OBRAS ESCOGIDAS i MADRID. 1049. IMPRENTA DE D. SANTIAGO ROJO. CiLLE DE JARDINRS , M'M. 16.TOMO SEGUNDO DE LA BIBLIOTECA SELECTA AUTORES CLASICOS.•fl . ■ . tUlfcltá oVc M > Htm . Bflfel Jffl i>V' i Vil \l ItttMl AUvtKTtNGIA. .,»v . wytaiviw ■ «wjíu' -. •'» •»«> »vjy,i »\ l Como era tan peligrosa la corfetip&ttdéhcid de los aiuntós de la guerra en eVtiempó qtíé la teñían én lo interior de España sü'Rty legitimo el Sr< D. Felipe V y etfir. Amht-^ duque de Austria, á causa de las muchas es- pías que por ambos ejércitos estaban desti- nadas para la rigurosa aprehensión de los correos contrarios, tanto de á pie como de á caballo y de otros cualesquiera que condujesen cartas; y siendo preciso á mi tio D. Melchor Rafael de Macanaz dirigir al Excelentísimo Sr. duque de Alburquerque los avisos parti- culares de las cosas importantes á los nego- cios de la estación, que se comprenden en las cuatro que siguen, tuvo á bien el que yo copiase dichas cartas, conforme las iba suVI merced escribiendo; y pareciéndome dignas de estimación, saqué y conservé para mi uso este traslado. • Como dichas cartas iban sin nombre de autor y de esta mi letra, aun cuando hubie- sen dado en manos de las espías de alguno de los dos ejércitms fatta-k^tio^p^f^icidad de no haber esperimemadó iaf "pétigfo) , ni podia padecer mi lio, ni ¿encontrar fácilmente al que las copiaba. Y porque en los tiempos venideros, en que ya estarán tranquilizados los eminentes males que hoy padece nuestra afligida España, no carezcan los que Consigan ver estas referidas carias de la noticia de su verdadero autor, me ha padecido.conveniente ponerl-es esta ad- vurtencia tque firmo de mi.paulo etc.~=J*ray Antonio de Macana:. .,. —Y\míi rmqIm i»»'r.,<".sp laéttttj i > ••;>•■ V"-p b*«i *<<> '' »\ winn -•..\.¿.:t ñ vV> M«j ív »» hV*mi , iBtUttl » /.v vru»i •mVtwÍMto*> '<*v nv»«í.y»v>W*» ••no ••'»» •,■ »ttt '•••. •> t«ii . .t i'>ií ;¡ . < ; ::. >nl,;- «.»!»• ¡...-.v.Ji vo6 ••••oirfjji- utowuiafci ta y ; üsiatf »!: oahn • -T'q -,á M , ;>it. "i> Uí*. 6 i i.'.;í;f:■':'>• < .'.>"ii - mhij ««. -i.iurf ••< oa o.'y baiuiro ss i • NOTA DE LOS EDITORES. (••' -«*•»■,.'ru.itf *l»H .WJT".. MUI' B »» • i'-' «.'. íi-Ufc 11¿M_ ntdzftíM *tft o«n -^turu í- e , ,ü (,; v>\ i« •» ■ r-. ii*rn ufert«r» ,*.>u..'¡. gótrai»* Lu aj i GontwcániVo nuestro propósito dé reunir en nuestra colección de-cb&sicos todo lo mas: selecto y menos umversalmente conocido que' ettconlrentos , empezamos á publicar hoy la obra de I). Metehor Rafael de Ma- canaz, á par de la que'un-célebre perió*- dico contiene, rio sabemos que hayan sido ¡mprcsaVantes de>*«lc momento. Escusado os encarecer su mérito y 'cuando el nombre del autor es su mejar y «ftas ¡cumplida reco- mendación. Creemos que nos agradecerán los afi<-iouadns< á las buenas letras que ha- yamos preferido estas obras á otras que hu- biéramos'podido elegir.'8 He aquí los apuntes biográficos de Maca- naz , que Valladares ha publicado: Del número de los grandes hombres que ha producido nuestro suelo, fué D. Mel- chor Rafael de Macanaz. Nació en Hellin, reino de Murcia ; y su nacimiento hubiera hecho memorable á" su patria , si las perse- cuciones quejpadcció no le hubieran estor- vado acreditar su riotribré íóú la impresión de sus muchas obras. Hay hombres que siendo necesario todo un siglo para produ- cirlos, no alcanza el transcuiso de muchos para olvidarlos. Estos, cuando reciben de su patria el ser, se le pagan con usura eter- nizando sus nombres. ¿Cuándo dejarán de. ser (fi -•.!>•,!. < • . . ' ' . ' Pasó Macanaz á París :< presentóse a gran Luis XIV, y este, Monarca le; distin- guió don (repetidas honras. España nombró por *u.embajador cérea de;S. Ml'Cristia- ursinaa al duque de Huesear, con la pleni- potencia ipara a justar los artículos corres- pondientes á las paces generales' de Euro- pa: v que-debían tratarse y concluirse en los congresos de Breda y Soy son*; pero con órdén espresa para que nada dispusiese ni determinase sin acuerdo y dictamen por es- crito de Macanas. • '!»■- Esta limitación de facultades no produjo e» el duqúe el mayor aprecio á aquel. Li- sonjeábase de ser Tin ministro absoluto en el nombre, pero sujeto á otro inferior eri la I realidad. Se con tom pía ha adornado ,de un talénto sobresaliente, y capaz de hacer por sí solo lo que se le mandaba sujetar á la aprobación de otro; y así como un rio caudaloso jamás mendiga las aguas de un pobre a rr o vuelo , el duque presumió que •••e o'' un <• , j*timn.> al u*> :>* ■ >. lilli,'^ 0<''- ■[ l.'i'l '>L¡: «te '( = » 3 ;!;•».- -<¡Up . mió en su nativo idioma italiano, confiesa lo mu- cho que trabajó y de los medios de que se valió para destruir á Macanaz y confundir sus obras, IntonjéAhVfesé fle haberlo'conseguido." ' ínn12 era opuesta tal sujeción á los Masones que había heredado y al carácter coa que se hallaba reveajtidow . .V •» \íwh; > .' i r ' ■Esta liie la causa por la que .nunca adop- tó las máximas de Macanaz ; y en vista de las repetidas quejas de uno y otro, se vió precisado el ministerio español á ordenar á éste que pasase por! plenipotenciario á los referidos congresos. En ellos asistieron los mayores ministros de los príncipes intere- sados en los artículos de las paces y en la Conclusión de estas; pero presto logró Ma- cana/ aquel .ascendiente sobre ellos que pro^ duce una superior literatura. ií oh o¡¿r> El excelentísimo Cara va jal, ministro de estado de nuestra corte, tenia cifradas las esperanza* de unos ventajosos partidos pa- ra España en el acierto ¡con que creyó asá-» nejaría Macanas aquellos tan interesantes negocios , mayormente habiendo éste es- crito á S. E.: Que él dispondría que. el Rey quédate arbitro de la paz, ó de la guerra, si se siguiesen, sus deliberaciones,. Pero sea que hubo impulsos poderosos con los cua- les se torcieron los ánimos, ó que no se quiso escuchar lo que era preciso seguir, lo cierto es que quedo olvidado el plan que formó Macanaz, y se siguieron y ajustaron los tratados en la forma que quisieron los 13 ministros de las otras cortes , á quienes ser- via el da la nuestra de un peso insoporta- ble , porque eran inferiores sus talentos para oponerse á sus razones. > Ni estos enemigas , ni los que tenia en Espafia , ni lo poco atendidas que eran sus representaciones, intimidaron la fortaleza de nuestro autor. Siempre habló con aque- lla libertad cristiana, que debiendo ser de todos celebrada, suele ser de pocos ap au- dida. l'kimamente fué llamado á la corte, preso en Pamplona, y conducido con guar- dia á Segovia, donde permaneció hasta que puesto en libertad , por la singular clemencia de nuestro Rey el señor Dos Cárlos III (que Dios .guarde), se retiró Á su patria, donde murió con el consuelo al me- ntes de haber disfrutado de las piedades de nuestro benéfico soberano. '• La vida de este célebre hombre fue ver- daderamente una continuada serie dé per- secuciones y desgracias: pero también es cierto que las supo resistir con fa mayor resignación y conformidad. Todas nacie- ron como tenemos espresado, por defen- der las regalías del real patronato, las lá- yete y las glorías de la nación; pero cuando estas defensas son opuestas á los que por fines particulares quieren lo contrario , y seu 11 i i ra h c o n poder-, no. solo para de s (r u i r las, sin© para hacer lo mismo con quien las produce , bas cuesta poco conseguir lo pri-¿ mero y pretender lo segundo. L9uoqo tuna lié aquí un catálogo de sus obras que el mismo Vallares publicó. De ellas no tortas se conservan, lina parte muv considerable, Ó no existe, ó se ignora su paradero. En Salamanca hizo tres tomos en 4.f de notas, á los.cuatro de Instituía y sobre hw materias de solutionibus fideicommisis re»- criptio-. -■. i . Uno en folio de los medios con que Dios le favoreció , por ministerio de la Virgen, para desterrar los vítores, y reducirlos á procesiones de rosario. ' M ,Ea Madrid escribió tres- tomos «n folio de alegaciones! jurídicas. Otro en folio'de genealogías: é igualmente tradujo en cas- tellano el Catecismo Histórico delSnnevb y viejo Tnlhwrniii i dJjioi bou «faetéi bao Otros dos tomos en 4.° de las materias Ctt que de orden del Rey intervino con Don Francisco Ronquillo, - y Mr: Amelot de Guruay , embajador de Francia, sobre las materias del gobierno político de España. I En Valencia dos tomos en folio sobre los Fueros, y el nuevo gobierno que éri > lugar de ellos dispuso para formar de las ruinas ,15 de la antigua íátiva. quemada y destruida la nueva ciudad de S. Felipe; y sobr$ las competencias que i tuvo,, con el arzobispo Fray Antonio de Córdoba, por haberle co- gido, y castigado, los correos jque; ppr *iar enviaba y recibía de: los enemigos á donde S. I. fué también á parar. . i En Aragón siendo intendente formó un tomo en 4.° haciendo demostración de las verdaderas.leyes, de-aquel reino, y de los decantados Fueros que en., sus rebeliones hicieron para degradar á S. M.; cuyo, libro leyó y guardó el: Rey, y,en fuerza, de él sur- primió la junta del real Erario, y lo unió todo á la Intendencia. . En el mismo tiempo formó allí-otros dos tomos en folio sobre los medios injustos con que los aragoneses , catalanes y va- lencianos habían formado sus decantados fueros, para degradar á sus legítimos He- yes. .!,tjj ísbI • i'ii Otros dos tomos en folio sobre las ma- • terias del público gobierno. de la monar quía. .< En París escribió seis tomos en 8." real de la religión y de la iglesia, desde Adán hasta Jesucristo. < i Allí escribió también doce tomos en 8~" de los doce primeros año* del reinado del16 §f. T). Felipe V, ron otros doce tome* ra 1." y otros ocho en 8.a sobre el cisma Janscniano ; y sobre el mismo asunto otros doce en 4." Hizo' muchas disertaciones y notas so- bre la misma materia; todas útiles á la re- ligión y al dogma} á ta disciplina interna y esterna y á la historia eclesiástica y civil. Diez y seis tomos en 4.° de memorias pa- ra ta historia de España. Otro en 4de crí- tica contra las obras que el Regente de Fremeia duque de Orleans hizo escribir pa- ra escluir al Sr. Rey D. Felipe V y su au- gusta real familia dé su derecho á la coro- na de Francia. Otro en 4.° een la Crítica-Apologética, Alegatos y Memorial del cardenal Julio A! ■verooi.••»»••"• > ■ n.^ uuj Otro en 4-° sobre noticias particulares Íira la historia de España, diálogo entre uterio y Clautino. • '¡'Otro en 4.° i noticias individuales de los sucesos mas particulares, tanto de estado como de guerra, acontecidos en el reinado del Sr. D. Felipe V, desde el año de 1703 al de M Otro que remitió al Sr. Rey D. Felipe V, el que leyó y aprobó S. M. De auxilios para bien gobernar una monarquía católica. 17 Otros dos tomos en folio que compren den las causas que tuvieron los enemigos dé este autor para arruinarle y apartarle del lado del Rey. • » . !'>i*ui :•. Otros siete tomos en folio y¡tres en 4.° dé las varias negociaciones que de -orden del Rey y con su real aprobación hizo esté au^ tor eri Gambray , Bruselas:y Liejar, y'.dc vuelta á París en Soisons, con varias diser- taciones sobre las materias de estado, ha- cienda, guerra, comercio, fábricas, justicia y otras. Seis tomos en folio sobre el opulentísimo y vasto reino de Chile, y lo que los enemi- gos han hecho para destruirlo, con los rei- nos del Paraguay, Tucuman, Guayras, Co— llaguas, Guayaquí, Santa Cruz, las Charcas, los Mojos, Quito , Mará ñon y Nuevo-Roiño. Otro tomo en folio sobre las guerras.que en dichos reinos hacen los ¿enemigos in- lernos. ¡; oJ ¡; ) En Bruselas escribió un tomo én 4.° so- bre los obispos que los bereges eligen y consagran , como entonces lo hicieron en Utrech. El Rey vió y aprobó este tomo. »*> En ParíSj escribió también un tomo en 8.^ contra el autor que escribió contra la Inqui- sición de.Goa* > ¡l >h En Liejar otro en 4.? contra los que han 218 escrito contra los inquisidores dé España. Allí comenzó y en París acabó tres tomos en fblid dé historia dogma tica y varias reli- giones que se han tenido, tienen y tendrán dfesdé Adán acá, y que de ollas la natural, la escrita y la de gracia han sido y serán las mas justas. . Aquí también empezó y concluyó dos to- mos en 4." en defensa del tribunal dé la sania Inquisición y contra SJda - mayores enemigos los héreges , calvinistas y lute- ranos. v. Olro en 4.° contralla historia eclesiástica de Fleuri; la dogmática 8e los Edictos etc. del P¿ Tomasirio, y el. tomo qué á éste áfla-r dió el P. Bordé del Oratorio contra varios hereges. ; , jj Dos tomos en folio y ólros dos en 4.° de los males de España y del universb rraréHo mundo y sus remedios. Un tomo en 4." contra la historia escrita por Mr. Du-Bos, del establecimiento dé la monarquía francesa en Jas (¡alias, en que se demuestra qué cuanto hay de los Alpes acá con laGfan-Brétaña y sus islas-, li Alema- nia , Hungría y el universal imperio de los Hunnds, fué de la monarquía de los godos de España desde que el emperador Honorio y él senado Romano se lo cedieron hasta qM Jos nJah©metABosc§e apoderaron de. la I5*pafla.: Q¡gB l^.vmaMqs^jiques j condes Se lo tenían todo en gobierno , ^'e.alzaroí a elki, y jde allí ban venjd^o tantp¿ sobe- ranos , los nue aun? se-han in troducido, en e| nuevo*, mundo i, en eran daño de la. religión y r)»ina de la España., , ... , Qtro ¿n„4.° sobre (|iie la iglesia de Espa- ña ha sido la única que ha.¿oÁseryadp .h) doctrina y disciplina, y^como su códígoVcí «1 Al«69 segur©djf .cíértOyO^ tiene lá Igfé-^ sia^rniversa|¿para_su gobierno. . u . Otro ven j4.° recopilando la Historia d-t? España de^de mediados dei siglo IÍI bajía la" muerte del Rey D. Fernando el Católico, año.de 1516. . . Otro en 8.° manife'standoja conflütta que tuvo la..Magostad del Sr. Felipe V coq él ^ritónico, haciendo un cotejo 3e ambas* con las razones que a) presente éoggréro \an fulminadas ci\cl tienipo de su súcejor. Pos tomos .ch. folio con los monumento» auténticos dei regente daqug de OrTéa^T, para acabar con la Españalos ¿ualfts qucr- mó nuestro autor cuando Je desterró de Pa- rís á Monialvan ; pero el tanto de ellos la habia ido en\ ¡ando al Rey, y para en íá secretaría del despachó j' del confeáor. Diez tomos en folio, treinta en 4.° y vcín-20 te en 8.° sobre varios males que los enemi- gos nos han hecho y hacen en España, y en varias partes del universo nuevo inundo, y entre ellos el del comercio, fraude etc. y la forma de remediarlos. Y que ya que esta monarquía es la mejor de! mundo y la que en sí encierra las mayores riquezas y cuanto se necesita y puede desearse en lo humano, y que los medios de remediarlo todo son fáciles, abramos los ojos y no nos dejemos alucinar. Otro tomo en folio de los males y daños que causaron á la España, á su Igle- sia y á su Rey los estrangeros que ocuparon nuestro ministerio, y como al fin salieron de él según sus obras merecían. Un papel, Diseño para que un ministro lo sea con perfección. En fin, un tomo en folio de cuanto Fer- reras, queriendo ilustrar nuestra'historia, ha sacado de los que solo han escrito para oscurecer nuestras glorias y las de nuestirá Iglesia, y para elevar las suyas por cuantos medios se puedan imaginar. Con otro tomo de nottis criticas á Ccnni. En una palabra, ntiestro autor no ha de- jado piedra, rincón , 'rios , fuentes, bosques, montes, llanos i mares' ni otra cdsa dé Es- paña y de todo el universo nuevo mundo, que no haya examinado y revuelto de'Bos 21 mil modos para gloria de Dios, de la Espa- ña, de su Iglesia y de sus Reyes, descu- briendo cuantas astucias han usado y usan los enemigos contra nosotros y el modo de remediarlo. Tuvimos presentes varios manuscritos que contienen igual catátogó ; pero sin conve- nir unos con otros en las cláusulas, ni en el número de los libros. El mas correcto es el que publicamos. Si aun á este y á las noticias que damos de Macanaz en esta nota faltasen algunas circunstancias dignas de estamparse , y las notase algún lector bien intencionado , admitiremos con el mayor agrado las advertencias que nos haga, ó los documentos que nos dé para que gocen de la pública luz. Pero volviendo á nuestro autor, ¿á quién no admirará las muchas obras que produjo en medio de sus persecuciones , y de los gravísimos encargos en que estuvo emplea- do? Ellas son asombrosas por su número, y admirables por su literatura. Hemos vis- to muchas originales, y sabemos donde existen. Si los literatos que las poseen aten- diesen á nuestros ruegos, y la superioridad permitiese su impresión, prometemos que el público las disfrute.|»ar«l ab ,¡tvki N shafg obom til 99ff4k ir- , HiiÜfal ;» oh .a atrntít-añi «.a>hv<-. aá&Mft ubaont . Oí 1 /i 11> í >ít 1M - *p*vta rntamai tmhtiri>tla «¿tcj MiiVn"! -y;/a*í:i lúe ov.• o^oi.írt/yi m'jíví/íhv. RO i/i ;«ÉtBMK|l3 g«J t;» ífl1|„ ¿¡ . ,,,,.. ... „ i'A .'uniil ¿ol 3Í> oiéhiAn h sal ¿ f ote ¿0 • Ion efe» »v \*n. . mí> • . _ : „. ¡<-:sW-. tal»;.(' «tgéfl *B«jW*d y . <. ítuunfiu'. * "k RJ* >»p i #t -n #¡tp ••• í«aara.ooL *ol c úftfdjj v,! syjwji /•, -• ;.< • o-¡:- ,tm <. aba fifk>< .. i-t'J v r , .*r„\ ;v. >■,., , « ?|, 0¿j, .„„ oyjuiúa Bé-toq nvtufiAeSoiñ iros ¿cíl."* fbh , ftotAtugj j.. i&áSiiw mí »p >o>o'ísi¡í - i i,- .,ratetzs *r>v'im wj-sjr ■:>,/.•; ,', ti:,v>\h . mofc > uum ti&éi i'ttbu-tHq .'Mint ió ¿r,f o->¿idt;ij ij iiyf JCJ^S ^IVI^JALES PE LO! SCCESOS MAS PARTIO II. 4 RES , TANTO DE EJTADQ ' COMO PE GI'EBKi, ACONTECIDOS E3 El REIÜADO -.i'l ¡t\¡ A;on sj»,¿rI»o/&iu ftl 'íViii !")> <>* ioq agí yelips W. W' Bt fe) K n CARTA. PBIMEBA. Aüncue sabe ¥. cuan poco tiempo Lá que mi superior me concedió licencia para venir i esta corte , seria reprensible a la obli- gación de la buena correspondencia el'no aplicarme á hacer un resumen de las cosas mas particulares de los sucesos de Europa, 7ue se han subseguido i los que participé "V. con la ocasión de la escuadra de mon-24 sieur Durase, que pasó conduciendo á ese reino las personas de los duques de Albur- querjjue , y. aj*u por mi ausencia de. estos parajes, serán lien destroncadas las noticias, por estar remoto de sus circunstancias. Es- pero dispensará V. el desaliño de referirlas por lo que urge la brevedad de noticiarlas. S. M. (Q. !>'.'GJ) se embarcó en Barcelona para el reino de Nápolcs, que padecia las alteraciones que sabe V. por mi anteceden- te; y habiendo ejecutado su viaje con feli- cidad , llegó á aquella corte con salud y ge- neral aplauso de todos sus moradores, como lo manifestaron en grandes regocijos públi- cos y'fiestas á la Usanza de aquel país. No hizo entrada pública, aunque no pudo ser secreta, porque todos los ciudadanos de Ña- póles , con la noticia del arribo de S. M. á aquel puerio., se dejaron llevar del amor y de la novedad en desordenadas tropas has- ta coronar la marina , siendo los mas ven- tajosos en celo los. quoi lo fueron en natu- raleza. . ;» >.■■>■■>■•<•<>; Mi i , • ,: . Ejecutóse1 la jura con magnífico aparato, solemnizándola el sumo magestuoso agrado del Monarca y la pureza do los mas grandes corazones de Italia , euyos reflejos hacia mas lucidos la bastarda sombra de impuros pen- samientos i'qae la fidelidad descubría en los 25 Eardos lejos de algunos semblante» r qué idrópicos de novedades no se sacian con lo mismo que apetecen. Concurrió el cielo á la celebridad de los repetidos actos de posesión y señorío que ejecutó S. M. con demostraciones públicas; pues se liquidó por dos veces la sangre de S. Genaro, en ocasiones de ir el Rey á ve- nerar aquellas reliquias, milagro que causó gran confusión á los napolitanos, ó ya por ver que en 61 les mandaba su patrón la obe- diencia con repetida instancia, ó por consi- derar que con aquella demostración suplía la que les faltaba á algunos. Las benévolas demostraciones con que Dios favoreció en Nápoles al Rey, las com- prueba , demás de este prodigio, el suceso de no haber tenido efecto una traición que amenazaba la vida de S. M. si hubiese salido hasta la puerta de la ciudad que se había señalado para recibir al cardenal á latere, enviado de su Santidad á cumplimentar y regalar al Rey; pero la divina Providencia dispuso que se frustrase la intención y se descubriese la malicia con la muerte de tres ó cuatro inocentes que la convenciesen; pues ignorantes, se pusieron sobre las piedras que tenían desplomadas los traidores para el intento; con que el engaño ageno abrióse la puerta al propio infalible desengaño. ' Mo bastaron laces ni horrores I desfane- , cer la niebla helada de algunos pechos, y S. Mi dio con tantá equidad las providencias que pedían tan opuestos acaecimientos, que ju al mérito le quedó que pedir ", ni á la aVerignada rebeldía que ¿erner, aunque sí mejorada que esperar. .Fueron muchos en aquel reino los acree- dores de la magnificencia real, porque, el delito de poeps justificó su causa, haciendo mérito la ¡obligación. Asi fueron muchas fas mercedes que hizo S."M., cuya liberalidad no solo no cedió en diminución de su gran- deva ; pero anles hizo mas poderoso snim- Serio ."porque le esíahjfeció en lo mas recón- ito de los-cotfazpnes, que son los que ttñr- butan el' oro finísimo que corona las Ma- gostados. * A la Repaa nuestra señora enyió el Hev el repalo que le hizo su Santidad, en que se vieron unidas la devoción y la riqueza en las reliquias y: sus "engastes, enirandó á la parte el primor corno inseparable de acciones de tan grandes Príncipes.' !ir' ' taftrtttof) Al nuestro le llamaba el generoso cuidado de las armas en Milán, y; dejando las cosas de Nápoles en la quietud que prometía el sereno semblante que las habió causado su J>resencia, pasó á aquel Estado seguido de a comitiva de su Corté y de algunos prínci- pes y caballeros de aquel reino , donde luego te sintieron los electos de su ausencia en la trama de qna sublevación que se descubrió y atajó con la prisión y castigo de algunos cómplices de día, cuya obstinación leyó desde la cátedra del suplicio ,'si los vá tardos desengaños para ella, prontos ejemplos á los presentes y futriros. Lección tan apro- vechada que mantiene hasta hoy sin movi- miento'aquellos ánimos. ' Los aplausos con que recibieron los mj- Janeses á ¡s. M. \ el consueto y esfuerzo que infundió á los soldados su llegada, qué fué á los ti de junio, son imponderables; pero como no hay felicidad humana que no esté sujeta á los asaltos de la insidia, apenas puso el Rej las plantas en aquella tierra cuando en ella sé sintieron los ruinares de algunas minas secretas que había fabricado la astu- cia alemana sobre1 fáciles cimientos , que descubiertas se desbarataron , manifestando en' sí misma el poco abrigo que les había dado el que presumían ser su centro propio; fíend© páralos imperiales en. los demás pro- gresos de 1 a guerra muy semejante el desden de la fortuna (que solo en esto no ha pare- cido estar ciega á la raaon) , romo se verificó28 en en el suceso de Cromo na ; pues habiendo la codicia de un clérigo facilitádo lá entrada en aquella plaza al príncipe Eugenio por una mina de agua, que dando principio en su casa, remataba en el campo (que no es el primero que á oficio tan divino haya agre- gado otro tan diabólico), «ntró por ella este general á deshora de la noehe con algunas tropas, dejando de escolta seis mil caballos y seis mil infantes de la otra parte del rio, y poco antes de amanecer se encaminaron á la casa del general Viileroe, pareciéndóles que haciéndole prisionero, lograrían con la confusión que ocasionaría el suceso tomar la plaza á poca costa, y le encontraron á las puertas de ella acompañado de un paje, con que consiguieron e! primer intento. Pero como pudiese avisar ai paje que se fuess á quemar los papeles que dejaba en su casa, se descubrió luego la traición, y se puso toda la guarnición en arma, susti- tuyendo el gobernador la ausencia de Viile- roe para las providencias que convenian, con tanto acierto, que si se ha descuidado un poco el príncipe Eugenio en llevar á su campo el prisionero , se hubiera hallado «prehensor y aprehendido á un tiempo por la presteza con que los nuestros cortaron el puente, cerrándoles aquella comunicación. 29 en cuyas Operaciones se señalaron con gran- des ventajas los irlandeses. A ésta sazón se hallaba el ejército de los imperiales señoreando todo el Modenés y la Mirandula, y afligiendo á Mantua con el bloqueo que la privaba el comercio, en primicias de mayor hostilidad; y el príncipe Eugenio ocupaba un puesto , llamado el campo de la victoria, con cuatro mil caba- llos cerca del puente de Burgo-forte, y habiendo conferido el Rey nuestro señor con el duque de Bandoma los designios que habian de intentarse en la presente campa- ña, fue el primero el tomar el campo refe- rido que ocupaba el príncipe Eugenio de Sa- boya, en cuya función quiso hallarse S. M., aunque el duque de Bandoma que se habia adelantado le iba suspendiendo las noticias, porque no se acercase su persona tanto al peligro del combate, que fue muy san- griento para los imperiales, porque con poca pérdida de los nuestros se les derrotó ente- ramente, tomándoles die¿ y siete estandartes, tres pares de timbales , mil caballos, todo su bagaje y .campo, en donde se hallaron muer- tos seiscientos hombres de los suyos, sin otros muchos que so ahogaron en el rio Ta— son, hallando en él lo mismo de quo huían. De nuestras tropas solo murieron hasta cien-m lo veinte hombros; y «traque el Rey llegó antes que se ambara él combate, j and uto en él cotí espada en mano , sintió macho' no haber llegado ai principio; pero siguió el nl- cance con el arresto que se infiere de ha- ber muerto una hala cerca dé S. M. un cit-' hallo. lisie suceso causó en los dos campos.Ida1 contrarios efectos .que, producen la |cedida y garianfcia; ocasionando el méláneóUco á Ids imperiales Inanlar él bloqueo á MánJLttaj desamparar el Modenés, y reunirse en el campo de Lurara, fortificándose en cómo lo ejecqtarori; cutos movimientos' observa- do* de íá vigilante'pericia militar del duque- dé Bándotni, y seguidos del valeroso esfuer-i r.o de nuestro Monarca, motivaron las ope- raciones dé los sillos de Luzarri v (inastala, que se rindieron á nuestra devoción i¡ con poca pérdida* tíe gente y considerable, des-; pojo de pertrechos, mumcioneá, y la de. büs- car en sus trincheras al enemigo, precisán- dole a batalla con las continuas hostilidades que la ocasionaba la vecindad de nuestras (ropas; no siendo menor estímulo para elld vér la diminución de íás suyas en la" desér^- cion dé sus soldados y el recelo de verse en el estrecho de tener pocé que aventurar, en lance preciso de aventurarlo todo como de 31 hizo dé una y otra parte, dándose la batalla en que perdieron los contrarios hasta seis mil hombres con el campo y bagaje ; siendo S. M. Católica en ésta función ejemplo dé valor, püésá su imitación se empero toda la nobleza que militaba en su ejército ; de mo- do que se perdieron en el combate muchos esforzados cabos y hombres conocidos, aun- que fué mucho menor el número de los que murieron dé. los nuestros. i i Apurado él sufrimiento de los alemanes de.no haber ténido suceso favorable, y no desengañados dél poco partido que hallaban en la voluntad de las naturales, intentaron con temeridad hacer el último eváineri del insulto por estar tan fundados en él para las empresas que, les prometía su fantasía, en- riando un cabo con cuatrocientos caballos á la ciudad de-.9filan para que aclamasen oh ella á Carlos, III Ib cüal éjecutó entrando con solos setenta caballos, y dejando cerca de una quinta del príncipe de Vaudemoni los restantes de escolta; tomaron las armas á los soldados que guarnecían la puerta y él dinero que había en los cajones del registro que fueron derramando por calles", y pla- zas, como las aclamaciones de su príncipe, que np hicieron movimiento alguno en los ciudadanos, aunque llegaron á su vista do-32 radas • cota el artiñcio que costeó la infide- lidad. . MI Este malogrado designio y la victoria an- tecedente dieron iin á la campaña de este año en Italia, de donde envió S. M. los es-< tandartesque habia ganado á esta cóite, para que presentándose á la Virgen de Atocha, se atribuyan á su protección los buenos sucesos. Al duque de Bandoma y principe de Vau^ demont hizo S. M. que se les diese el trata- miento de alteza por los señores grandes que le acompañaban; y habiéndolo ejecutado les correspondieron con el mismo. A Villeroe se le cangéó por otros pri- sioneros de guerra, y le hizo S. M. la mer- ced de grande de España; al marqués de Mi- rabel , la de segundo general de la artillería de Milán con el gobierno de Valencia del Poó.y al conde de San Esteban de Gormaz el tercio de Saboya, con el gobierno de Lodi. El Cristianísimo el dia de Pentecontés ins- tituyó en la órden de Sanli-Espíritus al duque de Medina Sidonia, conde de Bena- vente, duque de Uzeda, conde de Sanliste- ban, y al cardenal Portocarrero; aunque todavía no se han puesto los hábitos, y sus pruebas se han cometido al condestable Hi- * . cuya Ór4»p m ímpíile las militares Jyspaña. < Ea flandes no hap »«Q tan favorables lqs, progreso», de la guerra; pues aunque ¿1 sef or d'.qu^ 4e Porgóla se apoderó eu tres días de la ciudad dé Cleves, tomando mu- ^kaa Pfffvisiope^ que sj§ , ballaroa eu sus almaceno?, y presentó por tres veces baía- I& al general conde de , Alhlope, la huyó, retirando su ejército al, ajjrigo de los muros de Mmega, no obstapte ser de competente fúmero sus huestes á fas nuestras; pero espues ganaron á Cheiservert y otras dos plazas^ logrando la coyuntura de haherr- se hecho el preciso destacamento de treinfei mil hombres de nuestro ejército, para qijte Mr- de ViUars, eomo cabo y general ¿p este trozo, pasase á incorporarle con las tropas del duque de Baviera, que se había declarado á nuestro favor, poniendo ep grande cuidado é los de la Hga, y cpn es- pecialidad i los imperiales, esta novedad, no siendo paenos el que les causaba la guer- ra introducida entre las dos potencias de Spe^ia v Polonia, cuyo fuego se halló tap encendido, que penetró hasta la corte de Polonia, conducido de las armas de| Sueco, precisándole al rey ,á que desamparase aquella ciudad á toda diligencia; y aunque 334 todos Jos principes circulares se han empe- ñado en apagarle, ajüstandb las diferencia* de las dos coronas, se tiene por tan, dificul- toso que se consiga por ahora, como la re- conciliación, que al misino tiempo solici- tan entre el emperador y el duque de Ba- vieta. Grandes demostraciones de sentimiento hicieron los généralés de la armada maríti- ma de Inglaterra,,de que se les hubiese ido de entre las manos la presa de la escuadra de Mr. Ducasé, que juzgaban yatrofeo de ellas, así por considerarla muy interesada en géneros, como en la conducta de las personas de los vireyes; consecuencias con que h'abíá Consentido principiar la campa- ña ; y se hizo cargo de omisión por los jue- ces del Banco real de Londres,' cargando con mas rigor al almirante funden, que después fué'oidó,:y sé lé admitió su descar- go ,' que comprobó con los lloros y ansias de no haber tenido viento favorable. La ar- mada sé componía de doscientas velas, tres capitanes, tres'almirantes, y tres gobier- nos, llevando la capitana principal la ban- dera llamada de la unión, y al príncipe de Uníestát, sin saberse con qué cargo ve- nia en ella. Suspensos tuvo sus movimientos hasta M os últimos días del mes de agosto, en que, ó ya con algunas premisas de que podia lle- gar á España la flota, ó con las que le. fi- guraba su antojo de hallar algún abrigo en las costas de Andalucía , se dejaron ver de ellas y déla ciudad, quien luego despachó estraordinario con la noticia, cuya novedad dió motivo á que todos los demás señores y caballeros sé ofreciesen á la oposición y de- fensa que pedia la amenaza; pero aunque a Beina nuestra Señora y la Junta estima- ron el celo de todos, no se permitió á nin- guno la licencia de pasar $ servir en aque- lla urgencia , contentándose con dar otras providencias de remitir armas y reforma- dos, porque se supo al mismo tiempo la moción que hacían las ciudades de aquellas provincias para la defensa y oposición. Á los 27 de agosto hicieron desembarco eníré los Cañudos y Santa Catalina hasta mil ochocientos hombres, que formados en tres escuadrones, los puso en desórden el teniente general ValJarao con un pelotón de trescientos caballos, á quien mataron muv dentro del agua; de cuya refriega sajió muy mal herido el capitán Ullate, aunque no peligró de las heridas, creyéndose que si les hubieran acompañado otros doscientos caballos mas , no ftwJjjera escapado de loséet desembarco ninguno de sér muerto, ó ahogado, porque esta corla oposición fué causa de que el enemigo perdiese alguna *ente, y mas de veinté lanchas, que zozo- braron en su propia prisa y confusión; y aunque Villadarias , por consejo que tuvo, dé guerra, resolvió pedir alguna gente á Cádiz, no se la dló su gobernador; pero Hernán-Nuflez le socorrió con trescientos hombres, los mas oficiales de mar y guer- ra % con que pudo el enemigo perfeccionar sin embarazo su desembarco, que pasó del número dé diez mjl hombres y trescientos caballos. Entraron pretésíando á los paisa- nos que su venida era á proteger su TiberT- t*id; y aunque procuraron se difundiese esta máxima derramándola en escritos, la desmintieron sus acciones can brevedad, porque recónociéndq que el marqués de Yj- lladarjas habla salido con poca gente á im- pedirles sus movimientos, poniéndose en, páráge dé observarlos, les alentó U noca oposición que veian podia hacerles nuestra general con las dos compañías de milicias del Puerto y trescientos nombres de mar y guerra, á encaminarsé al ^uerÍQ de S^ftta, Maria, logrando sO marcha sin" la menor disputa fporque Villadarias rétfró su gente háaa km-)j U eixttifa en aquella ciu- 37 dad , con tan gran turbación de sus mora- dores , que se pusieron en tuga, sin dete-^ nersé á las voces que les daba la pérdida de su hacienda, lá honra euvilecida, y la reli- gión ultrajada; que tanto ensordecen á los I cobardes los temores. Filé el saco tan copioso cqwio lo prome- ten la riqueza y comercio de aquélla ciu- dad , y la gran confianza en que estaban sus vecifaos de que el enemigo no se atreviese á asediarles, fiado* en la multitud, que tan presto se vió sombr'a sin cuerpo, y toda fantasía. Sí padecieron profanación Jos templos, 6 no lo ha permitido la noticia al dolor, ó la borró de la infiel niéUJpria de la alta pro- videncia , para enseñarnos que ta inmuni- dad sagrada no depende de lo humano, que es superior auxilio quien la guarda. ¡Oh, quiera su misericordia que sea esto, y no que nuestrop pecados batan deducido lo contrarió \ El gobernador y los demás cabos de Cá- diz concurrieron á la fortificación y defen- sa de aquella plaza, guarneciendo el puente de Zuazo de artillería y gente de toda sa- tisfacción ; encargándose al teniente gene- ral D. diego de Herrera la disposición de un fuerte de campaña de ocho cañones,que ejecutó en una isleta que yace á la sar- hda del puente á la derecha, y no osando él enemigo atacar este paso, encaminó .sus tropas á Puerto Real; resolviendo desde allí atacar el castillo de Matagorda, arri- mándose á tiro de escopeta á abrir la trin- chera ; pero le halló tan prevenido de ar- tillería y gente francesa y española que la manéjase, y del esfuerzo de D. Andrés de la Torre sú gobernador, qUe encontraron la dificultad én el principio. El capitán Var- tel asistió de segundo cabo de la batería de Reno, y entre esta, y la Matagorda á la boca del Trocadero, se dispuso una chata con doce cañones de á veinticuatro sur-r tiéndo de la gente de la armada y galeones los navios qre se hallaban en el Trocade- ro, con que fué, tánto el fuego que se hi- zo al enemigo por ' frente y costado, que cuando obraba para cubrirse se le desva- necía con la misma prisa qUe lo ejecutaba, y observando lo mismo las galeras de Fran- cia con su artillería, se vió precisado á re- troceder á Puerto Real, con pérdida de seiscientos hombres , y de las esperan- zas de tomar'á.'Cádiz, cuyo ayuntamien- to representó por sü cá"rla á la Reina nuestra Señora y señores de la Junta lo dignó que había hecho éste servició á Don Andrés de que S. M. le hiciese merced- Los del comercio dieron grandes, canti- dades para las provisiones que fuesen nece- sarias , y la ciudad se objigó por vafees ^pan gar todo lo que se prestase para este efecto; no quedando ciudad en la Andalucíay en las dps Castillas que no hiciese demostración, ya euconductas de gente, y ya en. remesas dinero gratisdato, qu,e comprobaron el^naor y lealtad de estos reinos, que intentó hacer sospechosa la cautela de Hermestat y los su- yos , pero nunca floreció mas la mentira en el dilatado campo de íá esperíencia,?1 Duraron los ingleses y holandeses,en tier- ra desde últimos de agostó hasta 25 do se- tiembre , en cuyo tiempo se fueron juflUm.- do en el campo de Ruenavista las tropas del rey, que, llegaron á componerse dé, tres mil caballos y cuatro mil infantes de buena cali- dad , habiendo despedido el marques de Vi- lladanas otra mucha gente, por parecerle po ser de provecbo por bisoña y venir la mas de ella desarmada á aquel campo, á cuya vista y tolerancia quemaron los ingle- ses cuatro almacenes, donde había algunos pertrechos en Puerto-Real, y se pusieron en marcha para reducirse á sus nayíos, como lo ejecutaron en tres días, sin que se les in- comodase por hallarse debajo de su artille40 ría: pero como hubiese sabido el feliz ar- ribó tjüe turé la flota'en el puerto de Vigo él dia 22 de setiembre, inclinaron las proas á Galicia, de quien se dejaron ver á lOs 21 de octubre, causando imponderable senti- miento A los interesados en la Hola, porque habiendo tenido suficiente tiempo para el desembarco dé toda su carga,' rió sé había sácádo mas que la plata, y aunque las órde- nes del gobierno 10 comprendían todo, y éfjitTcon iá préraur» duépédiahIbs récelos, fué íá réslstépcia dé los cateadores tan gtáti- de, asi con el príncipe de Bafbaftzoh, á quien se cometieron las primeras, como con ÚÓÚ Juan de tarrea, que pásó después á este cuidado de órdeh de la Junta . fundada en lá esperanza de llevar á Cádiz Sus géneros por tü*r,' que dieron lugar á su perdición; pdrqué el referido día 22 de octobre entró la armada por la ría de Vlgo en MábtiAeh, forzando la cadena que impedía la entrada, y aunque de los fuertes que había en este SuertO en ella, y de los navio* düe, teátá entro, se les hizo todo el mas recibimiettto que pudo, no pareció practicable la'"disp'uiá por la desigualdad de las fuerzas, y resolvió el general conde de Chatcmau que se díé->- se barreno á los navios, porque nuestra pérdida no Juése en sü provecho, ctrya dl- 41. ligencia se hizo en cunatQ fué posible., aun- que rio bastó para ttué iró apresase* seis navios de flota cargados y nueve de guerra del CMstiabíSítno. Hasta él tfia 30 del referido mes se man- tuvieron en Redondela, 'donde abrasaron lo mas de su torta población, sin reservar el córivfehtb' de San Francisco; pero toé tanto él'VAlánr de los nobles de Galicia y de los soldados franceses1, V éi Calor que á unos Íotros dabáh sus generales, principe de arbanzort y conde de Chaternau, qué no lé> pé^niHléTOtt dar paso en Seguimiento de la plata , Ui que su mansión éú Jledondela fuese dilatada las continuadas armas qué' sé lé Toé^reny' embistiéndoles diversas vepéS cii qüe sé señaló con particular el conde de R ibada vía , asistido de algunos vasallos y ca- balleros amigos. rL'á"jiláta se ha conducido al alcázar dé Segovia, donde está almacenada, sin, darse providencia á Su expediente, hasta qué ven- ga el Rey, y se presume que se éstreche ern rigor á los cargadores de flota á que hagan manifiesto de los caudales en que soñ interesa- dos los holandeses é ingleses, porque discur- ren algtfnos cortésános que la mitad del cau- dal venia para los deferidos estrangeros, y Ib £arecé »egurila prisa que sé dieron ácóbráTlb.4r2 .... £1 día 30 de junio del año pasado hizo la entrada en esta corte la Reina nuestra Se- ñora con general aplauso de nobleza y plebe, porque su singular agrado comenzó desde el principio á mandar en los corazones, que registraron sus amables prendas,. pues no tardaron en difundirse á la noticia de.todos, confirmadas cñ la experiencia que tuvo de ellas, con la ocasión de asistir todos los días .á la junta de. gobierno,.cuyos¡ ministros se hacían lenguas para esplicar lo que les f)ermitió conocer de ellas la admiración que es poseía al contemplarlas; mas como la princesa, de los Ursinos na hubiese tenido tiempo de conocer en S. M. estos primores i todosá competencia iban á repetírselos , co- mo si fuera mina que hubiese descubierto el trabajo particular de cada uno ; que tanto puede fingir la pasión para' la introducción que se desea. A las damas y demás familia- que halló S. M. en palacio, reconoció con venerable semblante, aunqne hay conjeturas de que le pareció el número crecido. ,Fué a dar gracias á nuestra Señora de Atocha al olro dia de su llegada, y las ca- lles estuvieron muy adornadas, siendo el concurso tan numeroso y lucido, que pu- dieron hacer eí dia de los mas célebres de ta ,h óití ip \in* -r,.«J esta corte, como se lo pareció á todos r v á. la Reina v su camarera que no podía haber cósa igual á el: por la noche estuvo muy alumbrada toda la carrera, y los balcones de la plaza guarnecidos de hachas con que resplandeció este teatro lan lucido, como se ha visto en otras semejantes ocasiones. No difirió S, M. junta ni despacho algu- no: en dias de entre semana ni festivos por ningún acontecimiento, dándose por desen- tendida á los brindis que, la lisonja palacie- ga la hacia, con los páseos á que convi- daba el Jiempo; pero después de concluida la ordinaria, tarea, salia S. M. unas veces á Atocha y otras á los jardines de Ja Flo- rida , el del Almirante y otros; y aunque el marques de Castel-Rodrigo tuvo prevenida merienda y canastillas la primera tarde que fué S, M. á la Florida, no permitió se sir- viese ni tomase un dulce; observando lo mismo en las demás partes, sino es en el jardín de Medinaceli, que consintió se sir- viesen los dulces y bebidas, que fueron en abundancia. El desembarco que hizo la armada in- Slcsa en Andalucía, y el suceso de Vigo, escubricron tal serenidad en el ánimo de esta señora, que fué argumento de los ta-r lentos que atesora su naturaleza.44 Por setiembre del año pasado salió de es- ta corte él álmiráhle de Castilla cotí el pro- testo de su embajada á Francia ; y habien- do pedido un diá antes de salir á la Reina nuestra Señora su carta de recomendación pai»a él Cristianísimo, dejó encargado á un dependiente suyo se la remitiese cotí posta en su alcance; y habiendo llegado á Tórde- siHas, se detuvo allí á esperarla, y como lle- gase la posta con ella, dió á entender á los qué le seguían, y á los qile de aqiíella vlliá le arompafiaban ', qúe le habia ido órden para pasat- á Portugal. Irimédiatámente lo Sttso en éiccucióíi, sin detenerte tín cuartó e hora, habiendo antes de esta résóTu^on dado providencia de despachar por la posta á un criado que habia recibido á instancias' de la princesa de los Ürsitiós, para que le tuyiesé pi'evenMa la casa éh Bayona de Fran- cia. Llegó á Portugal, y en su raya se le óyó decir: uqui ya podemos respirat. Eii la primera plaza de aquel rélno lé lomaron fas armas y á lós que le seguían, hasta dar cuenta al Rey de su llegada, quien luego que la $upo, envió una Compañía de caballos qüe le convoyasen hasta Lisboa; y aunque lós embajadores de las naciones le hicieron muchas instancias para que admi- tiese el hospedage que le ofrecían, y córt es- i pecialidad el de Alemania, np lo qujsq ad- mitir de ninguno; eligiendo para su habi- tación una quinta , desde donde escribió cax- 11 á la Reina nuestra Señora, dando los mo- tivos que le habían precisado á torcer su camino , y elegir aquel paradero. Muchos y varios juicios se hacían, en, ,e$(a corte con este suoeso, en cuyos discursos se leían los corazones; pero los anas, pru- dentes han sentido que á un hombre de la primera representación de esta Corona se te haya puesto en el estrecho de que no pudiese salir sino á costa de una suma pa- ciencia , ó de la calumnia que ha ocasionado el no tenerla,, Llevaba por su secretario á D. Miguel de §. Juan, que se fingió malo en la raya para volverse, como lo hizo con gran satisfac- ción suja, y epu la misma, se dice declaró en la causa que sé fulminó contra el almi-r rante, á quien dió algún cuerpo, la que se siguió de D. Pascual Enrique/, con Us de algunas criados suyos; de que resultó po- ner edictos cu las partes públicas Oú que se llamaba al almirante y sus criado»; al pri- mero para que se presentase dentro de tres días en el castillo de la Alameda, y á los de- más en la cárcel de corte, dentro del ujis- mo término, y embargar los bienes de lo-46 dos; y también cofre fué orden á Milán para que se quitasen los retratos qué del almirante habia en el 'Domo: en este estado ha quedado suspenso este negocio, sin que se hable palabra de él en ía actualidad prén- sente. A D. Pascual Enriques le nombró la Rei- na nuestra Señora para que en su nombre fuese á cumplimentar al Rey , luego que lle- gase S. M. á Cataluña, y se le diÓ ayuda de costa para que lo ejecutase. Desde Zaragoza envió el Rey un decre- to para que se sacasen del caudal de la flo- ta trescientos mil pesos, que estuviesen' S disposición del cardenal, para dar principio á las levas de diez y ocho mil infantes y seis mil caballos, que se intentan poner para guarnecer las fronteras y costas dé estos reinos la campaña que viene que se espe- ra muy vecina, por lo poco que duermen los cuidados; y otro en que mandó S. M., que liar ¡rudos ccómputó de los caudales que sou precisos para mantener cada año el re- ferido ejército, se separe de sus rentas rea- les otra tanta cantidad, como la que se con- sidere para este efecto, y que si en el re- siduo que quedare no hubiere para satis- facer los acreedoreis- juristas y mercenarios, se les reintegre de oíros efectos la concur- 47 rente cantidad á su satisfacción. con que por ahora han parado todos los créditos de es- tas calidades. Considerándose al Rey en la cercania dé esta corte, todos los señores se dispusieron á salirlé á rteibir, anticipándose á todos el duque de Veraguas, para besarle la mano, cuatro jornadas de aquí á S. M- por lograr la primacía del obsequio, en premio de la madrugada. Antes de salir besó la mano á la Reina, despidiéndose inmediatamente de la princesa, quien reparando en un sortijon que llevaba el duque, se le alabó, y él res- pondió con falsedad, qué aunque le pare- ciese bien, no se le habia de dar, y des- preciando esta acción precisa de la urbani- dad, lé dejó al salir de la visita encima de un bufete de urto de los aposentos del cuarto, queriendo que el silencio enmenda- se lo qué1 habia errado (alocución, ó que el acaso supliese. lo que le habia faltado á la actualidad, sin reparar en la diferencia que hay de ofrecer piedras á arrojarlas, ni él peligro que tiene lo segundo; pues no ha- biendo acertado con eljas al blanco que las encaminó su mano, por otra superior se lo- gró el tiro en el que dejaba descubierto pa- ra el retorno de ellas, porque entendiendo la princesa el desapropio del duque, se le• >i 'l'-¿* »-"• ' ^«'íiv'Ju'iwftí Va ¿ i>/.iJli > i participé á la Reina, quiw inandó que se le volviese la alhaja, á tiempo que va el duque babia partido, can que la recibió la duquesa , como se verificó en el inmediato dia, que era de los señalados para el besa- manos, porque la preguntó la Reina delan- te de toda la concurrencia, de , señoras si la habían llevado la sortija del duque , á que respondió; que sí, y qup se. le había caído á su marido j que los errores de los PW«V dos no tienen otro fiador que Jo» descui-r- dos. Salió S. M. áGuadalajaraá recibir al Rey, y dió órden de que np pasasen de Alcalá }p£ señores que salían, donde besaron todos .Ja mano el día 16 de este. El duque de Medi- naceli, que llegó á últimos de setiembre Madrid, fué con el condestable, el marqués de Pñego, duque del infantado, Rañas y jCar^- pío, que la besaron juntos5 y al duque de Medinaceli le particular^ $-M- (ayor de mandarle entrar en su gabinete aquella uoeue, como el marques de Vilía-Franca- £1 dia siguiente entró S. M. en Madrid á caballo, al estribo del roche de la Ileina, acompañado solo de los que pasaron á Ita- lia, porque todos los demás esperaban á reT tíbirle en palacio: el día fué muy frió, y con alguna humedad, circunstancias que le •49 quitaron mucha parle de lucimiento, asi por- que se reservó en lo colgado de las calles lo que podía perderse con la última, como por el menos concurso á que precisaron ambas. Llegaron SS. MM. al zaguanete, donde esperaba á recibirles el cardenal de Toledo, quien en tropel de imperceptibles voces ma- nifestó su inimitable celo, én regocijo de la bienvenida, y subió acompañando las dos personas reales hasta el cuarto del Rey. Aquí estaban todos los señores, y antes q^ie comen- zasen á besarle la mano, le hizo la Reina esta oración: Señor, todos estos caballeros han estado muy impacientes con la ausencia de V. M., y quisieron salir á recibirle muchas jornádus de aquí; pero yo no se lo he per- mitido , porque no se desacomodasen tanto. A que se siguieron el besamanos y las de- mostraciones de gratitud con que recibió S. M. esta reverencia. Concluida esta función, llegaron losReycs al cuarto déla Reina, donde hallaron repar- tido el obsequio en todas las señoras, que dieron este dia con lo lucido y costoso de sus trages emulación á todas las cortes de Eu- ropa, porque la variedad de ellos las com- prendía todas, en que es preciso confesar ventajas á la suprema de Albanio, porque íoI tm W¿óWq»i1 m eoeooittyr.m ?rf**T>en su templo todos los donaires se vieron en la ltellezn de tod-'s. , . ,,( , , , An^es^que diesp principio, ai besama- nos, hizo el Rey esta oración: «Señoras, la Reina rm ,ba. dicho de todas , tanto bueno, que ja deseaba, mucho \ cros; y habiéndolo conseguido, bailo que la Ueina, aunque tiene muy buen conocimiento , ha andando corta en vuestras alcanzas.» Dióse .principioal cum- plimiento jwr las d/B la primera.magnitud ,.Á quienes: la Reina iba nombrando como llega- ban, y como se siguiesen otros títulos, ,que de .puro nue\ os no .se conocían , dijo la Rei- na: Yo ya he dicho las que he conocido, que no conozco no puedo decir quien son,y. una grande dijo: Señora, no es mucho que V. M. que vino ayer no conozca á muchas de las que ahora vienen aquí, que nosotras con catar acá no las conocemos; pero en tin, aunque no fue plenaria, gánaron la indulgencia, y se con- cluyó esfe actpr ¡ . ..... ;, • •..-,< Esta noche no despachó S. 31. ni en otros dos dias siguientes, la cual suspensión pu- so en continuo movimiento á muchos cora- zones: á unos porque presumían ser partí- cipes en la novedad que esperaban» y á otros {>orque no quisieran participara nadie de o que quieren para sisólo.Los pensamientos de los mas oficiosos se tropezaban con los • *"i¿< \ (»¿> • • •■51 '.-»»,♦.• « • j de Jos. mas disimulados, que no podían me- nos de encontrarse, por ser uno mismo el paradero:, tuviéronle también estos deseos, cuando. se . supo que el Rey había entrado solo al despacho, y que-aunque había dicho al cardenal Portocarrero que entrase con S. M., se, había escusado, y hasta ahora con- tinúa solo en él con el marques de Ribas su secretario, á quien el primer dia que entró solo dicen hizo esta oración: Yo me halló hasta aqui bien servido de vos, y espero que en adelante no desmereceréis mi agrado ; piro os advierto que en lo que fuere de vuestra obligación informarme, lo hagáis sin apasio- naros, porque esto os grangeará mi sumó enojo. ..... i- ; , .. . üOfi El cardenal de Etré, que vino .desde Italia acompañando á S. M., se hospedó en el pala- cio de la Reina ¡madre con su sobrino el abad de Etré; habiendo corrido á la disposi- ción y cuidado de la de los íírsinos la pre- vención y adorno de la casa. Al otro dia que llegaron, envió el cardenal de Toledo al de Etré el presente de una car-roza muy buena, con un tiro de muías, y otras cosas dignas del asunto, las que le volvió dicien- do: gue anles de. salir de Parts Había hécho l dos votos, uno á Dios, y otro al Rey tu señor de no tomar en Españu nada que le diesen, y52 que sabido este impedimento, no juzgaría su eminencia per desaire el no recibirlo; empero los primeros días admitió prestado el tren de coches, sillas y criados de nuestro car- denal para las salidas á palacio, que son fre- cuentes, porque se cree que el Rey confiere con este personaje todos los negocios; y aun- que han corrido voces de que se vuelve á Francia, parece no tienen fundamento, y que nacen de antojos de mal concebidos pre- ñados. . • Las mercedes que S. M. ha hecho en este tiempo son como se siguen: al marques de Bedmar y al conde de Borromeo, la de grandes de España: al duque de Pópuli, el puesto de maestre de campo general del rei- no de Ñapóles, y tratamiento de grande: al marqués de Castel-Rodrigo, la de caballe- rizo mayor de la Reina: al conde de Mon- te-llano la presidencia de órdenes en ínterin: al duque de Medinaceli, la de Indias y entra- da en la junta de gobierno: al de Uceda, la propiedad en la de órdenes: al conde de Leinüs, el vireinato de Cerdeña : las galeras iuoi*3of obmíhoruie ;*IH el de'Sicilia en ínterin al cardenal Judicé: al conde de Santinsteban, la mayordomia mayor de la Reina: á Gandía, Bejar y Sole- ra, el ejercicio de gentiles hombres de cá- mara: á D. Antonio Hubilla, el título de marqués de Ribas del Cristo: al page de Guión Baquerizo, título de marqués: al du- que de Osuna, la encomienda de la duque- sa de Frías: á D. José de Sobremonte, otra encomienda, y la plaza de conductor de em- bajadores: al marqués de Gastañaga se le había hecho coronel del regimiento que traia el Rey de carabineros, con retención de la comisaría general, y murió en Zaragoza, yendo á recibir á S. M., y hasta ahora no se han proveído estos dos cargos, teniendo la incumbencia del último D. Enrique Enri- quez en ínterin: tampoco se ha nombrado coronel de otro regimiento de caballería, que hizo formar la Reina para guarda deS. M., y se ha suprimido la tudesca, agregando sus soldados á la española, y manteniendo los sueldos al capitau y teniente. A D. José Gurupegui se le ha dado pla- za del Consejo Real, y otra á D. Sebastian de Ortega, que era del de Indias. El duque de Arcos volvió de Flandes á. esta córle; y aunque su hermano se quedó á concluir la campaña, ha llegado también á54 ella; sucediendo lo propio al marques de Lejanos, que fué á París, v vino miív favo- recido del Oisl janísimo: á 1). Podro de los Uios, hijo de Hcrnan-Nuñez, sé le ha dado la futura de la armada qüe tiene su padre: la duquesa de Sesar murió, y el duque su ma- rido con este desengaño hizo muy cariñoso recibí miento á los condes de. Mbtezúma, quienes llegaron buenos aunque viejas) á esta corte; y como traen plateado el' pa5- rentesco, so dice están muy adelantados los- tratados de los casamientos de los hi- jos de ambas casas, cediendo al interés Ja razón de estado, porqué' el hijo del pri- mer matrimonio de doña María Andrea, que venia casado con la hija dé Motezuma, mu- rió en la navegación. Por carta del marqués de Bcdmar se aca- ba de saber que en Tesel y otros puestos de Holanda se han ido á pique • mas de 80 navios, con un temporal tan recio, que inun- dó mucha parte de aquel país enemigo, rom- piendo las avenidas muchos diques en grave daño de aquellos paisanos. A D. Sebastian de Cotes se le había dado en propiedad la comisaría general de Cru- zada por muerte de D. Gonzalo Fernandez, y el dia 27 de este mes se quedó muerto de repente, estando j«gando á los naipes con su familia. De Italia ha traído este último corré# Ifc'noticiá dé fcaber tomado el d^qiié de BírtidómaTa plaza de Góbernoco, y que el príncipe Eugenio se habiá retirado* có'h ja póeá-gente'que le habia quedado'hácia Osti- glía, y que nuestras tropas quedaban bóm- bardeando á Bérselló, con la confianza de que era'poca defensa su guarnición, y to- ntada está plaza, quedan precisados los ale- manes á éntrarse en Vetteeia, ó'fen las tier- ras del Pontífice. Después de esta noticia, ha llegadó' estraordinario con la de haberse re- tirado el'principe En geni o, volviéndose á Alemania, porque ni sus representaciones de que'febitSeséri'soCÓrrds de gente ydiriero, ni (A «tecesidad que tenia de uno y otro, bastaron á qne se'lóBenviaSéñ, y viendo qué cáda dia minoraban sh* tropas, se fué dicien- do que Si quería* qüé'perdiese su crédito, que no estaba de ése dictánteri; con que pa- rece qne las pretensiones' del imperio én Italia quedaban concluidas, ó á lo ménosmuy dificultosas. Es todo lo que ocurre á mi me- moria hasta el dia de la fecha supra escrita que poder pasar á la de V., quedando en el cuidado de continuar en lasdémas ocasiones que se ofrecieren. Por haber dado en manos de ingleses un navió que pasaba á la Habana, en que habia56 dirigido á V. el principal del duplicado an- tecedente, le repito con la ocasión de este aviso, que sale para ese reino, aunque con el recelo que mis escritos sean solo para en- tretenimiento de ¡os ingleses, que aunque conozco que jiara el corto valor de los ras- gos que incluyen, es demasiado empleo el de perderse , á lo menos estimaría que no usurpasen de la noticia de V. este cuidado; en cuja suposición prosigo Ja relación de sucesos, y desdoblo ¡a hoja do ios que deja- ba pendientes; y siendo que se habían remi- tido á Francia, /o« motivos que habia dado el cardenal Porlocarrero para escusarse del despacho, vino resuelto que no se le admi- tiesen, y que* entrase con el cardenal de Elré á ayudar al Rey en esta tarea, como lo ob- servan; á que se siguió publicarse un decre- to de S. M. en que se vale de seis millones del caudal de Ilota pertenecientes solo al comercio, los cuatro de ellos por conside- rarlos caudales de enemigos de la corona, y los restantes por via de empréstito, de que se darian libranzas en cajas de este reino para su satisfacción. Los lamentos que ha ocasionado esta deliberación á tanto desca- labrado con elja, son imponderables , como las desgracias que de Andalucía nos han re- petido con cartas en varias desesperaciones - 57 de muchos, que viendo arruinarse lo cadu- co, han atropellado con su pusilanimidad la inmutable felicidad de la bienaventuranza. Al duque de Alba se le ha dado la em- bajada de Francia, y á pocos dias de haber- la aceptado, le envió S. M. una carroza de las de su persona, con un tiro de yeguas, y ocho mil doblones de ayuda de costa para hacer su viaje, que dicen ejecutará á me- diados del mes que viene ; al marqués Te- norio se le ha declarado la grandeza por marqués de Portugal, y á Agustín de Ve- lasco por la casa de Peñaranda; y con el motivo de esta merced, y de la muerte de la marquesa del Fresno su madre, se dis- curre en que sm casamiento será con hija de los condes dé Benavente- Por haber tenido el cardenal de Etré, luego que llegó á esta corte, ciertas des- confianzas de la princesa de los Ursinos, que se manifestaron en la pública falta de correspondencia de los dos, y se mensagea- ron por una y otra parte á París, lo yíuo órden á la camarera para que se volviese á su patria, que divulgó ella misma, despi- diéndose de la comitiva palaciega y de al- gunos seflores de la villa; en cuyo inter- medio padeció la Reina la indisposición de unas tercianas, que suspendieron en la58 princesa las despedidas, y colorearon la asis- tencia de algunas que pretendían sucedería éri este'empleo, que las hubo de todos es- tados1;'pero habiendo mejorado la Reina, v oompuéstoso las cosas entré ol cardenal y la princesa , obtuvo órdenpara q«orlarse*, y antecedentemente un casi común senti- miento que hacia toda la corte por su an- sencia, sin qúe por esto crea yo que un rite- morial, que* en nombro del pueblo se dió al Hoy, dejase de haberlo formarlo la artifi- ciosa política de algún apasionado suyo, ó desapasionado de nuestra nación, porque la iniquidad con «rué la «rata en élV la diso- lución con que habla á la Magostad y éTin- decoro ctm'qtte alienta su Intención en sus cláusulas,' no pueden *er partos legítimos sino es abortos'.""'"" sfl •><>, ií; , y »bl ••!> Hallando el duque de Medinaccli poco atendidas- las 'representaciones qué hizo el consejo de' Indias con él motivo' dél ;vali- wrierito dé que ge sirvió S. M. en el caudal de- flota i' despidió la Ocupación de aquel manejo, con 'uña' representación que hizo á S. fH por eserito, siendo en el sentir de muchos muy propia resolución de su gran célo y de particular consuelo á los cOrtM- prendidos en el dolor, por haberles pareci- do en los principios que podía tener alguna 59 enmienda su desgracia, y después que á lo menos quedaba justificada la causa de' su queja; pero aunque corre se 1c han hecho muchas instancias para que no dejase eslía presidencia, no se ve que vuelva á ella. La causa del almirante se vió ; y aunque no se ha publicado la sentencia, se dice que en ella solo se ha hallado la culpa de lá ino- cencia, y que á esta corresponde el destier- ro de los dominios, v una multa pecuniaria á discreción del Rey; pero como todavía no so ha publicado, se infiere que la poca gra- vedad de la materia causa algún embarazo en su determinación, por el estrépito con que se dió principio á los procedimientos. Las señoras doña Francisca Enriquoz y doña Josefa de Figueroa quedan ajustadas de casarse, la primera con el marqués de Bedmar, y la segunda con* **&;Bloft2 • «km-uiii IAJa !• ,,ou»is.j j ¡'68 :)'*.in, m de aquel presidio á causa, de no acudir con lo acostumbrado, con el cual .pasaron á romper los, cajones de las aduanas, se so- segó con brevedad ; sucediendo lo misino en Cartagena sobre la quinta que se ha- bía mandado hacer-de soldados, pues de su campo se juntaron basta , mil quinientas hombres bien armados, y subieron á la ciu- dad a resistirlo, representando lo que con- tinuamente están mereciendo en servicio de S. M. los de aquella costa, guarneciendo cuando se ofrece el presidio de Orán , cur- vos motivos , representados por D. Fran- cisco de Argote, les relevaron de la quinta. En Francia se sublevaron por el mes de febrero pasado basta- ocho mil. hugonotes, en quienes reverdecieron las no arranca- das raices de la heregía ; y aunque se des- tinaron algunas tropas que los deshicieron, se apoderaron de una montaña, que por su aspereza los ha podido defender , ayudada con los rigores del invierno; pero vencido ya éste último inconveniente, se tiene por verosímil la éstincion de esta canalla, aun- que se habla con variedad en cuanto á que tengan fomentos de superior abrigo, coma que el número sea mas crecido hoy que en los principios. , > . , Al marqués de Santa Cruz se le ha dado u .14 .i. 63 i .niij »í«;//. el vireinaio de Galicia, y al conde de Pinto el tercio de .Granada »• y no hay cosa que no resuene á militar, y tenga ecos de guerra, porque basta Madrid se mira hecho palestra de Marte por la multitud de soldados que le ocupan, pues demás de la guardia de cara- bineros del Rey, que ha estado alojada has- la ahora en el Retiro, y lo queda en el bar- rio de Sauta Bárbara, hay otro troco de ca- ballería alojada .en el barrio de D. Pedro Aragón,, demás del regimiento dé la.Reina? que ocúpa los lugares circunvecinos; con que. á todas las.horas se oyen instrumentos bélicos; pero, no demasiadas inquietudes, aunque los carabineros, como éstrangeros cstraños de nuestras costumbres, han oca- sionado, algunas, de que han resultado dos ó tres muertes, siendo la mas digna de con- memoración la que tuvieron dos de ellos con el conde de Uñate, que se originó de hallarse estos en sus caballos á la puerta de la casa del conde á tiempo que venia á ella del campo en. una silla volante con Cer- vantes su criado, y aunque les pidieron pa- so, ó no lo entendieron, ó no lo quisieron dar; con que fué preciso obligar al caballo á que le hiciese, hostigado del azote, de cuyos, golpes alcanzó uno á otro de los ca- rabineros, señalándole la cara con un car-64 denal, de que resultó que á los dos dias enviase un papel al conde lfamándole al campo, y que el conde saliese acompañado del duque de Medinace/i y conde d i Baños al parage señalado, donde les hallaren con algunos alcaldes de corlo, que acababan de llegar en su busca, con que no llegaron á las manos, ni el lance tuvo ajuste, porqué los alcaldes trajeron presos á los carabine- ros á la cárcel de corte, y por la noche se hizo esta diligencia con el conde" en su casa, donde dió las providencias de despachar á Cervantes con el empleo de correo mayor de Avila, y á otro ayuda de cámara, que también se halló en ei lance primero, con otra ocupación de los correos de Italia, v á pocos dias después resolvió S. M. por su decreto que el desafiante pasase á servir seis campañas en Flandes, sin que en el dis- curso de ellas pueda dar memorial, y al que llevó el papel seis años de presidio cerra- do , que es todo lo que ocurre poder avisar á V. en la presente ocasión del aviso que pasa á esc reino, hasta hoy 25 de abril de 1703. Con el motivo de repetir á V. con azo- gues la relación antecedente , que tengo di rigida con el^aviso , añado á ella lo que se ha ofrecido hasta hoy 26 de mayo de 1703. tr.i aurmon ¡.... i ;.\ 9Íoba¿ff»fi'3? . ¿oTtomin 65 í>d r<1* grmiento de Ta; Reina sé hatifornfóH do do %' del primero, que queda'cou su pri- mer título, se ha dade> la-coronelía tX éa- que de Veraguas;.del segundo quien se intitula *egittii«ntó de Asturias , se ÍWi; hé^ cho coronel á don-Francisco'Ronquillo sfhí innovar en el corregimiento, y á' uh" forjo de este se ha hecho maestre ; de campo do untercio' que levantaron los g rentóos1 de é»ta'tbrldil;'1'vr"'"-; • Al diique do Medinaceli sC le admitió la dejación • que- babid* hecho de1 la presóídehcid do Indias , después rdé ^ah larga««Bpénsio'n:; en! cuyo ' intermedio1 se ha dicho qíic Sé" le han hecho repetidas instancias- para-que con- tinuase en este' empleo que ha conferido S. MI al duque de Uceda, mandando al mis- mo tiempo que :le regente en ínterin el marqués del Carpió1 como gran chanciller^ El Rey se mantiene en el Retiro, djesde donde frecuenta 'la diversión del1 campó 'por su inclinación á la caza; y siendo igual la que tiene á los caballos, ejecuta las salidas en ello», gobernando esta acción ¡con el ar- dor de sus pocos años, que ha ocasionado en la! violencia de las carreras dos caidas do S.-M'.; v aunque en ninguna de-ellas b* re*¿ oihido daño considerable / se eslá con el so- bresalto de que sobrevenga algún dia, por-*que la juventud desprecia los avisos d* las contingencias. . . t . En palacio se ba movido una obra consi- derable , que corre á disposición de la ca- marera ; y aunque no se ba penetrado has- ta ahora la idea, es una de las partes de que se compone atajar el corredor del pri- mor palio desde la capilla hasta la portería de damas, formando de este pedazo una lerihuela , que queda incorporada en el cuarto de la Reina, con comunicación á la pieza de las furias; con que por esta parlé queda impedido el paso de las señoras al re- I rete, y no se sabe- Hasta ahora por donde las darán ¡a entrada. Kl casamiento del marqués de Priego con ini señora doña Gerónima Espinóla y Cer- da está para ejecutarse, por haber conse- guido ya U dispensación y tener hechas to- das bis prevenciones. El del duque de Be jar se ha publicado con hija de Fernandina . y la señora doña Laura de Casi el vi ha consentido en que sea el suyo con el marqués de Torrecusa de que Se le ba dado cuenta á S. M. El procurador de las Ordenes Militares ha hecho una representación por escrito al Con- sejo , defendiendo la incompatibilidad quo tienen estas, no solo entre si, sino e» con las demás Ordene*, como soh la de S. Juan, la del Toisón, ta de San*Miguel, 5ancti-Sni - ritüs y otrás, y porque n¥e parece que . está bien fundada, y ha tenido aceptación el pa- pel, hfe solicitado uno que remito á T. cóft esta para'que s*dirierta uníalo, que düdó pueda ir Otro *W! e*la odas?6n por haberse impreso Ittuy pOcos'y 'ándhr éstas muy' rá,^ 1 ¡dos de mano en mano, que es cuanto se ofrece decir á V. en esta ocasión. Fecha ul supra. AI cerrar este pliego he sabido que el du- que de Montalvo tuvo un recado del Bey, manifestándole sería de su Beal agrado que la ocupación de teniente de adelantado mayor de Murcia (que es de su casa) la proveyese en un sugeto, y que el duque res- 1>ondió que respecto de ser este oficio de a casa de su muger, no podia determinar por sí; que respondería á D. Antonio de i billa que fué el interlocutor, y que á po- cos días pasó á éste la representación de lo duro que se le hacia quitar aquel oficio á quien le habia servido y servia con toda aceptación, y que no acomodándole S. M. en otra cosa, no hallaba modo de obedecer, de que resultó que S. M. pasase á pro- veerle en la persona que había destinado á él su voluntad, y que el duque habia pasa <6» do^ ha^er, una representación yerbal >deJ dqr.echo.que se ,|e había quitado en esto y o^ras,cosas , a^oiupañándola con pedir li- cencia flara j*asa>; 4! Navarra, con ,&\ tprer- ^cslo d¿;tomaV>unQ8¡.baflps,Qn ¡aquel -r;«iua, Íj.sp.'la ¡coi^cedi^.; y aunque el. cpnde ,dc uensalida la ha pedido para pasar ai; v». Jugar suyo ", .lio, se,.|e ha rfispondido hasta ahor^,. > Mup oiikíh «•» r»rí¿m s(b Nwnl )U ¿ibV4 .lio&ft-»* BJ- > iW ./ )Vii i'-li •. .-ni.; -iih b oun '»d «>ii >!¡q '»''• > MTT*> 1A . fofi ,,bi. . .i nij üíhi nyiMtHilf. d. •>;>;< «i!*.;;-?-; *i.-»*r |iy-'ffTR!ÍTWi 'dnbo..:»v'iU(Oitf uhnliiRhhfi •/!> «ííqoiiMJ »6 «©¡qaqfTH» r.l m>|í r| rJtk-i »e ''!» *•» • up '.inuT/. « «qi r ,ol*»j|Uía!!" '»*'".'•"'"''M »b <»í >iKís -i-.í'-dj mj .')«.>■.! \, i ,•íoKix.h'.iiii h *írl '»m> Mira i 61 -d> uoiWn'>*-nq'n al éíth h iXiitl fUMh ' ¿ nono ífMIDfi lójfup Bft*¡Í '>! T'l» Wl* kboJ lio biV-ifM r .•i.i-friü rí,:«;J .-d /mu,i J¿ .< >dóbaSb y— '■■.■!■» r tioii .línjjt-d * i>n OTJq ; 6Í in't.' i*K|- el i ta toíIüiíjmí i dio* ,'íiiiKii >yno íiu -'í/j'.'ioq .ovjuuiq ni ;i¡> .»k>i n ni< #;•>••••<•< iq n'i ob&qiiao •/ot--» p>iin ipii^qoe ira •;■.'<: ?q • íiijs< '.iipioq .i,!»!jíijiv'. i.d.-'b in ; í¡, n¡>» -!n'»iui!3(»•>. Ir jjmIi rv.iq -juj» <;,d íi i>T ■ j«K luu tta f ir-••••«>;•; 3uq slrso.'i «mí '¡ «ÁfttA SEGUNDA. ' t ii"/>'!.j .^-liHi r."\ i; ■>;: ;¡ •} l •; > ¡b llulll.'l i>f ¡í-)!7tívrlJWfr5ñl ' ÍOb íi .' ií nsl "l<¿! '»! 3MM9 . OftUtftflQ^ .! f¡] ':". |t 'A'tltQUE con la ocasión de álogiu's que'sa- lieron a nátegar á primeros' dé junio pró- jimo pasado, ofrecí á' V. continuar en par- ticiparte* las novedades y sucesos mas par- ticulares de Europa, es preciso me halle embarazado al cumplimiento de la obligación étt que míe constituyó la buena Voluntad de flue' 'círiginói mi'oferta, asr por ló que mis superiores celan Ailodos tos religiosos es- cribir en estas materias , como porqué las continuas avenidas de encontradas opiniones tienen tan turbia el raudal do las noticias, que1 no es posible haber porción alguna de70 ellas sin que sean destiladas en los morteros de la esperiencia; pero no obstante uno y otro inconveniente , solicito satisfacer mi promesa sin recelo de lo primero, porque presume mi superior que estoy ocupado en otras tareas; ni de lo segundo, porque segui- ré á los que proceden al conocimiento de las cosas por razón y no por antojo; en cu- yos supuestos pasará dar principio á mi re- lación. 1 tUwwBIC IrrlrlWJ Dificultosa pareció á los mas prácticos, é imposible á los ignorantes la unión de las tropas conducidas del mariscal deVillars con las del elector de Baviera, por la gran dis- tancia del camino, por los impedimentos de que la naturaleza le compuso, por lo míe Jos soldados habían de degmftyflr e* tan ,llr- ga peregrinación coi» la incesante dcsico#«*- didad de su* .vecindades: f Ja .fuerte oposi- ción que habían de. hacer las arn^^.impe- , rieles para que iioíc introdujese tanto ene- migo en ci cpiuxp de $us. dominios, temiendo seria formidable con la unión de los b.'u aros el cuerpo de su oposición;: pero awMtúeíué difícil la empresa, füü posible, jPWtiJ¿Jff> embarazos espresados ni la memoria ¡ que alligiria á los franceses de apartarse- tanto del cariño de sus casasadeudos,y amibos, ni la ventaja que babia conseguido el gm»c- 71 ral principé Luis, de Bbdéri de fortificarse en los precisos y és1j*echos pasds de- un nmn- te, fueron bastantes á hrfpediíf fa ^ídfiósa empresa de Itf unión , pues habiendo aco- metido fas trincheras de Stfcólphfcri, cre- yeron que Yillars se entretenía en vetteer- íAÉi por cuya consideración pareció conve- niente á los imperiales ^éVoháfIHs cou las partidas de gente qué tenían repartidas en fa montaña , medio que 8» presencia ,pp nuestras costas descubriría: alguna llaqueza de,,nu,^ti;o* ipí¿vírjale^ ;l!ner9(la emperatriz cqn.otr.asjd^ mni^rfljS, ^,,^^? W'Wff. tradijeron desde su principio, fundándose en que si entregaban á Inglaterra la nías pre- ciosa prenda del imperio, quedaban sujetos al arbitrio de aqueíla nación en lqs empeños v espacios de la guerra sin limilaeion alguna. . Consideración («que1 ■„ pudo emita ra za r los discursos, y suspc.pde-i: .ql ^p*0!?^8/?* - despuésdesyápijció ja, «¿cncjon, de defender Ja casa^ pr«pi*;,:tpór ser, antes que cpnquisr lar la agena, y\por,que las operaciones ,4p las, par mas , ,po solo de aquella parte , sino de toda Europa , las individualizan las, ga- cetas ordinarias ; no me detpndré á. pspeci- fi cari as, contentándome con decir que no ban dado paso nuestras armas que no haya s'iaó'favorable, ni ha habido suceso,que ,no dé á entender lo que asiste la mano poderdr sa á nuestra causa, cuyo beneficio le haqe mas evidente y manifiesto el desaliño de los hombres,, pues acudiéndonos su providen- cia con la salud, con los frutos, con la de defensa,de los enemigos, y con los medios Ítára ellaaun hay. ánimos que no se satis-» ácen con estos bienes, porque tienen por 73 su principal objeto la novedad , que les en- camina ¿d precipicio como á otros la codicia: achaques de que no .siempre so libráoslos gobiernos. :i m gb'xwtn r,l uta tura Iomu hl nuestro se. halla boycon la novedad de haberse,despedido del despacho los d«.s car- denales, cuyo motivo se. atribuye út la,.crea- ción do nuevo secretario del despacho o," lo locante á guerra, y que ésta ha procedi- do como otras muchas. resoluciones de rla mas oculta deliberación de í>. AI., de que se presume han ido serias representaciones al Cristianísimo , y que la princesa no ayude con la su>a el restablecimiento del manejo de estos dos ministros, cuyas,balerías pa- ree©, np pueden dejar de causar algún ¡gran- de esMiépUo- Mj^.j, «saouinq v i !••:?• >-j r¡ VA electo secretario es el marques-de Ca- nales , quien entra á despachar lo de su ne- gociación á diferentes, horas, que el mar- qués, de Jíivas lo demás universal, lia pues- to su planta de secretaría, y se ha hecho te- sorero general de guerra á 1). Juan de Or- easitas , conde, de. Alorjana, \ se di*curre que será. pri mer ministro .de esta dependen- cia militar, el con^e de Monterrey . y. do la universidad el duque dp Aíedinaceli; pero lo cierto, es que* nasta ahora • el R ey (que Dios guarde) despacha solo, tomándose al-II fon tiempo para ver despacio las consultas. Lee recelos do que Portugal entrase en alianza con Alemania y tos (temas, se att- - mentaron con la presa de un navio que sa- ló de aquel reino , en que iba el emba- jador que Votvia de sa corte á la de Infria— lepra r por hafcer cogido en él algunos pa- ineles conducente» á los tratados de la nue- va liga , que también dieron nuevo asunto á 'que se regiese'la causa del almirante, que estaba coiné suspendida, sin haberse publi- cado sentencia, lo que se hizo el «lia 24 de «gusto con pena dé muerte y conlisí ación de bienes, así de su persona'como de las de su familia. • ■ I »»«' t •■> ■ 4» • Al conde de la ■ Cor/ana se le ha llamado por edictos y pregones después de la ante- cedente publicación , Coto que "parece ser iban en una barca los individuos de todos; . pero se cree que en el caso de oírles en jus- wcia quedé desvanecido todo el error que há podido ocasionarles lo indiferente. Et-duque de* Alba, compelido de acha- ques palaciegos , que llegaron á enfermarte el ¿tumo d!e la ausencia, se frattttba también ^U'ésta eprte, que ti&é precisó qóc un dé-^ t*eto dé>ftC M. le precisase su tlajé á Frdtl-'- ejla', ejecutando «tí salida de secreto á pr ime- i*és* m *im 'pasad©, * Wm; cuatro (Wdé T5 diferencia ta suya en público mi señora la duquesa; pepo nada lucida por haberse he- cho girones la comitiva, que sobre no ser crecida, pareció nicnos con ta decisión. Los tres regimientos de caballería con otros dos, uno de dragones de Cataluña, y otro de dragones irlandeses,- estuvieron acampados de orden de 8. M. algunas se- manas en el SotoIuson, entre la huerta de tUsam y el rio, novedad que conmovió la cortesana curiosidad : de forma, que Se hi- zo continuado y célebre aquel paseo, que fué muy visitado de S8. MM., especialmen(e en ltxs din* de ejercicio ; y para que no hu- biese diferencia entre los coroneles, ordenó el Key , quo hallándose en e| campo eT car- denal cdronel del regimiento de 8. ti;, estu- viesen los demás á su orden, y que en so ausencia mandase aquellas tropas el duque de Veraguas, y en la de este I>; Francisco Ronquillo; pero no habiendo concurrido el cardenal, fueron las funciones del duque de Veraguas, per lo que puso su tienda de campaña para asistir .con puntualidad á lo qué se ofreciese, y e» ella tuvo tm» tarde presente á los Heves y canastillas á las da- mas , con bebidas y dulces en grande abun- dancia ; cé regalo del i tí ey fué >un caballo t:o« buen Adcrcao v pistoios : ti oV Jlf »éí-76 aa íué un talle* de < rislal que se desgració en el misino cumplimiento, porque tenién- dole en la mano el duque para dárscb' á la Reina, le tropezó el caballo en ¡qué estaba el Uev , y sehizo pedazos en el suelo, acaso quef, hubiera asustadoI á los . Mcndozas,' >i hubieran intervenido en la acción ; pero en el sentir de nVenos escrupulosos, se vió mul- tiplicada k( atención del duque, en los cris- tales, va porque cada pedazo era un testigo de ella, > va por «pie la v ecindnd del rio los copiaba todas., ■ >••'•>• £ cii'.u.iiJuivj- i;»_>>• 'jijii i\¡->mú ,»iiiii Bouijjula si»bi¡q i En esto campo estuvieron algunos dias Las tropas , siendo v isitadas en él de. S. M., en cuy a ocasión hi/o merced deJ grado de maestre «le campo: general de las fronteras 4e Extremadura á D. Francisco «le Velasen, concediendo á D. Francisco de Córdoba la licencia que habla pedido para retirarse y «I empleo «le la comisaría general de las ai - lias; pero aniO se está despacio, porque v elaseo no admitió- la ociipneiiíu sin algunas . representaciones que han. motivado, á traer al, conde. ¡Scdw Á<>. Telli. par* éste: genera- lato, á quien se espera ron cuatro cabos subalternos que. le han mandado traer de l-"laudes , donde estaba siiv iendo ; y porque la Reina viuda ha.dado La ocupa» ion «le su ca 1 «1 lor¡ /o mayar.al cuude de Paliua f se.di-ce ein itkú A Cataluña h D; FraMcisdo de Ve- lasco, que ha sido necesaria la acelerada muerte del duque de Linares para salir de aIIi en algüoa forma; que hay desgracias que solo las remedian otras mayores. . '>" ; Después de hdbor reconocido que el cam- pó de Na vahar ñero no era- salud a Ido á tof sol(Jados porias vecindades del rio, y por- que aun estaban cerca de las sirenas de Manzanares, se removieron las 1 ropas á la» cercanías de Toledo, donde estuvieron acan»-» Sadas algunos dias, hasta que acercándose «t n los a*os de la Reina nuestra Señora'-, é intentando la Reina viuda venir á cumpli- mentar teste dia, se la respondió que ei Hev halda determinado pasar á ter el alar- de qbe se había de ¡hacer de la caballería que estaba señalado para el mismo dia, en el que vería á'$. M., como «e ejecnló, sa- liendo de Madrid muy temprano, comien- do en Olías, y pasando á visitar á su tía , le detuvo con S. M, un cuarto de hora, y lue- "go bajaron juntos al campo á reconocer los trozos de caballería y dragones, que aguar- daban puestos en orden sus reales presen- cias; y habiéndolas logrado por espacio de dos horas que fueron menester para reco- nocer l«s filas de los escuadrones, obtuvie- ron lot cabos las órdenes para acuartelarse e*ffoMo y lugares cotnareimo* á ¿i, j)t« > lte\ volvió el misino dia .porque tuvo par- radas en el camino para la jornada, encon- trando en Jas dos leguas que hay desde Cé- lalo á Madrid lucido el cuidado del Corre- gidor D. Fernando Matanza en las lumina- rias que ¡formando calle del camino, alum- braron los pasos que escondía la oscuridad de la noche; providencia qUe acreditó ser necesario el candelero de la ocupación, para que se manifiesten las1 procidencias. . Las. plazas de Badajo* y Alburquerque se eStán fortificando con gran cuidado, á que no desayudan las diligencias de los natura- les y demás de las gentes de milicias de las pro v i nc i as inmediatas^ nos hall a mes en aque-t- lia frontera con un ejército de hasta cuatro mil caballos y oche mil infantes, sin des tercios de infantería que se esperan db Ña- póles, y los dos mil quinientos caballos ele los regimientos que se hallan prontos para acudir adonde lo pidiere ta necesidad,' y en las costas de Andalucía y Galicia con la bas- tante defensa para no esperar otro sáco, como los del puerto y Vigo; con que aun- que mas pretenda desvanecer la malicia los medios de una razonable defensa, ni abul- tar numerosas huestes para nuestras inva- siones, como amontonar desconfianaas de80 pacíficas próvidoneias, derramando -especies i venenosas de igual" pestilencia declara • eI '■ tiempo1 con■ < osperiencia cuál es lo - cierto i>y cuál lo imaginario: dolencia que por última solo, la ha podido curar-el tiempo con sus esperiericias. as ¡ntf. xínuun'i i Al Kl casamiento del duque de liejar se efectuó -con niela del duque de Montalto y marqués de Villafranea ; el del marqués <íe Priego se celebra el dia ;10 de este con hija del marqués de los Balvases. Las pre- venciones hechas para él' prometen muy lucida la'función, la deseada por el conde de Paredes no tiene designado dia , aun- que mas lo solicita sU nueza . que como en las demás no caben peregrinas impresiones, no conocen lo que malogra una-pretensión en las horas que malogra , porque ha días 3ue la señora doña Manuela Girón está espachada ce» 2,500 ducados de renta en la presidencia de ' Hacienda ,- Interin que «entra á gozar una encomienda i, de qúorla han dado festura i, que valdrá poco roas.- ¡ jVI marqués de Hedmar hizo S. M.. del consejo de Estado por; la victoria que .consiguió: en -Glandes , de que hace rela- ción la («aceta ordinaria que acompaña.á esta, y su casamiento, con la señora doña francisca Enriquoz celebrará muy en hrú-> á ocho qUb gozaba su hermana Jáj de A^ca^r íííz, y ¿n utras encomiendas deXndia^, que leniáh pártída las dos hérniaBas ^ J ^u v iaje Se Kjécutará por ta Francia , flci;au'do ú su señora el conde de Colmpoajr,, ,ji ,9fí. -cr^ qué a dqi$a Aieiandra de Alsa/ v Ro?su> porque'el ffev la na hecho yicrced de :>,O0o michos db ?¿nta en Flandes, y Ja Reinal Vftflk'&e ío's ¿aj?|(s tíe ffiMfi honor r¡ cpju Ja calidad áe'quc 'no entre en Madrid ;.peró esfaffltfnia' merced no tendrá efecto, por- ^e°ei'fcfia1 riéferjfál* f&é e' ^ Toledo, llegando, dona, Alejandra á besar- fé la maño por la merced de los 2,000 du- cados,1 1a 'o«|9 qué álh no admitía ese cumf pttn^éW/'qtie:liaoía de ser éh 'Mkdrid; y con efecto se espera su venida á la casa de Oñate, donde la han prevenido hospedage los condes ; de donde inferirá V. que á esta señora la han sido todos los tiempos iguales. No sin dificultad grande intentó concluir con la noticia de una prisión de un abani- no, porque siendo estos los que lo aprisio- nan todo» se estremece la consideración, 6viendo descender la deidad ,desde la emi- nencia del imperio hasta ía estrecireijde. 1á' obediéncia , como se verifiéo^jcc^Iá señora doña María JacinjíaV |á:'c^n$fl de qtrdpor habelf|a'nióerto pna Üarre^neffli un perrito 'fálderO j cuyo nombre era Cupido, se éno|o tantó, que quiso matar la barren- dera, y aun ño la parecía bastante satisfac- ción á süf pérdida que publicaba en repe- tidas TÜtíP, 'lamentándose de ,1a desgracia- da' muerte de Cupido ; y como, estas se di- fundiesen , fué preciso reprimirlas. 6 reti- rarlas, porque', aunque en aquellos pa^ages no se éntendiád sino' es por la desgracia del perrito ,¡ podíanétíüiyocarse en, ir pilla, y ausentar Hodo1. el rácógnitó! y^ásaj^gé ¿V '^Mf* V?, mim: SrarSFs «bfrtoi xu m >r • «a ' *o •jWhoáiiod mifiti rwj nád «'^ »l»n«£» *Jt*; • bIot h ->hj) . / ¡ ¡iv t'ti ')l«i<>!> »b ; - >!'í"»-j ¡"»l . i?i,¡ * 119II róJ «©V»l ahí* «csf >;? cioá'." liul >IÍO i j.:-»tni . K.-.ili»->ilií» "i" o< -iiifidii fifi 'd» iioimq uno «»fc «bif<»n si ooo >ói*ifqii r-i '»fp wlaoíía oíiooii .üjrion ,on .ii.-'.nftTfbi-fif»-. íl v■■■■(■■ tU ) . obot non r| (id ) . jipiiin») ij^> ••!» ¡"üiiíi'ti'.-th <<>\ Bonol -Otod lilfl OTíiUiS.*ol 'll'ff.Mi ir MND fMMftíio ! ;í ti ti-> i-,(If;!ii*/r, u*>aórnqa j,! MKp wm KrlSOOisHd ■ofofin^lhlri ,ttfsll '>'» r/inri.- -atstBSffHH Mitoioq ,J»o)li)-)l¡(1) Bntrjfniíi iü-- i-, 060J >¡i 8ob«jfM«t>lÍ9'aOTftiisd •>» Mllfuíí CARTA TERCERA. ..: •■ .. , .... -.r ni 51 i«<»»< „ i,,., , - .i • !■ - <)J MÍ '>> ..ir'JUirli.iti'XItííí l«'»MIJ> I- ■ lo'f'ir ■ i r.fi'i', Bol t¡»[> iit>. *f>x!;!<| <> '-"''■> f»;ní»«i -ín.til JR iJKlips É» 'd'JTí r.i »o* íi't''»ii»(J Al conde de Aguilar que se hallaba man- dando la caballería de aquel ejército, le mandó S. M. venir á servir la coronelía del. regimiento que se ha formado para guarda de su real persona; y el gobierno de. la caballería se ha dado al marqués de Valdefuentes. En Flandes no habernos tenido mal su- ceso; y para la campaña présenle nos ha- llamos con tan competentes fuerzas, que no se espera tenerle, pues aunque el Cris- ti» nísimg ha hecho algunos destacamentos dé ¿ente para. España y A>m«#a, ha re?i clutado muchas tropas; de forma que ha podido acudir, á todo con grande admira- ción de Ja Europa, pues dejando aí ejér- cito de Flandes como se ha dicho, ha en- viado 15,00V) nombres al duque de,Baviera, para la prosecución de su empresa, que tiene tan adelantada, como lo,acreditan las contribuciones que logra de gran parte de las provincias mas principales del imperio; y España ha!'enviado mas de diez y seis , mil hombres, entre caballería é infantería, para la defensa de la guerra que nos ha querido 'introducir el Rey de Portugal, . dando paso por su reino al archiduque, y sus aliados , declarándose con ellos contra las dos coronas; para cuya hostilidad fue- . ron tantas las persecuciones que lucieron los ministros de los coligados sobre la ve- nida del are hi-duque á esta empresa, que pudieron allanar- las dificultades que se ofrecían en negocio de tanta consideración, como el de su pasa ge, á que se dió prin- cipio con la coronación del archiduque que se celebró en Viena §qlo con la concurren-^- ,j cia de los ministros, cuyos príncipes la de- seaban , y así llegó á Inglaterra , donde fué bien recibida y, cortejada la Reina Ana, que se ha interesado tanto en este empeño, cu-mqi lo ha acreditado la puntual¡dad con que lr¿ cunando ló capiíufa^o , pues iénía nV' vbfciattpi6s: fá;o6o hom^s %. ia ¿¿«¿$1, paíK'fc^ airhlBiíqííe JM»8 ejecutar su transporté a Lisboa, colmó en. éfecfo'Io intentó',; embarcándose tto? WWBnWfó' $0) aft'b pas'ádo ; ptíro á nocas horas de haberse hecho áf Ja Vela, padeció lap. gratífle lem- Eestad , tfiic fué gran fortuna volver á arri- ar al puerto detdonde habían salido, mas con tan (ó daño dc> lá ártnadá, que fueron precisos muchos días para sd ret&A), ««' cuyjo intermedio ' vófvi/érón á padecer fas cñjbarcác^pinW1 ifñayór descalabro ocasiona- do "dfc ttó' hílTraciti tan tempestuoso,' qup; ¿ejitro de Ibá mismos puertos dé toda la eósta de fnghltcrrH se esperimeritaron gran- des ruinas, y en el país¡muchas inundápip- n^'. pfqr haberse roto algunos' diques (su- cesos que ñor repetidos y semejantes . pa- rece7 qué han sido presagios* de'funestos fines a nuestros enemigos j quienes despre- ciando estos acaecimientos," y 'ja refor/zádqs, volvieron á embarcarse á primeros de mar- zo , y ár últimos de él dieron, fótido en Lis- ' boa, y notable consuelo' á ios pÓrtügucses, qqe coii" las dilaciones yá no solo discur- rihti fácil la conquista de estos réjups, sino qtfc4aban por cierta íá dél stiicí; 1 : •-w-> . c.Tt. t?<\ . ■<■■-• immfftT*tfi u ■>■ -iHYkto e8!** WOvimieirto» han sido olw servaos de nuestro monarca con tanta puntualidad , que no ha perdonado diligen- cia alguna de las que corresponden á la oposjqiouj ,.y roas- figurosa. defensa, pues habiendo rcclutado mas de ocho mil caba- llos y diez y. sois mil hombres, ha podido Icón las tropas que también la ha enviado ej Cristianísimo poner ca Estremadura un ejército de veinte mil hombres repartido en dos cuerpos, uno mandado par S. M. y su teniente general conde de Aguilar, y otro por el príncipe Sedas de Tellí, sin otros dos trozos de gente, hasta sais mil hombres cada uno, repartidos «i nno á la froutera 4<» Ciudad-Rodrigo * mandado por don Francisco Ronquillo, á quien acom- paían las, milicias de .Castilla la Vieja, y el otro á la frontera de Ayamonte , mandado por fi| marqués de Villadarias, y por Gali- cia tenemos otro pie de ejército , que coad- yuvado de las milicias del reino, no solo puede delenderle, sino poner cuidado á los pqi;tllg|ppM$.j.tii RÍ'>r|,iíl i>71>! . El Rey ( Dios le guarde 'salió á campaña el día 4. de marzo , acompañado del duque de Mcdlnasidonia, D. Manuel d« Arias, el abad de Etré, el conde de Benavente, y los gentiles-hombres de cámara de actual ejer-90 cício, y por haberse quedado el rnayordo- mo mayor, fué gobernando la casa el conde de Priego; también siguieron á S. M. él> conde de Bejar , su horma no D. Pédro Ad—' Ionio de Zúñiga, conde de ('astañada, mar- qués de Jamaica, conde de Colmenar, con- de de San Esteban de Gorma'z , marqués de Ariza, marqués de Lanzarote, JJ. Alonso Manrique, conde Rufo, que es sobrino del Nuncio, á qilion nombró S. M. por edeS-' do campo , que corresponde á ayudantes reales; algunos señores fueron de volunta- rios, como son el duque de Scsar, el duque de' Gandía, D. Gabriel Ponce, y otros títu- los y caballeros1 particulares'. La salida se ejecutó á caballo por la Puente Ségqviana y-camino de Mósloles, donde fué el Con- curso muy numeroso. El priMer* asiento-Te hizo S. M. en Plasencia,- donde se detuvo algunos dias para disponer desde allí todas las prevenciones de la campaña, 'hasta que el ejército saliese de los cuarteles que te- nia en la frontera de Estremadüra; pero luego que S. M. tuvo noticia del arribo del archiduque ú Portugal, dijo á los que le seguian que ya no podia dilatar el salir á recibirle á su primo, y antes de moverse envió órden para que se publicase aquí la guerra contra Portugal y sus aliados, 91 0 pretes latido el rompimiento con las causas que refiere el edicto que acompaña á esta; y lo que hizo mas novedad en la corte fué que habiendo S. M. llevado al marqués de i '.alíalos por su secretario del despacho en lo tocante á guerra, viniese refrendado éste de D.' Antonio de Hubillo. ¡toi gr.ll Por este mismo tiempo despachó D. Vi- cente Ronquillo convocatoria á la nobleza de Castilla la Vieja para que se presentase on la frontera de Ciudad-Rodrigo con tanta precisión como la de no esceptuar edades ni ócupaciones, y la de que al que faltase se le pondría en los libros de la pecbería; circunstancias que.causaron alguna inquie- tud., que se disolvió con brevedad en me- nosprecio de la órden; porque habiéndolo sabido ó entendido el presidente del conse- jo , despachó una suya á las cabezas de par- tido , para que se recojiesen las de Ronqui- llo »■ como se ejecutó; pero no se pudieron abstraer muchas carias que habia escrito á caballeros y hombres particulares de las ciudades escitándoles al cumplimiento de su obligación , de que tampoco se hizo apre- cio sino para la censura. En esta actualidad escribió el Cristianísi- mo al Rey que mandase salir de su corte á la princesa de los Ursinos, camarera ma-92 yo» de la Reina, como lo ejecutó S. M., en- viando desde; Plasencia la orden para que saliese de Madrid dentro de 24 horas, cuva celeridad ocasionó muchos discursos que vaguearon mucha variedad do asuntos para esta resolución ; pero aunque la mayor par- te de ellas conformaron en que el motivo de ella habla sido encontrar unas cartas de la princesa en que se descubrían poco sanas confidencias, con el duque de Saboya, se lia qnedado en opiniones, siendo lo*cierto que la Reina ha sentido mucho su ausencia v la camarera su destierro, porque asi Ib han acreditado las demostraciones publicas de una y otra parte, ya en recíprocas ter- nuras, y ya en repetidas instancias que se han ministrado para su reintegración, difi- riendo con la esperanza el curso del viaje y la elección de la sucosora todo el tiempo que era necesario para que volviesen de París las respuestas. En el-primer tránsito, que fué en Alcalá, se detuvo ocho dias, y en ellos- obtuvo la honra de enviarla á visi- tar el Rey con su mayordomo mayor el conde de Priego, á cuyo lin corrió la posta desde Plasencia; y aunque la Reina nuestra Señora envió otro suyo al mismo cumpli- miento , se creyó ¡tasase S. M, personal- mente A verla; porque, estuvieron puestas ¿«3 las paradas .y enviados los oéicios para «rte intento, que se suspendió por dirección -del marques de Yillalrancn; pero ya que «o logró este esceso, íué visitada de algunos ministros y señores, entre los cuales los mas señalados fueron el duque de Medinaceli; el conde de A#uilftr y el duque de Vera- guas. Muchas camareras mayores hacia el puo- blo en esta intermisión , así casadas co- mo viudas, sin hacer mención de la señora doña María ALberid de Castro, viuda del duque de Béjar , en quien recayó el empleo con muchas limitaciones de como le habia tenido su antecesora, y con pocas señas de haber sido elección de La Reina. ¡ Mucho me he distraído del discurso de la campaña, y reduciéndome á él, vuelvo á sacar á S. M. de Plasencia; pues habiendo dado órden para que se acampase el ejér- cito en la cercanía de Alcántara, continuó sus marchas hasta ponerse sobre él á los pri- meros de mayo, y el dia siete de dicho raes pasó á caballo á reconocer la plaza de Sal- vatierra en Portugal, arrimándose á tiro de cañón á sus murallas, y habiendo tanteado la forma de su espugnacion, dió la órden para que se sitiase al dia siguiente como se obser- vó, y al segundo dia del asedio envió S. M»u ■ al gobernador de eHa' con el ayudante real í conde de Colmenar la amonestación de que rindietscla piara si-no quería esperimeotar «1 último rigor de la guerra , á que respondió, Sae no podía resistir el poder ;■ la justicia y razón, y la entregó con seiscientos hom bres que tenia de guarnición que quedaron prisioneros de guerra, y este mismo dia -entró S. M. en la plaza, donde le recibieron con palio, se cantó él Ti—'Déum,'y Se oye- ron muchas aclamaciones de aquellos natu- rales á S. M., pOrque hallaron en su benig- nidad mucho mas de lo que esperaban. En el castillo se bailaron diferentes armas de todo» géneros, con buena'porcién de muni- ciones, cinco piezas de bronce v una de •iietarof'"'--.-' •••» y ic y marqués de Tuy los atacasen; para cuya función llevaron los tercios españoles amarillo y verde, y el regimiento de la Rei- na , que avanzaron con tanto valor después de haber recibido una carga contraria, que los enemigos abandonaron las armas, pi- diendo cuartel, que se les concedió, que- dando prisioneros de guerra hasta en nú- mero de mil y doscientos hombres , y su ca- bo mariscal de campo, hijo del conde de Alione, dos coroneles y otros oficiales in- feriores. 798 - A1 nds*te tiempo iba penetrando el mar- qués de Vil ladarias en los pueblos de Por- togat;'Con órden dé darse lá'mánó 'coto' él ejército del Rey j para-cUyo fin rindió- Iás plazas y castillos que podian impedir el rumbo; poniendo en contribución strs; habi- tadores, y ofreciéndose al paso el castillo "-de Nodar* que es pbrsü situación inespúg- •hable, sucedió un caso de que no hacen mención las historias, Y jfbéy'qué ba'biéndo- lo batido la artillería dos días continuados sin haberle hecho mella , y huídose una no- che k guarnición de ('d , dejando á su go- bernador Sólo, preparó éste un bárrtí'de « pólvora, y sentándose sobre él¡ se Wló'; con cu vos atentados se consiguió' esta fortaleza «i» sangre, y pudo el ■'ejército continuar su -marcha sin considerable oposición. o ir.íffo ha sido poca la general confusión que ha causado ver , que penetrando los domi- nios de Portugal nuestras tropas por varias partes, no se ha va visto ni aun un mediado euc-rpo de Oposición ó defensa , atribuvén- «djose tanta tolerancia y disimulo á grandes é impenetrables máximas, basta que se tu- vo noticia de la conspiración del duque de Gadabal contra sú Rey, y que tíkttía revuelto ■'la'corte de Lisboa; de forma que no era toenor el •peligro/ftor úna púén'íd'dé'barca*,' 'qfe'¿ei'<íía hecho'é^' él' campo de"Villábtelíá p'ára éh- trar en1 la provincia'de Alentejo, donde tuvo la noticia de que ya el príncipe de Ar- méstád con una escuadra gruesa de navios de línea andaba inquietando las costas de Valencia'"y Cataluña, enviando cédulas de prorogacion á sus vireyes en nombre dél archiduque, deque dieron cuenta' estos, iñi- " nistros á S.'M'. y su consejo dé Estadó, des- preciando todas las pláticas que intentaba introducir, pero con mas eficacia en Bar- celona , en cuyo puerto dió fondo, envian- do á su secretario en una lancha á visitar á D. Francisco de Velasco, capitán general'y virey de Cataluña,' quien mandó detenerle, respondiendo á una carta que le envió que ño tenia licencia de su Rey para oir á ene- migos de la corona; pero cómo no venia fia- do solo en esta pública negociación, desem- barcó tres hombres que empezaron á bom- bardear la'plaza-muy flojamentepor espacio de dos1 días, y al terminar el segundó se defc-100 cubrió 1* traición qué tCJ&jan eojMerta.da, al- gunos paisanos de entregar la plaza aquella noche, abrifendp un posfigo para que se apoderasen de ella; cqn cujafloticU. dió tau {mutuales providencias X>r jErancisco de Ve- asco, mu? sf qWaneció la congregación de os manyólos , retirándose upos a Tas igle- sia , otros á lajarmada (en que hubo buen número de clérigos y, frailes), y Iqs que so pudieron haberse aprisionaron: con que se retiró la armada , sin otro fruto que el des- engaño; y lo hubiera tenido mayor, si se hubiera detenido dos dias que tardó en lle- gar á aquel puerto el conde de Tolosa con la armada de Francia. Luego que. S. M. descendió de la monta- ña que sirve de margen al rio Tajo en la provincia de Alentejo, y se acampó en el campo de Avisa, vinieron comísanos de la ciudad á rendir la obediencia, voluntarios ó temerosos del castigo , en medio de tener quinientos vecinos y ser murado con foso y contrafoso y su castillo, y lo mismo ejecu- taron las villas de la Puebla y Apaieon, ofreciendo las mismas contribuciones que pagaban á su Rey y un servicio particular, porque se las esc usa se el saco; todo se lo concedióS. M., y pasó á ponerse á la vista de Portalegre , que estaba bien guarnecida de portugueses y sus aliados, y dornas de ser fuerte", y tener doce piezas de £fúéSa artillería, es ciudad metrópoli y muy ricá por tener el comercio de lanas y ¡fábrica de paños al símil que Segovia, bien que su población no és tan. numerosa, porque di- cen no llega1 á tres mil Vééinós. pusdselá sitfo; y habiéndose defendido tres mas, iri- tentaron hacer una salida, que fué su per- dición , porque habiendo hecho «na descar- ga, se retiraron tan desordenadamente, que pudieron avanzar los nuestros v tomar la puerta sm dificultad, cómo tío ía tuvieron éti llegar hasta la Iglesia catedral, en cuya cercanía estaba «i obispo y ttklá lá fclerécía con espada Cn mano, resistiéndose como Jos seglares ; eii medio dé 16 cite! Sé dió órdéh para que no se hiciese ningún daño en los templos, ni á süS sacerdotes , conto Sé ha Observado en esta giíeri*a, por bando que la precedió, en cuto indnhb se incluían las mügeres, niños y hombres viéjós, incapa- ces de tomar armas. Aquí no fué posible éseusar el sáCo, por séi* téttt de lá inclina- ción de los soldados, y porque su entrada fué Como va referido; peró en medio dé eso, y recelando nuevo* disensiones, sé ftó órden para qué se escúsase, y la cSéfdad sir- vió 8 S, M. eoift diez mil escudos tle platapor este beneficio, que no fué.tan cabal,po?,. mo pudo, por haberse derramado la gente a| pillagcluego que entraron. El obispo no qiusp daría obediencia al'. .Rey,'y pasó á Lisboa, ....;. , . Por este buen suceso fue la Reina núes-, tra Señora á dar las gracias á Atocha, y hu- bo., dos dias de luminarias generales, con gran regocijo de esta corte, que se entibió, en parte con Ja noticia de haberse rebelado la plaza de Monsanto al calor de nueve mil hombres que se habian arrimado á fomen- tar sus habitadores ; pero sabiéndose al mis-' mo tiempo que la guarnición del castillo le' defendía con grande constancia , y que don. Francisco Ronquillo se hallaba en paraje de, poderle socorrer con sus tropas, se tuvo la esperanza de su, logro .hasta que llegó la noticia de que habiéndose avistado con los enemigos que ya eran en número de once mil' hombres, y trabado por la tarde una li- gera escaramuza que interrumpió la noche, en ella misma se. oyó entre los de Ronqui- llo repetidamente la voz de que los cortaba el .enemigo, motivo para haberse puesto en. fuga tan poco airosa, que basta sus.mismos capitanes la baldonan, y solo Mr. de Poyse- gur mantuvo su puesto, con mil cuatrocien- tos hombres, entre los cuales estaba el regir 103; miento de la Reina; y aunque le acometió el enemigo con toda su, gente, le resistió tres choques, quedando formad*»» siempre los nuestras entre los contrarios» eos* que ha, hecho grande admiración , y mucho mas que. pudiese retirarse con reglas militare» , ha- den Jo , frente siempre al .'enemigo, y es^, cabo (escribió al .Rey .que si hubiera tenido dos regimientos mas, no dudaba haberle da- doá S. M. ,UB¡ grande dia,, porque en su vida, habia visto soldados que obrasen lo. que los españoles. En esta función se perdió alguna gente, quedando herido D. Baltasar de Silva, hermano de la señora doña Mar- garita, dama de la Reina, con muchas heri- das; por cuya causa se tqyo por muerto, J,f después se ha sabido quedé prisionero, ,„., Hallándose sin socorro la guarnición del castillo de Monsanto, capituló y se entregó prisionera de guerra, quedando el Rey cor- tado con. este 9uceso,, porque'para pasar á Alcántara se lo impedía también la plaza de Casteldavide y otros dos lugares de su ju- risdicción * pero en esta misma constitución se unió el marqués de Villadarias con S. M., habiendo allanado el paso desde el campo de Pinto hasta el de Poctalegre , y se resolvió que el conde de Aguilar con un buen desta- camento pasase, á- castigar los rebeldes de..104 Monsanto, j á iá rendición de Peflamayor, disponiendo al mismó tiempo el sitio de Cas- teldavide con las tropas de S. M. V las que nuevamente habian llegado con Viíladarias; en cujas operaciones se queda trabajando, no sin grandes esperanzas del buen süeeso, que es el estado presente dé esla campaña; pudiendo añadir soló que éste último correo de Italia ha traído la rendición de Susa y su castillo , y tos sirios de Vér\3éllí;y TijlafraW ca de Niza, y que siendo tan' igual Ja felici- dad á nüeálras armas en todtos partes, se cree qué la paz universal se entosiga esté año , porque desengañados los príncipes de la Kga de la vanidad dé su émprés» con tan- tas esperiericias, rió pareée desproporción que se inclinen á la qüie*f«d. De novedades de corte*' no se oírééen mas particularidades, que las de nab'erse proveído la presidéncia dé "Castilla én el condé de Mohtellano, y la de órdenes en el tiuque de Veraguas, y haber sucedido el duque dé-Agramont en la embajada de Fran- cia, á quién' se considera ya én el campo del Rey , por haber ochó días que pasó por esta ¿corte, sin detenerse mas dé al preci- so cumplimiento de bésár la mano á la Rei- na y cumplimentar á la camarería y damas á quienes regaló con cintas y guftutes. 106 Xas morcedas que S. M. ha hecho hasta ahbrá á los que le han seguido, sé reducen á las que llevo referidas, y á las de haber dado al duque de Sesar una de Jas compa- ñías de guardias de S. M., haciéndole co- mandante de las otras tres, porque son cuatro las qüe se han mandado formar, dos dé castellanos , una de italianos y otra de flamencos: la segunda de castellanos se dió al conde de Lemas, á quien se trato de Mallorca por haber padecido algún deliquio en la cabeza, de que todavia parece no está muy asegurado, y en su lugar se envió á Mallorca al marqués de Valero; la do fla- mencos se dió al principe Sedas de Telli, y la'de italianos al duque de Popauli. Toda la gente de estas compañías es noble, y eh cada una hay cuarenta cadetes qué se di- ferencian entre los demás soldados de ellas coa algunas, preeminencias I y por eso han venid» para estas plazas y dé tos primeros caballeros de las ciudades de Castilla y Yiz- caya. Hánse suprimido las demás guardias, cscepto la española, que hasta ahora conti- núa en palacio; mas se discurre' que lue- go que vuelva el Rey cesará como las demás. Al conde Colmenar y marqués de Ja- maica dió 5. M. el ejercicio de gentiles106 lrombres* dé cámaras -.jr; al, marqué* . Je Agu i lar la coronelía del regimiento-de. Id r. Reinal i i . . . .,¡tj) «► /-i¡í 9u».fvM - Por un navio que salió de la Habana á últimos de abril de este ano y arribó á San- lúear á veinte, y dos de éste, sé- ba sabido qué Los ingleses de San Jorge tuvieron si- tiado el pueblo de Apalache, en la costa de Florida, con rail v quinientos hombres por espacio de dos meses; pero que los nues- tros le rechazaron con muerte, de mas de doscientos hombres v y á muy.poca;costa de los nuestros , aunque «1 capitán quedó muy mi herido, .'>!,. / ib , ,ut u¡ AottoilfiiC No puedo'.cerrar con mejor liare este: compendio de noticias, que con la que me ofreee la que acaba de llegar, conducida' por el duque de Bejar á la Reina nuestra Señora, de haberse rendido á las católicas armas la plaza de Casteldavide r que tenia ' mil holandeses de guarnición , sin otros dos- regimientos-dé portugueses y treinta piezas* de artillería; defendióse cerca de cuatro dias, haciendo tanto fuego, que se creyó duraría mucho mas su pretensión; pero habiéndola batido por dos partes, obtuvo dos brechas, que fueron motivo para que las dos naciones de la guarnición tuviesen discordia sobre cual las había de defender; 107 ambas; coyuntura que facilitó á los nues- tros la entrada con espada en mano; y aun- que el castillo quiso capitular, no lo consi- guió y se rindió á discreción : que es todo lo que en esla ocasión puedo participar á Y., quedando en. el cuidado de continuarlo en las demás que se ofrecieren.-aiuv ;uiM.in <¡. > Í!.:q-o üijivij/r) *¿ k\>ij -icii(X> <>' oa ,1! >■ \iqr> ¡ o^iitjr oHi)>;,a la sup n6»l W SUpi ' M'.'''•»•!■*>ei.''- i :'?*:; « ¿9 . h üAqi■>!•■■ u uí-i dnj jioréfi «> u«n ir» '••;*> »í «jh'.o.'u'Ji .» ■;!> «r'.iilMfi-i ta itj oítHiJ>'jjjj» ... V JJ* r, ODl 'Jt 'll'llj i »■ •■'. rui.it -i » i.. • -jí..« » í.'vfimfíU/Mi'i ohw>ít.) fi r : ( :r.íT »ib->t [<, obfe4)4tf¿q v , fnvjf/!..' ti q k&¡< ; ,/...; airi 6Íttfl r*ij™9 «"hn1*.! nxj SÍIÍU efceiod - -vni>H 90 ftJ-iv /;! r. Irul<; oi; ¡\ r.ih ta -crr.Yl J í: rr ó .>r>í) ¿e-dé no* - -i > f f ta:-:.! GARTu GHARTA ■ •1 :•.•.'.)••. .«-¡r.r.ii »'»í>'*> W °n »»ilo ñ ta ntn ni 6 otrp ¡>vii'-]> 4*>bíbii.it;i'. :>noi-»v¿ l n'ofoii Las noticias que puedo participar á Y de los sucesos que se nan ofrecido de la salida de la flota -hasta la fecha de esta relación, recopilaré en ella , no sin recelo de no po- der comprenderlos todos por la inmensidad de circunstancias que ocurren; pero procu- raré no omitir alguna de las mas principa- les, y me valdré de algunas memorias, que irán citadas en su lugar. A primeros de marzo de este año salió el Rey de esta corte con ocho mil hombres de tropas francesas, mandadas por. el ma- riscal de Teté, á U empresa de recuperar. . . lio........ á Barcelona y reducir aquel principado á su legítima obediencia; y habiendo encaminado las marchas por Aragón, y penetrado el re- belado pais por entre Lérida y Fraga, llegó S. M. eVdia 4 de abril á la vista de Barce- lona, sucediendo lo mismo al marqués de Legal, que con otros doce ó trece mil fran- ceses penetré ■SflÉPtafl4taÉB*t> el lam- po de Barcelona , síñ que' alguno de estos dos generales quisiesen detenerse á la re- ducción de las plazas de Lérida y Gerona, ni á otra de las que tenia guarnecidas el enemigo; persuadidos quizá que á la ren- dición de Barcelona (que era el principal objeto} sucederían las demás. El mismo dia4 se hallaba también en la bahía de dicha plaza d señor conde de Tolosa con Veinte y dos navios de línea y otras embarcaciones menores con artillería gruesa, víveres v munií iones , asi para la armada, como para l>iá><4rafMur dé t¡apmJ> >< •fliobnaiqrrtoo isb Las personas principales que acompaña- ran al Bey en éste viaje, fueron los «fes gefes de su casa Real, que son el condesta- ble , el duque de Mcdinasidonia , el conde de llena vente, el duque de Osuna, como capitán fie la guardia de Corps, el conde' de Pinto , como teniente, el conde de Agilitar, padre, para asistir en el gabinete , y el con- 111 do SU hijo con el regimiento de guardias, el principe Sexclas con su compañía de guar- dias , el «onde de Baños y marques de La- cone, el de Ay4ona¿ el duque de Gandía, el margues de Jamayca y algunos otros ca- -bfdfeQrOK'~l'T * Kinq ir¿ -na Para el tiempo de su ausencia dejó; S. M. formada una junta de gobierno, que la pre- sidia la Reina nuestra Señora, y-se compo- nía do francisco. Ronquillo, presidente de Castilla, el duque de Veraguas, presi- dente del de'Ordenes, el marques1 de Man- iera, presidente de Italia, y Mr. de Araelor, ■ embajador de 8. M. Cristiana.."! El d¡a 5 del referido mes de abril se dió principio á los ataques del Castillo de Mon- Iuí , cuya; guarnición-hizo tan vigorosa de- énsa, como so infiere de haberse resistido basta los últimos de dicho mes, á que les ayudó tener libre Ir comunicación dé la pla- : za para teta» puntuales los socorros , y ha- llarse la obstinación de los rebeldes acalo- rada de la presencia del Sr. archiduque; pero-no obstante hubieron do ceder aquel fuerte, como lo hicieron, retirándose la guarnición ¿í la plaza, después de haber ganado1 los nuestros todas las fortificaciones estertores, en ouyas operaciones so señaló niucho el marqués de Aytona, porque ha-112 hiendo becbo los catalanes una salida ron mas de ocho mil hombres uno de los días que el marques mandaba los ataques , fue- ron rechazados cou gran pérdida. Tonudo el castillo i se empezó á traba- jar para poner las baterías á la plaza; y eje- cutado, se reconoció en los principios no ha- cían la operación que se deseaba pronta, re- celando que pudiese venir á las contrarios la armada de socorro, como sucedió á los 10 ú 11 de majo, llegando tan superior á la del Sr. conde de Toíosa, «fue le fué.for- zoso hacerse; á la mar cpn la suya, y por el mismo hecho y Tallarle al Rey los basti- mentos que le entraron por mar, le fué también á S. M. preciso levantar el sitio el día 12, retirándose con sus tropas por él BoseUoa á Perpiñan, desde donde vino S. M. muy á la ligera, costeando la Francia i en- trar por Navarra, acompañado solo del du- que de Medinasidonia, el condestable,.,el marques de Legal, el duque de Osuna, el marques de Jamayca, y pocos mas criados de su casa. El mariscal de Tesé fué llama- do á París, donde dicen se le ha hecho car- go de esta espedicion. Por este tiempo hizo entrada el ejército de Portugal én Estremadura, mandado de los generales marqués d« las Minas, Mil- hord de Galobay y conde de la Gorzana, donde se .hallaba el duque de Vervic y mar- qués de Bé con cuatro mil caballos y hasta seis mil infantes españoles; y habiendo ama- gado á la plaza de Badajoz, que se hallaba con buena guarnición, contramarchó hácia Alcántara; mas entendido el designio por nuestros generales, hicieron doblar las ar- mas á nuestra gente para introducir el so- corro en Alcántara, como se consiguió, po- niéndola con seis mil hombres de guarni- ción un dia antes que llegase el enemigo; pero habiéndose encontrado unas y otras tropas sobre el campo de Brozas, tuvieron reencuentro, en que les fué á los nuestros preciso ceder, porque con solos cuatro mil caballos no podían hacer oposición formal al ejército contrario, que se regulaba de treinta mil hombres entre infantería y ca- ballería inglesa y portuguesa; con que des- amparado el lugar de Brozas de los nues- tros, le quemaron los enemigos, y á los tres días de haberse puesto sobre Alcántara, se sabe la tomaron; pero no las circunstancias que concurrieron, ni para su defensa, ni para su entrega, sí solo que la guarnición Juedó prisionera de guerra ; suceso que esconsóló mucho, por haber sido visto aun antes que imaginado, y por las malas con- 8U4 secuencias que se podían originar, haJlán- dtfeV el Rey jfen ársiáiiití y tari sin armás el réiñp.. Presto se fueron'aumentando estos cuidados, porque penetrando el ejército de la $ga la jíróvincia de Estremadura, y ha- llando indefensas sus ciudades y villas, lo- gró reducir á la obediencia del Sr. archi- duque , sin resistencia alguna , todas las que dió vista hasta el puente de Almaraz, don- de hizo alto con su^grueso, sin que la poca caballería que mandaba el duque de Vervic pudiese ejecutar mas de venirse retirando. Como algunas partidas del enemigo avan- zasen hasta tierra de Talaverá , fué nota- ble la confusión que ocasionó á la corte, ponde se publicaron diferentes bandos, asi como para que se formase el batallón de las órdenes militares por todos los caballeros de ellas (que por algunos inconvenientes rio tttvo erecto, y se redujo á que cada uno concurriese con un montado , y que eje- cutasen lo mismo los comendadores, como para que se alistasen todos los capaces de tomar armas dé cualquiera calidad que fue- sen, observándosela misma prevención con los franceses , con la diferencia de que los últimos se alistasen en casa del embajador dé Francia, con la circunstancia de que los que no pudiesen Ó no quisiesen tomar ar- mas, saliesen dentro di veinte y cuMtq hor- ras de Ta corte, y los figúrales* de la villa y casa de ayuntamiento, dónate fue tan glan- de el concurso y tanta la ¿enéral moción del pueblo, que parecia Madrid agüeitas días udf riiar de alborotado. Al rnismo tiem-i- po se entendía por las personas mas prin- cipales y acomodadas en sacar de noche si- tliosamente lo mas precioso de sus hacieri- as, unos para reducirlo á conventos, y otros para sacarlo de Madrid, norqire ha- biéndose rugido que la Reina estaba deter- minada á dejar la corte én casó de prose- guir el enemigo sus marchas acercándose, se'temió prudencialmenlc no soló la inv"a¿f- sioñ de sus armas, sino también de algunos alborotó^ fé fas. naturales, y algunos riiir nis^ros-estuvieron pagando secretamente los carruages que tenian ajustados para ir si— guierido á |a Reina, cuya resolución en su partida pudieron suspenderla él haber re- trocedido el e'nemigo por Plasencia á Ciu- dad-jLodrigo ; con qué en estas noticias lle- gó el Rey á esta corté, donde fué recibido c¡on grande alborozo de todos el día 6 dé junio. A. pocos dias de estar S. M. ton ella y los portugueses, sobre Ciudad-Rodrigo , la to- maron, no obstapte haber hecho una regu-116 lar defensa so gobernador D. Antonio de la Vega; y no quedándoles impedimento de plaza regular por aquella parte, se enca- minaron por Salamanca, Segóvia y.Avila, de quienes tomaron la obediencia; y pare- ciendo que su designio era venir á Madrid, se repitieron muchos consejos de Estado y otras juntas particulares, para conferir los medios roas convenientes al reparo del amenazado* daño; mas no hallándose S. M. en esta actualidad con ejército bastante pa- ra detener al enemigo y refrenar su Orgu- llo , núes solo tenia de cuatro á cinco mil caballos y ocho mil infantes, ó ja fuese por dejarle empeñar mas en la distancia de su retirada, 6 ya por incorporarse antes con las tropas que había dejado en Perpiñan y estaban ya en la raya de Navarra [ignora- das aflías de.migúele tes. compuestas uc ca- h' f *áfcfiuW. itera sujetar ct nu'c- . med%> fcdSs ijjíf Sólo slHtc'rm$ de edcóuár ¿fas los ánimos de los gremiós y demás afectos y leales de Felipe V,' como se acreditó én algunos reencuentros y mtíér- fés' ade sucédierón, y se veri mas compro- bado en éj paradero. Inmediatamente que Ibgró el marques de las Minas la obediencia de Madrid, para el Sr. áf cBí-duqüe, que le descachó varios córreos, ch el presuriúeiito dé , cion que aseguró losmasHugerÓ? , y tía liándose el marqués ae las Minas con tantos desértoces. que venían buscando sn do a Madrid los mi^trq? que desa^p^- rpn sus tribunales, espidjtó decreto pana que se formasen todos lo§ jc,ons,cjos, y quejtos fresidiesen los mas antiguos ministros de jos , é V}7.o llevar recadó «d manques del upifO cop un portero dej de Jodias, para que viniese a presidirTé como canecer ;,e&- cusós^ el marques cop 9I pretesjbde tener su bija major muy mala; y aunque la míá- ma enfermedad le obligó á venirse dentro de pocos dias, no concurrió aj consejo. For- máronse en fin los tribunales; y aunque pjo e despachaba en ellos con aquel c.ur¿o re- gid ár que antes , no objjUnte, el de órde- nes espidió algunas provisiones para Jugares de su jurisdicción: el de Indias ordenó los despachos para avisos que se habían de or- denar á ambos reinos , en llegando él st^ñor archiduque, y escribió carta á la casa de contratación de Sevilla (que firmaron al- gunos) para que diese lá obediencia: el de hacienda entendió de buscar medios que le fueron pedidos: en el real se despacharon algunas peticiones; pero lo mas en que se ocupaban todos los congresos referidos, era en desatinar sobre la variedad de noticias 'y dictámenes que corrían en Madrid, por- que estuvo hecho un Babél dé confusiones todo el tiempo que duró la inopinada suje- ción. Sembróse que habia muerto el señor archiduque en Valencia; y habiendo frailes que atestiguaban haberle visto embalsamar, anduvo tan valida la voz, que no hubo ple- beyo que no lo creyese , ni personas de otra esfera que no dudasen; de que se origina- ron encuentros y riñas, porque los afectos de Felipe V á cara descubierta le aclama- ban, habiendo sucedido esto una tarde en la Puerta del Sol, y pido de los migucletcs del P. Fr. Francisco Sánchez, dispararon algunos carabinazos y deshicieron la bulla con muerte de cuatro ó cinco personas, lo que fué causa para que se echase bando para 3uc nadie aclamase sino á Cárlos III, pena c la vida. Estos alborotos dispertaron en el mar- ques de las Minas el conocimiento de que 129 ; la cercanía del Rey podía ocasionar otras mayores, y habiendo conseguido por una carta la obediencia de la ciudad de Toledo, y enviado al conde de la Atalaya á cumpli- mentar á la Reina viuda, determinó ir en seguimiento del Rey con grandes esperan- zas de echarle de sus dominios: siguieron su partido el conde de Galvc y oíros ca- balleros; pero luego que lo supo el duque del Infantado, hizo grandes demostraciones de sentimiento, y que sacasen de su casa las Itala jas de su hermano. Marchó el ejército de Portugal á Sopetran y el del Rey á Ja- draque. La segunda marcha fue á (i na da la- jara ; v habiéndose detenido algo en dar la obediencia esta ciudad, estuvo condenada á saqueo, de que la libertó hallarse en ella la condesa de Oropesa, á quién dicen cortejó mucho el de las Minas, dándola el trata- miento de alteza, que sin duda fue anzuelo disfrazado para lo que sucedió después. De- tuviéronse aquí los portugueses dos dias; donde recibieron los generales cartas del se- ñor archiduque con fecha de Zaragoza, y no- ticia de haberse coronado en aquella ciudad, de donde salía con toda diligencia á su en- cuentro , reservando á la noticia del mensa- jero el rumbo que habia de traer; despa- cháronse copias á Madrid ,. que consolaron 9• 130 n unos v irritaron á otros; porque unos las creyeron y oíroslas impugnaron, y cada par - te procuraba defender su ditámen y que pre- valecióse su concepto; y así estos celebraron como vivo al que los otros le contaban con los muertos. A esta sazón se hallaba el Rey en Aticnza y sus tropas en Jadraque, } a unidas con la gente que se esperaba de Francia, que fue- ron basta el número de doce mil hombres, infantería y caballería, con-que se hizo un ejército muy lucido, pues constaba «de nue- ve mil caballos y veinte y un mil infantes de muy buena calidad. •'• u r. i ' ¡ ¡ ¡ I Ignorando los portugueses el socorro, prosiguieron la marcha á Jadraque, y re- conociendo sus mangas avanzadas que no desamparaban la villa las tropas del Rey* hizo el condc.de la Corzana aviso á los ge- nerales para que acelerasen la marcha, á fin de echarse con todo el grueso sobre ía villa y sus enemigos, eomo lo intentaron bajando la cuesta formados en dos columnas, la una infantería inglesa y la oíra portugue- sa ; pero como el ^designio del Rey y sus generales no fué defender aquella corla po- blación por rio'ser su terreno á.proposi- to para obrar la caballería, sino es cebara- Ies con la industria para que ocupasen aquel . 131 puesto, sé les dejó tan desembarazados, que ni vecinos hallaron en Jadraque,! y el ejér- cito dél Hoy se formó dé esta olra parte en tíh montccillo, sitio muy apropósito y ven- tajoso al de los enemigos por su situación, y por un rio á su frente. I^ós portugueses publicaron que habian conseguido su inten- to ,'?tíuel,erlá cubrir las iriarcjbas al señor archiduque , y callaban que cortada la co- municación de Madrid, no solo estaban es- puestos á perder ló que habían ganado, vieud6 su' edificio por el suelo, sigo tam- bíieilip á padecer las hostilidades qué habia de ocasionarles la falta dé'convoyes. Estos discursos pudo sér les moviesen al intento de recuperar lás 'ventajas que ha- brán perdido del terreno, y así se movieron con intento, de ocupar el campo de Sopetean; mas adelantándose el Rey con la misma má- xima, le hizo ocupar de sü ejército por ser páraic muy ¿propósito por sus llanuras para uná batalla, y el enemigo tomó el monteci- lío donde se fortificó recoriociendo ya sú de- bilidad y las ventajas del contrario. Asi se estuvieron algunos dias observan- do los'movimientos, en uno dé los cuales llegó d sopor archiduque al ejército'con un refuerzo de tres mil hombres , según se in- firió'de una salva real que hicieron en él,132 y después lo confirmaron algunos deserto- res. En esta positura se hallaban los ejérci- tos sin que pudiese pasar correo de Ma- drid al campo del marqués de las Minas, ni suyos para Madrid que no diesen en manos de los soldados del Rey, con que S. M. sa- bia cuanto en una y otra parte se forjaba, y en ambas se padecía notable confusión. En Madrid se aumentaron las mentiras y se autorizaron de tal forma, que no solo hu- bo dia señalado para la entrada del señor archiduque, qüe fué el de Santo Domingo, sino que también se previnieron muchos per- sonajes para salirle á recibir. Mudó el Rey su campo á Alcalá, y el se- ñor archiduque el suyo a Guadalajara ; echó- se voz de que el dia tres de agosto dormía S. A. en Arganda para entrar el dia cuatro, que será bien memorable por sus lamenta- bles circunstancias. Fué el caso, que habiendo destacado S.M. un trozo de caballería para enviar á cobrar la obediencia de Madrid, el mismo dia cua- tro en que los engañados esperaban al se- ñor archiduque, y habiendo acordonado la villa á la distancia de dos ó tres leguas, en- traron por la mañana á cosa de las diez dos soldados de las guardias de S. M. con un pliego para el ayuntamiento á fin de que res- tituyese la debida obediencia , cuya res- puesta esperaba sobre la marcha D. Anto- nio dél Valle , comandante de las tropas que venian á esta función, y que recibiesen por su corregidor al conde de la Jarosa , á quien enviaba S. M. para este empleo. No com- prendida de todos la novedad, se derrama- ron encontradas voces, y cada cual esforza- ba las que le dictaba su afecto. Corrió el Sueblo á Palacio con públicas aclamaciones el Rey, entre las cuales también se oían otras opuestas; pero como en la plazuela de Palacio se hubiesen puesto soldados de guarda desde el dia antes de las compañías que se hábian formado de miguelétes y de- sertores , rechazaron con algunas cargas cerradas el inmenso desordenado tumulto, con algunas muertes de los mas desgra- ciados. , , El P. Fr. Francisco Sánchez, que se ha- llaba en una visita en la calle Ancha, lue- go que sintió el estrépito corrió á Palacio con su compañero, dejando dos hombres muertos en la calle Ancha porque iban di- ciendo viva Felipe V.; y á este modo suce- dieron en otras distintas partes algunas fata- lidades. Concurrieron asimismo á Palacio, mante- niéndose en la ceguedad que padecían, él134 conde de las Amayuelas', el de ¡Sacro-Impe- rio, el de Tirol, el de Valdecabra , y según común seUlir hasta cuatrocientos caballeros y hombres conocidos que se fueron convo- cando unos á otros , ó para detener ai pue- blo , 1 si hiciese otros movimientos ó para defender aquel paraje hasta: que llegase el señor archiduque. Muchos que ha Man sali- do á recibirle desde el dia antes? dieron en la celada que Ies tenia prevenida; entre los cuales los nías memprables son , Tos condes de Lemus, el patriarca, el obispo de Bárcfi- lona v los Morráses, y á todos los llevaron inmediatamente al campo del Rey, desde donde fueron remitidos al castillo de Pam- plona , escepto los eclesiásticos, que los pa- saron á Bayona de Francia. Volviendo á lós sucesos de Madrid del dia 4, diré que habiéndose serenado la turba- ción de la mañana , y quedado el lugar co- mo si se esperase otra mayor, sobrevino á las tres de la tarde la entrada de D. Antonio del Valle, acompañado del marqués de Me- jorada y del conde de la Jarosa con cuatro- cientos carabineros, y i la misma hora se\ vieron en las calles diferentes cuadrillas de los gremios armados con fúsiles, que fue- ron, tomando las bocas calles y avenidas de Palacio, arrimándose á él á un tiempo las 135 tropa*y los gremios, y cargando á los que se hacían fuertes en el recinto de la plazue- la , y recibiendo sus cargas, que fueron re- petidas de una y otra parte, los precisaron á los de la plazuela á desampararla; pero entrándose en Palacio y cerrándolas puertas, fue tanto el fuego qup hicieron desde las ventanas, que se tomó por providencia blo- quearles y quitarles el agua para vencerlos con menos pérdida de una y otra parte; mas en todo el dia no cesaron los sitiados de dis- parar á cuantos descubrían desde las venta- nas, y asi perecieron muchos con la curio- sidad : á unos- carreteros portugueses que guardaban unas vacas en la Priora los pasa- ron á cuchillo; al marqués de Moya, que era uno de los capitanes de caballos que entraron, ledieron un balazo en el pecho junto á Santa Clara, de que quedó levemente herido, pe- ro al agresor le hicieron pedazos dos de sus soldados en la calle del Tesoro, donde en- traron tras él aunque llovían balas que dis- paraban desde la torre. Toda la tarde fue un horror por la varie- dad de tragedias que se vieron, y este se au- mentó mas con la noche, porque no cesan- do los disparos, y no habiendo ninguna se- renidad en la plebe, nadie las tenia de sus desórdenes, á que se añadió algún incendio,136 que aunque easual, dió motivo á las campañas y al recelo; entre cuyos sobresaltos se mezcla- ion las algazaras de la infame plebe, que dis- curría por todas las calles en varios tropeles amenazando á las casas qwe para sil codicia representaban mas logro1; pero habiéndose echado bando para que desde las iweve de la noche en adelante nadie anduviese por las calles pena de la vida, y que todos pu- siesen luminarias qne durasen hasta H ama- necer , se atajo aqúel alboroto y se pasó : lo restante de la noche sin mas rumor que el de algunos disparos1 que hicieron los que tenían bloqueado á Palacio, de donde con la sombra de la nocho pudieron escapar mu- chos de los sitiados. Amaneció el dia cinco y determinó el con- de de las ArrtayUelas con los demás capitu- lar, para cuyo intento enviaron un papel al marqués de Mejorada con un religioso de San Gil que no había podido salir de Pala- cio por haberle cogido la novedad de la mañana antecedente en el oratorio , de ctfya hora no dejaron salir á nadie los-que sé apo- deraron de Palacio: díjose qué no se Ies admitió ninguna de las proposiciones que hacían -, y que se les respondió que se rin- diesen, que ora el mejor'medió de éonse- guír la piedad del Rey: lo que ellos querían era que se tes dejase salir con sus armas para irse al ejército del Sr. archiduque. Ul- timamente se entregaron los mas, habién- dose escondido otros en diferentes parages de lo mas oculto y menos limpio, de donde fueron sacados, hallándose Fr. Francisco Sánchez vestido de lacayo; fueron llevados al campo del Rey, y desdé allí al castillo de Pamplona , y para qne V. no carezca de los nombres y ejercicio de los mas de ellos, re- mito la memoria adjunta número 2, dondé consta uno y otro. Luego que se hubieron entregado los pa- laciegos, se dió principio al saqueo del Pa- triarcal en donde dicen sé ajustó á dinero; pero al secretario de su ilustrisima le saca- ron una banda de caballos que tenia muy lucidos. Repartiéronse escuadras de soldados por diferentes calles para esta hostilidad , á quienes seguía mucha plebe; y en medio de que pareció que traian lista de los infiden- tes, y que mas habían sobresalido, no de- ]*aron de padecer muchos inocentes, porque a plebe incitaba á los soldados á que en- trasen en muchas casas, acusando á sus due- ños con la facilidad que suele hacerlo la ig- norancia, y mas cuando la mueve la codi- cia. En casa de D. Juan de Castro Gallegom fué grande el estrago qué hicieron , pues habiéndola limpiado cuanto tenía, no per- donaron ni antepecho de la escalera, ni los plomos del tejado, y hasta las puertas y ven- tanas le desquiciaron; siendo tanta su des- gracia , que lo han celebrado muchos en vez de compadecerse, y corrió voz. de que lleir valian verdugo los soldados y órden para que se le diese garrote en un* de sus rejas;' 1)ero no se le halló en casa, ni después se ta sabido donde para, por lo que so presu- me se iria al campo contrario, como lo han hecho otros, y entre ellos el conde de San Pedro, que tampoco parece, infiriendo lo mismo de D. Rodrigo de Miranda. Fueron muchas las casas que padecieron, q siendo el daño que recibieron mucho mayor i de lá gentecilla de Madrid que de los sol- dados , porque estos tomaban plata ó dine- ro , pero aquellos desnudaban las paredes, echando cuanto había por la ventana; y aun-, > que por la tarde se tocó á recojer, y al día siguiente á las diez de la mañana se mandó cesar en el saqueo, no dejó de haber aque- lla noche y otros dos dios siguientes algunos robos | ya de soldados codiciosos, y ya de otros que se fingieron soldados, habién- dose atrevido estos últimos al intento da robarlos conventos de Santa Clara y Capia*- 139 chinas, suponiendo ,que tenían órden del Rey para registrarlos : púsose gran cuidado en atajar estos desórdenes, y terminaron sin, haber comprendido ninguna de las casas de los grandes señores , dando paso á quemar cnjdaza. pública el estandarte, papel sella- do, iodos los demás instrumentos que se hi- cieron á nómhre del señor Carlos III con asistencia del marqués de Mejorada. Algunas personas se sofocaron con la mu- tación y sucesos espresados, costando Ies la vida el sobresalto; como fueron D. Juan Ma- rañan , á quien se había cometido la disposi- cion de Palacio, en donde había quitado y, puesto retratos, y D. Felipe de Torres, de; quien no se sabe hubiese intervenido en na- da , porque había dias que estaba enfermo, y otros dos vecinos de la calle del Tesoro, á quienes se hallaron muertos sin herida al- guna; siguiéronse luego las prisiones de muchos, que se fueron ejecutando en dife- rentes dias, y los mas conocidos de estos los hallará Y. en la memoria núm. 3, siendo dificultoso que ninguno de los que habian delinquido pudiese escaparse, porque de- más del cordón que dejo dicho se había puesto á Madrid , se cerraron todos los postigos desde la mañana del dia cuatro, dejando solo cuatro puertas principales140 con los registros y bastante guardia. Pocos dias antes se habían levantado las ciudades de Salamanca, Segovia, Avila y Toledo, restituyendo su obediencia al Rey nuestro Señor, cuyo accidente obligó á sa- lir de ellas á uña de caballos á los corregi- dores que había puesto el marqués de las Minas y demás personas de su séquito: á la de Salamanca llegaba un convoy de Portu- gal á la sazón, y cogieron los ciudadanos la mayor parte de él: en la de Segovia pasa- ron á cuchillo la guarnición de ciento cin- cuenta portugueses que habian quedado en el Alcázar, y en la de Toledo eligió el pue- blo por su corregidor á D. Diego de Tole- do , cuyo respeto atajó los graves daños que se pudieron seguir de aquella sublevación y encono con la Reina viuda. En este tiempo *se estuvieron observando los ejércitos en los parajes mencionados de Alcalá y Güadalajara, habiendo el del Rey cogido varios convoyes que le venían al contrario y muchos soldados prisioneros que los convoyaban; con que hallándose los portugueses faltos de víveres, por lo gas- tada que estaba aquella' tierra, determina- ron pasar su campo á Chinchón, valiéndose para ello de las eminencias que hay en' el camino para su resguardo, y siguiéndolos 141 los condes de Oropesa, marqués de Jaran- dilla y condes de Aro, mudaron su acam- ftamento al paraje espresado, poniendo su rente á Ciempozuelos, estendiendo las tro- pas en el bajo de la Cuesta de las Salinas, atendiendo al parecer á que no lograsen los enemigos su retirada á Portugal sin precisa batalla, ó á que se redujesen á Valencia. En estos puestos se estuvieron algunos dias, porque hallaron los enemigos buena por cion de bastimentos en los lugares que ocupaban ; y aunque parece que era de su empeño socorrer á la Reina viuda por los desaires que en aquella actualidad padecía del pueblo de Toledo-, no se atrevieron á hacer destacamento, aunque se presume que según la cercanía sabrían los tumultos que habian llegado al Alcázar, y se colige que se les pediría favor de haber llegado la demasía á arrojar muchas piedras á las ven- tanas del. Alcázar, que fué defendido por tres veces de los canónigos y otros caballe- ros ; causa que daría motivo á la resolución que tomó el Rey de enviar al duque de Osuna con ciento cincuenta caballos de sus Guardias para que condujese á la Reina viuda á Francia, como lo ejecutó , con la Erccision de salir dentro de veinte y cuatro oras. Llevó S. M. toda la mas familia, es—142 ceptwdos damas quo ñola quisieron seguir, qué fueron la bija de dásteldurríos y laher-i mana de Valparaíso ; ¿pero en la cercanía de Segovia la quitaron á S. M. á la azafata, ú un D. F. Cascante, que era grefief, á un sangrador, y á D. Juan de Araujo, secre- tario de Cruzada, y dieron con todos- cñ el Alcázar de Segovia de órden del Rey , y de la misma salieron por este tiempo de Ma- drid el duque del Infantado y «u muger, p^ara que se presentasen én Granada los marqueses del Carpió; en Oviedo, los con- des de Palma ; en San Sebastian , los condes de Salvatierra; en Santo Domingo' áé;kv Calzada, el conde de- Fontanar desdo ;el: Campo del Rey, en Valladolid; los de Puño- enrostro á Logroño ; los condes de Ablitas y marqueses de Villalva á Simancas ; Fuen- té el Sol á Avila; el obispo de Segovia con D*1 Juan Fernandez de Frias y el abad de Ayroldo á Francia, donde también llevaron después los condes de Sacro-Imperio; Ro- queña, Amagúelas, Valdecabray Tirol; y todos los ministros que no fueron' á Bur- gos, salieron al distrito de cuatro leguas en contorno , sin reservar ninguno , con la circunstancia de que enviasen testimo- nios de los lugares que-elegían para su es- tancia. ' . *J 6b»J . t* o 1-13 >Parccia imposible qoe el ejército de Pbr- lugal dejase 'dé perecer al cuchillo ó á la hambre', porque no ora dable que se al re- viese á romper p<>r el ejército del Rey, que cada- dia era mas superior, asi por lo que esté'crecía, como porque el otro se'dismi- nuía, ni tampoco era tratable que pudie- sen pasar el Tajó, por bailarse sin barca y etffar en la Opuesta ribera» mucho número 4e manchegos para impedir e9ta resolución, y consiguientemente lodos los pueblos dé Jas Castillas en arma, para inquietarte y afli- gidle por donde quiera que fuese; pero mi- lord dé Peterburg nb 'cesaba de hacer hos- tilidades en la Mancha y Alcarria con (res mil hombres que habia Sacado de Valencia, á fin de allanar ei paso á las conductas de aquella pftríc, y rendir los pueblos á la obe- diencia del Sr. archiduque, como lo consi- guió de Cuenca, á quien fortificó con esta- cadas y puso guarnición con la mira, según se vió después, de que sirviese de refugio á la retirada del ejército , quien habiéndose valido de las Cubas deGhinchon y otros lu- gares de su cercanía, hizo barcas y paso el Tajó una noche haciendo ur.a larya marcha; y aunque los manchegos so le opusieron en el campo de Araujuez con el ardor de su fideli- dad , hubieron de ceder, no sin grave daño.144 Fué en seguimiento el ejército del Rey, avanzándose la caballería cuanto daba de »í la diligencia, para picarles la retaguardia, en que consiguieron repelarles sobre las marchas alguna gente y carros de su baga- je , y los portugueses hacer prisioneros á los hijos de Mondejar y duque de Nájera, que se hallaban, los primeros en Mondejar y el último en la Parrilla, en cuya forma lle- garon á Valencia, donde se han acampado uno y otro ejército, y quedan observándo- se segué las últimas noticias. Al tiempo que ejecutaron, esta retirada, hizo entrada un hijo del marqués de las Mi- nas con 7000 hombres por Ciudad-Rodrigo, y habiendo dado sobre Salamanca, la rindió después de haberse defendido dja y medio sus moradores y algunas milicias de su partido. Ajustaron el saco en 50,000 doblones, y no hallándose la ciudad mas que con la mitad, la tomaron, llevándose en rehenes de la otra mitad las personas que eligieron para su res- guardo. Con la' primera noticia hizo el Rey destacamento de caballería é infantería que ha pasado comandando el marqués de Ré á aquel parage, para incorporarse con D. An- tonio de la Vega, gobernador de las armas de Castilla la Vieja, que se halla con las mi- licias y alguna gente reglada , é impedir cou 145 ambas fuerzas otros asedios; y asimismo se han hecho otros dos destacamentos , uno pa- ra bloquear á Cuenca y precisar á que se rinda su guarnición , como se ha logrado, y el otro para socorrer á Murcia por hallarse amagada de las tropas inglesas que tomaron á Alicante, habiendo desembarcado en su bahía. El rey siguió las primeras marchas del enemigo, llegando hasta Uclés , donde se quedó con sus guardias, y habiendo vuelto á Ooaña se detuvo en 61 algunos días, desde donde1 providenció que los tribunales que pasaron á Rurgos se restituyesen á Madrid, escluyendo de ellos á todos los ministros que se habían quedado y creando otros nuevos, aunque en mas corto número, que sustituye- sen á aquellos. Del Consejo de Indias solo fueron á Bur- gos el presidente duque de Atrisco, don Alonso Caruero, José de los Rios, fiscal, D. Antonio Dons, caballero catalán, y don Pascual de Villacampa, que ha pasado al Consejo Real; por donde vendrá V. en cono- cimiento de los esclusos y los que se han añadido á estos son: D. Manuel de la Cruz Acedo, D. Luis Ramírez de Arellano , am- bos del Consejo da Hacienda, D. Pedro de Usua, conde do Corono , D. José Alte, sc- 104¿6 H»aAo r-egouto de Navarra. E» la secretaría 4e >"ue\ a-Es paña á D. Gaspar 4« Pinedo, y m la del Perú á D. Bernardo ^uiajero; y porque en las Gacetas ordinarias hallará V. ios que se han proveído en Jos demás tribu- nales , solo pondré aquí que las .dos secre- tarías de Estado se han proveído en D¿ Ma- nuel de Badillo, quedando Ortiz y Puente jubilados con la mitad de sus goces, y las dos de guerra en D. Juan de Elizondo. formados los tribunales en la manera di- cha , y habiéndose divertido S. M. tres ó cuatro días en Aranjuez con la caza y des- peñadero de toros que tenia prevenido, re- solvió entrar en Madrid el dia de San Fran- cisco, para cuya función se ordenó la calle de Atocha, y convocó la casa de S. M. y capilla, para que tuviesen en Atocha á su recibimiento Te Deum laudamus, que se cantó en la capilla de Nuestra Señora; y Sorque no hubiese desgracias en las entra as y salidas de Madrid se mandaron abrir todos los postigos y puertas que aun se con- servaban cerrados desde el-día de Santo Do- mingo : estendiéndose la providencia á que se rompiesen portillos en las tapias del Re- tiro para mayor desahogo del concurso que fué grande, y también lo fué el alborozo y regocijo que ocasionó la providencia del 147 Rey á todos los cortesanos, quienes le ma- nifestaron en multiplicadas luminarias y re- pelidos fuegos que duraron por tres noches. Luego se despacharon carruajes á la Rei- na nuestra Señora para que se restituyese^ la corte, dirigiendo sus marchas por Valla- dolid y Segovia, cuyos alcázares se han mandado prevenir para su hospedaje, y el Rey salió el dia 20 de este á recibir á S. M. en Segovia, desde donde se discurre pasarán al Escorial, y que se detendrán en aquel sitio hasta después de todos Santos; y para su entrada en Madrid se quedan previnien- do fiestas de toros, máscaras y fuegos. Que es todo lo que ocurre hasta la fecha de ésta que poder participar á V.ir : )';•<✓■ «:'••• ."• !• tivi ■< "t'.n'i :i» t» ! jíío* fi-i ¡;.-¡fiü-.loí» s- !•:••»• -v ,!.../„■•*'•* ir. ; :¿r-/'■líj íl;.! Wip .;,!ln i i 4 ■>jíb —ítj':í. .• • ■ j:• < .rr ••« •!'.!!. . • «. : *o MANIFIESTO Y COTEJO DE F.A CONDUCTA QUE TUVO LA MAGESTA!) DE FELI- PE V CONTRA EL REY BRITANICO, Y LAS RAZONES QUE AL PRESENTE CONGRESO VAN FULMINADAS EN ÉL TIEMPO DE SUS SUCESORES. fitl '" n •*....."t\''.lj\t • TíSwOfWft •>>•!;!!:• I • lililí h QJ k ■■■■■>)-,!■ * . <»bevi»!'>•) o)*»'ft <•.« por , .J . if. y.' v. ■.' -.:> uli'i9 lenec.io.nlo á {a xuu» ú á la otra parto, ó a i - niados , asistido de poderes de uno ú otro.de los soberanos ó de algún ¡gobernador ú otro oficial autorizado de alguna do las dos po- tencias para dar comisiones, ó en fin algún navio ó embarcación perteneciente á alguna de las naciones, detener, .embargar, arres- tar ó examinar en el mar los bajóles ó em- barcaciones pertenecientes á vasallos de las dos coronas en Jos mares de América, bajo de cualquier pretexto ó motivo que ser pue- da. Ademas de esto se convino que si acon- teciese que aUjun bajel autorizado por la una ú otra parte para prevenir .el comer- cio ilícito, ó empleado por cualquier otro motivo que fuese, ó autorizado de cualquier comisario por parte de algún .gobernador inglés ó español en las Indias, llegase á ar- restar , embargar, detener, visitar ó exa- minar cualquier navio ó embarcación per- teneciente a vasallos de las dos coronas en mares de América, se deberá hacer una en- tera restitución de los tales bajeles y efec- tos, como también una amplia reparación de todos los daños procedidos ó padecidos, y que el capitán ó comandante de aquel ba- jel que hubiese cometido semejante acto de violencia sea privado de su comisión y nun- ca mas empleado en el servicio marítimo de160 la corona cuyo vasallo fuese; y si parecie- se por pruebas auténticas que algún gober- nador inglés ó español en América hubiese concedido poderes ó comisiones á algún ar- mador con facultad para todo lo ya referido, el tal gobernador sea privado de su empleo, y nunca mas empleado en el servicio de las dos coronas.» Estas proposiciones fueron de tal suerte conformes á la mente y letra del tratado de 1670, reconocido de una y otra parte por regla que debía decidir todas las dispu- tas que miran á la América, que no se sa- bría dudar que los señores plenipotencia- rios de S. M. G¿ y británica no estuviesen convenidos á que no habia cosa mas justa, razonable, ni propia para prevenir los in- convenientes en lo pasado. Y sin embargo, se quejaron los ingleses sobre la materia de este tratado en la conferencia fecha en Ma- drid á 25 de junio de 1739. Prodnjo también el Rey británico el au- mento de derechos sobre las mercancías dé sus subditos para causar la fuerza; y aunque consta en los tratados de Inglaterra qué este es un efecto de soberanía, como lo pactó espresamente el año de 1667 con el Rey do Dinamarca sobre los daño»del Sunt, no era necesario tocar con e#ten»ion en ta m materia. Se puede también remitir á los aca- tos de su parlamento el cotejo de estas que jas; porque vistas allí las innovaciones prac- ticadas en todos tiempos ,! se reconocerá que ó faltará la recíproca buena corresponden- cia entre los Heves, ó que no faltando, es in- I sustancial y mendicante este prelesto ; o bien que del mismo modo qué intentó alguna vez . la Inglaterra apropiarse á sí eA dominio del mar Británico por fe sola casual idad del uom- | bre, .pretenda ahora prerogfl t i v as y exencio- nes entre los soberanos por■ el único funda - mentó de su altivez y antojo. Ponderóse no menos por causa del rom pimiento el, haber publicado las. represalias en estos reinos, y pasado, su ejecución sin asignar término ; y siendo como el notorio que las publicó el Rey británico en 10 de julio, y que inmediatamente detuvieron allí tres navios vizcaínos, no obstante el clamor de los interesados al almirante Addoch; y que puestas en los cabos de Santa María y San Vicente apresaron otras, no se alcanza qué obligación ligase á S. M. G. que no re- conociese en sí el Rey británico, ni qué pri- vilegio hizo lícita la represalia en Londres y la constituyó en Madrid culpable. Tantas veces se declama en la referida publicación de guerra contra Jas ¡nfraccio- 11- «fe* de ta*< tr a ta dos, i q 110 no se puede1 y a ca - llar la sinrazón de las muchas que han co- metido los ingleses para que se reconozca iniéndo acosadas do los es- ■ paflo'c>, han hallado en su arlillería seguri- dad y abrigo para volver desde allí mas-fá- cilmente con la inmediación á insultar las *'«¿*as , y á inter rurrip¡r¡etComer€¡bi> i.■>'•■' Del mismo módo se- ha faltado á este1 ar- •'tk»k»'»eii :Ias ostensiones pretendidas y aun practicadas , «píe se limitaron en él; porque \ 403 habiéndose cedido esta plaza sin jurisdicción alguna territorial,.y sin comunicación abier- ta con la región circunvecina de la parte de tierra, solicitaron que debía comprender su dominio basta el tiro de cañón; y no obs- tante que se,,convino en, el año de 1728 de- jar desamparados recíprocamente los puer- tos sobre que se formó la disputa, que eran uno enfrente de la torre de Ginoveses, otro (arrimado al monte debajo del Pastelillo, y otro á la parle de Levante, poco apartado del monte, y á corta distancia de la torre del Diablo, los han ocupado después sin aten- der al ajuste, ni considerar el agravio. Y no solo este falaz proceder es el que se ha «sperimentado en punto á esta plaza; pues habiendo el Rey de Inglaterra Jorge II encartado 1.° de junio de . 1735 ofrecido á S. M. C la restitución, no obstante ha- ber sido: esta promesa un medio condicional de concluir el tratado entonces pendiente, y que se firmó en Madrid el día 13 de aquel mrs, ni se cuioplíó como era justo, ni apro- vecharon instancias ni reconvenciones para ello- Xa carta traducida fielmente á nuestro idioma es del tenor siguiente : . Señor mi hermano: he sabido con es trema satisfacción por medio de mi embajador en esa corte, que V. AL está por fin en la resolu-164 cian do quito)' los obstáculos que pór algún tiempo han dilatado el entero cumplimiento de nuestra unión f y respecto de ¡¡ti* 'por la confianza ¡que V. m. me manifiesta , puedo contar coino restablecidos los tratados sobre que se ha disputado entre nosotros , y que por consecuencia se habrán esplanado los'instru- mentos necesarios al comercio de mis subdi- tos; no me detengo en asegurar á V. Si. mi prontitud á satisfacerle por lo que mira á la restitución de Gibrüllar, prometiéndole fWe me valdré de la primera ocasión para en bri*- ve arreglar este articulo.r=*Ijmdres y Junio primero de 1735. = Jorge II Rey de Ingla- terra: Cambien se ha eludido el artículo 8 del tratado de Utrech respectivo a límites' de América, no obstante las órdenes ofrecidas en el del año de 1721 y en el de 1724, des- pués de répetidas instancias sobre la demo- lición del fuerte de Tamaja, edificado por ingleses en territorio indispensablemente de S. M. C., y de haberse convenido que á los gobernadores de la Florida y Carolina se comunicarían las órdenes para arreglar esta disputa; y habiendo enviado aquel un ofi- cial con 25 hombres y las compañías de los ingleses, fueron despojados de sus armas, encerrados en el fuerte, y conducidos á los 165 tres días á la Carolina, donde sufrieron mas rigurosa é indecente prisión. /La misma mala fé se observó el año de, 1736 , asegurando el ministro británico á D. Tomás Geraldino, ministro plenipoten- ciario de S. M. C. en Londres , que D. Die- go Ogleíorpe, destinado á Ja Carolina, lle- vaba el encargo de .arreglar sus límites en concurrencia y de conformidad con el go- bernador de la Florida? y fueron tan con- trarías las que manifestó á su arribo , que contenían que se hubiese de poblar todo lo que no lo estuviese, para cu}ra ejecución pasó inmediatamente á varios actos de hos- tilidad , hasta presentarse con gente arma- da á vista del presidio de San Agustín ; ac- ción mas conforme á la patente que expidió el Rey británico en 9 de junio de 1732, en que dispone de los dominios do aquel con- a¡nenie, y aun del mar, concediendo á la compañía formada para- el establecimiento dp la colonia de la Georgia , cuando no es- tuviese, anteriormente ocupado por vasallos de Inglaterra; cesión ex diámetro opuesta al artículo 7 del traladp.de. 1670, que es- ¡ cluje.de su derecho tod|o ¡lo que en aquel tiempo no tenia ni poseía ; bien que no de-: be est ra fiarse este despotismo, pues, entre otras usurpaciones que se han, reclamado166 varias Teces por la España, no se apoya rae-' }"or la del corte del palo de Campeche , de- éndida con la fuerza y no con la razón, hasta el esceso de arruinar en tres diferen- tes sitios el desgraciado puehlo del Batallar, porque defendía la justicia de S. M:- G., y embarazaba la*continuación del delito. '" Supuso también el Rey británico no ha- ber pagado S. M. C. en el término prefini- do , que fué el 5 dé julio, las 95,000 libras esterlinas que se estipularon por resto de las recíprocas pretensiones en punto de pre- sas , y haberse viciado tan manifiestamente la convención; y como cuando se püblica- I ron las represalias en España, se hizo pa—' lente la poderosa razón de no haberlas sa- ' tísfecho, añadió el Rey británico: «qué era "Solamente un colorido y pretensiones des- ' »titnidas de todo fundamento, y un arbitrio »fácil para salir del empeño sin contestácio- »nes; pero que deja en su fuerza y vigor lo »declarado por S. M. C.» Y así no dudará la Europa si lo reflexiona, que se obró aquí de buena fé, y que si la Inglaterra hubiese hecho lo propio, se hubiera arreglado y cum- plido todo por el nivel de la convención. No fué otra cosa el desarmar las escuadras luego que se ratificó aquella en Lóndrcs 1 el dar las órdenes para la Carolina' j y él ins«1 i Mu lruir siu dilación i!,loa pb nipotonciarios, sino una clara inanifestacipn de la siucori- dad con quje se procedía. Estos hechos ni so • {>uedea negar , ni,adrniten intcrprelaciou: í o menos digan los ingleses si es verosímil, , ni céhe. en la menos cauta política soltar las armas en la conclusión| de una disputa que precisó á tomarlas al mismo tiempo que so pensaba volver ¿ ella según se indica. >ío responderán ni. tendrán-qué; pero lo harán sus\operaciones,; que como contrarias;á la*¡, referida», convencen que nunca pensó la- Inglaterra en cumplir lo prometido , ni abo- < ra tampoco en disfrazar lo mal. obrado. , h Lo primero que descubre sus siniestros intentos es.la permanencia de las escuadras del. almirante Addoch en estos, mares, des- . pues de firmada y ratificada la convención;-, pues aunque no se concluyó en ella en, tér- minos espresos que se retirasen estas fuer- zas, no .arguye sencillez en el ánimo entrar á la amistad con las mismas,preparaciones, con que el enojo amenazó la guerra; y mas caminando tan remiso el ministró inglés; en la ejecución de Jk> convenido., que en 27; • de marzo resultó de un papel del duque cb>. Nencástele de esta fecha, que aun no se,han. Han espedido las órdenes cor respondimos & la Carolina. •' . '168»' Pruébase mas la simulada intención déla Inglaterra con los tres oficios que su minis- tro plenipotenciario en la corte de;Madrid Benjamín Keene presentó en 17 de abril, fftuq pitiendo en atoó lo que pidió en otro do Í9 ' de febrero ; y fue, que se espidiese» órde- nes á 'loeguarda-costas de la América pa- ra qué cesasen en las estorsiones y violen- cias que cometían en el ínterin que dora- ¡ ban las conferencias. V como se le respon- dió en 24 del mismo mes: que no se les habia mandado que las practicasen aun du- 1 raMe las pasadas diferencias, ■ ni omitido hasta entonceé el corregirlas vitando se Ra- bian averiguado, y que procuraría S. Mi'ti. mantener la buena armonía que acababa de ¡ afirmarte entre lús dos naciones ,• mn permi- tir que pasasen sus' vasallos ma» allá de lo i justo &' ta seguridad de aquéllos dominios y su'comercio < insistía 'este ministro en Tíom- bredel lí c y británico , en que pudiendo ser interpretadas estas aseveraciones y darmo- m tivo pOr consiguiente á efugios por parte de los gobernadores y otros ministros de las Indias; se enviasen Ordenes claras y preci- sas para'poner tin enteramente á todas las !' violencias cometidas basta' entonces , y para que pudiesen gozar los subditos < de Ingla- terra, durante el tiempo de las conferen- cias sin turbación ni embarazo la libre na- vegación en los mares de América, según les correspondía por los tratados y por el derecho de las gentes.' Esta repetición de oficios y las cláusulas de 17 abril que sé acaban de trasladar, eran vehementes indi- cios de que recelándose el Rey británico que diferir los puntos en disputa para las conferencias sería aventurar- el golpe que tenia meditado dar, y que se aproximaba en los navios de Buenos-Aires , galeones ó flota ; porque dejar que se recogiesen tantos efectos sin útil suyo, seria hacer mas difíciles sus ideas, quiso anticipar la insi- nuación de sus pretensiones , para tener en el caso do qué no se contestasen, un pro- testo de practicar lo mismo que se lia eje- cutado después, m . i w! osaaftfnd tvsiemtm Se corrobora este pensamiento por otro de los tres Oficios en. 17 de abril, repeti- ción también de uno de 19 de febrero, en Sue se pidió la restitución del navio La arach , su capitán Hason Haugan , apresa- do eü 29 dé enero;ue 1738? pues no obs- tante que se aseguró en la respuesta de lí) de mareo que luego que se remitiesen los autos los- pasarían á los plenipotenciarios; I • para que en virtud de lo capitulado última- mente te examinasen y decidiesen sin aten-170 (ler la corte británica á este justo píoeódw-r miento-, ni al 2.° artículo separado de la - convención, en que hablando de los suce- : sos posteriores al dia 10 de diciembre de 1737, como 08 este, decia: quela decisiondel caso ó casos que pudiesen acaecer , debería ir á los plenipotenciarios para quitar cual- • quiera pre testo;de discordia-, y «fuo tosido*-;< terminasen según los tratados, volvió con nueva instancia á clamar por la restitución, provocando con el desprecio de lo conveái-* do á menos moderada réplica que la pri- mera, para colorir con ella los insultos pre- meditados*^; .•'.•••<• gire Pero lo que del todo convence la simu- lación de su conducta , es el último de . los! * oficios dé 17 de abril, eh que renovó el ministro británico la instancia de la aclara- ción de las cédulas concedidas por S. M. C. á la compañía del Asiento para la restitu- ción de los efectos represaliados, y los de qué se conviniese en cantidad cierta, por lo que por su importe suponía habia dé ha- ber antes de pagar las 78,000 libras ester- linas que debia á S. M. par cuenta H- 3trida del derecho de esclavos y utilidades el navio de la Real Carolina, y como este punto pedia mas prolijo examen, primero que sacar la consecuencia del oculto desig- • \ 1711 nió que se va probando, fué forzoso: dis- currir sobre las circunstancias que prece- ; dieron á la convención y que volvió á aca- lorar el mencionado oficio. , ..->{. Para entero conocimiento de que la pre- • tensión negada á la compañía pór Icires-'-' pectivo á represaliasq no puede justificar la * conducta que' se descubre en el ministro británico, basta la reflexión que ofrece el artículo'3.° de'la misma convención, con un ligero recuerdo de- lo que con motivó de 11 él aconteció. Convenida la suma Y si aun no queda bien patente su idea, la acabarán de descubrir las deposiciones remitidas últimamente de la Habana de los marineros de la escuadra del almirante Itreun , aprehendidos en las cercanías de la bahía honda, los cuates declararon «que el dia 10 ó 12 de julio entró en la Jamaica un paquebot con la noticia de haber de- clarado la guerra, y con órdenes para hos- tilizar á los españoles; en cuya consecuen- cia salieron el dia 21 á ejecutarlas, ha- biendo ya apresado antes dos embarcacio- nes, y luego que llegó el paquebot, una galeota que venia de Cuba con 10,000 pesos.» No parece que con este suceso se podrá ya negar lo antecedentemente dicho, puesra las represalias en Lóndres no se publicaron kasta el 21 de julio; y siendo forzoso que para arribar el paquebot «1 dia 10 ó 12 de esto mes á Jamaica hubiese partido de In- glaterra á lo menos á los últimos de ma- Jo, y que la resolución de despacharle, se ubiera tomado anteriormente , se líat e in- negable que la corte británica ni observó la legalidad que se requería, ni la conven- ción, ni pensó jamás en cumplirla; sí solo en adormecer á S. M. G. para prorumpir en coyuntura oportuna en sus dobleces. Que conoció S. M. G. anticipadamente estáis intentos, y que quiso inutilizarlos cota el disimulo , y con manifestar solo ' su i sin- cero! deseó de arreglarse á lo convenido, lo acredita la moderación en las respuestas á los oficios citados, y lo insinuó el marqués de Villanas, primer secretario de Estado v del despacho, á D. Benjamín Keene ea el mes de. abril, que ya se tocó en la publi- cación de> represalias ; ademas de que lo declararon les píen ipol ene ¡arios españoles á los ingleses en ta conferencia de 15 de ma- yo , que es como se sigue: u M «El Rey nuestro amo nos manda espre- sar á V. SS. que es muy digno de reparo, que después dé haberse dado las órdenes ral almirante Áddoch para su regreso á la >175 Inglaterra, luego que ratificó la conven- ' '¿ion i se hayan revocado con otras para que t permanezca en el Mediterránea^ lio que ar- guye que ha mudado de intento S. M. - británica, y que si el primero fué do seguir lo convenido , cabe siu violencia que se ha -opuesto el segundo ; por lo que; conside- >rá S. M. dichas órdenes opuestas entera- mente á la antigua amistad- que acaba de renovarse entre las dos coronas, y á Ja de- claración hecha por V. SS. en nombre de su soberano,' de que el referido almirante se bailaba con órdenes para no causar la menor i ofensa ■ ni inquietud, á la España. > i Bf aunque S. M. lo crea así, no lo persuadirá al mundo, que juzga solo por apariencia; Ímes aunque está bien, acreditada en lo in- ruetuoso de estos medios la constancia de S. M. G. á Vista de los armamentos , no le per mi te su delicado honor que deje.- de ¡ mi- rar la permanencia de esta escuadra-en.el Mediterráneo, como un obstáculo al logro del pacífico fin de las conferencias, impo- sibilitando la conclusión de los negocios que '-•deben tratarse en eUas/ m «No es menos notable el haber mandado prevenir tres navios' para' aumentar la es- cuadra que está en Jamáica ; porque aun- que se prctestó que esta providencia i mira-1TG ba solo á que fuesen bastantes navios á aque- lla isla para convoyar 6 ir seguros los del comercio que venían á Europa, no se hizo creíble ai' verosímil, á vista dtí que en 27 de marzo, según un papel de esta fecha del du- que de Neucasteh, aseguraba no se habían aún espedido las ordénes á la Carolina, es- tando cangeadas las ra lili raciones desde 4 de febrero. Y no obstante que S. M. tenia un justo motivo de suspender las conferencies solo para acreditar su amor á la paz y la buena fe con que cumplía lo capitulado, vi- no en que no se dilatasen; pero al mismo tiempo le fue preciso declarar que no de- bería cstrañar la Inglaterra se tratasen los puntos pendientes con la mas rígida justi- cia, sin que por parte de S. M. pudiese te- ner lugar la mas mínima condescendencia á la gracia, mientras la escuadra de Addoch se mantuviese en el Mediterráneo- Y últi- mamente, que hasta que esta escuadra se retirase, y se mandase ejecutar lo propio á las que por motivos de los disgustos pasados se hallasen en la América , era consiguiente se le ofreciesen á S. M. Católica poderosos estorbos para asegurarse enteramente en lo convenido; porque siendo las demostracio- nes de la Inglaterra distantes de la quietud pactada, no podría S. M. mantener Ja bue- 177 ua fé conque procedia, si no la esperimen- tába recíproca, viendo depone* las armas, que es la señal mas convincente'dé lá pdzv De este instrumento, que táítto probaba 1ét recta intención de S. M. G.y no pidieron copia los plenipotenciarios ingleses, habien- do sido tan notable descuido imposible en su advertencia , y muy propio de la instrucción con que se hallaban, y de la doblada fe con que se procedió. Y no obstante que asi se comprendió entonces, aun esperó S. M. á que taludase la corte británica de conducta, en fe de las seguridades dadas repetidas ve- ces á D Benjamín Keene por el marqués de Villarias, de que cotaio se retirase á Ingla- terra la escuadra de! almirante Addoch, in- mediatamente se dispondría la satisfacción de las 95,000 libras esterlinas; pero viendo en él enunciado Oficio de 4 de junio el em- peño en abrigar la injusta resistencia de la compañía á las 78,000 libras esterlinas, la escuadra de ytrfdoc/ren Gibraltar, las afec- tadas lentitudes de los plenipotenciarios-in- gleses en abrii* las conferencias, y después de abiertas un absoluto desenfreno é inva- sión al patente y "literal sentido de los trata- dos en sus pretensiones, nO se resolvió S. M. á satisfacer las 95,000 libras estipuladas en la convención, asi porque infrigida esta por 12178 el RtiY británico, no se consideraba obliga- do S.M., como- porque ftiera culpable é in- decorosa condescendencia dar armas á unos ya casi declarados enemigos , sin esperanza alguna, según las demostraciones suyas, tic que corrigiese con esto nuestra bondad su interminable ambición. Sentados estos hechos con las fuertes ila- ciones que facilitaron, aun no se valió S. M. de su apoya para justificar los ulteriores ac- tos, que han sido consecuencias de aquel enlace; pues es evidente que publicó las re- presalias por haberlo ' ejecutado antes la Inglaterra, y que se declaró la guerra por haberla declarado los ingleses mucho antes; considerando esta razón por potísima para no ser responsable delante de Dios ni dé- los hombres de los estragos,funestos que oca- siona el furor de las armas; reconociendo 3ue los motivos antecedentes á este estremo, ejaron.de serlo desde que por la conven- ción se acordó ajustarlos amigablemente, en cuya consecuencia se infiere que el pretesr- tarlos el Rey británico para el rompimiento, fue disfrazar con apariencias la caprichosa irregularidad de sus vasallos y precisión de condescender á ella; y que el no haber S. M. usado de tantos, tan poderosos y descubier- tos fundamentos de su última determinación, Si 179 siqo¡ hacer palentc la. verdad,, fue arreglar- se a la acertada conducta de nó engañar á Ta Europa con el ña de turbarla, que es lo contrario que solicitó la Inglaterra. Hasta aquí va descubierto todo cuanto se tramó por los ingleses* Desdo aquí seguiré espresando cuanto se hila en el Congreso; infiriendo como infiero, una cierta y segu- ra; consecuencia , que respecto de Jo pasado me obligó, precisamente á no,4ar P)ftos'¿ proposición alguna de plenipotenciario' in- glés , ni quise pasar adelante en< lo tocante a otros artículos, si primero y finte.¿odas cosas no se siguiese la res,(Kucion de Gibrájf tar, como objeto principalísimo para que girase perpetuamente la amistad y buena ar- monía entre las dos coronas, quedando ¿í cargo de S. M. C. la ventaja y remuneración de Ja nación inglesa , por cuanto mira al col mercio de la América é intereses de sus com- pañías, de que se seguirá un nunca mas acordarse de lo ejecutado anteriormente, j un olvido perpetuó de las tiranías pasadas. Mas persistiendo en no sentir los justos lamentos ya espresados, las razones conclúf- sivas y los apoyos justos que con tañía cla- ridad y, verdad salen ál público, desdo luen- go en nombre de mi Soberano, con la ple.- nipoteuciá que graciosamente me concedió,180 protesté, anulé y di por de ningún valbry efecto todo tüanto sobre esta materia ¿síü la concesión anterior, se operase , Oponién- dome judicial 6 cstrajudicialmentc contra cualquiera qúp sintiese ty> contrario, espe- rando en la Divina Omnipotenéia, qud és la que gobierna los ejércitos , qüc dará á los de mi soberano, mediante' la justicia' con que siempré ha obrado y obra, valor, esfuerzo'y ánimo para él logrtf *YÍctorioso: que sé pró- metc. ' \No se determinó sobre, este asunto cosa alguna; sí solo q.Úc el plenipotenciario in- glés y los deraáspidieron ticmjjó para par- ticiparlo'¿sus córtes; y no CsCusando mi fi- delidad cií la ocasión' presenté," noticiarlo 'tattibicii á mi soberano , merecí brévé la f es- :imésta, exhortándome á seguir mis intentos V resoluciones, que eran muy apreciábles'y cbnforihés á las dé S. Ml;C. "' '' *' Pasado'algún tiempo se tuVÓ oíra sesión, y esperando eh\'ellá,la',úUimk re'solücion de áiiá'pretensióncs, h'o bailé categóricas res- puestas á lo que tan 'justamente liabi'a pre- tendido. Y teniendo uriá noticia cierta ¿in- dubitable de qué conferenciaban secretamen- téí algunos pltíri|i)Otén¿iaf ios, sift' poderse penetrar'' ¿osa'! alguna, causandb'' 'grandes celos cií Hüestras corifércncía$,?viéndome 181 obligado en observación de la-i órdenes que tejúa.,,áesplicar en esía sesión mi pensa- miento, uo solo poniendo por, antemural todo cuanto con, mi sudor, trabajo y espe- rienua aquí ya escrito y referido, sino también quejí ndome de la mala conductaj poca fé y efugios de la eoj4# británica , pues entre | interrogaciones , pediciones y res- puestas; nfl.s£,daba up^edfoj conducente á mitigar lo que con.tantas justificaciones de- Í'o prosado, qo cesaba mi cuidado ep yigíj ar sobre los secretos que se trataban tnter cognatvs "e^^o^B:i para evitar la$ conse- cuencias y gravísimos daños que ©n copara de mi soberano y amadísima patria podrían resultar, como buen español y legal minis- tro , dando diariamente parte á S. M.,. y recibiendo idénticamente respuestas con amplia potestad para proseguir las justas pretcnsiones en cuanto á .la, entrega de Gij- nraltar y reglamento de la América, como basa fundamental para pasar á otros aco- modamientos. No creo causase novedad á, .los desapa- sionadospolíticos é.inteligentes este proce- der de D. Melchor de Macanaz , . porque aun cuando se hallaba relegado en Pau de Bearne, solo por dar complacencia á sus émulos , sin mas causa que el haber queri-ÍS2 . dó¡núitár aWsos, réstabU'íéf el jpatrimdnio rdary dar alivio á los póbré$ Vasallos,hó- tíciaba cuanios secretos descubriá! en éf gá^ binetc parísiehsc , parlicipáñ(lolos: ál mar- qués de Cariopó FloWd b, ministr"* de Espa- ña que ¿ la Sazón ora en acuella corto, para que Sin dilación bieldé sabedor á S. M. €/,;' c'óti'tóie no seria, maravilla qú¡¿ ahora que' se hallaba tan cefeanó étfuego, traíanlo y contrafátldo cón' TtoP máyóreS enemigos de la Cdroría española, los bh- sorvase , recatóse y celase sus segundas in- tcnemnes y poca éstábüidad en sus palábras, páVÜcipaüdóló á S. MV Corría viertto en popa á la 15.* sesión mi disimulado trató y manejo,1 tanto que nega- ron tos plenipotenciarios, y en especial el bri- tánico, a intimidarse de mis objecionesi prO- jmestas, rcsp'óns^ooes y argumentos; y es cier- to que á no hab{*r, cs(ado alguna malilla con- tratante eh el parlamentó ingles, hubiera con- seguido'en brevelo 'ifwá con tatito empeño solicitaba. Esto se deja ver por la respuesta dada por la Cámara baja á plenipotencia- rio sobré lo mismo qtiri tfó habla propuéS- cual rin¿opia me presentó para aquie- tarme, V es la siguiente: «Regulándoos según vuestro grande ta- ihíÜs o¿ concordareis con el plenipotencia- 1<8& rio espafiolsobre la restitución de Gibraltar, que tanto clama; asegurándoos antes en las ventajas de nuestro comercio en América, segUn lo que se trató el año de 35 con Don Bbnjfimin Keéne en Madrid, cotejando los daños de una y otra parte que se hayan se- guido injustamente, para que se restituyan. Londres 4 de mayó de 1747.» ¿Creería algún político discreto que hu- biese mutación en cosa tan seria?' Seria un loco, ó á tó'menos lo tendrían por tal, si lo discurriese*.'Pues sepa la Europa y el mun- do todo , que la hubo tan sin máscara ni reboro , que á la sesión 17.a instando á la convención para firmarla, se negó absolu- tamente con el colorido de que los demás plenipotenciarios eran obligados á partici- parlo á sus córtes; respuesta engañosa yfcin sólido fundamento, porque no siendo estos medíate ni inmediato interesados en la refe- rida convención, no era justo perder tiem- po ni fingir efugios que no servian sino de cismas, odios y parcialidades al Congrso. Protesto que mi soberano no necesitaba la propiedad por ahora, ni intereses de nin- gún dominio que otro principe gozaba, ni menos el establecimiento del infante D. Fe- lipe su hermano en Italia; sí solo aquello que era legítimo suyo, y se le tenia usurpa-'184 do á su real corona ; motivo de las discor- dias pasadas, por el que se había hecho Ja guerra, en la que proseguiría siempre, no logrando su: justa pretensión, para aquietar á sus vasallos, que todos á una voz sin este, logro la publicaban. Aquí fueron los alaridos y voces que Con- tra mis sólidos fundamentos, y protestos se fulminaron, ya en protestas y mas protes- j las, ya en amenazas y mas amenazas ves- tidas de mil sofisterías, creyendo por este maquiavelista modo poder vencer y atraer á su dictamen á D. Melchor Rafael de Ma- canaz; quien solo nació, solo fue criado, soh) en sus operaciones, solo al Congre- so, y solo á las furias de sus respuestas; que fueron tales, que reconocidas de ellos, vien- do la imposibilidad de la unión á su dicta- men , difirieron este tratado ó sesión, pro- rogándola mes y medio, término que fue suficiente para dar el aviso á S. M. C. y ob- tener sus ordenes. Mas ¡oh Dios inmenso! ¡qué horror! ¡qué admiración! ¡qué injusto proceder! ¡y qué desacierto! Guando esperaba órdenes bené- volas y masámplias.potestades en remunera- •> cion de mis intolerables fatigas y trabajos, hallé un pliego, que ordenó abandonase el Congreso; que quedase el secretario de em- 185 bajada en él, y que me retirase á la ciudad libre que de mi voluntad fuese., no. en ños. dominio» de España, dejándome para ali- mentos ocho mil ducados .anuales, (mu As No sé cómo no quedé sin juicio, ni dis- curro cómo en una edad tan avanzada ( pues Easaba ya de 80 años) no acabó mi mi sera- le vida. Solo la experiencia de lo que es mundo, sus accidentes, sus engaños , sus falacias y vanidades, bien, conocidas por mis prácticas, y especulativas esperiencias, pudo mantenérmela', quizá para dejar en claro mi justo obrar, y dar .ejemplo al uni¿- versq de lo que acaece y puede ■ acaecer á un ministro prudente, docto , esperimenla- do y fiel á su patria y,.soberano. .: ¡ „r?.u't Obedeciendo la orden, y sin comunicar- la á persona alguna, dando al secretario de embajada las instrucciones necesarias á su inteligencia y famosa conducta, partí á la vuella .de Cambrai, á donde poco des- pués de haber llegado me hallé con se- gunda órden , por la cual se mandaba que convenia al real servicio riie presentase en la ciudad de Pamplona , capital del reino de Navarra, á las órdenes y disposición de aquel Virrey; lo que ejecuté sin la mas leve dilación, caminando en medio, de mis años poco menos que a la ligera, y en bre- V1S6 ves días entré en dicha ciudad, visitó á S. E., me admitió con agrario , intimándo- me de palabra era'precisa mi residencia en aquella ciudad hasta nueva orden , y que participaría mi llegada á ta corte. " ""Dos meses pasaron en conreos y mas cor- reos, ski nbder penetrar sus contenidos, ni la causa de mi désgráora-; y aunque á mi esposa é hija había ya enviado á la corte de Madrid con un dignísimo y bien compuesto memorial para S. M., no merecieron el besar Ja mano real, ni menos la permisión: de entrar en Palacio-; mas en medio de es- te rigor supe por buen original lo había recibido S. M. de manos del ministro. Lo cierto fué que de él no se siguió otro efec- to , que el de ordenar que marchase á la Coruña (paga justa á quien suplica á cie- gas) y con tan corto término' Como el de í¿í horas para salir de Pamplona. ' - : iVo me detengo en espresar los disgus- tos, sinsabores, desprecios y malos trata- mientos que en aquella capital padecí. Bas- te decir que salí en cumplimiento de mi obediencia á un viaje tan largo, sin mas amparo que el del cielo; mas como en los mayores trabajos Dios asiste á quien de co-- razón le llama é invoca , antes de llegar 'A la ciudad de Vitoria se me presentó un 187 capitán con veinté caballos que venia'en fin busca ; y pasados lo* prec*sóíT cumplid mientas , ihc entregó un despacho irear¿ 'por eí'cualjsc me mandaba que con él referido espitan y escófta mé' presentase en la ciu- dad'de Scgovia al corregidor que allí gor- bernaba, corno lo ejecuté en compañía de dicho capitán, quien me ofreció cuanto fvté-1- se necesario y suBciénte al esccsívo gastó que llevaba: Corrimos parejas hasta la cfttdad, y lle- gando á 'eíla, y visitando aT corregidor, le dió'al capitán el recibo de mi entrega, cón el cual1 se volvió á la corté, y á mí con ci- vil trato se me dió la relegación en esta ciu- dad, con la asistencia necesaria, corres- pondiente á mi persona ; y en medio de la amistad contraída con dicho corregido'** á quién' diariamente visitaba1, no pude des- cubrir un ápice del conocimiento dé mi re- legación. Hice nuevo recurso á Sy M. de buena tinta, y no hallando el menor indi- cío de respuesta ,• siquiera para mi Consue- 'lo , me fué preciso entre mis soledades Ira- abajar y dar al público este pap?l, nhiendo las fatigas antecedentes á los sucesos , que dé ellas han redundado presentemente, por Ver si por esteconducto llegan á los realas ojos do S» Mi C» para morir con algún consuelo.188 Y por fia de lodo se redujo á esto el fin de I). Melchor de Macana/, después de tan- tos trabajos , cuidados, allicciones , trope- lías y vejaciones que padeció por, mante- ner el decoro y buen gobierno en la monar- quía española, sin mas., interés ,que un,céla patríense ; \iéndose lioy relegado en esta ciudad de Segó vía para que se «rea que pojr él habló el real profeta cuando dijo : lia-c est requies mea in saculum saculi. Tanto pudo la diabólica política; mas quedaré con el alborozo de no haber pretendido grande- za y desestimado .adelantam,ienjto§,yr¡bonqr¿? unidos agrandes intereses , v orificándose de esto que siempre fui y me consideré como un solo 1). Melchor de .Macana/ , sin seño- rías ni esceloncias , siendo los marquesados y rentas mis libros y continuos estudios con un total abaBtlonq.de todo aquello que pu- de fácilmente haber obtenido, cosa pública y manifiesta, solo por mantener la justicia. . Repliquen los contrarios y respondan si acaso Macana/, en el Congreso ha hecho otea cosa que observar, las órdenes de la corte y ejecutarlas, como fué la de 25 de enero,dada en el real sitio del Pardo el año de 1747 para que no tratase en dicho congreso sobre otros preliminares, si primero no se acorda- ba la entrega de Gibraltar* Muy bien se vio f i <Í8 enfilándose de esto que siempre, fui y rae consideré como un solo 1). Melchor de Macana/ , sin seño- rías ni escelencias, siendo los marquesados y rentas mis libros y continuos estudios con un total abandono de todo aquello que pu- de fácilmente haber obtenido, cosa pública y manifiesta, solo por mantener la justicia. Repliquen los contrarios y respondan si acaso Macana/ en el Congreso ha hecho otra cosa que observar las órdenes de la córte y ejecutarlas, como fué la de 25 de enero,dada en el real sitio del Pardo el año de 1747 para que no tratase en dicho congreso sobre otros preliminares, si primero no se acorda- ba la entrega de Gibratiar* Muy bien se. fió mi resolución ; sobré este asunto, pues fué causa de que conspirasen contra mi ^os mi- nistros estrangeiros, A' la" otra órdén faüe'fü- "ve de 8 de mar2ó del' mismo áñoV.nrma'tfá en el rcál' Rfetírt) . para que supuesta la res- titucion de Cibraltar, págase con maduro acuerdo/al reglamento • del,' comercio ,aute- HcSno/pregüritén á los píeniiottenciariós ítí- ttlbsps lo que hice, y ájtttl rescripto (fú& so- bre esta materia remití á'la cámara í>ajal'c'n Londres. "■ ' ¿Pues en qué ha fallado á Mácanaz? Juz- gúelo él'universo, ya que los gabinetes ük - turales hó aciertan ni encuentran modo de pdoerlo en claro, sirviendo áoló' de sembrar cizañas,, y operar por adulaciones , oscure- ciendo las, pürW Verdades : con que siesjdé- tó qüc muera Macana/, muera ; mas con horior f buetiá 'fama á la perpetuidad, púes ha sido hombre , es, y será , que ha estima- do mas el buen nombre que cuantos teso- ros y dignidades le prometía el mundo, en consecuencia de aquellas palabras melius est bonum nomen, quam divitiaí multa. Ya que Macanaz muera, para morir con- tento debe advertir al público,yáV. M. pre- venirle , por si acaso llegase este papel á sus Reales manos, que no duda que el presente y referido Congreso persista en no asentir á190 roposición alguna, sin la procedencia de ib rallar, pues va cuasi la tuve acordada y vencida según el reglamento del comercio de Indias, y según la planta que se formó el año 1670, solicitando para cumplimiento y razón fundamental á favor de la monarquía española, las reintegraciones de los Eslados de; Flandes é Italia a la corona de V, M,¿^ su real descendencia, según espresan lo^ testamentos y codícilos de los Emperadores austríacos y Reyes españoles de esta casa, faltando de ella, como Calta la, línea mascu- lina , pues asistiéndole como je asiste á Y, M. la razón y justicia , será tenido por. un gran- de y magnánimo reinante , sus vasallos que- darán contentísimos, y su corona será te- mida y venerada con el, auxilio del Omni- potente , de quien espero conceda á V. SI, su feliz deseo, y la sucesión que tanto cja-r ma y necesita la España, etc. -uni mhti ■ wj¿aa ::>,ud fa «mh '«>(» *«'» # ol»J>'i'n < > Ml'jtiUi'iq !ti-< dnibírr >':!■. vy.-trt ■■■ -mm'm j • '»!;• .ir V < • fí:**>'f !« 1ÍÍT! *.¡r, wd»Il <;)<:M 'Jfft !•>(• .; '•)»/" I !:' 0*#0fe i« ¡ij , oi í.'.í-» / »r- - ,.-;q .•■ rap idmb nú • up ^dr.->A '•'•:.> M íi-j ••.»•: Vr>i« OOTfboí) obmfoi f » ••i i* ' > ."" 'i oh ■• 't ■ .7 -oup i/ í..,;iw;>, W'lft'iotihfc■ *d:>frai • .' • =• lit+i'^OTjf;' Til obftbti •• .tíf ¡i JWjDjM CABT» Y DISEÑO i¡»? QftfplOt] asm ; hfibííi \\uú iui -;h > hnu\ k ' •■- ■'•'l'iirJC'íí £•} hir".! t>HI< ' '- 'i'; ">¿ PARA QUE U* PRIMER MINISTRO O SECRETARIO LO SEA CON PERFECCION. ■uní oii.'-' i: p *»4| <.;.i . [jgJ i n mv> "fu »>b <-.-' íí».k y ;'•<. : >o!ípiji., \ lo o^tWj in -ikI . •>.*..' ' -i!. ' ; !••(] IlíflO.'l riOTIOtf ÍH9 -!;«|hk ¿•;J»f.')? >'it> ?'Uf»| ,od !•» Cláifl . ui'j ♦►i .«> í»J«'Jtn*i«.¡a lii'iútí .<<., -"iiJ-otí 'jiiJtí/igcm D. MELCHOR RAFAEL DE MACANAZ. -u/'i iivi í •. ... >is ijjjjtl IjJíV ...» -ijjTitu/ LA REMITIÓ A DOS JL AN ÜREÚuRIO MUÑIAIS , SECRETA- RIO QLE FUE DEL SERMO. SE.ÑOR DON FELIPE, ' DUQUE DE P A RM A , INFANTE DE KSPA S A. '< • .ntibnojfj ojiúka;tO<] f.ff-í»m on ,:$)B0au4 . ol(| i ¿'d »;r.VT# i!(« 'iv j- fjijp fUJ^l ; t.:'.m m > 25migo y señor: por la de Y. S. de 6 del que sigue que acompañó á,Ja de oficio, se sirve encargarme me dedique algunos ratos á proporcionarle unos documentos fijos para el mas j usto modo de proceder un primer mi- nistro ó secretario (que es su propio nom- bre) de un gran príncipe, tanto en servicio de este como en el trato con los vasallos,Puedo decir con verdad que me causó mucha admiración cuando vi que V. S. ponia á mi cuidado la composición de los dichos documentos. §in duda creí que esto fué efecto^ tener V. S. conocimiento á fondo de mi inutilidad; mas porque no se presuma que esta es disculpa para no obedecer el mándáto de un amigo, miran- do á V. S. como í tal, no he querido dila- tar ni un correo el complacerle; y así va ese borrón como producto de mi obedien- cia, para el cual he tenido presentes algu- nos autores políticos, particularmente á Tá- cfto/á firi Ae q'tfc sus autoridades disimulen mis errores. Obras de esta naturaleza requieren mu- ~¿W tiempo, para t formar un crecido volu- men. P.ero el deseo de servir á V. S. pron- tamente , no me ha permitido estenderme mas; bien que si se observan los preceptos, .6 sean avisos que doy en poco papel, pp- 'drán producir milagros en una monarquía por dilatada que seav < i En la de oficio doy las noticias que he po- dido adquirir, y todas'-Son tan importantes como ciertas. Nuestras enemigos jamás de- jarán dé)' serlo,' por mas orne aparenten lo 'ftc-nttário} y* así es"hecesario ifltfchó cufdá- do con sus dfétftá , porque las contemplo 193 muy distantes de su cumplimiento. . Mande V.S. sin ninguno á este Sil ver- dadero amigo» que le estima y desea servir- le. =Macanaz. DISEÑO. ■di zr.yjh ■fttffaájB — ¡zóLfiñá ' iflbooi<»:>A £1 sugeto que mereciere el empleo de pri- mer ministro ó secretario, que es su pro- pio nombre, debe primeramente apetecer el lado del Rey para hacer bien á toaos, no para causar mal á ninguno. Su real gracia se debe venerar coa todo respeto; pero no usar de ella con ninguna ambición. La codicia en el que nace grande es una sombra que oscurece lo que todo el poder de la naturaleza quiso enmendar. Y solo el que estimare los bienes temporales como lo que son, sabrá no desdecir en nada de lo que es, pues estar siempre anhelando por mandar, es mas tarea que soberanía. Y al que se le va todo el tiempo en desear, ja* más le llegará la hora de poseer. El que corre tras la fortuna, cuando la alcanza, de cansado no la logra. Ande el ministro cuerdo á paso lento tras de ella. No corra, que lo uno se encamina á la vir- tud , y lo otro se dirige al precipicio. Hacer vanidad del empleo, es juzgarse 13194 indigno de él y do haberte merecido. ÍNjHé^ r«T- sobresalir "mas qué'-otroses iio qWércr tener aplauso, do ninguno J»p dar á la men- tirosa envidia luces de verdad en f a ca- lumnia, oían Acomodar á criados es acción digna de c u atqui er ministro; pero no i sea' de > suerte que muera la razón en esta comodidad, pues eso será querer tener un obligado por tres mm pfrbtfdoft.de' v r*q ,-.M b£ ofcel le Ejercitar con los inferiores el poder, es casi mostrar temor a los iguales; pues pn- ftaoevae tquiere castigar en los primeros lo que no se puede ejecutar en los segundos. &nüo*fcay queja de que no se- pueda satis- facer (orno caballero el que se puede ven- gar como ministro.' ' f« \ » 'nir?.!. el El-que fuere tiel ministro del Rey-, debe influirle emplee á los vasallos ' fieles ; pues no hay mayor desconsuelo para el bueno, que. \ «r exaltado al malo y sin premio los otaros «orné 61. • oqnn/íl h >>[. •! av se 011 • No se debe tener por mas glorioso el man- dar : lomas plausible es mandar bien: ¡ I . Dar óido á aduladores, y no escuchar á bien intencionados, es querer mueran las verdades, y que solo vivan las lisonjas. La monarquía es un-reloj , cuyo reloje- ro <ís el primer ministro. Su dar puntuales 195 las horas , se acredita lo grande del artífi- ce. En dar eu j usücia ios- cargos, se declara lo justo del valido. . .<:■,;.'■ ol u - ub De proveer mal un puesto so siguen dos injusticias. Darse al indigno, una: y quitar ~ sele al benemérito, otra. A los pretendientes, mayormente siendo forasteros, deben los ministros despachar- los luego y porque.'de este modo resultan fa- vorecidos los bien y.mal despachados. A aquellos, -porque es doblada merced; y á, estos , porque se les hace grande, en que ahorren muchos gastos. , odoJAOi i Mudar cada dia de sugetos culos empleos es poco útil al reino, y es irrisión de los es- trangeros; pues apearlos cuando llegan al camino del comprender , es mostrar que se quiere sepan solo la senda, del ignorar. -Los pápeles y cartas de favor que un mi- nistro c!a, aunque en lo escrito parece que ruega, «n. Insustancial,manda, Estas reco^ inoudaciones ,no ha de negarse, á darlas el poder cuando las pide de justicia el mérito; pero si este falla en el punto que se piepsa escribirlas , llega la razón á desaprobarlas. Al que asiste la justicia eu estos casos no s.© le hace-favor., Si acaso es temer que no se..la¡ guafedeui, poner en. los tribunales, su- balternos s\ige,tQs¡ Íntegros.y darán, á cada uno lo que le toque. i196 Las intercesiones de las damas se han de venerar como suyas; pero si lo que preten- dieren no lo adoptase la razón, lo debe re- probar el poder; pues si por complacer los ecos de su piedad, sale voceando una in- justicia, puede esto ser cumplir con lo ga- lán y caballero; pero se falta á lo cristiano y ministro. El que lo sea como debe no permita se beneficien los gobiernos y las togas, porque esto es vender los vasallos y la justicia. Si es en poco, es ultrage de la dignidad; y si en mucho, es dar facultad para hurtar al que lo compra. '* Enviar generales á los ejércitos es preci- so ; pero tengan estos empleos las canas es— perimentadas, no las cunas ilustres. Un ge- neral de poca edad no puede hacer grandes progresos. Llevar generales niños á la guer- ra es mas confusión que provecho. Un se- ñor con ayos es mejor para emperador en una clase de estudios que para general en una campaña. Privilegíese siempre en todo empleo y dignidad la virtud á la sangre. La justifica- ción acreditada vale mas que la nobleza que heredó el que no la desempeña en sus obras. Mejor obispo será un hombre humilde pero justo , que el pariente de un duque que cui- 197 de poco del cumplimiento de su obligación. Pagúese al soldado con prontitud, pero no se le mantenga ocioso. El uso de las armas en la paz lo tiene hábil en ellas cuando hay guerra. Las prevenciones para los ejércitos se han de hacer en la paz, porque si se aguarda á que el enemigo esté en campaña, se acude á la defensa y se falta á la preven- ción. Sin ésta pocas victorias se logran. Es lo mismo que las plazas perdidas, las cuales no necesitan socorros. El que sirvió con valor en la campaña ó en él bufete con exactitud, se hace acree- dor al beneficio antes que el que logró bla- sones en su nacimiento; que esto es fortu- na adquirida sin trabajo, y aquello es dicha grangeada con fatigas. Aquello lo hizo el acaso, y esto lo produce el mérito. Harto grande es en el estado quien al estado hace grande. Y no debe diferenciarse en esto la pluma de la espada, la gola de la toga; por- que á veces vence mas una órden con pru- dencia, que una batalla dada sin conside- ración. Numa hizo plausible á Roma con sus escritos; y César brillante con sus ejér- citos. Pero este murió á manos del alevoso Bruto en el senado, y aquél en brazos del universal dolor en su lecho. El comercio es la sangre del estado, así198 romo el lujo su ruina. Aquel es productor de la abundancia , y os+é-'brígen de la míse- ria. El buen ministro debe vigorizar ni pri- mero y ron Tundir al segundó: La exorbi- tancia en los gastos corrompe las costum- bres. La abundancia do libreas ricas pone á sus dueños pobres; y las mesas delicadas y costosas, «i causan gusto aldisfíutarlasvie*- gendrán angustias al satisfacerlas, lodo lo 3ue sea profusión, destiérrelo el ministro el reino. Haga que cada uno vista según su carácter. Distinga el vestido los súngelos, pues diferencia los sexos la naturaleza. Co- man todos para vivir; pero téngase por de- lincuente al que vive solo para comer^La opulencia de las mesas, si dió algún tiempo lustre á Boma, causó después su ruina. Con los delicados manjares se entorpecen Jos seu-r tidos. Lo que á un hombre basta para man- tenerse, sirve de un corto desayuno al glo-t ton para-ttiifiérab. .log I . r.bmm tA -A-, amulo Será gran crédito del ministro que baga, florecer en su pais las ciencias, las artes; jb las fábricas. Los frutos del pais que sean precisos para ellas, no. salgan de ningún modo 6 otros reinos. Tómese de estos lo que falte á cambio de lo que sobre. Pagúe- se á los operarios con prontitud y genero- sidad, y á los que mas se esmeren eu sus A. 199 respectivas labores, dense a brunos premios, que aunque valgan poco , se estima» min- cho ; y estos criarán tal «Ululación entre los mismos operarios, que se admirarán sus adelantamientos. .gjsnxoajf- ••..r-br,a »• En la secretaria de la inspección del mi- nistro cuide este que haya sugetos muy ins- truidos , discretos y callados; porque sin es- tas circunstancias serán poco recomenda- bles las providencias que dé, si alguno por interés ó indiscreción las descubre. Sean afables : oigan á todos con caridad; pero ar- rojen de sí con desprecio al que los quiera corromper con dádivas. Procure el ministró al pueblo todas aque- llas diversiones que sea capaz de disfrutar, sih riesgo de perecer en ellas. Quiero de- cir , que sea la diversión sin conocer la di- solución. El ministro sábio y virtuoso no necesita de otros documentos que los que le inspire su entendimiento y rectitud. El solo es ca- paz de hacer brillante un imperio. Dichosa la monarquía que le consiga así, porque cumplirá con su Rey, con su pátria y con- sigo mismo, y será útil á Dios y á los hom- bres , sirviendo á aquel, y haciendo que es- tos le sirvan. Ni el tiempo ni el deseo de complacer áY. S. prontamente, permiten que me dilate mas es éstos documentos. Los tengo por bastantes para adquirir eterna fama el mi- nistro que los practique, y hacer gloriosa su nación. =Macanaz. -Jen rol '<■■ \¡^-.ni ,.' •.», i,hr.¡-M¡-- «í u'A -aoi jifiíi »j ■■ nt*o w» Qt¿o 'i!,/m'(, o-ji^ú; • u'-a yupjroq ; «AbüHr - ¡vid ,^i.f>'uit -«fií!- I 'y,iM¡ ■ ''■:■.<• ,i,i'i'^,l>.«ur:h ?o<¿ .)ay¡!!¡; ít« .'¿fc mj> ¡Hihtf&tÚT<*iq áJtl ¡#-»|d, ne¡9¿. .«>7 í'-'.- ... !>: :.;•»•;,.;•;>;» «y.. ¿8 '«i» oí ■ .' •it-.i vii. ab 'i.j SM :utf> jfOrtOrrag -('•.> «¡r.H ' -01» *S»I»f¿J .¿e-fív flO V. . V; :., li. • >.."S,.'»:i lifív í(> >;!-!-V)f.uic. : ;í¡< «mió i/if» i¡> • ;>. n/fj ..•fr» • ' . »u«>r*ffl<»» 'cu-j-ii.' ••• -.. ) r. i :\'.-. \toéiau:>oh í»tiI v. i úttt | ua ; , /f.w| jj- u<<: fiitqaijp -tl'.oti 8«sl ¿ 7 -:')¡(1 i: Mis) .'Ví'»¿: V , Oiií^ifH t>$ré -i'-) :'/nf.ij.¡,i¡ , . !->ir>fc ;; ¡(ij'd /1!<: , »wl • íl ¿ Y T ffe ít»! ¿ tsoaJqftroo sil (9 ht iu¡mtit h 'CA- LOS: ..'-I .- :v--. . 1 aun ta o oto* ■ > 11«• ttf I» COPIA DE GARTA ■ ■ n .."•í.iüf isMf-i obin • 1 i Bjhfgf. «■ Ui • ohnaia em'/q ; l>n.?.'J' ::a a < ..'¡ -c* ■ bkln a- ti- «vio »lt »..'.'.'> fel í*l> . POR Mr. DE M. AL D. DE H. (1) I v 'Hfi ••.'[( fj 9íif ! 1'. ;.'t'<íu tt)J>h •f •)}> . «t 10» otaq l-'.ifií mbhattiQ BREDA 9 OE MAYO DE I 747. ¿»r •>!»}> »•» f>1«'íij."»»M«'*iir r.H««! »* . un •i'ip'tí u.f •»» ofkrani . •»•.•'•!••» Yoq .'¡Myiji ol «.tniimen *»hói«»7 xiji oiomniq i'< i/p üy señor mió : en el correo estraordina- rio que me despachó Y. E. de vueltas el dia 5 de este mes, me llegaron las cuatro car- tas que con la misma me ha escrito V. E. En una de ellas se sirve acusarme el recibo del correo Villegas, con los renglones que oíhyivc i". •yrúiÚT.i-; : !•'" »o¡ iuieie Bh» «n aqu.ll.g letra* iniciile» Mr. d« Macana» j el duque de Huesear, , , 1«L.IT -. H—202 escribí á V. E. y al señor D. J. (2) de 2 de esíe mes, y que quedaba en enviar con el primer espreso el que era para S. E. de que doy á V. E. gracias, y también de que haya pásalo ájsuj minos las que hé escrito á V. E'.,y aplaudido la firme determinación que le manifesté de dar el paso, que de orden del Rey se me ha prevenido hacer con milord Sandwich: lo que nunca podría dudar V. E. en mi exactitud; pero siendo lo demás de la carta de otra gravedad, sa- tisfaré á sü contesto por patries, después de recopilarlas. Dícerae V. E. que no habiendo yo podido practicar aquel paso por la ausencia de Sandwich, y considerando lo mucho que importa, no halla inconveniente en que yo lo ejecute por escrito, siendo esto mejor que no el perjuicio que puede resultar de la dilación , y de divulgar lo hecho , sin que al mismo tiempo so vea que nuestra corlo no ha tenido parte en ello, ni lo aprueba. . :Pá»a después V. E. á espresarme, que en caso de no resolverme á practicar uno ú oír* de estos medios, y que de ello se siga algún inconveniente ó perjuicio al servicio /903 del Roy, ó contra sus reales intenciones, se verá; precisado á protestar lo hecho has- ta aquí por mí, y á manifestar al público que no me -he arreglado á mis instruccio- nes, ó que las he escedido ;• y ¡ concluye.\>. E. que no deberé es t ra ñar su resolución y formalidad en este punto y acordándome las obligaciones de su oficio y los repetidos en- cargos y órdenes que tiene de la corle para procurar la buena dirección do estos asun- tos v el cumplimiento de las reales órde- nes , en que nada le queda á V:. E. que ad- vertir y precaver, pues uno y otro lp. lle- va V/E. hasta el ultimo estremo , siendo todo muy propio de su celo y penetración. Al primer punto habré satisfecbo;á IVitE. conesprésarle que - nada he hecho , pues ni una letra hay firmada; y «ncuantofá MWRr plir con la órdéo del Sr> 1). J. de 19 del pasado >i respondí á S.-E^. y'dije á Y.-E-í en 2 de esto mes, qüé qüedaba 6n ejecutarlo; y que. «on la novedad sucedida en' estas provincias temamos, tiempo para todo; pero no alcanzo on que pueda fundarse V. E. para que tina negociación particular sin efecto, y que al contrario para mí mismo, y cumpliendo con la obligación de mi ofi- cio , la tengo rota por .haber respondido en- mi última sesión cort Sandwich ¡quj no en-m trando en ella según mi plan , nada podía- mos hacer üi concluir, necesite ahora ser desvanecida por escrito y en público ; cuan- do ella lo está por (os términos regulares con que se manejan semejantes asuntos, y qué si se sacasen de ellos serian por sf mis- mos , no solo opuestos á la confianza en el trato de las gentes > sino muy perjudiciales, indecorosos é indecentes á la Magestad; pues si se hiciese lo que Y. E. por sí pro- pio y sin orden de la corte propone, diría con razón el mundo que no podia ser mas completa ni mas calificada la subordina- ción del Rey á otros dictámenes, y no deja- rían nuestros enemigos de publicarlo asi, ' e es lo que no haré por no a tropel lar to- el honor del Rey, y estoy firmemente persuadido del horror é indignación con que S. M. lo miraría, si tal hiciese. ' Repito á V. E. que estoj en cumplir con la orden del Rey, reducida toda á nejar á ttn lado y en el olvido la negociación parti- cular con él ministro inglés, ya que S. M. me manda que la siga, como me la tiene encargada para el ajuste general, con total uniformidad con la Francia. En toda ella no hay palabra ni cosa que indique deba hacerlo por escrito, sino que busque á Sandwich luego, y se lo diga; lo que nos m enseña. que si S. M. hubiese tenido por conveniente lo hiciese por escrito como Y. E. quiere, lo hubiera mandado asi, ó el S. G.. se lo hubiera representado para que me lo mandase; pero no hay nada de esto, y el modo en que se previene lo eje- cute , es natural y decente, y así lo practi- care. Y si esto no aquietare á V. E., podrá hacer lo que gustare en la protesta que le. han sugerido, tomando sobre sí todas las resultas de un peso > que siendo totalmente opuesto al decoro del soberano, solo pue- de llevar el fin de agradar á otros y radi- car con todos el concepto de que no tene- mos voluntad propia en nuestras acciones, y haciendo á Y. E. responsable de ello, dejo con esto satisfecho el segundo punto con que me amenaza. Sobre el tercero y último le significaré con reverente claridad é igual libertad, que con. alguna mas obligación y con otras esperíen- cias debo saber yo las que son de mi oficio para no faltar á ellas. Y en cuanto al celo, y verdadero amor en mirar por los intere- ses de S. M. y de su corona, no creo yo que me lo haya de querer V. E. disputar, ni tampoco que me considere tan ignorante de las facultades que me da la ley y el derecho > para confundir las distancias entre el obede-206 cer y representar,»y e»'el-'ponto quo trata- mos ba «fisto V.'E. mi ciega resignación, lo quo haré {como fie lo reitero) en términos decentes, y sin el estrépito que causaría en EuropaV si lo ejecutase como V.E.'quiere, no habiendo cosa qne nos obligue á salir de nuéstro paso, ni dar que decir en el mundo. • Y ^oI*íenao' á los términos que y en la otra me respon- aíS* El- Con más acertadas renesiones so- bré vávibs puntos, y;en cuanto á la no «d-* » 4 . misión, me da regias qée corroboran mi primer* páso , instruyéndome-'de lo qué* de- debería hacer en casó de permanecer en ella; Eero tratando de las ideas de lOs franceses;* *6e rí( e'ñ qüe , me responde el señor D. J. se pasaron veíh- r}e J-tres días , y treinta y seis hasta óyeme ..íjjígP ta respuesta, en cuyo intermedio pu- dieron ir y^yenir dos espresos cbñ descanso, -í i* ^ Wq^n%ri2íe aanado';insíru^ó' 'de Sp, latí i ¿i38 búbie'rá sfrfo, pudo s,cr muy bjen,¡ndbü^iefa ¡yo fe- mado á haqer .'POn inglesé? minuü''tfe^Mli- , minare*; Y todo esíq con Id aáiBas.qué'lha/tóente se! $W¿oce que estás dilaciones han ; wrTidó jiira las idéá's'' ¿Je, lófe ministros' de t esia co'jlé',en,gánár tiémpo'con V. E. á fin de'nacer sus ' negocios1püé's la, declaración hecha á holandeses, que es la que todo lo Tyi mudado, la acompañó, el abad dé Fá }rille ion carta dé 13 del pasado, y TV E. me tie- ne avisado que en 22 . del mimo despachó correo á la corté cón los nuevos reparos ¿úe buscaban para dilatar mi admisión y la •dé Jos'piros' mini stros, porqué, sin duda cre- jféi-oii qué, en, eáé intermedio podrían Tédu- cír^ sus núes, la réplica dé V. E. eri'reíáttl- '.ta/ de' aquella deéfar ación, nó para mirar írór nuestros intereses, sihó para asegurar los suyos como lo han hecho jryos como 10 nan necno siempre., y ry.;ji. lo h^ tenido mas de una vez, coiüo me lo tiene confesado en varios tiempos y se lo ha acreditado la misma esperiencia; pero en esta ocasión les ha salido muy al contrario; y en tanto digo á V. E. esto, en cnanto reconozca que habiendo mediado veinte y cuatro días desde .17 dé marzo has- ta 2 del corriente, en que me llegó la ór- dep .para romper' la negociación particular con el ministro inglés , sólo púde dirigir mis pasos en la.forma que lo he hecho, para evi- no haber de pasar por como de lo cohtra- . tai1 él fatal.golpe de no ningún ajuste forzado', < rio hubiera sucedida indefectiblemente. Pefp la impensada novedad del suero .S/a/üU(/er nos' ha sacado de estos, rifisgos, y . y. ¡PP»; uú ffflfto, natural .deja desvanecida la negociación par tic ul ar coj» fiattdyvicK H, «n los obstáculos que ella tenia en sí, y que nunca hubiera tomado sobre mí sin orde- nes muy posith as de S. M.: con que puede V. E. quedar sosegado en este punto , y en el de que cumpliré con. lo que últimamente me mande S.-.M., pues nos sobra tiempo ¿y juo. hay motivo para hacer lo que; yr ¿ba tenido por conveniente, y yo contemplo muy al contrario, y V. E. y yo cámijwr/emos mas seguros en guardar las determinaciones del Rey , y no dar pasos que por agradar á unos nos espongan á desacreditar nos con todos. Dios guarde á T. É., etc. ••«!» • '¡'Iai'j-n.'ü •;:, •') v .;.» ...vit' r,i .'A .'í POSDATA A CONTINUACION DE ESTA CARTA. ! :. ; - -f'f.Ü . :• t ¿. .-,(J Sr. Evcmo. : por Dios y por el honor del Bey y el de V. E. le suplico queme esta carta, la suya y las que van al Exremo. C., porque no vea alguno la torpeza de haberse Y. E. dejado engañar mil veces desde que puso los.pies ahí, con total desprecio de las órdenes, del honor y de los intereses .del amo, de su monarquía y de nuestra misma tnación, y que al cabo les dé á iodos el fa- tal'testimonio de ignorar, que *ii pfóyec- '■■ itífir "rii1 planos ; luí preliminares , ni otros ihttVítoSetfló* tales' Ifenttn 'fttéraftt alguna, ,;táun estáhdó co^Juiflos cfcntbdft fttfrtnatfdfcd '"V femados, mientraís le* 'sóbtefáinós tos'fos -'?*ttífiéan.ÍU1 'J1J fiiaidad -,.•,«; ' Que'desde que vieron-ató <{ae V. ;E. 'se dejó éhgafíar de Campo florido, y que cOn ' éso lograron burlarse de los amos y de la ' España, que tanta sangre y-dinero le cóstó, ' !,á -su, vuelta ¡le dieron á Andaré V qfte.id puso ' ;'én 'paraje' de que lo afretrtaéén en Fbntáitie- '"Medü, y qxie'Sé viese precisado á -éttidárlo • 'Hr á 'dejarlos á éflós thoufatttes y süéfcrác- ter déspréciado , y en $ él "del atoó y el-de la nación, y ttíéo 'éffo pór nti 'haber querido tomar consejo, cómo le baMait prevenid© á V. E. los Sres. C. y de la Ensenada, que «©nóciéróh eso mejor qtíe V. E. 1 • Que estos mismos sátrapas fiados en la ' facilidad'de V. E. desde que vieron que á ' ^otíó tíatnp& qué llegué ál Hay* descubrí iftíé MeHos de' acutírdo con' holandeses hos lia»?*11 'tendido; V q«fer tetaran ya la puerta ■1 carrada á ingleses y áóstrfeeos per ilisl/oa, y qufe estiban ceriesto esperanzados en ga- 1 'na'r ítf inglés'cbmo 'Jó éitAavy qttfe'!yfc lo "dWUije Atfietío firtótwé > «lláy2Ü qtíéáéSf'úéxitra\es, cuando k nosotros ntí*era maá ventajoso que i todos una tál ligapel- lo qué sp vé han' hecho esos su poder for- midable á costa nuestra, y qtié' nada poseen 3ué no nos lo hayan usurpado-El inglés víen- o ttri intención, y que Wúíheil veniaácon- 1 el ni r, mo avisó que por' evadirse de firmar un ajuste tal , y que la España no füese de nífeTó sacrificada , y coñ'todas las pbten- cfte'contra ella,y la Francia á la' cabeza, al emfafr eHos en'fa junta preséntase yo mipo-» deiry dteéláradó6Tqy¿ bice%eon^dqtaé ióiti- se detuvo; y mientras'el Si C. nó'haUó'qtie 1 notár sino la'celeridad con qúe te hice (p^Tr-u ; que ignora el motiv^)', ¿"Vj'E: lef hicieron cj-éér que yo había roto tas conferencias, y lo' púsier'ów eWli'ceguedad de oponerse ¿ la déclarfcdóri qüe el amo había hecho , y V. • É. mismo ■notificado eri VOZ al escelerilísimo, y po^'ésérito firmado de su manó á Argeñson, y~dé edte torpe paso le hicieron dar en el prééitnció de aprobar y mandarme á mi la irifáme retractación de que solo Duthtil ha- blaría' en las CónfercnCias por la España, confirmando con esfo que V. E. sé burlaba de la* órdenes del amo por complacer á esos, y~qtle acreditaba en la Europa , que. ol amo jrlá'Espana habían vuelto a caer en la tu- tela , lo que los ha confirmado en ello por 2Af cuanto ah^ s^ ha hecho ,.j ver que^ evadir la nueva declaración del amó./,a* le(haij; obligado á detenerla con <»1 protestó dé reglar ;effom¿: esto és, que si yo( eiftjft-v se, sea solo i ser testigo de, la venta, que, D¡utheil tiene órden de .hacer. (( ( ; , Y sí durante, esté tiempo .qué l»an té^^oj, y tienen á Y. E. por asesmo de si inisráoj(, del amo y de la España,, nq ¡Hubiese yííjto <#»e el inglés aburrido ha estado, mu veces a fir- mar por no esperar á que ej gobíernó de esta repúd>ljc^ ¿ aje. pusiese e.i^, mÍo.ós jje ía, Francia uniendo, sus fuerzas á ella"np^lV hubiera detenido con las condescendéncias de planos, réplica^, preliminares, ét¿.; esfP(i es, con fantásticas ideas que son' ms. aue'¡ solo han servido á detenerlo sin óblijgarñps ' á nada....y ai,como yo les cor^,|Jbs fpasos, hasta que ¿píos ha acabado dé coryfseiós, ! no se les hubiese detenido , y ya en fin rotó del todo cuantos artificios han moyidepr.re^j sortes han juzgado pará salir cpn la suya;x habríamos quedado sacrificados oél Mo sin\t) fuerzas algunas, porque las qué quedaban les ha ayudado V. E. á que' las acaben' dé sa- cf^car para defenderles en la^etóájf; defender á Géno va sin reparar qtje JaM-es iiádá% sefcór ésc«teiHíiHi^,:;, fWxrmta WvmiWMtffi anrtf Ta por-"' > i. i 'i sfij l$atí¿ estos fráMn sfl^a? WT¿ té- iá^a ,,cómb V'és^efb átí su'JKo'ndáíi inmetí- sá xaefóá milagros 4dC ¡iató'máWetiéi,¿itíá;i le fie Yi&t'o obrar'; Csbe^h^é^é1 'et( túék&' hájftasaáo, desde dí aflo: ae ^03 a¿á. T W'túelyp'á süpíícar á V. E. por íá" pásion tíel Señor, qué queme todo esto, sal- gá .de $T sáéu'díéndtise el jjolftf lié' fys ¿a-; Satos, y; acuda áj^'dír perdón ál amo y ayuV; ar á'jSs 'doá aiqí^üú'm á\\& á salir "del bá?-h 'Aneo^ñ q^é y. É. los bá puesto, y con ew;4|KVy6. de"áM Itátábienfy ntf pofo Be-;' váré pá las otras, poléilááá; sinti que dés^-' de mi estíuíin.' U ñarZJ'A V rl? AM* dé fti Inglaterra, ái pettia*' dé!'o»fl# iiJod«P que olía ,' d6ii*oTbW cbríérfídé''Vietfá1 yTftri*" lo han hecho has (a aquí y lo harán aWn mas ' adfeílámté, ' ""'-* 'J0.J,, " ¡i") -> consideró ctíán*0!éé esíos' négoci.rdos se hn- bhl(,:éí^í¿t*do,gh1íb, r^rfitóÉrt/rfe»^ habiendo'!, vistó^b^tó erfc'^btftr'a süf bóaé^iy «l! interés»'1 de^móñárql^s'I* ddáfeprótó',' ^no7 qa&ul so que en ello se hiciese cosa alguna sin mi ' iñíétf vederon* M MWiWMM i iWWA^ufrt Ti'Ev ' nj^mo'ío'püá) éh'iHkíñá dé*' ExénaiiK' y 'de^ stí'náítfstró; y tftíé'este pidió V'V. : E: 'tafe* ? mo le dió por escrito y firmaba dé Stt biabo'' esta misma •déclaráeidbíJ.''méMprteseti{6¿ y j despedido, míe tiue efr ésta mtétí^ehda; ¡ Si Y- E. hubiera hiidó y éiíYÍaido al amo todas las.que escribí al S.'O/ desde 4 de tf黿'l bréró, y tféíúrfése lá consideración é* ¡qué*' sé fia Vlstb' vérifieadq cuánto' dé &iiten*anO¿' préYiife, sin haber errado' atiW 'ép qtté si ééV ahí atacaban ac£á los ingleses;¿ le darían al de'Orátíjje p&rStathúmer', 'V'^fe A ne^ha-' bér1 mirado £br Já ubion y el desempeño dé1 la Francia con mas empeño qnd él ntaeWtf; propio, babria salido desdé hiego con cttaW-'' to se podía desear en las circunstancias pre- sentes, que jrarft nada1 leniK írti'a opoíiciotf;21* {r que la que de¡esa parte venia,, y que por mas que hice , no pude vencer al que de ahí vino, ni dejar de prevenir el golpe, y que aun esta prevención la' hice con tanta mo- deración , como la de decirles que si no. me admitían, me lispngeaba que ori procede- rían en sus juntas á nada que pudiese per- , judicar dirccla ni indirectamente á los inte- reses de laKspaña ; creo que no habría dado lugar Y{r^|ra¡el,bonor 4e.S., jl^f eja bien de su monarquía y contra el honor de V. E. mismo, se me hubiese puesto en la ne- cesidad de dejar 1 e de obedecer en presentar a retractación; que dictó él mismo, que con; afectado . disimulo habia dado las órdenes para que este ministro tuviese por.regla de su conducta cuanto su antecesor había obra- ■ do , lo que es diametralmcntc opuesto á iío que el amo .babia resufltyp, y Excmo. apro- bado; y así á las dos magestados , á V. %\ _ y á mí nos dejaba burlados, siendo aun peo--, res las consecuencias, que dió lugar á que se publicasen y á que todos.las creyesen rea-; lidádes, peor que todo, ¿ que se hayan con- firmado eo su creencia desde, que han vÍbt \ to que aun desaprobando el anio cuanto á SMS V. E. le han hecho hacer, y habiéndose re- suelto á mantener el empeño dé que no se > trate de sus intereses, lo han vuelto á dete- ner, y obligádole á Y. E. á enviar otro cor-ri reo , para que se reglen las cosas como ellos quieren-, y q«B;por eso ni áuoel aviso delar- ribo de los correos, ni elrécibó dé las cam- tas eme por los ordinarios be enviado: lá V. E. , para comunicar á nuestra corte , me lo ha dado, ni las /ha enviado, porque el Si C. no se ha hecho cargo de ellas; pero;, no por eso las he perdido. Y.no le advier— j. ton esos sus confidentes ni Y. E. me ha querido creer, en tanto como le he dicho, qné cuanto han hecho ha sido porque les embarazaba la conclusión de la venta, y han tirado sus líneas para buscar nuevos medios de tenorios sájelos y subordinados como hasta- aquí , que si hubiesen podido conseguir que estos .republicanos ganasen al inglés, la hubiéramos pagado, y que si atacaron la Holanda, fue por ser si con es- to vencían al inglés 4 ó ellos lograban, ocu- | parla, con que también nos habrían dado el golpe fatal de que solo Dios ha podido li-ii bramos con la rebelión de todos los pue- blos de esta república contra los do su mal , gobierno en favor del do Orange y del do Inglaterra, | • iif. M . .¡,-,h ¡o <>,■ -Y< aunque creí que la enfermedad que V. E. padeció fuese por haber conocido las indianas piezas que le han jugado, eo^i mo en Crasos menores le ha sucedido y Jo he visto, viendo ya todo loeonlrario, y que no ' con ton lo dé - haber i hecha . pa t e n te al mundo; i que se -burla V. E. de las órdenes del ámn, y le-hoce pasar por lo que no es, quiero l aun persuadir al mundo que niS. M. ni la España han salido de la tutela ni pueden h»cer¡ mas, ni que mejor lds esté, que el'' dejarse del lodo en manos de' los que han acabado con la España , y que han tenido con i un* tiranta tal al difunto rey, como o( ros ta- lesenemigos tuvieron á Carlos VI doFrancia los 21 años de su fatal reinado, y que Y. E. 3ue se mostró como padre de la España , y efensor de ella y del Rey, ha venido á ser" su mas falal enemigo, y que aun nos quiere i persuadir que ha puesto de su partido á los > señores de G. y la Ensenada , y que nada lie- . gará á los oidos de S. M. sino lo que V. Bir- les permita decir, y que para comprobarlo' ¡ mas, ha querido 'V. E. que yo ios' declare k<\ ingleses y sus aliados que el amo sin la Francia nó cuenta para nada, y como han hecho que q«e Tá&üérniga salga a fre nt ado,. me obligarán á mí á otro tanto, sino hago lo que ordena; le diré con libertad cristiana, -221 que yo no soy capaz de irritar contra el amo y contra Espaüa tres potelicias , y hoy Ía cuatro de kurea féihüscaa, la gracia de . M. y el bien de la España; y que caanlo mal i nos. han 'hecho, ha sido purq ue el l .go- bierno de Francia lo ha querido y dispuesto s asi, par acabar con la España y con la ca- sa de Austria , para quedar ellos arbitros de la Europa, y que si á costa de la España han vuelto* á elevar la casa de Austria, y han - hecho poderoso al | de Saboya, ha sido por oponerse á la ambición desmesurada del mi- nistro de Francia. Y quien ha sido capaz de >. Miguel, y yo en mi carta , y veremos la - -respuesta que trae, y sin que le haya dicho que aliada lo de la protesta que V. E. que- daba en hacer , porque no se burlasen él y todos de una tal protesta, al ver .que ni tra- tados , ni planes, ni preliminares, ni otro algún proyecto ha llegado á convenirse y firmarse; y que aunque todos le hubiesen convenido escrito y firmado, sin estar rati- ficados por las cortes respectivas, quedaban asi anulados sin tal protesta ni intimación. Todo esto lo digo, porque V. E. se mo- dere y aprenda, que con esa mira lo dispu- sieron los dos Excmos., y. le ayudé yo á ir ahí, y con la misma le encargaron á Y. E. se informarse de mí, y me mandaron que I oh Riese, y sabe Y. E. que de que ba con- sultado álgo, le he hablado con la misma li- bertad cristiana que le di fyo todo esto ; que es(' jó mismo que he practicado con Tos Jmos desde antes que Y. E. víriieíte al mun- o ,'y ppr.ío que la santa difunta Reina (que esté en gloria) madreé dé nuestro fcatebeo Monarca, me decia con su natural bondad y: gracia i al verme entrar en su cuarto en tiempo que estaha con nuestro difunto y perseguido Monarca, ya vienes á reñirnos, etc.; y si me amaron con el estremo que to- do el mundo sabe, fue por la libertad cris- tiana con que en aquellos calamitosos tiem- pos el cardenal y Ronquillo , por su bondad y cortos alcances, dando crédito á los sátra- pas que les rodeaban, les hicieron hacer hartos desatinos, que yo les esplicaba. Y así repito de nuevo á V. E.', que queme todo esto, vuelva sobre sí, deje todos los sátra- pas aduladores que le rodean y son nuestros enemigos mortales, y crea á quien cargado de años y esperiencias, tanto ha visto y es- crito para dar á conocer á los autores de nuestros males cuanto ha estudiado y traba- jado , y que cuanto dice es porque ama á V. E. y por el deseo que tiene de que las altas potentias que Dios le ha dado, las em- plee en gloria de Dios, del amo y de la patria, y no por otro inhumano ínteres: así Dios,, fiwrfereWfM, era jpp^, ,^rltys la,I(fy, y ,quc ".fWiííVWÍ!^ iPW^ido PPiHeptó, ¡.gí^ Un iMifkiiiWihM6^ o,: r-.¡í -ofoup om-nl/ i ¡-) i;m i notsüM *>fti r - -*¡T> bfijTjWil r>l ioq »ul , :xf<5fr <>ítnimi"l-> f»b - in'iil ?«.^oIiuii;[ii3 solí->ifpc%ífo '»u¡i no*) c:n;íj -BtJea «oí o oiñv.i i •-h.uTi. , ^vm ;■>]■: • >) / frír.ri ir.n>i>i/l ¿-ol , nrAr/ifioi wf (ÍWp «n fon / .«ffftúlq»* feVI n7'»wf» , ?roJ*ir;il obtíl ui'.iip -iiip , .'.i .y h éM*tt* '»!> 6fl¡b#i ()r,ji*.• . t 'ii;j ü n•> | , / . ■■>.->\v,)n>nt M><»\m >it"> -?/) ' 0)«Ú I lifl OÍÍIhl t M¡ »lí'»i"! • . / ,(\ÍU\ 'jj> ¡il) <í'>-n>lrJK W)( | Vi'><.:.'<,-> .*, MD filfilj ,>J»H> -luifilj / i>br.?I;iUeo i:;! «!..••«."> ÜrfAu «UYiigoua ¿: MIÉ '«lljjv <[ «»> .•,•»:>' «>lnsnt> '»!J>> / ,o!:tlf er.I Mil ao MtttJ ;>ifj> m«í>LI«i ' .1 .V "•'¡5.'' i «i ' v/Tyi.íii "xiffiPlpw0 'K"i *'M T - H PRONUNCIADA POR EL DOCTOR SOBRE LA * ** VICTORIA DE AYACÜGHO. RESUMEN SUCINTO DE LA VIDA DEL BUENOS AIRES: REIMPR£SO «H LA IMPREMÍ DE BALLET,