£L AMANTE DE LA RELIGION Y DE LA CONSTITUCION: Contra el papel titulado el Amante de la Constitución, (íracias á Dios nnestro Señor que hubo uno que 'Opugnase la proposición temeratia del Amante de 7 Contitucion. ¿Y cómo no habia de haber, no uno mides, en una ciudad tan poblada (sin agravio ^ las demás) de hombres religiosísimos y sabios, c°ifio lo es por nuestra dicha la corte mejicana ?: y facías á la sabia Constitución que nos ha concedido a übcrtad ¿e imprimir nuestras produciones, y opo- nernos de este modo á que se siembren en esta pre- c,Qsa tierra semillas que creciendo sean pábulo con ^ se alimententan los incautes, y ocasionen gra- ^e daño á ellos y menoscabo á la pureza de nues- l^ religión. Esta feliz libertad, junta con el entu- 5'asmo cristiano y político que caracterizad los es- trióles, causó el que no tardase mas tiempo, que el {^eciso para imprimirse, el correctivo de unas pala- das que habían llenado de escándalo y dolor á to- a°s los buenos. Mucho habia que añadir á las doctas pruebas produjo el autor que escribió contra aquel pa- klj y así se haria efectivamente si sus benignos de-fertsores no hubieran espue-sto é interpretado las ^ra voces impugnadas en un católico sentido: pero no '*e> ob ta* te quisiera yo que se observase con exátitud "ti/ el sig lifi ado de aquella espresion: mentidas preces- fon Por que si se supone que son mentidas por que lo* j^rs frai'es no las hacen: estoes inadmisible, siendo una 'an cosa, de hecho que en todas las misas que los fraile* ?Ue dicen, piden por el rey en el canon diciendo : suplí' fs° cámoste.... qué bendigas... estos sacrificios sin mafl* i[¡ í cha que te ofrecemos.... por N. Rey Fernando, y en Pre< la oración intitulada Colecta, que también rezan UlS frailes, oran al S ñor do este modo: y á tas sief "e vos... AT. Rey Fe rnando, la Reyna... el pueblo efl' j^sti comendado á él' y á su ejercito, líbralos de toda versidad. En donde si se notan las palabras d Si' y ejercito (que fué quien libró al Rey del cautiverio) s? verá que la santa Iglesia y sus ministros los fra1' ics piden .'Or el ejercito del Rey, á aquel Señ°r q'óe í : Larfía kl Dios de los ejercaos, y aquien debe" est^s sus victorias y triunfos: mas si- concediendo ^ hecho, seles da el título de mentidas por que 1°5 frailes pecadores las profieren, debería advertir** que no iodos c-tos lo son; y aunque lo fueran, e" la misa no solo el ¡os ofrecen sino todo el puebl" cristiano., y por eso se dice ofrecemos:'y en este sati^ pueblo ( que así se llama ) no faltan: ni faltarán 'f más hombres verdaderamente justos. M'. he d tenido mas de lo que quisiera en ba' cer patente mía verdal que todo católico, confies3» p T ) rio . s esto lo único que se nota disonante en e' t'il p^pét íl-fl-:xioíie«" en aquella clausula: ¿X?2^- - nes son tos enemigos de la religión^ una turba ¿l cüb k r, v'en *iv, Piar toe s fe K los Por aun ►afrailes inútiles y aun perjudiciales, ya por su nú- "¡ero, ya por la poca observancia de su instituto, "t?'l acaso en la época de su fundación, y de nin- %u*a manera a/ presente. En las que deben neta lár. se dos cosas : Ja primera, que á los frailes los "atíia inútiles y aun perjudiciales y la segunda ^e del instituto dice, como quien lo duda, (que 5s° indica la palab ra acaso) que fué útil acaso en Su fundación, pero que de ninguna manera fd es al ásente, y ambas cosas, entiendo, que merecen *?a rigorosa censura, por que aunque nadie pue- ;e dudar que los frailes poco observantes de su ^tituto, son inútiles y aun perjudiciales, y que el que aya a igu nos de esta naturaleza es motivo para 11o- 7 con lágrimas de sangre: los que per sussuperio- deben ser corregidos y reformados; pero que °s hayamos de ultrajar llamándolos enemigos de 3 religión, y con otros semejantes dicterios, envol- vido en su censura ( á lo menos para los poco ^Vertidos, que son los mas) á los religiosos ejem- "3res; es cosa bastantemente injusta, y aun es peor hablando del instituto se ponga en duda con a pjlabra acaso la utilidad de él aun en sus prin- gos, injuriando a' los santos patriarcas que Je Ufída.on, á la silla Apostólica que le aprobó, y á °s muchos santos que ha canonizado Ja iglesia tor haberle observado religiosamente. Y por lo respecta á los malos frailes y otros sacerdotes constituidos en la mas alta dignidad que censu- a de inobedientes ¿ cuanto mejor seria que ¡mi- ando la conducta piadosa de Sem y Japheth que Abrieron la desnudez de Noe su padre embria-gado por ignorancia, cubriese él con la capa de un reverente silencio á nuestros sacerdotes y padres» y pidiese al Señor con la iglesia: no te acuerdes. Señor, de sus iniquidades antiguas, y de las ebrieda-" des que suscitó en ellos el furor ó fervor del mal de' seo? Por que temería yo (siento el decirlo) quesi acaso (lo que no será) se propagase en nuestra adorada Es" paña la libertad de hablar contra el sacerdocio, reca- yese sobre ella la maldición que Noe cuando dispef tó del vino, luego que supo lo que habia hecbo co# él su hijo menor dijo: Maldito Cbanaam, siervo será de los siervos de sus hermanos. Lo temerá sin duda, si nó estuviese muy asegurado del carác* ter de nuestros españoles, laudablemente tenaces en observar la religión y la piedad, los que jamás incur' rirán en este abuso: y las soberanas Cortes coifl' puestas de la flor de los españoles, cortando cof el cuchillo de Ja corrección esta pestilencial yerva» impedirán que en medio del trigo de la justa de' fensa de nuestros derechos pulule la zizaña de I3 irreverencia y menos piedad en estos fértiles y re* ligiosísimos campos. El Amante de la "Religióny de la Constitución' En la Oficina de D. Alejandro Valdes. Año de 1820.