— 20 — cer que debía poner en otras manos ese sagrado depósito. Penetrado de lo que acabo de decir, he juzgado que no podría ser un momento mas aparente para llenar mi pensamiento quo el do encontrarse al frente del Estado de Dueños Aires, un ciudadano lleno do patriotismo, y por lo tanto, quo sabrá con- servar ese deposito como el lo merece. He concluido, Exmo. Señor, y solo me resta tomarme la li- bertad de manifestar cuan grato seria quo V. JE. y sus Minis- tros, como los Señores Gofes quo sirvieron de custodia á la ban- dera, al ponerla el 11 do Setiembre en manos de V. E., con- signaran al pié de este documento sus nombres, V. E. y sus Ministros como sus primeros depositarios y los Señores Gefes como sus primeras custodias. Quiera el Sr. Gobernador, admitir el alto aprecio y respe- to con que le saluda. Bxmo. Señor. Enrique Martínez. Valentín Ais ¿na-Bartolomé Mitre-Norberto de la Risstrct-J. Matian ¡tapióla-Julián Martínez— Itamon Rodríguez-José Ma.ria- Albariño-Do- mingo Sosa-F. Rufino Zab-Antonio Toll- Alejandro Danel -Julián Oairiedes - Mae'ii¿ 1 , i " •■-Manuel A. Córdoba-(1regorio Safrn- doretf-Hilario Ascnsuhi-i'éii.e (Jr/iz Alcalde- Junto TI. Oiiaty-Juan Angel Micliel, na- Ví- rente Tfubles- J. Domingo Martínez-Antonio Halda rria-ga. Abril 12 de 1859. Acúsese recibo, manifestando al Brigadier Martínez la ínti- ma complacencia con que el Gobierno so ha instruido de esto interesante relato, que viene- :i constituir un documento de pri- mera importancia, con cuya hábil redacción ha hecho sin duda un gran servicio al pai s y á su historia; y aceptándose la in— dicac.ion con que lo termina, se resuelve sea él firmado por to- dos los miembros del Gobierno, y pasado á la Comandancia General de Armas, paro que invite á hacer otro tanto á todos los Gefes quo el 11 de Setiembre último custodiaron la BAN- DERA DE LOS ANDES; y fecho, y devuelto, deposítese en la caja preparada prn-a aquella, y la cual será conservada en la Casa de Gobierno, en lugar especial y adecuado, y pu- blíquese. Hay una rúbrica—Mjtke—RliSSTBA—-Zapiola. DISCURSO EL MINISTRO DE INSTRUCCION P V B I, I C A NUHI «STII OT8H DEL 0RSERV4TORIO ASTRONOMICO VERIFICADA EN LA CU DAD DE CÓRDOBA EL 25 DE OCTUBRESS 13 CÓRDOBA imprenta del ECO Olí COKDOlü$ r ñ o r c s . Al fundar bajo la dirección de un hombre, aunque inven ya célebre, este Observatorio Astronómico dotado con los ins- trumentos mas perfectos ie en Jas colonias españolas, \ que es tanto mas notable en presencia de Ja enseñanza de sus Universidades anas apenas osaban enunciar el sistema do Copé mico como una hipótesis probable. El Observatorio do Santa Fé ha dejado sin embrgo (ras sí dos monumentos—el anteojo con «pie Hamboldt tomando j»or atalaya las altas cumbres de esto continente contempló (a espléndida brillantes de sus grandes estrellas—y el prográ- m*a de sus trabajos quo formuló el granadino José Caldas, primera, pero soberana manifestación del inienio sud Ameri- cano en el dominio do las ciencias quo estudian y escudriñan los fenómenos y las leyes de la naturaleza creada. Colocado en el centro de la zona tórrida, decía el sabio y malogrado Caldas, veo tíos veces al año el sol cu su zenit, y los tropéetM casi á Ja misma elevación. ¡Cuántas estrellas nuevas, cuántas dobles, triples, cuántas nebulosas, cuántas planetarias, al mismo tiempo «pie so sorprenden el rago giro y Isa encendidas huellas do incógnitos cometas—Los Ameri- canos, agregaba, necesitamos someter á nuestro dominio los cielos que nos han tocado en ambos hemisferios, y dos- cubrir sus arcanos verificando las leyes del sistema planetario en toda su ostensión. Pero estas palabras no debían sor un prográma, sino una evocación: y la América españolé ha tardado cincuenta años para responder á su llamamiento. Oiile conquista su independencia, vence la anarquía y or- jjaniza un gobierno para entrar, la primera de nuestras re- publicas, en la vía de las progresos pacíficos; y so apresura desde luego á erigir su Observatorio Astronómico conocido boy en oí mundo, por «pío ha prestado ya valiosos servicios á la ciencia—Venimos nosotros en pos de Chile, inaugurando con pompa solemne en esto din el < observatorio Nacional ar- gentino, y quedarán antes do mucho tiempo, mediante los trabajos do .ambos institutos, osploradas y conocidas las ro- jiones superiores y todas las zonas de estrellas quo se encuen- tran situadas al sud del Ecuador. Asi se descubre á veces que hay entre estos pueblos tío Sud América, al parecer tan desligados, una tradición de ideas y una série do esfuerzos comunes, que los largos períodos consumidos en Ja subversión y en la guerra interrumpen, pero que la paz y la ciencia han principiado á restablecer. La América del Norte lia efectuado \á su parte de tarea ce- leste, realizando los propósitos altamente preconizados por los Presidentes Adams > Madisson; y nos envía boy. como enviara ante< á Chile, uno de sus j«rimeros Así rónomos para que desem- peñemos la nuestra, quedando así por un nuevo vinculo visible mancomunada una obra que es igualmente Americana en el Sud en el Centro, y en el Norte do este continente. Abríamos ayer. Señores, el gran concurso en el quo so ba- ilan espuestos y clasificados los productos de nuestro suelo, v de- jamos boy montados los Telescopios con cuyo auxilio practica- remos la misma operación en los cielos—El Astrónomo Caldeo era pastor y agricultor como nosotros; y el instinto de los pue- blos ha establecido siempre una misteriosa afinidad entre el astro y el surco.Los dos espectáculos se ligan y complementan. El hom- bre no se inclina sobre la ticrragpin sentir en seguida la ne- cesidad de levantar su espíritu y sus ojos hacia las rejiones superiores, de donde vienen las luces que lo alumbran en su camino;—y nosotros manifestamos por estos actos que hemos acometido la tarea del progreso bajo su doble faz, porque al ofrecer nuestros campos á la acción de la industria, .abrimos también nuestras almas á la luz de las mas elevadas cien- cias. La noticia de la erección de un Observatorio en la parte Sud del hemisferio occidental ¡¡a sido saludada corno un acontecimiento de la mas grande importancia, y numerosas Academias científicas se han servido enviarnos los testimo- nios de su calorosa adhesión. Las nobles aspiraciones que han solicitado nuestro concurso, quedarán en breve satisfechas— Puedo entre tanto anunciaros con sincera confianza que la memoria de esta instalación se prolongará mas allá de la je- neracion presente, y que rev'indicaremos como un honor el haberla presenciado, cuando el Observatorio Nacional Argen- tino sea conocido dondequiera que se cultiven los altos cono- cimientos que tanto dignifican al espíritu humano. lie dicho. *