¿7 ALLA VA ESE TEMPERANTE PARA D. CARLOS BUSTAMANTE, Ó YA SEAN Re/lecciones sobre el contenido de su Avispa itú~ mero 6. en el tomo %.0 < Niji utile quod fatUmus stulta est glori*. ¿Fedro. tlyl patriotismo tan recomendable en todos los Es- tados, y que debe ser ia divisa de todos los buenos ciudadanos, es de lo que mas se está abusando en est» *0s tiempos calamitosos para arruinarnos. Ordinaiu- mente vemos ahora que aquellos que hacen demasía» do alarde de ser todo un patriota en la estension de la palabra, no son masque unos delirantes, que va- lidos de este especioso pretesto, conmueven y amoti- nan los espíritus para autorizar lo* mayores escesos y maldades, de suerte que el epíteto de patriota va ha- xje idose odioso y ridículo, y tan temible como despre- ciable en el concepto de los hombres de bien y sen- satos. Con esta máscara insidiosa se nos presenta hoy en su Avispa núro. 6, el nunca bien ponderado D. Garlitos, desempeñando su papel de mecenas del frai" le obispo de Sonora, á quien seguramente le merece ademas de los respetos de religión, algo de aquellos favores que Jos facultativos de la tuna llaman de re- facción. Cuan chocante y escandaloso es ver vergüenza á semejante antropófago para q¡ue aprendiendo a respetar á1 la humanidad que tan-- t8 tado Son ministros del Señor destinados ,esc'i¡siva- mente para el serv ció del altar; y todo cuanto ¿.-a tras- pasar los límites de su misión, es incurrir en de- litos que la ley d¿be castigarles con toda severi- dad. ¡Desgraciada patria, infeliz nación si quecian im- punes estos delitos sacerdcales, pues tendrá que vol y r á lacrimar los horreres de la guerra civil qu£ r-cientemente ha padecido! Distínganse cuales sop los intereses de la patria, y cuales )o« ce la religión, para que no se confundan y se les dé ti lugar que merezcan entre sí cadi una de las clase* del Estado,. Por mas fácil que le parezca al señer escri- tor desimpresionar el entusiasmo común con que es?" tá predominada la opinión pública, es demasiada- .mente difícil conseguirlo, tanto que puede compa- rarse la imposibilidad de esta empresa, con la que i ay en querer pisar uno primero la calle estando eO ¡1. azotea, que bajar antes por alguna escalera. E.o la palestra estatuó; y muy en breve lo conocerá el señor licenciado, quien por su ilustración ó por des- gracia pública es reputado por oráculo, cuyo solo pres- tigio es bastante para que ejercitara mejor sus luces en utilidad y beneficio de su país natal. Idea tan su- blime es la que ha dirigido mi pluma para trazar es- tos borrones, que alguna calentura deben haberle cau- sado á nuestro licenciado, á quien obrando de toda conformidad con el Payo, deseo verlo enjaulado pa- ¡r-i que no nos esté dando malos ratos en decirle co- sas que repugnan á mis principios y honradez, y en repetirle, que alia va ese temperante para D, Carlos JBustamante. Se continuará. México a de marzo de 18a;. Francisco Santoyo. Oficina de D. Mariano Ontheros.