LA INDEPENDENCIA SE PIERDE PARA SIEMTRE, Y VOSOTROS CON ELLA, MEXICANOS. El horrendo fanatismo, el negro cónclave inqui- sitorial, las oprobiosas ideas godas, furias todas sa- lidas del averno, se conjuraron abiertamente con- tra las instituciones libres de 1812 restablecidas en España en el año de 820. Leyes sabias que se dic- taron por aquel augusto congreso de Madrid para la completa disolución de monasterios laicales, die- ron lugar ciertamente á la inconcebible resolución de aquellas serpientes feroces para reprimir á toda costa hasta un suspiro que se diera por la sacrosan- ta Libertad. Y ved ahí, conciudadanos, el origen del plan de Independencia que se hizo en la Casa Profesa de esta ciudad: en 821 en efecto se logró ha- cer esta absolutamente, á merced de los heróicos es- fuerzos dejos mexicanos; ¿pero cuál fué la sorpresa de los interesados en nuestra degradación, cuando observaron con dolor que sus pérfidas esperanzas ha- bían sido totalmente frustadas? El llamamiento y colocación en esta Patria adorada de Fernando VII ú otro de la dinastía borbónica; la perpetuación de las instituciones ultramontanas en ella; el deseo sanguinario de tenernos sumergidos en la obscuri- dad y tinieblas, fueron los objetos primordiales en esta empresa de esa orda de mentidos, enemigos ir- reconciliables de toda idea de Libertad. Continuaron en la senda de sus negras traiciones cooperando activamente á la inauguración del des- graciado héroe de Iguala, habiéndole jurado su ex- terminio para después; se proclamó en ónces la Li- bertad en Veracruz por el mas inconsecuente de los monstruos tiranos, asociado de los generales es- pañoles en Casa-Mata; se sancionó allí la Fede- ración á virtud de sacrificios costosísimos de los li- berales bien intencionados, y vino abajo el proyec- to infernal de los serviles de envolvernos en una guerra civil desoladora, apoyados en la idea de que no entendíamos este augusto sistema, para de este modo engolocinarse ellos con el triunfo indefectible de los tiranos de España. No les arredran los montes de dificultades que se les presentan á cada momento: impávidos insisten en llevar adelante sus miras depravadas, y no consi- guen mas que un fuerte desengaño en las ardorosa» playas del Pánuco. 5 --- 8 Siguen minando el edificio social, despedazándo- se de rabia furibunda, al paso que este iba sistemán- dose; hacen su plan en Jalapa de eterna y funesta memoria para los hijos fieles de su patria, he aquí mexicanos que con la traición mas negra y melán- cólica; no pintada en la historia de todas las nacio- nes, nos asesinan al ilustre y benemérito Guerrero en el memorable pueblo de Cuilapa; y con él á to- dos los mexicanos que lo adoraban, y que será eter- na su remenbranza para con el hombre único que supo conservar ilesa la mecha augusta de indepen- dencia. Se restaura la Libertad en 832 de una manera la mas sorprendente y grandiosa, habiendo costado á los mexicanos esta noble lucha lo que es imposible delinear; principia la nación á elevarse á la cumbre magestUosa de sus glorias, con p.asos agigantados iba ya á colocarse á la banguardia en la civilacion de sus hermanas las o ras infantas repúblicas; y en- tonces ¡cruel dolor! despedaza con mano de fierro e documento mas sagrado que poseiamos la bestia mas bárbara y feroz que debieran abrigar solamen- te los áridos desiertos de la Africa: la pluma se resiste al querer bosquejar los crímenes nefandos que perpetró inpunemeate contra los inocentes mexicanos, el monstruo mas horrible que pudiera haber abortado la naturaleza, lo diré de una vez, el imbécil y pérfido Santa-Anna; anatematizadlo, con- ciudadanos, y jurad ante las aras sagradas de la pa-4 trir, vengad suficientemente tamaños a'cn'ados, de litos terribles de lesa nación, que no son bastantes todos los patíbulos para castigarlos. Es c perver-* so y sus aliados apellidaron religión, cuando sus ca- ballos si posible fuera, la tuvieran mejor: aquel, apo- yado en la omnipotencia de su soñado poder, y en- cubierto su negro crimen con el aparente sosteni- miento de lo que mas siempre ha aborrecido, des- troza sacrilego y perjuro la augusia carta que se dieran los mexicanos con bastante espontaneidad. Sediento de sangre, de oro, y de brillos innobles, vuela frenético al ilustre Zacatecas y se llena de glo- ria en las ruinas de aquel opulen o es ado: sigue in- fatigable su marcha hasta los feraces campos de Taf- ias, pero no impulsado de aquel noble orgullo dees- carmen ar á los colonos que infamemente se-han a- poderado de uno de nuestros mas ricos terrenos, si- no por ceñirse la corona suspirada do su horrendo corazón por tanto tiempo para oprimir ya /sin rubor ninguno á los desgraciados mexicanos. Así es que hace una guerra bárbara á los profanadores de la mtregridad de aquel territorio; no guarda los de- rechos de gentes y de guerra que son sagrados aun tfl las naciones mas báibaras; los raa acomo á per- ros, y los que capitularon en Goliad abandonados á la buena fe de los mexicanos, son después asesina- dos proditoria, tria y bárbaramente; que quizá coa la práctica de alguna mas política en esta empresa se hubiera conseguido indudablemente un triunfo5 omnímodo, noble, sobre las miras crimínale? do «que líos aventureros: pero el Dios omnipotente.que suc- le alargar la carrera de sus crímenes á somejíinLes Nerones como este, para que su misma conciencia los atormene, ya no quiso tolerarle mas, y le (lió un golpe ■tata) en S. Jaeino para ya no poder moverse otra vez; él arrastrará una vida cruninal, y en no in- terrumpidas zozobras.y agitaciones que le c< von n su negra alma, presen átuJoseJe á cada insisn e es- pectros horrorosísimos de tan as víctimas que sacri- ficó á su atqbicjon; y á nosotros en tal evento no nos queda mas recurso que laineutar los agudos malea en que yace hundida núes ra idolatrada pa ria. Mirad, conciudadanos,bosquejadas aunque :osca- m,onte todas las iniquidades cometidas comra noso- tros .en el transcurso de Rapos, por seres iumup- dos qqe sp daban el importante, tíudo de mpxicanos: ellos se identificaron con la causa de los ullramon- tan os, juraron bañarse entinas desangre yer.t¡ií)a con profusión de las venas ilustres de hombres li- bres, que en estos sacrificips y en dejar en la bor- fandad h sus dignas familias, no han hecho otra co- sa mas, que cumplir con el precepto ícrribfo que les impuso el Eterno de defender su ser sublime ú tt>da costa. Sistemaron una aristocracia fundada cierta- mente en principios de una cuna Ja mas obscura, y ¡vive Dios! que por jamas hubieran llegado ii salu- de las mazmorras tenebrosas que habitaban, si np hubiera sido por la destrucción del gobierno español.6 Las generaciones todas del universo se conjura» ya contra vuestra cesisíencia criminal, y la voz a- terradora de la trompeta del juicio final que os llama, debe escucharse ya por los tímpanos execra- bles que sostienen vuestros oidos oprobiosos. Queda un campo inmenso abierto para continuar poniendo en claro á los mexic uios la no interrum- pida ylirgxserie de combinacioms nefarias, que sin cesar habéis tramado para su total destrucción; con- cluyendo con advertir á mis compatriotas, que ecsis- te una carta escrita de Zacatecas por D. Francisco García, ex-gobernador de aquel Estado, á D. Anto- nio López de Santa-Anna y de Lebrón, suplicándo- le á este antropófago que á todo trance quitase la vida al Sr. D. Valentín Gómez Farias, sin perdo- nar medio alguno, por reprobado que fuese, hasta la consecución de tan horrendo asesinato, mandando afilar el puñal mas horrible que hubiese, para encla- varlo en el inocente corazón del mas virtuoso de los mexicanos. De muy buena fé, y animado de los mejores sen- timientos en favor de los Exmos. Señores I). Anas- tasio Bustamante y D. Melchor Alvarez, patentiza- ré á mis amigos todos, que estos dos respetables se- ñores no están manchados con la negra nota á que se refiere este documentó, relativa á los hijos espu- tíos de de esta patria infeliz; y se puede asegurar que el comportamiento de estos dos señores en es- ta época, ha sido muy prudente y juicioso; si-T endo por lo mismo acreedores á nuestro eterno reconocimiento. Independencia, Libertad, Federación 6 Muerte. México, noviembre^ 9 de 1837.—Un Veracruzano libre. MEXICO: 1837. Impreso por Manu l R. Gallo, calle 2. 8 de Mesones nú ni. 19.