— 90 — « álculo de recursos ordinarios para el ano de 1858. Entrada marítima......................... 55,000,000 Salida id.......................... 10..000.000 Almacenage................................. 1,000,000 Papel sellado.................................. 3,000,000 Patentes.................................. 3,500,000 Contribución Directa........................ 2,800,000 Derechos de saladero y vapores................. 1,000,000 Idem yeguarizo y mular................... 90,000 Correos....................................... 225.000 Pregonería judicial.....................~ .... 60,000 Herencia transversal atrazada................. 400,000 Puente de Barracas....................... 250,000 Camino y muelle del Riachuelo.............. 175,000 Diversos y eventuales...................... í 00,000 77,600,000 BIOGRAFÍA S;D NICOLÁS VEGA BUENOS AIRES Impronta y fundición de lipos de la Sociedad Anónina, Belgrano 1873BIOGRAFÍA J>K1. BUENOS AIRES Imprenta y fundinioD de tipos de la Sockdad Anónima, Relgrano l.'G 1873BIOGRAFÍA SR D" NICOLAS VEGA L D. Nicolás Vega, hijo de una distinguida familia, nació en la Torre del Mar, Provincia de Málaga, el 13 de Julio de 1790; siendo sus padres el señor D. Nicolás Vega y Santiago, de Cas- tilla la Vieja, y doña Maria Corado y Galvez, de Andalucía, apreciable esposa de aquel caballero por sus virtudes y erigen. Trasladado el señor Vega, hijo, en su infancia con sus padres á Castilla la Vieja, fué educado en varios colegios hasta la edad de 18 años; en cuyos estudios lo sorprendió el heroico grito de la Patria y Libertad de la nación levantada en masa, contra la subyugación del Ejército francés del año 8, y fué in- corporado á los ejércitos de la Patria, hasta la salida del Ejér- cito francés, y evacuación de todas las plazas el año 1815. So- licitó su baja, sirviendo en el Regimiento de León, 23 de línea, retirándose del seryicio con sus despachos de Teniente Io con grado de Capitán de Linea. Entusiasta por la Libertad, el Capitán Vega, por la que había derramado su sangre en la edad de las heroicas acciones, so- portó con profundo desagrado la política, retrógrada y desa- gradecida d i imbécil monarca Fernando VII; así que afiliado mas tarde al gran partido liberal, á cuyos principios habia de dedicar toda una existencia de modestos sacrificios, combatió Ja absurda y despótica política del perjuro Monarca, al anular la gran Carla Constitucional del año 1812, que habia salvado la— 2 — Nación, y con aquel acto infame de derribar las libertades pú- blicas proclamadas por los pueblos, principió un sistema de persecución á todos los elementos del partido liberal; y fué entóí.cesque gravemente comprometido el capitán Vega en la política de residencia, se vió obligado á abandonar su patria emigrando á Portugal desde donde observó la gran ludia que se debatía en América entre el poder colonial que lo era del despotismo de su infortunada patria, y la grandiosa causa do la emancipación ae los pueblos Americanos, y satisfactorio es decirio, pudo en él mas el afecto y el culto que profesaba á sus principios, con el profundoódio que abrigaba hacia la Urania, que las preocupaciones mezquinas, que son la remora de toda acción generosa: vió la cau.-a de ia libeitad sostenida deses- peradamente por los pueblos Americanos, y desde aquel mo- mento formó la resolución de combatir en ella contra !a tira- nía mas despótica, y en favor de la emancioacion política de sus hermanos de América, su patria también; fué entóneos que acompañado de varios compañeros de infortunio se embarcó á bordo del bergantín portugués Europa, naciéndose á la vela en el año 1816, de viaja para Bahía de Xodos los Santos, en el Brasil; de allí pasó al Rio Grande de San l'edro del Sud, y en seguida á Montevideo y Buenos Aires, en cuyo punto se les reunió el valiente general e-pañol D. Francisco Milans De Boch, y otros compañeros de armas de la Península, que fueron aco- jidos con particular deferencia por el supremo Director, en- tonces de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, D. Juan Maria Puirrt don, por el Sr. Gene al Rondeau y por el Sr. Ministro de la Guerra, á la sazón D. Matías Irigoyen, tanto por su recomendable carácter como por las recomendaciones no- tables de que eran portadores para dichos señores, residiendo en esta ciudad hasta que siendo invitado el Capuan Vega á in- gresar al Ejército americano en la misma c'ase y fueros que acreditaban sus despachos, fué á incorporarse al Ejército de los Andes á las órdenes del General San Martin, en Marzo de 1818, siendo particularmente recomendado á dicho General en Gefe y al señor Ministro Argentino en Chile, D. Tomás (luido. II. Llegado al campamento de Quechereguas donde se incorpo- ró al Ejército, fué destinado por el General en Gefe al Bata- llo» l"de ios Andes, como Teniente 1* graduado de Capitán, agregado á la 4* compañía, al mando del Comandante D. — 3 — Rudecindo Alvarado, siguió las operaciones de aquel Ejér- cito con la moralidad y disciplina que habia adquirido en el de España, cuya conducta le mereció la estimación de sus gefea y subalternos, y se hal'ó en las acciones que tu- vieron lugar en los llanos de Chimbarongo en Ia3 que el Ejér- cito Español fué obligado á refugiarse en la ciudad de Talca, distinguiéndose en la memorable dispersión de Cancharayada. En la noche del 19 de Marzo se conservó Arme en su puesto basta quo lo fué ordenado retirarse en órden, lo que efectuó con los valientes á las órdenes del Comandante Las lleras, Al- varado y oíros boneméiitos oficiales sirviendo de ejemplo á los débiles que corrieron en dispersión hasta refugiarse en la ciu- dad de Santiago. Llegado á las cercanías de aquella ciudad fue i ombrado Ayudante Mayor en comisión por ei Comandante Alvarado. durante todo el tiempo que antecedió á la jornada del 5 de Abril en cuyo memorable dia fué destinado á mandar ¡asegunda mitad de la cuarta compañía, de laque era Capitán efectivo D. Sant ago Sanch z (Chileno) del Batallón Io de los Andes, en que sufrió con el 8o del mismo Ejército su Coman- dante entonces D. Enrique Martínez, lo mas reñido y mortífero del combate, pues que llevando la formación de columna de ataque sobre las dos mitades del centro, el número Io de los Andes, Comandante D. Rudecindo Alvarado, fueron á quema ropa despedazados, viendo caer muerto á su lado al Aberez D. Sanli-ipo Bilbao (Sanjuanino) y herido el Teniente 2o de la 3* D. N. Matos (Chileno), el Capitán de la o° D. Lucio Salvadores, el benemérito y valiente Sargento Mayor D. Severo Maria de Se- queira y mas de 200 hombres de otras clases, los que entre muertos y heridos quedaron fuera de combate. En dicho batallón en aquella memorable jornada, pues que atacados estos cuerpos al encontrarse frente á fíente, a dis- tancia de menos de una cuadra, sobre una pequeña colina, por una fuerte columna enmasa enemiga, como de cuatro mil nombres de infantería, que componían la mayor parte de su ejército, formada de varios cuerpos, recibió la izquierda del ejército patrio, que formaban los batallones Io y 8 de los Aa- / des y e.' número 7 las primeras langas del enemigo. > to al Gobernador legítimo D. Timoteo Maradona, quien aprobó como uno de sus primeros actos el nombramiento de General.dado por ¡a po- blación de San Juan al Mayor Vega por su bi iílanle :■comporta-"1 clon en aquellos socesos, confirmándole y poniendo á su dis- posición todas las fuerzas de la Provincia para proveer á su defens?, nombramiento que mas tarde confirmaron aquellas fuerzas, lo mismo que una Junta de Salud Púb iea, que se nombró en aquel os dias compuesta de los principales ciuda- danos y presidida p ¡reí rcspeuble Sr. D. Rüdeáindo Rojo, la que autorizó al General Vega para organizar tropas de línea y milicias contra los amagos que le hacian las de la llioja y de Mendoza que la amenazaban. Al efecto e&tabl- rió un campamento en el punto llamado del Pucílo, como á dos leguas de la ciudad, arregló y discipli- nó una pequeña división compuesta de un cuerpo de infantería y Je cuatro escuadrones de caballería. El General Vega había mandado á un Comandante con ua escuadrón a laCafladaHonda (17 leguas de San Juan) coreán- dole una comisión de la que dependí i la seguridad del ejército: # situado en dicho punto, debia aquel gef.j hacer una descubier- ta hasta Jocoli (30 leguas mas adelante) y en observación de los movimientos delenemigo, de lo quedebia inf rrnar conti- nuamente al Cuar tel General para en el caso de que avanzase, mover el General Vega el grueso del ejército ha la aquel punto ventajoso que habia elegido para esperarlo, con órden de talar los pastos deGuanacache y destruir todos los elementos que pudieran favorecer al enemigo y quese replegase hácia laCañada Honda, y dificultando asi todos los movimientos del • jérclto enemigo: degracitdam¿nle el gefe á quien habia sido con- fiada esia importante ydelicada comisión, fué sorprendido por el enemigo, que lo dispersó, y el General Vega supo esta fa- tal noticia por los mismos dispersos qne llegaron al Cuartel General. El enemigo se habia detenido á descansar y refrescar- 8 — sus tropas en Gtianacache, punto de aguadas y recursos que en su plan estratéjieo hubieran quedado inuiilizados, el General Vega, frustrado su p an, ofició al Gobierno de San Juan y á la Junta de Salu J Publica lo que ocurría, y quedó esperando sus órdenes: para proceder con arreglo á ellas, y habiéndosele contestad ) un voto de confianza para que obrase según las circunslanc as loexijian, movió su ejército del Pozito en retí- , rada hacia Jáchal, bajo la presión de la inmensa responsabili- dad que aquella contestación importaba, pues que el vecinda- rio du San Juan no le hubiera perdonado la .-angre que se hu- biese derramado en caso de una derrota: ordenó al Coronel de Caballería D. Domingo Roano, de que á todo trance y sin entrar orí la ciudad vadeasen ei río mientras ó! con una per quena fuerza entraba á la plaza, con el onjeto de proveerse de víveies y municiones existentes en los depósitos, de los que cargó una tropa de muías. , - * Entóneos tuvo la oportunidad de esponer personalmente, las muchas circunstancias que le obligaban á retirarse, tanto al Gobernador, como á varios miembros de la Junta de Salud Pú- blica, los que tomando en consideración todo el valor de las observaciones que les hizo, apr obaron su resolución, basada en el nuevo plan de salvar el Ejército de la Provincia, y aguarú dará atacar al enemigo, de.regreso de Jáchal, tan luego como se supiese el éxito dosfavorahle de la campaña de Quiroga contra el General Paz. Salió de la pla/.a á reunirse al Ejercito con los viveros y mu- niciones q e llevaba y que habían pasado ya el rio, s< stenien- do aquel a operación con un cuerpo de tiradores contra las avanzadas que habían llegado ya á atacar o: la vanguardia marchaba en rol irada y el General Vega dió órden para que acamparan en la Cruz de Piedra, punto de pastos y aguadas, para la división, á dos leguas de Jáchal. Pocos días de-pjes fue atacado el General Vega por una di- visión men lozina, que e General Aldao habla destacado de su Ejército, al mando del Comandante D. Casimiro Recuero, en su perseguimiento, cuya operación observada por el General Ve- ga, principió sus operaciones marchando eon su división ha- cia ¡as alturas de Niquivil, punto ventajoso en que se había acampado el enemigo á una legua de Jáchal para encontrarlo y batirlo, loque efectuó tomando la ofensiva, cargando al ene- migo en su posición hasta derrotarlo comp clámente, persi- guiéndolo después mas de 4 leguas en retirada, eu las que les tomó todos sus bagajes, municiones, diferentes armas y un crecido número de prisioneros: entre ellos algunos oficiales. En esta bi il ante jornada se distinguieron entreoíros gefes. el Coronel sanjuaniuo D. Domingo Roano y D. Domingo t. Sar- — 9 — miento, que era uno de los Ayudantes de Campo del General Vega, el cual atravesó los fuegos del enemigo para devar una órden del General, al C'imandant: de Escuadrón D. Julián Cas- tro Albarracin, de que fl uiqueara al enemigo por su derecha, cuyo movimiento efectuado con precisión ocasionó su cumple- , ta derrota. Entusiasmada la columna del General Vega con este triunfo y satisfecho éste de !a actitud de la tropa se pre- paró para ir sobre San Juan, esperando siempre el resultado de la espedicion á Córdoba del General Facundo Quiroga, apro- vechando entre lanto los pastos de a faifa de Jáchal para re- poner su caballería algo alrazada por la estación del invierno, así como de dar descanso y proveer lo necesario para la infan- tería nue I ovaba. Pasadas algunas semanas, nuevas tropas Sanjuanínas y Mendocinas combinadas, fueron á sorprenderle nuevamente en Jáchai, fué entóneos que el General Vega siempre en el in-' teres de salvar la división que le h ibia encargado el Gobierno de San Juan, y siendo mucho mayor en número el enemigo que se presentaba para batirlo con mucho* mas recursos, cam- hió de dirección moviendo la columna para interponer entre el enemigo y San Juan, lo que efectuó por un hábil movimien- •fo estrátéjico á f tvor de. lá noene; dejó al enemigo cerca de: Jáchal y con una marcha forzada molestada por un temporal;; de nieves, caminó por la falda de la Cordillera de los Andes hasta lograr su objeto de imerponerse entre San Juan y Jáchal, donde* lo creía el enenvgo, y cortando á éste, !e lomó en su marcha algunos puntos que había dejado éste, intercedió la correspondencia rpie mandaban los reaccionarios de San Juan al gefe do aquella división, por la que aupo la derrota sufrida por Facundo Quiroga en la T ibiada de Córdoba en cuyo para- je habiasido batirlo y disperso por el Ejército del General Paz. Apresuróse entonces redoblando su marcha para llegar a San Juan pasando al romper el día el río, logrando no ser sentido de la guarnición de la plaza. Al acercarse á la ciudad destacó el General Vega un Escua- drón de Caballería al mando del valiente Comandante D. Juan Aguilar para que cortara la retirada á Mendoza á la guarnición que se componía la mayor parte de hijos de aquella Provincia á cuya cabeza estaba el Corone! D. Francisco Aldao. El Coman- dante Aguilar por un esceso de valor cometió la imprudencia de atacar la guarnición acuartelada en la Casa de Cabildo en la plaza, siendo rechazado por la guarnición que lo hirió, su- friendo á mas alguna pérdida de gravedad, asi como varios oficiales y soldados; con cuya ventaja cargaron al escuadrón que tuvo que retirarse precipitadamente de la plaza persegui- do por ia infantería enemiga, á refugiarse á la división del Ge-— 10- nera! Vega, quien en momentos tan críticos reunió su infante- ría que había montado para pasar el rio, formando de ella dos columnas, y cargando al enemigo con rapidez lo derrotó com- pletamente en las calles de San Juan, tomando prisi ñero al Gefc d« la guarnición Coronel Aldao á sus oficiales y toda la guarnición que se le rindió á discreción apoderándose tam- bicn en seguidade la artillería que tenían en el Pozito. Siempre humano el General Vi ga y no queriendo abusar del triunfo llevó á su casa ¡i todos los oficiales prisioneros, donde viendo sn generoso proceder el Coronel Aldao le propuso la paz bajo la base de su mediación con el General Aldao su her- mano que venia de Jácha.1 con una fuerte división en persegui- miento del General Vega. ^' - \ . '; 1 En estos momentos en que se trataba la paz, la división del Gcneial Aldao pasaba ya el rio de San Juan batiendo la fuerza que el General Vega lutria dejado al paso del R¡os la que fué sorprendida por haber abandonado su puesto una guardia avanzada que la divi-ion del General Vega habia (1- jado á;;SU retaguardia á algunas leguas de aPí la noche anteiioj\ En tónces conteniendo con sus fuerzas la.marcha del enemigo so- bre San Juan mandó de mancomún con e! Coronel A'dao según la estipulación de paz, una comisión mista, para el her- mano del Coronel, General Aldao, que produjo una suspensión de armaft que aceptó el enemigo pidiendo permiso para alo- jarse en los suburbios de la ciudad. Al anochecer de este día acordadas ya las bases de la paz habiéndose brindado en un banquete que dió el General Vega al Coronel Aldao y oficiales prisioneros para que fuera sólida, se acordó con el General Mendorino que al dia siguiente los Ir ata- dos de paz entre ambos pueblos se Orinarían, quedando el de San Juan cu la libertad de elegir Gober nad.ir de la Provincia á persona que fuera mus de su agrado y desde aquel momento descansando en la fé del tratado, la mayor parte de los oficia- les se retiraron á sus casas quedando las tropas acuarteladas con los oficiales de semana. Una noche oscura y tempestuosa favoreció al gefe mendoci- no para cometer el acto mas villano y cobarde que se cuenta en los anales de la historia, llevando á cabo una traición in- fame. El Coronel Francisco Aldao en libertad después de lo pacta- de, unido á su hermano José, General de la división mendozi- na, atacaron los cuarteles al rayar el dia, sorprendiéronlos puntos de infantería y caballería que garantidos por los tra- tados de paz descansaban de sus largas fatigas p"r !a penosa marcha que acababan de hacer y los tomaron prisioneros. Esoshombressinféni lealtad, envalentonaron conesiaiofame — 11 - traición de tal modoásussecuaces,quienes aprovecharon de ello para ejercer turto género fie infames venganzas, prendiendo á todos tos oficíales de la división del GeneraIVega, vencedores generosos de la víspera, así mismo que, á la mayor parte de ciudadanos que habían seguido aquella división en número CO- mo de setenta. Entre ellos fué tomado prisionero también el General Vega, engrillándolo lo mismo que á sus compañeros de infortunio:en prisiones en las casas de Cabildo, donde los incomunicaron completamente, sufriendo el mas cruid trata- miento-de'los hombres malvados v perjuros ¿quienes el Ge- neralI Vejra había dado libertad. •■'■! • Seis de los oficiales que mas se habían distinguido en la re- yp uciori de las Quijadas fueron fusi ados y el General Vega, después de pagar la exhorbilarite contribución de oca i mil fuertes.ál Gobierno sanguinario que surgió'de la infame traición de los Aldao,/fué '* sentenciado á salir" desterrado del país, viendo antes saqueada su casa d > carneo del Mogote de la que ljevarcn'cn sécuí'stro lódas;sqs haciendas vacunas v caballa-»: res, y mu lares. Y en su casa del pueblo todo su archivo y pa-: peles que tuvieron á la mano. . A mas de estás venganzas por parte del partido sanguinario de San Juan, habiendo sabido el General Quiroga fijó en ellos su deseo de lomar represalias á los manes dé la Tablada, donde habia sido derrotado porei Ejército del General Paz y fusiladas lodos ¡08 oficiales que cayeon prisioneros: mandó al Dr. bustos, sobrino del General dei mismo nombre, á exigir al Gobierno de San Juan aquellas víctimas, el que siendo partida- rio y á la obediencia de aquel caudillo pasó a su disposición á aquellos infelices. Entonces, ante un acto tan feroz, todas las señoras de San Juan de diversas opiniones se icuníeron en masa para pedirle á aquel Gobernador que lo era D. José María de Echegaray, de negros an ecedentes para el partido liberal de San Juan, la re- vocación de tan bárbara medida, quien las desairó bruscamen- te ri pitiéndoles qus todos los presos serian conducidos a los Llanos. A pesar de su inflexibilidad, nuevas reclamaciones déla par- te sensata é influyente de la población, tuvieron lugar, y estas demostraciones aprovechadas en favor de la sórdida avaricia que abrigaban los hombres de aquel partido, hizo que pusiese á talla las cabezas de los presos, pidiendo cantidades fabulosas por el rescate de cada uno, condenando después á los que sa- tisfacieron aquella exigencia inhumana, á destierro á diversas partes, Solo quedaron el Sargento Mayor D. José Lino Castro, el Go- bernador de Jacha11). Francisco Azcarate, el Sr. General Vega,— 12 — y el Teniente de Caballería D. Ju'ian Castro, quienes fueron definitivamente las víctimas que mandó el Gobernador ilegal de San Juan al sanguinario Quiroga que sebiento de sangre no aceptó tan corto número de víctimas, devolviendo los cuatro prisioneros al Gobierno de San Juan reconviniéndole con ame- nazas y durezas por no haber mandado lodos los presos. El gobernador de San Juan devolvió de nuevo á los Llanos ál general Vega y á sus compañeros de infortunio mientras se preparaba á hacer prisiones para aumentar el número que re- clamaba el dueño de vidas y haciendas de aquella época en aquellas desgraciadas provincias. Llegados al campamento de Aliles fueron puestos en prisión acollaradus por las piernas con dos barras de grillos con un anillo para cada víctima y puestos en capilla para ser fusilados. Por un nuevo cálculo suspendió la ejecución, necesitaba armas y municiones que no tenia, y suponiendo que el general Vega podría proporcionár- selas, exijió es un número de armas por el rescatede cada uno de cuyo artículo necesitaba mas que del dinero. • ; Aunque á la ventura y por ganar tiempo accedieron á esta cruel alternativa, y escribieron á las familias para que compra- ran armas donde quiera que las encontrasen á fuerza de dinero. La Providencia quiso que al cabo de un mes se reuniesen un cierto número de ellas comprando algunas dispersas que los vecinos de San Juan tenían ocultas. Cuatro meses largos estuvo el general Vega y sus compañe- ros de infortunio sufriendo acampo raso este genero de pri- sión sin mas alimento que el que la caridad de algunas muje- res vivanderas del campo enemigo les proporcionaban. Trasladado Quiroga á San Juan para atacar á Mendoza que se habia levantado sacudiendo el yugo de sus opresores, el in- fortunado comandante Moyano hizo este cambio, y fué nom- brado gobernador de Mendoza el general D. Rudesindo Al va- rado. Poruña traición parecida á la que se hizo al general Vega en San Juan, fueron derrotados los patriotas en la memorable jornada del Pilar por el caudillo Villafane, gefe de vanguardia de Quiroga, que auxiliado por los perjuros y traidores A'daos, hicieron una cruel camiceria que duró tres días, degollando á cuanto oficial y ciudadanos distinguido pudieron prender, en- tre ellos al ilustre presidente de la primera Junta Nacional que se reunió en Tucuman el Sr- Dr. D. Narciso Laprida, el in- fortunado Moyano y el valiente capitán Vülanueva, que de un tiro de pistola dejó muerto á sus piés al pérfido coronel Fran- cisco Adao. Este, en los momentos de un armisticio en el campo habia dispuesto que el sacrilego fraile D. Félix Aldao, — 13 — su hermano, rompiese el fuego con su artillería sorprendiendo á las tropas defensoras del órden que estaban con las armas en pabellones ínterin una comisión de ambas panes beligerantes solicitaban un arreglo. Durante estos acontecimientos el general Vega seguía en s prisión en San Juan y fué nuevamente puesto en capilla con otros muchos prisioneros calumniados por el gobernador ile- V gal de San Juan de haber formado una nueva revolución. La ejecución no tuvo lugar, por haber descubierto Quiroga ser , una falsedad. Salió este para Mendoza con una división, lle- vando (,s prisioneros consigo y puesto su campamento en el ~- ,\ punto llamado el Retamo, sacrifico lili nuevas víctimas con- cediendo lavida al general Vega y á sus companeiosde infor- tunio, merced al pago de la contribución de armas impuesta, la que fué satisfecha solamente por el general Vega, vendieo- do su esposa cuanto tenia disponible en su casa incuso alha- jas y vestidos, quedando esta y sus tiernos hijos sin tener • apenas pan que comer. ; Después de algunos dias fué puesto en libertad y trasladado á San Juan en clase de prisionero de guerra. Entre las victimas de aquel'a época fué cruelmente azotado y despojado de sus vestidos públicamente y amarrado á un cañón, el respetable ciudadano D. Rudesindo Rojo, presidente que fué de la Junta de Salud Pública de San Juan, por no poder pagar una fuerte contribución que se le impuso, y habría muerto sinó hubiesen intervenido el Sr D. Aman Rawson, pa- dre del ex-Ministro del Interior, y el clérigo D.Manuel Lima, que salieron fiadores y facilitaron dinero para salvar á este ca- ballero y á Don Andrés Ocampo sentenciado á muerte por Quiroga. Los que tuvieron la suerte de salvar la vida de las garras del déspota de los Llanos, fué mediante á las grandes sumas que fueron obligados á pagar, como sucedió con los ayudantes de !a div.sion del general Vega,-ü. Alejandro Carril y I). Joaquín Castro y Calvo, habiendo pagado veinte y cinco mil pesos el primero y ocho mil el segundo. Salvaron igualmente la vida el ilustre general D. Rudecindo Alvarad >, D. Francisco Videla y los ciudadanos D. José Navarro, D. Gerónimo Rosas, (sanjua- nino), cuyas cabezas fueron puestas á talla por contribuciones forzosas que les impuso. Dspues de la batalla de Laguna Larga, derrotado Quiroga, y fugado á Buenos Aires, fué solicitado el general Vega por el gobierno relrógado de San Juan para una transacion entre am- bos partidos, y habiéndose negado á tratar con el perjuro Ven- tura Quiroga, que era uno délos corifeos de aquel partido, fué acusado de conspirador contra aquel gobierno, y tuvo que— 14 — ocultarse para no ser victima de aquellos caribes que en su despedí'» ofrecieron degollarlo. Tras de desgracias tan continuadas, D. Pedro Barros, Gefe de un escuadrón de caballería de la división de Quiroga de guai nicion entonces en San Juan, propuso al Sr. general Vega reacciona'sobre el partido dominante y ocupar á San Juan cuya proposición aceptada por dicho Sr. General dispuso de las fueizas de Barros que se puso á sus órdenes para consu- mar el pía i que liabia de salvar a la desgraciada provincia de los hombres funestos que la sacrificaban a los funestos odios y veng-nizas. hfeclivamenle a la cabeza de dicho Escuadrón y apelando á su antiguo prestigio, se le rennieron al general Vega mucho- soldados de tropa que á la saz »n servia perso- nalmente á la fuerza en las filas enemigas, y con esta-; fuerzas organizadas á cargo de la división de San Juan qu i s<* le rin- dió, entre ellos I). Nazario üenavides, gobernador que fué mas tarde, y comandante entónce-¡ de un escuadrón de caballería á las órdenes de D.Facundo Qirroga,derrotó las fuerzas del comardanle Yanson, que mas larde también fué gobernador, que se roliraba naca Mendoza, logrando prender al infame ciu- dillo Ventura Quiroga. "■■■>:■ :; Libertada San Juan merced al feliz éxito del p'an que había llevado acabo el General V»*ga de este gob¡erííolde1?póÍíC&í convocó, al pueblo a! ejercicio de sus derechos por los que ha- bía luchado desesperadamente contra los concujcadores; pa- ra que nombrara un gobierno emanado de su libre voluntad, cuya unánime (¡lección recayó en el benemérito Comandante D. Juan Aguilar inutilizado de un brazo y frescas -as heridas todavía, que recibió en la toma de la plaza el arto anterior. Fué enlúnces que emigrados la mayor parto de los vecinos principales, amigos de la causa de la libertad y del órden á Chile á donde se habían refugiado para escapar á la cruel dic- tadura de los Quirogas, se vió el General Vega en una situa- ción espinosa y aflictiva, pues que emp fiado por una parte en salvar los grandes resultados déla revolución gloriosa que casi solo y sin elementos su buena suerte habia coronado, ro- deado de malos elementos y desamparado de los suyos nece- sitó de todo su valor y resolución para sofocar la contra revo- lución que el célebre tuerto Barcenas y el mencionado coman- dante I». Nazario Benavides, le hicieron para provocar una reacción que no pudieron conseguir. Con las fuerzas de los que eran adictos y con la persuacíon logió desarmar las fueizas coligadas oe San Juan y d ! Quiro- ga que guarnecían aquella clulad y que se le habían pasado: cou los uiayures desvelos ayudándole el vecindario amigo del - 15 — órden en San Juan, basta que volvió la emigración de Chile, se logró asegurar el órden y la paz en la Provincia. En aquellos días pasó el General Vega á Córdoba comisiona- do por el gobierno de San Juan para arreglar con el general Paz la marcha que debía llevar la provincia de San Juan en consonancia con los principios de regeneración que establecía en la república por aquel tiempo dicho general. De reg eso de Córdoba cumplida satisfactoriamente la co- misión que habia llevado, se consagró nuevamente el general Vega ¿prestar tuda su ayuda y cooperación á aquel gobierno, en las varias emergencias que sobrevinieron y que impedían su marcha regular y reoaradora. Por su conducto se le faci- litaron al General Paz ausilios que necesitaba para su ejército de Córdoba consistentes en cien cargas de aguardiente y algu- nos frutos del país, la mayor parte de la propiedad prrticular del General Vega y que fueron trasmitidos al ejér- cito por conduelo del Sr. D. Julián Paz, hermano de aquel general. En aquella época de revueltas y de desquicio los aconteci- mientos se sucedían con una rapidez asombrosa, asi no bien se sentían los efectos bienhechores de la confianza que inspi- raba el estado de paz (sí podiá haber paz en aquellos tiempos), cuando ya el caudillo Ventura Qairoga promovió desde la cár- cel otra revolución, ayudado por los presos que existían en la misma, los mas por crímenes comunes, con los que sorpren- dió la guardia y una corta guarnición, siendo sus primeros actos prender en las casas á un crecido número de vecinos que guardó en la cárcel hasta asegurar el éxito de la revolución. Vivamente alarmada la población por este escandaloso acon- tecimiento, hubiera sido víctima de las mas a trocez vengan- zas, sin el valor del benemérito ciudadadauo y gefe D. Ansel- mo Rojo, general que fué de la nación, quien con algunos de sus amigos de causa, cargólas partidas de los revoltosos der- rotando algunas, se dirigió inmediatamente á la plaza donde se le reunió el general Vega, quién apoderándose del cuartel de San Clemente mandó tocar generala para reunir el cuerpo de cívicos, con cuya fuerza se restableció el órden, sofocando la revolución después de haber aprisionado á la mayorparte de los revolucionarios, siendo fusilados en el cuartel los que fue- ron tomados con las armas en la mano, medida enéji?a que dominó la situcion. Entre los presos fuó tomado el promotor de dicha revolución Ventura Quiroga, quien con algunos otros revoltosos fueron juzgados y fusilados en la plaza en el mismo lugar en que el año anterior habia este caudillo y su partido fusilado á las víctimas de su despotismo.— 16 — Asi fué que fueron castigados por último los traidores que habían hecho derramar tanta sangre, tantas lágrimas y acar reado tantas calamidades á aquel pacíüco pueblo de costum- bres pilriarca'es en aquella época. Durante este tiempo el partido retrógado que habia abandonado Mendoza á la entrada de una división del general Paz, al mando del coronel Videla Casillo, emigrando con algunas fuerzas al Sud, aompañado por un sin número de vecinos acomodados y partidarios su yos, solidaba el ausiio de los indios.*: Estos; al poco tiempo de tener tales huéspedes en su terreno los acojierou y les prer pararon una celada en la que fueron esterminados. Todo e1 mundo sal»; la catástrofe que sufrió esta emigración de desventura en una fingida revista militar que hicieron los indios en gran número, á la que convidaron al Genera Áidao, a todos los oficiales y emigrados paisanos, quienes fueron ro- deados en un círculo por la caballería de los muios que estaban formados en línea y allí los lancearon hastaquedar todosirauer- tos en aque campo, quedando de este modo vengadas por la Providencia las victimas de San Juan y del Pilar, Vuelta la paz y tranquilidad á la Provincia, una nueva tor- menta se levantó en aquellos días, promovida por el tirano Rosas, quien mandó al caudillo Quiroga, hombre luñeélpíy ■■ i-^i"' • _ El Genera! Vega emigró por ú timo en mas do /doscientos cii dadahos 1 Coquimbo te: minando allí su carrera poitica y milit m hasta mejores días. Dejó abandonada su familia on un completa horfandad. Sus propiedades fueron luego secuestradas, ocupados sus rarrpos y sus viñ s cultivadas, por la caballería enemiga. Sus ani- males mayores y menores fueron robados iodos, su familia numerosa y tierna entonces, fué i educida a la miseria y él des- terrado para siempre de San Juan. Luego que llegó Quiroga á esta ciudad impuso una fuerte contribución á la señora de! General Vega, y siéndole imposi- ble paparla per haber quedado arruinada y sin recurso alpuno, fué presa y encerrada en un corral de la casa que bahiUha el déspota, á a inclemencia de un sol abrasadur, espuesta á los insultos de los soldados de la guardia. No pudiendo pagar la contribución que se le habia impuesto sufrió esta señora como veinte días esta clase de tormentos inquisitoriales hasta que pormedio de sus parientes hizo ven- der públicamente y á un ínfimo precio todas cuantas alhajas y prendas de valor tenia, todo para saiisfacer aquel impuesto, no pudiendo alcanzar la suma de lo vendido á cubrir la canti- dad señalada. Trató el tirano de hacerla sufrir nuevos tor- mentos como desterrarla al desierto y otras invenciones, pero en vista de que la señora estaba enferma y criando el último— 18 — fin s hijrn N i 'lujó una parlo de la contribución que le im- pasu. y íuuiétidot* togada la permitió volver & su casa. Esta'conducía fué la que observó el tirano con la señora del General Vega sin duda en pago del comportamiento caballe- resco que tuvo este 8"fior y las deferencias que había tenido el aflo citerior,, habiendo Impedido con su influencia que la señora esposa de aquel infame. D"fia Dolores Quinfa, fuese p> rseguida y puesta en tortura para sacarle una fuerte contri- bución, de que fuesen lomudas sus alhajas y prendas de valor que tenia aun, y de que fuese apremiada para que descubriese los tesoros que tenia enterrados su marido, operación que al- gunos liberales exaltados de aquella época solicitaban en re- presalias de lo quesu marido habia hecho con ell<>s y con otros. El General Vega se opuso á esta cruel medida contra una señora que no tenia parle en los crímenes de su marido, y por evitar e tantos males aconsejó que fuese mandada salir pa- ra Chile: esta mediJa fué reputada por Quiroga como uu cas- tigo á su señora. Esto mismo escribió desde su destierro de Copiapó el Gene- ral Vega, al insaciable de venganzas Quiroga, quien confesó mas tarde á la señora de dicho señor que pagaban justos por PECADORES. . ^•'l^' * IV. Proscripto y privado de todos sus derechos de ciudadano argentino fijó en Chile su residencia, desesperando después de haber prisionero al General Paz de volverá San Juan, como lo verilicaron muchos argentinos que no tenian los compromisos que el General Vega,á quienes se les permitió la vuelta ásu patria. Condenado á vivir de su trabajo personal para proveer á sn subsistencia y,para proporcionar algunos auxilios á su infor- tunada familia, viajó con este motivo al Peiú y Bo'ivia y des- pués de dos años de peregrinación regresó á Copiapó en donde se ocu( ó de la agricultura y de las minas y otras industrias honrosas. La Providencia lo favoreció, cambió su posición social, y la fortuna le fué propicia en todas sus empresas. Entónces tras- ladó su familia desde San Juan á Copiapó, estando muy ricas sus minas y de consiguiente nudiendoser útil á todos sus com- pañeros de causa que estaban espatriados como él: trató de ocuparlos á todos en los deslinos mas adecuados al carácter y categoría de cada uno de ellos, para que fuese su suerte mas 19 - llevadera, con lo que probó una vez mas sus Anos sentfmlen* toi de amistad y patriotismo hácia sus compañeros de infor- tunio, prefliiendo siempre a los argentinos de todas clases pa- ra compartir con ellos los favores de la posición ventajosa en que 'o había colocado su buena suerte y su laboriosidad. Establecido en Copiapó, pre-tó muchos é importantes servi- cios á la causa de la libertad argentina, que omitimos por no mortificar su modestia. Cuando la espedicion del General Lamadrid v desgracia del infortunado Coronel Acha, faci'i.ó una suma por medio del §r. Rivadeneiia, empresario del Mercurio de Valparaíso, al Señor D.Domingo P. Sarmiento para que se transportarán algunos emigrados que debian pasar por la Cordill' ra á engrosar aquel ejército que iba á hacer uno de los esfuer/.os heroicos de los muchos que habia hecho el ejército liberal para alcanzar la completa vict ría de la libertad, lo que no tuvo lugar por los nial, s resultados que tuvieron las armas libertadoras y lo ad- versas que íe hahian sido todas las batallas dadas en las provin- cias de C; yo; pero sirvió aquel dinero para auxiliar por mano del mismo que con áquel auxilio y otros que prestaron otros be- neméritos patriotas, á mas de lo que personalmente pondría de su parte dicho señor, socorrióá tantos desgraciados al pasar por la Cordillera de los Andes, emigrando á territorio chileno, muer- tos de hambre y de fatiga, acompañados del General Lama- drid, denodado caudillo de las armas libertadoras, á quien el General Vega tuvo el gusto de servir, como á compañero de causa durante su permanencia en Copiapó. Muy considerado el General Vega desde su establecimiento en Copiapó, tanto por el Gobierno de aquella ilustrada Repú- blica, como por las personas de todas las clases con quienes estuvo en contacto y relación, obtuvo siempre toda la defe- rencia háda el soldado que habia peleado por la Independen- cia, y el General Vega procuró siempre corresponder á tanta deferencia y simpatía prestando servicios en bien del progre- so y dé la paz de aquel país de la mayor importancia, contri- buyendo con la persona, fortuna é influencia á sofocar las revoluciones sangrientas que tuvieron lu>ar en diferentes ocasiones, sin mas interés que el de contribuir á la paz del pais, primer elemento de progreso y de libertad. El aflo de 1844 desesperanzado ya el General Vega de poder regresar á la patria de sus hijos, la suya adoptiva, por el os- tracismo á que se hallaba condenado por la tiranía de Rosas á la que uo se le ereia fin, hizo un viaje á la culta Francia con objeto de restablecer su cansada salud y de educar sus hijos.- 20 V. La enerjia nacional embotada por la atroz dictadura en que estaba sumida la pa»ria de 'os Be'grano, Sar. Martin y Rhadavia, desarrollándose pnderrsa ene' exterior, preparaba \<