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P A Z UN ION JUSTICIA,

^     Y 'CONSTITUCION.

*Xn que placer tomo esta vez la pluma, o mis
queridos Conciudadanos : el bien vuestro , el de vues-
tra posteridad, la humanidad., la naturaleza entera,
el interés sagrado que estas causas inspiran, di/i jen
mi mano 7 llenaa mi mente de aquel dulce luego,
que vivifica las ideas, quando se anhela por tibien,
•da nuestros -semejantes; si: por . el bien vuestro,
que desatendéis, perdiendo de vista, los sólidos pun-.
<os en que estriva, y los medios por que se debe
eternizar en este feliz suelo. ¿Que pensáis conse-
guir sin unión? ¿que con los odios? que con infla-
mar la íatal tea <le la discordia\ Volved la vista
•á los últimos tiempos de vuestras desgracias, y de-
cidme ingenuamente, si en desunión obtuvisteis su-
cesos favorables, si haveis podido gozar hasta ahora
los beneficios de una sólida Paz. jQuales fueron los
frutos de esa soñada independencia? ¿quales los del
odio con que pronunciabais en aquello^ dias de hor-
ror el nombre Europeo : vuestro silencio , el triste
<!olor que os aflige con tan fatal recuerdo, es la res-
puesta mas enerqica que podéis darme, si no es que
me señaláis con timido dedo la sangre que aun hu-
mea, en que se empapó el suelo de este vasto Im-
perio, el luto la h orfandad que por todas partes se
presentó á nuestros dolientes ojos. Heis aquí los
amargos frutos que cojisteis, intentando rompér los
lazos ¡.agrados que unen para siempre los Españo-
le* Europeos con los Españoles Americanos. No se2.

entienda que complico a tocios   feralmente cetro
cansantes  de tamaños. males:   no r hablo solo de
aquellos que se dexaron fascinar por unas ideas que
lisonjeaban su mente agitada, y con  aquellos que
sedientos de sangre y henchidos de una ambicien sin»
límites, tobaron en menos los. males cíe  su Patria,
que sus miras íatales  destructoras y del ni que rites-
ia constancia heroyc&el impertérrito valor, y 3a ener-
gía db les buenos de ambos- mundos ivan tornando
al  orden-, y á la tranquilidad los. genios= inquietos
qne anhelaban, por la destrucción universal, y Fare~
cia que esta grande obra el- misrr.o   Se* Eterno 1<J
concluía' prodigándonos en el Sagrado • Código de la
Constitución el éítfmo y mas eficaz medio* para es-
trechar nuestros vfncwlos y restablecer la Paz ; per-
ro no bien vemos, por una. parte consumirse, la fa-
tal hoguera que nos, devoraba quanio; por otra nos
dexa ver la negra llama de un horrible volcan que
'amenaza envolvernos en nuevos desastres. Estos es-
critos ponzoñosos intempestivos é incendiarios, esos
son los que qual volcan  reprimido   anuncia ter-
rible y horrtf.pna esplcsion ;y qual sera  al fin eí
íruto?   ver repetidas, las horribles escenas que por
tanto» tiempo afligieron la humanidad , emponzoñar
los ánimos hasta devorarnos en desunión, sin conse-
guir otras ventajas que las. de destruirnos mutua-
mente-; si os horroriza este infalible resultado, si
respetáis la humanidad , si no os son indiferentes los
males en que vais á envolverla, si queréis dejar á
vuestra posteridad motivos justos de que os bendí-
• ga sobre vuestros sepulcros, soltadde las manes esas
plumas envenenadas mas que la lengua  de la ra-
biosa vivera, y corred: á estrecharos en los pechos
de vuestros hermanos. Ellos como vosotros desea»que nos iguale la ley, que la.Justicia derroque á
la arvitrariedad, retrenánrlola con las leyes del Có-
digo que nos\gobierna, y que nuestra felicidad »ea
por ella tan durable como será el niuversq hasta
la consumación de los siglos. Este debe  ser el ob-
jeto á que han de dirigirse vuestros escritos, per-
suadir á la Unios y á la Faz , por que de ambas
depende nuestra común felicidad. En Union y Paz
lograremos derrocar la tiranía, si algún día alzase
mi torba trente para oprimirnos, y los infractores-
de las leyes temblarán que llegue el eco de Ja voz
del oprimido á resor*ar en el Augusto Congreso db
.las Cortes t y en Los oidos del  excelso Fernando;
este amante Padre desús Pueblos no puede desoíros,
ni dejará  de  acojeros como á tiernos hijos en su
seno paternal: el camino hermoso que dirige al au-
.gusto templo de Astrea. se os ha allanado por las
leyes Constitucionales,, y para  llegar a sos sacro-
santas puertas debéis arbolar en la fuerte rano ta
vez: del cortador acero y la abrasante llama el pa-
cífico ramo de la Oliva: de otra  suerte los ene-
migos      lis leyes y la igualdad civil harán armas,
contra  vosotros de  vuestros imprud-iites procedi-
mientos.. No es zelo ni patriotismo ese entusiasmo
desaforado, no es a^ar la Constitución, al el modo»
de ce nseguir la igualdad que sus leyes nos prodigan,
el deseo que manifiestan muchos de encender la dis-
cordia,, rompiendo á punta de lanza las dificultades
que hade vencerla política,, para consolidar la gran-
de obra de nuestra común felicidad. Recorred la his-
toria de la Francia,, y temblad de una ignitl suer-
te , recordad la saegre que costó á aquella crimi-
nal Nación su bárbaro regicidio,, ved á un Kobes-
pierre cortando c<¡n la rabia de las furias'las vidas4. .   . '

de sus cchciudadanos , ved un Soldado d.e fortuna
sübif al'í roño de sus Soberanos,'y desde ¿i man-
dar la asolación y la muerte, para conquistar Impe-
rios en que coronar los obscuros bástagos de su fa-
milia ; y por último ved ests Nación indomable guer-
rera y temible,- después de haber Hecho abomina-
Me su nombre, después de haberse aniquilado, ren-
dir la alíiva cerviz á la misma dominación que tan-
to detestaba.

I Seréis vosotros , mas temibles , mas guerre-
ros, y mas ilustrados que los Franceses! ¿tenéis sus
recursos, t;u política? no, pero tenéis mas virtudes,
y por lo t^nío llegaréis con el tiempo á ser el mo-
delo , que aquella nacicn, mire con el triste dolor
de no haber sabido iiritar, para existir sobre la faa
de la tierra en el colmo de la felicidad, y con él
honor y la gloria que se merece el justo. Creed-
j ¡é Ciudadanos, la Union nos grangeará la Paz de
ellas; propenderá la Justicia el goze de los bienes
que nos promete la Constitución , por lo que os repito
con toda la efusión de nú alma: Union, Paz, Jus-
ticia, y Constitución.

El verdadero Liberal.

Se expende en el Testal de Agustines, Li-
brería de Recio, Letra B.

MEJICO:

Oficina de Don José María Betancourt , calle
■segunda déla Monterilla , Número 7.
Año de t8?Q.