DE LAS VENTAJAS EN QUE ABUNDA LA PARA SER UNO DE LOS ABIERTOS AL Comercio tre totras las naciones. MÉXICO. IMPRESO POE IGNACIO CUMPLIDO, CALLE DE LOS REBELDES K. 3. 1836.obsequio de la justicia, y con la sola idea de manifestar las ventajas de todas clases en que abun- da la villa y puerto de Tuspan, para ser uno de los abiertos al comercio con todas las naciones, hemos emprendido hacer la siguiente esposicion, sin faltar en lo mas mínimo á la verdad, como podrá atesti- guarse con todos los que allí hayan residido, y tam- bién para que aquellos que hubieren de fallar en la vida ó muerte de dicha interesante población, pue- dan tener presente su recomendabilísimo mérito al imaginar destruirla. Se halla situado á cincuenta leguas barlovento de Veracruz y treinta sotavento de Tampico, acia al Norte: * además de su entrada por barra, hay un bajo bastante estenso, conocido por el bajo de su nombre: no muy distante de este se halla el llamado de Tanhuijo, y ambos sirven de acogida á los buques y los abrigan de los vientos del norte, nordoeste y * Pasa por sus orillas el rio de este mismo nombre que desagua en el golfo de México Lat. N. 21° 38' Long. O. 3o 26'. ' NA _________ nordeste, pues echando sus anclas á sotavento de estos bajos, se encuentran perfectamente libres y seguros de naufragio y del menor peligro. El caudal de aguas de la barra, aun en el tiempo de la mayor seca, no baja de seis á nueve palmos, y si se intentase á poca costa formar una compuerta en el estero inmediato conocido con el nombre de Tampamachoco, nunca bajaría el caudal de aguas de dicha barra de diez y ocho palmos, pues es bien sabido que por el mencionado estero reciben las di- latadas y estensas lagunas del Infiernillo, Tamiahua, Juana Ramírez, los Idolos, Cabo-Rojo y otras, la inmensa cantidad de aguas que facilitan la navega- ción desde el referido Tampamachoco hasta el des- embarcadero de Tampico el Alto. Por otro lado puede asegurarse, sin esponerse á la menor contradicción, que la naturaleza ha prodiga- do con profusión á Tuspan todos los elementos mas necesarios y á propósito para constituirlo en el gol- fo Mexicano, como uno de los puntos mas acomo- dados para hacerlo puerto libre y seguro para el comercio de todas las naciones. Su suelo es ferací- simo, pues á la mano y sin el menor trabajo se co- gen los frutos de palo moral, zarzaparrilla, pimien- ta, vainilla de Papamptla, purga y otros que produ- ce la naturaleza allí por sí sola y con una abundancia prodigiosa; los limones, por ejemplo, que en Nueva- Orlcans suelen venderse hasta a medio cada uno, cuando en Tuspan ó en sus orillas se camina sobre ellos despreciándolos. Escusado es mencionarlos otros productos esquí- sitos que se producen en aquel feraz y hermoso sue-lo. Bosques inmensos de árboles frutales y medici- nales, arbustos y plantas desconocidas aun y que fal- tan que clasificar en el reino vegetal.—¿La botánica se enriquecerá con nuevos conocimientos, y las He- más ciencias recibirán nuevos adelantos? Y de la in- dustria de las artes ¿qué podrá decirse? En los mon- tes inmediatos se encuentran maderas esquisitas pa- ra construcción de muebles y muy particularmente para la de casa, y la de buqueá, y sobran en el lu- gar carpinteros de lo blanco y de ribera. Se asegura, y debe tenerse por cierto, que en el corto tiempo que ha habido algún comercio en Tus- pan, se ha construido el bergantin Fénix, de 300 to- neladas, muchas lanchas de 30, y se está acabando una goleta de 250: todo convida á establecer un as- tillero, cuya utilidad y aun necesidad á la república es tan notoria como urgente, y mucho mas en las ac- tuales circunstancias. Todo esto constituye á Tuspan como el lugar de- signado por la naturaleza misma para establecer en él un puerto para el comercio libre con las naciones estrangeras, pues en toda la costa al norte no hay otro sitio que reúna mas elementos para el efecto como él: entre varias ventajas de grande considera- ción no es la menor la de la corta distancia dé la capital México; ningún otro puerto se halla mas cercano: el tránsito es de diez y seis dias en muías cargadas, y podría ser mas corto, si la importancia de su comercio le diera proporción y motivos para componer los caminos. El rio es navegable diez y doce leguas ácia el in- terior: de una á otra banda una cadena no interrum- 26 pida de rancherías, todas de criadero y de cultivo, presenta á la vista el cuadro mas agradable. Por todos rumbos se repite escena tan encantadora y que promete un porvenir mas halagüeño. Tuspan está circundado de pueblos criadores, industriosos y productivos, que todos los dias prosperan y hacen aumentar la abundancia y el bienestar. Los tuspeíios, por otro lado, se glorian, y con so- brada razón, de contarse entre los mexicanos mas obedientes á la disposición de la ley y del gobierno, como lo han acreditado en las épocas mas compro- metidas en que se ha encontrado la república. En el año de 1829, cuando los españoles invadieron el territorio mexicano y el general Santa-Anna se di- rigió á batirlos pasando por su villa, todo el vecinda- rio de Tuspan lo siguió, tomó parte y muy activa en la empresa de rechazar á los invasores después de haberse sacrificado ausiliando con cuanto tenia y cuanto pudieron á las tropas beneméritas y bien es- casas de todo género de recursos, que acaudillaba aquel general. Estos servicios patrióticos y en aque- lla época memorable son dignos de atenderse y con- siderarse; por ellos merece Tuspan protección, fo- mento y amparo, y no el desprecio y mucho menos la ruina y la desolación que se le prepara. Ultimamente ha hecho esa población benemérita y digna de mil recompesas, otro servicio tan patrió- tico como distinguido. Invade el Sr. Mejia á Ta- maulipas del modo mas temerario, y en cuanto lle- ga esta noticia á Tuspan, su prefecto unido al co- mandante militar de la quinta sección, coronel D. Lucio López y al vecindario, disponen la marcha7 del batallón activo de ese lugar para aquel punto amagado, y todo el mundo presenció la actividad y el entusiasmo con que todo el vecindario se prestó á fortificar y artillar los cerros, defendiéndolos y custodiándolos por sí mismos, pues cincuenta veci- nos se dirigían á las oraciones de la noche á cada uno de aquellos puntos, decididos voluntariamente á sostenerlos, y á oponerse á cualquier invasión es- trangera. El premio, la recompensa de todo esto no ha si- do otra hasta ahora, que el desprecio y la desaten- ción con que han sido vistas sus representaciones; representaciones que no una, sino muchas veces ha dirigido Tuspan al gobierno y al congreso; ha visto que ni siquiera han sido leídas en éste las que diri- gió sumisamente primero para la derogación, y des- pués para la prorogacion de la ley que dispuso se cerrase su puerto al comercio estrangero. Esa ley que recuerda con tanto dolor y amargura, sobre la cual ha representado con tanta repetición y efica- cia, es la que ha llenado de luto y de desolación, y la que sin duda alguna, causará la completa ruina de una población compuesta toda de numerosas y honradas familias de buenos mexicanos. Si los rendimientos que tuvo la aduana marítima de Tuspan han sido acaso muy limitados, esto ha- brá dependido de la entrada verdaderamente insig- nificante de una ó dos goletas cada mes, pues no se ha visto aportar otro buque mayor que el bergan- tín nacional Fénix, y eso según se aseguró por todo el mundo á media carga. Mucho se ha ponderado por los enemigos gratui-tos de Tuspan la introducción del contrabando por ese puerto: no se ha omitido ecsageracion alguna hasta no lograr que se ecsite la indignación, no ya contra los perpetradores de ese fraude, sino contra la infeliz é inocente población de Tuspan. Gene- ralmente hablando, es falso, falsísimo de toda noto- riedad, que por el cause del rio de Tuspan se haya introducido el contrabando: no por eso se puede asegurar que haya dejado de verificársele por las pequeñas barras de Tanbuijo y Aguasdulces, por- que son puntos en donde absolutamente hay quien vigile y cuide de evitar estos fraudes que nunca han sido ni pueden ser intentados por los habitan- tes de Tuspan, porque no hay en su población ca- pitalistas bastante fuertes para que puedan aventu- rarse á estos riesgos. Preciso es convenir también en que en Tuspan, y no por culpa suya, haya habido un descuido que hasta cierto punto habrá podido fomentar el fraude. Desde Octubre del año de 1834 no ha tenido á bien el supremo gobierno el dotar aquella aduana marí- tima mas de con un administrador, un vista y dos guardas, de los cuales uno que es el principal es en- teramente inútil, pues es un hombre de sesenta y cinco á ochenta años, que por lo mismo con justi- cia está pidiendo su jubilación; y el otro, aunque jó- ven, no puede atender1 á celar el contrabando en la larga estension de tres leguas que hay de la barra á la población. Cortos habrán sido hasta ahora los producidos de esta aduanal marítima; pero han sido suficientes para pagar con puntualidad á la guarnición y á los9 empleados, y satisfacer las libranzas que el gobier- no giraba. No es solo Tuspan el que se perjudica y arruina por la cerrada del puerto: con esa medida se ha pa- ralizado la prosperidad naciente de infinitos pueblos que se hallan en su sierra de Huauchinango, Zacual- tipan, Papantla, Tamapache, Zacatlan, Chicontepec, Tamiahua, y otros muchos con Tulancingo, Tesui- tlan, y resto de poblaciones comprendidas en un es- pacio de mas de trescientas leguas de terreno. El comercio estrangero había abierto mil conduc- tos por donde pudiesen desembocar los sobrantes del pais: habia proporcionado nuevos medios de sub- sistencia: había fomentado la agricultura, la indus- tria y la esportacion de mil y mil frutos de ninguna utilidad en el pais, y de mucha estimación en el es- trangero: habia procurado ocupación á multitud de brazos ociosos y aumentando la civilización en la clase indígena de la costa, á proporción de las nue- vas necesidades encontraba esta recursos abundan- tes con que satisfacerlas. Desaparecía el embrute- cimiento; el trato social se mejoraba; todos los ra- mos prosperaban y presentaban una perspectiva ha- lagüeña para el porvenir, pero todo se ha desapa- recido con la medida adoptada; y esa prosperidad naciente y que por tantos medios debía protegerse y estimularse ha venido al suelo y se ha deshecho como humo con solo la promulgación de decreto tan fatal para Tuspan. La agricultura tan atendible entre nosotros y á que parece convidar esclusiva- mente aquel tan feraz como inculto y abandonado terreno, comenzaba á recibir aliento, y presentaba lasesperanzas mas halagüeñas para lo futuro, teniendo un desembocadero tan inmediato, tanta abundancia de recursos y tantos alicientes de utilidad y de ven- tajas tan considerables. La azúcar y el café para los que es tan á propósito el terreno, hubieran pro- porcionado á sus habitantes las mismas ventajas que en iguales circunstancias han proporcionado de un modo tan rápido como sorprendente á la poderosa isla de Cuba. Todos los productos de la naturaleza que han he- cho á esa isla subir al colmo de la prosperidad por momentos y con una rapidez estraordinaria, harian que Tuspan, todo el litoral de la costa y poblaciones inmediatas de la Sierra prosperasen hasta un grado increible, cambiasen el aspecto de miseria, de apa- tia é inmovilidad que hasta hoy han tenido, con el de abundancia, actividad y movimiento progresivo que comenzaban á tener y que perderán sin duda si se lleva adelante la medida adoptada. No hay necesidad de consultar á los economistas cuando los hechos hablan del modo mas claro y mas enérgico: veamos que dicen aquellos, y veamos tam- bién que es lo que estos nos presentan. Se ha de- batido fuertemente sobre la clase de industria que aumenta la producción de utilidad, y cual lo hace de un modo mas rápido y seguro, aumentando los va- lores y haciendo de este modo prosperar á la socie- dad, y por fin ha llegado á convenirse que entre las dos industrias únicas que según el modo de ver de los economistas mas modernos ecsisten y deben cla- sificarse, es de preferirse la de la mudanza de lugar, ó sea la industria comercial á la mudanza de forma,I ó sea la industria fabril ó fabricante inclusa la agri- cultura. El comerciante, es decir, el que aumenta el valor de la cosa mudándola de lugar, es el que se interpo- ne y no para perjudicarles, sino todo lo contrario entre el productor y consumidor, facilitando las re- laciones, el comercio y la sociedad, y haciendo pros- perar todos los ramos de la industria que muda de forma, ó sea la fabricante ó agricultora. Aplicando estos principios á Tuspan, ¿se notará lo mismo que los hechos nos presentan? ¿Qué era Tuspan y las poblaciones que lo rodean antes de que se abriese el puerto? ¿Qué eran los pueblos todos de la Sierra, y los que están de tránsito para esta capital? ¿Qué son ahora y seguirían siendo si el puerto continuara abierto? ¿Qué serán, en fin, con la medida adoptada? La contestación de estas pre- guntas servirá de resumen á lo asentado, y pondrá la cuestión en su verdadero punto de vista. La miseria y la desolación eran las únicas que.se advertían en estos pueblos habitados por gentes in- dolentes y degradadas, sin mas recursos que los que la naturaleza por sí misma les presentaba, y cuyas costumbres y modo de vivir probaban la ignorancia, ó por mejor decir, labarbárie en que estaban sumer- gidos. Tuspan no mereció y con razón un solo ar- tículo en su diccionario, ni como habia de merecer- lo un pequeño grupo de chozas y cabanas que pre- sentaba el aspecto de una ranchería habitada por unas cuantas gentes sumergidas en la miseria y la degradación. Esto era Tuspan antes de que se abriese el puerto; pero ¿qué aspecto tomó este lugar,I i " que solo presentaba el de un desierto yermo y sal- vage de la naturaleza, en cuanto se abrió el puerto? La población tomó la forma de tal, se levantaron casas, se aumentaron sus habitantes, y todo comen- zó á prosperar y dar señales de vida con una rapi- dez que causa sorpresa y admiración. Se ven de seis á ocho mil habitantes componer un pueblo in- dustrioso y activo; una porción de casas, algunas de altos muy bien fabricadas, vastas, cómodas y pinto- rescas, cubiertas con teja, muchas fabricadas de pie- dra, y situadas unas en la orilla del rio y otras en las calles principales. Las que son de madera y de piedra son estensas y cómodas, muy sólidas, durando por lo mismo mu- cho tiempo, y presentando una vista graciosa al es- terior. La policía del lugar mejoraba todos los dias, las calles se empedraban, se procuraba la limpipza, se aumentaba la población, y el comercio comenzaba á prosperar. Una simple ojeada sobre Tuspan pro- bará todo lo relacionado; esto era este lugar hace poco, y esto mismo manifiesta lo que seguiría sien- do en lo succesivo, no solo ese lugar sino todos los de las inmediaciones, los de la Sierra, y los del trán- sito que todos han recibido fomento de mil mane- ras y todos han comenzado á prosperar con solo el poco tráfico que ha habido por Tuspan. ¿Qué seria, pues, Tuspan y todas esas poblaciones si el puerto continuase abierto, y el comercio prosperase, vigi- lando el gobierno como no lo ha hecho hasta aquí para evitar el fraude? Es escusado dar la contesta- ción cuando los hechos hablan por sí mismos. m¿Qué sucederá, en fin, si se lleva adelante la medi- da adoptada? Lo acaecido hasta ahora y el aspec- to que presentan este pais y sus habitantes en el po- co tiempo que lleva de cerrado el puerto, y de ce- gada esa fuente de prosperidad, lo manifiestan de un modo claro. Concluyó la actividad y el movi- miento, ha vuelto á reinar el silencio de los sepul- cros, la miseria ha vuelto á apoderarse del pais, y seguirán su despoblación y su ruina, cuando solo se ve en el semblante de sus habitantes el desaliento y la desesperación. Mas les valiera no haberse co- menzado á civilizar, no haber conocido ni las nece- sidades que por esto se les han aumentado, ni las ventajas considerables que eso mismo les proporcio- naba. ¿Quién de aquellos infelices podrá volver á ganar con su trabajo personal la cantidad conside- rable que ganaba en el transporte y enfardelage? ¿Sus numerosas familias acostumbradas al desahogo, á los buenos vestidos y á la abundancia, ¿qué po- drán hacer ahora? ¿En qué se ocuparán, que pue- dan ganar lo mismo que antes ganaban, cuando to- do se halla desatendido, y los sobrantes que pudie- ra proporcionarle la agricultura no tiene un canal ni conducto alguno de salida? Escusado es seguirse encargando de todos los males que con esa medida se van á causar á esa hermosa comarca digna por tantos motivos de ser protegida y fomentada. Su ruina es segura si no se suspenden los efectos que ha comenzado á pro- ducir y la despoblación irá en aumento, así como la ecsasperacion de unos habitantes que habían co- menzado á esperimentar todas las ventajas del tra- to social.Tuspan reclama con la mayor ecsigencia, que se suspenda por el supremo gobierno providencia tan fatal y tan ruinosa para su población; sus habitan- tes que son tan mexicanos como los de Veracruz, los de Tampico y del resto de la república, aguar- dan que el brazo protector del gobierno los libre de la ruina inevitable á que los conducirá sin la menor duda la ley sancionada.