LA LIBERTAD T LA TIRANIA Composición alegórica en celebridad del jura- mento de la Constitución política de la Mo/aar- quia Española solemnizado en la ciudad de Toluca á ií de junio efe 4 £20, por el Lic. J). Andrés Quintana Roo. Tristes gemidos, lastimeros ayes, Que piedad y consuelo reclamaban, Con pasmo en lo interior se percibían De la Asturiana lóbrega montaña. Allí donde la luna triunfadora El dique halló de su atrevida marcha; En donde eternas las memorias hizo El valor de sus ínclitas hazañas; Donde en perennes y festivos cantos Resonaron las dignas alabanzas Del caudillo inmortal, cuyas virtudes Aun no ha cesado de aplaudir la fama:2. De repente á los himnos dé alegría Xas voces sucedieron destempladas, Que el mas funesto, mas aciago caso Arrancar puede á las sensibles alma». Era la amable Libertad augusta De confusos arreos ataviada, Que en largo llanto la ominosa suerte De la infeliz Iberia lamentaba. Y cuando mas la desolada diosa Libaba el cáliz de su pena amarga, Sirviéndole de pábulo la vista De sus antiguas sacrosantas aras: Al cercano rumor de mil ahullidos El triste curso de su llanto para; Y volviendo á observarlos la cabeza J_ Una visión contempla bien extraña. A sus ojos se ofrece un monstruo fiero De extraordinaria corpulencia y talla: Negros arneses por adorno tiene; Sus pupilas despiden crueles llamas. Un cetro empuña de pesado bronce En la diestra: cadenas la otra palma Ostenta, y el terror, y los recelos Y pálidos espectros le acompañan. Llega, y la diosa á tan feroz aspecto Un vivo grito en su sorpresa lanza,3. Sin que para increpar á su enemigo La faltasen enérgicas palabras, ¿Cómo (le dice) á profanar se atreven, Sangrienta Tiranía, tus pisadas La mansión venturosa que Pelayo A mis cultos devoto consagrára? ¿ Mas víctimas buscando acaso vienes En estas soledades apartadas, Porque en los pueblos donde impio domina Tu insaciable furor ya no las halla ? Desde los empinados Pirineos A las colunas de Hércules dilata Tu execrable poder la estrella adversa De la abatida lamentable España. A quien ha perdonado tu cuchilla No indultas de tus crudas amenazas: Solo los viles servidores tuyos Seguros se contemplan de tu saña. Aquellos que tus máximas pregonan: Que el bien de las naciones afianzan En que sufran pacientes la ignominia Y de tu yugo la abrumante carga: Los que á la mansa Religión predican Protectora de estragos y matanzas, Y fanáticos gritan que no reina Si no le sirves tú de firme basa:4. Aquellos que gozosos se alimentan De la inocente sangre que derramas, Mezclando con los brutos á los hombres En una misma idéntica manada. Son los que únicamente exentos viven Del riesgo de tus iras y asechanzas: Los demás cada instante sobre el cuello Pendiente miran la homicida espada. Cuando con insolente atrevimiento Tu astucia mas que tus infames armas Lograron derribar el nuevo trono En que era de Españoles venerada: Cuando desde Valencia fulminaste El decreto que á muerte condenaba Los ínclitos varones que en las Cortes Mis sanciones benéficas dictaban: Cuando á crímenes mil abriste el paso, Allanando en tu furia esta muralla, Y de verme á mi imperio restituida Me faltó la mas débil esperanza, Entonces á ocultar mi desconsuelo Corrí á estas asperezas y montañas Donde creí que jamás tus osadías Mis profundos pesares agravaran. ¿Qué designio fatal, como son todos Los que en tu negro espíritu se fraguan,Te ha traído I perturbar la paz serena De aquesta fragosísima morada ? Allá donde tus leyes sanguinosas Son vilmente de esclavos acatadas, Dingir puedes el violento paso, Que ya mucho á mis ansias lo retardas. ¡Cuáu vanamente (el monstruo la replica) Aqui de mi furor salvarte aguardas! ¿Qué sirve mi poder si tú rendida La cerviz no doblegas á mis plantas? Mientras respires el vital aliento, En falaz apariencia abandonada: Mientras de tus doctrinas lisongeras Hasta el último alumno no se acaba, Vacila el trono en que terrible impero: El público deseo se propaga Con que España inconstante en sus ideas Por mi exterminio fervorosa clama. Si logro, pues, que con tu muerte queden Sus dulces ilusionas disipadas, No temeré la ruina que inminente A mi poder envejecido amaga. ¿Cómo, cruel enemiga de los hombres, (Tímida la deidad asi la hablaba) Cómo:::::: Iba á seguir cuando sus quejas Interrumpió la novelera fama.G. Vino del aura leve conducida Desde la isla de Bética ensalzada, Mas por ser de las Cortes cuna ilustre, Que por todas sus célebres batallas. Al ver la Libertad, llegar la nuncia De heroicos hechos, de ínclitas hazañas, A escuchar las mayores, mas gloriosas Su enagenado espíritu prepara. Suspende ya, le dice, de tu llanto El abundante riego, diosa amada: La España te dispone en su alegría Regias coronas, vencedoras palmas. Quiroga, tu estandarte levantando, Su invicto acero en tu defensa saca 5 Y á vengarte ó morir determinado, Muy distante de sí tira la vaina. Al ver resolución tan generosa Castilla toda su clamor levanta: Se reúne á su caudillo:::: concluyóse:::: Tu suave imperio á conquistar alcanza. Vé, pues, á ejercitarlo para gloria De esa excelsa nación donde te llaman Talentos y virtudes que prosperan Solo donde tu fuego las inflama. Ya no será la ciencia perseguida, La honradez como crimen castigada,7. Ni el oro corruptor ni la grandeza Inclinarán de Astréa la bilanza. La noble agricultura que gemía De los impuestos á la ruda carga, Levanta como en triunfo la cabeza De doradas espigas coronada. A los talleres que sus puertas te abren El extremado regocijo exalta, Contando que sus obras con tu auxilio A ser vendrán de extraños admiradas. Del comercio opulento ya se extienden En presto vuelo las veloces álas, Y á su despecho avara Calidonia (i) Las vé por todo el orbe dilatadas. Prodigios que tu influjo ha produc ido Para crecer por tu presencia claman: Parte pues, y los bienes que atesoras Entre tus hijos liberal derrama. Atónita la Reina bienhechora Escuchó la dulcísima1 embajada: Su píleo y su vindicta al punto toma Y de Mantua (2) á su alcázar se adelanta. Desparece la oscura Tiranía: (1) Nombre mitológico