I EL GORGON, Capitán MMotham, Salvado i»n la playa de IVÍontetideo, donde haiió el 10 de Mayo de 1811, I'UK LA PERICIA X CONSTANCIA De su Comandante, Oficiales, guarnición y equijiage. •Montevideo IMPRENTA DE LA CARIDAD—IS4Ú. rara cini I f I ! EL VArOR DE S. M. BRITANICA Publicación Jtl Nacional número 1SH. ntre los tristes despojos del memorable temporal de 10 de Ma- yo último, ninguno despertó mayor interés en Montevideo que el es- plendido buque de vapor, cu/o nombre encabeza estas líneas. Por cinco meses consecutivos, todos los anteojos se voIYian cada maiiaon bacía la playa del Migúetele, observando casi con la misma curiosi- dad el catnpo de los sitiadores, y el lecho de arena en que descansaba el antes soberbio coloso, despojado de sus galas y de sus íuerzas, y condenado en apariencia, á permanecer alli, como monumento pe- renne del indomable poder de nuestro Rio, rival, cuando se irrito, del Occeáno. Todos hemos averiguado con interés los progresos en los traba- jos del tí-orgon ; hornos discutido todos, alguna vez, la posibilidad de la empresa,- y no hay quien no le haya saludado con júbilo, cuando apareció de nuevo flotando en el centro de nuestra bahia. Pero muy pocos saben los obstáculos que se opusieron á esa em- presa : casi todos ignoran la inteligencia, los esfuerzos, la perseveran- cia, mas indomable que nuestro Rio, con que el capitán Hotham, de la marina real, venció todas las dificultades, y consiguió un triun- fo áe gran valía para su patria, y de altísimo honor pnra su nombre. Creemos hacer una cosa agradable á la generalidad de Jos lec- tores, y un acto de justicia al hábil capitán del Gorgon, dando una breve idéa de sus trabajos. -Imposible, páralos medios humanos, fué el evitar el naufragio de aquel buque. La intrepidez y los esfuerzos de cuantos le tripulaban no podían dominar á un tiempo el poder de los elementos, y obstácu- los que nacían de defectos en el buque mismo. Desde áiitcs que el _ 4 — Hurgón viniese á adornar nuestro puerto, era punto decidido por há- biles ingenieros y marinos, que el |>oder de sus máquinas no esta en proporción con la mole á que deben dar impulso j y según liemos oído al propio capitán Jíotham, necesitarían un aumento de íuerzu de 150 caballos, á mas de los 320 que lioy representan, para corresponder debidamente á su objeto. Agrégase á eso defecto otro de muy grave naturaleza. La pe- culiar construcción de las muquirías del O'orgon linee que las ruedas de las palas sean demasiado grandes ; este tamaño despiopoi cionado produce excesiva rapidez en las ruedas, y de alii la pérdida de una parte considerable del poder de !a máquina, que se emplea en bochar hacia atrás el agua de las palas, en vez de servir á empajar adatante el navio. For otra parte, las cajas que cubren las ruedas, siendo su- perficie á la acción del viento, aumentan asi la resistencia, cuando hay que navegar contra él. A estos defectos se debió que el " Gargón " no pudiera vencer, el 10 de Mayo, la violencia del humean, ni la inmensa cantidad de agutí que entraba en la bahía (1). Motivos de otro orden hncian también imposible dar á las máquinas mayor poder, numentando la presión del vapor en la caldera. Fué pues inútil la lucha desesperada, que pre- senció la población agrupada en la ribera. La fuerza prevaleció so- bre el talento, cosa bastante común en la época ; y muy pronto se vió encallada en la arena ta sobervin fábrica, que al salir de los puertos de la Inglaterra, tenia de costo á la Corona trescientos y cinttítnta mil pesos fuertes ! Cuando las aguas se retiraron, quedó el " Gofgon tan enseco que en grandes crecientes posteriores, apenas habla 8 pulgadas de agua hacia la proa. El lecho en q'io se hallaba era nrena, en la que estaba encallado k la profundidad de trece pies de un costado, y ttw< - ve de otro; lo que muestra que quedó ligeramente inclinado. A poens personas pudo entonces ocurrir que, careciendo absoluta- mente de los necesarios uparatos mecánicos, se pudiese sacar de esa posición un buque de 1700 toneladas, sin /¡Hitarle antes las máqui- nas, cuyo peso con lascalderasy el agua necesaria, es aproximada- mente de 300 toneladas. El capitán Hotham acometió la empresa con toda la fe del que sabe, y persevera. (t) Según lu observación del capitán Hohtam, «pie hornos oído conlirm.i da por otras personas competentes, la caima de loseniragos sufridos en nuestra bn- hia el 10\do Maj o, fue nina la prodigiosa cantidad de agnu que entró en ella que ¡a violencia del viento. Alijcrndo el buque de su artillería, mástiles, pertrechos, y de todo otro accesorio, se emprendió el ímprobo trabajo de abrir un canal hasta el ugua, en un suelo de arenn movediza. Varias veces sucedió que una creciente destruía en pocos momentos cltrnhejo de muchos dias, llenando de arena la escavacion practicada. Muchas y muy laborio- sas tentati vas hizo el capitán Hotham para evitar ese trastorno, hasta que consiguió neutralizar la necíon de las mareas, formando una espe- cie de barrera con lo* botes de fierro pertenecientes á la Draga, que le fueron facilitados por sus dueños. A favor de esa defensa pudo practicar el canal con menos inconvenientes. Tratábase luego de los medios de mover la inmensa mole del nn- vio. Varios planes imajinó el inteligente capitán. Decidióse desde luego á servirse del poder desús mismas máquinas, para lo qué de- sarmó completamente las ruedas de las paletas, dpjando solo los ejes para envolver en ellos las cadenas de cuatro enormes anclas, fondea- das á convenientes distancias; de modo que, puestas las máquinas en movimiento, el buque fuese ganando, como por una espía. Muy Inrgo serín referir todo» los obstáculos con que se tropezó en In ejecución de este atrevido proyecto : uno de los principales ern la necesidad de tener dentro del navio la gran cantidad tic agua ne- cesaria para In incesante inyección en los condensadores; y que, cuando se navega, se s ica directamente del mar por medio de bombas. Tuvo, pues, ai capitán llotham que resolverse á ochar en la bodega muchas tonelada* de agua, aumentando nsi el peso, cuando tanto ne- cesitaba disminuirle. De mucho sirvieron las máquinas ; poro estaban sin embargo muy lejos de bastar por si solas á hacer correr, sobre un lecho de arena y fango, la mole que no mueven con Ja debida rnpidez sobre las aguas. Después de infinitos y variados trabajos para suspender el buque, v para mantenerle cada vez á mayor altura, ya empleando pipas va- cias, ya otros medios diversos, el capitán Hotham recurrió al podtr de los rameSos, aparato de frecuente uso en Europa, aun para formar diques flotantes. Consiste et/enormes cajas de madera, perfectamen- te calafateadas, de modo que agua ninguna pueda penetrar en ellas. I or una llave, ti otro medio cunlquiern se llenan de agua hasta que se van a pique al costado del buque que se Intenta levantar. Entonces se Mijetun fuertemente contra él, y se agota con bombas el agua que contienen. Claro es que, no quedando eu ellas sino aire, han de pug- nar por subir á la superficie del agua, obedeciendo á la poderosa ley de su menor gravedad, y atraen consigo el cuerpo 4 que están atadas, fccis de esos cajones hizo el capitán BMkmm, adoptando sus for-— fi- nias k las del casco del " Crt,rgon " : cada uno contenía sesenta tune- ktdas de aguu ; de modo que, por ese i noel i ti neutruli/.ó uu peso de trescientas sesenta toneladas. A este plan fue deñnitivainento debido el éxito. Sostenido por los cameltos, hallado por espías y oíros aparejos, se consiguió volver el hermoso navio al elemento para que fué construido, sin daño alguno en su casco, y en perfecto estado do servicio. Envidiable debió ser ese momento de triunfo del capitán Hiithum, que mas do una vez llegó á dudar del éxito de su empresa, reputarla casi umversalmente por imposible, nuu entre la gente mas entendida. El hábil marino la completó (careciendo totalmente -Je los necesa- rios aparatos mecánicos) en cinco meses de incesante trabajo, que muchas veces se ejecutaba do uoche, para aprovechar de las mareas. Puede formarse una idea de las dificultades que se han vencido, con solo saber que, durnntc los trabajos, se han empleado constante- mente 200 hombres diarios, y se han removido mas de diez y ocho mil toneladas de arena y fango. Los costos todos de la empresn no pasan de 10,000 patacones ; y solo dos vidas se han perdido por un accidente casual. El capitán Hotham habia hecho punto de honor el no dejar al Plata el trofeo de su " Gorgon. " Su triunfo honra tanto su capaci- dad como su perseverancia. El ulmirantazgo, que sin duda habria bo- rrado ya de las listas de la marina británica el nombre del **. iror- g&n, " se apresurará á dar una debida recompensa de honor al hnbil oficial que le rescató de una pérdida tenida por irreparable. Su» amigos oirán con placer este acto do justicia ; y para que mejor pue- dan apreciarle, pido á V. S;\ Editor, que publique esta reseña da Jos trabajos del capitán líotJtam. Montevideo Enero 9 de 1845. 4 4#4 4 \