Ae\ orden deS. Francisco en su convento de S. Antonio, uno de los vocales por Jas religiones de la suprema junta. Concluido todo se colocaron en la real capilla de 8. Fer. liando algunas armaduras de los coraceros franceses, y las ban- deras y águilas legionarias, las que "hubieran sido en mayor nú- mero si los enemigos uo las hubieran roto luego que se vieron vencidos. (Gazeta ministerial de Sevilla num. 21. Madrid i 9 de agosto. En todo ha sido desgraciada la invencible ciudad de Zaragoza , ho- iior y gloria de España, asombro y terror de los orgullosos franceses; porqué de otras ciudades y provincias atacadas y oprimidas por aque. lias (ropas de bandidos , hemos recibido algunos papeles impresos , car- tas y noticia* de «US gloriosas victorias; pero de Zaragoza han «ido tan pocas que no podían llenar una pagina do la gazeta. Es llegado el dij en que siuvconthuías y señaladas victorias necesitaban de un gran libro, y de un Zurita para escribirlas dignamente. No era de admirar la ex- traordinaria faifa cié noticias , hnbiendo estado aquella ciudad rodeada por espacio de dos meses del exercito enemigo, y teniendo algunas dt sus tropas dentro de ella. Sabíamos , sin embargo , que lo» valerosos J esforzados aragoneses , llenos de inttepidt z y bizarría , derrotaban • 1 íicros franceses en todos los choques y encuentros que íenian , y ban tantas victorias como batallas , y tantas batall ís como dias. Se re- cibió por fin el 17 la deseada y gustosa noticia de haber evacuado la francos aquella ciudad en los términos que ¡expresa el parte del í Sr. D. .loscf de Palafox , que se puhlicó en ta ga n ta extraordinaria de ayer , sin embargo de que el vencedor-, el héroe de la Europa , el soba bio Napoleón . habia tomado á su cuenta rendir la capital de Aragón: pero el joven , el intrépido . el ilustre Palafox ha desengañado á presuntuoso Emperador de que el valor, lealtad y constancia de un'tpi Jieral aragonés son muy superiores ú la osadia y astucias de un p corso , y que los insurgentes i/ rebeldes de Aragón son héroes .1 fi usara de la patria, que saben vencer, derrota»", y ahuyentar á los" coraceros jj polacos , que nos pintan como invencibles. Esperamos noticias circuntaiiciadas de los gloriosos MCOSOS de Zarag»* para publicarlos y sutisfucer la impaciente curiosidad del publico , que mi ¡justamente se ha iutensado por la anerte de aquellaaoble iiudad, que coi sus glorias ha obscurecido las de Numaneia y Sagunto. Sin raibargo de ser las 10 de la noche (piando se recibió en la ¡nopretf rral la co|>ia (tul parte del !sr. Palafo\ puéa publicarle en gazeta. extraonli"> ria y en edictos , fue tan gr.Hüdc ej jóbil.o (h- los ¡jefes y depandiea*** de aq«: }!a casa , que iriiii'.'diaianientr il «Uparon su fachada : acudió el paeblo a novedad , y «iterada del moíiro gritaría : l'r¿a la-i-'irgen del Pifar, tipéfí Irrf'o.v, vtvei Afttgtth, Vivirán ateañámente en los fastos de la historia. Reimpreso en Mttaths»¿iires , fifi la Imprenta de Níúoí £r/i'>sttos. i .f Ic^SSS V X^v^r Ar) |XV? moSTESTJCíON DEL SEÑOR CAPITAN GENERAL • i de Provincia y Gobernador de esta Plaza , a la Carta que le dirigió el General Dupont, con motivo del suceso ocurrido el dia 13 en el Puerto de Sea, Marta. riXcmo. Señor Genera! Dupont == Con suma sorpresa He recibido la de V. E. de ayer, por la que me reclama ■os equipajes , dinero , alhajas, caballos y dtrnas perte- neciente á V. E. y generales que lo acompañaban , que ■1 populacho del Puerto de Santa Maria acababa de destro- car y saquear: invocando los principios di honor y de probi- mai para la restitución de esta propiedad vuestra Los horri- mies excesos, continúa V. E. , de este populacho , me han Mecho gemir, zeloso que soy de la gloria española. Sin duda me ha sido muy sensible su conduela ; pero o porque su acción haya sido torpe» sino porque haya (scorñído de su gobierno y magistrados , porque se an administrado la justicia por su mano: porque podia uceder que enfurecido se propasasen á exercer el vil y orroroso empleo de vardugo : á mancharse con la sangre el rendido y desarmado, y á eclipsar la gloria de sus ompatriotas vertiendo la sangre que ellos habían perdo- ado en el campo de Marte. Tales son las verdaderas aínas de mi agitación y sensibilidad: ellas fueron las ue me movieron á escribir al coronel D. Juan Greagh, »e propusiese á V, E. seria conveniente para su seguri- y la de los demás que lo acompañaban que ss sujeta- en á un prudente registro y depósito de sus equipages ntcs de salir de Lebrija : y hacer pasar de noche á V. B. or Xerez : á mandar un regimiento al Puerto para evitar Corotos, que por confianza del gobernador no estuvo Lbre las armas ! á escribir á V. E que su conduela pru- trte y ju sumisión podian solo salvarlo déla indignación f' pueblo» Pero jamas fue mi intención, y menos de la Jprcrna Junta que V. E. y su exercito sacasen de E;pa- na el fruto de su rapacidad, crueldad c irreligiosidad. ^* cómo te lo pudo persuadir V. E. ? i Qué nos tiene en concepto de estupidos insensibles? ¿Puede una capitulj cion que solo habla de la seguridad de sus equipages, dai le la propiedad de los tesoros que con asesinatos, pro; naciones de quanto hay sagrado, crueldades, violencia ba acumulado su exercito de Córdoba y otras ciudad a, Hay razón, derecho ni principio que prescriba que ¡ debe guardar fe ni aun humanidad á un exercito que' entrado en un reyno aliado y amigo so pretextos capcio sos y falaces: que se ha apoderado de sü inocente y ami do Rey y toda su familia con igual falacia: que les h: arrancado violentas é imposibles renuncias á favor des Soberano; y que con ellas se ha creído autorizado á si quear sus palacios y pueblos, y que porque éstos n acceden á tan iniquo proceder profanan sus templos y I saquean, asesinan sus ministros, violan las vírgenes, es tupran á su placer bárbaro, y cargan y se apoderan d quanto pueden transportar, y destruyen lo que no? ¿E posible que estos tales tengan la audacia oprimidos, quan do se les priva de estos que para ellos debían ser horro rosos frutos de su iniquidad , reclamar los principios ' Tior y de probidad i Mi natural moderación me había hecho escribir has ahora á V. B. con cierta atención , mas no he podida dexar de hacer un ligero bosquejo de su conduela á vist de sus extraordinarias demandas, que vienen á ser equi- valentes á esta proposición: saquee Y. E. los templos ' vecindario de Cádiz, para resarcirme de lo que el po?u< lacho del Puerto me ha tomado, y que yo habia con to< da atrocidad, violencia y torpeza quitado en Cóidoba. Deponga V. E. semejantes ilusiones, y conténtese con que la nación española por su noble carácter se abstendr de hacer, como dexo dicho, el vil oficio de verdugo. Haré todo lo que sea posible para atender á su segu ridad personal, y regular subsistencia: y liaré las ni« vivas diligencias para que quanto antes sea transpor tada ¿ Francia. Es quanto tengo que contestar í V. E. á quien baxo de otro asnéelo profeso estimación , siendo su mas seguro ,ervidor Q. S M. B. Gadiz 14 de Agosto de 1808. RESPUESTA QUE EL EXCMO. SEÑOR CAPITAN General de Provincia y Gobernador de esta plaza dio á la carta que el General Dupont U dirigió desde Lebrija. Excmo. Sr. general Dupont = Jamas cabe en mi 'a mali fé, ni un disimulo falaz : de aquí es que escribí á V. E. , Sr. general, con fecha del 8 del que rige con el mayor candor según mi carácter, y siento verme obligado por vuestra replica con fecha de ayer á repetir en extracto lo que tuve el honor de decir entonces á V. E., que como cierto no puede dexar de ser y de verificarse. Ni la capitulación, ni la aprobación de la Junta, y ni una orden expresa de nuestro amado Rey pueden hacer posible lo que no es: no hay buques ni medios de tenerlos para el transporte de vuestro exercito. ¿Qué mayor prue- ba que retener aqui muy á sobre cargo los prisioneros de vuestra esquadra, per no tener donde transportarlos á otros puntos fuera del continente? El general Gástanos quando prometió obtener pasa- porte de los ingleses para el paso de vuestro exercito, no pudo obligarse á mas que á pedirlo con instancia , asi lo ha hecho: ¿mas cómo pudo V. E. creer que la nación bri- 'anica accediese á dexarlo pasar, cierta de que iba á ha- cerle la guerra en otro punto ó en el mismo? Me persuado, á que ni el general Castaños ni V. E. reyeron que la tal capitulación pudiese llevarse á cabo: l objeto del primero fue salir de embarazo; y el de V. E. btener unas condiciones, que aunque imposibles, honra- en su precisa rendición. Cada uno obtuvo lo que deseaba,0 NOTE This volume has a very tight binding and while every effort has been made to reproduce the centres, forcé would result in damage.y ahora es preciso que rija la imperiosa ley de la necesidi], El carácter nacional no permite usar con los franceses mas que de esta ley , y no de la de represalias. V. E. m: cbüga á expresar verdades que deben serle amargas. ¿QU; derecho tiene á exigir cumplimientos imposibles de una capitulación , un exercito que ha entrado en España p¡j. blicando intima alianza y unión , ha aprisionado nuestro Rey y su Real familia, saqueado sus palacios, asesinado y robado sus vasallos, destruido sus pueblos y quitádole su corona? Si V. E. no quiere atraerse mas y mas la justa indignación de los pueblos, que tanto trabajo por repri» mir, dexese dd semejantes into'erables alegatos, y procure por su conduela y conformidad mitigar la viva sensación de los horrores que recientemente ha cometido en Cordo> ba. Crea V. E. bien seguramente , que mi objeto, hacien. dolé esta aivertsr.cia , no es otro que su propio bien: el vu'go irreflexivo solo piensa en pagar el mal con el mal, sin apreciar las circunstancias; y yo no puedo dexar de hacer responsable á V. E. de los resultados funestos que pueda tener su repugnancia a lo que no puede dexar de ser. Las disposiciones dadas por mí á D. Juan Creagh, jr comunicadas á V. E. son las mismas de la Junta Suprema; y ademas son indispensables en las circunstancias: el re- tardar su execucion alarma los pueblos, y atrae inconve- nientes: ya el expresado Creagh me dá parte de un acci- dente que me entra en sumo cuidado. ;Qaé estímulo para el populacho saber que un so'o soldado llevaba des mil ciento y ochenta libras tornesas? Es quanto tengo que responder al oficio de V. E., y es- pero que ésta tea mi ultima contestación a cercl da estol puntos. Quedando de otra parte deseoso ds comp acería pues es su afielo y seguro servidor Q. S. M. B. Cádiz 10 de Agosto de 18-8. Reimpreso en Buenos Ayts Imprenta de Niños Expósitos. GA ZETA DE MADRID del 26 de Agosto de 1808. EN T HA DA TRIUNFANTE PEL GENERAL CASTAÑOS Y SU EXERCITO en Madrid» El' dia 23 á las 9 de la mañana entró en esta corte el erpo de reserva del exército de Andalucía con su Co- andante el Excmo. Sr. D. Manuel de la Pena , y los aríscales de campo D. Narciso Depedro Marques de telo, y D. Joseph Agusto Laporta destinados á ella , y su frente el Capitán General de aquel exercito el Excmo. . D. Francisco Xavier Castaños. No es posible expli- r con palabras la celebridad de la entrada de estas opas tan grande y tan colmada. En vano apuraremos expresiones con que se puede pintar el júbilo , la ale- la, la admiración y el reconocimiento, porque todas rian pocas, baxas y mezquinas para dar alguna idea nque pequeña de los diversos aféelos que unidamente perimentaba el pueblo de Madrid. Y por esto, y por ofender la excesiva modestia del Sr. Castaños nos re- ciremos a la sencilla relación del modo con que en- ron sus tropas. Las del exercito de Valencia y Mur- con su insigne general el Excmo. Sr. D. Pedro Gon- lez de Llamas se apostaron en el paseo del Prado para erar y recibir a sus caros hermanos, hijos de la ma- e España , los aguerridos soldados del exercito de An- lucia. Entretanto que estos llegaban, el inmenso pue* 1 grandes, medianos y pequeños que habian acudido celebrar tan dichoso dia , se complacían en revistar "ellas tropas, que pocos días antes habian causado su ■ración y aclamaciones, que en este acto fueron re« >^as. Llega por fin á la puerta de Atocha el Sr. Cas-