— 8 — 6 concesiones que en favor de la navegación pudiera él ob- tener del Gobierno General, & de los Provinciales, ú otros, en la intelijencia de que le será siempre acordada la mitad de todas las utilidades según se espresa en el párrafo 2° 5°—No se propone levantar capital para la navegación del Rio Bermejo mientras no se obtenga la aprobación al efecto de la presente Sociedad=la suma de ciento cincuenta mil pesos fuertes seria suficiente para dicho objeto. El Sr. Rams y D. Norberto de la Riostra, constituyen la Comisión provisoria con el fin de llevar á cabo los objetos del presente Prospecto. Buenos Aires, Abril 14 de 1860. Estevan Rams y Rubert. Norberto de la Riestra. ■ t. i. Ir LA MU £. AMJNIOTRÁW4 !teja.;nlu J« Knmrtu, «alte de »«riw>* Airo» ¡X« Sm.s 1632." í 1 POR LA JUNTA ECONÓMICO-ADMINISTRATIVA SALIENTE MONTLVIDEO -1857. Imprenta de Rósete, calle de Buenos Aires Número 905.JUNTA ECONÓMICO ADMINISTRATIVA. §• ■ . .t» • ■ ' ' ■ • ■ i»" V * »;: " El principal objeto da laa Juntas E. Adminis- trativas será promover la agricultura, la pros- peridad y ventajas del Departamento en todos los ramos:—Velar asi sobre la educación pri- maria como sobre la conservación de los dere- chos individuales, proponer á la Legislatura 6 al Gobierno todas las mejoras que juzgaren ne- cesarias ó útiles. (Cap. 2.° art. 136 de la Constitución del Estado.) Llegó al fin el momento -de depositar en manos mas hábiles, ó afortunadas el pesado cargo que abatiendo el ánimo ha esterilizado los esfuerzos que por el bien público hizo muchas veces la Junta cesante. Ante la magnitud de los deberes que le señala la Ley en lucha constante con las dificultades que se oponen á su cumplimiento, los deseos mas sanos y el patriotismo mas acrisolado desfallecen desa- lentados y abatidos. Lastimosa es por cierto, tanta acción nulificada en el pasado............y el desaliento para el porvenir. Las Juntas £. Administrativas tienen un rol importan- tisimo que desempeñar; rol que impone la Constitución, cu- yos fundamontoe tuvieron en vista dar al público guardianes inmediatos de sus prerogativas y derechos, vigilantes de la educación primaria, é impulsadores de la agricultura, de la prosperidad, ventajas y mejoras que juzgasen necesarias ó útiles á sus Departamentos. Los Legisladores iniciaron el pensamiento y dejaron el cuidado de su desarrollo á las ge- neraciones, venideras. Natural era que asi sucediese porque ¿cómo habían de imaginar que su útil pensamiento, que su sabia iniciativa había de permanecer estéril y sin fruto ? ¿Cómo suponer tanta carencia de civismo para no dar en- sanche á mi ülil pensamiento, robusteciéndolo con leyes pro- tectoras y conducentes á los altos fines de su institución ? Pues que ¿de nada han servido los ejemplos de los Pueblos Civilizados y los sabios consejos de los constituyentes? Por qué no se han llenado plenamente las prescripciones de la ley? Porqué no han sido ni son las JJ. E. AA., verdaderas municipalidades con sus rentas propias, sus deberes y fa- cultades bien definidas, su prestijio y su autoridad bien ele- vadas ? ' A otros toca responder por los males que se han causa- do; por los bienes que se han perdido. A otros toca la responsabilidad de la inercia, del abandono en que están las Juntas prestando débiles servicios y enervando sus fuerzas en polémicas con las autoridades ó en choques de competencia con las Policías. De todo esto ha resultado que la Junta saliente, comprendiendo su deber, elevando sus miras, colocándose en su puesto; haciendo, en fin, lo que la Ley le manda, ha visto con dolor cuan difícil es desarrai- gar los malos hábitos sin despertar celos en las autoridades inferiores; y se ha convencido de que para poder llenar su deber, necesitan las Juntas ser lo que en todas partes son las municipalidades. Entre nosotros hay la idea equivocada de que estas corporaciones dependen del P. E. y este es un error que desgraciadamente han robustecido las antecesoras. Las Jan- tas son auxiliares administrativos del Gobierno y nada mas. Su elección la hace ó debe hacerla directamente el pueblo en la misma forma que la de sus Representantes; pues asi como estos lo son en los intereses generales, los miembros de las Juntas son sus Representantes inmediatos, agentes de su bien estar y del progreso de sus respectivarilocalidades. Subordinar las Justas como simples agentes del P. E.. sería matar la institución, seria falsear la Constitución del Estado y en fin colocar á las Juntas en el puesto inferior de las Policías, dependientes del P. E., y cuyo nombramiento cor- responde esclusivamente á este, siendo empleados á sueldo, amovibles á voluntad. — 5 — Las Juntas cuyos miembros deben tener las cualidades que la Ley exije para sus Representantes. Las Juntas com- puestas de vecinos con propiedades raices en sus respecti- vos Departamentos, ejerciendo cargos puramente consegiles y sin sueldo alguno, tienen la autoridad que les dá la ley; y solo la ley puede despojarlas de esa autoridad que ellas no deben compartir ni consentir su menoscabo, sin incurrir en una grave responsabilidad, sin traicionar su mandato. Llenas de dificultades han sido las épocas que ha cruza- do esta Junta. Sin precedentes que invocar,, vacilante en su marcha administrativa municipal, mal secundada y aust- liada por la falta de hábitos y del concurso indispensable; no puede ofreceros otra cosa que un pobre cuadro de sus humildes esfuerzos. Ella quisiera legar á su sucesora un municipio rico y próspero, pero esta satisfacción que no ha podido alcanzar, quizá le está reservada á la Junta entrante, á la cual quiera Dios concederle esta gracia en premio de sus afanes y de las dificultades que tendrá que vencer para llegar á un resultado satisfactorio. La Junta sin embargo se ha esforzado por corresponder ~á la confianza de sus co- mitentes. Ni los peligros de la epidemia, M ¡os compro- misos de otra especie la arredraron de cumplir con su de- ber; enteramente agena á toda mira política á todo interés de partido que jamas influyó en sus deliberaciones y traba- jos municipales, tiene la conciencia del deber que ha llena- do, elevando muy alto el prestigio de la institución, demos- trando prácticamente siempre que ha podido su utilidad é importancia. Educación Primarla. Este ramo importante del resorte de esta Corporación permanece en un atraso y abandono lamentables. La ca- rencia de rentas no le ha permitido á la Junta dedicar sa atención con el interés que le merece. Ella crée que. á las JJ. E. AA. corresponde el cuidado inmediato, la creación y fomento de las Escuelas, dejando la dirección literaria confiada al Instituto de Instrucción Pública. La Comisión de Caridad y Beneficencia de Señoras» auxiliar de la Junta; cuida y costea la educación de mas de220 uiñas pobres con una pequeña suscripción que ha le- vantado. Siendo esta insuficiente, y con el objeto de darle mayor desenvolvimiento y de estimular los loables esfuerzos de dicha Comisión, la Junta ha alquilado de su cuenta la casa donde está establecida la Escuela Central, que cuenta mas de cien niñas. Las demás están repartidas en las es. cuelas de los suburbios de la ciudad, comprendidas la del Cordón, Union, Aguada, y Paso del Molino. Muy conve- niente seria que la Junta auxiliase eficazmente á la Comi- sión de Caridad á fin de que se aumente el número de Es • cuelas que deben crearse, á la par de las de la Beneficencia. Nuestro benemérito colega D. Juan M. Besnes Irigoyen es el director de dichas escuelas, y á su celo, intelijencia y contracción, deben en gran parte el adelanto en que están. El asilo y Colegio de Huérfanas de la epidemia, al cui- dado de las Hermanas de la Caridad, cuenta hoy tan solo con 26 educandas, por no permitir su aumento el estrecho local de que se dispone. Estas pobres niñas arrebatadas á la miseria y á la horfandad reciben en su asilo una educa- ción moral y los elementos de la enseñanza primaria. Mas tarde serán otras tantas institutrices ejemplares, destinadas á operar un cambio saludable en las costumbres de la cla- se pobre á que pertenecen. Algunos auxilios se han distribuido entre los precep- tores de Escuelas del Estado, pero todo es insuficiente; la Junta tiene deberes mas estensos que llenar en este impor- tante ramo, al que están vinculados, el orden, la propie- dad y la morigeración de la población. Caminos. Es notorio el abandono en que permanecen las vias de comunicación del Departamento. Las causas están radica- das en la falta de rentas é inmovilidad consiguiente á que está condenada la Junta. Un desorden completo existe en la demarcación y deslinde de los caminos. Hay propietarios de terrenos que los cercan á su albedrio y toman de la via pública lo que no les pertenece, con una avaricia que es forzoso reprimir. Los caminos de tránsito indispensable para los Esta- blecimientos del Cerro están sufriendo las consecuencias del mal denunciado. Es pues urgente demarcar de una vez para siempre los caminos principales y calles que conducen al Cerro y á los demás puntos del Departamento; formando un buen plano que debe distribuirse para conocimiento de todos. Las entradas principales deben ser espaciosas para que puedan transitar las carretas y las tropas de ganados que dan vida á la única industria nacional, sin los riesgos que entorpecen el trabajo en pura pérdida para el público, sin beneficiar al fisco y tan solo en provecho de los citados propietarios. Un puente y estrada en el Miguelete, Paso del Molino y Arroyo Seco se han formado por una empresa particular, á la cual se le han hecho algunas concesiones de conformi- dad con la Ley de 4 de Junio de 1855, con el objeto de fomentar el espíritu de asociación en empresas de este gé- nero de que tanto se carece, que no existen, ni han existi- do jamas, y que tampoco vendrían sino fueran halagadas por una perspectiva de lucro que compense los desembolsos y las contrariedades á que están espuestas. Por otra parle, en un País donde es tan fácil hacer producir los capitales, es casi imposible llegar á un resultado satisfactorio por otros medios que los empleados por la Junta. Aun asi mis- mo, la Empresa tendrá que luchar con dificultades insupe- rables, si la autoridad no presta su concurso á la recauda- ción del peage yá la conservación de los derechos adqui- ridos. El empedrado público de' la Ciudad debería ser dirijido é inspeccionado por la Junta, ofreciendo así mas garantías de su solidez y duración. Este es uno de los ramos de su competencia que permanecen entregados á si mismos ó des- cuidados. mercados. La recaudación é inversión de esta renta pertenece en todas partes á la municipalidad, asi como le está encomen- dada la inspección diaria de los alimentos, y su peso y me- dida. . A la Junta no se le dá ingerencia alguna, y de aquí— 8 — resulta que el pueblo no tiene quien coarte ó evite el mo- nopolio de los alimentos, quien examine con interés si son ó no perjudiciales á )a salubridad pública ó si reúnen las condiciones requeridas para ser vendidos sin fraude ó sin peligro para el público. Las Juntas compuestas de vecinos interesados en el bienestar general, deseosos de manifestar su celo en el desempeño de los cargos consejiles, para gozar del aprecio y consideración que nunca escasea el pueblo á sus buenos y leales servidores, barian lo que no pueden hacer las policías que deben ocuparse esclusívamente del mantenimiento, del orden y de los otros deberes policiales y no municipales que le competen. Por otra parte, no es simpática al pueblo la ingerencia de la Policia en sus necesidades, como lo se- ría la de la Junta por su influencia, sus relaciones, y el prestigio que ejercen en el ánimo los servicios gratuitos y desinteresados, circunstancias todas que no se dan en las Policías. El mercado de la « Abundancia » cuya construcción ba sido aconsejada y contratada por la Junta, está á punto de quedar terminado. Situado á un es tremo de la Nueva Ciu- dad próximo al Cordón, está destinado á prestar un útil servicio y es una comodidad mas para dichas poblaciones. La Junta se ba esmerado en que presente el edificio las comodidades y el ornato compatibles con las condiciones y costo de la obra. Cárceles.. . La Junta llamó la atención del Gobierno sobre el esta- do deplorable en que se encontraban, y desde entonces se han introducido algunas aunque insignificantes mejoras. Muy diferente podría ser la situación de los delincuentes, si los ocupasen constantemente en mejorar su condición con el trabajo y la práctica relijiosa á que deberían estar con- traidos en vez de la vida holgazana y depravada que hacen promiscuamente confundidos los mas famosos criminales con los simples correccionales. Mucho podría hacer la Junta en este sentido tomando desde ya á su cuidado la corrección moral de esos desgraciados, preparando asi el terreno para — 9 — introducir el sistema penitenciario que haría un cambie completo en los malos hábitos é inclinaciones de los des- graciados reos. ri t'.t bnf! .a'uít:ih'n}B'ob ¿«sorjii ufA í';>.í.»«n'iUii»;i..Vs.'-.Í nar Por una de nuestras muchas.anomalías permanece esta sitio sagrado al cuidado de la Policía. No es posible que las atenciones y conato especial que requiere su conserva- ción decorosa, puedan ser prestados por la Policía. No es posible que ese sitio que despierta la tierna solicitud de aquellos para quienes encierra las venerandas cenizas de un padre, de un hermano, de una persona querida inspire á otro cuerpo el vivo interés que merecería á los que com- ponen la Junta del Pueblo, asociados á sus convecinos, for- mando comisiones auxiliares. Mientra* permanezca como está boy, será un objetó de disgusto y un reproche perma- nente é injusto á nuestra incuria y á una relajación de cos- tumbres y de sentimientos que muy poco favorecen á un pueblo culto generoso y cristiano. Salubridad Pública». La Junta no ha huido el peligro; hubiera muerto mil veces en su puesto por salvar la institución ilesa, y por ele- var su prestijio haciendo prácticos los deberes que le impo- ne la Ley y que le dicta su conciencia. En los momentos aciagos como en los prósperos, la mu- nicipalidad debe estar al frente del pueblo como el médico á la cabecera del enfermó. Emanación del Pueble, elejida por él para cuidar de su felicidad y mitigar sus sufrimien- tos, la Junta debe estar atenta y solicita á servirlo para corresponder así á su confianza y merecer su aplauso. En la publicación especial que acaba de haeer esta Corporación,.referente á la epidemia pasada, se rejistran los documentos y comprobantes de sus fatigas y de la inver- sión y aplicación de los fondos recibidos. Una vez mas y por despedida, la Junta agradece de lo intima del corazón la cooperación que le prestó el pueblo todo, siendo este un— «© — testimonio d* aprecio que gaearetrna ron «tur» sus humil- de* tarea». Las.comisiones vecinales, son útilísimas, y deben reci- bir una organización permanente para que puedan secundar los trabajos de la Junta e* oi «seo y «mato de la Ciudad; muy especialmente eu las ¿pocas de epidemia. Mucho hay que hacer para colocar la Ciudad al abrigo de una calami- dad semejante. Los esfuerzos deben ser simultáneos y el vecindario aconsejado y amonestado tíonsiariteffiettte hasta que sé habitúe á Henar las prescripciones higiénicas poli- ciales en sus casas y sitios inmediatos. No basta éspedir órdenes y edictos, es preciso constancia, trabajo y vétaade- ro iuterés por la cosa pública, en los que tienen el honor de ser elegidos pára representar al Pueblo en stís intereses de familia y vecindad. La modificación i I» Ley de tos Derechos Dep.n 1 mámm- tales ha producido un aumento en su producto que puede llegar a ser bastante para llenar las necesidades primordia- les de la Educación pública fc q*e> es*i especialmente afecta dicha renta. Con ella podrá la-Junta crear mas de una Es- cuela agregando un taller de oficios pera ocupar á esa mul- titud de niños que esparcidos por Ja Ciudad y suburbios, viviendo ociosos y mal entretenidos, elaboran su perdición y se educan para el crimen. La Junta esperaba á tener una. suma reunida para esta- blecer su escuela modelo, y deja á su sucesora la satisfac- ción que no le ha, sido dado alcanzar, con. dicho Establecí- mieutOk. que. sin. duda merecerá, la, protección y el agrado del púbfcco. .. ... «iaü^JaU « ao; Ninguna otra reata capas tiene á su disposición para aplicarla á las mil necesidades que debe Uenar. Usleu^saeepfci y; JaaVflidOalOVtlMTaR FWNWMk .¡i iii a?;.• .As .»•«>«• <<• »r ••>:• -'f '-'■ • i*.tutktmoiiqt --v wr. fin la publicación reciente que loa hecho fe, Justa, se encuentren algunos detafte» sobre el Hospital d» Caridad y especialmente en to que se retaciowa cem la Epidemia de este afie. fe • •>■' >t ni t Este Establecimiento público fué confiado al cuidado de la J. E. A. por decreto de 28 de Mayo de 4832; sin du- da en virtod de lo que prescribe la Constitución cap; 2.a ar*. 128. Con el desee de levantar dicho establecimiento de la pos- tración y abatimiento en que lo recibió ta Junta, nombró á los miembros de la misma D. Francisco A. Vidal y 1>. Juan R. Gómez par* que le diesen la organización mas convenien- te efectuando las reformas al efecto. Su primer cu ¡dedo fué la elección de dos comisiones de Señoras y caballeros de le mas selecto-; y ol resultado ha sido el que presenta actual- mente el Hospital, comparado con su estado anterior, aün en S*s épocas mas felices y prósperas. Durante tres anos han trabajado dichas Comisiones coe un celo muy loable. Éste es uu ejemplo que ande debe ol- vidar. TaUta dedicación es rara en les épocas orne atrave- samos. En esos tres años hubo varios cambios y trastor- nos políticos, y por fin emú epidemia mortiíera que biao de>- sertar y aterrorizar a la población; y el Hospital de Caridad, objeto dé hervor, foco de febricientes, permaneció siempre digno y solicito. Ningún suceso conmovió ni interrumpió su órden interior. Hube dedicación, hubo constan ciar, na- die desertó supuesto. No es es>te un caso vulgar para echarlo en olvido y para dejar de teiterh»presente las adaar- nistraciones venideras. Se introdujo la moralidad, se estirparon los abuses y el desórden; y el Hospital puede hoy preséntame-sin. rubor al'n ¡«el de loe establecimientos de su género bien attmd*- mudamente de la inetitueiem maecwf- nsadora que se ceueoe; y que e» la tote de hr moruH- -wncl- fetdev en ta autiWni caridad del HvangeHo. aTuamjrísui ema institución será el servicio ma¿ importante que puedaioreaiar I* Jauta a una pabletion canead* de> sufrir y