de Dupont: el posta fue conducido con numeroso acom¡ pañamiento á las casas del ExcmQ. Sr. gobernador, quie, mandó inmediatamente que una general salva de artillerij expresase su satisfacción con la victoria de los católicos, Este placer será pronto extensivo a las naciones de Emo. pa que hacen una causa con España. El orgulloso Dupont A pesar de su fiereza Hj doblado la cabeza A la española nación: Su Uclica y prevención Ha fallado en este año. No preveyendo su daño Del terreno que le enseña,' Que tropezando en Lapeña, Iba á dar en un Castaño. OJEADA SOBRE LOS J?A UE VIES DE M ARENGO, Austerlhz^ 3¿na y Friedland, derrotados en las batallas de Castilla, Aragón , Falencia , Cataluña y Andalucía. ¿No son estos los héroes que han vencido De polo a polo casi el mundo entero? ¿Gomo, pues, á la España se han rendido, A este pueblo, que llaman tan gresero? Es porque el cielo al débil ha «¡egido Para humillar al orgulloso y fiero: Sea , pues, á Dios, á solo Dios la g'oria, Y cante el universo su victoria, Reimpreso en Buenos- Aven Imprenta de Niíws Expóñtos, Ano dé 1808. RESUMEN DE LOS HECHOS MAS NOTABLES DEL EMPERADOR NAPOLEON 1—1<. MANIFESTADO A LOS FRANCESES CON LAS REFLEXIONES OPORTUNAS A FAVOR DE LA JUSTA CAUSA. Asta cuando, Franceses durará vuestro letargo ? i Es posible que los llantos de vuestros hijos , los lamentos de vuestras mugeres , las voces y clamores de vuestros Sa- cerdotes , la debastacion de vuestro suelo , de vuestras ca«a<«, de vuestra nobleza, ¿ no han podido dispertaros ? ¿ El es-, truendo de los exercítos, el estrepito de la artillería que por mas de catorce años resuena á vuestras puertas, tampoco ha Degado á vuestros oídos ? Ea dispertad , abrid los ojos , y veréis el espectáculo mas horroroso , la catástrofe mas inaudi- ta, los despojos de un desorden, y las conseqüencias de la filosofía de estos tiempos. Mirad en aquella plaza de vues- tra gran Capital decapitado vuestro legitimo Soberano,. vuestra Reyna , y las detnas ramas de estos troncos derribadas al golpe de la cuchilla. Allí tenéis en el mismo estado toda la nobleza el clero y demás autoridades. Ved esos templos pro- fanados, atropelladas las divinas imágenes, y colocadar.cn los altares estatuas de los Patriarcas de la heregía. Tended la vista sobre aquel numeroso exército que desfila contra Alemania, la Italia, y la Prusia para acometer á esas Naciones , porque Irán querido defender la causa de vuestros Reyes , y castigar a esos Filósofos que han envenenado vuestros talentos; y ved £ue al encuentro de aquellas huestes perecen vuestros hijos, hermanos y parientes. Mirad sobre el brillante trono de vues-2 tros Reyes plantado un árbol, que solo fructifica hombre* déspotas y tiranos que únicamente se alimentan con sanare francesa , y hacen venir los arroyos de ella desde los Alpes, desde las montañas de Alemania , y desde los Perineos. Decidme, franceses : ¿ es verdad que todos esos estrados, esas tragedias , han sido dispuestas y ejecutadas por aquella asamblea y congreso de hombres sedientos de vuestra sangre? c es cierto que la habéis derramado á ríos por establecer la libertad ¿ igualdad ? ¿ podréis negar que sobre las aras que levantasteis á esas dos quiméricas deidades, han sido sacrifi- cados mas fie millón y medio de vuestros hijos ? Fixad la vista sobre Paris, León, y:::: pero atended. ¿ Veis aquel jo- ven que se acerca entre aquel tumulto de sanculotes ? Mi- radlo bien: observad su cruel disposición: reflexionad la fi- sonomía de un tirano : conocedlo. ,3 Creéis que es vuestro paysano ? os engañáis Es la quinta esencia de la ferocidad de la Córcega : un hombré obscuro, extrangero futo de un delito : Napoleón Jionaparte. i Ah ! que cosas mas estupendas y portentosas se ofrecen ahora a la vista ! Ya lo veis dirigirse hacia Tolón ; apresta tina escuadra , en donde embarca 20 mil franceses , y toma el rumbo para Egipto. ¿ Pensareis que su objeto es alguna conquista útil para vosotros? No lleva otra mira que la de un proyecto ambicioso , y el de aprender las máximas del despotismo, de la tiranía , de la barbarie, del paganismo, y de la esclavitud. Desembarca en las costas de Alexandria, y en Abukir y San Juan de Acre es derrotado y quemada la escuadra. Nada menos os costó el principio y ensayo de la esclavitud fra/icesa. Aprendió admirablemente Bonaparte en- tre los mulsumanes el arte de mandar con despotismo, con tiranía, con perfidia : se enseñó la táctica militar de un cau- dillo rebelde, usurpador, asesino, y sin sentimientos huma- nos Ufano de ser el mejor discípulo de Mahoma, su aficio- nado y sectario , errante y fugitivo se regresa. Ahí le tenéis otra vez empuñando el bastón de general en xefe de los exer- citos de Italia Aquí principia vuestra admiración. Subid a Jos Alpes , y ved a. vuestros hijos mandados inhumanamente, llenos de heridas, abandonados en los campos , brotando arroyos cíe sangre para establecer una "República; primer monumento que erige, no en honor de los franceses, en obsequio sí de su delito, para cuyo recuerdo encarga el go^ bienio de la Italia á su adoptivo Eugenio. Reconoced en los caninos de Marengo destrozados inhumanamente vuestro* camiones : alli se os manifiestan los horrorosos despojos del dominio despótico, tiránico y bárbaro, con que desespera- damente los han conducido. Vuelve á vuestra patria con las miserables reliquias del exercito. Atcndedle , que viene con apariencias de triunfos; pero con intenciones contrarias a Vuestro sistema, ¿ Le veis obsequioso orador en el Foro ? Pues advertid que ha fascinado al Senado, ha captado la voluntad, ha encantado sus espíritus ; y aprovechándose de la ocasión, ha derribado las tribunas, y se ha investido autoritativameute con la toga de primer Cónsul : ya empieza á manifestar su inclinación este déspota, y á producir afecto su filosofía mahometana. ¿Qué os parece, franceses? ¿pensáis que so concluyó esta trágica representación ? Os engañáis. Ahora vítcís los progresos de un dominio, qué os frustra todas vues- tras esperanzas de rescate Ya está establecida la igualdad a que habéis aspirado. Toda la nación francesa es uría clase. No hallareis entre vosotros , distinción ni gerarquia ; pero» observad que los verdaderos franceses, aquellos que no e&tán embrutecidos con la ferocidad de un salvage , formaia una plebe absolutamente separada del mas mínimo empleo de la sociedad. En vuestro itigar se coloca al hombre obscuro, al inhumano, al cruel, al extrangero; y como si fueseis unos miserables etíopes destinados al bárbaro comercio , quedáis esclavonados en una cadena ¿Os admiráis? ¿ Es esta la li- bertad que habéis buscado con tanto anhelo ? Si para conse- guirla habéis sacrificado ya mas de dos millones de hombres, i cómo estáis tan humillados , tan abatidos, y en tan deplora- ble y despreciable constitución ? ¿ Estáis aturdidos ó pas- mados ? Pues esperad, que aun experimentareis sobre voso- tros los efectos del tiranicidio. Reflexionad esos grandes preparativos que por toda vuestra nación se están disponiendo Como para un triunfo, y que para solemnizarle, se os mani- fiesta que se llegan los exercitos a la capital. Prestad aqui4 la atención : óid £ ese primer Cónsul, que se pono a su frente; produce una oración, parto de la infernal retórica que ha aprendido en las escuelas del Cayro ; y ved que concluida, se arroja al Foro , despoja con violencia a los Magistrados, á los Tribunos y Consejo de los Quinientos, y con la ve- locidad de un rayo se sienta en el trono , se corona , y se proclama por vuestro Emperador. Ahora si que os pro- uniereis el descanso , el patrocinio , y quanto puede espe- rarse de la beneficencia de un Monarca agradecido. No pre- cipitéis el discurso; tened paciencia. Volved la cabeza ha- cia el Levante y Norte : ¡ que preparativos militares iiuh asombrosas ! ¡ qué horror ! Imperiosamente arrancan de vuestros regazos á vuestros hijo* En las campiñas de Bo- lonia se acampa toda la juventud francesa , y como un tor- rente inunda la Alemania , anegándose en su sangre mu- chos millares de vuestros hijo*. Llegan a los campo* de Austerlitz , y veis alli sobre una altura dominante á ese vues- tro intruso Emperador mirando risueño, como un Nerón sobre Roma , que el luego y la espada arrasa y debasta sus vasallas : alli lo tenéis trazando planes, y timando los pro- vectos de su ambición. Corred la vista hacia el Medio dia de aquella campiña , veréis destilar parte de aquel exétei- to, caminando á marclnwMurzadas: entra en Nápoles , arre- bata el cetro , derriba la corona á Fernando IV, y la ciñe en la cabe/a de Josef Bouaparte. ¿ Para esto habéis derra- mado vuestra cangro Fraiue»cs? ¿Es este el premio que lia merecido vuestra Nación ? ¿ Tan despreciables sois , que paia un francés honrado no hay siquiera una colocación de- cente ? ¿ Es posible que entre tantos millones de hombres, no se hnlla uno digno de ser colocado en esa fantástica con- federación del Rhin ? ¿ pero qué esmeráis ? Volved el rostro hac ia el Norle , y ved coronado en Olanda á Luis Boua- parte. Válgaos Dios , Franceses , ¡ qué desgraciados estáis! Ese vuestro Emperador no encuentra en toda vuestra Nación un hombre digno de ser eondí corado con insignia de respe- to. Sobre las ruinas de la fría&ton francesa edifica este tirano los soberbios palacios p ira Principes de su familia. Con la sangre de vuestros ¡ojos amasa los materiales para sem-jaa- Hihrieás. Retir»©»' pues á vue&tra capital que aUi os prepa- un festín , un bayle , en el mes de Mayo de I80T : único 'reinio de que os ha juzgado acreedores. Aguardad Franceses , no {l.unn-is. Ese vuestro revolucionario Monarca no se ha saciado atin de vuestra sangre. Marchad con el á los campos de Jena, derramadla á rios , para nutrir otra rama de su tronco. Re- gistrad todo aquel terreno cubierto de cadáveres. Admiraos de ver con que indolencia los registra este monstruo de crueldad ; y advertid que las reliquias de vuestra Nación las conduce atro- pelladamente hacia el Norte , y hace que vuestro terreno le Miiniiiistre anticipadamente dos tributos de personas , que arras- Ira hasta las llanuras de Tilsit. Alli á la vista de la Alemania , la Rusta y la Prusia os?- nta toda su ambición , y manifiesta el desprecio con que mira la Nación francesa. Usurpa la mitad de la Prusia , y en su erreno , y sobre las ruinas de Polonia , funda otra corona , en. nc coloca á su hermano Gerónimo : afianza con pérfido tratado u dinastía ; y vedle que se restituye á vuestra Capital, y con pariencias de descanso concluye los horrores de la guerra del continente. Pero reflexionad: observadlo pensativo , silencioso , y ■Utada planes falsos y supuestos contra la Inglaterra. Hace venir ¡esde las fronteras de la Rusia exércitos sin destino : pero á poco iempo, aprovechándose de la bondad de Carlos IV» su intimo, ¡el y caro amigo en el nombre , consigue introducir sus tropas n España ; y a pretexto de alianza , y preservar las fortaleza» le una invasión inglesa , ocupa las mas principales , y con el esto de las tropas se arroja sobre Portugal, y arrebata la coro- la de su legitimo dueño , declarando escandalosamente la extin- ion de la Casa de Braganza. ; Qué perfidia , franceses ! ? ha» irá alguno entre vosotros tan preocupado , que apruebe unas opc- aciones tan indignas de un carácter honrado ? No lo creo pe- o espernd un poco, que vais a ver el último resto de la ini- uidad. La ambición de Alexandro comparada con la de vues- o Einperidor, es un grano de mostíiza respecto del^globo terra- iieo. La sobervia de Antioco , de Asuero , y de Nábuco, fue hit* tildad paralelada con la de vuestro Monarca. La malicia de cab, la perfidia de Mahomi , no tiene comparación con la de íipoleon Bonáparte. La saña y astucia de Mitridates fue una •nibra de la conducta de ese Corcego. La crueldad y vileza de 11 N< ron , de un Calígula, pueden formar el carácter benigno " BU monstruo de la naturaleza. Y en fin la ruindad y co- ■día de si mismo no tiene exemplo en los anales del uní - irso. olviSdo tf» SU ? -níC ílP°!1Trse de '* M<™rqu¡a española;, ""laudólos beneficios que le ha.producido su alianza y pairo*6 cínío , sí» vale dé suscitar dna resolución por medio del triiu mas infame que ha conocido el genero humano; pero la fij^ dad española , intercepta la execucion , desbarata el proyecto separando al traidor del manejo del Otro. Ocurre la \¡. kÜtraa exaltación al trono de Fernando el VII : quedaron' frustradas las ideas do vuestro Emperador, y no permitiéndol; su cobardía entrar en la Peirinsula para destronarle con la fuerza y abrogarse la coronarse pmpone la execucion del atentada mu' horrendo. Se vale de la amistad y carácter honrado del fa. Feinandn : le propone conferencias para la felicidad de sus vasillos. Ic convida á una vista en los campos de Bayona : se verifica le agasaja: le oculta sus designios, hasta que con la misma nía- quinacion atra&o toda la famila Real de Borbon. En este esta, do produce todo el veneno de su» artificios ; finge y circuí» renuncias de todo» sus derechos k su favor, esparciendo sacrilega papales contra el carácter y circunstancias de dichas personas lia. les , procurando seducir á esta Nación para que les miren coi horror y desprecio; j pero qué engaño! Todos los vasallos dt Fernando Vil le han proclamado, y unidos en masa han jura- do rcligiosar.icnte La defensa de su Rey legitimo, y la vengan. 2a y exterminio de Napoleón, imagen de Judas , y semejara perfecta de HerodeS. Franceses, manifestad una sola página de Historia en donde se halle escrito un atentado tan iniqüo. Registrad vuestros ana- les , y no encontrareis francés alguno que haya executado un vileza comparable con la do ese vuestro indigno Emperador. Mr parece que os avergonzáis al oir semejantes atrocidades y vilezas. No dudéis que una acción, un pensamiento tan baxo, os bom- ria del catálogo de les Naciones cultas. ¿ Y aun permaneces indolentes tranquilos y perezosos? Levantaos: tomad las armas: aprovechaos de esta critica ocasión: unios con vuestros antigufl amigos los españoles: acometed á ese déspota á ese tirano, que o» ha esclavizado y envilecido : escribid con su sangre todos los hecho» que com prebende este epítome de su vida , para que quede per- petuamente acreditado , que ni habéis intervenido en la execucioi de tales vilezas , ni habéis apoyado la perfidia y la felonía. Acordaos que quando habéis sido gobernados por un Monarca justo y legítimo , habéis representado siempre un papel brillante ei la Europa. ¿ A qué esperáis ? ¿ tuvisteis valor para destronan un Enrique IV , y á un Luis XVI , vuestros Reyes estimados m su bondad , y por ser de vuestra casa y familia , y os falta el ani- mo para apartar de vuestra vista, de vuestro lado , á ese cxtnnffe» usurpador que os tiraniza y envilece ? Si os faltan los alientos p»rt dcsembaynar el puñal , y levantar el brazo, arrojaos sobre los sep'" cros ; invocad los manes de un Condillac , de un Mirabó, de 7 rlcans, de un Danton , de un Chabot, de un Robespierre , de un alli'-n , y otros cuyas cenizas aun humean. Y si permanecéis en ustodi* y abrigo de ese enemigo vuestro , y del genero humano pen- ad en que recaerá sobre vosotros el golpe de la venganza que se pro- nen todas Lis naciones cultas, y particularmente «le la nación es- añola, vuestra protectora y defensora hasta aqui. Atended , que rxlos sus individuos se han congregado á «n grito desesperado* v fe» oces para castigar la perfidia de vuestro Emperador , y de sus seqna- es. Mirad que han principiado bebiendo la sangre de parte de. vues- ras tropas , y que han jurado unánimemente no soltar el puBa.1 da la nano hasta que recuperen á su Rey, y lo ensaugrenten en un upre- or. Creed que hasta ahora en espacio de cerci de dos siglos h>n siJo os españoles unas fieras dormidas , que han dispertarlo con la herida ue han recibido de ese vuestro Emperador; y reflexionad que lo ue habéis visto en estos dias desde el 2 de Mayo del corrieut* año 0 son mas que unos desperezos del león , que \y\ estirado sus manos' ara levantarse ; ha enseñado la uña, pero no ha levantado el brazo, 1 abierto la boca para arrojarse contra quien viene á acometerle. Te- rd entendido que los exércitos de Tito y Vespasiano sobn; Jerusa- cn obraron con benignidad en comparación de la fiereza coa qne se rrojará la juventud española ofendida sobre vuestras personas y pro- ¡edades. Acordaos de sus antiguas hazañas. Tened i la vista el íer- or y espanto que infundió Aníbal al Imperio Romano con un corto xeicito de españoles. No apartéis de vuestra memoria el combate e Wamba en el Roscllon. Acordaos de Ronces valles, de Pavia y e Fuenterrabía. No os hago estos recuerdos por arrogancia , y sí para que co- ozcais vuestro estado, vuestro peligro, y la constitución en que os a colocado ese monstruo de maldad ; y que unidos á la Nación spañola vuestra amiga , borréis el nombre y dinastía de ese usurpa- or, y os limpies la mancha con que ha descolorido vuestra con- acta, sacudáis sn infame yugo , y aspiremos todos juntos fc. la lona de ver establecida en Francia una Monarquía legitima nacio- al, la Religión católica, la Nobleza, y el Carácter formal con ue desde lo antiguo os han distinguido las deraas Naciones.e» mnpreso en Buenos-Aires , En la Imprenta de Niños Expósitos. Año de 1808,