SEGUNDA DEFENSA DE LOS FRACMASONES. POfl EL PENSADOR MEJICANO* SU PRECIO TRES REALES; MEJICO 1822. Imprenta del Autor.X*4 *«7 . " • • •SEGUNDA -mTWBA ©E 119 -la I5I40; i ou'n^nr 9BT }«i9)lO« al L ei/n í« «;*yT?>tl sb orejas.*}***1 ^oq íJ^n^i 9a flup «brn T. *. £'T:í'{- '<| ol 32 '»jp ovil '.re tioliivtnr.ox j V¿'ner-íjo «mi^p y ceníliclpiilo: el .10 de enero del •ño pasado sali de Madrid cou el marques , para. ] landre»» dpno> permanecí b«U el ^ de septiembre del ¡pretcuíe, Que.^e. e^^a ; ye1», pexa esta cia- da d, en Ja que roe conservo i la dispociaion de V. , , Después de iropuesto de lee felices ocurrencia* de esa A roe rica, iüdagué j^mV» yaripa ami-, g;tf* cuando roe dijeron qn* nq .«o^xe»taU1 >!,• Wfc ísVial 4 peor situación que antes respecto a.su Hií*4*na.*or> ., locación; sino que ademe*, cataba V. excomulgado por un papel que dio .aju» tituado DEFENSA DE lOS^^g^A^Oi^r^np n0-> <;.,v M-eor<«» Confieso á V. que me ha consternado. «obre, manera la noticia. Yo n- he leído tal papel, ni se lo que contiene, pero extraño mucho se metiera 4 defender una congregación ú orden caballeresca que no conoce, y que ciertamente debe ser odiada en es0* P*i*c*» teniendo en su contra la maldición de«o menú» me «sombra la contumacia de v. en sostenerse _co. I-fe eonq> ntoi daüza que haya V. permanecido tanto tiempo sis pedir 1 ror. '^i? éf^cohcifíe* de* Trento manda que »e tenga por sospechoso de heregia al que permaneciere contumaz, »in pedir la absolución en un año, oigr^v^aV^ffifttttáf piftiftv* ^en* TaYess. 26. cap. 3. si obdiyrato animo, censuris innexus, i! lis per aunum 'msorduerft/ etiam contra eum ta^uam de haeresi au^DjWlqU/L procedí j/osíi/.' Ya v¿t*T.¿%?fc*rW amigo," I* terrible tem- pestad que se le prepara si se cump'e el año de su excomunión sin reconciliarte con la Iglesia. Tempes- tad mucho mas terrib'e en Méjico que en píngona' parte de la europa por las razones qne £ 'Wno se'le'iocnltin'¿>I¿;n =* biibsl* sn Hfil rbattq ona "ífFW'füAtót» ^»-r-«BttW ¿ Vi y-Tb M!> . i :■ * ¿ Desde ef principio de la irtsurrecion, un be de- jado de padecer trabajos y pobreza*, i causa de las repetida* persecnciones y prisiones que sufri en el gobierno español, ya por economizar la sangre de los hombres, ya por instruir i la Nación en sus derecho* según mí* talentos, y hasta donde lo per- mitían las circunstancias, ya por defender la inmu- nidad del clero mejicano, y ya Analmente por hacer ver la justicia y la necesidad de nuestra indepen- dencia. Por estos motivos roe he visto pobre, per- seguido, preso, y amenazada mi existencia i cada pato; pero no me había visto excomulgado. Faltaba- me experimentar «1 ri*or eclesiástico yaque había su- frido el civil, y semejante desgracia me estaba re. servada para la época de nuestra independencia. Es- te fue el premio que vine a recibir por loa serví, cios públicos, aunque pequeños que hize por la Pa- tria con el espíritu y con el cuerpo, antes y después de la emancipación de este Imperio»Cnard j Wme ha Va tctf O de es te axcbrMuiio»^ fo invierto v+\ escandalizado. Yb m Ve, ecmo^é ignora todo el asunto desdi el principio, y tt ne- cesario instruirlo para tu desengaño, Supone V. que defendí & loa» fraemasones: es un error, porque no hice mas que unas observa- eio*«* sobre las bufas ét loa Sfr .Clemente XIÍ. y benedicto XIV. en que loa condenan con la pena mtyot de 1« Iglesia, sin haberíos conoc do y solo por sos- pechas; pero ain poderles probar ningún delito. ¿ Y na ea la«nta*tua prueba del despotismo secular ó esclesi* estico, imponer una. pena efectiva por mera» sospe* chat de delito? ¿Que dijéramos si un rey mandara ahorcar á todo el que anduviese envuelto en su ca- pa, fundándose en que si na llevara algo robado de- bajo de la capas, no se embocara en ella ?Pues ni mas ni menos es la condenación de esos Foatiiicesr fuot dtda únicamente nen? que les masones obran mal por* que se ocultan; del coman de lo» hombres. A esto solo se reduce mi pape!, que titulé de- fensa de los fraemasones, solo por exitar la curios i* dad para que lo comprasen. As,i lo digo en mi prn mera nota. Voy 4 copiárselo a V. al pie de la le- tra, para que se imponga en autos. Dice asi. ■ ♦ -. i '. . i ■ DEFENSA DE LOft jFRAGMASONE8 (*) i i .O'aj . oui v 'jÚ v«.* •*'/»; rt soir? i *. - •»**»«» al Por el< Bénaador-' mejicano. 6 sean observaciones criticas sobre* ta bu'a del £rJ • Glcqaente XII. y Benedicta XIV; contra fres ¿Ttaeroay sones, dada la primera i 28 de Abril de 17 3 8 la se- gunda en 18 de Mayo de 1761, y publicadas en esta capital en t\ .pueseati de 1822;; U Si jo< na fuero.ta i ignorante «iq'me dictaran tantea cosas que no me pudieran/ caber ann-jue tu ríese'J fo ffasMKe mis afeefto qué el dé ía ballena que té má 4 joñas. Por esto hago ta» observaciones sobre todo, por ter si loé sabios me sacan dé tais coufusiones. Entre lo que me lia chocado Kan Tugar estas dos tita respetables, y sobre las que taré nnas superfi- ciales refecciones; dejando a loé eruditos editores del Sol, él cuidado dé que las hagan con la solidez que aconstumbran para los mas instruís, mientras yo las hago así para las viejas y gentes de cajpote rabón, que son con quienes quiero entendérmeos. TM bul* dé! Sr. Clemente XII. f t* del Sr. Btnedito XIV. te reutiteh 4 prohibir bajo graves censuras ¿ las reuniones de los frac masones; pero en eflas no sé di una razón só ida, bastante y justifica- da paira prohibirlas, ni se les prueba de delito, con vencimiento, hetegia ni pertinacia, jr sO*¿ sé prohí- fceh J*>r sospechosos por ratón de su secreto, veaséi Bl Sr. Clétaénte XII. dice:,, A la verdad ha llegado á- nuestros oidos por varios conductos, y a- bií por el mismo rumor del pueblo, que hacían gran* des progresé: por todas paites. '* ciernas 'Socieda- des...;, tle'fVÉ¿rna Dios per- do se? Sepamos primero Te» errores de tos fracmaso-' y entonces podremos rebatirlos y condenarlos; entras no, todo será acreditarnos de necios y te- aríos en condenar como malo aquello mismo que ig- Yo no entiendo como admitiéndose en los cíubs asociacines de lo» libres albaSi'ea individuos de to- * sectas, juran todtjs sobre lo? evangelios; no ea- doY vuelvo & decir, eomo el Pagano, el Moro, el Judio podrán jurar, y con tanta religiosidad so- cio mismo que no creen. 'Es c'aro que en tal caso »e tendrian por obligados a 2a observancia del «reto per el vinculo de una ritualidad que para e- s era despreciable. No ha sido asi, luego es pre- >o creer 6 que también en esto engañaron al Sumo ontifice, 6 que inmediatamente que los secarios de ras comuniones se reciben en las logias masonas, ere en los misterios de nuestra* santa fe, y se con- sten en católicos, Bl lector se decidirá á creer í^e quisiere.Atimismo g$ ..«cpm^naitte ;i> jne^dlc* ^ o»1? 4c qn« Aguapase, h^/arrtyc^icjr», ,$4«si es. ¿como no bn descubierto ¿p^ ej&rores,.-cJ& efctps. nisí vado* a/bafide,s¿ Lufgo & jbo pojaron entre ello» ningún crrírr cpptra la £é © jamas se ha arrepentido ninguno.. "Va no *i}tie«do iffta.a, Cjo»^: solp, en|ienda qUe por destapia •QJfto*,i. m!*£. **xrupi*|psas que hit, scs católicos. Tendamos fe, cumplamos pon nuestra •¿tyiaacipnes, np hipócrita, sino aincér agente, y r¡a- monos de los Jacobinos, Jansenistas, Fracmasones y de cuautps tafinigos tenga nuestra religión, seguroi de que el fundador de el'a ha prometido que sn igle- sia permanece r$ hasta. *J tfn. deI mundo, y que jimai Prevalecerán contra. *«Í» la»; pwfa* ^?. infierno. Apesar de que mucho* por ignorancia ¿ malicia, dudan de mi catolicismo, perqué, no soy preocupa en materia» reiigiasa»y np, me a,tararí tu» temerarios juicins. No 'cabe, comparación, eri }pt, q#t¡ yóy.. i decir, pero Jesucristo fué ten;4o por samar^rano es decir, por cismático, entre los Judíos porque exigía el cu» plimiento. de la ley y !es echaba en cara sus trans- grecicuies superticiones, e hipocresías, Estos decii §. M. con los ,,1¿dío$ xue, honran; pero su corazón es t1 ' le jos , , d$ mi'«*' \ Q{. y np díg» lo. - m'smo d» muchos de nuestro» zelptps defenspre* de la fe! Los 6autos Fontítipé» qve impugnaron la maso- neria, obraron de bUena fe, según las luces de « siglo. Ahora luce el »ol mejor; es menester vet bici para aprobar ó condenar,. Éste ea mi sentí?, notas'.-; •• • v * : (1) Yo no puedo, defender lo que no «ono,c0< pero estamos a esta fecha tan adelantado» en i'0* tracion, que si el papel no se bautiza con nn tú»09 escándalosno se vende, y el autor pierde su tra- bajo y el dinero, y este no todos tienen ganas ni porpocion de perderlo. (2) Si juran sobre los santos Evangelios no serán muy hereges. (3) Estas cosas no supo cuales eran este santo Pontífice, y asi condenó sin conocimiento de causa. (4) Sin saber que co«as trataban ¿como se podra ape.Hdar delito sus juntas? Los Apostóles te- nían sus juntas secretas, mego, según este principio, los Apostóles eran delincuentes. (6) Si se descubre ¿como no se sabe? (€) En el siglo pasado los fanáticos pasaban por prudentes y católico»; sino ¿como habian de a- firmar que se incurría en la nota de malos por en- trar en unas juntas cuyo designio ignoraban? (7) Esta causal no está sujeta i lógica, Era menester sacar he regias ó* blasfemias de semejante principio. Si los hermanos de una santa escuela no hicieran cosas malas, no se encerrarían y apagarían las velas á la hcra de ciertos ejercicios. Si las monjas no fueran delincuentes no se taparían la cara, y si el mismo Jesucristo no hubiera delinquido algunas vece» Qo se hubiera escondido otras de sus enemigos co- mo nos dice el Evangelio. Erge, ¡Que cosas! Febrero 13. de 1822. Joaquín Fernandez Lizardi. MEXICO 1822: Imprenta Americana de D. José Maria Betancourt, calle de S. José el Real núm 2. 21» Ya Ve V. migo: que este papel nada tiene de defensa de los fracmasones; y aun concediendo que la citada bula establera fundada en justicia, no es* toy en el easo de ella. Solo me contraigo ¿ impug- nar -s* fundamento como equivocado. Si el Papa exco- mulgara á todo aquel que en algún tienpo impugnara su bula, entonces, aunque injustamente yo me hallara, ( y eso falta mucho que probar) en el caso de la bu'a; pero el Papa no se acordó de eso, y solo exeo- mu'gó á los que favorecieran á los fracmasones: es asi que yo con mi papel n<> les hago el mas míni- mo favor, luefo no estoy en el caso de la bu'a: luego la excomunión que esta curia me ha ap'icado es in- justa, y de consiguiente el escáldalo d¿ V. es de niños. Si entramos k cuentas sobre la bu a C'emeiitiaa, y hablamos con la franqueza de hombres libres, es menester decirle i V. que tve parece que se opone á la naturaleza y al decálogo de Jesucristo. Pruébase. Xa natura'eza nos inspira el auxiliar y favorecer & nuestros semejantes, sean quienes fueren, la bu'a nos prohibe favorecer á nuestros semejautes los ma- sones, luego not prohibe hacer los actos de beneficen- cia que la natura'eza nos dicta. Esto es oponerse á la misma naturaleza. Jesucristo nos manda en el decálogo amsr á nu« estros semeja' tes, sean los qne fueren, no como quiera, sin» con un amor particular y tan intenso como el que nos tenemos á nosotros mismos; de consiguiente, en fuerza de este precepto divino es- tamos obligados á socorrer á nuestro progimo ne- cesi'ado, sea moro, judio, jacobino, masón ó lo qne fuere; porque Dio» no dijo ,,amarás á tn progimo como 4 ti m¡smoJ si fuere cristiano; pero si no 'o fuere, si es masón, si está excomulgado por un Pa- pa, Ó por un obispo ó Previsor, entonces estás dis- pensado de es.e piecepto de la caridad, pues lo debetII sn tender exclusivo á todos y privativo de lo» cris- tianos con cristianos; co generalmente; sino con los que no e«ten excomulgados; pues á estos no debes amarlos, pero ni siquiera saludarlos ni rogarme publi- camente por ejíos; y asi aquellas obras que la Iglesia Ü&ma de misericordia y son obligatorias de justicia en muchos casos, note obligan con el fruc masón ni con el excomulgado. Debe» pues dar de comer al hambriento, ve»tir al desnudo., dar posada al peregrino, buen consejo í>1 que lo ha menester etc. siempre que no sea masón, pil- es en tal cuso estás absuelto de este precepto que parece general. ILabra en los tiempos posteriores en la Ame- rica Septentrional un Jesuíta que se llamará Geróni- mo Ripa'da: este, explicando el quinto precepto de mi decalago, preguntará en su catecismo: ¿hay otras manera» de matar y se responde r¿,,si hay, escandalizan- do 6 no ayudando al gravemente necesitado.Esto es ver- dad; pero co se entiende con el fracroason, á qnien no deberás prestar en ningún caso el mas mínimo favor, rué» te lo prohibirá con una bula el Papa Ciernen* te XII. amenazándote con una excomunión si lo de- sobedecieres. No era este ciertamente el lenguaje de Jesucris- to. S. M. decía: "amad generalmente á vuestros se- mejantes como á vosotros miemos: amats unos á otros, corno yo os amo: socórreos mutuamente y dispensaos vuestras faltas: amad k vuestros enemigos y haced bien á los que os aborrecen etc. esta es la pura doctrina de Jesucristo. Su conducta, era conforme á su predicación. JB1 vino á ensenarnos con su egem- ¡jío el camino de la virtud, y nos encargó que lo imitáramos. ,,Exemp'um dedi vobis ut quemadme du u ego feci, ita eí vos faciatis,, Ya os di con mi con- ducta el egempJo para tratar á vuestro» semejantes, J>ara que obréis vosotros asi como yo he obrado. ¿Y como se comportó Jesucristo con los cit* o12 marico», saraaritanos, ethnicos, y publicanrs? ¿Acato los aborreció? ¿se negaba & tratar y conversar con ellos? ¿desdeñaba saludarlos y hacerles beneficios? nada menos. Con todos era dulce, afaVe, benéfico y tolerante. B«to consta en el evangelio y no se puede desmentir.. Veamos ahora lo que se practica 6 se quie- re que se practique con los cxcoxuu'gados y ma- tones. A estos no quiere Clemente XII que se Ies favoresca en lo mas mínimo, bajo ningún pretesto. A aqueüos saben hasta los moralistas mas modorros lo que se les niega en este versito. Os, orare, va'c, comunio, mensa negatur. Y lo quiero explicar, £ara que lo sepan y entien- dan los mas rudos OS. Dice que se prohibe haVar con el excomul- gado vitando, y comunicar con el ni en cartas. ¡Je- •us, y cuantos están excomulgados por mi causal Cuantos me haVan, cuantos me escriben y leen niis impreso*, que son inumerab'es. ORARE. Se prohibe comunicar en cosas divi- nas con los excomu!gados. Otros entienden que se prohibe hacer por ellos oración pub'ica. VATE. Se prohibe hasta taludarlos. COMÜNIO. Se piohibe tener con ellos toda es- pecie de sociedad. MENSA. Se prohibe franqueares su mesa, y convidarlos a ninguna asistencia sociable. ¿Que le parece a V. amigo mió: y en que caso se quiso poner 4 los excon «'gados vitandos? Nada menos «ino en el de que todos los aborrescan, y les nieguen no solo los auxilios, sino hasta las exterioridades de benevolencia, confraternidad y caridad. Jesucristo seguramente no supo este versito; pues sus palabras13 • y otras fueron enteramente distintas, porque como legislador soberano prescribió la ritualidad de la ex- comunión y previno que si después de amonestado el pecador TRES VECES, no se enmendare, ni hi- ciere aprecio de la Iglesia, sea excomulgado: esto es: sea reputado como Ethnico ó publicano, 6 foras- tero de la Iglesia. Esta es la pena prescrita por Jesucristo 4 los pertinaces, después de que no quieran corregirse amonestados TRES VECES según su ley: que sean tratados como ethnicos ó públicos pe- cadores. ¿Y como trató Jesucristo 4 los gentiles y publícanos? ya lo dije: como amigos, asistiendo 4 sus convites, familiarizándose con ellos y llenándolos de beneficios. ¿Quien mas escomulgado que Judas? sin embar- go, le franqueó su mesa, lo hizo participe de sus sacramentos, le lavó los pies, lo mismo que al primer Para Pedro, y 4 lo ultimo lo trató de amigo. Los masones ¿serán mas criminales ante Dios que los Ju- díos que injustamente hicieron morir 4 su hijo divi- no? nadie dirá que si: pues este hijo, este Dios hom- bre hizo por ellos en el patibu'o una oración publi- ca y solemne, pidiendo 4 su Eterno padre que los perdonara, y disculpando1 os con que no sabían lo que hacían. , ,Pater, dimite illis, nescittnt qu'd faciunt. ¿Ve V. amigo mió, a1 gima semejanza entre la doctrina y proceder de Jesucristo con los excomul- gados y disidentes de su creeneia, y la practica que ve observar? yo 4 lo m;i¿os la veo en perfecta opo- cision* Saqne V, de lo dicho esta conc'usion. Jesucris- to con sus ralabras y obras rae recomienda amar 4 mis semejantes, sean los que sean, crean ó no lo que yo creo. El Papa Cemente XII me manda negarles mis auxilios 4 los fracmasones; sin embargo de ser nu- estros semejantes, luego ¡a bu'a del Papa se opone 4 lo queHunda Jesucristo. Es decir, al decálogo. Bntenct» reúne V, esta» consecuencia», y ¿ice: U naturaleza no» inspira favorecer ¿ nuestros semejante», «ean lo$ que fueren, Dio» oes lo manda expresamente, la W la clenicntina prohibe favorecer á lo» masones direc. ta é indirectamente, luego prohibe una cosa que Di. o» manda y la naturaleza inspira. Si esto e« asi, re- sulta que ia tal bula e» notoriamente Injusta, y de consiguiente no obliga, porque la ley que tiene tal ca- rácter no obliga. Yo quisiera que lo» sabios teólogos nos aclararan esta» paradas; porque en verdad, amigo mío, yo 110 concibo como Dios omnipotente me ha de maldecir por gusto de Clemente XII precisa- mente porque cumplo con lo que tantas veces rae manda y encarga -en su evangelio santo y ley divina, esto es, que ame 4 mis semejantes y que les socorra, favoresca y auxilie en tus necesidades siempre que pueda. ,,Alter alteriu» enera pórtate,, Que el Papa mande que no nos mezclemos co« los hereges en su» errores, muí bueno e», que no los fomentemos contra la Iglesia ¿quien puede reprobarlo? pero que mande que por ningún caso lo» favores ca- rnes ni auxiliemos, esto si es muy duro porque epone directamente al precepto de la caridad, y nin- gún Papa tiene autoridad para dispensamos de la observancia de este precepto. ¿Y sera un crimen en mi el pensar de este mo- do acerca de la bula Ciernen tina, después de apoyad» mi opinión con el mismo evangelio: ¿no pudo el Pa- pa, llevado de un ze!o religioso, y persuadido por los enemigos de le» masones haber expedido esa ba'a sin ref exionar en las objeciones que se le podían hacer? por mas que algunos hayan pretendido que el Papa sea infalible sin el cencido general y »in el consen- timiento de toda la Iglesia universal, ¿los hechos no han falsiiicado su opiuion, pues lo» hemos visto c&ÍS muchas reees, y del acto £ la potencia vate él argumento, y aai romo decimos: Pedro corre, lúe 50 puede eorrer, a?i también afirmamos: tal, y tal, ta1 Papa han engaña dote en esto ó lo otro, luego fos Papas pueden engañarse. GregorioVII. se engañó re yendo que todos los Papas eran santos; Bonifacio |V1II. se engañó creyendo que lo» Papas eran dueños Je todas las monarquías del mundo; León X----¿pero para qne es amontonar equivocaciones de Papas loando son no pocas, y una sola bastaba para pro- bar que no son infalibles, sino tan hombres y espues- te» a! error como cualquiera? ¿Que privilegio esclu- |sivo tuvo el Sr. Clemente XII para no haberse encañado acerca de los fracmasones? ¿ni porqué se |h de formar un escándalo de que yo diga y pruebe lia equivocación de este Pontífice? ¿Bra lítenos Papa ó Itenia mano$ autoridad Alejandro VI. que Clemente 1X11? No. ¿Pues porque nadie se escandaliza hoy al loir decir que es injusta y de ningún va'or la bula len que aquel Pontífice, echura de Carlos V. le hizo jála corona de Castilla gerrsrosa cesión de nuestra Pa- [tris que nada ie habla costado, anatematizando con excomunión mayor, igual i la de Clemente Xll. 4 cualquiera que pensase quitarle alguna parte de es- te Imperio al rey de España....? ¡Bendito sea Ale- jjndro VI. taa liberal con lo ageno, y tan prodigo jen escomulgar en nombre del Dios justo, Dios ter- Irble y de paz, a cuantos en a*gun tiempo reclama- ba! sus derechos, como siempre los han reclamado los Americanos, y con mas vigor desde el año de 810. hasta el de 8 21. en que conseguirnos la propiedad de Jo nuestro á favor del talento no comuu del inmortal |Itorbideí £ecia, amigo, que ¿porqué nadie se esea:ida7iza de que tengamos á Alejandro VI por un adn'ador de Cario» V, y por un injusto en dar ío mal habido, y1* «•comulgar toa i quien lo reclamara en justicia? y no» hemos de espantar de que Clemente XII, el -a- ra si no con tal malicia, a lo menos con igual fi*. gilidad, espidiendo una bnla terrible c ilegal, en qne condena 4 unos hombres qne no conoce, 4 quienes no se les ha probado delito, fundado en rumores populares,, en lo que le contaron otros que tanpoco lo* conocían, y en la sospecha vaga de que obraban mal, porque no querían hacer comunes, en aquellos tiempos sus ritualidades, pues los perseguía todo el mundo? Es menester volvernos bestias para no ver que tan injusta es una bula como otra, tan Papa uno como otro, tan espuesto á errar uno como otro, y los hombres tan libres para criticar le bula de Clemente como la 4e Alejandro. Si esto no es verdad, si el Papa es infalible, si debemos obedecer todas las bulas y deben excomulgarse á cuantos las censuren y desobedescan, fijándolos en tablillas como al Pensador, no hay uno que no esté escomu'gado, y las puertas de* Catedral y de todas las iglesias de Méjico son poco campo para fijar en rotulatas á todos los que han despreciado, y desobedecido publicamente ia bu'a de Alejandro VI. £1 primer excomulgado es el Emperador: des* pues todos los Generales, oficiales y trepa que lo auxiliaron; á seguida todo el Imperio que consintió y aplaudió la empresa. Ultimamente: deben estar excomulgados el Sr, Arzobispo de la capital los se* Sores Obispos del Imperio, al Sr, Flores Alatorre, Provisor, de Méjico, y los demás Provisores to- dos los canónigos: el R. Eelauzarán, y todos los prelados de las ordenes aegulares porque todos ellos han prestado un publico y solemne juramento de sostener la Independencia; esto es: de separar este continente del dominio español, y de consiguiente de infringir y desobedecer en todas sus partes la fcu'.aAlejandro VI; porque en efecto, todo» grandes y eni- co«, nobles y plebeyos, autoridades eclesiásticas y se- cutares etc. etc. han desobedecido solemnemente la bula cuando juraron la independencia. He demostrado á V. que se ba fu1 minad o con ira mi una excomunión injusta, véase por el lado aue se quiera. Note V. añora como fue" ilegal. Jesucristo, *1 primer canonista de la Iglesia prescribió la formula de la excomunión diciendo qus al que se hubiese de excomulgar lo amonestasen tres veces. Esto mismo tiene mandado la santa Iglesia en sus sagrados cánones, como también que las ex- comuniones se usen con mucha economía: que recai- gan sobre delitos graves: cuando no haya otro re- medio de corregirlos, y después de probada la perti- nacia. Asi lo mandó Jesucristo: ,,siautem Eclesiae, non andierit, sit tibi sicut ethnicus et publícanos,, si el pecador incorregible no oyere á ía Ig'esia, tenlo como gentil ó Publicanc. De manera que la contu- macia e» requisito esencia! para que recaiga la censu- ra, y no probándose aquella, esta es injusta e inva- lida, y la autoridad eclesiástica que la fulmina sin observar las reglas prescritas por la Iglesia, hace fuerza. En este caso me encuentro: á mi no se me habó una pa'abra para excmul|?rme. Cuando al Sr. Provisor le pareció, reunió su junta de censura, ca- IíííCÓ esta mi impreso á su justo y sin la menor contr&dicion: se me juz&ó, sentenció y aplicó la pena mas dura de la Igies;a, í jaudome en tablillas publicamente, sin hablarme ni oirme una raJcbra, jpu^s cuando yo lo supe, ya todo estaba hecho; ciertamente que el asunto mío con la curia ecleciasrica sera de lo n,as asombroso. Juzgar y sentenciar sin oir, ni la In- quisición ln hacia. En virtud de lo d*cho: ¿pedrá cohonestarse la s .18 ilegalidad de eeta excomunión con ningún pretesto? ya dejo la respuesta 4 la consideración de V. y de ío« sabios. A raa* de esto, e«t4 declarado que el conocí, miento del delito de masonería pertenece k la juridlc. clon civil, y no 4 la eeleciaatica» y en prueba, al fracmaeon D. Francisco Váttle lo juzgó el gobierno el ai o de 8 2 0. y le din el indulto nuestro gobier- no el año pasado-. Xas circunstancia* de este juci» no dejan duda, en que la jurisdicción eclesiástica no debe juzgar el masonismo» Vattle era masón, convencido y confeso:, la inquicitiou quiso conocer de su causa, y la sala del crimen se opuso 4 eüo, y no se le entregó el reo; pero ai la inquiv'cioa ai el ordinario se atrevieron 4 excomulgarlo, ni aun pretestand:> que solo declaraban que estaba exeomul* gado por el Papa. ¿Que le parece .4. V*. amigo mío,? ¿no es cosa bastante rara que ni la inquisición ni el Sr. Provi- sor excomulgaran á u i fsacraaso» confeso y eonv.Vo; y que 4 mi me hayan excomu'gado sin serlo, sino sobre el supuesto de que los había defendida en ua papel? Dejo que V*. in* era en que estaría e s soberanos superticiosos y tímidos, ó. 4 les alarma»14 ét trnchos 'cortesanos suspicaces, y se 'vieron presí- a lanzarla* sin preveer el abismo de ma'es qué ¿caponaban á n.uch.:s inocentes. Eu la rag, 15. di- ce^ íjÍ'08 Fr»cri¿**ones tienen por ¿ata de su «ceta W igualad y la caridad, la Iiuertad y lo» derechos ¿le! hombre. Esto lo dijo el Abate Hervís, su nía» decidido enemigó, é hizo en estos ra'abias, sin que- rer, toda su apología, destruyendo sus aparentes ra- tone*. 1 Tanta es la fuerza de !a verdad, que se sale de los labics que quieres ocultarla!- En la pag„ 17 drce:,,son los fracmasones «ni ji actitud de hombres honrados. En la 19:,, no hubo en la constitución de Clemente X l T.ningún motivo le- ja 'mente probad© fura condencr & los Fracmasones, y que aun cuando Benedicto _ XIV. quiso «upKr esta verdadera nulidad, no le fue posib'e conseguirlo.,,En la pa-g.33 diceí,,en una pa'abra, los fracmasones co- mo tales, son unos perfectos hombre» de bieu, que jamas han hecho el menor daño á nadie, y que fa- vorecen y siempre han favorecido a muchos. Unos hombres de cuya inocencia nadie tenia pruebas mas terminantes, que los mismos que estaban encargados de perseguirlos. Unos hombres que han sido anate- matizados sin otra razón ni pretesto que por el de no ser conocidos. Unos hombres contra quienes se han desatado las lenguas y las plumas de todos los freconizadrres del error y de todos los ministros del despotismo. Unos hombres, en fin, * los cua'es en ningún tiempo se Ies ha podido probar, ni en todo ni en parte que hayan tenido alguna en las conspi raciones soñadas ó ciertas con que han alborotado al mundo los partidarios de la tiranía eclesiástica y civil. Gracias sean dadas al influjo de las luces útl siglo que han puesto fin al imferio feroz de las tinieblas, y esperamos qne los hombres continuarán dando pa»os muy largos acia la felicidad general.que solo, so cifra en el estab'ecimiemto de leyes ta bias, y fraternidad de los ciudadanos. fin el discurso masón i eo se lees estas palabra» i foj. 2: Vomite en buen hora el vaticana cuan- tos anatemas quiera contra las juntas nocturnas da lo» masones. Lance escomuniones el cetro papal, y brame furioso desde su sentina, de sangre y dé hor- rrr ese zurdo y anti político tribunal inquisitorio, que nosotros, firmes ea nuestros juramentos, conti- nuaremos tranquilos en el dulce ejercicio de la» vir- tudes y..... los compadeceremos. En el titulado:,,los frac masones son malos por- que los déspotas, quieren,, se leen en la pa¿. 2, es- tas palabrasr ,,"Lz calumnia, exíje de los Fapas los mas. cruel as anatemas, contra ellas, al ñn hace pare- cer a la faz de los incautos delincuente, quizá la parte de los hombres mas preciosa y en la que mas resplandecen las virtudes. Pero quien echd- el resto en defensa ote lo» frac masones y desprecio de la» citadas bulas, fue el Argos, titulado: r, Ilustración para la sociedad de lo» fraemascnes,,. El dice- la masonería, es sociedad rustre.... es la escuela de la solic-i y verdadera vir- tud..» es la escuela praetica- de la moral cristiana» Que la institución masónica as buena. £1 redactor del Argos lo sostendrá ante el Poutiíice mismo, y ai el Pontífice lo condenase,, reclamaría Ir* decisión de les concilios generales.,, En las pag, 66. 67. y 6 8. dice ol Observador: ,,Pero- dices: los- masones están condenados con mul- titud de anaternas: Clemente XII en 17 por su bu-'a ito en lo jp^ no es relativo «íno á lo puramente terrroral de io#t estados. Xa masonería uo es secta: ta masonería es meramente «na sociedad de beneíicen- cía, y si la autoriza un gobierno éA un país, el pa- pa ri los concilios general*** tienen que mezclarse ea que se establezca^ ó deje de establecerse... El papa, ai podra prohibirla, podrí también el papa hacer mo- rir a su» individuos ea un público cadalso, como morirán los mar tires de la fé bajo el reinado de Ies enceradores... Pero no prdra hacerlo sino meramen- te como soberano de Roma: asi que reposándose el autor del Argos en la ley fundamental que rige 4 su amada pátria, en las leyes mismas que antes de esta época dichosa la han regido, y sobre todo en la pureza propia de sus principios, no temerá el res- ponderte y el decir públicamente: sí... preocupados... si fanáticos... sí, enemigos de la libertad de la patria... lluevan sobre mi, y sobre los que me sigan esos ter- ribles anatemas: Muevan Was y excomuniones pon- tificias... todo eso lió será capaz de arredrarme.. J31 autor del Argos se gloria de ser verdaderamente y sin hipocresía lo que se llama un ciudadano espa- ñol, y sabría en caso necesario presentar sn cabeza por confundir at papa mismo si llegase á abusar de la autoridad santa que le confio* Jesucristo para el establecimiento de su religión sublime, y para el or- den de su iglesia. Mi reino no es de este mundo, decia el Salvador de los hombres... y asi como el dulce, el humano, el sencillo, el incomparab!e Jesús no se oponia á la autoridad del César, ¿ates bi- en prescribía el darle lo que era debido, como se da- ba también á Dios, tampoco el pontífice romano de- be oponerse á lo que autorice en su país el monar- ca ó los magistrados destinados á gobernarle. Podéis*ja pnes, monseñor Despreocupado, haced vaTer vuestros anatema» en el pe» que parece que el destino o» »e- Ju'a... el de toa antropófago* caribe*... allí ai que lo» empleareis en beneficio de la humanidad, cuya» leyes violáis en nuestra patria de un modo 4 la vea tan inicuo y tan horrendo. Y ai la» leyes de fa hu- manidad, misma son contraria» a vuestro* Bárbaro» principio», ido» á vivir en el pai» de Toa esclavo», bajo el gobierno despótico de la Puerta Otomana, ¿ ea lo» reino» de Betún 6 Coehinchina, donde en í'O, podiis ejercer el ministerio de tinieblas á que estáis dando á conocer que o a llama vuestra vo cae ion. ¿Ve V. amigo mío, como »e haVó' publicamen- te en Méjico 4 favor de lo» fracmasones y en des* precio de la buTa Ciernen tí na, después de e»tar yo excomulgado por un papel no ya malicioso sino or- todoxo1, en que me explico con menos claridad que en este? pues 4 ninguno de su* autores gurdo: porque tale* vicios no caKn en la acreditada virtud, talento y justificación de eses «eneres. Con- que no sé á que tribuirlo sino á ir.i mata suerte. Coa toda efya no toma V. que te /e vanee nnt- Ta tempestad; aunque se cumpla el año sin que pld» la abso ucíon. V* no se escandalice; soy crist'ano, católico y romano, en la justa acepción de estas pa- labras; pero la religión que profeso no rae obliga 4 confesarme reo del delito que no be cometido, por contemporizar con ninguna autoridad. Antes eit| misma religión rae previene coñ sus preceptos y Jesucristo con su ejemplo que defienda m: honor. La religión que maida que ame á todos como á mi, y si yo no deliendo raí propio honor, mal defende- ré el ageno. Xa caridad y la justicia nos obligan con todos; pero antes pon nosotros nasmos, co*m que co- raos no nuestros projimos, s'r.o nuestros individuos, Jesucristo defendió su honor varias veres con carác- ter, y aun ante lo» jueces. Cuai>do >1a'co le dio la bofetada por acVar aI Pcnti: ce, pudo haberle pre- sentado la otra raegilla para que le diera otra, se- gún su consejo evangélico; pero no lo hizo asi, sin» que justamente se quejó del agravio, le reconvino y le pidió las pruebas del delito que se le imputa- ba. ,,*i he hablado mal le dijo al ministril,dime en qué; y sino, ¿porqué me hieres? Esto Hiedo yo decirle al Señor Provisor: si he delinquido en ra; pap«^, hagaseras saber en qué; y si no, ¿porqué se se .rae ha inferido este agravio? Digo, hagsseme saber, porque los de í e s que hal!aron en mi papel los calificadores, no parecen ni en un renglón, como V. lo ve, pues en nada defiendo »2* tt»ioW, oí menos teto de íntroduck divisiones cismas, como dice* lo» roiulones. No ten»» V". fwtt9 ««a Jluev» tempestad; pues l la ambición ni la vengan- za, ni en tns sagradas- aras se ali'en las bayonetas Je lo» hombres para destruirse, olvidados de sus dere- cha-, *ó, color de sostener ho* tuyos. . -i Alina- invención del principe verdadero de la pas! preseutate- áv los hombres sim el dizfras-, con que te hace odiosa ia. ignoranria-,. la preocupación, el ta-aatistté 1» Y codicia. Preséntate á tas ejos tal euat eres» llena de pureza y magestad: siempre sencilla, afa- ble y cariSot*, entonces, cuando seas conocida de loe aombre* según tu verdadero origen, todo* *e gloriaran ¿t ser cristianos» pues que en tu amoroso senoha- Uar&n la caridad y. tolerancia, ñutos consiguientes á la verdadera virtud...... Dispense V» amiga, este pequeño apostrofe, aue dirijo & nuestra santa religión coran debido horaenage i su dignidad, y en justo desagravio de lo* ultrages, que le nacen los cristianos, cuando & sombra de tan benéfica institución, desahogan impunemente sus pa- siones* i Gracias inmensas sean dadas al Padre de la» 1 tices, que' ha querido que esta» se derramen en torrente» en nuestro siglo, por el ámbito todo de la tierra, á pesar de sus encamisado* enemigos! ya no oirá V". tronar el Vaticano ni' fulminar excomu- niones contra los caballeros TEMPLARIOS, CAR- BONEROS Y MASONES. Ya Roma misma es tolerante porque es ilustrada: ya ha ¿jado lo» limi- tes á sus des soberanias la espiritual y temporal: ya reconoce 'que la ultima no puede ejercitarla sino sobre lo» paises sujeto» 4 su cetro: ya celebra concordatos con 'reyes protestantes, dé quienes era irreconciliable enemiga: ya uo se escandaliza de que en Vitemberg se haya inaugurado la estatua de Mar- tin Xutero con la mayor solemnidad* ni de que en la- Católica España- haya logias publicas 'de masones* y tantas que el año de 821 se libraron á Earcetona e-uco mil deplomas, (1) y ya en fin, Roma politi- *a, Roma i'ustrada y tolerante, va a traer á nues- tra religión muchas ventajas de que la hemos visto «srecer, por no sujetarse a'gunos Papas á dar a Dios lo que es de Dios, y ai Cesar y i les Pueblo» lo que es suyo. S.. AL. destierre de nosotros las iras y vengan-«m ?e!i|ío#%». ▼ J*j;a ^ue 4wL.el cutiano, y el hwbreo, *f rtfcro $ e? '¿enti^' el j»r#elt¿ttf 7 el Romano w den «1 c»m1o de paz, ¿etteralmente prurito por f, C. i todo hombre, A**e Dwfro, *oy de V, ett, '•■*■■<.. J, WihéM de XUardí, (*) Kita defeiwa m tfi 7Q«t*c*«, 7 de U liberad del hombre. JSn e*te «eoJdo p»¿4<; ferié de Í0f fraeoiatone». < 1) The Aurora of Thi'vk'fo. S. de Jnnio áe 21. ApTSKT£KCf A*. fin Ta ternaria