de engañadores; pero animo Españoles qu»Díosv0|. ▼era por nuestra causa i Dios justo ( y quan inconi. prehensib es soi tus jjicio» ¡ Bien sabéis j O mi Di0ii que desde que abrazó el timón de la nave de tu dict^j verdadera Keligiot , solo mis efuerzos se han Año de 1808. Í4 SÜfLÉME&rO A LA GAZfcTA DE MADRID \)\) del Martes 16 de Agosta de i8c8. CATALUÑA, La falta de comunicación directa entre esta corte y el principado de Cataluña impide el que podamos insertar en este perióiico noticias circunstanciadas de los sucesos ocurridos de dos meses á esta parte en dicho principado, cuyos naturales , á imitación de los de las demás provin- cias de España , han lucho y hacen todavía los mayores y mas generosos esfuerzos á fin de sacudir de sí el infame yugo y la opresión de los franceses. Sin embargo, creemos rio deber privar al publico de las noticias que hemos po- dido recoger de las gazetas y diarios de otras provincias, y de algunos pocos de los que se publican en varias ciu- dades de Cataluña, sobre los acaecimientos de ella, reser- vándonos darlas mas individuales quando se abra la comu- nicación con aquel principado, y se comuniquen de oí■ C¡0. Luego que los catalanes supieron las escandalosas re- nuncias que nuestro amado Soberano f Señor D. Fernán- do VII y demás personas de la familia real se vieron for- zados a hacer de todos sus derechos a la corona de Espa- ña, se llénaron de horror y de indignación. ¿Los movi- mientos deMósTey nos de Aragón, Valencia, Murcia y Andalucía, dirigidos 4 impedir la entrada de las tropas francesas en sus respectivos territorios , y a vengar las tro- pelías y ultrajes cometido* por el gobierno francés contra los derechos del trono español y contra la soberanía de nuestra nación , acabaron de decidir a los catalanes , ofen- didos y oprimidos mas que otros , á prepararse para la neroyea y arriesgada empresa de lanzar de su seno las viles bbnges que el déspota de la Europa había enviado a Ca-taluña con las mismas protestas de amistad y dr. alianza á ía capita'i y demás provincias del reyno. Estas segurida- des, y la sumisión y obediencia á las repetidas ordenes de] gobierno y de los magistrados civiles y militares del priB. cipado , hablar, sido causa de que los naturales de él ad- n-itiesen en sus hogares, con la hospitalidad y agasajo pro píos de su carácter honrado y noble, á los soldados de una nación que se decía su intima amiga y aliada; si bien, les causó no poca inquietud y sobresalto el ver que se le» entregaban todas sus plazas fuertes, y hasta la cindadela r castillos de su propia capital. Peto desengañados por la experiencia de la perfidia de estas tropas, y cansados por otra parte de sufrir sus insultos y vexauones, resolvieron dcshicerse de ellas i toda costa. La presencia de un numeroso exercito enemigo intro- ducido ya en el corazón de la provincia y en muchos puntos principales de ella, la falta de armas, de arti'leria, de tropas de linea y de todos los medios y recursos para poder presentarse con las armas en las manos baxo el ver- dadero carácter de guerreros,no bastaron á retraer á los va- lientes catalanes de tamaña empresa porque solo escucha- ban la voz de la patria , que horrorizada de la espantosa sima de calamidades en que iba á sumirse, les exhortaba á armar sus robustos brazos para una lid terrible y desigual. Su esfuerzo y valor suplían la falta de recursos para hacer la guerra : la justicia de su causa animaba sus espíritus, y ro les permitía dudar de la protección del Altísimo. El Dios de los exercitos se ha dignado en ef.&o coronar de g'oría sus esfjrtzos patrióticos , y los trabajos y ma'es consecumtfs de la guerra no han hecho sino fortificar mas y mas los brazos de tan ilustres campeones. Como la capital del principado turril mayor opresión que ninguna otra parte de él, se pensó desde luego esta- b'ccer en dif rentes ciudades de la provecía juntas de go- bierno para cuidar del a Atamiento , reunión , organización armamento de los «.oin-tenes; y en cf.ftj, en los pil- eros días de! mes de- junio sf-engierorf dtch?s jnnt¡»s en s ciudades de f étida, Tarragona „ Tcrto«a, Gerona, anresa, Vich, Urgel , Figuera* y otras, compuertas de 5 jugetos mas acreditados por sus empleos, honradez, atriotismo y luces. Todas e.las ccmrrzarro por publicar inifiestos y proclamas, en que exponiendo conv-rdad condu&J leal de nuestro gobierno para con el de Fran- ja, los sacrificios que la España fubia hecho por su causa, a ogida amistosa que sus tropas habían experimentado t pane del pu b o español, y la perfidia con que ellas y x-fj rubian correspondido , y señaladamente la a.evosia auiita con que el infiel Napoleón habia arrancado de s bazos de los españoles á su querido Fernando, que .ia todas sus delicias, y en quien cif aban las esperanzas la prosperidad de la nación: todos estos h:h>$ éx- itos con sencillez irritaron mas y mas el enojo de los talanes. Creyeron pues que tpdo lo d bian á la patria, que todo lo debían sacrificar por ella y por la reí g on ue h bian heredado desús m.iyores, las.quales veían ame» zjdas de un golpe fatal; asi es que ni guno ha habido treel'os qqe sea egoísta , ninguno tímido , ninguno co- rJe , sino todos valientes, y todos catalanes. Para la mejor combinación de las operaciones mi'itaret liáronlas rtferidas jantes de auxilierse unas á otras, y uniformar sus deposiciones con las de las provincias mediatas; para lo qua4 la junta de Tarragona envió un mwionado á la de Valencia, y la de Lérida otro a Za • Pía. Tampoco se olvidaron de despachar diferentes pa- gotes en busca de la escuadra inglesa que cruz ba por mares de Cataluña para hacer ton su nación una sus-, nsion de hostilidades, y en seguida un tratado de alian* Estableciéronse consejos militares para castigar i todos que directa ó indirectamente se opusiesen á la causa* nun. Pfo como el medio mas seguro y eficaz para evitar 'a "ion y desoiganizacion, y par* d.e»tcuar toda prcten-4 ¿ion sobre superioridad y primacía , es et concentra gobierno, y reunirle en un punto; las diferentes juntas d gobierno establecidas en las ciudades del principado re solvieron erigir una suprema para todo él, y establecer' en Lérida, por ser el parage mas á proposito por «u s¡ tuacion para el despacho de ordenes, y para el arreglo combinación de ios planes militares. Esta junta suprsm se componía ya en 22 de junio de los vocales y diputad siguientes: el limo. Sr. obispo de Lérida; el barón de Si basona diputado de Vique; el Dr. D. Antonio de Gomar diputado de Lérida; P. Fr. Josef Domingo Martin, do minico , diputado de Tortosa; Dr. D. Juan Guinart y Ci landa , diputado de Tarragona: Dr. D. Ramón Urgé«, di putado de Cervera ; Dr. D. Gregorio Mordió, diputad «te la Seo de Urgel en representación del corregimiento d Puigcerdá; D. Jacinto Fallaréi, diputado de Talarn ; D Francisco Lesus y Pou, diputado de Mataró; D. Minu Torrens , diputado de Manresa ; D. Baltasar de OlsinelU diputado de Igualada eri representación del corregimient de Villafranca, y D. Josef Xavier Berga, con encargoJ secretario déla junta. Publicó esta inmediatamente un mi nifiesto á todos los habitantes de Cataluña , exhortando! á la observancia del orden y disciplina, que son el nervi de la guerra y los precursores de la victoria, y á la o' diencia y respeto á las autoridades constituidas por efl /mismos, sin lo qual era imposible lograr él fin que sehi bian propuesto de restituir á Fernando Vil al trono i que ha pretendido desposeerle una mano pérfida y traidor viEl amor de la patria , fes dice la junta * exige d: vosotro grandes sacrificios; la vida , los intereses y las prendas q mas se aman deben posponerse al bien general: el hon de morir por la patria vale mas que la vida; estaño mas que una sombra, y la gloria de aquella muerte esu luz perenne que sobrevive a la obscuridad de los tiempo*' Continuará este suplemento* Continuación ¿el supJitneiito á la gazeta del 16 $ (a junta temó igualmente las disposiciones necesarias a {;cto de que la justicia fuese administrada por las leves, instituciones municipales y fueios del principado por M mismos jueces, juzgados y tiibunales, y por los mis- mos tránsitos , y según el ordan , y en la misma corfor- ¡Jad que hasta entonces; para lo qual fueron confiima- s y autorizados por dicha junta suprema los jueces y emis empleados en la administración de justicia que exis- ¡ifi i la sazón. Asimismo nombró diferentes comisiones ara la dirección y madejo del ramo general d; hacienda e! principado , para los asuntos militares, y para los ne- Oc'ios de justicia indiferentes, y correspondencia inte- ior. En otro acuerdo de la misma junta se decretó la for- lipón de un exercito acVivo de 40 mil hombres, dividi- os en 40 batallones de á 1 mil plazas cada uno, y en com- iniis de á 100 hombres, asignando el sueldo de los ofi- ial:s y soldados, y todo lo concerniente á su mejor or- mizacion y disciplina. Son admirables todas las disposiciones tomadas por la mía suprema de Léiida para conservar el buen orden, untener la autoridad de las leyes, y conseguir el glorioso ii de oponerse al enemigo con vigorosa defensa hasta encerle y arrojarle de los puestos y plazas que ocupaba, o por su valor, sino por su perfidia, Apenas tuvieron los franceses noticia de las disposi- ¡ones y movimientos del principado, destacaron de B-r- dona diferentes cuerpos de tropas con dirección á varios untos. Una de las divisiones marchó contra Manresa, u« se habia negado a enviar á Barcelona la porción de olvora que habia pedido el general Duhesme, Los man- zanos, que no tenjan para la defensa de su ciudad mas °P* de linea que unos pocos soldados de guardias espa- das y artilleros, que habían huido de Barcelona impa- rtes por llegar quanto anees á las manos con el enemigo, 'Quieren esperarle en fus mismos negares, se adeiartan nco liguas, y paran en el lugar de Bruch, cuyas moa-6 t>ñas 'es sirven de otra? tantas fortalezas. Allí colocan tm rústicas baterías d» cañones hechos de troncos de atbol« guarnecidos de chipas de hierio , y en medio del camir.o abren un profuvdo y ancho foso, que cubrieron de ramj$ y sirvió de sepultura á los coraceros franceses que se creijij invulnerables. El dia 6 de junio se presentaron los trance, íes, mánda los por su general en gefe Duhesme , delmtt de Biuch Los manresanos emboscados entre las mata», arboles y peñascos les hacen un vivísimo fuego de fusüerij y de sus cañones de ma dera , pues no tenían otros. La ca- ballería enemiga avanzt á galope por el camino: gran par. te de rila se precipita en el hondo foso, y allí encuentra$0 fin; el resto se ve acosado por todas partes de una nube de balas, sin saber de donde vienen Introdúcese la confusión y desorden en las columnas enemigas, y echai i huir con la mayor precipitación, abandonando siete cañones de ¿8, que era toda 1a artillería que llevaban, y dexando en po- der de los nuestros una águila, y en el campo un numero crecidísimo de cadáveres. Invencibles de Marergo, de Au'terlitz, de Jena y de F ied'and , ¿qué se. ha h?cho de vuestro valor tan decantado en los durios de vuestro! grandes ex:rcitos dt Italia , Austria, Prusia y Polonia? ¿Dónde está aquella ponderada intrepidez, por laque presentaros en el campo de batalla, avistar al enemigo y vencerle era todo una mi^ma cosa ? Aprended desde ahora a respetar á un pueb'o que tiene ya levantada su diestra valerosa para castigar á los malvados que han pretendido hollar su religión , su pstria y su Soberano: estad ciertoí de que será terrib e su venganza. No tue roas feliz otra división de 3700.hombres de in fantetia y 600 de caballería que marchó á Tarragona al mando del general Sobran. Este cuerpo se presentó c¡ 7 Je junio delante de aquella ciudad, que se hallaba todavía indefensa. Sin embargo, el general enemigo no se atrevió 3 entrar en eÜ2 hasta que salió á recibirle el gobernador de la plaza. Al día siguiente destacó 2. mii hombres par* Valencia, y tuvieron que retroceder porque el paysanage l:scerraba los paros. El 9, después de haber amenazado, robado y cometido inhumanidades y sacrilegios sin nume- ro, vo vi:ron a tomar el camino de Barcelona; pero im- pedidos en su marcha por el paysanage de los pueblos circunvecinos, trataron de volver á Tarragona, cuyos ha- bitantes se pusieron inmediatamente en estado de defensa; coronaron las murallas de artillería, y enviaron un ayu dante con provisión de pólvora y balas para surtir y di- rigir á los pa y sanos del campo. Los franceses pegaron lue- go á la iglesia y casas de Arbós y á alguias aldeas vecinas, que quedaron reducidas á cenizas , pereciendo sepultados rntre las llamas muchos de sus infelices habitantes. Esta atrocidad llevó al extremo la indignación de los catalanes, resuelto- á perecer antes que sujetarse á un sistema horri- ble que socamente produce robos, asesinatos y asolamiento. Reuniéronse los somatenes, y esperaron á los franceses en las alturas de un barranco, cuyo puente cortaron. La pri- mera columna de coraceros enemigos cayó casi toda á la P'imera descarga, su infantería se desordenó, y no pudo rehacerse; de forma, que casi toda ia división quedó muerta ó prisionera. Un paysano del lugar de Valiés tuvo la g'oria de h*ber muerto de un tiro a! general Sabrán* Entre tanto los ampurdaneses se apoderaban de la im portante plaza de Rosas, y dexando alli una buena guar nicion, marcharon juntamente con alguoas tropas de linea » rodear el castillo de S. Fernando, ai qti tienen bloquea» do estrechamente , habiendo intimado la rendición al co- mandanta-. Otra gran multitud de somatenes se ha adelan- to hacia 1? frontera para interceptar los refuerzos de tropas y convoyes de víveres que puedan venir de Fian- C|a; y en efecto, han cogido ya muchos piisioneros, y gran numero de rrses vacunas y lanares que venían para «1 casMio de S Fernando. Pero donde el enemigo desplegó mas su encono y su r*bia fue ea el ataque que dió el 20 de ju uo contra lafrfaza de Gerona. El exercito francés al mando del'gener»! en xefe Duhesme, y de los generales dé división Lechi Schvarts salid de Barcelona el día 17, compuesto de 7 b« tallones de in'anteria y 5 esquadrones de caballería , Co« un tren de 8 piezas de artillería, 2 carros de municiones otro carro cubierto, 2 puentes y 14 acémilas. Habiendo forzado con bastante perdida el débil cordón del castillo de Mongat, que los pueblos inmediatos habían formado para defender aquel paso, penetró hasta la ciudad de Mataró que por hallarse casi enteramente indefensa hubo de ceder a las fuerzas superiores de los enemigos, los quales come- tieron en ella asesinatos , violencias , incendios, robos y todo genero de crueldades , para vengarse sin duda del descalabro que padecieron en su entrada. Pasaron el resto de aquel dja en «ta ciudad, y la mañana del siguiente llega- ron á Areñs de Mar, dé cuyos vecinos, en premio de ha- berlos recibido amistosamente, exigieron una contribu cion en dinero y otros cfeclos Por la tarde atravesaron las villas de Calella y Pineda , cometiendo en ellas los mis» mos horrores que por donde quiera que dirigen su marcha, Pasaron la noche acampados en Malgrat , y al rayar el dia 19 tomaron el camino de Tordera , descansando desde el Mesón nuevo hasta la Tiona, y al amanecer del 20 mar- charon hacia Gerona. A las 9 de la mañana se presentó todo el exercito delante de la plaza, y apoyó su izquierda enf las alturas de la aldea de Palausacosta; pero habiéndole saludado con algunos cañonazos el baluarte de la Merced y fuerte de Capuchinos, se vió obligado á replegarse con bastante precipitación á los dos lugares inmediatos de Salt y santSj Eugenia, donde se mantuvo hasta las z de la tarde perdiendo siempre mucha gente por el fuego vivo y bien dirigido de las baterías de la plaza , y esto le obligó á cam- biar otra vez de posición , volviendo parte del exercito sobre la misma altura de Palau, y ocultándose la otra en un espeso bosque frente de Salt. Se continuará. Continuación del suplemento 9 Ratre tanto el saqueo fue general y completo en aque- llos 2 infelices lugares , donde el enemigo cometió bar- Lamente algunos asesinatos, destruyó todo quanto pu- jo incendió muchas casas , que reprecentaban a la viste tlquadro mas doloroso, y la desenfrenada é impía solda- desca llegó al horrible y sacrilego extremo de destrozar el sagrario y las imágenes de nuestro Salvador , de la Virgen» y de varios Santos que habia en aquellas dos iglesias y en la de Palau. Situado por segunda vez el exército enemigo en Ik alturas de este pueblo y puntos inmediatos , levantó uní batería , que solo causó un leve daño en el tejado de U iglesia de S. Francisco de Asis , pues á poco rato fue desmontada por los tiros acertados del baluarte de la Merced y fuerte de Capuchinos. Entonces dividiéndose en dos columnas , dirigió la una por la izquierda hacia los expresados lugares de Salt y Sta. Eugenia , incomo- dándola siempre las baterías de la ciudad ; la otra avanzó por la derecha, y atravesando el rio Oñar , atacé la plaza con mucha furia , intentando forzar é iucendiar la puerta llamada del Carmen ; pero fue recibida con tanto valor y serenidad por sus ilustres defensores , señaladamente por el regimiento de Ultonia , que después de alguna pérdida, se desordenó y huyó á todo correr, poniéndose á cubierto del fuego de la plaza No pueden alabarse bastantemente el acierto , denuedo y bizarría con que pelearon ios pai- nnos y los valerosos oficiales y soldados del expresado regimiento, cuyo teniente coronel D. Pedro O Dalli quedo herido en esta acción. Serian cerca de las 5 de la tarde quando el enemigo dió este primer ataque; y viendo burladas sus esperanzas en este punto, atacó inmediatamente el fuerte de Capuchinos, logrando po- nerse b»xo de su canon; pero fue también rechazado por el fuego de la fusilería , que le hizo desistir de su 'oca empresa , matándole allí mismo 44 soldados de infantería y 12 de. caballería. cII Reuniéndose del modo que pudo, colocó otra o*, teria cerca de la cruz de santa Engracia , á distancia de medio quarto de hora de la ciudad: á las j de 1* tarde rompió el fuego, que hito algún daño en el co. legio Tridentino , en el convento de Sto. Domingo, y en otros edificios particulares. Las baterías de la p¡a21 correspondieron con la mayor viveza y acierto hasta en- trada la noche, en que cesó el fuego por ambas partes. La noche era obscurísima y tenebrosa , por manera que á pesar de la gran vigilancia, era imposible distinguir njngun movimiento del enemigo, el qual fiado en esta especie de ventaja, entre 9 y 10 de la noche atacó la pla- za por diferentes puntos, con tanto silencio, intrepidez y arrojo * que entre verlo muy cerca de las murallas y romper el fuego no hubo un momento de intermisión. La obscuridad, el espantoso estruendo de la artillería y fusilería, el grito penetrante de los que peleaban, todo aumentaba el horror del ataque, y la ciudad entera pa- recía otra nueva Troya, abrasada por el fuego terriblé de los enemigos y de los intrépidos guerreros que la de- fendían. Peleábase con un generó de furor, que llegaba á ser desesperación , y la columna enemiga se empeñó tanto en el combate, que tuvo la osadía de arrimar al- gunas escalas al baluarte de santa Clara, cerca del hos- pital de Caridad, para dar el asalto. Suben unos quantos soldados, y ya están sobre la muralla ; pero una partida del esforzado regimiento de Ültonia acude al momento, mata á .todos los que escalaban, inspira el terror á los demás, y les hace desistir de su temerario proyecto. Con- tinuó no qbstante el fuego, hasta que el baluarte de San Narciso con $ tiros á metralla destrozó al enemigo , le dispersó, y obligó á retirarse, dexando los fosos y cam- pos inmediatos cubiertos de cadáveres y heridos. No escarmentado todavia con tanta mortandad , re- pitió el ataque cerca de media noche, intento vadear el rie Ofiar, y asaltar el baluarte de la plaza de S, Pedro* fe m ¡sea ^as el fuego aeli vo del misma baluarte y de la torre de 5. Juan i le rechazó de tal modo , que abandonando el asalto, se retiró otra vez á los lugares de Salt y santa fngracia. La vigorosa defensa que ha hecho la ciudad de Gero- na en esta ocasión tendrá sin disputa un lugar muy dis- tinguido en la historia militar de Cataluña. La acción, contándola desde que se rompió el fuego por las baterías de la plaza contra el excrcíto francés apostado en la al- tura de Palau y sus cercanías, duró desde las 10 de la mañana del día 20 hasta las 2 de la madrugada del 21 t su- cediéndose los ataques uno i otro sin mucha intermisión, y se puede decir, fin suspenderse el fuego en todo este espacio de tiempo. Todo fue grande y portentoso. El in- vencible regimiento de Ultonia , sin excepción de un solo individuo, á pesar de que su fuerza total no llegaba a 300 hombres, hizo prodigios de valor. Los jóvenes no- bles imitaron su bizarría, manteniéndose con beroyea firmeza en los combates, con lo que se han hecho mas dignes de los timbres que heredaron de sus progenitores, y del aprecio de todos los buenos ciudadanos. Los arti- lleros militares y los paysanos marineros de S. Feliu de Guixols y otras partes, que dirigieron la artillería, se transformaron en otros tantos leones, re&ueltos á morir antes que ceder un palmo de tierra al enemigo. El clero secular y regular, ir ñamado de un zelo santo y de un ardor admirable , corría á los puntos mas peligrosos , y en todas partes se hallaban religiosos de todas las comunida- des, que con su voz y su exeraplo inspiraban la mas ex- traordinaria energía , y difundían la esperanza en todos los corazones. Los paysanos, tanto les de la ciudad, co- mo los de los pueblos que habían acudido al socorro, obraron con igual constancia y ardimiento, y todos pa- recían soldados veteranos y aguerridos Los somatenes, dispersos en los alrededores, hicieron muy buenos serví- c'0$, incomodando incesantemente al enemiga, é impi-díendole e1 paso del Ter , que varías reces intento ya, dear, con el designio* según puede presumirse, de socor rer el castillo de Figueras , que se halla en los últimos apuros. Pero ¿ qué hay que cansarse? las mugeres mismas, despojándose de la natural debilidad y timidez del sexó, y despreciando las balas y metralla , corrían de una partí á otra llevando municiones y víveres , y reanimando el corage de sus padres , de sus esposos, de sus hijos y de sus hermanos. Su animosidad podria muy bien compararse con la heroyca constancia de la madre de los Macabeos, quando exhortaba á sus hijos á morir por el honor, por la patria y por la religión. A las 7 de la mañana del día 21 el enemigo reunió todo su exercito al pie de la altura de Palausacosta: la caballería hizo algunas evoluciones, que dieron motivo á creer que intentaba otro ataque; pero contra toda es- peranza, tomó el camino real de Barcelona , y se retiró con tanta precipitación , que su vanguardia durmió en la villa de Pineda. Desocupado el pais de tropas francesas, pudo formarse idea de la espantosa derrota que sufrió su exercito, que según los cálculos menos arriesgados no baxó de la tercera parte entre muertos y heridos. Por parte de los catalanes no hubo mas desgracias que la de haber muerto D Tomas Magrat, subteniente del regi- miento de Ultonia, oficial de relevantes prendas; D Fran- cisco Vidal, capellán del mismo regimiento, un artillero paisano de la villa de Bagur, y 3 ó 4 heridos; cosa que á la verdad llena de admiración, y manifiesta en toda esta serie de sucesos la mano poderosa del Dios de los ejérci- tos, que defendió y protegió á aquellos buenos españoles. Vario» incidentes ocurridos en el dia del ataque y des- pués aumentan el peso de la victoria de los gerundenses, y prueban la perfiiia y baxeza con que el general francés intentaba sorprehenderlos, y conseguir con astucia lo que no podia con la fuetza de las armas. Concluirá eyte suplemento, í' $ Conclusión del suplemento. JS fji la tarde del referido dia 20, sin cesar las hostilidades , dicho ge- nial envió á uno de sus edecanes con un trompeta á parlamentar : fue (llwlnciílo á l;i junta, y presentó una earta del mismo general , escrita ¡a Maíaró con fecha del dia 17 , reducida á suponer que habí» sujetado y paci/icado á Tarragona , dispersado el cordón de Mongat, ocupado á Jlateró ú pesar de su resistencia, y tranquilizado .á Barcelona y sns cer- canías : que venia á la frente de un excrcite valeroso en calidad de amigo valiado, en consideración a la buena acogida que se le dio en el transito un su divisien por la ciudad de Gerona en febrero ultimo : esparaba que d pueblo no se expondría á los horrores de la guerra : que se hallaba dispuesto á forzar las puertas si no se le abrian d© grado , circunstancia que seria muy aflictiva para su corazón : que remitía un decreto de la junla del gobierno español, que debia dexar satisfechos á los verdaderos españoles y buenos catanes , pues verian que las cortes que habían de ce- lebrarse en Bayona se iban á convocar para Madrid , tratándose única- mente en ellas de la regeneraron t/ felicidad de la España: que nadie sino los perturbadores podían en consecuencia desear la guerra; y que asi esperaba que se enviase una diputación , y que la junta correspondería á L amistad que siempre había conservado á la ciudad de Gerona. La junta contestó que la ciudad de Gerona estaba pronta á corformár- je con la decisión general de la nación , representada por las cortes y rotos de las provincias, teniéndose la convocatoria ea Madrid, según expresaba el general , retirando este el exercito de su mando, sin incen- diar casas , ni cometer hostilidad alguna; y concluyó diciendo que ex- trañaba que teniendo un parlamentario dentro de la ciudad , sus columnas se hubiesen adelantado hacia la plaza tomando posiciones militares para atacarla , por cuyo motivo se había continuado el fuego ; y que no le devolvería el edecán para no exponer su vida , hallándose el pueblo muy irritado por haberse incendiado algunas casas desde que había entrado á conferenciar. Poco después de haber pasado está contestación , el general Duhesme envió otro edecán , quien dixo á la junta que su general ofrecía conservar á los moradores de la ciudad su religión y sus propiedades : que no Ies impondría contribución alguua, y que no entraría sino la tropa que el pueblo quisiese, dando a lá junta la que necesitare en caso de pedirla. Instó por segunda vez que se le enviase un comisionado para negociar, ofreció suspender las hostilidades, y dexar en rehenes el primer edecán; manifestó deseos de tratar amistosa mente, elogió la bizarría de los había •antes de la ciudad en defensa de ella , y por id timo dixo que olvidaría toda opinión ó partido que cada uno hubiese formado y seguido. Observóse que ambos parlamentarios procuraban con estudio distraer " atención de la junta , para que por medio de esta inacción pudiese eL **QkSito avanzar sus columnas y atacar la plaza , como en efecto lo hizo; l'ero bieji pronto el general se desengañó ¿Je que los gerundenses no son ™* estúpidos como tal vez él habría pensado; pues las baterías de la uU(Jad continuaron el fuego , y rechazaron completamente los dos prime-ros ai fiques que dió durante estas simuladas y dolosas conferencias. S¡n embarga , la jimia parta dar un testimonio de su franqueza y buena fe nombró comisionados á dos de sus miembros , que fueron el teniente coro' nel D. .luán O-Donovnn, comandante del regimiento .de Ulíotiia y D. Martin de Hurgues , regidor perpetuo de la ciudad, quienes al anochecer pasaron al campo enemigo : fueron bien recibidos por los generales Du. besme y Lechi , y habiéndoles aquel pedido , como preliminar de la ne- gociación , la entrada del exercito en la ciudad, ofreciendo dar por escri- to sus pretensiones , contestaron animosamente que el pueblo estaba re- suelto á sepultarse en sus ruinas antes que censentirlo ; que esto era con- trario á lo que habia dicho de su orden su segundo edecán , y que asi de ningún modo querian llevar por escrito semejante proposición. Entonces Duhesme hizo varias amenazas de asaltar la ciudad , y reducirla á cenizas; pero nada pudo amedrentar á los comisionados, ni debilitar su constan- oia. Durmieron en el quartel general de santa Engracia , y cí bien digno de notar que estando ellos con el enemigo , y á su distancia para oir y tratar lo que propusiese , la plaza fue asaltada y átaaada horriblemente. En la madrugada del 21 volvieron á conferenciar con el general, sin que este pudiese inclinarles á su pretensión; les encargó que diesen cuenta de todo á la junta, á fin de que enviase otros comisionados para negociar y acordar pacificamense las respectivas pretensiones ; y habiendo regresa- So ^ hicieron relación de todo lo ocurrido. La junta, solo para evitar efusión de sangre , determinó oir las proposiciones del enemigo ; resuelta a no hacer sino lo que el pueblo aprobase, nombró 6 comisionados , y antes que estos marchasen, recibió otro oficio de Duhesmeen que decia que aguardaba la respuesta, y pedia que se le enviase el oficial parlamentario, nsi como los dos oficiales del estado mayor que se hallaban detenidos en la ciudad hacia algunos dias. No le contestó, sino que á poco rato enrió los 6 comisionados , mas no el edecán parlamentario, ni dichos oficiales por no exponer sus vidas ; y habiendo aquellos pasado á la casa llamada de Gova, punto de reunión que estaba acordado , ni en ella ni en la aldea de Palau , ni en otro lugar encontraron un solo francés , pues todo el exercito marchaba ya en retirada cen precipitación háck la marina. La junta escribió aquella tarde al general, manifestándole que les comisiona- dos habian salido para conferenciar , que su auseneia lo habia impedido, y que estaba pronta á hacerlo en qualquiera otra ocasión ; pero el expreso que marchó á entregar esta carta , habiendo andado unas 3 horas , regreso por no eneontrar al general ni á otra persona de bu exercito. Posteriormente hemos sabido que otro exercito de 9 mil franceses man- dado por el mismo general Duhesme , se ha encaminado hacia Gerona con un tren de artillería de 50 cañones para batir aquella plaza; y que el 26 de julio llevaban ya perdidos los enemigos en los diferentes choques y es- caramuzas con los catalanes mas de 2 mil hombres , 17 cañones , y mu- chos carros de municiones. Este grande exercito de Duhesme no puede conseguir el pasar de Caldetes, á 5 leguas y media de Barcelona. El 15 de julio los franceses , no estando escarmentados de la derrota 4ñ qae habían padecido pocos días antes delante de Rosas , intentaron otrtf ataque contra esta plaza ; pero salieron arrollados con pérdida de 800 h< ml»res. El dia 23 fue derrotado por los ampurdaneses en Pons de Mo- lins un trozo de exercito que venia de I'Vancia con destino á Figueras. fu esta ocasión los catalanes haü cogido al enemigo 300 carneros, 40 vacas, muchos carros de provisiones , le haa muerto 300 hombres , y he- cho un numero considerable de prisioneros. En la noche del 22 de julio lhgó felizmente al puerto de Tarragona el convoy de tropas españolas que estaban en Mahon al mando del Excmo. Sr. I). Domingo Mariano Traggia, marques del Palacio, nombrado últi- mamente capitán general del principado; El regimiento de infantería de Reiis, que venia también de Mahon, fue destacado desde alta mar el dia 21 con dirección á S. Feliú de Guixols , pueblo inmediato a Gerona. Los 1300 aragoneses que desembarcaron en Tortosa ya están vengando á su patria. [Ina partida de miqueletcs que pasaba desde Tarragona á Barcelona se apoderó en su tránsito el dia 29 de una gran porción de trigo que los franceses conducían á esta ultima plaza , dispersando los soldados que la escoltaban, y matándoles 6o hombres. El primero de agosto el Sr. mar- ques del Palacio intimo la rendición á Barcelona , de cuyas resultas se cerraron las puertas de la ciudad , y el general Lechi, que maula en ella, juntó un consejo de guerra, que duró muchas horas, y de resultas han sido conducidos y encerrados en la ciudadela los priores de los conventos de dominicos y agustinos , el conde de santa Clara, y los marqueses de Castelvcll y de Ribas; los señores Cortada y Soler, y los comerciantes Gasó, Gomis, Castañer, Bacardi , Gonima y otros. El mismo general, acompañado del Sr. Ezpeleta, hizo formar acuerdo , y tuvo la osadía de pedirle una requisición de 6' mil hombres. En esta ocasión ha habido ma- gistrado virtuoso, y lleno de energía , que se despojó de la toga, la arrojó a los pies, hizo demisión de su empleo, y pidió la muerte. El limo. Sr. 0- PaMo Sichar, obispo de esta ciudad , por no asentir a las máximas y disposiciones del gobierno í'rarfcea , y por evitar las opresiones y violen- cias que padecia , pudo fugarse á pie disfrazado en pobre mendicante, y asi anduvo hasta el lugar de San Sedorni. La orden de confiscación de los bienes de los que han emigrado de Barcelona , y los suplicios im- puestos contra los que abandonan sus hogares, han empezado ya á po- nteen execucion. Esta noticia ha inflamado el valor de toda la provin- "a5 y se espera que pronto serán vengados terriblemente los habitantes « aquella desventurada capital, l as acertadas disposiciones del sabio y •aliente general marques del Palacio , que se halla ya sobre Barcelona con M numero bastante crecido de tropas de linea , drben infundir las mas li- Jiiie ;iS esperanzas , y persuadirnos de que en breve quedará libre el prin- Pado de los bandidos que ahora le desoían. La respuesta que este leal y ^i;'roso general remitió desde Mahon al conde de Ezpeleta , que le habia ^riffido varios oficios y papeles insidiosos para inclinarle a abrazar y pro- ■* las miras c intenciones del pérfido Napoleón, manifiesta plenamentef\ noble y constante carácter, la pura lealtad y la sublime cnonria del se. fior Tra«rgia; y por todo lo damos al público, según se halla inserta en los dorios de Murcia y Jiadajoz. Dice asi : A vuestros insidiosos papeles de 19 del que rige , con que por este mismo inensagero quiso alterarse ayer mañana mi quietud , trastornar este publico y tentar mi firmeza, pretendiendo hacerme traidor con apariencias de leal, res. puiulu completi-simanjcnte diciendo ; que los he mandado quemar , y que hoy jnismo se ha proclamado por esta isla y la esquadra española con la mayor so. lemnidad , alegría y unión á nuestro legitimo Soberano el Sr. D. Fernando Vil, a quien Dios guardará,- y á mayor abundamiento os envió los adjuntos impre, fot para que os cercioréis del verdadero estado de las cosas , y de la utilidad de •vuestras sugestiones. ',, El que hoy manda en esta isla es español incorruptible , nunca de la fac. cion de los malvados. No reconoce autoridad postituida por egoísmo , esperan- za ó temor á otro injufcto dominio : sabe que los esclavos y oprimidos no deben manjar á los libres ; y extraña que haya hombres y ex-tribunalcs regios de tan mal acuerdo , que de las facultades , dignamente obtenidas de mi Soberano en otro tiempo , quieran abusar fuera de él contra sus mismos reales derechos y la libertad de la patria ,,Si puede tanto entre vosotros el temor de la muerte que nada hagáis para salvarla , vuestra opinión mrrirá también con vosotros ; pero dexad vivir y morir leales, quando importa, á los demás hombres , que honrados y unidos á los votos unánimes déla España entera , disengañada desde el mayor has» el menor, signen la justa causa de su Rey natural. Recordad vuestra buena fama anterior , no .viváis mas inertes pusilánimes entre los proditores y sacri. ligos , que se embriagan á vista vuestra en las tabernas con los vasos sagrados. ¡ O verdadera religión ! ¡ qué poco debes hoy á muchos de los que has eugen. drado! No muere mas (pie una vez el valeroso y el cobarde; pero el hom. ore justo vive eternamente con Dios. Abrid los ojos y las puertas al valeroso excrcito del principado, que ra » mezclar vuestras cenizas con las abominables de sus opresores injustos, y refarcireis vuestro crédito. Confianza en Dios , diligencia y esfuerzo. SS iMa« Jbon 24 de junio de 1803. Zf El general comandante gobernador de Menorca." Reimpreso en Buenos-Aires , En la Imprenta de Niños Expósitos, año de lfeOtí, CARTA DE NAPOLEON PRIMERO / — ^ A SU CUÑADO EL GRAN DUQUE DE BERG. jf~ÍBrmano mió: quando el primero de Junio os escttbf mis grande» proyectos, de que he querido fuerais vos y Bertier los únicos depositarios , bien creía que aun !a España no había dispertado del profundo sueño en que la habjan puesto las adormideras que la diera el valido de mi intimo amigo y caro aliado Carlos IV; pero ase enemigo de todas las naciones, ese chismoso y enreda» dor del continente , ese tirano de los mares, ese::: {lo diré? sí, que á vos nada debo ni ptiedo encubriros; ese mágico , ese maldito, ese don Quixote de la mar, ese ladren de Copenhague, el ingles, ya lo he dicho; sí, el ingles ha esparcido por todo el continente, y aun á be- neficio sjn duda de sus esterlinas ha encontrado la má- gica de poner sobre mi bufete un tan sin numero de pa- peles españoles, que os protesto á fe de católico* apos- tólico romano, que me han hecho consumir seis libras de rapé seleclo. Ya habia notado que el diarista de Ma- drid, vuestro intimo confidente, se iba cansando de pro- digar alabanzas de mis ínclitas y esclarecidas virtudes; ya vi en él, que aunque la Junta de gobierno y el Consejo de Castilla habían recibido la ley de Bayona (gracias á. vuestras bayonetas) todavía abrigaba la España descon- tentos, insurgentes, vandidos que levantasen el estandar- te de la rebelión ; pero no me daban cuidado alguno, pues con las medias que estaban tomadas muy de ante- mano por el rey de bastos de los Algarbes y consejo mió, parecían las cosas dispuestas de tal modo , que me con- sideraba ya sucesor de Carlos IV sin necesidad de tirar Un cañonazo. Verdad es que los chulos de los manchegos y guardias de la casa Real desconcertaron mi plan prima- lio; que quando yo suponía á mi caro amigo Carlos, á