COP.RESPODENCIA DIPLOMATICA EL GOBIERNO DEL PARAGUAY ;• LE6ACI0N DR LOS EST.4B0S 1IIVWa& II IMtilC V El CÍXSlL RE S. I EL ElfEitül RE LOS FftAXCESIS. PUBLICADA EN EL SEMANARIO DE LA ASUNCION. HORRENDO! CRÍMENES DEL TIRANO PARAGUAYO DECLARACIONES ARRANCADAS POR LA TORTURA LOPEZ DECLARADO CIRCULAR ESTE CUERPO DIPLOMÁTICO. 3 KtKNos Antes Imprenta «mMAM.(..Mnt ¿ i! rm¿7S, fruteé L. « n ,M Gobierno Provincia}.«CorreS>l»0*ld« - i!i¡'ii;«-:i pairo el Gobierne rr»*7ior ttv iiis r r:ini'<>tics, paMIeadM «-j Seaiaaarlo «f o ■« Aaaaeioa. — ieoiti-h«ios c-riT»n-»««"í rfc-i tirano pnrufcuoyo—Do«IarMt«Bca ~1 '■■ -^nnr i>ii«-uii;vii .¡«'tirro knniaao" por «I WaUfM V% nsh- J>;:rii.— Clr«*u1or «lo «'-s¡«- «I t'iicr¡:;i It¡i>*ooiitti«?o. Ministerio de Estado Je Rotaciones ESterioresi. Loque, Junio SO de 1SG8. Hacienda alguno! diseque o! subdito portaguea 1 1). Jos»' Jisrla l.oyte Porei 1 o h.i ilo iu permanencia sti aaa Legación. Almi-mo tiempo, ruego á V. E. qoiern tiasmi- tirmc Una lista d: todas fas persoi.ss cpie sin per- irneesc i la bagamán, aebsllan acojidasé ella. Con esto motivo tengo el lionnr de renovar a : V. r.. las seguridades de mi mal distinguíaneunsi- darneion y aprecio. Firmado—Cvnjcainno líu.MTtz. A S. 1'. Vr. Citarla .1 . IV'asAtorN, Ministro ReO'aVa ttéatat ISalain L. mido» de América. (thadicciom, llegados dolos Eatadoa l uidos. Asunción. Junio 22 n « . Saftot ; Tengo el honor do acucar el raeiba de su ñola de SO del corrienla, an que me avisa que d sdb dito portugués Joñé M. baila Peroirs nabla dosa- parecido de su residencia ordinaria por evasión do las órdenes do Policía, y V. S. me ru-ga lo informe, si romo la P. li'-ia hahia dado cu"iita, ? ; I.aliaba 011 esta Legación, y qué tiempo habia astado aqui : y aliada, que tongo lambían, qae informará \. s. en qué calida 1 y con qué nativa permanece en esta Legación . Al mismo tiempo también me ruegi que yo I ' envío una lista do t'.Jas las personas que sin ueiianaiVTi la Legación toa asifedatpof ella. V. S. me permitirá obsjrvar que todas -'Stas cujsliones pertenecen Ti los negónos intcriios de . Ka Legación J ane pof eso 110 estoy hajo ninguna obligación, escoplo como una cosa do cortesía, . Doy, según me pide V. S., Bna lista de las per- sonas na pwrtanecientcs á esta Legación, pero á iiuienes, sin embargo, he recibido en el interior Jo«l!... algO nos romo huéspedes y otros en otras calidades. Fu mi nota de 24 do Fobrero que no fué enviada iinó como adjunta á fa del 4 de Abril, di una lista do l .s personas pertenecientes a la l.>'^a- i i. n, Ninf;on.is do éstas se incluyen en la presen- te lisia, que es como sigo.' ; Inj.'e.scs Mr. v Mr.-. Edén, Mi s . Tliomas (viuda) y 3 niños, Mrs. i:o(!-.-i- .vuidai y 2 nin »s, Mr. y Mrs . Watts y 4 niños, M. NeVallan y -i ainoa, Mr. Miles. Ot iint ai en I>. Antonio do las Carrera?, l>. Francisco It. Carreta. A merieann* Juan A. Dulliold, Tliomas Castor: Vurtii'jue» J. sé M. Leil 3 Pereira y su mujer. A teman Adolfo Urose. Aprovecho esta ocasión de ofrecer V. S. guri Ji.des do mi distinguida consideración. las so- I l .iakle» a. WAMMwmm.4 — Ministerio (Je KstaJo de Relación ea Esleridrcs. Loque, Junio 27 de 18A8. XtMi^n la honra de Brubar á V. E. recibo do su fi«.ta do 22 ilel corriente. Mi que resulta O ulirnia- «lo el hecho de «pie el iuhtiito portugués Joad Ma- ría Cuite Per, ira se halla borpeJudo en la Liba- ción ilo IpaEetadoa Uiridi a. en ex ntr..venc¡on a to- ¿mÍH dirpi siciones guberuuiiv. s. Reservándome con te atar r. portutiitnmuea lea ti i — (acontes puntea que abrasa la nota Je V. K., me .induré por ahora á pedirla, que estando sestea da y deti.-ndo e, nip.iteeor anto oí Irilitm.il correspi n- aiiento el cítalo Luisa Poretra. v. E. laudad la k> «la I Je l|eccrl i . otcegar al cucwJ tía Policía, que «lus limes después Je li entrega do esta unta, á •ala fin. se proa* nt.ráen c> s ■ de V . E. Apr vecba esta ocasión de renovara V. E. las seguridades «lo mi distinguida o. nsideracieei y iv|>i eeio. tKirmudo) Cl «ii'.siMiii I!i;mti:i;. A S • .K.'Mf* Chwfht M'asltbiirti, MiHisti-'t Hi-si/fHt* tic /ni Katati*»* irintlo& ilf America. (Trjduc .ion) Colación de los Estados Cuidos. Asunción, Junio 28 do t8t>8. A g. S. Gumtsimío fttmjfrf" .Vííiii/r» fir+ident il 'V He- ¿aciones /•.'s/.ro/rrs. Señor: A las seis da ayer tardo la ñola d«t\. S. da la mis. i i fecha, fui4 dujada en esta Legación, lisian- do aneen! J entonoso, no fui- entregadaen mis ma- ma hasta algún tiempo después. Cu esta nada, v. S. osp. na apeala mia de 22 del corrí alie ha rom fir- mado el hecho que D. José Marti Caite Perei re, «• slá ;.ll>. i ¿ 'do ea esta legación un contravinciiu ; da todas ardenea gulaelnativas. V. s. abade quo .reservando á una ocasión e< n- \i tiienti! su r. spuesta a I s diferentes puntos ern- ' tenidos en mi nota, ka luidla por atura a pedir i¡u.' al referido Loisa Pstrclre, sí.nulo acusado j requeridoda aparecer auto ol tribunal c(ir oN|,on- | ■li uii , lo enneano al estofe! policiano. Mía leu ta sjpe venir pur el dos horas después de la entrega Da su ñola. El oficiad entró ana hora después que recibí la i.ol.. da Y. S., \ la infirmó <|iie por entonóos no Ir i aUrn'garta dicha Laíta l'creira, sino que escri- biría hov una respuesta á su nata do ayr . It.'lio (.-oltíesar u.i ¿jr nt sorprosa al le -r esta tic'- lado V. S., vVatado que 5.1 re dos pui t s muy . principales no muestra el i o-peto dahldn á un Mi- ¡ i.istro aai edil ido da atoa a aoaoat aaejaja — s j supli- c.iio, en una t:ianora casi prrent. ii.i de entregar . un huésped mió contra ipiien niatajatsj crimen ó i»r¿o espo-tfico so hace, y (luien como j j uiismo. ' se halla t< l.ilm.inle ignorante de la nataraleaa do la acusación qua v. s. dice haber ai raewtfico el cr|:iien lanplltmlo roníra él, j aeria advertirla ajM tati c:oca no pa Irla asilarlo mas I liompo. y cuanto estuviere fuera do tila, eiit lieos til pudrió entregarse a [a Policía <> aapart que ftte- | ra oricsl..do. Kni*iiituir.i (pie toil is los es tít >ro< s. !.r • lej >a I i i. ternacK.nales qu ( lio podido Bonaultar. eentie- n.'ii Ciin respecto a la eslr.olición do Utl pala áolr.» \ soliri? la eiiiro;; i da personas que lian ocurrid » pi r asdo á la l.ega.'.ioii d i un Miniatrc ealraajero: • jue (d no aa| i haja ningún.i ol»l g o i- a la entregar- ! lo». CM-rjilij | (ir algini dofiiii lo \ alto : rin.i n . ontr.i | < I lisiado ó el Soltaras». Siciolo eato re.ouocido como la ley en t Ies casos, se sigue que aolas do eiilregur al seíl r UaÍM Pereira, dsun piimoro pe- dir la cspocllica ■ tensa ú afaaiH de (tile es a-Mj- ' sado. Uice Valtcl, hahlaado de I s dereclios laSa á uioiiiido mas di sgroeiadas (pie culp.iblcs. ó CUTO castigo no al BBin iioportauto al i repxoaa do la aoatudod, el tajas! ala embajador puede ! Lien servirle (lo un asilo; y os m jor periuilir a los ' ileliiictieiite.s da esto cl.-se i'soapar, qlM . spener al. Ministre, terse fraeaahlawaaaüa uacomi iládu bajo ■ prut st i .lo visitas domiciliarias, y comprometer el Catada en tas incoiiveniiTieias (pío pa liaraai sus- citarse.» (Watal: LSJ délas Nactoin s. l^ibru IV. C..pitulo IX.I 118 i • \ . S. olis -rv..ra que s -gun esa doctrina, la me- ra ulagacioM 'lo que una persona os aciaada sin es- poner sui foiis.i, n<> es raat ■ st.fi :¡CA|o para ajeld sea unlr gol.i, y me laará el crédito. lo coiili >, i!e coatraaveeraa que si no lio tmtragado el inliviJuo en cuestión, no lia sido por ningún deseo o inlea* lo do alirig i ningún.i persona a. usad i do pona? !e las lotes rioladas; had siuiiileuiento conforme con la lev aa tablee ida para tal. s c.s s, t n nafta— niiti.le como para liacer mi pr< pia ju.-l;Bracioll en ataa 111 a t - ; i.. tan gnrrafisaí propio Col.i. ruó y al inundo. El eaao par¡ n:i,es de la ruajor deü.aueTa y raaposjsabuidad, per al hacha da aaaa hasta al dia en ajUa al Beiki r I'creira vino a mi casa, \o lo ba- bia c. nocido y reciuncido pOf el Cobi.Tno del l'ar.iguay asj una Salijsd oOcJal—la de Cusid ae- cidaataj da i'onugal. su ofensa 6 rrtania •sha habana coaaeltdOj pues, cuando é! teni.i lodatrta es» carácter, y el caso prcsonla graves duda>, si al Cónsul da una nación no tiene Jarochos eacepdo- nalos y mas hartas sobro la protección del Minis- tro de alguna otra, quo una persona, no teniendo posictoa pública. Basas poaaM «ut. ri(íó(!os (¡ue tongo á |j mano, no encuentro referencia á mu- — 5 — jun msr. ar. 'O go, como parece quo no hay nin- gun paacadaatddo que una persona revestida do] cargo Consi.l\.r. fuese podido como criminal al Ministro d» otra Naden; a la vordad, se lia arks- t Tii lo por mu-l os escritores da Sita reputación, sol.ro la lev internnei. n.d, ipid sus parsbnaa aran ej«i ramente privilejíadaa, lo milmo qus los Uii.islr a. t'no do esios, Plnhairo Perreíra, sai su romenl rio sot.ro Marta*, dioe: i.pu-do aíir- marse on gTer.il, que les Cónsules y A. gen tea an- mercialoa aaiaaílados á Cénstilas, asi como l .s parsanaa forasaod > parto nal Constelada, go- /.:.n e nao 1 s Uinlalroa púhlíooa, "mviolabili- • la l en rnanta á »oá paraoma, anuqaa no tienen (d pritüoji i de estorrit ni.di I. I.» Otros autores tim lomos, d • mucha ealahrid id v.-.n mas lejos l id .vii en ¡.poyo dj las inmuui l d< a d ■ Cdnsulaa, mi miras rf¿uoos no van tan te- jos. Pero V. S. s • baila Indu U!»?a nanl • familia- ri/.i !o con las principales auterida los sobro la !••» ¡ntertl cu ñal, no es n 'cosario ¡lie estrncl* n.as, y al dar !os "str.i l sd' arri'ia, lia sido_Solamenlo para indicai la gravedad dj la síinaelon en quo asi" y eoloerdo. ITna muyprontn aqui -scencia, "s- t y ¡onv. n'idn, traerla aobrA eal el daspravlo del g bierno -: ti dad. s á s iber, p.nra que se i adver ido; si íueann del grava cara •- t. i qua ( \¡j i «I- quo esta legación no pu 'Ja p< r mas tiempo darle a ole. AÜ tdird, solante ni.», quo ol Sr. I.eit; Percira lia j oí or.-s.ido s ern; re su enl iro desea de dej r esta 1 '..i ii v aun entrojarse él mis ra i I laa lutori- I I ' ■ del p is, cuando quiera quo yo le indhjno d.i : ' «• ii * mi c. s.i no pojada darlo protección por mas | li >mpo— qun no leniend't o n rioncla do ninguna « ' nsa y ei oti do en la justicia da ! >s tribunaleé j ' ' i" ra';u y, estar i pronto á ensontraf y a nfu- ¡ lar cunlatqui ra Blegaciones qña puedan tn erse contra i'l. Aprovecho osla ccasi in do ofroeeri V. B. Ies ■ tgufidadea da nti distinguida conarderacion. Fírmalo—Clnrht 1. P^aafclajr», Ministerio do Estad» de Relaciones Csterioros. Cuque, Julio 1 1 de tSSS. II) re i '.lo la nq 1.1 (1? V. K. con fídia 99 del próxímt pisado, en eotitcst i 'i >n á !a que 'd.dia .-IT r tuve ta honra de dirijir n V. E. atU'éud' I ■ re iba do ;u n i.i del v.» en <¡ i • tnn-< rflro a •. i : heehoda f|tjc el sii' d:lo pi rtugnds fosd M-tri-. Loite Poretra >e Jaallaha b ■ped.tdo cu la I . i i .n . aieri s ina, eorffa kodaa las dtsp si. ¡un-s gtibcmatlvaa, y llnattánd ima'apedir la ntrega de .r ' . oí lividu"), acusado en causa fjrave y quo ■«lo'oe cumpr.reeor ante el tribunal eorrespi n- sü nte. | Como «»n la misma neta h^ anunriado 4 V. E. i reservarme á eontOsCtr op-irtnnarn»nt) los difo- ! rentes punt«s que a!ir. ?. \ la de V. E. del.22 y conteniendo adamas el deapaeho último do V. E. del 18 otros puntos da no menos importancia, y iiii • c ono eiuófloe, afectan dir -ctanieute no solo d roclios in.'uosiionables. mas la'iioi.^n los princi- pios (|iio regulan la conduela de las naciones en sus miiiuas relaciones, b do el imp tío de 1 i r. ion, de I . justicia y do! derecho, V. I'., me' pernrtira con si m .r en ésta mi c nt ;slacion ¿ las fn in Tona- das dos not is da V. E. i; ifirléndoae a mi nota del 99, ea que bos dioí- tad > e .noriuiient • s dir.t el Caso denunciado d.» Sallo de Coito t»or. ira en li Idgaei mi de V. C.la calidad v motiva de su perai 'n 'iioia »tlt¿ asi coaÉo sobro la suplirá da enviarme una list i de laa p »r- soti .s, qu • sin pertTO'Corá la legación, son asi'.i- d s p ir .dli, di o V. E., que todas eataa iiunallVi- í es perl inoeain i los negocios internos de la le ra- ción y qua por eso n > "sla en la obligación de dac ninguna respuesta ¡i ella, eet api a como una ..os.i du corto-ia. Alíele V. E., q'io !. uto Peréira fué á os i I"g .- i . i. a o;:ipañado do su a -ñora el l!i del pasado, que desdo eiiliTices p »rníam-co en calidad d : l:nés- o -,1 y que de I 3 :■! ilivos do su ida allá, no lieno iriat inlormes sin - qna ellos están runaradov sabru ¡as r -;in s •nlacion s .1 • Mr. Cuv -rville,. el presente encargad i del «. nsula-l > fraticds, daapuaa de su \ le'ti d.i su última visiti á Sin teníanlo, y ter- mina la n 11 del 92.dand > la li«t.i solicitadaua I. « pers. nas, y .lición I -, que aunque no p -rt n- cientos a os i legación, las lia recibido on el interior do ella, .Igiiiics c nio huéspedes, v otros en otras ca- lidades. Ante todo, d -lo manifestar i v. E., «pío ota la cita trailla m'sa referida ui 11, caap acl ■ Jo Mr. <;u- rervitle, ¡.un pie dé una mm .¡o a | ■ satisfa ti ria, s.- despmnato que al reioaj^ado en cuestión, ha bus- cadbla ojass >to \ . E. P evadirse do ta justtaht. y ■ s por lo mi»::i i que la ctlifl ...-ion de buéspod do V. E., con esto ei norimiento, no parece ifrecer un i i aplicación n uy c >rr da. V en 6rd -n á |.i .! el r ' i ndd V. E.,da no deber dar h-S esflica- rionea pe lid k p r mi gobierno en un asunta do vital interés, en las ... ta I-s circuusencias, dob • declarar a n i voy. que uinjnn •' .-re -lio pueda ba!.¡- ¡it r a % . E ( n -I pre te lia ■ < >, para la d megacSSSa da i la informes *> espticacionc8 rolicitad^j en n.i nota dal 2i), p r las raaonea quo v. c. hanara aat la pr -sanU": pero antea ■'• • pasar ad >|anta. I-aré uno res'ña do los términos-do la neta doV. E. del 3H. En "Ha di • \ . E, <;:: I a i s sois ta I: rd. i- I 27 lia sido o itreaja la La mia de osa fecha en I i bt- ai y quj uu i hora despneade s i reciba ha ei,t el o data I i que aínda 'a*t n tt, que y. E. le informó que p r entorMjei ii > í • entregarla al .! • '.. Caite Por--ira sino que escribiría r-sp(.n- di«n lo mi citada n t', nña Iuti Io lia!.-rio .- usado gran sorpresa su lectura, \ ¡endo que sobro dos pun- tos muy principales no mostraba el resptlo debido a*>-— 6 — a un ministro acreditado de una nación amiga : truo era suplicado de una manera casi perentoria de entregar un huésped suya ; que osa súplica do entregailo á un oficial de policía, que seria manda- do para llevarlo, Id parece da una naturales* tan estraña que bajo ninguna y cualquiera circunstan- cia done declinar en accederá ella. Quo todo lo que podría hacer, aun cuando fuese grave y espe- cifico el crimen imputado contra él, seria adver- tirle que la legación no podía asilarse mas tiempo. \ .haciendo otras observaciones Ljjo este punto do vista, citando á Vattel y otros escritores, sobre las leyaa internacionales, termina suplicando que los cargos específicos contra el referida Leílo Pe- reira le .so. n dad. s á sabor, para que él sea adver- tido, si fuos*e del grave carácter que exija de que es • legación no pueda por m.-.s tiempo darle asilo. Quedando de esta atañera extractadas en lo mas escocí:.I lata referidas dos notas do V. E., *que ten - ■o el honor de contestar, manifestaré desde luege á V. E., que según la letra y espíritu «le diel notas, no ba tenido á Lien s ledieer toda su aten-i. n a un asunto de tanta importancia, mirando v. E. bajo un punto da vista muy limitado, los altos principios t ii qu i estriba el código internacional v desconociendo aun el lejílimo derecho que lo asis- to á mi gobierno, en la instancia y gestión quo V. E. tinto tetra na, y que no dudo querrá reeontí- derarlo. Penoso es para mi, señor ministro, de que V. K. haya podido encontrar en mis notas, motivo do ■S queja que hace, de falta do respeto al ministro acreditada de aoe«ación amiga, cantado mi ánimo !i • sido abundar en lo c intrafio, conformo á la linca consunto de mi gobic.ru mucho mas do .:! miaisioria loníaTdhdsdds motivos para pro- ducir quejas sobse Is falta do consjldoraci n del señor m¡n.stro para con esto ministerio, y I > qu c,s mas, para con el gobierno mismo, y va i¡ue V. K. hJ tenido á bien provocar esta moción, me permitirá designar en ésta, esos motivos iusliOca- dos. v. ;:. h guerra e:i pe - cuan- to recordar que cuando el estado do la ;ucrra e:i que se encuentra empeñada la República outra sos pretenciosos Conquista Lo es, lia . vi i lo I admitió en un momonto, en que aun sin fundamen- to alguno.so pudieron creer en peligro por la aproc- si-nación de dos buques enemigos, y V. E. debo persuadirse que si bien esto fio era obligante para el gobierno, siguiendo su política de moderación, lo ha querido tolerar, á lia di que va que estaban en la legación americana, n > fuesen inquietados, confiando en que el ministro de les Estados raidos deberla despedirlos, una vez pasado el mrtivo del temor. Empero,Tan a hacer cinco rnes.es que los dos • n moni"nta neamente y todo peligro para ansia « nida l de la Asunción fuese desocupa.» .¡o ana Habitantes y declarada puul > militar,. í g >bier> no ha ordenada s i t tal evacuación, carao s> ha ewDjttoicado a v. B, con oportunida !, cuyadia i Meten ha sido puntualmente cumplida por naoo- Mtesy estranjerossin distinci o; pera v. E ha- ciendes -la. única eseepcion, ¡i crei ¡o deber con- trariar dicha disposición gubernativa. Entonces se le ba manifestado de parte del Gobierne su es- peranza do que esa circunstancia pesarosa para él no contribuiría do manera quo nadie contraviniese al ioand-lu del gobierno, .-sin embarga de esto v i de I. ,:. aif^laeion que oficial mente ha hecho I 7* «• haber admitido tomporáuaameaie e« la I Legación algunas familia, ingleais ba creido 1«_ ' oonnnuar mantesuend? anilla un crecido número I estranjeros do diferente ftaririnalidadas, quo do buques enemigos apar;cí.r en el puert ¡ de la Asunción esos in lívida os lia cesa lo. Doepuei han ocurrido casos desagradables entre esto ministerio y la legación de V. E. con !.i pro- vocación da sus asilados, y sin embargo, nin un > de ellos ha dejado aquella residencia para cumplir la orden dtd Gobierno, y al contrario, se reciben otros, segnn se evidencia Je las netas de V. E. Además do esto, V. E. debo recordar que no ba tenido é bien comunicar á este ministerio, ni el simple recibo de su nota ilo 2:; de Febrero último, un que entro i tras cosas le «léela quo en el interés «le evitar cualquier incidente desagradable, consen- tía á v. E. que los ciudadanos americanos itliss y Monlovo poniesen residir en la morada dd V. I-;.*, con la prevención da que no perteneciendo á la «dase de sirvientes en quo aparecen en la lista d>; la delegación americana, no podrán salir fuera «lo ella, en cuyo caso la policía debía recojortos, coma se lia reitocado á V. E. por la nota posterior del -i «1 ■ Uarao último; pero V. S. no solo se ba dispen- sado de avisar r ;-¡bo «le esa nota do osle ministe- rio, sinú que ha mira lo can posa eohsiderdcii u su solicitud; dejando salir pi r las callos de la ciudad É dicho individuos, y expresando sin embargo en su ni ta «leí 2 i d « liaran último, que a • roci nocía violación «le h-y ni culpabilidad por parte de Itan- love cuando p s«> sin permiso alguno coñtpetento á abrir la casa dj un subdito fraiicésquo se hallaba fuera «le aquel ponto. Cuan lo si- ofrecieron consoeiilivaniente los co- sos de H inluve, West y ui ¡s; con provocaciones ■ directas á la autoridad, esto ministerio, llaman- do siriamente la atención do V. E., en voz do ocurrir ;i otras medid :s quo con derecho pedia adoptar, pidió á v. E. seguridad «le aua no se re- petirían en adelante esos iasuHos, pero V. e ni so lia servid > ofrecer ninguna. Tampoco V. E. SO ha servido acusar recibo a la n. ti de 99 de i'ebrcro con que s ' le ha acompaña lo «d band i gubernati- vo de la misma fecha, ordonand1 • la total evacua- ción «le la capital, por decl aarse pauta militar, ni I* del 99 del mismo mes, cuque sale notificaba eu cópia, al decreto titnrnmn. qun dofilsrahn á todo el territorio «Je 1« Repdúlico en estallo da sitio. Apaear «le asi >s antecedentes, el ministerio, guiándose de la política gravo y circunspecta del supremo gobierno «lela Reoabliea, na guardado también una con lucta llena «le moderación con el representante de la Nación amiga de los Estados Unidos, que sin injusticia no podrá dejar de reco- nocerlo; y es justamente debido á esta circunstan- cia, el pesar con <|ue veo queV. E. atribuye a un nota del 27, falta do respeto á un ministro acredi- tado do una Nación amiga, y puedo asegurarle que está fuera «lo mi alcalice concebir que por el hecho de Solicita rae la entrega de un hombre culpable, refujiado «m la Legación, y de haberse mandado un oficial á buscarlo «los horas después do mmtnf gada la nota, pueda inferirse agravio, ó justificar una «jueja semejante. No pue.lo menos de « spresar á V. E. mi sincero agradecimiento por la aquiescencia «> cortesía que V. E. oree haber empleado al darme conocimiento de las personas asiladas en su hotel, y me permitirá á la vez declarar á V. i;, de quo este .Ministerio no pueril' r.c n. r ilo el «loreeho «le no responder á la pttslllnll que le ! o hecho en su nota del tíT, púas si bien esu aonooiatieaHa puede ser do los negocios internos de la legación, no por eso corresponde menos á lo soberanía territorial «le su residencia, como quería demoaIrado an al aaaode Leile Peretr >, cuva dosaparíéion no lia sido esplicada sino por la nota !e Jas c -:«s, c.)in«5 un d >- riba lo «le la |)ráclica común, [> ?ro V. E. manifiesta do una manar ■ t ni luyant • qu» en ningún caso oata dispuesto á entregar á la disposición de la autoridad sino cuando mas o decir al asila lo que su casa no puede c nl'iiuar «lamiólo asilo. Si ofensa pudiera haber habido aatel envío «lo dicho Oficial, yo con- sidero muy lavada >;i>n la n getiva da V. E. y ta despedí la «iel mismo oficial sin haber llenado su eeutetido, siendo p'-r otra parlo muy indiferente que I.cito Per,-ira saa entregado ó despedí lo de li Lagacion de lói Kst los Unidoa, para ser preso en la calle por un funcionario aaenos earaciónzado. V. E. dico, que según todos los escritor.;s sobeo la.s ie\.-.; ¡aternaci malaa, al Ministro eatranjero na está enligad á entregar sus asilad s, escoplo por algún definida ó alto crimen contra al Estado o el Soberano, v añade V. E., pía tiendo cato rec. n - cid.» c« mo lev en tales casos, s • s: a • qu • •'■'■>' '* «•••< ■oVreg*r á Leite Per eirá, dele pedir primero la aajpaoflea at usa ú ofensas da «juo os acusado, sin reconocer en el sentido absoluto que V. E. dá á este principio, me incumbe do. ir á V. E, so- bre este panto, «¡ue cuando al G ibierno d i laKO- públi. a !ia mHcitado de V. E. la entrega de Leite pereira, aspresand*! clara atente babor vedada dispoaicioooa gubernativas, lo que es evidente, y notorioB) V. E. mismo, ademas do la es[»resion ile estar acusado, \ do que debe comparecer en juicio, no debe hetllar ni un mosMaM da quo al earécter de eulpabdidáel de dicho individuo no es del Oénoro de las ofensas wHMtsaS, que comprendo - la cita de Vattel. «pie trae la nota de V. E. Bajo este concepto, mi veo ninguna obligación de dar á V. K. mas es ' .-aciones acerca del crimen del acusado, cuya c mparenria ante el tribunal res- pectivo es urgen.u, v por el contrario tengo moti- vos de. estrañar sobre manera la pretensión de V. I K. de que le sean dados á saber los cargos especlfi- ! eos contra el referido Eeile Pereira, para que si | fuesen del grave carácter quo exijia á osa legación da advertirlo, que no puado por mas tiempo darle I asilo, esto es. ••rijiéudose el juez privativo do la cuestión, y da la causa d'd «felinciente en esto 1 país. tteeonoeer á V. E. esta atribución seria ab- ! .licar mi - obierii > sus derechos y prerogativas con mengua dol honor y dignidad de la nación. Quiera V. E. aceptar mi osp'cial agradejími n- I lo por la transcripción «I una parto del pártala ¡ 48 cap, ?l «le Vattel til». IV, y creerme que es prc- ; eisamenta aofl aresenria de esa misma cita, y Je lo damas que le tqnsa en la obra da aquel oeleore au- j tor, quo be pe.lido á V. E. quo Leita Pereira fuese ¡ psMstq á la disposición do la justicia. Y e-t i es. tenor Ministro, cuanto yo croo oslar autorizado a decir en la .-iie-a': ta de un hudsped que provoca La discusión, aon fiando que V. E.aade considerar son conocimiento bastante para haoorsesu propia justicia. P ira no molestar v tegulr precisamente la prae- tica do este derecho, es ciuo el ministerio en mas de una ocasión ha deseado quo el .Sr. .Ministro no abrigase en su hotel, ni culos fondos de él, tantas pers mas dj diversas nacionalidades, basta privar ,!,. ,j; ,ip irarios los t Id; rea y asi iblecimientoi pú- blicos del gobierno p >r muelles mesas, como Geoew ge Miles, prisionero «lo guerra, puestoJk^ aueldo ti servicio del arsenal, en Idánticnt condicionas con los contratados fuan Watts Ingenier >, \ Gutlleraao .Newton «liroctor^lo fon lición, todos ingleses, quo como otros se hallan asila I it en o! hotel V. E. Por otra parí «, un asilo (an prolongado como aparentemente inm itivado.on una plaza paramen- te iniütir y sin i|ias h ibitantes une «d Sr. Ministro Americano, s js hudspqiles y asilados, como V. E. los califica, podría haber suscitado con justicia una discusión mas s.'-ria tabre la ostensión que '.. entiende dar á lasinmuai Lad do tu hotel; po'o el gobierno ha querido empeñ .s ímente evi- tarlr, » se ha limitado sobro el particular a arnis- ■ = it cuino lijaras indieacionaa. Per loque tocg á la memion de N. E. sobre el carael r oti •; «1 qu e acuerda al atilado, «! ■!)■> decir quo antes «Ij ganar la cas a «lo V. E. ha recibido en la mañana d i t i una n =ti ds i-ste minialario an que baeiend < rm'rit • >! ; una declaración del Enear- gado «lo N jgoeias «I- S.-*I. el It<3V «le Portu,' «I. le lia declarado en la cuestión pie tuvo cu «I m--- c.usul de a pi illa nación, deslía gtavpóatrae, que S'do á éste reeonocia la li.lica pers na e impotente con quien dobla euteii terse en asunto} «11 cónsul i- dodoS. M. F. u > puliendo aquel sor reconoeido en - I cara -ter de gerniüe mínistsrlo y i|ui>no tía sido onnt ia*. nía. Este hecho im h ten prescindir de i i aproo! e-ion huAsped «le V. E. le huirá i if -roí i I • d eldt*da)*eute da in- do 1 o ocurrid i con ¿ste jr tbierno á esto respecto e.i pr son ¡a de las piez.is sweíule*. Y dolió osprosar iii^onuuiioii lo á V. E.,qic aun- que i stuy muy discanto de a un-orlos motivos que liuliios mi :f msi'j i.| > al Sr. Jlini-lro pir.inc- g.rál.-ile P v-i! r.i «I i-n ni ;> .'i ni i ruta do BU 'ulero nOjOOn,K0HI{W) esprosaI". do d 'jar o^a I •^.i.-i >n fiara ir a entregarse él •iiismo á la ¡.utoii.laJ, ■•fiero respetar las razónos quo hablo»— ..nra- <¡o en i I áiiin.o do V. Bj Aunque ni me pr p -ne;o j^cst:o-i -.r aquí I i in- <• niinet liria do l.i r "si !«vicia d • la le^ajioa .iiuori- OMM en el punto militar, d#ttá oíisorv r á V. E. iiuctocsnftii en »fai ni finirá aculCirve É V. K. que convertí la en pl .z.i milit.rla A mi i.•ion, y re- sidien !o ol #'bienio y •! pu ■ 1.1 > mí c tino I s agón tes y túbdil s esir.nig ros cu Otros lug ros, IIOie!t so iif.-ct i las leyes del K-la I", si:i<> 11;i»— toen se rroa no formal ouióaraz i al eer»icio inter- na do óquetj , con l.i ctiajnerrnei n ilunlra de sus limites, de un !i i- 1 Jipi uií.iíc . I> jando puos ;'i un Culo I . éuesti u de la ro-i lea. » ia de la Legación de V. E. -u I i A su u oi o n, i donde im !ri\ oljeto d- al-in i nos dialo.uatic.s. pasn S m nilií'Sl ra V. !•'.., que balden lo cesado «I inotiv plausible d-d asilo acordad • en la l -,;i- c on auu-ricana. os - asilo debo igualmente .- s-.r, muy p 'i tít-iiI- triara! > cuand i lia ..ur>-za I a ..fo-- tar seriamente I s r.^glamunt s mi!it.r.ui ■) -I ¡ nu- lo, y !as dtspi -i 'orlos i. as t -i ;: ioanlos <; - lioni ; quo si on jos 7i¡o;noi.t ia .le la des copj- oi u .lo la cin lad, s i lia tolerad ■ o? • asilo, no Hay ra*- n, ni os ll it >, q-j • un tal ost > tu d • o. > s sig-t ndi'l .uta coiiiii una s¿i i!u r. fu ;i. s, y do I r.llltlo DO dabe)r dar esjilin ci.nos, ni -'.o I -s tu livi.l.i son ella roquiroiidid' a, ni l s ¡u ■ aa udoi ui-sj ¡-eru- giaran atlf. Ski l".n r do o,|iiiv,u- i puede so ¡tarar á \. B, fue n > !¡ará uiu^u ra cita d.; pr'oeo- denta>nlguao, J <¡'i; por él onntr.no, ii-.di' pudra onocer la razon y justicia <¡u •■ ucfHnpaua al f.ri.c -i!cr ! -a! y prndi-nM de mi ti :.i -rao, on una cuestión do alta ti: s oond mia ¡ litioa, y V. !J. tr.isiiio lia do ro o:io or i¡iiu Imj tod IS a ¡i '. los, i i la niay .r i . :on* inionid i y ¡i -l:¿r > u.i.t f-. s.i ■L'Diojatite, pon i.i:nu;iid idais difdoiiiatlcas, ati un ¡ i¡ st i t«tri>.-lan>aiite i iütjr: e:i uua p labra, Sr. Ministro, y \ no ¡ o i!, da Inr un n pnuoi tu rjue V-B* petando < u su anin o < sus grat os r< nsulerueíiiuee * hall ra que oj eji r. Íl-ío do su i-.i. ¡ t n y ihs l.s* in nijn'ul: dos ile .mi Legaci. a, s< n iuc lupatildeO con el modo ■!« sor i!c| lujj.ir.'e u residcMlsia, y do tfU • p re! s.d li ?r.ho do !i; !>orso n lo. ..do cu uná plaza militar, lia r.-¡ajado un. parí • do sus pri- »il 'ji s y especialmente . I .!,¡¡- M |i . d i naito. Pero ostas circuusitaocuia vienen i revostirs ule un carácter1 todavía mas grave, cuando v. B. da- clara oBeialnante nua Leitu i'eriiiü, eoiaM V. oaiaroo, s.? halla ti tilín n'.o ignorantg da la na»«i - ■ - aWasá leza lo la armaci'»n Inte' * c.r.t.-a él, r d - i|ue V. E. s!.o ilanatoiin .r so— Ito o .rir •» espoolli-i.s contra su liik'-s;>o.|, para .lo- t .'riiiin.r el ooso ó coufiuuaeii n d ll .. - i lo .¡ne lo !. i :.cr la.lo. No ' lisliiil ", mi (I liiorno esti si.'tupro rHspuerf.l A ^nard r t nía oon«i4erao¡ n liá. i.i l.i úariesj antigA do los Kst ol.is Huidos y !.....r on ol.s'quio do su ministro lo lo cu ittl la sala] I d I Bsd lo v su mejor def.-nsa lo porniit ui;p •!• si.-;lio t Mior quo dool.i.-arlo I is iHiílad s il -I h i i le V. R. ii i pueden va e nii- llilai si ni. t.dora los i od-iini la ilion lo OH una pfaJta militar sin l mu r di ifu ■ .ruis ndu de! asil se ba- gan para oías potigrosaa para olla, sino agentes d -l on miií^o, y ionio i lo en oousid tráel m ta sito icioM «lo I i ll ipú ili -a y la da la eáu bsd do- la Asnnéii u asi nimio las rircuusían-•!as esfiros idas, á mas do la i d -el ira-.-ion s i|Ura V. E. ha io.-'i en not i del t dé Aliril Éltira do u i p d ;r .fr.-e -r la segur i la I ile quo no s • repetirán ¡i «l* s rouso loo .1 ■ Maidova ú oti-.is analogns, so oriou tiUra éu el cao., do II..mor s irían m:u I . ai >uci n d ■ '» . E. Ea uiérit i de lo opu st v.-ngo a r. gai á V. E. s • sirva despa lir de su Itol ^1 01..11 in 1 aui ?s 4 • cu- tí arel s I a! .• if.j; do J isó M ri 1 í. -H ■ l' roi'a, osi como a 1 ' l is los lleraé-* ludivi ta :s qu 1 sin perte-- na or a li l.Ojí n i 11 sj encuauossaa *u oHj, aigUM s ciño hudapo les y otros un ufraa o li I dos, aéguu ¡ i o ijir si >n -lo Y . B . So tormiuari" o :ia not i, señ .r li'mistrn, sin 1 Tre- c -r a Y. E. una otra ...oso; vao.on de lo-ante inio- iós, y es cuan lo en j morad, 11 -oi m I tt y esiranj.^ro^ lian cunifilid 1 r.-üjios un mi! • la 6ntÓJt de la ova.-u 1-i .il ile la .-i.nl .a, y ol U oiern 1 L-s ;., uerda la po^iteeci 11 y s .^.irr.i pnai<*tas 011 el os- t uln de plan 1 guerra .1 I pais, lu^a u lo bnai > ó hr 7. 1 c n ol 0110 ..¡¿ i qu ; 1 jo a -.r.Hoo.lo s i t'sl -r- iniliio; y so.¡re l J 1, cu in 1 1 ol sur Ion p;i di • la III ra!; la I d-'l pu iblo ..n til is p ríos y I s .liso ¡sl- « i-.n.-s gti..e. nativas garanto.■ 1 .s ¡i i s ..1 .s y sus i:it rosos, 110 pu «da. (m i |i¡ .iii hrs - .1 ¡mi mi i signi- II leían la ¡i M-.iiau .-ii ¡a MtJjn 1UI.1 I: eaUIS ;>erso- 11. s en 'a Úogaci 111 amori.-a ia, mil laudo oel.soir- cunstauuias por si s la, «viu Ir er iin cuantía otros ant icadonte», 1 • tu un tra a lij u- 11 ..u.ui .11 del G biemo muy sdriatnettti sobradla 0.1 los s detuavosi iho tneu I a actuales. Bal s po lar s..s .-.•ii. i leia. i.-nus ponen en i vi- 1! n -ia lajusi li • ci u mal pletta do .'.i «olieíutd da mi i;..!.¡. rao, y IHO 1:.f.. :i..en l i li as positiva CC.M- tiaiMa .! - 011 - 1. B. u>.:oiiO.-ora u . s lo lajuatícin f.oro :.i:ii I . ttii doraciou tl«J osla pe.i ion y quo co— .-..ra ui|U -I a -il .. Aj luveclio o la i.c .si: n do r-i.ovará V. B< las seguridadoa do mí Ji&tinguida consKlefaeian y ÍIJ.I-..-CÍO. 1'ÍI atado-Gl SE: l.NUO üli.MTKZ: A S. A . .1/.. 1/ „■!■* A. IV-/../.Í.».»-/». i.e ¡n± K»¡a íanafal c/e Ji>-iuriotf* fcslei l'i.-i'v. S ñor : Tonco a] ¡i ifti r do acusar nc&ba do su mola do oyor, 011 que S. E. rovisi, á un., ^r..n !<• oslen- ! sion I. s Timinsliiicias quo liaa aobr«>VMUtitó v li discusión qu I I ;. t-nido-l:ig..r cu c nsoouo'i ia d i la proluugoada rostaten.'ia en esta logioion de ! olert s pers -H..S ipao n • port.-norau á ella, v .-on- I 4 luy 1 dielcud < qu'■ es esperado por es; g «tiieruo ! deque ! das esas personas .'a dejarán antas de ' ponerse ol s I li y d a. Estando .¡si r-slrínj^t lo a mu s cu utas tiara*, uta os imp si lo aludirá I s i muithospuutns t.. al. s mi su noli, v no 1.....Mi. • g.■ i'j a deferir Una re»p*fb*ta tí as f r.o.d p iro 1 L.tra ocusicn. Sinembarj , «Wervnrd ..qui t|uj entarament; tto oyt >y ci mi rma ;on I tanpiui iws y-coiieluslbiiea seuta I. » p. r V. s., en rol oi u .. I. s datetftias é lairalutíd .¡¡os lo ministros csiraii.ro- l r » jr da l-j-ici utos, 1't i ■ st > n i afecl i |« vi.-¡ • 1 practíe i ilet easu .-1 rcl 1 ion a 1. das las porsi.nus a quienes V. K. me 11 i na por su nouibro como permnnn-iiéndit' c<-ntrnriamento é I s 1! ss del ¿,- .' iem .. Ti dos ell • so ¡i .n esprea ol -, ínclusiv . I í>r. Leite l'oroyr..; apesn.- dol n.uy m¡ I es!, lo d. -su salud, que par., nliorroriiio t do 0:11 limazo 1 p ir s;i causa, dojarau vcl^jutaríaiuenio li \ día 1 >:.- I gaeion y do . quetlos. cuyos m odirtis fuer :i | dados no a i) ne!.r. Carteras. . ! Sr. Itodrtguoity su sirvionl .y la s ¡"i ra lo Let- lo IV.-.r.ra. l\- •• u 1 , r|ua ni.'ju ia .»' j -i 11 -o 1 ..na .-i la r si I. nata .¡.1 oií.i sen ra iqul e. m > ; uu.ig.i y c .1;.; a¡'i •:do madanto \V slrfWicn. í -- 1 »ia.. 11 r. .-, .-in ouii.ai ¿<.. Ii ¡n ospres ..) •■< eo c los .l.-.o.i- sil íle o - ta partir,.si id (í.,- • -un " mi s: ¡i •>„• s ibtfl eltó. Y., sin cKdiarg . -huj/'.io ¡ i. ¡ir a qu • se qu ■ ! 11. T I . s Lut! ion s ; !«- »e •, y poros i ta 00 .-o;.;; do de quedarse l».i»ia quo yo vu'lv.ia s r iiiíorinado d.» li del •ri¿tn:i ¡ Liuti Qnal diei go.'iiorifo. £1/etitíett.So ipw- ifngu lia of.tIVSa O 1 i.ujv.;t , c. nlra t:..s( os t.. ol 1 1 ■ I • h lio de ucr.m.noeer.é-.i l¡ leg ciou, y ¿i « ígi- 1 lio tiisuli -S > s .i.r.» I 1 p -."ti la do j-ll s, :¡ - cOt til ...s i mira qu, 1 uo ten^o dore "11 .1 • too. ..- 1. . . ! :• ¡o.- ó V -ii lUos o:; mi C,.S3. Esto e'oi- I - car;a o:i una pnaloion tan at.ó.n: ti y sin ¿alar, quo ni - ■■ Litigarla a lo.tiar una asaio* *.l C-iouli .'. • 'a o ; ■ liaoia itt'.t!. t. ! . y por i*sn espero, qu i al G - 111 • 11 i in-Uti.-a .-¿¡.ro ill . s m tirj profuu ta- ntéale li paritdadá las soñoraí Tü uu..s y ICdcni e. no. SU asistáuel . :i Bi.'id.Utta Was'iiun-o , es naiv necesaria á su eotnodiJiíd y -alud. I.a s u ra 1*0 'fli uvas li is-ni lo c un 1 .,111a do ¡eolio por -as', lodo el tiempo <]ue ba estada asi u>l casa y ali ra e^la en un astado muy dé .¡Ido s.dud. Acas» do i quo no oi¿a del rogroso da la cjiiono/a ainori- I resina 'qu.- li asi y espnMndo por horas) dentro do muy corlo ti impo, será un do! er mi • para can mi famili • pedirle paaapoftá y facilidad fiara su pa- saje pi r las lincas militares, y de allí á Rueños Aires. Aprovecho esti aeaoy>n da renoval las segur ida d -s do mi diasinguid■ eoBOidaraoion. Kirmaitn—Vhmrf do 1 S08. Tango o| l»on r de acusar ro ¡Lo de la nota V. do B« de asi 1 lard i, eout^ul oi MI a li i|ii ' do ayer da- os! • Uiilíxtr >, en que Y. ¡I. si sirvo do -ir qu > es- 1 ind • rclfi ll-guillo a un IS cuantas h ras 1 ■ era i n- ;i Ido afudir á I s inu;!i.'s psiut s t ca.l s en mi il- la. y so v ?»a oidifí d a dofjrir una r-spuosl.i mas I rmal para otra ne'a, obaervando »irt cm- •1 1 : 1 n > IkiIIí rs i 01 t ra-nonto cunTorine Y. E. c 01 mis • j ¡ iton -s s il.ru los derechos d • inniutii- d.i 1 ia do alínistraa cslraiig-ros y Legaciones; p-ro q 1 • o 1 :.r .. t i:i.l . o.-l 1 !a vista pr etica del cas , en r.ilaci .11 a tod t< persona.- a ¡pilen s h .l.':n y ■ 111 u- e'e-ii d . p r -1 o in'ir... todos ellos s ; lia d .il cs- fir.-sa lo, ¡11 las I. il 1 l'orejra. quo por ¡(borrar á V. 1'. tilo oubararo por so causa, d'jarían v.- lunl -tío lien! • ha • 1. '¿ icio 1; y d : a qu ¡los cuy s t» Uliarei fu r n ifa.l s o ion 11 ■ perl • 11o ■'■iM.tos á I a I. • - .1 ii'ii, q u i-dar i mi s l.iiii'i.lu ol I>r . rr ror. ol Sr. Ro-lriguezy susirsñeutoy la Sutura do L«ti- pere'ra, prosu.nioud i quo ninguna id.je-i .n so harta á la r.-si!e.i -ii dé est 1 set'íara, uttl, como ntni ¡a y contpaíiur dJ U dama SY .slilnir-.; qu ; cs- i s .1, I! iros, sin o ...S.o > •, I1..11 o-pros ■ I > c.;mo los k-iiias. su let-o 1 ite pa; t;r si el C ¡.iein > iu-:s- Üi'ti! í«!i¡ia fila», y <|x ept > ! . si-llj to [i.T ¡na 11 Olí o ia -üi I I.O. da l.i quo ti d.ia int Mt d 1, y iiu-j por eso es¡» r i!¡a qu.» e¡ li .oiorn ■ 11 • iusiOtl '- Ni'i ro olt 1, sintiendo V. SI. prufur.d .mensa 'a pnrtnla do lis Son-ras TbpTuias y li lo 11 eo..... i¿a- lai ¡a ■ para conmdi la I y sulu I d • M ..1 iuia W-.*íi huru, y 0011 tuyo lo qui en caso ¡' i 00 oirdol r :- • so l»|i coíl u ira riona, dentr>» do muy 1 o¿ • liauipi , seria un deber do Y. E. para 'en su fan il a, pedir pasan rt •» j (acilidadcfl para el pa- saje d.- -!!a |n>r ¡as lino is uidi| r.-s,y do alia á ¡Joe- ni.s Aires. Ilcstringido también por la brevedad ¡e pasar— io — 4 V. E . esta comunicación, voy á contraarmo á los puntos mas principólos y del momento, diriendo oualquisra falta para reparar oportunamente cuan- r Ministro, «nía mis opiniones y conclusiones sohra el desveno da las inmunidades no liayan merecido la conformidad do V. E.. pero haré, nuevos esfuerzos, cuando V. E. quiera indi- carme las suyas. .... Estimo á V. i", que á posar do esta dtsconformi- «lad de p'rincíptoa.naya querido complacer i mi Go- bícrno, permitiendo que dejasen en Mta dia u nombra» incluso Leite Pereira; pero si he puesto unos cuantos nombrasM mi ñera de ayer. n<> era con el animo de limitarme á ••Mus en mi solicitud, y si me he servi lo de los nombres de algunos d i los operarios, ha sido sola..1 uto para recordará V. E.» que allí estaban todavía; pero yo debo esperar que V. E. asi lo ha man lado prac- ticar encaantoha tañida la cortesía de hacer reti- rar aun las Señaras Tilomas d Edem. do quienes necesita U Señora Washbttrri. Nunca ha sido ¡ni ánimo causarla manar mo- lestia á pata S ñora, y tanto su amiga la Señora Leíto Perch a.que con razón presume V. E.. pila- dla que lar sin objeci n alguna cerca ilo ella, como á su servicio,las Señoras Ttoomas y Edén, que por lo mismo fu t i sensibl ' si hubiese ilej ido el lint .| en este, día; paro en tal caso miñana estarán uí >- venidas do po ler volver. Mo es sensi!»!e. Señor Ministro, qn i V. E. baya creído oportuno anunciar á este Ministerio q' si mi Gobierno llegase a insistir en la salida del Dr. Gar- reras y Rodngu -z,O rio niales: V. E. estaría obliga- do do tomar acción diferente di lo que había in- tentado esperando-por lo misma ipio na ¡asisti- rla . Tan oscura m 1 parece esta frase, que hubi ira molestado á V. K. pidiendo alguna osplté&eioa pa- ra contestarla.si no creyera qua eüa r*> fuese dic- tada sino en 11 creencia d 1 q* aquellos Individuos no tenían mas talla queso r - si: t -n -i 1 en la Legación Empero, no es asi, > ahora me cumple decir a V. E. que lambían la Justicia loa re :! 1:11a. y de un í | manera tan p srenl -ría. qua me es forzoso rapar á V . E. quiera despedirlos para la una del día d 1 mati .na . Penoso me es tener que solicitar 1 1 V. E. p.or tan 1 corlo -tiempo la despedida de dos huéspedes mas reclamados urgentJtaante por la justicia. Na ba dado á V. E. esta declaración aa ¡ni nota anterior, confiando en qua V. E. no tendría motivas d; pro- i farenéis bacía olios.mas que sobro los Otros salla» dus, ni he creído deber cambiar otra Bomunicacii u sobre un asunto d i t d naturaleza, que ha dado orijeu á una correspondencia, que mi Gobierno bal.ría desi ada evitar, prefiriendo que Ja acción de la justicia los encontrase en la calle. V. E. qua hay Ofensa par parto de dichos orientales y que no solamente son traducibles en I el tribunal sino que es urgento hacerlo, y yo con- fio que si cuando V. E. los ha creido inocentes y le-ba suplicado para quedar, en su Hotel, y ellos se manifestaban dispuestos á dejarlo, abora que sabe quoson culpables, se apresurará á despedir- los._ Esta contestación V las condiciones actuales d i lugar de su residencia, me revelan do no entrar en apreciación sobro la cuestión do si V. E. tiene ó I no el derecho de tenor huéspedes ó visitantes en ¡ su casa. Agradezco á V. E. la noticia deque en un tiesa, po no lejano \ . E. intenta enviar su familia para ¡ Buenos Vires. Aprovecho esta ocasión de renovar á V. E. la • seguridad do mí distinguida consideración y esti- I mi. Firmada— GiMKsixno IJecwiez. A. S. K. (■!• W/st rVasA bar», Mlaiilra /{.•«••/<•«/ l t'e /•»* Estadal f/aMai sil dwwfriaa. Tk.voi'Cciom . Legación do los Estados-Lni los. . Asunción, Julio 1M da 1888. 4 S. S. Gumertn'i» U. nilez, tlLmistr* ac::¡J:-Hil da RtUtci*net E*J 70/w.. Señor: Ten;». el hon ir de ■ rasar el recibo di su nota 1I3 ayer, 011 qn • V. S. tu • informa, d >spu 13 lo un breve resumen dolo que habla pasado en ral ici :i ñ ciertas p Bisen is. quienes hace algún tiempo, hablan sido d muí-¡liadas en mi esa, que en des- pedir todos hs individuos quo no pertenecían á la Legación.estaba,yo corroclo en mi presunción de quanO hafiia habido la menor intención p r- parlo del Gobierno, que las señoras do Pereira, Edem y Thomas,cuya permanencia por algún tiempo mas filé lesea la por madama Wasbburn por razones espueSlas en mi nota de ayer, do tnoleUar ó inter- venir con su permanencia aquí. A esto se añado que estas dos últimas serán proveni las da poder volver hov. Por esta prontitud y Consideración hacía madama Wasbburn, V. S. si servirá aceptar mis cinjieras gracias. Y. S. después anide, eon respecto á la conti- nuación da la residencia do los Sres. Cañeras y driguez, que en vez de no hallarse acusad >* sino por permanecer en osla Logaaion/aon recla- mados por los tribunales;, ¿ajusticia y de upa ma- nera tan perentoria,que se espera da que dejaran esta Legaci' ii h v u la una del día. Bnbiertd • informado á estos dos caballeros del contenida da su neta. ntanifesleron mucha sor- presa, para espresaron quo estaban pronta de U do una vez y afrontar y relatar cualesquiera car- gos que puedan hacerse contra ellos, y efecliva- 11: -ule se fueron pules dá la hora indicada. Esco'l un profundo pesar, como nunca lo ba II experimentado en mi vida, quo he dejado salir de mi casa bajo tales circunstancias dos amigos á qnienes muchísimo estimo y que han sido mis huéspedes durnnlo cinco meses y estoy plena- mente persuadido quo ellos se vindicarán victo- riosamente de cualquiera acusación que pueda ha- cerse contra ellos. Durante su larga residencia conmigo, hemos babladj naturalmente con entera franqueza sobre todas y cualesquiera cosas y mo pa- rece que si el uno ó el olro alguna vez lian cometido ó disimulado aote alguno criminal ú ofensivo al Gobierno del Paraguay, hubiera sabido alguna cosa de ello. Pero no lo sé. El primer nombrado, el fir. Carreras, es bien sabido, vino al Paraguay para prestar en lo posible su concurso á laeauss de este pais contra el IJrasi!, peligrando su vi la y fortuna á fin de llegar aquí, pero como sus servicios no han mi sido iseado dejarle para el que saliendo al esté)- ¡uí utilizados, ha di mo objeto, en la creencia rior, influenciaría en ganar las Simpatías, sino el apoyo activo de una ó mas «le las .Repúblicas del Pacifico en favor de este pais. Como semejante hombre, cuyos mas intine s sentimienti h s conozco también, hubios • podido coi;.éter ninguna ofensa contra un Gobierno, que él tanto ansiaba servir, está mas aliad.- mi eomprehensic n. El mismo in- terés en la causa del Paraguay ba sido siempre patentizado también porii Sr. Rodríguez. Este caballero, V. s deba recordar, vino al Paraguay en una e ip icidad diplomática; la do secretario d"• la Legación Oriental, de la cnal que ló él encargado á la partida del Jünislro, el Sr. Vasquez Sagastu- me. Despu s d •. I 1 caida del Gobierno, quo repre- sentaba, sus funciones diplomáticas fueron sus- pendidas y enl mees quiso dtjar el r^'3. pera [ins- ta a!i' ra liaba podida hacerlo» Sin embargo, ce- rno V. S. sabe, tooutd seré censurado por no aconsejarles tío permanecer 111 la Legación, á menos quei secado por la fuerza. Pero V. S. sabe cuan excesivamente ansioso he estado siempre para evitar cualquiera cesa que pudiera encaminar á una ruptura entre es.) Co- Ijierno y el mío, y como estoy convencido quo ellos podrán vindicarse, por eso he dejado de hacerlo. Pero estoy en SStremo ansioso do que no los su- ceda daño gravo alguno, pues entonces poco deseo tandria da continuar en la carrera diplomática, sino que tendré demasiado para aband> narlo y no es- ponerme á otra experiencia tan dolorosa. Solo tengo que añadir quo si eetcs caballeros ó el Sr. (señora en el original» La i te Pereira, pera a n......n en esa Ciudad será paara mi una grando- gratif!eacíon sí so me permitiese enviarles la comi- da de mi casa, y otras cosas necesarias á su salud y comodidad. Tendrá á bien de avisarme sobro esl ■ tan luego como le I -a conveniente. El Sirviente do color J0I Pr. Carreras, todavía permanece conmigo en calidad de sirviente. Aj roveoho esta ocasión de renovar seguridades de distinguid:! consideración. (Fír.) V.lmrlm A, "aslt- Hioisl -rio de Estado de Relacionas Esterirres. Laqáe, Julio d3 dé 180S. Nuevamente requerido por la justicia,presen ta á V. E. mis escusas de venirlo á molestar una vez mas para pedirle se sirva despedir de su hotel ¿d ciudadano norte americano Postcr C. Ctiss v al súb- dieo británico f,. liasterman acosados do'no me- nos gravedad de l< s otros por quienes he tenido el honor do solicitar á V . E. , Aprovecho esta ocasión do ofrecer á V. E. seguridades de 11.i distinguida consideración y las es- tima. Firmado S. E. ;!■„/■ c Mi-. C !: "J Ó 1 .! ■ lo < En*: * r Cotsaaiaao Bsat iirs. . H'/.s//¿'..i;í, .l/i1uvf/-i) Traducen 1 Legación do los Est.dys-L'iiidos. Asunción, Julio 1¡ .lo I8C8. t;-a:'< tatnd • Benitez,Minislro acidantal I A. O. S. ¡ Ralanci nes Estertores. S.-oor: Tengo el heHor de acusar recibo de su nota d > ayermen que soy suplicado de Saspalirde 11 i casa el ciudadano Auiorican-o Postor C. Ilüss y el sáb- díto iagléa GeOrge MaStorman, quien.-- V. E. dice están gravemente acusados como los 1 tros ijuj so m iba pedido da cesar de albergar en esta !,c;¡- ci n . M Raspéelo ó o-¡tos dos in lividuos tengo qua d.jc.'r que siempre I s b 3 c insiderado corno per! necien- á la Legación. Mr, liasterman vino á residir en ella eotiio médico quo asiste á mi familia, en Se- tiembre ultimó, \ en mi nota datada Febrero 2t pero remitida con 1 ira nota mía de 4 do Abrí!, su nombre está incluso como uno do la Legación. Como ningún 1 objeción fué hecha entonces consi- deraba quo era r..'conocido como tal por el Gobier- no así como cualquiera de mi casa. El nombro de SIr. Blise fud también dado en ambas listas refe- ridas. En resouusta do mi n .ta de J2 do Febrero S. E. el Sr. Berges dijo que .Mr. Bliss no siendo— i 2 — • la cl ise de sin ¡ utos, M •• •••li i i.- • rn !• s f.»n- «f -1 s i!ü I,e0'a -ii n, pues rsi.-.rii sujeto ' s tres ino* s lo lia nacho asi escrúpulos .111 lite v además nie ha si.lo do 11 11 -ho il • s• í;i.j oíi 1 en mis i!e' fies efi -i y iI.-p¡i r 'trine: lo p»»r t n!<> '■! lio upo <|iic po":nani»z'a en el Paragll y. II ftside- rando puestas d s p.-rs n.¡s como J.e0'.:.-¡- ii, ii.» ¡ ued Inter ii'n^uu.i resp-eje. á su r-Utrega ó d ispoJida •! un i. r.i que hacerlo asi Ministro a?re litada, tn? s ■ m pro vial s er¡n la j menor demora cntt:o lis Circuiistaueirts peí mil tu. ! Me prevalezco da I 1 préseme ocasión para ofraj- I car a V. E. I.is seguridades de mi distinguida cou- sideracían. Firmado — nes y derechos romo Ministro, •I deroebedel G ibierno do lío... quien ennshler 1 miembro 'le mi canerdarh; por ted s , así, si Botn une lihr< s i|e I 1 "ír-'-'i.S'O'i con 1 n:j casa. lii ii¡ !a ledas mi.-; fuheio- ÚUarl II a$kbmr. pues st 1 e onq'■• • r una persi 11 1 á L 'ffaCiiftM , -il '- O la ¿leso -.1 Gobior- >!•!•' rara ve. ana o sen en li • es- • ies - •I [»»r#- ni .1 y • !e! ¡ uebln, y á una man r 1 que 11 i país V les " -o - I uta no p nlria'ser dejad > 110 enlamante sin ni un sir víanlo, per.) sin muj -r, nifl 1 ó secrel irlo— confor- me a1 nrgum«uto 1! 1 V. E. en ski nota del 11 del «•órnente, d > que si Maloca si.iau.ente o un son íi.-i:-• idi s, y 1 no lenjjo r..-curdo sirio que omr r- Es eon vn sentimiento t.t! e I ri neniado en t ida mi vida 1 d •spues d • Un i residen, ia t n ícu.-.y, dond - h • esperarn-mlad 1 i-.- 1 -ii de p rte il 1 i ni. y «¡ni !: • pro -nr il 1 rasp 111I1 r .¡" i«0*.| Fia traído tina guerra e:itr.» • :.;,-• n de su país, y que l ilavia e-la,.n:i enaxall lo á cada |i»ra liaeerl ■, que aparezco haber (i rdi 1 1 la iTüüiii/. 1 J el respot 1 .!e osle Gobierno. i> - «JU2 I s li ! gox -.do á un ajió ^r.i I > Iras.ti liare |ie« «•", osla mii| liauienta ibi nostrand 1, i.mi 1 <<:| 1 1 i-orr 'tpóo 1 >u i.i 1 !i -i; I pOtoo en las ralauiir' s »l«d p »: V..|.» fin ) . !>.-ro y. ■ p.nl ne.-¡ n a rila, >> a i..¡ perrapuen-ia pa h rin- da ! tatpll s tle'sil L-va.-u;u-i, 11, ú ;.¡_;::iii ,:ra rO'l- sa, le .| 1 '. <•-; v i 50 ra uto, párele 1 ser 10 ir. d • t¿. 11 dif rent-r:: -ut 1 ijiuj 11 1 v o cuino pn • ¡. • ' ' Bi 1 ;•! n s N vieio a lili pr< piú .'i .1 -r.; •, .1 .! ! I*af.tgury í > vti'.d.|uier ¡11 !iv du > ..- «"I ci-m per- Ui*n,>0 1 ü . s I; impo anuí. II .)ii 1 e-per t fo p-r- II :-n 1 Bf '1 >t 1 li:i do la ¿;n--rr.i y un ifar un to •• 1 I'ai: gu y, <|t;v h* s istonido 11 ia ffijrri-a ■ 11 un 1 Ir vtirn V a!»lie"aei»'ll <||| j d .!¡ -i I a ■•" r i c »| • 1:: :i .! i li s :;, is 11 t fídes o 1 las pA^ina 1 .!.• la loria y dará su ilustre 5|-«¡str. do Snpr ■ u- v Cneian.liui- ta i • sti< !•':.'ér. ít s i.iit de i. s lusa i-.nispi u s n I s Kiial s .! • .'a 'guerra (y en «;u* liahia espornd 1 q« ■ mi liuinililon > 1 r.- lavi • un tu|J f ' o ,r - 1 Itastirju; pu liera hi Fccroi*. {.egacion da loa Eatadoa-I nidos. /taunaion, Julio d ■ ,S. Jt, Ch)»finjo ftmitcí, tli iistr't AccUr t<:rirfs , 5¿. flor ¡ Tuire>e| honor de recibir su n ta ti ute. al siíoieulo dit un pi;co des ■ lia. En eala 11 Ji.'juees en rhí| de! t i, V. s despu is le lar un r s e 111 "li I", pr. e -d • ¡i d irme r.« tu d • isira. ttot de II - de ir ¡11 -a 11 I» 1 ror- •s ,¡ - ra ■d: • -11 :'i \j mía |:no t de sil las cireuns- 3 . y ¡;r :-; eriii ;.! i|ñ • mi valor \ alu-r-yarii ;■ Saldan ..-I ¡uindu b n unliten Btlt>. ;»e. e)*n ea| i.-..-, ahora 111a v.-.ini» mismo 1.! libado ;'. abandonarla! Elcursoquo lio creído ser mi .íi !>o.- i- I J t ir ¡1...-•./» ¡ia!irr esta;! 1 I n en disrnrdia pffl I :^ vistas d«l Cohierno quo no veo 1! • i¡;. 1 punta ser ya útil. 1* >r es» tongo ul honor de p«- jtiio coa vían en al earacter de un tan.'ias en que Mr, l'..rl-r (".. fíliss y Mr. G. f, j¿ sterm 11, iillierOii á esta L«£lci 11. II specto á Mr. liliss, V. S. i.bserva que pr-nt > despU s do II ral p i-, ! Uscd rmitrali «on íl CÓ- hieruo pi r irabajoa ! i t • ra ri s, qna se I' bcbcoIM y qú I I '» le es- tieilipil halda perrn MBOCÍdo en SS1 se vi. io y pigo. Jlr. Bftsi me informa iTUS nun- ea tuvo ninguna rootrata escrita con el (! iliicrn pero uuí se leVlíJ • qoero^i drlo ciorti compoU- sacli o por los Iraliajos litar..rú s qua tenia qu.» 'o- Sttirpeñ r : que do tiempo en Üetup . ¡•ría suma de dinero en pago del trabajo y eh 1, v qua o" I i J , " á él. pued liria 1 ~li 1 recibí I > de dinero en paga del trabajo y 1 lie- ¡ la! 1 •» ¡li d 1 no eX ' de la SUM de-; Sien lo tilos mis eireutisi ,n-i-s, nr» 1 v r 11111 Ulíliilo 1 pina ra* m jesta por tu* ■ I la aXOg iC* II > di ¡i ¡ lio lo ll .- •niiileo . dio thattill -ta si rpresa d - que yo bubieasn re- 11 I 1 I. icí 11 á un Imnwire de 1 1 e ltdad y 11 se< i. I ci w.o la de \!r. BHss en 11 ce par i- sirvi •. M ' p rmilirtí ebxervarl • qtia yn-i p.- labaa s 'rWéa •o-: ! .'••vi !■■ falsa I r.al UCCÍ 11 s e ha !i : .-I f-e vi i- ) empleada en mi u< la de »2 de Fobrere.. Al áSctr qtlS'babi.i si I .- n •-e-ari 1 louur alg-nn !»- pers ñas mea en nsi s.-rv ¡<-¡ q«te los que préviSm ir- le !i ri u pitido, 1:0 dije en i¡ué < :.'i a l fu .1 m| r melid s. Mr. ¡5liss lo precia iba ramo tra- Huctor y Mr. Rtnstermah r tno manen, qu • .-.ti -rda á i if.a.Mír. y corro I s eálificacionea pe i.'ii.res d : c la, una eran tan llteli eonóOi las, COOSt I -ra' a que seria entor pie 1 ■ nl .'• lino esp. 11-r en tjud e. y . •: t.id er 1 : e e .de.id s. Pti tari poco cnrltotl» t .consultando los aul res m.-.s eniiuentos de li !. y internaeii ti 1, qué 1 aya 11 'cesid de euo Ies ■'i; !r s esp ftgartia calidad O e!cirá.-¡nr personas perteneeicrrtda á nM sufi ieiil 1 qu 1 < -11 . s5■■• tu d todos I s piívilejsli s .ío i. s I.cg-i -i n -s. A! responderá nii pota del 93 de Fet ro-o, S. F.. rl Sr. irgoj e'spresairtarue reconoció á -Mr. BNas como pertenecí''nie á la Legación, p.iro pidió, epH cenic no seria conecídú si da lis Lcgae: 1 n«a. Es st;s nombres sean daitos y si km s. ijii - latí de*d • lue^e habilitados á la Polictu c«iui 1 uno do — I ! — mis servidoras (servatil) se coníiuára en ella. En «feclo. rs la liniea persona queliaya sido rceotlOr cid 1 f., 1-: 1 alai, lile y en nota n(i,-¡..l. Por alquil tiu.i.p > después dj pu'.dicada la orden de ev.n iia- rion. Mr. Itüs.- y I s 11 OS ee k a t|u 1 vinien 11 en aquel tiempo a residir dt litro de. 11.i Unttil no se ooaiflil r> 11 e.-t riela ilion t-. n.nque iruni'it se iban le- jos. Mr l:ü.-s aun con 1 iiiu;.ba • 11 d< ruiir en su rose del fr ut • \ s Un ir y venir 1 11 pl na vista ala la I*, li i . y cura o RUnea yra m< I stiln dedujo ip:to «•ra indi'or o le al Gobiernu lie si i'l Intl..v i., m upa- lia su c sa ó so eoiifiwaiMi en le I. j.'a.n n. En ver- dad. Cuan lo 1.11 •--tro da s„r.i. iedo poísntto, Mr. Alan- levo, cavó en agravio (tfímt ti» a la «.ficii.a ile p» líela roa el romo fcntdrprete, y dae» pui'S di- su deleilid n le llevó v.»ri..s veees sil eo- mftdo, ñutosqne nunca lie podido sospechar do que pu lieia i u •-t unarse ni li t. I.o de ser uiieini.ro de la l.i'gaei n. No I ns. 11 reCnjio en OJtÍea"a, cuino V. S. lo insinúa. Por td conlrat io. lia sido á mi podtttteillu espr. so ipie lia entrado cu mi servicie — au:i<|U<) 110 colín» siiviei.l,.— 111 un ti inpo en «¡lie rrñia sus serv icio., serian muy titiles y ncee- s.iríi s. ('.■ olio pues, i|iic V. S. querrá admitir que Iiatiién.lole acopas do cumo miembro ihr esl 1 I.egacien y liad O 1 viso 1 fici.d del bembo; —cuvi» aviso fué rOOOnooitle—no puedo ahora repudiar- lo . Con résped • al caso de \Ir. HMtrranan, V. S. «lien quesera muy peni so á su Gobierno que per j una graciosa ci n3*OMMI id Ministro de una naci n | Mttimi, littldese di paitad»» acceso á est i em|.n$ada para bai.-erse criminal y OON ímpttMÍda I bajo las i inmunidades que sen justamente respetadas por | las leyes de las l'.aeiolies . No puede st tan penoso á V. S. é á su Gnbicr- , no, como ra á mf, el qu»l suceda cualesipiiera cesa i «le esl 1 natural, /a Tener mi confianza abusa.l.i , •de esa 111.mera seria mi strar un ¿;ra.K de ingrati- tud,de i|u apenas pi di i.i esperar que ntngwn bom- > lire sea capas. Pero si se ha abusado de ese un - alo y do lodoso que Mr. Mooaerntno ha sido «cosa- j sin re.Millaro ser v«:rdadero. la Ley dallan Plació nos aee prescribo un curso euiirameiite di fe re Míe délo , |jni| iii'; to por V . S . I.a I.e\ d • I .s Naciones, como V. S. Sabe, os ¡ muy otara, esplicila, no solamente»» en cuanto á les j dorouhi s é ¡nmiinidi des ile los Ministros, sin»» á to I. s las personas pertenecieatea a su- Leaacio- non. — "Tales peí son .s» «Inre M.iitens il.ey i.'e 'as Roción es Libro TH. Capitulo fX,atta) aSoencuen* Ir; 11 bajo la pr< lección de la I -y ib' las naciones, y no eslía e iiseciiout-mente sup lís á la juriadic- cii.u del pais en que habitan, aun cuando sea el suyo propio. No pueden aer jangadas ñor uinsa- iui d mis accioMea civiles ó criminales, oscepto par e! Esl .do , ttMÍ ¡1 si¡,, na ¡mofe emutHlié en »<< rafi aaTfíÍM '• n >cr tmip '«» rnju„nt p-.r i osí.s barttaa antes de d. jarle.» DN» esld u muera v. s. vera que si Mr. Biiu \ Mastor- lliOtl foes- n ai lis-,,l<,s de ofens. s ó crt:t eñes . SI ■•- eifioi s uu.eiiil. s mientras es lab.-11 en n.i Leca i 11, y la hubiesen dejado, so¿ttti esto "rail « seiitor, quien ilespiu a da n.i paisano, Y.r. \\ ln at' 11, is ¡V'iei al 111 1. le c» nsider.,.¡»i colín la IT.aS a.'t.. ¡ u- l'.rf !a»l de los tie.i p s n.i «l. rrics s»d.rj meterías I -jes inieriun ionali s, 110 podría \o ecnsentir en su ralradjicti n ó en si r puestos en juicio, usalvo en sus res pee t< v os paisas,a liiee Wb* alón (Pane III. Ca¡ iiul 1 I. sección 15) al baldar i!e las ion. 11 niila.les del Ministro; «Esta in 1 un ida I se esli |] le 111 Solamente á la peí sena ,1-1 Mini-lío. sino á su familia y túilliít», sei re| ríos do Lo|{arÍOM > la casa cu ipta re;i- ile. (ooerí 11 lí»i La mujer y f Otilia, sirvientes y scquiti» d< I Ministre, partí ai pan do la íiivti I bilid. J, anexa á sa carácter pttblieo, \xx, c«n respaile á bs ofensa.»erimiaalas oiiiciidas por mis don é>ticos, aunque es rispar ol Ministro siena derecho da juz- ear y mslis>rlt s. el usovmodern 1 Ies SUti 1:;:.» I simplemente de arrestar y inaii.larl s á su paitan- i ra s»-r enjhiriadt S.» Vattel y lodl s las at.torid.i.l. s sobre el itarorho I sonas pert m;cen ó nó á la Lnaja ÚMI, v I • deja á I mi seiifin lento tle justi ¡a rnpelerloa de mi casa j después d.: la narración de b s boefana y la ínfor- i marión que atabos, liliss > .Ma.sterm; 11. son ímpnr- | t .n'es mieoibr. s de una cninbiiiacii n que por I convenio aun el enemigo dolió estallar I rovj- rtietilo en el país para »-l derrocamientu de .-u ^ - I bienio' y la deatrnccian del ejdrctto que cómba- le por ni e\isleucja. (tuo ni M; sterman ó ÍJliss son iniembr. I de t il combinación, p r su pues- to, no puedo probar: pues par.» probar una n'Kalha es groe raímenle iu.posibla Peco si desj u s do plena investi^aci. n se probara que si 11 nui minos de una tal con.!.¡naci. 11, que quedaré sorpren lidu' mas que nwnna. Desde la evacúa» ii 11 á la rin- das!, Mr. Masterineii, que es 11.uy atlict » a stu- dios é laiiialijtei Innaa f ionllaVas. ba vivido en una vida de ret lusicn y apenas á tenido nihnuua c»j- manioarion con ninguno fuera «I»; los reaJntes de la Gemación, mientras Mr. IJliss .quien durante t. do este tiempo lia sido tan familiar, tan fraileo y tan confidencial con mino, sobre todas c s:is, que ha- bía creído saber lodo su pensamiento, esperanza y1 i aspiración de su existencia, se hubiese compren- «lido, según se alega, en una gran conspiración contra el gobierno, es un autor tal que liaría infi- nito crédito á sus mismos tirarnos. I)e una vez do- beria soltar la pluma y ponerse el borsegul y el bo- letín (mtd assunit' thrsock and bus/.i. i V. S. mo permitirá observar que la presunción ile que una persona es culpable p. r que es acusado, está en directa oposición de los principios tle la lev consuetudinaria : Es una máxima Je eat i ley uni- versal,que tojo hombre es inocente mientras él no os probado ser culpable, pero V. S. parece lomar el terreno. Ja que tan mega cuno un hombre es acusad '. es necesariamente culpable, y me pido de tratar con.o tales á Mr. Itliss y Mr. Mastor- inan, entes d" un exám-n «'> investigación, y antes do habérseme dado la mas mínima prue- ba de su culpabilidad. Deba tener las prueb.-.i de las ofe:is;:s hechas contra un hombre antas de tratarl > • o:nu culpable. V. S. sin cmbiirgo, n<> adu- ce ninguna prueba ni mo dá una partícula de evi- dencia sobre que so fundan sus caraos, y ir.o pide de tratarlos como si fuesen culpables do altos crí- menes. * La 1 j de las ñadí •»*• prescribe claramente el procedimiento á seguirse cuando individúes", miem- bros do una Legación, son descubíei tos estar com- prendidos en cualesquiera: actos ilegales. Dice que el gobierno á quien se ba ofendido puede pedir quo sean enriadas á su país para ser enjuiciados entonces el Ministro seia obligado do someterse ni pedimento. Por esta raso a si los cargos y pruebas contra M. Bliss y Mr. Mas- lerinon me sean trasmitidos con la súplica ele que sisan mandados á sus países respectivos para ser juzgados, entonces no tendré mas alternativa sino avenirme y en la primera oportunidad envttir- ; los: el uno á I s Estados l ni los, y el otro á la custodia del ministro inglés en Bu atina Aires. Esto procedimiento, es de. esperarse será satisfac- torio al gobierno del PSraauay, debiendo remover personal ofensivas al del país y sujetarlos á etr- jüicia miento, conforme á las leyes do sus prontos países, y como DO hay casi duda da que una ca- ñonera americana estará pronta en estas aguas, no habrá probable menta sino poca demora en llevarlo á efecto. V. S. admitirá que tengo razón fundada de sorprenderme de la esposírion contenido en su Última nota, de que se habia formado una gran Combinad o n, que por convenio ceu el enemigo debió estallar brevemente en el país para al derro- camiento de su gobierno y el esterminio del ejér- cito que combate por su existencia. Do que algo de un Carácter peligroso bubia sido descubierto,1o babia supuesto previamente por haber sabido que ciertas medidas enérgicas y estraordinarias habían sido lomadas por el gobierno. Vero de su forma, ostensión 6 de las personas implicadas en ello.no tenia la mas remeta iJca. Tales couspir; ciónos no sin frecuencia suceden durante, los largos pe- riodos de la gu : ra. Pero no he supuesto que babian hombres suficientes en el Paraguay para hacer una semejante combinación formidable en manera alguna, y que tendrían )a locura do ten- tarla. Puede ser que hayan habido hombres bas- tantes malos para tentarla, pero no be supuesto que habría tan necios «pie deban meterse en una combinación que ajo podría ofrecer ningún otro resultado que su propia ruina. Su nota del IG me convence, sin embargo, nsa se ha tentada algo de esta naturaleza Pero abrigo la esperanza quo después de una plena investigación se hallara «pie no es tan estensa co¡>:o pudiera haberse s «pacha- do. y cato* muy anch se da sabor, como oliera lo creo confiadamente, que aparecerá circunscrita á un circulo con quien persona afajWM QUS '.a viví- doen asasLagaeien,ao baya lóame ninguna re'a- i cion, conexión ó intimidad, y estoy pienamento persuadido que un tal resultado de la iovestiajn- ¡ cion es el que mas desea V. E. al mariscal Lope*, i Habiendo asi comentado largamenl i al o- otení- ; da de su nota del 1C. siento hallar quo mi modo ¡ do pensar sobre mi deber difiara lafl reun ta-i.onle , de lo espresado por V. S. y que cnnsQcuenleincn- •e vea poca esperanza de poder ser personalmente i'iiil perman emende mas tiempo aquí, i* r iazo- nes qut V. S. bien puede apreciar, hubiera pre- ferido esperar al aseaos la solución de la cuestión di 1 Meaja del i cañonera americana arriba de la es- cuadrilla blaqwradora. Por su puesto, si emplea toda la flota americana para f.rzar su camino. Presumo sin embargo que antes de provocar una guerra con los Estados Unidos la cañonera será parmitida da pasar sin ser molestada, y V. S. creerá do buena gana que no tongo deseo de aber- rar i los aliados otra humillación Onsto á la que Se sujetaren cuando en mi último arribo al Para- guay. Aprov.-cho esta ocas'n n de ofrecer á V. S. mis seguridades de alto miramiento y distinguida con- sideración . (Firmado)—Gear/ai A . ITaabiaea. Tbam cr.ioi. Legación dolos Estados-Unidos. Asunción, Julio 20 do 18G8. A S. S. (juriterintlu /if/n/c;, Ministro A rridrtittil de /{.'- htciokté Kxtiriore). Señor : DaspMea da cerrar mi nota en respuesta á la su- ya ile lü del cerriento, he tenido el honor de re- cibir su nota de ayer, en que después de suplicar- me otra vez de echar do mi casa á Mr. I'díss y Mr. Masterman, espone que los individuos de mi servi- cio que solían traer provisiones do mas alia délos limites de la Ciudad, son acusedos do haber condu- cido comunicaciones entro el enemigo y las per- sonas asiladas en mi casa. Y. S. añade que a Gn de no molestarme no solícita su comparecencia ante los tribunalas, dando asi otra prueba de alta consideración y respeto hacia mi, no dudando quo i tomaré las medidas necesarias para poner fin á tal abuso de las inmunidades de la Legación. V. S. tendrá á bien aceptar mis síncei os agra- decimientos por la espresion del d- seo de no mo- lestarme— lio advertido al único sirviente y que suele ir mas allá de los limites de Ja Ciudad, de que no debe traer ni llevar ninguna neta, menea] i «'> comunicación de ninguna clase ó de cualquier otra persona, si no de mi y de Madama Washburn. Este sirviente mo dice que nunca lia llevado men- sajes ó netas de ninguna clase, escoplo los encargos do las personas quo viven en la Legación, á los en- cardados de las c.isas donde habían recidido antes, do mandarlas libros, ropas y otrus cosas ríe este género, que podrían serlos nece>ar¡ s para su uso y conveniencia. \un e«to servicio le be prohibido hacerles, y si llegase á desobedecerme, confio que seré informado «lo ello para despedirlo instantá- neamente do mi servicio.— Respecto, al caso «lo Mr. Lliss y Mr. Masterman, permitaSSS V. S. que me rallara á mí otra neta de esta fecha,en respuesta á la su y ■ «Id 1 G. Apr iveehjo esta ocasión para espresar mi dis- tinguida consideración. (Firmado) Charle» A . ft'mhimrm. Ministerio de Estado de H aladeóos Lsieríores. Luquc, Julio 2.T do 18158. Aules de babor tenido tiempo de responder á V. E. la nota quo me ha dirigido al 20 del cor- riente, i on.o babia ofrecida en la mía del SI, ho recibido la contestación que V. E. ha dado a esta última y á ambas voy á responde:. Antes do t ido, debo levantar la apárenle prisa que V. E. mo acusa tan poco cortesmente eu su respuesta de ayer, pues mí prisa no ora aparente Como V. E. dícef sínó efectiva y movida por el interés amistoso de no ver llegar una complica- ción por un nuevo abuso de la confianza de V. E. por los re is que pr..teje. He creido esa confianza efectiva y noble, y no aparente como V. E. clasi- Jiea mi prisa y esta es la esplícacion de mi con- ducta en esta nota. No he olvidado en ella, como V. E. cree, que acababa de darme sus razines, declarando que no j entregarla á Misterman y Itliss para su enjuicía- me uto por l..s autoridades del país corno mían» bro de su Legación; quise soIm apuntar á V. E. una posibilidad traidora, apresurándome á prevé- ! nir la exea iva confi nza de V. E. bácia los crími- j nales de su casa, mientras me prnprnia ofrecer á I V. E. una contestación detenida sobre los puntos I en que parada opovar su resistencia en la nota j del -JO. Yo no me ho permitido pedir á Y. E. de tener prcsi s encerrados en su Legación á Porier Cor- neiio y Courgc F. Misterman, y á V. te. solo toca Lacer lo que mejor convenga en ti servicio inter- no de su eeaa. lie llenado un deber que juzgué de bu Mía cr r- tesla. Ahora debo t .-■presar á V. E. que J sde Íesa misma casa se responden y reciben correspon- dencias de los Generales enemigos tratando loa detalles del complot, y cuando V. E. persiste rou ' todo en los términos que lo hace y no quiere creer I en una ingratitud, á mi me esfuerza temor que se siga todavía esa misma conducta en la casa do I V. E. en que antes, como ahora, han catada, sti- : ponga, encerrados, pues que no habían salido á la calle. Mo so> yo, Sr. Mini-tro, q atea ba dicho á V. E. ; quo la combinación del compl t estallaría mañana, pero agradezco á Y. E. la noticia. Mucho tendría quo decir s jbre la relación que Y. E. ha recibido ib' Illiss sobre su contrate aña el CoManM* V el cumplimiento ile una y otra parte, pero no es* la cuestión del momento, y V. E. sabe que mi Gobierna HO haco cuestión do interés ni puede reconocer en V. E. sujuezeii la materia. V. E. dice quo en efecto la única pers* nn for- ! mal éenle roe n ida en nota oficial como mieni- ' bro de la Legacii n. es Putteff Cornelio Uliss, re- firiéndose á la nota de este Departamento del 23 de FabreT©, per.i no puelo atribuir este aserio sino ;i alguna pencas eiinivoeaeir n de porM «l«l V. E., pii"S jo tengo á la vista esa nota y'nad.i encuentro que autorice á creerlo asi. P«t el con- trarío. E] tere, r párrafo de esa nota desconoce es- presa y virlu.dmi.iite la calidad «le miembros de la Legacii n de Y. E. á los ciudadanos Itliss y Hon- I v • y si les !> i puesto la condición «lo no s.dir á la calle ha sido asimiliado á los asilados tn el Ho- tel de V. E. sin ser vistos considerarlos en mas de esta calidud. Corroborando este aserto, recordaré que en nota ! de 1*0 do Marco último, tuve el honor de decir á I Y. E. que b-s relevados Illiss y Monlove no podían ' salir do la Legacifui y que solo en-csta calidad fuo- i ron tolerados en la casa «lo V. E. Por otra parle como V. E. sabe, la especialidad «leí caso, las circunstancias del país, y la residen- ; cía de V. E. en una plaza puramente militar, re- elamaban la necesidad del espreso consentimiento del Gobierno para que los individuos propuestos para miembros de esa Legación puedan ser reco- nocidos en esta calí Ja J . En lo damas, SÍ yo he recordado á Y. E. quo Portar Cornelio liliss no ha vivido en los términos recomendados por* la nota de 23 de Eebrer«>, ha sido solo para recordar á Y. E. que babia trascur- rido mas de los tres meses de «puo V. E. hablaba en su nota del 11 del corrionto y <|ue aquella roco- mendacion no había sido tan relíjiosamente cum- plida. Si alguna palabra mal traducida hubo en las notas cambiadas en aque'l.-i época, á Y. E.. toca la responsabilidad de no haberse rectificado el error on su tiempo. No quiero molestar á V. F.. emprendiendo la larca de persuadirle todavía de que se ha abusado ib' su oonfianaa por parle de los reos reclamados, pues mis declaraciones oficiales tienen para V. E. menos importancia que las palabras de ellos. No quioro tampoco cansar á V. E. con una 1 (rga— 16 — «érie de transcripción.'»» «!«■! derecho internacional pura levantar sus escrúpulos per lomor do que V. E. me a. u-e da que nn quiero que In practique en favor de sus pr. l.\j'.los Porter Ern lio Illiss y Ge >rge K- M islerman, y t..iui.¡--n | • • ■ i »| 11 o tío c< n- .- ! r>i aquí su bagar» Taii¡p* co mi' esf'rzaré en itar á V. E.. rr-noci- mienl s mal MpaflWB1 s •obre In causa do dichos criiiiMi Io< porque ya •!•* anlein un estoy ti. lili- ilo de MH V. E. ti" permitirá «ini' <¡ aii enjuiciadas por l.is ,-iuti ridado» do este país, sin '. ti I' s Balad) > li.iiiios, Pi rior t¡*nmt4ta BIÍM j on In .1..tetra (."eor- ge I". II ..-lera an, HM miembros .I r I a Logacíl n fe ni. ric: ii». bin BBa bango, observaré quo V. R. parné- nfnn • dir con | I t;in "tilo la aituaeí n lia un Bata en plana y estéril ¡liad- ra guerra con i n hinquen nt-s- luto V un iTíicn borro - so y ; Ir z «• n un ft* titilo u< rinal ó tu n s tiranía y un crin en con un, i!e menos peligro « iiim di..la n iisi-ru-m ¡a, V. F.., tan familiarizado e n los gran 'es : nit ros. podría ci'aru.e un «'¡.so ai tiloso al Bita sosli-n,? No |n- rece a V. li. qu« si las ininuui Indos de un Mitiislro larguera al eatreeao i|vo v. li. pretende llevar Uta .suyas Bia habría nación alguna « n el ti nu lo que quisiere d •■ buen grado aeept r una embajada. I-a justicia nacional, que n i l usca el padecimiento ilo un liomlire .-.inó la ¡verignaci n y el castigo del crlaanp | sra poner velo al fatal deearr. lio de una braena tan inicua romo inhumana, rio pt r. ■■• a v. E. prol al.lo que eetvada la República, el Gobierna jo dispensarla ilo enviar Bar, lee p..ia que el uno fuese a I s Est; di s luid, s vil i tro ¡i Tibial- ría i sustanciar una acuaacíon j p...l¡r el ceatign de Por- ler Conidio Itliss y (..-orgo K. Haalerman; que sin carácter algaoo y mnndlgande el pan, lian llegada á la« pl.yns de su p tria para sustituirse agentes da su enemigo, ó instrumentos de eonrnocii n y re- vuelta intestina, no hubiese rispen lido en el n ibu- i nal, porque después de haberse h- elia reni hubie- sen fallada la Legación .le una nací' n amiga p:ira j ccntiiiuar ile allí á aaanealva su obra inicua . Oreo V. K. que el .Ministro que anillara á tales criminales ci n su bandera y sus inmunidades, está en «1 perfecto ejercicio de su il»»ber internacional? Kl ejercicio de ese ilereclio asi cal •minio en la sal- vaguardia Je tales indiv¡tinos, píte le ei nsideft rse como acto obligante de amistad? Agregue V. E. á eslo, «le que |N rter Cornelia Misa ha firmado en un comité e«rreto do reciproca obligación. jurand'J el naesiualn aleve del Presiden- ta de la Repuhll a. Yo B4 pu 'da dejar de declarar calevóricinenli ;i V. E. lio r e noeor ni habar reconocido este Mi- ■tillirin A I'ort r Co molió Itliss, ciudadano aun-ri- | cení y C. ■• r¿ • K. Masierman, subdito liritánico, | cerno miemliros de J:i Leg ici.in do V. E., y pr r [ consi^u: ':.*.': no puado aceptar la áieeusion d' V. E. en e^t.- terreno. Siento, señor Ministro, que mis amistosas espo- siciones t n n .las anteriores no hayan podido evi- tarme eif, y me hallo en ti impreaeindibla deber ¡ de pedirle nuevamente la espulsion de esos erimi- n.i'es del Hotel de V. E. antes de entrar el sol del «lia o."> del corriente, en lo que no salo obrara C< n justicia, pero si rt.in coi,forme á la ley de las ti - i iwajua. siento tewiblew ver á v. E en poea eaperonsa do aer prtra>natmenta mil aarmahecieñdo nu« lien po en el |ais. Va creía que un repros n! inte do una nación ati).:ra se e.iiiip!..ceria en ver «les! a- l rata "a una í;r..n o nspitaci n iir.li la tiaia hacer artttnfor á h s enantlg * do mi pairia. cuya cauai lia m -re.-i.lo el si i.j ático intxraa del Gobierno le la Uní n Ati.et ¡ •ana. No i rtitinaré «in rprad^er á V. E. la men.-ion i qu ■ se sirve Pacer i'e la ll« tn an.erie: na pa' i forzar su ean ine, ai i eemo raaMsiiiuaj.de qu • antea dj I pn vof.nr una su -rra n ti I ia Estad s I"..i ! I.» catan aera tuteara sin s t o.ol si...l. : y i br i ! da, la seguridad de que v E. no Ibue anana líe . li'.r- rar á l> s aliad, s otra humilla ion con o á la que se aujotari n en noaaji n de su Éltlraa arribi á esie j !• ■■'»• Aprovecho l.iorral) n de ren rar IT. E. 'a> — i Km <1. des de mi alta y distinguida considerae.io n, (Firmado)— GitMKsncao Dbnitbs, A S. E . Mr Eliarlcs A. Weahborn. Mioistr.. Ra- aideala de l< s E.»i di>.< Unidos de América. Mioist- rt.i de lisiad., de He I. o ion es Esteriores, Laque, JuKti 23 de 1SC8. Tenga el bou. r de si licilai da V. E la inme- diata entrega de un paquete rerrado de comunica- ciones que el r.x-.Miuistro de Relación OS Exterio- res, J".-é Rerjes, li i entreg dn a V. E. en >u ba— bilacii n de Satinares, en ecaaica de que en la tar- de alguiente du '. < llegada de Derjca de San Fern.-.n- ■le á la Aauiteii n. V. E. b» visitaba ea aqaelbi casa, donde personalmente se hlat) uar,;u de dicho pa- quete para guardarlo, BOmo en efeeln, Ib ^ ndo á la Legacioa, al « scurecer, V. E. se .¡irijió con él á su escriti rio. Siendo osle paquete, Sr. Ministro da gran le itn- portaacia para mi Gobíerao, V. E. me permitirá rog.iile. su ettlrcg al oficial portador de esta co- mnuicacion. Aprovecha esla ocasión dj rciif'Var á V. :ut dittinsaiJa e. nsiderarion. K irmado — Gaataatada ftVaiitra, A S.B.Mr. Ctaitcs A. WuMunt. Uinitíro Kesi- tlrnt-' r/r tos Kstn'tas Utit'lrsde Anterica. \ — 47 ^ leí do Tbapbccios. Legación de los Estados Unidos. Asunción, Julio 23 de 1808. A S. S. (#«Hannaab Beabas, Mini ¡io átaajrfmfa! ¡¡daciones Eslrriorea. Señor Lanotr» da V. S. do osla feelia, ha sido recibida en este momento. En ella soy suplicado de en- tregar al portador un paquote'Verfado do comuni- caciones que me fui} entregado por el Sr. D. José; Iterge» en su casa en Satinares al dia sigui.-ute do su regreso de San Fernando. E:i respuesta á es- to, tengo el honor da informarlo que por mucha* días no supe del regreso del Sr. üerjos, v que cuando tu ve noticia de olio, supe también que es- talla muy enfermo en su quiñi >, y ful á verlo conforme mi diario del ti de fuñió, cu II.do iba á un pasea, y le bailé en cama en su c.iSi. Esl > fué» no recuerdo qué tiempo después del regreso del Sr. Borjes. Pero creo que fué una semana ó mas. Mas él nunca me dio DingUO naquel < ó comuni- cación, caria 6 m.-nsago de ninguna clase. Hu- id..nios acerca de la aMuacioa do 11 guerra y de oirás cosas de una Data rale Xa c.su d, y la única co- sa que raeuerooaa que dijo tpj - loa brasileros no podrían aoateaataa p.¿r qbucIiq raaa tiempo, que su eré lito estaba ag lado y varias provincias ya en reviielli. Al despedirmo, él me suplico de ir I Vario después, lo que prometí hacer, P ro no be llegado sino una vez después V eso fué con na- dama Waahbarn, eOQlornie mi diario .1 i| i de Julio cuando lo hallé todavía en cama. Su cenv. rsa- Cjoa da a alna 'aa fué muy parecida á 1 i ila la oca- sión anterior, p„>ro ni entonces, iii ea níaguaa otra ' .asi. n jamás el me lia dado paquete ó comunica- ción de ningún i ala ata al S. daba aal ir, [mes, do! lo.lo mal informado con reepecto al paquete so- bro el cual V. S. pri!;,'irili. Junas ba re •il>¡ lo na • tli ile esta clase ni be recibido 'le él ninguna co- municación, ora verbal é por carta,des lo su regreso do San Perneada. Ha prevateana de esta ocasión par i ofr mar aagu^ ri lad .'s de distinguida conaideruerna . Firmado — Ghtiil,-* A . H aslihurn. Traducción. Legici' ii dolos lisiados Unidos. Asunción, Julio 2"> da 18G8. SS. Cumeain lo Denilaa, Ministro Accidental de Ralaeioaea Esloriores. Señor: Taauaa el honor de acusar re. ibt» de su nota 23,en .pie después do discutir algunos puntos cortesía. V. S. procode á dar sus razonas p >r que Poner ti. Hiss y Gearga t ■ Masierman no delus- rian ser considerados como mioml.rosdo esla Le- gm ion y dabanan ser espulsados de ella pjr mi. Po/ lo • jnc toca á cuestiones de corléala< no tengo P C son deseo de ocuparme de ollas por ahora. Si el pe- ligro es tan inminente como V. S. niega, ea mejor dejar toda discusión sobro puntos de cortesía has- la .lias mis tranquilos,cuando con una revista de lo pasado s-ra fácil sin duda osplicar justamente ó eacttear (Malquiera cosa que haya parecido por en- tonces apresurada ó inadvertida. Por eso pasaré al asunto mas serio do su nota . \. s. añade, pues, que no es V. S. quien me ¡ia di b iqua el complot babia sido combína lo sa- mo para estallar el 2 i del corriente y que me agrá le ■ por I i i;if. rmnci' n. CierteBMtlte que su no- li del 21 .lió l.i primara información que tuvo do ! • BlgO do particular debió tratarse aquel dia. Do esa nota bago el siguiente estrado: ' «Mientras pueda dar á V. E. la debida contesta, ion vengo á prevenir i V. E. que por la combinación do la traición con el enemigo, este debía ejecutar ciertos movimiento* para el dia 24 dul corrienlo.» Esla es I - la la información quo he tenido sobre este pu:it y en mi respuesta del 2?, dijo que V. S. m informaba de que la traidora eombin n:ion e.m . I en imrgó, ora Imcer ciertos movimientos el 24, d n I., asi en inducción casi liier d de sus pro- ia palabrea la «noticia» quo V. S. mu agracede. i i lamente me parece que los agradaafinranlns >n d -bidos de mi á v. S. mas bien que de V. i mi. El primer c nocintienn) que be tenido so- bre la materia miaba consignado en su nota del ti. C m reapeci oi lacaaattoa da si Mr. Hliss y Mr. .Mis'- rm-in ion ó no justo y legalmente miembros Je asta Légacíbn, defiero toda discusión al presen- la. i .> reclamado, creo con exactitud, que son, y si ahora tuviese que roiroeo ler do esta posición, parecería débil y seria una confesión de que babia oblado legalmente, despidiéndolos, acto por el cual s ri aeua i lo y censurado por mi Gobierno. Pu\. I r ser que -pa lezca algún error en mi sentir, ¡i ir manteniendo la* opiniones que abrigo, no tango otro eamind quo seguir sino d .ríes la pro- le..:, inda mi Legación hasta quo pueda enviarlos a sus reepectivos patseá para ser juzgados. Si al (•'.bienio del Paraguay se creyese justificado en llevar!, s por la tuerza, todas las naciones del mun lo civiliza lo serán solicitadas para fallar sobre la lagalidad del acto. Quizá sea condenado por er- ror de discernimiento, pero ciertamente seré en- comendado por insistir, haata lo último, sobre los derechos da Legación, Alinsiatir asi sobro los derechos do Legación eonfio que V. S. mo creerá quo no es por desoo alguno da abrigar criminales. Si las partes á qui d >l ll ' d ido a lilo > hospitalidad se han com- prometido al mismo tiempo en una trama ó cons- piraieion contra esto Gobierno, no hay utro indivi- duo ajo el [i lis, salvo aquellos cuyas vidas oslaban amenazad.ts iiuiza yo mismo baya aida incluido en e¡ nú uero) quien tenga lauta razón como yo para'desear que la justicia s ia administrada y fos criminal ■* castigado*. Y es debido á mi mismo y á mi Gobíftrno que yo preste todo apoyo que es- 2té en mis manos, y que pueda hacer con legalidad ?' consistencia, de ayudaren el descubrimiento do os criminales, y si V. S. (icne algunas preguntas que hacerme sobro cualquiera persona sospecha- da, y puedo yo darle cualquiera información que seria da alguna utilidad confirmar la verdad, seré mu y felia en hacerlo de una manera amistosa y confidencial (in-oüeial.) Siento observar que V. S. noto que sus declara- ciones oficiales me sean á mi démenos peso que l.is csposicioiies de las partes acusadas. No n)e atribuyo el carácter de un juez. Digo solamente que siendo, según considero, miembros de mi Le- gación, ellos no están sujetos á ser juzgados por los tribunales del Paraguay. Si el Gobierno, sin embargo, está convencido que no son miembros de este Legación, puede perseguirlos como criminales y fujitivos, y los es- critores sobre la ley internacional han "prescrito pío—memo mío la Iva individuos pueden ser to- mados propia j-legalmente de la casa do un minis- tro cstranjero. So me. tocará á mi quejarme de 1 que ningún criminal sea llevado por fuerza do mi Legación, pero en este caso, la responsabilidad del acto quedará sobre el Gobierno del P..raguav, y no sobro el Ministro que los lia entregado creyendo que. i«o debe hacerlo asi. No aludiré al cargo especifico hecho contra Mr. Itüss por temor de que Y . S. vuelva á agradecerme ' por la información que había derivado únicaraen- te de V. S. Solamente puedo decir ci n respecta á él que si el cargo fuese sustanciado no hay persona en el mundo que deba tener tan buena razón COBO para pedir su castigo. Y tengo plena confianza que mMaOjbierno administrará tirme ¿inflexiblejusticia. ¿Lu duda el Gobierno del Paraguay 1 La observación de Y. S. que senfia de que yo Uniese lan poca esperanza de no ser ya útil con permanecer en el país, y que creía que el repre- sentante de una nación amiga se coro pía certa en ver frustrada una conspiración fraguada para faci- litar el triunfo del enemigo. Yo respondería que con vengo en todo con Y. S. Como he dicho autos, yo tengo mas razón que casi cualquier individuo do desear que todo el negoció sea completamente investigado, y castigadas las partís culpables. Cuando escrii.I n i nota de 14 del corriente, no tuve ninguna idea de las acusaciones que se trae- rían después contra las personas á quienes había dado asilo y hospitalidad. Pero cuando se me pi- dió de 'intlegsr ó despedir de mi casa dos perso- nas á quienes consideraba como miembros de mi Legación, érela que si el Gobierno insistiese y los privilegios de mi Legación fuesen denegados, no debería ya permanecer mas tiempo en el país. Hay otros puntos en su nota á que después pueda tener ocasión de aludir, pero como ellos no afectan la cuestión inmediata, no los discutiré ahora. Paro como be dicho, no solamente estoy j con deseos, sinó ansioso de prestar cualquier au- xilio que esté en mis manos, para descubrir la verdad con respecto á la combinación de que V. S. ' ha hecho mension. Por eso añadiré aquf que ma] propiamente debiera haber dicho en mi nota de 23, en respuesta á la suya, pidiendo la entrega de cierto paquete. «En cuanto al paquete, nada mas tengo que decir, puesto que nunca lo he visto, ni oído na la de ello.» Poro como V. S. que al otro dia después del regreso del Sr. Herges. de San Fernando,le visité en su quinta y traje tal paquete, que á mi vuelta al caer la noche lo deposité en mi oficina, añadiré algunas palabras i I • que dije ayer. Como dije en mi nota del 23 no vi al Sr. Berge* por \arlos dias después de su regreso. Pero encuentro en mi diario lo siguiente, que transcribo literalmente, á pesar del muy nial espa- ñol, en que llevo mi diario, por el deseo de apren- der el idioma. — «A la tarde ful á visitar á Herges en su quinta. Le encontré muv enfermo en cama. Después pasé hasta la casa de la señora Presiden! i a quien encontré en buena salud; pero triste: volví por la casa de I.eite,adonde encontré á Vasconcelh", enfermo e n chucho. El mandó per mi alguno.-. hillo- les para Leíte. !Sada de nuevo de abajo » Babia sido suplicado por el Sr Poreira y su señora de pasar á su residencié antigua y ir.i ríes ciertas B< sas que ne- cesitaba, entre las quo bebía algún dinero, billetes paraguayos. Para agradarlos traje Isa alforjas d ■ mi amigo Ti uenfeld, que había pedido prestado algu- nos dias antes. Al regresar, al oscurecer, puse I s alforjas en mi oficina, y á la mañana siguí cilio después que el Sr. Poreira había epatado el dinero, me lo entregó para guardar, y la mayor part a esta ahora en mi poder. Y. S admitirá que esto no es una materia muy decorosa ó elevada para puner en una corrosa* n- dencia diplomática. Sin embargo, doy todos los detalles esperando que sea asi útil en llegar á la Verdad, y que la infurmacU n será recibida en el mismo espíritu en que es ofrecida. Es con profundo pesar que me veo obligado a conti nder con el Gobierno del Paraguay con res- pecto al caso de Mr. Pliss y Mr. Mact -rman. Pero si algún hombre tiene razón de respetar firmeza y estricta adhesión al deber do S. E. el Mariscal Lo - pez — Oespues de haber s ritMjdé una USD ha par la independencia nacional, casi-jin paralelo en la his- toria,} habiendo soportado años de tr. bajo, peligros y sacrificios para defender su pais y mantener un principio, no puede él miraren otro la misma fir- meza y la misma adhesión al convencimiento y el deber, sino con respeto y aprobación. Que el complot de que V. S. habla ha sido descubierto y frustrado, y o pediría a V. E. de tras- mitir mi mas Intima y cordial felicitación a S. E. el Mariscal López. Itien recuerdo que horror es- tremeció al round i civilizado cuando el gran le y buen Abra he Hi Lincoln cavó anto un infame asesi- no, y ka execración universal que el hecho provo- có. DO que en el Paragüey haya personas que se OCOpeit de una conspiración semejante, íne es hor- rible rnas alia do la acepción de la palabra. Quiera también también Y. S. felicitar á S. E. el Sr . Pre- sidente por el aniversario de su natalicio y espro- \ l I s sur mi sentimiento por no haber podido ayer, de- bido al urgente deber de preparar esta nota, visi- tar á S. E. el señor Vice-Presidimte en Luque, y ofrocerle formalmente mis congratulaciones. Aprovecho esta ocasión do ofrecer á II. S. se- guridades de alto miramiento y distinguida consi- deración. (Firmado)—CkmHt» A. Wtmbtmrm. Ministro de Estado de Delaciones Exteriores. Luque, lulío 31 de ÍHCH. Tuve el honor d l recibirla nota de V«» E. de 23 de este mes, en contestación á la que el mismo • lia le ha dirijido, suplicando la entrega de un pa- quete c -rrado de cornilnieaci mi s que le fin'- entre- g do por el -íx Ministro BergdS, manifestando Y. E. quo en las dos sisitis ipie le hizo ni en nin- guna otra oca si o o, j a loas él leba dolo paquete ni comunicación de ningún i clase, y que yo debo estar pues del lodo nial Informado al rospect i; ja- más be recibido nada de esta clase, ni he recibido • le él ninguna comunicación, ora verbal ó por car- ta desde su regreso de S.iii pernando .\si mismo he recibid» otras dos notas p -tenores del tS y 26. siendo la primera en eontestaeien á mi snte- r¡ er del 23 sobro la cuestión referente á Porler Cornelio Hliss y Goorge K. Ma>t-rujan á quienes >'. E. considera como miembros de su Legaciiu. ellos no están sujetos á ser juzg.nl .s por los Tri- bunales «leí Paraguay: qu l si el (i •bienio sin em- bargo está convji.cid » qu8 no son miembros de la Legación, puedan perseguirlos eamo crimínales y fugilivi s, y que los escritores sobre la ley interna- ción. I han prescrito plena monta como tds in- dividuos pueden ser tomados propia y legal mente déla casa do un Miuislru cslrangero, pero que la resp< nsabilidad en "'sin caso será sobre el Gobier- na del Paraguay \ no sobro Y". E., haciendo al mismo tiempo una ampliación en Orden al paquete de papeles solicitado en mi nota del 23 con el es- liael de una partida do su diario; y la última no- li de Y'. E., os apompan nido adjunta unai'o imini- caci ii de Porfer Cornelio BIÍSS que á este fin di- ce ha'.«He suplicado, enateaieado dicha comuni- cación algunas revelaciones qi.; supinen ¡a exis- tencia de tiempo airas de un comité secret > entro él y < tros eslrange ros, y que en la forma y el tex- to exhibido pareen ino.iít .ise con ella una jnstili- c.ii icti de su pretendida inocencia . Estas tresnólas de Y'. E. paso á responder con- juntamente como parljs adáeiei.les al asunto prin- cipal del caso. Aunque hay algunos puntos que en dicha? ;i otas «le Y'. E. be leído no sin eítrañ.-za, y que hubiera Contestado desde luego, no deseando perder un tiempo precioso, loa dejo á un la.lo para tratar so- bre los tópicos principales. Hubiera también entr ólo en mas apreciaciones sobre la cuestión Bliss y M : .man, pero cuando V. E. declina toda cuestión en cnanto do si sen ó no justa y legalmente considerados por V. E. co- mo miembros de su Legación, y después ríe cuan- to sobre este asunto he dicho á V. e., debo limi- tar igualmente mi contestación. Sin embargo, observaré á Y'. E. que este acto de V. E. no está' cuarmonía con las benévolas inanifcstaricne s que ha hecho en pró de la justicia, pues oslando en sus manos y como una cosa do su estricto deber, la despedías de aquellos individuos que doben com- parecer ante el Tribunal correspondiente, ha prefe- rido ampararlos á titulo do miembros de su Lega- ción, sin que haya justificado ni pueda justificar tal calidad, desconocida por mi gobierno oficialmen- te. V. E. no tiene á bien prestar todo el apoyo quo pu liera hacer legalmente para la averiguación de (a grave causado alta traición á la Patria, y el he- cho d • acceder .«obro unos, y de negar sobre otros la solicitud de despedida do su hotel á los crimina- les asilados, conloen el caso de Hliss y Mast-riñan, en que Y'. E. encuentra dificultades, en tanto quo sobreabundan facilidades para protejerlos decidi- ' (lamente, cuya circunstancia toma un carácter mas I subido, atento á que eO SU nota de 20 del corriente, refiriéndose al sirviente de Y'. E., ha manifestado su resolución de despedirlo instantáneamente de su In tel, cuando fuese inf irmado de no cumplir sus advertencias, de que no debe traer ni llevar ninguna nota, mensaje ó comunicación de uingu- i na ( lase ó de cualquiera otra persona, sino de i Y. e. ó de Htm. waabhora. Yes tanto mas ra- ' racterizado el hecho cuanto que Y'. E. en el ejer- j ciclo de su discreción, podía entregar á la jnsíi ¡a del pais, sus sirvientes acusado? Je crímenes, ó bien renunciará todos b s privilegios de esa na- ' tur..loza, relativosá las personas de su comitiva, | con es opción do las que sean nombradas por su Gobierno, como Secretario do Legación, etc. por mas que he buscado en las notas de V. E. ! un motivo plausible para la resolución en que se j encuentra firmemente do no accederá mi eolier* i tud sobro aquellos criminales, veo concretara' e su ' negativa á e-tos puntos. 1 ? Ijuo V. E.crée i babee reclamado con exactitud que ellos son justa j y legalmente miembros de la Legación. 2Que si abura- tuviese que retroceder do esa posición i parecería débil y sena nos confesión deque bsbiu obrado ¡legalmente despidiéndolos; acto por el cual seria acusado y censurado por su Gobierno. !>c o espressr á v. E. i estos respeclos, que tengo opinión diferente, fundada en la razón y la justi- cia. Es evidente que el Gobierno no ha recono- j oído como miembros de la Legación americana á ¡ sus pro tejidos, y quo consta de documentos oficia- les esta circunstancia. ¿O cují.tas veces debe el j Gobierno comunicar su resolución á Y". E.? Pero j aun cuando V. E. Creyese en un reconocimiento ¡ tácito después do su última tentativa, ¿no era bas- tante la declaración oficial hecha á Y'. E. posterior- I mente do que este Ministerio jamás lia reconocido i ni los reconoco como miembros de la Legación de— 20 — V. E., para modificar su opinión y respetar oí do- rocho de mi petición"! No hay pues la exactitud que V. E. invoca en su creencia dé sor ellos legalmente miembros de su Legación, y está fuera de mi alcance c. na pren- der que retrocediendo de e»a posición, imbuido de mejores reflexiones. V. E. p.,rrcoria débil, y seria una onnfes'u n de babor obrado ¡legalmente despidiéndolos, por que la misión do tir Ministro lu 1 público está fundada sobre la moral pollito, y el ejorcicio de sos funciones estriba en el respeto al derecho, é la razón y la justicia, postergando in- tereses particulares atlte loa intereses goiieri los dolos pueblos ; ves partiendo de esta principio que estoy lejos de creer que. V. E . Se* acusado, pero aun censurado por su Gobierno, cuya ilus- tración, amer á la justicia y respeto al derecho do I. s naciones, es fuera de tola duda y tai Gobierno ■e complace do reconocerlo, V F me permitirá esta cita de Vattel, que ha- blando sobre el ministro estranjero.dlce; .So I prevalerse de su independencia, op< nerse a las le- yes v los usos, pero mas bien debo conforma. cas- ligo es muy importante al Estado, no puede con- tenerlo al Principe, la consideración de un privile- gio que no so ha concedido jamás para que so con- vierta en perjuicio y ruina de los Estad s Helio en sus principios de derecho de jemes, dice: « El Ministro, por otra parto, no debe abusar de esta inmunidad dando asilo á los enemigos del gobierno é á I s malhechores. Si tal hiciese, el Soberano del piis tendría dorecbo para examinar hasta qué punto debia respetarse el asilo, y tratán- dose de delitos de Estado, podría dar órdenes para I que se rodeas e de guardias, la casa del Ministro para insistir en la entrega del reo y aun para es- traerlo por fuerza. No había pensado molestar á V. E. con citas de esta naturaleza, mas 011 el interés de apoyar la ra- zon de mis exigencias con V. E. he tenido que ocurrir á ellas, estrenando s >brc manera que basta aquí fuesen desatendidas mis justas y premiosas solicitudes sobre la espulsíon de dos grandes cri- minales de su Legación, asi como la entrega del paquete do Comunicaciones de «pie V. E. se ba hecho cargo, pero nutro la esperanza deque no querrá optar mas por una otra mor..loria tiue no puede monos de inferir un agravio á mi gobierno, pues V. E. comprende la solemnidad del caso, y sabe igualmente las uiteriorida.lus que pueda traer una r. s lucion semejante en esta cuestión ampa- rante á criminales, que según he informado a V. E. oficialmente tienen una acusación compro- bada de ser miembros importantes do la causa de alia traición á la patria, existiendo además el pre- cedente de la conducta justamente observada por V. E. sobre otros criminales, dando fó á la palabra oficial, y hseiendo buen juicio de le justicia na- cional . •Como V. E. dice en sn nota del 25: Pero si algún hombre tiene razón de respetar con firmeza y estricta adhesión al deber, es S. E. el Mariscal López. Después de haber sostenido una lucí.a por la independencia nacional casi sin paralelo en la historia, y habiendo soportado años do trabajos, peligros y sacrificios para defender su pais y man- tener un principio, no puede él mirar en olro la misma firmeza y la misma adhesión al convenci- miento y el deber sino con respeta y aprobación.» debo espresar á V. E. mi agradecimiento y mani- festarle al mismo tiempo que puedo descansar en la seguridad du que el Exilio. Sr. Mariscal Presi- dente, lirme y consecuente con los principios de su sana política y de sus n bles sentimientos jamás dej ;rá de apreciar las buenas acciones y do tribu- tar la debida consideración y respeto á los actos verdaderamente meritorios que envuelvan los dic- tados de la justicia y el derecho, asi como nunca lea ba consagrado fc objetos y procedimientos que so apartan de tan santos principios. Agradezco igualmente á V. E. la espresion do simpatías y cumplimiento a Mola el Exmo. Sr. •Mariscal, Presidente de la República, y me haré el deber de trasmitir á S. E. como me encarga V. E. su íntima y cordial felicitación, pi.rquo ?l complot ha si.!,. ,b. s ;i i 1 . i l ' y fr 11 sIrado, felicitando al mis- mo tiempo á S. E. per el aniversario de su nata- licio . Creo deber consignar aqui la notable circuns- lancia que ao advierte en el hecho do que V. E. en SU nota del 2-5, que aun no habia recibido cuando efectué mi viaje á la capital, me ofrecía V. E. ayu- dar 011 él descubrimiento de los criminales, y quo si tuviese algunas preguntas que hacerle sobre cual quiera persona sospechosa, y pueda darme cual- quiera información que fuese de alguna utilidad en confirmar la. verdad, seria muy feliz en hacerlo de una manera amistosa y confidencial. V. E. me ha- bía escrito asi precisamente cuando yo me habia resuelto dar un paso enteramente amistoso en el interés de p .ner en el mejor pió las relacio- nes de V. E. con esto ministerio, en vy-lud de nuestras notas oficiales cambiadas; pero desgracia- damente ni los espontáneos ofrecimientos de V. E. ni el paso oficioso que ha dado, han producido los resultados quo yohabia esperado. obligado á adoptaron temperamento especial, á consecuencia de la conducta observada por V. E. poco conformo con los principios de la práctica universal, y mutua conveniencia en las relaciones oficiales, hice á V. E. el día 2S por la tarde en su misma casa, mi visita referida, que, si en verdad, y siento decirlo, ha sido enteramente infructuosa, al menos significará constantemente una espliea- ciou positiva do consideración distinguida hacia V. E., agotando de este modo mi Gobierno todos los medios que aconsejan la amistad, considera- ción y respeto á la Nación amiga de los Estados L'nidcs, y su Gobierno.— 2* — V. E. ha do recordar que entóneos dijo á_ V. E. haber dejado mi puesto á la distancia para ir á vi- sitarlo y prevenirle amistosamente que «I terruño en que V. E. se colora!).! en la correspondencia ofi Pial, consideraba yo «ntiy grave y que quisiera no verme obligado á decir en ella ros..» que desas- nare vitar |.or el hon < r del Sr. Ministro, y que esla- ria obligado n hacerlo para demostrar ofici.límente ja razón que, el Gobierno liona de ser exigente en l.s cuestiones que tiene p 'inlienles. Ha dicho también qu" yo sabia qus los f -pelos de Iterges ro- tulados perla misma maní de V. E. los lia recibid do con ciertas precauciones y declaraciones, y «pie no atributa sino .. un olvido lo qu i su nata lia dicha al respecto, añadiéndole que sco»iria iofini- to tener que usar de las declaraciones de los reo» en las notas oficiales por que cae Horaria al Minis- tro á un turf Clin en que se lia esforzad.) no entrar, con el Sr. Ministro. V. E. lia contestad >, lici-udo que en su n ta de ese .lia había consignado cuanto pudiera decir al respecto, v preguntándome si la había ya reci- Liilo, lo contesté «pie | un no bal.¡a sido cu mí po- der. Entonce» volvió á hablar diciendo que la verdad era quo ningún papel había recibido de itergos; que lo que lia pasada fué, que esa misma ocasión, en 22 de Junio, babi.i pasada de casa da Iterges á la do la señora De.' Juana Pabla Carrillo de López, y de allí á la do Vascr.ncellos, qui n mandó en "una alforja,p peí moneda á LcUe Pürei- ra y algons» Otra» cosas p. ra su señora, que á la sazón estaban asiladr s en la l.egaeii ti. Me trajo de sujo ó lacrea »u li' ro icario la parí] !a_ conta- niendoeso mismo, y lambían tr jo la alforja men- cionada, esponiendo que persum.li::en!o ta halia traillo V.E. y tuvo en su eseritori -,p r > de que 15 >r- jes nada absolutamente babia recibido- Que este jamás ha usado m n v. E. de ninguna confianza, y por al contrario guardaba en su raspéelo c nsttnle reserva. Qué eHo mismo bahía manifestado V. E. on una rsn en Paso Pticú al Exmo Sr. Mariscal Presidenta. Qu" por I i misino eslrañ iba que se ere- yeso do confidencia e n él. Que algún tiempo d. s- "pues lia vuelt i a visitarlo con Madama YVashburn, pero ella quedó en la s.da y s. lo V. E . penetró hasta dondo estaba en cama lterjos. Quilas dos veces quo lo visitó lian silo por corto tiempo, y no barí hablado sino lo que en su nota oficial i ela- tiv.i habla va aacnefonado. Quenada mas ha pa- sado ni olvida ci sa alguna al respecto. Quo lo que llevaba dicho era b» verdad. Reliriénd <»■' i la gestión sobre liliss y Mar.ter- man.dijo V. E. que tenia una opinión diferente de "a del Ministro > p r eso dej.ba al Gobierno que obrase como crea conveniente, haciendo otra vez mención de su n. ta de esta fecha y esfiresando sen- timiento por no haberla aun recibido. Por lo que t< ca á este punto, le he eont.-sta lo que me re- mitía á lo que sobre el Caao le tcuU dicho en mis luínanlirni rrt~T. v. e. ha continupdo manifes- tando quo en verdad eompreiidia la gra\odad del asunto, y que si so ha colocado CD el terreno en que se encuentra oficialmente, ha sido en el dobcr do hacer lo que su Gobierno habí » de aprobar, y que le parece mas conforme, mucho mas rtiando- babia declarado como miembros de li Legación a Dliss y Masterinan. Quo lejos de querer a'irigir criminales hubiera despedido ya á aquellos, y que si no lo ha hecho era solamente por lo que llevaba ospuesto, pero quo el Gobierno pudiera hacer lo quo le coiwengi con respecto a. ellos, t miando so- bro si la responsabilidad. A lo que he manifesta- do al Sr. Ministro que debía persuadirse que el Gobierno no precisaba de. consejo agono, y que ha- ría lo quo fuera justo y conveniente. Que habien- do Ileg id i la» cosas en el estado delicado é impor- tante en que se hallan na -Ta do esperarse otra cosa de parle del Sr. Ministro, qu > siempre ba manifes- tado »U» simpatía» en pro del Paraguay, sino quo baria de man »r«i á acreditar bien su sinceridad y sentimientos d.1 rectitud y justicia en esté gravo ne- gojio. He respondió que nadie podía decir na la de V. E.....s uiti lo de inculpación sobre el parti- cular. Qu ■ podía s sr que hubieran habido cosas culpables que 110 hubiese comprendido ó que no ha; a rególo á SU cono ¡miento pero que estaba tranquilo. Entonces* lo dije que el Sr . Ministro podía tener entendido que oslábamos en posesión hacia do sus confianzas con los criminales Anade tiempo muy BtrSS; que no quisiéramos consignar en nota, al menos e;i t nía su plenitud, to la vez que á ello n 1 fuésemoá desgraciadamente obligados. Su respuesta fué.preguntaii'.l > quien ó quienCJ eran esos y yo continué baldando en el mismo sentido sin especificar las personas. V. B. dije con re- petición qu-estaba tranquilo, que nada recordaba y que ai hubiese babid 1 alguna cansa de malo de qna tuviese noticia, no lo hubiera silenciado: rei- teré que na era verdad lo que se d ICÍS de haber re- cibido el tal bullo dC Belgas, pues que nada, nada babia recibid > de él. Añadió haberse sorprendido al saber que Borges era acusado de alta traición. Que lo había supuesto batan ciudadano pero qu 1 debía declarar que nada absolutamente lo ba comunicado nunca acere.1 del primen de SU acusación, ni babia conversado con él de otra cosa fuera de lo que ha manifestado ya . Se ha acordado también V. E . ds lo manera come fué á su casa Leite Pereira, diciendo que le habla admití lo solo hasta que la autoridad 10 re- clamase : que. á Carreras y otros individuos quo se bailaban en la l.egaei» 11, habí» espresado esto mismo, y lo mal que había hecho Leite I'ereira con ose proceder. Dcspm s rlWlriifiál de evitar V. E. b.s 4iSgin>loa coii.-lgiiientes, poro con pe- 8í.r veo que V . I.. lio .<:• ba servido aune n»i I"- rarlo d •bidau.'iit •, c locó inb ■ loe en una s:l!iae¡ n especj I. tilla ñola d -I 2.T, so! re el SeclamC .leí paquete que hj fué eittrrpHfo p^r el ex-Ministro dice V. E. i|i»e <:l iiuiic corr.ab U rges, ilico V. E. que él nuuc.. le Ctti ningún p - quete ile con uiucaei. r, carta ó ineiisnge de nin- guna alase, Süadieijdu babor; hal lado ac -r a do la ■ituacton de la guerr 1 y do .fias e medemia na- tural -za e: su.vl, que | o única Y* sa que retestecda es haber dicho quo lúa I rasil. r» s no |T drían aesl 1- nerse |ior mucho mal tiempo-.* quo su créMíto csl.i- bi 1 g. lado, y varias provincias va cu revueltas: al despedirse le supliré de ir á v rhi desj lies, lo que prometió hacer; pero qSje he ba II g. .1.. sitié una vez después y eso fué ,•• 11 M ol u a VYjirbl.MrM, cbnforme su diario «leí 3 de Julio, cuando lo hallé todavía en cania : que su conversación de enl- nees fué muy parecida a la de la ocasión 1 ut i¡. r. p -ra ni eoll ucee ni en ninguna otra ocasión j ,11 .ás él lo ha ilaulo paquete ó eomunieaei n de niiignn 1 ríase. Que yo debo estar pues dad I d) mol inf rmado cu respuclu al piquete «obre el cual preguntaba. En la otr» nota del 95, después de Uabb r Sobre la cucst'on Mliss y Mastermaii, añido V. E. (|uo como lo bia dicho, no s. lamento estaba Condese, s. sitió Mseil s 1 de prestar cual piier auxiü 1 que eslé en sus man ua para descubrir l i verdad reapoLsn á la eoatbiaacion que ya bahía msnrii nado; mmu por eso añ.olu ia que ma« jprepíamente debiera liaber dicho en su nota del -'3 en respuesta a la mia »o- ttcitnndo la entrega de cierto paquete, que en cuan t 1 á o«te nntMia mas nada que decir, pero que ro- mo decís yoifftto al 1 lr-o rila después del re,'i-es > de Mor- -s. de San Fernando, le \i-iio en su quin- t 1 y trajo tal páquelo, nfladiré que como dijo en su l»< ta d 1 Í3 no lo ba. ríate por vari, s días después de u regres..; y pasa ó in-erl..r la partida de su diario adonde consta que esa missns tardo de su visita é ll.-rges pasó t .mi i n ptér la e*M de Leite l'ere ra ..donde eneoirtré i \ . SCI neelliur, v quo ésto mandó p r su e nduel 1 algunos billetes' para el mismo Leite, agregando i n seguida V. E. haber si- do suplicado por el mismo Pe re ¡ra y su señora de" pasai en su residencia antigu?» % traerle riertas ci — s ,s que necesil ha, entre las que babia algún dine- ro y bilí les para«ma- íie» , d»fh 1 s¡n embargo to b t los detalles, es pe rail- do qncséa SKI útil en llegar á la v-rdad. Ksl< s si n K»» plibro» e mprendiilos en las'referi- das .!■..-- rolas de y. g, sobro la gravísima lintleria .'el p. q^eti) de con unii-aei. nos 1 Ll egado á V. E. p. reí ex Minfstro Billgtine. Cuan t. yo me be apees nada anle V. E. el di 1 25 d«»Sti mes con el objeto do I: s an.islosas preven- rioiics que le hehech , .-si be ai.imado do las mo- jí ros dtspl sici lies bina \ E. esperaba quo si 110 [ii r tois palabra» ¡d oenos por ni conveni ncia bulo, ra dadi á mi Gol i rno un mt tivo (|o rei-i nn- Climonie 1 también una muestra de sinceridad de los dereos y snbisl > mauifeetado» f>or V. E. de pres- t r 1 iiahiui'T auxilio que éasjl en sus m uios para descubrfr-la verda l y ayu l r en el descubrimiento de !o* crimínales, ofreetéml s á satisfacer preguu- l.iS so'ire cua'qniera p rs.Jlia SOSpeeha la, según la espreslt n de \ E. p «ro el resultado deesa confe- rencia, ba veii'do i di fraudar i.ii.s mas legítimas eeperanzas, y á obligarme desde lu go á coiisig- n reunís notas l.is d el raí i ios de I S reos, que ci BSO babia dicho á V. B. louch.i babria querido evi- tar. Descubierto y averigi ad 1 el .-ri ñen de alta tr.d- ei. 11 ala patria del e.x-Minlslr 1 Dscje*, ha le larado e.-l • 1 nía la justicia, que ha tenido con el marqués do Casida le ta uiuniccí n s ai -níeiiles : l na c. rta orijinaTib'l mismo CixiaS d .1 ida en Tin uceé sin record.ir la fecha con qu ; esta carta le ha sido entregada porpiirte do la Leglci m Ame- ricana, y que poé ol misino coniiud > íué la con- t'-slaci u de Bergesé Cax-as, cuyo b .rrador dice h ll .rse en el original. Quo'después con el ar- ri'o dr qu« Berges no pudii, á causa <'•>! imped i manto do la mano,"por cuyo motivo V. K. lo aj-udó á doblar ó empaquetar, tanto osla carta y sus adjuntos romo la anterior y su respuesta, poniendo iodo esto bajo una cárpela, que Barrada pon oblea y rotulada por V. E. con la inscripción da «napelos de Berges» so hizo cargo de ellos, y los llevó ¿ guardar en l.i Legación, ofreciéndose como Ministro y como ami- go á Berges en lodo lo que pudiera ofrecérsela. Y añade el mismo Itorges en su segunda decla- ración que en la primera visita que le biso V. E. en su casa de Satinares á media tarde, fué efecti- vamente que lo llovó en persona la segunda carta escrita por Caxiaa al declarante, dicréndolo : «es- tos papeles han venido por la canon ra «Wasp» y los lie recibido bajo mi cubirrtj, parece i|ue son «le importancia.» 4Jue Uerges so bis tomó, y le dijo, vamos á ver, leyéndolos en seguida en pre- sencia di V. E., quien un rato ilaapuai le observo que los papel s eran largos y que a*i iba á re- tirar, que tenia que bocel ; que á esto dijo V. E. «Voy á tomarle mas un poco d • SU tiempo, púa le pisa aorta un poco un r..to por la quinta» Que V. E. dijo: «Su quinta eslá muy triste, mas bien déme Un libro que leer,» (jne él dijo antencas áV. E. <• :>11 i los tiene, indicándole unoa cuantos libros que había sobre una mesita pequeña, coma al conde de Monte t'.iisto, d.a Cariota,» obra de Ase - subí......tjueY. E. se levantó á lomar uno da ellos, sin saber fijamente cual mismo fué, y lo ley o 1111 ralo bastí que Uerges le interrumpió di- ciéndole: «voy á d posilar en su poder eslos pa- peles, á lo que V . K. repuso; vaya que serán síem- Íiro de Caxiaa ; y el le respi nuio i|ua si. V l".. e dijo, son aoaaa dafiendas; yo desearía hacerme cargo do alhajas ú otras cosas que quiera usted d ■- posilar en la legirí- n, y lo baria sin cobrarle el tanto por ciento (y sin decir linanlll) como hago con otras personas, pero estos papeles pueden faerine compromiso coa mi gobierno por alimen- tar correspondencias eslrañis en el campo enemi- go, do lo demás no tengo miedo. Entonces lo re- puso Uerges: cómo puede saberse una cosa qu'e pasa entra nosotros, voy á empaquetarlos con la comunicad it anterior (que ya sabia V. E.) y á en- tregarlos ln roed jal ana en te é V. para que los lleve; <|ue V. E. después de pensar un ralo dijo: voy á llevarlos, pero si sucode algo voy á quemarlos v diré que nada he recibido.» Quo en seguida, se levanté Bcrgea y sacó del secreto que tiene un es- critorio colorado donde tenia guardada la primera caita y su contestación, y se puso a empaquetar con la segunda y papeles adjuntos, SMM lia dicb en su anterior declaración arriba espresada; re- sultando la forma del paquete un cuadrilongo co- mo de un pliego doblado en tres, y cerrado con oblea por el misino Berges, lo rotuló V. E. con la inscripción ya dicha «papeles do Berges.» y le metió en el bolsillo interior de sobre el pecbo de su levita despidiéndose en seguida con destino hacia la Trinidad. Que ¡ orno ocho (lias después le vi- sitó por segunda vez, yendo con BU señora, quien se quedó en la sala, y V. E. entró al aposento dormitorio de Uerges, «pin estaba eñ cama, en cuya ocasión fui1 que le hizo V. E. mas impresa- mente las ofertas corno Ministro, y cuino amigo. lié aquí, Sr. Ministro, los fundamentos que el Ministerio ha lenido para s dicitar de V. E. la en- trega del paquete declarado por el e\ Ministro Uerges. V terminaré diciendo á V. E. que mi Gobierno que nunca ha esquivada la responsabilidad do sus actos, de cualquier trascendeii -i i que sean, no te- merá asumirla abura ante el ilustrado gobierno de los E. |J, yol inundo civilizado, usando do los medios «analados por los escritores de Ijs leyes ínter nacionales, para apoderares de los criminales •"Ollar Conidio itliss y Georga F. «taatariMt», pe- ro in«; cuesta n;iicbo, Sr. Ministro, persuadirme de que v. E. continúe negándose a la solicitud de la justicia nacional, y me nermiU) alimentar la espe- ranza «lo cr"or que pesando V. E., mis considera- ciones, querrá al lia no desoirías, y entregar los cri- ■MUales ¡ ara que comparezcan en inicio, no corno los miembros de una Nación amiga, sitió como hombres que abusivamente han ganado su abrigo para considerarse impunes . V. E. me pregunta si mi gobierno duda quo el do los Estadoa—SJuidos ha do administrar plena o inflexible justicia, y yo me complazco tío consignar nqtii que no me I sis te la roas remota sombra do duda, pero preguntaré á mi vez á V.E. si el go- bierno americano estará en completa pi sesión de la causa como lo esla la justicia n iricnal ? Knvi .ra allí sus procesos para una nueva sustancia da cau- sa 1 Podiá hacerlo í La administración firma ó in- flexible de la justicia americana, será bástanle á tiemp olí del Yo pediré i V.E. de considerar la situai pais, y la Indole de la causa quo M ventil Aprovecho la ocasión de renovar -'■ ■'• .„url_ dadas de mi distinguida censida* • . „ " ° -ac't.n, Firmado- Gumksi>oo Br.MTt.z. E. Mr. Charles A. IVaaMaT», Miuitlro rfi ■i'nú (.'••/.ís KfUmdm U*¡ fcn ¿- A—triem. — I — L-j^raciin da los testados Unidos. Asunción, Agosto 3 de S. S. (himcthido Benite», Min-strj Amtl-ntal de Itelacione* JCaleriores. Señor: Tengo el honor de acusar el recibo de su primera ñocha del l. del 31 de Julio en la nota. del córlente. En esta nota V. S. discute « una grande ostensión los diversos puntos sobre los cuales he »¡do tan desafortunado de no convenir con su gobierno sobre cuestiones que so huu suscitado du- rante el último mes Eu esta nota, V. S. después de una lirga dís- cusiou sobre los punios da diferencia de aif ."Ir." Bliss y Mr. nTa*lflrtnan son legalmente miembros de esta Legación me da la mas sorprendente in- formación con respecto i la declaración del ex-mi- nistro da Relaciones Esteriores José 13 Esta nota me ha causado tanta sorp bra y es de un carácter tan serio y Coullo do que \ . S. iue perdonará rger. sa y- asom - grave quo si primero res- noía dejando ¡as otras pondo á esa parte de su cuestiones para otro oía Y primeramente V. S. me permitirá observar que siento pi afundamente ilc que en un caso de carácter tan serio V. fc>. tome por hechos lo que a, lo unís debe ser dudoso, y reitere po-ivameute como si do su propio conocimiento lie negado po- sitivamente. Cuando á un ministro se le dico vilualiucnte que sus palabras no son creídas, que se sabe aar falsas, ciertamente seria esousado sí declinase toila correspondencia ulterior. Pero como ya he prometido transmitir todo lo que esté ¡i mi nionnna p ira aclarar el terrible misterio de pie soy roUeado, pasaré por alto esta cues- tión de forma, esperando quo lo que tongo que Ueoir será-til para estraer la verdad. V. tí. espresa sentimiento, por que en la en- trevista parausa! habida conmigo ai2fS del pasa- do uo ha podido obtener cst js hechos como lo haría innanaanrln incluir en una nota < .icial sus osposiciouea subsecuentes. Pero do que V. E. estaba buscando imposibilidades, pienso que po- dré convencerlo. S>u ospooision ile lo que el .Sr. Aíergos hadiclio ante el tribunal me ha conducido a redexiouar y llamar á la memoria todos los in- cidentes y oirounsiaueias qao puedo recordar, y que puouou arrojar alguna luz sobre su es- trada conducta. Eu cUAiito al paquete que V. fci. uioe, y rebute que él me ha entregado, diga y repito nunca nalier Visto, ni oído hasta que recibí su ñuta liol —•» ue. pasado, Peiocuanuo a esto él ba aaadlUo que era por amadle iM esta Legación que nacía su correspondencia traidora con el eue- niigo, lie (.i'uüui'U'Io Uesoubi ir ó imaginar oonio le ej'a posioie liaoorioa^í. ftalñtara jiucsen ilctalle, en •. .amo la nieiuoria me permita, eon la ayuda y suponía que las de Vasconcellos ten- dría bastante, ase fui en la tarde del mismo diaús su chacra para entregar el paquete, y sabor ¡u no tío las que contenían. No lo abrió en mi pre sen., ia, pero después trajo una ó dos cartas pa rti- ctilares, que leyóá Leite iJereira y a mi cuando I por primera vez supe la revolucio n de .Montevi- deo, la muerte del Ex-Presidente Berro y do Ploras. Supongo que esta noticia se dió ¿ saber ul Cobiírno pront >, oeapnes comí el siguiente mí mero del Semanario contenía la misma. I>ebo notar que el tono de estas cartas era muy favo rabie á este, país, rejiresentando a los aliados hallarse ou una condición desesperada y al autor como eonvenoidode qnano podrían jamas conquistar al Paraguay. Este paquete también conten/a una óartu para el l>c. üarreraa que lo traje y le en- tregué ó él. Se me leyó á mi después y traía las mismas noticias que las da Yasootioellos, ó igual- mente amisto cual- quiera persona que sea de mas alta de las lineas .u_r is, y si el S ?aor Uergas ilice la verdad (de que tengo sobrada razón para dudar, como sobro "tro punco espone lo que conozco ser falso) la comunicación que dice haber recibido de Caxias por medie de esta Ligación, debo haber estado en el pa [Ueta d-:l Barón de Sausa. En ocasión, V. S. deba recordar, que Berges no estaba aquí, y al- gunos pujos dias después m8 fui a San Fernando a ver á S. E. el Mariscal López, á fin de haoer codos las arreglos que deberían inducir al Coman- dante de la . Wasp • para arribar hasta ese pun- to. _N j había sido llamado por mi Gobierno— II — aunque una cañonera había sido enviada para llevarme k mi y k mi familia, y hasta que un ' sucesor viniese á tomar mi puesto, estaba yo dis- J puesto á permanecer en el Paraguay. Hahia es- ! orito por Enero ]>ara ser Humado, é insistía qie , otro Ministro viniese a. sucederme, puesto que se asemejaría al abandono de un pueblo intrépido y valiente si tuviese que retirarse el único Minis- tro cstrangero acreditado. J>e si esta nota lia ' llegado jumas a Washington tengo fundada razón de dudarlo, puesto que desdo mi vicita al campo del Marques de Caxias parece haber hecho todo lo que ha estado en su atrevimiento para detener j mis comunicaciones y provisiones. Arriesgo la aserción de que si él se lia empeñado en una mu- quí nuoion con traidores en el Paraguay, soy casi ¡ la última persona de "quien desearía saber nada. Me lisonjeo de que el ine cousidera, cualquiera I que sea la creencia de V. S., amigo del Paraguay y un amigo tal que el oro brasilero es impotente i para seducirlo. De San Fernando escribí al Capitán Kirkland diciéudole que los aliados no tenían derecho di- im- pedirle ile pasar su bloqueo, y que por otras razones ¡ no podía a provecliarme de lo presencia de. la Wnsp | a menos que arri haser.i \s- el rio. Oespu,- volví ;i este punto yel.'íO de Mayo recibí otra curta del | Capitán lvirkland en que me informé que el Mar- | ques de Caxias rehusaba permitirle pasar su es- ¡ cuadra, pero ofreciendo darme facilidades para ' ir por tierra desde el Pilar ó Taiy hasta Cu- rupayti. lista oferta de Caxias tomó como un insulto ú. | mi y ü mi Gobierno, y así manifesté al Capitán ! Kirkland, diciéndole de forzar el bloqueo, y de- jar que los brasileros hagan fuego sobre él si quisiesen hacerlo. Parece, sin embargo, que ba- jo sus instrucciones se consideraba autorizado i semejantes medidas violentas, y el 10 do Jimio me escribió qne saldría aquel día para Montevi- deo á iin lie obtener todas las instrucciones que i le serian necesarias para pasar el bloqueo «i ba- tir toila la escuadra brasilera. He rreido que i volvería- dentro de un mes, pero ahora casi dos meses han pasado, y no sé nada de él. Puede ser que el Almirante no quiera temar la respon- sabilidad de comenzar una guerra con el Brasil ! sin órden del Gobierno, y que en vez de volver a mandar al Capitán Kirkland con órdenes défor- I zar el bloqueo, hu'la pedido .\ Washington iustruc- 1 ciones. Si no fuera por el retardo, esto sería el procedimiento que yo preferiría, pues no tengo duda que la órden sería que la escuadra entera ! arribase al Paraguay sin hacer tanto como -el I pedir permiso a los brasileros. El retardo, sin ¡ embargo es lo que deploro. Mientras mi Gobi- bierno esta debatiendo do sí hace la guerra al I lirasil por razón de mis n.preselitaciones positi- ¡ vas como á la de la situación, el Gobierno rehu- sa «lar crédito ii un traidor acusado, convicto y coufenso. .Ninguna de estas últimas curtas del Capitán, | Kirkland a mi fueron acompañadas de carta al- guna para ningún otro individuo. No le envié á él cartas de ninguna otra persona con las mias esperaba que arribaría hasta aquí, para lle- var mi familia, y por eso no mandé ui.a sola carta escepto mis despachos oficiales al mismo Capitán Kirkland. Xo puedo bailar palabras con que espresar mi sorpresa por la relación que V. S. me da do la declaración del ex-Minístro Berje». Todo es fal- so desde el principio hasta el Iin, y eso creo que le convencerá fácilmente y que él me ha atri- buido evidentemente ser parte—que ha sido re- presentada por otra persona- No le considero qne él es un individuo tan ingénito para formar de nada su cuento íi acerca del paquete que dice me entregó íi mi, pero que él procure esconder algún otro, imputándome a lo- ados do uno de sus cómplices, es muy posible No supongo que haría esto por malicia hacia mi, pues no tengo razón de creer que haya jamas alimentado semejantes sentimientos para conmigo. Sin embargo, él podría pensar de esconder ¡i al- gún otro atribnyente su carácter oficial evitaría la pesquis ■ lie mis propíos aetos. Con todo, cua- lesquiera que sea en sir objeto ó motivos, la de- claración e: tera, en lo que se refiere á mi, es una ficción monstruosa. V. S. espresa su posar por que esta declara- ción se hubiese hecho necesario consignar en una nota oficial. También yo habría preferido bati r sido informado privadamente y dado mis esplicaciones en una forma no oficial. Pero ape- sar de esto, me alegro saber al fin cual lia sido el fundamento de la acción de su Gobierno hüeia mi, que hasta aqui ha sitio totalmente incompren- sible. Si hubiera sido informado mas temprano de esta declaración de Berges, mucha parte de esta larga y desagradable correspondencia se hubiera evitado. Pero he estado andando á tientas en la oscuridad, sin la menor idea de lo que el Gobierno suida ó sospechaba. Parecia yo baber perdido SU ponfltMH pero no sabia poi- que razón. Pero esta «Uelarnc:OB de Berges, aunque del toda falsa, csplíca todo. Después que un liombre que ha tenido semsjaiite elevada posición como la que él ha ocupado m ■ ha acu- sado de saber su perfidia y ayurdarle en ella, no es absolutamente estraño que el Gol ierno me mi- rase k mi, y todos los que están cerca de mi, con sospecha. Pero ahora que sé cuil es su decla- ración, podré demostrar por una cuidadosa refe- rencia a las datas y otros hechos bien sabidos ó fácilmente establecidos, que toda ella es falsa desde el principio hasta el fin. Examinaré ahora con algún detalle su espo- sicíon. Primeramente dice que recibió una carta del Marqués de Caxias, cuya fecha no recuerda, y ni la recibió por conducto de esta Legación. La "fecha es importante, porque si pasó por mis manos debe haber estado en el paquete del Ba- rón de Sonsa a Vaseonoollos, ó debe haber ve- nido por Diaieiembre último, cuando el Cónsul Italiano vino por las lineas militares, porque en- tre el tiempo del arribo del Cónsul Italiano y de la • Wasp,' "° recibí nada de abajo. Pero como Bergea dice que fué la segunda carta laque vino por la «AVasp. la primera debe haber venido va- rios meses antes. También dioe que su respues- ta filo enviada por el mismo conduto. A esto solamente puedo decir que .-i la ha enviado por medio de esta Legación debe haber sido bajo la cubierta de algún otro individuo. Iíecuerdo de haberme pedido en una ocasión, cuando estaba por mandar mis despachos para incluirles algu- nas cartas de él. Pero rehusé hacerlo dando por motivo que se- ria nn abuso de la.fé y confianza do los aliados, tlue únicamente pedia enviar común ¡camones con ele uicurso de los aliados, y sacar ventaja do esto para aaaadar las cartas de sns enemigos, seria un ! abuso tal que si fuese descubierto, ellos serian j justificados en rehusar de no permitir mas do |ia- sar ni correspondencia de uno ú otro lado. Por eso, si el h-i enviado por Conducto de esa Lega- ción, debo haber sido por medio de otro no per- teneciente al Gobierno para dármela como una carta a ta familia. Pero si me entrañó de esta manera, debe haber sido a mediados de ICnoro ■■tinao, pues entre aquel tiempo y la partida de Berires para PasnPucú, no envié correspondencia alguna al estertor. A, ureoi! de la notado V. S. que Borges hizo dos oh curaciones, y que las dos son muy iacon- sist utos la una Don la otra. Hn la primera di- ce que la segunda carta de Caxias que fué trailla por el ■ Wmdi fué datada a principios de Junio, pero que no la recibió hasta el principio de .Julio cuando le entregué a, «1 personalmente eu su cas,j. Si es-i carta fechada I principios de .1 unió ha pasa lo p ir mis manos, debe haber ven i» do cotí la últim a carta del capitán Kirkland, que tue datada el ÍO do Jnuio en Curupaity, y qne no recibí hasta el "2;> 'o iio aparece, tanto do mi diario como de la nota verbal de V. S. que tuvo la bondad do enviarme. El 'J'-i fué el día si- guiente de mi visita k Burgas de suerte que por ningún medio no podida babor tenido en aquel tiempo ninguna carta semejante en mí poder, puesto que ninguna comunicación mo llsjfd de^do el 1 • hii-itae! '_' ! da Junio, el dia después de mi primera visita. Ka su segunda declaración, V. S. añado que Bergea dioe que no fué en ooasion de mi primera visita á él aaspaesds .--'i reirreso de S in L'ernan- | do que entregué esti se futida carta de Caxias, y cre->pues él pretende narrar muy minuciosamen- te t>ilo lo que tuvo lugar en esa ocasión. Esa visita, tuvo lurar el JJ de Juivo. No sé que tiempo después de su regreso fue esto. S «lamen- te sé, que muchos días antes h i oblo de su regreso y quo estaba en su casa en SaliaaM* muy enfer- mo. Orai un deber de cortesía visitarle y como iba pagando por alti de ida k la Trinidad y r quien fué entregad >. No aparece de la declaración de Berges que ha- lla oc trido nada en mi segunda visita a él el 3 de Julio, sino espresiones do cortesía. En e9a ocasión, como en la anterior, espresé simpatías [i ir sus dolencias y deseo do serle de algún ser vicio. Poro no tuve idea quo entónoes era traidor I Oosaplotaado con el enemigo ooutra su propio go- bierno, yf4i vez como en mi visita anterior, tu- vo lugar una breva conversación non las puertas y ventanas abiertas y los sirvientes pasando de acá allá á su gusto. En una ú otra ocasión Ber- ges no dejó su cama. Si V. H. escudriñase cuidadosamente las fechas ilo los sucesos casuales que han sucedido acerca do o-ite tiempo, creo que hallará todo para corro- borar no solamente lo qne he representado, sino mi teoría ó espiieaeion de la estraña declaración Uo Berges. En su nota del 23, V. S. positivamen- te espone que al dia siguiente de su arribo de San Kermndo, él me entregó cierto paquete eu su casa do Sa linares. En su declaración mas re- ciente dice que fué en ocasión de mi primera vi- sita. Esa visita, sin embargo, fué muchon días no sé cuantos) después de su regreso, y creo aunque es Bolamente una especulación) que in- vestigando de cerca se hallará que los inci- den' :s acerca del paquete que Berges aliñan :haber tenido lagar entre él y yo, en realidad taro lugar entre el y ano de su» cómplices, antes que yo le hubiese visto ó aun sabido de su regre- so. Hay otra cosa en la declaración de Berrea, qne aunque no de mucha importancia servirá no "estante como prueba de su completa falsedad. Dice que lo dijo de que prefería recibir Joyas ú otras cosas para guardarle en mi legación mas bien que los papeles que quería entregarme, y que ofrecí tomarle estas cosas sin cargarle el mismo tanto por ciento ó comisíuu quo cargaba a otros. Que esto es una pura y maliciosa invención es evidente por el hecho que aunque he recibido desde la orden de evacuación dinero y otros va lores de un gran número de personas, nunc a b cargado ni pensado de cargar a un Bolo indivi- duo un penique por ello. Muchas cosas quo se me han dejado al tiempo de la evacuación han .-.ido ya llevadas después, pero nunca he recibid.» de ninguna comisión de tanto por ciento ó compen- sación. Cómo entónoes podía yo hncer alucion a tal rosa al Sr. Berges? líe esta esposicion V. S. verá que si en alguna manera he sido el medio de llevar intel ¡genoia éntrelos enemigos y los traidores al Paraguuy, he sido yo mismo víctima de la mas infame pi r- fidia é ingratitud. Pero todavia alimento laes- peranza que de aquellos que han abusado de mi oonfiatiza, el número sera lo mas reducido posi- ble. No puedo todavia inducirme a reconocer que soy di una naturaleza tan crédulo y tan inep- to para ser Ministro, teniendo en mi casa poi- oerca de cinco meses personas con quienes estaba en las mas intimas relaciones, y todo i cuyos pen- samientos creia haber sabido, y q'tienes sin em- bargóse hallaban ocup idos en un complot contra el gobierno sin sospecharlo yo. Abrigo, sin sm- bargo, la empresa do que una plena ins-estigacion desembarazará esta legación de haber dado asilo á tales individuos. Pero si huí habido algunos que han abusado así de mi confianza y hospitali- dad no me toca pedir su perdón, sino mas bien demandar su castigo sumario. Como lo ho dicho antes no lo consilero es- trado que después de la declaración «le Berge.s al Gobierno me hubiese mirado y los que mero.l ao con sospecha. Pero considero quo no fué mos- trándome el respeto que demauil iii.ui mi jnni. • .1 y mi carácter y amistad por largo tiempo <• in- ducidos hacia el Paraguay para aceptar sin cu- .-■ tion romo confesó traidor en presencia de mis denegaciones positivas. Ksta materia dejaré, sin embargo, al sentimiento de justicia del Gobierno del Paraguay. Después de esta larga y 1 sj.licita exhibición tln I'mIo lo que sé ó aun sospecho sobre la traición de Berges y sus cómplices, confio que su Gobier- n> creerá que esta legación no os un lugar tuu peligroso como habrá sospechado en un tiempo. Cuesta nota no he tomado en consideración el caso de Mr. Bliss y Mr. Masterman como estaba ancioso do aclalar el otro asunto tan pronto como I fnese posible, y con su permiso demoraré toda I disensión u'terior sobre ese punto hasta que vuel- 1 va á informarme de V. S. Me prevalezco de esta ocasión para renovar seguridades do distinguida consideración. (Fir.) Citarles A. WasJtbum. Ministerio de Ficado de Re'aciones Exteriores Imque, A «rosto G de 1868. Tuve el honor de reoflrÍT la nota de V. E. fecha 9 del corriente en que refiriéndose á mi anterior dul .TI de Julio pasado dice: que des- pués de tina larga discusión sobre los puntos de diferencia ile si Mr. Bliss y Masterinatt son le- eralmente miembros de esa legación, le daba yo la mas sorprendente información i on respecto á la declaración del ex-Ministro de Ke'.aoiones Es- teriores José Berge«: que esta nota le ha causa- do tanta sorpresa y asombro, y era tie un carác- ter tan sério y grave que confiaba que yo le per- donaría si primero respondía a esa parte de mi nota, dejando las otras cuestiones para otro dia; terminando en lo relativ á estas que en mi nota no ha tomado en consideración el caso de B1 i ss y Masterman 001110 estaba ancioso de aclarar el otro asunto tan pronto como fuese posible y con mi permiso demoraría toda «lisousien ulterior sobre ese punto hasta que yo vuelva \ infor marle. Con respecto al gravo asunto con referencia i al ex-Ministro Berges observa V K. que siente I profundamente que en un caso de caráctor tan I sério tome yo por hechos lo que á lo mas debe i ser dudoso y reitere, positivamente como si «le mi propio conocimiento lo que V. «E. con mejor conocimiento ha negado positivamente que cuando A un "Ministro se le dice virtnalmente que sus palabras no son .-reídas, que so sabe ser fulsas. ciertamente seria esousado si declinase toda ¡ (wr rospomlHiiria ulterior. Pero que como ya ha prometido 11 asmitir todo lo que esté á su alcance para aclarar el terrible misterio deque era ro- deado pasaría por alto esta cuestión de forma, esperando que lo que tenía que decir sera útil para estraer la verdad. I'n seguida aludiendo V. K. á la declaración de Berges, dice haberlo conducido a reíleecionar y llamar a la memoria todos los incidentes y cir'unstaiicias que podia recontar, y que pueden arrojar alguna luz sobre su estrafia conducta Después pasa V. E. á detallar con La ayuda de su diario todo lo relativo a la trasmisión do sus | despachos, diciendo que el 2rt de Abril último envió sus últimos despachos para Washington, pasando bajo barnleras de parlamento por las lineas militares. Que no recuerda ai mandó ó 00 I cartas tle otras personas, per*» presumía haber/o ! hecho, si bien no recordaba de quienes. Que alguna vez ha mandado cartas del Vice Cónsul portugués Vasconeellos, pero que Bo recor daba i en esa ocasión si lo hizo ó no. Que posteriormente, en 6 de Mayo, recibió ' juntamente con sus comunicaciones venidas de Washington un paquete de cartas, d'rijidósele con el nombre de secretario de la Eegacion ingle- sa en Buenos Aires G. P. Gould on la Ksquina. que al romper este emboltorio halló que era diri jido al vico-cónsul de Portugal" acompañado ¡ con una nota del encargade de negocios Portu- I gnes tn Montevideo, el Barón de Houza, de la cual incluye V. K. una cópia de su tenor. | Que dicho paquete también contenía una carta para al Dr. Carreras que V. K. trajo ii entregarlo 1 y que lia traido la misma noticia que la «lo Vas- conoellos, igualmente amistosa al Paraguay. Que «:sta es la única correspondencia |ai ha 1 a- sado por su mano hace muchos meses «le cual- quier persona que sea de mas allá «le las lineas 1 enemigas, y que si Berges «lice la ventad, la co- 1 municneion que dice haber recibido de Caxias 1 por lui'dio «le esa legación debo haber estailo en ¡ el patinete «leí Barón de Souza. Que ninguna ¡ du las últimas cartas del Capitán Comandaute I del «Wa'p'iV. E. fué acompañada de carta algu- na i>ura ningún otro iudivtltio, ni V. 10. le ha- ¡ bia enviado á Al cartas de ninguna otra persona c 'n las suyas. Que no puede hallar palabras con que espre- sar su sorpresa por la relación que le halda «la- do nces «leploraba la necesidad «le tener «|iio c«'nsignar en notas 1" que aliora también deplora V. E. Mus que nndíe me interesaba yo en quo asi no suce- diese, pero por entonces V. E. se espresaba muy distintamente, y esto no quiero yo atribuir á una duda de mis palabras. No encuentro correcto el juicio de V. E., cuan- do equivocadamente atribuytiíi mi Gobierno con- vicciones que no ha manifestado, pues sin abrir opinión sobre materia tan grave, me limitaba á, lhívar al conocimiento de V. E. las cosas que lle- gaban á este Ministerio del tribunal correspon- «liente, para apoyar las demandas que me habían sido exigidas en nombre «le la justicin natrional, de la conservación de la Patria y da su Gobierno, y V. E. debe parsuadirse <]tie en efecto costaba trabajo al Ministerio hermanar los sentimientos lie amistoso inter<*'s siempre espresedoa en notas oficiales p >r el Representante «lo la Nación ami- ga «le los Kstados Uniilos enn el procedimiento que los traidores atribuyen á V E. Siento mención di los con«joimientos irados por el Tribuna! de tem >r «lo parecer á V. E. inconsistente algo de lo que pit- illera decirle, no tenisndo en mi poder loa proce- sos; pero quiero correr el riesiro antes «ine d«»jar á V. E* toda la luz que comunican ¡os tribunales satísfaci-ndo los líeseos del Sr Ministro a fin «lo que pueda hacerse cargo «le la gravedad de la materia, y disipar por los medios iju. ••-tan a mi al. trice la o-, ai ¡dad quo no permitía .1 Y. E. sino añilar «t tientas. No puedo dudar, Sr. Ministro, cuan penoso será para V. E. ver que la-personas cuyi honorabili- dad y pureza da sentimientos tanto ha pregonado en su n.'tadelM de Julio, ahora se manifiesten culo» tribunales no solo ootno perfectamente conoci- das en sus sentimientos, tendencias y propósitos, sino también apoyadas por V. 15. en sentido dia- metralmentc opuesto como V. B. puede juzgar por las propias palabras que de ellas me comuni- ca la just icia. Kl Dr. Antonio de las Carreras ha dicho en solemne declaración lo siguiente: • Que por lo que hace á los términos de estas conversaciones (revolución) en la primera i'pnra ó días ¡.rimeros de la estada del declarante en la Legación, se referían al proyecto déla revolución A los medios con que se contaba y en la probabi- lidad de éxito; y después ala torpeza délos alia- dos por la manera con que díríjinn fus operacio- nes relativas, á tener que concurrir con doce mil hombres sobre el Tebicuary, loque no lian veril- eado en los tiempos convenidos, a la nuseucia ó desaparioion de las probabilidades del éxito del proyecto, y últimamente cuando ya se conocían tea prisiones de alguno* comprometidos á considerar el negocio^ descubierto, y consiguientemente sus consecuencias. • Que hablándose «leí plan en general Mr. "\Vashuburn encontraba siempre bueno el pensa- miento, y en cuav to a detalles le ]>arecian también buenos silos brasileros, (como se espresaba siem- pre "\\ ashbui n usando muy pocas veces la do aliados') pasasen el Tebiouuiy, es decir, que en la opinión de Mr. Wnshbnrn el Mariscal I.op-z y la causa Nacional estaba perdida, y creia fácil el éxito de la revolución, porque cortado Hnmaítá, y no habiendo fuera de a'H fuerzas bastantes pa- ra resistirá una columna de doae mil hombres, y dependiendo la que estaba en* la capital y otros puntos, de las personas que estaban en la revo- lucionad pronunciamiento era f.'ie.il desde que no podio, haber resistencia y consiguientemente el sometimiento d. l re.«t.» del jiais: que en cnanto a la parte que Mr. Washbarnha tomado en la re volucion, le consta al declarante por lo que el mismo Wnshbnrn le dijo, se habia comprometido • enviar las correspondencias del comité revolu- cionario al enemigo, yendo bajo el sello del Con- sulado de Portugal para de este m .do salvar él [ Waslilmm] su responsabilidad, diciéndole tam- bién que ana compromiso por su narte lo ha cum- plido, enviando siempre las correspondencias todas las veces que ha tenido que remitir las sil- vas ú su Gobierno por parlain-ntarío, escepto la ultima voz que envió solo una caita para el Co- mandante de la cañonera «Wasp., ordenándole que subiese hasta San Fernando: que también le Contó Mr. Wasbburn haber dicho á Berges que ofrecía su casa de asilo á todos los comprometidos (en la revolución] y .jue el mismo Düljfaa avisa- ba en las ocasiones detener que hacer parlamenta- rio, para que tanto él como loa demás del comité • scríbiesen sus car'as de comunicación c >n el ene- migo, sb-nj » el declarante uno de los que por esta viu habían escrito á ('alias \ mas de '.as veces que ha ti «clarado untoi-iorineui e. • Que á mas de lo (pie deja dicho, hablaban *o- bre las seguridades que daban Berge» y Benigno de contar con las fuerzas de la capital por soborno ú otros medios, lo que aprobaba Mr. Washburn ¡ como medio muy seguro del buen éxito evitando la efusión de sangre. • Kn cuanto á los tiempos convenidos: que pri- I meramente cuando pasara la escuadra sobre IIu- ! maltá; lo cual desde meses antes (5 ó t>) estaba I anunciado por las correspondencias: y después de haber pasado se ha anunciado por dos ó tres j ocasiones, hasta (pie últimamente se esperó el mo- vimiento como á mediados de Julio pasado; tolo lo cual motivaba algnnas frases sarcásticas de I Mr, Wasliliiirn como por ejemplo: » son animales I .......son mas brasileros que lo que son . , . Ca ■ xías no es mas que un buen organizador militar, j pero en lo demás es nulo •.....manifestando la poca confianza qne tenia ya en sus promesas, y de- I ploran.lo que. se perdiese el tiempo por tanta torpe- za de los brasileros. 'Que sospechando por las prisiones que el Go- ! bierno tomaba el hilo del asunto, decía Mr 'Wash- burn que lamentaba la suerte de muchos compro- 1 metidos OOS&O Berges, Bedoya, Benigno, el decla- ■ rante, Rodríguez. Uriss y otros, y que veia opla- ¡ zada-la terminación de la guerra, porque fraca- sada la revolución y no moviéndose los brasile- ros, volverían las cosas al estado anterior: que al declarante, á Rodríguez,y á Bliss lesofreció sos - tenerles en el asilo, por c .nocerles comprometi- j dos en la causa de la revolución, lo cual el decla- rante y Rodríguez dice, que no quisieron aceptar. ■ Que el motivo porque el declarante y Rodri- j guez no quisieron aceptar el asi'» en que últim i mente los quería sostener Mr. Wasbburn contra , las reclamaciones del" (srtbierno, era precisamen- te porque tenían opinión distinta que el Minis- ■ tro, la cual dicen le ■ anifestarou desde el día | que se presentó en la legación Lcite Pcreira con i ocasión do oonsultirlis .'al declarante yá Rodri i guez) si tenia el derecho a resistir la entrega do I un asilado en caso de ser reclamado como uu criini | nal de parte del G ibierno, á loque le respondíe- I rou que creían que no tenían tal derecho, citán- 1 dolé algunos autores de mas autoridad como j Wutel, Martens, AVlieaton, Piüeiro, Fcrreira, eto, y que no obstante esta opi' ion del declarante y Rodríguez, citando estos tuvieron que salir re- clamados por la just ¡cía, les dijo «ai V V. quieren quedar nqui, yo resisto» á lo que como queda di- cho, elb.s no s.¡ avinieron resueltos por otro la lo á defenderse anta la autoridad, afrontando los car - gos que hubieron contra ellos. Que entonces les dijo Mr. Washburn •espero que Vdes. no dirán nada que pueda comprometerme, • a los que ambos le respondieron que no habia para .pie nombrar- lo, y que descansase i este respecto, agregando a piiel declarante que con esto ya se entendían que no debían descubrir nada de lo que toca á la revolución, y que el .Ministro además so sosten- dría, por no haber prueba documentada contra él. VII — • Que cuando Mr. Washburn volvió de San .Fernando, dijo al declarante que se habia infor- mado de que Berges estaba muy enfermo con 'a mitad del cuerpo paralítico, lo que inducía a creer, según dijo el mismo Washbnrn, que la re- volución no estaba descubierta.» Con estas esposiciones circunstanciadas y de- nlas referentes a este grave negocio, debo espo rar que el Sr. Ministro mirará con pena sin duda que lejos d« ser reducido el número de las perso- nas que asi declaran, son todas aquel as que han sido objeto de correspondencia de este Ministerio para dejar el asilo de V. K. Nanea ha sido mi animo buscar imposibles co- mo V. K. me atribuye por mi visita amistosa del 2i» del pasado, enyo objeto y tendencias eran las mas cordiales y oficiosas; y como V. E. asevera en su nota que de ello pensaba peder conven- cerme, he busca lo con avidez en ella los medios del convencimiento, pero no ln podido encontrar sino reiteradas escepciones al lado de las referen- cias de algunos accidentes de sus corresponden- cias al exterior. Cuando V. E. dice que se lisongea de que cualquiera que sea n.i opinión, el Marques do Caxias lo considera a V. E. amigo del Paraguay, y un amigo tal que el oro brasilero es impotente para seducirlo, debo declarar á mi vez que eñai- qui.o a quesea mi opinión, no he desconocido ja- mas los actos amistosos que V. E. lia hecho an- tes de ahora ú mi país, que por lo tocante al con- cepto que merece á Caxias, nada puedo observar en el caso, y que creo deber llamar su atención sobre mi correspondencia on V. 15., por que en mi concepto no he dado lugar á espresion alguna tendente á desconceptuará V. E , ni opinión que pueda traducirse en el sentido de la nota de V. K., ni la interpretación gratuita do falsedad de sus palabras; pues no he dicho 4 V. K. que sus aseveraciones eran falsas, y que ellas no mere- cían ningun crédito. Ks precisamente guardan- do el respeto debido al Sr. Ministro y té á sus pa- labras oticiales, que mi Gobierno ha proe dido en esta grave materia con torta circunspección y de- coro, y probablemente afectando aun la urgencia que el caso reclama. Y es tanto mas sencible la queja aa V. E., cuando hace inculpaciones á mi Gobierno de que rehusa dar crédito á sus representaciones positi- vas como Alas de un traidor acusad ., convicto y Confeso, en tanto que su Gobierno estaba debatien- do de si hace la gii"rra al Brasil por razón de sus representaciones y de la situación. EstAfuern do mi alcance comprender la razón q ne asista á V. E. pura consignar en su nota oficial acusación tan gratuita como grave contra mi Gobierno, por el solo hecho de haber usado de su derecho en una reclamación que interesa vivamente á su legíti- ma defensa, y cuando el país está en guerra viva, sosteniendo su independencia combatida a muer- te por el IniperíuJel Brasil y sus aliados, y ame- nazada por un complot interno de acuerdo con el los- Verdad es que V. E., suplicado de entregar el paquete de comunicaciones que Berges dice haber- le entregado en propias manos, ha representado por escrito y vurbalmente la falsedad del hecho, pero el ex-minístro Berges lo afirma y ratifica en sus declaraciones juradas; a! mismo tiempo que V. E. dice á su respecto no suponerlo que haría aquello por malicia hacia Y. E , pues no tenia ra- zón de creer q ue haya jamás alimentado semejante sentimiento para con V. K. Mi gobierno no paite mirar con indiferencia esa aapoaioioa tan importante sobre el paquete de comunicaciones referido, y no puede inferir queja alguna haciendo uso de el la en sus comunicaciones oficiales, mucho iras después de lo que ha pasado, repito que no hay razón para aducirse queja en el sentido de la notado V. E Confieso ingéuinamciit'j á Y. E. qno no se me presenta bastante luz para interpretar debidamen- te en vista de .manto ha pasado, lo que V. E. dice de que si hubiera sido informado mas temprano do la declaración de Berges mucha parte de esta lar- ga y desagradable correspondencia se hubiera evitado, porque ahora mismo con pleno conoci- miento do las cosas obliga todavía á sostener esa misma correspondencia iudeliiiidameutú sobre este asunto, y lo que es mas sobre el recia mo «le los criminales Bliss y Mastermann, que V. E. los retiene alli contra todo derecho. Ka 'a nota do V. E. fecha 25 de Julio parada sus esplicacionea ha recurrido V. E. á su diario adonde habia consignado hasta la circunstancia de que visitando á la Sra. l'a. Juana C. de Eo- pez, la encontró buena, pero triste. Observaré al respecto que hoy apar, ue deficiente ese mismo diario, cuanrtj V. E. no recuerda si mandó ó no en sn paquete del 2¡S de Abril cartas para otras personas y que suponiendo que habrá mandado, no recuerda de quienes hayan sido. Cn el per- miso de V. E. voy á consignar aquí algunas ob- servaciones que no son agenas al easo. Antonio de las Carreras declara: • Que el 28 de Abril mandó una carta para Caxias la que puso bajo el sobro de X>. Juan Francisco Goulan en luíanos Aires, y bajo el sobre de este iba una carta á Bargas (Juan Jacinto) á quien incluía di. cha carta para Caxias que so la entregó el decla- rante al mismo Mr. Washburn para su remisión en la citada oqasb>n, y que en efecto el Ministro la mandó entre sus correspondencias bajosusello: que para escribir esta carta el declarante dijo a, Mr. Wasbburn voy 4 aprovechar la ocasión para escribir mi correspondenci i para abajo á lo que ei ministro le contestó que estaba bueno, y que* para el «lia siguiente le entregase la corresponden- cia, porque entoiiees iba á cerrar la suya, udvir- tiondo aquí el declara te que annque no dijo es- presamente á Mr. AVashburn que iba 4 escribir á Caxias, él ya lo entendía, es decir, que si no le espresó el declarante la idea, no es por eso que el Ministro pueda ignorarla sino que no se la espresó el declarante porque ya el Ministro no ignorabde manera qne Mr. W ishburn, sabia siempre la-* correspondencias cambiadas con el enemigo y los ¡ revolucionarios : que el contenido da la carta es- « rita a Caxias era, «lamióle cuenta de la situación j «leí pais y del cambio « perado en las circunstancias j>or ta retirada del Mariscal Lop'z a la linea del Tebicuary, lo cual trastornaba «mi cierto modo los j planes anteriores «lo la revoluciou y la necesidail de consiguiente «le poner reme«lio con una opera- I oion atrevida cuanto antes, exijióndole en esto J sentido que enviase la columna t frccida, y movie- se la tescuadra sin perdida da tiemp«i. Qao en la cañonera iWupi recibió la última carta de Cux i as que le entregó Mr. Washburn j quien recibió entonces un paquete «le cartas para Vasconcellos, y habiemlo pasado en persona a llevárselo en su chacra de la Trinidai!, allí abrió ■ "Vasconctlios el paquete, y halló en rl un cartapa- alo de cartas para el declarante, el mal entri pó al mismo conductor Washb irn, pava que i?n- s.- lo trajese á la Litigación, donde el «[colaran te 1«» | recibió: que en el cartapacio venia una carta para Anabitaite, otra para Tomó y tres para el declarante, una «le lus wllM era la del marques de Caxias con fecha 16 ó 18 «te Marzo, y las «lemas una de M hermano K«luar«lo y otra do Harpas viniemlo bajo la de este «licha carta de Caxias. Bata relaoion |Mldt armonía con la edpoei- sion de Vasconcellos que dice asi: • Que para al miento Carreras recibí»'- última monto el declarante por la cañonera «Wasp» una carta abultada que pudria contener eoaae^ j pliegos de papel de carta, que lo vino i bajo al paquete tic 1 liaron de Sousa, y que el Mi nistro Washburn le llevó Jí. su chacra de la'l'ri- ¡ nidad, y abriéndolo en su misma presencia, halló | dicha Berta para Carreras y sa la ¡entregó pura que se la llevase a la Legación cumiib hizo el ^Mi- nistro u su vuelta misma;» resultando asi que so hubian alimentado a mansalva correspondencias entre los <•• jn.spira'h>res revolu cionnrios y los enemigos en armas contra de la Kepública. Dejo A la I justa apreciado i «lo V. tí. este hecho, y pasaré ade- lante. Kecuer«la V. 1£. en su nota, haberle pedido en una ocasión Berge.s, cuando estaba por mandar sus despachos para incluirle algunas cartas do 41: que rehusó hacerlo, dand i por motivo que se- ria un abuso de la fé y ojulianzt «le los aliad..s. .Reconozco a V tí. el principio de estricta neutra- lidad. Me) en este caso había observado en su I negativa, para que Bergos enviara sus cartas del j' misterio que servia, pero «lobo protestar á V. tí. la sorpresa del Ministerio de ver por la declaración ilel Sr. Ministr.» de que ese principio | justamente observado para cou los aliados no Haya sido también guardado para con el Gobierno y pueldo paraguayo, y que loe parlamentarios ofrecidos al Ministro «le una nación amiga para bu correspond ancia oticial para onsu Gobierno y colegas, hayan venido a servir de esLafeta garan- tida para alimentar correspondencia del enemigo, v provocar traición á titulo «le cartas de fami- lias, o »ino V. tí. clasifica las que recibía, y man- daba bajo su sello. Como fue traidaesa misteriosa carta «le Caxins, no lo sódico V. tí. con el agregado de que no pue- de concebir otro metilo sino-que vino en el pa- quete del Barón de Sousa. Sobre esto punto me permitirá V". K. trascribir arjui las «hclai aciones siguientes, a lemas «le las que se hallan preinser tas «le Carreras. Berges declara nuevamente: «lino habiendo >Ir. Washburn recibido entre sus común icaciones la última carta «iel Marqués «le Cax iitsdtrijida al declarante por la cauoiiera «Wusp», y bailándo- se 61 en este Campamento, no la entregó cuando su viaje al msmo punto, sinó que esperó su re- greso á la Capital para llevársela a» persona, como lo hizo en su cas i de Sal mares, aflamo tiene «leclara'lo ante este Tribunal, circunstancia .pie re • vela el motivo de conocimiento «le Mi. Wushbuvn de las correspondencias del ileclaraute con el ge- neral enemigo. • Que la contestación de- la primera carta «le Caxias fué por al mismo conduelo, esdecir, por el mismo Mr. Washburn a quien en personaentregó el declarante, estantío á visitarle en el Ministerio bajo el rótulo de N. Brito sucesor de Octaviano en Buenos Aires, no dudando dice el declarante, que Mr. Washburn sabría que allí iba la contes- tación para Caxias, por lo que ya comprendía están comunicaciones, aunque por entónces no se hablaban todavía OOO. tanta franqueza y confian- za sobre el asunto déla traición para derrooar al Gobierno, como después que Mr. Washburn ha- biasalido á la casa tle campo de la Trinidad.. Carreras declara sobro el particular como si- gue: . Que tiene la mas tiltil— convicción, y que es capaz da poner las manos en el fuego, por asegurar ele que exi-ten en el .taspacho del Minis- tro Americano, y sin duda en ana caja tío fierro que allí tiene, los papeles traídos do casa «le Bergen, según ha declarado anteriormente. • Observa V. tí. «pie no aparece de la declara- ción do Bsrges «pie haya ocurrido nada en su eeguntla visita á al, el .i de Julio, sino espreoio- Bos tle cortesía. Que en esa ocasión como la an- terior espresó V. tí. simpatías por sus dolencias, ytleseos tle serle de algún servicio. Ciertamente dLda «lo especial ha declarauo sobre la visita «lo ajeo dia, eaoepto los ofrecimientos tic V. tí. «le una Sanara especial como Ministro y como amigo, en- Sadiendo por ello ofrecerle hasta asilo eu s i oasa para cualquier evento. Sin embargo, ha hecho ensus declaraciones una serie «le revelacio- nes importantes que en la parte referente á V. E., me permito trascribirle igualnieute á conti- nuación con el objetj que ya he manifestado a V. tí. Dice él «Que en la época «lo la grave enfer- niedad da S. tí. el Sr. Mariscal en Puso Pucú en 18GG, el Ministro Americano le solicitaba ó es- — IX oribia diariamente informan': se del estado de la salud tle S. B." con ese moti ro sus relaoi >nes fue- ron muy frecuentes, y comenzó por Indicarle la necesidad «pío había tle hacer un arroglo o«Ti los aliados, indicando cuno persouajo mas aparente jiara este arreglo al Gsneral Mitre (Bnr'.')lomó', porque se hablaría con él con in ís frampioza que con los demás gefos. Q te so avsntur S a «lecirlo que el motivo da la gn.-rra n«> era «jtra cosa .pin la cuestión tle límites: q le el Paraguay no tenia como poblar los g "iml-s desiertos «le su territorio sin admitir el coloniaje europeo, «pie estaba nuy lejos «lo llegar á estos rinon.-s «I tugaros rotira- • loe, mientras no so llenen las Kepúblioas del Plata: que al Brasil debían ceder la linea del Apa al Igatimi que pretenilia; y á la Repúb'ici Ar- gentina las VI i - iones del otro lado del Paraná y parte «luí Chaco. • Quu cua n!) partió el Sr. Wnsburn á enten- derse cm el Mai-'j ucs do Caxias solir.' un arrej-lo «le paz, no llevaba ni el espíritu ni el deseo de trabajar en favor «le los ínter -ses tlol Paraguay, y al contrarío llevaba la convicción do que el Pa- raguay seria vencido, y sojuzgado por la fuerza de los aliados: que disponían «i. grandes recursos estan«lo en Coutacto con todo el mundo; y iiuu el Paraguay por mas que contase con la abnegucron y el valor do sus hijos, que merecían tener mas libertad, no seria vencedor por la escaoez «le sus recursos; y que era sensible desapan-ciose del mundo esta raza «le valientes: con pjores impresiones quo a.[iiol supo suge- rirlo ..... Que la convicción dol declarante es que cuantío Mr. Washburn hizo empeños para volver al país, era una farsa para alucinar al flotila» im paragua- yo, y su verdadero deseo era trabajar en favor ti t La alianza, de acuerdo con su colega do! Kio de Janeiro el General Ministro American i en aque- lla Corte. A mas de las conversaciones quo el «ie- I larante ha tenido con Washburn que sieinjiro ha procurado desalentarle, están presentes las reve- laciones que hizo el Ministro inglés M ulieun.su Gobierno respeto al modo «le pensar de W.ish,- liurn revelaciones que ciertamente «tejan colgado a Washburn. A lo que se agrega, «jue a'aui jamas a t^u«iri«lo dar crédito a los perió lieos del país, cuantío daban noticias referentes íi los b«i- llantes hechos de armas y episodios parciales de la guerra, diciendo que no solamente eran increí- bles sino ridiculosamente fabulosas, y «JUD estas exajerac.iouos podian pasar solauionfi entre los paraguayos en su mayoría gént* rústica «i igno ranto. Jamás quiso «lar cretlito á aig.ina noti- cia favtjrable para el Paraguay en el curso do la guerra, hasta cuando el rechazo de Curupaity prataudió que era simplemente una retira«la del enemigo, refiriéndose á notioias quo le había da • po Mr. Cochelet, y que este mes recibió del agen te fraices que por aquel entónces estaro en aquel lugar, y presenoió el combate. ■ Que eu suma el espíritu de Mr. Washburn es o «maletamente hostil al Paraguay y su Gobierno, y que asi buscaba constantemente m .ti vos de tle- sinteli.jenoia para salir dal país: que el declaran- te ha p >d ido acudir Bal mando con su amistad particular las miras constantes de rompimien- • Q.ue anadie se le oculta la hostilidad oonqua un ro aa ha portado el ex-Cónsul da Francia, Mr. Cochelet ipu se complacía en crear toda clase de dificultades al Gobierno de la Kepública, y Cochelet era íntim> amigo de Mr. Washburn quien «l«;ploraba que lo hubiesen reemplazado c m un hombre tan nulo, tan informal y tan de- ■aoreditado como Mr. Cuvervilíe: Que sentía también ri'ieel Cónsul Italiano Mr. do Chappe- ton estuviesa también influenciado por Cuvervi- líe, que lo llevaba siempre á remolque: queite- pl «raba i i_-u iluiciit • la no existencia en la Asunción da un Agent«j del Gobierno Inglés, pues entre lus cuatro hubieran hecho una bonita oposición á la • raí taoion de La Capital, /hubieran puesteen l>reu-a al ír -bierno Puragilayo, antes que aban- donar sus puestos. • (¿no la opinión del doclarante es que Mr. Washburn ha recibido dinero del Gobierno del Brasil, y ha deseaili recibir otra cantidad del Gobierno Paraguayo, para comer á do» carrillos, y ti jsde «pie esU> no era a Iquirblo, sus miras con ¡tantos y «liarías han »¡«lo trabajar contra los inter«»ses del pai«, procurando introduoir el desa- liento entre sus hijos. • (¿uo después tlel regreso tle Mr. Washburn del oaaapO enemigo eu la ocasión do haber pasado para el arreglo indicado, en una ds las visitan quo hizo al declarante en el Ministerio «lo su car- go, y pidiéndole un mapa, le demostró la facilidad cou quo Caxias podía estender su linea de cir- eunbalacioii, dejando sitiado á Paso Puci'i y llu- maita, añadieml >, "tomado Humattá todo se aca- bi." Que a est > e! declarante roplioó: nos quo- tañemos mis ganad > es eu el alto Para guay & lo quo sa agrega la naturaleza «lol tórrame «juo ¡>r >p jroi ina un punto da «lotensa á cada paso, y Vr*aahban I un m lo el sombrero dijo riéndosa: "es V. muy guip j" ysa retiró. * • Que namaattaaaaaia aparacia en el Ministerio ú cargo «leí daolaranto á petlír noticia «lol estado «lal ejército nacional, y «lo 1 i situación de la guer- ra, y que rvspondiéndolo por lo regular quenada— X — había notable, le solía decir, cualquiera oosa 09- mo para desalentar, como por ejemplo, que sabia que en el ejército paraguayo habia mucha deser- ción : que Caxias había recibido grandes refuer- zos, qne hablan llegado unos blindados de Kuropa al Itio do la ¿'lata, que la guerra era muy popu- lar en el Brasil que el espíritu público Labia vuelto A retemplarse en la República Argentina, qne los aliados tenían los caudales que querían á su disposición; que la causa nacional no tenia simpatías en Earupa, donde la prensa enemiga allegaba la voz de nuestros pocos agentes de ul- t i-amar. Que el declarante le preguntaba de don • de sacaba tales noticias, y 'Washburn le respondía congráciándose: "los pájaros me han dicho,* y que en ocasiones tomando el declarante esta espresion, se adelantaba á decirle "qué dicen los pájarosV" á loque Washbnr contestaba á veces los púj i- ros están mudos por ahora, pero todavía tienen que hablar mucho de nuestra mala situación. • Q,ue desde que Mr. Washbiun salió á la ci- tada casa de la Trinidad, sus visitas fueron mas escasa< al declarante en el Ministerio, pero sus relaciones fueron mas francas : que el objeto de las visitas era pedir noticias del ejército: cuando el declarante lo decía que no sabia nada de decisi- vo sino choques parciales, respondía él (Wash- burn] furioso contra los aliados con estas ü otras se- mejantes espresiones -son indignos de v-noer, pierden la mejor ocasión de dominar al Para- guay, ahora que ustedes están prontos á darles apoyo ó mejor dicho á hacerlo todo, el Brasil, debía borrarse del catalogo de las naciones, por la nulidad de sus mandatarios y generales1; que no so esplicaba, porque no aprovechaban las cora- zas y los demás buqnt s de la escuadra la alta leí río para traer gente de deseml arco á las inmedia- ciones de. la ciudad; que entrañaba también, y de- ploraba qtie hubiese fallado el movimiento por tierra sobro Caapuoú por el Tebicnari, que algu- nas veces pensaba que Caxius desconfiaba tal vez de los índividnos que le escribían, en fin son co- sas de viejos incapaces yn de emprender nada bueno. «Cine continuaron de este modo algunis visitas deplorando siempre Wasliburn la situación de loa aliados, basta que un día se apersoné al Miuisti - río muy risueño y alegre, diciendo al declarante: • con qne por fin se ha verificado el movimiento, por Tebicuarí, pues yo he sabido que lo-aliados ban tomado dos partidos déla costa «¡el Tebicua- ry ((¿uascua y San Juan.) sin que haya habido i resistencia alguna do parte de los paraguayos, j esperemos ahora el movimiento de la marina y "VV. [ los revolucionarios) ya no deben dormir sino i prepararse con toda formalidad y empeño a según ! dar el movimiento; que en esa misma ocasión pre- gunto al declarante, si Caxias no había escrito (al comité—á O. Benigno) avisando del movimiento y habiéndole contestado que nó, dudó de lo que le deeia, diciendo á Washburn • vaya no hay confi- I anza. siempre la malicia paraguaya por delante, y j es que V. ha estado en Norte- América, donde debía habérsele pe caí lo algunas de nuestras costumbres francas y sinc - ras. A lo que le contestó que las noticias q ue haoian eran de qno no son sino parti- das que venían á recojer ganado, y el Ministro re- plicó « de ese modo comienzan las incursiones en un terreno ostra lo, enviando cuerpos esplorado- res para tantear el terreno, calcular y la resisten- cia que se puede hacer, que por mas que el decla- rante quizo damostrarlo qne no era el movi- miento qne se es-eraba para la revolución, el Mi- nistro estaba tan alucinado de esta ¡dea, y se re- tiró esperando siempre que pronto apareen ia por Tebicua ry el grueso de la ÍJivísion aliada que se esperaba. • Q,ue en otra ocasión, y ya también que el Mi nistro salió al campo, tuvo otra conversación con el declarante en el Ministerio y le dijo: que por una rara casualidad todos sus intereses se halla- ban fuera del pa:s, y que él (Washburn) estaba aquí por sostener á los paraguayos insurjentes, ca- reciendo de todas las cosas m is necesarias en la vida, como azúcar, coñac, café, vino, fideos y has- ta ropa, y que no tenia mas que aguardiente del pais: que le replicó el declarante «vaya que no se pisa tan mal por Ybyray, según me han di- cho, y ademas con plata y yerba se compra iinn pivr>' aludiendo esto á que siempre pedia Wa-h- bnrn al declarante yerba, y le hacia dar en ter- cios de la Colecturía para comprar aves y hue- vos, y que la espresion de ttiit p IVO ora como so osplícaba el Ministro, agre rando el declarante, que esta locución es muy yanqui. iQuu una de las visitis queel Mi nistro hizo al deo'arante en su casa de Salinares después de su última ida al ejército, le habia dicho: «no vé V. oomo queda esto» (aludiendo á que la linea del Tebicnary estaba ya fortificada, sin haberse ope- rado la revolución) «ine veré tal vez en lu pre- cisión de salir del país temporalmente acompa- ñando é mi señora, allí puedo serles a ustedes (los revolucionarios) m is úr.i !"s, trnbajrndo en favor de Viles, (e.n pró de lu revolución como se entien- de,dice el declarante pues que el M¡nistro no que- ría usar abiertamente de la palabra revolución ó Conspiración) y qne esperaba volver antes de un aüo: • qne el declarante le respgjxlió. «Vd. cuan- do esté en el exterior lia_-a diligencia de irse á Chile de Ministro, según vd. mismo mo dijo le habia esori la á Mr. Seward, proponiendo ese cam- bio,* á lo que contestó: «de ningún modo haré esa maldad, estando comprometido con vds. para apo- yar el movimiento.» (revolucionario.) «Q,-ie después de regresar del campo enemigo Mr. Washb i rn di jo al declarante que ¡ba á escri- bir á Mr. Seward, diciénd > que el gobierno del Mariscal López iba perdiendo mucho de su popu- laridad con los sucesos de la guerra, y que hasta sus mismos amigos se iban retirando Jj él: que esto según convicción del declarante iba á escri- bir Mr. Washburn para preparar el animo ¿ su — XI — G-obierno respecto al movimiento revoluoíonaíio j que se esperaba. • Q,ue al referir esta insinúaiion de Mr Wh>' i burn el declarante, quiere hioir vir hasta do;id i • venia mal '•npresionad > para con la Repúblic. y ] su (jro!»ierno después de S'is convers icioues con el j general enemigo bajo el pretesto da arreglo de paz. • tiue por entine 's adamo le dijo tmnbi'jn e i a! mism > sentid > de concluir c m la guerra: que el | Gobierno Argentino, triunfando los aliad os como i iban a triunfar, neees iriaiucit» tomará todas las j Misiones hasta Tcbiouary. y quedará el pais gran [ de como mi mano (estén ie.adola en el acto) y el Brasil tomará lo restinte del piáis por los gast >s | de la guerra, agregando queel Brasil gastaba na I millón diario, y que cargan la om esta inmen- sa deuda el Paraguay vjii tria á quedar por el ' Brasil formando parte del im¡itii'¡.ii', y quedará asi mas bien repartido qu 3 la l'olonii: que ol de- c'.arantt le obj .-tó entóncas cómo era posible que id Brasil gastase un millón diario, p toa que la misma Norte-América no hí.bii gastado en su | gran guerra sino un millón por (lia, á lo que ¡ Washliiru repl icó que eso fué .il principio , que i posteriormente llegaron a gastar baste tres millo- | lies por día, añadiendo: «sobre todo en el Brasil ae roba inuch >, con lo que se ha de completar el | asílloa diario, y ellos sacaran las cuentas del | grao Capitán.» Doy á V". E mis a ¿rudduimient >■§ por haber i teñid • la bondad do darme a conocer la nota del Sr. Birora de S >usa, Encargado de Negocios de | Portugal, y por todo toque se ha servido esponer I en su es:,eusa ooniuuicaei >n en el deseo manifes- tado de esclarecer loa hechos sobre la traición de ¡ Berros y sus cómplices. Yo esparo con liadaaa oite que con estas nuevas noticias tomadas lit iralineute da declaraciones de lo» re js, querrá a tatrertoaraa V. E. do la gravedad I ile la materia, objeto do nuecera correspondencia, y tomando en o msider luion mi nota anterior del SI de Julio, reconocerá también las razones del I Ministerio, de que Por£*»4> »rt< j'.b» Büss v (leor- j ge V. Mastsrman no son miembro* d'» la 1j egaeion de los Estado-.-Cu dos de Amé rio», sino crimina- les aleves que o>m> otr>s han pretendido sor- prender la buena fé de V. JC, y como talos soan ■apalaaaVWi para que comparezcan ásitisfaoer la justicia, cumpliéndose también ile esta manera ios dedeos de V. K. de que sí ha i babid j quienes han ¡ ab isado asi de su o >:iiiaoza y hospitalidad, no le tocaba pedir su perdón, sino mas bien de mandar su castigo sumario. Aprovecho esta ocision pira reuivar á V. E. i las seguridades de mi distinguida o ansí.1-ración. I (fc'ir.) (tu*EíI!»io,> Bbn-ite/.. A. .S'. jy. Mr. Cá irte* A. \Yn/tbn ->i, Mn*}stro lie- I •¡viente tl'í los Sitado* Omido* d • AwUtiou. Legación de los Estado? Usidos— A S. Sria. O-umesiifia Banitez, Ministro Ku- cargado de las Relaciones Erteriores. SeHor: Tjui»o el honor o do su nota fech ida al C> lol corrí ;i\"o, mu un Ile- g ida á mis manos hast i la medie do 17. En n-i i tt"t i V. S. na avisa queel e.v-AÍiuistro Bargel ha prestado otra d-elaricion maní- feStaadQ SSlIliaimoiitil cinversipioncu teni- da» coamigo, do las cuales inforla <(uo yo tenia desde hac ; inttelio, conocimiento de su traición, y las raT.i»iil'-i para ercor quo yo (amas habia sido atr» go del P ira ;u ly, sino m is bieu amigo de aquel y de atl< compa- :i ros de oon-spiraei'm. Asi mismo se me informa de que el Dr. Carreras ha dado ; i o líen una declaración en la cual roeoaocc, que él estaba ou inteligencia con el Mar- qué» da Caviar, que enviaba sus cartas por medio de e-íta Legación, y que por entóu- oe*i yo tenia couoeinrouto del hecho. V. S. ademas tom i ocasión de protestar que en sm not is anteriores no tenia intención de expresar ninguna duda respecto á la verdad de mis palabras, siuo que so habia ceñido á manifestar las declaraciones evacuadas por los criminales. K S[)oeto á esío último, la corresponden- cia por si sola mo»trará. si tenia ó no rason para-tpiejarme. Pero V. S. recordará que yo dis'iutameute y en lenguaje tan claro co- mo el de que yo me valgo, habia declarado que nuil ;a liabia rembido de Berges ningún paquete ó carta (ó comunicación de ninguna ciato, V. E. espresó repetidamente en su no- ta de 01 del pasado que sentía que á pesar il ; tolo» sus amigable, esfuerzos, yo rehu- sara entregar, no ya el paquete que él decia huberm' entregado, siuo el paquete que me h'i't a tmtrégmdo, asentando asi, a mí parecer que ii > obstante mi absoluta negativa, ól lo había hecho y q te V, E. lo sabia. Pero yo do deseo disentir, acerca de cuestiones téc- nicas ó verbales. Si» manü'es ación negan- do, que fuera su intoneiou dudar de la ver- il id de mis aiertiH, la acepto como satis- factoria. Advierto V. S. luego, que no es suya la culpa de haberse visto obligado á poner en su correspondencia oiieial las declaraciones de criminales, pues que rae habia informa- do amistosamente en la entrevista personal del 25 de Juho de todo lo que después escribió en sus notas oficiales. A esto debo oponer- me en cuanto que: V. O. me dijo que lo /— XII — aahla todo; aue V.E. sabia que yo había re- cibido de Berges dicho paquete y que tam- bién sabia V. E. de mis relaciones con los traidores. Yo le dije á V. E. que V. E. no podia saber de rosas que no existían. Pero nada me dijo de la declaración determina- da de ninguna persona, y que no tenia yo mas idea de la cosa á que V E. aludía. ó de cual fuera el propósito de su nota siguíeu- te. de la que ahora tengo de las cuestione-* que han de discutirse estn noche en el par- lamento de Tug aterra. Como que yo no sabia del tal paquete y como que jamás ha- bia oido la palabra conspiraciou, combina- ción, connivencia, ó correspondencia con e l enemigo, y no pensaba que hubiera perso- nas en el pais tan del todo atolondradas y tan necias que se comprometieran en empre- ña tan desesperada, creo que y» estab justifi- cado para decir que al venir ¡l mi en solici- tud do informes, andaba en busca de impo- sibles: V. E. buscaba pruebas donde ellas no existían, El relato de la declaración del Dr. Car- reras según lo hace V. E . en su nota, está tan lleno de nove ades y contiena tantas versiones de ocurrencias y oireunsiaucias de que jo nunca había tenido noticia, ¿habia sospechado autos, que parece innecesario examinarlas det .lladameatc. De oonsigaien te yo mar ¡festaré como mejor recuerde, todo lo que sé de él ó de sus actos en este pais. Hace mucho tiempo, creo (pie cero, t de un año, que, debido á Herios rumores, se crei.a que la guerra no continuaba favorable á la causa del Paraguay. El Dr. Carreras riño A mi casa y en conversación espresó su recelo de que si los aliados habían de couseguir su objeto él estaría en muy grande peligro, que él estaba muy malquisto con ellos en razón de la parte activa que había tomado contra ellos como cabeza del Gobierno de Montevi- deo al comienzo de la guerra. Yo le dije, que en esa co:itinjencia cuando quiera que sintiese cerca el peligro, si él venia á mi casa yo le daria toda la proteeoion que mi Legación y mi bandera pedieran ofrecer. Nada mas volvió á decirse, obre este punto hasta «pie recibimos la noticia de que una parte de la escuadra de los enemigos habia pasado de llumaítá. Al dia siguiente Rodrí- guez Larreta vino á mi casa y dijo que Car- reras estaba entonces dispuesto á aceptar mi ofrecimiento de meses antes, y que si yo es- taba conforme, él le acompañaría. Yo le dije que obrase como fuera de su gusto, y que I .-yo haría todo lo que estuviese en mi poder i para auxiliar y proteger todas las personas que estuviesen malquistadas con el enemigo. I Al dia siguiente, si b:en recuerdo, los dos vinieron y yo les di n-dlo. Nosotros iodos creíamos que su residencia aquí no seria sino 1 por tiempo limitado, de mas ó na -nos «lias. 1 Sin embargo cuando los éneo, abados su- I bieron al otro día y se volvieron después de I hacer tan triste exhibición, parecía que aun- j que habían pasado á Hamaítá, el enemigo I tésala ai-riesgar una batalla general y deci- | ■ ,va. Entonces tanto. Carreras como Hodri- i guez expresaron sus temores de que eran un i estorbo parala familia; pero nosotros lea dijimos que cu cuanto si eso se tranquiliza- sen; habiendo sido evacuada la pobleeíon i deseábamos compañía, y como qne ambos eran hombro* de educación é inteligencia, ' preterimos que pernioue riesen con nosotros. En esto había una mira importante y era quj pu liéramos aprender el español." A*i es «pie ellos se quedaron, pero nunca llegó ti mi* oidos ni si mi conocimiento palabra, insinuación ó expresión que hablas, de nin- guno de los dos respecto á conspiración, re- volución ó combinación poliiea contra el G»bi tiio. Al contrario, cu indo yo fui á ísan Fernando el Dr. Carreras me pidió con empeño advirtiera á S. E. el M irise vi Lope/, lapé.dda pecuniaria á'qne estaba sujeto cou su permanencia, y decir que. hab a ve- nido aquí como enemigo determinado del llrasil y su política, y qu-i no había cambia- do de opinión desde que se hallaba aquí, y i que si pediera irse era su propósito dirijirse ! a. los Estado* del Pacifico para alistarlos en : favor de la causa del Paraguay. Yo hice á 8. E. estas manífestseioaes, pero como no | lo vi dispi ;sto si una eoatestaotOU favorable, a*{ se lo mauifesté si Carreras si mi vuelta. Pero aunque pareció desagradado nunca me insinuó que tuviese conocimiento de una conspiración, ni me hizo la mas remota iu- 1 siuu-teior.de que he - era jamas tenido co-v I munlcac on con C*x'as. Algunos días ar"es di recibir la noticia I de la llegada del "Wasp'' á Curupaity yo i había mandado mis últimos despachos pera Washington, esto es el dia 28 do Abril. Y. I S. espresa el s» ntimieuto de que' yo no hu- biera anotado en mi diario los nombres de | las personas p ira (jatéate* envié'cartas. Yo también lo s.euto. Pero ese es el hecho, y ' ahora es demasiado tarde p.ira rem adiarlo, I la declaración do Carreras, no obstante. trae á la memoria ntta circunstancia qne yo habia ante* olvidado. Es la de que él en- viaba cartas en ce entonces bajo cubierta A John F. Gowland. Eso ere í qne es positivo. El enviaba sus carta* dirigidas as¡ creyendo ó haciendo que cre'a, que dirigidas de esa manera habría menos riesgo de que cayesen en manos del enemigo, que yendo dirigidas si personas de su familia. El manifestaba abiertamente el temor que sus cartas fueran interceptadas () abiertas por los del otro la do, y asi es que las mandaba si un amigo de Unenos Aires para evitar sospechas. Yo habia conocido al Sr. Qowlnud como el amigo mas entusiasta del Paraguay «pie ja- mas encontrare en Iíuenos Aire* y Monte- video, y como ('arrer is decia que sus carta* eran puramente familiares, no me podia imajinar que cnviándolas se perjudicaran de algún modo los intereseI d< 1 Paraguay. Yo podré haber hecho mal en mandar car- tas á cualquiera persona sin saber siutes su contenido, pero como el Ministro de lidacio-- nes Estertores me habia pedido que bieieae por él la misma cosa, yo no podia suponer que el Grb'erno so opondría si. que enviase curt í* «le personas de familia «pie no tenían posición oficial. Si Horgcs como Ministro podia pedirme que enviase sus cartas en un tiempo en que yo lo ereia leal y patriota, ¿puede este Gobierno quejarse con justicia de que haya enviado cartas de otras perso- nas? I'ero á qué hacer preguntas de este género. El Gobierne no se aneja do que yo haya, sino de que haya mandado las car- , tas de Herges. Y'o por el contrario, digo, que nunca mand '; un í carta suya bajo la bandera de parlamento, y nunca pude man- dar ninguna de otro modo desde mi vuelta dePaso-Pucú efl Marzo d ■ l !■*»;?, en cuy» épo cayo presumía que Mergos era todavía leal y al darle paso si su* cartas y domas corres- pondencias, yo suponía qne estaba hmeiendo un favor al Gobierno. Después de mi vuelta de San Fernando nada ocurrió que alterase la monotonía has- ta él 16 de .1 unió, en que Leitc Pereirn acom- pañado de su esposa se apareció aquí con sorpresa y sentimiento de todos y'p dni per- miso p ira, quedarse los dos. Yo no podia ' rechazarlos sin exponerme al O algo de in- hospitalidad, y aunque á mi juicio su venida ' a<|al fué un paso desacertado, sí él prefería, . sin embargo, permanecer y ver si el Gobier- no tenia algo en su eoutra, podia hacerlo 1 asi. Esta resolución mia fué aprobada por I los dos. Carreras y Rodríguez y ellos dos convinieron conmigo en que no era nn paso acertado el que tomaba Pereira. Nosotros. ó yo al menos, nada sabíamos de bis relacio- nea de Pereira con el Gobierno, exceptuan- do lo que entonces me d'jo. y recuerdo bien que el dia de «u llegada. Rodrigues me d'jo, que |e habia dicho ¡i Pereira que si el Oo- bierno tenia algo en su co.itra: que si de alguna manera estaba implicado en cual- quiera transa-cion «pie pudiera comprometer- le, debia 111111 f111 a a I m I todo y cualquier cosa á mí. confidencialmente; antes da baeet su residencia mi legación v cxnoner ¡i mi fami- lia y si todo* los otros moradores de mi casa ¡i I i incomodidad y disgusto qne, si habla algo de sério en su contra, resultarían de su veuida aquf. Pero Pereira siempre dijo, que nada habia ni podia haber en emirra suya, escepto que hab:an castado el dinero propiamente suyo y todo el que tu hia podida tomar en préstamo para remediar bis nece- sidades de estrangeros naeueaseroeaa, cin- flando en que «dios 6 su* ami-.ro; 6 sus go- bierno*, le reintegrarían deenues de la gjner- ra. Siempre protesté), no obstante, que no tenía garantía ni seguridad de ningún ro- bieruo sí fin de qno algún dia se le ¡"bonaso ni un cliclin. Cuando en ¡¿7 d¿ Junio me pidió V. S. que entregase al dicho Leite Pereira. re- cordará V. S. pue rehusé el hacerlo, y en mi nota del dia siguiente me sostuve en el terreuo de que yo no estaba en la obligación de entregar ni de expulsar de mi legación si ninguna p -mna si quien no se acusara de- terminadamente de alguna grave ofensa con- tra el Gobisrno ó las leyes. Desde entón- eos ose he adherido estrictamente á esta po- ^i -ion, venando recibí su nota del 11 de.Tu- lio reiterando su petición de que -'l y todos los demás que no pertenecieran á La lega- ción fin-ran espnlsados de ella, pero no ha eiendo ningún cargo determinado contr i él singan otro, les dije si todos que podian irse .'> quedarse, qucvyo no echaría ú nin guno :i la calle hasta que no se lo hiciera algún ea rgo. Pereira era déla opinión en que Carreras. Rodrigues y yo mismo eonrini éramos, do que era mejor que se fuera volunfariarnent>, pues si el Gobierno no tenia nada en contra suya, él no tendría nada que tem -r, y si aquel tenéis, otertimaata q io se apal»rvi-i ' de él. ya haciéndole un onrgo determinado, ya llevándoselo por fuerza.Al di» signiente ge pidió á Carreras ySo- driguea en termino* aun mas argentes, pero como no se les hacia niñean cargo espreso, yo les dije lo qne había dicho A Pereira el dia ántes, que podían irse ó quedarse sepnn lo que mejor le pareciere. Am'io' dijeron. que el Gobierno no tenia ni podía tener ningún cnrgo espreso en con- tra snya, que nada habían hecho durante sn residencia en el Paraguay que pudiera comprometerlos, ni á ello=i ni á nadie mas, y que si todo< los actos de sn vida fueran conocidos del Gobierno, cosa ninguna podría j descubrirse hostil á este. De consiguiente ellos dijeron que s' yo prometía permanece*" en el Paraguay hasta ta terminación de la guerra, no saldrían de la Legación, puesto j que si yo relimaba expulsarlos hasta que se Ies hiciese dbreet a meo te na cargo, cuyo car- go decían qne era imposible se les hiciera no ereian que el Gobierno los aneara por la faena. Pero les di je que no podía prometer quedarme en el Paraguay hasta la ter:nina- • cion de la guerra: yo esperaba de un «lia á otro la cañonera americana, que probable- l mente me tracíriainstruoolones para que vol- I viera iniqed tatamente á los E. U., y también era probable que trajere sucesornara toma mi puesto de Ministro. Es esta circunstancia yo no porilia prometer 1 paquete, de modo que yo lo coni'xa. tendré el mayor placer en devolverlo. Mas yo no tengo conocimiento de .semejantes papeles. MI dicho de Vasoouoellos de que habla ■aá ear:a pa>-a Carreras eu el piquero en vi ida por el barón de Sonsa y que yo l.t traje de su ebásra y la entregué, contiene, por lo comunicación entre loa conspiradores y el enemigo. Yo habla reci- bido un paquete del. barón de Sousa, Encar- gado de negocios di: Portugal en Monte- video, para el Vlee-Consul de Su Majestad eu la Asunción. ¿No era mi deber entregarlo? Yo nada, sabia, nada sospechaba de su con- tenido, ó bieo lo que siempre habla hecho cuando venían curtas á nit cuidado del lado allá de las lineas; esto es, lo entregué sin hacer preguntas. Yo he recibido cuando Bcrgos era Ministro, documentos y oomu- caciones para la oficina de Kelaciones Exte- riores que se me habían enviado y yo las en tragaba lamed tatamente. Qué otra cosa podría hacer*? Si había en su correspon- dencia cartas que servían ála traición, ¿era culpa ¡uia? Si mañana viene una cañonera y trae mus correspondencia para su ministe- rio, ¿no la be de entregar inmediatamente? ¿O he de decir que porque un Ministro ha resultado ser traidor, y no sea que. haya mas traición eu las cartas mandadas á mi cuida- do, no he de entregar nada? Yo creo que . con mas reflexión V. S. admitirá que respec- to á la entrega de ese paquete, hice única- mente lo que me tocaba hacer por deber y cortesía. Pero desechando las declaraciones de Carre- ras y Vaaeoncellos.paso á la de líeijes y no- taré que si no fuera por la gravedad del caso mo proporcionaría un buen rato exponer sus ! centrad c ioue» y sus absardos. Demostraré j por la declaración misma, que contiene tau- I tas falsedades y contradicciones como perío- dos encierra; que mis actos mejores y mas amistosos háeia el Paraguay bau sid < estu- diados maliciosamente tergiversados, y que. le- jos de no proceder de malicia para conmigo, ha estado desde mucho tiempo atesorando las mas inocentes é inofensivas espresiones para citarlas y eufalso des figúralas con toda la diabólica malignidad de un inquisidor. Cual fué su motivo primero yo no lo sé. Si fué que supo que yo había hablado á S. E. el Presidente de su reserva y falta de fran- queza conmigo ó si fué que me odiaba eu la conciencia de que yo no quería tomar parte en su conspiración, ó cualquiera que fuese su motivo, aboraapareee, que á mi benigno juicio de que él no había procedido de ma- licia para conmigo, fué un grande error. Siento que Berges no haya todavía dado la fecha de su primera traición y no mu haya dicho cuando de patriota su volvió trai- dor. Sin el conoe;inicuto de ese dato es casi imposible sacar nada intelíjiblc de toda su larga, confusa y contradictoria declaración. Una vez él mismo se representa habláudo- me :i mi como un hombre leal y patriota; después habí i de loa planes suyos y de sus co-revolucionarios, y luego vuelve á desem- peñar el papel de patriota y amigo de su pais, mudando así de carácter con tanta disposición como un arlequín en una panto- mina. Prooederé ahora á examinar en detalle esta j« rga de contradicciones; esta misce- ! lánen de patriotismo y traición. ! Y primero me haré cargo de su dicho de que cuando le. bien mi segunda visita en su ; casa de los Satinares, y espresé mi simpatía por él eu su enfermedad y mi deseo de serle útil, él entendió por esto que yo le daria asilo en mi Legadion en cualquiera evento inesperado. Después habla de eso no como un asilo contra el enemigo sino contra el Go- bi ruó del Paraguay. Este es un absurdo i vidente por si mismo. Si había de haber uua revolución ó pronunciamiento y había de tener buen éxito, no habría necesidad de asilo para ninguno de los comprometidos, y si había de fracasar ¿ era él tan estúpido y yo tan ignorante para supouer que los cons- piradores se librarían del castigo de su trai- ción con refugiarse en mi Legación y ¿Có- mo pudo entonóos entender qus una simple espresionde cortesía quería dctaviauo; mi carta del mi- nistro argen'ino de Relacione* Exteriores Elízalde, había sido rechazada pot el gene- ral Mitre, aunque previamente babia prome- tido respe tui la. t^e me babía diebo con .aspereza por el almirante Tamaudarií que no pasaiia por sus lincas, y lo que ora peor y lo mas mortiiicante de todo, no reci- bí ayuda mi simpatía de ningún represen- tante encit librado en la cu,lianza ile nn propio ÜolMcruo, excepto de mi (iuado cóle- ga de Buenos Aires, el bravo, uoble y vete- rano general Asboth i Q. E. P. DO tm bargo me abrí paso con grande disgusto tanto de Mitre como de Taroandaré. Yo no babia visto á Mitre en los cuatro mesos an- teriores, ó desdo (pie le e-cribí una fuerte protesta con'ra mi detención y contra su doble y mala fé pira conmigo. V no obs- tante, Berges dice tan pronto como llegué le propuse ú Mitro como la pereoaa e.ir.icteri zada couqu en negociar los términos de. paz. La siinpte exposición do los becbos es una retutaei.m su.ieieute do este pan o de su de- claración. Ea otra cita de Berges es que cuando fui á visitar a! marques de Caxiua para tratar de la paz, yo no tenia ni el espíritu ni el deseo de trabajar por la conveniencia del Paraguay, y eu prueb i de ello cuenta que Jf» dije prospecto al Parag.iuy y su pueblo) las nusin ts cosa» qae su m jo.- amigo podría y batiri i naturalineut j dloho en uquell is cir- cunstancias. Añade, que si mal iuclinado e ataba yo cu tu lo salí á tratar con el Ge- neral cae migo, esta > i a ta poor después de mi regreso. Como que no da. razón para esta op.uiou, me veo precisado á inferir que él me juzgó amistoso con Caxias por el tono de mi carta á él después de regresar de su campamento. De sos contradicciones y quejas de mi falta de celo por el Paraügay en ese tiempo, deduzco que él entonces ha- cia i 1 patriota y no el traidor. Sendo el otro cargo en la declaración do I Berges, solamente una espresíon de la opi- nión de que todos mis esfuerzos para re- I gresar al Paraguay no eran mas que una farsa para engaDar á esto Gobierno y que mi verdadero deseo era servir á los abados, i lo pasaré por alto, con ! t -imple observación ! de que si alguna vez pasa por la vista del | marqués de Caxiis, ex tirá una sonrisa sar- ! dónci, y que el Almirante Tam induró so sorprenderá al s iber que cuando el "Shamo kiu" forzó el bloqueo contra todas sus pro- testas y objeciones, estose hilo por favo re -. oerloá él y á sus aliado*. Al cargo de que yo minea daba crédito ¡i | los periódicos del país cuando publicaban noticias de brilhiut.-s becbos de armas, ten- go que decir que admito eso sin reserva. J£e creído que algunos de lea partes de victo- rias publicados eu el "Semanario* han sido exajerados. Pero jamás manifesté esta opi uiou donde yo supiera que podria enfriar el espíritu ó la; esperanzas del pueblo. Al con- versar con el Ministro de K daciones Exte- riores yo no veía razón por qué no debía es- píes ta mis opiniones con verdad. Mi obje- to fué siempre tratar de saber tn todo lo po sible la verdadera situación, y por ella juz- gar si podía aleanzar los medios de efectuar uua paz honrosa y con vont yapara el Para- guay. .Mas aunque hay su parte de verdad en lo que Berges dice do no dar yo crédito á todo 10 publicado en el "Sjmauarii," parece que no pudo altar ni eso. siu mezclarlo con va- rias falsedades p ilpaoles y de suyo eviden- ti, tes. Dice que yo basta desacredité la noti- cia de la derrota de los aliados en Curupai y que dije que.erasimplemente una retirada, y que dabaeomomi faeata al que fu i Cónsul francés aquí, Oocbelet, quien babia recibi- do los informes del Agente fraueés que estuvo presente en el combate. Al tiem- 1> qa i se lioró la b l tila de Curupii- 11 yo no habla Uegulo a' pais: estaba toda- vi i en lía jn n Vires y b ea r-cuerdo que los p rliVlieos ote B iduoi Auei baldaron do ella como derrota muy tjiji-ibloy desistrosa do lis ilii lo*. S ;i t se uiu is tr.isear rioro n pespu^M do eso antes de mi llegad* aquí, y siu embargo, Berges expone que después de — XVTT — i mi llegada hice porque apareciera que no fné derrota absolutamente. El otro particular en que se fija Berges es que yo constantemente buscábala ocasión de uua controversia á fin de de; jar el país. Hasta abora no sabía yo que un Ministro estraugo- i o debe entrar en cr.ntrovorsia ó tener un rompimiento con el Gobierno cerca del cual está acreditado con el propósito de dejar el país. Yo babía supuesto que no tenia mas que pedir sus pasaportes y que el Gobierno no solo estaba en el caso «i», dárselos sino do proporcionarle de los medios de irse. Exac- tamente lo contrario de lo que Berges dice, es la verdad. Cierto que por mucho tiempo be estado deseoso de volver á lo* Estado- Unidos, pero creía mi deber permanecer, aunque fuese muy contrario á mi conve-. niencia, ó basta la terminación de la guerra, ó basta que llegase mi sucesor. Pero Berges dice que valiéndose de su amistad personal pudo tranquilizarme y evitar que yo tuviese un rompimiento con el Gobierno. Digo sin embargo, que antes de su salida para Paso Pucú en Febrero, ■ pal as babia un biso ó asomo do discordia entre mi y el Gobierno del Paraguay. Personalmente se me habla tratado siempre-con marcada bondad por el Gobierno y por el pueblo, le es imposible á él ó á cualquiera otra persona SSBalar la ocasión en que yo trataba de introducir di- sensión en uncsíi-as amistosas relacione-. .Respecto á la aseveración de que yo era intimo amigo de Mr. Cochelet, y á mis opi- ; nioiies y observaciones cerca de su suco- ¡ sor y el Cónsul Italiano, tengo solo que i decir que aunque be manifestado á olro- la opiuion de que los últimos no d bierou ! haber dejado sus puestos, á los cuales fue- | ron descaiados por uno no conocido de sus respectivos gobiernos, siendo esta mi opi- j alón, no sé porque no babia de manifestar- la. La opinión de Berges de que yo he recibi- I do dinero del Gobierno Brasilero, y de que i porque no he logrado hacer lo mismo con i el del Paraguay, be tratado por eonsecuen« eia de trabajar en contra él, vale quizá tan- to como cualquiera otro hombre que nadase pa del asunto. Yo preguntaría, uo obstante ' si es del todo justo y propio poner tal ase- veración eu uua nota oficial, cuando no se aduce, ó no puede aducirse, un asomo de prueba que la sostenga. En esta declaración de Berges, se da I cuenta de varias conversaciones de lar cua- les uo hago memoria. Cuando estaba eu el campamento da Caxias, este me dijo que el General Osorio pronto se hallarla en Itapua con 10,000 hombres y recuerdo qua después de mi regreso mientras miraba el mapa con Berges en su oficina y le pregun- taba respecto á las fuerzas que el mariscal i López tendría para hacerle Irente si el otro acometiera la marcha con esa fuerza di- I rectamente sobre la capital, Berges observó que si Osorio acometía tal cosa ni un hom- ¡ bre en todo su ejercito escaparía con vida. Cuando poco antes en Paso Pucd babia yo j discutido sobre lo mismo con S. E. el Ma- riscal López, hablé con Berges en dífereu- t.es ocasiones de las esperanzas de la guerra i y los peligros que habían de conjurarse, y I suponía que todo lo que había dicho seria considerado como las palabras de un amigo ¡ d uelo por sentado que si yo decia algo do ' inficiente Importancia qae lo mereciera, él j lo comunicaría á 8. E. en Paso Pucú. Mu- ! chos do sus asertos, á pesar do todo, como id de que la guerra era popular en el Bra- ■ sil. quo el espíritu público se había levan- lado en la República Argentina; que los ¡ aliados podían adquirir todo el dinero nece- [ sano, que él asegura hice diferentes veces, no puedo ser ciertos, pues que yo no tenia datos en que fundar tal opinión, y según los escasos informes que tenia, era todo lo con- trario. Circulaban entóneos muchos rumores, algunos falsos y algunos que después resul- taron ciertos. Siempre que hablando de ciertos rumores, si por cualquier razón no qaeria dar el nombre de mí coamuicante, al- gunas veces decia > o, si se me preguntaba como lo babi.a sabido, que los pájaros me l<> habían dicho al oído; y recuerdo quo al- gunos dias antes de saber del pasaje de los encorazado.-, por Ilumaitá me dijo quo pron- to tendríamos noticias importantes de abajo y cuando lo pregunté sus razones para ereerio así, respondió cou la misma espre- síon -'que los mijares se lo habían dicho." Eso me llevó después á suponer quo sabia ya la nueva del pasaje algunos días antes de (pie fuera publicamente anunciada. El otro punto de esta estraña declaraciou de Berges al cuál llamares la atención, es en el «pie dice que manifesté grande indigna* clon hacia los aliados á causa de su inacción. Yo creo que todo paraguayo leal estaba en- fadado con ellos por la misma razón. Era sabido, <'• " Unénos se aseguraba coustante-— xnn — mente en el '«Semanario," que el ejército paraguayo solo e ataba ganoso de ser ataca- do; que las legiones del Mariscal López tenían confianza en qnesi los atacaban por cualquier punto, darían al enemigo otro Cnriipaili, esta- ban ansiosos de irse á bis manos con sus ene- migos, y decidir la contienda por medio de lucha honrosa y empeñada. Eos aliados sin embargo, con su gran ejército y su in- mensa escuadrase estaban á segura distan- cia, y en mi indignación exitaba por su ma- nera de guerrear, recuerdo haber dicho á Ilcrgcs que era cobarde, era bárbaro; uno si podía conquistar al Paraguay en combate reñido, seria guerra legitima, pero que, si Intentaban agotar y haeer moiir de hambre al pueblo, valiéndose de la superioridad del numero y recurso*, era infame y merecía la excreción de todas las naciones civilizadas. Yo escribí repetidas revea si mi Gobierno en el mismo sentido, diciendo que bis demás naciones no debian consentir que un pueblo tan valiente y tan gallardo como había pro- bado ser el Paraguy, fuese exterminado de ese modo. Pero parece que el corazón de Herges estaba tan lleno de traición y sus ojos tan ictéricos por la corrupción, que cji es- presiones de este género i solo podía ver alu- oionca á sus traicioneros planes. I.a aseveración de Herges que se signe, es una ficción cabal, y de consiguiente oponer le mi negativa positiva y absoluta. Jamás habia sabido de ninguna combinación ó cons- piración en el país ni de ningan comité de conspiradores, nijamá» sospeché, hasta que me lo advirtió Y. íS., que Caxias estuvie- ra en inteligencia con persona alguna en el Paraguay, El nombre de I>. Benigno jamás mencionado por Herges sino casualmente y en relación con algún asunto absolutamen- te de ninguna importancia. En verdad que Bergcs y todos sus cómplices ino hicieron la fineza mas grande que podían hacerme. Jamás directa ni indirectamente me confia- ren nada de sus planes, y hasta que fui advertido por V. 8. no tuve idea de la conspiración que se tramaba. Siena pre hablan supuesto que únicamente en reñida pelea podra darse fin á la guerra; y jamás hab a creído desde que fracasaron los esfuerzo* do mi gobierno en pró de lo media- ción, que nlugna otra solución fuera po- sible . l'auo por a'to varias otras aseveraciones de Berges respecto á conversaciones tenidas conmigo con esta manifestación: que no re- i cuerdo nada de ellas. Solo sé que nunca | tuve tales ideas ú opiniones cuales ¿1 me ¡ atribuye. Proba-blemente yo le dije, que á ! pesar de qne me quedaba aquí, perjudicán- dome mucho personalmente, y «le que estaba j espuesto con mí familia á muchos inconvc- i nientes c incomodidades, estaba no obstante dispuesto á esperarme hasta la conclusión de la prnerra. Pero eso era con el tiu de ser útil ¡i la nación y pueblo paraguayo, y no álos iu-íu rgcutes y traidores como éldico. Ks verdad qne nunca sospeché que tales hubiera en él pais. Todo el conocimiento que tengo de su existencia lo be adquirido durante el iilti.nomes. A pesar de que licr- £¡es ha estado en los Estado-Unidos, parece j haber sido ene • ruínente desmemoriado ó ig- I uoraate de un hecho, y es que el Minia ro de los K-l idos-Unidos de quieu Uega.ru :i ¡ saberse habí r tomado parte en una revolveton ¡ contra el Gobierno cerca del cual cstuv.ese j acreditado, s.dga bien ó salga mal aquella, I quedaría desde entonces perdido y deshou- | rado en su mismo pais. Terminaría su car- rera pública y seria infamado por su gobier- no y sus compatriotas. Observo que Herges declara, que no ase gustaba usar de la palabra revolución en mis conversaciones con él, eso e< cierto y por la bonísima r izón de que jamás tuve ocasión de usarla porque jautas sospeché que en semejante osa se pensara. Sus otro■> dichos de que yo no deseaba dejar el país por el deseo de sor útil ai pueblo aquí, se- rán ambos cier tos y comprensibles, si en vez de tasar¡entes y revolucionarlos, se usa, de las palabras paraguayos y patriotas. Respeotc al es r 8 de que después de mi regreso del campamento enemigo, hace cerca do año y medio le dije á Bergcs, que escribiría a niifl' bienio diciendo que la cau- sa del Presidente Inopes perdía terreno y preparándolo para el movimiento revolucio- nario que habi i do seguir, yo quisiera sa- i ber si le manifesté esto á él en el carácter | de hombre leal ó de traidor. Eu otras con- I versaciones posteriores á esa, se dá él el carácter de leal. Yo empero diré que todos ! mis despachos han tenido el mismo tono y la Daiama tendencia, y demostrarán á mi j QobieiUO que todo lo que asegura Herges, con o lo de que nunca be sido en realidad , amigo del Paraguay, es completa, vil y es- | caudalosamente Balso. Si se unieran todas las declaraciones de los conspiradores con ese fin, seriandesnientídas.cou los despachos — XIX — qne de euando en cuando he mandado á Washington. A menos que esté en un gran de error, el efeeto de mi» representaciones á mi Gobierno, será percibido pronto en la escuadra aliada. Lo-: aliados serán pronto competidos á dejar que una cañonera Ane- rieaaa pase su bloqueo, ó la deteudr u con la fuerza será guerra con la gran República. Semejante guerra comenzada con tales cir- cunstancias, cuando se la considere en co- nex on con esta correspondencia, se rá cierta- mente un í anomalía y una curiosidad en la historia. N Uno de los dichos de Herges en esta de- claración me II va á infer r que e-ta eonspt- ración, de la que parece s >r el espíritu alen- tador, ha estado por muero tiempo ardiendo oculta. Dice- «pie su contestación á lapri' mera caria de Caxias fué enviada por mí. Como nunca mandé cartas suyas, cuaudo mandaba mi correspondencia bajo bandera de parlamento para (pie siguiese camino por favo,- ó cortesía del enemigo, esta car- ta debe haber ido en Marzo del año anterior bien cuando fui al campamento del marques de Uaxtaaé poco despees cuando el cóman- te do la cañonera americana '*Waap" paso para traerme mis d isUeehos. Esas fueron las dos única dos ocasioues que tuve de en- viar algo del Gobierno siu abusar de la confianza delo< aliados y cu ambas ocasio- nes remití c:irtas numerosas del ministerio d-» Relac oneí Exteriores. Sí cutre ellas habia una carta para el Sr. Brito, yo no lo sabia, y debe haber ido bajo cubierta a. alguna otra persona. Si esa carta pasó cuaudo mi últim-i visita á Faso Paod debe haber ido con la oépia de la extensa carta oficial de Botgea á mi del 2! de Marzo de 18G7. Si en ese tiempo podia el mandar tan la- boriosa defensa del Paraguay; y su causa y al míuno tiempo mandar una carta como traidor, ofreciendo entregar alevosamente esa misma cama, V. E. debe admitir, qui- lina conducta tan infame merecerla la exa- cracion universal, y que cualquiera declara- ción que diera cuando se les atrapase enre- dado en los hilos de su misma trama, al pa so de que pudiera ser cierta, se presumiría falsa. El último punto en la declara-ion de Berges es loque dice ser el tenor de nua con- versación tenida conmigo hace mucho tiem- po, poco después de mi regreso del campa- mento de Caxias. bo que cuenta que le di- je respecto á los gastos del Brasil, me ha- llo dispuesto á creer-que ew su parte princi- pal es cierto. Pero ni auneutopudn decir ain añadir una manifiesta falsedad. Afirma que d je que lós brasileros para, completar el mi- llón diario que estaban gastando, darían las "cuenta del Gran Capitán." Cual er.i el significado de esta espresion, no lo sabia yo cuando la vi en su nota y me vi obliga- do á pedirte á mi traductora Mr. Hliss, que la esplieará. Gracias ¡i Bergos lie aprendi- do su significado y cu cierto modo no lo ol- vidan' pronto. Hay otros puntos en su nota á los cuales quizás debiera aludir, pero esta carta tiene ya tanta extensión, que quiero terminarla. Si estas declaraciones hub eran procedías de hombres de baja ó siquiera, ordinaria posi- ciou, Y. E. admití** que la conducta única- mente propia y digna de mi bubi 'ra sido desmentirlas con indignación. Pero cuan- do hombres que han ocupado altas posicio- nes, como Herges y Carreras, hacen tales CargOS, es UU deber para conmigo mismo y UU deber para con el Gobierno del Para- guay, que yo preste, mi ayuda para exponer al edad y llegar á la verdad. Afortuna- damente para mi no habia yo salido del pais ante- del descubrimiento do esta trama. Aunque mis despachos á m'' Gobierno hubie- ran desvirtuadocompletamonta las declara- ciones de los conspiradores, y aunque no ten- go duda d • qne las cartas que ellos han mandado afuera demostrarán «pie ignoraba completamente sus planes, y que no se hu- irán atrevido ú confiármelos, aunque si V. S. me hubiera informado extraofioialnaeate de su nata raleas, le hubiera dado de la misma manera todos los informes que he podido darle en esta correspondencia. Pero aun entonces todos los informes que hubiera dado se hubieran reducido á esto, que si había i na consplraoion contra el gobierno, nunca he silbido de ella, ni siquiera lo he sospe- chado. Habiendo así declarado tan esplicitamen- t ■ que jamas Iwibia sabido nada á cerca de la conspiración hasta comunicármelo V. E., y que los Conspirado rea nunca me contiaron ninguno de sus planes, por mi parte la cor- respondí neia s >bre este p articular debe ter- minar aquí. Si el Gobierno ac-pfa mis pa- labra; i onio verdaderas, debe admitir que no puedo dar informe* ningunos. Ahora no tengo informes sobre el asumo, aséente los qu he obtouido d : sus notas, y por de con- t tado no puedo dar ningunos. Asi es que si el Gobierno acepta mis aseveraciones de buena fó como verdaderas, debe desear, ter- minar aqni la correspondencia- Pero si así no las acepta, entonces el respeto á mi propio carácter y la dignidad do mi empleo, rnc prohibirían continuarla. En estas cir- cunstancias me parece que para facerse jnstfeia á si mismo y para hacérmela á mi el Gobierno del Paraguay debiera adoptar uno de dos procederes. O aceptar mi manifestación como verdadera y cortar la correspondencia, ó rehusando aceptarla, acceder ála petición de mi carta del 1 I de Julio, y mandarme mis pasaportes y facili- tármelos medios de salir di 1 pais. Observo que esta correspondencia se <-s- tá publicando en el '•Semanario." N eo. sin embargo que una de mis cartas, la del H2 de Julio, no he aparecido. Perdonará V. S. que llame su atención á este hecho. Esta nota es ya tan estensa que debo otra vez pedir su indulgencia para que posponga la consideración del caso de Mr. Pliss y Mr. Masterman, Tan pronto como pueda preparar la carta, sin embargo, daré extensamente las razones porque no los lie mandado inora de la Legación Aprovechoeata ocasión, para reiterarle las seguridades de mi distinguida conside- ración. Firmado— ClIAKLKS A. AV.áSHbURN. Legación de los Estados Unidos. Asunción, Agosfo 18 de 18G8. A S S. Gnmesindo He n i tez Encargado del Ministerio de Relaciones F.xtoriorcs. Seííor: I)ísviilj>íínii <»u por la demora en contestar la parte de su nota del 31 del pasado refe- rente al caso de Mr. lilis y Mr. Masterman la cual he diferido para contestar la que me pareció de mavor importancia y también pa- ra responder seguidam» nte á la muy exten- sa nota de usted de (i del corriente, proce- ¡ dere) ahora 4dar mis razones para no haber j despedido :\ esas dos personas de mi Lega- ' eion y la razón por que no debo hacerlo. A la conclusión de su nota del ¿11 del pa- sado dice V.SÍ que no tiene la mas remota | duda de que se baria cumplida é inflexible par el Gobierno Anicricimo; luego pregunta. / si{ puede estar en compUta posesión delea. so como está la eorte de justicia nacional, si remitiría testimonio de la cansa para sus- tanciarse de nuevo; si podría hacerlo y obrar suficientemente á tiempo su adminis- tración de justicia. A estas preguntas diré" que indudable- mente habia eousidi rado inconveniencia en enviar á estas perdonas á los Estados Unidos para ser acusadas. Pe:o eso no afecta en lo mas mínimo las leyes del caso. Siem- pre qne un gobierno recibe una embajada de otro, aquel la aeepts Inri o las condiciones impuestas por el Derecho de Gentes. Esto derecho es de tal importancia, qne á la par del mundo es indispensable su rígida obser. vancia. V es solo bajo la protección de es- te derecho que las naciones pueden nego- ciar unas con otras, y para llevar adelante las negociaciones os n< cosario, especial- mente en tiempo de guerra, que haya algu- nas personas que gocen de cierta seguí idad ó inmunidades respecto de las leyes bu-ales. Este código reconocido OI ivci > alnn ule co ni o obligatorio para todas las naciones ha si- do en gran mnieia ventajoso para ellas. Pero tiene también sus desventajas, líajo esc código se exijo ¡i las naciones que rs edificio** ocupados por el embajador y bajo la ficción de ertru terrilo ■ ríosu legación es considerada como territorio de su propio gobierno. Escepto en muy es traordinarias circunstancias, su casa no pue- de ser allanada por la policía, y ningún' [ miembro de subdelo^acion puede ser citado ¡ ante lostribunales loe iles y si comet n alguna infraceionde bis leyes del p lis. todoi I is O uto • res de derecho internacional declaran que el ministro lo castigaráél mismo ó lo remitirá ;t su pais para ser encausado. Estos privile- gios é inuuulidades sin duda ocasionan fre- cuentemente serios inconvenientes Ala admi- nistración bical. ¿Pero no es mejor som ter- se átales inconvenientes antes de abrogar la ley? Ve he sabido de ejemplos de esta in- conveniencia en mi propio pais, ninguno de los cuales yo cuesdonare. En el aHo 1854 un test'go importante de un homici- dio en ciudad de Washinton, que llamó mu- cho la atención pública, era un oficial de la Legación de Snecia. Los tribunales desea, ban macho su atestación, pero nunca se le citó en forma como testigo, y al pedírsele que compareciera á declararvoluntariamente, con — XXI — testó qoe no lo~haria. y mi Gobierno no tuvo poder para compelerlo. V. E me pregunta en su nota del 23 d~ Julio si á mi no m<* parece qne si las inmun;- dades de nn ministro alcanzaran hasta don- de yo reclamaba, que no habii nación en el mundo dispuesta .-i aceptar una onihajada- A esfo responderé que todas las naciones reciben y se huelgan de recibir embaja I ra con esas condiciones. Que he reclamado yo? Simplemente esto: que .lorire F. Mas- terman i|ue vino á mi casa á Solicitad muí como a^isfute médico de mi familia hace cerca de once meses, y ha vivido en mi casa desde entonces, y su nombre se habia dado como miembro de la Legación, hace niass de -i meses á lo cual no bise objeción en lo ! tres aseses siguientes, es en todos sentidos i nvembro de esta Legación y con derecho á todos sus priv'legios. También reclamó ajan Portar O. Riiss (pie también vino á mi j casa á solicitud mía á sen-ir de traductor y ayudarme en cualquier otra capacidad qne me fuese necesaria, y cuyo nombre fué en- •anees dado eotsra de m'cmbro tic Legisla- 1 cion. y no habiéndose hecho entonces obser- j vacion á su permanencia en ella, sin > uuica- ' mente en la oarpseidad en que yo le habia clasificado es también miembro de esta em- bajada. V. E. en diferentes OCaciones habla de ellos como refugiados que lian buscado asi- lo en mi casa. Ellos no buscaron aqui un asilo. Yo los busqué» y los a justó para qa vinieran aqui, porque necesitaba sus servi- cios. En el tiempo de su venida no habia ! cirsro ó acusación contra ninguno de ellos. ¿Como puede entonces considerárseles ic- ragiados? Ellos no eran refugiados, y esta no es una cuestión del derecho de asilo, si- no de los Derechos de Legaeion. V. S sin embargo, aleua «pie nunca han sido reconocidos por su Gobierno, sino que habiendo rehusado reconocerlos, ya en con- secuencia no tengo derecho de reclamar su exepcion de la Jurisdicción local. Pero es- ta denegación no so hizo hasta después de haber tácitamente reconocidos como perte- necientes á la Embajada. Tal denegación vino del todo demaciado tarde- para afectar el caso. La doctrina avanzada por V. S. de (pie un i Ministro estrangero no puede pretender los I privilegios de la legación para sus sirvientes y otros individuos de su casa, hasta que el Gobierno cerca del cual esté acreolitado los I | Yecono7.ea especialmente por sus nombres, i os algo enteramente nuevo para mi. es algo qu~-no encuentro en ningún antor de dere- cho i tcrnae'onal. Si nu Ministro da una I nómina de su comitiva y no se da contesta- ción, no pone objeción el Gobierno, yentón- i oes los reCOBOCe tácitamente inelu'do en esa -nómina como miembro de la Legación, y después no puede alegar su falta de recono- ! cimiento de carta del Ministro como justifi- cación de su denegación á reconocerlos. V. S admitirá que es'e es un ra zona mien- to arreglado si lo aplica á mi"stro caso. Aunque he dado dos nóminas de los miem- bros de mi legación, Y. S. nunca ha recono- cido á una sola persona de las que se hallan actual mente en ella, á no ser Mr. Rlissi y Baltasar, el criado de. color que m •> dejó el Dr. Carreras. Pero V. S nunca ha recono- cido ni ú mi esposa, ni á mi hijo, ni á rní Se- cretar o privado que ha estado á mi servicio por niasiln alio y medio, ni á mi sirvienta que con nosotros trajimos al pus. S -¿run su ra- zonamiento y su lógica, sin embargo, V. S. no tiene mas que decir qne cualquiera de ellos ó todos se hallan acusados y que el Gobierno se uieg.a. á reconocerlos como per- tea teientes ¡V mi leg teion, y yo no tengo mas remedio que despedirlos. Esa es la conclu- sión io'vitable que ha de deducirse de las premisas y ]a lógica de V. S A la pregunt a de si el castigo qoe adminis- trara mí ( Gobierno seria ó no á tiempo, res- pondo que veo la razón en contrario. V. S. no puede tt] DOr que estos dos individuos estrechamente encerrados como están en esta legación y no teniendo comunicación con ninguna persona de afuera, puedan «er m lig roaos. Si ¿por qué su castigo, si resnl- tan culpables, no ha de ser tan á t:empo de aqui á unos meses como ahora? Si pueden albinia prueba que sea necesaria para averi- guar la verdad respecto de otros acusados, los dos han expresado estar dispuestos á hacerlo, y s¡ el Gobierno tuviese á bien en- viar uu escribano é mi csss para interrogsr- los. y le proporcionaré todas la> fac lidades para hacerlo. Tambiediré que Mr. Pliss ha declarado en relación al papel que en su nota, del 23 de Jubo dice Y. S. que él, en rennion secreta de oblígaeíon mutua, ha fir- mado para cometer un Crimen infamante; que S í tal papel Urina do por él se eso -ibe en cata legación, saldrá inmediatamente de < lias. A esto añadiré qne al paso que insistiré- en mis derechos de legación, me haré cargo deque élOlimpia bu promesa. En mis notas anteriores á V. S. lie lla- mado su atención de derecho: "que á todo hombre so ha de considerar inocente hasta que se pruci>e *er culpable, obstante, V. S. desatendiendo est i principio continúa ha- blando s j literarias, y Mr. Mascan in es un hombre ¡ cuyas iaeltnacionei y d -a -os Ib hacen pasar ¡ t ido su tiempo en inrestiba iones eie'ntttfcas. i Ni el uno ni el o:ro tiau -n ninguno de los , de.'estables distintivos del gaucho, que leí llevara á tomar parte en una revolu jioii, y como he conocido á lo? dos por mucho tiem- po é intimamente me veo c.i el caso de admi- tir sus solemnes protestas, no solo de ino- cénela, sino de completa ignorancia de tod > trama ó conspiración, con preferencia a, 1 i declaración de cualquiera ú muchos confesos conspiradores ó traidores. Pero por lo que hace á mi. esta no os cues- tión de culpabilidad ni de inocencia. Ks cu -süon ile los derechos de legación- Me- ses lia que trasmití sus nombres como portes necientes á mi comitiva diplomática, y el gobierno al no ponerles roparo como miem- bros do mi legación los reconoció tácita- mente como tales. Le i reoónocío tanto cómo ha reconocido d coadquiera de las personas d i mi casa, y tiene ahora cabalmente t mfo derecho pura reclamar á cu dquier otro individuo de mi familia ó d > mi casa, como para reclamar á cualquiera de los dos; Añadir ; otra eonsi leraeiou. Estos dos hombres me son tan indispensablemente ne- cesarios, que aun cu indo no pertenecieran á mi legación y la s guridad del estado no fué su pues o en p ligro por su estado aquí, yo pediría como cortesía qua se 1 s peinii- t:era qaedarse por ahora. Sin la ayuda de Mr. Bliss casi i». hubiera podido despaeh ir la abultada eorrespoadeneta que he tenido durante el último mes, y si' Mr. Mastennun hubiera de. dejarme en estas circuustai»- cí as, en qae ao se puede obtener la asistencia de otro médico, seria á riesgo de caponar las vid ts de mi esposa é h .jo 3 d i otras per- sonas de mi fam li l. Y estoy aoguro de que el gobierno no desea esponer á I i calami- dad soinej in'e. > La posición tomada per V. tí según la «•ual mientras un gobierno no reconoce is presam Mito á los miembros de una legación no pueden e da l as personas qae son necesarias para el desjinpeno d- m ?deb?rc? oioiales, da ta siluil y cora adida 1 de mi familia y m el gobierno del Paraguay. S un Mi ais ro al llegar á un pais llevara con- sigo en su cimtíiv.a criai nal ;s conocidos ó personas perjudicóles ó peí uro? is por sus opiniones p'dirieai, el grobíerno podría »ia dad i n garas -i coueed erles in nuuidade < da legación, y podría insistir en que dejaran ol pais. Pero no tendría derecho para moles- tarlos y estaria en el caso de protegerlos en todos conceptos, hasta que tuvieren am- plio tiempo para ponerse en camino. En ningan caso tiene derecho un gobierno de im- poner ú una persona agre irada á una lega cion estraUgera, ninguna otra pena que remi- tirlo á su país para que allá ae lo castigue. Sin embargo, si es propio el fundamento cs- puesto por V. S-, do que ninguna persona j puede pedir privilegios de la legación mién- ! tras no haya sido <'apresamente reconocida por el gobierno, sino quo puede ser citada ante los tribus des locales,- entonces si yo : accedo á su peticiou de hoy, se podrá ocur- rir mañana liara que d ispidis. á los otros miembros de mi casa, pues queV. tí. nunca ¡ los ha reconocido como pertenecientes á mi legación. Si todos no están en mi , misma categoría, y unos tienen y otros no ! tienen opción á los privilegios de le- ' gacion; se servirá V. avisarme cuales son los nombres en la nómima adjunta á cata carta catan reconocí .as como pertenecien- tes á mi legación? En au nota del 31 del pasado V. tí. ob- serva quo es muy estrafio quo yo todavía rehuse lanzar á Mr. Rliss y lfr. Mastcrman tic mi casa, pues que tendré después supe- rabundantes medios para nai Jos protección. Cuáles esos superabundantes medios, no me lo advirtiera V. S., ai yo comprendo quo medios me quedarán para protegerlos una vez que estén en majkofl de los tribunales locales. ¿Tendrá V. S. la bondad de dar me ulteriores informes sobre este asunto? V. S. recordará que en mi nota del 14 de Julio, á causa del tono y tenor de sus notas precedentes y del hecho d i que V. tí. Ilnal- m ufe habia demandado dos personas a quie- nes siempre habia yo considerado miembros de mi legación, dije que parecía que yo habia perdido el respeto y la confianza de este gobierno, y que de consiguiente, como no parecía que pud era acr útil por mas tiempo ni á mi gobierno ni al del Paraguay, ui \ á ningún individuo del pais, y sol ¡cité uiís pa- saportes para mi y los miembros de mi le- i gacion. A esto contestó V. tí. el dia 16 asegurándome en loa términos mas vigoro- sos que yo todavía conservaba la estimación ¡ y conúanza de sn gobierno, espresaudo 1 i esperanza de que dichas 8eguridudea me , llevarían á considerar nuevamente mi ante- , rior resolución. Esas espresiones las acep- té como satisfactorias, particularmente | cuando en la misma nota volvió V. á .solici- tar la expulsión de mi casa de Mr. Bliss y Masíermau. poro decía quo dejaría á un lado toda discusión sobre cao punto deján- dolo á mi sola apreciación de la justicia. Entonces creí que no se llevaría adelante la demanda, pero mientras despachaba mí nota de V. S. del 'JO, del pasado dando las razo- nes del proceder que creí de mi deber aepui al recibir la nota de V. S. del 10, que fué inmediatamente seguida de las del 21 y '¿•i, fui sorprendido é inquietado al observar un trino y un tenor de carácter enteramen- te di fe're n te. .lie atribuido ea'e cambio repentino á las estrellas y falsas declaraciones de Iierges, respecto de mi, y si tengo razón en esta sos- ¡terhci; no puedo estraftar que, falsas como son las declaraciones, el gobierno haya cambiado la contíanza y estimación cu des- eonlíaii/.a y recelo. Pero ai el gobierno ha acojido mis palabras con preferencia á las de un traidor eouvi'-to, .alicatóla esperanza de que reasum rá la posición tomada en su nota del 16 de Julio, y me dejará adoptar el único temperamento que en mi opinión será aprobado por mi gobierno, por la opi- n'on publica y por la familia délas nacio- nes. Aprovecho esta ocasión para ofrecer las seguridades de mi distinguida considera- ción. Firmado— Charles A. Washburti. Nómina de las persona? que actual mente residen en la Legación délos Estados Unidos en |a Asunción. El Ministro, esposa é hijo. Sra. Leitc Pereira. Carlos Mcinche," Secretario Privado. Kate tíeahy. George F. -Mastcrman médico Mistante. Porter C. Bliss, Traductor. George Hamilton. Baltasar Carreras. Basilio Zara. Melchor* Zara. Eucia II i vas i Lavandera.) Agosto 13 de 1868.— 1 í Ministerio de Estado de R. E. Luqne, Setiembre 4 de 1868. He recibido 1a nota de V. E. fecha 99 del pró- ximo pasado mes con la lista de los individuos para uieues, incluso V. K. pide pasaportes, y para dar V. E. la contestación a esta, debo comenzar por responder 4 la otra del 13 del mismo mes, en la que viene expresando las razones que V. E- dice tener para no haber despedido de la Legación á los reclamados J'-!i y Maüterman, y porque aun no debe hacerlo. ■- M-> veo en la precisión de considerar algunas de esas razones por seguir á V. E. cu todo terreno; pero no las tocartí todas porque V. E. no halle otra voz muy larga esta contestación. Pudiera sin em- bargo no disculparme do la incomodidad do dar á V. E. mucho que leer en esto asunto, si por otro lado no fuese V. E. quien le ha dado todo el ser de complicación ; cuando por sí era de tan fácil so- lución bajo el aspecto de la justicia y del derecho. Ademas, mi gobierno abnridando en demostra- ciones de conriderocion y estima, á V. E. le había invitado por el órgano competente a una oportuna intelijeiicia verbal a evitar esta sório do largas ó ingratas correspondencias, y cuyo paso tan amis- toso, V. E. jamas podra desconocer por mas qui- no lo haya apreciado debidamente. Asi ha querido V. E., y en esto tendría lns razones por el mismo sentido de las que le asisten para mantener cu su hotel á los asilados Bliss y Mastd-mann. Verdad es que todo tiene su espliea- cion con el tiemp.». Sin iluda que no podría me- nos de ser consecuente en dispensar su protección ¡i los acusados Bliss y Mastorman, estos han debido gritar mas alto á V. E. que la voz de la recta ra- zón y la preferente consideración debida ¡J la jus- ticia y al derecho, bien como a la situación espe- cial del pais y á la índole de la reclamación ins- truida. .La nota de las razones do V. E. no presenta por eierto las que yo esperaba encontrar, y que pudie- ran de algún modo apoyar el procedimiento adop- tado por V. E. en este asunto; lejos de esto, ella esta concebida en los términos y con todos los ca- racteres de un docu'nento en cuerda dilatoria, y es por esto que me creía dispensado entrar en apre- ciaciones de todos los puntos qno contiene, espe- cialmente los que solo pudieran demostrar 1» es- quisita erudición de V. E. materia de la ley do las naciones. El caso de Bliss y Masterman no admite tantas digresiones, es una cuestión muy sencilla. Kilos son simplemente asilados en 1* legación americana, y están reclamados por la justicia para responder en una grave acusación comprobada de miembros de un complot revolucionario. A la solicitud de este ministerio para despedirlos de esa legación, ha dicho V. E. que loa considera no como asilados sino como miembros de la lega- ción, pero sin justificar esta calidad, y haciendo solamente alegatos y argumentaciones poco confis- que el ministerio ha educido especialmente en la nota, del 31 de Julio, de lea cuales se desentiende V. E. e i'lo principal, to- mando de lo anterior del 23, puntos de contesta- ción; pero ya qno así lo hace V. E., voy 4 respon- der á lo que dice en su respecto. El ministerio ha dicho entonces ciertamente sino parecía a V. E. que si las inmunidades de un mi- nistro llegasen a la ostensión aclamada por V. E. que no habría nación alguna en el mundo que qui- siese aceptar una embajada, y V. E. replica que todas las naciones reciben y se complacen de reci- bir embajadas en esos mismos términos. que sim- plemente ha reclamado el derecho de legación en su negativa de despedir de ella & Bliss y M áster - man. Estrano es que el ministro de una grande y ho- norable nación, tan familiarizado con las leyes do las naciones, se vea obligado de producirse de esta manera bajo el instinto de amparar dos asilados criminales. No puedo menos do protestar contra 'esas aserciones; pues no todas, pero ninguna na- ción so complacerá; como V. E. dice, d« recibir embajadas que tengan que protejer 4 semejantes criminales y darles el titulo de miembros de ella. Llamoró desde luego la atención do V. E. sobre la citada nota del 31 del ppdo. mes que espono como una prueba de ser Bliss miembro de su lega- ción porque a pedimento suyo habia ido á su casa, y le habia dado como miembro de su legación sin "haberse hecho ningnna objeción á su permanencia en ella, sino solamente 4 la calidad con que le ha- bía clasificad.. V. E. debe tener presento lo que ahora voy 4 repetir y os que Bliss desde un princi- pio lo iuism.. que Manióse no han sido reconocí loe por el gobierno como miembros de esa legación, y solo se ha tolerado su permanencia eu ella en la misma calidad y no mas do los otros varios indivi- duos que al tiempo do la evacuación de la capital ganaron la casa de V. E. No puede coiupreuderso ■O otra manera lo que sobro el particular se ha declarado 4 V. E. por esto ministerio eu uota do 23 de Febrero último. Si bien ha significado V. E. en sn nota de 4 de Abril por via de esplicacion que habia escrito una contestación & dicha nota del 23 do Febrero con techa del siguiente del 24, y no ha llegado 4 eu- vi irl: pareciendo 4 V. E. quo las oircuustanci.is habian hecho necesario, según li espresiou de V. E., de Ocupar mas la atención del Gobierno oou respecto 4 negocios personales do la Legación, añadiendo que uira idéntica nota escribió el 24 y procuró remitir A Berges do la quo adjuntaba. Porter Cornolio Bliss americano, S mtiago Man- lovo ídem, Concepción Casal paraguaya, Ana Helia Casal idom, I toleres Caballero idem, Basilio Tasa idem, Moledora Jara idem, dos lavanderas idem. Esta nota fechada el 24 do Febrero fue dirijida al ee af InlllO Berges acusando al mismo tiemp.' recibo de la que el 23 lo ha dirijido. La nota de 4 de Abril uo ha ^-i lo coutestada por— 9 — ol Ministro y menos podía serlo la que venia adjunta solo como su anexo y por via de «aplica- ción de que no hubo descortesía ni olvido en res- ponder A la nota en que se lo anunció el traslado del Gobierno A lauque. Por otra parte habiondo estado Berges ausente del Ministerio de Relaciones Estertores por eso tiompo, y por cuya razón se en- tendía V. E. directamente con su primer oficial, para que pudiera considerarse una nota pasada a esto departamento la que V. E. ha incluido debia dtrtftrla en debida forma. Ademas V. E. no j lia dicho si osa nota debia considerarse subsistente, ; ni dado otra osplicacion sobro ella, limitándose por i ol contrario á lo que queda espresado, cuando en ] órden al personal mismo de la Legación pudiera también babor habido alteración de Febrero A Abril, y H bajo estos conceptos que la nota dice : V. E. habar escrito en 'Ji de Febrero, y que ha i aliviado al 1 do Abril con dirección al Ministro: ausente entóneos, además de las circunstancias 1 expresadas, traía en si la ineficacia y la clasifica- '] cion. Y Jobo consignar aquí que cuando sereci- ¡ !>§*"• dicha nota, las paraguayas Concepción Casal v Dolores Caballero no existían ya en la Legación ; do V. E., y ellas lian man i f o-tado que nunca han solicitado ni sabido qn<; sus nombres fuesen puestos i en la lista del personal de la Legación de V. E. • Recuerdo esta circunstancia solamente para demos- ] trar A V. E. que si ha tenido A bien consignar el nombro de ellas en esa lista para formar parto de ¡ la Legación no lia habido prolijidad en eliminar • ■ ■tr.i M do olla, habiendo dejado de permanecer, en esa Legación. Do la simple esposicion de este pasaje, se vé claramente que no estA robustecida de fundamento la opinión que ha inducido A V. E. A la resolución de considerar miembros do su Loga» loe A Poster O. Bliss y lo misino en relación A Goorgo F. Mas , terinan, A quien considera también V. E. como j miembros do su .Legación por haber puesto su 1 nombre en la lista de la comitiva cu su nota fechada del 2i de Febrero, y de que ninguna objeción so ha bocho hasta tros meses después. Según puedo deducir del espíritu de las notas y ptO>imilww prácticas de V. E., para que un indi- viduo ¡metía DOn*idorarse miembro de smbajada hasta que el GeáV de olla lo pi opone a a] Gobierno. Esta es lu conclusión de la lójica de V. E. cuando después de. proponer á Bliss y Manlove en la lista de su servidumbre, no se les ha reconocido miembros de es, Legal ion, los privilejios que les aeuon tes, V. E. en la nota fechada al dia siguiente de j osa repulsa, colocaba otra vez los nombres de di- j chos dos individuos en la lista, aumentando el! personal de la Legación cou Masterman y otrosí mas, como queda contestado. Foro si Bttas os miembro de la embajada y lo | lalauao Masterman, ;,cómo es que ni han ejercido , ni ejercen los privilejios que cómo A tales están : s" fin 1 idos por la ley de las uacioncsV Esto es In- , y hábiles por lo tanto A rda el Derecho do Gen- esplicable. Y por qué os que estAn igualmente el nombre de Manlove al lado de Bliss y de Master- man en su nota fechada el 24 de Febrero, se lo ha - postergado A ellos cuando, según el principio sen- tado por V. E., deben ser todos (ó ningunos) miembros do la embajada? Pero el precedente del caso de Maulove evidencia que solo después ha tenido A bien acordar A esos dos criminales la cali- dad de miembros de su Legación. A lo que V. E. dice reqiecto do Masterman, de considerarlo en diebo carácter en todo y por todo, porque ninguna objeción so hizo basta tres meses después, debo observar A V. E. que por su doctrina práctica á Masterman ha debido considerarlo como tal desde el primer dia, puessi al dia siguiente se hu- biera repulsado también por este ministerio, como so biao con Bitas, prontamente su BOmbrejhubiera apa- recido otra vez en nueva lista de V. E., pues tal ha sido su práctica en la materia- Es demostrada hasta la evidencia lu poca exac- titud del juicio do V. E. para considerar A dichos individuos como miembros do la Legación. No importa mucho en la cuestión que ellos hayan bus- cado la casa do V. E., ó que \ . E. haya buscado á ellos para traerlos en su hotel ; pero no conven- go con V. E. que ellos no sean refugiados allí, porque esto seria negar una verdad demasiado cla- ra y distinta, f. Qué hocen aHJ V ¿ Porqué so en- cuentran on el hotel de V. E. cuando encausados La Justicia pide pur ellos V Es evidente que no estAn allí porque son ino- centes ni porque sou miembros de Legación, siuó por especial protección de V. E. Asevero que ab güilos i.loses han sido reconocidos tácitamente, co- mo pertenecientes A la embajada, y que la negati- tiva del ministerio es ya muy tardío p.ir¡. afectar el caso. Repetiré A V. E. sobreesté punto quo ten- dría razón desde que haya de seguirse la prActica dé V. E.. atento A que la objeción hecha por mi gobierno espresamonte sobro la presentación do BuSSeomo miembro de Legación, no ha conside- rado V- E. bastante para respetar el derecho con quose lo habia presentado. Tardía ha sido ¡> V. E. la negativa hecha en el caso de BUaa al si ! guíente dia de su presentación, y no puede menos de ser así también tardío el caso de Masterman, sobre cuya presentación se ha objecionadotres me- ses después, según dice V. E.. Yo pido A V. E. considerar mas sobre la misíe- ¡ riosa nota del 24 de Febrero A encontrar una ra- ! zon bastante para convencer de que olla pueda im- portar una legítima presentación del personal de su Legación, y precisamente en los mas soleo,ni momentos do la República agredida A muerte por sus invasores. V. E. comprenderá por lo que llevo espuesto, cuan distante estoy de reconocer la acusación do V. E. do que ya pretenda que un ministro estran- jero no puede reclamar privilegios de Legación pura su» sirvientes, secretarios ú otros miembros de su familia hasta que el gobieruo los reconozca — 3 — especialmente por nombre, pero estoy do acuerdo j Masterman, diciendo quo se desconoce este priuci - con la observreion de V. E. de que si un ministro ¡ pió al continuar hablando do ellos como crimina- pasara lista de su séquito (en debido forma > y no | les y refugiados y sin haberle nuuca dado prueba se le dA repuesta, ninguna objeción es hecha por ! alguna de su culpabilidad. Hubiera mucho ostra el gobierno, siguiéndose quo tácitamente1 reconoce los comprendidos en la lista como miembros de la. Legación. Me parece quo la interpretación está bien hecha, y A mi vez debo observar que en esencia es lo que ha sucedido en relación A los in- dividuos sigu-entes: Carlos Aleincki uleman, Jor- ge Hamilton, inglés, Catalina J^eaby, idem, Basi- lio Jara, paraguayo, Melchor» Jara, ídem;- los cuales tAcitamente fueron aceptados, cuau figuran- do sus nombres con los de Bliss' y Manlove on la nota de V. E. el 22 de Febrero se han escopciona- do A estos últimos para permanecer simplemente en la inorada do V. E. con la espresion de quo no y puede todavía dudar do la v le serA lícito dejar la Legación sin que los vijilau- | (orinantes sobre que Bliss y Ma tes de la seguridad y servicio público cumplan las órdenes que tienen do no permitir quo personas no munidas do carácter público circulen por aquel punto, y do que en la misma forma pudiera per- manecer en la Legación, Ana Bella Cazal, pro- puesta igualmente en dicha lista. Recordaré también A V. E. una v ez mas que en su prescitada nota do 4 de Abril hizo mención de este caso, aludiendo A individuos quo esto miuisto- rio no ha reconocido como miembros de esa Loga cion. i. O á quines otros so ha referido V Pero de todos modos Bliss era uno de ellos fiado ost i protección y lenguaje de V. E., si A ren- glón seguido no so me presentase en la nota do V. E. la misma clavo, diciendo que dudaba todavía de la veracidad do los informantes del Ministerio. Sabré la, erimiiialidrd de aquellos, y aludiendo A las declaraciones do. Berges y Carreras dice saber que coutieuen casi tantas falsedades como senten- cias y sí estas falsas declaraciones han sido pres- tadas por ellos para ligar A V. E. A una vergon- zosa maquinación, no seria imposible que se» con el designio de implicar A otros. Si V. E. no quiero dar crédito A mis palabras, voracidad de los in- sterman son miem- bros informantesdel complot, yo puedo ofrecer ú V. E. la presentación de documentos silloilovtM d la realióad del besase para complacerle, y V. E. puedo proceder en el caso do acu erdo con las leyes de su país, ó como mejor lo parezca. Preguntaré sin embargo, A V. E. cuAl es el caso en que un hombro debo considerarse culpable V Yo com- prendo que es de legislación universal ol axioma del derecho quo V. E. lia invocado, y también que las declaraciones contestes do los testigos hacen E ? I plena pruoba en los asuntos mas ó menos graves. | Creo que esta indicación no será por demás A V. sucediendo esto en rola- Por mas quo V. E. se laiflll en hacer una vio E. para demostrarlo que lenta interpretación A las razones alegadas on j cion A sus protejidos, como otros comprendidos en contra de las opiniones de V E. sobro este asunto, no podrA justificar las deducciones. Curiosaes la ■SIIIlllnn de que el Ministro ha reconocido solamen- te á Bliss y A Baltazar el sirviente do color que di- 1 ce haberle dejado al Dr. Carreras, y todavía es mas curioso ese el SOPO apto, do que jamas se ha reconocido ni su mujer, ni su hijo, ni su secretario privado, ni la sirvienta quo ha traido consigo al país. Todo esto y lo demás que es lo que merece tomar en consideración, apartándose demasiado de la verdad y tomando un carácter ajeno á la serieadad del caso. Si V. E. uo ha teuido A bien poner en la lista del personal de su Legación A su sefe ra é hijo no es del Departamento la culpa. Sin embargo com prendo la importancia que representa en una em- bajada la familia del gei'c de ella. Debe saber V. E. quo mi gobierno tiene la con- ciencia necesaria de su dignidad, do sus derechos y deberes para cometer el actode enviar un notario A casa de V. E. para examinar A los criminales Bliss y Masterman, cuando ellos no han sido jamás ni los miembros de esa Legación, y no necesitará por cierto de hacerlo comparecer ante la justicia puossouen todo y por todo simplemente asilados <-\ el Hotel de V. E. La misma del derecho de que todo hombre debo considerarse inocente hasta que resulte sor culpa- ble, desea V. E. espliearlo en el caso de Biitúo por lo mismo inco- patible comodidades la expulsión de aquellos in- dividuos, cu va per maneante on su Legación con - tribuirá mas bien A infundir juicios menos satis- factorios, siendo ellos miembros importantes de un enorme complot, en cuya averiguación las citas alcanzan igualmente A V.E. Si un gobierno de cualquiera nación tiene el perfecto desstffBM de admitir ó rehusar A un Minis- tro estranjero según las circunstancias, y de que para esto debe- sev presentado debidami uto al S . - rano territorial, de esto se 6Ígue la práctica indis-— 4. — sinceridad de los manifestaciones oficíale* A V. E. Sobre la criminalidad de los asilados Büss y Ma— termau, mi gobierno no puede mirar este procedi- miento sino como ana ofensa de su honor y digni- dad á la justicia nacional. El Gobierno do la República, lejos de desear que V. E. se aparto del camino que debe seguir para merecer la aprobación de su Gobierno, la opinión pública y las familias de las naciones, por el con- pensable de que el Oefe de una legación esté obli- gado A participar oportunamente las personas que toma en su comitiva, y las que llegue a dejar des- pués, ya para aceptar ó rehusar los primeros, ya para tomar noticias de los otros, qno por lo mismo deben estar en el goce de los privilejios inherentes a la anterior calidad. Y recuerdo con tal motivo que la lista que V. E. incluyó en la nota fechada el 24 de febrero, cpntonia entre otros los nombres de Concepción Oazal, Dolores Caballeros y Ana i írario, vera con placer que V. E. sea en «se torre Mella Cazal, y ademas sin nombrarse dos lavande- | no, siguiendo los principios de una sana política y ras, cuyas cinco personas ito constan ahora en la los dictados de la razón y justicia que prescriben nueva lista de V. E., oscepto Encía Rivas que pa- j el respeto quo se debo á las naciones y sus go- rece haber sido una de dichas lavanderas. Vero tiernos. pri -i (adiendo de Mts, so ve que V. E. no ha dado j Llevado ha sido siempre mi Gobierno do este ü este asunto la importancia que merece, según I deseo, y penoso lo es tener quo ver á V- E. en queda demostrado, y corrobora el hecho de que ha-i boca de los traidores de la patria como uno de tales, hiéndese admitido con escepcion de tres personas I Ellos lo dicen asi, y A V. E. toca hoy pesar esas los individuos comprendidos en la lista de 22 de i citas dadas en juicio, que yo me permito adelantar 1-Vbrero, V. E. la hahia aumentado con otros sin dar conocimiento a este Ministerio do esa circun- stancia, ui de los despedidos. En cuanto á llliss, queda suficientemente demos- trado «le no ser miembro do la legación, pero como dice también V. E. que Bal tazar, criado de Carre- ras lia sido igualmente reconocido miembro de la Legración, notaré A V. K. que en su despacho de 12 de .Julio, dijo V. E. que aquellos cuyos nom- bres fueron dados no lia mucho como no pertene cientos A la Logaooin, do estos quedarian golaraen con otros aquí. Haré aparecer f:nr dolante A uno de los indivi- duos de quien V. E. ha dicho quo por primera vez lia tenido que oir hablar de él. 1¿1 Benigno ¿opez que en parte, de las declaraciones dice textualmente lo siguiente : ''Que con motivo de la primera espedicion al Norte en 64, principiaron A hablar do política, di- ciendo Wasnbam al declarante: parece que el pai» vn A sacudirse—El declarante, así es, pero no sa- bemos quien llevará el primer coscorrón, auque ea te Carreras, Rodrigues y sirvientes, y.la sonora j probable qne al fin nosotros tengamos la peor parte da Edite Percha; y en la otra nota de V. E. dol dia siguiente 13, refiriendo que Carreras y Rodrí- guez desocuparon su Legación antes de la hora designada, dije que el sirviente do color de Carre- ras todavía permanecía con V. E. en calidad de sirviente, poro V. E. nunca ha dicho mas, y <'■ i en consideración cou que cuentan quo Washburn con A, al poder é inmensos elementos los enemigos—Agregando aquí «•invino entonces perfectamente "Quo desde entonces continuaron hablando las veces que so veían, vituperando el sistema gnher- pues que tan luego nombraba ya como sirviente de j nativo por ser la polftic¿ dol Gobierno arbitraria lii.anguc, ya como de Carreras,recién oliera dice llamarse Bultazar. Ignoro el tiempo en <|iie V. E. lo lia tenido en calidad de sirviente, y solo he visto por la nota no contestada del 13 de Julio que toda- vía permanecía con V. E. eu dicha calidad, lo que ! lince suponer que do tiempo atrás, Carreras uo I MM ya «'i sirviente, sin por usto dejar do obser- ¡ vario que no os conecta la aproci iciou hecha por ¡ V. E. de que eso individuo y Bliss eran los únicos reconocidos como miembros de la Legación en vez de ser liberal y constitucional cual conve- lí ia á un país como el Paraguay, rico en clima y producciones naturales do todo género : que el fi obierno del Mariscal no se ocupaba sino en ha- cer soldados sin poderse casi encontrar un ciudada- no, cosa que no puedo servir sino de estorvo A la industria y al progreso del país, es decir, A la civi- lización. "Quo en este sentido abundaban eu las conver- j saciones hasta que, según tiene declarado, con En cuanto A los conceptos que trae al final la motivo de acompañar en su viaje al Ejército, para n ta do V. E. que contesto, me refiero á lo quo so- de alli pasar Washburn al campo enemigo en el lú e ol particular se ha espuesto en esta c >ri espon- ' mes de M irzo, baldaron mas A fondo cambiándose delicia. la. idea de la necesidad do un cambio do Gobierno Quedando así cont"*tados les puntos principales p ira terminar la larga guerra producida, en opi- de uü referida nota, debo invitar A V. E. A consi- ¡ níon do Washburn, por un acto violento ó incon- devar on l.i verdadera importancia la de osíe minis-1 • ¡dorado del Mariscal, quo seguramente estaba torio del 31 de Julio, conjuntamente con la presen-' bastante arrepentido; A loque dice el declarante l-, y añadir en esta una palabra mas para «spresar haberle contestado—Do lo quo él ostA arrepentido truncamente A V. E. que si hasta ahora no le ha ! es do no haber tomado uno A uno A los aliados para 'ornalo en cuenta la actitud que V. E. ha asumido hacerlo» bailar. en la correspondencia, dudando hasta de la fé de j " Que por estas y otras conversaciones que tu- la administración do justicia de mi país y de la vieron Antes y en ol mismo viage, comprendió el — 3 declarante en Washburn que deseaba mas bien un triunfo A la alianza que al Paraguay, y que estarla dispuesto A trabajar en este sentido, motivo por que uo tuvo ya escrúpulo ninguno en desarrollarle el pensamiento de trabajar por la parte on el sen- tido de un cambio de Gobierno, con tel de que el Marqués do Caxias mandase las bases de un arre- glo final para empezar á trabajar sabiondo lo que reportaría de ventajas la revolución triunfante. "Qae en Paso-Piicú y cu momentos antes de pa- sar Washburn al campo enemigo, el declarante o,tuvo A verse con él en su alojamiento, y que alli proguntAndole de la situación del ejécito, le con- restó el declarante, quo uo era mala, pero que seria difícil si Caxias eatendiese una linea A partir de Tuyutí para dar con el rio Paraguay dejándolo cercado—Que al decir esto se inclinó A describir en la tierra esta operación demarcando las posiciones de uno y otro ejército, y demostrando que de ese modo quedahael interior de la República abierto y en obstáculode pasar cualquier fuerza elTebicuarf por Coapucú y hacer un movimiento rápido hasta Para- guari que. no estaba distante, y ponerse eu contacto con.larevolucion, dominando esta fuerza combinada los partidos mas importantes de la República, asi como la Capital por la linca férrea. "Que entonce.-, interesado Washburn de com- prender bien este plan indicado por el declarante, sacó del bolsillo de so chaleco un lápiz y le pasó, diciendo á la vez A su secretario privado, Benicki que estaba en el cuarto, par» que saliese un poco, como lo hizo en seguida, pero y» después de ha- berse apercibido do la conversación que tonian, y visto lo que empezaba á rayar el declarante con su dedo en tierra: que entonces (después do salir Be- nicki) concluyó la descripción con el lápiz de Washburn, quien en seguida partió al campo ene- migo, y acaso llevando en papel la misma descrip- ción. "Que la intención del declarante al aMM la de- lincación de aquella operación, era que manifesta- se "Wastiburn A Caxias, y si no le dijo ospresa- mente, no fué sino porque comprendía demasiado bien que Wasbburn lo hacia precisamente: lo cual en efecto, quedó justificado con el hecho posterior do haber realizado el enemigo ese plan, sino por lo quo el mismo Washburn A la vuelta le trajo la comunicu i. n de Caxias con las bases para reali- zar el cambio de Gobierno según tiene declarado anteriormente. "Que después quo ol declarante volvió por fines d Setiembre último del ejercito A la capital pasó A visitar A Washburn (ya en Octubre entrauto) á su casa y lo preguntó al declarante como había dejado A esa gente (ol ejército) A lo que le dijo—Bueno do salud pero no asi de situación que como le indiqué anteriormente se ha agravado (aludiendo al novi- miento del círculo). Que Washburn: y por qu V,— El declarante por que están cansados algunos, y -tíos tienen poca fé en el resultado de un gran choque en presencia de los elementos qne »e dea- arrollan A su vista, y á 1 i í'é que yo no he tratado de desengañarlos—y que continuó diciendo—Voo con mucho fausto que aquí ha trabajado mucho y muy bien y está todo pr q> irado para cuando llegue el uua previsto, que lo prexurao muy corea- no— Wasliburn, el Sr. Bocges es hombre muy há- bil bajo su jesuitismo y aparento indi 1.'i-encía M agencia con una actividad remarcable. El decla- rante, efectivamente yo tampoco hahia esperado que hiciese tanto—Was.liburn: es que tiene buenos colaborados y sobre todo no recatea el (rO(i moiteif (Dios plata). "Qne en seguida sacó la obra de Du Grati y so pusieron A ver en el mapa que tieno el rio Tebi- cuari y las distancias de los partidos todo con rela- ción A las operaciones militares que ro esperaban referentes al proyecto ó movimiento revolucio- nario. "Que al 16 de Octubre con motivo de ir Wash- burn A cumplir por aquel dia, s- vió con el «!• cla- rante cerca de las columnas del palacio do Gobier- no, y allí hablaron de los hechos de armas que eu los primeros días de aquel moa habían habido, diciéndole el declarante que los aliados habían sufrido un contraste, A lo que 'Washburn contestó: sino serán de aquellas accione** que describe, el Bemanario, en que ciento ó doscientos matan A mucho» batallones, y apenas muere uno de ellos — Que también el declarante en e a ocasión le contó que la línea d."! »itio no llegaba todavía al rio, y hablaron algo mas en eae sentido. "Que lanOÍM estando una mañana A visitar a Washburn en ni casa hablaron sobre la noticia de que los aliados habían llegado al rio echando A pique dos buques, á lo que dijo Washburn que ha- bían hecho mal en perder esos buqnes porque ya no serian útiles al ejército y sí al Brasil, cuya es- cuadra arribaría sin duda; á lo que el declarante le contestó, que esos buques les hacían mucho daño: que también en esa ocasión le dijo el decla- rante que ahora era de esperarse en breve grandes sucesos, aludiendo al movimiento de que el Wash- burn tenia conocimiento, y que era el rompimiento del sitio para el ejército nacional. "Que después por principio de Enero con mo- tivo de una visita pasajera que el declarante hizo á Washburn en la casa de la Trinidad, le dijo este, después do informarse de lo quo había do novedad, como era de costumbre entre ellos qae le parecía que era cada dia niaS apremiosa la situación y se hacia necesario ponerle término, puesto qne se tra- taba hasta de enrolar mujeres p ira continuar la guerra, y esto revelaba la imposibilidad de con- cluirse por un tratado honorable (aludiendo a las diferentes aberturas de paz que no fueron acep- tadas por la inrlexibilidad del Mariscal). Que se- mejante cosa (el enrolamiento do las mujeres) asa) ridicula y que su señora le hahia dicho que si «nio tenia logar, ella no quería permaueter mas en un pais donde se hace semejante cosa, A lo que el de- clarante contestó— que no tenían mas objeto osmmanifestaciones que el do robustecer, ei era posible la confianza pública, agregando—Si usted ae vá buena nos la hace—i lo que Washburn contesto. si yo permanezco aquí es porque pienso ser de alguna utilidad A ustedes (en órden a l;», revolu- ción). "Que en otra ocasión se encontraron fin el cam- po grande viniendo Washburn de lo de Fidanza >- preguntó al declarante que novedades habla tan- j lo el ejercito como en el pueblo y contestándole que ninguna en particular, te mostró Washburn , l poco satisfocho de la calma con que todo marchaba, | 1 seria A conaii poc lo que entendí» el declaraute q u cuencia do la visita que venia de hacer con Man- lovc á Pidanza con quien, sie.ido uno de loa que trabajaba por la revolución, sin duda hablaron Bel asunto en aquella ocasión. "Que poco tiempo después fué Washburn A Ta- pua doudo se encontraba el declarante con su señora madre. A quien Washburn iba A darle las gracias por haberlo frauqueado una quinta en la Trinidad, para pasar el vernno, porque pensaba volver A eutrar al pueblo-y acompafiAiidolo el de- tdarante al despedirse le dijo: que el Gerente del Consulado francés era un sonso porque hablaba de «osas que podiau comprometer; A lo que le pregun- tó el declarante-cuales non esas cosas?—"Wash- burn: habla sobre nuevo Arden do cosas, da noticia de todo y habla rundí política general del país. uQue también r»cuerda que desde antes aun de l la evacuación do la Capital, y.hablando deque! esta medida se tomaría como consecuencia del su- ! ceso de Tayi declarándose como punto militar la Asunciou, "Washburn dijo al declarante,-que se- i mojante medida seria, un absurdo, y que no habia | derecho para obligarlo, y que podía hasta ¡'retostar ¡ cuaudo esta medida abracase también á los estrau- i ero» residentes: que después que se ordenó efeoti- | vamente la evacuación, refirió José Berges en el Ministerio en presencia de nu tercero estando esa , noche A \isitarlo (A Washburn) y hablando sobre| la evaouaeiun de la Capital, éste habia declarado formalmenteque no lo haría el por su parte; y que eoa este motivo le ofreció A él fá Berges) asilo pa- '■ ra cuando pudiese precisar, y quo así di je-e S. las imilllll «tul gobierno. Que Washburn sostenía M derecho de protest ir, según dijo al mismo do- j clarante, contra la medida do la evacuación en la parte que toca A los estranjoros, y que los cónsules UO cumpliau con su deber cuando se retiraban, que si ¿1 no lo hacia era porque tenia pocos nacionales, j Que así mismo le dijo que declarar la Capital for- : talega con un «afion y contra corazeros, esponien- do A ser destruida ia ciudad, era un error injnstiti- i cable. "Que el declarante sabe también que sostuvo ; calorosamente Washburn estas mismas ideas con I el propósito de hacerse apoyar por los cónsules de l'rancia é Italia, según estos le dijeron, pero que ellos de uiuguna uiauera le quisieron coadyuvar en an propósito; agregando el declarante que en este sentido Washburn hablaba A nacionales y ex- tranjeros, haciendo comprender A los revoluciona- rios que era en su interés, y para inspirarles ma- yor confianza había tomado mas casas, en las que principió por dar asilo A los ingleses, y después Carreras y Hodrigucz qne pertenecen A la revolu- ción. "Que se acuerda también que no solo al de- clarante sino A otros se espresaba muy quejoso so- I bre la mantención en la Capital, y que part icu- armeute'a él le decía que las pocas consideracio- nes que so guardaban A su persona (Washburn) y últimamente á su bandera, concluirían por exaspe- rarlo y colocar al gobierno en una situación nun mas difícil do la que se hallaba; dando A entender eou esto, dice el declarante, que seria rompiendo bruscamente las buenas relaciones entre la Ht] ú- blíi v y los Estados-Unidos. '•Que en Paso - Pucú después de la vuelta de Washburn del camp > enemigo trayen- do las bases y l.i carta do Caxias al declarante, es- te le dijo, que si se consigue el resultado de la em presa podría contar con medio millón y un cente- nar mas encima para uo ir A Chile sinó á donde le diese la gana, que esto le dijo aludiendo que siem- pre Washburn decia que de aquí pasaría a la Ue- recoie y i gacion de Chile, y solo por esta esperanza aguan - también de la j taba la Legación del Paraguay. 'Que A mas de. esta oferta, ol declarante por fi- nes ele Octubrey principios de. Noviembre, entregó á Washburn en dos partidas lo cantidad de un mil onzas de oro selladas y quince :»il posos en billetes del país, diciéndole que si BaaS precisaba no tuvie- se escrúpulo en avisárselo, pues podría disponer hasta de tres mil onzas. "Quo esta cantidad fué entregada á Washburn por ol declarante en persona en su casa de la Ca- pital donde pasó al eteeto, llevando él mismo A pié la primera vez, y la segunda A caballo, ambas oca- siones á prima noche. '•Qup el objeto que llevaba el declarante en ha- cer A Washburn esta gratificación, era por la eficaz cooperación A la causa de la revolución. Que en lacitadaoartadcCaxiasdeciaqueWnshbum habia esplicado como el declarante le habia encar- gado el proyecto, que estaba muy de acuerdo con ¿1, y que así era portador de las bases exijidas, y que se tratase cuanto antes de trabajar en este sen- tido, c;ue el portador ( Washburn) seria un aéaMM colaborador, y que venia Oem ei^ho (bien pagado.) "Que estas bises eran las mismas que después fueiou propuestas directamente al Gobierno por Mr. Could con la diferencia material de que el cambio de Gobierno venia como articulo primero en las <|ue el declarante recibió, y en las quo Gould aparecía al último. "Que Washburn por lo visto, completamente eprado por el Marques de Caxias, trajo de éste ol encargo de proponer de su parte al Mariscal da una manera extra-oficial que renuncíase el inuudi; — 7 para hacerse la paz, y que esto por lo mismo qno sabia que el Mariscal no declinaría, no era sino precisamente para tener Mr. Washburn la libertad de poder hablar a este respecto, popularizando la idea de que toda la causa de la guerra no era sino el Mariscal, y de consiguiente que la alianza lejos de atacar al pueblo no quería otra cosa que salvar- lo por medio de un nuevo Gobierno. ' Que consequente A este propósito Mr. Wash- burn quiso aprovechar la ocasión del sitio del Ejer- cito para ofrecer los servicios al Mariscal bajo las mismas bases de Mr. Gould, salvo diferencias me- ramente accidentales, llevando en esto Mr. Hrash- burti el verdadero espíritu de pasar con este moti- vo hasta el campo enemigo para hablar con ei Marques de Caxias é informarle del estado del tra- bajo on el sentido do la revolución, y animarlo A moverse do una vez para aprovechar .aquella feliz disposición del pueblo. "Que en otra ocasión dijo Washburn que proba- blemente terminada la guerra, le daría BBS consti- tución al país, á lo que el declarante contestó que no le parecía oportuno cuando el país saliese de una situación tan azarosa.—Washburn: piensa se- guir en el despotismo?—El declarante: no Señor, so darAn leyes oportunas en el nombre «le mi ca- rActer, de constitución, es decir, como se hace en I nglaterra—IVashburn: el Señor Berges cumas constitucional que V.— El declarante: es porque ha estado en los Kstndos Unidos. "Que á mas do estas conversaciones que tuvo el declarante con Mr. Hashburn, sabia por Berges que estaba en disposición de hacer por la revolu- ción cnanto se le pidiese y fuese necesario para conseguir los fines de ella, y ol mismo Berges le trasmitía cuauta noticia había del Ejército; en una palabra, se entendía en un todo y por todo con él [wuílihoni) quien A su vez recibía y mandaba correspondencia de Bnrgcs y Carreras al esteríor, relativas á la revolución, y comunicando también A ests mismo objeto, las noticias que recibía del osterior por medio de sus correspondencias. "Que ademas de estos trabajos de Mr. Washburn favoreciendo A la revolución, él tenia que recono- cer oficialmente, en capo do un buen éxito, el nue- vo Gobierno establecido por el golpe revoluciona- rio, y en caso contrario, asilar a los revoluciona- rios bajo su bandera. "Que toilos los papeles de la resolución que han corrido por sus manos los juntó en un embelopcua- drado que cerró con goma y tiene un sellito de timbre que después llevó en persona al Ministro americano, habiéndole puesto por iuscripcion de su propia letra— Papeles privados—y en otro renglón abajo, las iniciales de su nombre-—B. JL.—; que al entregar al Ministro le dijo—No quiero dejar en casa estos papeles, por eso se los traigo, guardéine- los, si yo muero al fuego, y si so los pido too los entregará: á lo que WAshburn le contestó: corrien te—-y tomándolos puso sobre la mesa redonda de la Sala, a, donde estuvo oou él el declarante. Que esta entrega le hizo en loa días del movimiento qne empezó A haber por loa Ministerios, disponiéndose papeles para transportarlos con motivo de la arri- bada de las corazas enemigas A la Capital, y seria como el 20 do Pobrero como A medio dia habiendo el declarante eu la Sala por la puorta del corredor i anunciado por la sirvienta Koty (no recordando | bien este nombro) que en el poco momento qne i estuvo con el Ministro hablando de las coraza*, ' dAndole el declarante noticia de ellas; A lo que el i Ministro le. dijo que ya sabia, y continuó—entón- ees le evacuó el pueblo?—Y el declarante le cou- ¡ testó que sí: que el Ministro A la zazon de entrar ' el declarante habia estado tomando ginebra, y con esto motivo le ofreció á elección este licer ó el i cofiac, y aceptando este último se lo hizo traer con | la misma sirvienta Kety, que eutró con una baja- dejita llevando una botella de dicho licor y una cepita para tomar, como lo hizo el declaraaté |«M fio tardó después para despedirse aeompañámlola el Ministro hasta la puerta del saguan por donde se retiró- "Que la última conversación que tuvo el decla- rante con Washburn fué el 25 de Marzo viniendo , el declarante a la Capital puro, seguir viaje al éjer- I cito, y saliendo Washburn de la Capital se eneon- | traron a dos cuadras atrás de la Iglesia de San I Roque donde se pararon A conversar un momento. ! Washburn preguntó al declaraute donde iba, y di- . ciéndole que al ejército, le volvió A''preguntar— qué me deja ustod encargado? A lo que el decía- | rante contestó—la familia, y que le vaya A —Imi muy bien—aludiendo, la familia á la protección ; que inashbum lo ofreció para acojer algunas perso- ; ñas wdefensaa y sus fortunas, según consta en otra parte; y ol otro inciso—que, le vaya A usted muy ' bien—al negocio de la resolución en que trabajaba I washburn para qne signiesen ese empeño." i Ahora V. E. tendrá la bondad di; escuchar por ', primera vez A otro individuo, que satisfaciendo á la justicia nombra A V. E. El cx-Comandaiite i General de armas Coronel Venancio ». .,. ... dice lo siguiente: I l "Que el 1 - do Abril el Ministro americano | estuvo á visitar al declarante en la casa de la Capi- : tal, y le dijo, quo Ilumaitá no resistía A las corazas ' y mucho menos las fortificaciones improvisadas, y teniendo ya A su disposición el Paraná y el Tebi- cuarí con todas l^s misiones ya no hay como des- alojar al Brasil y así ya están VV. de una manera ¡ que por todos lados serán atacados y no hay como i salvarse, sin embargo, tiene V. mi casa pajea, toda garantía, pero no todos pueden caber en una casa. J Ademas es preciso conservar lo que han trabajado: V. ya sabe (aludiendo á la revolución) y asi es : bueno que V. escriba á Caxias para que pueda con ¡ sus intereses y familia salvarse; es oí único medio : que le queda. "Que ademas le dijo que diese á saber á Caxias ¡ que todos los que dirijiau la revolución habían sido traído* al ejóicito, y que asi estaba descubierto el— 8 plan. Que el declarante al principio m le negó por no tener conocimiento con Caifas, a lo qne washburn le dijo qne eao nada importaba:- qne en qne hay de nuevo? Nada como siempre—diciendo el mismo, á lo qne el declarante contestó que na- da sabia,— VPashburn: es estrafto; sn hermano (el tónces el declarante le preguntó que por donde señor Mariscal) no quiere la paz, por mas que he mandaría la comunicación, y Wasbburn le dijo que trabaj por la via de Cuapucú, indicándole que por alia había un tal Filiper; agregando qne Vasconcellos (el Vice-CónsnO también conocía á esto sujeto, y que para mas animarlo le dijo que también iría su t arta como acompañando la del declarante. "Que el Ministro americano le había indicado el parago en qu<; debía encontrarse la avanzada bra- silera. "Quo la contestación de Caxias recibió el decla- rante por medio del Ministro americano por la cañonera 'w'app". y sn contenido era, que no tu- viera miedo, puesto quo era para salvar su pais haciendo un cambio de administración y evitar los 'Icsastres de la guerra. "Que otra carta son fecha de ÍO A 11 de Mayo escribió también A Caxias diciéndole que bajo la que tenga la confianza del pueblo, ha -. i!... ,.i d. la seguridad del Minístrcj americano i ™pdio de salvar. Que el declárame 1 continuaba sus trabajos, si bien con poca esperanza resol viéndose como antes, á toin; del éxito por la falta ya de los principaler do la lo revolución, do la qne de este modo el Ministro jado, y ;o no reo esperanza de ganar, porque es preciso conocer el poder del Brasil y su m - fluencia en todas partes; ad« uiat, todos conocen el derecho del Brasil de sostener esta guerra a que lia sido obligado, por eso nadie se determina ó ofrecer su intervención, y 6u hermano seria un hombre admirado como los mas celebres y valien- tes, por haberse sostenido tanto tiempo do tres po- deres, y no por vencido deja el puesto sino por in- terés de restablecer la paz legando el poder al Sr. Sánchez para entrar en arreglos; pero tienen vds. uu medio do Balvar la gran República, es la única que debe salvar al Paraguay y sostener su .-vritono- raia; el tratado secreto es ridiculo, los Estados Unidos no admiten eso. Aquí no son muchos Ies hombres y una representación de los mas notables, do ser el e apo.v ó 1 a resolviéndose como antes, a tomar parte en por la falta ya ele los principa revohseion, y porque esta estaba ya descubierta. Que fue dirijida por Washburn quien mismo traje» cliando vino a esto Campo para mandar entre sus ■ rrespondeucias, sin que haya tenido contestación alguna. "Que el Ministro americano estaba hecho cargo de todos los papeles como una garantía, entendién- dose que dichos papeles son |los de la revolución. Que los que no creían de interés inutilizaban siem- pre, asi como los borradores. Que el declarante en- tregó al mismo Ministro los documentos que en- contró en poder de Bedoya, los mismos que le: ha- bia mostrado Benigno en la tarde de la ánima ve- nida al ejército, diciéndole <[ue esos eran los pape- de que Bedoya le habló, también cuando sn re- ñida al ejército, como en efect» Bedoya habia con- tado al declarante, quien no dió después con ellos, sino con motivo de ir á buscar en el escritorio de Bedoya en la casa de su señora, junto a la Cate- dral, algunos picos de plnma, hallándolos en uno era el principal promovedor, prometiendo ademas hacerse ed órgauo para entrar en tratados con el i enemigo, por parte de los conspiradores, j "Que según el mismo Wasbburn dijo al decla- ' rante, su verdadero objeto en hacer arribar á Ta Asunción la cadenera "Wasp", era tenerla allí pa- j ra protejer á sus amigos y que estrafiaba de que ! Caxias no dejase arribar esa cañonera, no sabien- do A que atribuir, - ino es que Cnxias no quet i i • abrir uu preeeueiiíe para otros. "Que el decl-rante hablando con Washburn so- j bre el modo cómo podía salvarse la situación, va ¡ que S. E. sabia la revolución, le dijo—efectiva' ! monto, ese canalla de Couverville, que no es capa* ' de guardar un secreto, es el que ha descubierto, p re Caxias no ha de perder tiempo, se ha de apresurara tomar HumaitA, en seguida ha de es- teuder la escuadra para acá y mover el ejército so- ¡ bre el Tebicuarí, de modo que vda. (los revolucio- narios) so han de salvar, porque yo entonces ya de los cajones pues que, después de la venida de podré salir A pedir armisticio y ofrecer los comisio- Benigno, se habia olvidodo de ellos. nadoB para entrar en tratados cou los aliados: que 'Que dichos documentos estaban bajo carpeta conseguido esto, la situación dependía del moví- certada, con la inscripción de—"Documentos de miento revolucionario y de consiguiente el ejérci- ^aliliaros"-habiéndolos entregadoá dicho Minis- to nacional ya no podría accionar, viéndose! en In *ro americano, juntamente con una hoja suelta de obligación «le tener que someterse, porque Caxias "K\lu> pliego en que estaba la lista del personal ha de traer gente de desembarqtie, para colocar en del nuevo Gobierno. Que «d dia de esta ODtrcga j cualquiera parte donde quiera llamar la atención 'ué el t de Julio como A las 1U do la mañana, en ■ al Mariscal, asi como rodearlo por todos los puntos ; del Tebicuari, de manera que le será muy difícil la retirad*, y quedando de este modo sin poderse ya sostener, él mismo desearía ó admitiría un arre- glo que ya tío se.-rá tan ventajóse; como antes. Que por lo que hace A HumaitA, no era un estorbo para Caxias, y ejue si no la habia tomado aun, no era no convenia todavía a sus planes: que dictan: Que la casa de la capital, de; la señora madre del ele- clarante, donde este; habitaba; que IVashburn al recibir el paeiueto cerrado, dijo:—esto será por duplicado—dando así A entender que demasiado bien conocía su contenido. **Que las palabras con epue (V'ashburu empozej á hablar al declarante para empezar este á tomar parte en la conspiración, fueron estas—Ifashburn; sino porque además le gustaría mas tomar por condici ♦ sobre este revelación de Washburn persuadió este ni declaraste que convenía quo Al también oscri- bieao A Caxias pues que era el único y el Coman- dante Fernandez los quo podían hacer esto para Malvar la situación. Aqufvieno José Vicente TJrdapilleta ex-Juez tic le» civil «n la íí- * iustaucia, á hacer estas refe- rencias de V. E. "Quo el ministro americano se habia comprome- tido A garantir el conducto de las comunicaciones q tie Benigno entablaba co e»brar en combinación con para protejer el movimiento, haciendo arribar sus corazas hasta la Asunción cou jente de desembtr- co y qudebía bajarse en tierra en la pital ó en cualquiera otro punto que futura mas | Pue dicho qne iba A mantener una "estación naval de ¡una, dos, ó tres cañoneras de en na- ción, en el puerto de la A tu cion, bajo protesto de la presente guerra, par í protejer y recibir bajo su bandera A los iusurjcutes en caso de ser derrotados ó de fracasar la rebelión; y que por todos estos titules le había entregado aquella can- tidad, debiendo al concluirse los negocios acor- darle igual ó mas cantidad todavía (esta no re- cuerdo biou;) y quo por los veinte y ciuco mil esos en billetes que leí ha entregado ó la canti- n el oeeinigo, que debía , i?0 j' la tuerza revolucionaria ¡ t,aí1 que fueT precisa para llenar ese objeto, i debía buscarle un terreno bien situado que se prestase mejor para uu establecimiento de recreo misma Ca- I Tf agricultura que no estuviese mu retirado elcl blo, pu liendo disponer [i r i o? te (i n aun de los conveniente según el plan de operaciones que mas I terrenos dol Estado y todo bajo precio módico, tarde debia formularle: quo ademas Mr. washburn ¡ , Que desoues do algunos -has que I • retrajo de estaba llamado para hacer por su parte los mas! ,ttS •■trevistas con Benigno Lopes, por adi graudcs esfuerzos en protección del pensamiento ! xa por si ó ya por todos los medios de su alcance, llanta recabar si fuese necesario de su Gobierno el apOJTO de esta idea v de hacer uso de los elementos de poder que- tenia en el Rio de la Plata para pro- tejer la realización del movimiento pensado, pues 0 tte estaba entre las instrucciones de su Gobierno 01 prestarse de todos modos á trabajar por el soste- nimiento de la libertad ele los pueblos americanos. '•Que el tiempo ó moine*nto ele estallarse debia ser anunciado por Mr. Washburn A consecuencia del acuerdo en quo d«;bia ponerse con el General elel ejército Aliado ó por medio do comunicación, ó por una entrevista que tendría lugar. Que otra tarde, y esto seria como 20 diasdespues volvió á encontrarse cerca de la casa de los Figue- redos el declarante con Be nigno López, que pare- ce; entonces veuia do su casa de la Recoleta, y leí acompaño como otras voces hasta el centro de la ciudad. En esta ocasiein preguntando el declarante como iban las cosas de la rnvolucio i, lo dije que s«>bre todc> el mas recomendable de los que toman parte es Mr. Washburn, «lúe está prestando servi- cios muy importantes en la causa de la conspiras cion, y que por esto mismo debe guardársele toda- las consideraciones posibles, no solamente por los conspiradores sino por el pueblo todo; y qno en atención A tastos buenos oficios, había obsequiado á >ír. washburn con una cantidad de mil quinientas onzas do oro y veinte y cinco mi! pesos en billetes; á lo que el declarante le «observó que eso era mu- cho, y quo estaria muy contento con ellos pues que sabia i el declarante) ejue no ganaba si IO cinco mil pesos anuales de su Grobiejrno por su misión á e-ste país, y quo según le decia Mr. Washburn su fortuna no so encerraba mas qno en lo que pueda ganar por su servicio que entonces Benigno le di- jo que también grande era el merecimiento de aquel caballero, porque según le había difho Mr' washburn estaba completamente resuelto A fa- vorecer á los conspiradores con todos los me- dios de ejue podía disponer; y que aun le habia rten- cia que le hizo éste, se encontró uní ocasión el deolarante, parte de mañana cerca do la casa de Bolilla con Mr. washburn que venia do la cu.-¿a I que habitaba eu la Trinidad, y preguntó al decía* i rante;, cómo vau las cosas de la guerra?—Urdapi- • lie; a: yo no sé nada, estos días; y vd. sabe algo? — Ministro: tampoco he sabido nada, voy A Go- bierno; ahora, si só algo le contaré A V. do paso p r . i casa. Continuó el mistase — Me ha contado ! 1). B nigno , para pre>tojer ese; hecho; pues ostA entre mis instrucciones hacer cuanto mu sea posible en favor do la libertad de los pueblos deAmérica: pienso pasar para abajo por poco tiem- po para traer mis comunicaciones, quo ha pasad» ya e;l tiempo y no las recibo; y cou eso motivo arreglaré ese negocio entro ellos (entre Benigno y el enemigo.')—Urdapilleta: me alegro mucho, y espero quo asi lo hará -Ministre): si. sí, pierda el cuidado, lo hemos de hacer. ''Que otra ocasión, aseando el declarante en la ' puerta de su casa en la ciudad, por donde pasaba j con frecuencia Mr. washburn, se paró éste un rato I con el declarante, qui'-n le preguntó: cómo vá el a .untoV—Ministro, t'rbtá idosn las manos: aguardo ceii an iedad mis comunicaciones que deben venir- ; me do mi gobierno, y c ;n ellas también la otra (la I del enemigo ^—Urdapilleta: y eso es benéfico par e , nosotros?—Ministro: por supuesto, no le dé cuida- do. Que despue» de; algunas otras expresiones entro los dos, pasó á las actualidades dol pais, y lo dijo que. estaba muy bueno que ol Mariscal ajenes hu- biese hecho célebre A su patria por la deten» he- roica y de valor que haco de ella: que vendrían después de; esta gr.evra muchos capitalistas A visi-— 10 — tari» y 4 comercia* con ella por sus riquezas, pero no obstante todo esto, y de que el Mariscal Inopes haya sacado 4 lúa al Paraguay, ya de ningún mo- do conventa A la nación el gobierno de este Maris- cal, porque un gefe militar pone a cada paso en estado de conflicto con la guerra, y de este modo, le decía, las frecuentes alternativas de paz y guer- ra, privan al pais de su marcha progresiva, por- que la guerra destruye la riqueza que la paz ha hecho; y que por otra parte, el país encerraba grandes fondos de esplotacion, y que aplicado a es- to el adelanto de otros pudrios, como las maquinas se obtendrían grandes y rápidos progresos, lo que es difícil ver bajo un gobierno militar. "Que en una de las conversaciones que el de- clarante ha tenido con el Ministro Norte-Ameri- cano Mr. watthbum le había dicho también que Saturnino Bedoya le había franqueado para su residencia su quinta de Ibiray con un edificio ln'rinoso de dos pisos, en donde le daba todos Ioh utensilios necesarios, hasta criado para su servi- cio, y esto sin ningún pago do parte de Mr. Wash- burn, y que el declarante supone que todo esto hacia Bedoya, no por la mera amistad que tenia con él, siné seguramente por corresponderle los sera icios que se resolvía prestar a la causa de la rebelión." "Francisco Rodríguez Larreta, que tiene en apoyo^ol testimonio mismo de V. É. de haber sido de su intima relación, y cuyos sentimientos todos penetraban perfectamente V. E. dice a su vez lo que sigue: "Que con respecto á las condiciones del tratado secreto de la triple alianza, el Ministro washliiirn decía que apesar de ser demasiado duras, el Para- guay tarde 6 temprano tendría que someterse a ellas en razón de que los brasileros eran muy fuer- tes y que si debia ser mas tarde mejor era que fue- se pronto. "Que como principie general del Derecho de Gentes ni Ministro washburn consideraba inacep- table la pretencion de los aliados de que S. E. el Mariscal Lopes fuese separado del gobierno de la República como atentoria A la Independencia y Soberanie do la naciones constituidas, pero que en el caso en que »e encuentra la situación del pnis, creía conveniente su separación como e! medio mas conducente para una pronta terminación de la «IUIIS actual, y quo por esta razón se hnbia deci- dido a prestar su apoyo A los revolucionarios, se- gún decía el citado Ministro. Que después que este Ministro represó de San Fernando, dijo que nada había podido adelantar respecto á la situación do Benigno López y Satur- nino Bedoya, apesar de haber tratado de indagarla, v que solamente ha sabido que José Berges se ha- bía enfermado en la retirada por el Chaco y espre- saba su ynicío d« que si estaba enfermo en su casa, le ofrecía cuando menos una probabilidad de que no estuviese preso y que en tal caso no debía con- siderarsc el proyecto revolucionario como fracasa- do sinó aun practicable. "Que en la ocasión qne se presento Leí te Pe- reira en la legación americana a- pedir asilo! al ministro Washburn, este consultó al Dr. Carreras y al declarante hasta que punto podría servirle a dicho Leite Pereira, el asilo de su casa en la cír- custancia en que se encontraba, quo el declarante y Carreras le contestaron que de ninguna manera tenia derecho de asilarlo, si acusado criminalmen- te era reclamado por la justicia nacional, le mos- traron para su mas completo convencimiento lea principales autores del derecho de gentes que tia- tan sobre la materia, como Vattol, Marten», Wea- ton, Hausefeuille y Androres Bello, y que no obs- tante su convencimiento de que no tenia derecho a darle asilo y el conocimiento do queestaba compro- metido en la revolución, el ministro "Washburn wlm itió en su casa a Leite Pereira. "Que el ministro Woshbem ha garantido ni co- mité revolucionario el asilo de su casa y ó. las per- sonas ya asiladas en ella «uo no las dejaría entre- gar ala justicia, en caso dado sino por la fuerza, según dijo el mismo ministro al declarante, lo que prueba el hecho que hasta el momento do salir el declarante y Carresas a la calle para ponerse en manos de la justicia, el mismo ministro les volvió a decir que si no querían entregarse so lo dijesen, ?iue él no consentiría que se les sacase sino a la uerza- "Que el ministro Washburu les encargó al derla Iente y Carreras que no revelasen el conocimiei. to que él tenia de los asuntos do la conspiración, pa- ra no comprometerle en las declaraciones que tu- viesen que dar; ofreciéndoles toda asistencia para cuando quedasen en la Asunción, y que el decla- rante y Carreras lo aseguraron quo no descubrirían el sigilo nido comprometerían en nada. "Que todo esto eran el fondo y convencimiento quo todos tenían en las diferentes conversaciones que tuvieran lugar durante la permanencia del de- clarante en la Legación americana; en las cuales el ministro Washburn lamentaba; como sus interlo- ' t utores para cuando fracasasen los trabajos de la 1 revolución sin poderse realizar el fin que le habían prometido para concluir la guerra, el estado en que quedarían todos los comprometidos en ella. "Quo el mismo ministro recibió la cantidad de ciento cuarenta mil pesos en billetes, según confi- dencia del mismo ministro al declarante: que este I dinero le fué remitido por Benigno López en los I últimos dios de Febrero ú primero de Marzo, sin I quo el declarante pueda fijar la fecha de una ma j ñera determiuada, que el dinero era llevado eu la | cabeza en canastos por dos mujeres criadas del i mismo Benigno, y en repetidos viajes, a la entra- da de la noche : que el declarante ha presenciado ¡ una vez la entrada de los sirvientas en la casa con ; el dinero, y que el mismo ministro puso A disposi I cion de Carreras y del declarante la cantidad de • cuarenta mil po»os, según órden que dijo haber recibido del mismo Benigno Lopes, pero qne Car- reras y el declarante no recibieron el dinero por no tener por el momento en que emplearlo, perma- neciendo de consiguiente el total de la suma en poder del mismo ministro." El í>r. Carreras dice mas: "Que Mr. 'Washburn sostiene en principio que el Gobierno del Paraguay, no debe acceder a las exijencias de los aliados respecto á la reparación de S. E. el Sr. Mariscal López de la presidencia de la República, pero que eu el estado en que han llegado las cosas, prolongándose la guerra indefini- damente y aniquilándose el país en su población y en sus riquezas, es oí caso de hacer un sacrificio •espontaneo y personal en obsequio de la paz y del porvenir del país, con tal que se salve el principio . Benigno. Por todo esto y por los antecedentes de que V. K. tiene á conocimiento,.mi gobierno cetaria justi- ficado de tiempo atrAs para cesar en toda corres- pondencia con un ministro que en las graves cir- cunstancias porque puede atravesar el pueblo pa- raguayo, aparece en boca de los infames traidores de la santa causa nacional como uno de tales. Mi gobierno sin embargo, siempre solicito A dar las pruebas mas inequívocas de su alta consideración . estima, hAcia el gobierno de la gran República mcricana, no lo hace y como una nueva prueba de esto se limita A en\ iar A V. E. los pasaportes quo reiteradamente lia solicitado para salir del •país, siéndome agradable anunciarle q' la "Wasp" bm ha venido A llevar á V. E. se halla en su espe- ra eu la Villeta. y que un vapor recibirá ú V. jC. y bu séquito mañana á la hora qne guste en «1 puerto de la Asunción. De entre los individuos de la Legación, contó no pertenecientes A ella, los acusados Bliss y Master- nian no puedeu obtener los pasaportes, y ellos que- dan bajo la acción de la justicia local, de la mane- ra que esta deba entenderse con ellos, para que comparozcau A responder en juicio. Tampoco Bal- tazar sirviente de. Carreras puede salir del pais, por cuya razón su nombre no está incluso en SI pasaporte. Dejando asi también contestada la nota de V. E. fecha del 2 relativamente al arribo del uWasp" aprovecho esta ocasión para reiterar A V. E. las seguridades de mi distinguida consideración. (Fir.) Zitiia Caminos. Legación Argentina. El Sr. Gould á Lord Stanley. Buenos Aires, M no 19 de 1H68, Milord: Hfl leído con profundo interés la corresponden- cia con el Sr. Benitez, el encargado de negocios del Paraguay en Inglaterra, referentes A los hosti- lidades en el Rio de la Plata, adjunta en despacho al de vuestra sefioria, del 9 del pasado, como se hacen en ella ciertas relaciones que podrían, me temo, originar falsas oonclusiones, me atrevo á so- meter A vuestra señoría algunas observací »nes sobre algunos de los puntes mas iuiportanfs ¡t que hace referencia en los mencionados docu- mentos. El Sr. Benitez atribuyo la causa de la guerra actual, únicamente al vivo deseo del Presidente López por protejer la independencia de la Repú- blica del Uruguay, v por asegurar la libre navega- ción del Rio de la Plata y sus afluentes, amena- zada por el Brasil y la Confederación Argentina. Estos lian sido, A la verdad, los protestos espe- ciosos aducidos por el gobierno paraguayo para encubrir sus propios miras ambiciosas. En mi humilde opinión, la guerra actual, fué en su origen meramente una lucha por supremacía inevitable, debida á la posición y miras opuestas de las partes contendentes, pero acelerada eviden- temente por el Presidente López, y aun mas agra- vada por 8u captura injustificable de un Vapor bra- silero sin iiingua declaración formal do guerra, y por su invacíon inucítada de una parte del terri- torio Argentitio, que permitió que sus tropas aso- lasen de la manrfra mas cruel. Por un lado, años antes que el Brasil tritervinie- se activamente en la República del L'rugnay, el Gobierno Paraguayo había estado incesantemente acumulando recursos de una naturaleza de guerra, y haciendo idénticos nreparativos pira la lucha que se aproximaba. Por el otro, aunque natural- mente alarmados por el gran poder militar del Pa- raguay y la actitud arrogaute y amenazadora de su despótico gobernante, ni el Brasil, ni la Confede-— 12 — ración Argentina habían demostrado la mía minf- ma intención haaa.il haola él y estaban por codbí- guiante ambas totalmente sin prepararse para la lucha desesperada en que se encontraron de repente i envueltos. Sean cuales fuesen las miras ulteriores del Bro- sil y do la Confederación Argentina, sobro una política liberal de comercio, y la libre navegación del Rio do la Plata y sos anuentes, su actitud ac- tual BO ofrece de manera alguna un contraste r el Pa- ¡ raguay. Apesar de los hábitos industriosos do sus habi- tantes, grandes roonrsos naturales sin desarrollar, y MUI fertiliilad extraordinaria, su comercio es- traajero ha sido siempre mu y limitado, debido a I is líificultndes creadas por el Gobierno, y los mo- Dopeiioa que conservaba, existiendo restricciones tiempo pendientes muy complicadas referentes A los limites de los respectivos países, que probablemente tarde ó tem- prano, bebrian dado lugar a una guerra. Confio, lamente creo, que no habria dificultad alguna en obtener de los aliados toda garantía ne- cesaria perla independencia del Paraguay, asi como bases las mas liberales y honoríficas de paz, cou la sola condición de que el presidente Lope., saliese precisamente de aquel pa is. Nada fuera de esa condición, seria aceptado, se- gún mi humilde opinión, por el Brasil, cualquiera que fueran las concesiones qus pudiesen obtene rse oventualmente do la confederación Argentina. La posición del Uruguay es tal en este momen- to, que. apenas puede decirse tenga voz en esto asunto. t- El Brasil, desgraciadamente eonsidura que su honor, su prestigio, % su misma instancia depende de la ospulciou del presidente López, cuya con ducta para con el autos y durante la guerra, se considera di cariet-r tal, como para ese-luir la po- sibilidad de entrar nunca en negociaciones con el Paraguay, mientras no se retire do allí. El Presidente López hace tiempo sabe que su presencia es el único obstáculo para una paz iiou- roaej por la cual podria aun salvarse los restos de su pueblo valiente y consagrado A su persona, sal- varse de una ruina casi segura; pues, nadie que la DOCMaCM cree que. haya motivo para esperar qm- nuncr ced i, cscepto en el ultimo caso estremo. El poder despótico y semi-bárbaro del Presiden- te López era una anomalía cuya desaparición pro- ducirá- probablemente grandes beneficios resulta- dos, mientras que su continuación, seria a no du- darlo un origen continuo d 1 desconfianza y peli- gro A los estados vecinos. A la tActica morosa de los aliados, mas que A ninguna otra causa, puede atribuirse la duración de la guerra, pero hajr fundados motivos para es- perar que después de la caída de HnmaitA, que hac tiempo está estrechamente sitiada, la guerra - tendrá una pronta y satisfactoria terminación. - 13 — El Sr. Be ni tez permanecen voluntariamente en el ¡ mostrar A V. E. una carta .La gran mayoría do ellos deben estar tr„ ministro en Rio, do la un contratos, puos el mayor número de ! habia llegado A una rupti n Inglaterra, por solamente periodos ; por raxon do haborse uo» sufre un engaño tan evidente respecto A que la posición de los aliados sea deses- perada, que su aserción A ese respecto, no necesita comentario de mi parte. f" Convengo con él, que la presencia de los subditos ingleses en el Paraguay, ha contri- bu ido poderosamente a la feliz resistencia opuesta al adelanto do los aliados; pero, si bajo esas circunstancias el Gobierno de su majestad es- taría justificado para insistir en que se Íes permi- tiese retirarse de aquel pais, es una cuestión que no me creo competente para discutir. Hay sin em- bargo entro ellos, muchas mujeres y criaturas que do modo alguno contribuyen A la di feusa, pero que á pesar de eso permanencen inultilmcnte espues- tas A grandes privaciones y peligros. Esta equivocado cuando asevera qua todos los súbditos ingleses eu cuestión están obligados por contratos y permanecen I'arnguay. sirviendo co las hechos en cortos, habían espirada cuando yo estuv e, on el cam pamento paraguayo el etoflo pasado, según me in formó el Secretario de López, Sr. Cam míos, con el objeto de probar que estos súbditos i m loses perma- necían voluntariamente en el pais. >fo puedo de- j cir si después se han renovado, pues estoy seguro que ninguno de los súbditos ingleses con quienes pude conversar tenían ya compromiso alguno, es- j crito ó verbal, escoptuaudo A Mr. M'hompsoii, quien ' había aceptado servicio militar. Casi todos ellos se hubiesen ven ¡do de buena I gana conmigo, si se hubiese presentado una opor- ■ tunidad fav orable—y ellos me informaron, y las I tres viudas A quienes se les permitió embarcarse . donmigo en la "Dottoiel", que un gran núm -ro de los subditos inglesen en Asunción, deseaban tam- Mea salir del pais. Con una sola escepcion, todos loa subditos ingleses en el Paraguay, estAn creo en I 1 servicio del Gobierno. El permiso para que saliesen vía Bolivia, fué • según opino, un miserable pretesto para evitar la i verdadera cuestión do que se trataba, y el Sr. Bo- nitez debe saber muy bien que este camino es iin- ¡ practicublo, particularmente para mujeres y nidos, anímate ttUW conocido y mas mejorado desde su partida de América. En primer lugar, ea preciso subir el Paraguay por centenares de millas basta Coimbra ó Bahia Negra, lo que debía haberse efectuado en canoas, pues los pocos vapores se pre ¡ cisan con urjeucia on otros puntos. El camino mas practicable es el de Babia Negra, de donde se Vapor de los Estados i/m hn ' Wasp" freule d la Angostura, Rio Parayn,ij, Setiembre 12 de 186t4. A S, E. el Mariscal Lopes, Presidente del Para- guay. Señor : Cuando el capitán Ivirkland estaba para dejar esto buque ayer para ir k diispedir.se de V. E., yo le di un memorándum do ciertas cosas, A las cuales le pedf de llamar su atención. El capitán Kirkland me informó que al llegar A su cuartel general ad- virtió que habia omitido llevar consigo cao Memo- rándum, y que en cousecuuncia nu le era posiblo cumplir completamente cou mi demanda, habién- dole dado un breve repaso A aquel papel. Eu con- secuencia, me tomo la libertad on el momento de mi partida, de desviarme do los usos diplomáticos maudando una nota personal dirijída A V . E. En el Memorándum yo indicaba que él podriu voluntariamente en el | mostrar A V.E. una carta del general Webb, nues- Ia cual aparecía que él casi tura con aquel gobierno, ■ por razón do haberse negado A permitir que esto | buque pasase mas arriba de la i nMiadia 1Z*to él lo habia hecho bajo su sola responsabilidad, sin esperar órdenes del gobierno de loa Estado ,- Unidos, el cual al saber esta ofensa, habrá tomado si .: duda las medidas mas euérjicus para hacer o lectivos sus derechos y librar A su ministro de la mas espantosa posiciou. Esta carta quo V. E. vió, prueba cuanta cuanta verdad habia en la declaración del ministro de negocios extranjeros do V. E., José Berges, quo yo estaba eu coalición con el general Webb y en el interés y paga de los brasileros. Tengo en mi poder varia» cartas para el lír. Carreras, las cuales yo pedí a] capitán Ki>.md que entregara, pero lo cual él rechazó hacer, A me- nos que yo las abriera, receloso de que él también fuese acusado de ser conductor de correspondencias A traidores. Sin embargo, yo iuclu o las cartas, pues no creo que baya en ellas nada de traición, ni creo tampoco que ninguna corrcspondeiieia trai- dora haya jamás pagado por luis manos para al- guien ó pura nadie. En efecto, no creo que haya jamás habido n¿u- I gima conspiración. Las declaraciones de Berges, ' de sus dos hermanos de V., Venancio y Benigno, ¡ y del Sr. Urdapilleta, según se han dado on las notas de sus dos últimos ministros de V. E. por 1<> ; que toca ellas A implicarme eu hnber tenido cual- I quier conocimiento* do una conspiración, son ente- \ ramente fnlsas, y V. bien sabe esto, y V. sube ync ¡ ninguno de ellos querría confirmar ú afirmar la dc- claración r/ue se les imputa, si estuvieran fuera <¡cl i poder de V", pues lo negariau in totum y declara- t rían que nunca lo habían hacho, ó que si lo habían quince dias. La distancia de este último punto 4 \ hecho, seria BAJO LA TOKTl'íA. Declaraciones do Cobija, el puerto de Bolivia mas cercano, es muy ¡ose género 3. E. debía saber que no tondrA i nin- debe cortar un camino por el bosque de Santa Cruz, el pueblo mas al Este de Bolivia, una distancia do considerable Teugo el honor etc. etc. QPirinado)— i gun peso fuera del Paraguay, ni una palabra tic \ ellas será, creída, y que todas ellos pueden ser ne- 6r. SP« Gould i gadas por elloe, y que V. tendría no solamente quo | matar A todas las personas que las han hecho, sino— 14 — también á todos los que las ha» arrancado por la fueren. Antes do dejar finalmente el Paraguay, es de mi deber hacer una solemne protesta contra la prisión «lo aqnellos dos miembros de mi legación, Porte» Cornelina Blíss y Jorge J. Mastorman: su pri- sión en la calle cuando ellos iban en mi compañía do la legación para pasar á bordo del vapor: fué tan grosera violación de. las leyes de las naciones como habría sido su aprehensión en mi misma ca- sa. Kuó un acto no solamente contra mi gobier 10, sino contra todos los poderes civilizados, y coloca al Paraguay rDEiu del iíbemio {palé") DE i.as NaCroííES, y por eso acto V. será mirado como kveuioo com:iií* negando lealtad a las leyes de las Tinciones. V. también sera considerado como nn enemigo comi'.tt por haberse apoderado, tomando presos con torillos á casi todo* los Cóframjeros en el T'araauaii, y después de haber entrado a sus Mni y sacado de ellas sn dinero bajo el miserable protesto de que hallando a* evidente y se conocerá, por todos en Buenos Aires, espero que los Ministros de naciones neutrales en Buenos Aires tomarán alguna medida decisiva, aunque apenas creo que semejante medida i pueda favorecerme, pues el Gobierno ya me lia i declarado culpable, aunque no tengo la matmíni- ¡ ma idea de la naturaleza de la declaración, necesa- riamente falsa ó fraguada que se ha producido ó se producirá contra mí. Todas las personas de esta Legación lian pasado los filtimos dos meses, desde que se encojíó estra- diccion mia y del Sr. Mastermann, en un estado do continua ajitaciori, alterando ontre la confianza | y desesperación, y siguiendo el curso de la corres- . pondencia, que por parte do este Gobierno, ha ido ¡ constantemente de maleu peor. | I>oseo atestiguar del modo mas fuerte y qne de ■ todas las declaraciones que emplean al Sr. IVash- ] burn en la conspiración, ninguua creo sea cierta, , y las mas sí son falso. También deseo declarar j que con la mayor constancia ha insistido sobre los , derechos do la Legación, y que ha hecho por mí cuanto era propio en esas circunstancias. Que i suceda lo que sucediere, sufriré mi suerte con ttB ! corazón firme y con una entera confianza on el gran arquitecto del Universo, sabiendo que mi Redentor vive. He escrito largamente á mi fumilia. Acepte vd. mi gratitud por favores que he reci- bido de vd.y la señora do Coodfellow, a quien man- do mi cariñoso recuerdo, y memorias a. todos los amigos que pregunten por mí. Firmado— I'oster C. TJUss. Ministerio de Melítciones Estertores. Luyite Junio 2fí ¡le 18€8. Habiendo dirijido con fecha 20 del corriente una nota á S. K. el Sr. Washburn Ministro residente de los Estados ( nidos habitando actualmente enlaAsun- cion pidiendo esclarecimientos sobre la presencial del subdito portugués. José María beite Pereira en aquella l.cgai ion : donde en contravención de todas las disposiciones v ¡gentes se había trasladado do su residencia ordinaria en la Trinidad, el Sr. Wash- esta misma duda, participan creo, . todas las personas pertonecioutes á la Legación ! burn confirmando el hecho en sn contestación riel Amoricaua. 22 .«obre Leitc Pereira, dice lo siguiente; de los También verá vd. los esfuerzos hercúleos que ha i motivos «"e .su venida aqui uo tengo mas informes hecho este Gobierno para imputar al Sr. Washburn una complicidad con el real ó supuesto complot revolucionario. Verá vd. el testimonio falso qua se ha puesto en boca de personas notables. Mu- j cistro"d«T1os' Estados-Cnídos me remite ¿7 V. S., sinó qne ellos están fundados sobre ciones de Mr. Cuverville al presente Consolado francés. - (.'orno por toda esplicacion al respecto el Sr: m las representa- encargado del chas de estas relaciones son sí contradictorias, y todas unas con otras sobre los puntos principales, y por último todas tienen de común, que no presen- tan información alguna positiva tocante A la orga- nización, objetos, medios y ocasión de acción, ni aun quienes debían adoptar las medidas decisivas, además, entre tantos documentos revolucionarios á que so alude según parece este Gobierno no ha tomado uno solo en ese asuuto. Pero no preciso discutir mas el asunto, la verdad le un ruego se sirva dármelas tan ámplias como exige caso tan grave como estraño. Aprofecho esta ocasión de renovar á V. S. Iss se- guridades de mi mas distinguida consideración v aprecio. Firmado— GcMasmco Bchitsz: A S.S. üfr. de Cu*erville Gerente del Consultado de Franeia.— 16 — Consulado de Francia. En ia Asunción (Paraguay.} Luque, Junio 28 da 1808, Muy distinguido y estimado señor: He recibido la nota que V. E, ha tenido á bien dirijirme á la fecha de ayer, y por la que me hace conocer, que habiendo pedirlo expli- caciones á S. E. el señor Ministro de los Bita- dos Unidos sobre las razones que le habían im- pulsado á recibir en el Hotel de la Legación al Sr. Leite Pereira, había respondido a V. E, "que él no sabia otra cosa de los ni >, ti vos del Sr. Leite Pereira, uñó que esto subdito portu- gués se fundaba á obrar de esa manera a con- BeccMocia da las representaciones de Mr. de Guvervílle, Gerente del consulado de Francia," y V. S- considerando de aquí que yo debo estar mejor informado que. el honorable Ministro Washburn con respecto al Sr. ceite Pereira. me ruega tenga á bien trasmitirle los conocimientos sobre lo qu. lama tan justamente un hecho grave y estraño. Antes de todo me permitiré señalar á la ob- servación de V S. que el Sr. Ministro délos Estados-Unidos no me ha hecho el honor de prevenirme que él tenia que servirse de mi nombre en un asuntooficiat, dependiente de un gobierno cerca |del cual estoy tan acreditado como él, yseutir, siquiera reflexionar en ello, de haber buscado implicarme sin apercibirse de ello sin duda en una causa que parecía que- rer echar sobre mi y sin hacerme participe do sus delicadas consecuencias. Dejo, por otra parle, al Supremo Gobierno de la República y A V. S. la apreciación de este proceder, que yo creería no sui razón comple- tamente inusitado. En cuanto á lo concerniente al Sr; I.eytc Pe- reyra, ni V„ S, ni el gobierno paraguayo ig- noran las amigables relaciones que siempre ha mantenido con mí predecesor, y que natural- mente ha continuado entre nosotros. Por consiguiente, he creído deber admitir, en di- versas ocasiones reprises) al Sr. Leite Pereyra del falso camino en que se le decía comprome- tida, y que él siempre me ha negado ; yo le aconsejaba de cesar de remitir socorro á los prisioneros brasileros, de cuya protección no estabj él encargado, y que le comprometían con la autoridad local, ó á menos de entenderse á este respecto con el gobierno paraguayo. V, S, reconocerá cuau'as veces yo he apro- vechado la ocasión de decirle lo bie.n oin Fernando. Lo que todo esto signiQcaba, nadie podía adi- vinarlo había algún misterio temible en ello. Finalmente, sin embargo,como el dia 1 • de Mayo,recibí noticia q* el buque de los Estados viar A los prisioneros que caían en manos de i de valor y para uno, que como yo, no tiene Lopes, confiando en q' ellos ó sus repectivos semejantes pretensiones, tal situación no era Gofa iernos se lo rembolsarían después de la guerra. La mañana que vino A mi casa, sin embargo, habia recibido aviso de que ya no se respetaría su carácter consular, y como antes se le habia advertido de que López no estaba bien dispuesto hacía el, consideró el aparente para proporcionarse descanzo. Nin guna palabra parecida á traición ó conspira- ción se había oído en mi casa. Cuál era el pensamiento de López? Era acaso el estermi- nar todos las estraugeros para que ninguno de ellos quedase para contar la historia de mismo es el verdadero editor. Durante toda «ata guerra Lopee nunca se ha espuesto per ■ sonalmente; en ninguna ocasión se ha espues- to en el momento de la acción, y mientras! permaneció en Paso Pucú tenia un inmenso sótano ó mas bien dicho casa, con paredes de! barro demás de 30 pies de ancho, de donde ¡ llevase á otro mundo adonde sus acciones recibiesen una recompensa mas adecuada. ¿Porqué pelean entonces los paraguayos con tanto valor? N) es porque tienen un valor superior ni por devoción á López. Quo son valientes y sufridos no se puede negar. Pero la razón retiró de su exequátur, como un crimen pre- \s113 delitos"! ¿Tratábase de borrar el reauer ludio a su prisión, grillos y hambre, en su . do desús crímenes"! consecuencia, huyó con su familia á la Le- Si esto, el ministro no estaba mas seguro gacion de los Estados Unidos, confiado en I que los otros miembros de la legación. Pero encontrar al buque y protección. Si le acor J como Bliss y Masterman no fueron tomados dó sin hexitar un momento, aunque conside- ré que por parte suya era un paso poco cner do £ imprudente. El 11 de Julio, despareció- se el suefio le seguridad con el recibo de la carta de Ministro de Negucios estr.augeros Dan Gumecindo Benites, en la que el Gubier-jdi alegría au:e la no exigía se de3p¡ liese^al dia siguiente no| no nos sorprendía Unidos Wasp' habia subid ;ba->ta Curupaíty para llevarme, y estaba detenido allí por la Escuadra aliada,yo sabia que López no desea ha que yo saliese del Paraguay, que el como todos, querían que yo permaneciese. Los estrangeros de todas las naciones ansiaban muy especialmente que yo esperase hast i el desenlace de la guerra y muchas de la mejor clase de Paraguayas, las que tenían mas que perder, me importunaban fuer- temente para que me quedase y les propor- cionase la protección de mi bandera en el ultimo apuro. Entre estos la madre del Pre- sidente era la mas solicita. Yo les coute3te á todas que no las abandonaría, que sufriría privacíonesy pérdidas por ofrecerles cualquie- ra clase de protección que estuviera en mi poder, y que sino venia algún sucesor á ocupar mi pacj,a,8in ordenes terminantes de mi Gobierno para que regrosase, me sosten • driá hasta último á su lado. También sabia, ó al menos no dudaba que si yo hubiese pro- puesto al retirarri e, y hubiese pedido á Lc- pez los medios para conducirme hasta atra- vesar las lineas de los alíado3 y embarcarme en el 'Wasp' el no hubiese accedido á mi soli- citud. Le escribí par consiguiente al Comandante de la 'Wasp' que sí el no subía mas arriba de la Escuadra, mi familia no podría embar- carse en su vapor, y le instaba fuertemente á que forzase el bloqueo. Mi principal obje- to era sacar á mí epposa é bijo, del pais y si el 'Wasp' pasaba una vez las líneas mili tares, yo podi.a ir ó dejar ele ir, con el per- miso ó favor do S. E. el Mariscal López ó sin él, si cuando llegase el vapor fuese mí deber el hacerlo asi. Yo estaba dispuesto, sin em- bargo, á quedarme, porque sabia que si me retiraba, me llevaría la esperanza de cente- nares ó millares de personas. solamente al Sr. Leite Pereira, sino to las los que estaban en mi casa, que no pertenecían á la Legación. Pereira y los ingleses salieron por consiguiente, aunque á to los dije que "yo no los despedía, y que si querían que darse podían hacerlo, y quejamás entregaría á ninguno de ellos basta que se formulase un cargo especial contra ello'." Todos pensaron que seria mejor irse, y los ingleses me pi- dieron fuese a v jr al Coronel Fernandez, el Comandante Militir en la Asunción, ofre ciend i ellos volver á su trabajo en el arse- nal, y deseando saber los puntos adonde se- rian mandadas las mujeres y 1 13 criituras. Li casa fué rodeada, por cuarenta vigilan- tes de policía, y los ingleses te i a ti ser in- mediatamente llévalos á la cárcel. Fernandez, sin embargo, m-¡ dió su pala- bra de honor, que la policía no los molesta- ría, sínó que serian bien tratados, y dijo que se volverían á tomar los hombres en servicio, á condición de hacer nuevos contra- sino algunas semanas después de la partida de Carreras y de Rodríguez, gradualmente permanecimos en un estado ma3 uorm al. La conducta de las personas acusadas en tiempo de la revolución francesa, cuya inconsidera- muerte parece increíble, entonces, lo observam os tos. Los hombres habían hecha ese ofreci- miento solamente porque creían que ¿ra me- jor servir á estar presos. . ..Salieron pues, de la Legación á la tarde, y fueron mandados á ¡la estación del Ferro-Carril, d donde se les trató miserablemente, apesetr de haber Fer- nande» dado su palabra de honor de que seri tn bien tratados. Permanecieron en eae estado durante una semana, cuando desapa- recieron, y no sé lo que ha sido de ellos. He oído que las mujeres y criaturas se mau- llaron á una aldea de itmisíon llamada Sin Lorenzo, y que á los hombres, como á li ma- yor parte de los estranjeros eu el Paraguay, se les había llevado con grillos al cuartel general del ejército. Leite Pereira se fué Ue su casa como á las cinco del mismo ui.i, y fué tomado preso en el acto de salir á la calle. Dií su suerte ulterior nada sé. El mismo dia escribí una carta á Beuitez, anun- ciándole q ie el cónsul portugués y los in gleses, habían abandonado la Legación volun- tariamente pero como ningún cargo so había hecho contra Carreras ó Radriguez y ellos preferían permanecer en la Legación y como tal era también mi deseo, suponía que no se pondría ningún inconveniente á ello. Al salir el sol, sin embargo, al día si- guiente, recibí otra carta aún maa urjente, pidiendo que abandonasen mi ci3a á eso de la una del dia. Sin embargo, ningún cargo especial se hacia contra ell09, y Ies dije que podían irse ó quedarse, como mejor les con- viniese, pero quo tendrían la protección de mi casa y da mi bandera hasta que los to- masen por la fuerzi, ó hasta que les hicie- ran el cargo de algún crimen especial. Am- bos contestaron que si quería prome- terles de quedarme en el país hasta la termi- nación de la guerra, no se entregarían, siendo imposible que les formulasen ningún cargo mucüa's veces, pero sea dicho en honor ue Bliss y Miatermin aunque n> en el mío; puesto que no me consideraba bajo un ries- go tan grande como el que ellos corrían, nos burlábamos de los peligros que nos rodeaban y hablábamos, hacíamos bromas y nos reia- mos como sí no tuviéramo3 nada que temer. Llegado á este punto, debo hacer observar que des le el tiempo en que Leíte Pereira lle- gó á mi casa, estuvo siempre circunvalad a por doce policianos cuando menos, y que fre- cuentemente miran lo á la calle he contado mas de ese número de un lado solamente. E^robablemente unos cincuenta hombres, que sin eso hubieran estado en el ejército, se ocupaban de día y de noche en vigilarme, asi como los á miembros de mi legación. En t re tanto no sabíamos nada de lo que pasaba. Con escepcinn de Io.< cónsules, que por acaso venían de Luque, nadie vino á mi casa y mis criados paraguayos 3¡ llegaban A saber algo, temían revelarlo. Supo sin embargo que en el tiempo en que el gran desalajo tu- vo lugar en mi casa el hermano del presiden- te Venancio Lopee fué engrillado y llevado al cuartel general del ejército. Su otro hermano Benigno, habia sido llamado aguas abajo, mucho antes y cuando visité á S- E. en Sin Fernando al principio de mayo, don Benigno y el ministro de II. E. Uerge->, estaban ¡neo mullicados, como lo estaba también el auna- do del presidente, S ilurníno Bedoya. El anciano Vice-Presídente Sinchez, que antes bahía estado prisionero, obtuvo permi- so para dejar su casa, pero ni él ni ningún paraguayo so atrevió á acercarse á mi, ni d ser visto en mi eompania. Por algún tiempo temí un as que la Inten- ción de Lopes fuera degollar á todos los es- tranjeros, no sabiendo entonces que ningún paraguiyo hubiese si I > arrestado. Si fueron arrestados, esto se hizo de un modo tan sileu- cío30, que podíamos haber sabido ó no haber sabido nada por espacio de semanas e meses. Pero mientras que los ingleses que habían estado eu la Legación se hallaban detenidos eu la citación del ferro-carril, el tren llegó una noche á las doce lleno de prisioneros. Los ingleses no po liau ver nada, porque la luz no era permitida en la estación, pero el ruido de las cadenas, de los suspiros y los quejidos de I03 prisioneros, en momentos que se les obligaba á bajar de los w g nes y se les arrastraba hacia las orillas del río, so oían muy distintamente. Los embarcaron A todos untes de amanecer en un vapor, para San Fernando. Pocos dial después supo que todo3 estos prisioneros eran paraguayos, que, casi todos los habitantes déla nueva capital, los jueces, empleados, contadores, todos, en una palabra, salvo el gefe de policía, Sina- bría, bouihre eminentemente conocido por su brutalidad, Beuitez y el Vice-Pre9¡dunte no salia por semanas entera?; y al mismo porque pelean de un modo'desesperado es que tiempo que su diario estaba lleno AD ñau-1 =...»..«i -:-#---.i- jt-__E_l .__ . ™ seum con reliciones del gran Lopes, llevan- do, con valor intrépido, sus legiones á la vic- toria; él estiba sentado temblando y tiritan- do en su sótano temiendo aventurarse por recelo de que alguna bala le tocase." Eu una ocasión, será de esta como dos afíos cumio salió con su obi.-p > y su estado mayor, una bomba cayó á una distancia de media milla mas ó menos de s:i Excelencia. Inmediatamente el valiente López se lió vuel- ta y se puso á correr como obeja asustada, con su estado mayor, incluso al obispo, tras de él, dejando caer este último sombrero mientras corrii todo asustado siguiendo á su gefe. Este es o' único caso conocido en que haya estado espuesto personalmente, no tie- sa ni el mérito vulgar del Valor personal, ni tiene ningún otro. Su firmeza, llevad i hasta la obstinación, es el resultado de miedo personal. Muchas personas, sus compatriotas mismos que han escapado de su poder, y cuyas familias han sido torturad&s ó perseguí l ts ii muerte, le han escrito amenazándolo de matarle si al- guna vez se encuentran en su presencia, asi pues, él, no se atreve á tratar con el enemi- go, pues tantos han jurada perseguirlo, q' no ha de hallar un asilo en el mundo entero, si una vez se encuentra sin un ejercito entre él y sus enemigos; 3abe que el pais está perdi- do y arruinado; no tiene marina, y en mi opinión, no po3ee mas de una quista parte de las fuerzas de tierra del enemigo. Porque razón eslo3 últimos no lo atacan y ponen un término á la guerra, no io com- prendo; pero no lo hacen y li guerra puede durar por largo tiempo. Lapez ha dicho re- cientemente que se vería pronto forzido á abandonar el litoral, y entonces se retirará hacia Ia3 montañas,arreando con sigo estran- geros y paraguayos. En ese caso, al paso que han procedido los aliados uu-ante estos dos últimos afios, se pasará mucho tiempo antes que pueda presentar á sus enemigos un fuerte de batalla tan fuerte como el que tu- vo cuindo estas desembocaron en el Tebi- cuary, es decir, nn solo hombre para guar- dar el telégrafo. No fué sin embirgo, antes Je Agosto que supe, que ademas de ia conspiración contra el gobierno, había tenido la j , - un robo en el tesoro público. Detalles sjbreesto robo, nunca pu le saberlos, ni tampoco pude tener conocimiento de las detalles referentes á la conspiración. Le ilijo en una do las cartas de Ilenitez, que el señor Bliss, uno ue los miembros de mí legación, habia li nado un papel con otras personas, en el que se comprooietian á asesinar al presidente López. Se que esto es falso, ó á lo menos no mu cabe duda que lo es, y los provoqué á que diesen á luz ese do- cumento, pero nunca lo hicieron. No medie- ron nunca ningún dato sobre el modo como debía teaer lugar la conspiración, ni de como la revolución se debia llevar á cabo, y creo hasta el día de hoy que nada de esto se in- tentó. Lis declaraciones de los prisioneros no prueban nada sino las «horribles cruelda des de Lope»» porque se sabe qu; emplea la • tortura sin ningún miramiento. • Cirga sus prisioneros con pesados grillos algunas veces en número de 2 3 y 4 barras v ademas según el sistema de disciplina que les ha in- culcado López hay siempre mas peligro en seguir que en marchar adelante. No t: ue confianza en sus tropas y siempre patera obrar bajo la impresión que desertarían el encontrasen oportunidad de hacerlo. Es eri consecuencia de esto, que al entrar en pelea lanza su primera linea con órden de pelear hasta morir. Un poco atrás coloca fuerzas en número .ñas pequefio, con órden de hacer fuego sabré tolo soldado que trate de huir ó de desertar. Detrás de estos se encuen- tran todavía otros con órden de hacer fuego sobre aquel que no mata al que está adelan- te y no pelea hasta li muerte, y detrás de esos hay aun otros con iguales instrucciones hasta que al Gn to los los hilos se encuentran juntos en man s de López. Si apesar de todas estas precausion°s un puesto es lomado por el enemigo I03 desgra- ciados oficiales que sobreviven son pasados por las armis y los soldados diezmados. Con este sistema ha perdi .'o á lo menos 100,000 hombres, probablemente tna3 que los brasileros, y sin embargo este sistema que no ha dejado ni seis mil hombres en estado de pelear en todo el pais, til conteni- do de tres á seis veces igual número de fuer- zas de los aliados. El pais, sin embargo, se halla completa- mente escaso de hombrea. Todo lo que es arar, plantar y sembrar; se hace con mujeres matan á los animales, preparau la carne para las carnicerías, Jf hacen todos los otros tra- bajos que generalmente Hitan hechos por hombres. H iy muchas irujercs también en el ejérci- to para hacer el trabajo de los hombres, y de este modo puede descanzar la tropa, pero creo qu - á ninguna se le obliga á llevar laa armas. La3 primeras noticias que probablemente recibiremos de López serán pue se ha reti- rado él con todo su ejército á las montanas, y quo ha arre.ido con cuauta mujer, hombre ó que encuentre en su camino. Si el «Wa3p» hubiera llegado un mes mas tarde, no dado que me hubiera visto forzado á hacer lo mismo. Hasta el último momen- to Lapez, trepidó en hacerme prisionero 6 dejarme ir; no quiere que nadie viva después de él pura contar sus crueldades al mundo, y de todos aquello-, rtiyaa declaraciones se ven en las corre- encia9 últimamente pu- blicadas, ni á uno ^io se le permitirá esca- par d ningunn de acuellas ante quienes tales declaracionc ■ i hicieron. Porque una vez fuera del alo Je López, declararían que nunca las ble» roa ó la3 hablan hecho bajóla tortura. Desde que . he llegado á esta ciudad be visto una carta q le fué traída por el «Wasp» evidentemente dictada por López, en la cual se dá algunos detalles sobre la naturaleza do la trama o conspiración. Este es el primer informe quo trata la clase de conspiración quo se había descubierto, y lo absurdo de to- do el asunto me convence mas primeramente que nunca ¡amas ha existido tal trama ó conspiración ¿Cuanto tiempo durará esta guerra? Hace mas de un aíio y medio que pienso que López no ae puede sostener por mas de dos meses; pero no tenía idea del modo lento oceder de alauna gente cuanifi, que osper •i yo permanecería < dije que me quedarla, y muchos araban en la opues la encontré llena ansiosas de saber capital 6 no. Les mas de los que podía alojar en mi casa, me pidieron per- miso para quedar dentro del edificio de la Legación. Les contesté qae no podía alber- gar A todos, pero que si querían depositar sus objetos de valor, en mi casa, los recibiría, pero corriendo el riesgo por cuenta de ellos, que no daria recibos por nada. La misma tarde y el dia siguiente, la gente se agolpaba en gran número, con bus baúles y cajas (ra rías de fierro), todo lo que se deposito en la? Tarias piezas déla Legación. El dia siguien- te multitud de personas huían de la ciudad, espantadas y llenas de terror—no por temor de los brasileros sino de un enemigo peor; y a eso del anochecer, Yaríos ingleses T¡u¡eron| A mi casi y me pidieron les permitiera ocu- par con sus familias algunas de Ins pí»zas desocupadas a espaldas de la Legación. Co- mo todos eran empleados del Gobierno, les indiqué que seria mas prudente consiguiesen permiso de las autoridades pnra hacerlo. En consecuencia pidieron y obtuvieron el permi- so, y a la mañana siguiente vinieron con sus familias, 21 personas por to lo, y se alber- garon en li L"gacíon. La mafnnj siguiente, el Dr. Antonino de las Carret as, que fué en un tiempo el gefe del Gobierno Orienta! y un! enemigo acérrimo de los brasileros, temiendo que ei cayese en manos de los aliado?, seria' tratado como lo fué Leandro Gómez despajes de la toma de Paísandú, vino a mi casa y pidió alojamiento. Lo acompañaban Francisco Rodríguez Lar- reta quien fufe al Paraguay como Secretario de la Legación con el Dr. Vasqu<'Z Sagastu 1 me el Ministro Oriental residente en 1862 yo los recibí de la manera mas cordial y perma- necieron conmigo hasta el 13 ele Julio. En' esa época todos creíamos que la guerra esta ba virtualmenle concluida, y que dentro de muy pocos dias la Asunción estaría en poder de los brasileros. Tal era el deseo universal de todos paraguayos y estrangeros. El dia 24 los encorazadosjse acercaron a la Asunción que estaba defendido por un pequefio fuerte1 que no tenia sino una pieza sin suficiente calibre para dafiar á monitores ó encorazados y esta sola pieza tan mal montada, según se me informó después, que no podia cargarse ni bajarse lo suficínnte para poder hacer da- fio alguno. Al aproximarse los brasileros á este fuerte, empezaron á hacer fuego sobre el , pero sin hacerle mal alguno. El fuerte contestó con media docena de tiros, :'t unos treinta y cinco 6 cuarenta de los encorazados, cuando estos últimos, por razones que no me he podido es- plicar, dieron vuelta y se retiraron. Ningún daño sufrió el fuerte, y muy poco la ciulad. Una bala pegó en el nuevo palacio del Presi- dente, pero el dafío sufrido fué insignificante. Entonces supusimos aun los encorazados vol- vieran pronto reforzados, pero pasaba sema- na tras semana y mas un mes y nula podía- mos saber de lo que pasaba e.i el teatro de la guerra. Suponiendo que López estaba encer- rado dentro de sus trincheras alrededor de Humaitá, y que le seria imposible el escapar con alguna parte considerable de su ejército, creímos que la duración de la guerra era so lo cuestión d-' tiempo, unos dias mas o me- nos. Asi siguieron las cosas alli hasta que el t.O de Abril supimos por primera vez que ' López había abandodado Paso Pucú, y había drIA basta ultimo A so ledo. También sabia, 4 al menos no dudaba que si yo bbbiese pro- puesta al retíram e, y hubiese pedido A Le- pes los medios para conducirme basta atra- vesar las lineas de los aliados y embarcarme en el 'Wasp' el no hubiese accedido á mi soli- citud. Le escribí por consiguiente al Comandante de la 'Wasp' que si el no subía mas arriba de la Escuadra, mi familia no podría embar- carse en su vapor, y le instaba fuertemente á que forease el bloqueo. Mi principal obje- to era sacar á mi esposa é hijo, del país y si el 'Wasp' pasaba una vez las lineas mili tares, yo podía ir ó dejar de ir, con el per- I miso ó favor de S. E. el Mariscal López ó sin él, si cuando llegase el vapor fuese mi deber el hacerlo así. Yo estaba dispuesto, sin em- bargo, á quedarme, porque sabia que si me ' retiraba, me llevaría la esperanza de cente- nares ó millares de personas. Todos parecían estar persuadidos de que en cualquier apuro, mi casa y mi persona serian sagradas. Yo no participaba en un todo de esta opinión, pues sin embargo creía que si pu líese sacar á mi familia habría aventajado eso, y entonces seria un deber mío quedarme. C>n este objeto bajé á Sin Fernando, á ver al Presidente Lipes y con ferenciar con el respecto al pasa ge del Wasp mas arriba de la Encuadra Brasilera. Lo encontré muy reservado, aunque ev¡-| dentemente deseaba que el 'Wasp* pasase, y antes de despedirme para regresar a la' Asunción prometióme mandar mi carta al capitán Kulíland bajo baulera de parlamento' y me díó cartas para adjuntar bajo mi cu- bierta a sus Coman lautos en Humaitá y Cu- rupaity para que permitiesen pasase e! 'Wasp' sin íier molestado. sta mis conver- saciones con López, se mostró muy desagra- dada do que hubiera yo admitido tantas per- j aeaaa dentro ele tni casa. Habiéndose despa- I chado mi comunicación volvi á la A unción. El 'Wasp'sin embargo oo subió en ese en- tonces mas arriba de la Escuadra, y quedamos todos en 1 i duda, de si algo vendria á salvar-! nos antes que fuese demasiado tarje. Los arrestos de estrangeros continuaban, mas, con qué objeto y por que ofensas na- die podia imaginarlo. La3 pocas personas que yo vi, estaban mas asustadas y descon- fiadas que nunca Nada sin embargo de in justicia ocurrió hasta que el 16 de Junio, primero sorprendidos con la aparición del Cónsul Portugués, José María L»ite Pereira y su esposa, quienes vinieron á pedir la pro- tección de mí casi, y de mi bandera. En cuanto ú los acontecí anisólos que siguieron a esto, me refieren por toda información á la correspondencia ya publicada. En primer lugar el Gobierno deseaba saber si el men- cionado Leite Pereira cstabi en mí casa. Contesté afirmativamente pero negué al Go- bierno el derecho de averiguarme respecto á las personas que estiban en mí Legación, y d ; que si sabia ó sospechaba que existiese allí alguna persona perjudicial, débil foran- larse cargo especial de su ofensi, antes que estuviese yo en la obligación Je despedirlo. Pasaron mas dos semanas, después de la primera vez que se le vino á bascar antes que se repitiese, y en el entretanto, todos alimentamos la esperanza que ya no seria molestado. Tod i su ofensa, en cuanto puje entonces sabar, ó sé hoy, era el crimen, que entre gente civilizada se consideraría venial, sitió meritorio. Je gastar todo su dinero, y todo el que pudo obtener prestado, para alí- clAndole que el consol portugués y los in gloses, babian abandonado la Legación volun- tariamente pero como ningún cargo se habia hecho contra Carreras 0 Rodrigues y ellos preferían permanecer en la Legación y como tal era también mi deseo, suponía que no se pondría ningún inconveniente A ello. Al salir el sol, sin embargo, al dia si- guiente, recibí otra carta aún mas urjente, pidiendo que abandonasen mi casa A eso de la una del dia. Sin embargo, ningún cargo especial se hacia contra ellos, y les dije que podían irse ó quedarse, como mejor les con- viniese, pero quo tendrían la protección de mi casa y da mi bandera hasta que los to- masen por la fuerza, ó hasta que les hicie- ran el cargo de algún crimen especial. Am- bos contestaron que si quería prome- terles de quedarme en el país hasta la termi-j nación de la guerra, no se entregarían, siendo; imposible que les formulasen ningún cargo especial, y que no creían que López se ' atreviera a sarcarlosde la Lgaciou emplean- do la fuerza. Pero no podia prometer do quedarme hasta el fin de la guerra, y ellos entonces dijeron 1 que era naej ir salir de una vez, antes de exasperar á Lapez quStlac lose, cuando era I mas que probable que al 'in habrían de caer en sus crueles garras. De acuerdo con esto salieron el 13 de Julio á las 12 del dia, pero no antes de haberles mostrado la carta que escribía á Benitas, en la cual espouii mis razones para creer que el gobierno no podia tener nada de serio contra ellos, y que en cuanto ú Rodríguez, aunque asi fuese, no tenía derecho para tocarle, puesto que go- zaba de inmunidades diplomáticas. Mandé esta carta Benitez en la misma á tarde, y como todos los q' no pertenecían á la Legación ya la habían abandonado, creía que podria gozar de una triste tranquilidad. A titos que llegase la noche, sin embargo, vino una nueva carta pidiendo que también entregase dos miembros de mi Legación, P. C. Bliss v G. F. slasterBCan, cuyos nombres can ese ca- rácter, habían sido e iviados desde j mucho tiempo atrás al Ministerio di R iliciones Es teriores. A esto me opuse como poirá vd. verla por la correspondecía publicada, y, defendiéndo- me y maniobrando del m-.'j >r modo que me fué posible, diciendo algún is cosas altiigu; fias de López, los pu le conservar á mi lado hasta mi partida definitiva. Admito que intencionaloicute prolongué 1» correspondencia con la esperanza de s.l»ar estas dos persona». Sin embargo, fueron ar- restadas en momentos quo me acompafiibaii al vapor, cuat.do dejamos la Ligación, babian do sido arrancados por la fuerza de mi lado, y puede suponerse cual ka si lo la suerte qu-; han corrido por lo que voy a relatar mas ade- lante. Quiera Dios qu ; nadie esperim-ute la poca segunda 1 délos últimos do3 meses y me lio de mi vida en el Paraguay. Tener qud ver hombres con quienes uní ha tenido la mas íntima relaciou durante meses, con quienes uno bi discutido cuestiones de política é his- toria dia a dia, cambiando li monotonía de los dias con el juego del billir, y du las no- ches con el juego de wliist, y saber qus es- tos mismis hnobrescon quienes uno hablaba sobre la situación podrís*, dentro de una ho- ra estar engrillados y fusilados dentro de veinte y cuatro, ciertamente me concederá V. E. que esto sea sufi-iente para convertir en febril á inquieto el su;ñi ds un hombre layo hubiese sido arrestado, idos, esto so biso da so eioso, que podlssnos haber sabido é no haber aabido nada por espacio de semanas é meses. Pero mientras que los ingleses qne hablan estado en la Legación se hallaban deten idoa en la estación del ferro-carril, el tren llegó una noche A las doce lleno de prisioneros. Las ingleses no podían ver nada, porqne la luz no era permitida en la estación, pero el ruido de las cadenas, de los suspiros y los quejidos de los prisioneros, en momentos que se les oíligaba á bajar de los w g nes y se les arrastraba bácia las orillas del rio, se oían muy distintamente. Los embarcaron a todos antes de amanecer en un vapor, para San Fernando. Pocos dias después supe que todos estos prisioneros eran paraguayos, que, casi todos los habitantes de la nueva capital, los jueces, empleados, contadores, to los, en nna palabra, salvo el gefe de policía, Sina- bría, hombre emiuentomente conocido por su brutalidad, Benilez y el V'ice-Presidente, fueroD las solas personas pue quedaron allí, con algunos policianos y sóida ios que babia,; una noche t:n intensa y de un color tan fú- nebre sobre la cíu !aJ, que las mujeres y los niños apenas se atrevían á salir de sus casas f si lo hacían, era con temor, como si acaba- sen de esperimeutar el sacudimiento de un terremoto, y presintiesen que otro iba á tener lu,rar. I'or mas de cincuenta anos el país ha s.do la galería de un Dionisio. Fué siempre la conducta de Francia y de Antonio Lop»z, que to lo lo que se decía llegase á oídos del Supremo. Pero en los peores dias de Francia, el gobierno fué paternal y suave comparado con lo que ha sido ba¡o de este ¡óven Lopee. H i habido gente arrastrad i á la cárcel no solo por haberse e3presado del modo mas inocente, y por no haber denunciado lo que hablan uido, sino también por no haber revé I lado lo que nunca habían oido. Es un deber el imponer á ca la uno el espía de todos los demás, y desgraciado de aquel cuyos oídos no recojen cija palabra emitida en su pre- sencial El arresto de todos los magistrados civiles indicaban que no eran solo !03 estrangeros los que se habían hecho sospechosos á Le- pea. Pero porque todo esto se hacía, nadie en mi casa, como lo creo firmemente hasta ahora lo sabia. La correspondencia que se ha publicado, sin embirgo, mostrará, que á eso del 18 ó 20 de Julio, el Gobierno sospechó, é hizo como si tuviera sospechas de una conspiración; alegando que el ex-mínístro piensa escaparse con el dinero que s Berges era u.: traidor, y estaba en conniven- nía con el enemigo, y que bajo mi sello ofi- cial había trasmitido la coi respon leticia en- tre los conspiradores. Debo referir A V. E. á la correspondencia publicada, para mostrar como intentaron mesclarme con la conspira- ción; ó á lo menos, como instruido de que una revolución se tramaba. Al principio pa recia que estaban tan seguros de comprome- terme, que n mpezarou por publicar la cor- respondencia, pero después de haber recibido ■ni carta de 11 de Agosto, en la cual demos- tré tantas contradicciones en las declaracio- nes hechas par el aculado—probablemente bajo la imprciion de la tortura—suspendie- ron toda publicación. Pero no estaba en el ca- rácter de López mostrar magnanimidad, ni aun justicia, reconoción loqu; b «bia caído en error por falsa» depoliciones. Hombres que lo conocen estarían dispuestos mas bien A acreditarle de un valor común que de mag- nanimidad, y nunca se lo tachó de eso, (el | valor) sino en el • Seminario • del cual él nance pode saberlos, ni tampoco poda conocimiento de los detallas referentes A conspiración. Le dijo en nna de las cartas de Benites, qne el señor Bliss, nno Je los miembros de mi legación, babia firjiado un papel con otras personas, en el que se comprometían A asesinar al presidente López. Se que esto es falso, ó A lo menos no me cabe duda que lo es, y los provoqué á que diesen A luz ese do- cumento, pero nunca lo hicieron. No medie- ron nunca ningún dato sobre el modo como debía tener lugar la conspiración, ni de como la revolución se debía llevar á cabo, y creo basta el dia de boy que nada de esto se in- tentó. Lis declaraciones de los prisioneros no prueban nada sino las i horribles cruelda des de Lope»» porque se sabe que emplea la «tortura sin ningún miramiento.» Carga sus prisioneros con pesados grillos algunas veces en número de 2 3 y 4 barras y ademas los hace oeolar hastt que espiran, sino dan el testimonio que Ies pide. La única espliccioti que puedo dar en cuanto al robo del tesoro es la siguiente: des deque L)pez entré al poder, nunca ha tenido un tenedor de libros competente en su ajtni- nistracioa y muy probablemente no ha sabi- do hasta muy recientemente el dinero que le dejaron sus antecesores. Desde ese momento, ha ido gastando en fuerte escala, y proba j'emente ninguna cuen- ta exact a se ha guardilo jamás de lo que se ba pagado por su orden . Después de la evacuación de la ciudad en Febrero, tuvo talvez oportunidad de contar su dinero y encontró que se había practicado un agujero en 3U tesoro. Este descubrimiento no se hizo probiblemente, sino después de algunos me3es que tuvo lugar el* traslado á Luque.—E'i el mes de Junio sapinos que to- dos esos estrangeros que habían ganado algún dinero en los últimjs aúas, y con, probabili- dad lo tenían eu sus casas fueron arrestados y enviados aguas ab ijo. E itre ellos se en- contraban ingleses, franceses, italianos, es- pañoles, alemanes y portugueses. El plan de López parece babor silo conseguior este di- nero, y entonces por amenazas y torturas forzarlos á confesar que erou conspiradores ó ladrones del tesoro público. Eu vista de estas confesiones serán muy probablemente ejecu- tados obedeciendo al principio pruJeute de los ladrones de camino ü otros aeesinos que: -LOS HUERTOS NO HABLAN. » Do como López ba pro- curado de este modo, no lo sé. Talvez crea que alguna cañonera de nación neutral lo tome á su bordo con el importe de sus sa- queos en el último momento. Foro por laj presente declaro que el dinero que se ha pro- r curado no le pertenece. Es propiedad de ciudadanos pertenecientes A naciones que pueden rescatarlo y restituir- los á sus verdaderos dueños. V. E. como el mundo entero estrafiará probablemente qu; Lop.>z siendo el hombre que he descrito, sea servido con tanta fideli- dad y valor. Esto fucede enteramente por causa del. >uic t > y salvo la escepcion de unos cuantos i que se prestan á ser voluntariamente sus instrumentos de sus crueldades, como su I dUBRiDa., su Obispo Luis Caminos, Sanabria\ y unos cuantos otros que han mostrado gran j ardor en ejecutar sus proyectos sanguina- i ríos, no hay hombre, mujer ó niño no es-i ceptuando aSM ni á su madre, hermana ó hermanos) que no darían gracias á Dios si lo] Vaasfáas, ta á tuto »ulo seis par d ninguna de agüeitas ante gtrient» declaracionc, e hicieron. Por que ana vea fuera del alr de Lopes, declararían qae nanea las hicieron ó las hablan hecho bajo la tortura. Desde qne . he llegado A esta ciudad be visto ana carta que fué traída por el «Wasp* evidentemente dictada por López, en la cual se dá algunos detalles sobre la naturaleza de la trama ó conspiración. Este es el primer informe que trata la clase de conspiración que se babia descubierto, y lo absurdo de to- do el asunto me convence mas primeramente que nunca ¡amas ha existido tal tratna ó conspiración ¿Cuanto tiempo durará esta guerra? Hace mas do un año y medio que pienso que López no ae puede sostener por mas de dos meses; pero no tenia idea del modo lento de proceder de alguna gente cuando se re- suelven firmemente á no pelear. C >n la esperanza que la gu'-rra se acabaría pronto, permanecí un año mas de lo que era mi intención, mucha contra mis intereses, y sufriendo grandes disgustos. Creí que eu la catástrofe final podria ser do g-an utilidad, particularmente á los es- tranjeros, y si la Asunción se hubiese tomado en Febrero, cuando los encorazados llegaron hasta ese punto, como creímos que asi suce- diera indudablemente hubiera podido salvar la vida de muchos que ahora juiicj volverán á ver su patria otra vez. Pero cuando todos ellos han sido muertos ó encarcelados, y que nadie, ni hijo del país ni estranjero, se atre- vía A acercarse á mi casa, y que me encon- traba sin poder para auxillir á nadie, crei que había llegado el momento de obedecer .ó las órdenes de mi gobierno y regresar .ó los Estados Un ido?. Su muy respectuoso y obediente servidor. Carlos A. Washburn.