4t/ EL GENIO K- DE LA LIBERTAD. J^^ué negra faz presenta al genio de la libertad la gran Tenechti-' tlau í ¡ Qué espesas tinieblas opacan la región de los españoles del otro " mundo! ¿Como el astro luminoso que tanto brilla «n la grande Hes-" jperia , aparece opaco y macilento scbre el pais en que se inmortaliza- ron lo» Corteses, los Alvarados, los Sandovales y los Olides ? ¡ Salve,' héroes ilustres, progenitores de otia nueva estirpe de españoles! Coa vuestras hazañas se ensanchó la madre España per la inmensidad del - globo, y se hizo el imperio gigante, cual nunca lo idearen los Mace-■ donios ni los Romanos; empero todo fué perdido para vuestra posteri-1 dad: los grilles que osadamente pusisteis al rey vencido Moctezuma,1 parece que se remacharon para aquella generación y todas las ¡ucesivas.' Trecientos un año hace desde que encontrasteis otra España , y otros ' tantos cuenta de opresión el hermoso pais de 1c» .Aztecas. Por una fa-' talidad incomprensible, aqui no puede derrinar ñas que el detestable;' genio del despotismo; y aunque el altar horrendo de Huitzilopectli I quede derrocado y sobre su» ruinas erigido el templo santo del Dic*' omnipotente, la ley civil no se muda ni la del culto europeo se dis-" tingue de la del bárbaro mejicano. Nuevo» nombres, nuevas ;" pero el despotismo con tedas se disfraza, bajo cualquiera formase reviste," y su cetro de hierro to «e rompe. Descansad en paz, cenizas Venera- bles, y pueda la memoria de vuestros heches arimar á vuestros hijos ' para no perder la ocasión, tal vez última, que se les pre»anta de li- mar sus pesadas cadenas. La España , nación grande , patria de herces de donde vinieren loi1 que os dieron la vida, apenas quiso perer término » sus desgracia*1 cuando se acordó que era vuestra rridre, y que cer. las suyas debían' acabar las vuestras: os envió un Código fermado por el mi no genio' de la libertad que os h¿b!a , en que se pieviene el remidió de los rr.a- le» que os aquejan , en dende te ttcuentian los ntdics segure» para es-1tabkcerlo y afirmarlo. Sois dtjíSoi ds habhr y escribir "bai > la salva» gmrd.a de la ley. Con la Constitución, y la libertad de imprenta «J inseparable apoyo, tenéis cuanto se puede apetecer para que vuestra industria y aplicasion auxiliadi con el valor firme que es neessario pra *er libres, labra por si misma vuestra felicidad y destino. Después da quj l» madre patria os concedió la facultad de nuíifestar vuestras ideas, os debe desir:¿ Quid en quod dfbui uhrafucere vinca» tntae, et tiot feci ttt ¿Q^é mas pud* concederos, ni vosotros qué ctra cosa pu- disteis pedirme? Permítase a lo» Turcos la libertad de escribir, y el brutal gobierno de ios Sulranes disaparecerá de la tierra: ellos no de- jaran d: ilustraría, y s; sentirán afrentados de soportar por mas tiempo á los Visires. Eajpero dicen vuestros escritores que la imprenta no pued» «er libre: que la opinión di las autoridades le pone trabas; pues cierto que si os acomodáis á esas opiniones, j-imás saldréis de la esclavitud: esperáis sia dudi á que ss os haga gracia por los déspotas, y á que elloi por si rr.ivmos dejen el poder qu; tanto les alhaga. ¿Qué opresor hab3Ís visto amigo de la luz, y amante ds la la ley? ¿Qué autoridad injusta no es rebeld ¡ á la razón ? ¿ Ni como en N. B. donde el despo- íismo se ha extendido á su natural tamaño, sin encontrar térmico de 'educción, te dejará declamar contra el freno único que lo modera? „ Es constante (decia un ilustre legisladas y defensor impertérrito de ..vuestros derechos) (1) es constante que uno de leu fines déla libertad ,ds la imprenta es la emienda de los defectos de los gobernantes, , «uyo resentimiento en los impresos dirigidas á este objeto es casi pre- ,ciso que los incline á calificarlo arbitrariamente" Oid como se expli- (l) El señor Guridi y A'cocer, cuyo patriotismo é integridad se ha remiado como se premia á los bienhechores de los pueblos en los paisei onde el saber causa recelo, la virtud inquieta, y el valor que se : tuestra en defensa ds la justicia perturba el agitado sueño de los ti- ano;. Mejicanos,tributemos rendidas gracias al Dios proteotor de naes. ro pai? porque nos conservó á esto Demóstenes del nuevo mundo, así orno «1 desgraciado Matoso y al'perseguido Fagoaga , Alcalá, Galicia otros, murieron en destierros y presidios, por la misma causa que aes y Porlier en los patíbulos, aunque la calumnia diga otra cosa. m exequias manifestarían nuestro reconocimiento, única recompensa que -idemos pre»tar á los que se sacrificaron por nosotros. ] Virtuoso Alcocer l n sentimiento de gratitud es el premio único que tiene la patria pera demnizar los agravios que se o? han hecho en vuestra brillante carrera, as 'Mitras y 1a? Canongías se han dado por este ó aquel influjo; pero lo gen^ra-l á los qu? en las Cortes ó aquí en América obraban como i T?;rittaifJes-, en sentido contrario á lo que vemos del Diputado da socala ea los diarios 2e las Cortea.c»ba otro Diputado en la misma s«íícn. „Si el periódico 6 el papel »> impreso,'ataca los vicies del gobierno, lo que ¡in duda ro eí invídir »> la Constitución del Estado, en este ca:o ti Ccritejo de Becercia ó el »> Gobierno cada tiene que hacer centra este 6utcr ni iu ercrito, seto a debe poner rn practica des cofas; la j riñ era , i reveer con maro fuerte «.y brazo estendido al remedio de Ies de:óideces manifestados, para que »t no vuelvan á ser el cbjeto de la pública reprensión: la refunda, >» dar gracias al hombre benéfico, magnánimo é ilustrado que quiro ex- »tender sus luces para propagarlas a los que las habían n enester. Lo* • iiTiVi)/ fúhlicot deben fer pública rrenle amor estados, y el juez ó quien ■ >i compete su remedio, está cblifado política y religiosamente á solici- I »>tarlo con toda la expresión y fuerza de su peder. Los errocimientes i. que »e le franqueen para que pueda lletar ledo el hueco de iu er.car- * *> go, merecen la roas tierna gratitud. ¡ Y la sedicicn que puedan pro- ¡¡ i> mover semejantes papeles no se debe enbajaíar sin morosidad ri dila- * n cion ?.....Poco i poco , poco á poco en materias de «dicicr.es. O el ib- ■ »lleto se haya cimentado en rólidas razones, convincentes, palpiblej, » y que saltan á los ojos y á la cara , ó en ctvikcicrcillas fútiles y • «ridiculas: en ejte úítino caso, ¿qué hombre sensato se persuadir» que * «sea capaz aquel papel de conmover les ¿nimes? Soriego, pues, tran- ( «quilidad, no haya miedo» pase á la mesa de censura, y dsrpues de ; »»su juicio se le podrá imponer al autor el premio de su fatuidtz en i * algún aorrespor.diente correetive. Pero si el aterito está apoyado en c •i argumento y hechos demasiadamente notables, y que provocan su ge- ' nfleral resentimiento» pregunto: ¿quien ó quienes suscitáronla sedición? »¿el autor del papel que manifiesta los males que abruman la secieded, «ó el autor ó autores que debiendo reprimirles les disimulan y toleran? i «Señor,rio nol dejemos fascinar; siempre que V. M. otorgue la licen- »cia solicitada (de que el gcbierno torre previdencias centra les autore» n sin la formalidad de la previa censura) ya puede la nación enterar «las exequias á la libertad de la imprenta. Si la calificación de ias epi- «niones del hombre se han de reservar al gobierno, ya entonces se se- » paltó esta hermosa recien nacida: vuelve la nación al cautiverio de »i«Us luces y del entendimiento.......Esta guerra brueca contra la ino- »>Gente libertad de la imprenta no trae mas origen, sino que las ver- il dades que se anuncian son demasie-damente amargas: y cemo afirma » Terer.cio , la verdad engerdrá y pare su ojeriza. No se quiere ver lo »> que todos ven; y fe hace pacto cen los ejos para clavarles en la "tierra, cuando por peco que se levantajen se descubrirían ¡qué her- »»rorosa» visiones! Y pues que estos íérómenos to pueden ser disipedo* "tan fácilmente, justo es que se les bata cen las sectas de la imprenta. »> Eite es el único desahogo de la natien, y de cualquiera rima ¡en* t»sible en los males eco que no: ven es agoviados. Fcr k detra: esa t«-v pecie da- seducción yo la juzgo un pretexto: la redición no es obr& „ ds un papelucho ai papelote, es hija de obras maestras, de grande* „ ingenios, de espíritus revoltosos. Asi aseguro concluyendo , que esefc „ nombre es un fantasmón ó gigantón de aquellos de Canaam,para re- traernos de la felicidad; y pues que V. M. nos ha dado este deli- „ cioso manjar, no será jasto, señor, que apenas lo hayamos gustado,, „ nos lo retraiga de nuestros labio'- Hihle.a todos de todos coa refe- . «rencia de sus eacargo» público»: hiblen con veráad, y aun hablen i, de mi mismo si no. cumplo con la obligación de Diputado : me «er- ¡ oViri ds freno, ó me inducirá á la enmienda (2)- j -Asi s« peasaba eo el augusto Congreso de Corte», en donde há- ( bia mayor sabiduría para precaver sediciones, y mayor intere» en corre.-» t girla;. 1 Comparad ahora, habitante» del nueva mundo, esta libertad' no* \ ble y amplísima qua la ley fundamental del estado os coneede con la ¡ conducta que os. erei» precisado» a seguir, y que solo sirve para desa- : creditar á la opinioa pública. ¿Como ha de saber la madre patria los r males que os abruman, lis reformas que se deben promover, si os an- dáis ahora por pequeño» accesorio», sin llegar al tronco y raices del y «icand llosa desorden ? Relévate animae meae, ttumque timorem mi- t titt. Er el espíritu de partido: de desvanecer errores erigidos en principio»; 3 por la codicia y la hipocresía: de sujetar á uno» hombre» habituado» r en su» extravagante» arbitrariedades, a constituirse el centro y único fin; r de las instituciones sociales, de obligarlos á reconocer que la salud de lo* hvtibre?, y ni la del corto número á quien tocó en tuerte el go- 2 bierno, e» la suprema ley; Empresa mas ardua e» todo esto que domes- j ticar fiara»,. y e* la que debe empíñar á vue«tra» plumas: que llévela ü Viníuardía el Pensador, como la lleva en la utilidad dé sus escritos. •( Nad i importa publicar lo¡ ultrajes que sufrió el año d» 13 «i no hace- . u'il pira su< coaciudadánoj la persecución dé que justamente quiere ha- | cec un mérito: q'ie acuse en¡ toii forma al tirano que lo vejó, corno al primsra q is dió el egetnplo dé hollar el Código santo ¡ QuS trt- ( Han teñen te hfrmoto aparecerá á, tut ojot el toli si apurando z (2\?A se9o¡r T.i.rsro, D-acios Js Cortes »esion,'del dia 2 1 de J«r 6¡o ds 18 11.Ahw)M .• ., lt SMUfc cbn ^ 0.1, 5 los recursos de su genio fecundo, alcanza de la justificación del sobe- rano Congreso el eicarmiento del primero de esta casta de rebeldes que tantos males ha causado en N. E. ¡ Día fausto, día benigno y lison- gero aquel en que se haga justicia a los españoles mejicanos, y sea electiva una responsabilidad hasta aqui ilusoria y nunca vista. Leván- tese, pues , el grito contra Venegas y su Acuerdo» esta acusación im- porta para solidar la base de las leyes patrias: documéntese por el Pensador ]que te ha consagrado a la utilidad pública, con el banda escandaloso que le reclamó por medio de su bien pensada representa- ción, y con el otro bindo en que aquél bárbaro anuló la ley funda» Wental de la libelad de la imprenta. No causar» novedad en el Con- greso promover un juicio contra un General desenfrenado, de quien ya el señor Cisneros dió algunas noticias, imputándole con razón, que> habia. ensangrentado la revolución del reino, naciendo pertinaces á cien trñí rebeldes, que solo queria degollar: lo» valientes gallego* no ha- brán dejado de experimentar nuevos crímenes, cuyo conocimiento lle- varan arl Congreso augusto clamando justicia, justicia contra el ene- migo irreconciliable del pueblo español. A la acción criminal contra Venegas, sígase la de su digno suce- sor por tantas y tan escandalosa» infracciones de la Constitución, por opresor infexible , por destructor, por rapaz: no se diga como el autor de la chanláim , que Calleja fué el Tibeiio del pais en que tuvo mando; porque aun e» honrar con el rango y el talento al tirano qut obraba sin plan, sin arte, por la fuerza de la bayoneta, obstinado y ciego por la venganza y por la codicia. Llámese el Virey del reino de Méjico, y a'cumulense contra el los documentos faralá historia, donde manifie»' ta originalmente su carácter bárbaro, cruel, y tan propenso á la tro- pelía: inquiérase el origen de sus exorbitantes riquezas, y se hallarán coras inauditas en su sistema de guerra: en el Económico ya vemos, en el Semanario político nám. 3 la triste relación de las ruina» (quizí irreparables) del famoso Guanajuato: desenvuélvase bien esta frase: Se- ria d ía verdad difícil comprenderlo,, si no se supiese que los gober- nantes de entonces no eran indiferentes al interés mercantil de com- prar la plata en Guanajuato por las dis terceras partes de su valor. Aqui está la clave con que se entiende la parálisis de la» expedicionei militare», y de la obstrucción absoluta de los camino». Levantad, españoles, vuestra voz : Madre patria , Congreso autfut to,, en los dias venturosos qua se publicaba la santa Carta Conrtítucio nal, y cuando la iibertad , don di los Cielos, nació entre los españo íes de la Península, y nos convidabais con sus dulzura», nuestro snelr estaba cubierto de rebddjs f,a gmrra di rebeldís contra rebeldes, no privó di los deliciosa» ensayo? que tan felizm-.-tite.'hiclsfri'.de las racto »aieí- iatíTtaSioaeí, y par Ioj cuilss'qasluteíi tan presilla', qus á Iji6 íeís anos nada pudo domar al ectusiaíino de restablecerlas. En este fí» riodo. que llamáis de triunfos y de gh ria , nosotros caminábame» et> yugades al antojo de los do» clérpotas ñas arrogantes y endurecido! que pueden poner á prueba la tolerancia humana. La Constitución en donde constan loa imprescriptibles derechos de loi hombre», ha sido el escarnio de estos tiranos: la mutilaren por titulo» entere», y solo » tomó su santo nombre con uno ú otro aparente principio paracchore»- tar injusticias, viohrci»», y tedo género de voluntariedades; perqué ele este lado de los reare», la» leye» se sujetan á otra sanción, ea vir- tud de cierto asierra invariable que se ha sentado anteriormente, -tí» necesidad no estd sujeta d las leyes, y esta necesidad no cesando de ebrar desde que se dio el primer paso de la revolución cea a«aítar * lia Virey, ha dictado imperiosamente la creación de eomiaone» sanguina- irías, tribunales revolucionarios y vaciados sobre el molde de aquel club de jacobino», de aquella famosa junta de talud fúHica qus caracterizó- el periodo de la revolución francesa, con el título de regia ea del terrer» Por este modelo re organizaron las junta* de jolida, las de seguri- dad, los consejos de guerra f ertnanentet, los tribunalillos de requi- ticion, servidos por hombres tan bien intencionados como les que com- ponían aquel Consulado del año de 18 11. que escandalizó al Ccn- 5reso constituyente de Cádiz con nn infi.rme tan foliitco como filoso- feo , icbre las cualidades fisieas y morales de lo» americanos, L'n eras isamblea» judiciales, hijas de la necesidad, suprema legisladora da loí nejicanos, se movían les quieies por scufacionts de espía», se probaban >or declaraciones de otro» espías, y las sentencias te pronunciaban por as leyes penales del ejercito, combinadas siempre con la necesidad, 'educidas de las calidades conocidts del reo: si á pesar de taa jurídica» Drmas el delito no saltaba a los defeos del juez, entonces se echaba al pa- iente á un calabozo, y el proceso á un archivo en espera^ de algún idulto que cubriese la infalibilidad de les jueces. la Constitución sin mhargo, ha sorprendido á centenares de hombres en la» cárceles, que .evan tre», cuatro ó ma« anos, en espera de que los Acescre» ó Audi- >re» pulsen los grados de nece'idad que basten para eludir les easoa rminantes de lo» bando» indultadore». Lo» infelices «e consnrairín en os podrideros de carr.e humana; porque el establecimiento del nuevo fdigo va por pausas y con una prudente lentitud, prescrita por la smpre imperiosa necesidad, que aun elama porque el gobierno se rran- Qga en rus formas militares: porque en cada pueblo se conserve un mandante, disponiendo de la persona y bienes de su» vecinos, con la lidad de presidente de una juntita inventada por Callera pí.'ra ja» ear á lo» labradores y destruir hasta lo» simiente» de sus haciefl- s: porque el mismo comandante ejerza toda; las funcione» económica» gubernativa» cea la modelación que le dicten las necesidades qtje lol * eop',<»ciitctr;<] r.¿.J ijaíutüjf ■■.tliz'» 4