lilf 1*1 < B 11 [OH [firM-fi 81 ----' fi. . ------- ..,.ar no haber esplicodo bastante nnestrd objeto, volvimos a reunimos el 28 de Octubre, para reconsiderar el asunto, fijar por la discusión nues- tras ideas, y trazamos un plan de conducta que, ahora y en todos tiempos para con nosotros mismos, para con nuestro* compatriotas, y aun para el fiáis en que residimos, fuese una norma, cualesquiera que los aconteci- mientos sean, que sirviese de punto de partida a nuestros actos, de fin a nuesiras aspiraciones; y para proceder con acierto, se nombró por votación unn comisión que redactase algunos principios claros y seguros, qu s pudiesen ser confesados por todos, reunir todo£ los ¡nimios y serv)r de base v de objeto a nuestros trabajo* posteriores, teniendo presente que los ar- gentinos residentes eii Chile no son ni porteños, ni provincianos, sino ar- jentinos en todos los puntos de la República, hombres arrojados en distin- tas épo ras v circunstancias del seno de la patria y que han luchado, han sucumbido 0 han perseverado en tt esperanza de ver realizados los pro- pósitos que la idea de organizar el pnis encierra, y a los quo i mía sangre, tantas lágrimas, tanto tiempo, tantas fortunas se liansacrificado. Desechóse la idea do constituirnos en Club, ya para alejar hasta la •embra de una rivalidad o la posibilidad de que se desenvol viese, como asi misino, temiendo ya quo se nos supusiese el deseo de imponer nuestras con- vicciones a los que no formaban parte de él, el intento de apropiarnos la representación de los arjeutinos, o el temor de que aquellos a quienes se confiarle su dirección traspasasen en lo práctica el objeto, espíritu o in- tenciones de sos comitentes. Recavó, pues, el encargo de tan delicada misión en el jeneral don Juan Gregorio de Las lloras, don Gabriel Ocampo, don Domingo F. Sarmiento y doh Juan Godoi, buscando en ellos consejo, capacidad, influencia, moral v desapego por las diversas provincias de que son oriundos a cualquiera de las parcialidades en que amenaza de dividirse la República. Reunidos en casa del señor jeneral Las Hcras en nuestro carácter de Comisión Informante, entramo-; con sinceridad en el debate de los diversos puntos en cuestión, según lo que suministran los hechos, y los motivos de divúijeneia entre las provincias y Bunios Aires. Cada uno puso su con fin- iente de miras y de ideas; cada uno las sostuvo en la esfera que no.-i había- mos trazado de lijar bases a la conducta quo debiéramos guardar en el nom- bre colectivo de arjentinos; y cediendo a las objeciones contrarias, modifi- cando lo demasiado absoluto de las proposiciones, evitando los escollos presumibles, pero sin dejar nada ambiguo o indeterminado, arribamos al informe que sometimos en eJ mismo dia a la consideración de nuestros com- patriotas, y que aprobado unánimemente por ellos, se ha hecho desde enton- ces nuestro Credo coman, nuestra base do conducta y el propósito que nos proponemos seguir en adelante, poniendo todos los medios lejítimos y hon- rados para llevarlo a cabo, subministrando, cala uno en su esfera contiu- jente de trabajo, do tiempo, de estadio, de fortuna, y de sangre, que es lo que la Patria tiene derecho do pedir a sus hijos en los dias de prueba, en las horas tie conllicto. porque aun le resta que pasar hasta que reposarse en la sombra de las instituciones que la permitan descansar do medio siglo de ajitaciones, de desastres, de batallas y do calamidades. Pero nuestra misión no terminaba en esto solo, sino que teniendo por mira el conciliar las opiniones diverjentes, en cuanto a la representación del nombro arjentino, se nos ordenaba nombrar una diputación de nuestro seno para ir en persona a Valparaíso a conferenciar con nuestros compatriota*! de Buenos Aires o'de las Provincias nuestros deudos y amigos, para arribar a uniformar nuestras miras, objeto a que se. mostraron deferentes, en despecho de obstáculos casi invencibles de salud quebrantada o ocupaciones premio- sas todo3 los miemhrós de Ja Comisión, y al que quedan dispuestos si la espos'cion .sencilla que en esta carta colectiva hacen no fuese suficiente para lograr fin tan ardientemente deseado. Para mejor ilustrar lo.s juicios de nuestros compatriotas, deudos y amigos, debemos añadir algunos esplioaoiones de la mente que ha presidido a la re- dacción de cada uno do los artículos de la acta que tenemos el honor y e» píllcer de remitirles en copia, ^r^rt^. Desde luego pareciónos que debíamos dejar en entera libertad ■ cada uno individualmente y a los publicistas arjentinos de emitir las ideas que quie- ran segun su modo de ver las cosas, sin bucemos colectivamente MÉponaa* bles dé los errores, o* aje rao ion es o eatiavíos en que podrían incurrir. Este punto conforme a nuestras aspiraciones de libertad del pensamiento,conciltaba la dignidad de los que echan sobro sus hombros la responsabilidad de sus ac- tos y las opiniones, y la debida mesura que nos corresponde guardar a Io.s que ya simpaticemos o. no con tales sentimientos, no no* hemos hecbo ni debido hacer solidarios de ellos. El otro cuidado que hemos tenido y que campea y predomina en cada uno de los artículos, es consagrar c. no un dogma de fé, corno una baso siue qua non, la unidad del territorio arjentino. Las disidencias de los hom- bres no deben afectar la unión en un solo cuerpo de aquella hermosa frac- ción de la tierra que nos legaron nuestros padres en 1810, y que en cada punto de su estension, en cada ángulo de República representa nuestra na- cionalidad, nuestras glorias pasadas, la cuna de nuestros grandes hombres, el cuerpo y la sangre de esta, patria que es hoi como fué siempre, aun en las épocas tenebrosas en que la han manchado las debilidades y las discor- dias de sns hijos, el objeto Sagrado del amor y de la ternura de todo arjen- tino. Ninguna solución, pues a las cuestiones de hecho admitir amos volun- tariamente que divida y fraccione la República en dos o mas parcialidades.. Las disensiones principian casi .siempre, entre nosotros por motivos frivolo.', por pretesíos de justicia que ocultan y ennoblecen intereses personales. Las pasiones locales apoyan estas disidencias, haciendo causa propia y pública, lo que al principio fué causa, estraíía e individual, si tiempo pasa, la victoria decide ciegamente, la obstinación de las pasiones sanciona lo que la victoria ba efectuado, y nn dia nuestros hijos se encuentran victimas de hechos ca- lamitosos pero tatoles en que no tuvieron parte, y el territorio dividido y las mas bellas fracciones de él entrañadas de la unión arjentina y echados por las vicisitudes de los tiempos nuestras hijos y hermanos antes, en el número de nuestros enemigos, trabajando en nuestro daño. No tuvieron otro oríjen las segregaciones de la Banda Oriental) y del Paraguai, que hemos ido a regar después con sangre inútil, para poner remedio tardío a males que otros nos legaron. Un punto delicado era preciso tocar, y sin amedrentarnos lo v idrioso do las circunstancias, ni los peligros de Ja situación, lo hemos tocado con mano firme, aunque con Ja debida prudencia hablamos del pacto o acuerdo de Son Nicolás, que es la manzana de la discordia y el punto de partida de la desa- gregación arjentina. Algunos de entre nosotros profesan la doctrina de que aquel pacto es nulo, y atentatorio por mas de un título. Nosotros nos hemos abstenido de manifestar colectivamente ideas tan absolutas; pero creyendo necesario, indispensable, inevitable pronunciarnos sobre punto tan capital, no hemos vacilado un momento en declarar, conforme a nuestra conciencia y ciencia del derecho público, seguido y aceptado por toda la cristiandad, que dicho pacto ¿no es en derecho un acto consumado desdo que uno de las partes contratantes no lo suscribió y que por tanto cualesquiera quo sean sus ventajas y desventajas, la existencia de este pacto no debe ser mirada como obstáculo para nuevos convenios o la adopción de nuevas bases que concillen los intereses diverjentes, ni aun bandera pura que en pro ni en con- tra se ensangriente de nuevo la Repúblicas; siempre teniendo en vista la unidad territorial y quo todas las soluciones que hayan de darse a las cues- tiones presentes partan y se circunscriban en esta esfera «le cuyos límites no puede a nuestro juicio salirse sin crimen, sin preparar calamidades para el(pHnWj * Babor lu Constitución da lo Repáblioa bajó la formn mejor que "siiui"' la mayoría de los nrjentinos representada, m Coas/raso SUktntma 6'orisf.ilin/c/ttt, en un solo cuerpo de nación, una indi risible, de manera que en sus irtwioi o en el centro, en las provincias o en Unenos Aires, bn». mos «hora y por siempre derecho de llamarnos nrjentinos, -o! ida i ios de la* glorias jmeadas de lu República, responsable- de sus desaciertos y victima.-, de sus quebrantos. Lee domas arríenlos complementarios de nuestras bases son solo la re- producción de los sentimienios comunes a rodos los arjentinos, la conviyni)- eion de principios de iiruaidad comercial que están ya de hecho y de dere- oho incorporados en nuestro derecho público; el nl«;jamicnto do la discusión de intereses Isa nobles, tan delicados, y tan premiosos, de toda coacción |>o: las armas, por la negación de li bertad n las opiniones contrarias, y por e) depravado recurso de lUSCttar las preocupaciones locales, ensañando a pue- blos ilusos unos contra otros, para estorbar que se entiendan, se espiiquen y arriben a anudar pacificamente sus necesarios e indisolubles vínculos de hermandad y nacionalidad arjentina. En fin, compatriotas, deudos y amigos a quienes nos di rij i mos; hemos creído ponernos en la situación de hombres ■ quienes se les pide un consejo, garantido por SU reputación presan ta y futura de patriotas honrados, pol- la contjnuiicion de los s rvicios rendidos a la Patria por alpinos, por los títulos de suficiencia de otros, y hemos dado este consejo, tomando toda nuestra parte de raspón ¡dad en ana consecuencias y ofreciendo nuestro concurso personal para Imcci lo electivo. Si la imperfección inherente tt nues- tros juicios se ha msinftnátndo en este acto, que Dios y fea patria nos lo perdonen; sino ayudadnos con vuestru aprobación, con vuestro concurso para Uerarló a cabo. Somos todos instrumentos mezquinos do la Providencia para la realización de sus designios. Cuan lijero sea el peso de cada uno de nosotros en los destinos de nuestra Patria, de las cuestiones pendientes hoi, diVijidas y sostenidas por hombres como nosotros van a surjir sin embargo hechos «pío tomarán su lucrar en la historia y traerán bienes o niales de infinita trasoendciioi», y sin cura ni remedio para lus jenera- oionee reñideros. Aprovechamos esta ocasión de ofrecer a nuestros compatriotas, deudos y amigos de Valparaíso (s manifestación sincera de nuestros sentimiento* dt. rontraternidad como hombres y como arjentinos. Santiago, Noviembre 3 de 18¿>2. )\-w Gregorio i>r Las He&AS. D. F. Sarmiento. (i %'Bhiftf. OCamvo, Jü i\ fionoY. MtASWiS neordndn* i»o»~ #« f'oM<<*ieu noutbcnsTM j>»j' tft.i Arjenlinv* a'gnjsfessfsw en Stmtiuf/n en *•« t**t«- nénn del «« de Ortuht'f de lftft*, nontelida* n Ion At'Jeríltnos tie .Santéafjt» y tt/iB'»bndam unnniBnemen- te per ello* en *»« reunió»! fiel «t> del ubísbbí». Los abajo firmados, comisionados por sus compatriotas residentes en San- tiago, paré que fijasen las bases sobre hta cuales dejando a cada individuo la libertad de acción y la opinión particular (pie pueda formarse sobre la marcha de' los acontecimientos que tienen lugar en nuestro país, habrían de hacer concurrir sus esfuerzos, su intelijeneia, y sus deseos en común, en nombre de ta Patria y de ls confraternidad arjentina; y versándose las cuestiones actuales sobre los hechos que se pri stan a interpretaciones di- versas, de las cuales puede nacer la división de los pueblos nrjentinos, la gusjri» misma y la frustración de las esperanzas de organización (pie nos han sostenido en medio de tantos vicisitudes y contratiempos, hemos con- venido, después de maduros y prolongados debates, fijar los puntos prin- cipales que dijamos ci insiguiólos en los artículos siguientes: 1. ° Enfeudemos y debemos entender por ofgemtzacion nacional el con- venio mutuo, bu) concesiones reciprocas, por las cuales las provincias Ar- j en tinas, debidamente representadas en Congreso Soberano Constituiente, reuniéndose en un cuerpo de Nación que lleve el nombre glorioso que nuestros padres nos legaron, se constituyan según los principios y las for- mas que emanan del derecho común, y no nos hagan una escepejon o una anomalía entre las naciones constituidas. •2. 0 En consecuencia do esto, debemos rechazar con todas nuestras fuerzas y reunir nuestra acción colectiva, a. fin de impedir en la esfera de nuestra capacidad, toda tentativa, toda tendencia a poner en riesgo la uni- dad territorial, ya por la desmembración de una o mas provincias, ya por la división en dos Repúblicas, «uñándose en un cuerpo las prov incias, y Rueños Aires en otro. .'i. c Para llagar al fin deseado de oiirunizanios en un cuerpo de Na- ción, o ilustra) el juicio y dirijirlo al bien de los pueblos, debemos acon- sejar u los que ejercen autoridad que propendan a mantener la paz en la República, encerrándose los gobiernos en los limites de sus jurisdicciones, y respetando los derechos de las otras provincia , permitiendo la libre circulación de escritos, que sin faltar » las leyes ordinarias, debatan el pro y el contra de las cuestiones que se ajitan, relativas a la organización nacional. 4. • Que los arjentinos residentes aquí, y a su ejemplo y amonestación ios escritores y fpublicistas que s(( propongan'ilustrajr la opinión pública; huyas, como del uso de una anca vedada, de concitar los celos de unasprovincias con otra», y desviar la opinión pu'dica del objeto primordial, •<|ue es eonstit uirnos oa un cuerpo de tinción, V para ello I* próximu • inmediata convocación de un Soberano Congreso Constituyente. 5. c Que para mejor njur estos puntos, debemos declarar que el Con- venio de San Nicolás no es en derecho un acto consumado, desde que uno, de las partes contratantes no lo suscribí '»; y que por tanto, cuales- quiera que senil sus ventajas o desventajas, la existenciu de este pacto no debe ser mirado como obstáculo para nuevos convenios, o (a adopción da nuevas bases que concillen los intereses diverjentes, ni una bandera para que en pro ni en contra vuelva i ensangrentarse la República. 6. * Qee Ja nnvejraeion libre de los rios y la nacionalización de las Adua- nas esteriores, deben considerarse como principies incorporados en el dere- cho nacional a rj entino y no cuestionados por nadie. 7. ° Que estos puntos primordiales sean sometidos a la consideración di los nrjentíhos residentes en Santiago y denlas puntos de la República de Chile, como asi mismo a nuestros coiupIfriólas de cada una de Isis provin- cias, a fin de uniformar Ja opinión sobre puntos quo mal comprendidos, pueden acarrear consecuencias de infinita trascendencia, con desdoro de nuestro nombro en el esterior, harto abatido por los pasados estravíos, y digno del menosprecio sí, no obstante tan terribles lecciones aun diese nue- vos motivos de escándalo. Tales son las conclusiones a que la Comisión ha arribado y que some- to a la consideración de sus SO mi tari tes para que se dignen resolver lo que juzguen conveniente. Santiago, Octubre 29 de 18 x2. Jc'ax Gregorio de Las Heras. Gaihui l Ocamno. D. F. Sarmiento. .Jtan Godo y, Sala dvl Clulh- Valparaíso, 8 de JSoviembrc de 18r>2. CUJ B CONSTITUCION AI, ARJE MINO. Se abrió la sesión con treinta y «los miembros presentes. (Be leyó la comunicación (fue procede dñ ijida por los señores comi- sionados residentes en Santiago. Tomada en consideración, y observada por algunos señores; se fijaron las bases fundamen- tales para la contestación y se acordó: que se nombrase una comisión, para que redactase la minuta de contestación. El Presidente procedió a la elección de las personas que. de- bian componerla, y recayó el nombramiento en los señores Dr. don Francisco Delgado, don Pedro Sagro y don Gregorio Ueeche, los quo aceptaron e! cargo y se levantó La sesión. Gregorio Gome/.. Carlos Lamarca. Secretario, COMISION ESPECIAL. Valparaíso, Noviembre 10 de 1852. Señor: Eos comisionados para redactar la contestación acordada por el Club, en su última sesión a la nota que nuestros compatriotas de Santiago nos han dirijido con fecha tres de Noviembre, he- mos desempañado nuestro encargo en la forma que tenemos el honor de presentar. Dios v la Patria nos avaden y guarden a V. muchos aiios. Grbgorio Beeche. Francisco Delgado. Pkdbo Saenz. Al ícñor Presidente del f!lul> Constitucional Arjentino. 1= 10 — Valparaíso, 18 de Noviembre de ÍSoü CLUB CONSTITL'CIONAI. ARJENTINO. El Presidente tiene el honor de diriju-e a los señores Repre- sentantes por loa compatriotas residentes en esa capital, partici- pándoles; que en la noche del 16 del corriente, hallándose reu- nidos eh la sala, del Club veinte y ocho de sus miembros, se abrió la sesión para examinar la minuta de comunicación, que la comisión encargada de redactarla había presentado. Eeida y considerada, fué sancionada por unanimidad de votos y pro- clamación. En su consecuencia, tiene el placer de incluirla en contesta-- cion a la nota, que los referidos Representantes han. dirijido a esta corporación. Dios y la Patria nos proteja y guarden a los honorables co- misionados muchos años. GftBOOMO Gome>. ( arlos Lmnarca, Secretario. A lo» señores jeneral don Juan Gregorio de L;is Herís, doc- tor ikm Gabriel Ocampo, cU>a Domingo F. Sarmiento, y don Juan Godoi. ta 11 mm , Valparaíso , Noviembre 16 d« ÍSSÍ. SeSorks: Los individuo! del Club Con»litucional Arjcntino, hemos recibido y to- ma Jo en consideración los actos colectivos que nuestros compatriotas re - ;>iriont<'s en Santiago han tenido a bien someter a nuestro e*ámen, y correspondiendo o una conducta tan fraternal y amistosa tiernos acorda- do dirijirle.s en respuesta una reseña de los antecedentes, trabajos y miras de nuestra asociación, que servirá de natural esplicacion del propósito firmo en que estamos, de permanecer en nuestro sendero primitivo y del deseo que aun alimentamos de ver a nuestros c >mna( riotas de Santia- go adherir a adestró pensamiento de organización y pacificación, por los medios que han preparado los grandes acontecimientos sucedidos a prin- cipios déoste año en el Rio de la Plata y que no está en la mano de nadie contrariar sin violencia, ni desviar de su curso sin sacrificios estériles. Tuvo tugar el pensamiento y realización de nuestra reunión en ese pe- riodo hermoso, en que nuestra república marchaba uniformada en opinión como un solo hombre hacia la obra de su constitución nacional. No pu- diendo ser indiferentes a esa patriótica mira, deseosos de ayudarla con nuestros votos desde la distancia, nos reunimos bajo la paz mas perfecta con el designio de servirla y de apoyar, sin oposición a nadie, todo mo- vimiento, lodo acto tendente a la organización nacional. Tomamos por divisa ei constitucionalismo, y se llamó nuestro Club, Constitucional Ar¡entino. La idea de su instalación fué debida al señor doctor Villauueva, individuo de nuestro seno, y casi al misino tiempo al señor Borbon, per- sonas ajenas de ambición política, como fueron todos los individuos invi- tados a formar el Club que se compone de hombres de orden, sujetos ho- norables y jen tes de industria, sin que exista un solo ambicioso ert su seno. Nombramos, por mayoría absoluta por nuestro presidente al señor don. Gregorio Gómez, servidor de la república desde 1810 y proscripto de 14 años por la tiranía de llosas.' Entonces aparecía el jjeneral Urquiza rodeado de toda la Confederación, sin esc* poten de una sola provincia, iniciando los grandes propósitos de un Congreso y de una Constitución nacionales, a cuyo pensamiento adhe- rían todos lo.-, arjentmos sin escepcion de uno solo. Invitamos a suscribir nuestra acta de asociación a nuestros compa- triotas de Santiago, y obtuvimos, entre otras, las firmas y adhesión de los señores doctor don Gabriel O-ampo, dou José Antonio Alvarez Con- darco, don Manuel Barañao.—Otros, sin desaprobar nuestra ¡dea, con- fesando al contrario que era patriótica, rehusaron suscribirla espresando. motivos, que no les han impedido mas tarde asociarse en un círculo nomo el nuestro pero independiente. Mejor acpjida tuyo nuestra invitación en la jeneralidad de nuestros compatriotas residentes en las repúblicas del Pacífico, pues adhiriendo a nuestro programa se han reunido en varios círculos como el nuestro, tomando por base y regla de conducta los principios contenidos en nuestra acta de asociación, como aparece de los documentos que se acompañan. Dos mese» después de creado nuestro Club, fuimos sorprendidos por 'a noticia de la revolución estallada en Buenos Aires el 11 do setiembre. Primer asomo de desquicio y división de la .unid id de miras que hasta es*día ofrecía ia república, nos produjo una detestable impresión. Lo califi- camos i!í: motín militar, porque así íud presentado por la primera noticia venida a Chile, equivocación en que iueuirió el mismo Director proviso- rio estando cerca del terreno de la escena. Como metin militar lo repro- bamos con toda la enerjia de nuestro amor al órden, en una circular de- lude octubre que fué opresión de nuestro voló unánime. Pero antes de qiie esa circular fuese a Mendoza tuvimos la noticia do que el pueblo.de Buenos A res iiabia adherido al movimiento de 11 de setiembre y sustituimos entonces aquel documento por oli os del 19 y 2;¡ de octubre, en que lamentando el luí lio como un principio do división, desaprobándolo como nie.l.o viólenlo > peligróte de mejora v respetan- dolo sin embargo como obra del pueblo, emitíamos la esperanza de ver corlado en su oríjen el progreso de la división y concillados los intereses opuestos, por el empleo de una política de concesiones honradas y p*~ trióticiis, de una y otra parle. A la aparición del nuevo estado de cosas en la república arjentina, ruando esa deplorable diverjencia de interese» y miras estalló entre lux pro- vincia* que componen nuestra patria____entonces y solo entonces concibieren el pensamiento de buscarse y asociarse nuestros compatriotas de Santiago, como se espresan ellos, por los motivos y con las miras que espresaron en su acta de asociación de 19 de octubre, En ella aparece que dando por separada de los negocios públicos la persona del jeneral Crquiza y por caducados los acuerdos, autoridades Jf política emanados del pacto cele - biatlo en San Nicolás, a consecuencia del pronunciamiento armado de la provincia de Buenos-Aires, acorüaban interponer sus ruegos a los jnu- Ltos y gobiernos arjentinot, para que no se dijiron arrebatar por pasiones de le calidad, por vi deseo mismo de llevar rápidamente ta organización a cabo; y entrando en una vindicación innecesaria de las intenciones de la revo- lución, déla prensa y de los sentimientos d* Buenos*-Aires y dando ya por caducados los hombres que hasta entonces habían aparecido corno iniciadores de la organización, se anunciaba la aparición de otros hombres, de otros medios, de otros caminos, al servicio de esa ¡dea; y parecía in- ducirse a los pueblos y a los gobiernos a entrar por el cambio entallado en Buenos Aires. Cubicaciones r>alulas del seno de la reunión de Santiago, y autorizadas or ("la el) cierto modo,, no nos dejaron duda de que este último era el designio de aquella asociación. Entonces vimos dividida nuestra población Arjentina residente en San- tiago y Valparaíso, en dos circuios que correspondían por sus opinio- nes acerca de ios hechos actuales de la República Arjentina, a la divÍMon pend.ente entre la política de Buenos—Aires y la política «le las provin- cias: los de Santiago apoyando el movimiento, ia actitud y propósitos de la revolución de Buenos Aires, y los de Valparaíso conservándose adictos n! órden de cosas anterior a ese movimiento, en que estaba la república, cuando se reunieron en Club y en que ella continuaba siempre con la sola tscepeion de Buenos-Aires. Invitados por nuestros compatriotas de Santiago para suscribir su acta de asociación, rehusamos, como era natural, porque siendo conocido por nosotros su propósito contrarío del nuestro, no podíamos pertenecer a l°s dos círculos sin apoyar el pro y el contra de Ja cuestión de actualidad que divide nuestro pais. No podíamos estar a la vez por el órden de cosas emanado del pacto de San Nicolás, que apoyábamos desde el tiem- po en que nadie lo atacaba, y por la revolución de Buenos-Aires, que m lf --^ 'desconocía Ja lejitirnidad de eso órden de cosas, apoyado por nosotros. Las actas de uno y otro círculo hacían aparente cierta unidad de pro- posito por la invocación que en una y otra se hacia de hs divisas de fra- ternidad y de Constitución. Pero desde que una daba por caducado el orden de cosas que la otra apoyaba desde tiempo airas: desde que ¡n acta Santiago inducía a Iris pueblos en rl sentido del movimiento de Buenos Aires y nuestras circulares de la misma fecha pedían a osas pro vincias que marchasen inalterables a ta constjtucion por el misino camino en qii" iban, );, oposición de miras era evidente. Lo que h hacia indudable, era el mal efecto nesotros causaban \m publicaciones salidas de aquel Club. Si el Oftrío Imbi s > atacado rtUesrfr** miras, en ver de sostenerlas, habría tal ve;', coincidido en ¡deas con mi 'stros^ónTfrátrfo- tns de Sintiago, y habría tenido la aprobación que han da do a publica- ciones reprobadas por nosotros. Contal disposición no podía serdudoso que nos Encontrábamos en completa oposición de opiniones sobre los he- chos actuales de nuestro pais. En presencia de la situación creada por el movimiento del 11 de Se- tiembre, ¿nué pensamos, qué hicimos nosotros? Amigos de la paz. deseosos de ver logrado el propósito de constituir e! país, nosotros desaprobamos política de Buenos Aires en lo relativo a la cuestión jen eral, poruña sola V" esclusiva causa, a saber: porque venia después de otra que és*aba aceptada ya ñor todas las provincias; venia reclamando el lugar de esta. No el G tbierno de 11 de Setiem- bre, no sus hombrea, nn el pueblo de Bnenoa Aires, considerados en sí mismos; sino la idea de un cambio . de una sostitucion de gobierno, era lo qne desaprobábamos y ha «ta hoi desaprobamos en el movimiento de Buenos Alrfs; porque no podemos concebirla realización de ese cam- bio sin pérdida de un tiempo esencial al progreso y sin guerra civil desastrosa.—Si el Gobierno de Buenos Aires hubiese tenido desde el principio la iniciativa y dirección en la n dítica de organización jeneral, y el jeneral Drqqlza, u ntrn gobernante, hubiese venido después levantan- do cabeza oirá arrebatarla, nosotros habríamos estado contra el jeneral ' UMfufafl y habríamos sido adictos al gobierno que, anterior a él. hubiese debido su creación a la acción de las cosas y tenido la sanción uniforme del país. Como conservadores, como amigo* d d órden, como enemigos de toda alteración capaz de'encender la república en guerra civil, es únicamente que hemos visto con dolor levantarse en Bien os Aires una política. ar- mada, que protestaba contra la existente desde-la caida de Rosas y re- clamaba su lucrar en todo el pais. Esto no quiero decir que anhelemos el órden hasta olvidar la liber- tad; y que por tal de tener paz y constitución, prescindamos de la justicia y de la dignidad de ciudadanos. No ¡ significa solamente que , a nuestro ver, se hubiesen podido remediar los males de la situación poí una política paciente y hábil con la efi. acia que no se obtendrá por el . rompimiento y la violencia. r ,'.Por qué ha existida primero la iniciativa constitucional del jeneral Hiquiza y ñola del Gobierno de Buenos Aires?—Por la obra de los acontecimientos: su campaña felicísima y victoriosa contra el Dictador de la Confederación , le dió un crédito y un ascendiente indísputados y naturales en todas las provincias libertadas por él en la batalla de Ca-4» I I ém *fcros>, y de ahí em.inó su iniciativa para la Constitución del pai.-i. L» República oficial confirmó osa promocio:) dada por la victoria, y el pn* hlo arjentino Ja ratifico uniformemente. Pues bien, «n ascendiente que abrasa todo el pais y que ha sido obra de un acontecimiento tan jeneral como era el despotismo de Rosas den ;.codo por el, no puede ser anotado poi el movimiento de una provincia, que no •jerce poderes ni atril liciones nacionales, por lejítimo que sea. El moví-' miento de 11 de setiembre, es esencialmente loca! y no puede ejercer el influjo del triunfo contra Rosas.—El ¡1 de febrero sucumbieron i4 go- bernadores que existían por Rosas; el H de setiembre sólo caducó el de Buenos-Aires. El 3 de febrero fué vem ¡:¡o y arrojado sin poder fuera cFel }>ais el Dictador; el II de setiembre, ha dejado al vencedor de Caseros al rente de trece provincias, que le reconocieron por jefe. Si creyésemos que nuestras súplicas hablan de ser bastante ensacas para decidir a las provincias a dejar el gobierno jeneral que se han dado, o n los gobiernos locales a abdicarse en beneficio del de Buenos Aires, nos obstendi ¡amos de emplearlas, porque no creemos tampoco que la inicia- tiva y dirección de la organización nacional, pueda ser efnaz en manos de un gobierno inseguro por su modo de ser v por el estado de cosas de Buenos Aires.— Un trabajo como la organización nacional, no puede lle- varse a cabo sino bajo el amparo del orden, que EÚpsne siempre la existen- cia de un poder aceptado y respetado en toda la ostensión del pais qne debe- constituirse. Ese poder existe en manos del jeneral Urquiza por la obra de grandes y felices acontecimientos, y debilitándole no se hace otra cosa que malograr el mas poderoso medio de organización. Ese poder existe todavía, sino con el vigor y plenitud de medios de ahora 5 meses, al menos sin rival oi< toda la república. Sus medios de acción y de influjo, están hoi donde antes estaban; no precisamente en las provincias interiores que le dan SU apoyo moral, sino pn el litoral del Paraná. Antes de febrero, Rosal a la cabeza de Buenos Aires y de todas las provincias, no pudo destruir, al jeneral Urqoiza en na localidad, y antes bien de allí salió él para cambiar la faz de la república de un es- tremo a otro. H i masque antes la acción decisiva de la suerte de nues- tro pais está en el litoral, pues el interior solo se mueve por su influjo. Pues bien, la figura prominente, el ascendiente mas Indisputable que hoi ofrece el litoral, es el jeneral Urquiza. Director provisorio de la Confe- deración no solo en el título sino en la realidad. Entre la política dirijida i combatirlo y destruirlo en su influjo nacio- nal, y la encaminada a sostenerlo y dirijirlo como instrumento de organi- zación ¿cuál es preferible? Nosotros hemos estado y estamos por esta última. La esperiencia ha probado que es la mejor. Es la misma políti- ca que en 1850 dejó de hostilizarlo corno jeneral de Rosas, y lo puso en camino de destruir a este tirano y de libertar la República Arjentina. como Jo ba conseguido. Si su antiguo color político, si las condiciones de su carácter y persona, no han impedido que sirviese para lograr ese grande resultad»do libertad ¿por qué no seria igualmente posible, emplearle en la sanción de tina Constitución valiéndose del misino sistema? ¿Se puede racionalmente temer de que abuse de la organización para Granizar* cuando existiendo de hecho el poder en sus manos, busca la saii-ion de una Constitución que seria un medio de limitarlo y no de es- tendel !o? En el caso de que su intención fuese mala, siendo sus medios de influjo y ¡Je ascendiente un hecho inevitable ¿seria político estorbar que di - 16 mm mismo pusiese un freno a su poder? ¿no debemos por ¡o mismo, in- ducirle a la promoción de una leí, que da algún modo ponga fin al gobier- no dictatorial e ilimitado, que ha rejido en el pais por 20 año.-? Una Cons- titución, una regla, uu orden, aunque no sea perfecto. Las constituciones no empiezan pof h perfección, acaban por ella: ningún pueblo empieza por ser perfectamente libre desde el primer dia de su orgauizaciun. El tiempo debe perfeccionar la obra que tendrá que empezar defectuosa. ¿La actitud de Buenos Aires, seria un obstáculo de tul modo irreme- diable que hiciese imposible la (onsíitue.on de lodo la He¡/uhlica, bajo el influj > del jeneral U "quiza? Creemos que no; y nos parfCti útil trabajar para poner en paz el gobierno de Buenos -Aires con el gobierno jeneral del Director provisorio. Nos parece posible es.; avenimiento, por medio de un pacto adicional al acuerdo de San Nicolás, que el Congreso mismo, antes de ocuparse de la Constitución o durante su discusión, pudiera ce- lebrar, con el fin de remover las dificultades racionales, no apasionadas, que retrajesen a Buenos-Aires de asistir a la obra de la Constitución por el actual Congreso constituyente.—Lsc convenio, obtenido por mutuas concesiones patrióticas y honradas, baria desaparecer la división entro los enemigos de Rosas, que puede servir a la restauración de este tirano, o cuando menos de un riesgo de caer en poder de ese tirano verdadero por escapar de un tirapo presunto. Lo dicho hasta aquí explica va bastantemente los -motivos de convic- ción honrada y leal que nos mantienen firmes al derredor del hom- bre, del pensamiento y del orden de cosas, que existían a) tiempo do ins- talarse nuestro Club. Vamos ahora a especificar los motivos de nuestro'disenlimiento franco y leal con cada uno de los 7 artículos del credo, que tienen la bondad de someter a nuestra consideración, los honorables compatriotas de Santia- go y que sin esponernos a incurrir en apostasía o contradicion no pode- mos apoyar en la forma en que vienen propuestos. La libertad del pensamiento, el derecho de lodo escritor para opinar y publicar sin censura y sin coacción, es un artículo del dogma político de mayo, que es nuestro duerna. Pi ro tratándose de cuestiones prácticas y de hechos dados, no vemes como se pueda formular un credo comnn, dejando al mismo tiempo la libertad de disentir. Cuando se etiopia un crido o una i¿ común, se lleva el objeto de evitar la diverjencia de opi- niones entre los creyentes. Si apesar del credo c.s, que concilía los intereses ¡enerales y de localidad, que han acon- sejado los ministros de mayo, Mnreno y Paso; y que, lejos de hacernos una eseepcion del derecho público adoptado por la cristiandad, nos co- loca en la tradición constitucional de los Estados Unidos, de la Confede- ración Helvética y del Brasil, unidad federativa que nuce honor a nues- tra America del Sud. En cuanto al territorio, miramos su desmembración como crimen de lesa-patria. El suelo arjentino es sagrado a nuestros ojos. Manifesta- ción material y sensible de nuestra grrrndc y hermosa patria, su mutila cion seria la dispersión fratricida de nuestra gran familia. [Maldición al Caín, que rompa en dos partes la patria de 1810, y que convierta en estranjeros unos de otros a los hermanos de Maipo, de San Lorenzo, de Tucuman y Salta! maldición al que reniegue la bandera, que tremo- laron nuestros padres sobre los colores de Carlos V! ¿Qué arjentino con- sentiría en ser desheredado de la bandera de Mayo? Nuestro Club contiene muchos hijos dé Buehcs-Aires, que se dejarían mutilar antes que despo- jar del nombre de arjentinos, y muchos de la» provincias, que vivirían sin patria eternamente si una desmembración del suelo común los pri- vase del nombre arjentino. Hé ahí la espresion relijiosa de nuestro dogma patrio sobre el territorio. Pero la sanción de una Constitución sin el concurso de una provincia que rehusa asistir, ¿es* una desmembración del suelo? No-, una y mil- veces! Cuando los Estados-Unidos acordaron que se constituirían a pesar del disentimiento de uno o mas estados, ¿intentaron por eso desmembrar su gran familia? Se constituyeron sin el concurso de mas de un estado; y ¿qué resultó? Que estos adhirieron mas tarde, por patriotismo, al or- den consagrado por la mayoría. Una Constitución es una lei y los que no están por ella no dejan por eso de pertenecer a la familia, que forma una sola patria per otra lei anterior, no escrita, pero superior a las leyes es- critas. Noqueremos la esclusion de Buenos-Aires; deseamos verla en su reng" en el Congreso de Santa Fé. Opinamos que el patriotismo del Congreso debe ante todo remover las trabas que alejen a Buenos-Aires; y que esa nohje y gloriosa hermana mayor de las provincias arjentinas. satisfecha ya en sus instintos e iutereses locales, debe hacer sacrificios dignos ce su "uitura y patriotismo, en obsequio de la necesidad de formar un cuerpo de nación, de ver sancionada una Constitución para todas, dejando al tiampo el mejoramiento pacífico y gradual de imperfecciones de que humanamente no podrá desprenderse un orden constitucional que en- cuentra por únicos antecedentes, el coloniaje, la anarquía y un despo- tismo de 90 años. La Constitución no será obra de un día; la harán ios tiempos; empezará por ser mala y acabará por ser perfecta,. Si la e»pe- ramoí perfecta desde el primer día, no la tendremos jamás. Ép¡ 17 * 'Para llegar a ese término hemos aconsejado 'la paz, en todos nuestro* actos, conforma a un voto fundamental de nuestra reunión.—- Hemo« protestado volver a la vida privada y no pensar en política el día que se dispare una bala. Hemos maldecido y maldeciremos al primero que lance e«a bala de división sea del campo que fuere. Queremos, como úníca política arjentina para lo venidera, la que resuelve las dificulta- des por el sacrificio honrado y jeneroso.y no por las bayonetas, que nada resuelven y que todo lo complican. En vista de íu indijencia, del atraso y pobreza de nuestra patria estacionaria por tantos años de tiranía , hemos creído que todo lo que no sea pensar en poblarla, pa- cificarla, enriquecerla y educarla, ea política de airoso, de traición a sus grandes destinos. Para abogar los celos estúpidos -de localidad, herramienta de tiranía que nos legaron los víreyes militares y que han conservado nuestros t ranos, hemos olvidado entre nosotros el nombre do provinciales; y nuestro Club no contiene sanjuauino*, ni porteños, ni curdoveses, sino Abjentikos, es decir, hijos y hermanos de la familia ilustre que es due- ña del suelo situado entre el Cabo de Hornos y la frontera meridional de Bolivia. No podemos declarar que el convenio de San Nicolás no es en derecho un acto consumado. Ese acto, de carácter político como la situación y la necesidad de que es espresion, y escepcional como ellas, no debe ser reglado, en sus condiciones de validez, por los principios civiles, que rijen los pactos privados. Habiendo estado en ejecución por espacio de seis meses, con asentimiento de toda la República, mal puede sentarso S|ue no esté consumado. Peto esto no quita que lo consideremos re- órmable y adliionable por otros ulteriores, como es toda constitución ipor-consumada y antigua que sea. lío seriamos partidarios del progre- so si creyésemos que hai lei alguna que no pueda ser reformada o ■cambiada por otra mejor. Como conservadores, no estamos por el sis- tema de mejorar anulando sino reformando, sin anular, lo existente. Debiendo cesar el pacto de San Nicolás el dia que se sancione la consti- tución; destinado solamente a vivir unos pocos meses, lo único que pue- de hacerlo duradero es la discusión sobre su validez. ¿Seria discreto pelear diez años sobre la validez de un acloque debe dura- algunos meses? Por otra parte estando ese acto reconocido y observado por 13 provin- cias de la República, no podríamos desconocerle y darle por caducado, sin hacernos responsables de rebelión. Le hallamos existente al insta- larnos en-Club; forma él la regla transitoria de existencia política interior de nuestro pais, en la totalidad de sus provincias, escepto una; y no nos creemos por lo tanto facultados para cambiar nuestra manera primitiva, tranquila y desapasionada de considerarle. La navegación libre de los ríos interiores, la nacionalización de las aduanas, y en jeneral los principios fundamentales de nuestra creencia política, no son materia de división ni discusión entre los arjentinos, que felizmente a ese respecto pensamos todos como un solo hombre. Se reh.-fen a los hechos, a los hombres, a las cosas del momento, nues- tras d.'írencias de opiniones, y esta eausa transitoria y efímera de desin- telijencía no debe hacernos olvidar que somos no solamente hermanos y compatriotas de un solo país, sino correlíjionarios en principios, y que por causas del momento no debemos olvidar los intereses de toda la vida, ni comprometer por ellas los destinos de toda la República. Hé ahí, señores compatriotas nuestros, la espresion franca, leal y■» If desapasionóla de nuestros disentimientos con ustedes. Solo esperantos de la cultura de nuestros compatriotas de Santiago la estélente costum- bre política de respetar y salvar la intención de cada uno, para esti- mar Jas opiniones que tenemos "i derecho, confesado por ustedes mis mos, de profesar sin coacción ni traba intolerante de jénero alguno. Ei» el caso inesperado de que Vdes. rehusen admitir la justicia de nuestra marcha, contamos por lo menos con el mismo respeto para nuestras opi- niones, que prometemos guardar para con las suyas, dando en esta parte a las divisionos de nuestra patria, el ejemplo del respeto mutuo en el disentimiento, de la dignidad en la disensión, de la jentileza en el de- bate, sin tuyas calidades es imposible tener vida parlamentaria o de hon- rada y libre discusión. Dios y la Patria nos protejan y guarden a Vdo;. muchos años. Grecobio (IomIi Carlos Lamarca, Secretario. A los señoras Jnner.it don Joan i Gregorio de Las Reres, don Ga-' briel Oeampo. don I>omln*o F. ' Kk c"""»0*- SAf»n*«o. BaroUeatD y don Juan Godol. í t ACTA MATRIZ, CLUB CONSTITÜaONAl. \HJKNTINO. Valparaíso, l<> de agosto de 18ftá. Los abajo firmados ciudadanos arjentinos residentes en la República de Chile, nu pudieodo permanecer indiferentes e inac- tivos en los solemnes momentos en que nuestro país se ocupa de la obra grande y difícil de su organización; penetrados de tpie todos los arjentinos sea cual fuere la distancia en que resi- dan, tienen ol derecho de asistir con sus votos y anhelo a la realización de tan alto propósito, hemos creído conveniente y oportuno asociarnos con el fin de unir nuestros medios de in- fluencia, por débiles que sean, en apoyo de la obra de la paci- ficación y organización nacional; sin distinción de. partido polí- tico, sin mira de oposición, ni hostilizar a nadie y con la decidida intención de protejer toda tendencia, todo acto que lleve tan nacional y elevado propósito. Hemos convenido también en la sesión de esta fecha, después de ocuparnos de las promociones de orden económico de la aso- ciación, en suscribir esta acta los presentes, dejándola abierta para suscribirse por todos los demás compatriotas residentes qn Chile que adhiriesen a nuestro pensamiento. Ñola de. las firmas que suscribieron el acta Je instalación. Gregorio Gómez. —Phesiokntk. Pantaleon Suero. Garlos Lamarca.—SftXMTvkio. Gregorio Beeche. Juan B. Alberdi. Pedro Saenz. F. J. Villano»**. Manuel de la Vega. Francisco Delgado. Bartolomé Herrera, Francisco J5. Gómez. Ensebio Videla. luán Laurel. Felipe Correa. José C. Borban. Francisco Peña. Mardoqoeo Navarro. F. A. de Toledo. F. Fernandez L. Sinforoso Navarro. Clodomiro Lago. E. Santander. Abraham Puch. Eustaquio Pico. Tomás 1. Santa Ana. J. Luis Marcó. P. Lindor llamayo. Ramón J. Navarro. Martin Zapata. Javier Navarro. Samuel Navarro. Tesandjro P- Santa Ana Tristan Narvaja. Casimiro Rodríguez. Francisco .1. de la Vega, Isidro Quiroga. Ramón de la A'ega. Demetrio Soage.20 Cesáreo Ahumada Avellaneda. Gabriel A. Real fle \ziia. Ventura Picilr almena. Pedro M. (asneros. Emilio AfojiOO. If. Fernando Alvarez. J. A. ^lercailc Juan Prudant. U. Ventura Qcampo. HSpóHto (t. Posse iaaa M. Peroaod tz. Relisario Ahumada P". Manuel J. Gómez. José Remijio Herrera. Eusebk) de Bedoya. Horacio IgJesÜsJ francisco \ iilela. .1. ('risóstomo Quirogav Isaac Quiroga. Darío Fernandez. Francisco E. Calle. Circuir a (os pueblos arjentiims. Vfüpqrdífo, Agosté 11 Ja \H'\2. CLUB CONSTITUCIONAL AILTENTINO. Kl Presidente que suscribe tiene el placer ilc dirijirse a Vd.- incluyendo en copia el acta de la asociación sancionada por los compatriotas residentes en esta. Por ella se impondrá Vd. del impoi íante asunto que nos ocu- pa y del pensamiento dominanle que nos guia al propósito de contribuir con nuestros esfuerzos al grande resoltado de la paci- ficación y organización nacional. E! acuerdo celebrado en San Nicolás por los delegados de los pueblos arjentinos, encierra el porvenir de la República.—El Club desea su cumplimiento, y trabajará en osle sentido, por- que en él se fundan sus mas lisonjeras esperanzas. Para hacer esto efectivo en la parte competente que repre senla el Club, cuenta con sus propios recursos, con la lejítinm influencia que cada uno de sus individuos pueda ejercer,en par- ticular, y en jeueral con el poderoso apoyo fie la opinión y la prensa de Valparaíso, (fue apercibida de tan patriótica idea, se ha pronunciado, como se instruirá Vd. por los diarios que se acompañan. El efecto moral de nuestra actitud será benéfico para atenuar la exaltación de las ideas que desgraciadamente legalizaron ante la suprema lei de la necesidad el golpe de estado darlo en Bue- nos Aires el 21 de Junio por el señor jeueral Urqui/a. El Club lia aceptado este hecho como un recurso de salvación y está dispuesto a sostenerla con la misma fé que espera que- dará cumplido el sagrado compromiso del vencedor de la ne- fanda tiranía de líos,».-. Con tan laudable lia, se hace •mesaría la activa cooperación de todos los ar|entmos; j teniendo en consideración los patrió- ticos sentimientos que distinguen a Vd. y en uso de mis facul- tados, be fijado «ai elección en SU persona nombrándolo A jenle corresponsal del Club en esa (.....:. pata que trasmitiendo esta manifestación a nuestros compatriotas tengan conocimiento de nuestro noble propósito. Entre las atenciones que consignaré a su cuidado, será inui preferente a esta institución, tener una noticia exacta de los su- cesos que ocurran en Buenos Aires y los demás pueblos de la República, pat a lo cual desde ahora doi a Vd. el especial encar- go de tenerme al corriente de toda ocurrencia importante, que- dando al efecto autorizado para hacerlo por medios estraordi- narios. Se servirá dirijir las comunicaciones e impresos que por esta via se dirijan a los puntos (pie nos convenga. Al pié encontrará Vd. la nota de los corresponsales del Club en los diferentes pueblos de la República de ( hile, para que sirva de regla en el caso que Vd. tuviese oportunidad de diri- jirme su correspondencia. Los gastos que demanden las exijencias del servicio, so pa- garán a la vista con los fondos de la asociación. Me lisonjeo que apreciando debidamente la importancia de la comisión que me permito confiarle, no trepidará Vd. en aceptar el cargo. En su desempeño hará Vd. un servicio.a la Patria, satisfará las esperanzas del Club y el deseo de su obediente servidor. (rHBi.oiuo Gómez. Carlos Lamarca, Secretario. Al íeñor don.............. ACUERDO. Por cuanto el Club en sesión de hoi. ha sancionado lo si- guiente: Art. 1.° Se autoriza al Presidente y Secretario del Club con un voto de confianza, para espedirse en los casos estraordina- vios o urjentes con arreglo a la exijencia del despacho.tm 93 mm SL° Quedan autorizados para nombrai (¡os individuos dé L< asociación para formar su consejo en los casos neoesarios, de friendo fiar cuenta de lo actuado en la inmediata sesión ordina- ria del Club. Sala del Club, L' do Setiembre de (852. Geboorio Gómez, Cárlos Lamaral, Secretario. ACUERDO. El Club Constitucional Abjenxino. En atenc ión al mérito y a la importancia de la publicación que ha hecho ei Dr. don Juan B. Alberdi, \ teniendo en con- sideración: Quee.se brillante trabajo contiene los principio- mas adecuados a la organización qi corepetentes para llenar la alta'misión de presentar al señor don Juan Bautista Al- berdi, la expresión de la justicia del Club consagrado al mérito y capacidad de su honorable colega. Los señores comisionados te servirán aceptar I» particular distinción de su rnui átenlo servidor. ( árlos Laniarco. A los «efiorfts don PraUetlcg) Javier Villanuc va, don José f „ C. Borbon y don Mardo.¡B» COUUWOif WWBCUI,. ipn'o Navarro COMISION ESPECIAL. )'alliaraiso. Setiembre (> de 4852. Señor: La comisiou especial Sombrada para presentar al Dr. don Juan Bautista Alberdi el Acuerdo que se sancionó en la sesión cstraor- dinaria de! primero de Setiembre, y de esprcsnrle un voto de gracias, que en la misma sesión se le acordó, cumple con el de- ber de dar cuenta al Club, por el órgano del señor Presidente, que el señor Dr. Alberdi lia aceptado con muestras y esprésioues muí sentidas de agradecimiento, el elevad.» mérito con que lia sido considerado por el Club su libro, «Bases y puntos de par- tida parala organización política de la Repñbli-a Arjentina»: agregando que tan honorable distinción no puede menos que empeñar mas su decisión de emprender nuevos y mas serios trabajos que tengan por objeto la organización de nuestra patria y la consolidación del orden administrativo en ella. La comisión incluye el oücio que el señor Dr. Alberdi se lia servido entregarle en contestación. Dios guarde a Vd. Mardoqcko Navarro. Javier VlLLANCEVA. J. C. Baictior Presidente del Club Constitucional Arjentino. Valparaíso^ 6 de Setiembre de 185:2. Kl voto de aprobación con que ña sido honrado mi libro, por parte del Club Constitucional Arjentino, es una brillante recom- pensa de los cortos desvelos (pie su redacción me cuesta. Un libro es un poder desde que una porción del pais hace suya su doctrina, porque elevado al rango de programa, entra en el carpirlo de ser lei. Esta suerte parece caber.al mió, estando a las palabras halagüeñas con que me favorece el Club; y desde lue- go no vacilo en asegurar que si estuviese destinado a ejercer algún ¡aflujo en los hechos, no lo deberá a otra causa que a la sanción poderosa que ha dado a sus doctrinas el Club Constitu- cional Arjentino, a que me felicito de pertenecer. Acepto el voto de su apiobacion honrosa, que una comisión de su seno ha puesto en mis manos; no con una mera satisfac- ción de amor propio, sino eon el placer de ver en el camino de su realización, las ideas que no he publicado con el mero objeto de que quedaran consignadas en el pape!. Es imposible que permanezca estacionario un pais, cuyos hijos, aun residiendo fuera de su suelo, saben conceder estímu. los semejantes a los escritores (pie prestan servicios a la causa de sus adelantos.—Tanto celo y tanto patriotismo, no pueden menos que conducir a grandes destinos y brillantes resultados. Quiera el señor Presidente trasmitir la espresioa de estos sen- timientos, al Club de que es órgano y admitir la seguridad del respeto con que soi, etc. Juan Bautista Alberdi. Al señor Presidente del Club Constitucional Arjentino. Seeretnna \ , del Club [C«WWfcA»i Valfiarnisn , Setiembre 9 de 18o2. El Secretario del Club Constitucional Arjentino en cumpli- miento de La Ardea del Presidente . tiene el honor de dirijan a Vd. incluyendo un número de ejemplares del folleto titulado; i«Baséis y puntos de partida para la organización política de la República Arjen tina,» que Vd. se servirá entregar a los seño- res designados, como mi presente de la asociación instalada en Valparaíso. ¡Muí luego se aperi ibirá Vd,. de todo el ínteres que encierra esa interesante publicación ; (an oportuna para llevar adelan- te la" cruzada del Club, eri su conquista por el imperio de la razón, de la discusión ilustrada de los intereses nacionales. A este propósito se incluye el Acuerdo del Club, sancionado en la sesión extraordinaria del 1.°del corriente, para que Vd. lenga la bondad de trasmitirlo a nuestros compatriotas. El que suscribe tiene el placer de ofrecer a Vd el distinguí - 2. CLUB CONSTITUCIONAL AHJ ENTINO. Cnicii.AU. El Presidente que suscribe , refiriéndose a la acta de asocia - ción del Club del 46de Agosto, a la circular del 17 del mismo, v a la nota que acompaña el acuerdo celebrado en la sesión del I." del corriente, tiene el honor de anunciar a Vd.:—Que la emigración arjenlina residente en Chile, por una mayoría abso- luta , ha correspondido a aquel patriótico pronunciamiento; Quea estepropósito, el Club ha abierto su campaña, llevando adelante la cruzada en su conquista por el imperio de la razón, de la discusión ilustrada de los elementos que deben concurrir a la organización y constitución de la República Arjenlina. Para conseguirlo, ni nombrado ajenies en la mayor parle de los pueblos de la Confederación, en los listados vecinos, y el ultimo vapor conduce los nombramientos para Frénela, Ingla- terra y los Estados Unidos de Noiie América, Kl Club ha lijado sus puntos de parlida, haciendo notar a to- dos sus compatriota-, ta situación palpitante, de la República] N época solemne «pie se abre para su porvenir y la necesidad ur- jente de que todos sus hijos concurran a la organización na- cional. Este noble pensamiento que es el alma de la asociación, de- manda la fusión de todos los partido-;, la mas heroica abnega- ción y el Sacrificio de todo interés local, para realizar el gran principio de fijar la carta coAstituctonal que ha de garantir los destinos de la Patria, en cumplimiento del s.nemue compromiso aceptado por el acuerdo de los delegados de los pueblos Arjenti- nos reunidos en Sin Nicolás délos Arroyos, y puesto en práctica por el señor (enera! don J. .1. de UrquiZa, Director provisorio de la Confederación/. El Club al pr ictamar la fusión en política, de todos los arjen- tinos, ha reconocido el fundamento que forma la base de la ac- tualidad. Este es, la gloriosa victoria de M mte Caseros, en la que no ha podido encontrar el triunfo de un partido, sino la tumba de la tiranía, y sobre ella consagrado el principio de la organiza- ción de ta República, sancionado por la espada del vencedor, y la oliva de paz para todos los partidos que acababan de comba tu- pa ra conquistar tan glorioso resultado, sin escluir los vencidos. Este aotableacontecimiento, lija hoi ta especíate. ;< delatan- do civilizado, porque la opinión casi universal, aníes de haber desaparecido el poder monstruo de llosas, había hasta cierto punto sancionado;—Qae la paz y la organización era imposible en tos pueblos del Plata;—que ni día siguiente de la cuida de ese poder, la dislocación y i.i anarquía, serian sus inmediatas consecuencias. Esta opinión . fundada en el inmenso poder-de Rosas, por nías improbados que fuesen los medios empleados para perpe- tuarlo , era ta que decidía: que aquella calamidad, era uua ne- ceaidadde ta cual resultaría el bien alguna vez, porque si ese liosas no lo conseguía , uo habría otro poder que lo realizase. Kl Club aplaude el error de esta opinión y so congratula en observar, que ta República está en paz y marcha con paso fir- me a su organización. El Club no ha esperado que 8Sla inmensa obra, se présen- se acabada y perfecta a! (lia siguiente de una batalla. Para ello ha tenido a la vista tos cuarenta y dos años de revolución que cuenta ¡a República; una parle, consagrada a la guerra de la Independencia de! país, y en ¡a que se rejislran las he- roicas hazañas que formln el timbre de su gloria, sin darse cuenta de los actos dedisc rd i interior; otra empleada en laguerra de la Independencia ¿Jel Estado Oriental con el imperio riel Brasil: el resto ofrece el escándalo de una guerra fratricida y todos lo? pueblos bajo el dominio de la mas espantosa mar quía. En esta última época se lamentan las funestas consecuen- cias de aquellos estravíos y se notan los veinte y dos años de la Dictadura de Rosas, cuya negra historia no se detalla por no manchar esta nota, y ser contrario al noble pensamiento que se ha propuesto la asociación. ¿Cómo pretender que en presencia de este caos, al dia .si- guiente de la victoria , no habiendo olios elementos que los es- combros de la Dictadura, su profunda desmoralización y la com- pleta dislocación délos medies para regularizar e! poder orga- nizador , que el vencedor de Monte Caseros nos pusiese en plena posesión de nuestros derechos y prorogativas, cuando nunca las habíamos tenido? El Club instalado en Chite, no vé en esa alta figura que se levanta en el Rio de la Plata sino un hombre con el poder que da la humanidad para hacer el bien. El Jeneral Crquiza no es el delegado de Dios , no tiene la atribución de la Divinidad y seria una aberración imperdonable al buen sentido, y hasta una herejía imajinarlo. El Supremo Hacedor nos dio un mundo en siete dias. Para redimirlo y sacarlo del caos, fijémonos en et monumento1 de la Cruz que nos presenta el .sacrificio del Salvador para darnos la lei del Cristianismo. Está fué la obrado Dios ; a ningún mor- tal le es permitido levantarse del polvo para pretender igua- larse al Divino Regulador del Universo. Este ejemplo de la Divinidad , (pie nos sirva de regla para reunimos en torno de aquel hombre con la mas completa ab- negación , y si fuese necesario, basta el sacrificio de nuestros mas caros intereses al propósito de la consolidación de la paz, de ia organización del pais y la sanción del código fundamental que va a dar vida y a garantir la existencia de la República. El Club se abstiene de la revisión de los actos posteriores al triunfo del 8dé Febrero, porque seria inoportúno abrir dic- tamen sobre ellos, y porque quiere prescindir de toda exijen- cia que se oponga a su pacífica misión. El Club abriga las mas brillantes esperanzas , cumple con su deber y se hace un honor en acatar la hermosa insignia de la constitución de la República que ha levantado el señor Jeneral Urquiza. Cooperará con su débil apoyo, pero enérjicamente al hombre que representa este pensamiento y tiene el poder de realizarlo, porque & forma el pedestal que únicamente puede sostener el monumento nacional. = 21 .— El Presidente . como órgano del Club, tiene el honor de tras- mitir a Vd. estos sentimientos, porque ellos 900 kaesprasion patriótica 'le todos sus individuos, fundados en el deseo de que prevalezcan en el ánimo jeneroso de todos sus compatriotas. Dios guarde o Vd. muchos años, Gregorio GottU- Carlos Lamarca, Secretario. Al señor (ton............ Valparuiso, Octubre. 12 rfe 1S">¿. CLtJB CONSTITUCIONAL ARJENTINO. . Circular. Eos ciudadanos que componen el Club Arjontino de Valpa- raíso, han considerado un deber de patriotismo alzar su voz en medio del conflicto para espresar la reprobación profunda con que han mirado el motin de Buenos Aires sucedido el II de Setiembre. Sea cual fuere el valor de su voto, ellos quieren probar que la República Arjentina contiene ciudadanos para quienes el res- peto a la tranquilidad pública es una verdad, y que no acuerdan tolerancia ni disculpa a movimientos diríjalos a prolongar la vida de perturbación, de retroceso y escándalo en que nuestra América de! Sur se arrastra ensangrentada desde su revolución contra el poder español. Colocados a la altura de los sentimientos puramente argenti- nos con que estiman los hechos de su pais; animados siempre de las miras impersonales y jenerosas, que presiden a los fines de su reunión; ciegos a todo interés de partido; sordos a la voz de toda pasión pequeña y facciosa, ellos han calificado de in- tempestiva, inmotivada, estéril y escandalosa esa revolución que viene a cruzar los trabajos orgánicos del hombre, que ha derro- cado la tiranía de Rosas, que ha pacificado la República Orien- tal, vuelto la calma al Paraguai, restablecido la emigración de J>0 años a los hogares de la patria, proclamado la libertad dé- los rios. abolido las Aduanas interiores y convocado un CongresoSackwial paca dar a i;i República, la constitución de que carnee absolutamente. mlempestiva, porque «'1 ejercicio, siempre culpable, de las vías do hecho, ea vísperas de darse v ponerse «a pié el imperio de la leli os la violencia aturdida, que parece temer el imperio «le |aa formas. Inmotivada, jorque las uuevas autoridades arjentinas. en ve/ do verter sanare, de (leen;lar destierros y confiscaciones como la autoridad despótica que las precedió por 20 años, se han. atraído las simpatías de la América por s;i política jenerosa, con- ciliadora y progresista. Estéril, porque un motín de soldados, menguarlo en número, representado por nombres que no conoce ni acepta la República, no pued • salir de la localidad de su oríjea pequeño, y allí done que concluir sin mas éxito que la retardación por cuatro di&S, de la obra de la organización nacional. Ifsíó i!, porque- tiene oríjea en una sola, provincia y lucha con • Ira trece; porque carece de soldados, de jefes, de dinero: no tiene siquiera un principio útil, que ofrecer a lis provincias re- generadas a favor del vencedor de llosas y mucho menos a las naciones civilizadas de la Europa, interesadas ea sostener la au- toridad qué acabarde abrir los Ríos interiores al comercio libre de la Kuropa. Firme en sus propósitos de orden, en sus esperanzas de orga- nización, en su le de progreso* el Club de los Arjenünos de Val- paraíso, no ha perdido un átomo de su creencia en el porvenir venturoso del país; rechaza la idea de que pueda salir de la pro- vincia de su oríjea el molin del H de Setiembre; creo firme- mente que allí encontrará brasos {onerosos, que repriman su aciago desarrollo; y lejos de desmayaren sus propósitos patrió- ticos, los renueva boj y los ratifica con mas firmeza y enerjía, (pie en el día de SO inauguración. Tales son los votos que el Club Arjenüno, que tengo el honor de presidir, me encarga de espresar a Yd. y por «ti conducto a iodo- los compatriotas que piensan como nosotros. ¡Dios salve la Patria !) (Jrí gorio (rOHiíz. Carlos Lamarcn, Secretario>. = .11 Val paraíso, Octubre lt> de lfft»z. CttJB CONSTltUClOfíÁt ARJENTl.V). ' CtactiiuAA.< Asociados los arjentiuos residentes en ('hile, (pie componen nuestro ( luí) Constitucional, para cooperar a lo pacificación y organización de nuestro país, por nuestros vetos en tfavor da to- do lo que se dirija a este propósito, no podemos permanecer es- pectadores mudos de, los sucesos, que amenazan la pérdida o frustración de el.—Es necesario, es nuestro deber, boa asiste el derecho de. alzar la v oz para desaprobar la revolución estallada en Rueños Aires el 1 1 de Setiembre como un medio doloroso y reprobado de satisfacer cualquiera'necesidad pública por lejitima (pie sea.—La renovación de semejantes actos solo es propia para desviar al país de la senda de progreso, en que entro por la caída del tirano Rosas, y para retroceder por el camino de la guerra civil a los días aciagos de la tiranía, que nunca deja de venir Iras de la discordia. Estaoios siempre con nuestros votos y simpatías al lado del hombre que conquistó el 3 de Febrero una gloria americana destruyendo los fierros do £0 años, que pesaban sobre la Repú- blica Arjeotina; y gratos a ese inmenso servicio, lejos de supo- nerle intención de reconstruir la tiranía desbaratada por él, abri- gamos fe en que llevara a cabo la constitución liberal de la Re- pública, si las provincias permanecen, como esperamos, ai rededor de su pensamiento dé organización, con esa perseve- rancia y firmeza sin las cuales no se re «liza cosa alguna grande en la vida política de las naciones. Penetrados de sentimientos puramente nacionales y arjeuti- nos ; ajenos a las pasiones , que dividen nuestro pais , los arjen- linos lodos, que componen el Club, que tengo el honor de pre- sidir, crccn\ esperan ardientemente , que todas las dificulta- des sean vencidas por la perseverancia ; que no luna dificultad, ni confiieto, (pie no pueda resolverse por soluciones raciona- les, porosa- mótuas concesiones y recíprocos sacrificios, que constituyen la esencia del sistema representativo en todas par- tes.—Deseamos que la sangre, que la guerra dajeslerminio, no sea de hoi mas id medio bárbaro e incivilizado de resolver nuestras diferencias de hermanos, deacomodar nuestros inte retes de familia y de nación.—Maldecimos todo escrito, toda admonición, todo consejo dirijidos a convertir en enemigos a== 32 mm muerto unos arjentinos contra otros.—r Declaramos que de Chile no saldrá publicación de ese carácter, que tenga la sanción do los numerosos miembros de nuestro Club.—Usando do una voz leal, patrióla, exenta de pasiones y de intereses mezquinos, pe- dían is a los Gobiernos y a los pueblos de nuestro pais, que no abandonen la obra grande y gloriosa en que se hallan empeña- dos de llevar adelante la constitución de la República Arjentina; y que si para ellos es forzoso hacer sacrificios, prefieran los de los intereses,ríos de la vanidad, y no los de la sangre, el honor na- cional y la tranquilidad pública. Dios salve la Patria.) Gasaemio Gombz. Carlos Lámar cu, Secretario, Al señor «Ion............ 1 Valparaíso, Octubre áá de 185¿. CLUB CONSTITUCIONAL MUI M INO. El Presidente , instruido de los sucesos ocurridos en Buenos Aires y de las medidas adoptadas por el Director Provisorio de la Confederación, que se sirve comunicar al Señor Ajente cor- responsal en su nota del 7 del presente, la elevó a la conside- ración del Club, y este por unanimidad sa..ci( no m la sesión del 18 del corriente la circ ular que se incluye. Por ella se instruirá Vd., que si aquellos acontecimientos han afectado sensiblemente las esperanzas de esta Corporación, ella responde eoérjicanwote a su patriótica misión, y llenado entusiasmo y fé espera que quedarán cumplidos sus votos. La resolución del Director Provisorio a la taz de la provincia de Buenos /Vires, es un ejemplo que no tiene precedente! en la historia arjentina : él es una consecuencia que revela su noble intención, acreditada por estas notables palabras pronunciadas en Santa Fé, al arribo de la infausta noticia de la revolución del 11 de Setiembre: — «Cuarentaaños liemos ejercido el sistema "de sangre y nos ha salido mal; es preciso ejercitar otros cua- renta, el de perdón y jenerosida.l para ver si no - sale me- -jor. - Estas elocuentes palabras del'señor Jeneral Ui quiza-mauifies- t$m a sos conciudadanos que babia disparado el último cañona- zo en Monte Caseros para derrocar la monstruosa tiranía de Rosas ; que alli habia terminado la misión del guerre¡u para dar paso al lejislador y que una sola gofa de sangre derramada después de aquel memorable triunfo, seria un crimen de fesa- patria. El Libertador depone las armas y se retira de! caín]>o de ba- talla para llevar la solución de los grandes intereses al capito- lio de la lei; a la tribuna parlamentaria para escuchar la dis- cusión templada y pacífica de la representación nacional y esperar allí el triunfo de la razón, antes que empeñar una guerra fratricida y ceñir su sien con la corona de fierro que hizo pedazos til 3 de Febrero y que solo un llosas ha podido llevar, con mengua del honor arjentino y la reprobación uni- versal. El Club aplaude este hecho heróico, y por él confia en el porvenir de la República. Por otra parte :1a heroica provincia atriolisnio de los gobiernos y de Jos pueblos. Fn nombre dela Patria ruega a sus compatriotas depongan sus resentimien- tos y sus pasiones de partido; que separen de la discusión iodo ínteres local, todo espíritu de provincialismo; porque en donde quiera que prevalezcan tan mezquinos intereses está la anarquía y la ruina inevitable de la República. Los ciudadanos que componen el Club Constitucional Arjen- lino, protestan ante Dios, que jamas se separarán de estos principios; porque ellos nacen de sus mas íntimas convicciones y quedan dispuestos a aceptar toda solución pacífica, todo tér- mino de conciliación antes de apelar a las armas; porque este recurso convertirá en un panteón la Bepública, sin otro resul- tado que la reprobación universal ante el asesinato de la pa- tria. El Club, desde este momento está dispuesto a lanzar un anatema sobre el que dispare el primer tiro en la guerra civil de la Confederación ; porque jamas sancionará con su voto el triunfo obtenido por el cañón fratricida; porque no aceptará otra victoria que la de la rasca y la justicia. Firmes en nuestro propósito, traba jaremos con empeño para encontrar este resultado: y si nuestros campalriotas aceptan con el mismo entusiasmo nuestro patriótico deseo, habremos cumplido un sagrado deber y el pais se habrá salvado. Dios y la patria nos [Motejan y guarde a Vd. muchos años, Gregorio Gómez. Carlos ¡.amurca, Secretario. Al señor don Juan Ignacio García , Ajente corresponsal del Club-Mendoza. •., . ce NOTA. Se ha omitido la publicación de Jas Actas de San Felipe. Santa Rosa, Quillota. Illapel, Coquimbo Coptapó, Lámar, (Cobija^, Lima y Cerro de Pas- co, para hacerlo oportuna mente. " <