ALERTA 51 ] l AL AGUILA NEGRA.*" C 'uAxao el parifico observador fie la naturaleza, el estudioso filósofo ó el hombre de estado dirige sus investigaciones á los desvarios úi\ espíritu humano, su imaginación se fatiga , se suspende sn razón, pierde el tino, y 10 hacen aban- donar la empresa ün cúmulo du impresiones que de tropel sufocan las ideas y p rturban su ordenación para el juicio. Mas sin embargo, mis resultados llevan M'-mpre por obgeto la felic idad general de ios pueblos y la particular de los hom- bres, í .as diversas clases de gobiernos, sus varias naturalezas y multiplicada» bases: las distintas religiones y sus infinitos dogmas: la multitud de idiomas,-ideas y cos- t ¡ubres esparcidas en nuestro planeta , todo, todo parte de este principio eterno, á -pesar de bis medios contradictorios que las sociedades emplean á su consecución. E-.ta liipotiposia dttttfífestNj} que desde el instante que los hombres ó los pue- •blos, imnelift-Os de ta necesidad, ó atraídos (lela conveniencia, se someten espon- 1. neamente á ciertas condiciones contratadas de común acuerdo, ceden su liber- *¿<1 natural ó absoluta, por go»*r de las ventajas que produce la libertad soci;il ó concertada: este hecho obliga cu general, no infiere agravio á nadie, y siém> pre (pie una f icción intente trastrocar ó variar el patío, es traidora ó atentado™ ó ios ¡derechos del todo, es prevaricadora ó/enemiga de la tranqui.idad pública. 'Este es, siii duda, el carácter peculiar de la ^J" Lea ion del Asidla negra, de. ese instituto peregrino que pasará á la posteridad con los silvidos de los i¡iiios y el desprecio de los ¡tambres. I a tena/, e.mpleo-manta, cáncer destructor de las Repúblicas', que con su vene- noso incentivo multiplica prodigiosamente, sus prosélitos, es el tipo de la oscura asociación del -Aguila, es la piedra angular de sus conato-; per') aun no es esta Ja mas excitativa de sus miras, es tan solo uno de sus grandes recursos: el blanco de sus tiro», el fin de. sus combinaciones, y el espantoso plan de esos hambrientos empleo-maniacos , de esos fieros liberticidas, es mas atrevido, es mas terrible, es mas horroroso. Los legionarios trabajan con el intento de centralizar el Poder Supremo de la nación, perpetuarlo en sus manos, privar á los pueblos de su innata soberanía: ¿quién no se horrorizará al contemplar tan buhara pretensa? ¿quién respirando el áüto delicioso de una libertad moderada, no se estremécela al pre- Veer los pavorosos resultados de esta infernal intentona? Las pasiones esaltulas de esas políticas arpías encenderán ta guerra fratri- cida , saciarán sus venganzas con la mas atroz complacencia , y cebarán su sacia feroz en las ruinas ensangrentadas de la federación. ¡Oh momento fatal!.......... tú no llegarás jamas á contristar el plácido semblante de la infancia megicaua: su mayoría , su parte sensata os conoce , y desviarán el golpe desolador de su pa.tr ¡cid a segur....... Sí, monstruos!..... vuestras tentativas escollarán en la recti- tud del alto Gobierno, en el celo de. los buenos y firmeza de los pueblos. Todos los que integran la gian Confederación Anahuacense, levantarán simultáneamenteeobrfl vuestras trastornadas cabezas la ineesorahie cuchilla de la ley...... E»e protervo conventículo de antropófagos ha esparcido por todas las capi- tales y grandes poblaciones de los Estados-Unidos megicanos, apóstoles que de- nominan Chivero*, y que por un aciago contingente han penetrado hasta el pa- cifico Alicatan; mas por fortuna han seguida sus pasos dignos megicanos y apre- ciahles federalistas, que después de jurar su estermiuío, dedican sus desvelos y redoblan sus tarcas para impedir la contagión funesta de esa epidemia social, cuya propagación, á merced1 de sus loables esfuerzos , quedará reducida á la nulidad, á pesar del viso, soberbia, audacia y presunción de los Claveros. Se inician candidatos con acuidad, si; pero ¿quiénes son? los mas inmo- rales del pueblo, los ilusos, los ignorantes, los febrerisistas, los patriotas por an- tonomasia, y los tontos que cretn haber un gran misterio en el fárrago insigui-ficante de Norte, fíud, Este, Oeste, Constancia,- Valor, Retrato, Guaraches ífe. ¿Qué significa, pue?, esta gerga incomprensible de palabras? Nada: pero sirve para engañar y sorprender. Han querido copiar el lenguage simbólico y universal de frac-masonería, pero han sido plagiario» de muy nial gusto. Gran diferencia se nota entre un ins- tituto que remonta su oiígen venerable á la mus lejana antigüedad, que es el albergue de la benefi en ia, la mansión de la humanidad y el tenor de los tiranos, á una ridicula asociación forjada en los espantosos subterráneos de la cabala y la mentira—¡Insensatos! ¿por qué empleáis ese espíritu novador en in- venciones que tan amargas han de ser á vuestros compatriotas? ¿por qué queréis sujetar la nació i á una serie continuada de oscilaciones, que debilitán- dola la espongan á ser presa de la tiranía doméstica ó estrafla? Pero siendo ce- te el norte á que os dirige vuestra contumaz inclinación á ta maldad , ple- gué al cielo sean frustrados esos planes liberticidas.—¿Qué concepto ha de for- mar el pú'dico de una asociación reglamentada por un ex-finile que, cual sus semejantes, conspira á la muerte de la libertad, como contraria al ocio d^ su orden sostenido por la abyección de los puebles oprimidos? Juzguen, pues, los sensatos por e-te principio, de e*a cloaca pestífera que ramifica con ansia sus vástagos venenosos en los Estados megicanos.—Lo que admira no poco es, ver inscriptos en las listas agüitares hombres de representación, sacrificando ai*í el concepto que les dieron sus servicios; mas si contemplaran por un momento que su despreciable institutor, por su educación y principios, debe propender á la perdición de un sistema que cercena las piadosas grangeiías de su familia, abun- clonariau sin duda los impuros estandartes de esa legión desorganizadora.—Ese epíteto de indios que sacrilegos se apropian, no nos alucina, ni nos arredra la orgullosa petulancia con que 6e ostentan árbitros de las disposiciones soberanas; poique si el varón fuerte que los capitanea, y á quien hacemos la justicia de creer amante de la patria, no los desprecia y lanza de su dado, adhiriéndose al voto de los megicanos en general, le recordaremos: que 'J'amau'ipas eshte sobre el globo.—Ahora bien, ¿sufriremos pasivos que e6tas aves de rapiña robustezcan su facción? Ella dirige sus conatos nada méuos que á variar el sistema, ó lo que es lo mismo, á introducir el desorden para proporcionarse con los despojos de la sociedad, riquezas que conserven el pábulo de sus vicios.—Megicanos, corte- mos su vuelo, fomentemos nuestra unión, y tomemos un empeño decidido en der- rocar eee monstruo «le iniquidad, cuya divisa es la desolación y el llanto: caigan sus primeras cabezas en los patíbulos para escarmiento de los incautos, y sál- vese la patria, ú cuyo nombre os conjura, y, cual los ánsares del capitolio, os avisa— Ei, Federalista. MERIDA DE YUCATAN. Oficina del Sol , a cargo del C. Lorenzo Seguí» 1825.