té MÉXICO LIBRE. °ORAMA HEROICO EN UN ACTO. p0R B. FRANCISCO LUIS ORTEGA. ¡( lfO HAY UN TODEH. BASTANTE A SUBYUGAR k UN PUEBLO QUE HA JURADO Sü UNION Y LIBERTAD, Y LAS DEFIENDE *S JUSTICIA, VALOB. Y ACERO ARMADO. 'Escena última. MEXICO: 1821. n la imprenta de D. Celestino de la Torre.DEDICATORIA. Libertador de México adorado, Generoso adalid, grande ITURBlDfii El cuadro de tu gloria he compendiad0 Do una ojeada veloz mi amor te p^e' Si tú lo aceptas con benigno agrado, T el trabajoso afán no me lo impida Otra vez tentará la musa mia Desenvolverlo mas, cual hoy quería.3 PERSONAGES. la libertad, el despotismo, américa. xa discordia, marte. el fanatismo, palas. la ignorancia, mercurio. coro de mexicanos. ESCENA PRIMERA. AMÉRICA, CORO. CORO. Nuestro clamor atiende} apresura tu vuelo, hija del almo cielo, 4n¿f- divina Libertad. ■ Suspended vuestro ruego y convertidlo en gozo y en sosiego. Jamas á vuestros padres ha alumbrado mas bello y claro dia que el que Anahuac hasta hora infortunado mira rayar con plácida alegría. La Libertad preciosa del alto trono que le alzó el Ibero en la orilla feliz del Manzanares ha de venir con ala presurosa á visitar también vuestros hogares. Estas cadenas duras ta de romper su poderoso brazo, dando fin á. mis crueles desventuras. Haced, o mexicanos, qíie, no llegue á alejarse jamás de mi regazo. CORO, Tus leyes nos dicta, ó Patria querida, y aun la dulce vida daremos por tí. Sufrir ya no es dado de esclavos el trato, y nos es mas grato . mil veces morir. ír,ca. Eía constancia noble y generosa *que nunca ha desmentido en dos lustros que cuenta el mexicano audaz de cruda guerra: ese sagrado fuego que el patriotismo derramó en su pecho, y que á pesar de la contraria suerte en los rudos combates lo animaba á arrostrar los peligros y la muerte, alientan mi esperanza y mi consuelo, y harán mi dicha cierta con la ayuda que benigno me ofrece el justo cielo. Tres siglos su decreto irrevocable a la coyunda mi cerviz ligara de la Europa feliz, que protegida de Palas y de Marte, dos númenes excelsos y potentes, vió su poder del orbe respetado y á mis pueblos senciilos é inocentes sucumbir á su yugo detestado: pues aquella nación impons leyes y sabe sujetar extraños reyes, que á los afanes de la guerra dura hermanó de las ciencias la cultura. El tiempo que girando en su incansable rábida carrera, ya el poder Macedonio derribando con su guadaña cruda, ya hollando la altivez de Roma fiera, la faz del orbe muda, quiso que esas benéficas deidades-, inspirando al sencillo Americano á par del culto y bélico europeo, viniesen á fijar nuevas edades en la historia del mundo, tornando de Colon al vasto imperio á aquel antiguo esrado dt ventura en que lo puso próvida natura y perdió en doloroso cautiverio. Wasington y Franklin son los primeros que enardecer í las deidades plugo para vengar del Septentrión los fueros y osados sacudir el Anglo yugo. El hijo de Atahualpa y Moctezuma,y el hijo de Coftéz y de Pizarro sienten después el divinal influjo, de libertad ardiendo en fuego vivo; y á par que el mundo al español bizarro atónito miraba como del galo altivo humillaba los ínclitos pendones, yo gozosa llenaba de puras bendiciones á Hidalgo, á Matamoros y á Morelos, que en heroicos afanes y desvelos de la nación Hispana,. no ya hija servil me proclamaban, sino amiga cordial y tierna hermana. ¡Honor, honor eterno á su memoria cual la miel sabrosa! La cruel Discordia, el Fanatismo ciego, y otras furias salidas del averno cortaron su carrera magestuosa; pero del patriotismo el santo fuego por ellos derramado do" quiera discurría, y de su tumba helada se extendía de Arauco hasta el confín jamás domado. La generosa Cádiz entretanto sobrecogióse de terror y espanto, y sus excelsos muros retemblaron, al acercarse en ominoso carro la infanda Tiranía, que con cetro de hierro dirigía las Hispanas legiones que su rencor previno- para oprimirme mas, do quicr llevando muerte y esclavitud, y que la suerte empleó propicia en el feliz destino de terminar mi esclavitud y muerte. A Quiroga guerrero reservar quiso el cielo la alta gloría de derrocar con brazo poderoso al Despotismo fiero; y á su -clamor de libertad divino, respondió libertad el fuerte Ibero, libertad el Latino, libertad el valiente Lusitano,6 y libertad, en fin, el mundo entero. Las sombras de las víctimas que fueron gustosas en mis aras inmoladas, libertad, libertad, clamando errantes, alientan á los bravos mexicanos; y encendido su pecho generoso, libertad, libertad unidos claman, y tanto los devora el patrio zelo, que como estrellas cuenta inmenso el cieloj y como el mar arenas, á limar asi vuelan mis cadenas. A vencer ó morir todos se aprestan-, y uniéndose á los fieros escuadrones que un tirano poder jamás domara, restos preciosos de la lid terrible que el héroe de Dolores provocara, torman nuevas legiones, que bajo de caudillos inmortales libertad, libertad gritan ufanas al escuchar las voces soberanas, que Palas con sus labios divinales y el genio de la guerra sanguinoso (jue en ios consejos de Anahuac preside dictaron en Iguala al ardoroso, al inmortal^ al ínclito Iturbide. Enfrenó su valor al despotismo: acalló su prudencia los partidos hijos del inflamado patriotismo, que ciegos iban á rasgar mi seno; y dió fin á mis llantos y gemidos. ESCENA SEGUNDA. DICHOS, PALAS, MARTE. Palas y Yo te salvo con mano propicia: Marte. yo quebranto tus duras cadenas: yo doy fin á tus lloros y penas; por mí gozas feliz libertad. Marte. A mi debes, América dichosa, tanta felicidad: á mí que vine á sacudir el sueño en que yacia la mexicana tierra con el trueno espantoso de la guerra.Son mucho mas antiguos los favores que yo te he dispensado; pues cuando Marte vino, y tremoló sus hórridos pendones, ya tus hijos corrían ansiosos tras mis sabias instrucciones. No niego yo la protección de Palas, y que por ella fuiste mucha antes estudiosa que guerrera; pero sin mi asistencia son vanos los tesoros que guarda ocultos la profunda ciencia. Cuando mi luz desprecia desdeñoso el soldado se ve di la victoria abandonado; pues nunca la consigue sino el valiente que mis huellas sigue. Si á la pluma el cañón no responde es sin fruto el trabajo del sabio; y por mucho que esfuerze su labio no hay quien ose á su voz responder. Si al cañón no responde la pluma suda el héroe, trabaja y se afana; y por una victoria que gana mil alcanza del sabio la voz. Solo llega á triunfar la justicia con la ayuda del bravo guerrero, que esgrimiendo en campaña el acero pone freno á un tirano poder. Nunca pudo escuchar un tirano de Minerva los claros acentos, sin probar angustiosos tormentos, sin llenarse de espanto y horror. De las ciencias la luz no refleja en los ojos del despota erguid?, si del brillo á la par no es herido con que luce el escudo y arnéz. Es la guerra una una plaga que al mundo en sus iras los Dioses envían si el consejo y prudencia no guian y moderan el bélico ardor. Yo te salvo con mano propicia: yo quebranto tus duras cadenas:3 yo doy fin á tus lloros y penas: por raí gozas feliz libertad. Cese vuestra coatienda generosa. Son tantos los favores que hoy recibo ile lu luciente antorcha, ó sabia Palas, de tu potente brazo, ó fiero Marte, que decidir sería muy ardua cosa quién en mi dicha tiene mayor partCi Guer.beS.os son briosos Bu.STAMANTE, NeGRETE, FltlSOLA, Quujtanar, Bravo, Echávaiiri y Herrera, y otros grandes caudillos cuya memoria sola es largo recordar; y aunque en lid fiera para vengar mis fueros han entrado con firme pecho y con sereno aliento, y de lauro su sien han coronado, también al dulce acento de la razón han fiado mil veces el honor del vencimiento. Todos siguen las huellas á porfía del Adalid proclamador primero de la divina triple garantía; y en este gran guerrero nadie podrá,4ecir lo que mas brilla, si el belicoso ardor del fiero Aquiles, si del anciano Néstor la experiencia, ó del divino Ulises la prudencia. Marte. Ya que tus labios la virtud ^pregonan del inmortal campeón...... Palas, Ya que has mentado las glorias de Iturbide...... Pal. Mart. Oye coa atención: después decide. Marte. Como arbolillo que el hortelano desde temprano sabe regar: Tal Iturbide, por mí guiado, fue acostumbrado al rudo afán. Palas. Como la rosa desplega flores,9* y esparce olores en el abril: su aliña sublime tal he adornado, tal la be llenado de dones mil. Martí* Mi escudo y lanza le di en campaña, le di mi saña, mi intrepidez. Ceñí de lauro su invicta frente, del rayo ardiente su diestra armé. . Palas. , Activo lo hice prudente y sabio, puse en su labio la persuasión: Y si a su brazo no ¡ hay quien resista, también conquista M¡n su dulce voz. b , 3 Yo te salvo con mano propicia: flí« yo quebranto tus duras cadenas: yo doy fin á tus lloros y penas; por mí gozas feliz libertad. ESCENA TERCERA. DICHOS Y MERCURIO. lft . , .,, ..- . í. ¿5 N I..... íttf»o Bastante habéis, ¡ ó númenes excelsos! vuestra noble contienda sostenido, to'i'.i Yo nuncio de la paz, yo cneusagero de las supremas órdenes de Jove, del olimpo he venido, y en su nombre os conjuro ij á no agnar ya mas la competencia.. K¡tl' iY podré yo del premio estár:seguro ? Hjeaí> Qué i no he de obtener yo la preeminencia i jj*curio. Júpiter deja el fallo suspendida fte« A él pronunciarlo toca.Talas. Dime jporquc, 6 Mercurio, guarda silencio su divina boca? Mercurio. Otra en su vez o* hablará muy pronto. Entre taato sabed lo que dispone de los augustos Dioses la asamblea. Congregada en aqueste fausto dia en que Anahuac independiente logra ver renacer su antigua monarquía, quiere colmar el gozo y la ventura del antes oprimido mexicano. En sobervio alcázar, esa oscura y funesta mansión dó han habitado la cruel Discordia, el Fanatismo insano, la Ignorancia y el duro Despotismo en templo bello, alegre y luminoso veráse tratformado dó ñjará la Libertad divina, la amable Libertad, su trono hermoso. La indecisa sentencia aguardad de sus labios divinales, pues asi lo ha ordenado el padre de los Dioses inmortales. Y tú, pueblo dichoso, en este dia gózate en la mas plácida alegria: acabaron tus penas y tus males. Marte. Un juez mejor tocarnos no podía: «es la victoria mia. Palas, Mi triunfo será cierto. Marte. Jamas se vió que nna nación opresa, sin ser audaz, su libertad consiga. Palas. Si no están de concierto las luces y el valor, se cansa en vano el pueblo que pretende trasformarse de esclavo en soberano. Marte. ¡ Libertad celestial, ó que penosos me son de tu tardanza los momentos! Palas. Todos oir deseamos anhelosos de tu boca los plácidos acentos. Marte, Palas, Coro. Nuestro clamor atiende; apresura tu vuelo, hija del almo cielo, divina Libertad.ESCENA CUARTA. 'Wjj? 'a Libertad, que al mudarse la escena en un hermoso *>. }>n ,° ten>plo, aparecerá sentada en un bello y elevado tro- \ a erredor de él habrá varios genios alados con ramos de *»(!„ {0rcj> espigas, balanzas, libros y otros símbolos que repre- ?' ?ue ¡a *>JZ> abundancia, Justicia, Ciencias, Artes y demás bie- Wor 'rae configo la Libertad. El Despotismo, la Discordia, la a y el Fanatismo (aunque no visibles al Coro) se dejarán un grupo en actitud de sorpresa y espanto. Amando* ^arU. ya nos muestra su rostro alhagueño: "las. Ya presenta su faz pura y bella 4ne'rj 1 á implorar su divino favor. * yo cambien lo imploro, ¡ó Libertad de mí tan suspirada! i Conque es cierto que el cielo permite que te mire ya ensalzada en mi felice y opulento suelo? Reyua p«r siempre en él, vive adorada y nunca llegue el dia sin ventura en que de: nuevo sienta de tu ausencia el pasado rigor y la amargura. 0í». Sí, reinare, y conmigo (i ) reinarás juntamente: reinare para tí, para tí sola: reinaré, y en tus hijos el bien derramaré' Uberalmentej y reinaré de modo que con mi protección y beneficios jamás llegue á pesarles haber hecho por mí tan singulares, j¡ , . tan grandes, tan costosos sacrificios. r,ca. Su afán, su ansia por tí se ha redoblad» mientras la fama mas ha pregonado la dicha placentera que contigo alcanzó la gente Ibera. Á ella corro, voy tímido á ella (1) Bajando del trono y dirigiéndote á ¡a América.12 Libertad. Ningún pueblo mayor la ha disfrutado j y como hasta ora uaa familia sola formaron el Ibero y el Indiano, seria mi obra incompleta si negara el don del padre; al hijo, y si dichoso no hiciera al uuo á par que al otro hermano. Yo intenté, manteniendo el fuerte nudo que hasta aqui los ligara, labrar de ambos el bien y la ventura; pero mi esfuerzo contrastar no pudo las leyes de natura, que separó del uno al otro mundo con el gran valladar del mar profundo. ¡ Cuantas veces mis genios encargados de llevar mis benéficos decretos llegaron á tus costas fatigados de surcar tan inmensa travesía, y enervado el vigor y la energía que yo les comunico al ordenarles su pronta ejecución, quédaron- vanos para los apartados Mexicanos! Ora no será así: ya estoy contigo: juntas las dos . en laao eterno, amigo, de reparar sus cuitas trataremos: : sellaremos su suerte venturosa: prontas donde nos llame acudiremos su bien y su salan; y hasta la odiosa memoria de sus males borraremos. América. ¡ Qué placer inefable ! Libertad. No es inferior al tuyo el que yo siento: ven á mi seno amable, (i.) . y me será mas grato este momento. . Mercurio. Vuestros ardientes votos se han cumplido, hijos del Anahuac. En dulce lazo la Libertad y América estrechadas se dan el tierno suspirado abrazo. De ese alcázar, morada tenebrosa del Despotismo atroz, huyó el misterio que encubría sus tiránicos decretos, (i) Quitándole las cafcnas y abrazándola.*3 y solo de la ley al suave imperio ea adelante viviréis sujetos. . iQué os detiene aquí fuera? Entrad: la bella Diosa que os visita cl artificio y la reserva oscura desconoce, y á todos se presenta como la luz del sol diáfana y pura. CORO. ( I ) Descended, monstruos odiosos, del abismo al hondo seno: no turbéis un dia sereno ÍjL, , lleno de gloria y placer. at». Al orco tenebroso, ó Mexicanos, hubieran ya bajado los maléficos génios que os irritan; pues asi como á mí jamás fue dado inorar en compañía de esos tiranos, tampoco ellos jamás conmigo habitan. Ahora los veis aqui, porque, conviene que escuchéis de su mismo labio impuro cual ha sido hasta aquí su yugo duro y el vil destino que cada uno tiene. Así sabréis mejor en lo futuro de los lazos fatales que os tenderán astutos libertaros: conoceréis también de cuantos males os vengo á redimir: cuanta es la dicha de que vengo á colmaros; y viendo cuales fueron los caminos por donde me ha guiado á México del cielo la clemencia, será claro á que parte roe deberé inclinar en la sentencia ^fíí>ot ^e ya esPeran de mí Palas y Marte. * Satisfecha pareces con tu triunfo: mas para mí tu orgullo es despreciable, pues con el mió nunca es comparable. No pienses que me abates ti.1) Acercándose á la Libertad v deteniéndose al ver al Des- ,,n>o> DiÍCOrii¡a, vc.r4 coa obligarme á referir mi historia; lejos de ello se aplace mi memoria al recordar los males que ha causado. Mas ¿qué diré de mí que no se sepa? Este cetro de kierro que en ningún tiempo dejo de la mano: mi elevada estatura; mi cuello siempre erguido, descubren bien, al Despotismo insano. Mi gloria ocupa la extensión del mundo; pues no hay nación alguna que á mi yugo no se haya sujetado, y dó no me hayan tímidos los hombres muchas aras y templos levantado, y ofrecidome víctimas sia cuento. Mi inmenso poderío se desplegó en América y España, y si otra vez estuvo vacilante volvió luego á rehacerse con mas brio; y aun hasta hoy se vería respetado si débiles no hubieran desmayado en las altas empresas que yo les confiara estos que veis aquí ministros mios, y si QuinoGA allá y acá Itürbide no hicieran que por fin se desplomara. Jgnoranc, ¿Así pagas ingrato los afanes que emprendiera por tí? ¿Así te olvidas de quien he sido yo? ¡Ministro tuyo me llamas simplemente! Llamarme deberías tu cara protectora, tu amiga fiel, tu madre,.... en fin tu todo. 1 Di, pérfido, sin mí lo que serias? 2 Cómo tranquilo hubieras afianzado el cetro y la corona si yo te hubiera alguna vez faltado i Antes que fueras tú ya yo existia, y los ojos del hombre con mi venda fatal cubierto había; no puiiendo ver, ciego, que tú nacias de las sombras densas que dó quier afanosa derramaba.Crecías, y apartarlo procuraba de aquella luz eterna, indeficiente, conque natura siempre le señala el camino seguro que lo guia á ser libre, independiente. Eras adulto ya, y persuadía á los pueblos enteros á que nacido habían para el yugo, para el capricho cruel de un hombre solo. En fin, cuando estuviste ya en estado de dominar al mundo, les pintó como un negro horrendo critneo el querer atentar costra un tirano bajo del cual en servidumbre gimen, tni seducción ileraudo á tanto grado, que esta máxima impía en la tierra ya estúpida corría como dogma del cielo revelado. Todo esto has olvidado} y aun adelante pasa tu arrogancia. ¡Yo desmayar, yo sucumbir, yo débil! jamás ha desmayado la Ignorancia. £>í que tú has desmayado, y que temiendo ver á los agentes de tu poder atroz, victimas tristes de un pueblo fiero, que morir juraba ó libre ser, impune lo dejaste, sin ver que mas audaz asi te hollaba. O di mas bien que la orden inmutable del Destino implacable fijo en este emisferio la caída ruidosa de tu imperio. La misma he sido en México, la misma que en el Japón, en China y en Turquía. ¿Y en aquellas regiones he desmayado acaso i ¿No tengo yo tan ciegos 6 ignorantes á aquellos habitantes como ora doce siglos los tenia? No, pues, á mí atribuyas un fracaso que se debe imputar, si no á los liados, á tu debilidad y cobardía. Siempre fuiste atrevida,r6 siempre insultante, presuntuosa siempre; y así no es nada extraño que pretendas de mi honor coronarte y de mi gloria. Ignorarte. Lo poco que mi labio ha referido es un rasgo pequeño de mi historia. Para formar de mí mas justa idea habla tú, ó Fanatitmo, tú que con saña ardiente me has ayudado en todo diligente, tú que me has igualado en heroísmo, tú cuyo nombre inmenso ■por el mlr y la tierra se extendía, y aun preteudió exceder la fama mía.' Fanatismo. Y la llego á exceder; pues mis empresas, si no pasan en número á las tuyas, han sido mas ruidosas, mas brillantes. Yo pasé por un Dios del cielo enviado: supe mudar mil formas y semblantes, y tomar á mi grado de esta virtud ó aquella el sacro velo. Insaciable de sangre, excito entre los hombres la venganza, que socolor de un puro ardiente zelo por el numen eterno á quien adoran, su pecho inflama, cunde por sus venas, se persiguen, se odian, se devoran, y presentan de muerte mil escenas. El Ministro de paz por mí respira enojos y rencores contra tal inocente que del cielo fiují ser enemigo; . y creyendo aplacar su justa ira, lo arrastra cruel á infamador tormento, dó su mortal angustia y pena mira pacífico testigo, y de allí luego con furor sangriento también lo arrastra á ia flamante pira. El tierno y dulce amigo, Ií h . el candoroso hermano, la esposa: idolatrada, el padre anciano, I oyen mi 'fiera voz que los incita > í vindicar la cólera divina, y á delación horrenda los inclina.En vano de natura los acentos su compasión y su piedad reclaman; *u vano al delator infame llaman; néroe le Jlamp yo: mi clamor triunfa: de sacro aliento y de rencor se llenan; y hollando al mismo venerado Numen que delirantes aplacer presumen, al hermano, al amigo, hijo y esposo 4 luto y llanto y proscripción condenan y á eterno sacrificio y yo acepto las víctimas propicio, i^ué vana es su esperanza: que engañosa £i su inocencia les ofrece acaso ver de consuelo y salvación el diaí Si á alguna el vilipendio, las llamas, ó el cuchillo han perdonado, no osará publicar que ha libertado de mis iras tremendas: h sumirá mi brazo en hondo olvidó, dó no volverá á ver las que engañado ama en su corazón cual caras prendas; ni tampoco verá del sol radiante las luces celestiales: solo verá mi sombra amenazante al pálido fulgor que escaso alumbra allá en mis calabozos funerales. Tal era la mansión que destinara mi furor implacable al mérito acendrado, al heroísmo, «1 pueblo como tanta y venerable. jEn ella de tu mano, ó Despotismo, acepté grato la mayor ofrenda que México en mis aras vió inmolada: en Morelos allí se vió humillada la Libertad que hoy se alza triunfadora: allí del gran varón el patrio zeló, que hoy cual virtud el entusiasmo adora, parecía con el negro, horrendo vela del crimen eternal con que se insulta 18 y allí á irrüion, á burla y á desprecio por úkimo entregó mi brazo fuerte, mientras infame muerte el tuyo duro y cruel le prevenía, al que estatuas y lauros merecía..... Amirka. Sella, monstruo implacable, sella esa boca vil, nefaria, impía. Libertad. ¿ Oisteis, Mexicanos, á esas furias? ¿visteis ya cuan atroz, cuan' detestable cada uaa es de por sí? Pues todas juntas menos odiosas son, menos dañinas ' que la Discordia fiera, esa que allí miráis de aspecto horrible, cuya cabeza siempre está erizada y de silvantes víboras crinada. Jamás dejó de su sangrienta mano la inflamadóra tea' con que atizar el odio se recrea que encendió entre el hermano y el herma De la pantera la indomable saña y del tigre la bárbara crueza en su vil corazón juntas se anidan, y derrama su lengua mordedora toda la hiél amarga y el veneno de serpiente mortífera y traidora: si aqui por vuestro mal la desatara, un corazón no habría en quien agudos dardos no lanzara. Ella, la impía fue la que cruzando el ancho espacio que Anahuac encierra, encendió en vuestro pecho el odio infand_o y os envolvió en ardiente y cruda guerra; Ella, jurando vuestra eterna ruina, rompió los lazos de la unión divina con que el cielo al Ibero y al Indiano supo juntar, queriendo que se amasen cual se aman el hermano y el hermano; y ella el clamor primero de libertad, que hiciera venturosa de uno y otro la suerte, confundió maliciosa, y lo cambió en clamor de luto y muerte: lex X9 Horroroso clamor, que todavía , hoy en vuestros oídos resonara, *i al pronunciár " la triple garantía el consolante labio de Itühbide unión, eterna unión, no se escuchar*! ^ ya que al cielo plugo , .... que otra vez renaciera en vuestro pecho, cuidadosos guardadla, guardadla siempre en él, y cual si fuera la planta mas preciosa cultivadla. La Discordia mordaz vendrá parlera á recordar el odio envejecido, por ver si nuevamente tan dulce nudo mira dividido : pero tened presente, y no lleguéis á echar nunca en olvido, que quien suscita la olvidada queja Pa/ os pierde, amigos, y de mí os aleja, a,> Esa dichosa unión que el gran caudillo supo restablecer ¿ cómo existiera j* si de mi voz no fuera aconsejado ? . . . r,í- j Cómo se mantuviera, si mi brazo potente £ lo hubiera alguna vez abandonado? e,M Ni j como yo cayera, dioses funestos, por mi mal. venidos, si no le concedierais vuestra ayuda y vuestra inspiración ambos unidos? Odiada Libertad, el triunfo goza que el Destino enemigo te concede: tremola tu estandarte que tantas veces humilló mi planta, y que ora hasta los Ciclos se levanta al lanzarme ¡ ó dolor ! Palas y Marte, (i) CORO. Descended, monstruos odiosos, del abismo al 'hondo seno : ' ,---------~ j (') Se lanza ai abismo con la Discordia, el Fanatismo y la ^rancia.no turbéis un dia sereno Heno de gloria y placer. ESCENA ÚLTIMA. AMEItICAj LIBERTAD, Í>AXÁS¿ MÁBÍTE,: "J '' l^EH.CUH.10, CORO. • . ■ ' tUwunsoj waotafciiá Libertad. Es 'tiempo ya, Deidades Itnortales, de decidir en vuestra lid dudosa. En la "empresa dichosa vuestro favor y ayuda han sido iguales. Gozad, pues, á la par de la victoria, y en vos ceda igualmente todo el honor, la gratitud, la gloria. i Que fuera de Anahuac, «pie combatido de intereses contrarios se miraba, si de entrambos no hubiera recibido consejo sabio y protección segura ? i Ni como el gran campeón, que fué educad en la escuela de Marte horrenda y dura, la saña ardiente hubiera refrenado, ni los opuestos bandos concillado, si Palas en tan áspero camino no le alumbrára. con su antorcha pura*? Uracanes y nubes tempestuosas dó quíer cruzando por el ancho cielo Tenoxtitlan veia, temiendo que asomara él triste dia de nueva perdido» y desconsuelo. Pero el héroe de .Iguala sagaz disipa la nií.naz tormenta; y con vuestra asistencia ' es conducido' hasta la excelsa -cumbre que americana planta nunca hollara: y no habrá lengua, aunque de lor avara, que de alma gratitud no exclame llena: De la prudencia y del valor guiado á México Ttür'bide ha libertado. , ¥ Siempre el Cielo concordes os mant,eaga: y no permita nunca que el tirano, el Despotismo atroz, con dura mano á oprimir otra vez á Anahuac venga, i vosotros, mis caros Mexicanos, dóciles atended: oídme atentos; y escuchad de -.una amiga verdadera Un consejo importante y saludable que quiere daros por la vez primera. Cuando algún jardinero á plantar llega un árbol belb, cuya sombra amiga que del sol lo cubriese le faltaba, cuidadoso. lo riega y no omite trabajp ;ni /atfga hasta no ver su ,copa que se estiende y en la ardiente estación grato lo abriga. Vosotros de este ;modo redoblad el afán y la tarca;: haced que en el confín mas apartado del Mexicano Imperio esteudida se vea la sombra de mis alas protectoras: afianzad mas. y mas mi nuevo tronp; y siempre vigilantes cuidad de que otra >vez no resucite de la Discordia .el estinguido encono. Sed justos, ,sed humados, $ed virtuosos, y sed fieles al voto trigaraiive que plácidos los Cielos escucharon.. Así yo x)Sjase£ur.o2$ que jamás volvereis al yugo fiero, ni deberéis temer que os naga frente por quitarme de vos el mundo entero: PUES NO HAT PODER BASTANTE k SUBYUGAR A UN PUEBLO, QUE HA JURA?0 SU UNION Y LIBERTAD, Y LAS DEFIENDE DE JUSTICIA, VALOR Y ACERO ARMADO. Y ya que al cielo plugo que viniera á morar entre vosotros, entregaos al placer y á la alegría, celebrando y alzando á las estrellas los claros nombres de los héroes grandes por quienes luce tan brillante dia. CORO. Viva el héroe y los caudillos del Ejército valiente: viva, viva eternamente nuestra unión y libertad. Una vo% del Coro. Venturoso alegre dia nuestros padres no te vieron} nuestros padres que gimieron bajo del yugo fatal. Vive, dia suspirado de placer y de victoria, vive siempre en la memoria de la mas remota edad, coao. Viva el héroe, Ve. Una voz del Coro. Honor sempiterno á Iguala, que escuchó la vez primera la voz dulce y placentera que redimió al Anahuac Iguala inmortal resuene en las costas Mexicanas, en las playas Gaditanas, en la tierra y en el mar. coro. Viva el héroe, Ve.23 Una voz del Coro. Eterna gloria á Iturbide, A Negrete tc Bustamante: gloria á Guerrero constante¡ á Victoria y Quintanar. Gloria porque nos salvaron: gloria porque nos unieron: gloria porque asi supieron nuestra dicha eternizar. coro. Viva el héroe, \ffc. Una voz del Coro. Ni el tiempo ni la distancia lograrán que el Mexicano olyide á su tierno hermano que nació detras del mar. Antes bien, con dulce lazo unidos sus corazones, pasmarán á las naciones que los han visto luchar. CORO. Viva el héroe y los caudillos del Ejército valiente: viva, viva eternamente nuestra unión y libertad. v*nde en la librería de Recio, J?wtal de Mercaderes.