CAPITULACION DEL EXGE5ERÁL BRAVO, O sea convenio propuesto por éste, al beneméritó General C. Juan Alvarez, Sjército Restaurador.—Compañeros de armas V. S. y yo, desde el año de 1810: identificada^ nuestras opiniones, en aquella fecha, para independer de la Espaiia á la nación en que vimos la luz primera: siendo V. S. testigo ocular de mis afanes, tareas y desvelos en favor de esa causa sacrosan. ta, que tanto ha costado á V. S. igualmente, á pesar de que disentimos en el modo de sostenerla; ert manera alguna puedo serle sospechoso. —Así pues¿ me tomo la lihertad de procurar que entrémos en relaciones* y de proponerle con la franqueza que me caracteriza, un convenio justo, racional, con. veniente y sencillo, que acabe de una vez con desterrar las distinciones domésticas que aniquilan á nuestra cara patria. Si mis proposiciones fueren desatendidas; si la razón no logra ser escuchada, es necesario concluir conque solo se recogerán por fruto aimargo y funesto la devastación, el ester. minio, la muerte, el dolor y la desesperación. ¡No permita el cielo que este sea el resultado final de nuestras discordias*' Mas" si sncediere asfy la responsabilidad no gravitará sobre mí que he abandonado ini quietud, mi reposo, mi sosiego y bienestar por evitarlo: pesará muy enhorabuena, pero será sobre los obstinados en sostener teorías quiméricas, ridiculas, é incapaces de practicarse en un pais conío el nuestro, nacido, creado y enveje» cido á la sombra dé instituciones verdaderamente justas, sólidas, benéficas, y emanadas de la Divi. nidad, cuyos preceptos debemos respetar y cumplir hasta sus ápices; Todos mis servicios y sacrificios, así como los de mi familia también, no han tenido otro objeto que el esclúsivo de alcanzar la in-lependencia de la nación, pero sin desconocer la autoridad que con derechos antiguos é inalienables la ha regido por una díuturnraad notable, y á quien ni podemos, ni debemos negar la debida obediencia, sin reportar la merecida odiosa nota de traidores, ingratos, y* rebeldes.—Escuchémos por un momento los gritos de nuestra conciencia política y religiosa, y nos convencerémos de estas eternas verdades. Si mis acciones no han estado de acuerdo con mis palabras: si no me ha sido posible desmentir á la maledicencia, que se ha empellado en obscurecer mis glorias, apelo á los testimonios que de buWo tengo presentados ante la ración hace mucho tiempo, y esto bastará para quedar á cubierto de la menor tacha en mi conducta política.—Me glorío de haber sido insurgente desde el principio de la primera revolución, y me alimenta asimismo el noble y placentero orgullo de no haber desmentido mis principios jamás.—Seré mas claro: me decidí por la independencia; siempre estube, he estado-y estaré porque en ella se establezca el mismo régimen que por trescientos años hizo feliz á la nación; y que la persona que dirija los destinas de ésta, sea precisa1 é indispensablemente de la dinastía que, digan lo que quieran los llamados liberales, ni ha renunciado, ni renunciará en tiempo alguno el de- recho incuestionable que le asiste sobre nosotros. ¿Puedo ser mas ingenuo?—Por eso fué que ausilié í Iturbide en su empresa de Iguala, porque señalaba para mandar á uno de los príncipes de la fami- lia real; y por eso también, apenas usurpó la corona á ese mismo que llamaba y que llama la ley y el Voto público al trono de Moctezuma, cuando mej decidí contra aquel ambicioso, y unido á mis in- fat¡¡jabíes, constantes y fieles amigos, lo derrocamos'sin consideración, continuando nuestros traba. josa y dtíavelus oon el laudable objeto de que nuestras miras «cao, lloradas si cabo.Esta ligera reseña que hago á V. S., sin embargo de lo conocida que lo es raí conducta, es pero lo desimpresionará de las ideas falsas y equivocadas en que ha estado, y de que hasta aquí ha si. do víctima.—Tiempo es ya pues, de reflexionar, de abrir los ojos, y de unirnos íntimamente para terminar una lucha qUó debemos escusar, porque no puede ser mas santa la causa que defiendo. Klla no está reducida á otra cosa que á lo siguiente.—Que tengamos religión, independencia, y un sobe, rano de la casa de los Borbones.—Entiendo que no puede darse una pretensión, ni arreglada, ni mas sencilla, ni mas practicable: lograda ésta tendremos paz, abundancia, unión y felicidad; contraria, da, solo habrá guerra, sangre, muerte y desolación. Ruego a V. S. por tanto, qué reflexione con detenimiento mis aseveraciones, y que convencido de ellas, adopte de luego á luego y ratifique el contenido de los artículos siguientes. 1. ° Se suspende todo género do hostilidades, y desde luego se reunirán tres comisionados por Cada uno de los ejércitos veligerantes. 2 ° Los objetos de que deben ocuparse preferentemente los comisionados de que habla el ar« tícuto anterior, serán:—El de que ambas fuerzas queden amalgamadas bajo mis inmediatas órdenes. —Reformar el plan que tengo publicado, para evitar moratorias en el logro de las vérda deras mi ras que me he propuesto.—Investirme con el carácter de vicegerente, en el entretant o se reúne la asamblea que tengo señalada en mi plan, y acuerda el llamamiento del príncipe que debe venir d gobernamos.—Consultarme los arbitrios que estime oportunos, para que sin tardanzu sean disuel. tos los congresos y gobiernos general y particular délos llamados Estados, castigán dose. ejemplar y prontamente a los individuos que los compongan. 3. ° Los comisionados redactarán y publicarán un manifiesto, en el cual procurar án persuadí a los pueblos dé ta justicia, necesidad y conveniencia en que se hallan de destruir el herético si»* tema federal, y adoptar el antiguo en que se disfruta de las dulzuras de la religión, de la protec. cion de la ley, y de la beneficencia paternal de un monarca, descendiente de la real, casa de núes, tros antiguos y legítimos soberanos. 4. 6 El que se resistiere á adoptar ésta medida conciliatoria, sea cual fuere, su rango, clase 6 condición, será pasado por las armas en el término de tres horas.—Las potdaciones que opu. aieren resistencia, serán saqueadas, y en seguida reducidas á cenizas. 5. ° No se obedecerá ninguna ley de las dictadas por las autoridades intrusas, desde el mes do octubre de 1821 en adelante. ■ 6. ° fin tionsecuencia, están en su vigor y fuerza todas las antiguas que han regido el reino. Con festinación he redactado estos artículos, porque de&eo economizar el tiempo, muy precio, so en nuestras circunstancias.—Medítelas V. S„ y no retarde á su pá.tria el dia de mayor gloria que suspiro por proporcionarla. Dios guarde á V. S. muchos años. Chilapa diciembre 22 de 1833, primero de la restauración., —NICOLAS BRAVO.—Sr Brigadier D Juan Alvarez." CONTESTACION. ^.EJÉRCITO FEDERAL.—Por contestación al nefando convenio que vd. me ha dirigido, le digo: que de no rendirse á discresion con los traidores que acaudilla, ocuparé esa población á sangre y fuego, en merecido castigo de los crímenes inauditos en que vd. y esos miserables en. ganados han incidido Dios, libertad y federación. Campo sobre Chilapa, diciembre 22 de 1833.—Al traidor á su patria Nicolás Bravo," MEXICO: 1833. Imprenta á" cargo de Antonio Alcalde} calle de San íosé el Real número 2.