CONSEJO A LOS LIBERALES. Para no sentir penas Vo/ocrse loco; El remedio no es lurn», Pero no huy otro. JiscoLuo, práctica del consejo, epist. 34. En el tiempo del gobierno del íniquisimo" Tames esrrfa f»i este papel; mas por rombos aibitrios que t< nté a fin de que se imprimiese, el terrorismo que cundió en toda* partes impi bó su publicación: bagólo ahora en el momento en que el pueblo sin violencia ni sugestión espli a su odio centra sus opresores, parí que estos conozcan que están bien marcados y presentes en la me« tnoria, y que sus maldades forman el triste cuadro de nuestra desventura en el tiempo de su dominación, cuyos hechos poco k poco he de dar á luz pira que h hi-toria consagre en sus anhi- vos la calificación que merecen sus autores por tan funesta ce«s lebi idad. Todos los publicistas convienen en que un si«fema verdaderamen» te liberal y republicano, es incapaz de susliUtir, y que ni aun pue.le pintearse en donde quiera que falten las virtudes como que se han considerado siempre su principal ó único resolte Kn un sistema de esta naturaleza no se conocen otros subditos que los de la ley, ni otro rector de la sociedad que la misma ley: cualquiera, pues, que con pretesto de libertad sacude el >ugo de la le>, es un libertino, un anarquista temible y digno de castigi [)e la misma manera el q'ie pretende gobernar al pueblo sobreponiéndose á las le es con pie- testo de las circunstancias ó de las facultadas estraoidinaii.>s, e n otras patrañas de nueva invención, es un tirano, un usurpa I r cbgi no de la eeserracion universal Las buenas le*cs aun tienen min tió que esperar de las virtudes de sus respectivos subditos: ellas no hacen mas q>ie trazar en bosquejo la libertad, y |os ciudadanos virtuosos con su s¡M'tuosa deferencia y cooperación eficaz la sacan en limpio, le dan colorido y la hacen aparecer con toda la niageslad y grandeza de una soberana amable por todos títulos. Asi pues solo se llamará liberal ion propiedad á aquel hombre honrado que sobre ser un esclavo p'erpéuib de las le¿es, es ademas escrupulosamente celoso de las buenas cos« tutnbres, respetador ejemplar «Je las autoridades, y procurador in- fatigable de t dos los bienes para su patria Pero un libertino escanda- 1(■*<>, un ladrón descarado, un déspota cruel y atrevido, un csi lavo chali lo de las pisiones dominantes, que comete toda clase de bájeos por «iKcner un destino, y que edifica su fortuna sobre las ruina»ífle «n patria: ¿qué* nombre le cuadra mas, el Je librral, A el de ruin j mezquino ' Liberal lamemos Inmolen en otro sentido al hombre divino que con mano franca distribuye entre sus romiudadmes > amibos sus bienes, acaso aun sin el muy noble irttrié» de la (frattTtfa y agena estimación; que ruando mas no puede sirve con su persona, aiu- cli en los trabajos, consuela en las aflicciones y se rongialula con •us senv jantes en los suresr s prósperos. Pero el n iserahle codi- rioso qu" en vez de dar quita cuanto puede, el que en lugar de Servir petardea, que cuando mas confianza pret nre inspirar, mas Erotundamente medita el engaño, el que tiene por un crimen el ha« er sido mas favorecido de la foituna, el que se consume do en- vi lia y le oán en rostro las virtudes aginas, ¿se podía Hamat lile-; ral? No: es mejor que le llamemos ruin, ekatcio y mezquino. Oigan ahora con franqueza los y oí kiries si viendo á l oen» fas tas cosas, no 1 >s conviene mejor el relíalo de los cicateros que el de l< s liberales Por mas que m s fatigamos en disecar ta admi- nistración de los psrudo-liberales, no rncontrames obos üenrntos que los de una tiranía sin ejemplo de parle de los que mandan, y de una esclavitud degradante y ominosa de paile de los que obe«j deren No vemos por todas partes mas que coiruprir n de costum* bies. insubordinación, telaj. cion de toda luena disnplina perver- timientos de la juventud, infracciones de 1 s leyes fundamentales, at op- Ilainient s escandalosas; y en suma, la anarquía mas desastro- sa Los que actualmente han invadido el poder; de que se ocupan? De saciar resentimientos injustos, de urdir tramas contra los iko$ para poder mas á su salvo despojarlos de sus bienes, de fingir cons- piraciones para aumentar su poder, dilapidar el tesoro público, po- li-r a contribuí ion hasta las clases mas intimas del pueí I ; y lo que es m is doloroso, leñar de constrrnacii n y de luto las familias de millares de ciudadanos virtuosos que sin mas delito que el de ha- ber he ho alarde de ser verduleros cristianos v de que n < aban* donarían jamas sus principios, permanecen rdMüsos, los un s en la*» cárceles v los otros errátil s por todos los puntos de la república, sin que ha a un solo lugar donde gobiernen estos pretendidos li- Iota es que les ha.a servi.Jo de asilo; porque estos hombres nuevo» desconocen, timo los salvagts, la hospitalidad, y olvidan qucdtS- ferrantes y desterrados, todos m mus rtiejifánoS: no n flei < ii nan que es mu» vergonzoso qu • los estrangeros á pesir de su Conocida co- dicia, mala conducta pollin a y siniestras miras con que peí mane- cen entre ntios, tienen en cualquiera de nuestros pueblos una •cogida favorable, servicio distinguido y trato respetuoso, de ma- nera que parece que todos bs h -menages del liberalismo (o de la cicat ría) estaban reservados al estraugero, dejando solo pata h s paisanos la persecuiion, el encono y tola cla^<* de ruindades; ¿f esto es ser ilustrado y liberal? Yo mas bien diria que quien asi Obra, sobre ser un ruin declarado, es un salvage de matea. ¿Y qué dire'mos de esos congresos? Que son tan luíoslos y ominosos como el Sanhedrin en que se tramó la muerte de JWstro Señor J su rislo. Buríleles politices, lugares infames de prostitución y de holganza en donde se venden las loes y se ne- gocia con ellas: reuniones de homores protervos substraídos tal vez por la revolución del brazo de la justicia, petardistas y esta* '-dores, ducisUs sia verguen¿d que ayer aniubieron .i la sopa ealas easas de los que nov persiguen y oprimen ron rabia. Muchos haf que ayer fueron perseguidos y encaúsalos por ladrones tu UeresJ y desde qu* entraron á no congrero, s * les borrar >n aquellas man» chas pequeñas, porque subieron a mayores, roban eo grande, y \a escupen en corro Digo estas generalidades, por no ni.-nt.ir per.so- tías; pero si alguno se picare y me quisiere acusar Je que hablo en vago, de habérselas tiene con quien les sabe mas de lo que elLs quisieran. Fuera de que yo consiento en que rae emplumen si se encuentra un solo hombre en la república, aunque sea el serrano mas inculto y el aldeano mas remoto y apartado de los negocios, que no tenga noticia de los pillages escandalosos y robus víolent s en la ciudad federal, S. Luis, Zacatecas y Guadalajara. ¿Q den se* rá capaz de leer sin indignarse ese surcido monstruoso de rapiña, ese aborto infernal que manifiesta muy bien toda la perversidad razgo católico y dividir sus b¡en¡?s entre un ¿an»ano mordaz y ton leguleyo tan ignorante como colirios*; porjue los artículos que tratan esta materia tienen tales condiciones, tales serias que no pueden perju licar á otro que al que llevamos dicho, y esto era necesario para libertir otro mayorazgo toikino. ¡Infeliz pueblo cu- ja dirección se encuentra encomendada á una reunión de taU-s jAi caro». Lo que apenas puede llevarse en paciencia es que no haf tono solo de estos dichosos congres s que no blasone de liheial, benéfico, político, religioso, y si supieran hacer los calendarios hasta de astrólogos las habían de echar para obrar en un sentido Enteramente opuesto; porque hablando en verdad ¿se podía llamar liberal un congreso que centra la prohibición espiesa de la ron»« titucion del estado confiere facultades omnímodas al ejecutivo y lo erige en sultán desalmado para que destroze y oprima á lo» ciudadanos, viole sus derechos y atropelle las garanlus ? Yo creo tyie no: pues esto es lo que justamente han practicado la ma\or parte de las legislaturas yorkinas, y de ahi es que aun ruando a'guno escribiera mas que el Tostado no acabaría de referir la ttoultitud de picardías cometidas por un Tam-s en J.ilisio, un G ir- c'a en Zacatecas, un Zavala en Toluca, un Homero en San Luis y un Facías en toda la república Si beneficencia esta cifrada en, derogar las pocas medidas que antes del liberalismo se han dic- tado contra los salteadores de camino, en espedir diariamente in- dultos en favor de toda clase de malechores, crear nuevos em« P^os para colocar a los cofiades, abortar iniciativas y maairi.s- tos en q te reinan la anarquía y la rebelión, la impiedad y cuan* do menos una pedantería fastidiosa. su religión cual es? la de Jos protestantes, la de los hereges, la de los fatales, y de los no- vadores detestados en toda la cristiandad: por eso es que han desa- parecido completamente de muchos lugares las escuelas, los cole- gios y todo establecimienco en donde aprendía la juventud lo» principios de la verdadera religión, se instruían en. las ciencias sin olvidarse de U verdadera política,^ y en fin se formaban unoobueno* ciudadanos frn todos sentíaos Murrísimos establecimientos piadosos se hrtn extinguido, las rentas defópáles se han usurpado é invertido en chai Teteras y galones paia una multitud de desrá- misa los qu« no teniendo arbitrio legal para ve'stirsie v mantener. *e en la ociosidad que profesan, agentaron plaza en las milicias cívicas de los estados. Los perió lieos ahondan en dictónos y gar y Sostener semejantes producciones Ee pues preciso convertir en que la religión y creencia de estos legisladores ts también de nue\a invención. Su política no es m*nos estravagante y perjudicial ; por- que si los congres )S y toda clase de mandarínes de los que aho« ra tenemos, ecsisten y son los que debían representar, es por la constitución federal v las de Jos estados respetivos, y con todo, lo primero de que han cuidado es de romperlas y violadlas, de aña lillas y remendarlas, de modo que ya no las podra cono, cr la madre que las pnió, y asi es que sin entenderlo han perdido «a completamente los títulos de su ersistenria pulitira y puesto h los jiu blos en aptitul de poderlos desconocer y desotiede»fríos im- punemente. Llaman también política al maquiavelismo, a la per- fidia y al fraude, y esta no podré negar que la ejercen a las mil maravillas porque sus proclamas v manifiestos están preñados de promesas, pero soi como la nube a quien no sigue la lluvia. Cuadros de felicidad q »e h ista ahora aguardan los pueblos, triun- fos de las li i'it i les n > de U patria sino de los voikifx s que Jnejor dirían