REPRESENTACION

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A EL AUGUSTO CONGRESO,

para los fines

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MÉSXOP,
Impreso por I. Cumplido,

Cn la otícíita Ue la calle De los Beteles nuweto 9.SEÑOR

•liA población del mineral del Monte, debió su
origen á el descubrimiento de la veta Vizcaína,
pues sus riquezas llamaron la atención de los pri-
meros fundadores, y aunque después se descu
brieron otras presentando semejantes tesoros, nin-
gunas han sido tan productivas y constantes como
aquella; sin embargo, la población citada se man-
tuvo ecsistente á pesar de las borrascas de estas,
mientras aquella no desmerecía en sus bonanzas;
mas con el curso del tiempo, la continua escava-
cion dio lugar á que sus últimos y mas ricos la-
brados llegasen á una profundidad en que las
aguas impidieron á sus dueños poder seguirlas
trabajando; y al llegar á este caso, comenzó la
mencionada población á disminuirse, porque es-
tando todos sus habitantes dedicados al trabajo
de las minas, sin haberse nunca aplicado á otros
ramos de industria, hubiera llegado á su ester-
minio, si el valor y espíritu minero del fundador
de la casa de Regla, mi abuelo, no hubiera em-
prendido habilitarlas y trabajarlas, á pesar de los
obstáculos que lo habían estorbado á sus prime-
ros poseedores.

En efecto, hace como un siglo que el indicado
restaurador dió principio á su habilitación, em-
prendiendo al efecto magníficas y costosas obras,%

tanto mas dificultosas, cuanto era mayor la abun-
dancia de las aguas y profundidad á que habian
llegado sus labores; pero allanando todo, tuvo la
satisfacción de lograr sus deseos, disfrutando de
una masa de caudal respetable, y de ver aumen-
tada la población, en términos de que nunca pu-
diese llegar á esterminarse.

Al empeñoso tesón con que acometió sus em-
presas, era consiguiente esperar que en el tiempo
de sus trabajos se aumentara la profundidad de
las minas, abundasen las aguas, y se inutilizasen
las obras que para habilitarlas habia emprendido.
Llegó <il tiempo en que así sucediese, y á su con-
secuencia y la muerte del restaurador, volvió á
quedar paralizado en parte el giro de aquellas.
Claro es que habiéndose aumentado doblemente
la profundidad é incremento de las aguas con los
demás obstáculos, ya quedaban casi imposibilita-
das para emprender por tercera vez su restable-
cimiento, y se hubieran absolutamente abandona-
do, si mi padre no hubiese heredado con ellas el
espíritu emprendedor del Sr. mi abuelo, en virtud
del cual animó sus empeños para habilitarlas, y
aunque sacó productos de consideración, tuvo que
volver á invertirlos, á causa de los crecidos gas-
tos que ecsigia la estraccion de sus frutos, por la
profundidad y motivos antes indicados, que au-
mentándose progresivamente impidieron su curso.
Sin embargo, á pesar de su estado, emprendió
nuevas obras que allanasen las dificultades, y al
realizarlas le sorprendió la muerte.

Queriendo yo seguir la senda que me habiandejado demarcada mis padres, me resolví á con-
tinuar las obras proyectadas; mas en el mismo
tiempo me vi cercado de los males á que dio lu-
gar la guerra de la independencia, y no solo im-
posibilitado de seguir las empresas de mis mi-
nas, sino casi de atender á mi casa, que se ha-
llaba en el borde de su ruina: sin embargo, en-
medio de mis angustias, mantuve el derecho que
tengo á ellas, trabajándolas según permitían las
circunstancias; y en este mismo tiempo empren-
dí la grande obra del socavón general del avia-
dero, (obra no solo útil á las minas de la veta Viz-
caína, sino á todas las de aquel mineral, como ya
se está esperimentando), con la esperanza de que
en algún tiempo restablecido el orden de la paz y
los intereses de mi casa, podría tal vez conseguir
el fruto de mis afanes; pero como el aspecto de
las cosas y el decadente estado de mi espresada
casa, me hacían ver muy distante el alcance de
aquel objeto, me vi en la necesidad de convocar
una compañía aviadora, que emprendiese las obras
necesarias para disfrutarlas.

Entretanto, así por los estragos de la guerra,
como por la escasez de trabajo en estas minas, la
población de dicho mineral, casi llegó á estinguir
se, pues de mas de veinte mil habitantes que te-
nia, solo se hallaban mil en el año de 820, y en el
de 824 había quinientos.

Si á los estragos que padeció aquel vecindario
en lo particular, se agrega el que en lo general
padecieron los intereses de la hacienda pública,

tanto en la escasez de Jos derechos de las platas

ver si su ujyjuMi» m.^...— —e------0 * w: de sacarse, como al que daba lugar
la falta de población á todos los ramos de admi-
nistración pública, se podrá inferir el valor de los
males que debe causar el abandono total de aque-
llas negociaciones.

En tal concepto, y en el de que la consuma»
cion total de aquellos males, no solo se contuvo
con haber puesto yo en manos de mis aviadores
las negociaciones, sino que casi ha vuelto á res-
taurar la población el estado en que se hallaba en
tiempos florecientes, y el erario público logra hoy
incrementos, que de otra manera serian nulos, pa-
rece digna de consideración la necesidad que hay
en proteger el giro de aquellas minas, y sobre to-
do, de ausiliar á los accionistas que las habilitan,
cuyo heroico valor en esta empresa se ha mani-
festado en las grandes obras que han ejecutado y
están ejecutando, con el fin de alcanzar las ven
tajas que se esperan, sin haber perdonado los
mayores gastos, en cerca de doce años que van
ya corridos desde el de 824 que comenzaron á
trabajarlas, pues tienen ya invertidos como cinco
millones de pesos, en la construcción de cuatro
máquinas de vapor, que actualmente trabajan:
otras que se están poniendo: la grande obra del
tiro de Terreros, cuya profundidad pasa de cua-
trocientas varas: los magníficos ademes de mani-
postería, que á igual profundidad se han construi-
do en cuatro minas de las principales: la secuela
del socavón mencionado del aviadero; y otros ti-
ros y obras de igual mérito, que se dirigen á los
mismos fines, y que seria cansado individualizar,de las pintas pastas, debiéndose incluir en el va-
lor de estos quebrantos los crecidos gastos que ha
hecho en los trasportes á esta capital de platas y
caudales; pues para libertarlos de los robos á que
se han visto espuestos, y que ya ha sufrido, ha
tenido que valerse de escoltas que conduzcan los
convoyes bien asegurados; gravámenes que no
tienen que sufrir las demás negociaciones, y ni la
inia lo tendría, si como en otro tiempo hubiese en
la tesorería de Pachuca el caudal necesario para
cambiar las platas á los mineros.

Del mismo modo tienen que soportar hoy el re-
cargo considerable en el valor de los azogues,
pues en aquel tiempo importaba cuarenta y dos
pesos y reales el quintal, y hoy solo se encuentra
por mas de cien pesos: el magistral y greta que
anteriormente vahan de siete á ocho pesos la car-
ga en aquel mineral, hoy valen veinte, y la sal,
.igualmente que los demás materiales que sirven
para el beneficio de los metales, han subido en
su valor proporcionalmente; de manera, que tanto
en los costos que tenian los pertrechos y utensi-
lios necesarios para el laborío de las minas, como
los materiales que sirven al beneficio de sus me-
tales, hacen hoy casi tres veces mas costosa la es-
traccion de las platas.

Estas consideraciones obligaron á mis aviado-
res en Inglaterra, á solicitar del gobierno britá-
nico una recomendación, para que el de esta re-
pública permitiese la esportacion de las platas
que produjesen mis negociaciones, con el fin de
ver si se lograba ahorrar algunos gastos, y aumen-sin haber logrado que alguna de las minas en
la serie de tiempo que ha pasado, haya propor-
cionado utilidades, pues siempre han sido escesi-
vamente mayores los gastos á proporción de los
productos, porque después de mas de treinta y
cinco años que llevaban de suspensión los des-
agües de ellas, se han tenido que vencer grandes
obstáculos, á mas del que ocasiona la estraccion
de las aguas, la de las ruinas, escombros y pe-
ñascos que se han encontrado, antes de tocar los
puntos de las riquezas que se buscan, cuyas difi-
cultades han ecsigido tanto mayores costos, cuan-
to que los efectos, utensilios y materiales precisos
para las maniobras, han subido dos terceras par-
tes mas del valor que tenían ahora treinta años:
la construcción de nuevas máquinas, no conoci-
das en esta república, ha ecsigido igualmente
traer de Europa artesanos instruidos en su ejecu-
ción y manejo á grandes costos; y lo que es mas,
que á éstas y otras dificultades se agrega la de los
inconvenientes que se presentan á los aviadores
actualmente, para disponer de las platas que pro-
ducen las minas, y que ninguna otra negociación
de las principales que hay en este pais, tienen
que sufrir en el cambio de sus platas, por lograr
los medios de acuñarlas y realizarlas en las ca-
sas de moneda que tienen inmediatas, sin pérdi-
da de interés ni de tiempo; y que ésta de que se
trata, careciendo de iguales medios para realizar
sus productos, ha tenido que pagar descuentos
considerables al tiempo de vender las suyas, par-
ticularmente después de prohibida la esportaciontar su valor en un pais estrangero; mas como en
virtud de la última ley en que se permite la es-
portacion de mil barras de plata, solo comprende
á mis negociaciones la estraccion de doscientas
barras, muy pronto dejará de serles provechosa
esta gracia, porque de las doscientas tienen ya
despachadas noventa y cinco, y por lo mismo en
poco tiempo acaba su licencia, quedando en pié
los mismos perjuicios y embarazos que esperi-
mentaban anteriormente, mirándose obligadas pa-
ra no carecer de numerario, á venderlas con un
gran sacrificio; no siendo remoto que la repeti-
ción de estos misinos sacrificios, los grandes gas-
tos que ecsige la prosecución de las empresas
necesarias para poder disfrutar de mis minas, y
los obstáculos que á cada paso se presentan en su
laborío, ocasionen la paralización de todas ellas,
con notable quebranto, como se ha dicho, de
aquella población y demás lugares comarcanos,
faltando la circulación de los caudales que se re-
parten en la multitud de brazos que se ocupan, y
en los demás que están enlazados con estos, co-
mo son los que se emplean en el comercio, agri-
cultura y artes, los cuales sin el laborío de estas
negociaciones, volverían á la miseria en que se
vieron, y el erario público sufriría los quebran-
tos ya indicados. Para evitar tan funestas resul-
tas, considero indispensable el ausilio de la su-
prema autoridad, á quien solo es posible allanar
los obstáculos que pueda presentar el cumpli-
miento de algunas leyes; y conociendo que así
como á el labrador y demás productores se lespermite para animar y fomentar su empeño, es-
portar los productos de su industria donde pueda
lograr mayores ventajas en beneficio propio y del
suelo que los produce, con la libertad igualmen-
te de subir ó bajar su valor, según que les con-
viene, verá del mismo modo el bien que logra-
ría el minero, si á lo menos se le permitiese con-
ducir los frutos de su industria, que son el oro y
plata de las minas, á los países donde mas le
convenga para el adelanto de sus intereses.

Tan sólidas consideraciones me animan á su-
plicar á la alta potestad del Congreso, se digne
conceder un permiso para la esportacion de las
platas que produzcan las minas del citado mine-
ral del Monte, por el término de diez años, con la
calidad de que por mi parte y la de mis aviado-
res, haciendo cuanto cabe en el estado actual de
nuestros quebrantos, nos obligamos á pagar ade-
lantados los derechos de las que se puedan tras-
portar cada tres meses, al fin de los cuales se sa-
tisfará ó descontará la diferencia que resulte del
cálculo que se haga de su valor por la tesorería
correspondiente.

México 8 de Abril de 1836.

r

SEÑOR.