CONSTITUCION FILOSOFICA QUE EL FILÓSOFO RANCIO Transformado en filósofo liberal, ESCRIBIÓ, ANTES'S.UE LAS LLAMADAS CORTES EXTRAORDINARIAS SANCIONASEN s# CONSTITUCION POLÍTICA DE LA MONARQUIA ESPAROLA. ) PRIMERA PARTE, v--,--' lPresa en Sevilla, y reimpresa en México en la oficina de Don José María Ramos Palomera, año de 1822.Í7n amante de la ilustración verdadera da á faz primera parte de la Constitución Filosófica del Filósofo l^n' ció, cuyas obras se hallan impresas en varias lenguas de Europa culta. Ha parecido conveniente en las circunslanC10^ del dia imprimir primero dicha Constitución. Si como es esperar, se expende ésta, saldrá á luz la segunda parte-1 3 después se procurará que sucesivamente salga toda la 0"r<> carta por carta, dando los avisos oportunos para la inielig*'1' cia del público. = El Editor. F. P. de la S. y C(3) s- D. F. de S. R de h B. Tavira 19 de Julio de 1811. muy estimado amigo: ¿„Yo un nuevo plan de Cons- ecución? ¿Y de Constitución para la España, cuyo * ^odigo es admiración y emulación del mundo? Cuan- ,? °n él haya que enmendar (porque eso de refun- ■ ,r'0 lo tengo por un sacrilegio) ¿quién soy yo para "Aprender tan delicada y magnífica obra? Solo el abio puede y debe hablar de la sabiduría; y yo, por "tolicho que mi amor propio me lisongee, lo mas que "8°yi si acaso soy algo, es un medio cuchara, puyo Pr)ncipal estudio se ha versado en buscar el pan para "J1118 padres y la medicina para mí. ¿Cómo pues me- ertQe á legislador? ¿Cómo querer enmendar la obra "^Ue dictóla sabiduría, acreditó la experiencia, y admi- raron lo¿ siglos? Ea, vaya V. á buscar esos sabios de ,,(lUe las Cortes hablan á otra parte. Yo ciertamente "•lo qu¡ero exponerme á decir disparates, que acaso "Caigan daño á la nación, y condenen seguramente nombre á la indignación, ó á la risa de la pos- teridad» v > En estos términos contesté yo á un amigo eS discusiones filosóficas, que nos han amanecido desde e oriente del Congreso, y desde las imprentas de la clU' dad de Cádiz. Anteriormente á la aparición de estos niara* villosos astros vivia yo sumergido en espesas sombra8» y mi entendimiento sobrecargado de preocupación^ errores y tinieblas. Mas aparecen aquellos; y ya i*1'! ojos ven no solamente la luz, sino también aquella ca3' infinita variedad de colores que descubren el qu3 Ia mira por un prisma: desaparecen las preocupaciones» huyen los errores, y se ahuyentan las tinieblas. Mi ef píritu se llena de claridad, se sobrecarga de ideas h" heniles, y le parece habitar la esfera hnnii¡osa de la des- preocupación. Tales han sido ¡os efectos que en entendimiento han causado los escritos y discusiones de que hablo. Ya pues soy filósofo liberal, y por 1° mismo sabio: ya me parece que puedo hacer papel al lado de la nación francesa, que según el orácmo de Señor. Oliveros (sesiones del 10 de Junio pag. 2*3°) aunque desmoralizada por la incredulidad, estaba ilustrada por la sahiduria; y ya me creo capaz de mostrar la sa- biduría que su Convención, según el mismo texto, ma*-1" festó en los principios, aunque duró muy poca. No por esto crea V. que tengo á mano lodo9 los medios, ni vencidas todas las dificultades. Me fal- tan y han faltado ¡as actas de los primeros' meses. cl) que la filosofía salía de! Congreso á borbollones, ánte5 que engrosándose el número de los diputados, se le opusiesen ciertos nubarrones que después no le han consentido derramar tan (ihcrdme.dc su luz. Me fá:tau las muchas actas que he leido de prisa para volvér- selas á sus dueños, y de cuyas preciosidades no ha do fiel custodia mi memoria. Mr; filian en algunas po- quillas que tengo á la vista, muchos cuadernos y pli?"M jn¡ejC^,Ie e" lo mejorcito de la fiesta me dejan con la los labios. ¡Mal haya amén la pobresa! ¡Qué sftb'l -° I11'011 ^'J°' rino- e' (^inero ora m verdadera Ul''íl; porque el dinero sabe á todó! Jo i S a^ como $r hombre pobre lodo es trazas, Jj 1110 he dado traza á vencer estos obstáculos á fuerza I los Cif> !S^nc'1 y ^e P5Cicnc^a? }' ne entresacado de ja .Jai'ios lo que pertenece á la filosofía liberal, de 6a(l'n'Srn 1 lanera que en todo este invierno y el pa- los ° ari(^aua sacando de entre las espinas y zarzas ta'd esPapragos y las tagarninas. Perdóneúme los dipu- ftii p ^e *a raüC'a fijpsoiia, si no se ven citados en q„ ,í)s'itucian: sus señorías se tienen la culpa; por- y siendo unos hombres embutidos en sus antiguallas Preocupados co:i sus errores, no filosofan á la moda; fia*1 'n'°'!'o es hacer una Constitución se¿nn la moda fio}°r°Sn 4© |H liberal filosofía. Me declaro par* ello les' ?Utruso >' perpetuo discípulo de les Sres. libera- a quienes reconozco por mjs venerandos maestros ^ tuerza de un interésame dese.ig ¡fio que debo á l is Sn^j ar|tes luces y resplandores que han difundido en }0* 'IJíiiinosos discurso-.. No perdamos mas tiempo, pues sep. ,0s se me a ¡tejan hiníspe.los.. Allá voy. El texto ';1S P'dabras mismísimas de los Sre-*. filósofos: p, §? entraré yo sie ido .el Gregorio López de estas ttSív 8: En las palabras : \i ieJO t'.- 1 uo.J 1 p,, . fjQ % fí. «¡ cxprcúoii de hi vohü'l^d genera!, ífn i^l>n los filósofos de dentro y fuera del Congreso; y %y> flu- estos nuestro padre y patriarca Juan Jaco- ''Ousse.iu. , í • .... "Cjffo jt Todos ameren justicial y ninguno por su re-40!, decían nuestros viejos, y decimos nosotros aiinQ06 seamos mozus. Si pues la ley es la expresión de la )° luntad general; cuando la ley h «ya de regular la Juf* ticia, deberá expresar una justicia que no vaya p°r casa de nadie. jVot'.i. No será nueva esta filosofía. Uu tal Becarj* la dedujo de es:e principio, y de los otros del paC social cu el tratadito Cíe Delitos y penas que h¡Z° dueir, imprimir y comunicar á todos los tribunales de» reino el i-icnmparalde Conde de Ccmpomanes (son p d.ibrd8 del Sr. García Herreros sesión de 5 de Junio P11^' lítti) que no tendrá igual, que nació pare Fiscal, y qus st verá bie i apurcdii la naturaleza, si h? de producir otro s ideas libe- ejes Hevan al despotismo. Mientras el despotismo era la ^.nG gobernaba, disponían sus rancias leyes que si en °W^e°U SG PrcsentaDa alpun i¡ conveniente, debían id erse mas podían no cumplirse. Ahora que reinan las 18 liberales, deben cumplirse, aunque en su cimpli- 8etlo. ^.e''to haya el inconveniente de que todo se lo llore el 'no. Digo poco: aunque disponga un absurdo, v. gr. Be'r] borricos vuelen, ó que los filósofos sin dejar de J» sean hombres de bien. LEY III. Toda ky supone los medios de su ejecución. 0]0 ^| mismo Sr. Arguelles en el lugar citado, cuya yj?f»C¡a y sabiduría admira el otro. the(p'la' No piense V. que el descubrimiento de los f¡n: '•s ^ su ejecución que t d de la ley. Ps.o se.ia píete,í- S!le la iey fuese la expresión de la razón y no dela voluntad, contra lo sancionado en su definición; J d mas á mas contra la suposición que el Sr. Argüe"'?3 estableció con la suliduría y elocuencia que aéostúmbrá, en la ley segunda de cunrpte disponga un absurdo; porque absurdos no pueden entrar, y por consiguiente hi sa' lir, en la razón. El verdarero sentido es este: la y0~ luntad general manda esto ó lo otro: pase para su cufl1" plimiento á la Regencia, y allá se las entienda: busq"0 medios aunque sea para verificar un absurdo; paríl tso es ítégeabial Oigalo V. con las mismas- palao^ del texto. „Toda ley supone los medios de su ejec'1" „c¡on: de manera que una vez dado un decreto y recibid.0 „ por el Consejo de Regencia, á él corresponda cotnuíl1' .jcar todas las órdenes, y tomar todas (as medidas, pari| „que su ejecución sea expedita, y llegue á tener cl efecto que el Congreso desea. Él Gobierno es el quC ,, debe elegir los medios de su ejecución; para est0 „ es Gobierno &c. LEY IV. K , y será ley todo lo que en la prensa de Ia iilo.->í»li,i se je pueda hacer sudar á cualquier decreto del Congreso. Explivaiv.r. En 24 dt. Septiembre dia de la instala* cion del Congreso, gu primer decreto fué: que la Sobe ranía residía en la nación, y en el Congreso mismo coM0 representante de ella. Esta era una verdad de echo, que anteriormente habia declarado la Junta Central, y re' conocido ántes que esta todas las Juntas provincial3' aun cuando no se metiesen en declararla. Mas est» verdad se quedó estéril hasta que la filosofía la n3 puesto á parir, y ha sacado de ella, como de otra ea' ja de Pandora, los siguientes avechuchos. Primero: que la Soberanía residía en la nación inherentemente. El Sr- García Herreros que lo enseña así, y varios otros Co' fi ados'que lo repiten, sacaron esta inherencia, de q,,e no hablaba, el decreto, y en que nadie habia pensad.0' ¡Graci is á la perspicacia de su filosofía! (4 de Ju111" pag. 1(J0.)nía Por CUÍinto podía dudarse si esta Sobera- os* 'a nac*011 ('ene' inherente en latió, y pegada en Hkm ó°' ^G ^G P00"'a despegar alguna vez, ahade el j j 0 r. ó habia añadido ya en su proposición de fiji| e ^unio pag. 148, que esta y los demás, i„herentest apu ('crechos ?iaturales é imprescriptibles. Va tenemos pao ° mu^'<*^° cn derecho, y en derecho natural; g¡ ?Ja s ibemos que para el dicho Sr. esto es lo que ° Uuca la palabra naturales. jj¡- Podia dudarse todavía si esta determinación era 3e!ií • mP° ó de las circunstancias, y pin a invención „(](ij|a filosofía. Para que no se dude, añade el Sr. Ar- vjL < en 'a ses'otl del 6 pag. 203, que en el citado de- t/ j° ^e 'as Cortes se habia reconocido y proclamado del £'«o rnas solemne el ETERNO PRINCIPIO de la So- tQ-Vía nacional. ¡No mas de por eso! De hecho, á de- je u°: de derecho, á inherente: de inherente, á natural: gló lla*Ura'' &■ eterno. ¿Quiere V. mas? Pues vaya á ren- •i1 seguido „ Contra tan sagrado derecho no puede: < n'e^an5e n* propiedad, ni posesión, ni prescripción, ^ 1 otros títulos, cualesquiera que ellos sean." Ve V. ^» 1 quitado ya hasta el posse. Seguramente que el Sr. (}e&UeMes no ha estado en casa de ningún tomista, don- nUnca ha habido ejemplo de negarlo. 8es . Sería menester es1 arme escribiendo cuatro me- 1 ' Sl hubiera de ir citando á V. las otras much simas Qujes ^ue ^an sa'ido de este principio. El Sr. Zprra- 'u las comprendió todas en la siguiente cláusula, que j^corttrará V. al pie de la letra en la sesión del 29 de Pa?" ^ 'ia mriii(lo el sistema de laminar- L^' ^ si V. quiere saber las consecuencias que debe r esta variación corno otras tantas leyes y prinej- *6h e^ernos, busque por ai, sin que la inquisición lo m\n la °brita francesa que trata de los derechos j)e boinhre, cuyo autor creo que es el famoso Mi pues aunque el argumewto no la pruebe, a es ya uno de los eternos principios que se citan los filósofos. De manera, que según estos S.es. todo i Uo lo que se decreta es sabiduría, bien común, luces • 'ñas luces; y tan imposible es revocar un decreto . a Vez dado, como imposible que vuelva atrás un 0> Esta observación es hija de mi trabajo. LEY II § PRIMERO' j . Los poderes de los diputados del Congreso son ilimi- toju' Así Jo proclaman incessabiü voce los mismos Sres. jjx°'ofos diputados y sus monaguillos el Conciso, la eitul¡a y demás parentela. #(12) JYbia. Esta ilimitacion, ó extensión sin límites haC<^ de estos poderes también otros tantos caballos tr°^ nos con la barriia llena de gente armada. Para ir Pü>| sacando esta gente, voy á considerar os'a iliinií;C1' quoad subjectum, quoad objectum, quoad madum, quoad l^ pus...... ¡Válgame Dios, y lo que hace la mala cacion! Ya me iba volviendo á la jer¿a escolástica e que me criaron...... Digo, pues, que esta ílimitacicn poderes puede considerarse eon respecto á las pe^° ñas en cuyo favor se otorgaron; con relación á >° objetos para que se dieron; en cuanto al nodo c0lX que pueden usarlos; y en orden al tiempo que deben dudar. Del primer artículo trataremos en la ley te»'ce' ra. Expongamos ahora los otros (res uno por u"0' Quíteseme V. de debajo, que voy á llover leyes y «a8 leyes, y filosofía y mas filosofía en los signisntc3 escolios. 1 Los poderes de los diputados se extienden hasta el CtÉ' lo. Vé do V. clarito en la siguiente expresión del Sr* Arguelles, que debia estar esculpida en el mármol J en el bronc°. Su fecha 26 de Mayo pag. 87. Toda Ja orden de predicadores con su Fundador al frente no me l>i" teresa mas que mi honor. Descuídese, descuídese el Fun* dador, no me anden listos los muchos hijos que ti"1}6 en el Cielo: á él y á ellos los traerá por el cerqut* lio al salón de Cortes el Sr. Arguelles, siempre que para la conservación de su honor le sea necesaria un» blasfemia; Escolio 2. Los poderes de los diputados se extienden tambi:n al Purgatorio. Nota. Para poner en claro esla ley necesito de dar tantos rodeos como dio el Sr. Oahejá en la sesión del 9 de Junio pag. 242 p ira zanjarla. Dice así: „La pfc „ dad de los Reyes ha sido, según hemos dicho, otr* „causa poderosa de mulíiíud de mercedes de Seño-, „ ríos, con que agraciaron á conventos, cabildos y otras „ corporaciones eclesiásticas. El deseo de redimir por csie „ estila sus pecados, y el de establecer aniversarios y su-,.s >P°*' VrrPí;tms por su alma y la de la Reyna, según v ¡os e¡ -° ü Cas' ^dos "os privilegios de esta especie, „J\r •'" :.i,'M on prodigar k manos llanas hs bienes Sé la lia "Cl]I ' ' J' s'a aq<ú <-l oráculo. Vamos observando. sir¡i;f ' ' ÍJ'CC^ Por donde se comienza el discurso, ^tóh i? ar donde como buenos hijos, jwi "í^8 ('° ágrádárlé. Pues sepa V. que en !a pag. Ve 1)' r esta misma piedad se ha llamado piedad uni- 40 '^i se hablase de muchos, el epíteto universal era j. y claro; porque decimos: la pied id es universal en dos ?n ' fa ' -sír:í")a es " iversalmc: te piadora; pero hablan- do5 ^e Cada uno en singul r, decir que tuvo una pie- tot Umvp'md- ya hu dé á pulla: poique si la piedad es jj 10 ^ebe ser, basta con decir piedad; que ya se isa— s0. ^U0 aDr lzará todo lo que pertenece al culto religio- Do • ? ^ 'cu" piedad universal; qu'^ me quemen, si aquí tos !^ca fe superstición qu" se esplava á otros obje- ol q^Ue 'os • que componen el celto Querrá pues decir ¿ ' r- Ca eja, ó que los suf agios son una superstición, tito teníac'' n- como el Concisón los llama en sus pri- ¿j r°s renglones: ó al menos que hay exceso .en esta* bs^f ;S P^rpelüós; y en sem-.j ¡nto coso sería mny tif, í>0 clu ' os^; cabdlero propusiese un arancel Ú A s ,¡ P° que cada cual debe estar en ei Purgatorio: así V? ir! Reyes hasta do de poJian extenderse en la *Uacion de los aniversarios, t¡a . ®é ag. cga á esto que, como dice el texto, esta t¡; .piedad y los deseos que de ella dimanaron, fes hi- Yip0)1 P °di'«oí«? concesiones: á las cuales exhorta se les dé f el pie. 8(¡j. Si vale una conge'ira, el Sr. Caneja tuvo pre- e para este rasgo de lüosoüa cierto cuenteciio del(U) _M re, filósofo y poeta Pirot (f.\xnc§s para servir á V-) . ducido á que un hermítaño, habiendo visto al ^ je que iba en diligencia y muy contento, quiso saber él el destino y la cau^a de su prisa y de su alet?f Voy, respondió el c iminante, po¿ el alma del Prú'C'P Fulana, qie ha. robido á medio inundo, y s^gUiaínC te es oda. Dentro de breve volvió á aparecer el sU9^ dicho posta solo y muy triste. ¿Qué es eso? le pre^° , el harmit ñ >.......¿^¿uó hi de ser? Que vino S. M'#*" con su peso: yo eché en él los robos y atroc d a*1 déi tal Príncipe, que al instante corrieron hasta el sUe lo la balanza. Ya iba pues á cargar con mi Vxe^[ cuando he aquí que apxrece S. Benito con cuatro Aba" des muy gordos debajo del braza, los echa en c0lT trapeso; y ya se vé, como eran tan gordos, timaron la balanza y me dejaron sin mi presa. Es regular 9o8 el Sr, C aneja sepa este cuentecillo de memoria: si ac3- so no, ó reo que le hará V. un servicio importare eI} contárselo. Escolio 3. El poder de los diputados filósofos akafl:a también hasta el i.¡fiemo. ., Es público y notorio que hasta allá lo ex'eri"1 el Sr. Mexíaj primero abonándolo en la Triple Ab1111' za, de cuyas variedades él mismo se declaró aproba'1' te y que sus p opias ideas eran las contenidas c° aquel papel, que parece habia ve-iido de allá: lu^0* m jdiíicindo sus penas, en la explicación que dio laute del Congreso, manifestando que lo único lj abia impugnado eran las pinturas horribles que " él haciari los predicadores. Por una cosa y por oti*a deben estar muy agradecidos á la filosofía y sus alufl5" nos, Cain, Judas, Simón Mago, Luíéro y principal©?11' te Ros cau, Voltayre, D. Alanbert, Diderot y demás ge' fes. de la cofradía. Escolio 4. Al poder de los diputados filósofos están jetos, también los Obispos en el uso de sus derechos espinW les, y de sus facidtades civiles. _ . Probatur. Facultad espiritual es proveer de mim*"po Ia *elesia según la conciencia del mismo Obis ¿ 8111 quedar por ello responsable s-ino á Dios y t0 , Jglesia. El Sr. Arguelles en no sé cuál Súplemen- os- inciso dado á luz para participarnos estas y "¿a 8 Preci0sidades, falló que la dicha facultad no íe- o/ro destino que enriquecer ahijados y parientes. s¡ . Pacuitad civil de todo viviente es ir á comer, )>T^Uler8' a C iSa ^e 1u,ea *° convide. ,, El Sr. Muñoz i)np0r,6ro (son Pa'aDras expresas del Conciso del lu- ()|0S 22 de Octubre de 1810 núm. 31) manifestó que ¡8 SP0S Pranc'a no cumplian con su obliga- , tj?n; y entre otrns pruebas ciló la de haber asis- i% ■>? Set€' un diputado de las Cór- Po • "i6 ^sPana alcanza á los Obispos de Francia, y p misma rozón hasta á los de Pekin. Debieron yji - 'os Obispos franceses no haber admitido el con- R del Embajador del Rey Católico, que no sabemos 11 9,Jé motivo sena. C|r ^or donde salta la cahra, salta el cholo.: quiero de- com^°! ^0i,d í guia Ün fi'ósofo representante se cuela y ^° por su casi el Consiso con toda la familia. Véalo tfj' *;n 'a nota-ad'líiracion q te pone á consecuencia del 5?¿í *inen del Sr. Muñoz Torrero. ¡Qué m ido de estar en Idcx cY tiene V aquí á estos tres caballeros H¡e CornP;mr>n u i solo pe -sonare filosófico metidos tára- la 1 á decidir como di iu>ados sobre la obligación de (j|(.,p8»ileucia, que e-i del fuero mixto. ¡Bien haya el Có f 0 que trazó el plan de convocación de nuestras l¡h es y quo excluye ido de ellas á los O ñspos, los Ke^¡ fe ^ue e* Conciso les pudiese decir esta pala- t}e ,^m¡to poner varios escolios relativos á los bienes h( iglesia y de los eclesiásticos; porque ningún filó- ^ 0 Heve un cuarto de hora de tal, dudará siquie- ' 81 se extienden á ellos los poderes. Lo que tod©(1C) J. buen filósofo desea, es que se tqnae á alargar la 111 i;0;'por lo demás ya el Sr. Conde de Tórenp, Af seguramente es maestro, ha definido en 7 de ',üil^ pag. 209 que las co po arioirs r,o son propietarias: )' . Sr. Caneja ha remachado el clavo, añadiendo que •, pueden serlo, y' que en ellas concurre incompati'-t*tie para recibir, y prob. ñ 'olo nada menos que con el Ev'ana gelio- y con S. Pablo. ¡Di-rhosos ambos y los deff& sus coopiaafttes (esta palabrita la invento yo, que te»*" go tanta autoridad para ello, como los que dicen fre° pi aüfi) di.how, decía,- si Na;ol"on llega á h&cíf? el amo! ¡í&j§ -pr tío- no les nierecér&B unos njóswfl* qjie h han descul-ierío l s eternas princimos en íce&* d« los cuales se ha apoderado él de Roma y de sü Estado! Escolio 5. poder de un diputado filósofo se exiw'ILÍ*e hasta .el Rey y su suprema autor i dad. Véalo V. dicho, probado y amplificado con'0' d@ el aparaio de: la elocuencia filosófica en el puM^I gírico que el Sr. Golfín co..sagró él 10 de Ju;:io a memorable 24 de Setiembre. ,. Eri este dia (dice pn$' ,,294) la nación española .señora - de sí misma dio a ,. Fernando V H el mas justo derecho á la corona...... W;lí „fuerte que el que sus'progenitores tuviero.i á ella,/ „que es el único que constituye á un hombre Gefe sü' „premo de una nación...... Si la nación pudo darse ufl „Rey sin consideración á pactos antecedentes ni le" „yes algunas &c. jfác^Sifráka apud allios reperies. Tenemos aquí mfe h'-mos dado á Femando mas justo derecho. A la cuenta, antes no lo tenía; ó 6' lotería, no era de los m-s justos: y que este derecho es mas fuerte que el qus sus predecesores tenían. Podrá sef quo el desgracíalo Monarca diera alguna cosa al Sr- Colfia, porque «e quedara con este derecho fuerte, y 1° dejara gozar en paz del oteo. Ultira; mente, que nos debe estar muy agradecido, porque no hemos hecho todo lo que pudiéramos sin consideración á pactos antecc denles ni leyes algunas. Tal vez sucederá que cuando Fcr*(17) fiando venga (Dios lo traiga cuanto ántes) no necesite Para darnos las gracia» por tan repetidos favores, de ^ D. Manuel Quintana le haga la arenga. Cicerón ia Üene muy buena en su Filípica segunda, cuando da p ella las gracia^ á Marco Antonio por otros igua- les favores. ■fiícofo g. j\j0 qUjero pertler la ocasión de que V. je erve las palabritas de sin consideración á pactos y á ^£í',v la de juramento, que también mediaba de nosóg- eno ^ ^er¡la,u,°' Y al Sr- Colfin se le quedó en el bife v"l ) °bservancia de los pactos es de derecho matu- fio' K ^ ^ juramento del natural y del divino: esto obstante, pudo la nación lo que este caballero dice p Por qué regla? ¿ Va á que V. no me lo acierta? fies cátela aquí tomada de Antonio de Nebrija=Scao' \ Esto no ha podido ser enteramente inútil=JYo creo que & tamos en el caso de declarar que ha sido perfectamente ta la conducta del Prior......no se habría la ventana......y" taba el aséo. Debió pues el loco tener abierta la ^e» tana; aunque segunda vez se arrojase por ella, ó auD,, que por ella se asomase á predicar y volver l°c°s,0 todos los vecinos. Debió también el Prior haber heCj1, que cuando el loco orinaba, no lo hiciese fuera d tiesto ¿Y como se compone esto, si el loco no quie6 re? Ahí está el busilis. Vea V. si hilamos delgado *° filósofos. Questiones subalternas á este escolio. No las e* trañe V. porque como se trata de locos, se me h3*1 alborotado los cascos, y me están bulliendo tantas cu^s tiones (ahora se llaman problemas), que si no las ec" fuera de las mientes, he de necesitar de loquero. SeaI1 propuestas sub venia tot tanlorum magnorum magistfO^ meorum, porque siempre les conservo la deferencia O^1 se merecen. Todas soo relativas á el lance de núes"0 loco. Cuestión 1. ¿Como se ha procedido en el negoc^ de Fr. Diego Chacón y su comunidad con tan extr^ Ra precipitación? Antes que el espíritu filantrópico--'1' heral excitara á los filósofos, para que regenerasen ' España, una sola presunción no bastaba para que 8, guien fuese atropellado; al menos las leyes lo prof1!' bían, y los tribunales supremos severamente lo cas11' gabán. Decia yo á un juez: Señor, fulano tiene un t"11" ro que yo presumo no ser suyo: él es gitano, y $ tiene la mejor opinión ni tampoco su familia: podia pues embargarle ó el burro, ó la persona por si a¿8' so. El juez respondía: contra nadie puede procede^ iJ9. Do^H re°' -n* ^ebe infamarse, mientras no se halle cuer- Afia 6 ^eüto' i|,(í'cio vehemente ó semiplena probanza. rto Domingo estaba un fraile encerrado por loco: lo Primero, porque ningún loco, y furioso como este, pue- de estar oculto á los vecinos inmediatos á su parade- r.°> y lo segundo, porque este loco habia solemnizado "el modo mas auténtico su locura, desarmando en las ealles públicas á un centinela, y aporreando á los sol- dados que acudian á sujetarlo. Conque con solo pre- guntar á cualquier Pedro Fernandez, se hubiera sabi- p> que el preso de Santo Domingo era un fraile que *° estaba por loco. ¿Por qué pues no se preguntó ¿Por lué no se hizo á favor de aquella comunidad la juetí-. (20.)..... . cia que tanto se cacarea deber hacérsele á todo t'1 dadano.... Si hubiera de resolver esta cuestión algu"° de mis maestros antiguos y preocupados, diría: V°K. que la filosofía no hace mas que cacarear: porque 'e* jos de estar ella en las obras á lo que promete en Ia palabras, es enemiga decidida de todo bien y d© do orden; y porque con el ruido de sus palabrones Q° aspiran á mas que á lo mismísimo que ha hecho. ) continúa haciendo en la Francia de 20 años á t5|s parte. Pero yo ilustrado con las luminosas docüinasd mis nuevos maestros no diré lo mismo, sino mucho ma?' esto es, que es tan profunda ó sublime la respucs^ de esta cuestión, que solos ellos pueden darla. Segunda cuestión. ¿Por qué se hizo con tanto apa' rato la extracción del religioso? ¿Por qué se escojió Ia deshora de la noche? ¿Por qué se enviaron cuaren'3 granaderos que tomasen los puntos como para un a**"* que? ¿Iba por vcníura á temarse el castillo de FiguC' ras? ¿Estaba acaso encerrada en el convento ahju"a partida de contrabandistas cargados de trabucos y c"' caros? ¿Un solo recado, un solo notario no hubieríl bastado para conducir delante del juez al prior, al W. co, á los frailes, y hasta á los gatos del convento- ¿A qué fin pues esa turba mulla evm gladiis, ct fústibtá** tamquum ad latroncm? ¿Con qué objeto el silencio de 'a noche que aumentase mas y mas el aparato de la ligencia judicial? Si cogiera entre manos esta cuestión alguno w los temerarios sabios que entienden las cosas al reve' de como ahora, diría que San León Papa apuntó rr>11/ bien la respuesta, cuando hablando del modo y cunstancias conque los judios presentaron á Cristo eí> el Pretorio, dice: ut ínter tot projudítia, quem vmnes vetí^ perire, non audéret Pilátus absolvere. Esto es: quieren 1°5 filósofos liberales que se acabe entre nosotros la ral* de los frailes, ct nomen ejus non memorétur ainjilius.... Wtt V(ró p/ebem. que á pesar de todos sus Esfuerzos <0' davia tiene á las sagradas religiones por una obra ^e»i08 tt (21.) los ' Una co^umna del catolicismo y por uno de p0rCUerP°s mns útiles al Estado. El objeto es ver si una sorpresa puede concluirse la obra, que tanto? Sal S SC co;nenzó Por dictámen del Rey de Prusia, á va ^e desacreditar y envilecer á los frailes; y pa- eg fsí° contribuía admirablemente todo ese aparato y ^cándalo- conque la cosa se ha hecho; pues el pue- toi" ] reven'u'° (como debe estarlo) á favor de sus au- ^ íclades, debió pensar que cuando á presencia de las ^°'tes se procedía por aquellos pasos, algún grande taV ^a^a i'npedir, algún grande crimen se tra- a de castigar. Pero, ya se vé, estas son maliciosas Resunciones que les sugiere la aversión conque miran Esterna filosófico de que yo he acabado de formar la justa idea por los discursos y doctrinas de mis Astros. y-. Tercera amlion. Supuesto un tan espléndido con- e como el que se hizo para extraer al fraile, ha- r levantar de la cama y notificar al Prior ¿cómo se lUedó en ej tintero llamar al Provisor ó Juez eclé- ctico? ¿No valen ya los Cánones? ¿Se han derogá- is las leyes del Reino que los mandaban observar? espirado ya el fuero del lugar y de las perso- as- En tiempo de nuestros abuelos no sería esta una ^.leslion, sn;o un manifiesto sacrilegio. "Si entonces hu- ¡ ^ra echo esto un alcalde de monteriila, tendría el I l'z que rascar, mientras existiese en el mundo: mas tora parece que estamos en el caso de que omnis V*1 occíderii VOs, arbitrelur obs?(juium se pmstarc, no á Dios; PUes asi no estaríamos de lo peor, sino á la filosofía j"110 contra el Evangelio quiere gobernarnos. Esto es 0 *lUe á mí me pirece, como que esloy preocupado; Pero mis maestros para quienes es tan fácil resolver fugitivamente cualquier problema, como dar dos pa- gotes, dirán. Cum-tion. la que este 'a dirigido al Sr. diputado Arguelles? ¿Cómo es que Cuestión. 4. y 5. ¿Cómo ha sido que quien que la que este negocio se tratase en las Cortes, se ha22- la el Sr. diputado Arguelles haya tomado á su cargo ^ prosecución de este negocio en las Cortes? lo no 1 maravillaría de h;.ber oido promoverlo á otros dip tados; porque he leido los discuraos de algunos, H con tanta justicia han reclamado el inhumano tr,,5 miento que en las cárceles sufren los presos, Y interminables dilaciones de las causas criminales. ™ ¿el Sr. Arguelles cuyo oficio en las Cortes es descar tar especies y asuntos particulares, oponerse á cuan no es medida general, y tratar siempre de refoi'"' en grande, separando de las sesiones cuanto es en " neficio de un individuo ó de una corporación par cular: este Sr., digo, excitar, conmover y llamar la sWjf cion del Congreso nacional á el pequeño asunto del el cierro de un loco, y poner en movimiento á la rep' ^ sentacion de toda España proponiéndole un verdad ro chisme? ¿Tomar su patrocinio? ¿Prevenirse con enmenias a"Jé/iticos, como él los liama, y anunciar las 2ríl des cosas que con este motivo tiene que exponer? C° fieso claramente que no lo entiendo. ,i¿ Si vale una conjetura que me ha ocurrido. 3 ^ va. Lo menos menos á que el Sr. Arguelles aspira, €6 , que en el monumento que la filosofía le erija P°rL servicios que en su diputación le hace, se ponga en1 otras inscripciones la siguiente: DEBELLATO CLERO: DELETO IN HISPANIA MONACHATU. Asi como en los monumentos que Roma erig^ sus héroes, se estampaba: Delela Cari fió gifie== Debelé!j Ciuibris 8,-c. El público está enterado en esto; y he w\ la causa porque acude á dicho Sr, cualquiera que d. sea hacer algún flaco servicio á los clérigos ó á 1 frailes. El en estos gestiones halla el objeto de su *v cacio n, y hace que esta clase de negocios no se • í je á la decisión de la Regencia, ni de otro Tribuí1*1yent ■ i "re e* P"v'le»'° de caso de Cortes, y la Si lcner en ellas un tan elocuente patrono, á ]a Se consiguió el éxito que él se propuso, gracias y co aP°'°¿'!l °iue n'zo en un dos Por tres de su Pripi" vie,1(jnvento Fr. Diego Chacón, escrita con chocolate hir- (}e i 0 en las narices del loquero y en las cabezas pon* °8 a^udantes con caracteres que los parches no |a an del todo borrar. Esta apología vale mas que jjj0 %re Pudiera hacer, no digo el Prior pero ni el mis- tró ert"liano, si se levantara del sepulcro. Ella mos- •too H^t •^r* ^e&° Chacón estaba en su convento co- Pañ f es^r, y que acaso convendría fuesen á acom- |0 . r'o sus recientes protectores. Al ménos esta apo- la f s*do d mas poderoso y eficaz conjuro contra °Armenta °iue anunciaba á los frailes el almanak del Al'guelles, cargada de toJa la piedra, azufre, y ni- jgV ^U6 bastaría para dar al través con el Prior y con de k ^r<^m de predicadores con su fundador al frente, y á Piri^ai e^ ze*° ílue a nuestro buen diputado ha ins- Contra to(ios los frailes la humanísima filosofía. ^ contengo en proponer las demás cuestiones que ocurren; porque si las vaciara todas, no acabaría Un siglo: vuelvo pues á mis escolios, col" Escolio 9. último y mas gordo que todos los es- t -08, Los poderes de los diputados filósofos alcanzan has- . * las telarañas. La prueba está en el lugar mismo que a e antes, del texto del Sr. Caneja, donde entre las Usaciones que hace contra el Prior de Sonto Domin- p este oráculo de la filosofía, este padre de la patria esie legislador de la nación, la primera y princi- c*5 que en el cuarto del loco habia tclarcíuis. mJ^se§uro a V., amigo mió, que cuando leí f,. exclamé repentinamente: estremézcanse todos los h S- y acuérdense del proloquio: cuando la barba de y vecino veas pelar, echa la i i/a á remojar. Yo sé que de lQ ^Po inmemorial han tenido telarañas | geni fruto de su ambician &c. ¿Es po- ' .v °iue 00 se haga una excepcioncita siquiera á fa- op de Garci y Diego Pérez, de Alonso Pérez de Guz- 1man, de Rodrigo Ponce de León, de Fernando ^° zalez de Córdova, de Cristóbal Colón, de Hernán tés, de Femando de Avalos, de Alvaro Bázarí. de W tisimos otros, á cuyos esfuerzos y tmb; jo deber»©3 ^ te suelo en que estamos, el de la América de ^0¡1f¡ nos viene la plata, la reputación que antes tuvfni°f cacao y el azúcar conque nos regalamos, la qu>i a co"' fian?* que nos curamos, y la zarzaparrilla en cuya coní pecamos? ¿Es posible que á ios hijos y descendió' ' de estos héroes acostumbrados hasta aquí á toa©» ^ respetos que de la nación les ganaron lus méritos tan ilustres padres, se le haya de tener tan poca.1 ninguna consideración por unos hombres que dicen Q representan la nación? ,Es posible que todos son v doyes y......Quitémonos de ruidos: así lo dispone Ia , losofia: cansa finita est. Asi, debe hacerse en el sigl° las luces, y no hay que chistarme. Vea V. lo que hemos adelantado en este Pf?l to, reflexionando en el siguiente fragmento de la ftjr sofia rancia el muchísimo atraso en que nos halla»10' Es del famoso Antonio de Guevara, ¿quien fó8,ft*»Wfi y déspotas, que llamamos grandes, consultaban m1*? , menudo sob-e la conducta que debían guardar coi» que vivían en la infamia y esclavitud de llamarse V *v. si s vasallos. Dice así á uno de ellos llamado Pe „ de Acuña, entre otras muchísimas cosas que omito c° dolor. j r „ El grande filósofo Licurgo en Tas leyes que dtf \ „á los Lacedemones. mandaba y aconsejaba, que á V „ hombres ancianos de su república, ni les dejasen'1 i „ blar en pie. ni les consintiesen tener las cabezas <*C „ cubiertas. Y digo esto, Señor, porque ninguna c°5 ,, disminuirá de vuestra autoridad y gravedad, en 3U „digáis á uno: cubrios compadre; y digáis á otro: ase!', „taos, amigo. El buen Emperador Tito, la causa " „ ser tan bien quisto, fué, que á los viejos llamaba p8^ „ dres, á los mozos compañeros, á los extrangeros pfl „rientes, á los privados amigos, y á todos en general Pfr(27) ■'Oíanos. El Señor, que es bien criado, ámanle los ex- •>m • ' ^ s'rvei|le los suyos......Tened, Señor, en la me- „ i r,a cjue vos y vuestros vas illos tenéis un Dios que ti rir' "n 1ue serv'r' UI)a lev Muc guardar, una /df»l.ra ^° momr» "na muerte que temer; si esto tenéis Paiíe¿irista dijo de la barbarie de su siglo; y de que \y Yernunt'0 ^ uno ^e 'os Sraildes promotores de esta ^rbar'jc acogiendo frailes y dotándolos, erigiendo Cnte- ^ra[es magníficas, rodeado de clérigos y regulares, en fin aeiendo todo "lo contrario de lo que significa y quiere Ucstra presente ilustración. Oiga V. al Sr, Arguelles pC'erca de Fernando V, y no podrá formar idea de este ^Incipe, que seguramente fué el autor de la grandeza je la Monarquía española, Tan á prisa bueno comoma- °' déspota como político, promotor del feudalismo co- 0 destructor...... en una palabra, como acomoda al ca- "r* i^0 se8und° que me incomoda es que, como ya he 'eho, van estos Sres. á formar juicio de lo que fue- j011 nuestros Reyes por lo que les da gana de decir á os franceses, y á los franceses filósofos, que merecen fuello de fules %mca>, porque esa es la que mas fre- cuentemente usan. Pero lo que no solo me incomoda,(28) f mas (ambien me escandaliza y me indigna, es q"c tales cuales faltas que nuestros Príncipes tuviere»»! ñores acaso que las de los de las otras naciones, se ü gan, se repitan, se cacareen, se saquen para todo, ve gan ó no vengan al caso, que haya necesidad, ó s'é'Y daño. Digo sígase daño; porque entre los escritos que revolución francesa produjo, y yo tuve que leer por c° misión, habia mucho de esto, y se abusaba, para P0"^ en ridiculo á los Reyes de Francia, hasta de los epíte,(?" de craso, calvo y otros iguales, que les habia dado »* costumbre de los siglos. Las leyes romanas miraban como religiosos '°; sepulcros, y castigaban á sus violadores. Otro tan1 creo que ha sucedido en las demás legislaciones "e mundo, que han mirado con grande respeto los cuer' pos de los muertos, que últimamente no son ya m3 que tierra. No sucede otro tanto con la reputación , que es lo único por donde los muertos viven para el mu11' do, el único premio que el mundo puede dar á l"5 muertos: y si hemos de estar á lo que nos enseña!*0'1 nuestros padres, la recompensa conque la divina J05" ticia premia lo poco bueno que hicieron, aun á a<\üe' líos mismos á quienes ella ha condenado por sus c*1' menee. ¿Quó diremos pues del D. Manuel Quintal"1' que en su Panteón del Escorial se ensangrienta c°n' tra la reputación de Jos cinco Reyes austríacos, cotí*0 debiera hacerlo contra la de Tiberio, Calígula, Ñero"» Domiciano y otras pestes? ¿Qué diremos de no sé cu3 diputado, que con alusión á este libelo infame se ca'J1' panea sobre el gobierno de los cinco Reyes? ¿Y qué ter- et ultra. Esta ley no está promulgada, ni convie- 'lie se promulgue; mas se verificará en el hecho, Va están lomadas para ello las medidas. . Asi consta en la sesión del 14 de no sé cunl gesi tom. 5. páginas 441, 42 y 43. Propuso en ella el • Kos que los diputados se relevasen bajo de cier- tlSi re£las, á fin de que si la diputación era molestia, ¡ttOg la sufrieran; y si conveniencia todos la dis- ta&i n" El Sr. Muñoz Torrero salió al punto contes- to de una manera, que sin necesidad de tomarle el £ dió muy bien á conocer la operación que le hi- 0 ta purga. El Sr. Arguelles con su acostumbrada elo- et>cia 6 innata liberalidad expuso lo mismo que su pañero, y mostró que tampoco le habia hecho buen ecto Ja especie. Ultimamente convinieron uno y otro j. que era preciso aguardar á que la Constitución se 'mase, por esta razón y la otra que ahora no ten- g0 gana de tratar. . . Pero no puedo menos, antes de hacer el cál- lo de la duración en que esta necesidad deberá po- J r á las actuales Corles, que llamar la atención á lo ^."^hísimo que la España tiene que agradecer á los Rutados filósofos. Los que no lo son v. g. el Sr. Ros, estan á mugeriegas con el encerramiento en Cádiz: f. ^ . Pasión de asistir todos los dias á tantas y tan ^'diosas discusiones como la comisión trae, ó se le que traiga consigo: con tanto choque como oca- 0fla |a variedad de opiniones, y modo que algunos tie- et* de explicarlas: con los insultos que de en cuando 1 cuando oyen, y con los aplausos que escuchan del(30; populacho, á veces peores que los mismos insultos: c<>n los juicios y sospechan de toda una nación que lo? ol}' serva: con las quejas de muchos que resultan, ó crfC' resultar agraviados: con el abandono en que tienen s"' familias, sus destinos y sus Intereses; y qué sé yo c° cuantas cosas mas. De aqui es, que unos quieren fiue la ccmision se acabe: otros la acaban sacando licfj!" cia para irse: otros insisten en que á nadir se dé P* ce eia, para, que asi todos trabajen por acatarla cu"n' to antes; los que no son filósofos, en fin, desean í|B** esto se le ponga algun término: y si tuviesen noticia* las leyes que rigen' á los frailes, no (hitarían tainp°c? quienes citasen las muchas que hay fijando téunii10 los difiniio! ios, que también algunas veces intei'^0" perpetuarse ó prolongarse por el bien de las relig'0' nes que representaban, como cualquiera podrá pi'c6lf j;¡ir. hplps nuestros liberales son irs que antepon*"11 fopinucion del duuclto Estado, cpmo el Sr, Torrero le man; y la oblk ttrion y encargo especial úv esta formaCifH1 con.o añade el Sr. Arguelles, á *u descanso, á sus ,n' tcreses, á su opinión, á todas las molestias; y si V- "! aprieta, hasta al msimo martirio que fuera necesí^! sufrir, como lo sufrió Juan Padilla. ¡O varones in'1'" gablos! ¡O filosofía filantrópica! ¡O fcliccm Hispaniatn ^ jo la protección de tales diputados. Entremos ahora á calcular el tiempo que de* rá durarnos este bien, Yo pensé al principio que , Constitución sería obra de ocho ó diez di as, como p " rece lo fué la de Bayona; ó cuando mas, de tin V. de meses, como lo han sido esa carnada ó echaduj( de Constituciones que ha empollado en lodos los P' ses de casi toda la Europa la constituyente $\o£Q\ Pero no señor: la nuestra es otra cosa, y no pl ^ trabajarse en ella á destejo, dice el Sr. Arguelles, cor)'0 ¡ una pared maestra. Conque puede ser que tengamos ^ la obra do la Catedral de Sevilla, que duró mas . un siglo; ó cuando nó la de los siete libros do ^¡ Partidas que duró dos reinados, el de D. AlfonS0t^/J?j y el la libertad de imprenta? ¿Cuantos», i?eg©cio de los Señoríos que se persiguió á sangre t¡| porque no era cosa de dej irlo p ira la Co as- ir ?' Como klegd no me acuerdo cual de mis maEfe- S(,0s- ¿Cuantos dias, el casamiento del R¡ey con yo íps ^ij c|Ui; Dulcinea? ¿Cuántos sermones tendrán que pre- ,p lr uao tras de otro nuestros elocuentísimos filósofos? | -'"antas reflexiones será necesario que les opongan los jLJÜ r'° están iniciados en los misterios de nuestra fi- re a> y se obstinan en las ideas rancias? Pues figú- &t ^' l^u0 Por ar*° ^ ^'aD'° se descubra que hay j. 0 fraile loco emparedado en algún convento. Va se- jj', P eciso Ínteri n npir la discusión para atender á la 'fiad v seguridad de este esp ñol. Añada V. luego e el Ministro de Gracia y Justicia cometa alguno de j muchos pecados que acostumbra: que sea preciso ^a°er ia apología del Duende político, del Conciso ó c° °tro cofrade de á fuera; en fin, tantas otras miles te^\H que suelen atravesarse, y cáteme V. aquí el Au- ' ! 'sto que ya viene, á la Constitución que todavía á medio cuajar, y á los diputados con obligacioi^(23) de permanecer en el empleo in aiermim, et vltra- § CUARTO. De la extensión de los poderes con respecto á ¡as person" los diputados. LEY I. La inviolabilidad de los diputados filósofos es que la que corresponde á la persona del Monarc " ^ la de los Regentes que han sido, ó van á ser, » de los Obispos aunque sean de Orense, y á la de do el mundo en general. ' , j Nota. En la carta que dirigí á V. con fecha »e de Junio hallará los fundamentos de esta ley. LEY ¿ En fuerza de esta inviolabilidad podrán l°s ^ putados filósofos declarar violables los mas so\e!° y sagrados pactos. Vayan las pruebas. Ningún pacto hay tan |,! grado y solemne como aquel, por donde al pie d? fuente del Bautismo nos pregunta el ministro de , ¿Crédis unam Sanctam Ecclesiam Cathólieam, Sancionan1 ^ tnunionenii carnis resurrecetionem, vitam ceternam.? Y nueS^J pdres y padrinos responden por nosotros: credo- i embargo V. sabe que la filosofía no está muy á n<> m no con el esto de tener á la Santa Iglesia Cato» por madre: que hay sus trabajos en aquello de lot^, fragios, que se fundan sobre la comunión de los B|| tos; y que es muy probable, por no decir muy j|| dente en los principios de la filosofía,, que el Sr. " (¡, xía, reconoció en las variedades de la Triple -^'^j' za, que la resurrección de la carne y la vida Ve{ rabie son triunfos de la superstición sobre la JHosofia; J...Í consiguiente, como los filósofos puedan, nos han detrar Gn t (33) flina • estos puntos, y han de hacer que nos llame» (jetn V^spués de Dios se sigue el Rey. En el poco Mas°l'^Ue '°S francescs nos dejaron libre, resonó e:i ¿f'fc jfls capitales la voz de: Castilla y Le n por el Rey Pací* Fernando VIL y para solemnizar este público les °f P,Usnnos todos por testigos á Dios, á los Ange- tria r hombres, y á cuanto la religión y la pá- g0n ]^n"^ de mas sagrado. Castilla pues, León, Ara- Co ' -^avarra, toda ta Monarquía por Fernando VII, lo t° naü¡a estado por su padre y abuelos, como to03e?1'arnOS Jllrad° anteriormente cuando lo reconocí- flr ^r'nc'pe, como lo hicieron todos nuestros pa- levS C°n sus ^eyes: en fin segun es<á escrito en las ram ^° ^ondc se ha tomado la formula de tales ju- . „entos. Esto no obstante, la filosofía quiere variar...... jH e disparate! ya tiene variado todo esto. Asi lo di- / Por ios demás el Sr. Zorraquin arriba citado: V. M. variado el sistema de la Monarquía: así lo cantan los ¿g°s j^ofioies y así..... pero adelante. Lo mas chistoso itit ^l'e 110 1103 nemos mf-tido en aguardar á la parte pesada, á ver si tiene que alegar. LEY III. Si los diputados que no son filósofos titubean g r u,i momento en obedecer á la vo'u atad de la filo- aa> ó suspenden su sanción para otro tiempo; se lle- ará el diablo la inviolabilidad. . * Q,. Oigalo V. de la boca del Sr. García Herreros, icw e| Nqmantiuo en la sosion de 4 de Ju io pag. 163. * i 1 itubeará V. M. un momento en declarar libre de *>,a servidumbre doméstica á un pueblo que con su '* ^ngre libra á V. M. de la extrangera? No me lo pue- »Qo presumir así: mas si por una desgracia, y por los "ftlo ivos que hasta ahora han frustrado el decreioque "Propongo, (scilicet, TODO ABAXO) V. M. suspendiese ,iS>- sanción para otío tiempo que jamas llegaría, me 5¿ airevo á anunciarle que el pueblo no lo syvtra» Noto,. El pueblo -no lo sufrirá. Cuando el cura Jo ^ce' esíudbdo lo tiene. No le parezca a V. que es en iro el empeño de que el alista. Digo el pueblo, y q,liC' ro decir la gente ¡desocupada, cuando no sea la llau»8' da. Pásenlos á la pag. lü.6. que está curiosa. ..¿Qué diría de su Representante aquel pueM .. uumantíno que por uo sufnr la ■servkluinbrc. titiisp íeí ., pábulo de la hoguera? jEtíá pudres y tiernas mach'6* ..que arrojaban á sus hijos, me juzga lían digno del')0' -'¡(i-; ,ie repi esei>farj< ~. siró lo sacrificase todo al f$°*. ,,-'fc de la libertad? Aiín conseno en n— ' ; < 1 Sí las Corles se prestan á la Tohmtwl. dy ?t fifósfifia; durará la inviolalúlid.'Kl de aus .diputados p0' iodos íds siglos de los siglos amen. Así lo promete, y trabajará en cumplirlo eT Arguelles en la sesión del 6 de Junio pag. 202. fin ^ memorial de los (¡¡andes se habia dicho que la udencia que iba á tomarse respecto de ellos, uidüC ría Ir misma miarq-u'a. que en* la Francia. Respe0' de nuestro oráculo. ,.I.,a anarquía ^ue se recela, la i"' subordinación que se -teme de parte de los pueblo?" ..aprobada-la .propos.¡cio:i. (de 'j'OJPQ .'WWO)sflf, ..ne Tin olvido, cuando menos, -del carácter sumiso I ., obediente de los españoles á las autoridades." Ya.*, •sabemos; pero tantas veces puede ir el cantaiillo &c'. Sigue..,, Cuando el dos de Mayo-en "Madrid se alzó ruiuP -,herojco pueblo contra la tiranía exlrangera, tuvo f0" -„co motivo para quedar satisfecho desús autoridad^3' „No obstante, su respeto y obediencia á todas e\W .„.son ibien conocida*." V-aya una notiia breve. Si 'fas autoridades de ql'f^ C35) Pueblo madrileño y todo el pueblo español tuvo po- tu la°}lv'° Prn"a quedar satisfecho, hubiesen sido cló- f ° s ° fr liles; ;me quiere V. decir la tempestad de Hes0»' trueno y P*©dra menuda de que el Sr. Argue- do^ \ naDi';i hall.ido dignos, cuando hubiera conclui- „ • quiere decir hasta donde hubieran llegado lo« r °S sus compañeros? Pero, amigo, corno no fue- vg11 c'^r¡gos ni frailes, y corno es gente que == ja se jj. '**:• hádase V. cargo......sobre que es precio.....= de- nadóse lia dicho con decir que no hubo motivo para do P]le>Jl° quedase satisfecho. Mas esto es natural. Cuan- Sr juntan los vicbos de una misma piara, lo co— 11 es que se rasquen y laman mutuamente:sí tal cual e2 se cornean ó muerden, nunca corre sangre: es ju— LEY V. _ La inviolabilidad de los diputados filósofos tíe- por principal objeto á los clérigos, de los mangui- °s azulados. ■ Recuerde V. todas las citas que de esta invio- oilidad se han hecho en el Congreso, y no tendrá ."'cuitad en subscribir ;t esta ley. El Sr. Arguelles no a pierde de vista. Véase el' fin de mi Carta segunda. ■Nota. Esta inviolabilidad es de mayor tuerza que bálsamo de Fierabrás de que usó D. Quijote; por- ;jj'Je aquel no servia hasta después de violado el ca— 'H 'ro. p>tts este lo preserva de que lo violen: perte- ;6Ce pue- al género de los amuletos. T/T! LO M DE EA CONSTITUCION. LEY i La España tenia Constitución. Se prueba. Constitución es la que reúne a una "SfcWBj como en una sola í umita, le «-ligo ía Snatura-(36>> , „n leza y forma do gobierno, establece Jas leyes que afianzan, restringe la autoridad para que no d''^n ■ re en despótica, le prescribe las obligaciones, 1c $5 linda con Tnucha escnii>ulosi(!id sus derechos, y eXl'É< ca á los pü ¡blos sus f inquinas y libertades Es ñ que desde que 1 s españoles se reunieron, han tenido do es o, como ásogura el Sr. Gnrc i Herreros, V ) no tengo gana de copiar, y está de letra de molde e la sesión de 4 de Junio p g. 161. G. (>u<- es evi<''" que 1 > Esp- ña w>nia desde ab initio Constitución c° todos sus perifollos. LEY II. La España no tenia Constitución. La prueba es que se le está haciendo; y ^ como dice el Sr. Arguelles en el lugar citado con m?' tivo de la proposición del Sr. Hos: el Congreso aclval ne obligación y encargo especial de formársela, pag. 443 de tora. 5.: y como habia dicho en la pag. anterior el ^' Muñoz Torrero: los pueblos han dedo sus poderes para h«¡fr-ida ;-or la sabiaunñ en los principios rh "'■ ccmve,3 on, como no.-' la presenta el Sr. Olivé- is ^sioh leí ttí'M Jun o $ag: :.M>G: ó como estuco la r J)a"a f"s r¡'c '- n cnhc::a del innVirjdl Padi'la d.r.?".¡:n- £,1cs-' "l (jf rr; )■-> <¡ niietyrm nr :s ¡'orno linjídmídks! Ya la minina !'-is-\ nos Hábíü lieéhá de la pruneVa un elogio que •• eo-'ió >!■• susio: >a 'ambien ("i Sr. «^urntana él poe- p' jlí'bia Coftsagraftb una o la al glorioso mártir Juan '!(l»Há, que "por po"o m" saca de tino. Ya se ve; co- 0 9tu^ todavía no era yo tilósofo. s Expongamos pues por lo que en ambas épocais ,Cedi6 io que debamos nosotros esperar. La Conveii- 0ti francesa en sus principios msn ifesfó su sabiduría, . lar>Jo abajo (¡lo que es liaM ir como maestros!) y ^Pujando arriba, por e^té ór l^n: » I Rey, Pares, Nobleza, Monarquía al'soluta y Tí- os: abajo "¿' ^ásofófc, abogadillos, mediquillos, saltimbanquis: Papa, Obispos, Curas, Cánones y Credo: alojo. * Le Meni;y Talleyrand, Bi nes, clérigo*" apósta- 's; frailes descapillados, nueva distribución de iglesias J Jürisd:cionf>s: arriba. ^ Católicos, gente de bien, timorata, religiosa y de- °tfl: abijé. v Judíos, crdvinistas, jansenistas, filósofos y toda ífa canaPa: arriba. v¡ Hacendados.' propietarios-, ricos y lodo el que te- ^ algo: «tajo. ' ^ Sanscfdot^s, galeotes; encarcelados y toda clase e tunantes: arriOa. ^ En una pátaiwra: pángame V. de abajo arriba to- 'o mas M'^lo, y de arriba abajo todo lo que era 6 f Crecía bueno: y tiene en ello ia sabiduría que el Sr.Oliveros admira en los principios de la revolución"**" cesa. Vamos con la de los comuneros de Castilla 5 bre la cual dije mucho en una de mis Cartas &n*^j>, res; y si hubiese de decir ahora todo lo que eS ^e no de decirse, sería necesario insertar por la parte Q menos cuatro Cartas de Guevara. Yo supongo que ' V. las habrá hecho buscar y que se habrá cebado su lectura; y aun estoy deseando que algún-buen 0 n se tomase el trabajo de darlas nuevamente á luz c algunas notas que llamarán la atención á nuestras 11 tuáíes circunstancias. Ello es que si sobre este hcC pudiese caber, que no cabe, ni ha cabido entre nO3 tros duela fundada por espacio de .tres siglos; nadie jor que el Guevara puede dirimir la controversia P \ testigo ocular, por lo internado que estuvo en el n^g0 ció cujus pars megna fuil, por el interés que ambos p3,^ tidos tubieron en ganarlo, por el desinterés é imp8*~* lidad que en todo mostró, por los peligros á cue ge ^ puso, por la libertad conque siempre se munejó, p°r,' pureza de sus intenciones sobre que ninsuno; ha d'¡(|a do y últimamente por la mucha sabiduría y vaíí^111 Instrucción que nadie puede negarle y todos defeS^Ü ef\ envidiarle, tanto en las ciencias eclesiásticas coifiO la erudición y literatura profana. Hecha esta salva, ve'' gamos al asunto. *?/ No dijo bien el Sr. Canga Arguelles cuando *' ( jo que con la cabeza del inmortal Padilla desup1^ ,( aparecido; porque uno de los axiomas del partido • Padilla era que todos nuestros Reyes habiau sido re' tiranos; y una de las grandes especiotas conque tr^J_ ron á muchas ciudades á su partido, fué el proyectol. hacer de las ciudades, de España, ptros ¿aislas Kepi'" cas. Vea V. ambas cosas eii la primera Carta de í*fj vara al Obispo de Zamora D. Antonio de Acuña. \ dia líl § ?! un »ca "ge i. pe 11 lü 11 üfij P'ia "ucsira •"'(xaora Doña María de Padilla, por- *rIOS la guarde; que á la verdad estos son .los Reyes i(Ue (l('eros, que todos los de aquí eran tiranos. " Ve V. aquí yGs, 110 toa habido mas que tiranos desde que hay Re- te j013 España. jSi habrán heredado los papeles de es- í^tai]0 -') CUI a a^uuoíi de m's maestros los filósofos di* h. '''Vba V. un poquilo mas arriba en la misma Car- ■Aj- S(?- ei)t>ontrará con los periodos siguientes.,, Tam- .)lx¡^n hie ha caldo en gracia el arte que habéis te- -)V a ^)dTA engañar y alterar á Toledo, á Burgos, á ,)(j¡ .'°doljd, á León, á Salamanca, á Avila y Segovia, 5)„ c,endo que de esta hecha quedarían eseutas y libertadas ii**1*0 ^° Hon ^ C!iec'a' Génova, Florencia, Sena y Lu- , manera que no las llamen ya Ciudades, sino ))S C|ll0rias: y que ao haya en ellas Regidores, sino Cón- )i(ís es- Pensando en este caso Jo que diría, tuve gran 8 fac'° suspensa la pénula: y al .fin me pareció, que Ee tan g,;uide'vanidad y sobjre tan nunca oidaji- bw\i ^' ¡l° ',H'"11 flue decir...... porque me tengo por vc/ tl>'0Ju':ar' "" poífa ^we .seo» Señorías, sino para ajrrove- % U\ros sns ^'QHe:as- " Es cosa .'admirable. Así, .como re '° fisico las tercianas de ahora dos siglos se pa- y.Ün « las del dja, y la que embiste á Pedro trae los k.1^08 síntomas'Hue que sufre Pablo; así tam- ^.en lo oioral Jos vicios de los hombres son hoy los %g ' 9ue '^os d° «hora mil años, y -marchan por un .i}e"n,10 rumbo. 'Quien lea estos rasgos de ja sedición ^ 1Qs comuneros, ¿pod ra desentenderse de los que íor- r°a la que en nuestros ' iíus ds)j0iós, c uando cavó la cabeza del inmortal Pudú que'todo Ib que este y su partido prometían, fera',jJl m vida y República, al uso de Italia, así como e" ^ Francia se prometía, ni uso de los Estados Unid03' ¿ en España ahora al de ta Constitución inglesa, si 3 so es ella la qu'o se propone. ^ En segundo Iü¿ar, ni poeta (Quintana obran el Sr eii Ministro Canga* cío\i tres da co de los mártires, con tus" en usas haciendo solo Juan Padilla^ y dejándose atrás á s«3 ' compañeros. .Mas exacto es el P. Guevara que1 ^ Completo el martirologio, c¡a signando los iiofflP ^ su íaartirib en di' misma Carta. Oigalo V.. que aunque el pasage es laiado, es también muy interesante. „T?i esta guG ta muy íevantarades (había con el Obispo) „República, ó libertar vuestra patria or reformar e alguna vcJ' ,, cion que hubiese en ella, parece que teníades 9,-^ „Síon. aunque no por cierto razón: mas vos, Seno/j ,'.os levaqtastes contra, el Rey por el bien del Rell\e „sino por baratar otra mejor iglesia, y por alanzar Zamora al Conde de Alva de Lista, fei ontram0* „cuenta ., ñia, con todas loí que sion . andan en vuestra coinp*' hallareis por verdad que os fundasteis sobre Pj^ , y i o sobre r-zon, y que no os movió el ^ „ do la República, . si o y que nú ua muí iu - f el querer cada uno aumen j ,Vsu casa. í). Pedro Girón quería á medina Sidoni^' „ Conde de Salvatierra mandar las Merindades, Ff ., imndo de Avalos vengar su i juria, Juan de' Pa^J „ser Maestre de "ant;ago I) Pedro Laso ser u°C ., fu\ Tole o Quhva> illa iw<\ r á Medina, D, Fer^ ., do de U.ióa ec^ar á sr h ermano de Toro, V- " „ dro Pinjentel alzarse con ! aíamanca, el Abad de Cov ..pluto ser Obispo de Zamora, el Licenciado Bern»r„8o j r o»dor en Valladolid, Romir Nuñez apoaerar- „ ,yj0¡i e, keon, y Carlos de Avellano juntar á Soria coa "^e UA* ^,ce e^ Sabio: oceashnes qu eril qui vuU rece- ,)C¡p a° °wií'ca, y por semejante manera polera>s de- "8in' ^omDres bulliciosos no andan á bascar »)Cu tleinpos revueltos, ponpae les parece que en 'into duraren aquellos bullicios, comerán de sudo- *res ágenos. " ^cito 6S^a ^an'a ^e 6an*os agregue V. otro pe- que añade el mismo Guevara en su segunda apta al Obispo, cuando le dice. ,.«;Cómo podre yo con "íar los males que hizo en Valladolid Vera el cerra- "lero> en Medina Bobadilla el tundidor, en Avila Pé- lela el perayle, en Burdos el cerrajero, y en Sala- "^nca el pellejero, sin que en aquella cofradía san- "ta no hlitemos al Obispo de Zamora? " Añada V. h¡?°8 °tros de que hace mención, y yo no quiero ha- ^ pero no deje V. de añadir lo que el mismo Gue- * je dice á Juan Padilla en la que le dirige. „Bien ' ™6i8, Señor, que todos los que traéis en vuestro ''j:a,np'j contra el Rey, son ladrones, homicianos, blas- ', l10^, fementidos, oficiales sediciosos, y comuneros: ^ 1Qs cuales todos como sea gente baja SfC." ¿Quien p ye aquí la familia' que se trajo desde Marsella á ,llis cuando la Convención? ¿Y quien no tema que |'l°da suceder lo, mismo con tanto oíicidillo mocoso, nto charrán de playa, tanto regatón, tanto tunante, tol'tf\ pelagato, tanto ropillon, mulato y otros tales que _ , -a , - _,-------, --------- j í . _ j e dice i asiste i á las tribunas del Congreso, y son -°s autores del murmullo? Mas volviendo al caso: ;ao . la mayor de 1 is injusticias, quo habiendo sido tan- /> 3 y tan gloriosos héroes los que nos buscaban y de- ^dian nueslrw directos, solo Juan Padilla se lleve las are»gas y las odas? Ni tienen que decirme que Juan Padilla es el 'lue ss elogi i par haber sido el principal, é in- ^''firse en su elogio los otros compañeros, camo cuan- 0 decimos: Sánete Mauritij cum sociis tais; porque ni 6esl» tampoco cabe esío, y Padilla no es acreedor a prelacia. Bien claro se lo dice Guevara á su tn^í . cuando le escribe. ., Tengo por comunidad y covtí 5) ro á Hernando de Avalos que la ime/.tó, á vos, „ ra, que h sustentáis, á vuestro marido que la de^'j „ de...... Yo bien sé que Hernando de Avalos fué elf' „mcro que la comunidad inventó: y también sé quf ', „vuestra icasa se ordenó, y platicó el hacer la ju'^ ,, de Avila, v la orden de levantar á toda Castilla ., manera,'que él puso el fuego, y vos, Señora, lo soft ■ ¡jtes.^Aiki qué justicia cabe pues, que la primacía - le quite á Fernando Dávalos y á Maria Padilla, )'■ le dé al marido de esta, que, como diré después, 6b no hubiera salido á la danza, si no hubiese s' mfviílo? Pero aun hay otra persona á quien se le «W . mucho ó quizas todo. ,. También, .Señora, os levan'j1 .. (dice Guevara á la misma) que tenéis una esclava 1 ., ra ó loca, la 'cual es muy grande hechicera, y (l,cf. „quc os ha dicho y afirmado que en breves dias °\ ,, llamarán Señoría, y á vuestro marido Alteza: por „ ñera, que vos esperáis suceder a la Reyria no***^ '., Señora, y él espera'suceder al Rey D. Carlos." ," esto es así; ¿por qué á esta pobre esclava que sej*1 una morisca de las tinas, se ha de defraudar de su f j ria, y í'.o ha de hacerse de ella honorífica menci011^ Observe V. de camino aquello de, es muy iírl!,i de hechicera, que equivale á decir que tenia pacto £f el diablo. Ya yo estrañaba que no sonase el pacto. >'1 tonces fué diabólica: ahora es pacto social; y vayase el.'1"' por él otro, porque tan verdadero y ventajoso es el. o1 como el uno. Volviendo á Juan Padilla, tan lejos está él dsfefl"^ recer el primer lugar, que al contrario faltó muy -P0^ co para que no hubiese tenido ninguno; Guevara le e" cribió: „Creedme y no dudéis, Sr. Juan de Padilla,<]u „ si antes me hablárades en Toledo, como después111 „hablastes en Medina, nunca voy cntrárades en. ¿* i*ee^Presa« "Que estas esperanzas no eran infundadas, vara ^° Ver P°' (lue ^ar'a Padilla escribió á Gue- f „ .'. y él menciona ■en la respuesta. ,jTambién rae ar- '° |s> afeáis, condenáis, y aun amenazáis por aquella '. Ita que á vuegírp marido escribí, y por los conse- que le di, afirmando y jurando que después acá que *> j. hablé, siempre anda inste, pensativo, amohinado y aun ^üxiichado.''1 De manera, que si no hubiese sido por h\(¡ Ueila compañera con quien dormía, Guevara hu- fip a SePesté seguro en su casa. " ¡Bendita sea tal libertad, y De» j Pero oiga V. todavía al P. Cura de Villamedia- ÍL[ , ,a ^e quien arriba hizo mención, que encargaba ora- 'r i f!0tlcs. por la santa liga. Pasó la santa liga'por su pue- .'°; y desde el día siguiente comenzó á arengar de es- a manera. „ Ya sabei-¡, hermanos míos, como pasó por '"}quí Juan de Padilla, y como sus soldados no me de- "jM'on gallina, y me comieron .un tocino, y me bebie- ron U!la tinaja y me llevaron á mi Catalina; dígolo. "porque de aquí adelante no rogueis á Dios por él. si- por e! Rey D. Cirios y por la Reyna Doña Jua- ''Ua que ,so:i Kcyes verdaderos, y dad al diablo estos 's Reye.s toledanos. " ¡Cuántos curas de Francia y cuan- - e" ¡ j}s feligreses suyos harían esta misma arenga, si pu- lí, qllj (l'escn hacerla á favor de aquel Luis XVI que tan vil- es i" I mente trataron desde los Lítenos principios de la revolu- e& j ' c10n!(44) Corone la fiesta María Padilla que, como el mis* Guevara le echa en cara, fué en persona á robar sacristía de la Catedral de Toledo. „Entrastes en e „ Sagrario de Toledo á tomar la plata que allí esta' „ba, no para renovarla, sino para pagar á vuestra g^' „ te de guerra. Hanos caído acá en mucha gracia „ manera que tuvistes en el tomarla y saquearla: „á saber, que entrastes de rodillas, alzadas las Wa' „nos, cubierta de negro, hiriéndoos los pechos, llora0 „do y sollozando, y dos hachas delante de vos „ diendo. ¡O bienaventurado hurto! ¡O glorioso saco! ¡ „ felice plata! pues con tanta devoción mereciste 6? „hurtada de aquella Santa Iglesia." ¿En qué consis" tirá, que siempre que hay constitución ó reforma, ®e comienza por las sacristías y altares? Mientras V« adivina, yo debo rotarle que si Maria Padilla vii»ie5e ahora, no tendria que sujetarse á un ceremonial & prolijo. Los filósofos se lo dispensarían, así como Quijote dispensó el zahumerio y la prolijidad de p°" ner un real sobre otro al que azotaba á Andresij'0' y prometió pagarle lo que le debia con esta condic'0'1 y zahumado. Ultimamente reconviniendo el mismo Gueva1'íl8 los conjurados sobre los pretestos de que se vali8'1' que no eran otros sino las vejaciones de los flame?" eos, (como si dijéramos de Godoy) después de dec,r' les que los españoles tuvieron la culpa, porque los señaron á robar y vender los empleos, (así como }°3 filósofos á Godoy) les añade. Ya que Monsietir de G'hlCl1, res (Godoy) y los otros tuviesen alguna culpa; yo no se culpa tiene nuestra España.... Pues queréis, Señores, hacer g¡ie' ra, averigüemos aquí contra quién es esta guerra. JYo c®* tra el Rey; pues su tierna edad le excusa: (en 'Fernán" VII nada hay que excusar, sino mucho que admi^, y agradecer) no contra Chieure?, que ya está en ¡fyi0' (y Godoy adonde no volveremos á verlo) no contrac(l'^ bulleras, que no han hecho mal; (y lo mismo podemos &e cir á nuestros filósofos de los clérigos y frailes: un- Gr*1'1'de d v Im • Paila Preservó á Cádiz, reliquias de nuestro Peno; un clérigo conquistó á Figueras; los frailes han cno mucho y padecido mas) es pues la guerra contra ^ PÓ/rta, y contra la triste de nuestra Rcpvblica. Po- eni03 P°r tanto decir á nuestros actuales filósofos ó °'madores: vuestras novedades no conspiran á otro yeto que á perdernos, y á poner la España como es- y° en tiempo de los comuneros, ó como ha mas de ei»te años que está la Francia. Basta, amigo mió, por ahora de Constitución, que 3ra estoy haito de trabajar en esta pared maestra. Quie- 10 suspender esta faena por unos días, y luego que pa- ^eri los de Santiago y Santa Ana, continuaré esta gran- Qe obra. Por materiales no ha de quedar, antes por , contrario, si alguna cosa me ha de embarazar y ^°'>fur,dir, es la muchedumbre de ellos. ¡Quién fuera ^'giio de que este trabajo cayese en manos de todos ps diputados del Congreso! De los filósofos, para que vieran el buen discípulo que van sacando en mi: de los no lo son, para que adviertan lo que se pierden í°r no serlo. Si me dil/gis, cura te. B. L. M. al Sr. Diputado su condiscípulo y amigo Fr. Francisco ^¡carado ahora ¡El Filósofo Rancio, i