IMPRENTA DEL SIGLO CALLE VICTORIA !53. Este nuevo establecimic uto tipográfico, esttí provisto cuanto puede necesitarse para impresiones de toda 'al COSSTITPClWiES M LAS PROVINCIAS AEJFMiiVAS. Un volumen en S'J—se publican! por esta imprenta den- tro de pocos dias. Contendrá las constituciones dje las provincias, aprobadas por el Congreso de la Confedera- ción de que formaban parte, la de Buenos Aires, la do Entro ííios dictada en 1860 y la sancionada en la pro- i incia de Santa Fe* en 1863. reformando la anterior—* Contendrá también la Constitución Nacional. I oíase. A mas de las prensas y material del departamento de obras, cuenta con una máquina de grandes dimensio- nes y con los elementos necesarios para diarios del mayor tamaño do los que se publican en el pais. Se hacen cuentas, folletos, conocimientos en todos los l idiomas, esquelas, oartelones, &a. &a. á precios módicos, entregándose los encargos que se hagan á la mayor brevedad. ELN VENTA Breve espokicioí DE la Constitución 1>K los Estados Unidos—Un t oL 30 pes- >s. DOCUMENTOS OFICIALES 1>E U ? DE iA EAT LA «lí*IDE*LIA 4K«IAnA sarna tos 3» as* DE I.y* PliBLIGACIOA' OFICIAL ¿ i 8) fe anuncio* 2 IMPRENTA. DE LA REPUBLICA Í8GU. DOCUMENTOS OFICIALES DE LA ^ MEDIACION PACIFICA DE LA REPUBLICA DEL. PARAGUAY EN LA DISIDENCIA ARMADA ENTRE tOS DE LA tonfEmmmon m&mrmh y buehús aires. PUBLICACION OFICIAL ASUNCION : IMPRENTA DE LA REPUBLICA 1860.83JÍAI3 / .I 3. Señor Presidente de la República, me ha hecho el honor de confiar en la disidencia armada de los Exilios. Gobiernos de la Confe- deración Argentino y Buenos Aires ; me es grato presentar á V. E. el testo original del Convenio firmado en San José de Flores el I 0 de Noviembre último, con los Protocolos de las cinco conferencias que tuvieron lugar entre las respectivas comisiones. Presento también á V. E. un memorándum, y las piezas oficiales numeradas á que él se refiere, acompañando ademas un legajo de otras piezas no menciona- das en el memorándum, y que forman también parte de la misión de que he sido encargado. Por la colección de documentos que tengo ci honor de someter al Supremo Gobierno, juzgará mi conducta en la delicadu misión que me ha confiado. Si en el desempeño de ella, he llegado á merecer la aprobación del Exmo. Señor Presidente de la República, mis deseos se habrán colmado. Quiera V. E. aceptar la distinguida consideración y estima con que soy. De V. E. Muy atento servidor. Fkaxcisco S. López. 4 S. E el Señor D. Nicolás Vázquez Ministro de Relaciones Esteriores de la ÜCj ' ¡ci del Paraguay.MEMORANDUM- o Favorecido por mi Gobierno con el alto honor de representarlo en el carácter de Ministro Mediador, terca de los Gobiernos do la Confederación Argentina y de Unenos Aires, partí de esta Capital en el dia 27 de. Setiembre del año próximo pasudo. Arribé al Paraná, Capital Provisoria de la Confederación Argentina el dia 5 de Octubre, y después de ponerme de acuerdo con el Gobierno Argentino acredite mi carácter de Ministro Mediador por parte de la República del Paraguay, según se vé por las notas Números. I y 2. El Señor Ministro de Relaciones Estertores en su contestación me dice, cpie, habiendo sido ofrecida la mediación de los Exmos. Gobiernos de Francia é Inglaterra por medio de sus respectivas legaciones con fecha 29 y 30 de Setiem- bre, el Gobierno Argentino las había aceptado, sin perjuicio del curso y progreso de la del Paraguay, admitida desde el 22 de Agosto. S. E. me comunica por los Números 3 y i las contestaciones dadas á aquellas Legaciones, y me pide tenga por hecha la reserva contenida en ellas respecto de la calidad con cpie el Exmo. Señor Vi ce-Presidente admitía la mediación entre el Go- bierno nacional, y un Gobierno de Provincia. Como por la nota N°. 2 se me notificase que las bases para la negociación debia recibir del Exmo. Señor Presidente de la Confederación Argentina, directa- mente encargado por el Congreso federal de restaurar la integridad nacional, por medios pacíficos, ó de cualquier otro modo, y S. E. se hallase en las inmediacio- nes de la Ciudad del Rosario á la cabeza de su Ejército de operaciones, el mismo dia 7 dejé el puerto del Paraná y me dirigí al Rosario. Llegado allí me presenté al Exmo. Señor Presidente Urquiza y entré luego en conferencias con S. E. sobre el importante objeto de mi misión. Es justo decir, que desde que tuve el honor de abrir mis conferencias con el Exmo. Señor Presidente, observé yá de una manera invariable los sentimientos mas elevados y generosos, por la paz, unión y fraternidad de los argentinos; aunque el mal éxito de diferentes negociaciones, hubiesen casi cstinguido en el ánimo de S. E., toda esperanza por un arreglo pacífico. Me era por lo tanto muy lisongero, conocer que teniendo del buen lado, es decir por la paz, los deseos del Exmo. Señor Presidente, no era imposible arribar á obtener el gran fin que se habia propuesto el Gobierno del Paraguay, consiguiendo la paz y la unión de los Argentinos. Estimulado pues, por las convicciones que iba yo adquiriendo de la bella disposición en que encontraba el Exmo. Señor Presidente, entré en el fondo de—G— fas cuestiones con* dicho Señor, quien después de algunas conferencias me presentó- los apuntes que acompaño entre los documentos anexos bajo el 5. Esos apuntes-dieron ocasión á otra conferencia, en la que utilízandoyo esos mismos sentimientos fraternales de que estaba animado el Exmo. Señor Presidente, le manifesté la gran conveniencia de que una parte tan importante «le la Confede- ración Argentina, como lo es Buenos Aircsv no fuese» al Congreso con imposición alguna, que hiriese su dignidad, y entonces permitiéndome el Señor Presidente, que yo hiciese las modificaciones que creyese necesarias, hice las que me parecieron oportunas, y después de ver que S. E. las admitía, le pasé con la nota Pf* 0 el Proyecto H. 7 que me babia entregado, é hice al margen las modificaciones que comprendí serian aceptadas por el Gobierno do Buenos Aires-, y que se hallan en el ya mencionado Proyecto Pf. 7 ( documentos anexos.) El Kmuo. Señor Presidente dándome una prueba mas de su vivo interés por la paz, aceptó las modificaciones marginales: las firmó y me dirigió la respuesta IV 8. Entóneos como se observa en las notas N°. l> y N". 8 el Señor Presidente accediendo á mis proposiciones, convino, no solo en aceptar las modificaciones que yo le Habla propuesto, y que se hallan al margen del Proyecto, documento N*. 7, sino también en una suspensión de hostilidades, que no pasase de che* dias, y en nombrar una Comisión que unida á la que nombrase el Gobierno de Buenos Aires procediese á ajusfar un Tratado de paz. Munido pues de estos documentos, resolví el dia 1 0 de Octubre pasar á Buenos Aires á continuar mi misión : pero alentado por el espíritu de conciliación y fraternidad, que veía yo prevalecer en el Exmo. Señor Presidente, quise prenui- nirme aun mas, para vencer las dificultades, qué pudieran sobrevenir en Buenos Aires ; y entóneos volviendo otra vez mas, ante el Exmo. Señor General Ufquiza, le demostré que no era imposible (pie en Buenos Aires apareciesen mayores exigencias, en cuanto al punto de nacionalidad, que lasque se habían maní fes- todo al Honorable Señor Vancey, y que para ese caso, quería llevar la consoladora esperanza, de que ni las proposiciones del proyecto V. 7, ni las modificaciones marginales, no tendrían el carácter de indeclinables. S. E. el Señor General Urquiza, reiterándome sus sentimientos por la paz, nic aseguró que no serian indeclinables, y que ese sentimiento no lo Vería yo desa- parecer, ni aun en el caso en cpic un próximo combate le presentase un triunfo acabado. Quise aun mas, entonces, y le pedí, corno una prenda de sus buenos deseos, cpie la elección para Comisionados, la hiciese en personas, que por su moderación y por su interés por la paz, inspirasen confianza al pueblo de Buenos Aires, y S. E. el Señor Presidenta, después de recorrer los nombres de varias personas que podrían quizá mirarse como exaltadas, me espresó que nombraría al Sor. Dr. 1). Lucas Funes, al Sor. Dr. D. Manuel Leiva, al Sor. D. José María Cuiten, y tal vez al Sor.. Dr. D. Benjamín Vlctorica. Sin conocer yó los hombres de la Confederación, no pocha ni aceptar, ni rechazar, pero los informes que recibía de aquellos Señores y los sentimientos que habia notad.) en el Señor Viclorica, me inspiraban confianza y me desidieron á manifestar á S. E. que aceptaba como hombres de moderación, los queso habia servido nombrar. Como el Exmo. Señor Presidente en una de las conferencias me dijese, que habia ordenado a la Escuadra de la Confederación, que saliese del puerto de Mon- tevideo, y que del I i al lo de Octubre forzase el paso de Martin García á toda costa ; y como ademas la suspensión de hostilidades, que yo le había propuesto, la habia aceptado, le pedí se sirviese mandar suspender el combate que dcb:a •empeñarse para forzar el paso, y evitarse así la efusión de sangre de hermanos. S. E. el Señor Presidente me .manifestó, que si á mi arribo á Buenos Aires encontrase á su Gobierno igualmente dispuesto a la suspensión de hostilidades, que en tal caso se suspendería el combate, y con este motivo le pedí, y me dio, una orden para que el Gefe de la Escuadra Argentina, suspendiese Todas sus operaciones militares -en el momento que yo se lo ordenase, seguu lo demuestra el documento N." í). En posesión pues de; las concesiones que el Exmo. Señor Presidente me habia hecho, seguí mi viage á Buenos Aires, el día I I, dejando antes contestado en la nota IVo. (> á la indicación que S. E. me hizo, de sí tendría inconveniente en tra- bajar conjuntamente oon la mediación brasilera, anido-francesa, que aunque era un caso imprevisto en mis intrucciones esperaba remover los inconvenientes que pudieran presentarse para poder unir mis esfuerzos con los de la triple mediación observando no obstante a S. E. los derechos que correspondían á la mediación Paraguaya por su anterioridad, y siempre que la invita Jon me fuere hecha á tiempo. En esa misma nota IVo. 6, cpie fué contestada por la N°, 8, espresé á S. E. que él habia convenido asi, como en que si alguna dificultad ofrecía ¿a triple mediación para obrar conjuntamente con la Paraguaya, esía por el derecho de su precedencia ff hallarse ya en curto tendría lodo el derecho que esas calidades 1c acuerdan. Este derecho de preferencia fué reconocido y confirmado por la carta de S. E. el Señor Presidente N°. 8. Al arribar al puerto de Buenos Aires en el dia 12, y preocupado con la idea de que iba á tener lugar un sangriento combate naval, mi primer interés fué pasar personalmente á ver al Gobierno, sin cuidarme de las reglas de la elique'a, y pasé en efecto á ver al Exmo. Señor Ministro Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield, si quien después de haber presentado mis respetos, entré luego á esplicar al Señor Ministro, mi aparición en Buenos Aires, le declaré francamente que el Gobierno Paraguayo me habia confiado esta misión, j>or que aunque se le habia comunicado en copia ía declaración hecha á Mr. Yanccy, de que descendiese déla Presidencia el Señor General Urquiza, para tratar de incorporarse Buenos Aires á sus herma- nas las provincias confederadas, espcralia que se levantase esa declaración, sin cuya condición prévia, la mediación de mi Gobierno no podría tener lugar. El Señor Ministróme replicó, que esa no era una condición stne Comisionado del Gobierno de la Confederación, pues que para el Gobierno le era indiferente que viniese el Sor. Victorica, ó cualquier otro, y que ú cualesquiera que viniese lo recibiría, espresándome el Señor Calvo, que todo esto lo había referido el Señor Velez Sarsfield, al auto- rizarlo, ante varias personas. , Este incidente me causó una profunda pena, porque después de haber yo pedido al Señor Dr. Victorica y aun al mismo Exmo. Señor General Urquiza. que el Señor Victorica no viniese, quedaba yo ante esos Señores en un concepto nuda favorable. En situación tan desagradable, y cuando yo habia dado ese paso en obsequio del Gobierno de Buenos Aires, á quien quería no solo evitarle el desagrado de la repulsa sino alejarle (arnbieu el inconveniente que iba á nacer, y á trabar el curso de la negociación, dirigí al Exmo Señor Dr. Velez Sarsfield, la nota anexa N*. 23, en la que recordándole todo lo ocurrido. le pedí me contestáse si era verdad, todo lo que en esa nota refiero, sino también si era cierto que yo habia ofrecido al Gobier- no esforzarme para remover con tiempo ese obstáculo. S. E. el Señor Dr. Velez Sarfield me contestó en la nota N°. 24 do la que se juzgará, si en efecto hubo respecto del Sor. Victorica y otros Señores, la repulsa que he referido. Eorzado por mi honor á hacer aquella digresión, volveré sobre la negocia- ción, para presentar con fidelidad los pasos dados, y los esfuerzos empleados para arribar á la paz, que se ha conseguido en el momento en que un fuerte Ejército se hallaba á las puertas de la ciudad de Buenos Aires, y que esta se disponía á una defensa, y resistencia vigorosa, pero que habría dado por resultado la efusión de sangre de hermanos. El Gobierno do Buenos Aires por la nota N°. 22 me habia pedido que la reunión de los Comisionados se hiciese al frente de San Nicolás, y que le avisase si S. E. el Sor. General Urquiza aceptaba, para proceder á nombrar sus Comisionados, le contesté por la nota Nu. 25 y fecha 2o en la que le espresé, que el vapor de guerra " Tacuarí ", estaba á disposición del Gobierno : pero que pudiendo suceder que en aquella fecha hubiera habido algún combate yá, y en cuyo caso no se sabria el punto fijo en que se hallasen los Ejércitos, le proponía que fueran yá conmigo los Comisionados, y que yo me encargaría de averiguar el paradero cierto de dichos Ejércitos, para que colocándonos próximamente á ellos, se pudiera dar principio á la negociación : agregándole ademas que como en el caso de un combate, habría necesariamente algún triunfo, que cambiaría la faz de las cosas, seria conveniente que los Señores Comisionados, fuesen munidos de instrucciones, que evitasen la suspensión de la negociación. El Gobierno me contestó en la misma fecha 25 por la nota N°. 26 que estaba dispuesto á nombrar sus Comisionados, tan luego como yo hubiese recabado la aquiescencia deS. E. el Señor General Urquiza, espresándome que el Gobierno no podía proceder, sin ese requisito al nombramiento de sus Comisionados, pues de otro modo se espondria á recibir un sério desaire, en el caso en que S. E. el Sor. General Urquiza no asintiese á esa medida, y que esto seria tanto mas grave en esas circunstancias en que acababa de tener lugar un hecho de armas qpe había hecho variar el Cuartel General del Presidente de la Confederación, y la dificultad de poder proveer las instruciones que fuese conveniente dar á los Comisionados. Que este hecho mismo hacia que el Gobierno no tuviese idea fija sobre la posición en que se hallase San Nicolás en aquellos instantes para el objeto de la reunión de los Comisionados, y que todo ello le inducía á esperar que yo me penetrase do la conveniencia de obtener la aquiescencia del Señor Presidente de la Confederación, á un lugar determinado para la reunión de los Comisionados. En consecuencia de esa nota quise concurrir á remover eficazmente lodo cm-fW^gp y^n tese ánimo le "dirija en el mismo día 25 la nota N. ° 27, on la qun 4 pesarSe ignorarse poV el Gobierno y por mí el paradero del Exnio. Señor Gene- ral Urquiza con su Ejército, me brindé á buscar por tierra dicho Ejército, pidiéndolo los recursos necesarios para enviar un parlamento á donde se hallase el Señor Presidente, persuadido como lo estaba yo de que aun cuando un hecho de armas ha- bía cambiado la situación, no por ello habían cambiado ni la voluntad, ni los sen- timientos elevados de S. E. el Señor General Urquiza por la paz de su pais. Esta convicción me decidió aun á buscar yá como busqué, los medios do con- ducción haciéndolos preparar cerca de la estación de Morón, para partir desde allí con el objeto mencionado, hasta donde se hallase él Sor. General Urquiza. Pasados los dias 25, 20 y 27 creía yo que quizá el Gobierno por razones de alta política, habría suspendido toda contestación á mi nota N. ° 27. Pero esc día 27 á la una v cuarto tle la tarde recibí la nota N. ° 28 en la que el Gobierno me decia, que reconocido altamente por los laudables esfuerzos que había hecho, y estaba haciendo en favor de la paz de los Pueblos del Río de la Plata, se hallaba dispuesto á facilitarme todos los medios y recursos necesarios, y que esperaba le indicase yo la naturaleza de ellos. Inmediatamente de recibir esa nota y con toda la actividad que reclamaban las críticas circunstancias en que en aquellos instantes se hallaba el Pueblo tle Buenos Aires, respondí al Gobierno por la nota N. ° 25), lamentando quese hubiesen perdido tres días, por que si en ellos fué posible el proveerse de medios, como me había yo provisto yá, no había después de esos dias la misma facilidad, y espíe sándole que facilitase los caballos, y salvo conducto para dos Ayudantes míos y seis soldados, con quienes me proponía hacer llegar una comunicación al Exmo. Señor Presidente de la Confederación, fuere cual fuese el punto en que se encontrase En esa tardo del dia 27, y mientras el Gobierno me facilitaba los medios nece- sarios para la marcha de mis Ayudantes, escribí al Exmo. Señor General Urquiza la nota N. ° 30, en la que interesando sus sentimientos por la paz, le pedía su aquiescencia, como el Gobierno de Buenos Aires, ine lo encargaba, para que reuniéndose los Comisionados cu el punto que S. E. el Señor Presidente lijase, se ajustaso un tratado de paz. Preparados en esa misma tarde los dos Ayudantes, y soldados, y después de recibir en la noche del 27 los medios de conducción que el Gobierno les preparaba para salir, partieron en la madrugada del dia 28, á buscar en la campaña do Buenos Aires, el punto en que pudiera hallarse el Exmo. Señor Presidente de la Confederación, y tuvieron la fortuna de hallarlo en el Arroyo de Luna, partido ele Arrecifes, ó del Fortín de Areco, después de dia y medio de haber salido de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo dia 28 recibí del Gobierno de Buenos Aires la nota N. ° 31 en que al comunicarme haberse proporcionado á mis Ayudantes los recursos necesarios para llegar al campo de S. E. el Señor General Urquiza : contesta mi anterior N. ° en la parte que se refiere al retardo en la contestación dada el 27 á mi anterior del 25. Como el Señor Ministro hubiese comprendido, que yo le hacia un reproche al lamentar el tiempo perdido, le dirigí con fecha 29 la nota N. ° 32. En esos dias, al regrezar de San Nicolás el resto del Ejército de Buenos Aires, vino también el Señor Coronel D. Simón Santa Cruz, en clase de prisinero de guerra, y deseando yo dulcificar algo la guerra en que ambos pueblos se hallaban empe- ñados con encono, dirijíal Exmo. Señor Gobernador Dr. D. Valentín Alsina, la comunicación N. ° 33 proponiéndole el cange de este prisionero por el Coronel Muraturo, Gefe dé ta Escuadra de Buenos Aires, No tuvo la fortuna do conseguir el cange que proponía, y limitándome á respetar las razones que S. E. el Señor Gobernador me daba en la respuesta N. ° 34, desistí con pena de mi propósito. En tal situación me fué necesario ocuparme déla pretensión que habja, de que la mediación anglo- francesa obrase conjuntamente con la Paraguaya, pues si bien me seria honroso en cualquier ocasión el reunirme á los representantes de aquellos dos Gobiernos, no era justo que cuando estaba tan adelantada la me- diación Paraguaya, se diera una participación, sin una urgente necesidad que lo justificase á la mediación anglo-francesa. El Gobierno de Buenos Aires, por su nota de 29 de Octubre N°. 35 me espresó, que en nota de 1 i de Octubre, me había significado yá, que se habían presentado oficialmente como mediadoras otras Potencias de la Europa, á las cuales no podía dejar de atender, asi que se presentasen sus respectivos Ministros. Que ese caso había llegado, pues que se habian presentado al Gobierno, como tales Ministros mediadores por la Inglaterra y la Francia sus ministros respectivos, y que en una conferencia tenida en el 29 de Octubre, habían solicitado una suspensión de hos- tilidades entre las fuerzas de la Ciudad y de la Confederación, y que como yo babia sido el primero en pedir esa medida, había creído el Gobierno de su deber, y de los respetos y consideraciones tan justamente debidos á la mediación del Exmo. Gobierno del Paraguay, comunicarme antes de contestar á los Señores Ministros de Francia é Inglaterra, que han cesado las circunstancias relativas al Ejército del Estado, que obligaron ul Gobierno á no prestarse á un armisticio prévio á la negociación de paz, y que en su virtud, no había yá por el Gobierno inconveniente alguno para el Convenio de un armisticio prévio á la negociación, como yo antes lo deseaba. Al recibir esta incitación del Gobierno para promover un armisticio prévio, yo habría contestado inmediatamente, asintiendo, pues si antes del combate de Cepeda, pedí con instancia una prévia suspensión de hostilidades, debía yo ser consecuente, solicitando esa prévia suspensión, cuando veía que el Exmo. Señor Presidente marchaba con su Ejército sobre la Capital, en donde se iba á empeñar otro combate mas sangriento quizá. Esa proposición se me hacia en el 29 de Octubre, cuando aun se hallaba muy distante el Exmo. Señor Presidente, y cuando ni el Gobierno, ni nadie en Buenos Aires sabia el paradero del Ejército de la Confederación, pues recien en el dia 28 habían salido mis Ayudantes á averiguarlo,y no se conocía ni donde se hallaban estos. Agradeciendo yo entonces la deferencia del Gobierno, al darme aquel aviso, contesté por la nota del 30 de Octubre N. ° 36, que me permitía pedirle una respuesta esplícita y prévia á la manifestación de mi asentimiento, á proponer yo al Exmo. Señor General Urquiza un armisticio, por que, desde que veía que habían tenido los Señores Ministros de Francia é Inglaterra una conferencia oficial, comprendía yo, que dichos Señores Ministros mediadores, habían comenzado á ejercer sus buenos oficios como tales. Que por lo tanto, rogaba que el Gobierno me declarase, si á la vez iban á ser considerados los trabajos de aquella mediación colectiva y de la mediación paraguaya, ó si por el contrario, quedaba la mediación colectiva aplazada hasta el resultado de la paraguaya, bastante adelantada en sus trabajos, en que había empleado los mas positivos esfuerzos por la paz ; y concluí pidiendo se me dijese esplícitamente, si á pesar de haberse abierto yá las conferencias con la mediación anglo-francesa, esta espera el resultado de la media- ción paraguaya, sea de exigir la prévia suspensión de hostilidades, que me seria muy agradable pedir al Exmo. Señor Presidente, d sea de entrar yá á la negociad»»de paz, sí aquel previo armisticio lo aceptase el Señor General Urquiza. .Al dirijirme al Gobierno en aquellos términos, le pedí su opinión y resolu- ción asegurándole que, después que me fuesen conocidas, me seria muy agradable él contestar á su nota del 29. En consecuencia de esta exigencia de mi parte, el Gobierno me contestó por su nota del 31 de Octubre N. ° 37, que para responderme brevemente, como le era posible por el cúmulo de atenciones, que lo ocupaban, ponía en mi conoci- miento que habiendo los Señores Ministros Mediadores propuesto el 29 del mismo una base para la negociación de la paz. Ies habia contestado en una conferencia, que el Gobierno se encontraba embarazado para llevar á un tiempo dos negocia- ciones bajo diverios mediadores. Que la negociación conmigo estaba adelantada, al punto de haber pedido yo al Exmo. Señor Presidente la designación del sitio para la reunión de los Comisionados ; y que en tales circunstancias no podía el Gobierno hacer á un lado la misión encargada á mí, por mi Gobierno, ni le era posible atender á las dos negociaciones á un tiempo, lo cual, por otra parte traería embarazos de todo género ; y que por este grave inconveniente no podía entrará discutir la base de paz que proponían. Entre tanto, entregada mi comunicación N. ° 30, fué contestada por el Exmo. Señor Presidente en su Cuartel General en marcha sobre Lujan, en el dia 31 de Octubre por su comunicación N. ° 38. En esa comunicación me declaraba el Exmo. Señor Presidente, que fiel á su palabra y á los sentimientos que antes me habia espresado, se apresuraba á de- cirme que, aunque la situación era diversa de aquella en que me habia asegurado sus deseos de paz, yo habia debido contar siempre con su aquiescencia a recibir los Comisionados de Buenos Aires, en un punto próximo á su Cuartel general, a donde él enviaría sus Comisionados, indicándome ya el punto de Morón para sitio de las conferencias, y pidiéndome que enviase el vapor «Tacuarí» á Montevideo á traer al Señor Brigadier General Guido, á quien S. E. nombraba por uno de sus Comi- sionados. Recibida esta comunicación en el dia \ ,° de Noviembre, á las cuatro y tres cuartos de la tarde, mandé disponer el vapor de la República del Paraguay « Salto de Guaira » y una hora después zarpó del puerto de Buenos Aires para el de Montevideo, conduciendo para el Señor Brigadier General D. Tomas Guido; la comunicación N.° 39, en la que ponia á su disposición el vapor, y le pedia su pronto viage á la Ciudad de Buenos Aires, en donde yo le aguardaba para condu- cirlo hasta el Cuartel general de S. E. el Señor Presidente de la Confederación. Al observar que S. E. el Señor Presidente, redoblaba sus marchas sobre la Ciudad, y que aquel hermoso pueblo iba A ser el teatro de una sangrienta lucha, entre hijos de una misma patria, redoblé mis esfuerzos, y en una Conferencia que tuve con S. E. el Sor. Gobernador, momentos antes de despachar el Vapor para Montevideo le manifesté verbalmente la contestación que acababa de recibir del Exmo. Señor Presidente, desde su Cuartel General en marcha sobre Lujan ; los sentimientos que dicho Exmo. Señor me espresaba; y su aquiescencia á recibir en Morón los Comisionados que se enviasen para tratar. Estas declaraciones que verbalmente hice á S. E. el Señor Gobernador fueron recibidas con aprecio, aunque sobre ellas no me dió otra contestación que la de decir, está bien, y voy á citar los ministros, para elegir los Comisionados. Al mismo tiempo, y en esa misma tarde del dia 1.°, me dinjí por la nota N.° 40, al Exmo. Señor Presidente, comunicándole que por ganar tiempo ; pasé personalmente á ver á S. E. el Señor Gobernador, á quien instruí deque el Señor Presidente, habia convenido en recibir los Comisionados del Gobierno de Buenos Aires, y espresádome no haber declinado del sentimiento de paz, de que habia hecho siempre una noble ostentación. Como se observa en la nota anterior al dirijirme al Exmo. Señor Presidente, le manifesté que, aunque por ganar tiempo, me habia ¡do personalmente á instruir á viva voz al Señor Gobernador de la contestación, que desde su Campamento en Lujan me habia dado el Señor Presidente, habia dirijido sin embargo al Gobierno de Buenos Aires la nota N°. 41, en que reitero lo que verbalmente habia manifestado sobre la disposición del Exmo. Señor Presidente, á oír proposiciones de paz que reanuden la unión de los argentinos. Dada por el Gobierno de Buenos Aires la declaratoria contenida en su nota de 31 de Octubre IVo. 37, no trepidé entonces en asentir, como positivamente asentí, á solicitar del Exmo. Señor Presidente, una prévia suspensión de hostili- dades, y así lo avisé al Gobireno, en la nota N°. 41, asegurándole que iba á enviar con una nota al Campo de S. E. el Señor General Urquiza como se lo espresé en una segunda nota. Como aparece por la nota Xo. 42 el Gobierno me contestó, agradeciendo mis empeñosos pasos ; pero que sentía no poder en ese momento designar- me los Comisionados que habia de nombrar, por que aun no se habia fijado su elección, no habia hablado con ellos, y no sabia por consiguiente si aceptarían ó no, significándome á demás, respecto al lugar de la reunión délos Comisionados, que juzgaba que ese lugar debería ser un campo neutral, que no estuviese ocupado por las fuerzas de S. E. el Señor General Urquiza, y que esc lugar, según fuese la posición que ocupase dicho Señor General, podría ser, ó Morón, San José de Flores, San Justo, ó San Isidro. El Gobierno de Buenos Aires tuvo la deferencia de poner á mí disposición, por la nota N°. 43, el ferro-carril para cualquiera hora del dia, ó de la noche, y me es agradable reconocer que esta franca como espontánea disposición ha ren- dido importantes servicios en el curso de las negociaciones. Reconocido por el Gobierno, que la mediación paraguaya, tenía un preferen- te derecho á ser considerada,y á escluir toda otra mediación, me dediqué á solici- tar de S. E. el Señor Presidente por el documento N°. 40 el armisticio previo. Sin embargo, aunque habia obtenido ese reconocimiento esplícito por parte del Gobierno de Buenos Aires, surgieron ante el Exmo. Señor Presidente las mis mas exigencias ya vencidas en la Ciudad, pues comprendí por su nota N°. 44 fe- cha 2 de Noviembre, que la mente de S. E. era unir ambas mediaciones, para que colectivamente trabajasen. Por la nota N°. 45 el Gobierno se sirvió comunicarme que habia elegido como Comisionados suyos, á los Señores D. Juan Bautista Peña, Dr. D. Carlos Te- jedor, y Dr. D. Antonio Cruz Obligado. Ella fué contestada en el mismo dia por la que se registra bajo el N°. 46. En estas circunstancias, y cuando el Exmo. Señor Presidente ocupaba los suburbios de la Ciudad, me dirijió el Gobierno la nota N°. 47 fecha 2 de No- viembre, en la-que me manifestaba que á los alderedores de esta Ciudad en el legar denominado la Conva¡esce?icia existía un establecimiento de mugeres dementes, á cargo de la sociedad de beneficencia; que ese lugar quedaba fuera de las trincheras y que no siendo posible asistir á esas desgraciadas, me pedia interpusiese mi va- limiento con S. E. el Señor Presidente, á fin de que, ó neutralizase el camino que conduce desde la Convalesceñcia hasta la Ciudad, ó que diese á sus tropas las órdenes necesarias para que los médicos, y los domas auxilios necesarios llegasen sin dificultad.16— No podía ideaos que interesarme muy vivamente esta solicitud del Gobierno, ya por su objeto humanitario, y yápor que el establecimiento de mugeres demen- tes, dependía de la sociedad de Beneficencia, una de las instituciones mas importantes de Buenos Aires, y que inspira veneración por las virtudes, y por la dedicación de las matronas que la componen. En el instante pues contesté por la nota N°. 48, y desde luego me dispuso á enviar un oficial al campo do S. E. el Sor. General Urquiza, comeen electo euvié, luego que recibí el pasaporte que habia solicitado, espidiendo la comunicación N°. 49. En ella avisaba á S. E. el Sr. Presidente el nombramiento de los Señores Comisionados por parte de Buenos Aires, y apoyaba la demanda de aquel Gobierno ,que solicitaba, ó que se neutralizase el camino que conducía desde la trinchera hasta la Conva/esccncia, oque se diese las órdenes necesarias para que los médicos pudieran libremente salir hasta ese lugar, y salir también todos los auxilios que aquellas desgraciadas necesitasen. Habiendo llegado en la mañana del dia 3 de regreso de Montevideo, el vapor Nacional " Salto de Guaira", conduciendo á su bordo á S. E. el Sor. General 1). Tomas Guido, pasé al Gobierno la nota N°. 50, y luego que recibí el pasaporte que en ella solicitaba, me trasladé con el Sor. General Guido al Cuartel general de S. E. el Sor. Presidente de la Confederación. Teniendo presente la nota de S. E. el Sor. Presidente N°. 44 en que me decia, que era realmente para él un embarazo, que la mediación paraguaya no pudiese adunarse con la anglo-francesa, y que opinaba por la conjunción de ambas media- ciones, después de una conferencia tuve la fortuna de que S. E. a pesar de haberme pedido la conjunción de ambas mediaciones, reconociese como el Gobierno de Buenos Aires, que en el estado a que habia llegado la negociación, no era ni justa, ni conveniente tal conjunción. Removido este punto, recordé á S. E. el Señor Presidente que aun estaba sin resolución, mi solicitud de la comunicación N.° 40 por un armisticio prévio, no habiendo S. E. tenido á bien ocuparse ele este punto en su contestación N.° 44. S. E. el Señor Presidente de la Confederación después de haber espueslo las razones que tenia para no accederá esta solicitud, terminó por acordármela, para durante los dias de las conferencias ; con la espresa condición deque durante esos días la plaza suspendería todas sus obras de atrincheramiento. El Exmo. Señor Presidente convino en lijar el dia 5 para la apertura de las conferencias entre los Señores Comisionados de la Confederación y Buenos Aires, y le pedí que al efecto se sirviera nombrar los suyos. S. E. me ofreció hacerlo así indicándome los Señores que lo serian. Como hasta aquella fecha no hubiese contestado S. E. el Señor Presidente á mi nota N. ° 49, pedí á S. E. una resolución sobre mi solicitud referente á la Conval esconda, y quedó convenida la respuesta para el dia siguiente. En el instante en que regresé á la Ciudad, solicité una conferencia con S. E. el Señor Gobernador, y obtenida que fué comuniqué á S. E. los deseos del Señor Presidente de la Confederación por que se diese principio á las conferencias entre los respectivos comisionados el dia 5 en la Chacra de Monte Caseros. Comuniqué también al Señor Gobernador haber obtenido un armisticio, y los términos en que lo habia obtenido, pero S. E. á pesar de las consideraciones que le espuse creyó de su deber no aceptar el armisticio, con la condición de suspender la plaza sus obras de atrincheramiento. En la noche del 3 quedó convenido con el Gobierno de Buenos Aires, que en la mañana del 4 me daría conocimiento de las bases que debian de servir de instrucción á sus Comisionados, y siéndome tirgentc pasar en la misma mañana al Campo de S. E. el Señor Presidente de la Confederación, así lo avisé al Señor Dr. Velez Sarsfield, por una confidencial, pidiéndole se sirviera espedir dichas bases. En efecto el Señor ministro contestó Id confidencial y accedió á mí demanda, y me acompañó las instrucciones que se registran bajo el N°. 51, previniéndome que no estaban aun firmadas, por que iban á ser nuevamente sujetas á un examen en aquella noche, pero mas larde fueron confirmadas. S. E. el Señor Presidente de la Confederación, conocedor del nombramiento de los Señores Comisionados, por parte de Buenos Aires, procedió á nombrar por su parte, á los Señores Brigadieres Generales D. Tomas Guido, D. Juan E. Pedernera, y al Señor diputado Dr. D. Daniel Araoz, muniendo á aquellos Señores de las instrucciones que se registran bajo el N°. 52. IVonibrados yá los Señores Comisionados de una y otra parte, y fijado la Chacra de Monte Caseros, para lugar de las conferencias, llegaba el momento de abrirlas, para que reuniéndose ambas comisiones procediesen yá á la discusión y arreglo de los puntos, cuya solución pudiera acercar á celebrar el ajuste de paz, y así lo pedí al Exmo. Señor Presidente de la Confederación, y al Exmo. Gobierno de Buenos Aires. Allí se abrió la primera conferencia, en la que después del cange de los respectivos Poderes de los Comisionados, se entró en consideraciones generales, indicándose el punto cscencial sobre la unión de Buenos Aires á la nación argentina, como lo instruye la primera conferencia de los protocolos formados. Por !a discusión de la primera conferencia comprendí yá, que á pesar de los buenos deseos de todos los Comisionados, podía fracazar la negociación, sino se adoptase para la discusión un método que á la vez que la facilitase, evitase que los ánimos pudieran enconarse. • Con ese motivo, y llevando yo la dirección de la discusión, traté de evitar que dos puntos encontrados que allí se proponían, no se discutiesen previamente como principales, sino después que lo que verdaderamente era principal, [que era la cuestión nacional ] se hubiese arreglado. Yo alimentaba la esperanza, deque acordados en 3a cuestión nacional, subor- dinarían los intereses personales á aquel sagrado objeto. Por una comisión se proponía la inmediata evacuación del territorio de Bue- nos Aires, por el Ejército del Señor General Urquiza. Por la otra se proponía el cambio del personal del Gobierno inmediatamente. Yo veia en la discusión de estas dos proposiciones una segura y pronta rup- tura de la negociación, y en el ínteres de todos los Señores Comisionados, asumí el carácter de Presidente en la discusión, haciendo uso del derecho que como Ministro Mediador tenia para encaminarla y dirijirla, y alejar todo loque pudiere ser origen de una ruptura. En la noche del dia 5 recibí del Exmo. Señor Presidente de la Confederación la comunicación N°. 53 en que contestando la mia del 2 de Noviembre N°. 49 dice, que'a neutralización de la Convalescencia no la consideraba absolutamente necesa- ria para la atención de las enfermas ; pero que los médicos pedían salir, y que los efectos y recursos queso les enviasen, serían recibidos y entregados por las guar- dias. Que ademas si era necesario, S. E. enviaría los médicos de su Ejército y ayudaría en cuanto le fuese posible á la sociedad de beneficencia. Lisonjeado con esta contestación, la comuniqué al Gobierno por la nota N°. 54 y este me contestó por la que se registra bajo el N°. 55, espresandomc su alta gratitud, tanto por mi humanitaria interposición, cuanto por el favorable resultado, que había yo obtenido. Con ia esperiencia de la primera conferencia, propuse en la segunda Jospunt^ sobre que debían discutir alejando en el Ínterin aquellos dos, que sin ser los principales, los llevaban á los Señores Comisionados, á romper, sin duda alguna una negociación, én la que sobre lo relativo á la nacionalidad hacía una feliz conformidad. Yo confiaba, y no sin fundamento, que arreglado lo grave y esencial, que era el punto de la nacionalidad, el patriotismo de los Señores Comisionados, y de sus Gobiernos los habían de llevar á subordinar aquellas exigencias ante la seria y delicada cuestión de la reincorporación de Buenos Aires. Quedó pues, acordado y convenido, que se miraría como único punto á discutirse, el que yo sometiese, y no los que recíprocamente se indicasen y en- tóneos les propuse el Proyecto de Convenio que aparece en la segunda conferencia. En el protocolo de esa segunda conferencia, está el resultado feliz que iba produciendo la discusión, por que alejados los ánimos tle aquellas otras cuestiones arduas y personales, se iba arribando á la solución de la grave cuestión, tantos años pendiente de la unión de los Argentinos. Yo veía pues, que arreglada esta importantísima cuestión, no era de suponer que los Señores Comisionados viéndola arreglada, rompiesen ese arreglo, por cuestiones que aunque muy graves, eran de un interés secundario. Creí que siempre se sacrificarían estas al gran interés de la unión, y nunca la unión á esas cuestiones. Y los resultados han hecho ver que no me equivoqué. Continuó pues la discusión en el dia 7, en la tercera conferencia, á la que se trajeron tres puntos, no ya sobre lo referente á la nacionalidad, sino al cambio del personal del Gobierno de Buenos Aires, á la conservación en sus empleos do las autoridades civiles y militares, recientemente puestas en la campaña, y demás que se espresa, en el protocolo de la tercera conferencia, y que eran puntos que se habían iniciado ya, desde la segunda conferencia después de haber quedado arreglado lo mas importante y vital, que era la reincorporación de Buenos Aires á la Nación. La discusión de esos puntos, y de otro que introdujeron los Señores Comisio- nados de Buenos Aires, respecto al derecho á tomar parte en la elección de Presidente de la Confederación, dió lugar, á que después de rechazar estos Señores Comisionados, dos proposiciones, pidiesen tiempo para consultar á su Gobierno y contestar el dia siguiente : con cuyo motivo, propusieron también que teniendo que consultar los Señores Comisionados de la Confederación, sobre el punto referente á la elección de Presidente, volverían al dia siguiente, y que entonces los Comisionados todos, vendrían con instrucciones para poder tratar sobre unos y otros. Asi terminó la tercera conferencia en el dia 7 de Noviembre, quedando acordado volver al siguiente dia. Pero en la noche del 7 contra lo acordado, y espresado en el protocolo de la tercera conferencia, recibí á las once de aquella noche una comunicación N°. 5(i del Gobierno, en la que me comunicaba que habiendo los Señores Comisionados para la negociación de la paz, por parte de aquel Gobierno manifestádole, que en la conferencia de ese dia habían recibido de los Comisionados de la Confederación las tres proposiciones siguientes, con la calidad de indeclinables : amnistía sin condiciones, 2*. conservación de todos los empleados puestos en la campaña del Nort, después de la ocupación militar del Ejército de la Confederación, y 3*. cambio de todo el personal del Gobierno, no ha trepidado, un momento en disponer que la comisión no continué en sus trabajos en conformidad á las instrucciones que se les habian dado ; y que por lo tanto los Señores Comisionados no saldrían »1 dia siguiente ; concluyendo por pedirme que lo comunicase así á los Señores Comisionados de S. E. el Señor General Urquiza. Esta súbita é inesperada ruptura de la negociación de paz, verdaderamente me alarmó, por que habiendo quedado los Señores Comisionados de Buenos Aires, según se vé en la tercera conferencia, en volver al dia siguiente para continuar la discusión de los puntos sobre que iban á pedir instrucciones, y del punto sobre que ellos mismos encargaron á los Señores Comisionados del Exmo. Señor General Urquiza, que pidiesen instrucciones, no conocía la causa superveniente al acuerdo de ambas comisiones de reunirse al dia siguiente. Me alarmó tanto mas esa ruptura, cuanto que en el dia de esa tercera con- ferencia, exigía S. E. el Señor General Urquiza, que la solución definitiva se apurase, pues que no podia conformarse con tener su Ejército en inacción esperando el resultado de una discusión, que él crcia que calculadamente se alargaba para prepararse la Ciudad. Bajo la desagradable impresión que me dejó aquella súbita ruptura, contesté al Gobierno por la nota N.° 57, en la misma noche á las once y media, que inme- diatamente llenaría los deseos de S. E. el Señor Gobernador, si á ello no se opusiese el compromiso contraído por ¡os Señores Comisionados del Gobierno, manifestándole que esa circunstancia me hacia rogarle que, habiendo quedado convenidos en regresar al dia siguiente, sería muy conveniente que llenando este compromiso contraído, se tratase por ellos, después de firmados los protocolos, la ruptura de las negociaciones. Debo hacer notar aquí, que durante las conferencias, había yo adoptado el arbitrio, en obsequio de la Paz, de que cuando advertía proposiciones difíciles de allanarse por parte de S. E. el Señor General Urquiza, pasaba yo á su Campo, y allí trataba de arreglar con él, las dificultades que sus Comisionados, no podían zanjar. Este paso me había dado ya los mas felices resultados, y alentado por ellos, resolví al concluir la conferencia de ese dia, el pasar como pasé al Campo del Exmo. Señor Presidente, por que comprendí que presentándose recíprocamente por ambas comisiones proposiciones con la calidad de indeclinables, la ruptura vendría muy pronto. En precaución pues, de los males que iba á ocasionar el sangriento combate que seguiría la ruptura, fui y en mi conferencia con el Exmo Señor Presidente, tuve la fortuna de ver,que para S. E. nada se presentaba como indeclinables,desde que las exigencias que con ese carácter se presentasen, fuesen á producir la ruptura de la negociación cuando yá el punto primordial que es el desiderátum de ambos pueblos, estaba conseguido y arreglado. Con ese motivo al contestar en esa noche del 7 al Gobierno de Buenos Aires, sobre el aviso que me daba de no salir yá mas sus Comisionados, le espresé que por la conferencia que en esa noche había yo tenido con S. E. el Señor General Urq uiza, había podido comprender que la segunda proposición, relativa á la con- servación de las autoridades que se habian dado los pueblos de Campaña, podia modificarse según el curso de la discusión. Esta nota pasé á las doce de la noche á S. E. el Señor Ministro Dr. Velez Sarsfield, y no hallándole en la casa de Gobierno la remití á su casa, á pesar de la hora, por que temía que sabedor el Señor General Urquiza, de que yá la nego- ciación rompía, intentáse su ataque el dia 8. La nota recibió el Señor Ministro á la una ó una y media, y como al venir la luz del dia 8, aun no recibía yo contestación, traté de esperar hasta las seis de la mañana, y viendo que aun no se me contestaba, resolví pasar personalmente á hablar á S. E. el Señor General Urquiza.AI salir déla Plaza 41 de Setiembre, me felicité ya de mí solida, por q«e def óifó \Ü<38 tfeésá plaza encontré que considerables cuerpos de tropa marchaban sóbre la Ciudad, y que el Exmo. Señor Presidente, municionaba la tropa, y se preparaba para el ataque y asalto. Ntt podré espresar de parte de quien estaría el triunfo : pero sí consignar en este memorándum, que mi corazón sufrió profundamente al ver dos pueblos hor- ma nos, que de un momento a otro iban á presentar un espectáculo el mas horro- roso y sangriento en el combate á que veia prepararse, y marchar el Ejército del Señor Presidente en número de catorce á diez y seis mil hombres de las tres armas. Preocupado por esta idea me acerqué al Exmo. Señor Presidente, y redo- blando todos mis esfuerzos pude conseguir que me prometiese el suspender su marcha, y esperar todo ese dia hasta el oscurecer para ver, si se reanudaba la negociación, desgraciadamente rota, por el Gobierno en la noche anterior. Asegurado pues por S. E. el Señor General Urquiza, de que no se movería Ínterin yo le avisase si continuaba ó nó la negociación (cuya ruptura nunca quise notificarle como tal a pesar de que me constaba saberlo ya) regresé á la Ciudad, y dirigí al Gobierno la nota N*. 58 fecha 8 de Noviembre, en la que le espresaba que los motivos espuestos en mi nota de la noche anterior, habían infinido en mi animo para no comunicar al Exmo. Señor Presidente, la determinación del Gobier- no a no enviar ya sus Comisionados, y que aprovechando los momentos que so presentaban antes de un sangriento combate, me habia ido al campo de S. E. el Señor General Urquiza, con quien habia tenido una conferencia, en la que con su- mo placer habia podido advertir que los puntos que quedaron pendientes en la conferencia anterior eran susceptibles de discusión y de modificación, y que do consiguiente no podian considerarse como absolutamente indeclinables. Con este motivo le pedí al Gobierno se sirviese contestarme, por que yo creia que en momentos tan solemnes coino aquellos, por que en el dia 8 pasaba el pueblo, se complacería S. E. el Señor Gobernador en ver reanuadada una negociación que podría librar á la Patria de los Argentinos, de ver derramarse á torrentes la sangre de sus hijos y de muchos dias de luto, y de desgracias. Después de pasada esta nota al Gobierno recibí en el mismodia 8, la comuni- cación N.° 59, en la que de una manera mas esplícita que en la nota del dia 7, me decia que la negociación de la paz habia cesado, por que siendo indeclinables las proposiciones que hacían los Señores Comisionados de S. E. el Señor General Urquiza, era imposible continuar negociación alguna. En el momento de recibir esa comunicación, y con la misma fecha 8 pasé al Gobierno la nota N.° 00, en laque le espreso, que habia recibido la nota N.° 59 después de haberle enviado la mia N.° 58, en la que le instruía del resultado de la conferencia que habia tenido con el Exmo. Señor General Urquiza ; y que aunque me anunciaba S. E. el Señor Dr. Velez Sarsfield, que la negociación habia cesado, yo abrigaba la esperanza de que no era imposible reanudar la negociación aun cuando la ruptura se hubiese comunicado al Exmo. Señor Presidente, por que en la conferencia que en ese dia 8 habia yo tenido con S. E. advertí, que a pesar de su resolución al combate y asalto en ese dia, habia en obsequio de la paz declinado, declarándome que no solo admitían discusión aquellas tres proposi- ciones, sino modificación también. Y en efecto, en ese dia S. E. el Señor Presidente consintió, en que se suprimiese la segunda proposición referente á la conservación de las autoridades puestas en la campaña ; y en no exigir mas ya el cambio del Señor Dr. Alsina, siempre que este Señor, cambiando su ministerio, formase otro que representóse la fusión. Con las seguridades pues, de que las proposiciones que rSUE,; eí> Sor.* th". Veles Sarsfield, miraba como indeclinables, no Lo eren, le pasé .la nota N*. 60 anunciándole que yo alimentaba la esperanza de que esa imposibilidad que me indicaba el Gobierno desaparecería por que no solo eran discutibles, sino aun modifica bles también. Le signifiqué con ese motivo que aun cuando se presentase como indeclina- bles las proposiciones, no por eso debiera abandonarse toda tentativa, pues en una guerra entre hermanos siempre era de esperarse que subordinándose las pasiones á la razón, prevaleciese el sentimiento de fraternidad que por fortuna es mas poderoso en presencia de las desgracias que afiígeu á la madre común, poi- que entonces la voz de esta se hace mas elocuente. A esta comunicación me contestó el Gobierno el mismo dia 8 por la nota N°. 61, que debiendo entrar dentro de pocas horas el Señor Presidente del sena- doD. Felipe Llavallol, á desempeñar el Gobierno, pondría en sus manos aquella mi comunicación, asi que se recibiese. Aquel dia fué de verdaderos conflictos, por que de una parte aparecía el Gobierno rompiendo la negociación do paz,por otra se veia á la Asamblea lejisla- tiva reunida, por otra el pueblo agitado al ver que desaparecía toda esperarttra de paz, y por otra un ejército fuera de las Trincheras dispuesto á batirse, v otro dentro de ellas decidido á defenderse. La situación era alarmante, y tanto mas para mí. cuanto que observaba que el dia pasaba sin poder avisarse á S. E. el Sor. General Urquiza. que la nego- ciación continuaría : que el General Urquiza solo esperaría hasta el oscurecer de ese dia ; y que no avisándole yo en ese intermedio, llegaba ya la hora del ataque y asalto á la Ciudad. En estas circunstancias, cuando todas aquellas considera- ciones me atormentaban, recibí la nota IS'°. 62, en laque se me decia que, habiendo sido aceptada la renuncia de S. E. el Señor Gobernador Dr. D. Valentín Alsina, habia quedado en posesión de las funciones anexas al Poder Ejecutivo, el Señor Presidente del Senado D. Felipe Llavallol. En el instante que recibí este aviso por el Ministerio de Relaciones Esleriores, y siendo ya las cuatro de la tarde pasé á ver al Exmo. Sor. D. Felipe Llavallol á quien suponía yó# que ya S. E. el Sor. Dr. Velez Sarüeld, le habia entregado mi nota N°. 60,y manifestándole el peligro inminente de un combate, sino se le avisaba á S. E. el Sor. General Urquiza, si volvian ó no los Comisionados, tuve la fortuna de oir á este Señor, que el Gobierno estaba dispuesto á reanudar la negociación, y á llevarla hasta obtener un fin honorable y digno del pueblo de Buenos Aires. Entonces sin esperar mas, y aprovechando los momentos, pasé al Campo de S. E. el Señor General Urquiza, á quien manifestándole el cambio que se habia operado en el personal del Gobierno, le aseguré que S. E. el nuevo Go- bernador estaba resuelto á hacer una paz, digna del Pueblo de Buenos Aires, ó á sostener una guerra vigorosa, sino consiguiese aquel objeto. S. E. el Señor General Urquiza, me espresó que jamas impondría al Pueblo de Buenos Aires una paz deshonrosa, y que decidido como estaba á darle los me- jores testimonios de su estimación, esperaba con gusto á los Señores Comisiona- dos de Buenos Aires al siguiente dia, asegurándome que había de dar con los hechos las pruebas mas conspicuas de que prefería la paz á las glorias del triunfo, aun en la hipótesis de que este fuese seguro para sus armas. Altamente complacido yo con las declaraciones, que en ese dia 8 me hicieron, S. E. el Señor Llavallol, y S. E. el Señor General Urquiza, juzgué yá que la paz vendría en muy cortos momentos á unir á los Argentinos. Aprovechando pues la bella disposición en que estaba S. E. el Señor Gene— 3r*t Urquiza, y habiendo por el mismo, que «1 dia siguiente debía darse en combate «•va* y en asalto á la Isla de Martín García, le pedí la suspensión de ese combate, y le rogué me diera una orden escrita para evitarlo, por que yo tenia confian- za que S- E. el Señor Llavallol, no querría en momentos tan próximos á un des- cenlace que todo lo presagiaba feliz, quisiera hacer derramar sangre inútilmente como sucedería en el dia 9, si el combate se realizaba. Impulsado por estos vehementes deseos, solicité y obtuve de S. E. el Señor General Urquiza la orden escrita para que el Gefede su Escuadra suspendiese toda operación bélica, y en el momento regresé á la Ciudad en esa misma noche, y dirijí al Gobierno la comunicación IVo. 63 en la que con la misma fecha 8 le digo', que teniendo noticia de que la Escuadra de la Confederación estaba próximo á la Isla de Martín García, y en disposición de batirse, y aun asaltar la Isla, había visto á S. E. el Señor General Urquiza, y pedidole una orden para que se SOS pendiese toda operación bélica : que en posesión ya de la orden escrita, rogaba al Gobierno asintiese á una suspensión también, evitando así la efusión de sangre : que para este efecto, si el Gobierno tenia a bien darme igual orden para el Gcfe de la Es- cuadra de Buenos Aires, yo ofrecía el vapor de guerra Tacuarí" que saldría ul amanecer, con solo aquel objeto. El Gobierno efectivamente á las doce de la noche de ese dia 8. me remitió la órden para el Gefe de la Escuadra en los términos que yo solicitaba, y al dia siguiente 9 de Noviembre me pasó la nota N°. 64, en la que me comunicaba que por las poderosas razones que yo invoqué, coincidía en mis vistas. En posesión de ambas órdenes escritas, mandé bajar á esas horas al Coman- dante del vapor de guerra " Tacnarí, " y dándole órden de que calentase las calderas le previne que antes de amanecer zarpase del puerto y fuese á Martín García, á entregar las órdenes á los respectivos Gefes. Efectivamente el vapor " Tacuarí, " levó sus anclas ú la una de la mañana del dia 9, y a las pocas horas tuvo la fortuna de entregar á dichos Gefes las notas de sus respectivos Gobiernos, logrando así que ese dia no se hubiese señalado con un sangriento é inútil combate. Interin el vapor " Tacuarí " partía á la Isla de Martin García, a evitar una efusión de sangre, yo contesté por el N.° 65, la nota del Ministerio N.° 62, felici- tando al Sor. D. Felipe Llavallol por la merecida confianza que recibía en aquellos momentos supremos, y haciendo votos por que S. E. arribase á una solución pacífica y honorable en la penosa situación en que se hallaba el Pais. Seguidamente fui en persona á solicitar una conferencia del Exmo. Señor Gobernador, y habiéndoseme acordado propuse una suspensión de hostilidades. S. E. el Se ñor Gobernador se prestó gustoso á esta medida humanitaria y en el instante y antes de partir con los Señores Comisionados de Buenos Aires á las conferencias que en esc dia debían continuar, dirigí al Exmo. Señor Presidente la comunicación N.° 6G, en la que le manifesté que S. E. el Señor Gobernador, queriendo presentar un testimonio de su interés por la paz, habia asentido á una suspensión de hostilidades : y que confiando yo en queS. E. el Señor Presidente, que tantas pruebas me habia dado de sus elevados sentimientos conviniese en la suspensión, le rogaba se sirviese adherir á ella, y contestarme. S. E. el Señor General Urquiza, tuvo la bondad de contestarme en el mismo día por la nota N.°G7, y en el momento me dirigí al Gobierno por la comunicación N.° 68, en la que transcribiéndole la que S. E. el Señor General Urquiza me pasó, le anuncié, que como lo habia manifestado yo al Gobierno, habia solicitado igualmente la suspensión de hostilidades ; y que me era muy satisfactorio comu- nicarle que S, E. el Señor Presidente, se habia servido aceptar también h> suspensión de toda hostilidad. Que por lo tanto, rogaba al Gobierno irapactieae sea órdenes á la línea, para quede conformidad con lo ejecutado por dicho Señor Presidente ,se diese ejecución al armisticio por parte de la Ciudad. El Gobierno en su consecuencia,me contestó por la no'a N.° 69, en el mismo dia 9, que aceptaba por su parle la suspensión de hostilidades obtenida por mi interposición,y que habia impartido ya las órdenes correspondientes, á fin deque las fuerzas que guarnecían la línea de fortificación, no hostilizasen á las sitiadoras; pero entendiéndose que mientras tanto se mantendría la incomunicación entre ambas líneas, conservando las fuerzas de la Plaza los puestos avanzados que tu- viesen al esterior de la línea para su servicio y vigilancia. En el mismo tiempo recibí la nota Nu. 70, en que el Señor Oficial mayor del rainisterio,hacicndo referencia á la conferencia que S. E. el Señor Gobernador me habia acordado el dia anterior, se limita áacusar recibo de las notas N°. 58 y 60. Establecido el armisticio bajo esas condiciones continuaron las negociaciones que felizmente se reanudaron en el citado dia 8 ; y en el siguiente dia 9 tuvo lugar la cuarta conferencia, en la que después de firmados los protocolos de la confe- rencia del 7, se abrió la conferencia por parte de Buenos Aires, con solo los Sres. Dr. D. Carlos Tejedor, y D. Juan B. Peña, quienes después de presentar sus nue- vos Poderes (queso examinaron y se hallaron bastantes) procedieron á tratar sobre la participación que debía tomar la Provincia de Buenos Aires en la elec- ción de Presidente de la Confederación. Hubo sobre este punto, una larga y detenida discusión con los Señores Comi- sionados de la Confederación,y en su consecuencia, quedó acordado el derecho de elección en los términos que lo deseaban los Señores Comisionados de Buenos Aires, como es de verse en la cuarta conferencia. Los Comisionados de Buenos Aires, manifestaron después de convenido aque- llo, que los tres puntos que habian dado ocasión á que el Gobierno rompiera la negociación, no ofrecían ya dificultad. Que el primero sobre el cambio personal del Gobierno, lo habia resuelto la opinión pública en la Ciudad, renunciando el Señor Dr. Alsina su puesto de Gobernador : que el segundo sobre la conservación de las autoridades en la Campaña, tenían fundada esperanza de que se suprimiese dejando en libertad al Gobierno, para obrar como se lo dictase la prudencia. Y que el tercero era objeto de una discusión. Efectivamente se tuvo esta, y se acordó, como aparece en el artículo 13 del convenio. Se procedió en seguida á tratar sobre el único punto yá pendiente que era el déla garantía del Gobierno del Paraguay, y elarbitrage que la comisión de la Con- federación propuso para los casos de disidencia en la interpretación del convenio. Los Comisionados de Buenos Aires manifestaron que estaban perfectamente conformes en cuanto á la garantía ; pero que en cuanto al arbitrage, no habian recibido instrucciones de su Gobierno. Yo le espresé que, agradeciendo intimamente la confianza que se hacia en mi Gobierno, me hallaba no obstante en el caso de no poder ofrecer por entonces sino la garantía moral de! Gobierno del Paraguay. Se me hicieron sobre este punto observaciones, que con mis contestaciones quedan consignadas en la cuarta conferencia,y siendo avanzada la hora, se levan- tó la sesión, llenos de una satisfacción indecible todos los Señores Comisionados, porque se podía asegurar yá, que la paz seria definitivamente ajustada en la quin- ta conferencia. Efectivamente, en la quinta conferencia que tuvo lugar en el dia 10 de Noviembre, continuando las observaciones sobre la garantía que se pedia al Para- guay, al ver la completa conformidad de todos los Señores Comisionados,utítftki osicion del Sor. Ministro Mediador : recibirá á los Comisionados que nombre el Genera) Urquiza, y nombrara los suyos, para hacer cesar los motivos que, en el concepto del General Urquiza, lo autorizaban á declararla guerraá Unenos Aires. No os posible que el General Urquiza ni los Comisionados que él elija, teman desaire alguno de pane del Pueblo de Buenos Aires. Durante el sitio do 1853, cuando el General Urquiza hacia una guerra sin medida alguna al Pueblo do Buenos Aires, y se degollaban por sus tropas oficiales salidos do osla plaza, durante un armisticio, los Comisionados para hacer la paz, so hallaban en esta Ciudad, y lejos do recibir el menor insulto fueron tratados por toda la población con el decoro debido á su carácter. Si á pesar do esto otra cosa pensare el Gobierno do la Confederación, ó sus Comisionados, en tal caso, el Gobierno de Buenos Airos acepta con gratitud el generoso ofrecimiento del vapor *' Tacnai i" ó de otro buque do la República del Paraguay, para tenor en ól las conferencias, que se sirvo ofrecer el Sor. Ministro Mediador. Respecto al segundo punto que contiene la nota del Señor Ministro, relativa á la proposición do un armisticio do diez días, so ve en la necesidad de declarará V. E. que tales son los medios de que el General Urquiza se sirvo |>ara nacer la guerra á Buenos Aires, que no le permiten á esto Gobierno suspender las hostili- dades, ni por solo un dia.—El General Urquiza se ha aliado con los feroces bár- baros del desierto, los ha armado, ¡os ha vestido, y los ha puesto bajo la dirección do Gefes de su Ejército, para que incesantemente ataquen la frontera do este Es- 1 lado—La prensa del Paraná y del Rosario ha publicado hasta el ¿7 del pasado, las considerables sumas do dinero que aquel Gobierno empleaba en mantener la alianza de los indios, contra Buenos Aires; los nombres do. los Gefes y oficiales que los mandaba para dirigirlos : existen en poder do este Gobierno, las intima- ciones hechas por el Edecán del General Urqniza, Comandante Olivencia, á la ca- beza do los bárbaros, á los geí'os de algunos puntos de la frontera, y últimamente los diarios di; la Confederación, han publicado el armamento con que el dia veinte y siete de Setiembre salía el indio Cristo del Paraná. Asi pues, la derecha del Ejército del General Urquiza, la forman los bárbaros armados por él, (pío entran á sangro y fuego á los lugares que ocupan, y no perdonan la vida al mas inocente. Un armisticio con las fuerzas que directamen- te manda el General Urquiza, lo permitirá, sin embargo, obrar libremente con la derecha de su Ejército, y por mas que prometiese al Gobierno do Buenos Aires coulener las invasiones do los báiburos, este Gobierno no podría reposar en el poder de su palabra, que tan poco seria capaz de contenor las invasiones de sus aliados cuando ellos se determinaran á hacerlas. Desgraciadamente el General Urquiza so vale contra Buenos Aires d^l brazo de los bárbaros, y esta lamentable circunstancia será siempre un obstáculo insuperable para toda cesación de hostilkh - des, y una de las dificultades que se presentarán al hacer un tratado de paz. Al terminar esta nota tengo óiden de espresar á V. E. que se han presen- tado ya oficialmente como mediadores otras Potencias de Europa, á las cuales el Gobierno no puede dejar de atender, asi que se presenten sus respectivos Ministros. El infrascrito aprovecha nuevamente esta oportunidad para reiterar a V. E. las seguridades de su mas distinguida consideración. Dalmacio Vei.ez Sarsfiei.d. N. 15. Buenos Aires Octubre i o de ÍS.jU. Se ñ or^I ¡ n i st r o. Ho tenido la honra do recibir la nota de V. E. de ayer ; en que después de indicar los acontecimientos que han precedido la situación actual, se sirve espre- sarme, de orden del Exmo Señor Gobernador que no puede dejar de serle muy satisfactorio que S. E. el Señor General Urquiza ahora anteponga, cualesquiera que sean sus protensiones, los medios pacíficos para obtenerlas ó discutirlas ; y que el Gobierno do Buenos Aires acepta, la proposición que hice en nota del 13 del presente, que recibirá los Comisionados que vengan por parte déla Confedera- ción Argentina, y que el Gobierno de V. E. nombrará los suyos para hacer cesar ios motivos que, en el concepto de S. E. el Sr. Presidente Urquiza, autorizaba la declaración de guerra á Buenos Airos, agregando V. E. que no es posible que el Señor General Urquiza, ni los Comisionados que él elija, toman desaire alguno de parte del pueblo do Buenos Air^s, poro que si él ó sus Comisionados pensaren di fetén fomento ; el Gobierno do Buenos Aires acepta con gratitud el generoso ofrecimiento del vapor " Tacifarí ", ó do otro buque de la marina paraguaya, para tenor en él las conferencias; concluyendo V. E. con la manifestación de los motivos que obligan ai Gobierno á negarse absolutamente á la proposición de un armisticio. Suma es la complacencia que ho espei-inmutado cuando, al leer los graves resentimientos que dice V. E. tener el Estado de Buenos Aires,advertía no obstan- te la altura en qeese colocaba su Gobierno, desde que prescindiendo de todos ellos; hacia un esfuerzo para evitar las calamidades de una gueira entre hermanos ; aceptando mi proposición de recibir los Comisionados que el Exmo. Gobierno de la Confederación nombrase. Poro cuando yo me lisongeaba de que la mediación amistosa de mi Go- bierno, iba á dar el afortunado resultado de impedir que la cuestión actual mar- chase a resolverse por las armas, he visto con profunda pena que el Exmo. Señor Gobernador por las razones que V. E. espresa, se niega absolutamente al armisticio de diez dias, declarándome que no puede suspender las hostilidades ni por un solo dia. Bespeto, Sr. Ministro, las razones que V. E. dice tener para sostener aquella negativa ; y haciendo en mi carácter de mediador una severa abstension de las causas que ambos beligerantes híiyan tenido, y tengan aun ; me permito rogar á V. E. quiera interponer su merecido valer con S. E. el Sr. Gobernador, á fin de que no obstante las causas que espresa, se digne oirme una vez mas sobre este punto de tan grande importancia para todos los argentinos, y de tanto interés para la humanidad. Yu comprendo perfectamente. Sr. Ministro, que cuando los pueblos ó los Go-biernosse bailan bajq las impresiones en que V. E. me manifiesta estar el de Buenos Aires, se hace un esfuerzo en verdad supremo, para preferir los medios pacíficos, a los de las armas. Esc esfuerzo lo ha hecho ya el de V. E. cuando en su respetable nota de ayer me dice « que no deja de serle muy satisfactorio al Gobierno de Buenos Aires, que el General Urquiza anteponga, cualesquiera que sean sus pretensiones, los medios pacíficos para oblenerlos ó discutirlos. » Esta solemne declaratoria propia de la liberalidad y grandeza, que han des- plegado siempre los argentinos en medio délas calamidades, porque han pasado, es para mí una nueva esperanza, no obstante Ja absoluta negativaá suspender Jas hostilidades por solo diez días. Por que en verdad, si el Gobierno de Buenos Aires consecuente con su sentimiento fraternal y digno, acepta que el Sr. General Ur- quiza envié Comisionados y se dispone á recibirlos, y á nombrar por su parle los suyos ; nada mas justo y legítimo que esperar de V. E. toda la cooperación, para . N. 17. Buenos Aires Octubre 48 de 1850 Señor Ministro. La nota que con fecha de ayer se ha servido V. E. dirigirme,de orden del Exmo. Señor Gobernador, ha producido en mi ánimo la resignación, á no pedir ya, como prévio el armisticio, á pesar de la convicción que me impulsaba á insistir en esa petición. El vivo interés, que como mi Gobierno ha tenido, y tengo en evitar la efusión de sangre, no me habrá permitido quizá apreciar en su justo y verdadero valor las razonas que V. E. se sirve transmitirme, y las que de órden del Exmo Señor. Gobernador tuvo V. E. la generosa deferencia de espresarme verbalmente en el 1ü del presente, desarrollando el mismo pensamiento consignado en la nota á que contesto. V. R. creia de la primera conveniencia a la conservación, a la disciplina,y al espíritu militar, que debe crear y mantener en el Ejército, no anunciarle que pronto dejará las armas, esta misma consideración que mas estensamente me espresó V. E. en la conferencia verbal á que se refiere en su respetable nota du na. o complazco. Señor Ministro, en creerlo así, y con la esperanza de que al las conferencias ó durante ellas, el Gobierno de V. E. aceptará él armisticio, ■>to ya en pedirlo á V. E. como prévio, y hoy mismo he mandado salir co- ayer, ra* impone el deber de no insistir ya, otra vez en el armisticio prévio, por que después del interés qué V. E. me manifiesta por la paz, y de los sentimientos que también S. E. el Señor Gobernador me ha espresado, no me es posible dejar de ofrecer al Gobierno de V. E. el homénage de mi resignación, que tengo el honor de presentárselo, como el testimonio mas conspicuo de mi gratitud, por la fran- queza y Iealtal con que el Gobierno de V.E., aun en medio de los insuperables obstáculos que dice tener, me ruega que continué en la mediación de paz. Esta solicitud del ilustrado Gobierno de Buenos Aires, es para mí la espresion mas ingénua, y elocuente, del vivo deseo que tiene de evitar la efusión do sangre argentina. Me abrirse no insist para el Rosario al vapor de guerra paraguayo « Tacuarí » conduciendo una municacion al Exmo. Señor Presidente de la Confederación, en la que lo pido, que se sirva enviar sus comisionados en el mismo vapor, asegurándole que aunque el Gobierno de V. E. me ha significado la imposibilidad de aceptar el armisticio, yo abrigo, sin embargo, la consoladora esperanza de que al comenzar las confe- rencias, entre los hijos de una misma patria, ha de venir la suspensión de las hostilidades, como precursora del éxito feliz que tendrá la negociación. No sé, Señor Ministro, hasta que punto impresionará á S. E. el Señor General Urquiza, la negativa de un armisticio prévio, sin embargo, yo espero que ante las grandes conveniencias de la paz para la nación argentina, él hará el sacrificio de sus convicciones y se desidirá á enviar ya sus comisionados para quo sin perder tiempo en esta discusión prévia, entren los comisionados de uno y otro Gobierno á tratar, apresurando desde sus primeros pasos el momento en que ellos mismos presenten la suspensión de hostilidades como gago de sus sentimientos fra témales. Bajo la impresión pues do que la negativa de V. E. es solo á un armisticio prévio y no^indefinidamente, considero este punto como aplazado a la oportunidad, ó en que las conferencias se inicien, ó que estas sigan su curso. Entonces, si el estado de cosas me presenta sin los inconvenientes de hov la oportunidad de proponer ú V. E. el armisticio, yo me atrevo á esperar que el Gobierno de V. E. no mirará esto, como un punto ya discutido y rechazado, sino tan solo aplazado para considerarlo en mejor época. Ruego por lo tanto á V. E. quiera elevar á la consideración del Exmo Señor Gobernador, todo el contenido de esta nota, y permitir le reitere las seguridades de mi distinguida consideración y aprecio. Francisco S. López. A, S. E. el Señor Ministro de Relaciones Esteriores Dr. D. Dalmacio Veles Sars/ie/d. N. 18. Exmo. Señor Capitán General D. Justo J. de Urquiza, Presidente de la Con federa- ción Argentina. Buenos Aires Octubre 48 de 4850. Señor. Como anuncié á V. E., dedicado desde el primor momento de mi arribo á obtener del Gobierno de Buenos Aires un armisticio prévio al envió de los Cotni- 6—*6— . síonados, be dirigido todos mis esfuerzos para inclinar el ánimo de este Gobierno a celebrar un armisticio, aun cuando fuera por solo diez dias. Este Gobierno al paso que se manifiesta dispuesto á la paz, y dispuesto tam- bién á recibir á los Comisionados que V. E. nombre, bien quieran venir á esta Ciudad, en donde les asegura las consideraciones que les son debidas á su carácter ó bien quieran quedar a bordo del vapor "Tacuarí" á donde mandará este Go- bierno los suyos, presenta una resistencia invensible, al menos por ahora, á la previa suspensión de hostilidades. Varias son las razones que el Gobierno de Buenos Aires me ha dado para negarse al armisticio ; y aunque he tenido la fortuna de que se preste á oir las que yo le he dado apoyando mi insistencia en la suspensión pr evia de hostilidades, he tenido hoy que resignarme á pedir á V. E. el envió de los Comisionados por parle de V. E. por que las consideraciones que me presenta este Gobierno son ya de un orden que en mi carácter de mediador tengo el deber de respetar, y no el dere- cho de discutir. Este Gobierno me ha espresado en sus notas y aun en sus conferencias con todo el aspecto de la buena fé su deseo por la paz, y una grave imposibilidad pa- ra la suspensión previa de hostilidades, significándome el sincero interés que tiene en evitar la efusión de sangre, cuando al detallarme las razones que le impiden prestarse á una suspensión de hostilidades, me ruega en nota de ayer, que conti- nué en la mediación de paz. Esta solicitud he mirado yo como la espresion mas sincera de su sentimiento, y al ver que los dos Ejércitos están próximos, no he querido correr el peligro de que Ínterin aquí se discute la previa suspensión de hostilidades, sobrevenga un rompimiento que empape en sangre argentina el suelo de la nación. Desde entonces, me he resignado Señor, á no insistir mas en la suspensión previa. Veo que los dias corren, que el tiempo se pierde, y que durante este tiempo los dos Ejércitos pueden tener un encuentro, y ante este peligro no he querido perder la esperanza que abrigo, de que reuniéndose los Comisionados, de uno y otro Gobierno y abriendo sus conferencias, se obtenga ya la suspensión de hostilidades, desde que unos y otros puedan divisar la posibilidad de un arreglo. Esta esperanza es la que me ha resuelto á la resignación de aplazar por aho- ra mi exigencia de suspensión prévia de hostilidades, tentando el medio de que los Comisionados se unan, y empiezen sus conferencias, porque observo que una ra- zón que se me ha dado,y se me recomienda como poderosa es de un carácter tan serio que bien esté fundada en un temor ó en un error, no ha sido posible des- truirla por la persuacion. Cuando el Gobierno, pues tiene estas convicciones, con fundamento ó sin él, y cuando á pesar de todas mis observaciones, no declinaba de ellas, no me parecía cordura, insistir en destruir una impresión difícil de desvanecer y menos cordura me parecía insistir y gastar el tiempo en una demostración inútil, cuando ese tiempo yo podia emplear en que los Comisionados se reúnan : entren en sus con- ferencias y si ven la posibilidad de arreglar, avancen y dén entonces una esperan- za justificada para la suspensión de hostilidades. Esta esperanza me hace aplazar, mi insistencia sobre la suspensión de hosti- lidades, y decirle al Gobierno que sin renunciar á ella, y sin dejar de contar con su indulgencia, para que me oiga sobre la suspensión de hostilidades, me había dirigido hoy á V. E. para rogarle se digne enviar á la mayor brevedad sus Comi- sionados poniendo al efecto á las órdenes de V. E. el vapor de guerra 4,Tacuarí» Con tanta mas confianza, me he resignado á hacer á V. E. esta súplica, y á no insistir por ahora en la prévia suspensión de hostilidades, por qne á juzgarse por 4 ^ la posición en que so hallan ambos Ejércitos,puede la suspensión lograrse, sinqUe sea un pacto con solo un pequeño esfuerzo muy posible en ambos Ejércitos de con- servarse á la defensiva como han estado hasta aquí. Esto ciertamente no impone deberes, como los que produciría la suspensión de hostilidades : pero cuando se procede bona fide, no es una tarea, ni difícil, ni peligrosa para ninguno de los Ejércitos. Yo ciertamente no lo pido, por que seria asumir una grave responsabilidad. Mas no dudo que V. E. escusará esta indicación, hija del interés mas puro, por la paz de la República Argentina. Dígnese V. E. pesar los enormes daños, que podrían evitarse á la humanidad y al comercio, si anticipa hoy activamente el envió de los Comisionados, y conce- derme la satisfacción de que estos Caballeros vengan sin demora, munidos de los poderes é instrucciones necesarios para poner fin á la penosa situación en que se encuentra la República Argentina. Tengo el honor de saludar á V. E. con mi distinguida consideración y respeto. Francisco S. López. N. 19. Ministerio de Reía-¡ ciones Esteriores. ) Buenos Aires Octubre SO de 1859. Al Eocmo. Señor Brigadier General de la Bepública del Paraguay, Ministro Median dor cerca del Gobierno del Estado de Buenos Aires D. Francisco S. López. El abajo firmado ha tenido la satisfacción de recibir la nota de V. E. fecha 18 del corriente, y saber por ella que V. E. se ha servido prestar á la insinuación del Gobierno, de continuar su valiosa mediación sin un armisticio prévio. Por lo demás, el Señor Ministro Mediador, debe estar seguro de los sentimientos de este Gobierno de evitar en todo lo posible el derramamiento de sangre, y que aprove- chará toda ocasión en que esto sea posible durante la guerra. El abajo firmado renueva á V. E. las protestas de su mas alta consideradion y aprecio. Dalmecio Velez Sarsfield. N. 20. Cuartel general en Pabon 24 de Octubre de 4859. Eccmo. Sor. Brigadier General D. Francisco Solano Lopes Ministro Mediador de la Bepública del Paraguay &. Señor. Acabo de recibir la estimable comunicación de V. E. fecha18 del corriente- Antes habia recibido la del 14, que no he contestado por defecto de proporción para dirigirla, v cuvo contenido dudoso, por falta de oportuna contestación del—48— Gobierno de Buenos Aires á V. £., me obligó á apresurar mis movimientos mili- tares, pues que de ninguna manera podia el Gobierno de Buenos Aires, mostrar su buena disposición á aceptar la oportunidad de un arreglo pací6co, correspon- diendo á los empeñosos y nobles esfuerzos de V. E., y paedo decirle también, puesto que V. E. ha podido conocerlo, a los deseos y sentimientos del vecindario tle Buenos Aires, mal servidos por sus Gobernantes ;-—de ninguna manera digo, podia el Gobierno de Buenos Aires mostrar que estaba animado de sentimientos favorables á la paz, y dignos de ser acreditados, después de haber jirobado todo lo contrario, durante la respetable mediación del Gobierno de los Estados Unidos, que admitiendo de plano las dos justas proposiciones, que fueron así admitidas por mí, apenas propuestas por V. E. ; tales eran : la previa suspensión de hosti- lidades por un tiempo breve, y el nombramiento simultáneo de Comisionados para discutir bases de una tranzacion equitativa, y honrosa para la Nación, y para la Provincia, pues así debia de ser un arreglo fraternal, y duradero. Yo hice mas, y como se lo dije a V. E. por llevar hasta donde podia serme permitido las manifestaciones bien probadas de mi ardiente deseo por que esta lucha terminase de aquel modo, sin efusión de sangre—Declaré bases y muñí á V. E. de facultades para detener las operaciones de la fuerza naval de la Confede- ración, pronta a operar— Dejé al arbitrio del Gobierno de Buenos Aires, que era el ofensor, el detener Jas hostilidades armadas, que hasta entonces él solo habia cometido,ya internando sus buques hasta la Ciudad del Paraná, ya cañoneando la Ciudad mercantil del Ro.-ario, sin objeto útil, por los puntos en que no se hallaba defendido, y por el horrible placer de derramar terror y sangre entre el vecindario inofensivo ; ya invadiendo el territorio de Santafé, con fuerza numerosa para las ligeras partidas que vigilaban la frontera, y llevándose en esas incursiones vecinos pacíGcos y haciendas de estos mismos ya de otro modo, y de cuantas se le presentaba la ventaja de hacerlo con ímpugnidud, por que mis deseos y mis esperanzas de paz, que los misinos trabajos empleados para obtenerla, habían demorado mis movi- mientos militares. El I 2 del corriente llegó V. E. á Buenos Aires, y el 14 en que V. E. se dignó avisármelo, aun no habia recibido contestación á las proposiciones que habia dirigido. Si el Gobierno de Buenos Aires hubiese aceptado lo que ninguna razón podia justificar la negativa, la suspensión de hostilidades ;—V. E. pudo detener la mar- cha de la fuerza naval Argentina, y la sangre vertida en Martin García, hubiese sido ahorrada. Pero el Gobierno de Buenos Aires (necesito de toda esta franqueza para acreditar á V. E. mi perfecta deferencia á sus generosos buenos oficios ) tomando por debilidad é impotencia, como lo propalaba su prensa lo que era efecto de los sentimientos elevados á que él no se mostraba fácil, lejos de aceptarla suspensión de hostilidades, á nuevas é inmediatas se preparaba, como puedo oportunamente acreditarlo á V. E. con partes oficiales. Mi deferencia, mis deseos y misesfuerzos por la paz, era el título para arras- trar mi nombre al desprecio que lo que únicamente me era sensible, la dignidad nacional—Se lo espreso á V. E, con la seguridad de ser bien comprendido por el joven y digno representante de la República hermana del Paraguay, tan sucepti- ble, por su común origen, á esas ofensas. Y. E. en su carta del 14 me espresó su deseo de que estuviesen prontos los Comisionados que habia propuesto se nombrasen, y A pesar de la poca confianza que merecía la demora de la schsilla contestación del Gobierno de Buenos Aires, —49— hice llamar á la Ciudad del Rosario los tres individuos que de ante mano habia indicado á V. E.—Nombrados están, Señor, y prontos á concurrir con los que el Gobierno de Buenos Aires nombre. Pero si la aceptación ¡mediata de esa proposición, y de la natural y previa suspensión de hostilidades me hubiese inspirado la confianza necesaria que digni- ficase; el envió de los Comisionados del Gobierno de la Nación, cerca del de una Provincia que en ella se reputa revelada, V. E. comprenderá, que hoy seria mas desfavorablemente interpretado que todos mis anteriores esfuerzos por la paz, y quiza esa misma deferencia, estimulase como hasta aqol las dificultades en que el Gobierno de Buenos Aires se envuelve con una arrogancia que no es natural á su autoridad ni á su poder. El Gobierno de Buenos Aires, quiere que los Comisionados de la Nación vayan hasta él, á solicitarle lo que ha negado á V. E., la suspensión de hostilida- des, desairando sus respetos, y las consideraciones que como Gefc de la Confede- ración argentina, y en su nombre tengo derecho á exigir de un Gobierno de Provincia favorablemente dispuesto hácia la comunidad de los intereses de la República. KI Gobierno de Buenos Aires, me es muy doloroso cspresarlo, se aprovecha de las ocasiones favorables á un arreglo pacífico para aumentar las quejas que la Nación tiene de su conducta política, y la sospecha de sus intenciones. V. E. en su recto juicio ha juzgado que no podia asumir ya la responsabili- dad de pedirme la suspensión de hostilidades por mi parte—Doy á esto el precio que tiene, y mis procedimientos serán su consecuencia. Siento no poder aceptar la bondadosa oferta que V. E. me hace del vapor «Tacuarí » para enviar los Comisionados, que como he espresado á V. E. están prontos. Yo manifesté á V. E. que las exigencias de una situación que se prolongaba demasiado, con grave perjuicio para el Pais, exigían un pronto descenlace, y fijé el término de diez dias para la suspensión de hostilidades, termino agotado con exeso sin haber obtenido ni contestación de aquel Gobierno rebelde á todo senti- miento útil, generoso, patriótico, humanitario. Serian menos felices los Comisionados que V. E. mismo—Permítame creerlo asi—La discusión sobre la suspensión de hostilidades, y sobre las bases de arreglo se prolongaría á voluntad de ese Gobierno, y todos los intereses con la dignidad nacional, estarían á su arbitrio,—y esto cuando solo por su parte se ofrecen dificul- tades para un arreglo. Si el Gobierno de Buenos Aires, desea la paz, que envié sus Comisionados á un punto próximo á mi Cuartel general, donde en el acto irán los Comisionados nacionales, asegurando á V. E. que en las instrucciones que á estos se espidan, prevalecerán los generosos sentimientos que me he esforzado en abundar, y para cuyo testimonio apelo á V. E. Mientras tanto cargue el Gobierno de Buenos Aires, ante ese pueblo que reco- nozco estraño á esa falta de prudencia, y á ese espíritu inhumano, ante la Nación Argentina, ante la República mediadora que V. E. representa, y ante el mundo, con toda la responsabilidad de la sangre que se ha vertido y la que pueda verterse en adelante—Ante el mismo pueblo, ante la República que presido, y la que V. E. representa, y el mundo entero, protesto yo mis sentimientos de paz y fraternidad que no desmentiré un momento, aunque la terquedad de un Gobierno mal aconse- jado impulsa la acción de las armas, por él empeñada. Siento vivamente quoV. E. no obtenga por las dificultades opuestas por el Gobierno de Buenos Aires, un éxito feliz, en su misión que nadie ha deseado masque yo, por que me era muy apetecido ese nuevo lazo que uniese á ambas Repú- blicas—Ñó disminuyo por eso mi fé en sus empeñosos esfuerzos, por que espero aún qué el Pueblo de Buenos Aires,aparte á su Gobierno de un camino en que per- judica sus generosos sentimientos y su felicidad con otros graves intereses comunes, entre* las que no puede dejar de ser menos sensible para él mismo, la dignidad de la Nación a que pertenece debe y quiere pertenecer. Soy de V. E. con la mejor consideración y aprecio. Leal amigo y s. s. Jisto J. de Urquiza. N. 21> Buenos Aires Octubre 25 de I80O. Señor Ministro. Tengo el pesar de anunciar á V. E. para que se digne manifestarlo al Exmo. Señor Gobernador, que á pesar de todos mis esfuerzos para obtener del Exmo Sor. Presidente de la Confederación el envió de sus Comisionados sin la previa suspen- sión de hostilidades, me ha contestado S. E. el Señor Presidente con fecha 21 del presente, que no envía ni puede enviar dichos Comisionados, no obstante que los habia anticipadamente hecho venir al Rosario, por que la negativa ála previa su;- pensión de hostilidades, dice, la considera ofensiva á la dignidad nacional, y á la de los mismos Señores de la Comisión. S. E., el Señor Presidente comprende, según su citada nota de contestación que el envió de sus Comisionados hoy después de la negativa absoluta que el Go- bierno de V. E. ha hecho á la previa suspensión de hostilidades, sería mas desfavo- rablemente interpretado, que todos sus anteriores esfuerzos por la paz ; y que esa deferencia (si contra el sentimiento de los pueblos confederados y de su Ejército la tuviese ) vendría á estimular las dificultades para lodo arreglo. Me espresa en consecuencia que siente no poder aceptar mi oferta del vapor de guerra «Tacuarí » para el envió de los Comisionados, y que si el Gobierno de Buenos \ires desea la paz, que en tal caso envié sus Comisionados a un punto próximo ásu Cuartel general, donde en el acto irán los de la Confederación, ase- gurándome que en las instrucciones que á estos espedirá, prevalecerán los senti- mientos de paz, que se ha esforzado en demostrar. En el deber de transmitir á V. E. fielmente la resolución, y las espresiones conque me la dirige el Exmo. Señor Presidente, siento profundamente, Señor Ministro, no poder ofrecer á V. E., como lo habia yo deseado, el anuncio de que los Señores Comisionados hubiesen arribado ya á este puerto, no obstante la absoluta negativa á la prévia suspensión de hostilidades. Sin embargo, y aun cuando por desgracia está quizá ya próximo un sangriento combate no abandono el propósito de mi Gobierno de emplear todos los medios posibles para arribar á la paz, aun después que la sangre argentina se haya en gran parte derramado. Reitero pues á V. E. esos buenos oficios con toda la sinceridad, con que .tan intensamente lo quiere mi Gobierno, y (irme en este interés, me permito proponer á V E. para que se sirva elevar á la consideración de S. E. el Señor Gobernador que puesto que el Gobierno de Buenos Aires, no mira como esencial el previo armisticio, quiera asentir al envió de sus Comisionados al punto que el Exmo. Sór. Presidente propone, dando este testimonio al pueblo y al mundo que observa, de que Buenos Aires quiere la paz ; que no esquiva los medios que la conduzcan á ese importante fin ; y que la negativa del armisticio no ha sido un pretesto para evadirla. S¡^ para el viage de los Señores Comisionados, fuese aceptable la garantía de mi Gobierno, yo la ofrezco con plena autorización de este. Quiera V. E. aceptar las seguridades de mi consideración y respeto. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro efe Be/aciones Estertores Dor. Don Dahnacio Yelez Sarsfield. N. 22. Buenos Aires Octubre 24 de 1859. Al Eccino. Sor. Brigadier General D. Francisco Solano López, Ministro Mediador de la República del Paraguay, cerca del Gobierno del Estado. El abajo firmado ha recibido la comunicación de V. E. fecha do ayer, por la que le hace saber que el General Urquiza, no se presta á mandar Comisionados á esta Ciudad para la negociación de la paz, y propone por lo tanto V. E. que el Gobierno de Buenos Aires envíe sus Comisionados á un punto próximo ásu Cuartel general, donde en el acto irán los de la Confederación. El Gobierno duda mucho de los sentimientos del General Urquiza por la paz con el Estado de Buenos Aires, pues antes, de declarar la guerra, no ha dado paso alguno por ella, y todos sus actos después de haberse presentado la valiosa media- ción del Exmo. Gobierno del Paraguay, tanto en tierra como en los rios ha sido para definir cuanto antes la cuestión por medio de una batalla. Sin embargo el Gobierno de Buenos Aires quiere persuadirse que el General Urquiza esté pronto á la paz, y que en las instrucciones que dé á sus Comisionados prevalecerán los sentimientos por ella, y cree de su deber consecuente al espíritu qne lo ha guiado al armarse solo para defender el territorio de este Estado no resistir á la indica- ción de V. E. Tengo por lo tanto órden de decir i V. E. que el Gobierno acepta el ofreci- miento del «Tacuarí» que V. E. se sirvió hacerle, y que en él y al frente de la Ciu- dad de San ¡Nicolás, pueden reunirse los Comisionados de ambos Gobiernos. Allí estarán cerca del Cuartel general del Presidente' de la Confederación, y con este medio el Gobierno de Buenos Aires, dá á V. E. la mayor prueba de su deseo de arribar á una solución pacífica, y que su poderosa mediación tenga todos los efectos que tan dignamente se ha propuesto V. E. Si el General Urquiza aceptare este medio procederá á nombrar sus Comisio- nados, para que partan á bordo del « Tacuarí, » hasta el punto arriba indicado. El infrascrito aprovecha esta oportunidad para reiterar á V E. las seguridades de su mas alta y distinguida consideración. Ministerio do Rola- 1 ciernes Ksteriores. \ Dalmacio Velez Sarsfiki.d.N. 23 Buenos-Aires Octubre Sí de i8~>9. Señor Ministro. Me es de suma importancia, rectificar un hecho, á que yo no le daria hoy ese carácter, sino fuera que él me ha servido de base para tratar de que el Señor Dr. D. Benjamín Victoriea, no se presentase en esta, formando parte de la Comisión, que el Exmo. Gobierno do la Confederación Argentina, debia mandar para la dis- cusión de un arreglo pacífico entre aquel Gobierno y el de este Estado. El Sor. D. Carlos Calvo autorizado por V. E. me ha espresado "que Vr. E. estrañaba que yo hubiese creído que el Gobierno de Buenos Aires repulsaba al Sor. Dr. Victoriea, como Comisionado del Gobierno de la Confederación ; agregán- dome que V. E. decía que para el Gobierno le era indiferente que viniese el Sor. Victoriea, ó cualquier otro Comisionado, y que á cualesquiera que viniesen con ese carácter se les recibirá, y concluyendo el Sor. Calvo con espresarme que esta manifestación la hizo V. E. ante varias personas." No tengo derecho, ni la pretensión tampoco á reprochar quo esa manifesta- ción la hiciese V. E. en presencia de los Señores que allí estaban presentes ; pero esta circunstancia, cuando yo he pedido al Sor. Victoriea de no venir, me coloca en el deber de salvar en todo tiempo ante ese Señor y su Gobierno, el concepto poco favorable en que yo quedaría, desde que apareciese yo pidiendo al Señor Victoriea que no viniese por ser disgustante su venida y desde que alguna vez por los mismos Señores que han oido la referencia de V. E., se pudiera decir, que el Gobierno de Buenos Aires nunca tuvo ni oposición, ni aun desagrado, en que el Sor. Victoriea formase parte de la Comisión del Gobierno de la Confederación, de que yo le he pedido quo se separe. Me permitiré recordar aquí lo que ha pasado y le ruego á V. E. se persuada, que si dirijo á V. E. esta nota á pesar de la esplicacion verbal que V. E. se dignó hacerme antenoche en esta casa, es por que dado por mi el paso de pedir que el Sor. Victoriea no forme parte de la Comisión, tengo el mas vivo interés en que ni ahora ni en tiempo alguno, se considere tal pedido, como una inspiración mia, que á la verdad, seria siempre injustificable, no solo ante el Sor. Victoriea y su Gobierno, sino, ante mi Gobierno también. Con el íntimo deseo de remover cualquier dificultad que pudiera sobrevenir, y hacer fracasar la negociación, yo espresé á S. E. ol Sor. Gobernador que sino se creía indiscreto, desearía que se me permitiese el preguntar, qué personas do la Confederación, le serian desagradables al Gobierno do Buenos Aires, en la Comisión que viniese. El Sor. Gobernador me contestó que no tenia inconveniente para declararme que él no admitiría al Sor. General Guido, al Sr. Pujol, al Sor. Dr. D. Luis J. de la Peña, y al Sor. Dr. Derqui. Yo entonces le repuse que me felicitaba de haberle oido, por que precisamente ninguno de esos Señores componía la comisión, y que esto me complacía, desde que divisaba una dificultad menos. Con este motivo le dije que los Comisionados eran el Sor. D. Pedro Lucas Funes, y los que después iré nombrando. En cuanto al Señor Eunes me dijo no lo conozco. Le nombré al Señor Leiva, y me dijo, ese también es del número de los que excluyo, y si no lo nombré, fué por que no me acordé. —53— Nombré en seguida al Señor Cullen, y me respondió, es buen hombre. Le nombré por último al Sor. Victoriea, y entonces asombrándose me dijo, ese no puede admitirse, es el hijo del Gefe de policía de Rosas, haciendo sobre esta circunstancia, y la de ser hijo político del Sor. General Urquiza, varias obser- vaciones, concluyendo con decirme que primero preferiría al Sor. Leiva, aunque del número tic los escluidos jior el. Yo le signifiqué á S. E. la inconveniencia que había en aquel rechazo, es- presándole que como esto era antes, que los Comisionados hubiesen llegado, iba á aprovechar los momentos para ver si lograba que el Sr. Victoriea dejase de venir. S. E. el Señor Gobernador como seguro de su derecho de no admitir esta ó aquella persona, me replicó entonces ¿ pues qué V. dubaba que el Gobierno no tenga el derecho á repeler la persona que no le agrade l Yo absteniéndome de contestar lo dije que rae permitiera no responderle sobre ese punto. Que yo iba á esforzarme en remover esa dificultad, pidiendo que no viniese el Sor. Victoriea. pero que si fuere tan poco feliz que no lo lograse y que á pesar de ello viniese el Señor Victoriea y fuese repulsado, que daría átS. E. entonces mi juicio, pues ahora seria prematuro. S. E. el Señor Gobernador tuvo la bondad de manifestarme ademas, que la Comisión del Gobierno de Buenos Aires seria compuesta de los tres Señores Minis- tros, y preguntando á S. E. sobre la reserva de esta indicación, me conteste) que puesto, que no schabia tomado una resolución decisiva no le convendría que se divulgase,pero que si era necesario usar de ella á fin de que el Señor Victoriea no viniera S. E. me autorizaba para obrar así. Concluida esa conferencia pasé á hablar con V. E., le manifesté todo lo ocurrido con el Exmo. Señor Gobernador y que queda aquí detallado, y al llegar A la per- sona del Señor Victoriea, me contestó V. E. casi testualmcnte lo que paso á esponer. Por supuesto. Señor, el Sr. Gobernador hace bien en no admitir al Sr. Victoriea, ni es posible que se trate con él de ninguna manera, ospresándome V. E. del modo mas esplícilo que no seria admitido y reproduciendo mas ó menos los mismos con- ceptos que S. E. el Señor Gobernador me había espresado. En consideración á esta resistencia que felizmente aparecía antes del arribo de los Comisionados, yo le manifesté á V. E. que iba á hacer mis esfuerzos por lograr que el Sr. Victoriea no viniese y que seria feliz sí la obtenía, por que asi habría desaparecido una dificultal prévia que hubiera embarazado la negociación. Consecuente pues con esto escribí sobre el particular, pidiendo al Sr. Victoriea sin darle los detalles de ambas conferencias que habiendo yo comprendido que pudiera ser desagradable su arribo áesta Ciudad, hiciera el sacrificio de remover por si mismo toda dificultad. Cuando movido yo por el interés mas puro he dado ese paso, siento profun- damente, Señor, que alguna vez por las referencias que me ha hecho el Señor Calvo pudiera aparecer como una inspiración mia, y es solo en el deseo de evitar ese concepto, no merecido de mi parte que contando con la deferencia de V. E. le ruego se sirva espresarme si es verdad que yo después de lo que el Exmo. Sor. Gobernador y V. E. me espresaron, íes manifesté que iba a esforzarme para ob- tener la remoción de aquella dificultad, solicitando que el Sor. Victoriea no viniese. Quiera el Señor Ministro aceptar las seguridades de mi distinguida conside- ración y aprecio. Francisco S. López. A S. E. el For. Ministro de Relaciones Esteriores de Buenos Aires Dor. Don Dalmacio Veles Sarsfield. 7N. 24. Buenos Aires Octubre 27 de IR59. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. El abajo firmado contestando la comunicación del Señor Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay de fecha 2 i del presente, debe decir á V. E. que el incidente á que ella se refiere sobre la persona del Dr. Benjamín Viclorica fué en una conversación particular, y la juzgué tan de ninguna importancia, que no tuvo inconveniente en bablar sobre él al Señor Calvo, y alguna otra persona. Yo ignoraba completamente lo que el Señor Gobernador hubiese dicho al Señor Minis- tro respecto á la persona del Señor Victorica. Y tan cierto es esto, que al ver la nota de V. E. he ¡do con ella en la mano, á preguntar al Señor Gobernador, si el había rechazado la persona del Señor Victorica, y dicho á V. E. las espresiones que en su nota se. sirve trascribir. El Señor Golxirnador me confirmó lo que V. E. asegunr, y desde entóneos sin duda es que V. E. se vióobligado á escribir al General Urquiza en los térmi- nos que dice haberlo hecho. Cuando hablé al Señor Gobernador respecto de la nota de Y. E. que contesto ya había tenido lugar la conversación con el Señor Calvo y las espresiones mias que él transmitió á Y. E. Si hay contradicción en mi pensamiento,y el Señor Go- bernador, es por que no habia habido acuerdo sobre la materia ni me había comu- nicado sus ideas ni menos tomado conmigo una resolución respecto á la persona del Señor Victorica. En tales circunstancias yo podia tener una opinión diversa de la del Señor Gobernador, y fué la que espresé al Señor Calvo. En cuanto á la referencia que hace de mi el Señor Ministro, yo debo protes- tarle que no he dado importancia alguna á lo poco que he conferenciado con V. E. respecto del Señor Victorica; pero no habiendo ni hablado con el Señor Gobernador sobre la materia, ni sabido que él hiciera un rechazo formal del Señor Victorica, creo solo haber hablado sino me equivoco, con el Señor Ministro de la inconve- niencia del Señor Victorica, para la negociación de la paz. Pero sobre todo des- de que el Señor Ministro, tenia la resolución oficial del Señor Gobernador, lo que yo le dijera en una conversación privada, no tenia ningún género de importancia.. Creo dejar con esto contestada la nota de V. E., repitiéndole las seguridades de mi perfecta consideración. Dalmacio Velez S.vHsru-i.n- N. 25. Buenos Aires Octubre 25 de 1850. Señor Ministro. Tengo el honor de avisar á V. E. que he recibido la comunicación de V. EV fecha de ayer en que se digna decirme de órden de S. E. el Sor. Gobernador, que Ministerio de Reía-} ciones Estertores. ) —55— el Gobierno acepta el ofrecimiento del '' Tacuarí ", y que én él y al frente de la Ciudad de San Nicolás pueden reunirse los Comisionados de ambos Gobiernos : agregando V. E. que allí estarán cerca del Cuartel general del Presidente de la Confederación, y que con este medio el Gobierno de Buenos Aires me da la mayor prueba de su deseo de arribar á una solución pacífica. Complacido al ver que puede llegar el momento en que reunidos los Comisiona- dos todos Argentinos, se arribe á una solución pacífica y honrosa, tengo el placer de avisar á V. E. para que se sirva manifestarlo asi á S. E el Sr. Gobernador,que el vapor de guerra " Tacuarí" estará á disposición del Gobierno y que como en el estado en que pudieran bailarse hoy los Ejércitos, si ha habido una batalla, no será posi- ble quizá saber el punto fijo que sea próximo al Cuartel general del Sr. Presidente, me impongo el grato deber de acompañarlos hasta ese punto en el Rio, y de per- manecer allí hasta que haya podido yo obtener la fortuna de conducir á los Señores Comisionados del General Urquiza, a bordo del vapor paraguayo en que las conferencias se tengan. Mus halláudose hoy ambos pueblos en momentos solemnes en que no seria imposible que haya un combate, del que debe, surgir un triunfo para alguno dolos beligerantes, me permito suplicar á V. E. que en precaución de las ulterioridades que puedan sobrevenir, se digne muñirá los Comisionados de las instrucciones necesarias, ya sea que el Señor General Urquiza haya sufrido una derrota, ó ya que haya obtenido un triunfo,pues seria lamentable, que cambiando cualquiera de esos acontecimientos la faz de las cosas, tuviese que suspenderse la negocia- ción, por no creerse «uitorizados los Señores Comisionados á continuarla. Quiera V. E. escusar que yo me permita una indicación que no puede esca- par á la penetración de V. E. y hacerme la justicia de creer, que solo la hago mo- vido del vivo ínteres de remover toda dificultad que pueda trabar la iniciación de las conferencias y su curso. Dígnese V. E. admitir las protestas de mi respeto y muy distinguida consi- deración. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Bclaciones Estertores de Buenos Aires Dr. I). Dalma- cio Yelcz Sarspeld. N. 26. Buenos Aires Octubre 25 de 1859. Al Exmo Señor Brigadier General Ministro Mediador de la Bepública del Paraguay Lon Francisco S. López. El infrascripto ha tenido el honor de recibir la nota de V. E fecha de hoy, en que hace presente que por el estado en que pudieran hallarse hoy los ejércitos, seria quizá imposible saber el punto fijo que sea próximo al Cuartel general del Presidente de la Confederación, V. É. se impondrá el deber de acompañar á los Comisionados hasta ese punto del Rio, y de permanecer allí hasta conducir á los Comisionados del General Urquiza abordo del vapor Paraguayo en que se tengan las conferencias ; pero que pudiendo haber obtenido un triunfo, alguno de los be- ligerantes, en precaución de las ulterioridades que pueden sobrevenir, V. E. se Ministerio de Uela-| ciones Esleriores. j—86— permite suplicar se provea á los Comisionados de las instrucciones necesarias, ya sea que el General Urquiza haya obtenido un triunfo, ó sufrido una derrota, á fin de evitar que los acontecimientos puedan suspender la negociación. En contestación á ella el infrascripto tiene orden dcS. E. el Señor Gobernador para decir á V. EL,que el Gobierno como lo espresó ya en una nota fecha de ayer, está dispuesto á nombrar sus Comisionados, y procederá en consecuencia tan luego como V. E. haya recabado la adquiesencia del General Urquiza á la medida propuesta. V. E. comprenderá que el Gobierno no podria preceder á ese nombramiento sin aquel requisito previo, pues fie otro modo el Gobierno se espondria, á recibir un serio desaire, en ti raso ile que el General Urquiza no asintiese á aquella medida, lo que seria tanto mas grave er. las presentes circunstancias, en que acaba de te- ner lugar un hecho de armas, que habrá hecho variar el Cuartel general del Pre- sidente de la Confederación, y la dificultad de poder precisarlas instrucciones que sea conveniente darse á los Comisionados. Este hecho mismo, hace que el Gobierno no tenga idea fija, sobre la posición en que actualmente se halle San Nicolás, para el objeto de la reunión de los Comisiona- dos, y todo ello induce al Gobierno, á esperar que V. E. se penetrará de la conveniencia de ohtener la adquiesencia del Presidente de la Confederación á un lugar determinado (tara la reunión de los Comisionados, antes que se proceda al envió de los del Gobierno. Con este motivo el abajo firmado reitera á V. E. las seguridades de su mas alta consideración y aprecio. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 27. Buenos Aires Octubre S5 de 1850. Señor Ministro. Acabo de recibir la nota de V. E. fecha de hoy en la que entre otras cosas me dice V. E. de orden de S. E. el Señor Gobernador, que el Gobierno está dis- puesto á nombrar sus Comisionados y proceder en consecuencia tan luego, como yo haya rec ibido la i'quiesencia del Sr. General Urquiza á la medida propuesta : agre- gando V. E. que el Gobierno no podria proceder al nombramiento sin ese requi- sito previo, pues de otro modo so espondria á recibir un serio desaire en el caso en q"e el Sor. General Urquiza no asintiese á aquella medida. En contestación, tengo el honor de manifestar á V. E. que aunque compren- do por el tenor y espíritu de la nota fecha 21 del corriente del Señor General Ur- quiza, que él estaría dispuesto á recibirme con los Señores Comisionados do este Gobierno en un lugar próximo á *-'¿ Cuartel general, sea cual fuere eso punto, me será muy agradable < orresponder al deseo de V. E. buscando la aquiesencia pre- via de! s\ ñor General Urquiza. Dispuesto estoy á ello con todo el ínteres que me inspira la suerte de los dos pueblos que están hoy en lucha. Mas ignorando cual pudiera ser en estos momen- tos el Cuartel general del Señor Presidente, como V. E. lo indica, y creyendo por otra parte, que no sea tal vez fácil investigarlo por el rio, me permito rogar á V. E. me facilite los medios necesarios para que por un parlamento pueda por tierra llegar una nota mía á dicho Señor General Urquiza al lugar en que él se encuentre Reitero á V. E. las protestas de mi distinguida consideración y aprecio. Francisco S. López. A S. E. el Señor Ministro de Relaciones Esteriores de Buenos Aires Dr. D. Dalma- cio Velez Sarsfield. N. 28, Ministerio de líela- i ciónos Esteriores. j Buenos Aires, Octubre 27 do 1859. Al Eocmo. Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier, General D. Francisco Solano López. El infrascripto ha tenido el honor de recibir la nota de V. E. fecha 25 do Octubre, en que contestando V. E. á la que se le dirigió con referencia al envío é instrucciones que V. E. pedia se diesen á los Comisionados del Gobierno, finaliza solicitando los medios necesarios para que por un parlamento pueda por tierra llegar una nota de V. E. al General Urquiza, al lugar en que se encuentre. En contestación, el infrascripto tiene orden de S. E. el Sor. Gobernador para decir á Y. E. que el Gobierno está altamente reconocido por los laudables esfuer- zos que V. E. ha hecho y continua haciendo en favor de la paz de los pueblos del Rio de la Plata, asi como que se halla dispuesto á facilitar á V. E. todos los medios y recursos que V. E. erea conducentes al objeto que V. E. se propone, esperando tan solo que V. E. le indique la naturaleza de ellos, á fin de impartir las órdenes que al efecto convengan. Con tal motivo le es grato al infrascripto reiterar á V. E. las seguridades de su mas alta consideración y aprecio. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 29. Buenos Aires Octubre 27 de 18oi). Señor Ministro. En este momento una y cuarto de la tarde tengo la honra de recibir la comu- nicación de V. E. fecha de hoy en que de órden de S. E. el Señor Gobernador, al contestar mi nota del 25 del presente, se sirve decirme que el Gobierno está altamente reconocido por los laudables esfuerzos que lie hecho y continuo hacien- do en favor de la paz de los pueblos del Rio de la Plata, y que S. E. el Señor Gobernador se halla dispuesto á facilitar iodos los medios y recursos que yo crea conducentes al objeto que se propone. Lamento de veras, Sor. Ministro, que se haya perdido el tiempo corrido desde la fecha de mi ñola, por que en el ínteres que he tenido y tengo por la paz, había preparado ya esos medios y en disposición de servir eficazmente al grande objeto que me proponía, pues desde el 24 en que recibí la nota de V. E. de ese mismodía, contraté un carruage y todos los medios de conducirme hasta el panto énque el Señor General Urquiza se encontrase. Esos medios que entonces no eran imposibles, lo son hoy, por el estado á que han llegado las cosas, pues el mismo Señor Sause que los tenia, no los tiene hoy en la misma estension, ni aun para el servicio ordinario. El Gobierno sin duda tiene esos medios y recursos con mas facilidades que yo por tierra, y vivamente interesado como estoy en contribuir ü que calme la situa- ción que agita al Pueblo de Buenos Aires, me es grato avisar á V. E. para que se sirva elevarlo al conocimiento del Exmo, Señor Gobernador que los recursos únicos que deseo son, los caballos necesarios para dos Ayudantes el Sargento Mayor 1). José Maria Aguiar y Subteniente D. Pedro Duarte con seis militares paraguayos con recomendación á todas las postas y autoridades para ser pronta- mente servidos y con un salvo conducto de este Gobierno para quo puedan ellos transitar libremente por el territorio del Estado hasta encontrar el Cuartel gene- ral del Señor General Urquiza, á quien me dirijo, para que recordando los vínculos de los hombres que se están recabando en una guerra fratricida, se digne acordarme su aquiescencia para recibir en un punto próximo á su Cuartel general á los Señores Comisionados de Vr. K., á lin de que allí se tengan las con- ferencias que ante el Ministro Mediador preparen el ajuste del tratado tic paz, y para que por su parte allane también todos los obstáculos que se presenten en el tránsito. , Muv feliz seré, Señor Ministro, si mis esfuerzos son coronados con el éxito que me propongo al buscar al Exmo. Señor General Urquiza en cualquier punto de la Campaña en donde se halle. Tengo el honor de reiterar á V. E. las protestas de mi distinguida consi- deración. Francisco S. López. A. S. K. el Señor Ministro de Relaciones Esteriorcs de Buenos Aires Dr. D. Dal- macio Ve/cz Sursfield. N. 30. Eccmo. Sor. Capitán General D. Justo José de Urqmza,Presidentc de la Confedera- ción Argentina. Buenos Aires Octubre 27 de 1859. Señor. En la tarde.del día 23 del presente recibí la comunicación de V. E. fecha 21 de este, en Pabon, en la que dando siempre los testimonios de su vivo interés por la Paz, se dignaba V. E. decirme en contestación, que si el Gobierno de Buenos Aires deseaba la Paz, que enviase sus Comisionados á un punto próximo á su Cuartel general, donde en el acto irian los Comisionados nacionales, asegurándome V. E. que en las instrucciones que á estos espediese, prevalecerían los generosos sentimientos que V. E. se había esforzado en abundar y para cuyo testimonio apelaba V. E. A mí mismo. Altamente complacido al ver en la respetable nota de V. E. consignados los mismos sentimientos que me ha manifestado en las varias conferencias que me hizo el honor de tener conmigo sobre el importante objeto de mi misión, me dm- — gí al Gobierno fie Buenos Aires en la larde del mencionado día 23 participándole que V. E., después de la negativa que se hacía á un armisticio prévio, no se pres- taba á mandar sus Comisionados á Buenos Aires, y que solo se prestaría á recibir en un punto próximo á su Cuartel general á los Comisionados que este Gobierno enviase, protestándole que V. K. me aseguraba que en las instrucciones que espi- diese á sus Comisionados, prevalecerían los generosos sentimientos en que V F habia abundado toda vez que; se habia hablado sobre la Paz. El Gobierno de Buenos Aires me contestó con fecha 24 que aceptaba el nom- brar por su parle los Comisionados y enviarlos hasta frente á San Nicolás, que era un punto próximo, al Cuartel general de V. E. Mas como después de recibida esa contestación, empezaron á cambiar las cosas por los acontecimientos del 23, cuya noticia se recibió aquí el 25 á la tarde, me dirigí en la misma fecha á este Gobierno espresándole que habiendo cambiado la faz de las cosas, no seria quizá posible encontrar el Cuartel general de V. E. por las inmediaciones de San Nicolás y rogándole se sirviera proporcionarme los medios de hacer llegar á V. E. una nota mia. Esta nueva comunicación de mi parte y la petición que hizo á este Gobierno para que mimicsc de instrucciones á los Comisionados aun para el caso en quo hubiese habido, o un triunfo, ó una derrota en el ejército de V. E. ha dado motivo á que esto Gobierno me conteste manifestándome que está pronto á facilitarme los medios y recursos que yo necesitare para hacer llegar hasta V. E. esta nota, en la que mi interés es rogar á V. E. me acuerde su aquiescencia para que los Comi- sionados del Gobierno de Buenos Aires, puedan llegar hasta ese Cuartel general y reunirse allí con los comisionados Nacionales que V. E. nombrare. No he trepidado, Sor. Presidente, en aceptar el encargo de buscar la aquies- cencia de V. E. para que los Comisionados del Gobierno de Buenos Aires pasen hasta un punto próximo ai lugar en que hoy se halle su Cuartel general, por que tengo la mas íntima convicción de que V. E. no cifra su gloria en el triunfo de una batalla entre argentinos, sino en la paz que reanude la amistad que desgraciada- mente han roto acontecimientos que a ambos pueblos les interesa olvidar. Con esa esperanza que lian formado los sentimientos de que V. E. me ha dado positivas pruebas en las ocasiones en que me ha honrado con su amistosa confianza, le ruego a V. E. que con toda la brevedad que reclama la conveniencia de los dos pueblos argentinos hoy en lucha, se digne acordar aquella aquiescencia que el pueblo de Buenos Aires espone para lograr la fortuna de que todos concur- ran á enjugar las lágrimas de la Patria de les argentinos. El Gobierno de Buenos Aires me ha protestado que los Comisionados que nombrará, serán agradables á V. E. cuyo acto me presenta como el testimonio de su deseo á arribar á la Vaz. Con estas seguridades me he decidido á enviar cerca de V. E. A los Oficiales de la República del Paraguay Sargento Mayor D. José María Agníar y Subteniente I). Pedro Duarte con seis militares paraguayos, quienes tendrán el alto honor de poner esta nota en manos de V. E. y de esperar allí la contestación do V. E. Me es muy honroso saludar á V. E. y presentarle mis respetos. Francisco S. López.N. 81. Ministerio de Reía-J cioncs Estertores, j Buenos Aires Octubre 28 de 1859. Al Exmo. Señor Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General Don Francisco S. López. Tengo el honor de decir á V. E. que á noche se proporcionó ó los Ayudantes de V. E. los recursos-que eran necesarios para llegar al campo del General Urqui- za. En la ñola de V. E. fecha de ayer, á que tengo el honor de contestar, se la- menta el tiempo perdido en la contestación á la nota de V. E. del 2o que lo fué el 27. Nunca Señor Ministro pueden contestarse con mas presteza que lo que lo hace este Ministerio respecto á las notas de V. E. Regularmente las recibo de no- che, y no puedo dar cuenta de ellas al Señor Gobernador hasta el día siguiente á las 11 de la mañana, y tan luego como lomo sus órdenes, doy á V. E. la contes- tación acordada. Aunque parece, pues, que las comunicaciones del Señor Mi- nistro Mediador se contestan al dia siguiente de su fecha, no es en realidad asi, por las horas á que se reciben, sino que son contestadas en el acto que es posi- ble acordar con el Señor Gobernador. La nota de V. E. del 2o del corriente se recibió en momentos en que llega- ban a esta Ciudad todos los Gefes dispersos del Ejército, y el Gobierno no podía ocuparse de otra cosa. El 2(5 fué el único dia que pasé sin contestarse inmedia- tamente la nota de V. E. por las circunstancias dichas; pero la pérdida de ese dia no ha podido traer ningún perjuicio á la negociación, por que aun que V. E. tu- viese contralado un carruage con el Sor. Sause el 24, en ese mismo dia el Correo del Señor Sause se volvía sin poder pasar adelante de Arrecifes, de modo que aun en el caso que dicha nota hubiese sido contestada el 25, en esc dia el carrua- ge ó no habría podido salir, ó habría tenido que volverse. El infrascripto reitera áV. E. las seguridades de su mayor consideración y aprecio. Dalmcio Vélez Sarsfield. N, 32. Buenos Aires Octubre 20 de 1850. Señor Ministro. He recibido la comunicación de V. E. fecha de ayer, en la que al avisarme que se habia proporcionado á los Ayudantes los recursos necesarios para llegar al campo de S. E. el Sor. General Urquiza, se digna esplicarme la razón de haber transcurrido el tiempo hasta el dia 27 sin la contestación á mi nota del 25. He mirado con pena, Señor Ministro, que el Gobierno de V. E. pudiera com- prender que al decir yo que lamentaba el tiempo perdido me propusiese hacer un reproche, á que me es grato espresar, no tengo motivo, ni derecho. He lamentado el tiempo perdido, por que en su transcurso habia desapare- cido la facilidad que antes habia para salir á la campaña del Estado, y fué solo en el ínteres tan vivo que tengo por la suerte de este País, que lamentando que esa facilidad hubiera desaparecido, roe permití cspresarlo en mi citada nota de 27 del présenle, sin poder entonces ni aun presumir que pudiera considerarse un repro- che que yo quísera hacer á V. E. ó á su Gobierno. Quiera V. E. penetrarse de mis intenciones y hacerlas conocer al Exmo. Sor. Gobernador del Estado ; asegurándole que la única causa que produjo aquel con- cepto, á cuya esplicacion se contrae la nota de V. E. de ayer, ba sido la que dejo espresada. Tengo el honor de reiterar á V. E. las seguridades de mi respeto y distin- guida consideración. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Relaciones Esteriores de Buenos Aires, Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 33» Al Exmo. Sor. Gobernador del Estado de Buenos Aires, Dr. D. Valentín Ahina. Buenos Aires Octubre 38 de 1859. Señor. Motivos especiales de consideración al Señor Mariscal Santacruz y á su hijo el Coronel D. Simón Santacruz, hoy prisionero de guerra en este Estado, me deciden á pedir á V. E. la gracia de que sea cangeado con el Señor Coronel Don José Murature prisionero también en el Paraná. Si el Interes tan positivo que mi Gobierno ha tomado por la paz de estos Pueblos pudiera ser un título para esa gracia, yo como su representante me per- mito pedirla a V. E. con la esperanza de queV. E. al otorgármela, sentirá también un verdadero placer al recuperar para el Estado de Buenos Aires, un buen servi- dor como lo es el Señor Coronel Murature, y un virtuoso padre á su familia. Con la confianza de que el Señor, General Urquiza, consentirá en el cange que propongo, yo me dirigiré á aquel Exmo Señor si V. E. quisiere hacerme el honor de tener esa deferencia admitida en estos casos. Dígnese V. E. aceptar los sentimientos de mi gratitud, que me complazco en anticipar á V. E. y admitir la respetuosa consideración con que le saludo. Francisco S. López. n. 34. Al Exmo. Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco Solano López. Buenos Aires Octubre 29 de 1859. Señor Ministro. No pudiendo menos que reconocer los humanitarios y nobles sentimientos que han obrado en el ánimo de V. E. al dirigirme su estimable carta de ayer, respecto al cange del Coronel Santa Cruz con el Comandante Murature, mees su- mamente sensible verme forzado á no poder complacer á V. E. como habría sido mi sincero deseo, por cuanto, como observará V. E. no solo, ambos individuos propuestos no ocupan una clase análoga pero atm independiente de esto, existencircunstancias muy especiales respecto al Corone^Santa Cruz que dan á su perso- na en estos momentos una importancia que, por su naturaleza especial, estaría muy distante de equilibrarse con la que nos ofrecería el Comandante Murature. Al dejar asi contestada la carta de V. E. no puedo menos que esperar que V. E. se penetrará que ha sido haciendo un esfuerzo sobre mi mismo, y movido solo por el bien de la causa pública, que estoy en el deber de fortificar, que he podido negar á V. E. que tantos títulos tiene hoy á la consideración del Pais, y muy especialmente á la de este Gobierno, el acceder á la consecion solicitada para V. E., movido por los altos sentimientos que tanto honran su carácter. Quiera, Señor Ministro, penetrarse de los verdaderos motivos que dejo es- puestos, y acepte V. E. las seguridades de la mas alta consideración con que lo saluda. Valentín Alsina. N. 35. Ministerio de Reía-i ciones Estertores, j Buenos Aires Octubre 29 de 4859. Al Eocmo. Sor. Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier Ge- neral D. Fraticisco S. López. El abajo firmado tiene el honor de dirigirse á S. E. el Señor Ministro Media- dor del Exmo. Gobierno de la República del Paraguay para decirle, que en la nota del 14 del presente espresó á S. E. el Señor Ministro que se habían ya pre- sentado oficialmente corno mediadoras otras potencias de la Europa á las cuales el Gobierno no podia dejar de atender así que se presentasen sus respectivos Ministros. Este caso ha llegado pues se han presentado al Gobierno como tales Ministros Mediadores por la Francia y la Inglalera, los Señores Ministros residentes en el Paraná y Montevideo Mr. Ch. Lefevre de Becour y Mr. Eduardo Thornton. En una conferencia tenida hoy han solicitado una suspensión de hostilidades entre las fuerzas de este Estado y las de la Confederación Argentina, y S. E. habia sido el primero en pedir esta medida, el Gobierno ha creído de su deber y de los respetos y consideraciones tan justamente debidos á la mediación del Exmo. Gobier- no del Paraguay, comunicar á S. E. antes de contestar á los Señores Ministros de Francia é Inglaterra que han cesado las circunstancias relativas al Ejército del Estado que obligaron ai Gobierno a no prestarse á un armisticio previo á la nego- ciación de la paz; circunstancia de cuya importancia se persuadió S. E. según puede inferirse de su nota de ¡8 del presente ; y que en virtud de esto no hay por este Gobierno inconveniente alguno para el convenio de un armisticio previo* á la negociación de la paz como S. E. lo desaba. El abajo firmado con este motivo tiene la satisfacción de renovar á V. E. las seguridades de su distinguida consideración. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 36. Buenos Aires Octubre 30 de 4859. \ Señor Ministro. He tenido el honor de recibir la nota de V. E. fecha de ayer en la que recor- dando lo que V. E. me espresó en su nota del 1 4 de este, de que se habían ya presentado oficialmente como Mediadoras otras Potencias de la Europa, á las cuales el Gobierno no podia dejar de atender asi que se presentasen sus respectivos Ministros, se sirve V. E. decirme que ese caso ha llegado, pm a se han presentado al Gobierno como tales los Ministros Mediadores por la Inglaterra y la Francia, y que en una conferencia tenida hoy. han solicitado una suspensión de hostilidades entre las fuerzas de este Estado y las de !a Confederación, y que como yo habia sido el primero en pedir esta medida el Gobierno habia creído de su deber y de los respetos y consideraciones tan justamente debidos á la mediación del Exmo. Gobierno del Paraguay, comunicarme antes de contestar á los Señores Ministros de Francia é Inglaterra, que han cesado las circunstancias relativas al Ejército de este Estado, que obligaron al Gobierno de V. E. á no prestarse á un armisticio prévio á la negociación de paz, y que en su virtud no hay por el Gobierno incon- veniente alguno para el convenio de un armisticio prévio á Ja negociación de la Paz como yo lo deseaba. Al presentar á V. E. para que se sirva elevar al conocimiento del Exmo. Sr. Gobernador la espresion de mi reconocimiento por la deferencia en comunicarme que los Señores Ministros han hecho ya aquella petición, y que el Gobierno de V. E. me lo manifiesta antes de responder á aquellos Señores Ministros Mediado- res, le ruego se sirva permitirme le pida al Gobierno de V. E. una contestación espiícita y prévia á la manifestación de mi asentimiento á proponer al Exmo Sor. General Ürquiza un armisticio. V. E. se sirve decirme que en una conferencia tenida hoy, han solicitado los Señores Ministros una suspensión, y que antes de contestarles me comunica V. E. que han cesado los motivos que antes tuvo el Gobierno para negarse á tal suspensión. Esto me persuade que los Señores Ministros han abierto ya sus conferencias oficiales con el Gobierno de V. E. sobre el mismo asunto que yo inicié en repre- sentación de mi Gobierno, es á saber, que los Señores Ministros han empezado oficialmente ya á ejercer sus buenos oficios, como Mediadores para arribar á la Paz entre este Estado y la Confederacion'Argentina ; y como esto, me revela la existencia de dos mediaciones que simultáneamente siguen, tengo el honor do pedir á V. E. se sirva recabar del Exmo. Señor Gobernador, si á la vez van á ser .considerados los trabajos de aquella mediación colectiva y de la mediación para- guaya, ó si por el contrario queda aquella mediación colectiva aplazada hasta el resultado de la misión paraguaya ya bastante adelantada en los trabajos que en quince dias lleva haciendo los mas positivos esfuerzos por la Paz. Como la marcha de dos mediaciones que obran simultáneamente, sin ser colectiva, pueden traer algún inconveniente, ruego á V. E. se sirva esplícitamente decirme, si á pesar de haberse abierto ya las conferencias con la mediación anglo francesa, esta espera el resultado de la mediación paraguaya, sea de exigir la prévia suspensión de hostilidades, que me seria muy agradable pedir al Exmo. Sor. Presidente, ó sea de entrar ya á la negociación de la paz, si aquel prévio armisticio lo aceptase dicho Exmo. Sor. Presidente. Dígnese V. E. manifestarme cual es la opinión y resolución del Exmo. SeñorGobernador.y entonces me será muy agradable el contestar á la nota de V. E. que me ba hecho el honor de dirigir con fecha de ayer. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y de Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 37. Ministerio de Reía ) « iones Esteriores. ( Buenos Aires Octubre 31 4850. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno de la República del Para- guay, Brigadier General D. Francisco S. López He tenido el honor de recihir la comunicación de V. E. fecha 30 del corriente y para contestarla brevemente como me es únicamente posible por el cúmulo do atenciones que ocupan al Gobierno, bastará poner en conocimiento de V. E., que habiendo los Ministros Mediadores de Francia é Inglaterra, propuesto, el 29 del mismo, una base para la negociación de la paz, les he contestado en una confe- rencia que acabo de tener con ellos, que el Gobierno se encuentra embarazado para llevar á un tiempo dos negociaciones bajo diversos mediadores. Que la regociacion con V. E. estaba adelantada al punto de haber pedido V. E. al General Urquiza la designación del lugar cercano á su Cuartel general, donde se reuniesen los Comisionados de uno y otro Gobierno. Que en tales circunstancias, el Gobierno no podría hacer á un lado la Misión tan honrosa para nosotros encargada á V. E. por el Exmo. Gobierno del Paraguay, ni le era posible atender a las dos negocia- ciones á un tiempo, lo cual por otra parte traería embarazos de todo género, concluyendo por decir á los SS. Ministros de Francia é Inglaterra, que por este grave inconveniente no podría entrar á discutir la base de paz que proponían como también por que el Señor Ministro Mediador del Paraguay, se había abstenido de presentar base alguna, y se había circunscrito solo á la reunión de los Comisio- nados de los Gobiernos beligeiantes, y á asistirlos en ella como Representante de la Potencia Mediadora y que por lo tanto, dejaba al juicio de los referidos Señores Ministros, presentar al Gobierno el medio de salvar esta dificultad. Por lo demás no puedo asegurar al Señor Ministro Mediador, que después de lo que he espresado á los Señores Ministros de la Mediación anglo-francesa, esta espere el resultado de la mediación Paraguaya, sea de exigir la previa cesación de hostilidades, ó sea de entrar ya á la negociación de la paz, por que dichos Señores Ministros han guardado absoluta reserva sobro el particular. Con este motivo tengo el honor de reiterar á V. E. las seguridades de mi mas alta consideración. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 38. Cuartel General en marcha sobre Lujan, 31 de Octubre de 1859 Ejcmo. Sor. Brigadier General Don Francisco Solano López Minitt™ P/„., • / ciario Mediador de la República del Paraguay. Ml™tro Pletnpotcn- Exmo. Señor y mi distinguido amigo. Me apresuro á contestar su apreciable carta fecha 27 declarándole desde yá 9^HppMPUi^Jll|.jlllPliiBjMPiiP^ que soy fiel a mi palabra y A los sentimientos de que he hecho á V. E. ostentación y que creo con placer son bien estimados por V. E. Aunque es tan diversa la situación, me es grato decir á Y. E. que ha debido contar con mi aquiesencia á recibir los Comisionados de Buenos Aires, en un pun- to próximo á mí Cuartel general, á donde yo enviaré losComisionados nacionales como había tenido el honor de indicárselo en mi anterior—Juzgo el punto mas á propósito el pueblo de Morón para sitio de las conferencias. Conviene al efecto y para evitar toda demora que V. E. se digne enviarme á Montevideo la adjunta carta para el Señor Brigadier General ü. Tomas Guido, que ha de ser uno de los Comisionados, y V. E. seria muy bondadoso si enviase el «Ta- cuarí» á buscarlo. Hacer conducir hasta aquí los individuos existentes en el Ro- sario exigiría una tardanza en que no puedo consentir. Yo aseguro á V. E. que el Sor. General Guido es animado de los sentimientos mas favorables á la paz, y que debe inspirar al pueblo de Buenos Aires deque es digno hijo, la mayor confianza—Los otros Comisionados serán también ciudada- nos juiciosos, moderados y patriotas—He creido conveniente expresárselo á V. E. desde que me dice que los Comisionados que nombre el Gobierno de Buenos Aires serán de mi agrado. Los hechos que han pasado desde el 23 del corriente habrán mostrado á V. E. y á todos los que hayan seguido con interés nuestra situación, y lo habrá mostra- do también á mis gratuitos.enemigos que no era debilidad lo que me hacia desear la paz, y ser deferente para conseguirla, hasta mas allá de lo que podia evigírseme. AI frente de un Ejército numei oso y vencedor dominando ya casi toda la cam- paña, cuyos pueblos abandonados por las autoridades deprimentes del Gobierno de Buenos Aires, se pronuncian decididamente adhiriéndose á la autoridad Nacio- nal, dispersadas las fuerzas con que contaban en la Campaña, el mismo Gobier- no como puede informar á V. E. el mismo Sargento Mayor Aguiar del servicio de V. E. ofresco siempre la paz, la exijo por detener los efectos dañosos de esta lu- cha y por horror á la sangre Argenlina estérilmente vertida. No debo ocultar á V. E. que temo que el personal del Gobierno de Buenos Ai- res, no se coloque aun en los términos prudentes que la aciual situación exige— Temo que quieran librar á esfuerzos imprudentes el éxito de pasiones individuales. Por mi parle yo deseo evitar á la Ciudad de Buenos Aires ser el teatro de una batalla desigual : cualquiera que sea el éxito, son incalculables los perjuicios que sufrirá, y las víctimas impíamente sacrificadas á la tenacidad de unos pocos. V. E. me ha juzgado bien : yo no puedo aspirar como un goze al placer de una victoria cruenta, y ese pueblo que me veria obligado á atacar, es un pueblo amigo, un pueblo hermano, sangre de nuestra sangre y pedazo precioso de mi patria. Ninguna aspiración personal me trae á esta lucha á que he sido obligado— No ambiciono el poder que si la ley no me ordenase pronto abandonar, yo lo re- nunciaría voluntariamente. Persigo el cumplimiento de un deber que me ha sido impuesto. El objeto de esta lucha es la integridad nacional, cimentar sobre esta baso la paz de la República ; quiero la prosperidad de Buenos Aires para la grandeza na- cional ; quiero la unión de sus hijos—Ninguna humillación exijo ni de las indivi- dualidades que allí imperan á quienes no ódio á pesar de su encarnizamiento con- tra mi, ni de un pueblo á quien como pueblo argentino amo y respeto. Agradecería á mis propios enemigos que concurriesen á una obra que es pa- ra la felicidad del pais.Permítame V. E. que me desahogue fiado en la nobleza y rectitud de su ca- rácter_Me creo bastante fuerte para no disimular los sentimientos del corazón aunque los contrasten tanto con la furia de mis enemigos. ¿ El vecindario de Buenos Aires se dejará arrastrar por la violencia de los que lo gobiernan al último trance, del conflicto de hacer de esa valiosa Ciudad el teatro de una batalla 1 No es un estrañp el que toca á sus puertas : es un amigo y al llevar mis armas contra ese Gobierno que resiste todo arreglo creo obrar en ser- vicio de su libertad y de sus intereses, asi como en cumplimiento de mi deber y por el alio interés de la integridad y de la dignidad Nacional. Si los Comisionados que el Gobierno de Buenos Aires envíe, vienen inspirados en otra fuente que en la que está inspirada la prensa que sirve á su política, la paz es fácil, sin desdoro y con ventaja para ese pueblo—Esta es mi conciencia y mi intención. ..... Agradeciendo á V. E. las espresiones benévolas con que hace justicia a mis sentimientos, me es grato repetir á V. E. que soy De V. E. obsecuente amigo y S. servidor Jl'STO J. DE UrQUIZA. N. 39. Exmo. Sor. General Don Tomas Guido. Buenos Aires Io. de Noviembre de 1859. S. E. el Sor. Presidente de la Confederación Argentina Capitán General Don Justo José de Urquiza me anuncia haberse fijado en V. E. para desempeñar el alto encargo de Comisionado para celebrar un ajuste de Paz entre la Confederación y Buenos Aires, y me pide con ese motivo que envié á V. E. la adjunta carta, y que lo haga conducir hasta este puerto á fin de que pase V. E. hasta Morón. Sumamente complacido con la acertada elección que el Exmo. Sor. Presidente ha hecho en la persona de V. E., tengo el honor de felicitarle, y poner á disposi- ción de V. E. el vapor paraguayo " Salto de Guaira", á fin de que con toda la brevedad que le sea á V. E. posible y que reclama la tranquilidad de estos pueblos se digne V. E. venir á este puerto, en donde me será grato recibir á V. E. y con- ducirlo hasta el Cuartel general del Exmo. Señor Presidente. Quiera el Sor. General aceptar la distinguida consideración con que respetuo- samente le saludo. Francisco S. López. N. 40. Exmo. Sr. Capitán General D. Justo José de Urquiza, Presidente de la Confedera- ción Argentina. Buenos Aires Noviembre /.° de 1859. Señor. A las cuatro v tres cuartos de la tarde de hoy tuve el honor de recibirla muy —87— respetable de Y. E. fecha de ayer, en la que después de manifestarme los sentimien- tos que yo he tenido la fortuna de conocer en V. E. por la paz y prosperidad dé- los Pueblos Argentinos, se digna avisarme que está pronto á recibir á los Comi- sionados del Gobierno de Buenos Aires en el pueblo de Morón, dignándose ademas encargarme que remitiese á Montevideo una carta que V. E. envia para el Señor Brigadier General D. Tomas Guido, y que lo hiciese conducir hasta el punto de las conferencias, enviando para ello á Montevideo el vapor " Tacuarí. " Muy agradable me habría sido enviar el «Tacuarí » desde que V. E. se fijaba en él. Pero no estando en ese momento pronto, y sí el vapor *' Salto de Guaira", Jo despaché antes de una hora, con carta mia para el Señor Brigadier General Guido, y un Ayudante con orden para que le entregase la carta de V. E. y la mia, y se pusiese el Comandante del vapora disposición de dicho Sr. Brigadier General, á fin de que lo coudujese á este puerto en el momento en que el Señor Guido lo determine. Creo, pues, que el juéves 3 del presente estara ya aquí el Señor General Guido,y yo me haré un grato deber en acompañarlo hasta el Cuartel general de V. E. Mientras disponía asi de todo lo necesario, para que saliese el vapor á Mon- tevideo, como salió, quize también aprovechar el tiempo, y pasé á las cinco de la tarde á ver personalmente al Señor Gobernador Dr. Alsina. Me personé á tener una conferencia para espresar verbalmente los sentimien- tos de que V. E. se halla poseído en obsequio del pueblo de Buenos Aires, signi- ficándole ademas que de conformidad con los deseos de V. E. acababa de dar orden para que el vapor -'Salto de Guairá" saliese para Montevideo á traer al Sr. Brigadier General Guido, á quien V. E. elegía para su Comisionado. El Sr. Gobernador me contestó que estaba bien, y que iba á citar á sus Mi- nistros para elegir los Comisionados por parte de Buenos Aires. No obstante lo que en esa conferencia verbal le había yo significado, quize pasarle una nota, en la que al acusarle recibo de una comunicación, que en fecha de ayer me dirigió, le reitero lo que por ganar tiempo, verbalmente le habia referido momentos antes ; es á saber, que V. E. dominado de sentimientos los mas nobles en obsequio del pueblo de Buenos Aires, admitia sus Comisionados, y los recibiría en Morón, no obstante que se encuentra ya en el territorio del Estado con su Ejército vencedor y numeroso ; agregándole á demás que desde que este Gobierno me habia significado estar ya dispuesto á un armisticio, iba vo á propo- nerlo Í V. fe 7 ; Efectivamente este Gobierno reconociendo mis empeñosos esfuerzos, me agradece el interés que manifiesto, y me anuncia que vá á proceder al nombra- miento de sus Comisionados, para que vayan, bien a Morón, á San José de Flores, á San Justo, ó á San Isidro,desde que cualquier punto de estos pudiese considerarse neutral y próximo al Cuartel general de V. E. En medio de la agitación que domina á este pueblo, he tenido ocasión de ad- vertir una reacción favorable á V. E. y que haciendo justicia á la opinión que an- tes de ahora habia yo manifestado respecto á V. E., la reconocen hoy. Sensible me es. Señor, tener que ocupar la atención de V. E. sobre un asunto que no puedo menos que mirar con mucho interés, y aunque yo reposaba en la seguridad que V. E. se ha servido darme, de que la mediación de mi Gobierno seria siempre considerada con los derechos que le acuerdan su anterioridad sobre toda otra mediación posterior, aquí se han presentado los Señores Ministros de In- glaterra y Francia y entraron luego en conferencias oficiales. Esta circunstancia que me hacia temer graves inconvenientes, me decidióHa— á dirigirme «1 Gobierno de Buenos Aires, cuando este me avisó el arribo de los Señores Ministros Mediadores de Inglaterra y Francia, pidiéndole se sirviese ma- nifestarme de un modo esplícito, si la mente del Gobierno era considerar simul- táneamente los buenos oficios de la Mediación Anglo-francesa, y de la Mediación Paraguaya, pues qi»e observaba que al avisarme oficialmente en nota del 29 el arribo de aquellos Señores, me decía que en una conferencia tenida en ese mismo dia habían pedido una suspensión de hostilidades, y que como yo habia sido el primero en solicitarla, creía el Gobierno de su deber comunicármelo antes do contestarles, que habían cesado las circunstancias relativas al Ejército del Estado que obligaron al Gobierno á no prestarse á un armisticio previo ; y que en su virtud no habia inconveniente alguno para el convenio de un armisticio prévio á la negociación de Paz, como lo habia yo deseado. Esta comunicación del Exmo. Gobierno de Buenos Aires, mo movió á decirle por nota del 30 del pasado, que comprendiéndose por el tenor de su nota que ya existían conferencias oficiales que anunciaban otra mediación en curso, le rogaba declarase si la mente del Gobierno era el que los trabajos de ambas mediaciones siguiesen por diversos caminos á un mismo fin ; y que solo cuando se me contes- tase de una manera esplícita, podría á mi vez contestar sobre lo que se me comunicaba, respecto á la posibilidad de un prévio armisticio. El Gobierno en la necesidad de hacer una declaratoria que allanase las difi- cultades que podrían surgir, me comunicó en fecha de ayer que habia contestado á los Señores Ministros de Inglaterra y Francia en una conferencia verbal, que se veia embarazado para llevar á un tiempo dos negociaciones, bajo diversos media- dores : que la negociación conmigo estaha a punto de haber pedido ya á V. E. la designación de un lugar cercano al Cuartel general de V. E. ; y que en tales cir- cunstancias, no podía dejar á un lado la Misión Paraguaya. Esta declaratoria me tranquiliza un tanto, no obstante, que hecha asi, el mismo Gobierno me decia en su nota que á pesar de ello habia dicho a los Señores» Ministros que dejaba a su juicio el presentar al Gobierno el medio de salvar esa dificultad. Yo espero que el Gobierno de Buenos Aires, consecuente con su declaratoria, hará esperar á la Mediación Anglo-francesa el resultado de la Paraguaya que tantos trabajos llevaba adelantados. Creo deber instruir á V. E. de todos estos pasos desde que advierto que aun admitida la posibdidad de abrir dos negociaciones simultáneas, pueden nacer inconvenientes que crucen la negociación misma ; por que en verdad, si por di- versos caminos marchan las mediaciones, es muy posible que los unos perjudiquen al otro, sea que busquen un armisticio, ó sea que entren de lleno ya á la nego- ciación de Paz. Me habia propuesto ir personalmente al Cuartel general de V. E. á ins- truirle de lo ocurrido, y á buscar el armisticio, que ajustarían en sus detalles los Comisionados, si V. E. aceptase la ¡dea en tesis general. Mas, afectada mi salud por una indisposición, me privó del honor de hacerlo mañana, y me he resuelto á enviar con esta al Teniente D. Basilio Benitez con la esperanza de que el juéves 3 'del presente tendré el placer de saludar á V. E. y ofrecerle mis respetos en su Cuartel general. Francisco S. López. N, 41. Buenos Aires Noviembre 4o. de 4859. Señor Ministro. Al recibir la comunicación de V. E. fecha de ayer, fundaba la esperanza, de que podrían estar hoy de regreso los dos Ayudantes que envié cerca del Exmo. Señor Presidente de la Confederación y que entonces podría contestar á V. E. Hoy que dichos Ayudantes han regresado con la contestación del Exmo. Sor. Presidente, en la que, como yo lo esperaba de los sentimientos que S. E. me habia espresado, está dispuesto á recibir á los Comisionados que el Gobierno de Buenos Aires nombre, y designa ya el pueblo de Morón, segun he tenido la satisfacción de manifestarlo verbalmente al Exmo. Señor Gobernador, como punto para las conferencias de ambas comisiones, tengo el honor de avisará V. E. recibo de la mencionada nota de fecha de ayer, en que se sirve decirme loque en conferencia verbal habia contestado á los Señores Ministros de Inglaterra y Fiancia. Con tal motivo y en la confianza de que por parte del Gobierno de Buenos Aires,no hay ya como V. E. se ha servido manifestarme en nota del 29 del pasado, inconveniente alguno para un armisticio, tengo el honor de decir á V. E. que voy á proponerlo al Señor General Urquiza, rogando a V. E. se sirva decirme cuales son los Señores que su Gobierno nombra Comisionados por parte de Buenos Aires para comunicarlo á S. E. el Señor Presidente de la Confederación al mismo tiempo de proponer una suspensión de hostilidades. Aguardo solo la respuesta de V. E. y su asentimiento para enviar un oficial al campo del Señer General Urquiza, con el interés de lograr que se evite el que se derrame aun mas la sangre de hermanos. Tengo el honor de reiterar á V. E. mi muy distinguida consideración y estima. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y de Relaciones Esteriores del Estado de Unenos Aires Dr. 1). Daltnacio Velez Sarsfield. N. 42. Ministerio de Rela-J «iones Esteriores. \ Buenos Aires Noviembre 1o. de 1839. AS. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. El abajo firmado ha recibido la nota de V. E fecha de hoy relativa al envió de un oficial al campo del General Urquiza, y S. E. el Sr. Gobernador me ordena decirle, que agradece mucho los empeñosos pasos que V. E. dá por la paz entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, pero siente no poder en este momento designarle los Comisionados que ha de nombrar, por que aun no se ha fijado su elección, no ha hablado con ellos, y no sabe por consiguiente si aceptarían ó no. Respecto al lugar de la reunión de los Comisionados, el Gobierno del Estado juzga que deberá ser un campo neutral, que no esté ocupado por las fuerzas del General Urquiza. Segun fuere la posición que ocupe dicho General, el lugar délas 970— conferencias puede ser ó Morón, ó San José de Flores, ó San Justo, ó San Isidro. Se remite á V. E. el pasaporte que se sirve pedir al Ministerio en su segunda nota de hoy, y también la órden para el Prefecto de Morón, á fin de que facilite los caballos que necesitare el oficial y tropa que conducen los pliegos de V. E. Reitero á V. E. las seguridades de mi mas alta consideración. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 43. Buenos Aires Noviembre 1o. de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Ecamo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General Don Francisco S. López. Señor Ministro. Para el caso en que V. E. necesite hacer uso del Ferrocarril, se acaba de im- partir las órdenes para que á cualquier hora del dia ó de la noche de boy, maña- na, ó los subsiguientes que V. E. lo desee, se le ponga inmediatamente á su dis- posición, tanto para V. E. ó para las personas que V. E. designe, un tren espreso á sus órdenes. Con tal motivo tengo el honor de saludar a V.E. con mi mas alta consideración. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 44. Cuartel General en marcha, 2 de Noviembre de 1859. Exmo. Sor. D. Francisco S. López, Ministro Mediador del Paraguay. Exmo. Señor y mi distinguido amigo. Hoy, viniendo en marcha, recibí la estimable comunicación de V. E. del dia anterior. Agradezco mucho á V. E. la prontitud con que se prestó á enviar un vapor á Montevideo en busca del Señor General Guido—Si indique el "Tacuarí " fué úni- camente por que creí que era el vapor que V. E. tenia allí—Esta prueba de be- nevolente amistad de parte de V. E., la estimo mucho. Desde que V. E. me anuncia su visita para mañana escuso entrar en largas esplicaciones sobre algunos puntos de su interesante carta. Es realmente vm embarazo para mi que la mediación que V. E. ejerce no pu- diese adunarse á la anglo-francesa, pues si ofrecen inconvenientes dos mediacio- nes a la vez, también las ofrecerán siendo sucesivas, desde que cada dia que pase conociendo la terquedad de los individuos que dominan la situación de la Ciudad de Buenos Aires, es un dia perdido para la paz, y que aumentando aquellos el aparato de resistencia se han de hacer mas difíciles á un acuerdo y mas grave un hecho de armas. Listo para el ataque yo no puedo diferirlo, seguro de que la tardanza dificul- ta toda solución, tan exigida por todo el país. Yo ruego á V. E. promueva la conjunción de ambas mediaciones—Siempre quedará á V. E. el honor de ser el primero, y una parte honrosísima en el curso de ella por la especial estima que hago yo de su persona y de su Gobierno. Muy reconocido á los empeñosos esfuerzos de V. E., y á su muy recomenda- bles buenos oficios, me es muy grato reiterar á V. E.los sentimientos de perfecta estimación con que soy De V. E. Afectísimo amigo y obsecuente servidor Justo J. de Urquiza. N. 45 Ministerio do Rela-I «•iones Esteriores. j Buenos Aires Noviembre 2 de 1859. AS. E el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno de la República del Para- guay, Brigadier General D. Francisco S. López. El infrascripto tiene el honor de comunicar á V. E. que el Gobierno ha ele- gido como Comisionados suyos para la negociación do la paz á los Señores Don Juan Bautista Peña, Dr. D. Cárlos Tejedor, y Dr. D. Antonio Cruz Obligado, los cuales han aceptado ya el nombramiento. El infrascripto reitera á V. E. las seguridades de su mas alta consideración. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 46. Buenos Aires Noviembre 2 de 1850 Señor Ministro. Acabo de recibir la nota de V. E. fecha de hoy, en que se sirve comunicarme la elección que el Gobierno de V. E. ha hecho de los Ciudadanos que compondrán la Comisión que con la del Exmo. Sor. General Urquiza deben reunirse para dar principio á las conferencias que conduzcan á un arreglo definitivo de una guerra fratricida. Me complazco en creer, aunque no tengo el honor de conocer á todos los tres Señores, sino á uno, que ellos son ciudadanos dignos de tan alta confianza, y que serán mirados por el Exmo. Sor. General Urquiza con toda la consideración debi- da á su alto carácter, y i las calidades personales de esos caballeros. Yo no per- deré tiempo para hacer conocer á S. E. el nombramiento de dichos Señores. Quiera V. E. elevar al conocimiento del Exmo. Sor. Gobernador esta contes- tación, y admitir las seguridades de mi consideración y eslima. Francisco S. López. A S. E. el Señor Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield.W. 47. Ministerio de Hela- i ciónos Esteriores. j Buenos Aires Noviembre 2 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. Tengo el honor de dirigirme á V. E. por encargo del Sor. Gobernador, po niendo en su conocimiento, que en los alrededores de esta Ciudad en el lugar denominado la Convalescencia existe un establecimiento de mugeres dementes, á cargo de la Sociedad de Beneficencia. Ese lugar queda desde hoy fuera «le trin- cheras y no es posible asistir a esas desgraciadas, ni que los médicos frecuenten aquella casa, si ella, como el camino que conduce desde allí á esta Ciudad, no se neutializa, ó se dieren órdenes á las tropas del General Urquiza para que permitan toda asistencia á ese hospital. El Gobierno ruega á V. E. se sirva interponer su valimiento para ante el General Urquiza á fin de obtener que el hospital de mugeres dementes de la Convalescencia pueda ser visitado por los médicos, provisto y asistido desde esta Ciudad, por que de olro modo, perecerían esas infelices. El abajo firmado reitera á V. E. las protestas de su alta consideración y respeto. Dalmcio Velez Sarsfield. N. 48. Buenos Aires Noviembre 2 de 1859. Señor Ministro. Tengo el honor de avisar á V. E. recibo de la nota fecha de hoy, en la que comunicándome que el establecimiento de mugeres dementes en la Convalescencia queda fuera de trinchera, me pide por encargo del Exmo. Sor. Gobernador que interponga mi valimiento con el Exmo. Sor. General Urquiza, á fin de que neutra- lizándose el terreno necesario para atender y asistir aquel establecimiento, puedan concurrir los médicos á su visita diaria, y proveerse á demás á la subsistencia de aquellas infelices. En contestación, me es grato asegurar á V. E. que me será sumamente lisongero, propender por mi parte ante el Sor. General Urquiza, á que se adopten las medidas que conduzcan al humanitario fin, que ha tenido en vista S. E. el Sr. Gobernador, y en el interés de obtener pronta y eficazmente tan interesante objeto, voy á despachar un oficial con una nota para el Sor. General Urquiza, rogando á V. E. por lo tanto se sirva enviarme un pasaporte para el Teniente de la República del Paraguay D. Manuel Nuñez y dos asistentes. Muy agradable me será, si mereciendo ante el Exmo. Sor. General Urquiza todo el valer con que V. E. me cree favorecido, pudiese yo conseguir la neutrali- zación que V. E. desea. Quiera V. E. comunicarlo asi al Exmo. Sor. Gobernador, y admitir las segu- ridades de mi distinguida consideración. Francisco S. López. A. S. E. el Señor Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriorcs del Estado de Bue- nos Aires Dr. D. Dahnacio Yclcz Sarsfield. —78— K. 49. Exmo. Sor. Capitán General D. Justo José de Urquiza,Presidente de la Confedera- ción Argentina. Buenos Aires Noviembre 2 de 4850. Señor. He recibido con fecha de hoy dos notas del Gobierno de Buenos Aires, avi- sándome en una de ellas que ha elegido para sus Comisionados á los Señores D. Juan Bautista Peña, Dr. D. Carlos Tejedor, y Dr. D. Antonio Cruz Obligado, quienes han aceptado ya la Comisión que. so les confia ; y diciéndome en la otra que el establecimiento de mugeres dementes, situado en la Convalescencia ha que- dado fuera de las trincheras ; y que como en tal caso, no pueden salir los médicos á la asistencia diaria, sin que antes se neutralizo aquel terreno, me pide quo obtenga de V. E. el que neutralizándose aquel establecimiento y su tránsito, so deje libre para la salida de los médicos, y para la provisión de los alimentos necesarios á aquellas infelices que se hallan hoy bajo la dirección de la sociedad de Beneficencia. En cuanto á la primera comunicación, me es grato anunciar á V. E. aquella elección, deseando que ella sea agradable á V. E., como antes tuve el honor de asegurar á V. E. en carta fecha 27 del pasado que lo seria. Favorecido en la segunda nota con el concepto altamente honroso para mi, de valimiento ante V. E. y aceptando la Comisión que me encarga, tengo el honor de pedir á V. E. que si no fuere un obstáculo al servicio de su Ejército, se digno acceder á que aquellas infelices mugeres que se encuentran en la Convalescencia, puedan no solo ser atendidas por los médicos encargados de aquel establecimiento, sino también con los alimentos y demás provisiones, con que la sociedad de Be- neficencia las auxilia. No trepido en dirigirme á V. E. desde que conociendo los sentimientos que le animan, comprendo quo V. E. se esforzaría en contribuir á tan humanitario objeto, con todo el ínteres que le inspira no solo la suerte de sus compatriotas, sino la de la humanidad también. Quiera V. E. aceptar la distinguida consideración, con que soy de V. E. muy atento servidor. Francisco S. López. N. 50. Buenos Aires Noviembre 5 de 4850. Señor Ministro. Tengo el honor de participar á V. E. que el Señor Brigadier General Don Tomas Guido ha arribado á este puerto, y que interesado como lo estoy, en no perder momentos, deseo pasar hoy mismo al Cuartel general de S. E. el Señor Presidente de la Confederación. Ruego á V. E. me envíe un pasaporte para mi, y mi comitiva, y que acepte la consideración, con que distinguidamente le saludo. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y Relaciones Es teriores de Buenos Aires Dr. D. Dahnacio Velez Sarsfield.N. 51. INSTRUCCIONES A los Señores Comisionados del Gobierno para la negociación de Paz. Los Señores Comisionados comprenderán la conveniencia de la mas pronta salida del Kjércilo invasor del territorio del Estado, y se empeñarán en qué ella tenga efecto inmediatamente de firmado el tratado de Paz, arreglando los artícu- los concernientes á este punto. Lo mas conveniente para el Estado de Buenos Aires es, conservar el slalu quo criado por el tratado de 8 de Enero do 1855. Ellos deberán solicitarlo así, demostrando que la incorporación inmediata á la Confederación seria efecto de la fuerza, y no de la libre voluntad del Pueblo de Buenos Aires. La Union á los demás Pueblos podría estipularse para cuando pueda sor examinada y reformada la constitución de la Confederación, que es en Mayo do 18G3, obligándose el Estado de Buenos Aires, á incorporarse á la Confederación bajo previo examen de la Constitución que lioy rige. Como el General Urquiza ha pretendido siempre que se le confiera el encargo de las Relaciones Esteriores, silo solicitare ahora, los Señores Comisionados, podrán demostrarle que las Relaciones Esteriores suponen de toda necesidad la so- beranía en el territorio respecto al cual se ejerce el poder de ellas, y que no estando aun Buenos Aires incorporado no es posible conferirle el encargo de la soberanía eslerior. Pero habría un medio de allanar este punto adoptando, con diversa redacción el articulo 44 del tratado de 9 de Marzo de 4853, del tenor siguiente : " La Provincia de Buenos Aires confiere por su parte al Exmo. Sor. General Urquiza, el encargo de conservar las relaciones esteriores de la Repú- blica, sin crear nuevas obligaciones que liguen á la Provincia, á menos que pre- ceda el acuerdo y consentimiento de esta. Si el statu quo del tratado de 55 no fuese admitido, los Señores negociadores pueden entrar á tratar de la Paz, bajo la base de la incorporación de Buenos Aires, tan pronto como sea posible, de una manera legal que puede concretarse en las estipulaciones siguientes. Que asi que las tropas hayan salido del territorio del Estado, el Gobierno de Buenos Aires convocará las Cámaras, aunque estén en receso, para el examen de la Constitución de la Confederación Argentina. Que los Disputados de Buenos Aires se incorporarán al Congreso Federal, cuando estén aceptadas por este las reformas que hubiese presentado, sóbrela Constitución Federal, el cuerpo legislativo de Buenos Aires. Que reformada ó aceptada la Constitución de la Confederación, los poderes quo ella cria serán elegidos en la forma proscripta por ella. Como Buenos Aires en el caso de unirse á los otros pueblos debe ser como un Estado federado, los Comisionados exgirán que el Gobierno de Buenos Aires ha de ser el delegado necesario y único del Presidente de la República en todos los actos, y en la ejecución de todas las leyes quo deban cumplirse y ejecutarse en el territorio de Buenos Aires, sin que en él puedan crearse autoridad ó em- pleo nacional que no esté sujeto al Gobierno de Buenos Aires, como delegado del Gobierno Nacional. Esto es conforme al artículo 107 de la Constitución de la Confederación Ar- gentina. Al llamar la Constitución Federal, á los Gobiernos de las Provincias, que se asociaban para formar un Gobierno Nacional, agentes naturales del poder —78— nacional, para la ejecución de las leyes nacionales, en sus respectivas Provincias escogió esta palabra, naturales, para mostrar que eran agentes por su propio derecho. Que todos los establecimientos públicos existentes en Buenos Aires de cual- quier género y clase que sean, sin distinción alguna, como el Banco, Universidad, Colegios & seguirán siempre correspondiendo al Estado de Buenos Aires y serán únicamente gobernados y vigilados por la autoridad del Estado, con ecepcion de la aduana. Como por la Constitución Federal estas aduanas esteriores corresponden á la Nación, y consistiendo casi la totalidad de las rentas de Buenos Aires en los dere- chos de aduana, la nación deberá garantir al Estado de Buenos Aires por el térmi- no de cinco años su presupuesto del año do 1859, para cubrir esos gastos que lo corresponden como Estado particular, inclusa la deuda interior y eslerior. Estando probada la conveniencia y los buenos resultados de las Leyes que Buenos Aires se ha dado sobre comercio eslerior, interior y de navegación, ellas deben ser conservadas, y jamas variadas sino en un sentido favorable á lc.s liber- tades comerciales. Si el General Urquiza llegase á exigir el cese en el ejercicio de los poderes públicos de las personas que los ocupan, se negarán á ello absolutamente, hasta el discutir tal materia, demostrando que el General Urquiza solo es Presidente de la Confederación; que no tiene otros poderes que los que se le han delegado por la Constitución y que no puede por lo tanto, sino como conquistador pretender va- riar las autoridades del Estado legalmente constituida. Si el General Urquiza exigiese que Buenos Aires se incorpore inmediatamen- te á la Confederación, sin exámen de la constitución los Señores Comisionados, fácilmente le demostrarán que eslo es contrario á la Constitución misma y que el asentimiento á la Confederación de todos los pueblos debe ser absolutamente vo- luntario, y no efecto de una victoria y del poder del Estado y asi se negarán abso- lutamente á tal exigencia. Lo mismo se les encarga si se llegare á exigir, como se dice, que Buenos Aires pague algo, de los gastos de la guerra, lo cual solo se ha visto tener efecto respecto á pueblos vencidos en guerras injustas que han provocado, y nunca cuando tratan de unirse para formar una sola nación,pues, entonces vendría á re- sultar que la nación se pagaba á sí mismo los gastos que al parecer demandaba á un Pueblo que hacia parte de ella. N. 52. INSTRUCCIONES Espedidas á los Comisionados por el Presidente de la Confederación para negociar tina Convención de Paz, con los Comisionados del Gobierno existente en la Ciudad de Buenos Aires, durante la mediación del Gobierno de la ltej>áblica del Pa- raguay. La base principal de todo arreglo, es salvar al principio de Integridad Nacional, que ha puesto las armas en manos del Gobierno de la Confederación al cual se han adherido ya todos los pueblos de la Campaña de Buenos Aires. La unión federal bajo la ley común sancionada el primero de Mayo, es lo único que podría salvar todas las exigencias de la situación y dar por resultad j lapaz y la fusión ; la fraternidad para la felic idad y grandeza de la hermosa Nación á que pertenecemos, y que no hemos cesado de hacer desgraciada con nuestros estravios. Los Comisionados Nacionales harán esfuerzos por que los de Buenos Aires acepten la base de incorporación inmediata á la Confederación, procediendo á señalar el dia para la jura de la Constitución Nacional : teniendo présenle que el vecindario de los Pueblos de la campaña que forman una gran mayoría, como consta de actas lirmadas que existen en la Secretaría de Guerra, se han pronun- ciado, adhiriéndose á la Constitución federal. Si observasen que los Comisionados del Gobierno existente en la Ciudad de Buenos Aires se manifiestan decididos a aceptar la base anterior, se prestarán á cualquiera exigencia que al efecto se los baga. El Presidente de la Confederación autorizado por el Soberano Congreso para decidir la cuestión Nacional por la razón ó la fuerza, no omitirá esfuerzo alguno por obtenerla por un medio pacífico , que evite la efusión de sangre, dolorosa- mento vertida ya ; y no se envanece con la victoria de Cepeda, pues en ella y después de ella ha tratado y quiere tratar á amigos y á enemigos como á hermanos. Pronunciada toda la campaña de esta Provincia á favor de la causa Nacional, engrosado su Ejército con los contingentes de ella que cada dia aumentan sus lilas, detiene por un momento su marcha sobre la ciudad, cuando solo falta que sus fuerzas en cuadruplo número, hagan un esfuerzo mas para tomarla y pide á sus mas encarnizados enemigos prescindan completamente de su persona, que en breve dejará el puesto que ocupa, y mediten sobre los males que una resistencia tenaz puede causar á la patria común, á esta Provincia y á su bella capital des- trozada como lo seria, mañana, por el cañón, y enrojecidas sus calles, con sangre argentina. El General Urquiza no desea esa victoria aunque fuera muy fácil conseguirla, por que sabe que la nación le agradecerá mas el- evitar nueva efusión de sangro en una batalla fratricida. Sin orgullo, sin ambición para el futuro, su único deseo es la unión y la fraternidad Argentina; por ella ofrecerá otra vez, si es preciso.su vida en holocausto. Numeroso a hijos de Buenos Aires aumentan el Ejército Nacional.—Esta ciudad no es un pueblo enemigo; el Presidente de la Confederación desea un arreglo tan honroso para el pueblo de Buenos Aires como para la nación de que ha formado, desea y debe formar parte intégrente. Es por eso que ha elegido para sus Comi- sionados á patriotas decididos, ágenos á las pasiones de bando, á los furores de partido. Como debe preveerse que los Comisionados de la Ciudad no admitan la base do la aceptación inmediata de la Constitución federal y su jura solemne, para que no se pueda alegar que se trata de imponer la Constitución Nacional, desde que por los sucesos ocurridos en mil ochocientos cincuenta y dos no concurrió Buenos Aires á su sanción, cuando S. E. desea guardar al pueblo Bonaerense su inmuni- dad de pueblo libre, pueden los Comisionados proponer la unión bajo la base de una convención provincial libremente elegida para el exámen de la Constitución federal y su espontánea aceptación. Las bases adjuntas pueden servir de instruciones sufientes á los Comisiona- dos, quienes deberán obtener las seguridades en ellas contenidas y cuantas se creyese conveniente conseguir, después de oír á los Comisionados de la Ciudad, para garantir sólidamente la fraternidad de los hijos de esta provincia, el olvido del pasado y la fusión mas perfecta, como garantía de toda paz. Los Comisionados deberán acordar el término de dos dias para la discusión de las bases, pues que cada dia que pasa es un obstáculo á la paz y perjudica la definitiva y conveniente resolución dé una situación tan grave para el pais. Como el Gobierno Nacional, cuando admitió la iniciativa de una negociación propuso bases honorables para un arreglo pacifico, ahora que el Gobierno existente en la Ciudad de Buenos Aires quiere evitar por medio de los Comisionados la acción de las armas, y siendo bien conocido que la única causa de la presente lucha es la cuestión de Integridad Nacional, los Comisionados Nacionales exigirán de los de la Ciudad de Buenos Aires las bases ó condiciones bajo las cuales aceptan el principio, procurando una transacion equitativa y honrosa, y cuidando á la vez de alejar todo pretesto de demora en el curso de la negociación. Al confiar finalmente á los Señores que componen la Comisión, la honrosa, patriótica y humanitaria misión que van á desempeñar, ha fiado en su prudencia y civismo acreditados. Una paz honrosa para todos y salvadora para la República entera, hé ahí su única aspiración : hé ahí su deber—la voluntad nacional en cuya virtud obra. Que no se vierta una sola gota mas de sangre ni una lágrima por lo que ha de hacer la felicidad de la patria y el triunfo de la fraternidad argentina. Cuartel general en Caseros, á 4 de Noviembre de 1859. Benjamín Victorica. N. 53. Cuartel General en Monte Caseros 4 de Noviembre de 48.59. Eacmo. Sor. Brigadier General Don Francisco S. Lopes Ministro Mediador del Paraguay. Exmo. Señor y mi distinguido amigo. He recibido su apreciable comunicación fecha 2 de ayer en marcha— Deseo que los Comisionados nombrados merescanel mejor concepto de V. E_ En cuanto á mi, los acepto, y no dudo que vendrán animados délas buenas inten- ciones que son necesarias para evitar una nueva batalla entre hermanos, y fundar la paz y la unión de la República—La obra es digna de dejar satisfecho á un hom- bre honrado y patriota— Los Comisionados nombrados por mi parte son los Señores Brigadieres Gene- rales ü. Tomas Guido, D. Juan E. Pedernera, y el Señor Diputado Dr. D. Daniel Araoz. En cuanto á la neutralización de la Convalescencia, no la juzgo absolutamente necesaria para la atención de las enfermas que allí existen—Los médicos pueden venir, y los efectos que se le envíen serán recibidos por las guardias y entrega- dos—Ademas, si es necesario yo enviaré los médicos del Ejército y ayudaré en cuanto me sea posible á la sociedad de Beneficencia en la atención de ese estable- cimiento humanitario—Me alhago con la idea de que una situación tan desagra- b!e bajo tantos aspectos, pueda terminar en breve. Aprovecho esta ocasión para repetirme de "V. E. afectísimo amigo, y S. Servidor. JUSTA J. DE UrOIIZA. 10N. 54 Buenos Aires Noviembre 6 de 1859. Señor Ministro. En el momento en que tuvo el honor de recibir la nota de V. E. fecha 2 del presente en que se sirve pedirme que obtenga del Exmo. Sr. General Urquiza,quc el Hospital de mugeres dementes de la Convalescencia pueda ser visitado por los médicos, y provisto y asistido desde esta Ciudad, me dirigí á dicho Exmo. Señor General con todo el interés que inspira aquel importante objeto. En mi nota á S. E. el Sr. General Urquiza, le pedí con encarecimiento que ó se neutralizase el camino que conduce desde la Ciudad á la Convalescencia, ó que, como V. E. también me lo indica, se diesen órdenes á las tropas de dicho Exmo. Sr. para- que permitiese toda asistencia á esc hospital, manifestándole ademas que ese interesante establecimiento se encuentra bajo la respetable direc- ción fie la Sociedad de Beneficencia. Me es satisfactorio avisar á V. E. que aun cuando el Exmo Señor Presidente Urquiza, me espresa que no juzga necesaria la neutralización para la atención de las enfermas, conviene dicho Exmo. Señor General, en que los médicos de esta Ciudad puedan pasar, como igualmente los efectos que sean remitidos al Hospital, asegurando que serán recibidos y entregados por las guardias. Me dice ademas, S. E. el Sr. General Urquiza, que si es necesario enviará los médicos de su Ejército, y que ayudará en cuanto le sea posible á la Sociedad de Beneficencia en la atención de ese establecimiento humanitario. Me habría complacido altamente, si hubiese logrado la fortuna de que se neutralizase el terreno, como V. E. lo desea. Mas no habiendo obtenido del Sr. General Urquiza la neutralización, sino el asentimiento á que pasen los médicos, y los auxilios que al Hospital se quisiesen enviar, tengo el honor de avisarlo á V. E. para que se sirva hacerlo conocer asi al Exmo. Sr. Gobernador del Estado. Quiera Sr. Ministro aceptar la distinguida consideración con que saludo áV. E. Francisco S. López. A. S. E, el Sr. Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 55. Ministerio de Reía-) ciones Esteriores. j Buenos Aires Noviembre 7 de 1859. A S, E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General Don Francisco S. López. El infrascripto ha tenido el honor de recibir la importante nota de V. E. fecha 6 del corriente, en que se sirve comunicarle el resultado obtenido por V. E. en su interposición amistosa, cerca del General Urquiza, á fin deque el Hospital de mu- geres dementes de la Convalescencia pudiese ser visitado por los médicos, y pro- visto y asistido desde esta Ciudad, y le es sumamente satisfactorio al infrascripto —79— poder manifestar á V. E. la alta gratitud de este Gobierno tanto por su valiosa y humanitaria interposición, cuanto por el favorable resultado obtenido por V. E. Con este motivo el infrascripto reitera á Y. E. las seguridades de su mas alta consideración y aprecio. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 56. Ministerio de Reta- | ciones Esteriores. ( Buenos Aires Noviembre 7 de 1859. Al Exmo. Sor. Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier Ge- neral D. Francisco S. López. El abajo firmado tiene el honor de dirigirse á S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno de la República del Paraguay, diciéndole que habiendo los Señores Comisionados para la negociación de la Paz, puesto en conocimiento del Gobierno que en la conferencia de hoy han recibido de los Comisionados del Pre- sidente de la Confederación Argentina, las tres proposiciones siguientes con la calidad de indeclinables:-!", amnistía sin condiciones—2*. conservación de todos los empleados puestos en la campaña del Norte, después de la ocupación militar del Ejército de la Confederación, y 3a. cambio de todo el personal del Gobierno ; ha recibido orden de S. E. para decir á S. E. el Sor. Ministro Mediador, que el Gobierno no ha trepidado un momento en disponer que la Comisión no continué en sus trabajos, en conformidad á las instrucciones que antes de ahora se les habian dado ; y que por lo tanto, los Señores Comisionados no saldrán el diade mañana, rogándole al Sor. Ministro se sirva comunicarlo á los Señores Comisionados del General Urquiza. El abajo firmado aprovecha esta ocasión para ofrecer nuevamente sus respetos y consideración á S. E. el Sor. Ministro. Dalmacio Velez Sarsfield. N. 57. Buenos Aires Noviembre 7 de 18oí). Señor Ministro. Acabo de recibir á las once de esta noche la nota de V. E. fecha de boy en que se sirve decirme que S. E. el Sor. Gobernador le ha ordenado me comunique que los Señores Comisionados no irán mañana al lugar de las conferencias con los Comisionados del Exmo. Sor. Presidente, y me pide que lo anuncie así á dicho Sor. Presidente. Llenaría inmediatamente los deseos de V. E. si á ello no se opusiese el com- promiso contraído hoy por los Señores Comisionados de concurrir á firmar los Protocolos de las conferencias de este día. Esta circunstancia me hace rogar á V. E. se sirva poner en conocimiento del Exmo. Sor. Gobernador, que habiendo quedado todos convenidos en regresar mañana, sería muy conveniente que llenando este compromiso contraído se tratase"por ¿líos, despules de firmados los Protocolos, la raptara de las negociaciones, si es que e) aviso que V. E. me pasa, importa una ruptura de ellas. Me permitiré no obstante manifestar á V. E. que he comprendido en la con- ferencia que he tenido esta noche con el Exmo. Sor. Presidente, que la segunda proposición relati\a á la conservación do las autoridades actuales que se han dado los pueblos de campaña, puede, modificarse, según el curso de la discusión. Tengo el honor de saludar á V. E. con mi distinguida consideración. Francisco S. López. A. S. E. el Sor Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Bue- nos Aires Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfíeld. m, 58. Buenos Aires Noviembre 8 de 1859. Señor Ministro. En mi nota de ayer á las doce de la noche espresé á V. E. que según la con- ferencia que tuve con el Exmo. Señor General Urquiza,habia comprendido yo que la segunda proposición relativa á las autoridades civiles y militares creadas recien- temente en la campaña, admitía modificaciones. Esa creencia, y los motivos espuestos en mi nota de á noche, han influido en mi ánimo para no comunicar yo al Exmo. Sor. General Urquiza la determinación del Gobierno á no enviar hoy sus Comisionados ; y aprovechando los momentos que se preseutan antes de un combate que salpique los suburvios de esta Ciudad con la sangre de Argentinos, he ido hoy al Campo del Exmo. Señor General Urquiza, y después de la conferencia que he tenido, me complazco en espresar á V. E. que Jos puntos que quedaron pendientes en la conferencia de ayer, son suceptibles de discusión, y que por lo tanto no pueden considerarse como absolutamente inde- clinables. AI comunicar á V. E. el resultado de este mi último esfuerzo, cerca del Exmo. Señor Presidente, debo también manifestar á V. E. que no habiéndolo yo comuni- cado al Exmo. Señor General Urquiza la suspensión de las conferencias, el espera hoy, como estaba convenido, á los Señores Comisionados. Quiera V. E. elevar todo esto á la consideración del Exmo. Señor Gobernador, y avisarme su contestación, pues en momentos tan solemnes como los que se pre- sentan, creo que S. E. el Señor Gobernador se complacerá al ver reanudada una negociación que puede librar á la Patria de los Argentinos de muchos días de luto, y desgracias. Me es grato reiterar á V. E. las protestas de mi respeto y distinguido aprecio. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Dalmacio Velez ¿Sarsfíeld. N. 59. Ministerio de Rela-Í ciones Esteriores. j Buenos Aires Noviembre 8 dé 4859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Eximo. Gobierno del Paraguay > Brigadier General D. Francisco S. López. El infrascripto ha recibido entre una y dos de la mañana de este dia, la co- municación del Señor Ministro Mediador, fecha de ayer, contestando al aviso que se le dio, que los Señores Comisionados no saldrían ya, y tiene orden de su Go- bierno para decir á V. E. que los mismos Señores Comisionados han juzgado inútil su vuelta, desde que no tiene otro objeto que firmar un Protocolo, lo cual puede hacerse sin quesea preciso la presencia de ellos fuera de la Ciudad, y por esta causa, S. E. dispuso lo que tuve el honor de comunicar al Señor Ministro en la nota de ayer. Por lo demás. Señor Ministro, la negociación de la paz ha cesado, desde que los Comisionados del General Urquiza han puesto condiciones indeclinables bajo las cuides es absolutamente imposible continuar negociación alguna. El abajo firmado aprovecha esta ocasión para ofrecer al Señor Ministro Me- diador sus respetos y consideración. Dalmacio Velez Sarsfíeld. N. 60. Buenos Aires Novie?nbre 8 de 1850. Señor Ministro. La nota de V. E. fecha de hoy la he recibido después de haber enviado á V. E. otra en la que le instruyo del resultado de la conferencia que he tenido con el Exmo. Señor Presidente en su Cuartel general hoy, y aunque V. E. se sirve decir- me ahora, que la negociación de la Pi-z ha cesado desde que los Comisionados del Exmo. Señor General Urquiza han puesto condiciones indeclinables, bajo las cua- les es imposible continuar negociación alguna,yo abrigo la esperanza de que no es imposible reanudar la negociación, aun cuando la ruptura se hubiese comunicado al Exmo. Señor Presidente, pues en la larga conferencia que he tenido con él, ad- vierto que es posible no solo la discusión, sino alguna modificación también. Comprendo, como V. E. que cuando se presentan como indeclinables las pro- posiciones es imposible continuar negociación alguna, y aunque en tésis general, reconozco como exacto ese principio, no por tilo lo creo sin una ecepcion muy digna y muy frecuente en una guerra entre hermanos. Esta convicción puede tanto en mi, que cuando yo vi como indeclinables al- gunas proposiciones en las instrucciones de los Comisionados del Exmo. Señor General Urquiza, y como indeclinable una, en las de los Comisionados de V. E. no abandoné por ello la esperanza de arribar á algún arreglo ; y me lisongeo de no haberme equivocado, cuando he visto que las tres proposiciones que V. E. menciona en su estimable nota de á noche, son suceptibles aun de modificación según loque me acaba de declarar el Exmo. Señor Presidente, y como lo he co- municado á V. E. en nota de esta misma fecha.—82— Y. E. me dice ademas que los Señores Comisionados han juzgado inútil su vuelta desde que no tiene otro objeto que firmar su Protocolo, que puede hacerso sin que sea precisa la presencia de ellos. Sin refutar desde luego el pensamiento de los Señores Comisionados, yo me permito manifestar á V. E. que la no concurrencia de todos los Comisionados em- barazará sin duda alguna la suscripción de los Protocolos, pues que siendo una acta de lo discutido y convenido, hay que hacer frecuentes correcciones, que van naciendo de la lectura de la acta y de las modificaciones mismas que cada uno va haciendo. Mas no por ello me esforzaré en pedir que contraríen su creencia,.y menos, cuando en lo que he manifestado en mi nota anterior, y en esta demuestro a V. E. que la imposibilidad de continuar la negociación desaparece, por que ha desaparecido el carácter de indeclinable que tenían las proposiciones de los Seño- res Comisiouados del Exmo. Señor General Urquiza ; y desde entonces es de es- perarse que desaparecida esa imposibilidad que se presenta como causa del cese de la negociación vuelva á abrirse y continuar la discusión en cuyo caso se firma- rán entonces los dichos Protocolos. Dígnese V. E. admitir las seguridades de mi distinguido aprecio y consideración Francisco S. López. A S. E. el Señor Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Dalmacio Velez Sarsficld. --- ■ -o- --- N, 61. Ministerio de Reía-) ciones Estcriores. j Buenos Aires Noviembre 8 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco Solano López. El abajo firmado ha recibido la nota de V. E. de esta fecha, y debiendo entrar en pocas horas á desempeñar el Gobierno del Estado el Presidente del Sé- nodo Sor. ü. Felipe Llavallol, pongo en conocimiento de V. E. que así que se reciba del Gobierno pondré en sus manos la referida nota de V. E. Tengo el honor de saludar á V. E. con toda mi consideración y respeto. Dalmacio Velez Sarsfield. Ministerio de Reía- f eiones Esteriores. j N. 62. Buenos Aires Noviembre 8 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General Don Franctsco S. López. El abajo firmado tiene el honor de dirigirse á "V. E. participándole que ha- biendo sido aceptada la renuncia de S. E. el Sor. Gobernador Dr. D. Valentín Alsina, de conformidad con lo dispuesto en ley de es-a fecha por la Asamblea general ha quedado en posesión de las funciones anexas al Poder Ejecutivo el Sr. Presidente del Senado D. Felipe Llavallol. Con este motivo, el abajo firmado tiene el honor de'ofrecer á V. E. las segu- ridades de su mayor consideración. Por autorización de S. E. Palemón Huerco. Oficial Mayor N. 63. Buenos Aires, ]\~<,viembrc 8 de 1859. Señor Ministro. Teniendo noticia deque la Escuadra déla Confederación Argentina se hallaba próxima á la Isla de Martin García, y en disposición de batirse con la Escuadra do Buenos Aires, traté de investigar este hecho que iba á producir un derramamiento de sangre sin resultado en momentos en que hay las mas fundadas esperanzas de celebrarse un tratado de Paz, Efectivamente he sabido por el mismo Exmo. Señor General Urquiza, que en el dia de mañana debia la Escuadra de la Confederación batirse con la de Buenos Aires, é invadirla Isla y con el ínteres de «vitar la efusión de sangre he pedido al Exmo. Señor Presidente, y obtenido de él que se suspenda ese combate á cuyo efecto me ha dado una orden escrita para el Gefe de la Escuadra ordenándole que suspenda toda operación bélica y que permanezca á la defensiva. Deseo vivamente enviardicha orden mañana al amanecer en el vapor " Ta- cuarí" que despacho para el punto de Martin García esclusivamente con—ese ob- jeto; y como esta suspensión de hostilidades por solo la Escuadra de la Confede- ración no bastaría para evitar la efusión de sangre ruego á V. E. se sirva recabar «leí Exmo. Señor Gobernador un? igual orden para el Gefe de la Escuadra de Bue- nos Aires, y para el Comandante de la Isla á fin de que conservándose igualmente á la defensiva no emprendan hostilidad alguna hasta no recibir orden á este respecto. Buego á V. E. que por lo interesante del objeto que me mueve, y por la ur- gencia que hay en que el vapor "Tacuarí" salga mañana de madrugada, pues que mañana vá á ser el combate, se digne V. E. enviarme en esta noche las órde- nes necesarias que podrá llevar y entregar el mencionado vapor paraguayo. Me felicito Señor Ministro de esta oportunidad para presentar á V. E. mis respetos, y saludarle con mi distinguida consideración. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y Be/aciones Esteriores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Carlos Tejedor. N. 64. Ministerio de Reía-} ciones Esteriores. ( Buenos Aires Noviembre 9 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. El infrascripto ha recibido y puesto en conocimiento de S. E. el Señor Go- bernador el contenido de la nota de V. E. fecha de ayer, referente á la posición84 que ocupaban las Escuadras de la Confederación argentina y la del Estado ; y tiene orden para decir á Y. E. que comprendiendo el Gobierno las poderosas razones invocadas por Y. E. en su referida nota, no ha trepidado un momento en coincidir en las vistas de V. E., á cuyo efecto se espidió la orden concebida en los térmi- nos y con el objeto indicados por V. E., al Gefe de la Escuadra del Estado, á fin de que suspenda toda operación bélica, permaneciendo á la defensiva hasta nue- va orden, la que con anterioridad le fué remitida á V. E. á fin de que fuese con- ducida por el vapor de guerra " Tacuarí. " El infrascripto reitera á V. E. las seguridades de la mas alta consideración y aprecio. Por autorización del Señor Ministro. Palemón Hlergo. N. 65. Buenos Aires Noviembre 9 de 1859. Señor Ministro. Tengo el honor de acusar recibo de la nota que con fecha de ayer me ha dirijido el Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Esteriores, comunicándome que por la Ley de la Asamblea Legislativa queda en posesión de las funciones anexas al Poder Ejecutivo el Sor. Presidente del Senado D. Felipe Llavallol, por haber sido aceptada la renuncia del Sor. Dr. D. Valentin Alsina que ha hecho del cargo de Gobernador del Estado. Ruego á V. E. se sirva manifestar al Exmo.'Sor. D. Felipe Llavallol, que me es altamente honroso felicitarlo por la merecida confianza que recibe en estos momentos supremos ; y que hago mis votos por que correspondiendo á las funda- das esperanzas del Pueblo de Buenos Aires, tenga la fortuna de arribar á una solución feliz y honorable en la situación en que se halla el Pais. Me es muy grato saludará V. E.,y ofrecerle las seguridades de mi distinguida consideración y aprecio. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos: Aires, Dr. D. Carlos Tegedor. N. 66. Ecorno. Sr. Capitán General D. Justo José de Urquiza, Presidente de la Confedera- ción Argentina. Buenos Aires Noviembre 9 de 1859-. Señor. En momentos en que las mas fundadas esperanzas nos presagian nna solu- ción feliz, que se debe á los sent imientos fraternales muy elevados de V. E. no he trepidado en pedir al nuevo Gobierno de Buenos Aires una suspensión de hosti- /idades que sea para este pueblo el anuncio do la paz de que vá á gozar. —86 El Gobierno ha accedido á ello sin dificultad, teniendo un verdadero placer en presentar á V. E. esa suspensión como un testimonio de su deseo y del inte- rés por que esa paz tan deseada por V. E. y por este pueblo se realice. Confiando yo en V. E. que tantas pruebas me ha dado de sus sentimientos, tengo el honor de pedirle una suspensión de hostilidades, rogando á V. E. que si esta-peticion, mereciese su acogida, se digne dar orden á la linca para que ni por esta, ni por sus avanzadas se haga la menor hostilidad. Si V. E. tuviere á bien acceder, suplico á V. E. se sirva avisármelo para comunicarlo á este Gobierno, á fin de que él también imparta sus órdenes á la línea. Esta concesión recíproca será para este pueblo un presagio feliz de la Paz dn que tanto necesita, y que ya celebra desde cpie se ha penetrado de los nobles y fraternales sentimientos de V. E. Quiera V. E. admitir la seguridad de mi respeto con que afectuosamente le saludo. Francisco S. López. If. 67 Cuartel General en San José de Flores, 9 de Noviembre de 1859. Ejcmo. Sor. Brigadier General, D. Francisco Solano López, Ministro Mediador de la República del Paraguay. Distinguido Señor. Acabo de recibir su interesante comunicación de esta fecha y no puedo resis- tirme a ser deferente á los empeñosos esfuerzos de V. E. por una solución feliz, esfuerzos que tanto lo ennoblecen y lo recomiendan al aplauso y estimación del pais, al reconocimiento de la humanidad entera—Mis sentimientos fraternales que V. E. honra tanto, serian ineficaces sin la cooperación de V. E., que comprendién- dolos ha contribuido y contribuye al éxito de mi mejor aspiración : el triunfo incruento de la Union Nacional y de la fraternidad y paz del pueblo de Buenos Aires. Inmediatamente de recibir su apreciable carta he dado orden á toda la línea para una perfecta suspensión de hostilidades—Al hacer esto con gusto en obse- quio del vecindario de la Ciudad, yo confio en la sensatez y patriotismo con que contribuirá á que una paz honrosa lo salve cuanto antes de los horrores de una lucha fratricida, fundando una nueva era de orden, de libertad, de fusión para el noble Pueblo bonaerense. Con este motivo vuelvo á ofrecer á V. E. el testimonio de mi perfecta consi- deración y afecto, como su amigo y S. Servidor. Jlsto J. pe Urociza. mí. 68. Buenos Aires Noviembre 9 de 1859. Señor Ministro. Como anuncié al Exmo. Señor Gobernador, me diriji hoy al Exmo. Señor Presidente solicitando una suspensión de hostilidades: manifestándole que el 14-86- Gobierno de V. E. también la aceptaba, y pidiendo ordenase á la línea la suspen- sión de toda hostilidad por ella, y por sus avanzadas. Mees muy satisfactorio decir á V. E. para que se sirva ponerlo en conoci- miento del Exmo. Señor Gobernador que el Exmo. Señor Presidente ine ha contestado ahora en los términos que tengo el honor de trascribir literalmente áV.E. 44 Cuartel general en San José de Flores, 9 de Noviembre de 1859=Exmo. Señor Brigadier General D. Francisco Solano López Ministro Mediador de la Re- pública del Paraguay=Distinguido Señor=Acabo de recibir su interesante comu- nicación de esta lecha y no puedo resistirme á ser deferente á los empeñosos esfuerzos de V. E. por una solución feliz, esfuerzos que tanto lo ennoblecen y lo recomiendan al aplauso y estimación del pais, al reconocimiento de la humanidad entera. Mis sentimientos fraternales que V. E. honra tanto, serian ineficaces sin la cooperación de V. E., que comprendiéndolos ha contribuido y contribuye al éxito de mi mejor aspiración : el triunfo incruento de la unión nacional y de la fraternidad y paz del Pueblo de Buenos A¡res=Inmediatamentc de recibir su apreciable carta he dado orden á toda la línea para una perfecta suspensión de hostilidades—AI hacer esto con gusto en obsequio del vecindario de la Ciudad, yo confio en la sensatez y patriotismo con que contribuirá á que una paz honrosa lo salve cuanto antes de los horrores de una lucha fratricida, fundando una nueva era de orden, de libertad, de fusión para el noble pueblo bonaercnsc=Con este motivo vuelvo á ofrecer á V. E. el testimonio de mi perfecta consideración y afecto, como su amigo y seguro servidor=Justo José de Urquiza. " En su consecuencia ruego á V. E. se sirva impartir las órdenes á la línea para que de conformidad con lo que ya ejecuta el Exmo. Señor Presidente, se dé ejecución al armisticio en esta Ciudad. Tengo el honor de renovar á V. E. las protestas de la distinguida considera- ción con que me es grato saludar á V. E. Francisco S. López. A. S. E. el Sor. Ministro de Gobierno y Relaciones Ester ¿ores del Esfado de Buenos Aires Dr. D. Carlos Tejedor. Ministerio de Rela- ciones Esteriores. N. 69. Buenos Aires Noviembre 9 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. El infrascripto Oficial Mayor do Relaciones Esteriores, ha recibido orden de S. E. el Señor Gobernador para acusar recibo á la nota de V. E. fecha de hoy ; poniendo en su conocimiento que el Gobierno acepta por su parte la suspensión de hostilidades, obtenida por interposición de V. E., habiéndose impartido, en consecuencia, las órdenes correspondientes, á fin do que las fuerzas que guarnecen la línea de fortificación no hostilicen á las sitiadoras ; en la inteligencia de que, mientras tanto, se mantendrá la incomunicación entre ambas líneas, conservando las fuerzas do la plaza los puestos avanzados que tienen al esterior de ella para su servicio de vigilancia. Con este motivo el Gobierno me encarga manifestar á Y. E. la satisfacción que siente por los buenos oficios prestados por Y. E. á fin de que se arribe á obtener una paz digna y honrosa, y se evite el derramamiento de sangre. Al dejar asi cumplidas las órdenes de S. E., el infrascripto se complaceen tributar á V. E. las seguridades de su mayor consideración y respeto. Palemón Hoimo. N. 70. Ministerio «le Hela-Í ciones Esteriores. J Buenos Aires Noviembre 9 de I859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay Brigadier General Don Francisco S. López. El infrascripto Oficial Mayor de Relaciones Esteriores, por órden de S. E. el Sr. Gobernador tiene el honor de acusar recibo á las dos notas de V. E. fechas de ayer, dirigidas al anterior Ministro de este Departamento Dr. D. Dalmacio Velez Sarsficld ; referente la primera á la continuación do la discusión interrumpida sobre las negociaciones de paz, y la segunda en que V. E. comunica que los puntos que quedaron pendientes en la conferencia del 7 del corriente, son suceptibles de discusión, y que por consiguiente no pueden considerarse como absolutamente indeclinables. Instruido S. E. el Señor Gobernador del contenido de ellas, me ordena decir á V. E. que habiendo quedado allanadas en la conferencia verbal tenida con V. E. en el dia de ayer, solo cree necesario limitarse á acusar recibo á las referidas notas de V. E. El infrascripto tiene el honor de ofrecer a V. E. las seguridades de su mas alta consideración y aprecio. Palemón Huergo. N. 71. En nota del Coronel Edecán de S. E. Gefe del Regimiento N°. 3, de fecha do hoy, se encuentra el párrafo siguiente. "Aprovecho esta ocasión para comunicar también á V. E. que el enemigo «salió hoy, y no obstante la suspensión de hostilidades ordenada,hizo fuego sobre «nuestras guardias, las que se verán en la necesidad de contestar para noabando- «nar impugnemente el puesto que se les ha confiado. Digo esto á V. E. para «que no lo estrañe, si asi sucede.» " Dios guarde á S. E. (Firmado) Jcan Ramón Nadal.» Benjamín Victorica.H. 72» Buenos Aires Noviembre 10 de 1860. Señor Ministro. Tengo el pesar de adjuntar en copia á V. E. la nota que el Sor. Secretario del Exmo. Señor Presidente me ha pasado con motivo do la ruptura, que dice so ha hecho hoy del armisticio por las fuerzas de la línea de la Ciudad, rogando á V. E. se sirva elevarla á la consideración de S. E. el Señor Gobernador, y pedirlo «na esplicaeion, que alejo la creencia de que por parte de las fuerzas de este Go- bierno pudiera haberse quebrantado la suspensión do hostilidades acordada en la mañana de ayer. Me complazco en creer que si el hecho que so denuncia en la nota adjunta fuese cierto, será por motivos independientes de la voluntad del Gobierno de V. E. y con esta seguridad me permití espresárselo vcrbalmenle al Exmo. Sr. Presiden- te, asegurándolo que en el momento do llegar á esta Ciudad me iba á dirigir ú V. £.,coiuo tengo el honor de hacerlo ahora. Quiera V. E. aceptar la disiinguida consideración con que afectuosamente le saludo. Francisco S. López. A S. E. el Señor Ministro de Gobierno y Relaciones Estertores del Estado de Buenos Aires Dr. D. Carlos Tejedor. N. 73. Ministerio de Reía- \ «'.iones Esteriores. f Buenos Aires Noviembre 10 de 1859. Al Exmo. Sor. Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier General Don Francisco S. López. El infrascripto Ministro do Relaciones Esteriores,ha tenido el honor de recibir la nota de S. E. el Sr. Ministro Mediador,fecha de hoy, en que se sirve acompañarlo copia autorizada de otra que habia recibido del Secretario del Sor. Presidente de la Confederación, denunciando la ruptura de la suspensión de hostilidades en este dia, por parte de las fuerzas de esta Ciudad. Tan luego como se instruyó de la mencionada nota de V. E. el infrascripto solicitó del Sor. Ministro de la Guerra los conocimientos necesarios á cerca del hecho á que V. E. so refiere, y le es satisfactorio manifestarle, que, si bien es cierto que en la mañana de hoy se hicieron algunos disparos por una pequeña parte de la fuerza de esta Ciudad, tal hecho no puede mirarse como una violación de la suspensión de hostilidades, sino como una irremediable necesidad en que se vieron dichas fuerzas, para realizar el corte del pasto de que diariamente tienen que proveerse para sus cabalgaduras. Era una consecuencia de la suspensión que las fuerzas de la plaza conserva- rían los puestos avanzados que tienen al esterior de ella, y consiguentementc, que durante dicha suspensión podrían entregarse á las operaciones diarias do costum- bre, que no tuviesen ningún carácter de hostilidad, ni de provocación; pero, contra lo que era de esperarse, en la mañana de hoy las partidas de la Ciudad á que el infrascripto se ha referido, encontraron ocupados por fuerzas enemigas los puestos avanzados en que acostumbran á hacer el corte de! pasto, dentro del radio en que siempre lo han verificado. Natural era, que procuraran la desocupación de esos parages ; y V. E. fácilmente comprenderá que, en esos momentos, no era posible acudir á otro me- dio, que al que emplearon á ese solo objeto. Seria, por lo tanto, de suma imr»ortancia para evitar ulteriores desagrados durante la suspensión de hostilidades, que V. E. se sirviera obtener del Sor. Presi- dente de la Confederación, ordenase á quienes corresponde no permitan en manera alguna la aproximación de ningunas de sus fuerzas á Jos puestos avanzados, que los de la Ciudad tienen al esterior de la línea y que hasta el presente han servido para los objetos que quedan manifestados. Por lo demás, V. E. puede reposaren la seguridad de que, sin la circunstan- cia que ha dado lugar al hecho que motiva esta correspondencia, las fuerzas do esta Ciudad, han de cumplir (cálmentela suspensión ele hostilidades, sin avanzar un solo paso, fuera de la zona, que hasta el presento han ocupado sus avanzadas. El abajo firmado aprovecha esta ocasión para presentar á Su Exolcncia el Sor. Ministro Mediador las seguridades de su mas alta consideración y distinguido aprecio. Carlos Tejedor. --i -Oh i -— JV. 74 Buenos Aires Noviembre 44 de 1859. A S. E. el Señor Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier Gene- ral D. Francisco S. López. El abajo firmado tiene el honor de dirijirse á S. E. el Señor Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, poniendo en su conocimiento haberse ordenado al Gefe del Departamento de Policía, tenga á disposición de V. E. los prisioneros del Ejército del Señor Presidente de la Confederación Argentina existentes en esta Ciudad. En su consecuencia puede V. E. cuando lo tenga á bien, enviar por dichos prisioneros, y disponer á su respecto lo que hallo por conveniente. Aprovecha el infrascripto esta ocasión para renovar a S. E. el Señor Ministro Mediador, las seguridades de su mas alta y distinguida consideración. Por ausencia y autorización del Señor Ministro. Jóse M. la Fcente. Oficial Mayor del Ministerio de Gobierno. N. 75 Buenos Aires Noviembre 14 de ISoO. Señor Ministro. He recibido hoy la nota, en que el Señor Oficial Mayor del Ministerio de Go- bierno, me comunica por autorización de V. E. que se han dado las órdenes cor- respondientes á la Policía, para que tenga á mi disposición los prisioneros del Exmo. Señor Presidente de la Confederación Argentina.Agradezco debidamente, Señor Ministro, et testimonio que el Gobierno de Buenos Aires, da de su interés por acreditar que quiere hacer práctico el deseo de paz, y de olvido de las desgracias que afligen á la Nación; y aceptando el dis- tinguido obsequio que el Gobierno me hace, poniendo á mi. disposición aquellos prisioneros ; he mandado buscarlos á la policía y me propongo llevarlos conmigo al Campo del Exmo. Señor Presidente, para presentarlos como una prenda de la paz que hoy ratifica el Gobierno de V. E. Quiera V. E. manifestarlo asi al Exmo. Señor Gobernador, y presentarle la espresíon de mi fino reconocimiento, admitiendo V. E. entretanto, la distinguida consideración con que le saludo. Francisco S. López. A S. E. el Señor Ministro de Gobierno de Buenos Aires Dr. D. Cárlos Tejedor. m. 76. Confidencial. Exmo. Sor D. Felipe Llavallol, Gobernador de Buenos Aires. Buenos Aires Noviembre i¿ de 4859. Señor. En los momentos en que el Pueblo se halla gozando la Paz que acaba de obte- nerse en los primeros dias de la Administración de V. E., el júbilo está interrumpido por las lágrimas de las familias que al ver consignado en el convenio el olvido de todos los delitos políticos, me pide interponga el valimiento con que las familias me creen cerca de V. E., á fin de que todos los presos por causas políticas sean restituidos á su libertad. Si fuese cierto, Señor, que hayan presos por causas políticas, yo ruego á V. E. que señalando este dia con un acto de clemencia, se digne V. E. acordar su libertad, haciendo sobreseer las causas que se les sigue. Quiera V. E. escusar el que cediendo á las lágrimas de las familias, le distraiga un instante que V. E. necesita para las grandes atenciones públicas que le rodean, y persuadirse de la estimación y respeto con que soy de V. E. Muy atento servidor. Francisco S. López. Mm 77. Exmo. Sor. Ministro de la República del Paraguay, Brigadier General D- Francisco S. López. Buenos Aires Noviembre 12 de 1859. Señor de todo mi respeto y estimación. Acabo de recibir la apreciabte confidencial que sehassrvido V. E. dirigirme, y me es agradable manifestarle que me he anticipado á los deseos de V. E., pues antes de retirarme de la Casa de Gobierno se dio la orden para que fuesen puestos en libertad todos los detenidos por causas políticas. Al participarlo á V. E. tengo el gusto de saludarlo con mi mayor consideración. De V. E. muy atento servidor. Felipe Lavallou. IV. 78. Cuartel General en el Puerto del Tigre 13 de Noviembre de 1859. Exmo. Sr. Brigadier General Don Francisco Solano López, Ministro Mediador del Paraguay. Exmo. Sor. y mi distinguido amigo. Fiando absolutamente en la fé del Gobierno de Buenos Aires, como fio, mn lie apresurado á ejecutar por mi parte el tratado de paz, felizmente celebrado bajo la mediación de V. E. Be retirado todas las fuerzas sobre el puerto del Tigre para efectuar su inme- diato embarque, para evitar basta en los peor dispuestos todo motivo de alarma, be procedido al desarme de los que en calidad de presentados ó prisioneros de Buenos Aires existían en las tilas del Ejercito, para presentarlos al Gobierno, he. dado orden á todas las autoridades de la campaña de obedecer al Gobierno actual de Buenos Aires ; be hecho en fin cuanto podía exigirse de mi fé en el honor del Gobierno y del pueblo do Buenos Aires. Pero algunos rumores de hechos que no prueban !a mejor disposición de parto de algunos funcionarios dependientes del Gobierno, me obligan á enviar en cali- dad de comisionado cerca de V. E. á uno de los Señores que compusiéronla comisión negociadora de la paz para que solicite de V. E. su interposición v acuer- de con V. E. mismo los medios de disipar todo recelo, y de que poniéndose en ejecución el convenio,se le dé desde el principio toda la firmeza que necesita para que tenga todos los buenos resultados que nos hemos prometido, y que tanto importan á la salud de la Patria. Si fuese necesario, espero que V. E. mismo acredite cerca del Gobierno á mi comisionado el Dr. D. Daniel Araoz para cuanto pueda sor oportuno. Con este motivo me es grato reiterar á V. E. los sentimientos de mi perfecta consideración y estima. Justo J. de Urqliza. N. 79. Ministerio de Rola- | ciones Esteriores. j Buenos Aires Noviembre 13 de 1 859. Señor Ministro. Tengo el honor de comunicar á V. E. que he recibido orden del Exmo. Señor Gobernador para significará V. E., su mas sincero reconocimiento por la media- ción ofrecida, por el Exmo. Señor Presidente de la República del Paraguay, y ejecutada tan digna y felizmente por V. E., en la desgraciada desinteligencia que existia entre el Estado de Buenos y la Confederación Argentina. La acción diplomática del Paraguay, acercando los miembros de una misma familia, y allanando las dificultades que hasta hoy habían parecido insuperables, ha contribuido poderosamente á la resolución, por la paz, de las cuestiones que jamas habrían podido ser resueltas honorablemente para todos, por el empleo de las armas ; al mismo tiempo que esa acción diplomática. Señor Ministro, deja ■consignados dos grandes hechos de un significado tan lisongero para el presente.como fecundo de esperanzas para el porvenir de la América. El primer paso esterno de la mas joven de las Repúblicas Americanas, ha sido en obsequio de la paz, y la unión de sus vecinos, dando un ejemplo consolador de desinterés é im- parcialidad, poco común en los anales de la América, tan inspirada habitualmente por los intereses encontrados, creados por las posiciones y las luchas de los Esta- dos que la componen ; y en ese primer paso, ademas, se ha descubierto sin dificultad que la República del Paraguay no solo ha ofrecido á la América el con- tingente de su poder y su riqueza, sino el valioso homenage de una política alta y circunspecta, espresada por una diplomacia hábil, cuanto ingénua y sincera. Estos antecedentes, fijados ya, pueden ser precursores de grandes bienes que la América del Sur tiene derecho á esperar, cuando las conveniencias de una política general y trascendente aproxime á sus Estados de primer rango, para la combinación de sus intereses legítimos, y de «us propósitos mas requeridos. La paz de la República Argentina constituirá quizá el principio do un nuevo orden de ideas en la política general de estos Paises, reclamada por su felicidad, y la mas perfecta consolidación de sus derechos, y bajo este doble punto de vista. Señor Ministro, la mediación practicada por V. E. se hace doblemente acreedora al reconocimiento del Pueblo de Buenos Aires, y que su Gobierno se complace, en transmitir por mi órgano á V. E. para que V. E. se sirva elevarlo al conoci- miento del Exmo. Señor Presidente de la República del Paraguay. Me es grato también significar á V. E. que el Gobierno de Buenos Aires con- servará las impresiones agradables que la distinguida persona del Representante del Paraguay ha sabido inspirarle como complemento lisongero de la noble y feliz misión que ha desempeñado. Cumplidas asi las órdenes de S. E. el Señor Gobernador de Buenos Aires, aprovecho esta ocasión para reiterar á V. E., Señor Ministro, las seguridades de mi mas perfecta consideración. Carlos Tejedob. AS. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López. N. 80 Buenos Aires Noviembre 44 de 48.H9. Señor Ministro. He recibido una nota del Exmo. Señor Presidente de la Confederación Argen- tina, fecha de ayer, en que me dice que fiado absolutamente en la fé del Gobierno de Buenos Aires se ha apresurado por su parte á ejecutar el tratado de paz, reti- rando todas las fuerzas, para ejecutar su inmediato embarque, áíin de evitar, todo motivo de alarma hasta en los peor dispuestos : procediendo al desarme de las fuer- zas que en calidad de presentados ó prisioneros existían en su Ejército, para pre- sentarlos al Gobierno de Buenos Aires, dando órdenes ú todas las autoridades de la Campaña, de obedecer á este Gobierno, y haciendo en fin cuanto podia exigirse de su fé en el honor del Gobierno y del pueblo de Buenos Aires. Pero que algunos rumores de hechos que no prueban la mejor disposición de algunos funcionarios dependientes del Gobierno de V. E. le han obligado á enviar cerca do mi persona : iV: D; T> Daniel \raoz para que solicite mi interposición y aun lo acredite cerca del Gobierno de V. E. á fin de acordar los medios de disipar todo recelo, y do que poniéndose en ejpetición el Convenio se le dé toda Id firmeza que e* nece- saria para que tengan electo todos los buenos resultados que lauto importa á la salud de la Patria. He tenido con este motivo esplicaciones con el Señor Dr. Araoz, Comisionado del Exmo. Señor Presidente, y aunque [he tenido la fortuna de poder disipar algu- no de esos recelos hasta donde me es posible alcanzar he sentido una verdadera dificultad al no poder darle esplicaciones sobre otros, y bien penetrado del vivo Ínteres que el enunciado Dr. Araoz tiene de conformidad con los deseos de su Go- bierno, de que el Convenio de paz sea efectivo, y no lo interrumpan esos recelos que V. E. podría .sin duda disipar, me he decidido á pedirle á V. E. quiera permitir- me el que por la presente acredite á dicho Señor Dr. Araoz, cerca del Gobierno de V. E. En este caso, si V. E. pudiera recabar del Exmo. Señor Gobernador el que ol Señor Dr. Araoz sea por mi interposición oido personalmente por S. E. el Sor. Gobernador, le ruego se sirva comunicarlo V. E. para manifestarlo asi al Sor. Dr. Araoz que se halla en esta Ciudad, esperando la contestación do V. E. Dígnese V. E. aceptar las protestas de mi perfecta consideración y estima. Francisco S. López. x A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno de Buenos Aires Dr. D. CárlosTejedor. X. 81 Ministerio do Hela-) ciónos Ksterioros. j Buenos Aires Noviembre 14 de 4850. Al Exmo. Sor. Ministro Mediador de ta Bcpúb/ica del Paraguay, Brigadier General I). Francisco S. López. El infrascripto se ha impuesto de la nota de V. E, fecha de hoy, en que se sirve comunicarle el contenido de otra, fecha dcldia anterior, que le había sido dirijitla á V. E. por el Sor. Presidente de la Confederación, por la que consta que alarmado por algunos rumores referentes á algunos funcionarios dependientes del Gobierno, habia resuelto enviar al Sor. Dr. D. Daniel Araoz, para que solici- tando la interposición de V. E. cerca de este Gobierno, pudiese acordar los medios de disipar todo recelo poniendo en ejecución el convenio & concluyendo V. E., por espresar los deseos de que, el Sor. Araoz, pueda ser oido personalmente por el Señor Gobernador. Impuesto S. E. del contenido de la respetable nota de V. E., me ha ordenado decirle,cuan desagradable le lia sido de que rumores infundado»,inspirados sin duda al Sor. Presidente de la Confederación por personas quizá interesadas en destruir los buenos resultados que debe producir el convenio de paz últimamente celebrado, haya podido hacer vacilar por un momento el ánimo de S. E., respecto á la buena disposición con que tanto el Gobierno de Buenos Aires como todos los funcionarios que de él dependen, están dispuestos á llevar á efecto con la mas estricta escru- pulosidad las cláusulas todas del convenio de paz que felizmente ha cimentado do una manera sólida la tranquilidad futura de la República. Al suplicar á V. E. se digne hacer llegar al conocimiento del Sor. Presidente de la Confederación cuales son á este respectólos íntimos deseos de este Gobierno, 12el trascripto se complace en manifestar á V. E. por orden del Sor. Gobernador 3ue tendrá la satisfacción de recibir al Sor. Dr. D. Daniel Araoz cuantas veces lo eseare y solicitare, esperando que las francas esplicaciones del Gobierno de Buenos Aires satisfarán ampliamente al Sor. Comisionado. El infrascripto tiene el honor de reiterar á V. E. las seguridades de su mas distinguida consideración. Carlos Tejedor. --mi m — - J¥. 82. Buenos Aires Noviembre 4 í de 4859. Señor Ministro. Acabo de recibir una nota del Exmo. Sor. Presidente de la Confederación Argentina, avisándome que en el deseo en que está de acreditar al Pueblo de Buenos Aires la fé en que ha confiado, y coníia de que el Pacto de familia celebrado seria cumplido, dió orden para que la Escuadra de la Confederación bajára á las inmediaciones del puerto del Tigre, para que en unión con la do Buenos Aires, pudieran remolcar los buques de vela en que su Ejército se embarcára, y que acaba de saber con pena que al marchar la Escuadra de la Confederación á pasar por Martin García para venir al puerto del Tigre á auxiliar el embarque del Ejército, ha tenido que retroceder por que la Escuadra de Buenos Aires le impide el paso ; manifestándome S. E. el Sor. Presidente, que esto indica en el Gefe de la Escuadra de Buenos Aires un mal-entendido, que doblemente le sorprende, cuando creía ser ya acordado que la Escuadra de este Gobierno debia también concurrir á hacer mas fácil el viage de su Ejército; y pidiéndome en fin que ante V. E. procure yo reparar ó ese mal-entendido del Gefe de la Escuadra de Buenos Aires, ó que se lo comunique lo conveniente, si aun nada se le hubiese ordenado por el Gobierno de V. E. Yo me persuado, como el Exmo. Sor. Presidente que solo sea una mafa inte- ligencia del Gefe de la Escuadra de Buenos Aires la que haya contribuido a crear aquel obstáculo al pronto embarque que tanto desea el Exmo. Sor. Presidente, y en la esperanza de removerlo con facilidad, según los deseos que comprendo tiene el Gobierno de V. E. de cumplir con todo lo acordado, y aun de hacer todo aquello que aunque no acordado, pudiera contribuir á auxiliar al Exmo. Sor. Presidente, tengo el honor de comunicarlo á V. E. y de rogarle pida al Exmo. Sor. Goberna- dor las órdenes convenientes á fin de alejar toda dificultad, que contra las inten- ciones del Gobierno de V. E. pudieran nacer. Me es agradable presentar á V. E. la espresion de mi estimación y aprecio. Francisco S. López. A. S. E. el Sor Ministro de Gobierno de Buenos Aires Dr. D. Carlos Tejedor. m. 85. Exmo. Sor. Capitán General D. Justo José de Urquiza,Presidente de la Confedera- ción Argentina. Buenos Aires Noviembre 14 de 1859. Señor. He tenido el honor de recibir la muy apreciable de V. E. de ayer, en la que se sirve comunicarme que confiado en la fié del Gobierno de Buenos Aires, había procedido Y. E. á dar por su parte cumplimiento al Convenio de Paz, y en que ademas rae espresa que deseaba que por mi interposición se acreditase al Sor. Dr. D. Daniel Araoz, en el carácter de Comisionado, cerca del Gobierno de Buenos Aires á fin de que por medio de las esplicaciones que se cambien, puedan disiparse los recelos que han nacido de hechos de algunos funcionarios dependientes de este Gobierno. Muy agradable mees avisar á V. E. que inmediatamente de recibida su res- petable carta, he dado los pasos convenieniles y me he dirigido á este Gobierno interesándome en que sea oido el Sor. Dr. Araoz por el Exmo. Sor. Gobernador, no dudando que le oiria con todo el interés que inspira el respetable nombre de V. E. que he invocado, y que tantos títulos tiene á la consideración y aprecio del Gobierno y Pueblo de Buenos Aires. El Señor Araoz acaba do decirme que habia recibido esplicaciones muy sa- tisfactorias á los puntos, cuya esplicacion yo preferí oyera del mismo Sor. Gober- nador y su Ministro. Quiera V. E. aceptar la distinguida consideración con que respetuosamente saluda á V. E. Su muy atento Servidor. Francisco S. Loras. W. 84- Buenos Aires Noviembre /G de 4850. Señor Ministro. He tenido el honor de recibir la nota de V. E. fecha 13 del corriente, en la que de orden de S. E. el Sor. Gobernador se digna V. E. manifestarme,que la ac- ción diplomática del Paraguay, acercando los miembros de una misma familia, y allanando las dificultades que hasta hoy habían aparecido insuperables, ha contri- buido poderosamente á la resolución por la paz de las cuestiones que jamas pudieran haber sido resueltas por el empleo de las armas ; y que esa acción diplomática deja consignados dos grandes hechos de un significado tan lisongero para el presente, como fecundo de esperanzas para el porvenir de la América : dignándose V. E. por últmo espresarme que la Mediación de mi Gobierno practicada por mi, se hace doblemente acreedora al reconocimiento del Pueblo de Buenos Aires, y que su Gobierno se complace de transmitirme para que por mi órgano eleve al conocimiento del Exmo Señor Presidente de la República del Paraguay. Altamente honrosas, y muy agradables serán para el Exmo. Sor. Presidente de la República del Paraguay, como lo son para mi, las espresiones con que V. E. se digna reconocer con agradeimiento los esfuerzos de mi Gobierno, y los que yo llenando los deseos de este, he empleado para poder acercar los miembros do la familia Argentina que desgraciadamente se hallaban divididos. Este acontecimiento será siempre de grande importancia para la República del Paraguay, y su Gobierno se felicitará siempre de que le haya cabido la fortu- na bien gloriosa para la Nación Paraguaya, de haber podido contribuir á que la unión de los Argentinos les haya evitado á todos los pueblos Confederados la efusión de sangre que parecía imposible evitarse en el estado que por desgracia habían llegado sus diferencias.!r fcfEitoo. Pf «idente de IB Repéblica del Paraguay, a cay» alia consi- devácibft Voy 8 l|éVar'l*s sentimientos y las espresiones benévolas con qne V. E. los manifiesta, siempre se felicitará de que la acción diplomática del Paraguay haya dejado consignados, como V. E. se sirve decirme en la ñola a qne contesto, dos grandes hechos de un significado lisongero para el presente, y fecundo do esperanzas para el porvenir de la América. V. E. en estas espresiones ha llevado al Gobierno de mi Pais una recompensa mas allá de lo que pudiera exigir por mas que esté dispuesto como siempre lo está á que la República del Paraguay contribuya con desinterés é imparcialidad á la Paz. al engrandecimiento y unión desús vecinos. Me es agradable retribuir a V. E. las espresiones gratulatorias á'mi persona, y asegurarle que me felicitaré siempre de que me haya cabido el honor de repre- sentar al Exmo. Gobierno de la República del Paraguay en la República Argentina en momentos tan solemnes, y que jamas recordaré sin gratitud las distinciones con que V. E. so ha dignado favorecerme. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno de Buenos Aires, Dr. D. Carlos Teyedor. N. 85. Ministerio de Hela-) ciones Esteriores. \ Buenos Aires Noviembre IS de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno de la Re-pública del Para- guay, Brigadier General Don Francisco S. López. El abajo firmado tiene el honor de dirigirse á S. E. el Señor Ministro Media- dor acompañándole un oficio rotulado á S. E. el Señor Ministro de Relaciones Es- teriores del Exmo.'tGobierno del Paraguay, cuya copia se permite acompañar, para conocimiento de V. E.; esperando se sirva dar dirección á dicho oficio, en la opor- tunidad que estime conveniente. El abajo firmado se complace en reiterar á V. E. los homenages de su alta y distinguida consideración. Carlos Tejeoor. N. 86. Ministerio de líela-) ciones listeriores. ( Buenos Aires Noviembre 17 de 1850. A S. E. el Señor Ministro de Relaciones Esteriores del Exmo. Gobierno de la Re- pública del Paraguay. El abajo firmado Ministro de Gobierno y Relaciones Esteriores del Estado de Buenos Aires tiene el honor de dirijirse á S. E. el Señor Ministro de Relaciones Es- teriores del Exmo! Gobierno del Paraguay, para manifestarle que habiendo termi- nado las cuestiones pendientes cutre este Gobierno y el de la Confederación Argentina por medio del Convenio do paz celebr«do el |0 . del corriente, bajo la mediación del Exmo. Gobierno del Paraguay dignamente representado por S. E. el Señor Ministro Mediador Brigadier General D. Francisco Solano López, cumplo ahora el agradable deber de significar á S. E. para que se sirva elevarlo al cono- cimiento del Exmo. Señor Presidente de dicha República Brigadier General Don Cárlos Antonio López el vivo reconocimiento de que se halla animado este Go- bierno hacia S. E. el Señor Presidente por su oportuna y amistosa interposición, coronada de un éxito el mas brillante y feliz, debido en su principal parte á los constantes esfuerzos y habilidad do S. E. el Señor Ministro Mediador. El Gobierno y el pueblo de Buenos Aires, y puede asegurarle también Ja Confederación Argentina recordarán siempre con gratitud que en los momentos en que iba á correr á raudales la sangre de los hijos de una misma Patria, la amisto- sa interposición de un Gobierno Americano tuvo la fortuna de impedirlo. Sírvase pues S. E. presentar en nombre de este Gobierno al Exmo. Señor Presidente, sus mas calorosas felicitaciones por un acto que revela elocuentemen- te los sentimientos humanitarios de S. E. y su decidido interés por la paz y felici- dad fie estos países, y al misino tiempo aceptarse V. E. las seguridades de la dis- tinguida consideración y aprecio con que lo saluda. Firmado. Carlos Tejedor. Es copia. Palemón IIuekuo. N. 87. Buenos Aires JSoviembre 24- de 1850. Señor Ministro. Siéndome necesario fijar los puntos de la conferencia, que en la tarde de ayer, el Exmo. Sor. Gobernador y V. E. tuvieron la bondad de acordarme, me permito presentar á V. E. para su confirmación el cstracto siguiente. En el interés de hablar á S. E. el Sor. Gobernador, me presenté en su des- pacho, y habiendo sido recibido, manifesté á S. E. que mi objeto era recordarle que se aproximaba la espiración del término estipulado en el artículo 11 del con- venio de 10 del corriente. Que este paso lo daba por que innumerables personas del Pueblo y del Comercio, aun comisiones de esto, habian estado á pedirme que no me retirase del Pais, sin que antes se hubiese realizado el cumplimiento del artículo 11. y hubiese vuelto la situación al estado de Paz. Que esta zozobra de que estaban poseídos los que me habian visto, y de que no podia yo menos partf^ ticipar también, me había decidido á dar este paso, por que tenia ademas el in- terés de poder instruir á mi Gobierno, de que efectivamente el Pueblo de Buenos Aires, quedaba restituido á su estado de paz. S. E. el Sor. Gobernador me contestó que efectivamente faltaban pocos dias para hacerse el desarme, y que el Gobierno dispuesto como estaba á cumplir lo pactado, iba á verificar el desarme de toda la línea en el viérnes próximo 25 del corriente. Entonces repliqué, si solo se verificaría el desarme de la línea y el retiro de esta, y me respondió que no : que lo que se iba á hacer era desarmar toda la línea, retirar la guardia nacional á sus hogares, y destruir las trincheras, restitu- yendo todo al estado de paz. Me agiegó S. E. que éi se felicitaba de que hubieran estado á verme las per-senas iJel Pueblo, y pedirme la suspensión de mi viage, porque podría mi perma- nencia ser útil aun, y que en esta persuacion él mismo la deseaba. Le repuse con este motivo, que me complacía de oir á S. E. que estuviese dispuesto a desarmar la línea en el día 28 próximo, á dejar todo en estado de paz, y á destruir las trincheras, por que de este modo, no solo quedaría cumplido el Convenio, sino tranquilizado el Pueblo y el Comercio, quienes por el estado de Asamblea y de sitio, no tenían una perfecta tranquilidad. Que en cuanto á la utilidad que pudiera ofrecer mi permanencia, por unos dias mas, yo no podía dejar de recordar a S. E. que varias veces y hasta el fasti- dio quizá, le habia oportunamente ofrecido mis servicios, al ver el mal estado, por que ha pasado estos dias el Puehlo, para arreglar cualquiera dificultad que hubiese podido surgir respecto al desarmo de las fuerzas, que se hallaren en la campaña, pues que conocía a algunos de sus gefes, y aunque no conocía á los otros, creía que si yo los hubiese invitado á una entrevista, en algún punto, habría podido arreglarlo todo, haciendo valer la posición que ante ellos mismos me ha- bían formado las distinguidas consideraciones que me dispensó S. E. el Señor General Urquiza. Que esto habia yo propuesto al Gobierno, desde antes de la partida del Sor. Presidente de la Confederación, pero que no habiendo sido aceptada mi oferta, debí comprender que, ó el Gobierno, no la necesitaba, ó que este tenia la segu- ridad del desarme en la campaña. S. E. el Sor. Gobernador me contestó que efectivamente hoy no ofrecía difi- cultades el desarme en la Campaña, puesto que todo iba muy bien y que todos los gefes se sometían al Gobierno. Me agregó S. E. que aunque el Gobierno se proponía el viernes 25 reponer todo al estado de paz, no por eso levantaría el estado de sitio, proponiéndome que haría venir al Señor Ministro de Gobierno. Efectivamente V. E. vino y el Sor. Gobernador le dijo entonces que yo nece- sitaba algunas esplicaciones que habia pedido, y que me las diese. V. E. se manifestó dispuesto á dármelas, y con ese motivo observé que yo no venia á pedir esplicaciones, sino en fuerza de mi deberá llamar la atención del Gobiernosobre la próxima espiración del término de quince dias fijado en el artículo \ 1. del Convenio para el desarme de las fuerzas, poniendo todo en un estado do paz, y que se aproximaba el término de la época fijada para la convocación de la Convención Provincial. Me interrogó entonces V. E. ¿con qué objeto pide el Sor. Ministro? Respon- dí que teniendo deberes que llenar ante mi Gobierno sentina una viva pena al tener que decirle que aun se conservaba Buenos Aires, en el mismo pié de guerra. Recitando V. E. el artículo \ \ del Convenio, replicó que él no imponía sino la obligación de evacuar el Señor General Urquiza con su Ejército el territorio do Buenos Aires, en el término de quince dias, y que la reducción de fuerzas, al pie de paz, debería ser simultánea, añadiendo que aun el Gobierno no tenia noti- cia de que el Señor General Urquiza lo hubiese practicado. Yo repuse á V. E. que habia una grande equivocación por parte del Señor Ministro, tanto mas estraña en él, cuanto que habia sido el mismo quien había redactado el artículo del Convenio, después de una larga y luminosa discusión sobre la materia. V. E. me observó que no habia tal obligación para Buenos Aires, y que yo debia forzosamente manifestar á mi Gobierno, que si el General Urquiza, ( sin querer hacerle inculpación) se apresuró á retirarse dejando partidas enormes, fué por la necesidad que sintió de hacerlo asi, yo entonces interrumpí á V. E. diciendo que no admitía el adverbio forzosamente, pues que yo procedería do forzosamente, sino como creyese de mi deber, pues que si el Señor General Ur- quiza, se habia retirado con su Ejército antes del término señalado por el artículo 11, me persuadía que consecuente con lo pactado habia querido dar al Gobierno de Buenos Aires este testimonio de la buena fé, con que procedía, y con que el Gobierno deseaba que procediese consecuente, por otra parte, con lo mismo que los Señores Comisionados de Buenos Aires habían deseado en las conferencias: que el Señor General Urquiza, habia previamente ordenado á los Gefes de aque- llas partidas que se pusieran á las órdenes del Gobierno Provincial, y que estos Jo habían cumplido, según Jas diferentes comuniciones que los diarios registran. Recordé también que cuando el Señor General Pedernera se vió obligado á retardar por pocos dias su retiro con la División de su mando, el Gobierno de Buenos Aires tuvo ocasión de invocarme esto hecho como infracción del Convenio. He manifestado á V. E. que daba aquel paso cerca del Gobierno de Buenos Aires, por que habiendo empeñado la garantía del Exmo.Gobierno del Paraguay, me halla- ba en la necesidad de cumplir un deber, y averiguar la verdad de las cosas, previ- niendo desde luego que el Gobierno paraguayo, no querría ni podría sufrir ningún desaire. V. E. me espresó entonces que no se sabia aun, si el Sor. General Urquiza se hallaría en estado de paz, pues aunque se había retirado, no habia hecho conocer que su Ejército hubiese sido reducido al pie de paz. A esto contesté que S. E. el Señor Presidente de la Confederación habia disuello desde aquí su Ejército enviando á cada Pueblo, las divisiones y soldados V. E. me replicó que hoy su Gobierno no podía practicar ni el desarme, ni levantar el estado de sitio, mientras la Campaña, no estuviese enteramente tran- quila. Con tal motivo recordé á V. E. que en el curso de la conferencia habia oido que las partidas á que se referia eran tan reducidas que no podían inspirar cuidados, que la Campaña estaba tranquila, que los gefes se sometían, y que observaba yo en esto alguna equivocación. V. E. me repuso entonces que no estaba exenta de recelos, pues aunque decían que se sometían no desarmaban aun, citándome el hecho de que el Comandante Pita al dar cuenta del desarme de su fuerza,decía con- servar su escolta á la orden del Gobierno, de que el Coronel Prida aun tenia cuatro cientos hombres, y que otros mandaban ochocientos : Yo manifesté á V. E. que probablemente se desarmarían, desde que todos ellos habían oficiado al Gobierno, sometiéndose á su autoridad. Después de varias observaciones cambiadas entre nosotros, V. E. concluyó por declararme que el Gobierno no desarmaba las fuerzas, que el estado de sitio no se levantaría, y que la convocación de la Convención no se haría hasta que no estuviese desarmada toda la Campaña. En presencia de esta declaración signifiqué á V. E. que escusaba hablar mas, declarando á S. E. el Señor Gobernador y á V. E. que no aceptaba esa declara- ción y que reiteraba la que habia hecho de que el Gobierno paraguayo no querría ni podría sufrir ningún desaire. Siento sobremanera distraer á V. E. con el objeto que queda espresado ; pero V. E. justificará este paso, desde que como yo comprendo, cuanto importa escla- recer la exactitud de los hechos para que en las ulterioridades que puedan sobre- venir, sirvan estas mismas esplicaciones para espresar y aclarar las causas que pueden obstar al cumplimiento estricto de lo pactado. Yo me permito esperar que penetrado V. E. de esto mismo se dignará recabar—100— del Exmo. Señor Gobernador, el que se sirva espresarme, si la relación que acabo de hacer, es ó no exacta. Quiera V. E. aceptar las seguridades de mi estimación y aprecio. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno de Buenos Aires, Dr. D. Carlos Tejedor. N. 88. Ministerio ,if. Reía- \ ciónos Estcriorcs. j Buenos Aires Noviembre 20 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier Ge- neral D. Francisco S. López. Señor Ministro: El abajo firmado ha tenido el honor de recibir y poner en conocimiento de S. E. el Sor. Gobernador, la comunicación de V. E. del 24 del corriente en que solicita la confirmación de los puntos principales de la conferencia del dia anterior y que V. E. reproduce en su comunicación. Esa conferencia tenida una parte de ella con S. E. el Sor. Gobernador, y otra con el abajo firmado, fué considerada por ambos como un cambio de esplicaciones amistosas sin presumirle ninguna ulterioridad diplomática, por cuanto el Gobierno de Buenos Aires no consideraba llegado el caso de diferir á interpelaciones oficia- les sobre el cumplimiento del convenio del 10,de parte de V. E. desde que la ga- rantía moral del Exmo. Gobierno del Paraguay, era en el convenio una condición ad referendum, que aun no ha sido aprobada ni ratificada por el Gobierno fie V. E. y por otra parte por no haber ocurrido motivo alguno para hacer reclamos a este Gobierno sobre el cumplimiento de obligaciones que so estaban llenando entre los términos estipulados con una puntualidad que abona sin duda por la buena fé do este Gobierno. Estas circunstancias que el abajo firmado hizo valer á V. E. en su conferencia del 23, no podían inspirar la ¡dea de que dicha conferencia debiera ser mas tarde protocolizada ; y niel Sor. Gobernador, ni su Ministro de Gobierno creyeron de- ber tomar las notas necesarias para tal objeto, de los puntos que animaron la con- versación con V. E. Pero en general los puntos que contiene la comunicación del Sor. Ministro, son efectivamente, según las recordaciones del abajo firmado, mas ó menos los que entretuvieron la conferencia ; y se complace en transmitirlo á V. E. á los fines que V. E. se propone. Por un momento el Gobierno de Buenos Aires pudo prever, con un profundo pesar que las dificultades para el ejercicio de su autoridad en todo el territorio del Estado provenientes de la lentitud con que practicaban su desarme los Gefes am- nistiados podia dar lugar á retardar el cumplimiento de las obligaciones mas in- mediatas del tratado, por parte do Buenos Aires ; pero una reacción benéfica á ta paz en el proceder de aquellos Gefes obviaron aquellas dificultades, y V. E. co- noce ya el decreto del Gobierno convocando la convención de que habla el artícu- lo 3o. del convenio. Las fronteras del Nort, del Oeste y del Sur, han sido y son todavía un —401 — horrible teatro de devastación,ya por los indios que acompañaron el Ejército de la (Confederación, ya por Gefes mismos que entraban á las condiciones del convenio. Pero si tal situación requiere vivamente la cooperación del Gobierno para impedir que se consume la ruina de la campaña, muchos dias después de ser conocido el convenio de paz en esos lugares, eso no ha obstado, como lo conoce V. E. á que el Gobierno de Buenos Aires empiezo á poner su Ejército en pie de paz, no obs- tante que este compromiso era recíproco, y la ejecución simultánea entre los contratantes ; y con solo sus fuerzas ordinarias no completas aun, acudir á la defensa de la frontera, esperando que ellas y los reclamos consiguientes y justos que presentará inmediatamente al Gobierno do la Confederación, será lo bastante á prevenir en lo futuro la repetición de los daños (pie hasta este momento, quince días después de firmada la paz, se están infiriendo á la riqueza del Pais. Estas seguridades que el abajo firmado se complace en trasmitir al Señor Ministro Mediador, son de suyo suficientemente ingénuas y apoyadas por hechos tan notorios que la religiosidad del Gobierno de Buenos Aires en el cumplimiento de lo pactado resaltará, no puede dudarse ante la imparcialidad del Sr. Ministro. Hahiendo dejado así satisfechos los deseos del Sor. Ministro, en conformidad á las órdenes recibidas de S. E. el S. Gobernador, el abajo firmado tiene el honor de reiterar á V. E. las seguridades de su mas alta y distinguida consideración. Carlos Tejedor. N. 89. Buenos Aires Noviembre 2G de 1850. Señor Ministro. He tenido el honor de recibir la comunicación de V. E. fecha de hoy, en la que contestando á la mia del 24, se sirve V. E. decirme de órden del Exmo. Sor. Gobernador, entre otras cosas, que la conferencia a que yo me refiero, fué con- siderada por V. E. y por su Gobierno como un cambio de esplicaciones amistosas, sin presumirse ninguna ulterioridad diplomática, por cuanto el Gobierno no consideraba llegado el caso de diferir a interpelaciones oficiales sobre el cumpli- miento del Convenio del 10 ; y que pe r otra parte no habia dado motivo á recla- mos sobre el cumplimiento de obligaciones que se estaban llenando entre los términos estipulados, concluyendo con espresarme que las seguridades que se digna transmitirme, son de suyo suficientemente ingénuas, y apoyadas en hechos que hacen resaltar la religiosidad del Gobierno en el cumplimiento de lo pactado. Al paso que me es agradable espresar á V. E. el aprecio con que acepto las seguridades que en nombre de su Gobierno se sirve transmitirme, tengo pena en que contra lo teslual de mi citada nota, haya podido el Gobierno interpretar por interpelación, ó reclamo el paso que yo di, y á que se refiere mi nota del 24. En mi conferencia con el Exmo. Señor Gobernador y con V. E. fui tan esplícito, que si V. E. se toma la molestia de consultar sus términos, se persuadi- rá que muy lejos de interpelar, y reclamar, no quise ni aun aceptar las palabras de que usó S. E. el Señor Gobernador, cuando llamado V. E. le dijo que me diera las esplicaciones que yo le pidiese. Entonces, como recordará V. E., yo le espresé que no iba á pedir esplicacion sino a llamar la atenciou del Gobierno de que los términos para el desarme y para la convocación estaban al espirar. 13—»ot—» Esto lenguage empleado allf por roí persuadirá á V. C. qae no he intentado hacer interpelación ni reclamo alguno, y mas se convencerá V. E. de esta sinceri- dad de mi parte si observa que yole di las causas impulsivas de aquel paso. Prescindiendo de todo comprendo que cualquiera que fuese mi carácter no po- día hacer interpelación, ni reclamo, ya por que los plazos no habían espirado aun y ya por que no alegaba hechos que revelasen la infracción de lo pactado: y es por esta inteligencia de mis deberes que presentando á V. E. los motivos que me decidían á aquella conferencia, me limite ú llamar la atención del Gobierno. Estas esplicacioncs que me es muy agradable dar á V. E. convencerán al Exmo. Sor. Gobernador y á V. E., que jamas he dudado ni por un momento de su religiosidad en el cumplimiento de lo pactado, ni de la buena fé que reconozco cu los actos del Gobierno. Quiera V. E. elevar á la consideración del Exmo. Sor. Gobernador esta espli- cion, y hacer penetrar á S. E. que á no haber sido la circunstancia de estar á es- pirar los términos y de haber sido incitado como le espresé á viva voz, habría espe- rado á que vencidos los términos se hubiese confirmado el concepto, que nunca he dejado de tener de que el Gobierno llenaría con religiosidad los deberes que aceptó por el pacto del 10; y que solamente aquellas circunstancias han podido influir para que hubiese hecho un recuerdo que en nada participa de las calidades de una interpelación ó reclamo. Me es grato saludar á V. E. con toda consideración y estima. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno de Buenos Aires, Dr. D. Curios Tejedor. N. 90. Buenos Aires Noviembre 28 de 4859. Señor Ministro. Habiendo terminado la misión con que el Exmo. Gobierno de la República del Paraguay, me ha honrado, acreditándome su Ministro Mediador en la Repú- blica Argentina, tengo que retirarme del Pueblo de Rueños Aires, en que su Gobierno, y sus habitantes me han favorecido con distinguidas demostraciones de consideración y aprecio. Muy lisongero me será espresar al Exmo. Gobierno de la República del Pa- raguay el íntimo reconocimiento de que voy poseído por las consideraciones que el Gobierno de Buenos Aires colectiva é individualmente me ha dispensado : y mientras lleno yo aquel justo deber, ruego á V. E. me permita llenar otro no menos justo y muy grato para mi, cual es el de pedir á V. E. eleve á la conside- ración del Exmo. Sor. Gobernador la espresion de mi gratitud que se dignará V. E. aceptar también y avisar á S. E. que mañana me ausento de Buenos Aires, poseído de un agradecimiento indeleble hácia los habitantes todos, de Buenos Aires, de quienes he recibido testimonios de alto aprecio, que siempre recordaré con placer. Quiera V. E. aceptar mi despedida y penetrarse que al retirarme de Buenos Aires, hago votos por la prosperidad del Gobierno, de quien V. E. forma parte, y por la Paz y felicidad de este ilustrado pueblo. Francisco S. López. A S. E. el Sor. Ministro de Gobierno de Buenos Aires, Dr. D. Carlos Tejedor •^-403—- N, 91 Minitterio de Rola-) cion«s Estertores, j Buenos Aires Noviembre 38 de 1859. A S. E. el Sor. Ministro Mediador del Exmo. Gobierno del Paraguay, Brigadier General Don Francisco S. López. El infrascripto ha puesto en conocimiento de S. E. el Sor. Gobernador la nota de V. E. fecha de hoy, en que en los términos mas obligantes se digna comunicarle .su próxima partida de Buenos Aires, y ha recibido órden para decir á V. E. que no menos penetrado el Gobierno, que el Pueblo de Buenos Aires, de los inapre- ciables servicios que le ha prestado V. E. le es muy grato renovar una vez mas á V. E. el sincero agradecimiento del Gobierno al desearle un arribo feliz á su País natal. El infrascripto tiene órden igualmente para decit á V. E. que el Gobierno ha dispuesto sea V. E. acompañado en su embarque por el Inspector y Comandante General de Armas Brigadier General D. Enrique Martínez, el Capitán del Puerto, y el oticial Mayor de este Ministerio. Al tener c'. honor de dar á V. E. la despedida, quiera V. E. aceptar las segu- ridades de su mas distinguida consideración y aprecio. Carlos Tejedor. Ministerio de Rela- ciones Esteriores. N. 92. Paraná Noviembre 17 de 4859. El Gobierno Argentino ha visto con la mas alta satisfacción, que los laudables deseos de la República del Paraguay en favor de la paz interna de la Confedera- ción, cuya ejecución fué muy dignamente confiada á los distinguidos talentos de V. E., han sido coronados por el mas brillante y completo resultado. S. E. el Señor Vice-Presidente de la Confederación en ejercicio del P. E. avalorando debidamente la importancia del servicio prestado á aquella, porta República hermana del Paraguay, y por V. E. como su digno representante, que ha cooperado con tanto celo como intelijencia á los invalorables esfuerzos del /lustre fundador de la Union Nacional, y de la Bcpúb/ica Argentina constituida bajo la ley de 1o. de Mayo de 1853, ha ordenado por su Decreto de 1 5 del presente, sea presentado un voto de gracias á nombre de la Confederación Argentina áS. E. el Sor. Presidente de la República del Paraguay y á V. E. como suMinistro Pleni- potenciario y Mediador en la gravísima cuestión que ha sido felizmente resuelta. Al poner en su conocimiento el mencionado Decreto, que adjunto en copia legalizada, según las órdenes de S. E. el Sor. Vice-Presidente, cumplo igualmen- te con la de presentar á V. E. á nombre de la Confederación Argentina, y de su Gobierno, el mas espresivo voto de gracias por la habilidad, y el celo, con que ha sabido contribuir á la Union de todos los Argentinos ; ofreciendo este nuevo testimonio del vivo interés que lo anima por la amistad estrecha de las dos Repú- blicas Argentina y Paraguaya. V. E. me permitirá añadir, lo espero, á los votos esprefiados, la felicitación mas viva por mi parte, y la reiteración de los sentimientos de mi particular y uiuv distinguida consideración. Luis J. de la Pe.ña.J¥. 05. Departamento de | Guerra y Marina j Paraná, 15 de Noviembre de 1850. El Vice-Presidentc de la Confederación Argentina en ejercicio del Poder Ejecutivo. Por cuanto el Exmo. Señor Presidente Constitucional de la Confederación, participa que ha dado cumplimiento á las disposiciones de la Ley de 20 de Mayo del corriente año, en la forma quo instruyen los documentos adjuntos. Ha acordado y Decreta. Artículo 1o. Por ocho dias consecutivos se publicará en el Periódico Ofi- cial,—el convenio celebrado el día 10 de este mesen San José de Flores,—la Proclama que dirigió al Pueblo do Buenos Aires,—y la orden general que el dia 11 se circuló al Ejército de la Confederación. 2o. Declárese quo el Exmo. Señor Capitán General Presidente de la Con- federación Argentina, Don Justo José do Urquiza es fundador de la Union Nacional y de la República Argentina, constituida, bajo la ley federal de 1°. de Mayo de 1855. 3o. El Ejército vencedor en Cepeda, ha merecido bien de la Patria y el Go- bierno pedirá al Congreso un premio que recuerde aquella acción gloriosa y el Convenio patriótico del 11 de Noviembre, que consagra la unión de Buenos Aires con las treces Provincias hermanas. 4o. Se ofrecerá un voto de gracias al Supremo Gobierno déla Bepúblicadel Paraguay y al Exmo. Señor Brigadier General Ministro Mediador Don Francisco Solano López, que ha empleado con noble y generoso empeño sus buenos y fra- ternales oficios para acercar á lal/nion las partes dicidentes de la República Argentina. 5o. Sométase este Decreto al Congreso Legislativo en su próximo sesión extraordinaria en el mes de Febrero de 1860. 6o. Comuniqúese, circúlese, publíquese y dése al Registro Nacional. CARRIL. José Miguel Galán. Gerónimo Espejo. Oficial Mayor. José F. López. N. 94. Paraná Diciembre 10 de 1850. Señor Ministro. Ayer tuve el honor de recibir lo nota de V. E. fecha 17 de Noviembre en quo se sirve comunicarme que el Gobierno Argentino ha visto con la mas alta satis- facción que los laudables deseos de la República del Paraguay, en favor de la Paz interna de la Confederación, hayan sido coronados por el mas brillante y comple- to resultado. Que S. E. el Señor Vice-Presidentc de la Confederación en ejerci- r irmados= Está conforme= Es copia, 40*— ció del Poder Ejecutivo, avalorando debidamente la importancia del servicio pres- tado á aquella por la República hermana del Paraguay, y por mí como su repre- sentante cooperando con celo ó inteligencia á los invalorables esfuerzos del ilustre fundador de la Union Nacional y de la República Argentina constituida bajo la Ley del Io. de Mayo de 1853, ha ordenado por su Decreto del 1 5 de Noviembre últi- mo, sea presentado un voto de gracias á nombre de la Confederación Argentina á S. É. el Señor Presidente de la República del Paragüey, y á mí como su Ministro Mediador en la gravísima cuestión que ha sido felizmente resuelta, que al acom- pañarme copia legalizada de aquel Decreto, según las órdenes de S. E. el Señor Vice-Presidente, me presenta á nombre de la Confederación Argentina y su.Go— bienio el mas espresivo voto de gracias por la habilidad y el celo con que había, cont ribuido á la Union de todos los Argentinos, ofreciendo este nuevo testimonio del vivo interés que lo anima por la amistad estrecha délas dos Repúblicas, Ar- gentina y Paraguaya, concluyendo V. E. por añadir también sus votos do felicita- ción por su parle. Al aceptar el alto honor con que el Exmo. Sor. Presidente se digna favore- cerme, lleno el mas grato de mis deberes, pidiendo á V. E. se sirva manifestar al Exmo. Señor Vice-Presidente, que mi Gobierno á quien voy á dar cuenta del resulta do de mi misión y del contenido de la nota que contesto,recibirá y apreciará con fino reconocimiento la demostración altamente digna que el Gobierno Argentino le dirige por el feliz resultado de su mediación. Yo en su nombre me apresuro á manifestar á V. E. el agradecimiento del Exmo. Sor; Presidente de la República del Paraguay por el voto de gracias que se dirige á él, como á su Minstro Mediador, asegurando á V. E. que la Nación Para- guaya mirará siempre como uno do sus acontecimientos mas felices el haber con- tribuido á la Union de la gran familia argentina, por tantos años dividida. Yo me retiro. Sor. Ministro, para mi Patria, llevando una gratitud, que será indeleble por las distinguidas consideraciones de bondad, con que el Gobierno de la Confederación se ha dignado favorecerme. Dígnese V. E. elevar al conocimiento del Exmo. Sor. Vice-Presidente la es- presion que dejo equí consignada en nombre de mi Gobierno, de mi reconocimiento á las honrosas distinciones que personalmente me ha hecho el Sr. Vice-Presidente y de mis votos por la prosperidad de la Nación Argentina. Rogando á V. E. quiera también aceptar la espresion de mi gratitud por sus felicitaciones personales, reitero á V. E. las seguridades de mi distinguida consi deracion y estima. Francisco S. López. A. ¿>. E. el Sor. Ministro de Relaciones Esteriores de la Confederación Argentina Dr. D. Luis José de la Peña. N. 95. Exmo. Sr. Brigadier General Don Francisco Solano López, Ministro Mediador de la República del Paraguay. cisco S. López. —407— 97 Eacmo. Sr. Capitán General D. Justo José de Urquiza, Presidente de la Confedera- ción Argentina. Paraná Diciembre 19 de 1859. Señor: Cuando escribí á V. E. el 11 del corriente avisando mi salida de Buenos Aires, nutria todavía la esperanza de poder tal vez saludar á V. E. personalmente antes de volver á mi Patria, emprendiendo un vir.ge por tierra de esta Ciudad hasta la casa de V. E pero con sentimiento tengo que renunciar hoy á aquella lisongera esperanza ; pues á consecuencia de los sucesos que V. E. conoce, me hallo en la necesidad imprescindible de llegar la Paraguay cuanto antes. Al dejar la Confederación Argentina, é ir ádar cuenta á mi Gobierno del feliz resultado de la comisión que me ha confiado, lo hago poseído de la mas sincera gratitud por las pruebas tan distinguidas que V. E. se ha dignado darme de apre- cio y amistad. Muy agradable me es confesar á V. E. que á pesar de haber parecido insu- perables las dificultades que se presentaban á la reconstrucción de la nacionalidad Argentina, jamas perdí la esperanza de un arreglo amistoso que pudiera reunir todos los Pueblos argentinos, pues los sentimientos elevados y generosos que siempre noté en V. E. eran para mi una prenda segura de la paz, que en nombre de ni i Gobierno venia buscando para estos Pueblos, á quienes la República Para- guaya mira con todo el interés fraternal, que produce un mismo origen americano. Me complazco en que mis creencias no han sido equivocadas, y reconociendo como me es agradable reconocer, que á la noble¿ deferencia de V. E. con un her- mano, debo en gran parte el mejor éxito de mi misión, me es grato consignar esta convicción, y rogarle que al despedirme de V. E. me permita ofrecerle el homenage de mi respeto y gratitud, asegurándole que en todas las épocas de mi vida, recordaré con placer la abnegación de que le he visto dar tantas pruebas, en momentos verdaderamente los mas difíciles. Dígnese V. E. admitir la espresion de mi profundo respeto— Francisco S. López.PROTOCOLO DE Conferencias habidas entre la Comisión del Exmo. Señor Presidente de la Confederación y el Exmo. Gobierno de Buenos Aires A\TE S. E. EL Sr. MINISTRO MEDIADOR POR LA REPUBLICA DEL PARAGUAY,RRIGADIER GENERAL D. FRANCISCO S. LOPEZ. PRIMERA. En cinco de Noviembre de mil ochocientos cincuenta y nueve, reunidos en la Chacra de Monte Caceros, en presencia del Exmo. Señor Ministro Mediador de la República del Paraguay, Brigadier General D. Francisco S. López, los Señores Brigadier General D. Tomas Guido, Ministro.Plenipotenciario de la Confederación Argentina, cerca de S. M. el Emperador del Brasil, y del Estado Oriental, el Señor- Brigadier General D. Juan E. Pedernera, Gobernador de la Provincia de San Luis, y Comandante de la circunscripción militar del Sud, y el Doctor D. Daniel Araoz, Diputado al Congreso nacional, por la Provincia de Jujuí, como Comisionados nombrados por parte del Exmo. Señor Presidente de la Confederación Argentina,y por parte del Gobierno de Buenos Aires, los Señores Dr. D. Carlos Tejedor, 1). Juan Bautista Peña y Dr. D. Juan C. Obligado, se procedió á la verificación y cange de los respectivos Plenos Poderes, que se encontraron conformes. En seguida el Exmo. Señor Ministro Mediador, Brigadier General Don Francisco S. López, abrió las conferencias, espresando que como representante de la República del Paraguay estaba animado de los mas vivos deseos de ver terminadas por un arreglo pacífico las diferencias suscitadas entre el Gobierno de la Confederación Argentina, y del Estado do Buenos Aires, y que abrigaba la mas fundada esperanza, de que ha- biendo logrado reunir en aquel lugar los Señores Comisionados de ambos Gobier- nos, pudiera llegarse á un arreglo que pusiese término a la lucha,y evitarse la efu- sión de sangre entre los miembros de una misma familia,desgraciadamente dividida, que lo seria muy lisongero por su parte obtener tan feliz resultado, y que esperaba del patriotismo de los Señores Comisionados, que al entrar en la discusión de las bases de paz, hiciesen completo olvido de todo lo pasado y prescindiesen de toda recriminación por las diferencias anteriores que los había dividido—Tomó en se- guida la palabra el Señor General Guido para manifestar que la comisión á que pertenecía, venia animada de los mejores deseos por la paz, y de evitar que se derramase aun mas sangre argentina de la ya vertida desgraciadamente para ter- minar una cuestión que contando con el patriotismo de los Señores Comisionados podia tener una solución pacífica inmediata, dejando definitivamente 'restablecida la integridad nacional, que debía ser la baso primordial de /la presente negocia- ción—El Señor Peña contestó espresando en nombre de la comisión á que pertenecía los mismos nobles sentimientos do conciliación y de paz, y el mismo deseo de ver restablecida bajo bases honrosas la integridad de la Nación Argentina—Se preguntó en seguida por uno de los Señores Co- misionados de la Confederación, si los Señores Comisionados de Buenos Aires, traían redactadas algunas bases de arreglo, á lo que se contestó por aquellos que la Comisión de Buenos Aires no traía proyecto de bases formulado, pero que estaba muy dispuesta á entrar en la discusión de las que se presentasen, bien fuere por el Ministro Mediador, ó por alguno de los Señores Comisionados—El Sr. Ministro Mediador espresó que habiendo recibido la noche anterior las instruccio- nes dadas á unos y á otros Comisionados, no había tenido ol tiempo material para formular proposiciones—Después de una larga y luminosa discusión en que to- maron parte todos los Señores Comisionados, y en la que se trató de acordar los medios mas adecuados para restablecer la integridad nacional, conciliando todos los intereses, y salvando todos los derechos cuestionados de ambas partes, se convino por los Señores Comisionados de la Confederación en formular las si- guientes proposiciones que deberían consignarse en el presente Protocolo. i°. La Provincia de Buenos Aires hace la declaración solemne de que forma parte integrante de la Confederación Argentina. 2°. Se concede á la Provincia de Buenos Aires, el libre exámen de la Cons- titución de la Confederación Argentina, por medio de una Convención Cons- tituyente, que deberá reunirse dentro de veinte dias contados, desde que se firme la paz, y compuesta del doble número de Diputados del que se compone la Cáma- ra actual de Diputados. Se convino en segiyda por los Señores Comisionados, habiendo asentido á esta indicación del Sor. Ministro Mediador, en que siendo la hora avanzada se le- vantaría la sesión, dejando la rosolucion de esas proposiciones, así como de todas las demás bases que deben formar el pacto de paz, para la reunión del dia siguien- te, que debia verificarse á las diez de la mañana en San José de Flores. Francisco S. López. vul/¡ a Tomas Guido. Juan E. Pedebneka. Daniel Araoz. Delfín B. Huergo. Secretario. Benigno Lapbz. Secretario. Carlos Tejedor. Juan Bautista Peña. Antonio Cruz Obligado. José M. la Fuente. Secretario. SEGUNDA. En seis de Nov iembre de mil ochocientos cincuenta y nueve, reunidos en San José de Flores, los mismos Señores mencionados en el Protocolo anterior, el lixmo. Señor Ministro Mediador, Brigadier General D. Francisco S. López, abrió las conferencias espresando que escitado, en la confereucia del dia anterior por 14-^to- los Señores Comisionados á presentar ét los pontos á la discusión, ú fin de que esta nq se estraviase y fuese en órden, había sentido y sentia una verdadera difi- cultad, por qué no siendo ideas propias las que habían de formarlas proposiciones que prese ntáse á la discusión, había necesitado recapitular las ideas todas de ambas'Comisiones para formular una proposición que buena ó no, represente el pensamiento de ambas comisiones en lo que era posible conciliar ese pensamiento hijo de intereses opuestos. Que defiriendo por su parte el Sor. Ministro á las intimaciones que le habían hecho los Señores Comisionados, él habia redactado algunos puntos que los propondría á la discusión, permitiéndose rogar á los Señores Comisionados que, si en alguna proposición hubiese algo que afectase suceplibilidad, no lo miren como la espresion del sentimiento del Mediador, sino como la redac- ción exacta, y en lo posible aproximada de las ideas encontradas de los Señores Comisionados, y de las que con el ánimo de conciliar los intereses, habia espri- mido las proposiciones que en el siguiente órden proponía, para que fuesen consideradas y discutidas, rogando á todos, que en la discusión, le permitiesen ayudar á ambas Comisiones en sus observaciones, pues que en esta interesante discusión, él quería agregar al carácter de Ministro del Paraguay, el de represen- tanto de la confraternidad de los argentinos, espuesta á disolverse quizá para siempre, y cuyo precioso vínculo deseaba su Gobierno reanudar. 1». Buenos Aires se declara parte integrante de la Confederación Argentina, y verificará su incorporación por la aceptación, y jura solemne de la Constitución nacional. 'Btttkll al f>(idqmoo o?, oap ion BohcuKfiWyb onuatsu. ouloo loo rMov([t>\u-> v ,si»q ■ Dentro de veinte días de haberse firmado el presente Convenio, se convocará una Convención Provincial que examinará ta Constitución, sancionada en Mayo de 4853, vigente en las demás Provincias Argentinas. anl>ot db á&db toe ieowoidB^qoriq müs o£r¡oiou!ow>i «I onnojab .note* tú B^efanv ' La elección de los miembros que formarán la Convención, se hará libremente por el pueblo, y Con sujeción á las leyes de elecciones que regían en Buenos Aires, para la elección de los representantes de la Sala Constituyente en número doble. 4». Si la Convención Provincial aceptase la Constitución sancionada en Mayo de 1853, y vigente en las demás Provincias Argentinas sin hallar nada que observar á ella, la jurará Buenos Aires solemnemente en el dia, yon la forma que esa Constitución Provincial designare. 5». En el caso que la Convención Provincial manifieste que tiene que reformar en la Constitución mencionada, esas reformas serán comunicadas al Gobierno Nacio- nal, para que presentadas al Congreso federal se decida la convocación de la Convención revisora de la Constitución Nacional, á la cual la Provincia de Buenos Aires, se obliga á enviar sus Diputados, con arreglo á su población, debiendo acatar lo que la Convención revisora asi integrada decida definitivamente. ? úiiflitól j ■• W ■ 6s -: m i b ftnyíví ¿j i n I Interin llega la mencionada época Buenos Aires, no mantendrá relaciones di- plomáticas de ninguna clase, y contribuirá á los gastos nacionales de este ramo en proporción al número de sus habitantes. » Hínoñs... 8< i oh or.-uj'-ioq b)uv'mlc(ftwü¡hfioo «»!n»». »vJ ."i oIujUHr Id Todos los establecimientos públicos existentes en Buenos Aires de cualquier clase y género que sean, seguirán siempre correspondiendo á la Provincia de Buenos Aires, y serán Gobernados y legislados por1 la autoridad de la Provincia. 1 '" ' ' »*$|ir.Y..ra MaimXicfiñoi oop >l Se eceptua del articulo anterior la Aduana, y como por la Constitución Fede- ral corresponden las Aduanas esteriores á la Nación, queda convenido, en razón de ser casi en su totalidad las que forman las rentas de Buenos Aires, que la Na- ción garante á la Provincia de Buenos Aires su presupuesto del año de 1859, hasta cinco años después de su incorporación, para cubrir sus gastos inclusive su deuda interior y esterior. .uUvj faiih tiu¡ jol tú no edirÁ.aoaáiifl oh :oí. j.iioi¿ Las leyes que Buenos Aires se ha dado sobre comercio interior y de navega- ción deben ser conservadas y jamas se mudarán sino en un sentido favorable á las libertades comerciales. 10". Todos los Generales, Gefes y oficiales dados de baja, desde el 1o. de Diciem- bre de 1852, serán restablecidos en su rango, y goce de sueldos. 11-. En consecuencia del artículo anterior todos los Gefes y oficiales de la Provin- cia de Buenos Aires, que han tomado servicio con el Gobierno Nacional, gozarán h«l.r..t Ao V ¿,itV,AiM ........, Ai» ...1 — f.liOVCfl Interin llega la mencionada época, Buenos Aires, no mantendrá relaciones di- plomáticas de ninguna clase. El artículo 7o. fué aceptado. Los SS. Comisionados de la Confederación se opusieron al artículo 8o., ale- gando que el presupuesto del año 59 era un presupuesto de guerra; y que la Con- federación se veria obligada á cargar con un déficit considerable, pues las rentas de Buenos Aires no alcanzaran á cubrirlo; que por otra parte no podían comprome- terse á esto mas allá de la época marcada por la Constitución para su revisacion. No habiendo podido ponerse de acuerdo los Señores Comisionados sobre este pun- to, su discusión fué aplazada. Los SS. Comisionados de Buenos Aires, se opusieron al artículo 10°. por no tener instrucciones suficientes para resolverlo, y se opusieron por la misma con- sideración al artículo 4 4°. El artículo 9o. fué suprimido de común acuerdo por considerarlo innecesario desde que unida Buenos Aires á la Confederación todos estaban interesados en adop- tar las leyes mas eficaces, para el desarrollo y prosperidad de su comercio. Los artículos-12°. y 13°. fueron aceptados. Los Señores Comisionados de Buenos Aires se opusieron al articulo 14°. alegando su falta de instrucciones sobre este punto. Se puso en seguida á discusión ¡a proposición siguiente hecha por el Señor Ministro Mediador. «Al mismo tiempo de la evacuación de las fuerzas nacionales que será á la .mayor brevedad, Buenos Aires desarmará la Escuadra, la Isla de Martín García y liconciará las fuerzas hasta dejarlas en pie de paz » Los Comisionados de Buenos Aires después de una discusión sobre esta pro- posición hicieron las que sigue, que quedó definitivamente aceptada por ambas Comisiones. 15». «Después de ratificado este Convenio el Ejército de la Confederación, eva- cuará el territorio de Buenos Aires, dentro de quince dias, y ambas partes redu- cirán sus armamentos al estado de paz» En la discusión de este artículo y con motivo de la invitación hecha por los Comisionados de la Confederación á los de Buenos Aires para que formularan ó propusieran algo en garantía de que la Escuadra, Ejército, & do Buenos Aires, seria reducido al estado de paz, estos propusieron que el Gobierno de la Repúbli- ca del Paraguay garantiese el presenteCouveiño; loque fué aceptado por los Síes. Comisionados de la Confederación, á pesar de no tener instrucciones para ello. El Señor Ministro Mediador, manifestó que el Gobierno del Paraguay no tendría inconveniente en prestar su garantía mas ó menos lata para la ejecución del pre - sente Convenio, siempre que viese en ese Convenio seguridades suficientes que ga- rantiesen su cumplimiento por parte de los contratantes ; que el Señor Ministro Mediador, no seria fácil en prestar esa garantía, pero una vez dada, ella seria eficazmente cumplida. Se propuso también por uno de los Señores Comisionados de la Confedera- ción, que se sometiese al arbitrage del Gobierno del Paraguay cualquier disiden- cia que pudiera dividir á las partes contratantes, en la interpretación del presente Convenio. El Señor Ministro Mediador contestó aceptando Ja indicación. Los SS. Comisionados de la Confederación manifestaron en seguida que la evacuación del territorio por las fuerzas nacionales, estaba por su parte sujeta á otras estipulaciones : que una de estas era el cambio del personal del Gobierno actual de Buenos Aires, que no había por su parte en esta pretcnsión nada per- sonal contra individuos: que se deseaba solamente garantir asi por un Gobierno mas fucionista la misma tranquilidad de la Provincia, y asegurar la libertad del sufragio en las elecciones : que creían que el Dr. Alsina haría naturalmente el pa- triótico sacrificio de dejar el puesto, antes de firmar esta Convención, á que se había antes opuesto, y que entonces sin alterar en nada las instituciones de la Provincia, podría el Señor Llavallol, Presidente del Senado, encargarse proviso- riamente del Gobierno, con un ministerio fucionista que mereciese la confianza de ambas partes : que la otra estipulación era relativa á la conservación de las au- toridades civiles y militares que la Campaña de Buenos Aires, hubiese dado después de su pronunciamiento, por que retirado el Ejército Nacional, y conservadas por otra parte en la Ciudad de Buenos Aires todas sus autoridades civiles y militares, era justa la reciprocidad. Los SS. Comisionados de Buenos Aires se negaron abiertamente á tomar en consideración estas proposiciones, espresando que les estaba inhibido oírlas por sus instrucciones : que ellos habían consentido sin la anuencia de su Gobierno en la convocación de una Convención, y que esa era una grande concesión que hacia en cambio de la evacuación del territorio de Buenos Aires por las fuerzas nacionales. Después de un largo debate se convino en que los SS. Comisionados de Buenos Aires, someterían esas proposiciones á su Gobier- no no como proposiciones que la Comisión acogía, sino como puntos presentados por los Señores Comisionados de la Confederación. Siendo la hora avanzada se levantó la sesión, habiéndose fijado otra confe- rencia para el dia siguiente á las diez de la mañana en el mismo lugar. Francisco S. López. Tomas Guido. Carlos Tejedor. Juan E. Pedernera. Juan Bautista Peña. Daniel Araoz. Antonio Cruz Obligado. Benigno López. Secretario. Delfín B. Huergo. José M. la Fuente. Secretario. Secretario.^114- .olb c,;uH sonó,- • TERCERA. filabas» tm' '< ití.'irM ; f rjfD 5i7p(>Jr.'»liíitíiii ,iouBibt)M onJainiM loaoe ul En siete de Noviembre de mil ochocientos cincuenta y nueve, reunidos en San José de Flores los mismos Sres. mencionados en el Protocolo anterior, se abrieron las conferencias por el Sor. Ministro Mediador. Los Sres. Comisionados de Buenos Aires manifestaron que su Gobierno habia aceptado la mayor parte de las propo- siciones convenidas en el día anterior ; haciendo á ellas algunas ligeras modificacio- nes que esperaban serian admitidas por parte de los Señores Comisionados de la Confederación. Dichas proposiciones son las siguientes. Art. 1o. Buenos Aires se declara parte integrante de la Confederación Ar gen- tina, y verificará su incorporación por la aceptación y jura solemne de la Cons- titución Nacional. 2o. Dentro de veinte dias después de ratificado el presente Convenio se con- vocará una Convención Provincial que examinará la Constitución sancionada en Mayo de 53, vigente en las demás Provincias Argentinas. 3o. La elección de los miembros que formarán la Convención, se hará libre- mente por el Pueblo, y con sujeción á las leyes que rigen actualmente en Buenos Aires. 4o. Si la Convención Provincial aceptase la Constitución sancionada en Mayo de 53, y vigente en las demás Provincias Argentinas, sin hallar uada que observar en ella, la jurará Buenos Aires solemnemente en el dia y en la forma que esa Convención Provincia! designare. 5o. En el caso que la Convención Provincial manifieste que tiene que refor- mar en la Constitución mencionada, esas reformas serán comunicadas al Gobierno Nacional, para que presentadas al Congreso Federal, se decida la convocación de la Convención revisora de la Constitución Nacional, á la cual la Provincia de Bue- nos Aires se obliga á caviar sus Diputados con arreglo á su población, debiendo acatar lo que la Convención revisora, asi integrada decida definitivamente, salván- dose la inteeridad de! territorio de Buenos Aires, que no podrá ser dividido. 6.° Interin llega la mencionada época, Buenos Aires no mantendrá relaciones diplomáticas de ninguna clase. 7o. Todas las propiedades del Estado que le dan sus leyes particulares, como sus establecimientos públicos de cualquier clase y género que sean, seguirán correspondiendo á la Provincia de Buenos Aires y serán gobernados y legislados por la autoridad de la Provincia. 8o. Se eceptua del artículo anterior, la Aduana, que como por la Constitución Federal corresponden las Aduanas esteriores á la nación, queda convenido, en razón de ser casi en su totalidad las que forman las lentas de Buenos Aires, que la nación garante á la Provincia de Buenos Aires su presupuesto del año 59, hasta cinco años después de su incorporación para cubrir sus gastos inclusa la deuda interior y esterior. . , 9o. Las leyes de Aduana de Buenos Aires sobre comercio esterior seguirán rigiendo hasta que el Congreso Nacional revisando las tarifas de Aduana de la Confederación y de Buenos Aires, establezcan la que ha de regir para todas las Aduanas esteriores. 10. Ningún Ciudadano Argentino será molestado de modo alguno, por he- chos ú opiniones políticas durante la separación temporal de la Provincia de Buenos Aires. 11o. Después do ratificado este Convenio, el Ejército de la Confederación evacuará el territorio de Buenos Aires dentro de quince dias,y ambas partes redu- cirán sus armamentos al eslado de paz. —115— Puestas á discusión se suscitó el debate sobre cada una de ellas, siendo definitivamente admitidas en la forma siguiente. Art. 4o. Buenos Aires se declara parle integrante de la Confederación Ar- gentina, y verificará su incorporación por la aceptación y jura solemne de la Constitución Nacional. 2o. Dentro de veinte dias de haberse firmado el presente Convenio, se con- vocará una Convención Provincial, que examinará la Constitución de Mayo de 1833, vigente en las demás Provincias Argentinas. 3o. La elección de los miembros que formarán la Convención se hará libre- mente por el Pueblo, y con sujeción á las leyes que rigen actualmente en Buenos Aires. 4o. Si la Convención Provincial aceptase la Constitución sancionada en Mayo de 1853, y vigente en las demás Provincias Argentinas, sin hallar nada que observar á ella, la jurará Buenos Aires solemnemente en el dia y en la forma que esa Convención Provincial designare. 5o. En el caso que la Convención Provincial manifieste que tiene que hacer reformas en la Constitución mencionada, esas reformas serán comunicadas al Go- bierno Nacional, para que presentadas al Congreso Federal Legislativo decida la convocación de una Convención ad hoc que las tome en consideración, y á la cual la Provincia de Buenos Aires se obliga á enviar sus Diputados con arreglo á su población, debiendo acatar lo que esta Convención asi integrada, decida definitiva- mente, salvándose la integridad del territorio de Buenos Aires, que no podrá ser dividido sin el consentimiento de su legislatura. G°. Interin llega la mencionada época, Buenos Aires no mantendrá relaciones diplomáticas de ninguna clase. 7°. Todas las propiedades de la Provincia que le dan sus leyes particulares, como sus establecimientos públicos de cualquier clase y género que sean, segui- rán correspondiendo á la Provincia de Buenos Aires, y serán gobernados y legis- lados por la autoridad de la Provincia. 8o. Se eceptua del artículo anterior, la Aduana, que como por la Constitución Federal corresponden las Aduanas esteriores á la Nación, queda convenido en ra- zón de ser casi en su totalidad las que forman las rentas de Buenos Aires, que la nación garante á la Provincia de Buenos Aires su presupuesto de 1 859 hasta cinco años después de su incorporación, para cubrir suá gastos, y inclusive su deuda interior y esterior. 9o. Las leyes actuales de Aduanas de Buenos Aires sobre comercio esterior, seguirán rigiendo hasta que el Congreso Nacional revisando las tarifas de Aduana de la Confederación y de Buenos Aires, establezca la que ha de regir para todas las Aduanas esteriores. 10°. Quedando establecido por el presente pacto,un perpétuo olvido de todas las causas que han producido nuestra desgraciada desunión, ningún Ciudadano argentino será molestado de modo alguno por hechos ú opiniones políticas duran- te la separación temporal de Buenos Aires ni confiscados sus bienes por las mismas causas, conformes á las Constituciones de ambas parles. 11°. Después de ratificado este Convenio, el Ejércilo do la Confederación evacuará el territorio de Buenos Aires, dentro de quince dias, y ambas partes reducirán sus armamentos al estado de paz. En seguida los Comisionados de la Confederación manifestaron á los de Bue- nos Aires que deseaban saber la contestación de su Gobierno sobre las tres propo- siciones que llevaron el dia anterior á consultarle, relativas: 1". al cambio del personal del Gobierno actual : 2\ al reconocimiento y conservación en sus em-plees, grades y «jooos de sus sueldos, de todos los Generales, Gefes y oficiales dados de baja desde el 1. ° de Diciembre de i 852 : 3a. a la conservación de las autoridades civiles y militares que se hubiese dado la campaña por su pronuncia- miento contra el Gobierno actual de Buenos Aires. Los Comisionados de Buenos Aires contestaron que su Gobierno rechazaba completamente el que se tratase sobre los puntos \ . ° y 3. 9 Qu*> sobre el segundo pedirían nuevamente instrucciones, por que por ahora no estaban autorizados sino para conceder esto para un.tiempo mas ó menos remoto. Los Comisionados de la Confederación después de una larga insistencia, sobro este punto, declararon que esas proposiciones eran indeclinables por parte de su Gobierno, para llegar á una solución de la negociación ; que habiéndose arreglado ya sobre bases tan honrosas y satisfactorias para entrambas partes la cuestión de la integridad nacional, seria profundamente sensible que ella fracazase por individualidades que no debían tenerse en cuenta cuando se trataba de intereses tan grandes. Los Comisionados de Buenos Aires contestaron que debiendo los Señores Co- misionados de la Confederación consultar á su Gobierno sobre el punto propuesto para la elección de Presidente, se les diese tiempo hasta el dia siguiente para con- sultar á su Gobierno sobre esas proposiciones. En seguida los Comisionados de Buenos Aires manifestaron que habían olvi- dado traer á la discusión el punto relativo á la elección de Presidente de la Con- federación, que su Gobierno les había recomendado : que según tenían entendido se estaba verificando en la actualidad dicha elección ; y que para dar una prueba de que Buenos Aires quena entrar francamente en la unión, declaraban que toma- ría parte en la elección próxima, siempre que pudieran acordarse los medios mas á propósito para que esto pudiera tener lugar. Los Comisionados de la Confederación contestaron que a pesar de no tener instrucciones sobre este punto, estaban seguros que el Presidente de la Confede- ración oiría con gusto esa indicación, y que si al día siguiente podían ponerse de acuerdo sobre los puntos pendientes, podrían empezar á tratar recabando autori- zación para ello sobre el nuevamente propuesto por los Comisionados de Buenos Aires. Con lo cual se dió por terminada la conferencia, y se levantó la sesión Francisco S. López. Tomas Guido. Carlos Tejedor. Juan E. Pedernera. Juan Bautista Peña. Daniel Araoz. Antonio Cruz Obligado. Benigno López. Secretario. Delfín B. Huerco. Secretario. José M. la Fuente. Secretario. CUARTA. En nueve de Noviembre de. mil ochocientos cincuenta y nueve, reunidos los mismos Señores Comisionados en San José de Flores á ecepcion del Dr. D. Antonio Cruz Obligado, se abrieron las conferencias por el Sor. Ministro Mediador. Los Comisionados de Buenos Aires presentaron nuevos plenos poderes, conferidos por su Gobierno á los Señores Dr. D. Carlos Tejedor y D. Juan Bautista Peña, para continuar la negociación, los que examinados se encontraron bastantes. Se pro- cedió en seguida á tratar sobre la participación que debia tomar la Provincia de Buenos Aires en la elección de Presidente de la Confederación. Después de una larga discusión y previa consulta que se hizo por los Comisionados de la Confede- ración al Sor. Presidente de la misma, se acordó el artículo en la forma siguiente. Art. 12°. Habiéndose realizado ya en las Provincias Confederadas la elección de Presidente, la Provincia de Buenos Aires, puede proceder inmediatamente al nom- bramiento de electores para que estos hagan la elección, hasta el \ . ° de Enero próximo, debiéndose enviar al Congreso Legislativo las actas electorales antes de vencido el tiempo señalado para el escrutinio general, si la Provincia de Buenos Aires hubiese aceptado sin reservas la Constitución ISacional- Los Comisionados de Buenos Aires, manifestaron en seguida sobre los tres puntos que quedaron pendientes, y que habían ocasionado por parte del Gobierno de Buenos Aires la ruptura de la negociación—que sobre el primero—el cambio del personal del Gobierno la opinión pública lo habia resuelto en Buenos Aires— Que el Dr. Alsina habia renunciado su puesto de Gohernador de la Provincia—que sobre el segundo punto la conservación de las autoridades civiles y militares crea- das en la Campaña, después de la batalla de Cepeda—el Sor. Ministro Mediador habia manifestado al Gobierno que esa no seria una proposición indeclinable por parte de los Comisionados de la Confederación, é insistieron sobre la conveniencia que habia en dejar al nuevo Gobierno completa libertad á este respecto. Sobre el tercer punto relativo a los Generales, Gefes y oficiales dados de baja en Buenos Aires desde i 852, se suscitó un largo debate en el que los Comisionados de la Confederación insistieron en el pago de los sueldos atrasados, quedando resuello el artículo en los términos siguientes. Art. 1 3o. Todos los Generales,Gefes y oficiales del Ejército de Bueno? Aires dados de baja desde 1852, y que estuviesen actualmente al servicio de la Confederación serán restablecidos en su antigüedad, rango y goce de sus sueldos, pudiendo resi- dir en la Provincia,ó en la Confederación según les conviniere. Los Comisionados de la Confederación manifestaron que el último punto que quedaba por tratar, era el relativo á la garantía del Gobierno del Paraguay, como también sobre el arbitraje que habia propuesto la comisión de la Confederación para los casos de disidencia en la interpretación do este convenio. Los Comisio- nados de Buenos Aires contestaron que estaban perfectamente do acuerdo sobro la conveniencia de la garantía del Gobierno del Paraguay propuesto antes por ellos mismos, pero que habiendo olvidado consultar á su Gobierno sobre lo relativo al arbitraje, no les era posible rcsolvei en ese momento sobre ese punto que necesi- tarían consultar á su Gobierno. El Señor Ministro Mediador manifestó que se consideraba muy feliz en haber podido traer á su término la negociación de paz, que por su parte había hecho todo lo posible para que su mediación en este nego- cio no tuviese un carácter equívoco p<.ra ninguno de los contraíanles, y que si laoporlunidad llegase, podría demostrar en documentos innegables su completa im- parcialidad respecto de ambos. Pero que después délo que había oído decir á los Señores Comisionados y agradeciendo íntimamente la confianza que se hacia do su Gobierno, él se hallaba en el caso de no poder ofrecer hoy, sino la garantía moral del Gobierno del Paraguay. Los Comisionados de la Confederación dijeron que veian con pesar que el Ministro Mediador limitase su ofrecimiento anterior á una simple garantía moral, tanto mas desde que en una de las conferencias anteriores habia declarado que su garantía seria mas ó menos lata según las mayores ó menores seguridades de ejecución que viere en este convenio, lo que importaría hoy declararse no enteramente satisfecho sobro este punto. El Señor Ministro Mediador contestó que esto no importaba desistir de lo que habia dicho anteriormente: que si no se resolvía a dar una garantía mas lata era por que no quería asumir sobre sí toda la responsabilidad de este acto y dejar que su Gobierno en vista de todos los antecedentes resolviese sobre este punto lo que creyese mas oportuno : que en cuanto á otras consideraciones que pudieran haber influido en él á este respecto se le permitiese reservarlas. Siendo la hora avanzada so levantó la sesión. Francisco S. López. Tomas Guido. Carlos Tejedor. Juan E. Pedehnera. Juan Bautista Peña. Daniel Araoz'. Benigno López. Secretario. Delfín B. Huergo. José M. la Fcbnte. Secretario. Secretario. QUINTA. En diez de Noviembre de mil ochocientos cincuenta y nueve reunidos en San José de Flores los mismos Señores espresados en la acta anterior se abrieron las conferencias por el Señor Ministro Mediador. Se acordó en seguida un artículo concebido en los términos siguientes. 16.» El presente convenio será ratificado por el Exmo. Señor Presidente de la Confederación y el Exmo. Gobierno de Buenos Aires dentro del término de cua- renta y ocho horas ó antes si fuere posible. Los Comisionados de Buenos Aires manifestaron que en cuanto á la garantía del presente Convenio por parte del Gobierno del Paraguay, habían sido ellos los primeros en reconocer su conveniencia como un homenage debido al Ministro Mediador y al interés que habia tomado por el buen éxito de la negociación, pero