I i SL'D razón , soy en efecto sn Rey legítimo, nombrado por Napoleón el grande, á quien la constitución actual de la España ha obli- gado a reconocerle corno garante entre su misma Real familia, eo quien han abdicado su corona y todos sus derechos los Ror- bones, y á quien por sus valientes guerreros y victorias perte- nece el absoluto dominio de sus estados: ea pues, españoles, en mí está cifrada vuestra felicidad : la religión católica, esta religión por cuya conservación tanto suspiráis , encontrará en mí su basa y fundamento , y vuestras antiguas leyes un sagrado asilo : a^i lo testifica mi conducta en papóles. Luego si vos°trr>g resistís á recibirme ; si vuestras revoluciones hacen que me aleje de mi trono y de mi corte ; si vuestros desprecios finalmente me obligan á andar prófugo y peregrino, no será verdad que vo- sotros abandonáis y aun desprecias los medios de vuestra felici- dad ? ¿ No será cierto que no queréis salir de vuestra infeliz situación? Entrad dentro de vosotros mismos, aun tenéis tiempo, en medio de vosotros estoy ; los mismos sentimientos de amor ¿ vuestra patria me animan; y el puesto en que lo pronuncio que para vosotros es tan sagrado lo confirma : ¿ luego on qué os detenéis ? Solo con que vuestra enérgica eloqüencia , ( hablo con vosotros pastores y eclesiásticos ) persuada al vulgo no s.e junte con los rebeldes; solo con que vosotros, Magistrados, contengáis con vuestras sabias providencias á los tumultuosos, y hagáis sigan las banderas de su proctetor el gran Napoleón; solo con esto recobrareis vuestra felicidad , sacudiréis el yugo que tantos años ha os oprime, y os librareis de tan fatal situa- ción como es en la que estáis. Válete. NOTA. Aqui dib fin el Patriarca , afirmando que el sermón estaba idéntieoX y fielmente traducido al castellano, y era el que su amo el lleA Josef había predicado en italiano. CARGOS QUE EL TRIBUNAL DE LA RAZON DE ESPAÑA i ai HACE AL EMPERADOR DE LOS FRANCESES. 4- Reimpreso en Buenos-Aires , En la imprenta de Niñas Expósitos. ' Año de 1$09. jA Europa agitada de sangrientas guerras por la rero- ücion de la Francia , trastornado el orden político dp sus Honarquias, divididas sus provincias al arbitrio de tu mbicion , y hecho Señor General de las mas de las na- iones que la componen, aguardaba el momento feliz da a paz marítima, según el circulo estrecho á que se ha» ian reducido los ingleses, para descansar en algún modo e los males que sufría. La España , esta nación tan generosa como fiel no a sido la que menos ha contribuido a tus decantadas ¡¿lorias. Desde la paz de 1795 con la Francia, fiel á sus ratados, se ha sostenido con una energía de que no hay xemplo. Las diferentes coaliciones formadas por Jngla» .erra y los Emperadores de Rusia y Austria las ha mira- [do como odiosas; y como un insulto á la soberanía de su carácter las solicitudes de estas potencias para que toma- se pirte en sus justas querellas. Unió sus esquadras á las francesas y las mando á Brest, con perjuicio desús in- tereses. Tu vuelta a Europa de Egy pto produxo la revo'ación del 18 de Noviembre de 1799, U destrucción del Di- i-elorio , y la exaltación á primer Cónsul de la nación, entre las turbulencias que se suscitaron en el consejo de los Ancianos y de los Quinientos. ¡Con que razones tan "1 Ifjcrtet te se podría argüir del desprecio con que trataste á tu protector Barras! Este director te proporcionó lai primcr« ventajas de? tu carrera en los exércitos de Italia, por las continuas suplicas de Josefina, que le dispensaba í». vores; preconiza tus triunfos aun mas allá del mérito Rea!) arenga en el Directorio en favor de tus acciones; te dá el mando de la expedición de Egypto;es el que mas te favo< rece'én San Cioud el 18 de Noviembre dicho; y en re- compensa de estos iavores, es al primero que tratas con» finar del territorio de la República , desde el momento que te viste investido de la dignidad de primer Cónsul, y i ro ser por la entereza de Barras que se puso baxo el sagrado délas le yes, hubieras conseguido tu depravado fin, permitiendo viva en el dia en Paris con to que le produce el papel periódico llamado el Argos del que es redactor. Este hecho manifiesta la inmoralidad de tus costumbres; que las leyes del agradecimiento no tienen en ti ninguna fuerza; y que la basa principal de tus ac- ciones son la injusticia y la ambición. Para a'ucinar mas y mas al pueblo francés, que te miraba en los primeros momentos de tu Consulado como á su Argel tutelar, pasaste a Italia con aquel exercito de jóvenes, seducidos por tus artificiosas arengas, á der- ramar su sangre en los campos da Marengo. Se celebró este hecho como parto de tu ingenio y valor; bien que, los franceses sensatos consideraron en esta victoria los preludios de tu ferocidad, y la ruina de la Francia. La paz de Amiens debia haber vuelto el sociego a la Europa: tus miras ambiciosas no se contentaban con los Paises baxos unidos a la Francia ; y tu carácter orgulloso, te inspiraba la soberanía general de la Europa ; para lo qual te hiciste proclamar Cónsul vitalicio. Aun no se saciaba tu perfidia T y buscabas nuevas victimas en quien emplearla: ocurre un incidente á quien tú diste el nombre de trama revolucionaria : Pichegru, Jorge y Moreau, son Ioí quj s: presentan á tu ambición £ -• 4 y v.: WÍ¿6B mo reos de ta mas alta traición. Dispones se le forme usa, con espanto y asombro de la Nación, al hombre t digno, moderado y varíente di los franceses ; cor- mpes á tu arbitrio á los Jueces que debian juzgarlo; ve la Europa con horror desterrar al general Moreau, lirrcando con este hecho tus intrigas , con las que te nes á cubierto para seguir los enredos de tu vida mal- da: en nada reparas como te resulten las ventajas de ndar y oprimir: ¡qué bella moral, y qué alma tan nerosa! Sí el doctor Gal! inspeccionara tu cráneo, nos ria unas buenas y seguras ideas , de la ponzoña que ulta aquella parte la mas principal del hombre. H\ hecho de Moreau abtié uta nuevo campo á tu ana- ion : te hiciste proclamar Emperador de los franceses, r unos medios indecentes, que degradaba la alta digni- ' en que te constituías. Firmaste en París g en iSoo, convenio con la Corte de Madrid , por el qual pusis- en la Toscana , en calidad de Rey , al Infante de Parma, dote España seis millones de duros, y seis de sus me- es navios, para destronarle después como has hecho, igaste á la infeliz Italia i sufrir tu despotismo, y clamándote su Rey y Protector, diste el gobierno de á un joven tu hijo político, que no tenia mas mérito haberse paseado por los jardines de Tullerias. Declaraste segunda vez la guerra al Austria , sin mas ones que las de tu espíritu revoltoso y de ambición: uitaste la Venecia ," quando apenas se habia secado la a en que la cedías aquellos paises, queriendo aluci* á la Europa, con los discursos engañosos de tus mo* res, y la caterva de diarios falsos que publicaban tus iles aduladores de Paris. En 1805 • •* España siempre fiel a su alianza , unió fuerzas marítima* á las francesas , para el disparatado que concebistes de atacar la Jamayca ; sin premedi- que las esquadras que debían co nponer la expedición •n de salir de los puertos de Tolón, Cádiz, Ferrol yBrest; creyendo á impulsos Je tu orgullo , "que tos íngt ses no impedirían la reunión de estas fuerzas, y darías golpe brillante y sensible á la Inglaterra: {qué falta calculo! Los combates de Finisterre y Trafaigar , fuer las conseqüenciat de tüs mal combinados planes, la rui dé las pocas fuerzas marítimas de las dos Naciones, y dominio absoluto de los mares por los ingleses, fil cuerpo germánico faltando á la dignidad que n presentaba , y creyendo hacer un papel mas brillante la Europa, tese humilló, y formaste el fantasma de constitución- del Rhiri , con lo que aUmentastes de fue zas, para ir realizando los vastos planes, que te dicta tu desenfrenada política. Como era forzoso desplegaras tus Vastas ideas, i cumpliste los tratados , reteniendo las tropas en Italia otras partes; y pretestando conservaban los ingleses M«lta, miraste la conducta de estos como criminal, invadistes el Hanover, á que se ha seguido la serie sucesos escandalosos y tiranos del Norte: parto de grande ambición, y que el mundo ha mirado con espan Has pUesto la cotona de hierro á Vos débiles, la mis Que querías fixsr en la frente de los dos Emperadores, libro de oro de Genova fue desecho; y la antigüedad aquella República con sus sabias leyes, costumbres, ñorios y magnates, despojos de tu ambición, y eselá de tu tiranía. La Holanda, aquel país tan sabio como rico, lo giste en Reyno , para tu dignísimo hermano Luis, á qu co'ocaste en él, oprimiendo á aquellos hombres libres Reyno de Ñapóles lo necesitabas para tu hermano Jo y pretestando con falsedad haber faltado Fernando IV i tratados concluidos con el Gabinete de Tullerias, gui poi tu moral musulmana, le arrancaste el cetro con dignidad. La guerra con la Prima acabó de fixar tus id con el Norte; conduces tus exércitos á aquella parte Alemania, entras talando y tobando los pueblos por e conduces tus tropas, con ta rríaTvadá \Aéi Ai fjtffiat tro patrimonio para tu hermano Gerónimo, cuyo per- erso proceder no te era desconocido, mediante á que 10 andaste á Brest en 1800, para que se embarcara de As- irante en la esquadra , porque su tramposa conduela lá irabas como criminal. Robaste á la Prusia su territorio caudales ; y para sostener los caprichos de tu iniquidad, exastes guarniciones que acabasen de aniquilar el her- oso patrimonio del gran Federico. Llevas á la Polonia us exércitos, ticos con lo que habían robado» declaran* o la ibas a libertar de la opresión en que se haliabat as no es esa tu idea: quieres reemplazar tu debilitado xército con la juventud valerosa de aquel país, qué aerificándose por tus perversas ideas, quedó mas esclava que antes, baxo el dominio de uno de los Reyes de Co- media que has creado* Quieres tentar tus fuerzas con la Rusia, que como vecina y aliada de la Prusia, h bia venido á socorrerla: hubo varias acciones cOn perdida Considerable de una y otra parte ; y conociste que aque- llos hombres no eran tan débiles y salvages en la tácíicá militar, como te habías imaginado. Se entablaron nego- ciaciones, y se firmó la paz en Tilsit, en la que, por uri efecto de tu generosidad (según nos anunciaste) restituís- te al Rey de Prusia menos de la mitad de sus dominios. Üo olvidó tu perfidia quando estabas en quarteles dé invierno, pedir a la España un contingente de tropas^ qué debilitándola, tuviese menos fuerzas para quando llegase el caso de invadirla , según los nuevos planes qué empezabas a formar en tu imaginación avara. La bondad de Carlos IV , y la ignorancia del hombre malvado que estaba á la cabeza de los negocios, accedió á tu solicitud, mandándote 2$0 de las mejores tropas de la Nación, a las que dexaste en aquellos países sin necesidad alguna. Ya quedaba el Norte arreglado á tu gusto; esclavos aquellos países, por la ferocidad de tus procedimientos; y pot consiguiente sin poder sacudir al tirano que los6 oprimía. Vuelves á París para ser testigo de la grand' obra que habías mindtdo levantar, en donde debían es cuiptrte en láminas de oro, plata y bronce, todas la escenas sanguinarias de tus decantadas victorias, que co locadas en la pared del grande edificio , te sirviesen de recreo, qual otro Nerón el incendio de Roma , y de aflic cion eterna al pueblo francés, al considerar destruida toda su juventud en los campos que tú llamas del honor y de la gloria. Ya en el descanso de tu palacio, tu corazón impío, movido a impulsos de las ideas sanguinarias de tu imagU nación , forma nuevos planes estrechar á la Inglaterra. Esta Nación mas política, y con su gobierno enérgico, se aprovecha de un momento oportuno: dirige sus fuer* zas á Copenhague, y apoderándose de las marítimas de Dinamarca , desvarata tus planes, y tienes que recurrir á nuevas intrigas con la Rusia, para que declare la guer- ra á la Inglaterra y i la Suecia , como amiga esta ultima del Gabinete de San Jimes. 4V La casa de Braganza era al mismo tiempo el objeto de tu política musulmana Para destruirla te combinaste con aquel monstruo de ingratitud Godoy , el que permi- tió el transito de tus tropas por nuestro territorio. Los Ministros del Principe Regente conocen tus ideas; bur- lan tus asechanzas; y te engañan hasta el ultimo momento en que toda la familia Real executa su fuga para el Brasil, con el mejor orden. Entran en Lisboa tus batallones, y á la cabeza el general Junot, ofreciendo á los portugueses respetar su Religión, las Leyes , Gobierno y Propiedades mas aun no bien habia descansado de su marcha, quando les impone unas contribuciones que no pueden pagar, y finalmente con falsas promesas les asegura serian felices bazo el manto del gran Napoleón. Y «qual ha sido la suerte de Portugal? Profanar y robar los templos, ha- cerles pagar un real por persona por oir Misa, oprimir a los ciudadanos cosno á esclavos, ser unos déspotas del Id «e*o, Insultar con arrogancia y desvergüenza al nilde artesano y honrado labrador; y el Duque de rar te , ese advenedizo Junot, estar en el día fot mando icias del pais , para sostenerse, porque teme caer en garras del León de España. Nobles portugueses , sea stra venganza igual á los insultos que sufrís: oprimid os ¡niqüos hasta el momento de verles dar el ultimo nto; despojaos de toda sensibilidad , y sufran todos horrores de ta tiranía, del mismo modo que querían er con vosotros. No temáis: vuestra causa es justa: s os favorecerá; y la España con sus bayonetas, der- ará la sangre de esos malvados, libertándoos del cau- rio. Bl hombre politico empezó á ver con mas claridad las s que ocu tabas hacia mucho tiempo, con respecto a spaña. Desde el momento que hiciste salir de F oren- á la Reyna Regente de Etruria , engañando al Rey ios, con que la darías nuevos estados , y como al mis- tiempo de la entrada de las tropas en Portugal, se- n nuevos exércitos que se extendían por las Castillas, dexaba duda, que tus ideas eran muy contrarias á las ridades de armonía y buena amistad, que manifeita- al Señor Carlos IV. Los sucesos del Escorial acaba- de fixar tus ideas , valiéndote para realizarlas de un bre á quien habían elevado, sin mérito y sin princi- la bondad de nuestros Reyes: ofreciste al traydor cmeño el Reyno de Portugal, según fidedignas noti- : te apoderaste de Barcelona y sus fuertes, para el o del plan que habías concebido. No creas que la ion Española ha sido engañada: luego que vió el nu " de tropas* la rapidez con que hacían sus marchas, renes de artillería , de fraguas , caballería, y demás rechos; el nombramiento de general en xefe de ette -ito á Murat , y les demás que le seguían, corno cey, Dupo 'ezas de artillería , la c«xa mistar, porción de municio- les» y a'gur.os prisioneros. El marques de Valladares,lo que manda las tropas de la provincia de Orense, por au- sencia del general en xefe en Bierzo , permanece en esta plaza con ayunos batallones, para socorrer á los portu gutits en caso de necesidad. Tuy 30 de Junio. El tigre Junot ha tenido la desvergüenza de pedir en varias proclamas el auxilio de los portugueses, a quie- nes ha oprimido con tanta crueldad , en señal de la gratitud de que deben estar estos penetrados por los im- portantes servicios que les ha hecho. La confianza ciega é inexplicable de aquel general , es el origen de la liber- tad de Portugal. Este Junot, asi que supo que los espa- ñoles habían evacuado á Oporto , confiándose en esta sa- tisfacción, y en la gratitud de los portugueses, escribió al general Loison mandándole que con 5 rail hombres fuese de Almeida á guarnecer aquella plaza. Loison, que estaba tan ciego y tan ignorante como su xefe de la leal- tad portuguesa , emprendió su marcha con el mismo des- cuido que lo hubiera hecho cinco meses antes : dividió sus tropas en columnas , y muchas de ellas iban sin armas, con la esperanza de que en Oporto se las traerían á las manos r adelantó correos, que fueron tomados por la gen- te de Amarante, y enviados á Oporto, de donde se sa- caron tropas para ir ti encuentro de Loison , quien en el entretanto fue informado por un espía , que toda la pro- vincia de Duero y Miño se hallaba en estado de insurrec- ción , con cuya noticia empezó a retirarse, pero no pudo hacerlo en orden , porque parte de sus fuerzas estaban de^ai madas, y habiéndose aproximado las tropas de Opor- to , dispersaron su exercito , hicieron prisioneros á los soldados desarmados, v tomaron porción de bagages, mu- niciones , y caxas militares de vatios regimientos. L*s mismas tropas han ido en seguimiento de una columna separada de j. mi! homares, que no se duda se habrá 1 IT endido, y se presume que la que se retiró hácia Chaves, que fue derrotada cerca de Lam go y Villareal, corres- ondia á esta misma división. LONDRES. El Gobierno recibió ayer pliegos del general Spencer, onducidos por Sir George Smith , teniente coronel del egimiento 82, quien salió de Cádiz el 5 ó 6 del corrien- e, y entendemos que aun no se habían recibido alli no- icias oficiales de la rendición de Dupont, no obstante, os rumores eran muchos y creíbles. Las mismas circuns- ancias, principalmente falta de víveres, que lo compe- ieron á retirarse de Andujar á Córdoba , lo obligaron bsolutamente á continuar su retirada hacia Sierra morena, en la empresa de ganar los pasos, habiendo el exercito lavado antes toda la artillería por la necesidad en que s vió de abandonarla, marchó en destacamentos, espe ando encontrar víveres con mas facilidad , pero este sis - ema lo hizo mas accesible, pues los patriotas se apro- echaban de toda ocasión para atacarlos, sin arriesgar na acción general. Habian llegado noticias á Cádiz desde Sevilla , que un uerpo de tropas francesas, compuesto de algunos miles, ue atacado en Zaragoza, y que habia sido hecho peda- os después de tres dias de combate. Se decia que los pa- riotas habian tenido igual buen éxito en Cata uña , pues os franceses, después de varias acciones muy vivas, en »e perdieron mas de 5 mil hombres, fueron echados de ítcelona y sus cercanías, y ob ¡gados a encerrarse en t fortaleza de Montjui , sin poder facilitarse viveres ni tíuerzos ; se esperaba su rendición en pocos dias. No *y autenticidad de esta ultima noticia. Ei exercito del marido del general Spencer desembar- ren el Puerto de Santa María, y fue recibido por los abitantes de Cádiz con el mayor entusiasmo.12 Son Importantísimas Jas noticias, que presentan, hoy á nuestros lectores, pues manifiestan -que aquel gente estaba animada de iguales sentimientos que j vecinos en la misma gloriosa causa. Ha llegado de Oporto la goleta portuguesa Angelici su capitán Francisco Gor.zalvez da Costa. Salió el ] del corriente, y na traído pliegos de la Junta Suprem de aquella ciudad para el Exorno. Sr. Embaxador oor tugues. Han venido i su bordo dos Diputados, autorizad por el Gobierno Provisional solicitar los auxilios qu se requieran para resistir al eremigo, á quien detestaq entrañablemente; aquel Gobierno se halla perfeclament organizado, y propone una alianza amigable con la Graj Bretaña, y la continuación de las relaciones comei cia'*; entre los dos payses. Sabemos que el general Loison , con cerca de 3 mil hombres que oimos habia llegado de Almelda á Amaran- te ha retrocedido ocho leguas 4 Pezo da Regod , y se considera en situación mas peligrosa , porque las gentes de aquel país han sido siempre enemigos declarados de los franceses, y amigos y admiradores de los ingleses. Si ei posible que Loison escape, tiene que atravesar montañas y precipicios que hasta ahora se cree son irtaccesibes. Antes de su retirada de Amarante al lugar en que se hi atrincherado, tubo mucho que sufrir del populacho ar- mado de aquellos contornos, y en respuesta a una pro- posición de los patriotas para que capitulase ; dixo, que se rendiría en términos honrosos siempre que sí presentase contra él alguna fuerza militar , pero quí seria rebaxar el carácter de soldado el capitular con un) plebe. Continuará. *3 ta fuerza de Junot en Lisboa se ha disminuido coi- Iderablemente á causa de los muchos destacamento: que a tenido que mandar á distintos parages. Ademas d« las ropas de Amarante, hay una división en Arouca, Fi- iieira y Goimbra , contra las quales se han despachado fuerzas suficientes por la Junta Suprema. Un observador inteligente que acaba de llegar de Pran- cia nos asegura , que prevalecía el descontento en aquel pais. En todas las concurrencias de algún respeto, y que se podia hablar con confianza , se reprobaba la conduela de Bonaparte , y con particularidad su proceder con Es- paña, pero como pocos se aventuraban á declarar su opinión por el rigor y vigilancia de la policía, era difí- cil acertar los verdaderos sentimientos de la gran ma?a del pueblo, sin embargo, algunos tenían entereza para hacerlo, v padecían las consecuencias. Mas de quarenta personas fueron puestas en pi iíion, antes que saliese nues- tro observador de París, por hablar con lib;rtad. Se confirma la noticia de haberse interceptado los so- corros que iban al exercito de Dupont: fue derrotada cerca de Manzanares una escolta de mas de 800 hombres: cerca de 200 muertos, 600 hechos prisioneros, y toma- dos 125 carros con víveres y municiones. La Suprema Junta de Sevilla babia recibido noticia da que el general Cuetta , que manda el exercito de las pro- vinciasde León y Galicia se habia situado ventajosamen- te con 2O0 hombres en Castilla, y que ocupaba los pa- sos del Guadiana , y otro desfi adero, que cortaron la re- tirada de Murat de Madrid á Bayona. Extracto d¿ una carta di Oporto de 8 de Julio de 1808. A las seis de la tarde del 18 de Junio, algunos soldados de la artiilcna de Vian3, que estaban en Opdrto, tenien- do noticia que los franceses pensaban entrar al día si- guiente en aquella ciudad (habiéndose aproximado ya*4 quatro oficiales con el objeto de asegurar víveres para el exc; cito) dieton la alarma, é izando bandera Portugués* marcaron a! Ribeiro , con aclamaciones y gritos de v\h el Principe Regente de Portugal Abrieron luego todos los depósitos de armas, que distribuyeron al pueblo, quien en numero de 2r,$ hombres, a' momento emprendió la defensa de la plaza. No obstante, el siguiente día 19 $¿ vio que los franceses habían vuelto , de resu'tas de lo acaecido la noche anterior , y se hicieron prisioneros to- dos los habitantes franceses. Los soldados hicieron enton- ces trincheras con cañones, ¿Ve. en las plazas de Villano» va * Ribeira y Bandeira , y diez días después los prisione- ros franceses y algunos portugueses de su partido, fue- ron enviados á la esquadra enfrente de Lhboa: el gobier- no esta ahora para deliberar el castigo que se ha de im- poner á los últimos. Tenemos aquí como unos 2.00 pri- sioneros franceses tomados en Coimbra y Figueira. El 24 de Junio se levantó el populacho en A'garve, y se dice fueron muertos todos los franceses que estaban en aquel pais. En cartas de Oporto del 11 se dice, que la esquadja Rusa en el Tajo , había propuesto capitular en ciertos términos, á Sir Charles Cortón,.pero creemos que esta noticia es una mera anticipación. Con autoridad del Gobierno. En nombre dsl Principe Regente. Oporto 6 de Ju/io. La ocurrencia mas importante, que puliera elevar la nación á su clona y dignidad , estaba reservada para nuestros dia*. que servirán para transmitir á ¡a posteri- dad el l ustre nombre de tos héroes portugueses, y notar en los ana'e> de cst¿ hermosa y opulenta ciudad la época inmortal de su restauración, de que ella dió el alarma á Jo el rey no. El amor mas sincero al mejor de les Prin- ¡pes, estimuló todos los corazones portugueses para epo- trse á la mas injusta y mas escandalosa de las usurpacio- es,é i imitadas opresiones, la violación de todo derecho, la absoluta fa ta de respeto á los deberes mas sagrados, marón á todos los habitantes para sacudir el tirano ■ge que los oprimía. Pero el dispensador de los impe- a h.bia reservado para esta ciudad la prerogativa de ostrar el camino, y de estimular á todos cen su exeai- 0 para libertar el reyno : al ef.cco escogió de entre ao- tros personas de talentos, resolución y vigor, capaces completar un objeto tan grande El día fatal que nos jvó de nuestro legitimo Soberano, a quien la mano del nipotente habia preservado de la del iniquo que ¡o rseguia , ab¡ió el camino á los sucesos mas desgraciados, e después de haber corrido el continente "on la mise- , la muerte y la desolación , iban á efectuar la ruina nuestra feliz península, siendo los precursores de cita eracion y tiranía la perfidia , la simulación, y una com- ación de aitificios, reunidos á la violencia y ambición, e distinguen a ese monstruo, product j de las crueles oluciones , que en estos 19 años hi derribado tantos nos y arruinado tantas gentes: que ha h:cho negocio los reynos y los hombres: que se ha puesto la mascara la Religión para profanarla con mas descaro; que desplegado toda clase de crímenes, sin que lo haya aido ni la moralidad ni el remordimiento : ese cele- do Napoleón , á quien la vil adulación de sus sequaces, or mejor decir, a quien el miedo a su tiranía ha cxal- a los mas elevados desmerecidos títulos: después de fr anunciado per medio de su repre^entacite Junot, á stfa desolada nación, que nos protig¿rij, se atrevió a «bir en mis ilusorias ¡deas, y aun a expresar sin ru- 1 fue ¡j casa d Braguaza habiét cesado de reynar en Por. ¡Hombre sin rtfl - x ¡on ! ¿ QK.é derecho, que con ven • te autoriza para c»ta iniquidad y usurpación;1 < Quiént*5 ha constituido a Napoleón el tutor universal de Reyes y naciones? ¿Quién le ha hecho pertenecer la sucesión i( los tronos, arrancados con su tiranía de sus legítimos po, sesores? ¿Quién le ha confiado esa extraordinaria y flt mosa protección, que autoriza el despojo de los hiena particulares , y el abatimiento de todos los derechos . privilegios para destruir y confundir todo el orden? L corazones de la nación se inflamaron luego con el odio al observar £se cumulo de atrocidades é injusticias: en«1 tonces empezó á desvanecerse la visión de protección S;l¡ impusieron á este infeliz pais 40 millones de cruzadod como contribución extraordinaria de guerra : á un pak que la ausencia de su amado Soberano, la invasión dj numerosas tropas, el estanque total de comercio, y !j decadencia de la industria y artes , había reducido á lj mayor desdicha; pero no es esto todo: estos 40 mülone eran para redimir las propiedades particulares: .-con se habían perdido estas? ¿Con nuestra paciencia en to lerar sus extorciones ? ¿ Por nuestra docilidad en sufrí su duro y opresivo yugo? ¿O por ta mansedumbre co que recibimos á nuestros tiranos? La posteridad escás» mente creerá, que su desvergüenza e inmoralidad pudiefj avanzarse á tanto. Continuarás Cóntiñuañon ieí papel ¿eCpdrto Je 6 ¿te Juño. La ofrecida pioteccion siguió asi tu curio. Ei patri- onio de los templos, los ornamentos del santuario,, y as rentas de sus santos ministros , no eran aun bastante para la sed insaciable del opresor de) continente. Desapa- reció la dignidad nacional: los empleos públicos se daban los menos instruidos y mas indignos, que desanimados nsu propio pais , se conducían entre nosotros con un escaro sin igual, y sin otras calificaciones qu<* las 4c a insolencia, el orgullo, y la ambición. No nos permiten urstros limites trazar aqui la pintura de la odiosa per- os llamada el diputado de po toja en esta ciudad: está abacia mas fielmente en la indignación y memoria de odos nosotros. Se acercaba sin embargo, el momento de a libertad á nuestros va'ientes vecinos ; los nob'es espa- cies abrieron al fin sus ojos: la perfidia de que había sido ictima la familia Real de España excitó la venganza de a nación; y asi que nosotros hemos podido, hemos ma- ifestadet que somos lo que fuimos, y lo qu¿ han sido núes* ros mayores, Ios-mas fieles y mas leales a nue*troPrincipe¿ los mas capaces de restaurar su Imperio y nuestra liber- ad. Al fin la tarde del 18 de Junio de 181-8 , ofrecía á los enerosos portugueses la escena mas bri.tante, £sto¡. hVes valientes hombres, que extrangtios al temor, despre- iaron todos los peligros, y llenos de aquella energía y delidad que distingue nu stra nación, levantaren el cs- andarte de la restauracicn, y en nombre de >a Re ig¡on¿ en ebediercia á su sagrados vetes , prec amaron do nevo al mas grande y poderoso Principe, al Sr. D Juan, "ncipe Regente de Portugal, nuestro legitin o Soberano, croen este momento de gloria nos hallábannos cercado» e peligros: una coUirrna del exercito trances marchaba esta ciudad ; r osotros sin armas , sin trepas de linea , y n «0 0 aoo artilleros y algjunos milicianos nes veiamo» el mayor riesgo; t>in embargo, teníamos va'or y ente-, 'f.ual á nuestra situación. Los que se empeñan en li-. 't«r su patria, tienen el elogio en su propia concu.Con anticipación nos habíamos proveído Je artifTerti municiones, y se habían tomado todas las medí Jas p4 la defensa del puente y paso del Rio Duero: se habí reconocido las entradas de la ciudad, y to ios los pui de defensa. Se trataba entre los portugueses de la cxcc%, cion de un plan , teniendo que vencer para ello la ilusi de unos y el temor de otros, y quanta mayor era la n» cesidad de retardarla, mas amenazado se veía el proycdb de su ruina. Se dió la señal para aclamar y armarse: « expidieron y executaron las ordenes con igual ardor :i un momento: treinta aitilleros, con quatro piezas dt campaña, que cubrían el frente y retaguardia de doi cuerpos de diez hombres cada uno, estorbaron toda op» sicion; se abrieron los arsenales, y se armó la gente, de- terminados bien pronto algunos cuerpos de milicias , q.i¡ • un permanecían sin resolverse por las inesperadas cir< cunstancias que sobrevinieron; se desplegó el Real E-tan- darte, y en todas partes sonó el augusto nombre de S. A, Real: se reunían á los oficiales que encontraban, exc¡. tando el mayor entusiasmo y afecto el juramento de ho- nor que prestaban ; se distribuyeron todos los puestos,r no rubia uno que no trabajase; el mayor Raymundo Josil Pinhciro, comandante del fuerte San Juan de Pez, en la boca del Rio, conocido por su fideli Jad , energía , y amor % nuestro Principe, combinó las mejores disposiciones para la defensa y el mando de la gente, cuya energíaf enttsiasmo es indescribible: mas de 50 mil hombres esta- ban proveídos de armas y municiones, y desde aquelli noche se halló la ciudad en estado de defensa , aguardan- do con impaciencia al enemigo, pero éste voló. 8n lt mañana del 19, habiéndose implorado la protección d:l Omnipotente . con tanta piedad como fervor en la Cate- dral' de esta ciudad, se creó el Gobierno provisional, compuesto del Exorno, y Reverendísimo D. Antonio d' San Joé y Ca«tro, Oii-po de la Diócesis, Presi Jente, 1 'A., miembros de diferentes clases , en cuya Junta reside I* Autoridad Suprema, hasta que S. A. R. ordene otra cosJf 4 se restituya en la capital el Gobierno legitimo; sus fun> cíones son mantener Vas leyes, usos y costumbres de la «ación, es compatibilidad con las achuales circunstancias y defensa del pais. La meditación mas profunda no hu- biera producido una elección tan juiciosa , siendo las qua- lidades características del Exorno, y Rr.verendisimo Pre- sidente y respectivos miembros de la Suprema Junta , la sabiduría, capacidad , energía » desinterés , conocidísima fidelidad, y el mas acendrado patriotismo. Se han tomado las mas eficaces medidas para nuestra seguridad y defensa: no hay lengua que no exprese su amor al Soberano y á la Patria: la emoción general en los habitantes, el continuo repique de campanas, y una brillante iluminación duran* te tres noches, todo, todo anuncia la satisfacción con <)ue rebosan todos los corazones: se han ofrecido contri- buciones voluntarias: de todas partes corren jóvenes va» tientes á alistarse baxo el Estandarte Real, y la clerecía secular y regular presenta un testimonio nuevo y el mas glorioso de sus virtudes religiosas y sociales: se han for- mado en cuerpos para la defensa del Estado, y la guardia de la ciudad e&tá baxo el mando de su Ilustre Dean: se observa el mejor orden y armonía entre los habitantes de todas clases , aumentándose á cada paso la energía y el valor. Estas vittuies han de hacer su efecto en el enemiga crn»un: .él bien-sabe que el.general Loison* después