DIA DEL JUICIO Y BUENA LOA AL HIPOCRITA GAMBOA. 4 *- Ultrajes y directas son regalo de que abundan tan torpes escrituras siendo Cada palabra un fuerte palo, en todo lo demás camina á obscuras: su argumento se funda en lo que ofende^ y como el diga desvergüenzas muchas^ Ja razo» ni la busca ni la entiende. lsl Reo. Con perdón del publico hien criado. C ^-"onozco bien que la libertad de impreara no es para desahogar nuestras pasiones con el sí rea mo, la personalidad ni la osadía, sino para la pública ilus- tración: sé que al público se le debe todo respeto y consideración; y este público sabe que sé usar urba- nidad y sosener mis opiniones con decoro cuando !a Usan conmigo; s?a el último testigo el inválido, á quion traté con la moderación con que me trató á mi. pi- ra buscar la verdad no es necesario denostar al que la impugne ó no la conozca. Todo esto sé, pero también sé que al malcria- do y grosero, al ignorante sin educacicn y sin prin- cipios se le debe hablar en su lengua para enfrenar- lo y confundirlo. Asi lo he protestado hacer y asi lo be de cumplir, satisfecho de que el público sensato, con- vencido de mi justicia me disculpará el estilo de bo-degon con que voy á responder el disparatado pap3' sal que salió ..á luz el a del presente ccn elblasf-.mO 'y anti-cütb'ico título de Papeles y hechos impíos ns*' recen los desafíos,,,, literarios, (i). Entremos en materia José Mariano Diaz Gamboa, es un vejancón deS' ^preciablr, f. nático por principios, mas tonto que u° burro, mas malvado que Barrabás, mas hipócrifa que ufl fariseo mas adulador de los españoles que Beristaif y mas sinvergüenza que un borracho, ha disparado e° estos dfas un aguacero de sonetos y perversos malditos les que ha tratado de injuriarme y concitar á los ton' tos contra mí, so pretesto de etogiír á la Virgen ele los Rt-rmdioí, siendo el mamarracho que vamos á t6'\ fular, el único que ha publicado contra mí directa' mente por ahora. En él pret nde criticar las notas que puse » sus condenados í^netoij pero el pobre vejete está mujM lejos de destruir mis razones con disparates; antes aña* de otros nuevos too que manifiesu la necedad y al1 ma negra que se esconde en su indecente y despil* farrado corpanchón. Escribió la gran bestia en su primer soneto estas palabras Cuando México infiel se prorrumpía En blasfemins impías é irregiosas,,,, (i) Esta palabra literarios; la puso en nota, por* fie no le cupo en el verso del título, y se acordó famoso D. Quijote cuando deciai Hirióle amor con su azote, no con su blanda correa, y en llegándole al cogote, aquí lloró D, Quijote ausencias de Dulcinea Del Toboso,r , 3 ** hsgo ver que injuria en esas espresiones la reli- ft'osidid de toda la ciudad de México, desde el Pre- s,^'rire hista el último cargador; y este bruto para ^'Vir su impolítica é injurio** espresion, dice: »que hi « '»bió en estilo enfático, tomando el continente por el "contenido, asi como se dice, la culta Europa, la sa- ,,t)|* é industriosa Inglaterra: ¿pue> por qué estreñí *>v'd. (son sus palabras) que en retórico estilo es la- 5>rne y diga: cuando México infiel se prorrumpía en b'ax- ^femias impías é irreligiosas, á imitación del celoso "Orador, usando de ecsageracicnes, y aun de cierto ''discreto desorden de las ideas?" ¡Detente muía des- ecad*! ¡Párate burro en dos pies! esclamé al leer tan- tos desatinos en tan pocos rergiones: i\aé entiendes, °°tarate, de estilos enfáticos, de ecsageraciones ni figuras ^tóricast ¿sabt-s acaso como se llama la que enseña a tomar la parte por el todo ó el continente por el c°ntenido, ni menos en qué casos debe usarse* Ya se ^e que no, ni yo me tomaré el trabajo de enseñar» *clo, porque ya eres muy viejo y muy salvaje, pero Porque veas el desatino que hablas te voy á poner otro perfectamente ajustado con tu delicada retórica, Para esas largas orejas, saca de los cóncabos de tu j^ra calabeta esos ojos hundidos de lechuza y oye ó *ee, si sabes, con cuidado. Es claro que en México (este es el conti- ¿el fiente) hay muchos necios, hipócritas, fináticos y bor* °0ristas (estos son los contenidos). Pues bien, yo si* £ iendo tu sapientísima doctrina voy á escribir un so- leto que comience así. Cuando México necia y borbouista, Hipócrita y fanática quería Atribuirle milagros á Mari¿ Que veer no pudo algún naturalista.... iQué tal D. Caballo? ¿No es verdad que injuriaba yo toda la población mexicana, imputándole unos vicios4 q-ue solo 1os poseen los bribones? Si cualquier ciudada* no, en uso de su acción popular, rae denunciara es* tas atroces injurias, ¿me valdría ante el jurado la bestial disculpa de vd.? Pues solo esto basta para hacer vef al público su aventajada ilustración. jY que tenga vd» cara para aconsejarme que aprenda retórica2 ¿que di" ga que puede citar mil ejemplares de elocuentes oradore» para abonar su disparate; pero que no quiere afecta* erudición? Bruto: si no la conoce, ¿qué ha de afee* tari Diez pesíllos le ofrezco para que se trasquile esa* groseras barbas de zamarro, siempre que me ensene de esos mil ejemplares uno selo. Sigúese su solución á la segunda oota de rol impraso. Es una algaravia que no merece contestarse» Vamos á la pretendida crítica de mi nota tercera ¿O que digo, que el que llueva en tiempo de aguas (i milagro. A esto dice nuestro sapientísimo escritor «qiJÍ »>hay dos clases de milagros unos de primer orden »como ts suspensioa de una piedra en el aire centra su na* wtural gravedad; y otros de segundo que lo son efl »>cuanto al modo y no en cuanto á la substancia, coro» ?>cuaddo un enfermo recebra instantáneamente la s3' »lud estando con todos los síntomas mortales, y sien* ?>do el morbo$ 4> la enfermedad por su naturaleza »> mortal." ¿Quien le habrá enseñado al berengeno Gam* boa esta teología parda? Si un enfermo agonizando» y atacado por una enfermedad esencialmente mortal* como v. gr., un dolor de costado ó un ti.sis en stf último caso, estoes: ya destruida la entraña del pul' man, esencialmente necesaria para vivir, sanara repen- tinamente, seria un milagro tan de primer ordeD co" mo ver una píedta de molino perdiente de un cabe' lio, 6 como oir hablar de milagros á un burro co' ino Gamboa; porque que el pulmón se remiende pot si solo en urf *m*mento, es lan centra natural coro* que un cabello sostenga una piedra de molino y qüí uo bíuto hable el idioma castellano. --f ¿Pero i qué trae este doctor de baratillo tan fidícula distinción?' A esto: á que »estando, según e% brazado el cielo» La tierra estéril, volcanes producía; Las mieses cayeron marchitadas: Ce'res se enlutó desesperada: La mustia Flora el túmulo pedia: Febo con hogueras' encendidas ¿No irritó la sangre palpitante? La segur de la peste ¿no es constante Que principio/ á atacar enfurecida? Hablen esos miasmas corrompidos que el hálito infestaron en su ambiente. Oigamos al que llora tristemente por sus deudos que yacen entre olvidos» El labrador ¿no estuvo inconsolable? Sin pasto los ganados ¿no murieron? Pálidos semblantes ¿no preevieron £1 rigor de una plaga inescusable? Uno u otro norte que soplaba Lejos de adelantar dió desconsuelo: Mas vapores tuvo nuestro suelo El Solano abanzó con fiera lava. Leyes de natura se adormecen. ¿Por qué en sábado prontas obedecen. (2) Véase como estando en la mollera de Gamboa, el aire tan seco» los calores tan activos, la peste tan cruda, y la esterilidad tan en su punto que los ganados se morian por (a) En uno di los mamarrachos con que Gamboa^ toos ha regalado estos dias^ dice todos estos desatinos. El papelucho se titula', franquicia de remedios, y glorias ruexicaaas. afalta de pastos, luego que entró la imagen de la Vir- gen de los Remedios, repentinamente se pobló el cíe' lo de nubes, se desgajaron copiosos aguaceros, reverde- ció el campo, cesó la peste, que nunca hi habido, resucitaron los. ganados, se quitó el luto Céres, Flo- ra se fue á pasear á sus jardines y los labradores se consolaron, y todo esto fue repentinamente,. ¿Se da- rá fanático mas embustero^ Aun son tan escasas la* lluvias, que los labradores e>tán bien temerosos, y aquí en la ciudad se esperimenta ya la carestía que ame* naza en la qne hay de maiz, gallinas y huecos. ¿Don- de, pues está ese milagro decantado? El granizo que llovió el ii del pasado hizo mucho daño á las mil- pas de las inmediaciones de México y lo hizo al Excmo. ayuntamiento de esta ciudad, poniéndolo en necesidad de reemplazar los sucios trapos que se llamaban vela con una lona que merezca este nombre; pero el fa- nático Gamboa ve milagros donde todos advierten per- juicios en el orden natural. Este tonto tiene valor de conjurar á los me- xicanos en su papel citado en mi nota, para que lo des- mientan si fuere mentiroso. Así dice: «Mexicanos: si fuere mentiroso desmentidme luego por tus glorias" Pasemos por alto la algaravía de mexicanos, des- mentidme y /«/porque ya sabemos que no puede hablar el castellano, ni con ayuda de vecinos.... ¡Tales son elloü! y en obsequio de la nación, y porque los estrange- ros, á vista de los desatinos impresos por Gamboa, no crean que todos los americanos somos tan machos co- mo él, le decimos con toda la boca que miente en cuanto ha dicho: ni ha habido tan terrible sequedad, antes que viniera la Virgen, ni tales pestes, ni tales ganados muertos, ni tales campos áridos, y después que vino no ha habido mas que 'dos ó tres lloviznas que no merecen el nombre de aguaceros: todavía se de-be esperar á mediados de este, para que llueva bien (3), de consiguiente no ha habido tal milagro. (3) Con haber leída siquiera el pronostico de Ontt* V*ros en su calendario, se sabría que el granizo estaba Anunciado en junio, y las lluvias á fin de éi. En el orden físico hay tus revoluciones como en el orden polí- *'co, iA que fin apellidar milagros á los efectos pura- mente naturales! Esto es enseñar al pueblo, m á católi- co, sino á supersticioso é idolatra. Venere en horabuena 4 la imagen de la madre de Dios, aunque esté en una estampa de papel', pero no crea esos milagros tan bar a* tos, ni menos haga esas ridiculas distinciones de las imá- genes materiales. El espíritu de partido se conoce hasta en la pre~ dilección de las imágenes. El mismo día que entro nues- tra señora de los Remedios, el cabildo de Guadalupe, le comenzó su novenario á aquella santa imágen, pues ipOr que no se atribuye el pretendido milagro á nuestra se- fibra de Guadalupe, y si, á nuestra señora de fot Re- tnediosl En juicio contradictorio la presunción está á fa- vor de nuestra señora de Guadalupe, Esta señora se ofreció á favorecer á los indios, y de nuestra señora de ios Remedios, sé cuenta que les echaba puñados de tier- ra en los ojos cuando la conquista. Nuestra señora de Guadalupe, fué la patrono de los insurgentesl Nuestra señora de los Remedios, fué la generala de los gachupín t>es. Con tales insignias estubo en catedral hasta que se Verificó la independencia* Es. de creer que Capitularía, porque ya la despojaron de la bandiu y el battoncito, que es regular que haya entregado a nuestra señora de Gtuadalute, como que fué la que gané1, y asi es que sien- do esta nuestrfl favorecedora, no habiendo jamás usado de condecoraciones militares realistas, y teniendo actual* mente el mando% se debe creer que ella hizo el milagro^ y no nuestra señora de los Remedios. A tan ridículosPero para que se vea cuan embustero es este viejo hipócrita é iluso, le voy á acosar ante el pábU* co ilustrado tres gordas mentiias, que se ha atrevido 4 estampar con letras de molde. A saber* Primera, Que hasta el dia 11 del pasado, no car yó el primer aguacero en México* Miente con M gran- de, pues aunque hin escaseado las aguas, no han fal- tado del todo y recias. Yo mismo viniendo de una visita para casa con mi familia, me moje una noche muy* bkn, sin embargo de los paraguas. Otra vez un sr. Ser nador y yo, tomamos su coche por no mojarnos coa el fuerte aguacero que hubo en la tarde. He de confundir mas á este impostor. Quiero |quf sepa los días en que ha llovido en el próesimo pasa' do verano, es decir, antes que viniera la santa imagen» El jo de abril. £1 3. de mayo. El 4- de id. El 21, de id. El 24. de id. El 28. de id. El 39. de id. El 7. de junio. El 9. de id. Es decir, que solo en la primavera llovió en Mé- xico, ames que viniera la Virgen nueve veces, luego no fué la primera vea el dia 11: luego Gamboa es un solemnísimo fanático y embustero. Segunda mentira: que siempre que viene la santí- sima Vi gen llueve. Yo soy menos viejo que Gamboa y he visto hacérsele dos novenarios seguidos a larn¡S" na imagen, y no llover. distar jos dan lugar las supersticiones ér idolatrías éh hs falsos devotos*9 Tercera mentira: dice este viejo que el día 15 de junio en que se trasladó la imagen, de la Veracruz á Catedral, ya inutilizada la vela, las nubes suplieron tal defecto, naciendo sombra á la procesión, y concluida esta, despejaron el campo á los rayos del Sol. Tal patraña solo Se puede hacer creer á los ciegos y á los insensibles, pero no á los que pensamos, vemos y sentimos. Puntualmente esa mañana hubo un Sol furioso, interrumpido en segundos de minutos por algunos nubarrones pasageros: pregúnte- sele que tal le fué con el Sol de ese dia, á la guarni- ción que cubrió la carrera de la procesión; mas no es de estrañar que este necio fanático que no vió llover hasta el 11 de junio, creyera ver en el 13 del mis- tto la milagrosa njjbe de IWoise's, que hacia sombra de dia al supersticioso pueblo de Israel. Si los faná- ticos r o son locos, á lo menos están borrachos cuando deliran. Este es mi juicio en el que he de vivir y morir. Este bárbaro desde el título de su papasál co- mienza ultrajando la religión que afecta cenocer y de- fender. El título es: Papeles y ¡teches impíos merecen los desafios literarios. ¿Donde está aqui ti amor del prógimo, ni la observancia del precepto evangélico, que nos manda volver bien por maft No hay en boca de este fanático hipócrita sino una venganza vil, que no solo autoriza con sus palabras, sino que trata de eje- cutarla con las obras. El 30 de este se arrojó á mi casa acompaña, do de otros cinco, entre ellos un oficial de caballería, con el santo objeto de darme una paliza alevosamente. Tres subieron á mi casa: el oficial (4), Gamboa, á quien (4) El ángel chismosiel me asegura, que el oficial no es fonatico\ pero tal seria la seducción de Gamboa, JOe cualquier modo no parece bien que los srs. oficiales^ se mezclen en empresas que tienen todo el carácter de ¿levos as.10 conozco bien, y un herrero, y tres se quedaron, uno en la puerta del sahuan y dos en en el caíféjots Los reci- bí solo, á su parecer, en mi estudio coi lus demos- traciones que ecsije la educación qua e! no conoce. A el mismo le acerqué un aotI «n borbonista de remate, y aunque roe dicen que tie» Res correspondencia con el obispo |de Sonora, no lo qtiero creer, pues no es posible que un gachupín de *u talento y su dinero, se corresponda con una saban- dija como tu; pero si asi es, ¿á que nó dices públi- camente VIVA FERNANDO VII.?. El Pensador Joaquín Fernandez de Lizardi. Así se firma, cobarde, no con iniciales. P. D. Me acusa como un yerro garrafal el que fui de impien i, ponit enitgar de potiHit^ este bár- baro no sab. que en sus sonetos y su ultimo fárrago hay treint y cinco yérros, en latín y casttllano; por- que no *sbt escribir el muchacho. Le noté que puso: el carmo muy sal ¿no, y para enmendar'la pila-br ;da di- ce: cj ,e ts yerro de iniprenjii; pero que debe decir: Lo- ¡auo. ¿No es un gramático profundo el tál Gambo*? En ;a enmendadura qi:e hizo al disparate de solano, p'^o dos gramaticales, itiidná con L mayúscula y con s. S^pa que se escribe lozano, y con L grande es apellido. Por poco no dice: el Cunip'o Martínez, Petez &c» ¡Sojrc que és chusco el angelito! ¿Ya ve vd. este papél tan lugo? pues sobra mucho que .decir sobre los sarcasmos de vd. como sobre aquello de que » soy' capitán Mn haberle visto Io$ vigotes á Marte" Cuando eso fuera,, que no es, como consta por mis documentos, poco importa. Vd. lo que ba de probar t s que no rmeresco serlo. Si pue- de vd. probarlo, le ofresco lis pagáá de un año. Lo que no sé es servir con el fusil al hombro en cla- se de condenado por mis gracias, al regimiento llama- do de Fernando Vil., nj menos hacer la limpieza de un cuartel, ni sufrii bancos de pajos, como dizque vd. ha esperimentado por aantp y por devoto..... pues.....12 £1 siguiente biscochito se lo regala un antiguo conocido suyo que le sabe su vida y milagros. SONETO. Adulador, fanático, embustero, Que con tanto valor, tanta osadía, Adulteras la prosa y la poesía, ¿Quien es tu apuntador, dime primero? ¿Es algún cargador, carretonero, ó medidor de alguna pulquería? ¿O es algún monicaco chuchería. Tan bruto como tú, tan majadero? Inspirarle virtud al pueblo quieres Contrahaciendo el papel de justo y santo; Mas ¿quien te lo ha de creer? cuando zahieres Y á tu progimo befas ¡tanto! ¡tanto! Monigote Gamboa ¿sabes lo que eres? Un hipócrita tonto; pero ¡cuanto! México julio $ de 182^. Oficina de Ontiferos. L _