7 DISTRITO, A LOS VARRIOS DE SU COMPRENSION. Hfffffí " K _ ONCIÜOADANOS Y AMIGOS: vosotros sabéis por ta palabra de vuestros re* presentantes, que los gefes pronunciados atacan los derechos del pueblo soberano, y en vuestro favor sabéis también que la parte sana del ejército lia jurado morir en. defensa de nuestras instituciones. La fuerza de los primeros se compone de aquellos egoístas, que no contentos ron los gobiernos anteriores del pais, fusilaron á Iturbide por monarca y destruyeron á Guerrero por republicano* Acordaos de la importancia de estas dos personas para la patria) y conoceréis que si en ellos por sus cualidades no se fijaron por el mas li- bre de los gobiernos con el uno, o por un despotismo hereditario con el otro, es por- que pretenden remacharos las cadenas de su absoluto mando, y para esto es indis- pensable que se coliguen cun el trono de los gachupines} pues sin éste requisito, la aristocracia espafiola (*) no consintiendo en quedar abatida por la moderna, les con- trastara su dominio. V en este caso, ¿ que debéis esperar que sea ile vosotros, entregados á los traidores que por sus conveniencias particulares, sacrificaron ú sus primeros benefactores y singulares caudillos? Y á la vuelta de los españoles, que crueles sin motivo en la conquista, hoy volvieran para imperar en la venganza, ¿qué suerte deberéis correr ? General sería el daño en la república; pero en vosotros mas inmediato. Con- ciudadanos v amigos: á nosotros que hijos de las artes se nos vio con vilipendio, y habernos sufrido todos los males de la servidumbre, ¿nos Confundiera de nuevo la codi- cia del tirano ? Nuestra clase sin representación y sin fuerza, quedará privada Son del mi- serable consuelo de la queja. Sábenlo bien todos aquellos que sin derechos han vi- vido en tan inhumanas épocas. No volverlas á sufrir, está en nuestra unión. El supremo gobierno nos ofrece sostener nuestras libertades, pone las armas en nuestras manos, nos espensa. nos so- corre y oüra de buena fé para nuestra felicidad,' si vosotros desecháis esta hora del bien; si no admitís sus ofertas, á vuestra culpa queda ser dignos de la eterna es- clavitud. Los españoles están pertrechados, con municiones y armas, para hacernos la guerra desde las azoteas de sus casas en el momento que se acerquen los de su alianza; y así es ciato, que seremos víctimas en las manos de estos caribes, sino ■volamos á defender las libertades patrias. ¡No, mexicanos! primero morir como los Nutnantinos, antes de ser presa de los tiranos. Esos llamados religiosas son los que han cometido la vileza mas escecrable, el atentado mas inicuo. Ese Arista y Duran tienen preso á nuestro Libertador, al vencedor de los gachupines: y así; á las ar- mas, amados compatriotas: corred en defensa de la constitución y de las leyes; y pedid á nuestro dignísimo Vice-presidente, que aprisione y espulse á todos los ene- migos del orden, á esos traidores picaluganos, para que gocemos de las dulzuras de la tranquilidad y de la paz. México junio 11 de U!33. (*) Entiéndese por aristocracia española, toda la persona que tune sus títulos y pri- vilegios por d jnonarca de España. MUCHOS ARTESANOS DE LA CAPITAL. MEXICO; 1853.— Imprenta del Callejón de Dolores letret C, « cargo dtl Ciudadano José Guadalupe Amacosta.