricas y florecientes, á las márjenes del espresado Misisipi y sus confluente», ¿Y por que no podremos esperar lo mismo no- sotros? V con tanta mayor razón, cuanto que los terrenos, bañados por el Pilcomayo, el Ma- moré y sus confluentes son, como situados den*- tro los trópicos, infinitamente mas fecundos, mas feraces, mas variados, mas estensos y llanos que los que riega el Misisipi, cuya marjen izquierda es casi inútil por ser un puro cascajo seco y arenoso. 44-1ÍMJ ?< .«••?! ÍIO • .:! • ;'>. .! B£0*iqif:a 61 'It'.MJU CUADRO «ÉífliO. LA fuerza pública consiste en el ejército de linea, Ja guardia nacional y la jend-armeria em- pleada en sostener las providencias de la alta y bajd polieír. Desde el año de 1830, en que nuestro ejército permanente se aumentó, ha si- do superior á nuestros recursos pecuniarios y á las masas de la población, en que se toman los remplazos. Antes del mensionado año la repú> blíca no mantenía en pie, sino tres batallones, un m regimiento de caballería y una compañía de arti • lleros, con los jefes y oficiales indispensables. Estos cuerpos solo consumían un cuarto de las rentas nacionales; pero después llegó á haber hasta doce batallones, cuatro regimientos de ca- ballería cpn tres escuadrones sueltos, y cuatro — 347— compañías de artillería. Bien se deja ver que esta fuerza debió absorber todos los ingresos del Tesoro, dejando á descubierto los demás esta* blecimíentos públicos. En efecto desde aquella época esperimentaron los empleados civiles los pagos diminutos y retardados de su sueldos, no sin grave perjuicio del servicio nacional; des-» de aquella época se maleó nuestra moneda; ha» ciendo con ella sufrir al Pueblo, particularmente a los pensionados del Estado una enorme contri- bución solapada; [I] y desde entonces se descui- dó la instrucción de la juventud, y no se pensó mas en mejoras; pero si, en abogar con disimu- lo hipócrita el amor á la Patria é inspirar el in- diferentismo, y aun odio á los principios demo* crálicos, bajo el nombre de demagogia, anar- quía etc. EN estos años últimos se ha procurado dis- minuir el ejército, y reducir su número al que sea bastante para guarnecer la-república. Con el fin de reformar los jefes y oficiales exedenles, y pagar los sueldos debidos á los empleados, se creó un fondo de tres millones de pesos; pero ni asi se ha conseguido atajar el mal y casi ni disminuirlo: existen todavía muchos jenerales in- necesarios, muchísimos jefes y oficiales sueltos y se han nombrado ólros de nuevo: de modo que [1] Los militaros fueron Indemnizados disimulada- mente con ««¡¡¿naciones de su^'d-'s para criados.348— la lista militar consume boy, como pronto se ve- rá la mitad cuando menos, de las rentas pú- blicas; el fondo creado no ha hecho pues; mas de agravar con 2,400,000 pesos la deuda de 600,000 que tenia la nación. Nuestras fatales revoluciones haciéndose endémicas y casi perió* dicas, han contribuido no poco á aumentar estas desgracias: los oficiales reformados han malva- ratado sus vales, disipado tu valor y vuelto á alistarse en las banderas de las facciones para tirar sueldos del agotado Tesoro. Pero estas mismas revoluciones ¿no son efectos necesarios de las imprudencias pasadas? ¿no son causadas de continuo por quienes no pueden vivir ja, sin grandes sueldos y ascensos diarios? Los males que hemos sufrido, los que hoy vamos sufrien- do, y los que suíriremos todabia en lo venidero, no son pues sino consecuencias de la amplitud que imprudentemente ó con sobrada malicia se dio al estado militar. Si los ahorros que en este ramo pudieron economizarse, si hubiesen inver- tido en objetos esenciales a la prosperidad pú«» bjica, habríamos tenido hoy carreteras para el comercio, rios y canales de navegación y riego; la agricultura, la industria fabril y el comercio, habrían empezado á florecer; se habría reanima- do la moribunda minería; los bolivianos habrían tenido objetos, en que ocuparse, para proporcio- narse su subsistencia y no habríamos conocido quizá ni el nombre siquiera de la empleomanía. —349-' El ansia de parodiar á esos grandes matadores del jénero humano, llamados héroes, la ambición y la avaricia apoyadas en la inocencia, ó sea igno- rancia de nuestras masas, nos ha conducido al centro de un circulo fatal, del que es muy difícil salir, mientras conservemos el indiferentismo que con tanta destreza se ha sabido inspirarnos, y que diariamente va en incremento. EL año pasado de 1846 constaba nuestra fuerza permanente de 4 batallones de infantería, dos regimientos de caballería y 2 compañías de artilleros, siendo el total de 2069 plazas. El ejército no se recluta sino en la raza blanca y mestiza; y como esta solo se compone de 700,000 almas, corresponde un soldado por cada 300 ha- bitantes. Aunque esta relación, no es despropor- cionada, ni perjudica directamente á la agricul- tura, porque no loca en los aborígenas que son casi esclusivamenle los que se ocupan en ella, daña en pero notablemente á la minería, á las artes y oficios y al aumento de la población, en nn país tan dec;erto como es Bolivia. El gasto que este ejército ocacionó á la república en di- cho año, en sueldos y sus anexidades según el presupuesto del respectivo ministerio es como sigue.—1. ° batallón ......con 640 plazas..........86,96* 2. ° batallón........con 489 Idem............74,690 3. • batallón........con 376 Idem...........73,780 4. » batallón........con 368 Idem............77,890 Reglo. 1.° de Coraz. con 382 Idem........ : 6i,800 Begto. 2.° de idem con 27i Idem....... —62..680 Artilleros...........con I20 Idem...........10,400 Suman.....;.........2669 Materialílel ejército........................118,728 Fuerza activa.............................86V,932 Estado Mayor Jeneral......................012.GOO Comandantes Jenerales.................... 036,000 Pensiones militares y qfieiales sueltos en Sucre..5838 Idem en Potosí.................................9901 En Tanja.....................................675 En Oruro.....................................699 En la Faz..................................12,950. En Cochabamba..........................,...5911 En Santa-Cruz.................................960 En el Beni...................................754 Por bagajes para oficiales y tropa............47,800 1,035,120 SE vé pues por este mapa que la lista mi* litar consume, en su estado de paz, y de reforma —351 — 1,005,120 pepos, (-2) que forman h de las rentas nacionales. Este exeso de gasto proviene, en gran parte, de no cumplirse la ley orgánica del ejército, (3) con la puntualidad que debiera, y que en las otras listas se observa. La proporción que la ley cita- da señala entre jenerales, jefes, oficiales y tropa es lá siguiente. Un capitán jeneral por cada 10,000 hombres; un mayor jeneral por 3000; un jeneral de división por 10C0; un jeneral de briga- da por 1000; tres jefes con 26 oficiales por bata* Hon. Sin embargo en el escalafón militar figuran hoy dos capitanes jenerales, dos mayores jenerales, ocho jenerales de división y catorce de brigada; 188 jefes y 462 oficiales que dan los resultados si- guientes. UN jeneral para cada 102 soldados. UN jefe para cada 14 soldados. UN oficial para cada 6 soldados. ESTÁ á la vista que no se ha tenido respe- to alguno, en el nombramiento de jenerales, jefes y oficiales, á la ley fundamental del ejército; y que su número se ha alzado tanto, que no debe ad- mirar consuman la mayor parte de las rentas na-( dónales, ni que haya continuamente revoluóiones [•2] Según la memoria del Ministro presentada á las Cámaras de este ano, consumió ti ejército en el pa- sado de 1847 la enorme cantidad de 1,780,000 pesos. [ 3] Ley 1.» de Enero de 1827.—352— promovidas ó apoyadas por los que quieren ganar un grade, cada semana. El gaslo que bace este número exesivo de oficiales aunque* fuese mayor, no sería tan sensible, si quedasen rentas suficien- tes para atender á los fines esenciales de la so- ciedad; pero estamos muy lejos de hallarnos en circunstancias asi favorables, según se habrá ad- vertido por lo que Ifevo espuesto hasta aquí y lo que todavía diré ádelante. La guardia nacional se hallaba organizada á fines del año de 1846, en cada uno de los De- partamentos, del modo que sigue.— Infantería. Caballería. CHUQUISACA. Batallón 1de Sucre........618........... ....000 Batallón 2.° de Sucre........570 ...............000 Batallón de Cinti ...........991 ................000 Idem Cazadores de San Juan.í\9................000 Regto. de caballería deCint¡..000...............423 Idem de la Laguna..........000 ..............515 ' ~ -i ' | ; Rl'HUfl "> "' Infantería........... 2628 Caballería.. 968 POTOSI. Potosí batall Potosí infantería.614 Porco......................677 Chichas ................... 777 Reglo. Uzares de Chichas.... 000 467 353— 4 Infantería. Caballería. TARIJA. 1. - batallón Granaderos con51 0............... 000 2. " batallón............con 450............ 000 5eé10- 1 ° ...............................con 400 SANTA-CRUZ. t5M Escuadrón Santa-Cruz......„,.............t.....134 Id. Cordillera.........................'. '...['.'.'...i36 Regimiento de Valle Grande......*.*'.."238 48* ,<,!,?£?*! •* >!<; tr.m - idiiiod" nMfcfeud 98 ,oíb 1. " batallón...........con 492................000 2. ° batallón ...........con 544................000 Batallón Yungas........con 308................000 e»np e'.Ahnuv.Ut ebl n o>>{ftíiVj! _j—» ' !•'*••'"] 1344 000 ORURO. Batallón de Artillería....coa 214...............080 COCHABAMBA. i.r Batallón............con 507.............. ,000 Idem 2.6.............. con C61.................0oo Idem 3.°................con 509 ...............Ooo Idem de Tárala........con 464.................000 IdemdeCliza............con 814................000 Idem de Arque.........con 625................000 Idem de Ta pacarí.........con 492................000 ^Regimiento de Punata.......000..............264 Idem de Mizque........... 000.................187 Idem de Ayopaya...........O00................ 818 19—354 Infantería. Caballería. Idem de Colpapiura.........000................570 o: 0 .......... •. 1 4092 4639 figo íToaii........................... CONSTABA pues la fuerza cívica el año» dar f 846 de 18,536 hombres de infantería y caballería; sin emba rgo de no haberse puesto en ejercicios disci- plinares los cuerpos de varias provincias,, como Yam- paraez, Chayanta, Sicasica, Omasuyos etc. LA jendarmería do es crecida: sin embargo desempeña medianamente su objeto; y si en vez. de recluían á sus individuos en las heces del ejér- cito, se buscaran hombres mas morales, el estable- cimiento llenaría cumplidamente su destino, ya que se ha querido trasplantar de la Francia á Bolivia esta planta exótica, desterrando á los alguaciles que cdn menos gasto y mucho menos aparato ejecuta- ban el mismo oficio, y sin disputa, con menores, bolencias. DE todo lo que he espuesto en este cua- dro resultan algunas verdades que por su im- portancia merecen no ser pasadas en silencio: f.* Desde que conseguimos nuestra independencia, be- mes gastado sumas inmensas, en objetos innece- sarios, descuidando completamente atenciones esen- ciales: 2.' Siendo como es, y lo patentiza el es- tado anterior, numerosa la guardia nacional; y habiendo comprobado la esperiencia qne en las ao - «iones de guerra se bate tan bien como e\ ejér- cito de linea, hemos conservado y conservamos todavía inútilmente un número exesivo de tropas y muy especialmente de jenerales, jefes y oficiales sueltos: 3.a Que mientras no ahorremos los egre- sos que este número exesivo ocaciona al Tesoro, diGcilmente podremos emprender las mejoras que imperiosamente exije la nación: 4.* Que habien- do tomado mucho cuerpo nuestras desgracias, si no se remedian muy pronto, se seguirá indefectible- mente la ruina de la república; pues el mal acele- ra diariamente su progresión, como nadie podrá negarlo. En efecto ¿qué inconveniente hay en que el ejército de linea quede reducido á los dos regi- mientos de corazeros, dos ó tres cuadros do infan- tería, con los jefes y oficiales de ley y unos pocos artilleros? La guardia nacional ¿no podría llenar jos vacíos, siempre que nos viéramos obligados por desgracia, á sostener una guerra? Es tan fácil hoy dia levantar en Bolivia las tropas al número que se desee, cuanto que apenas habrá en nuestras ciudades, villas y lugares muchacho que llegando á jos diez años de su edad, ignore las evolucio- nes militares y el- manejo del fusil y Janza. Los ejércicios disciplinares que la guardia nacional prac- tica una ó dos veces por semana, han difundido la instrucción por todos los ángulos de la república. ¡Ojalá supieran nuestros conciudadanos' tanto de lo que concierne á la industria agrária, minera y fabril, cuanto saben del fatal arte de la guerra! TAMPOCO dejaré en silencio una anomalía que— 35G— presenta la república, con su estado militar; y es que habiendo en ella tantas tropas; y siendo, á todas luces, valientes nuestros hombres de armas, los Chirihuanos talan nuestros campos fronterizos, roban las estancias de ganado y destruyen los pueblos; y en vez de estender nosotros nuestros límites, para poner en contacto y seguridad las provincias dispersas del Oriente, ellos ae nos van introduciendo mas y mas todos los años: asi han de- solado los pueblos de Azero, Ili, Tapera y Taya- renda, en la provincia de Sauces; en la de Gutiér- rez ó Cordillera los de Mazavi, Igmiri, Tacurá, Zai- purú, Tapuitá, Tacueremboti, Piriti, übaig, y Pa- rapetí; en Cinti ocupan todavía el fértil Delta del Pilcomayo y Pilaya, llamado el Palmar, que nos quitaron, después de haber devastado las hermo- sas villas de Pilaya y Paspaya que daban nom- bre la provincia; y nosotros dejando á los bár- baros en posesión de nuestros despojos, nos hemos contentado con haber trasladado á la Loma la des- graciada población que sobrevivió, y retirado la capital al valle de Cinti. Si nuestros padres, afe- minados ya por la molicie, y nosotros embaucados con falsas apariencias presentadas por egoístas, hemos podido sufrir estos insultos vergonzosos, nuestros abuelos del siglo 16 con mucho menores re» cursos que loa que tenemos hoy á nuestra disposición, no los habrían tolerado, por cierto. wr ^# n# %0 ^# mmmmmmmmmí mmmrnmmmmm CUADRO DECIMO. • PARRAFO I. Se las rentas del Estado- ■ ■• 4MS9 INFLUYEN en la hacienda publica de Bplivia algunas causas, que no pueden dejar de obrar efectos perniciosos y funestos al bien común. Las Contribuciones de que se compone el Tesoro, están mal distribuidas; no son jenerales y en su repar- tición hay parcialidades chocantes: provincias po-* bres pagan mucho y las ricas poco; unas se satis- facen por ciertas clases, ó razas, mientras que otras no las pagan, pero que á su vez están sujetas áimpuestos y gravámenes, de que las primeras se hallan nominalmente escentas. Los impuestos gra- vitan unos sobre las sustancias alimenticias que se consumen en las ciudades y villas; y con grave perjuicio de las familias, levantan los precios, no tanto por la cantidad que se impone, cuanto por que dan lugar al recateo, al monopolio y á las vejaciones y exacciones arbitrarias, casi irreme- diables; otros afectando la mezquina industria que se ejerce en el pais, la hacen desfallecer y matan en su nacimiento. Nuestras aduanas están pési- mamente organizadas: su personal indotado, las tarifas, establecidas sin meditación, y los aforos puestos al arbitrio de un Vista mendigo é irrespon- sable. Esta organización defectuosa de las adua- • ñas, ayudada por la mal entendida conmiseración que apesar de las Leyes, se ha tenido con los contrabandistas ocaciona que los ingresos del Tesoro sean escasos, apesar de lo mucho que el Pueblo paga; baste en fin, saber que nuestro sistema tri- butario está- calcado por los mismos principios vi ciosos que el antiguo español y que causó la rui- na de la Península. El año de 1826 se procuró correjir este defecto esencial de nuestro erario, sostituyendo al indicado sistema otro mas racional, calculado según las luces del siglo; pero jenios am- biciosos que aspiraban, por medios ilegales, al Su- premo mando de la república, se aprovecharon de esta delicada circunstancia, pervirtieron y descar- riaron la opinión de las masas, y haciendo odioso —359— el nuevo sistema, causaron bajo esté y otros pre- testos semejantes, ta revolución del añu 28. Su- bido á la Suprema magistratura Don Andrés Santa Cruz, su ministro Lara solo se ocupó en surcir el sistema español, engrosando los ingresos del Te- soro, para el fin que después desenvolvieron, con la moneda baja que introdujeron por nuestra des- gracia. Los subsiguientes ministros de hacienda no han hecho mas de trillar la rutina de Lara, sin pensar jamás en arrancar de raiz el mal. ME parece inútil mencionar aqui las crecidas rentas que los monarcas españoles sacaban de Char- cas (hoy fio'ivia) en los tiempos florecientes de 'Potosí, Oruro, Porco, y Lipez; pero indicaré las que existían y eran corrientes á principios de este siglo, en que habia decaído ya muchísimo, pero no arruinándose el importante gremio de mineros, qne enriquecía la real hacienda, no solo con las cuan- tiosas utilidades de la casa de moneda y los dere- chos que con el nombre de Diezmo y Cobos, pa- gaba, sino también animando el comercio y fomen. tando todos los ramos de la industria agrícola y fabril. LA tabla siguiente manifiesta las cantidades que rindieron a la real hacienda y á la municipal, ó de cabildos 1as cuatro Intendencias, el año de 1800. •fov £o?ó'HVnr>d mi tí' nibino'iq $ ao'l • • ■> 3Í> aonol'wf? : v> i •■ »HS >•• ''ri'tot. = irf «ovillo is .-.«. tai? -oU nsidíuti tmia&iuiiíu nnioiif&n>«r i r-.\,'■ ,>o^.i—360 — La Intendencia de Potosí.... La Intendencia de la Plata... La de la Pa» ............... La de Cochab. ó Santa-Cruz. El gob. de Mojos, en especies El de Chiquitos en idem..... 1,435,4 íO p. 0333,560 0340,600 0070,100 0044,000 0028,400 22,000 p 18,500 p 09,700 p 0,3760 p 06000 Heñías reales----...........2,251,100 Idem municipales .......... 0,053,960 Total de rendimientos, al año.2,304,060 rí nn ESTA renta continuó hasta el año de 1806 sin alteración notable; pero después de dicho año comenzó á bajar, hasta haberse reducido á la mitad. Con la ruina de la minería de que he dado cuen- ta ya, se hicieron casi nulos los cuantiosos dere- chos metálicos y las utilidades de las casas de mo_ neda y Banco; las entradas de las aduanas de- cayeron considerablemente; los novenos ó tercias reales corrieron la misma suerte, y aun los tribu- tos de los indígenas, á quienes el ejército espa- ñol perseguía por insurjentcs, sufrieron grandes que- brantos. Los jefes realistas para suvenir á los in- jentes gastos que demandaban sus ejércitos y lujo asiático, cargaron al pueblo de enormes impuestos con especialidad sobre los artículos de piimera ne- cesidad; y con estos procedimientos horrorosos vol- vieron á elevar las rentas reales á tres millones de pesos. Como los patriotas mantenían también tro- pas á costa de lus provincia?, buscando recursos — 301 — no menos violentos, quedó Charcas al fin de la guerra de la independencia, en estado de verdadera desola- ción, del que no hemos podido todavía convalecer se- gún debiera esperarse; y antes si parece que lo hemrs agravado con la marcha errada de nuestra, políti- ca, y las escomunales revoluciones, con que escan- dalizamos al mundo civilizado casi todos los años. LAS rentas de la república en el año pasado han sido, según el presupuesto del Señor Ministro de Hacienda, las siguientes. Por las contribuciones que pagan los abo- rígenas...........................0,919,006 pa. Por los ingresos de cascarilla.........0,142,000 Por los Diezmos 163,673 y sobrante de 1 primicias 7457....................0,171,130 Importaciones por Cobija 127,947; por tránsito 25,166; por Consulados y almacenes 9130; por pesos fuer- tes 34,980.......................0,197,223 Importaciones por Arica 41,388 ps.; al- macenes 1820; esportacion de pesos fuertes 569.......................0,043,419 Coca....-"........................0,150,000 Utilidades de la casa de moneda (pagados sus costos)... .....................0,215,808 Derechos metálicos 1745 pesos; utilidades netas del banco de plata........... 0,011,539 Contribución sobre capitales (en Cócba- ' bamba)...........................0,009,929 A LA VUELTA — 4«—302 DE LA VUELTA.................4,860,131- Idem sobre predios urbanos (Santa-Cruz) y azúcar, 12,775 ps.; efectos eslran- . jeros 1731 pesos..................0,014,596 Idem sobre víveres y aguardientes (Chuquisaca).......................0,027,382 • Idem de patentes....................0,003,200 Idem* sóbre ganado (Potosí) 2000 (Santa- Groz)6T6..........'...............0,002,676 Producto del papel sellado........... 0,025,436 Idem de títulos y penas pecuniarias....0,002,109 Internación de efectos de Estados limítro- fe* 11,832...............................0,011,833 Contribución sobresueldos de Empleados0,090,68 4 Fondo parcial de montepío civil 2094 ps.; idem de juvilaciones civiles 362_____0,002,456 Ingresos imprevistos 2094 ps.; venta y arriendo de bienes naciona!es2G26 ps.0,004,718 Subsidio eclesiástico y mesadas ecle- siásticas.................................0,007,414 Temporalidades del Beoi..............0,041,627 Renta de la Policía cobrada por el Tesoro y otros deudores.......................0,408,465 Suman...........................2,152,642 COMPARADA esta renta á la población, da de con ti n jen te al año, solo 12 reales por persona: cuota ¡nferior á la del Perú, donde corresponde á 20 reales por cabeza, y á la.de Chile en que es da 32 reale* -363 Estas cuotas son muy inferiores ú las que se pagan en toda la Europa. Un Ingles contribuyó al Esta- do, con 400 reales de vellón al año, un Francés con 125; el Glandes y Belga con 128; el Español Con 48; el Portugués con 60, y solamente «1 Raso paga menos que nosotros, pues solo dá 16 reales por persona. Reflexionando un poco sobre esta ma- teria, se advierte que- las contribuciones se hallan en razón directa de la industria, especialmente fa- bril, esto es, son mayores donde es mayor la in- dustria, y menores en los países, en que está atra- sada ó aniquilada. El adagio vulgar esplica muy bien este hecho: «Mas dá el duro, que el desnudo.» COTEJANDO entre ellos los rendimientos de cada ramo,'en diferentes épocas, resulla que escep- to uno, todos los demás han disminuido notable- mente en estos años últimos: he aquí una reseña de los principales. (I) 1/ if.'íit n i Ramos de contribución. 1832. 1846. Quiebra. Contribución de Aborijenas. Diezmos eclesiásticos........ Derechos de aduanas........ Idem metálicos............... Bancos metálicos............. Papel sellado.................. Suma la quiebra de rentas. 695,113,792,373 277,409 198,416 366,2 57 3á8;o00 12 i,182 010,450 033,903 000.000 O08,Of>3 038,237 042,597 010,450 090, £8 5 030,000 026,000 007,90.* M97,*40 [1] Véanse las memorias de los Señores Ministros La ra, de 7 de Agosto de 1833; y Aguirre con su presupuesto de 12 de Noviembre de 1841 que sirvió para los dos anos siguientes.—30 \— EL aumento de la contribución de los aboríge- nas debe atribuirse, como es fácil de advertir, al aumento de la población y al método exelenle, con que está arreglado este ramo, asi para empadronar i los contribuyentes, como para recaudar las cuo- tas; pero es bien difícil dar razones que satisfa- gan sobre la quiebra ó diminución de los demás ramos, esceplo los derechos metálicos. Este menos cabo que ciertamente no procede de que el pue - blo deje de pagar las contribuciones impuestas, lia causado su agravación, especialmente contra los empleados: lo cual perjudica al servicio público algo mas de lo que se juzga vulgarmente, según podrá comprenderlo quien se tome el trabajo de reflexionar, sin preocupaciones ni acaloramiento, .so- bre esta delicada, é interesante materia. . PARRAFO II. Inversión q"o las rentas publicas. LOS gastos públicos consignados eq el presu- puesto que el Ministro de Hacienda presentó á las Cámaras del año de 1840 manifestando las nece- sidades del Estado, fueron determinados de la ma- nera que sigue. Crédito publico.........................215,000 Cuerpo Lejislativo, Ejecutivo y Consejo Nacional.............................i 45,155 Ejército permanente.......................864,-932 » —3G5— Diplomacia, gastos imprevistos, discrecio- nales y de imprenta....................045,574 Gastos del Culto y Curas del Beni........223,823 Prefecturas, Gobiernos é Intendencias de Policía................................132,609 Contaduría Jeneral y administraciones.......105,624 Lista judicial........... ..... .............140,6i2 Moneda y bancos.................»........046,222 Gastos menores en papel sellado, fiestas cívicas ele................................022,800 EN estos egresos absorve el crédito público 10, — 5_ la Gobernación mas de 10; la lista militan 0; la dejusti- i L cía menos de20 y el cu'lo 10 y el otro medio décimo se distribuye en Diplomacia; lo que se dice «para me- joras materiales etc. No loco aqui los gastos de la instrucción pública, porque esta tiene su tesoro se- parado, del que hablé ya en otra parte; pero si, notaré que aun en las naciones de Europa, obli- gadas á conservar grandes ejércitos, su lisia militar no consume £ de su renta, como acontece en Bo- Iivia que mas que de ejércitos, necesita de ins- trucción y conocimientos. LA deuda conso'idada de la nación alcanza hoy (1849) á 2.181,216 pesos, habiéndose amortizado 818,784 pesos; pero como han corrido ya nueve—306 — cuadrimestres (2) sia pagarse los intereses, por cau- sas bien conocidas, existe una deuda de 392,618 pesos. PARA la buena intolijcncia de esto importan- te asunto debo hacer saber que la Asamblea de 1825 voló dos millones de pesos a favor del ejér- cito libertador; y otros dos para indemnizar á .'os que por causa de la guerra de la independencia tubieron que emigrar á países lejano?. El Con- greso de 1826 deseando cump'ir el compromiso de la Asamb'ea, creó un fondo, de cuatro millones, con el interés del 6 por ciento y su respectiva ca- ja de amortización; mas en vez de contentarse con ordenar el pago de los intereses y capital amorti- zante, agregó que los billetes emitidos sirviesen también por su valor nominal, para comprar los bienes naciona'es y redimir sus censos. Los primi- tivos tenedores de los bil'etes se hallaban muy al- canzados, y los vendieron á precios vi'es, esto es, á doce y quince pesos el ciento; y aprovechándo- se de está circunstancia las personas ricas los to- maron y.con ellos compraron las fincas, ó redimie- ron sus cuantiosos censos. Los bienes vendibles de la nación fueron estimados por el Señor Ministro Madnro¿ en ocho millones 'de pesos; y sin dispula hubiesen rendido mayor suma, si el negocio se hubiere manejado con mas intelíjencia; pero 3j £2] En 4 de Agosto de 1850—Nota puesta a tiempo de imprimirse este cuaderno. 367— millones de pesos oblados en billetes bastaron *á agotarlos. De este modo vino a reducirse aquej fondo a 600,000 pesos y no por amortización, co- mo en tiempos anteriores se dijo en los papeles públicos. A esta deuda se agregó la nueva de que he hablado. LA amortización del fondo consolidado se ha verificado del modo que sigue. -wpiHi ; bsbihromc \ olusiOM^dmoo .nomínd^nj*, En la administración principal situada en Sucre...................... .672,459 En la subalterna de la Paz................s145 324 Total amortizado hasta 9 dé Noviembre de í8*7......, ....-------j.............818,784 -<>yi;q -Su asfisbió ohsian en\ ólrsíéiaitú teiSV ¿val FUERA de los intereses correspondientes a los nueve cuadrimestres no pagados, debe también éi Tesoro Público á la Caja de amortización 90 mil pesos; que empleados en su objeto, habrían dis- minuido la deuda en unos cuatrocientos mil pesos; pero nuestras revueltas todo lo trastornan y atra- san. Si consiguiésemos vivir en paz, bastarían 8 años, para pagar y amortizar totalmente el fondo; y con el buen crédito adquirido crear otro para objetos y empresas mas útiles, que las que hasta ahora hemos acometido. EL examen de las cuentas de ingresos y egresos, que llevan los que administran por mayor y menor los caudales del Estado, sea cual fuere el ramo á que pertenecen, se ejecuta por la Contaduría Jeneral—308— de Valores, compuesta, según parece dije ya en olro lugar, de tres Contadores mayores, cinco me- nores, con el número correspondiente de oficiales de pluma, nombrados por el Cobierno y amovi- bles «adnulum». Este tribunal puede ser upropó- sito para verificar las cifras, comprobar, y glosar las partidas y censurar el manejo de los que por menor administran las rentas; pero por su corta representación, nombramiento y amovilidad discre- cional, le juzgo insuficiente para objetar y deducir reparos* sobre las. órdenes del ministerio. Nues- tras leyes (3) llaman malversación, y castigan con graves penas, el acto de apliear los caudales pú- blicos á objetos distintos de los determinados por ley. Si el ministerio ha librado órdenes de pagos indebidos; si ba distraído á atenciones diversas, caudales señalados por ley á otros objetos, si ha hecho recaudar contribuciones, ó impuestos no de» cretados por las Cámaras; si ha gastado, en fin, las rentas en un solo establecimiento, dejando des* fallecer los otros. ¿Serán los Contadores, quienes deduzcan, en cargo., estos abusos? ¿Será razona- ble esperar con prudencia, tal firmeza, de perso- nas completamente dependientes del ministerio que puede á su arbitrio destituirlos, y dejarlos perecer en la calle, en el último tercio de su vida? Nues- tras Cámaras por la prisa que se dan en cerrar sus sesiones, jamás examinan, ni ven siquiera las [3J Véase el Códig» Penal vijente. —369— cuentas: el ministerio se contenta con presentarle un estado jeneral, compuesto cuidadosamente por el Tribunal de Valores; estado en que ni los Mi- nistros tienen confianza, según lo he visto yo. Con tal documento simple ¿qué pueden saber, ni ave- riguar las cámaras? Toda la clave del sistema representativo está apoyada, según el juicio jeneral délos Publicistas, en el otorgamiento de las rentas; el Cuerpo Legislativo no tiene pues otro medio mas eficaz que este, para detener, contrarestar y equi- librar el poder preponderante del Ejecutivo. Si el manejo de dichas rentas se abandona; si no se in- quiere y examina por menor y con escrúpulo, que contribuciones é impuestos se han cobrado; en que ramos y objetos se han invertido; y si estos son los que la ley sancionó, es una quimera esperar vivir en libertad, gozando las garantías que ofre- ce el sistema representativo, bien entendido y en- tablado: nuestra historia es el comprobante noto- rio é intachable de mis enunciaciones. Solo pues una comisión del Senado, compuesta de personas firmes y perseverantes, rígidas ademas, y muy ilustradas y puestas con todas las seguridades que quieran, examinando en sesiones públicas todas y cada una de las cueulas del Estado, puede garan- tir la libertad, y el sistema representativo. Mien- tras no se haga esto, ú otra cosa semejante, mien- tras la mayoría de los diputados solo trate de la gracia del Presidente y de sus propios é indivi- duales aprovechamientos, no aguardemos nada, na- 4?— 370— da de bueno: la patria no será como hasta hoy, mas que un nombre, la constitución un cuaderno insignificante y las Cámaras una ridicula y despre- ciable fantasmagoría: repito que la esperiencia de 25 años lince palpable esta verdad, aun á los ojos menos perspicaces, y que yo la espreso aquí por que la oigo ya aun en la boca del vulgo, y de las personas mas distantes de la política. RECAPITULACION. EL territorio de Bolivia es dilatado, vario y fecundo; y aunque sus altas serranías están des- provistas de tierras de labor, tienen en recompensa, en su seno, abundantes metales de todo ¡enero, arcillas finas, cuarzos y otros miner-ales á propó- sito para la fabricado* de la loza, vidrio, cristales etc., y en su lagos sal común en admirable copia, y sales medicinales, capaces de abastecer al mun- do entero. Hay ademas en ellas alumbres de va- rias clases, sulfates etc., y plantas salicores qne dan muy buena soza. EL año en que se fundó Bolivia solo tenia 997,427 habitantes; pero el año de 1846, en que se le- vantó el padrón que me sirve, ya contaba con 1,373,896 almas; y boy (i) debe de tener 1,448,196. El movimiento de la población, dejadas las fracciones, da un nacido por cada veinte individuos y una defunción —i-——— MpHMMw m — ~~ (1) Año de 1851. Nota poesía al imprimirse. —371 — por cada 33; debiendo en consecuencia ser el incre- mento de uno por 02 habitantes: Las dos razas prin- cipales que pueblan Bolivia, esto es, la española y la aborígena están casi en proporción; igual pero se observa que en la raza blanca hay mas niños que en la otra: lo que indica que en ella es ma ; yor la fecundidad y multiplicación. Habiendo ce- sado en las blancas el prurito de hacerse monjas; y no siendo ya tan numerosos los aspirantes al estado eclesiástico, se debe de esperar que la pro- gresión do la raza blanca será mucho mayor, prin- cipalmente si se fomenta la producción; en una palabra parece el color blanco destinado á absorver al cobriso. UN poco se han adelantado los conocimientos desde alguu tiempo á esta parle; pero la instruc- ción primaria no se ha difundido, como debiera, por la campaña: las menguadas escuelas que hay en los cantones, se hallan caei abandonadas, sus métodos son insuficientes y pésimos los maestros. J.a instrucción superior ha avansado también algo, con el nuevo sistema, porque hasta que este se estableció, solo se había sustituido á la jerga bár- bara é ininteligible del Peripato, el estudio de no- menclaturas, que echaba cada año eruditos á la violeta, por centenares. El estudio profundo y fi- losófico del Derecho ha desaparecido, subrogándosele . un intolerable leguleismo: el nuevo sistema de uni- versidades, si su ley se cumple con exactitud, nos devolverá la Jurisprudencia. Muchos jóvenes su-—372— r,..i,.iente hábiles y aplicados lian emprendido el estudio de la Medicina, pero esta facultad carece en la Universidad, de jin número suficiente de ca- tedráticos: se mezquinan doce 6 catoree mil pesos anuales para una cosa indispensable, entre tanto que sumas considerables se prodigan en otros ob- jetos innecesarios. ¿Cuándo conoceremos lo que esencialmente interesa a la sociedad? NUESTRA población criminal no es horrorosa; pero añadiéndose á nuestros antiguos vicios y de^ fectosjos que nos van importando nuestros civili- zadores. ¿Quien sabe á donde irá a parar la mo- ralidad pública si no se atajan aquellos con me- didas oportunas? El comercio en verdad, civiliza- pero también el almacén de un comerciante es la escuela de la mentira y el engaño y ponzoña del patriotismo. La agricultura se halla entre nosotros, en mantillas. Nuestros labradores usan hasta hoy del mismo arado que los Pizarros mandaron fabri- car toscamente en el Cuzco, para probar los bue- yes que hicieron venir de España: lo mismo son sus demás instrumentos: no conocen el trillo, la escardilla, la guadaña etc. Tienen ideas muy im- perfectas é incompletas de la irrigación, de los abonos, plantaciones, poda, injertos etc. Nos fal- tan muchos frutos que' en nuestro suelo progresa- rían muy bien y diversificarían nuestras sustan- cias alimenticias. Carecemos de una gran multi- tud de variedades de legumbres y hortaliza y mu- chas fruías: asi es que nuestros mercados de abas- —373— to presentan una monotonía que choca fuerte- mente a los estranjeros, en un pais que si sus habitantes quisieran, no faltaría producción alguna agrária, de cuantas se encuentran en las cinco partes del Glovo. En una palabra: estamos hoy como estuvieron nuestros abuelos al año de la conquista: ni un paso hemos dado adelante en es- ta materia. Nuestra industria fabril en vez de ha- ber adelantado, so ha atrazado notablemente: no se teje hoy ni la milésima parte de las telas que antes se trabajaban; y con la saca de lanas que imprudentemente se permite, sin promover al mismo tiempo, eficazmente el multiplico de los rebaños lanares, pronto será preciso que se fa- briquen en Londres, ó Paris las bayetas «de la tierra,» jergas y cordellates que cubren la desnudez de los aborígenas. Pero en lugar de los telares se han aumentado asombrosamente las chicherías, establecidas y sostenidas por las mismas manos que arates manejaban honestamente el Tornito y la rue- ca. Si no compran ya el hilado; si una gran mul- titud de mujeres no tiene otro patrimonio que sus no instruidas manos ¿qué harán para vivir? EL comercio interior es lento y circunscrito si se esceptuan unos pocos artículos, en circuios muy pequeños, no obstante que en ciertas provincias escasean las producciones, de que están sobrecar- gadas otras: Asi los departamentos de Tanja, Santa-Cruz y el Beni podrían derramar la abun- dancia en los de las punas, aunque su población-371— fnese mil veces mayor que la que hoy existe; pero ¿las fletes? ¿los perversos medios de acarreo de que nos valemos? Eu Danzíc se hace anual- mente un comercio que abraza de tres a cuatro millones de fanegas de trigo que se lleva alli por el Vístula, de lugares que distan de 20 leguas á 250. El acarreo se practica en barcas chatas, groseramente construidas, y que miden de largo, de 26 á 28 varas, 7 de ancho y anas tres cuartas de hondo. Cargando de ochocientos á mil quintales, solo calan un pie de agua y las manejan única- mente seis marineros: los fletes están á los precios siguientes. Del distrito de Grandents que dista 20 leguas, medio real por fanega; de Wlaclaneck dis- tante 50 leguas, un real; de Cracovia distante 100 leguas 1¿; de los lugares por donde pasa el Buig, distantes 200 y 250 leguas dos reales El Buig da mil vueltas, antes de unirse al Vístula; y aun este no no se navega sino en tiempo de lluvias, porque tiene muy poco fondo; y asi es que las barcas á pesar de calar poco, baran continuamente. (2) ¿Por que no podremos hacer nosotros con nuestros, rios, lo que ellos practican con el Vístula y el Buig? ¿Estaremos siempre sujetos a 1a mortificante lentitud de las llamas, ó á las débiles fuerzas de borricos flacos y á la flema de los aborígenas? NUESTRO comercio esterior es puramente pa- (2J Instructor tom. t.° comercio de trigos, en Danzíc. —375— sivo, y como ta! ruinoso, porque nos priva de la moneda que hace mucha íalla para las transac- ciones interiores. Suele decirse que no hay mal que accidentalmente no cause algún bien; y pa- rece haber sucedido asi, con la ley baja de nues- tra moneda sencilla; pues todos piensan que a no haber existido esta circunstancia, no hubiese que- dado en Bolivia un real, y que habríamos estado hoy sujetos á los trueques y permutaciones, ó al papel moneda. Si no queremos que ílegue este trance fatal, debemos, cuanto antes, procurar la navegación de nuestros fios: de este modo ten- dremos con que hacer frente al comercio esterior, sin desnudarnos del numerario. Hoy es la nave- gación mas fácil, por los últimos adelantamientos que ha conseguido el arle. líasta el año de 1818 no podían los buques subir de Nueva Orleans á Cincínato por el OÍiio en menos de un m«s, dice un sabio estranjero (3) por esto se celebró coa fiestas públicas un viaje hecho en veinte dias, en dicho año de 1818; pero hoy hacen dicho viaje todos los buques en diez dias. La consecuencia h* sido, continua el autor, que el Misisipi y sus tri- butarios, aunque separados del mar por vastas ca- denas de montañas, y casi inaccesibles á buques de vela y remo, han venido á ser una región de pueblos florecientes, con un comercio que rivaliza --- ' t (3) Instructor tonu 4.° art. Prim. buques de vapor en Inglaterra,—376— con las costas marítimas de los Estados Unidos,» agrego que la navegación de Nueva Orleans á Cincínato es de ochocientas leguas, y que Pilburgo que se cuenta entre los puertos mayores de des- carga de dichos Estados Unidos, dista seiscientas leguas del mar. (4) A vista de esto y teniendo nosotros el Pilcomayo, el Rio Grande, el Mamoré, el Chapare y el Beni que van al Plata y al Amazo- nas, con mas de cuarenta afluentes, todos nave- gables ¿deberemos desesperarnos con nuestra si-* tuacion mediterránea? ¿No son estos rios otras tantas aortas que pueden sostener la circulación y volver la vida á lío!iv¡a mucho mas vigorosa, flo- reciente y perpetua que la que ha perdido, ó vá perdiendo? Sin disputa; pero falta que despoján- donos de nuestra perezosa apatía y del indiferen- tismo que nos han inoculado, nos armemos de mu- cha energía de voluntad, de insistencia y perseve- rancia, y emprendamos la obra: asi será Bolivia una región semejante á las tierras mediterráneas que riegan el Misisipi, Misouri y Ohio.. LOS gobiernos que han cuidado del bienestar de sus subditos, tienen para los trasportes y tran- sitabilidad, caminos, carreteras, rios y canales de navegación, en fin, ferro carriles: ejecutado todo (i) Mr. Chevalier en su Economía Política, año i.»: lecciones, 10.° 11.° y 12.° del año de 1842. — 377— á costa de grandes desembolsos, (5) conforme á un plan sistemático levantado con anticipación. Este esmero procede de que conocen, que los medios de comunicación son una condición necesaria para la civilización de los pueblos, y para el estable- Cimiento de la libertad real y positiva; que los medios de comunicación economizan tiempo, fuer- za y dinero; que son instrumentos de ?a prospe- ridad y bien estar de las naciones; que son ins- (S) Para abrir socabOnes y canales, y cortar colinas han inventado los Ingleses en estos últimos tiempos, una máquina que la llamaré «ariete in- gles:» compónese este ingenio de una viga movi- ble, armada de cuchillas, a manera de rejas de arado: las primeras cuchillas solo tienen seis pul- gadas, doce las segundas, y diez y ocho las ter- ceras. Este aparato se mueve por un hombre, mediante una palanca y las ruedas necesarias. En cada minuto penetra nueve varas; y en una hora raba cien varas cúbicas. El guijo y tierras que arranca, se trasponen en carretones que suben por uu plano inclinado, tirados con cuerdas y po- laas. Léase el Instructor tom. 4." artículo—Cons- trucción de ferro carrües—Ruta del camino. ¿Y no podremos hacer venir de Inglaterra una de estas máquinas, con una persona que sepa manejarlas? puesta ya aqui la máquina ¿no podrán fabricarse, á su imitación otras y otras en el pais? Quiérase, y todo se conseguirá. 418trunientos (-le gobierno y de dominación política; saben por último que las comunicaciones principalmente rá- pidas mudan el aspecto pobre y grosero de los pueblos en otro próspero y feliz. Sin embargo nosotros nada hemos hecho, ni aun pensado, no obstante de ser Bolivia la nación que necesita quizá mas que ninguna otra, de esta vivificante mejora. NADIE duda, que nuestro ejército en su pri- mitiva organización, fue popular, patriótico, entu- siasta y eminentemente nacional; pero desde que se comenzó á aumentarlo, se procuró también des- virtuarlo. Se le dieron entonces, por ia mayor parte, jefes estranjeros; los oficiales patriotas y ce- losos de los derechos del pueblo fueron posterga- dos, aplastados, ó despedidos del servicio; y los in- diferentes, los estúpidos, los abyectos, los qne soto querían un amo que les diera pan, fueron ade- lantados, y bajo el nombre de oficiales honrados y de buen sentido, fueron apreciados y distingui- dos. En aquella época fué, cuando por la primera vez oimos, en una pomposa proclama del Coronel del batallón cuarto lecientemente creado las exe- rables frases de «mi espada pertenece esclusiva- mente al Señor Jeneral......y solo á su servicio la consagraré hasta perder mi vid*a.» Era este Coro- nel un estranjero, un Suizo que en tiempos ante- riores se habia alquilado á los realistas para dego- llar á los patriotas; no debía pues dé estrañarse que hablase asi, al alquilarse á otro; pero debe si, causar admiración y estupor qne Jefes bolivianos bayan vuelto á repetir, cien veces, esta misma blasfemia. «Yo pertenezco so'o á la persona de Fulano; y por su servicio esc'usivo perderé la úl- tima gota de mi sangre.» ¿Y por qué? sin duda porqne os manda pagar un sueldo: bien. ¿Y no pertenecéis al pueblo que con su sudor y trabajo y cercenando su ración diaria, os paga ese sueldo y que ademas os honra, y os condecora? Es horri ble este defecto y se debe arrancar de raigam- bre. La reforma, en el punto á que nos han ar- rastrado tales doctrinas, no es facü; pero el Go- bierno que quiera merecer el titulo verdadero de patriótico y nacional y que ademas aborrezca las re • vueltas de su patria, debe poner en la curación todo su esmero. ¿Que no puede la prudencia, cuando quiere y sabe adaptar los medios convenientes que conducen al fin que se propone? LAS rentas nacionales cubren todos los gastos del Estado, dejando un pequeño sobrante pura mejoras, el cual podia ser mayor, si se escusasen gastos innecesa- rios. Empero es forzoso confesar que la prosedencia de estas rentas es viciosa. Nuestras constituciones previenen que «los bolivianos contribuyan con arre- glo á sus haberes;» máxima santa, pero á la que no se ha atendido absolutamente! El pobre paga tanto, ó mas que el rico: esto no es justo y debe reformarse por mas espinas que presente el nego- cio. Carlos 3.°, hácia el fin de su reinado, quiso quitar ese inmenso número de impuestos que ago- viabd á la Península, subrogando otros racionales;—380— mas las clases privilegiadas viéndose comprendidas en el nuevo sistema de rentas, estraviaron la opi- nión y causaron los alborotos de Galicia, las Cas- tillas etc, con que fracasó la intención del Rey; pero hab endose ilustrado el pueblo, y conocido por sus propias adversidades, la bondad del nue- vo sistema, lo ha abrazado; y bajo él camina hoy el Pueblo Español con pasos agigantados á reco- brar su alta categoría antigua, de que. la habían precipitado en los dos siglos últimos institucio- nes viciosas y el maléfico influjo de una clase, á que incautamente se había tolerado aumentar su ascendiente. ¿Por que no sucederá lo mismo en- tre nosotros y tanto mas fácilmente cuanto se cui- de de preparar la opinión, ilustrándola con pruden- cia y buenas espI¡cac¡o;;es, sin engañar á las . ma- sas é inspirándoles conciencia de la justificación con que se quiere reformar? asi quedarán desarmados los agitadores y egoístas; asi se allanará el camino y se sustituirán contribuciones equitativas, propor- cionalmente iguales y por lo mismo justas. Por último: sea en hora buena el asunto espinoso, sea dificil e! remedio y peligrosa la reforma; por ella clama la justicia y estamos en conciencia, obliga- dos á escucharla; poi que es duro é intolerable que el pobre, el que recibe muy pocos beneficios de la sociedad ó quizá ninguno, contribuya para los gas- tos comunes, tanto como el rico, en cuyo fa- vor 'ceden todas las ventajas, aprovechamientos y seguridades que proporciona la asociación. ** 58 ®yayasásu9Mf* atas *«*»*>*y* * APENDICE. TRATADO de limites conclui- do entre la corona de España y ia de Portugal en &an Ildefonso a 1. o de Octubre de 1777. y ratificado en el V.scurial a 11 del misino mes y a^'o, y vuelto a confirmar por el del Pardo, a Í54 de Marzo de 1778. (1) Artículo 1.* Habrá uní paz perpétua y constan- (1) Este tratado comenzó á ejecutarse por cuatro partidas de comisarios, nombrados por ambas Co- ronas. Las operaciones dieron principio, al Norte, el año de 178a, y en el Sur el de 1784. Em- pero no terminaron, porque los Portugueses mo- vían á cada paso disputas frívo'as, dudas infun- dadas y consultas solo por dilatar la conclusión. Por eso dice un Docto extranjero que reconoció . personalmente todos los documentos onjinales que obran en el archivo del antiguo Virreinato del rio— 3S2— te, asi por mar como por tierra, en cualquier parle del mundo, entre las dos naciones Eípañola y Portuguesa, con olvido total de lo pasado, y de cuanto hubieren obra- do las des en ofensa recíproca. Y con este fin ratifican los tratados de paz de 13 de Febrero de 1W8, de 6 de Febrero de 1715, y de 40 de Febrero de 1713, cerno si fuesen insertos en este, palabra por palabra, en todo aquello que espresamente no se derogue por los artícu- los del presente tratado preliminar, ó por lo» que se ha- yan de seguir para su ejecución. Artículo 9. * Desde la boca ó entrada del Igurev de la Plata, que «cuanto era grande la buena fé, actividad, intelijencia y acierto que despegaron los comisarios españoles, tanlo mayor era la mala fé, superchería, y futilidad de los comisarios por - tugueses» Asi consiguieron diferir la terminación de este negocio hasta que sobrevinieran los disturvios de España y la guerra de la Independencia. Los portugueses no solo procuraban eternizar la demar- cación, sino que también aumentaban sus usurpa- ciones, vejaban los pueblos españoles y los roba- ban; y aunque estos se quejaban al Rey por me- dio de los vireyes, no recibían otra contestación que «no tomen por ninguna manera las armas: solo protesten. ¿De que procedía esta contempo- rización cruel, esta connivencia nada escusa ble del gobierno Español? El Señor Don Manuel Antonio Flores que puso el marco del Jaurú, y después fué virey de Méjico, con conocimiento pleno del argüirá la raya, aguas arriba de este, hasta su orijen prin- cipad; y desde él se tirará una linca recta por lo mas alto del terreno, con arreglo á lo pactado en el citado artí- culo Vf, hasta aliar la cabecera ó vertiente principal del rio mas vecino á dicha linea, que desagüe en el Para- guai por su ribera oriental, que talvez será el que lla- man Corrientes. 12J Y entonces bajará la raya por las aguas de este rio hasta su entrada en el mismo Paraguai, pais había dicho en una caria oGcial diríjida al marques de Valdelirios: «Que con una balandra que del rio de la Plata pasase al alto Paraguas seria S. M. dueño de lodo el pais que nos usur- paban» yo agregaría y unos pocos cruceños mas.- Carlos 3.* había muerto, y el bonaso Carlos 4." era padre de la reina de Portugal: be aqui la causa de tanta tolerancia y sufrimiento. No fallará pero alguien que diga: ¿Y nuestros gobiernos ac- tuales que sufren las mismas usurpaciones, las mis- mas vejaciones é introducciones progresivas? Son también padres de la Emperatriz del Brasil? Léase en lodo caso la historia de la demarcación de límites, compuesta por Don Vicente Aguilar y Ju- rado, y también la importante Colección del Señor Don Pedro de Angelis: en estas dos obras se en- cuentra cuanto se quiera saber ú este respecto. (2) La boca de este rio que desagua en el Paraguai, se halla á los 22." 5' de latitud Sur con muy corta diferencia, acaso. Desde este punto basta el Ya vari está determinada la línea, con tal precisión y claridad, que los portugueses, pnra evi-—384— desde cuya boca subirá por el canal principal qué deja este rio en tiempo seco, y seguirá por sus aguas hasta encontrar los pantanos que forma el rio, Mamados la La- guoa de los Xarayes, y atravesará esta laguna hasta la boea del Jaurú. Artículo 10. Desde la boea del Jaurú, por la par- te occidental, seguirá la frontera, en linea recia, hasta la ribera, austral del rio Guaporé 6 Itenes, enfrente de la boca del rio Sararé, que entra en dicho Guaporé por su ribera setentrional. Ptro si los Comisarios, encargados del arreglo de los confines y ejecución de eslos artículos, hallaren, al tiempo de reconocer el país, entre 1c» nos Jaurú y Guaporé, otros rios ó términos naturales, por don- de mas cómodamente y con mayor certidumbre pueda señalarse la raya en aquel paraje, salvando siempre la navegación del Jaurú, que debj ser privativa de los Por- tuguesas, como el camino que suelen hacer de Cuxabá hasta Matogroso, los d*>s Altos Contrayente» consienten y aprueban que asi se establezca; sin atender á alguna por- ción mas ó menos de terreno que pueda quedar á una lY otra parte. Desde el lugar, que en la marjen austral del Guaporé fuere señalado por término de la raya, como queda esplicado, bajará la frontera por toda la corriente del rio Guaporé, hasta mas abajo de su unión con el rio Mamoré, que nace en la provincia de Santa-Cruz de la tar el reconocimiento, á pesar de su mala fé co- nocida, sus arterías y trampas, no tuvieron otro recurso, que el no parecer, ni presentarse, como debieron, en la frontera. El comisario Español Don Antonio Alvarez Sotomayor murió de puro viejo, esperándolos en Santa-Cruz, el año de 1835, ó 36. Esta es la frontera de Bolivia y del Brasil. —385— Sierra, y atraviesa la Misión de los Mojos, formando jun- tos el rio que llaman de la Madera, el cual entra en el Marañon ó Amazonas, por su ribera austral. Artículo 11. Bajara la l'.nea por las aguas de es- tos dos rios, Guaporé y Mamoré, ya unidos con el nom- bre de Madera, hasta el paraje situado en igual distan- cia del rio Marañon ó Amazonas, y de la boca del di- cho Mamoré, [3] y desde aquel paraje continuará, por una línea este oeste, hasta encontrar con la ribera orien- tal del rio Jabarí que entra en el Marañon por su ribe- ra austral: y bajando por las aguas del mismo Jabarí, hasta donde desemboca en el Marañon ó Amazonas, se- guirá aguas abajo de este rio, que los españoles suelen llamar ürellana, y los indios tiw'ena, hasta la boca mas occidental del Japurá, que desagua en él por la marjen setentrional. Artículo 25. Iil presente tratado preliminar se ra- tificará en el preciso término de quince dias después de firmado, ó antes, si fuere posible. EN fé de lo cual, nosotros los infrascritos Ministros Plenipotenciarios, tirmamos de nuestro puño, en nombre de nuestros Augustos Amos, y en virtud de las plenipo- (3) La boca del Mamoré se encuentra á los 4 0." de latitud, donde por unirse con el Beni, pierde su nombre; y de la isla que se halla en dieho punto, toma la denominación de Madera; y este se mezcla al Amazonas ú Ürellana á los 4.°; la mitad de su curso está pues á los 7.° de latitud, es decir, al Norte de la playa de Taman- duá, que es basta donde nos pertenece, y desde allí por la línea recta de E. á O. hasta el Yavari. 49—386— tencias con que para ello nos autorizaron, el presente tra- tado preliminar de límites, y le hicimos sellar eon los sellos de nuestras armas. Fecho en San Ildefonso á pri- mero de Octubre de mil setecientos setenta y siete.—El Conde de Floridablanca.—Don Francisco Inocencio de Soií- za Continuo. APMDICE iÜ Real ordenanza de Intendentes para el Go- bierno del nuevo Vireinato de Buenos Aires. Ma- drid, año de 1782. (1) Art. i." A fin de que mi Real voluntad tenga su pronto y debirlo efecto, mando se divida, por ahora en ocho Intendencias el distrito de aquel Vireinato, y que en lo succesivo se entienda pnr una sola Provincia el territorio ó demarcación de cada Intendencia con el nombre de la Ciudad ó Villa que hubiese de ser su Capital, y en que habrá de residir el Intendente, quedando las que en la actualidad se titulan Provincias con la denominación de Partidos, y conservando éstos el nombre que tienen aque- llas. Será una de dichas Intendencias la Jeneral de Ejér- cito y Provincia que ya se halla establecida en la Capi- tal de Buenos Aires, y su distrito privativo todo el de aquel Obispado. Las siete restantes, que han de crearse, serán solo de Provincia,- y se habrá de establecer una en la Ciudad de la Asunción del Paraguai, que comprehen- derá todo el territorio de aquel Obispado: otra en la Ciu- dad de San Miguel del Tucuman, debiendo ser su dis- (1) Esta es la ley constitutiva dé las ocho provincias del Vireinato del rio de la Plata; y por ella se regían durante el gobierno colonial hasta que nos hicimos independientes. — 387— trito todo el Obispado de este nombre; otra en la Ciu- dad de Santa-Cruz de la Sierra, que será comprehensiva del territorio de su Obispado; otra en la Ciudad de la Paz, que teñirá por distrito todo el del Obispado del mismo nombre, y ademas las Provincias de Lampa, Ca- rabaya y Azángaro; otra en la Ciudad de Mendoza, que ha de comprehender todo el territorio de su Corregimien- to, en que se incluye la Provincia de Cuyo; otra en la Ciudad de la Plata, cuyo distrito será el del Arzobispado de Charcas, escepto la Villa de Potos! con todo el terri- torio de la Provincia de Porco en que está situada, y los de las de Chayanta 6 Charcas, Atacama, Lipes, Chichas y Tanja, pues estas cinco Provincias han de componer el distrito privativo de la restante Intendencia, que ha de situarse en la espresada Villa, y 'tener unida la Superin- tendencia de aquella Real Casa de Moneda, la de sus Mi- nas y Mita, y la del Banco de rescates con lo demás correspondientes. Y las espresadas demarcaciones se es- pecificarán respectivamente en los títulos que se espidie- ren á los nuevos Intendentes que Yo elija, pues me re- servo nombrar siempre y por el tiempo de mi voluntad para estos empleos personas de acreditado zelo, honor, in- tegridad y conducta, como, que descargaré en ellas mis cuidados, cometiendo ai suyo el inmediato gobierno y pro- tección de mis Pueblos. Páginas «Ic la» Declaraciones' i i L l 4 í\ " ■ ■ n í •'íl Articulo 3.9 Atendiendo á lo poco sana que es la Ciudad de Santa-Cruz de la Sierra, y á las ventajosas circunstancias que en esta parte, y otras no menos reco- mendables, concurren en la Villa Capital de Cochabamba, y la hacen preferible para establecer en ella la Intenden- cia que por el Artículo 1.° de la ya citada Ordenanza se— 388— mando erigir en la dicha Ciudad de Santa-Cruz, quiero y es mi voluntad que asi se ejecute, y que consiguiente- mente sea la enunciada \ illa la Capital de aquel Gobier- no é Intendencia.- cuyo distrito so ha de componer del que es propio del actual Gobierno de Santa-Cruz, y del que corresponde á la refeiila Villa, el cual por conse- cuencia se ha de desmembrar del que por el mismo Ar- ticulo i." se señaló á la Intendencia y Provincia de la Plata; quedando en la clase de Tesorería Principal do es- tas de Cochabaniba la Caja propietaria que se halla esta- blecida en la misma Villa, y on la de Tesorería Menor, y Sufragánea de aquella, la Subalterna que, servida por Teniente, exislo y debe jermanecer por ahora en Santa Cruz no obstante lo dispuesto acerca de ella por el Artículo 91 de la mencionada Ordenanza. OTROS DOCUMENTOS. PROVISION de Gasea, desmembrando de Ala- cama á Copiapó, y señalando los límites en el rio, distante 30 leguas al N., de dicho Copiapó=An- liguo Cedulario de Indias: tom. 2.° desde la pag. 25=*Cédula ereccional del Vireinato de Buenos Aires=Olra de su Audiencia, desmembrando la de Charcas=Ordenanza do Intendentes para el nuevo Vireinato=Cédula aprobando la fundación del Nue- vo Oran y poniendo sus límites, al N. en el rio Bermejo=Otra declarando pertenecer á la Paz la provincia de Apolobamba desde el rio Inambari.» DESCRIPCION de los Vireinatos del Perú y Buenos Aires publicada en las Efemérides de Lima, por el Cosmógrafo Bueno=Dcscripcion de las In- dias por Antonio Herrera Coronista mayor del Rey. Historia jeneral de Indias por el mismo=~-Otra por el P. Reneval=Anales del Perú por el P. Calan- oha=V¡ajes en la América meridional, por los SS. Don Jorje Juan y Don Antonio de Ulloa=Rela- cion historial de las misiones de Chiquitos y sus límites por el P. Patricio Fernandes=Historia de Mojos por el P. Eguiluz=Hisloria del gran Chaco Gualamba por el P. Losano=«=Historia del Paraguai por el mismo=Iten por el P. Guevara—La anti- gua Arjentina por Dias. INFORME del Señor Manrique del Pino sobre la Intendencia de Potosí y sus partidos=Oiro es- pecial sobre Tarija—Otro sobre la Intendencia de Santa-Cruz por su Gobernador Viedma—Carta ofi- cial del Señor Don Manuel Antonio Flores al mar- ques de Valdelirios—Colección de documentos del Vireinato de Buenos Aires por Don Pedro de An- jelis—Historia de la demarcación de límites por Don Vicente de Aguilar. MEMORIA del Señor Don Tadeo Hahenk so- bre la navegación del Mamoré y Madera—Diario de la navegación del P. Patiño por el Pilcomayo, desde la. Asunción del Paraguai hasta las sierras de Chuquisaca—Diario de la navegación de Don José Buza por el rio Beni hasta cerca de Reyes. Diario de la navegación de Don José Agustín Pa- lacios por el Mamoré y Madera hasta la playa de Tamanduá—Antiguo Mercurio Perguano. etc. etc.—390— INDICE. «BOilJ ADTERTíICIA. ; un ielll hol noO Cuadro 1. ° que manifiesta la situación, estension j limites de Bolivia. Página............ 4 Cuadro 2. s forma del gobierno de la república.....16 Cuadro 3.° de la división territorial de Bolivia.......25 D,visión física pág. 2(5. División agraria pág. 49. Di- tísíoh política pág. 02. División judicial pag. -185. División fiscal pág. 191. División militar pág. -193. DivisioB ecle- siástica pág. 194. Cuadro 4. 9. población de la república. Página...196 Dj la pfiblacioii su aglomera.-ion y densidad pág. 196. Movimiento dé ra población pin. 207. Do las razas pág. 218. De la diversidad de las personas por la diferencia de su es- tado civil, y condiciones tocialefc Pág. 2.9. De la instruc- ción pública pag. 238 De la moralidad publica pág. 248. Cuadro 5- ° de la agricultura Página..... 255 Frutos agrarios pág. 25o. Cereales pág. 265. Ga- nado y caballerías pág. 274. Valuación de los producto! a^rín'os. Página.............. 279. Cuadro 6. ° de la industria pág. 283. De la indus- tria fabril pág. 181. De la industria minera pág. 291. Valuación de los productos de la industria. Página..300 Cuadro 7. ° del comercio pág. 302. Comercio esterior • pág. 309. Comercio interior pág. 313. Valuaron del comercio. Página,-T',ro q 317 Ctiírdro 8. ° de los caminos y navegación de los rios pág. 321. De los caminos principales. Pág. 321. Navega- ción. Pág. 327. Cuadro 9. ° de la fuerza publica. Página.........346 Cuadro 10.° hacienda pública pág. 357. Délas rentas del Estado pág. 357. Inversión de las rentas públicas pág-364. Recapitulación. Pásina........... 370 Apéndice 1. ° Página.... 381 Apéndice 2.° Página........,. £86 índice. Página.......... 39f) Fé de erratas............ 391 —391— FÉ DE ERRATAS. PAG. — LlN.- - DICE— LEASE— 11. 7 que desee que se desee. VI. 8 posisiones posesiones. 32. 12 cementeras sementeras. 37. 3 cabeza Cabeza. k'i. 28 de Lúe Don José Buza. 67. 1 en ella en él. 71. 1 Pueden Puedo. 72. 11 Cañadas en las cañadas. 73. 2f 15,200 16,520 75. 5 Esmoraca Esmoruco. 93. 17 de muchos tarij. de muchas tarijeñas. 114. 18 de la paz de la Paz. 126. 10 Meca Moca. 452. 8 cantro cuatro. 475. 13 de Laa de Laza. 475. 15 de Mosednlenes de Mosetenei. 211. 6 1 á 19.11 1 á 1,10 212. 2'* 3,2¡85 30,151 212. 25 30,151 32,48o 225. 4 ser notas de exaj. ser notadas de exajeradaf. 227. 17 buena relae. buenas relaciones. 231. 4 comparado comparada. (VIO 10 0021 120 621,120 247. 7 La red o Bequena. 250. 22 822: los 822 los que ¿OH, O tí -o á la fuga de la fuga. OKí> 7 no hacia nos hacia. 252. 24 cometió se cometió. 259. 6 Sustancia minera Sustancias alimenticias. 268- 1 82,690 28,£90 268. 11 crias eriales. 271. 6 sussancias Sustancial. 280. 16 fruto bruto. 287. 7 de nuestra nuestra. 1*9. 5 Jenerias Jobonerias. 298. 43 plata solo plata á solo. 363. 2 contribuyo contribuye. 369. 4 le les: 370. 21 997,427 978,926 371. 4 proporción; igual proporción igual; per». pero