EL MILITA CIUDADANO. Oeñor entremetido: aunque otro ciudadano» el liberal, el com- padre del tejedor y el hablador han dirigido á V. especies muy bonitas y bastantes para hacerte callar , quiero contarle á V. un pasage original, que por la suma ignorancia de uno desús perso- nages liará en su alma una impresión demasiado fuerte, y que quizá le obligará á dedicarse con empeño erl estudio, si no quie- re que sus escritos sufran la nota de necios y descomedidos. Como siempre he deseado ilustrarme , y la libertad de la imprenta concedida por nuestra sabia Constitución tiene éste entre sus loables objetes, encargué á mi asistente me comprase Cuantos papeles saliesen al público» Cumplió exactamente mi or- den, y al tiempo de poner en mis manos los escritos me su- plicó se los leyese, pues él por la suma indolencia con que se había educado no conocía ninguna letra . Hicelo así, con todos los que han corrido publicamente, y anoche después de haber escuchado con la mayor atención el que V .¿publicó el dia ocho del que rige, me dijo: mi oficial: V. me ha dicho , que la libertad de imprenta que comenzamos á disfru- tar es con el sano fin de que los pueblos á vista cíe les discursos de los sabios que escriben , fuesen por grades dejando la estupi» des en que están sumergidos. Entiendo que V. se ha equivo- cado , supuesto que el papel que me acaba de leer está impre-so y circula por toáa esta cuidad f no hallándose en él una pala- bra sola de qtie pueda sacarse otro fruto que .ti que da el es- carrincnto;"*** -J~ ,1 Hf...A-1 -i- h L íhL Al oir semejante discurso no pude menos que preguntarle r i que juicio era el qu*- se había l echo? y que pues estaba con- vencido de que lo trataba ccn el amor y fatisfaccion que su bue- na conducta exigía , me expusiese sencillamente cuanto le ocur- riese, cierto de que mis. deseos no eran otros, que los de su íns- truccion y adelantamientos. :" *"* Pues, mi oílcial: jNo le hace a V. fuerza que el entreme- tido murmure el papel del ciudadano porque este buen español nos avisa lo que ya se sabe ? Yo creo que se engaña en supo- ner que todos los poblanos estamos instruidos perfectamente, y es- toy pe*«u?tdido q-ue «o lo habfja asegurado si hubiese hablado conmigo, ó con ©tros cauchos como yo. Si V. no hubiese tomado el trabajo de explicarme algunos ratos que tiene de descanso lo que era Constitución ; que yo soy ciudadano ; y me hubiese leido muy despacio los escritos del ciudadano, el dialogo del tejedor; y si no me hubiese dichoque la proclama que comienza: Españolesf •racottel Santo y loable ñn de advertir á los moradores de este suelo el cuidado y esmero que era de ponerse en las elección- s par-, roquiales , tan felizmente verificadas el día trece, estaría en el era* €tsiroo error de que la Copsíjtucicn recientemente jurada era opuesta á nuestra santa Keligion , contraria a les derechos del JVionarca y perjudicial a toda la monarquía Española ► Asi lo había crer-o ; p?ro gíaeias £ V» y a íes demás seño* res t que con sus unciones flisGursos me barí hecho ver cuan lejos estaba de la verdad , y Dios quiera que los demás que píen»» sen como yo pensaba, hallen la luja que he encontrado. 5 No le hr.ee a V. fuerza que el entr*mtiido crea de la ma - yot importancia la persecución de las taxnaleras en los días de jueves y viernes santo , sin acordarse de jes mueajapos» que tara-, bien se venden ese día l Para e'l sin duda es de peco momento la educación de la nine¿ 5 el aumento é ilustración de las artes , el £>mentó de la asgricbltura , la salud pública y otras de las mucha* atenciones de un buen ayuntamiento ♦ puesto que fija su admira» cien en teme jantes frioleras. Este papel es una matraca,, que 3Unw que esté compu-sta lastima y m >rtiíica la cabpza . £1 escemó. señor comandante general np puede incomodarse, como ha juzgado el entremetido; la Puebla t(^^ es testigo de su hucna disposición en bien del público » de su a&u y exactituden cumplir con cuanto S. M, ha ordenado para plantear rá^ pklamente la nueva legislación que ha de gobernarnos; y el mis- mo entremetido se habrá desengañado , si advirtió qué con el mayot júbilo presidió S. JE. la votación parroquial , en la que con todo decoro permaneció, sin dar muestras de incomodidad, el laTgo espacio de mas de trece horas. S. E. tampoco necesita de que el señor entremetido le aconseje se incomode , poniéndose él por ejemplar ; pues bien sabe lo que debe hacer, y en lo que dude consultara con hom- bres de virtud, y literatura ( que tenemos bastantes > como ya lo ha hecho, no siendo hijo solo de sus ideas, por lo que en sus determinaciones ha salido con honor y aplauso, haciéndose acreedor á el amor de todos los habitantes de esta ciudad. Pues, señor, no conozco á ninguno que no esté contento con nuestro general, y ya oyó V. los vivas que le gritó el putUlo cuando se conclu- yó la elección. Hijo mió , dije á mi asistente, conozco la verdad con que hablas: y si el señor ^entremetido se interesa en los progresos del entendimiento humano, lea los diario* de Cortes , y tendrá la complacencia de ver que en aquel Senado el mas célebre que han formado]los hombres , ocuparon un lugar muy distinguido, no los Ulises de América, sino con propiedad los Cicerones y Demústenes . Si, hombre: es preciso confesar que para escribir al público se necesita á mas de un profundo estudio, usar de expresiones comedidas; y que si ha de censurarse, la crítica se haga con ra* zones y de modo que sirva de corrección y no de insultos . Si se hubiera manejado el entremetido en estos términcfs no tendría que sufrir tanto, ni habría escuchado dichos tan chulos y fuertes, como los qu