:ei UN BARBERO CONSTITUCIONAL eses 5nta CONTRA EL DEFENSOR " ¿ DE LA PARTIDA DE C A PA. e la los Q osos Oeñor defensor de la Partida de Capa: V. que uí"! defiende su honor y de toda corporación de icia- toilitares, tenga la bondad de recibir mi afec- iría- t0' y considerando !a justa exposición que me ada, asiste, prevenga bien dispuesta la paciencia que se necesita para recibir el mas terrible é im- provisto golpe que sobre su cerviz vá á arro- jar la decidida venganza de un barbero; y re- suelto á conformarse con los que sucesivamen- te vayan acomadandole los de su clase, enco- miéndese con ahinco á nuestro mártir S, Hipó- lito, y supliquele expresivamente le admita en )jeto su claustro por uno de sus iniciados, que en bre- ves palabras voy á decirle lo que quizá no le Será muy agradable. Si V. Sr. apasionadísimo, que defiende su honor y de toda corporación de militares, ha- blase únicamente en defensa de su compañía, ó Se decidiera a vindicar el suyo, créame muy de Veras que en este solo párrafo había de coniun- han2 nt dhto. y descargando libremente y s'n ecr m'se- bi< racton alguna ta fuerza invencible de esiuches de y vacias que comprehende mi facultad,, la ha- pe bia de preparar perfectamente hasta que con 10 facilidad suave viniese á ser un objeto digno de fei lamentable situación; mas como su ioaprobada ¿j, defensa U une con les, deroas individuos qu^e fet componen !a milicia, puede dispensarse su in- taz soLnte é insu'tante papelucho, aunque no del res todo, previniéndose muy bien para recibir U aq danza de mis piedras que acia V. se empiezan i coi dirijir con veloces movimientos. da El barbero que siempre ha sido y será u0 c¡t verdadero ciudadano, ámame a su religión y pá' ell tria, decidido al inviolable código constitucio" pu nal, s grada egide nuestra, y que se baila con* ¿e ■muido a la defensa de los respetables derecho* gl( de nuestro Soberano, es un hombre como ter V. dos; pero se distingue defendiendo el carácter7i ins felicidad de los buenos y de aquellos ciudada* pr< nos que caracterizados con tan honroso nombfí qu detestan el odioso espíritu del opresor. J ]a Kí servil inicuo que conociendo su infa' do me proceder, horrorizado de los justísimos cía' to. tuores. que siempre ha dirijido el virtuoso espí'} r'tu del subyugado, se ¿confunde al ver descu- se' cierta su malicia que con desconocido aspecto ^eS de hipocresía aparenta objetos dignos de arre- ia* pentimiento con dañadas intenciones, como V. -on lo manifiesta del todo y hace en su pública de- fensa. Lo que el barbero habia de decir algún il^a dia, ¿porqué no ha de decirlo ahora, Señor de- fensor? Tienda V. la vista é inspeccione con m* toas capacidad sobre la conducta de los milita- da >"es que componen el Ejército, y la que hasia !a aqui han observado sus defendidos, y no los a a confunda por amor de Dios, porque á la ver- dad no tienen ni han tenido lugar en el Ejér- U° c*l0> y querer V. ahora mezclarse en él con Pa' ellos, era decir que todos, todos fuesen unos: pues no, Señor: aquellos son dignos defensores mSf de la patria, que han sabido conducirse á la [\o$ gloria que se adquiere en el campo del honor y t0" y« y estos no son mas que unos interceptadores r í ^sociables de la tranquilidad pública que siem- da* pre han despreciado, y abusando de las órdenes bíÉ que el gobierno les previene ejecuten, se toman ta autoridad propia del despotismo, practican- ta' do muy distinto al régimen de su cumplimien- :1a' to. Sin desmentir á la razón é igualdad de de-4 ' / ■ , techo ¿podrá negarse que el barbero está auto* qu rizado para rebatirle sus sandeces, y hablarle sol con mas claridad en la materia? Hombres igua- di: les tienen iguales derechos. Sé que los barberos, les yo y todos los ciudadanos que nos cubrimos Un bajo la espaciosa sombra del gobierno constitu- De cional que nos rije, depositamos nuestra con- de fianza en él, de cuya justicia solo el dudar será gu un insulto. Es Los muros fuertes que componen el Ejér- cui cito son verdaderos militares, y los que forman Va ese globo aereostático de policía varían de con- cepto: V. se amedrenta, me parece, ai oir esta err especie de lenguage, y teme que llegue á laca- de lificacion de la soberana Nación. «Cuando es- gai tss y otras expresiones lleguen á noticia de la el Nación soberana y de las Potencias extrange- srio ras, pregunta V. ¿qué dirán? ¿qué crítica ha- tos rán? ¿qué concepto formarán del gobierno po- ho Utico y militar de esta Metrópoli del nuevo m.i mundo los que leyeren estos periodos?" Tenga de: V. presente para tiempo mas oportuno que con* duzca á los hijos de este Reino á la verdadera lis: felicidad que se les está previniendp.con la justa &io observancia de nuestro Código, la satisfacción l'eto« que tengo de anunciarle lo que dirá la Nación ríe Soberana, las Potencias extrangeras, y lo que la- dirán los verdaderos ciudadanos constituciona- os, les de este suelo: dicen, pues, que la Nación ios unánime exige en ambos hemisferios y previe- tu- De por la ley, que los ciudadanos sean libres n- de toda arbitrariedad y gravámen injusto, se- ;rá gün se contrae la Constitución de la Monarquía Española, ¿qué dice V. tata? va bien; pues es- . ér* cuche que empiezo á cortar el pelo, y no mue- lan Va mucho la cabeza, n- Desde el momento que los ciudadanos sta empezamos á disfrutar de los benéficos frutos :a- de nuestra sabia Constitución, ¿podrá V. ne- ?s- garme tendríamos paciencia para resistir mas la el imperioso orden de proceder por sus apa- ;e- donados vampiros de policía, que no conten- ía- tos con esclavizar al infeliz hijo del ciudadano >o- honrado por el tiempo que se destinaba á la vo Milicia, condenábanle al instante su triste y iga desgraciada bolsa al último extremo de la 3n* «ada, con cuya detestable presa quedaban sa- na ljsfechos de el exacto desempeño de su corni- sta sion? Validos estos de la ocasión en aquellos ion lempos, cometieron inmensidad de desordenes6 pviblu ps y notorios ep la corte, y cometen hftljthi ta el día, aunque con' alguna moderación; Vi¿ ( con su servil modo de pensar, los ejecuta ígua*cor íes,, y como su entusiasmo egoísta lo dirige á l*el senda Incauta del despotismo, no tiene el mas dai denso rasgo dé luz que pueda allanarle con fa'tui cilidad k> escaso que se halla de principios sa' tu nos el constituido defensor de la Partida de ca Q{ pa, cuya manifestación comprende á todos suS de satélites que conociendo su error por lo que se pr les patentiza en el papel del Barbero y su Mar* da chante, no haya tanto V. como aquellos, discul' lai pa que les acomodé ó gurupera que les venga. r¿¡ Señor defensor, V. y su defensa han re* t\ presentado ante la respetable ilustración de es* n, te público un lienzo despreciabilísimo, que conS' ^ truido con tan denigrantes voces y muy nocí' n] vas al carácter constitucional, apetecen mas el tl servilismo que la libertad deseada, oprimida í( por muchos años én este fértil suelo, que su' mergidaen el caos inmenso del despotismo, an' helaban los incautos confundirla eternamente. Amedréntate monstruo dé la tranquilr dad pública: enemigo acérrimo del bien gene' ral a tu patria: fenómeno incógnito déla ConS''**tUucion sagrada: un baibero, sí, tíobarbef*que 'a tu concepto, débil, impolítico y grosero, lo ja*consideras inapto para reprenderle, te impone, í ^el precepto de la enmienda á vuestra perversi- a^5dad maligna y á todos tus infractores^ consii- luiros todos, todos vosotros á dirijir su espiri» sa" *u á la general exaltación de nuestro inmortal ca bodigo, y no á fermentar mas el fuego opaco suS <áe los tiranos que antes de ahora violentos, se ' preciaban burlar los derechos de libres ciuvla- af" danos. Viva el Rey y viva la Constitución so» u'" Jas únicas y verdaderas divisas que distingoi- Ka' *án por sus obras á vuestros barberos: tome V. re' el espejo, véase bien, que con este regalho de eS' muestra generosidad, esperamos ciertamente >nf Podará de concepto entre nosotros, si se en- ,c j hienda, deseando yo le dé Dios mas luz cons- , e *Uucional para que conozca los yerros que ba ^metido en tan pocos momentos. Amén. su an :e. ili ne* »nS' Méjico y Septiembre 18 de 1820» Imprenta de D. Mariano Ontiveros, año de 1820..