BE LA ESPONSION DE ESPAÑOLES 0$&S& "esde el memorare año de 1810 en que el irfvicto Hidalgo dió en Dolores" ^ venturoso grito de libertad, resonó por toda la república el de que marcha" 8e& mas allá de los mares los descendientes de Cortés, los ase-inos de míe.*-' tpo« padres, las esciavos del mas tirano rey, del por siempre odiado Fernando d« Borboo. Tres siglos, señor, el largó periodo de fresciéatos años, vivimos sujetos? £ la mas degradante esclavitud, y á ser la burla y escarnio de unos séres á quie- nes es general la ingratitud y la perfidia; empero, llegó al fin el momento di- choso en que destrozando las cadenas que nos ataban con el antiguo mundo,, 5 usando del derecho natural que tienen lot pueblos para destruir al que lo oprime Cobramos la libertad de que carecíamos, hasta que el héroe de Iguala vino á consumar la grandiosa empresa de nuestra emancipación. jAh! ha pluma se cae de la mano, y noe tros ojo* vierten ftgrirWas de dolor, al triste recuerdo de los cruentos sacrificios que tuvimos qué hs»cer, pa- ** levantarnos del cieno del mas vergonzoso abatimiento, á la dignidad de hombres libres. ¡Monte de las Cruce», Calderón, Acúleo, Cuaut'a, Gnanajua- to> Tolón**, Gallinero; Casas Blancas, Puebla, Toluoa y cuantas ciudades y Pueblos forman el opulento Anáhuad Vosotros fuisteis testigos de las- horroro- sa carnicerías ejecutadas por los Corteses, tos Callejas, Negreten,- Liñanes, Hévias, Trujillos, Conchas, Bustamantes, Aristas, Duranes, Pala ios, Yer-> ^os, Escaladas, Moranes, y tantos que ¿ millares inmolaron víctimas á &u fu- yor: vuestras calles y plazas se vieron regadas de cadáveres: vuestros cau- dalosas ríos teñidos con la-sangre de tanto mártir que sacrificó & su brutal ven- ganza el hispano opresor, qué sin respetar oí lo mas sagrado, violó las vírge- nes, adulteró con las casadas, degollé los ancianos y niños, profanó el tem- plo del Dio» de la Magestad, robó los vasos sagrados, convirtió en enaguas los paramentos destinados para el culto del Sér Supremo, ultrajó, atrepelló f fusiló" los sacerdotes del Altísimo, incendió nuestros hogares, y se apoderó de' *«es|ris propiedades. Ved aquí, esclarecido Farias, un imperfecto Bosquejo dé la conducta que despnes de tres siglos observaron conloa bondadosos mexicanos,los ven.2 gstivos eepaii; les.'filloa, señor, al separarnos de su tiránica dominación, per- dieron la margarla preciosa de que se apoderaron cuando la malhadada con- quista, y convencidos de que nada es la pobre España sin la pose,ion de es- la rit a América, han trabajado constantemente para que volvamos al yago que heroicamente sacudimo*. Así que con tan perversos designios, han procurado sembrar entre noso- tros el germen de la discordia, para que destruyéndonos mutuamente, abramos el paso á los que creen ser fácil volver á aprisionar á los que juraron antes mo- rir, que retroceder á nueva esclavitud: ¡¡¡injuria atroz!!! Pasó él tiempo de la igno- raucia, en que por convenir á la politica tortuosa del gabinete de Madrid, nos man- tuvieron los mandarines españoles; y merced á la ilustración, sabemos que la re-' pú'dica sola tiene á P*m por Señor: que este es el derecha natural: este el de propie- dad de que á nadie es dado despójame-?;1 y que podemos recobrarlo de cualquiera infame u&urpador, como lo lucimos del bárbaro Fernando. Señor, .las tareas de los vasallos de! rey español no ha* quedado en vanas teorías, ni en especulaciones estériles: las huestes enemigas, han pisado ya el pai? de, los Aztecas, y en las costas de Tampico, Tapiauhpas y Altamira, se derramó la saagre preciosa de los uaexicaiyrs. Laorgia liosa Iberia ha roto la guerra despre- ciando la auvisitad con que generosamente la brindarnos en otras ocasiones, y mani- festando, por último, que solo aspira á restablecer su férreo yugo. ,,. ¿Y habiéndonos robado los españoles la parte del territorio que hoy ocupan»» y declarándose cnemi^oa nuestros, estaremos obligados á continuarle» las. conside- raciones que les hemos dispensado, y nunca han uaeiecido? ¿mantendremos á núes* tro lado á ios hermanos, de los ijae tíos iavadeo* y é los que forzosamente están au- xiliando, para que logren la victoria que desean, como interesados todos en reco» brar la.jo.ya apreciable que quitainos.de sus impuras manos?¿permaneceremos uni- dos á los tigres que solo aguardan un momento., favorable, para aniquilarnos?No> por cierto: detestamos la compañía da unos hombres, coya aoja pwesencia no» irrita,. porque vemos en ellos & los aseónos de los Jtfoclehuzomas, y Morclos, de los Hi- dalgos, é Iturbides, de los Guerreros, y Victorias, y de tantos campeones ilustres d«* que nos privó la fiereza, goda, cuya sed de sangre aun no.se. &acia> después d% haberla derramado con espantosa profusión, de$d#antes del ano de15.19* Dígalo, si nó, el ilustrísimo Gasas, que vió mouir al rigop del hambre- é" siete m»l 'ñños por Mta de sus padres que fa^ecierQní en los,duros teabajosváque? los destinaron los compañeros de X^tés;, publique ese, pastor sensible si e¿ cié**/ to que esos lobo3 carnívoros echaban vivp,s á Ips tiernos infantes para que loa d** vprasen sus mastines: cuente como, esos hombres inhumanos hacian morir a, loA. caziques, puestos los pies en un cepo, atadas las manos, untados sus cuerpos, de( graza, y acostados sobre el fuego lento en que los tendían, baste qnft vitóos so convertían en cenizas; y refiera que hicieron de veinte millqnes de loa llamado* indios, & quienes, priyarqn de la, ex¿ste,ni;ia, ^n Iqj? ^tupendoa martirios que inven- tó su crueldad.% ¡tn*icto Fariña! nuestros antiguos tiranos quieren rotarnos fe independen- «va, y pri varnos de la libertad que nos dejaron po* herencia los varones insigne*, ^fuo cual otros M-acatoeos s¡upieron<4ftítocar el coloso, e3pa¡¡>ol4 Maullar la mele- na del soberbio león de las Castillas. Tirapo es ya. de %uc cqrra.raqs al campo del hono? á recoger nuevos laureles con los españoles se4 han declarado nuestros enemigos, se «seguren sus personas, se espulsende la re- pública, se confisquen sus bienes para que se empleen en los gastos de la guerra que han provocado, y que de toda preferencia se les prive de la propiedad de los destinos, de cualesquiera clase que sean, por haberse hecho indignos de toda consideración, tan luego como han comenzado á maquinar contra la patria yá hostilizarnos, y porque se apura hasta el estremo el sufrimiento mexicano, al ver que siempre se burlan de la consideración que les dispensan los virtuosos mexi- canos, y que los grandes quebrantos de la nación, son porque no quieren la paz. Obsequia» ilustre génio mexicano, invicto Farías, los votos del pueblo so- berano, y prepárate á recibir las bendiciones de cuantos pueblan el venturoso Anáhuac,—México agosto 9 de 1833. Tofos los federalistas. mextco: 1833. ,. Imprenta dirigida por Antonio Alcalde, calle de San Joslel Real número 2.