HESPUESTA DEL PENSADOR AANITA LA TAMALERA. jSfon omnia posuvms omnet. Q*. - ^ ^ w . * dos somos capaces de todo. Por la .tuya de 5 del presente que tu- viste la bondad de imprimir, reo que has ade- lantado mucho de cinco años á esta parte que te .conocí en clase de sirvienta mia. Sí, cierta- mente! advertí que eras vivaracha, aplicada á Jeer y bachillerita de estrado; mas nunca creí que pudieras poner un pape) tan zaragate co- mo el que contesto. Mucho menos creo que seas i a malera, pues eres bonita, y por seguro que lo sabrás .vender tu pato como otras, antes que traba- jar en un oticio tan poco lucrativo; y así su- puesto que no me engañas, escúchame. Finges tener una gran gana de ser di- putada, y alegas en justicia- Los hombres no tan .solo no somos mas que ustedes, sino que k las veces somos menos. Ustedes las señora» jmugéres tienen, sobre nosotros un predominio ad- mirable. ¿No te acuerdas que Betsabé, Abigail y Suiiagúti* vencieron á David? ¿No Yte co-mo Est~ r doblegn á 'Asnero así como Judít de* gol 6 a Holofériiesr' ¿Sa ve» como* ius muge- res se hicieren ídolos de Salón tón, y el fuer- tísimo Sa¡.. 61 se cunvirt ó" en mendigo á cuen- ta de su amiga? ¿Na adviertes que IJrboia hi- zo quedar mal á los jueces? ¿No sabes 001110" Ja'l clavo las sienes de un generad? y paxd no candarte, ¿no ves cuino Eva sedujo á Ada x paia que comiera la fruta prulúb da,, por cuya büczu te \es pobre? Y. dejando aparte las heroínas de la san- ta escritora ¿no sabes como* la historia profa- na nos conserva la memoria dfer ni» geies ilus- tre» en talento,, valor, patriotismo, resoli-coos y marido, que ocupándose en otros ejérc elos; y • finalmente, porque las hermosas tienen muy á mano el rnedio mas eficaz para la sedueciou. Con dos lindas, hábiles y maliciosas que hu- biera en un congreso, sobraba paja enredar á todos los diputados y obligarlos á diclar leves í.(témales. Conque desiste de querer ser dipu- t ida. Eres joven y bonita, y así no pierdas la ocasión de casarte, que yo te asegn;o que no te arrepentirás» Si lo que deseas es hab'ar en publico y dar tú voto en lo que quieras, esciíoeme^ que te proporcionaré ese gusto, iuiuiinneudo tu* nroducciones, con lo que copse¿uiias aii.bos ob- jetos. Vamos ahora á tiatar tobie tu caifa pri- nieia. Parece que no te acomoda que vengan•4 mucho* clérigos al congreso, y teme3 que se descomponga lo remendadr> y que se rompa lo nuevo, á merced del interés, ignorancia y fa- natismo; y por Dios que no carecen tus temo- res de fundamento. Ya hemos visto y tú apun- tas algunas proposiciones hedías por eclesiásti- cos, y no son las que apetece ni celebra la par- te sana de la nación. Por mí te aseguro que mientras haya muchos clérigos en las cámaras, jamas se tratará de tolerancia religiosa, refor- ma de abusos, dotación de curas, administra* cion civil de diezmos, minoración de frailes m estincion áa canónigos. Aunque estas materias ecsigen imperio- samente su discusión, los clérigos no tratarán de tocarlas; sino de oponerse á quien las tra- te y de ¡lerpetuar los abusos, dejando por su- puesto k los pueblos encenegados ,en la supers- tición y el fanatismo, y de consiguiente en la estolidez y la miseria. A cuenta de esta igno- rancia se ha sostenido el clero en Ta opulen- cia, siempre y en todas partes, contra el espí- ritu del evangelio, y seria una necedad el pen- sar que el clero mexicano era tan heroico que degeneraba de los antiquísimos arbitrios de sus antecesores. Bien veo que no faltan ni han faltado clérigos tan patriotas y virtuosos, que por amor á la libertad americana han sacrificado sus in- tereses y hasta su misma vida como los inmor- tales Hidalgo, Morelos, Matamoros/Salto y otros muchos. No es mi intención hacer una lista deos cl'rígos que en la revolución y después de Ha han prestado heroicos servicios, sufriendo nos muchas prisiones, trabajando con la espa- a y la pluma» y perdiendo muchos su bien* tar por no recibirlo de parte del tirano. Tal , entre otros, el Dr. G. que renunció una ca- H)iigia que le dio Fernando VII, 6 no quiso enir á tomar posesión de el!a oportunamente. Servicios, de tamaña consideración han echo los eclesiásticos á la patria: yo podría se- .arar muchos y denominar á sus autores; pero iendo odiosa toda comparación, me abstengo e ello, ofreciendo á tan dignos eclesiásticos y Deméritos patriotas mi admiración, gratitud y econocimiento. Pero á pesar de esto, insisto en que los lesiásticosi no deben ser diputados ni senado- i Es tan ridículo ver á un clérigo dando le- es-civiles y criminales á los pueblos, como lo ría ver á los militares y paisanos dictando cá- ones y decretos pontificios. Los eclesiásticos patriotas y de luces pue- n sernos demasiado útiles sin salirse de la 6r- ita de su ministerio. ¿Donde, hará mejor ser- icio un eclesiástico, en una cámara discutien- o una proposición, tal vez errónea, 6 en el úlpito de su curato eesortundo al pueblo al ñor de la libertad,, y explicándole sus derechos? Hasta aquí hablo de simples clérigos y un me estenderé Jl los canónigos. Estos, me- os que los demás, deben ser diputados ni le- vadores. De ellos no se debe esperar jamás que agan proposición alguna liberal. Se conside-ran aun capellanes reatet, yápalos de Fernán do VII y pagado» por f\; ¿Como es posible que dejen úii aer real&tas? ¿ni cjjnb han de querer qne se tes quiten Jos diezmos, que se restita. yan á fos curas, «i que se administren por loi gobiernos civiles? Esto es imposible, y no liar £osa mas probada que t*i escandaloso chaqué!, tjsmo de los canónigos de Mésie >; y el cscan. daloso sufrimiento dé! gobiern \ que les lia to- lerado y esté tojeraúdo la i úb'ica inf. acción de la ley en no levantar el* mausoleo á las cení, 2as He los primeros héroes, y ía- desvergüenza y punible o*adiá con que nrantieneu en b!an. coese hueco sobre el frontispicio de Catedral, sin querer colocar en ¿l * las armas de la na- ción que mantiene á esos ingratos en la opu Fencta, Sí, A ruta: ingratos llamo á los canoa!» gos de México por este crimen, y lo son ea manifestar tan públicamente el desagrado cou que miran Ja lioerfad de )a patria y el despie. ció con que públicamente ultrajan las leyes ír.Ws patriotas, Ya veremos como se portan en Im primos dias en que se va á solemnizar el pío* nuuciamiento de libertad en el pueblo de Do. Jores. Ve á Catedral, observa y avísame. Yo cieo segiin las prevenciones, que harán cualquier cusa y eso á fuerza. Bien que en esta parle yo no é quien será mas culpable, si, el cabildo eclesiástico despreciando las leyes con descafo, 6 el gobierno que los tolera sin tomar providencias energicai para hacerse obedecer. Esto ya no, es "prutien* Oia ni ojsjniulo, sinp apatía y miedo conocidaJfc - ■ H este mteñV* e* m íty erititínal en los gribv?r*- •s, pues inen<*s. qpie abie kc puerta.á ía initac»>w> al' mal ejemplo* i! , ! Ya me admiro'al ver qiwr nucHro gobier- na que n-*n> 'íolucavv Admiróme: también? al ter la docilidad on que feos ciudadanos» N-. N. N. &e. á.ües títulos de Castilla, obedecieron* prontamente la W míe1 deteitmno' se qu i tasen der • los* luga; es públicos loe signos de la >donránacion española) que los canónigos se estén burlando de ley, t. Que ios cmiónígos de México son pu- ico» chaquetas,- auli^utfñcanos y gachupine- osr es t ¡cuestionable. Ellos siempre dan los nie- ges destinos a K s gadwphies, (*) dejando sin (*) LaAguila del VI del présenle nos da la noticia' de que *fe cabildo liberal ataba de agraciar á dos europeos enemigos ' ta independencia^ con' dos mayor demias de monjas a cotia «o, dejando sin destino á muchos beneméritos patriotas que loe frecenv y desatendiendo así la ley de 51 de y mío de 823 que anda seun preferidos tos- que han prestado servicios a la pá' riu en los uestinos civilesf ntkkares y eclesiásticos^ á los que *o prestaron ntngimest *>>as- los ^ eanónt/^s ya están acostumbra- ~s á burlarse de ta» leyes, y á jé que hacen muy bien, ¡mee onocen que el gobierno caí ece «te Jtüru ptu a haittse respetar ellos. Jfcfér pr+ferVHciiFr,*** tümpte'' dnn ' A 'os gathupine\ so- to* loe umerkutioty matnjieeta bie» con • su dcsautao bvtóvmsmo*8 colocación * mil eclesiásticos beneméritos y po- bres. ¿Se quiere decisión mas manifiesta? Pero ellos no tienen la culpa, sino el gobierno que lo ve, lo observa, lo calla y no lo remedia. Es» congreso que tuvo memoria para prohibir que se solemnizara la fiesta de los re- yes á 6 de enero, no ta tuvo para mandar por otra ley que se quitara de Catedral ese reta- blo de leña dorada, que se llama altar de lo* rtye$9 tan indecente como viajo, sustituyéndo- se en su lugar ua altar patriótico, en donde descansarán en soberbios panteones 6 sepulcros las cenizas de nuestros libertadores eon sus re- tratos, colocándose en medio el altar magnífico donde se celebrara el augusto sacrificio ej dia de su aniversario. Esto va largo, Anita: dime si te has ca- sado 6 no, poroue todo lo ignoro, j escribe cuanto quieras * tu amo viejo El Pensador. Méxioo 14 de setiembre de 182$. t¿ AY 69 MEXICO: 182G. Oficina de la tegumentaria de Ontivcrat.