k CONCIUDADANOS. Habiéndose desentendido el Gobierno delegado de acceder ú la tan justa como racional soli- citud que Je he dirijido para que me restituyese una libertad de que nunca he debido ser privado, ú me mandase procesar; no me quedaba mas aibitrio que el de recurrir al cuerpo legislativo para que se me haga justicia, y no sea yo el «jue abra las puertas de la arbitrariedad con un silencio criminal :igeno «le un hombre desde sus primeros afíos libre, y enemigo de la esclavitud y la opresión. Por desgracia precisado á dirijirine á mis conciudadanos, para instruirles de la fatal lección que conmigo ; jerce el poder, os dije en mi primer maní " ^sto qne clamaría por la justicia por cuantos medios me facilitasen nuestras instituciones; y rígido "yanta «lo mis promesas, os transcribo la representación que hoy dirijo á la Honorable Representa ovincial, que es dti tenor siguiente—- Suittfea se lea íiit«'gramente con la copia cine acompaña, y *»i dicto |>rui ¡delicia. HONORABLE SEÑOR—Él etMbotmjwé María JarJowt á V. lf. respetuosamente es- pone : que sacrificada su libertad y los intereses mas caros «le un hombre libre y do bien por las fa- cultades es Ira ordinal ias de «jiie ha estado investido el Gobierno de la Provincia, no noto se le !:• confinado á un Pontón en c¡ue permanece treinta y tres días hace rodeado de privaciones, sino que hasta se d.-sat ¡eliden las solicitudes en q.ie ha reclamado de la autoridad serjurgado; como si so pre- tendiese confirmarle la idea de que la animosidad es el origen de la persecución que sufre. Kn 6 del corriente elcwi el quií espone un recursn al Poder Ejecutivo, de que tiene el honor de acompañar c opia á V. II ; pero como si un ciudadano honrado fues<; un objeto de olvido ó de desprecio, nin- gun dí-creto se ha provisto en «;l hasta el din, dejando ni espolíente «mi medio de las aguas, sin per- mitirle el derecho de la «letonsa, conce«li«lo p«>r todos los códigos y por todas las cii ciiil-taneias á todo hombre ; arruinando d<* este modo la familia del rccuriente y periuil ¡en i i o circulen en el público las injurias del último grado de ridicule?. contra su persona, tales Como las de Agente, corresponsal ó confidente de! bandido Pinchciras, Agente de FYrnnmlo VII, y otros absur«los que el «lúe representa desprecia UMM rumores de la ignorancia y la malignidad; pero que ofenden sensiblemente su honor entre las g«»ntes sin criterio. Sen cual sea la causa de su prisión, el Superior Gobierno, el Gobierno «le un país regidf» pt>r instili.oiones libernb'S, debi«'» haber mandado&e le instruyese causa para casti- garlo si resultaba del i n« uen te, ó escarmentar al infame cal mullíante. E-da es la solicitud, «'> la sola y única graeiu que el recurrente impetra de la Honorable lie-presentación Provincial, como defen- sora de las instituciones y protectoia en último resorte del ciudadano oprimido por el poder; á h rt de que V. 11. s«.* sirva mandar que al que espone se le forme causa en que oiga sus acusaciones, y sea oido de sus defensas, no dejando permanecer una lección tan funesta de ai bitrariedad contra un ciu- dadano el ma« adicto é interesado á la independencia y prosperidad del país en cuyos registros cívico* :e halla inscripto, y que no debe ejercerse ni contra el hombre mas criminal. Si el recurrente ha delinquido, caiga sobre su cuello la espada de la ley, ó vindiquescle cuanto álites si es inocente, Al efecto A V. II. suplica, se digne tomar esta reverente solicitud en consideración y ilef«'rir á su tenor, •^ue es justicia.—A bortlo del bergantín Rep 'ilicano ívulir<» Cacique.) en Ja ruda esterior de Hílenos Aires, 17 de IVIayo de IH30. — Honornb!<; i---./ose A/tiiíu J ardo a. Tal es la situación á que se pror¡Mt y reduce á vuestro conciudadano, siempre decente, hon- rado y libre—■ José María Jarcian* IMPRENTA ARGENTINA, Calle de las Phjilras, número .1!.