LA VENGANZA DE LA PATRIA. PROCLAMA DE LA CIUDAD DE ORENSE 4 LA RESTAURACION DE LA PATRIA. ul I» Leg& por fin, amados Pavéanos míos, el apetecido día,' u í J Gallegos, Españoles todos , ya escucho el Cielo vhps-'. ras fervorosas súplicas. Sobre el augusto templo del Pilar Zaragoza ya habéis visto ( según relaciones verídicas ) e!' wllo maravilloso de su protección Divina, y se os manifestó'* * Palma del a etecido triunfo. ¿ No visteis va eomo la' dirigeste mtvecilla , que la servia de campo, y era el sirn~ ill» «le vuestra -.alarma, se extendió rápidamente por toda' Hiesíía Península , y como inflamando vuestros pechos con- i» luego celestial os anuncia de antemano el éxito favora- '« de vuestras armas invictas ? No. lu dudéis, Españoles, vuestros denodados pechos 1n la roca inalterable , en que como las oUs del mar Aren*? a *" .u se la-ra il ^entendida gloria del horreifdo, é infame iMrttítai que lá Córcega produxo. 61: jamas se ha em-' H '¡¡do guerra con mas notoria jn^túia.. ¿ (¿¿teséis saber' ^ig^ios de tan detestable Isleño ? Puü* oíd-: DeMrui*la Religión , saquear vuestros caüdate* ] violentar westrtt doncellas , tiranizar vuestra* personas, y amarradas con cadena» arrastrarlas d los campos enemigos : ved aquí ei suma los vastos designios políticos de este reformador dsl mundo. ¿ Lo duda alguno de vosotros ? Consultad i los mtstnot franceses , a aquellos 'franceses, digo, que conservan el ho. uor, y su Religión antigua. Oid á los circuios de Alema, nia, recorred los recientes anales de la Olanda, la Suiza, la Saboya, Piamonte, Genova, Venecia. Florencia, Roma, Ñapóles, y los de la Italia entera, y os horrorizareis de l| desolación y espanto, que el impío Napoleón y sus tropai incendiarías esparcieron por tau hermosos payses, destruyen do el Catolicismo dó quiera que le encontraron, robandi á todos quanto habían de precioso; arrancando á los jó- venes del seno de sus familias , para arrastrarlos i sus bao» deras, é inmolando á su infernal lascivia, no solo á las do», celias inermes, sino aun ¡ quien no se estremece al oírlot á aquellas valerosas Lucrecias, victimas de su pureza que no pudieron rendir sino después de haber perecido al fili de sus espadas: Quod genus hoc hommum, quaeve hm tan barbara morem producit Patria ! ¿ Pero acaso nuestra desolada España no os suministra ya repetidos testimonios de semejantes atentados f Decidla por mi, vosotros generosos Borgaleses, vosotros , que tua estáis viendo humear los umbrales de vuestra Metrópoli tana Iglesia con la sangre de vuestros hermanos derrama* da por los pérfidos franceses. Esa decantada equidad, esa buena fé, que proclaman tales monstruos ¿ no es la qsi de muchos meses á esta parte os obliga á suministrarle* basta 40 mil raciones sin tener en vuestro distrito apenas aen mil soldados ? Y vosotros, nobles Valisoletanos , ¿ no visteis ya coi' vertidos vuestros Monasterios en lupanares infames , y re» ducida vuestra Iglesia de San Pablo á una inmunda cloacal ¿ No habéis visto la violencia con que se despojó á un« de vuestros conciudadanos de aquel coche ( único ranw de industria con que subsidia su familia ) en que h*"| do conducido el £orazon sauguiuario de a juel Gcue** francés, que expi6 entre vosotros rus maldades f La hu- mana beneficencia de esos pérfidos ¿ no ha sido la que re- ¿uxo á mendigar por las calles i mas de 300 labradores cuyos sarros destrozaron, y en cuyos bueyes se cebaron, aiu pagarles, ni aun los alquileres de mes y medio, que ©c upa ron en conducir su tren y equipage de campaña i i No han asesinado los mismos aquellos pocos infelices que te atrevieron á reclamar sus salarios ? ¿ Los Xefes de esos vandidos no intentaron profanar hasta el Tálamo Nup- cial de un título de Castilla, al tiempo mismo en que ge- nerosamente los hospedaba en su casa ? Honrados labradores de Galicia, doncellas recatadas de )e misma , ciudadanos de todas clases , aha tenéis el espejo en que os debéis mirar : ved en él, aunque en bosquejo , el retrato de la suerte que os esperaba muy luego, si no os hubierais armado contra tan desnaturalizados tiranos. Esta es la felicidad que os prometen en artificiosas arengas: esta la moneda que emplearon para pagar la generosa acogida que encontraron en Alaba, Güipuzcua, Navarra, y en to- dos aquellos pueblos por donde han transitado. i Queréis testimonios mas cercanos ? Consultad á vuestros vecinos los amados Portugueses : preguntadles en que con- siate la protección que les juraron los franceses: y por boca del mismo Duque de Abranles, de ese nuevo campeón de los Algarbes, os dirán: que en hacer d los ricos pobres, y k los pobres mendigos ¡ Qué humanidad! ¡ Qué política, que nueva filosofía ultramontana ! Exáminadlos en punto de Re- ligión, y veréis como os dicen, que solamente les juraron conservársela intacta ; pero que su nueva teología había en- contrado medio para despojar sus Iglesias , para robar sus ■vasos sagrados, para introducir la libertad de los cultos, psra prohibirles celebrasen solemnemente las funciones de 'emana santa, para insultar á sus Sacerdotes ; y en fin para scarnecer con mil befas á quantoa imploran el remedio desús síes á los pies de los altares. ¡ Qué piedad! i qué religión! i qué puntual cumplimiento de sus palabras ! Accipe nunc anaum insidias , et crimine ab uno disce omnes. ¿Pero su crueldad, su despotismo, quién podra bien ^aderarlo ? Habla tu regimiento Portugués, y publica &todo el mundo 1a barbarie, fti que por haber cogido h, armas, según debías hacerlo, á las voces de motin , fuj^ al instante desarmado, rodeado de cañones, y puesto a pug. to de perecer todo entero con la explosión de los barriles <¡f pólvora , que semejantes forajidos colocaros en el ceotro de tus filas. Hablad vosotros corazones palpitantes de aqu». •líos once infelices, que por haber declarado fue el Teniefy Coronel francés quien insultando groseramente á un Oficií -Portugués ( que supo vengar.tal atantado) habia dado ocasiot á aquella alarma ; fuisteis, al punto arcabuceados , sin qu; os concediesen siquiera los espirituales socorros de vuestn ■ Padre Capellán, pór quien clamabais con ansia. ¿ Necesitáis de mas pruebas que acrediten la perfidia ¿ estos nuevos restauradores del derecho de las gentes? VolnJ los ojos á la horrenda escena que os presenta el Prado mi* . mo de Madrid , regado con la inocente sangre de vuestra caros hermanos. Volvedlos á aquel vil.evecptor' de las orde- nes dei terrorismo que llevó á Oviedo en el 34- de Mayo el horroroso decreto de decapitar al Marques de Santa Cria, al Conde de Peñalva y a su yerno, al Procurador general Jove, á los Canónigos D. Ramón Ponte, I). Josef Pisador, - D. Miguel Mon, y otros varios ;. que llevó la orden iniqti de arrancar la lengua á una multitud de heroynas'de aqoe pueblo; qne llevó el feroz mandato da degollar a sus ii* >centes hijos por tiernos de edad que fuesen; que llevó lt barbara providencia de quintar y pasar por las armas á to- dos aquellos nobles sucesores de Pelayo, que corrieron! empuñarlas en el memorable dia 7 para libertar segunda vei a la Patria del. yugo infame de estos nuevos Sarracenos: rol- vedlos á aquellos desnaturalizados prebostes, que entrara , en la misma ciudad en el dia 25 escoltados de tres compañiu de Carabineros Reales, que al punto rindieron las armas,' se- unieron á la causa de aquel nobilísimo pueblo : volvedl* á las ocho mil esposas, y a la multitud de cordeles que re- ducían para amarrar y arrastrar á los demás á Bayona, t< vedlos eu fin', pues seria nunca acabar, á aquellos <" cuchillos, y aquellas:;:. ( ¡me atreveré a pronuncia á aquellas tres guillotinas, invención de los demonios, s valerosos Madrileños , á cuyas manos hubieran pere. ciíj* todos, m su natural efecto á las antiguas potestades oo' 1< 8 hubiera .desarmado. No ignoráis , que un puñ ¡do de Mj.' oi.iU fus. se apoderó del cañan montado k la puerta de 5anU* Barbara que defendían esos campeones de la Francia; no* si¿udu romos intrépido el valor de vuestras gáWegas, que ¿' vuestra vistan acaban demint-jar la artillería del Ferrol para1 retli**ac->á aquel buque de hs J7rancia>, remitido para trans. pgrtar a «lia la» armas tit vuestr» parque ? Y si esto hacen' lis mvígeies j t\tté árb* ¿aperar la Fatria de' vuestro valor, invicto? Ni el entendimiento lo concibe, «i acierta 4a pluma' á,#»rp'Ke|trto.r ?*# asjatvafc ocq» 'o«5©hJ.q «> vi »i>ÍJ . t iA'^elbp 4»ies Compatriotas: destrozareis al enemigo : soic Españoles y basta. , i'& t>«\ s»nnu ' t m i <Í I fl\íU«* wii»\ yvVí v\ ,cn* «»q**H v* 1 .»W f h a hfíi-aabGbfbéla* ifñ/nfá^ta«/TsftÑS* ' • • {. j|«'*f»>/ooíj »t ■ •<>-'J >>M**r>a ti tiraño,- i ' , IamH ¡-oir-sa* kxarítñ # »*H *»'» n4'«h( lo*1*'1 .b^i.'B'oe atttl sao b»n»l , svHlql3"M> aisvraasm *t 1**' • al sb «>••« bo»il»*fl 'f>t a»*»-tf« r,t^« tas ^w) i"1" —--I ; , hUH i'jj u; -1--- Reimpreso e& Lucncs-Airer , T^/ '.7 fmpreniá de 'ííuioi Expósitos. $>oo a>tii .'s m v\"'*•■ 'ta 1 1 •anoa w . s§ni« »i/|jí sisífifc»!-*-^ -^í-í ( • ■- rv