LOS GEFES MILITARES Conciudadanos-Despuri de sostener el honor de la República ~& dividuos a la persona del gobernante ; de sus fondos se pagaron sueldos a 5 entre los Srr« contra mi enemigos, todavía teníamos que cumplir con un deber sagrado en el seno mismo de la patria : lo llenamos con religio- sidad, v debemos aun al mundo todo la manifestación de los moti- vos de nuestra conducta. Los destinos de nuestro desgraciado país se hallaban á mer- ced de la ambición y las pasiones : las bases de nuestra asocia- cic*~ "a sintieron conmovidas, y descendió el país de la altura ho¡ isa a que se habia elevado á costa de grandes trabajos y de * inmensos sacrificios. Oímos vuestras quejas - y, oprimidos de privaciones v peli- gros, mirábamos con ojo inquieto las maniobras y proyectos de vuestros opresores. No se nos ocultaba una sola de su» injusti- cias ; todas sus intrigas nos erais conocidas. Los per dona rain os gustosos y con generosidad., si solo hubieran querido marchitar nuestros laureles, porque la posteridad hubiera vengado taniauo ultrajre ; mas no pudimos mirar indiferentes vuestros sufrimien- to» y vuestra degradación, y el sentimiento público y nuestro | patria, patriotismo nos forzaron a restablecer con la espada el equilibrio que «e hi« 1»>«. -t *.' ¿! < i'»■ con exactitud Mal este tiiste pero necesario bosquejo de la administración pas .ja. Ella, tisan- do de un poder ominoso, sofocó el pensamiento y esclavizó la üC^ÍÍ libertad de la prensa con leyes opresivas v funestas : las amena- ¡CE?<5 zas y el puñal impusieron silencio a los escritores públicos, y ^¡^J hasta los dueños de las imprentas fueron perseguidos de muerte, ________ i___«- -S _ .1_____ _. _ :_'__m J_____ _■____i___ i . ■ ■ ---. , * ; bucuub personas a quienes la autoridad lejítiina habia re- ^~r.C: J tirado, por sus crímenes, de destinos que no merecían ; y, para ¡p^jos | vergüenza de nuestro país, de la sangre misma de nuestros con- r ciudadanos debían salir las sumas mjotites que se han distribuido legación HEZ Dorrego, los miembros de la j ai Brasil. El crédito público fue conducido á su ruina por opera- | ciones desacertadas,* empréstitos ruinosos lo sobrecargaron «Je ^ítC" j un peso insoportable; una deuda inmensa agotó los recursos { de esta provincia desgraciada., y quedaron de este modo cega- fe^--^ ^ dos los manantiales de su riqueza y prosperidad P^-'5 El banco nacional sufrió distintos ataques del gobierno y ~ | la lejislatura : su carta fue- violada, sus privilejios invadidos ; j¡gj5r* j y a*í vino ¿\ consumarse el descrédito de nuestro medio cir S%3= i cútante, y á darse un golpe mortal a. un establecimiento, que S.¡, | ha sostenido por tanto tiempo el honor y la existencia de la Sís».-- coii una barbarie que quizá no tiene ejemplo en la historia de los : desafueros políticos. La opinión pública perdió así sus órganos de comunicación ; | El ejercito fue desatendido , nuestros soldados se ene orí- ¡^^^ trarnn en la última campaña desnudos e impagados. Su suerte EgJ**" y las esperan/as de toda la república se expusieron mil veces, por sostener a su cabeza á un jefe sin conocimientos ess el f' '" arte de la guerra ; y mientras en esta capital se prodigaban »*&-~*^s los tesoros del estado para enriquecer a. unos pocos individuos. ^>"^^- nucstros soldados sufrían con resignación toda clase de priva- ciones y miserias. La sala provincial, en vez de ocuparse de .(.'formas útiles ss^io* y de remediar los males públicos, solo trató del e ugi a ndec im ien - g"1----: to personal del jefe á quien debía su existencia. Apenas una medí utilidad pública se habrá visto en la provincia en el ¡¡jjv.^, el pueblo no pudo desde entonces hacer llegar á los oídos de la $ periodo de su duración. Su tarea exclusiva era anular los nom- gCjL autoridad los males que le afligían ; ahogó sus quejas en el si- \ bramientos del pueblo, y engrosar su número incorporando á Ei¿C— no tema > siempre sus gg^** sus reclamos, y formó una política con- -r-a-»— — -« lencio, y si alguna vez la enormidad de los atentados alentó i sus adeptos. La marcha del gobierno era segundada en lodos el valor de los oprimidos, el fallo de los jueces, en quieues la ! sentidos por este cuerpo degradado ; como que no tenia un g ~ parcialidad era la menoi tacha, decidla al momento de la suerte { solo punto de contacto con el pueblo, d(Matead.! de la victima. | quejas, se hizo sord Condenado el pueblo a una esclavitud tan vergonzosa, cor- j traria a lo» intereses de la comunidad, rió en distintas veces a los comicios públicos, para nombrar re- l Este es el cuadro, aunque imperfecto, de los terribles ma presentantes que pudiesen arrancarlo de su abyección ; y los pu- | les que os a,,u. jaban bajo la ailmiiii tracion que ha caducado ; nales, la violencia, los manejos mas sórdidos sofocaron la iiber- i y estos los motivos que justifican nuestra injerencia tad que conceden ■llllltls» instituciones. Si triunfó el voto pú- \ negocios políticos de esta provincia. lVo hemos sido .....un ns sr^;. blico apesar do estos manejos, una reunión de hombres, cuya au- t o. i <\ .\ d no i <-n i a un • i í je i pairo ■ raMthi • asa •! p . ¡ • sj . ■ _^^rj la ley. sc^sjyijj-^e^s-uso distintas -.cees al voto público y á la espre- . sion gJvjieix4.L ,.. ^¡LitM-ir*-« m en los e-la provincia. 1S o hemos sido nosotros del cambio de que habéis sido testigos ¡ la opinión pú- iSv..— blica. vosotros mismos, lo habéis ejecutado, siendo no-otros los n ues ■ u to res medio era entóneos prohibido con tal que ~Z¡¿ fuese eficaz ; los mas viles arbitrios se pusieron en juego, y de *-s«S este modo logró la administración anterior cerrar la puerta a los es-^ s0"*§| cogidos del pueblo, y rodear de sus prosélitos el santuario de la lev . Los empleos se prodigaron muchas veces al favor y al cri- men, y el mérito solo sirvió de pretesto á las persecuciones mas encarnizadas. Las distinciones fueron el premio de la humilla- ción y del espionage ; muchos de los servidores fueron separados de la escena pública, v algunos destinos se vieron ocupados por hombres que habían concitado contra sí el odio y la execración Todo fué personal en la admiiii'tracion del Sr. Dorrcgo : los principios fueron violados a cada paso , y la marcha de una autoridad que juinas mereció el nombre de tal, ni la confianza pública, fue pos esto siempre incierta y \aoilante. La política del gobierno depec.dió desde sus primeros pa- sos de ta dirección «pie quisieron darle los enemigos mas encar- ■Í51 nizados de la provincia «le filíenos Aires. Su único designio fué el tle prepararse un apoyo exterior, para despotizaros impu- nemente, y nada perdonó para conseguirlo : alhagó de distintos s!X£<¡j modos las aspiraciones de I OS gefes de las provincias, y puso en -*se^g ridículo va los deberes sagrados que nos ha impío s- y*v** y en adelante solo puede ex ijt r->en os sumí- república toda, por el deascierto en la elección de jlisl i iimssi mt ttm de la voluntad geneial. Ella ha dirijido n,,<-s ¡g,^ tros paso' ; y bajo sus auspicios bastó presentarnos para trino far de vuestros tiranos, y haceros d" nuevo arbitros soberanos ~ - "*" *tM—. de vuestros destinos y los nuestros liemos llenad to el pal ¡ iolismo ; sion á las leyes y obediencia a la autoridad que habéis elegido ¡<~^"- Jamas empuña■ émos otra vez las armas para intervenir en la mar- >Ci~ «■lia política del país, porque esperamos que, en adelante, bajo una K¡~s administración mas benéfica y popular, no se repetíian los exesos ^i-i y los escándalos, y se consúltala el bienestar de la sociedad. No- JsH"3» sotros lo prometemos, dando por garante de la sinceridad de nuestros votos ese e n t u - iasnui patriótico que tantas veces nos há hecho de-pricíar la uní. i te en los campos de batalla Nuestra» é^j, espadas no sostendian otra causa que la de los p r i n c i p i os . Por!§C restablecerlos hemos cedido a los consejos de vuestra opinión; v hoy que dejamos ya en mano- del pueblo todos los resortes del po- der, el orden será mantenido pos" las leyes, sin que necesite de jSf*** nuestra intervención. Manifiéstese enante, antes la voluntad ge- tj*^3* ueial, por el órgano de sus representantes legítimos, y nosotros seremos lt>s primero» en obedecer sus preceptos. Ent**»nc«'s nú*'*- §>5^C» tra absoluta defereiiein iiistifieaiá nuestra marcha, y los prínci[iios ^91.1*6 «1 ta altara. eiMito público fué coaducido• A ■a ruina por «pera- a que se bebia «levado a costa da (randct trabajo* y do | ciooeo sacrificios. { nn peso insoportable ; un» deuda inmensa «roto los recursos Olmos vuestras quejas ; y, oprimidos de privaciones y peí i- 1 de esta provincia desgraciada, y quedaron de este modo cega- groi, mirábamos con ojo inquieto laa maniobras y provectos de | do" Io* manantiales de su riqueza y prosperidad. vuestros opresores. No se nos ocultaba una sola de sua injuati- \ E* banco nacional sufrió diatintoa ataques del gobierno j- ciaa ; todas aus intrigas nos eran conocidas. Loa perdonáramos \ «» lejislatura : su carta fué violada, sua privilejios invadidos ; gustosos y con generosidad, si solo hubieran querido marchitar { y **■ vino á consumarse el descrédito de nuestro medio cir nuestros laureles, porque la posteridad hubiera vengado tamaño j culante, y á darse un golpe mortal a un establecimiento, que ultrage ; mas no pudimoa mirar indiferentes vuestros sufrímien- i sostenido por tanto tiempo el honor y la existencia de la íC.-. toa y vuestra degradación, y el sentimiento público y nuestro i patria patriotismo nos forzaron á restablecer con la espada el equilibrio j empréstitos ruinosos lo sobrecargaron de que d,«*s,tru, ■ do \¿£U09Ji&>e*a sitio tetiejos oculares tic los liedlos . juzgad, nncg^T ellos están, ó no, páatadoo con exactitud en este triste pero necesario bosquejo de la administración pasada. Ella, mian- do de un poder ominoso, sofocó el pensamiento y esclavizó la ~C^^ libertad de la prensa con leyes opresiva» v funestas : las amena- ¡OtjsiS zas v el puñal impusieron silencio a los escritores públicos, y hasta los dueños de las imprentas fueron perseguidos de muerto. El ejército fué desatendido . nuestros soldados se encon- ¡g^^ trsron en la última campaña desnudos é impagados. Su suerte Sjf*"* y las esperanzas de toda la república se expusieron mil veces, por sostener a su cabeza á un jefe sin conocimientos en el fe3"01 arte de la guerra ; y mientras en esta capital se prodigaban fe?"31 los tesoros del estado para enriquecer a unos pocos individuos, >7-~- nuestros soldados sufrían con resignación toda clase de priva !>I-~ ciones y miserias. í¿I-"~ ■a* syjQ con una barbarie que quizá, no tiene ejemplo en la historia de los : y de remediar los males públicos, solo trató del engi andecimien- ¡|j;~s desafueros políticos. — -. -si _ La opinión pública perdió así sus órganos de comunicación ; el pueblo no pudo desde entonces hacer llegar á los oídos de la. autoridad los males que le afligían ahogó sus quejas en el si- lencio, y si alguna vez la enormidad de los alentados alentó el valor de los oprimidos, el fallo de los jueces, en quienes la parcialidad era la menor tacha, decidla al momento de la suerte £ solo punto La sala provincial, en vez de ocuparse de .«.-formas útiles ató del eniriaiidi'cimien- to personal del jefe á quien debía su existencia Apenas una I** quien { medí I tiiiliuact pública se habrá v uto en la provincia en l periodo de su duración. Su tarea exclusiva era anular los noni j biamientos del pueblo, y engrosar su número incorporando ¡ sus adeptos La marcha del gobierno era segundada en todos I sentidos por este cuerpo degradado ; como que no tenia un gl^0* fuc.-e eficaz ; loa *"V5* este modo logró la administración anterior cerrar la puerta ü Ius es-. j cogidos del pueblo, y rodear de sus prosélitos el santuario de la lev . Los empleos se prodigaron muchas veces al favor y al crí- ~-£j-S rnen, y el mérito solo sirvió tle pretesto á las persecuciones mas =»~li?y encarnizadas. Las distinciones fueron el premio de la humilla- ción y del espionage ; muchos de los servidores fueron separados de la escena pública. ■ algunos destinos se vieron ocupados por hombrea que habían concitado contra ai el odio y la execración 'Podo fué personal en la adiniiiislraciun del Sr. Dorrego : los principios fllim violados a cada paso . y la marcha de una ^jr2 autoridad que jamas mereció el nombre de tal, ni la confianza pública, fué por esto siempre incierta y vacilante. La política del gobierno dependió desde aus primeros pa sos de la dirección que quisieron darle los enrmigos mas encar de la víctima. Candenadn el pueblo A una esclavitud tan vergonzosa, cor- rió en distintas veces á los comicios públicos, para nombrar re- presentantes que pudiesen arrancarlo de su abyección ; y los pu- ñales, la violencia* los manejos mas sórdidos sofocaron la liber- tad que conceden nuestras instituciones. Si triunfó el voto pú- blico apareas do estos manejos, una reunión de hombres, cuva ail- lo. 1,!. id. no i.-iiia un olíjeo ii>¡t- pasro arasaada ta■ aj postet d.- ¡a. lev. s distintas v. «os al voto público y á la e»pie- 1 Q^in sal _ Tairg---medio era entonces prohibido c on tal que mas viles arbitrios se pusieron en juego, y de contacto con el pueblo, d asas t.end ió siempre sus hizo sordo á sus reclamo intereses de la comunidad, es el cuadro, aunque imperfecto tq nejaban bajo h y fo nao una política con- de los terribles ma- |>;í03 atliuioi Ilación que ha caducado ; *g}*ca Su único desil 110 fué nizados de la provincia de Buenos Aires, ^'"sá el de prepararse un apoyo exterior, para despotizaros impti- *^><^ iiemente. y natía perdonó para conseguirlo : a I bagó de distintáis s>-0^ modos las aspiraciones de los ge fes de las provincia*, y puso en *¡£,í¡ ridícult» a. la república toda, por el desacierto en la elección de su ministro cerca del gobierno del Alto 1*1-1 ú. El tesoro público fué el ohjelo del saqueo mas vergonzoso V descarado. El cubrió los gastos que b:iliian lucho los gefe» de algunas provincias, para fomentar y sostener su jfcTpreXt- nsi one s anárquicas , él sirvió para recompensar la aubi-sl»^^Ss^Varios in- q nejas. se traria a los Este les qnt os y e-tos loa motivos que justifican nuc-tra injerencia en 'o^ negocio* políticos de esta provincia. No hemos sido nosotros autores del caml'io de que habéis sido testigos; la opinión pú- íSs..— Mieos vosotros mismos, lo habéis ejecutado, siendo nosotros '""^C^. inst . uuientos de la voluntad general. Ella há dirijido niie.^ tros paso» ; y bajo aus auspicios bastó presentarnos para trino *v^~ far de vuestros tiranos, y haceros d-- nuevo arbitros soberanos ¡3*""" « - Ral— tie vuestros destinos y los nuestros. 15*""" liemos llenado ya los deberes «agrados que nos há impues- lo el patriotismo : y en adelante solo puede exijirsciios sumí- sion á las leyes y obediencia á la autoridad que habéis elegido 5>J^ Jamás em p uña • é mos otra vez las armas para intervenir en la mar- > cha política del paí*. porque esperamos que, en adelante, bajo una administración mas benéfica y popular, no se repetiián los saosson J^is» y los escándalos, y se consullaiá el bienestar de la sociedad. No- »s?v sotros lo prometemos dando por garante de la sinceridad de 1 nuestros votos ese entusiasmo patriótico que tanta» veces nos há j hecho tle-pit ciar la muerte en lo» campos de batalla. Nuestra» 1 espadas no sostendián otra causa que la de los principios, por restablecerlo» hemos cedido á loa con-ejos de vuestra opinión; y { hoy que dejamos ya. en manos del pueblo tollos los resorte- «leí po- • der, el arden será mantenido por las leyes, sin que necesite de > nuestra intervención. Manifiéstese cuanto antes la voluntad ge- ñp*^* i neial, por el órgano de sus representantes legítimos, y ninntrosg./.* \ serémoh los primeros en obedecer sus preceptos. Entonces nuca- K^3i : tra absoluta de fe re 11 r in j usti ficará nuestra marcha, y los pr inc 1 p ios I que nos han CSaducido en el cambio.-11.....ios -Vues G de ds- > cienibre «le I H*2S -F.:t- —/¡tsc Ü/.ioa/'i-itt.- \ üijctit CiftesíKtíi —i/i/ccí-o t-'trga -Juttn >4{>Ú6/ot - Xlttrtinez ■ . -Y~ 7'£'"•'< YY:'Y:Y^iYYYY':Y YY"YW\t^