MENSÁGE DEL ■* o « IC EJECUTIVO A L\ U. 1U1ILE1 (ifflBU, nkmiüiio riíiiiuuo m»w: »mi s.« Kkji«lhti ha. fWontctJíttfo : Imprenta del Naciónax.. 1844.I t I! M - Seíiorbs Senadores y Representantes: Vuestra actual reunión es un acontecimiento muy fausto: significa por si solo una victoria. Hace un año que en este mismo dia, que en esta mismu hora el ejército de Rosas asentaba sus reales en el Cerrito y hacia resonar sus cañónos para anunciarnos el decreto de nuestra esclavitud. Pocos dias después os reunisteis en este mismo recinto con la tranquilidad que en tiem- pos ordinarios, pero con el corazón henchido de aquel entusiasmo , con «jue hemos peleado tres veces en este siglo contra poderosos monarcas, le- gando con nuestra constancia ejemplos de heroísmo á la historia, y con la gloria «lo nuestros triunfos* confianza en el poder de la justicia y en la pro- tección que envia la Providencia al que defiende su derecho. Os reunisteis señores, no para escuchar la relación de los sucesos felices de un año de pax y de progreso, sino para oir la triste narración de un revés sangriento, y la no- ticia oficial de que los enemigos de la independencia -nacional se habían der- ramado como torrente por sobre el territorio de la Republica, arrasando sus campos cubiertos antes de que los pisasen, de espigas y de rebaños, y ocupan- do v arruinando sus ciudades y villas, que fueron centros de un comercio activo y prospero. No vacilasteis ú tan melancólico anuncio; el amor á la Patria ardió en vuestros pechos con vigor proporcionado al peligro en que ella se encontraba: la esperanza y el deber fueron los guias de vuestras resoluciones, y mirando confiadamente los dos campos en que se reunia en armas la nación para com- batir ú sus enemigos: — la ciudad con sus improvisadas defensas y con sus mi- llares de habitantes transformados en guerreros bajo la dirección de un gene- ral hábil, que otras veces habia peleado ya en nuestra defensa;—la campaña cruzada por un ejército valiente y audaz organizado por el genio del capitán • uva vida militar y política está intimamente ligada á todas las victorias que han dado libertad al pais, ú todos los actos civiles que han creado sus institu- ciones, consolidado su orden político, y hecho progersar su comercio y su in- dustria:— no os arredró ni el dolor de la reciente pérdida, ni la muchedumbre feroz de los invasores, ni la jactancia cruel del tirano que la lanzó á este suelo, ni el frió escepticismo de los indiferentes, ni la debilidad de unos pocos de en- tre nosotros, ni la traición aleve de los que estaban vendidosá Rosas de ante- mano, y que creyeron torpemente que habia sonado la hora en que pudiesen sin peligro arrojar la máscara, y mezclar sus armas á las de nuestros enemigos: nada os arredró, y creyendo con fé viva en los virtudes nacionales y en las seguridades que á su nombre os dió el Gobierno, que se presentó en vuestro seno, ú pintaros sin velo alguno la situación de las cosas.-—sancionasteis la re- sistencia del pais, su victoria ó su sepulcro glorioso, y vuestra actitud mages- tuosa y firme dió nuevo vigor al entusiasmo nacional, y desde entonces no ha- béis fallado un solo momento á vuestra augusta misión, y siempre os ha mirado el pais y el Gobierno sabios y asiduos para dirijir con vuestro consejo so- berano la defensa nacional. Congratulaos, HH. SS., en el cuadro verdaderamente sublime de las virtudes de la nación durante el año legislativo que hoy termina;—en el de4 su gloria nunca desmentida ; — y en el de sus victorias y de su poder , que alejan todo recelo y que ofrecen un porvenir espléndido de Independencia y de Libertad:-mirad todo lo que ha podido una nación , aunque pequeña robusta ; aunque joven, decidida y heroica. El cuadro que el Ejecutivo va á ofreceros no puede ser sino rapidísimo, ya por que muchas cosas están aun en camino de completarse, ya porque las di- ficultades de la comunicación con el interior del pais hacen que carezca de da- tos importantes, ya porque lo delicado y premioso de la situación permito solo que os haga indicaciones ligeras.de sucesos y de negocios sobre que mas tarde tendrá.el honor de someteros una cuenta detallada. La República se conservacn amistad y buena inteligencia con todas las naciones del globo, y nuestro» ministros y agentes en el exterior promueven ó fortifican importantes relaciones. El Gobierno ha nombrado un cónsul general en Paris, y ha elevado al puesto vacante de cónsul general en Rio Janeiro, al vice-consul de la República en esa capital. El digno procónsul de S. M. B. elevado á cónsul general interino, ha reci- bido del Gobierno la aceptación correspendiente. l*or consideraciones de deferencia á la misma Soberana, no se ha reusado la misma aceptación al individuo que S. M. ha nombrado vice-consul. El Gobierno de S. M. B. ha manifestado al de la República muy ar- dientes simpatías, y podéis estar convencidos de sus vivos tleseos por alejar ó terminar la guerra que se nos hace, y que es tan fatal á los intereses del co- mercio universal y muy especialmente al de la Gran Bretaña. No está remoto el día en que sepamos la linea de conducta que definitivamente resuelve adop- tar en asunto de tan alto interés. Ahora meses el ministerio Ingles anunció el envió de un Encargado do Negocios; no llegado aun, pero las ultimas noticias que el Gobierno tiene le ha- cen presumir, que muy pronto estará entre nosotros. Las relaciones con el Reino de Francia no han sufrido variación. Fué reconocido en el carácter de cónsul general de Francia el individuo á quien el Gobierno del Rey de los Franceses invistió con este carácter. El de la República al concederle su execuatur, miró como superior a toda considera- ción la de dar una prueba de su amistad y condescendencia á S. M. el Rey de los Franceses. Ha tenido lugar el cange de las ratificaciones del tratado celebrado con S. M. el Rey de Cerdeña. El Gobierno de S. M. Sarda separó el consulado de Montevideo de la de- pendencia del de Buenos Ayres, nombrando cónsul en esta República al vice- cónsul que desempeñaba el Consulado general. El deplorable estado de guerra civil en que se ha encontrado en los últi- mos meses del año próximo pasado, el reyno de España ha impedido sin du- da que su gobierno haya ratificado el tratado que celebró con el de la Re- pública. El Gobierno hace votos por que esa nación generosa con quien nos unen tantos vinculos se halle cuanto antes en situación de poner el sello á nuestra amistad y relaciones, que todo hace esperar no se interrumpirán jamas. Hay noticia de que el Gobierno provisional, que rigió la España an- - 5 - tes de que se declarase por las cortes la mayoría de S. M. Da. Isabel II. había nombrado una legación para esta República. Somos deudores al Imperio del Brasil de obligaciones muy subidas pol- la noble ansiedad que manifiesta por nuestra suerte. Al empezar el Ejecutivo su marcha se encontró embarazado muchas ve- ces por el individuo que desempeñaba el puesto de Encargado de Negocios del Brasil en esta capital. Fué una fortuna que un incidente privado é indivi- dual, decidiese á esc individuo á ausentarse voluntariamente. Este suceso que se quiso disfrazar y enconar, solo produjo ocasión pa- ra estrechar vinculos de amistad con el Imperio. El ministro por quien hi- zo reemplazar el gobierno del Imperio al señor Regis, llenó dignamente sus funciones é hizo mucho para cimentar sólidamente las relaciones de paz entre ambos paises. Motivos de enfermedad le forzaron á retirarse, y el honorable Secretario de la Legación Brasilera quedó encargado do los ne- gocios del Imperio en esta República. Una parte considerable de nuestras milicias, y otra no menos importan- te de los habitantes de nuestra campaña, se refugió á fines del aña último, á la provincia limítrofe tic Rio Grande del Sud, y recibió de sus autoridades y habitantes hospitalidad fraternal.— ¡ Ojalá que en tiempos mas felices po- damos volver á nuestros hermanos los brasileros tan señalados servicios y que ellos se penetren del celo y efusión do nuestra gratitud. El gobierno tiene esperanza de que el del Imperio del Brasil, robustece- rá cada dia con la contemplación de nuevos hechos, el convencimiento en que no puede menos que estar de que la independencia de la República Oriental, la conservación de su actual estado de cosas, es un antemural po- deroso á su seguridad, es una garantía para su orden. La República del Paraguay ha hecho escuchar su voz á las naciones civi- lizadas, anunciándoles el juramento solemne que ha hecho de existir en inde- pendencia. El ciclo la dé toda la firmeza, toda la sabiduría, todo el coraje indómito que necesitan los pueblos que hacen ese propósito arduo, pero sublime ! La independencia del Paraguay es importante para la paz y el comercio de este continente; y luego que so venzan las dificultades que ha creado la guerra para comunicarse con el gobierno de la Asumpcion, el de la República hará cuanto esté de su parte por probar á la nación paraguaya su interés porque exista, según su voluntad, independiente do todo poder os- tra n ge ro. La provincia de Corrientes, antigua y fiel aliada nuestra, y que ha com- batido hace cinco años con noble denuedo por su libertad y por la regenera- ción argentina, so aprovechó de la ausencia del ejéx'cito mas fuerte del Opre- sor de Buenos Ayres, que lucha por esclavizarnos, y levantándose gloriosa- mente al grito de Libertad que hizo resonaren su territorio el coronel Ma- ilariaga, seguido de un puñado tic valientes correntinos emigrados; después «le combates y victorias portentosas, limpió su propi» suelo de opresores y lanzo columnas libertadoras sobre la provincia do Entre—Bios, acéfala y en espantoso desorden, mientras que otras han pasado el Uruguay en nuestro auxilio. La fama nos hace llegar sus ecos de todas partes, anunciándonos que nada resiste al valor correntino, y que en los pechos correntinos es ina- pagable el amor de libertad y el odio á Rosas.Otras provincias ele la República Argentina, no tardarán en uniformar- se al pronunciamiento de la de Corrientes, y en pelear por la causa sagrada, porque lidiamos. En su Mensaje especial de 1. ° do Enero os instruyó el Gobierno de todos los antecedentes de las cuestiones suscitadas por el til-. Cónsul de Fran- cia D. Teodoro Pichón. Os dignasteis aprobar la conducta del Ejecutivo , v el se complace en anunciaros que vuestro fallo á encontrado eco en los paises americanos que nos rodean. La conducta del Sr. Cónsul Pichón ha sido poco circunspecta y siempre nos ha sido hostil. Pero la conducta pru- dente del Sr. Vice—Almirante Massieu de Clerval, Géfo de la estación naval de S. M. el Rey de los Franceses, en estos mares, puso término al conflicto que el Sr. Cónsul Pichón se esforzaba en sustentar. Se conservan buenas relaciones con ese respetable Ge fe, y se espera la llegada del sucesor que le está nombrado. El Gobierno de la República tiene confianza de que se entenderá con él no menos satisfatoriamente que con el Sr. Massieu de Cler- val;—y espera mucho para la reparación de los agravios que le ha inferido el Sr. Cónsul Pichón en la imparcialidad del Gobierno de S. M. el Rey de los Franceses, y en la opinión de la Francia que tiene muy presente nuestros compromisos y los sacrificios que por ella hicimos. La conducta del Cónsul de Portugal D. Leonardo de Souza Acevedo Leí- te, era criminal, incompatible con la seguridad de esta República, depresiva de los altos respetos debidos al Gobierno de S. M. la Reyna de Portugal. Pocos dias después de su espulsion, encontró el Gobierno á ese mismo Cónsul de Portugal complicado en un proceso de alta traición, y sé felicitó de que funcionario tan desacordadado estuviese ya fuera de su jurisdicción. El sigue figurando entre los enemigos implacables de la República: pero el Go- bierno lo espera todo de la justicia de el de Portugal, á quien ha enviado importantes documentos sobre el Cónsul Leite, que tendrá el honor de some- teros en copia. En una ciudad asediada la intención del gobierno no encuentra campo ni oportunidad, para ensayar todas las mejoras de que podrían ser susceptible la administración interior, la enseñanza, la higiene, los medios de comunica- ción;—la guerra y su acción y sus exigencias lo absorven todo, y la necesidad de que asi sea es imperiosa, porque es la salvación de todos; pero al gobierno ha hecho cuanto ha estado de su poder, para que las fuentes de prosperidad agotadas por el asedio, no se esterilizasen; para que en la carencia que ha subs- tituido á la abundancia de que antes gozaba esta población, presidiese el órden que la hace menos penosa. Cuando el gobierno se hizo cargo de la administración, la sociedad estaba dividida y agitada: por una parte conspiraban los parciales de .Rosas, anima- dos de una larga impunidad; por otra los ciudadanos que estaban amenazados en sus fortunas y vidas, se exaltaban demasiado ante la presencia de sus hipó- critas y menguados adversarios. El gobierno que aborrece tanto el despotismo como la licencia azuzada ocultamente por una autoridad débil, por cuyo im- pulso derrama con alevosía sangre humana, casi siempre inocente: licencia que en Buenos se conoce con el nombre aterrante y vergonzoso de mas-horca;-'— buscó todos los medios de salvación en la ley, en su interpretación justa en tiempos cstraordinarios, y sin salir de su espíritu, logró cambiar la febricitan- — 7 — te agitación, madre fecunda de desaciertos y cscesos, por la calma de la energía, y no consintió que nadie fuese interprete'de las necesidades de la nación sino el Gobierno que ella se ha dado, y que es capaz de responsa- bilidad por sus actos. La estadística criminal ha disminuido lejos de aumentar por el estad* > escepcional de la plaza. Los habitantes gozan de seguridad completa en sus fortunas y sus vidas. Las calles de esta ciudad han recibido una nomenclatura conforme á las tradiciones que honran á la República. Se ha establecido una numeración de puertas que era tic urgente nece- sidad. . . Se ha creado un Instituto Histórico y Geográfico, que rindirá servicios se- ñalados á la historia ú la estadística y á. la geografía del pais. El Gobierno os recomienda esa Institución, Honorables Señores — A estos resultados tan importantes para que la situación sea menos dura, para que el crédito del pais no pierda nada en el extranjero;—ha contribuido el celo infatigable del Departamento de Policía. Su digno gefe adquiere ca- lla dia nuevos títulos á la gratitud nacional. Los prelados eclesiásticos concurren eficazmente á suavizar las bonetes que abre la guerra. Ellos vierten consuelos que en vano seria buscar fuera de sus manos en los pobres, y en los que caen combatiendo por la patria, y en las familias que han perdido sus padres, sus esposos, sus mas caros deudos. En medio de la penuria pública, de la suya personal, esos dignos minis- tros de la Religión hacen porque el decoro de la Iglesia y el del culto en nada padezcan. Los Ejércitos Nacionales ya defendiendo la Capital, ya combatiendo en la Campaña, han llenado noblemente su deber y satisfecho las esperanzas de la Patria.— Ante sus esfuerzos el poder del enemigo de la República ha dejado de parecer grande, y la confianza que le inspiraron nuestros desastres ha sido reemplazada por el pavor y la conciencia de su ruina. El soldado en esta épo- ca azarosa ha sido digno de su misión, ha brillado con todo género de virtu- des: y es á su valor, constancia, sufrimiento y abnegación, que se debe la exis- tencia de la Patria, el nuevo brillo de su gloria, la seguridad de su triunfo. El Ejército de operaciones á las inmediatas órdenes del general Rivera ha maniobrado con habilidad y bi/arria, y haciendo esa guerra que es peculiar á nuestro suelo, ha inutilizado la superioridad numérica, con que desde luego le agoviaba el enemigo. Girando en torno de sus masas, sin concederle nunca un combate desigual que aquel buscaba y torpemente esperaba , aprovechando el menor de sus descuidos para darle golpes mortales haciéndose sentir por todo el pais para mantenerle en la resistencia, y privar al enemigo de los recursos de guerra que le eran indispensables; el ejército de operaciones ha conseguido cansar al invasor, desmoralizarlo, reducirle á impotencia, diezmarlo, y ponerlo a poros pasos de su ruina.—En tan laboriosa campaña las armas nacionales se han ilustrado con importantes triunfos.-—S0IÍ3 ha visto vencedores á nuestros valientes al mando del ilustre general en gefe: la Orqueta del Rosario, San Juan y puntas del Yí, les han visto triunfar dirigidos por el impetuoso coronel Flores V el valiente Estivao.—En Tacuarembó han vencido á las órdenes del coronel Quintan*, y en los Laureles el de igual clase Bacz ha aumentado la estensa pa-gina cíe sus servicios con el terrible escarmiento que ha hecho sufrir a las ban- das enemigas que dominaban el Departamento señalando con la satisfacción con que palpitan los fuertes corazones, el se- pulcro de la tiranía de Rosas, podremos decir á la Europa y a la America:—n<*- soíros lo. abrimos. Montevideo, lGde Febrero de 1844. JOAQUIN SUAREZ. Santiago Vázquez. Melchor Pac/teco y Obes José de Bejar. • *7ó ¿/ ye*— UE . * COMISI C*IV to jpoc; RAFICAi • PARA LOS «.* *V llÉf.TS *f.fl -.S O ft MCH M» EK. svs responsabilidades y iioxohaiiios qte deben percibir, ex ■ASOIi I>E LO MAS MnMaM V C^IIPU^AIW HE LAS OPERACIONES GK\rK'\s EOtClTADAS SEO BU DICHO REfi LAMENTO E ÍNgT R D C O IO- NES ; V BU KECil.AME \T<> PAR.V EL METODO INIERKIR DE LA Ott- CINA DE LA ESPBESAD* COMISION TOPOGRAFICA V «ERMCIO PtOLI- t'O, Ql'E EL 1 NO E NI ERO PRIMER VOCAL DB DICHO INSTITUTO, ELEVA A LA CONSIDERACION DEL Sl'PERlOR CJOllIERNO. IMPRENTA ORIENTAL. 183«J. te i»