Ca-P tí 05" J ACUSACION S O S T E N I I> A CONTRA LOS SALADEROS ¡ Y ADVERTENCIAS A SIJ DEFENSOR JPt L>ETJli<> TltJiVA.WT POR. E. L. AUTOR DEL MANIFIESTO Z>. A 1VTO TsTIO miJLLAN^. - Quien hubiere leído , o leyere el papel del Sr. Trapmii , descubrirá ai -instante en é% el acaloramiento de si» autor «-ontra el del manifiesto, que ha. pensado rebatir : no se le Ocultan! el espirito de interés particular y de egoísmo , - re soltar ; es pfeeis'o' (no hay otro medio ni remedio) quitarle el pecho al niño , aunque- giiü-» y rabie alirunos días , porque la madre se va, extenuan- do demasiado y i¡«» 'eoitvieue verla afligida por eausa. «le un mueliaeho en- greído , tal vez hueriano , o por su robustez y buena dentadura mas a propo- sito para oíros alimentos. Me hi7>» suspender aqoi la leetui'a. de otro papel que lia salido con el ; titulo de ri'fti-.v'ioiti's '}nrpari i(tIrs subscriptas tres iniciales «leí alfabeto «A JV. 1y: •V habiéndolo leído -«o me queda duda de q:ie su autor es ttlHt uno- y otro, aunque no dá la «?ara" «leseiibiel-tie, siendo hotnbrt' Ubt-e. C¿uiew lo lea advertirá , que el es- píritu de las reflexiones desmiente el titulo de iin parciales , y colegirá «pie su aufor es fun apasionado confia «d manifiesto\ coiini ¡V (avoi- de los sala- deros. Al primer tapón zni'rapas. Seaieiantes enibozailos rengólos por sos-( 2 ) pcchosos ; v aunque me «lexan campo abierto papa tratarlos rozar» me dé gana, ote guárdate bien de avanzar al enemigo embosoado tal rea oou armas aventajarlas , anoqutf me espere diez anos con la espada en la mano «» con la pin tu a , «¡ue para el raso tanto vale. No obstante , si alguna vez saliere a cara desecrtiiérta el sujetó ijne me nombra, para ilustrar al jtübli- co en materia tan interesante , le admito desde luego el convite a presen- cia de la primera .Autoridad que lo representa , ó del mismo pueblo «pie ne- cesita ilustración en la materia , para que asi inmediatamente se descubra el designio tjue carece «le rectitud ; pues el primero que lo advierte, es el pueblo á pesar de .su ignorancia vulgar, porque aunque en torio lo tocante ¿\ su fortuna sale «le este carácter , conservarle en lo demás. l*or l«j visto irán saliendo papeles contra el manifiesto , supuesto que aun hay utas tela de dontle cortar: fanfarronada de J. N. T. , pero muy propia del abogado de los saladeros, á fin ríe alucinar al pueblo con lucidos raciocinios , y de paso empeñar algunas personas «le valimiento con el Supremo (■««bienio, para alcanzar el permiso «le volver a faenar carne salada; pero en vano se- rán tales esfuerzos, mientras no se pasen algunos años, y veamos repuesta la falla en la cria de ganado, y se conozca algún sobrante ¡ p«>r ahora tra- to de volver a mi proposito. Felizmente ha sucedido la suspensión ríe los saladeras, gracias á la jus- tificada superior probidad «le nuestro actual Ciobierim. Sin duda por este suceso se ha encaprichado el Sr. Tiapani contra el manifiesto, creyoiido «pie este ha sido capaz «le alcanzar una providencia a todas luces grande y fa- Vorabje á la causa publica, y tan premeditada CODIO eficaz para remediar los gravísimos males expuestos en mi manifiesto , y aun asi se atreve el Se- Aqjt Trapa ni a motejarla de precipitada. l*ero miserablemente se equivoca como lo «leinostraré j>or via de cumplimiento a lo prometido . y mayor sa- tisfae«*i«»n mia , pues «le lo Contrario s;e haría notable mi vanidad , que no ■es tan poca , basta pue yo lo confiese. El gran pueblo de Buenos-Ayres elev<\ su clamor A los oi«los piadosos del liveino. Sr. Supremo Oireetor , cuyo espíritu sensible enterner^ido y cons- ternado , «;omo el «le un buen padre «.!«• familia, quando sus hijos le lloran por pan , que se fatiga y -desvela por alcanzarlo , al momento dctermimS que se «alebrase una junta en cabildo pleno , pana consultar el remedio á los males públicos. A conseqüeimia el Sr. Eiel lí^termtor pasó oficio a varios suyefos hacendados , reseros , abaste«"e«lores , y propietarios «le saladeros : «mtre los primeros me cupo la suerte; homosa. de ser llamado en servicio «le la vindicta publica , no «distante ser bien -conocida la debilidad mia. •lis cittfto que allí se ley<> el manifiesto, .al que se le opusieron algunas objeciones , rpie se .reproducen en el |>ai>el «le J. N. T. y quedaron repli- «•a«las en el a«*to ; pero entonces nada se resolvió sobre el particular, m en machas «lias después , por b> qual subseribiinos una presentación al mismo .Sr. I>irector varios labradores , haceu«Ut«ios , reseros , artesanos , todos padres de familia , acre*litar!os .patriotas , hombres «le bien , capaces de defender la a ( «i ) causa pubJica hasta lo infinito ; coinn lo podrá sea > ! Sr. IVapani y sus rom- pañeros pana mirar, por sus intereses particulares,. lasemos a otra oseta, En el manitiesto se dice, que «n todos los saladeros , y en cada uno de ellos se uiata ganado a. diestro y siniestro ¿>¿e. ; y «pie el «le Ja Ense- nada ha «bulo mérito a ponerse otros en varios paragea; que en aqujcl se han muerto millares «le ha«:ien«las. A lo primero responde por todos el Sr. IVapani: que no jmedj: eonvenir a un saladero curar carne de inferior tal i dad, porque me sacri/icaría necesa lia atente en esta operación ; y se «la por satisfecho con su simple exposición , epaao si el precio «le los animales no nuartiase proporción con el «leí producto d* la carne y demás «pie rin- den , y como si fuese imposible presentar testigos , tjue han visto matar en los saladeros macho y hembra, chico y grande, g«»rd«» y flaco, sin inter- vención ni coimeimieiito «le Juez competente. A lo seguinlo no contesta uua palabra á derechas , y se pasa a lo ter«.-ero preseiitandoims solo «los partidas «le muchas que ha iaeua«io la una de 14->2 , la otra fie 6*00 y pico rebaneando los terneras , bacas y animales flacos de ambas partidas que no estaban en. estado de faenarse, de que se ha formado un rodeo , sin duda porque tenia proporción de echar mano «le animales «le mas provecho , mientras toman robustez los del ro«leo ; con cuya relación ha creído el Sr. IVapani que nos satisface , empeñado en que le creamos que no ha munr- to mas ganado desde que estableen» su saladero , ni se ha aprovechatlo de una baca , ni animal pequeño , ó flaco , sino «le puros machos grandes y gordos , 1«> que no se puede creer , porque lo contrario nos aseguran per- sonas im parciales testigos «le vista. También se lé en el manifiesto : que el hacen«la«lo y el «pie no lo es acostumbrarlo a. matar ganado ngeno (sin consentimiento de su dueño, se entiende,) menos escrupuliza veiulerlo , y el comprador jamas se detiene en reconocer marcas ni señales «le nadie. A «piien le cupiere el sayo «pie se lo ponga, dice el adagio: pero el Sr. 'IVapani hace muy mal en recitaren su papel voces «pie no están en el manifiesto, a fin de sembrar cizaña en- tre los hombres «le bien ; siso es que quiere alegar a su favor alguna doc- trina «le los juristas españtdes «pie ha estmliatlo , según la nota «pie asien- ta en su papel que también en eso «le ci/añar, la costumbre entre los suyos hace ley. Lo mas «!espre \. pues que? No ha leido en el manifiesto , «pie se ha «leinostratlo el consumo indispensable por menor en todas sus partes y «pie en «piaut*» e\ procreo esta girada la cuenta por mayor? liten claro esta, «pie mi pensamiento no pueate ser otro que el «le probar con ventaja mi primer aserto , base cimenta! ¿- im.'outrastable del ma-( 4 ) nifiesto , á pesar «le la majadería de los saladores en subir al alto precio «le diez ó doce pesos la l>aca t\ novillo, con lo que «ing«dosinan a. algunos hacendados. Asi tuvo tiente cierto sitiador para de«ñrmelo también il mi , y mi respuesta en l>revt;s palabras fue de«?irle : señor mió , nada detesto mas <]ue los extremos, porque jtUBgO que eo un buen me«li«> ests'i el acierto : so y padre de familia , riño en mi «rasa quando veo tlespertlicio ; la escasez 1% fal- ta «le lo necesario me causa mucha atliccion : ]>ienso dexarles «\ mis hijos mas bacas «pie pesos. Mjttd males que están á la vista no se curan con discursos , ni los «leí error «* «laño praotiea«lo con «•! arrepentimiento. No pienso ilustrar al ne- . Nadie ig- nora «pie el precio del gana«Io sube ó baxa según vienen los años adversos ó favorables. Yo acuerdo el precio «leí ganathj en «liferentes temporadas, los terneros «le año ¿i d«>s o tres reales, las bateas y novillos «C escasez «le lluvias ; en ellas he obs«u*vas males «jue nos esperan , mayormente si «le pronto vuelven a establecerse los saladeros, ya lo estamos palpando a pesen* d«* la avaricia «pie nosrodea y gestiona: he a«pií también el punto principal «le la «piestion. ÍjOS MCjOres políticos ai onsejiin , «pie para enriquecer una poblaeion Cotaf- viene darle extracción a lo sobrante, y en lo necesario mucha economía. I,a carestía «le víveres para la población es su mayor eontrana. Sin salir «le estos principios echemos una mirada sobre nuestra campana v sus há- «•¡«ndas al tenor de nuestra población. J>»; rto* nú- mero de mis haciendas • sino qu«í > a se habiau cebado cie«iaineii.e con el' lucro , sin separar en Ja ineraia «pie causaban en el piincipal «le la cria en . <,•>.-■ Mtio habieran lleüiido h>s clamores «leí pueblo a. hacer el ania o «le e. íesíto fiobienio . no lc:!)n¡ui eesa«h> , hasta quien hacer uuttrvmui los saladores , y hubiéramos llegado ü ver tal evireaso im ¡!i ¡" qr«a ordo sabe (5) las mayores miserias en el pueblo de la abundancia. No veremos esta tan presto: con arto pesar lo digo. A la hora de esta se han muerto centenares «It? bueyes en los corrales de esta ciudad y fuera de ella, unos robados, y otros bien vendidos a doce y Catorce pesos y aun a mas, fuera de los que se mataran en adelante, los mas «le ellos de servicio; y no será extraño que por falta «le ellos se dexen de sembrar algunas fanegas mas de trigo , encarezcan los acarreos in- clusos el del agua del rio poniéndose el barril a medio real como ha líe- ffado á suceder aun no harneado saladeros. Esta escasez y carestía baria también que las tropas de carretas , que conducen totlo el comercio inte- rior , y quando baxan aquí se proveen de bueyes, no los encuentren, en- careciéndose asi los fletes con «laño «leí c«nnereio y consumidores. Ya se acabo el tiempo «leí desperdicio de carne , raro es el dia que la costilla se vende á medio real. En vano el Sr. Trapani nos representa la gran población de estancias de la otra banda del Salatlo, como si estuviéramos careciendo «le su indi- cia. Antes que él se pusiera calzones , be visto yo poblar muchas de ellas; pero él no sabe las que han quedado «leqmbladas de ganado de esta ban- da de San-Borombon en toda la costa «leí Rio «le la Plata basta la Ata- laya y mas adelante. Sobre todo lo que no le «lispensaré sin reproche, es que «liga: que lu carne quando no valga menos, no rale mas hoy , qve quatro, seTs, ó diez (titos antes (ésta es desfachatez española.) No diga eso otra vez el pintor de la Randa Oriental, de donde trajo esa expresión, que so- lo podra aplicarse a quien no hablare palabra «le verdad , porque si se lo oyen en la plaza de Buenos-Ayres , le han de llover piedras. Si quiere interpretar que no habla de los tiempos de abundancia , sino de los «le la escasez en que estamos, viene á confesar, sin querer, que la salazón es lo que menos una epidemia , pues solo entonces se ha puesto la carne cara, como la tenemos en el dia distrayentlo a la municipalidad de todas sus atenciones p«»r la de abastecer al público del aliinentt> mas necesario: alpúblico digo, qne debemos preferir, menos el Sr. Trapani que pretiere a los hacendados. Yo se lo agra«leeeria por mi parte , sino cono- ciera el interés que lo mueve a preferir la parte al todo. Siempre me ratifico en todo lo expuesto en el manifiesto , y digo mas: que a pesar de haber sucedido , al momento de publicada la suspensión de curar carnes , que los corrales para el abasto se llenaron de hacienda como por milagro , y de que los saladores pusieron en «piartos a vender carne fres- ca , en el «lia esta escasa en términos que á veces el pobre que no tiene un' real , no prueba bocado de ella, porque los malvados vendedores apro- vechándose de la carestía no quieren despachar por medios. Esta tiranía se puede remediar imponiendo pena de veinte y cinco azotes, no de pesos (aunque sea sin perjuicio de la causa J al vendedor que no reparta hasta por quartiílos , porque es afligir mas al infeliz, que por su moneda no le den un zoquete de carne corresp«>udiente. Asi que mientras no veamos queabtrn«la la carne én la plaza , no se p>ie«le probar que hay ganad«> sobran- te para faenar en los saladeros ; y sus abogados no deben tirar á sorpre- heiider al publico con papeles artificiosos , ni al («o'»u:nn> cmi presenta- ciones nio'.estas , sino contentarse /-on la substainaa rp¡<- lias» loaiado. Térrtgéí pues entendido el Sr. TYapani , «pie es poco geni» para replicar a quien le puede dar lee iones de provecho sobre el particular: no se ha- ga despreciar «le tüiíto hombre de juicio que tiene JJtiei ios-Ay res y su cani- llarla : la opinión de ello-; es la inia : las comuuhladcs rslígiosus , las tropas míHihré& . «ivieas y veteranas , labradores ,• artesanos , la mayor parte de hacendados-, y todo ei pueblo en general maldicen la carestía por . ai.sa de Jos safdderos. Al querer llevar este papel a la prensa, me dieroíl otro, cuyo título es: k'.oiitestavion til papel flrl paisano Afilian , subscriptas dos letras /£. St. JLeilo dos veces , y advertí que. mi anuncio no ha tallado , de que saldrían otros embozados a le parada , por las especies «pie tengo de que en cada sala- dero tienen interés personas pudientes , bien quistas y relacionadas ron los comerciantes extrilngeros ; y uno u otro hacendado de buen nombre, y al- gunos doctores y letrados,; Mi animo , ya lo he declarado , que es no aco- Iheter a enemigos emboscados , comprometiéndome solamente á comparecer Pú publico tf ibinial cí»n los «pie se presenten a cara descubierta. Tratarme a mi de egoísta , es lo mismo que lo tuyo me dices. Creo qué lili mayor enemigo , si lo tengo , porque a nadie he hecho injusto ca con- sideración temro respectivamente mas bacas y novillos que otras estancias «le primer orden. Y ya que digo novillos , "rebatiré cierta farsa que se ha hecho de mi , porque los tengo por semilla , junto con los témeros , «pian- do estos no son cupa<-es de procrear. Solo por una consumada estupidez, t* l*or. una refinada rtralieia podría yo suponer tai cosa ; pero no s«>y tan Ignorante , y a l>ios gracias na«la ©e>ñgo de pintort% propio «le algunos abo- gados que suelen hacer dte lo blan«.-o ffegfro c«ci sus leyes y retóricas ; v aun- que se rián «le mi , poique iu> sé mas que pan pan , v vino vino , mas quie- ro esto y ha fe «leí carbonero que todas sus leyes y retoricas. ¿Si los sala- deros acabaran con los terneros y tu» vil los , como .presto íuraparian , si no Sé hubieran suspendido , tendría precisamente qne echarse ruano «le las ba- i"as » ,51lMí. Pr*:"*ro que i «crecer de hambre, y Tenb>nee$ se «concluiría eou la V* m , <% la semilla. I>«»sario á esos políticos gobernados por su ínteres mdlvrdu al , y yo a la inversa por el del p-ñbfveo. a qxie toe levante» esta. Pero a bien que no caben cabulas en el heebo de estarse ya matando bueyes v mas bueyes a roso y vel!«>so , por no alcanzar los novillos ni aun flacos, debiendo aponerse loa sula«l«>rcs siquiera a lo primero, si proce- dieran conseqü*-ntes, por la falta que,ahora mas que nunca hace* los bue- yes para labrar tanta tierra como se necesita pava sembrar las menestras, cuyo alimente quieren introducir los saladores cu lugar del de la «ame porque las menestras no les hace «Mienta saca» las , y las carnes si, «raiga el oue cayere como ellos se levanten Por supuesto que querrán también que los* labradores hagan el gasto y riesgo de esta especulación , mientras « líos trabajan en acabar las ultimas reliquias «le la carne. Y a lo había oid«», lo «lie cieira al hombre la codicia. Ciegos, pues, son los saladores , «pian- do vio ven «pie se despoblaran los campos, si les faltara la carne , aunque estubieran llenos «le menestras , pues bien saben , por mas que se desen- tienden que si hay costumbre que se necesita de cien anos para quitarse, con dificultad ni en otro tanto tiempo preferirían nuestros campestres el pan & la carne v menos el maíz. Y casi» negado que este llegara ¿«pie pro- videncias se toman , qae premios , que estímulos , que ejemplo y enseñan- za I Ni supliera se propone por los saladores , para que llegue ese ceso , sin los ricéis de acabar antes con la carne, que es el texto de que no se apartan , queriendo convertir de repente un pais pastoril en agricultor. Para que no vuelvan a desmentirme , acuerdóme ahora de la leche , mantequi- lla queso huevos, y perdices que proponen , sin duda delirando y creyendo que no hablan en Buenos-Ayres , sino en el país de las mo- nas Parecéme que ya estoy oyendo los chistes de mis paisanos de la cara- pafkl «piando sepan que se les quiere hacer gente tina desnaturalizándolos de la carne en los fuerte de sus trabajos, intemperie y desnudez. Me llaman otras atenciones, y remato con que todo estaría acabado, si mis contrarios fueran tan desinteresólos , tan patriotas y dóciles como yo , une convengo con ellos en la riqueza que atrae a\ país la extracción de lo sobrante y que por lo misino debemos todos a una trabajar para que lo haya lo mas que se pueda. Reata solamente que ellos convengan tam- bién con migo , que en el dia no tenemos tal sobrante , sino taita , por nues- tra incuria tan declamada como, no sé si diga , insensible á todos; pues m los mas interesados en la carne , que son boy los saladores , es tal su ciego ínteres que ni aparente lo toman hacia el bien comnn , para que se per- sigan y escarmienten los ladrones quatreros , y se extingan los perros ci- marrones &c.a «kc.a _ Antonio Jyliilan. Iw.prenta de la Independencia