Del Poder Ejecwtvv€> & Í€t IÍm%orwble mjlsttmblect General en szi 5a. JLegis* Icitvuru. 1843. Sres. Senadores y Ilrprcscnlantrs : Augusta es y mas solemne que nunci vues- Ira reunión constitucional en los momentos actuales. Ocupado el suelo de la Patria por un enemigo feroz, que amenaza su indepen- dencia, (jue devasta sus campos, y procla- ma como único derecho de guerra la asola- ción y el exterminio ; convertida la Capital de la República en un vasto campo niiKtar, y contraídos los brazos y la inteligencia de todos á defender las libertades nacionales, las vidas y el honor do las familias, parece me en nada fuera permitido pensar sino en medidas de guerra y do defensa. V sinembargo, vosotros elegidos de la Na- ción, hacéis un paréntesis a ocupación tan s-inla, y roba el Ejecutivo momentos breves á sus premiosas atenciones de guerra, para pa i un alto tributo de respeto al precepto constitucional que manda reunimos anual- mente en este recinto. ¿Q»«c prueba. Sres., mas luciente de nuestro acatamiento á la Constitución del listado; de que ese Código que nos honra y nos proteje, no es en la Patria Oriental un embuste con quese para- lo la tiranta, letras sin vida y sin erectos, sino un dogma que asegura las libertades nacionales, una realidad que pone limites al poder, aun en medio «leí estruendo de las armas y de circunstancias estremas? Esperemos, Señores, que el ejemplo que da- mos instalando en estos momentos las Cáma- ras Legislativas, dará fortaleza y consuelo á los orientalesque aman el lustre desu Patria, será debidamente apreciado por los estraúos que nos observan, como un elocuente con- traste con la desbocada tiranía del enemigo que ataca la República , y robustecer alas simpatías de los quo desean nuestra prospe- ridad y la apoyan con su influencia y su poder. No necesita decir el Ejecutivo, porque de notoriedad se advierte, que ni el tiempo que cuenta la administración ac- tual, ni las circunstancias en que fué or- ganizada , ni el objeto casi esclusivo , con- que tomó la dirección de los negocios la han permitido contraerse al examen dete- nido y prolijo, que habria sido necesario para daros cuenta de lo ocurrido desvie otro receso, y del actual estado de »i recibir comunicaciones del plenipotenciario de su M. Británica en Buenos Aires, alione Mh dolé quo su Magostad prefiere el €:elebra rivalizar en disciplina y en arrojo con sus cantaradas veteranos—Reposad, Se- ñores, reposad ¿tranquilos—el Ejecutivo— os lo dice— en que con soldados como los que guarnecen la capital, no será vues - tro recinto augusto profanado por la planta del feroz extranjero , ni mancillado con la sangre de indefensos, Única que los verdu - gos saben derramar. Si de la Capital volvéis los ojos á la campa- ña, la hallareis. Señores, completamente asegurada por ese mismo campeón que coo- peroá que organizásemos la defensa de la pla- za,por el digno Presidente Rivera. Después do traer con destreza al invasor hasta este mis- ino Departamento, y cuando el iluso bus- caba aniquilarlo en muy desigual batalla, le burló completa mente con hábiles manio- bras, poniéndose á su espalda, colocándolo asi entre sus fuerzas y las do la plaza y domi- nando por entero todo el piis, á términos que ese invasor que juzgó no hallar obstá- culo alguno se encuentra hoy sin mas ter- ritorio á lu devoción que el que sus co- lumnas ocupan. Esa diestra operación ha puesto también en seguridad las numerosas familias que se han abrigado del egército do la República, hu- yendo de la ferocidad do los invasores, y las inmensas cantidades de caballos con que el egército cuenta, elemento primero de la clase de guerra que ha de hacer. Con sastifaceion y confianza os anuncia el Ejecutivo que á las órdenes inmediatas de S. E. el Sr. Presidente lionera! en Gefe del Ejer- cito Nacional, obran hoy seis mil soldados do caballería completamente organizados y disponibles. Sin incluir en su numerólas di\ i siones que alionden al cuidado de familias y caballadas; ollas fuerana considerables quo con distintos objetos existen en otros punto»del territorio, y que llegado el caso en qne S. E. juzgue oportuno reunirías, presentará un personal ¡de ocho rail ginetes mas que suficiente para asegurar el trrunfo, si la mano de la Prov idencia no quebranta las diestras de nuestros valientes. Tales son. Honorable Asamblea, los clemen- tosque la República encierra para aniquilar ese poder efímero, que asusta porque no se le mide decerca: ellos inspiran por sisólos con- fianza plena en la victoria; pero mucho mas desde que los venios dirijidos por e! guerrero afortunado, a quien hoy como en otras ve- ces ha confiado la patria su salud. Ese guerrero señores que después du haber reji- do con firmeza, con rectitud y coa decoro el Gobierno de la República, decenderá en cua- tro días de su elevado puesto, porque asi se lo manda la Constitución, de quien es él pri- mer defensor; ese guerrero que dará por se- gunda vez un ejemplo de moderación y de respeto a las leyes, que sus enemigos no imi- tan, porque solo aspiran á conservar un po- der usurpado; el General Rivera, Sres. al dejar de ser Presidente del Estado, conser- vará el grado de General en Gefedel Kjérci- to Nacional, porque lo desempeñará bien, porque ninguno posee como él la confianza del soldado, la esperanza del ciudadano, por que ninguno nos ofrece mas segura garantía «le la v icloria. Su cooperación, sus servicios, los del gefe de la» fuerzas delacapiial, y los elementos de defensa que el Ejecutivo acaba de manifesta- ros le dan Sres. completa seguridad del tri- unfo: esta fé que no aparenta, sino que pro- fesa en el corazón, se robustece también por la conciencia del que mira como primero de sus deberé», el de lidiar hasta vencer, porque no puede admitir la posibilidad siquiera do transijir ó ajustar una paz, mientras el ene- migo ocupe una sola pulgada del territorio Nacional: no. Honorable Asamblea; palabras de avenimiento y de paz no pueden convi- darse con la profanación del territorio, con la presencia del extrangero armado en el suelo donde no debe imperar mas voluntad qu>- nacional. Tal es el sentimiento, tal la reso- lución irrevocablemente adoptada por el Go- bierno, y no duda bailar los mismos votos en el seno de la Representación Nacional. Ha cumplido el Ejecutivo, del ntodoqu circunstancias le permiten sus deberes consti- tucionales en este acto solemne : de voaotrot espera , Señores , toda clase de const-jn , tfe cooperación, de ayuda : la carga es inmen- sa ; él promete no cansarse de llevarla mien- tras haya que luchar; pero necesita tener espeditos sus brazos , su pensamiento . su acción ; necenita de que la unidad , de qua nace hoy su fuerza , no se debilite: que se haga , si posible es, mas compacta; que s-- evite como perniciosa , como fuente de de- sunión y síntoma fatal toda innovación en et estado y marcha de las cosas. El camino en que estamos. Señores , nos conducirá a total y segura victoria ; procuremos no des- viarnos de él, y no tardará el dia en <¡ne ••: Ejecutivo venga, entre vivas y estrépito alegría , a anunciaros la salvación de ¡a 1' tria, el triunfo augusto de su Intlepc • leí cia. Montevideo, Febrero M de 18V:>. JOAQUIN SUAREZ. Santiago Vazr/itcz. Melchor Pacheco y Oéer. Francisco J. Muñoz. l,u* (jfcz tVf); ' CONCIUDADANOS. Como después del estrepitoso aparato, duración y naturaleza de la prisión que sufro, y que habrá dividido la opinión á mi respecto ; podría estimarse mi si- lencio como un convencimiento tácito de la razón de tal medida, cuando en rea- lidad no tiene su origen en cstravío alguno de mi conducta pública ni privada, sino f-> el error ó en la calumnia hechos valer ante la autoridad entonces revestida de fa ú-ltades extraordinarias : y como el patrimonio de mi único aprecio es con - gerva'r i i estimación de tantos ciudadanos honrados como los que me la dispensan, v no destín i/M-erla de los qtte ó no me conocen, ó me conocen superficialmente ; DO debo retardar un solo momento el presentar a vuestros ojos la representación que tengo dii ijid;» al Superior fíobieruo, de quien espero la justicia que en ella reclamo, y por la que clamare constantemente en defensa de mi honor por cuantos medios me facilitan nuestras instituciones; y cuya representación es del tenor li- teral siguiente : „ Ev(.V.i.i:ntisuio Sr.Ñmi—El ciudadano que subsci ¡be ante V. E. respetuosamen- te represento : i|iie lioy cumplen veintitrés días que se violó en mi persona la seguridad individual, conduciéndoseme desde uii cama al depósito de Policía, y trasladándoseme a las cincuenta y tres horas á bordo del Pontón Cacique, con todo el aparato de un crimi- nal, por primera vez escoltado con la fuerza armada á vista de un concurso numeroso de mis concmdadnnos á quienes sorprendía la humillación empleada contra un vecino cono- cido, pacifico, honrado, laborioso y bien quisto. I^a seguridad de una condjcla irrepren- sible, y á todas luces y en todos respectos intachable, me hizo arrostrar con fortaleza aquel no merecido ultraje, y me aconsejó aguardase con silencio la manifestación de la inocencia con que lo reeibia, por medio de uti juicio ante mis jueces naturales y con ai- rr^lo á las leyes que se supusiese había infl ingido ; pero Como hasta el dia nada se haya adelantad* en el asunto, v que ln penn que su me ha anticipado á la convicción del delito, continúa con tan notable perjuicio do mi libertad, honor é intereses ; cuando ni por mis opiniones política* siempre de uruerdo en respetar de buena fé la autoridad constituida, ni por delito positivo alguno haya merecido un castigo, porque no puedo persuadirme rjuc las causas sean los ridículos, inverosímiles y falsos motivos que se lian difundido ya su poniéndoseme miembro de una asociación clandestina y conspiradora, cuja falsedad me seria de toda facilidad demostrar . M por lo que elevo mis recursos á V. E. en la justa -olicitud de que se sir\a mandar se me ponga en libertad, ó cometer la instrucción le la cansa que luna podido dar mérito á mi prisión ú juez competente ante quien pueda con- fundir la calumnia ó destruir el error con que se ha pretendido mancillar mi buen nom- bre, y poner en problema la cordial adhesión que profeso !\ la patria que lie adoptado, \ por cuya independencia y prosperidad estoy pronto á sacrificarme ; que usí lo espero de ) rectitud del Gobierno de un pueblo libre. A bordo del Pontón Cacique, G de Majo le 1S30.—Excelentísimo Señor-J ose JSIaríu Jardon."'' En tanto que el Gobierno, fijando su atención sobre u»í, decreta mi liber- tad y haga la j usta reparación que tengo derecho á esperar de su ilustración y justicia, espero que vosotros, ó mis generosos conciudadanos, no precipitéis vuestro juicio sobre el acrisolado proceder de vuestro agradecido conciudadano- , sJTosé María %Tardon. IMPRENTA ARGENTINA, Cal!'* d . tan Piedras, número 31.