LA INGRATITUD. 47 Dialogo entre el ciudadano y su domestico» I V álgame Dios, señor, qué algaravia bay por ía calle! yo como soy hijo de una cocinera, hermano de un tornero, no se nada ni entiendo lo que dicen; y aunque tengo á mi hermano cruz que es soldado artíllelo, desde que V. me trajo de Méjico no me escribe: el me pudiera dar ra- zo r; pero V» digame algo sobre esto. Dicen que yo, á pesar qce soy de bajo nacimiento, de escasos principio?, y de ningu- nos bienes soy igual al Rey, y que tengo voto en el ayun- tamiento, t 0 Ciud. Caya, loco: las gentes vulgares como tú, sin principio?, sin política, reflexión, ni aquellas cualidades que constituyen al hombre sensato , interpretan las cosas según sus caprichos. Dom. Por eso quiero que V. me explique las cosas Como son; Ciud. Pues atiende un rato. Sabe que el REY es la cosa mas sagrada que existe en nuestros r'eynos, porque los reyes son los ungidos del Señor. La nación es arbitra á representar sus derechos y hacer patentes los agravio? que hubiere reci- bido, como lo hizo con el Rey Don Sancho el gotoso. 2>ow. ¿ Qué es representar sus derechos ? Ciud. Es hacer ver los beneficios ó daños que le pueden resui< tar con este ú otro gobierno. £>vm. ¿Pues cuantos gobiernos hay? Ciud. Los principales son el monárquico, que reside en nues- tro Soberano: el democrático, que reside en una junta como, V.g>, las Cortes: y el anárquico, que e« el que se usa en tiempo de revolución, del que no debemos hacer aprecio. iDom. ¿Y cual es el mejor gobierno? Ciud. En la época presente es el mejor el demostrático, pues este según la Constitución que hemos proclamado no lequita al Soberano sus derechos, solo sirve de • regir su go* bienio para que obre con acierto en beneficio de sus vasallos, Dom. Y nosotros ¿qué debemos hacer? Ciud. El ser obedientes al Soberano y á la? legítimas aetori- dades puestas por el congreso Nacional, pues todas sus mi- ras se dirigen al beneficio nuenro , serle gratos y agradecer el trabajo que impenden por nuestro bien. Dom. Señor: yo como siempre he sido un joven libertino que no le he guardado consecuencia ni á mi Madre; pues desde que V. me trajo de Méjico no rae he vuelto a acordar de ella: aun á V. que por mera caridad me ha dado el pan no le vivo agradecido, ¿cómo le he de vivirá aquellos de quien ni bien ni mal me resulta, sino solo indiferencia, Ciud. ¡Bárbaro! ¿cómo te profieres de esa naturaleza?; pero suple tu cuna y tu educación á tu modo de pensar. El Rey y la Nación procuran premiar el mérito y la virtud, corre- gir y extirpar los vicios, favorecer al hombre honrado sea noble ó pleveyo, rico ó pobre: ahora se verán florecer ías ciencias, sublimarse las artes, aumentarse el comercio y su- bir la agricultura: el congreso tratará de eso, pues es lo mas benéfico á la Nación, y en eso somos comprendidos todos; ya se ve que los libertinos y araganes solo piensan en sus vicios y no en su conveniencia y provecho. Dom» Pues, Señor: yo la verdad voy aunque V. no quiera á Méji- co, pues alli habrá mas libertad, según dicen, y pasaré mejor vida; Ciud. Arda, ingrato, poco desconocido: vuela á tu precipicio: "el vicio en cualquier lugar es corregible, la virtud lauda- ble; y la gratitud es recomendable en todos los mortales. Solo sabe que ni Cruz el soldado, ni Lugardoel tornero, ni 'la cocinera que dices, autora de tusdias podran escaparte de un infortunio siempre que detestando el libertinage no te redujeres á obedecer á aquellos que promueven y procuran tu bien estar. Dcm. pero, señor, ¿ cómo dice V. que el Rey y la Nación premiarán las ciencias, cuando ha pocos dias se quejaba V. de que habiendo hecho una regular carrera literaria, se ha-Haba reducido á la miseria, y aun me acuerdo Reseque, jaba V. y delante de mí hizo el soneto siguiente, ¡Qué confusión de mundo! en él se mira la virtud oprimida y despreciada; y en él también se encuentra entronizada la hipócrita ficción de la mentira: El hombre justo missro suspira sin hallar gusto ni fortuna en nada , y la vida del ímpio afortunada todo es felicidad lo que respira. Algún blasfemo al ver la diferencia del justo y pecador, de furor lleno suele acaso culpar la Providencia: Mas en su juicio, con la voz de un trueno dará de píos la pública sentencia castigo al malo, galardón al bueno. ¡Buen modo de premiar las ciencias! no hacer caso de el que la posee, y reducirlo á la indigencia. Ciud. Aquel era un tiempo miserable y de revolución: tiem- po en que reinaba la desolación y el despotismo. Si las ar- mas útiles y necesarias para la defensa de la madre patria eran casi sumergidos en la inópia, como se veia en un po- bre Roldado, que derramando su sangre en defensa de la Na- ción, y haciendo que por sí subieran sus gefes, andaban hechos un piltro, sin darles algunas veces [sus alcances y pré? ¿Qué es- peraría la ciencia poco útil en esta ocasión? Pero ahora que se ha disipado el nublado y ha rayado el sol; en el tiempo presente de sosiego y tranquilidad se verá lo contrario, pues para eso los señores Electores procurarán elegtr un sugeto en quien residan las cualidades de buen ciudadano, sabio, desinteresado, amoroso á su patria, amigo de que en ella so vean hombres sabios y peritos en las artes: finalmente un su- geto que con energía sepa alegar los derechos de su provin- cia, y que cuide de adelantaría en los medios posibles; pro- curará el hacer que los administradores de justicia no con*sientan bagos ni hombres que con sus vicios destruyan el lustre de su provincia; zelará sobre la educación y crianza de los niños, pues en esto mas que en nada consiste sacar los mas excelentes republicanos. Vom. Pero diga V. lo que diga: como nada se ha de cumplir, y todo con el tiempo tiene sus variaciones, puede, puede... Ciud. Cierra ese sacrilego labio, y no prosigas: no consideras que en el acto de jurada segunda vez la Constitución se de- be cumplir? Dom. También en 812 se juró y luego se restringió. Ciud. Es verdad;-pero fue restringida, porque volvió el Soberano asa solio, y como legislador la suprimió; pero ahora que ha- biendo visto á fondo el beneficio que le resulta á la Nación la abrazo y juró, ya no la volverá á suprimir, sino que la llevará á efecto. &om. Señor, V. no se canse: voy á Méjico a ver que se de nuevo por allá, y con el resultado escribo á V. Vale que la gente baja íabe mucho: yo tengo amistad con cochero', lacayos, porteros y mozos de muías, y en las conversaciones de las cocineras, galopinas, recamareras y ama« de leche como que las visito me dirán lo que digan sus amos. „A Dios, señor" Ciud. Huye de aqui, joven de poca reputación, pero advierto que el congreso deberá zelar sobre los vagantes, seductores y derramadores de malas semillas: la experiencia te lo acre- ditará , pues la Constitución no concede la libertad que ta presumes; pues debe conservar ilesa la Religión, castigar el vicio y premiar la virtud: vete, que ru volverás y me con- tarás lo que hubieres visto y oido en medio de esa Babilonia. Puebla 23 de Junio de 1820. J. M. D. G. Imprenta de Z>, Pedro de la Rosa, Su precio medio reaLLA INGRATITUD. Num. 2. C£«¡i.i JLJtoi Santo; José Angel, ese pérfido ha seducido al me- jor doméstico que yo había encontrado; por su causa ha fugado en la oscuridad de la noche valiéndose de sus ne- gros capases para encubrir so maldad. {Ah joven inconsi- derado! tu tS vas á exponer á tu precipicio; mas sin em- bargo de ta ingratitud tomo la pluma para escribirte avisos importantes con que conserves tu felicidad y no seas víc- tima de tus caprichos Hijo mió, los principios de educación del hombre son la base fundamental sobre lo que estriba su vida: sabssquo he corrido el gran mundo, que comencé bien, fui en mi ju- ventud vicioso, y por mis principios me hs corregido: de- bemos siempre el ser moderados en nuestras conversaciones, tratar y hablar de njeí-tra religión como el principio fun» damental de nuestra ley, ser leales, obediente* al Sob rano, y respetar sus legítimas autoridades sin meternos en si el gobierno obra bien ó mal; pues a nosotros nos tora el p ir- íamos como buenos ciudadanos, siendo nue*tra obligación el obedecer, menos en cosas que se opongan á nuestra ley, de lo que el gobierno estará exento pues verdaderos cató» Jicos no pueden delinquir en estas materias; y aunque ^on hombres, como este debe ser un congreso, el voto del vicioso lo corregirá el virtuoso, y la virtud debe tener mas parti- darios que -el vicio; pues esta es respetable aun entre lospi ganos. Procura á nadie rucer mal, y sí tu talento te ayu- dare' y quieras escribir procura él no denigrar á nadie, por- que d-í ai «e originan nbalidades, de estas el odio y ene- migad, y tal vez la. perdición: se cauto en el habla ; y si,, siempre que hable* habla la verdad sin. frases ni rodeos,, pues esta luce tanto en los paJacios como en la* humildes, cabanas: huye de la adulación, pues esta siembra una mala* semilla en los corazones de los principes y de ai se or¡-. ginan algunos desastres; corrige el vicio sin alterar el es- píritu del. paciente, y haz florecer la virtud é igualdad lo. mas que puedas sin sátiras ni indirectas, pues asi no-se cor- rige la paz sino las desavenencias: no murmures á los es^ critores pues cada cual obra como su talento le ayuda, unos son^ sapientísimos y otros inferiores: aprovecha en los papeles lo? que te convenga y deshecha la paja de bufonadas y burlas que hubiere en ellos, pues los papeles deben ser instructivos no mordicantes. Aprovecha estos tiempos de quietud pues son los legítimos para que florezcan las artes y ciencias.. La sabia Constitución esto ordena, y el soberano en su pro- clama esto promete; líbrate del libertinage, pues de esteno nace sino la seducción; de esta la destrucion de los reynos:: reflexiona que ambos hemisferios son ya uno mismo, pues todos profesamos una misma ley, somos-vasallos-de un Mo- narca, y nos rige un mismo código: lo mismo es el español europeo, que el americano: se acabaron ribalidades:. ahora por 'medio de la virtud y honradez acreditarán los ameri- cano? el crédito y opinión que por unos cuantos revolucio» narios habían perdido. Tiempo es yaque aquellos egoistas: que por unas falsas ideas meramente quiméricas se habían : corrompido, reconozcan su error y abandonen sus-caprichos. El gobierno, si el sabio y benéfico gobierno pondrá en ol- vido los errores que han abjurado; los perdonará y procurará darles medios para que subsistan sin que sean nocivos á la patria y estado..tXme ¿que fruto han sacado de la revelion? h efusión, de sangre de sus hermanosy la desolación^ ¿Que,lian conseguido con talar los campos-, interceptar los ca- minos y cometer las atrocidades que han cometido? han conseguido el exterminio del mejor reyno, interrumpir el comercio, obstruir la agricultura, y ponernos á todos en el estado de la miseria; pues una idea descabellada no solo no liega á tener efecto, sino que conduce, en su perdición i los mortales.. Huye tu, si, huye de esta monstruosa ingratitud y no seas hijo desnaturalizado de la patria, los buenos hijos pro- curan el lucimiento y honor de sus padres ¡observa estos con- ejos y atiende al. soneto siguiente.. Si el amor se pagara de contado, ¿como -debías pagar el amor mío? pues dominaste siempre mi alvedrio, y desde q«e te vi siempre te he amado: En mi persona y bienes has mandado; m.is mostrándote ingrato, cruel é impio por seguir tu capricho, con gran brío de quien ama tu bien te has apartado:: Mas el tiempo sabrá desengañar esa- vana arrogancia, y presunción; tiempo vendrá te pongas á Uorár El haber cometida tal accion, pues la fortuna suélese voltear y al soberbio poner en sumisión.. Atiende á la graritud'-de los animales que nos lo coser San, para lo que pongo á tu vista esta letrilla. - Oye, hijo desleal, -mi queja y clamor, ,rno seas tan ingrato, templa mi dolor."Si el León que rugiendo el prado amedrenta, y fiera sangrienta se vá enfureciendo, se amansa ya en viendo recibe favor, „no seas tan ingrato templa mi dolor." Si el Atcon tirano que el ave debora, se entristece y llora cuando mira ufano que pica su mano 2a ave con amor, - „no seas tan ingrato templa mi dolor." Si enojado el Can reconoce humano, y Jame la mano que le ofrece el pan; á ti que ie dan igualdad y amor, „no seas tan ingrato terapia mi dolor." Lo suc into de esta carta no rae permite decirte mas, vale 4ue «i vuelves seguiremos nuestro diálogo. Puebla 14 de Julio de 1820. J. M. D. G. Imprenta de D. Pedro de U Rosa. Precio medio real.LA INGRATITUD. Num. 3. Dom.