DEFENZA DE IOS FH AZMASOE'ES (1) POR EL PENSADOR MFXICAKO. o sea. 0hs?r-v(i:ÍQ*e$ criticas sVbfe ¿a Pula del Sr„ demente XII. y Heredado XIV- cfrftrk' íúl F ra c m a sones, da da. la pr inte r Ú a 28 d ? A h r i f de ll^.Iaíte^uhda en 18 de .Mano d- 17^1, y publicadas en esta capital en el presente de 1822. O? yo no fuera tan ienorante no feé chocaran tan- tas co*as que no me pudieran caber a-unque tabiese un gasnate nr.;as aecho que el de la ballena que se trago á Joñas. Por esto bago rüts observaciones sobre to- do, por ver si los sabios itfe s a Can de mis cea- fue ion es.2 Entre lo que me ha chocado han lugar es- tas dos bulas respetables, y sobre las que haré unas superficiales reflexiones, dejando a* los eruditos editores del Sol, el cuidado de que las hagan con 3a solidez que aconstumbran para los mas instruí* dos, mientras yo las hago asi para las viejas y gentes de capote rabón, que son con quienes quie- ro entendérmelas. La bala del Sr. Clemente XII. y la del Sr. Benedicto XIV. se reducen á prohibir bajo graves censuras, las reuniones de los frac maso- nes * pero en ellas no se da una razón sólida, bas- tante y justificada para prohibirlas, ni se lesprae- ba de delito, convencimiento, heregia ni per- tinacia, y solo se prohiben per sospechosos per xazon de su secreto. Véase. El Sr. Clemente XIV. dice : ,, Ala ver- dai ha llegado á nuestros oidos por varios con* ductos, y aun por el mismo rumor del pueblo, que hacían grandes progresos por todas partes." ciertas Sociedades..... de frac masones.....en don- de se reúnen hombres de cualquier religión y sec- ta, dándose por contentos de cierta apariencia de virtud natural que afectan, ligados con un vín- culo tan estrecho como impenetrable " en. obsef vancia de las leyes y estatutos que ellos mismos se han impuesto ; obligándose ya con el religio* so juramento, que se les exige sóbrelos sagrados libros ( 2 ) ya con amenazas exageradas de gra- des penas, i cubrir con un profundo silencio aque»Has cosas (3) que hacen todos los días en secreto. Mas siendo tal este delito (4) que el mis- ino se descubra,. (v5 ) y de la cara, se han.hecho sospechosas á los fieles semejantes Sociedades ó Jun- tas, que á juicio de hombres prudentes (6 ) y buenos es lo mismo entrar en ellas que incurrir en la nota, de malos y pervertidos ; porque á la verdad, sino hiciesen cosas malas, no se oculta- rían tanto. ( 7) De todo lo dicho y de loque añadió el sa- bio Benedicto XIV. que se reduce alo mismo,sa- camos que há habido y hay fracmasones, que tie- nen unas reglas d constitución particular que observan y que lo que tratan en sus juntas tor dos lo ignoran por el impenetrable secreto que guardan, caucionado observar con religioso jura- mento, que presta* sobre la santa Biblia. jPor Dios que deseo ser fracmason ! por que no puédeme- nos que ser santa una religión, secta d comuni- dad donde el fundamento es la beneficencia, el amor al genero humano, la hospitalidad y el de» sinteres; y en la que se guardan sus preceptos (entre estos el secreto) bajo la sagrada religión del juramento prestado sobre los libros canónicos que veneramos, y esto con tanta religosidad que no ha podido encontrar un perjuro toda la mali- ciosa y cruel astucia de la nunca hien rEaldií.a Inquisición, O los Fracmasones *>©n' los mejores hombres de bien del mundo, 6 los católicos que yo conosco son los hipócritas mas picaros que exis*4 ten sobre la tierra; porque nn tribunal que era Areos en vhierbe cié la religión para cometer sus picardías, y qme al que no le sabia le levantaba, no encontró un frac masón perjuro,' y yo sin ser Inquisidor, lie visto- perjurar á los católicos pri- vada y publicamente á cada paso. Publicamente, con todi solemnidad, a. vuelta de esquila y coa «;dvas de artillería he visto perjurarse en lóanos sute vece* á los Virreyes, ÜbLpos y Arzobispos, Cabildos de Clérigo s, Prelados de Fray Ies y to» cía c!a^e de corporaciones., entrando las tropas, ya Reales, ya Constitucionales <$£c. A Carlos IV. jara- ro-fl obedecería hasía la muerte. Después de lo de Biyona á Fernando 7. se juro como Monarca ab- soluto en 803f después se perjuraron, y lo íiicie- ton Rey Constitucional. Volvió con las bayone- tas y ec'ió j noramala la Sob rania de la Nación,» se volvió i jurar en Méjico Monarca absoluto» El Gran Qoiroga restableció la libertad tu su tro- no, y Mí- j*co, pues, las Síos, catolicosque se espan- tan de los trac masones, volvieron á perjurarse, y la hicieron constit ucioBal > u Itimamenie," no les aera» do asi, lo despojaron del trono y juraron la Indepen- dencia, único juramento que yo teneo prestado al Dios de la verdad, y que sostendré con mi sangre. Cm que, ¿qué tenemos que escandalizarnos de los íracmasones, cuando ni sabemos de que tra» tan, ni podemos imputarles por culpa un secreto qu¿ guardan religiosameníe por no ultrajar á ®m perjurándose!Seamos primero los errores de los fracmaso. fies f entonces podremos rebatirlos y condenarlo*; mientras no, todo será .acreditarnos de necios y te- merarios en condenar como malo aquello mi>mo que ignorados. Yo no entiendo como adi: niencose en los clubs o asocbcineS.áe Xa$lihr¿>* albañile*, indi vi- dúos de todas tretas» juran todo* scbre ios Evan- gelios; no entiendo, vuelvo á decir, como ti Pagi- no, el Moro, y el Judio podrán jurar, y con tan- ta religiosidad sobre lo mismo que no creen. E$ claro quz en tal caso no se tendmn por chinda- dos á ¡a observancia del secreto por el vínculo te una ritualidad que para ellos era despreciaba. No¿ha sido a^i, luego es preciso creer o que tam- ben en esto engañaron al Sumo Poatiñce, o que Mediatamente que los sectarios de otras coma. Nones se reciben en las logias maconas» creen * los misterios d.í nuestra íé, y se concierten ^ c-itoiieos. El lector se decidirá á creer 1© que Asiere. Asimismo me es incomprensible lo que dice la bula de que algunos se han arrepentido. Si a>i *i ¿como no han descubieito los errores de estos vivados albañiiev? Luego d no notaron entre ^ningún error contra la fe, ó jamas .íejia arre- cido ninguno. Yo no entiendo e^tas cosas: solo entiendo ^ por desgracia cornos mas escrupulosos quebue- ^Católicos» Tengamos fe, cumplamos con nues-tras obligacienes, no hipócrita, sino iincéramente, y riámonos de los Jacobinos, Jansenistas, Frac masones y de cuantos enemigos tenga nuestra religión', seguros de que el fundador de ella ha prometido que su iglesia permanecerá hasta el fin del mundo, y que jámas prevalecerán contra ella las puertas del infierno. '•Apssar de que muchos por ignorancia o malicia, dudan de mi catolicismo, porque no so/ preocupado en materias religiosas, no ÚÍ aterran sus temerarios juicios. Ko cabe comparación en ¡o que voy ¿ decir, pero Jesucristo fué tenido por samarkano f;s decir, per cismático, entre los Ju- díos, porqu* exigía el cumplimiento de la ley, y les echaba en cara sus transgresiones superacio- nes, e hipocresías. Estos decia S. M. con los ,, labios me honran; pero su corazón esta lejos ,,de mi" !Oj y no diga lo mismo de muchos de nuestros zelosos defensores de la íé\. Xos Santos Pontífices que impugnaron 1» i&ascneria, obraron de buena fe, segtm las luces de su siglo. Ahora luce el sol mejor; es meo"' ter ver bien para aprobar d condenar. Este es ni' sentiv. tfMtf todo r no i san to c ( pd tole este 00 ;: (1) Yo no fue do defender lo 'que ni co \ pero estamos á> esta fecha tan adelavM'^ en ilustración, que si al papel «o *¿ ■ za con un titulo escandaloso, no se vendar ( ( tal hia mat iyn ( •Er, tem ta i cer cie't Uyuautor pierde su trabajo y el dinero, y esteno todos tienen ganas ni grosor cien de perderlo» . (2) Si juran sobre los santos Evangelios no serán muy hereges. (3) Estas cesas no >supo cuales eran este santo Pontífice, y asi condenó siii conocimien- to de causa. (4) Sin saber que cosas trataban ¡cómese pdrá apellidar delito sus juntas ! Los Apos* toles tenían sus juntas secretas, luego, según este principio, los Apastóles eran delincuentes. (<5) Si se descubre ¡come r.o se sabe* (6) En el si^lo pasado les fanáticos pa- saban por prudentes \¡ cotclicos ; sino ? como ha* hian de afirmar que se incurría en la notad? malos por entrar en unas juntas cuyo designio iteraban f (7) Esta causal no está sujeta a lógica. Era menester sacar heregias ó blasfemias de semejante principio. Si los hermanes de una san» ta escuela no hicieran cosas malas, no se ¿n* cerrarían y apagarían las velas á la hora de ciertos ejercicios. Si las monjas no fueran de- lincuentes no se taparían la cara, y si el mis»8 vio Jesucristo r.Q hubiera delinquido al/wasv!' Ccsf ro se. hubiera escc^d^do otras de sus ene mires CQiuQ7.es dice el Evangelio, fago. ¡Q5 cosas ! Febrero 13. de 1822. Joaquín Fernandez Lizardú MEXICO 1822: In-vrenta Jtr.ericana de D. Jcsé Mari* iancturi, calle deS.Jcskei fatávfa'fa-, % V. fofirTinutccr^Ma. v¡2£>JiyriLe&t Je ¿¿¿s^f/a^ puja- Áacer ío evít ¿ fle ta*- ^ %i*a~/ul ¿ff^* iW> .y S£. r¿i. Si ¿¿ivfcr¿cot ejo*- fiar- /£r¿5>t'¿r> #¿ZC*—. fn¿" ¿¿tj*fi#^l Cuati** n¿cn ■^&'jíi*¿^Mt' Su &c*ie>¿£t~-8 Yo, impelido de la natural compasión que ins- pira la humanidad afiijida, y acordándome queJ.C. me manda auxiliar á mis semejantes en tales casos, y auu me dice: que lo que hiciere con un infelic es como si lo hiciera con S. M. Temo del brazo á mi buen francmasón con ánimo de meterlo á mi casa, franquear- le mi cama y ministrarle cuantos auxilios pueda; perche aquí que me detiene un amigo y manifestándomela Bula, m.e dice;jQ»