EL LIBERAL AL, PUBLICO A'i- 1 contemplar los malos, que afligen esta basta é interesante porción de la Monarquía , que la natura- leza destinó para ser feliz; al ver las trabas, que se opo- nen á su prosperidad y engrandecimiento ; al consi- derar nuestra actual situación en un gobierno entre ■Constitucional y absoluto; rodeados de serviles , que con el mayor descaro nos insultan, autorisado el espio- nage ; impune el crimen ; dividida la opinión publica por escritores enemigos del orden, y de la especie bu- mana; castigada la inocensia, sin libertad para reclamar nuestros derechos, y refrenar los abusos, pues la de la prensa es muy precaria; finalmente hollado el San- to Código, que todos hemos jurado gustosos , mi alma se penetra de amargura , ¡ O Ciudadanos ! y las lagri- mas suelen alguna vez hacer traición á la entereza de mi carácter. ¿Y servirán ellas de remedio á tantos y tan graves males ? De ninguna manera. Para remediarlos, es indispensable acordar- nos que tenemos Constitución, y debe cumplirse; que somos libres é iguales en derechos á nuestros herma» nos los peninsulares : que en todos los dominios Espa ! fióles se respiran ya las auras suaves de la libertad; y que solo ::: sí, tan solo los fértiles y desgraciados países abios,uo dejéis ociosas vuestras 'plumas ilustrad al pueblo rudo é ignorante, hacedle conocer sus.derechos para (pie. sepa apreciarlos . y entonces . . , .¿ FeJís N. K. entonces, digo, tendré* ca- rácter, tendrás Constitución, serás tes petada y no el capricho, sino la justicia y la razón te. gobernaran. Pero si como hasta aqid ha fie reinar eptrenosotros la ignorancia' de estos, la irresolución de aquellos, hb- n;fiia . lé. de otros, e) retinado egoísmo, de maeli-os, siempre seremos débiles, y á dios . libertad, á dios, Código, y á dios todo, por que todo se habrá per-.dido para nosotros, y sin remedio. Unámonos Ciudadanos, y reprecéntemos, como lié dicho, al Congreso y al Rey nuestras jus- tas quejan La triste experiencia de tres siglos debe combeHcernos que nada se adelanta con vagas deela- maciones; aquien no puede remediarlas: recorramos la larga serie dé los Vireyes que Kan gobernado el reino y hallaremos, (pie apesar deque la mayor parte son unos verdaderos (lechados de los ladrones mas celebres, de los monopolistas mas diestros, dé los déspotas mas afamados, y por ultimo dé los hombrés humorales, ninguno, ninguno á sido castigado, va por que con el oro que adquirieron, haciendo, tráfico de su dignidad, y facultades casi ilimitadas, compra ron en los tálales tiempos déla venalidad y corrupción el favor de la ( 'orle, ya por que. nosotros jamas t ubunos tesón para demandarlos criminalmente. Ya-es tiempo de que tiemble todo servil, haciendo nosotros enten- der al Govieruo Español, no quiera el mismo hacer efectiva ( como lo fué para los Portugueses, por las perfidias y crueldades que ejercitaron en' la Asia durante' su Siglo de dominación) la profecía de' uh Rey de Persia, (pie preguntando á un ■Embajador de aquella Nación. Cnaulos (Gobernadores había /icetío de- gollar el Jii'i/ su (uno, desde que habla introducido sü dominio en fas Yndias, y safisj'echo por este que nin- guno, malo, repaso el Monarca su pxnUr en ' un 'pais, donde, se cometen tantas: vejaciones no durara machi) tiempo. Si : ya es tiempo vuelvo á repetir , de separar de nuestra sociedad la multitud contaminada con los pestilentes humos del Servilismo , cuya corrupción nos infesta: la piedad que usamos es: mal entendida , y perjudica mucho los verdaderos intereses déla Patria. "Volvamos la \¡sta hacia atrás, y reflexionemos que si un mes antes de jurar el Santo Código, cuales- quiera de nosotros hubiese Labiado del Gobierno anterior, al instante habria sido aherreojado en una cárcel, para terminar sus dias en un patíbulo, ó cu- ando menos en presidio ¿ Por que pues hemos de guardar nosotros moderación con estos seres mi- serables olvidados de si mismos, que no solo nos desprecian en el fondo de sus negros, y corrompi- dos corazones, sino lo que es mas osan insultarnos en sus modales, y conversaciones é influyen en las providencias de los que nos gobiernan ? Entregué- moslos desde hoy en adelante "al poderoso brazo de la justicia, y caiga sobre sus criminales cabezas iodo el rigor de la ley, embotado hasta aquí, que han probocado con una ciega temeridad. Perezcan pues asi lo quieren: ellos, y nosotros no podemos caber aun tiempo en la nación y la diviza que he- mos adoptado Constitución ó muerte. ( 1) Amante de la Constitución primera parte. NOTA. Aunque el autor del papel los Escritores de- hen sujetarse a las leyes y otros muchos, me tachen, de revolucionario, y por lo mismo digan se medeve separar de las banderas nacionales, desprecio su opinión, yo se que hé servido bien á la patria en todo tiempo, que soy un buen Español, amante á las leyes, y que estas se han de cumplir quieran ellos ó no. En este concepto pue- den escribir seguros de que el silencio sera mi única respuesta. Me ha parecido oportuno poner mi nombre, por ser demaciado publico que soy yo él Liberal, y para que los que me impugnen sepan que lo hacen directa- mente ami. Felis Merino. Puebla. 18 de Noviembre de 182o IMPRENTA LIBERAL,