% Nada hny mas temible que una Nacioo ÍHerrera, cuando emplea sos aruiaf en de- cusa de U Libertad. GOLDSmTH- DIARIO DE JjA REVOLUCION. *OM I. GUADALAJARA, DOMINGO 10 DE NOVIEMBRE DE 1833 Gobierno del estado libre DE MEJICO. Ecsmo. Sr—Nada hay mas justo que *' castigo del delincuente, y mucho mas si Se atiende á la gravedad del delito de los I1'» promovieron la última rebelión en con- *pa de nuestras instituciones y libertad. Por lales principios me parece fundada en jus- ^ia la petición que V. E. y esa Honorable Asamblea dirigieron al Ecsmo. Sr. Vice- * rRsidente para que los que sucumbieron e° Guanajuato á las tropas del Gobierno Sean juzgados por los tribunales respecti- v°8 y castigados con la pena que la ley de- S|gua, pues sujetándolos solo al ostratismo e»drán ocasión de volver, y con mas fu- r°r causarán la guerra y la ruina de la pa- tria. 8 J P 'a ^n'sono es'e Gobierno con semejantes ^cas, cuidará de dar cuenta á \n Legisla- ba en su inmediata reunión para que con 811 acuerdo sea secundada una pelicion le- *al que debe producir les mejores y mas Enéticos resultados. Sírvase V. E admitir de nuevo los stimonios de mi afectuosa consideración ^ r°spetos —Dios y libertad Toluca Oc- 29 de 1833 —Domingo Bórica — csmo. Sr. Gobernador del Estado de Ja- 'isco. »M>#e fomentación hecha por los editores de la Cofa mna, al ,,Plan de reconciliación, propuesto por los rebeldes'', inserto en el núm. 45 de este Diario. Plan de reconciliación..... No hay, ni puede haber reconciliación entre un lobo y una oveja, entre el honor y la infamia, en- tre la inocencia y el crimen, entre la legiti- midad y la rebelión. Un hombre y una fac- ción criminal no pueden reconciliarse con la sociedad ofendida, sino dándole una sa- tisfacción proporcionada á la gravedad de la ofensa. Dicese, pues, en el Artículo t ° ,,Se establecerá una asamblea nacio- nal que establecerá (¡cuantos estableci- mientos!) las bases fundamentales de la so- ciedad mejicana, sobre los principios que la esperiencia ha acreditado convenirle." OBSERVACIONES. Las bases fundamentales de la socie- dad mejicana están ya muy legalmente es- tablecidas. La necesidad de reformas par- ciales no ecsijen necesariamente la del es- tablecimiento de nuevas bffa'es. Reformar unos artículos del código constitucional que la esperietyjia tiene acreditado no convenir al bienestar de la república, y crear una nueva constitución, sondeas muy distintas. La soberanía nacional y la federación, hé aquí los únicos principios inconcusos y e- ternos, constitutivos de nuestra sociedad; los demás son consecuencias, de las que la misma constitución ha fijado el modo de modificar la importancia en caso de necesi- dad. Es pues, innecesaria é ilegal la con- vocación de una asamblea nacional estraor- dinaria para este objeto.2. Se establecerá una asamblea nació- nal..... Y ¿quien la establecerá? No hay poder, ni poderes legítimos para eso; no hay mandatos ni mandatarios ad hoc. No hay siquiera la menor iniciativa de ningún Es- tado de la Union. Los que mandasen por tanto esta convocación, serian un puñado de desertores rebeldes, cuya única razón es la del machete, cuyo único objeto es el ro- bo, cuya única inclinación es mas bien la de venderse á un amo ambicioso que pague á costa de los pueblos la fuerza física de sus brazos, su único mérito personal que servir ú un gobierno que no premie, sino el saber, la virtud y el civismo. Artículo 2. 3 ,,Para que esta asamblea &c." (Véase) OBSERVACIONES La asamblea nacioiu l propuesta en el artículo que precede, ya no lo es: debe re- presentar, l.c las clases influyentes de la sociedad, es decir, la tropa, el clero y la a- ristocrácia: 2. c todos les partidos, esto es, el delturbide, délos tlorboncs, de Guerrero, de Pedriza, de Santa-Ana, é^c bajo un as- pecto personal, y el del imperio constitucio- nal, del centralismo, del federalismo, de la monarquía absoluta ó constitucional, estran gera ó doméstica 4'C. en el sentido político Envuelve, pues, este artículo dos gérmenes muy fértiles de una destrucción general: el primero está en el cambio de una constitu- ción creada por el voto nacional contra otra que sé crearia por las clases influyentes y los partidos, y por lo mismo, vulnerable en todos sentidos, nula en su esencia, y pro- ductora de nuevos gérmenes de guerra ci- vil: el segundo, está en acreditar en la opi- nión de los estrangeros, la falsa suposición de que los mejicanos no somos capaces de gobernarnos por nosotros mismos, demos- trándoles la necesidad de hacer cesar nues- tra violenta anarquía,- interviniendo á ufa- nó armada en las miras de la España, por los intereses comerciales de toilo el mundo. ¡Clases intfuynitcs......partidos...../ ¿Son estos acso,ut¡os sinónimos de nación"! Según la Jurisprudencia ¿tristona, parece que sí: la masa tan heterogénea qlle resul- te de una asamblea de partidos y de clases influyentes, será la*misma nación; como si á mas de mil partidos que estuviesen en contraposición unos con otros, la grande mayoría dél cuerpo político de una nación no constase siempre de miembros, que sin pertenecer á partido ninguno, solo miran la ley como única espresion legitima de la vo- luntad general y única fuerza á la que de- ben ceder todas las individuales. ■ ¡Representantes de las clases influyó' tes y partidos!!! ,Admirables element^ de una asamblea arbitra de los destino»' toda una nación soberana! Abrase un < bate entre ellos, y entonces, ó su rec'E,r¿fl encarnizamiento dará al primer SUL ' que se presente, la mayor faeilidad de' juzgar la república, ó bien el partido Iijj ral, uno de los tantos, oprimido y sofocad j no por la fuerza numérica de la nación, 3,1 por la de los representantes de los de»1 partidos combinados con los de las c',cis,e influyentes, desaparecerá como una gota.U cualquier licor, echada en el océano, aquí el cálculo de los Reconciliadores. Artículo 3 ° „Estos serán: 1, ° Los diputados y se" nadores, &c." (Véase) OBSERVACIONES. Aqui se descorre enteramente el vr , de la política reconciliadora Llámense ^ los clérigos y militares que hacían parte d congreso general de y t0"0" Bustamantvttaa: llámense á todos los £c' nerales efectivos de división y de briga" ' que hoy son ya casi tantos como en la sia; llámense á aquéllos que ha dado 1 baja la administración actual, es decir» Iota quo »»\t> «Icberiíin ser llamados al c'} dalzo; llámense d los obispos de la rep«>" biiea, sin escepcion del célebre VazqWf- de Puebla; llámense á dos curas por cw Estado, en cuya elección tengan parte * mitad de los ex-ayuntuminlos picalug'"1'"' anteriores y los actuales de esta cÚfM0**? de los de los Estados; llámense á dos in«J' «tritios de cada Estado y del Distrito fe«ó" ral, cuya propiedad no baje de 40 000 P?" sos..... y he aqui asegurado el triunfo coi"' pleto. de las tres clases influyentes d? 11 república. lié aqui, pues, el consejo ■<* guerra y el concilio tridentino de que tra" tamos bajo el rubro de REFOlM 1 S , CONVENCION en nuestro editorial flf número 8$ de este periódico él í) del ciQf' riente. ¿Qué fuerza tendrán entonces, 9 frente de tanto militar, de tanto clérigo, 1 tanto aristócrata, los restantes sufragio-' 1 ' los muy pocos miembros del congreso a" terior y actual, y de los actuales goberné dores de los Estados que no estén compi*1;'1' didos en alguna de las espresadas clases í'Jf fluyentes? Serán como antes dijimos, ptf*r tantas gotas de licor mezcladas con las oí*" del ruar. [8. C.) IMPRENTA DEL SUPRIMÍ O GOBIERJ^