EL HABLADOR AL ENTREMETIDO. C!>onque scor entremetido ; como vamos de corages por la Constitución y sus condenados panegi- ristas.....? malisimamcnte he.....? Pues mi amigo que se haga el gusto de Dios, y vamos viendo como se pasan tan amargos tragos. Me parece que estoi viendo á V. ahora mis- mo en guisa de grave escritor, puestas las mien- tes en el pan, la carne, y los tamales del viernes santo; su mesa salpicada, ó acaso llena de espu- marajos; los ojos centelleando el fuego que arde en sus entrañas; la pluma en la mano tre'mula sin saber V. lo que ha de escribir, pues, como ya sucedió con el susodicho papelucho; y todo ¿por que? por la Constitución, sus apologistas y sus muchos sequaces. Pues para alivio de males no- ticio á V. que hoy este vecindario acaba de nom- brar sus electores para el próximo futuro ayunta- miento, en lo que se han manifestado los poblanos como pedazos de reí. Pero es el caso que el domingo venidero á estas mismas horas, ya tiene V. en planta al nuebo ayuntamiento, nombrado por esos mismos electores, con tantas ó majores facultadas como las que tenían cuando el rei entero lo nombra- ba, ó se nombraban los mismos regidoras ¿ y es- to por qué....? porque dicen que la nación es so- berana, y puede ejercer esos ú otros actos de su, soberanía. Yo no entiendo como sea eso, si V.■» no me lo explica, "supuestos sus vastísimos co* nocimientos políticos. Aquí no hay mas remedio, queridote, que aguantar, y pedir á Dios que los regidores agranden el pan, la carne y proscriban las ollas de tamales. Consuélese V. formando algunos reglamentos so- bre esos puntos, que dirigiéndolos á las Cortes pa- ra su aprobación, la logrará V. por aclamación universal, y hasta le vendrá una medalla de ho- nor, principalmente si añade algunos capítulos so- t»re nabos, chilchotes &c, Pero ahora me ha venido un escrúpulo y es, que si habrá V. salido de elector, ó si el domingo lo harán alcalde ; porque entonces, me pelo las barbas, doy al diablo la fiesta, y soi capáz de perder el juicio: pero no, no son tan lerdos nues- tros paisanos, que un andar señoresco, un hablar con afectación, y otras friolerillas sean capaces de cegarlos para cometer tal atentado. Bien habrán conocido el pie de que V. cojea, y esto basta para que lo pongan en el catálogo de los muer- tos, ó miembros podridos que es lo mismo. Y dígame V., \ qué le ha parecido tanto pel que se ha soltado en estos dias? Vaya! toda la baraja se ha vuelto ases, y como á V. no le .gustan escritores particularmente si explican la Constitución, se ageniará mucho con los caba- llos . Que bien se conoce que nació V. en los tiempos de Godoy, en que todos hacíamos alarde del mas sublime despotismo, y de la mas pro- funda ignorancia! El estilo fuerte y penetrante del chidadano ya descubierto: el juicio y circunspección del liberal: la naturalid -d de F. J. P.; y la noble sencillez del maestro tejedor y su compadre, todo esto digoIqué estómago ha hecho al señor entremetido....? Ya se vé hermano, como V. no sabe lo que es Constitución, gobierno, soberanía, leyes, ni nada, por eso no habrá entendido esos papeles. Ahora caigo en la cuenta: estará V. pensando en su. pan, carne y tamales, y es gana de que hablemos de otras cosas: se me fisura V. ni mas ni menos á Sancho Panza que cuando tenia hambre no se acordaba de ínsulas, ni de insulos ni de go- iiernos. Los partidarios délas opiniones de V. (sí es que tiene algunos) ^como piensan acerca de los papeles? ¿entienden algo de política y derecho pú- blico? ¿ó estarán también arrobados con la carne y tamales $ Tal vez habrán consolado á V. con asegurarle que esos cscritorcillos nada dicen que merezca atención, ni que refute el famoso papel del entremetido: pero yo que miro las cosas impar- ciaimente digo á V. que no los crea, que hoy hablan una cosa, y otra mañana, y en fin que si sus cono- cimientos son tan grandes .'como a' V. parece, no hay tal, y lo dirá la experiencia. Bastante ha mostrado V. la hilaza con su impolítica producción, pues ningún 'hombre con dos dedos de frente, y amante de la Gonstitu- cion publicada es capaz de escribir lo que V. pu- so en su indecente papel: mas para todo hay •remedio: ensanche V. ese corazoncíllo, que me pa- rece que lo tiene ahora del tamaño de una ave- llana: salga de ese rincón obscuro en que lo ha sepultado su misantropía, á ver la luz que ya em- • pieza í brillar por todas partes: sacuda al hombre viejo y revistase del nuevo, y verá que una nueva generación nos viene del alto cielo. Tenga V. por cierto que los chillidos del mur-4 cielago, no amedrentarán á las canoras aves: 6 para que V. me entienda sin metáfora; los aman- tes de la Constitución, que lo somos todos los españoles, no dejaremos de escribir para ilustrar al ru- do pueblo, masque V. se enoje, pues imitaremos al mastin cuando un gosquecilio le ladra, que alza la pata, lo mea, y prosigue su camino, si es que no comete un penicidio, ó un monicidio como ya la he vista por desgracia. He hablado en este estilo, porque acaso aco- modará mejor á V. supuesto que de él usa. Si se contempla V. ofendido, sepa que en la imprenta queda mi buen nombre escrito con tinta tan negra, que difícilmente se borrará; y si quiere V. que saque la cara, lo haremos los dos ante los ma- gistrados para que se haga justicia, y espero que entonces saldrá V. poniendo, porque lo haremos jurar la Constitución; en cuyo caso habrá V. de cumplirla pues- no nos prometemos otra cosa de su religiosidad según aquello de los tamales, Suplico á V, por amor de Dios, ya que es tan buen cristiano, que no se ponga á escri- bir contra este papel, porque me moriré de vergüenza; no volveré á salir de mi casa; y querré que la tierra me trague. Conque amigóte á Dios hasta el domingo: ahora voy á ver como consigo salir de alcalde o regidor, mies estoy que se me quema la miel co- mo al ciudadano, y después nos veremos. Puebla 13 de Junio de 1820. Imprenta de S. Felipe. i Su precio medio real.