UN ESPAÑOL EUROPEO A LOS ESPAÑOLES AMERICANOS. 17 JLjL hombre libre é independiente, enmedio de los espacios gozaba de toda felicidad, miraba á sus seme- jantes no como á reyes, ni como á vasallos, sino como hermanos y compañeros: les buscaba no con la voz del imperio, ni con el poder de la fuerza; sino ccn la amisrad y amabilidad: dbfrutaba desús bienes en sus necesidades no por medio de la guerra y la crueldad, sino por la paz y la voluntad Todo en aquellos pri- meros años resonaba paz, libertad y felicidad; todo gusto y alegría; todo gozo y sosiego. ¿Que monstruo arrebató á los hombres esta felicidad que hace tantos siglos han suspirado? ¿Quien el que ha convertido la paz en guerra, la libertad en eschvitud, el gusto y alegría en llanto y sentamiento, el gozo y el sosiego en lagrimas é inquietudes5 ¿Quien puede ser? aquel pri- mer tirano, aquel monsuuo fecundo que al paso qi e los hombres se han ido aumentando, ha ido p odu- ciendo esa multitud innumerable de tiraros que at r- ran y oprimen en todo el universo; aquel monstruo formidable, madre de todas las inquietudes, padre de tod< s los sucesos lastimosos que consternan y lastiman nuestros corazones; manantial délos hechos mas atroces»¿Qié palabras serán capaces de piolarlo con todo el orror que merece? ¿Quien podrá numerar todos sus estragos? No obstante: este monstruo que parece ha- ber h;choen España su principal asiento, adonde se habia hecbo mas terrible; adonde habia tcmack» todas sus fuerzas; adonde entre sus nerviosos brazos opri- mía á los españoles europeos, y con sus feroces garras estaba despedazando á los españoles americanos, no ha podido residir á el valor español, ha sido vencido y confundido vergonzosamente en los profundos a bis» ni os: (*) es te triunfo que deseábamos hace muchos si- glos, se ha conseguido en pocos ciias; ya la naturaleza ha retrocedido á su origen; ya nuestros alientos hieren el ayre con toda franqueza; nuestros pasos antes cor- tos y titubeantes son ya ligeros, libres y desembara- zadas; toJos nuestros sentidos usan libremente de sus facultades; la naturaleza se nos muestra risueña, benig- na y franca; ya todo será felicidad, todo,....Dejadme dicir estas dulces palabras con la vehemencia de que estoy poseido: Libertad, Paz y Felicidad. ¡Qué bella perspectiva se presenta á mi imaginación! ¡ Que moví* mientas oprimen y sufocan mi alma í ¿Que es lo que la hace elevarse arriba de todo gozo ? Este triunfo que quinto mastrabijo ha costado, tanto mas ha aumen- ta Jo nuestra gloria; pero una inquietud importuna vie- ( * ) No ie entienda que se habla con lo» Rey«s y sino con aqu«llot qu; abasando de su bondad oprimían á toda* las españas, ya con pensio» aes ó can tentencLas inicuas, para quitar la vida a los inocentes.ne á interrumpir todo mi gozo. ¿Qual seria nuestra desgracia si volviésemos á perder lo que con tantos trabajos se ha conseguido ? guerras intestinas son sin duda la raiz de una nueva tiranía. ¿ Como podremos libertarnos de ella? Españoles europeos y americanos, el único re- medio que hay es la unión y la amistad, el olvido de las injurias que unos y otros hemos recibido: el con- tinente americano está regado con la sangre de ambos españoles; tan culpados somos unos como otros: que se acabe ya la ribalidad: ya aquellos nombres de euro- peos y criollos que se pronuncian con orror y con desprecio, se pronuncien con gusto y alegría: uná- monos como tiernos y amantes hermanos; perdoné- monos mutuamente ya que es una nuestra religión, uno nuestro gobierno, uno nuestro lenguage, una misma san- gre la que corre por nuestras venas: sean unas nuestras ideas, unos nuestros pensamientos en esta parte, y unas todas nuestras palabras para evitar la discordia; y uni-dos todos repitamos continamente estas divinas palabras: VIVA LA RELIGION: VIVA LA PAZ: VIVA LA LIBERTAD: VÍVA LA CONSTITUCION: único medio por donde hemos conseguido toda felicidad. Puebla Julio. 8. de 1820. Oficina de D. Pedro déla Rosa. Su precio medio reú.